“La libertad es un sueño de verdad”, nos dijo en alguna clase Berenice Trejo Martínez, “Bere”, como la llamamos de cariño. Me pareció una epifanía. El poeta mexicano José Gorostiza asegura que el lenguaje se agosta y yo lo suscribo. Ninguna de las palabras que pueda colocar en el prólogo de este libro representarían la hondura de la experiencia personal y singular que tuve al conocer y leer durante estos cuatro meses a mis, ahora entrañables, estudiantes que habitan en el Centro Regional de Reinserción Social (CERESO) de Acapulco, México.