CuaderRos de
Madlnat al -Zahr谩'
Vol. 5 C贸rdob
a, 2004
CTJADERI{OS DE MADiNAT AL-ZAI]RÁ'
Cuadernos de Madinat a|-Zahra Revista de difusión científica del Conjunto Arqueo.lógico Madrnat al-Zahra
CONSEJO DE REDACCIÓN (Miembros de ia Comisión Técnica de Madinat al-Zahra)
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Sor
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Imprenta San Pablo, S. L. - Córdoba Ángela de Ia Cruz, 1 2 - Teléfir¡o 951 283 106 ISSN:1119-9996 Depósito Legal: CO. 1.64412004
SUMARIO . ESTUDIOS EDUARDO MANZANO MORENO El
círculct de pocler de los califas ornelas cle
Córclaha
Pág. 9
JEAN-PIERRE VAN STAÉVEL
Prítoir jzgaler, bátir : droit de la judiciairu
)
Cordoae rJurant le
cr¡nslruclian et institarians
í'lX'
si¿cle
Pág.
3L
MOHAMED MEOUAK Madinat al-Zabm'
en las fuentes
árabu del occidente
i¡láttica
Pág. 53
BRUNA SORAVIA Une bistaire de la f.rna. Aurariré er le tuIutpaltis
d'Ibn
lígitirnirí dan:
Hayan
Pág. 81
MANIIELA MARÍN A/tos fancionarios para e/ ca/ifa: jueces 1 otras cargos de la
Adntinisnación cle'Al¡d al-Rabntan
III
Pá9.97
M.' ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ. MANUEL ACIÉN ATMANSA La epi¡1rafra
de
al-Zabra'
Pá9. I07
ya - pa / e s t i n i enne
Pás.159
Madinar
SOLANGE ORY L'
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s
CARMEN BARCETÓ El cíJin andalusi de "praaincias" durante el Califato
(3a0_403t9j2_10j3)
pá9. t73
ANTONTO VALLEJO TRTANO, ALBERTO MONTEJO CÓRDOBA, ANDRÉS GARCÍA CORTÉS /a interaenciín art¡aeo/ígica en /a "Ca:a de Ya'far" 1 en el ecliJicia cle "Patio cle los Pilaru" de X[adinat al-Zahra' Resa/tados preliminares de
Pá9.
I99
PATRICE CRESSIER,
MOURAD RAMMAH S¿bra al-A4ansariya : [Jne autre aille
caltfale
Pág.241
JUAN F. MURILLO REDONDO, MARÍA TERESA CASAL GARCÍA, ELENA CASTRO DEL RÍO Madinat Qar¡aba. Aproxinaciín al procesa de forntaciín de la ciudad emiral 1 califal a patir de la información arquealógica Pág. 217 VICENTE SALVATIERRA La instauraciín clel Califato en el AIra
Gaadalqaiuir
Pá5. 291
PEDRO GURRIARÁN DAZA Hacia una canstrucción del poder. Las prácticas edi/icias en la periferia andalusi duranre el
Pág. 297
ALBERTO CANTO GARCÍA El dinar en al-Andalas en el sigla X
Pás.327
Califaro
CAROLINA DOMÉNECH BELDA La
rnaneda
farimí 1 sa relaciín
con
al-Andalus
Pág. 339
PATRICE CRESSIER Histarias de capiteles: ¿Hubo talleres califales
pratincialesi'
Pá9. 751
TILO ULBERT Resafa en
Siria. Una
residencia
califal
de los últimrts onteyas en
)riente Pá9. 377
BERNABÉ CABAÑERO SUBIZA, VALERO HERRERA ONTAÑÓN La tecbu¡nbre de la ampliación de al-Hakan II rJe la mezqaita aljama d¿ Círdoba. Análisi: tícnico 1 estulio forxul de sa policrarnía
Pá9. 391
SABINE NOACK.HALEY Los capireles de
la hlezt¡aita
de
Madinar
al-Zaltra'
Pág.
Egypte
Pág. 445
4I3
MARIANNE BARRUCAND Le prentier clécor arcltitectural
fatimide
en
PIERRE GUICHARD Canc/usions
.
Pág.463
CRÓNICA DEL CONJUNTO
ANTONIO VALLEJO TRIANO, JOSÉ ESCUDERO ARANDA Crínica del Conlanto, añas 1998-2003
Pág. 47
I
ESTIJDIOS ACTAS DE LAS IV JORNADAS DE MADINAT AL-ZAHRÁ': Nuevas investigaciones sobre eI Califato de Córdoba Córdoba, 10-12 Noviembre 2003
LOS CAPITELES DE LAI.IEZQUITA DE MADINAT AL-ZAHR./T SABINE NOACK-HALEY
RESUMEN El estudio del conjunto de capiteles de columna de la mezquita palatina se basa en el catálogo y las comparaciones estilísticas que permiten encajar el conjunto, tan destacado en el panorama del desarrollo de los capiteles emirales y califales, en una posición clave dentro de ese desarrollo. Sigue un breve estudio de otros capiteles de menor tamaño correspondientes a arquerías ciegas, etc.-, que contrastan con los capiteles grandes en varios aspectos.
ABSTRACT The study of the group of column capitals from the Palace Mosque is base on a catalogue, and folIowed by stylistic comparisons that allow to fit the group, which stands out in the development of emiral and califal capitals, in a key position within this development. A brief study of small capitals (from blind arches, etc.) follows, which shows how they differ in various ways from the column capitals.
Palabras clave
Key words
Capiteles califales tempranos, catálogo, estudio, evaluación histórico-estilística.
EarIy califal capitals, catalogue, analysis, historic-styiistic evaluation.
PRESENTACIÓN DEL CONJUNTO La mezqwita de Madinat al-Zahra' fue erigida en 94014I -segírn al-Maqqari- en tan sólo 48 días. Según este mismo autor, trabajaron en su constrlrcción 1000 obreros, 300 albañiles, 200 carpinteros y 500 operariosr. Si esto fuera cierto ¿,cuánta pianificación en la elaboración de los capiteles podríamos esperar en
el margen de tan breve plazo? (láms. 1-6). Nada más que setenta años después, en 1010, la mezquita sufrió su destrucción defrnitiva, tras haber sido
¡ frnalmente, incendiada. En consecuencia, de sus más de setenta capiteles de columna se conservan sólo unos 25,y entre éstos, pocos están enteros o casi enteros (láms. 1a;2c; Ja, e, f;4a, d). saqueada
4t)
Y no obstante,
a pesar de este estado lamentable, el pequeño grupo ofrece Lrnos aspecros muy significativos para Ia comprensión del desarrollo del ca-
pitel califal']. Los cuatro pequeños capiteles de columnillas de arquerías ciegas, ventanas o portadas forman otro conjunto, igual qlre otros tipos de elementos decorativos encontrados en el recinto de Ia mezquita. Los capitelillos, que estudiaremos más adelante, tienen unos relieves de acanto muy diferences, con profundas perforaciones de trépano. En primer lugar vamos a tratar de los capiteles de columna, tallados en piedra caliza blanca mr-ry fina qlle se encuentfan en una zona más o menos cercanaj. Entre ellos, se pueden distinguir dos grupos según los tamaños. AI grupo de los capiteles grandes del oratorio y patio se puede atribuir Ia mayoría de las piezas, entre ellas algunas fragmentarias. A1 grupo de los más pequeños pertenecen dos enteros, más otros
varios conservados tan solo por fragmentos. Obviamente, los dos grupos pertenecían a dos tamaños de columna: las de las arquerías del orarorio y pario, y ias pocas deI nzihrab o de las portadas. Sin embargo, Ios peclueños no destacan por su relieve (compárense p. e. láms. 3b y 4a). La característica más destacada de nuestra serie quizás sea su relativa homogeneidad: todas las piezas corresponden al tipo compuesto, y la forma del cuerpo es básicamente siempre la misma. La decoración esculpida es igualmente basrante uniforme. En ella, las variaciones se limitan básicamente a los detalles y a la elaboración del relieve, qlre engloba todas las calidades desde r-ina talla tosca hasta una labra profunda y de filigrana. El significado de tales diferencias no puede ser más que objeto de especr-rlación, debido al hecho de que desconocemos el emplazamiento original de cada pieza dentro del oratorio. En líneas generales, sugerimos su jerarquización intencionai, según la cual las piezas más elaboradas se habrían situado en los sirios más importantes. Otro factor diferenciador es la talla de solo tres caras del capitel, en vez de Ias cuarro. Indica que los respectivos capiteles estaban adosados a la pared. De este modelo hay dos variantes: en Llna, la cuarta caraestá cortada en vertical, quedando su superfrcie
rústica (lám. 2d). En la otra varianre, la cuarta cara tiene hojas y volutas lisas, sin elaboración de deta414
lb y d, 4D.En la primera solución, adopta la fo¡ma del capitel de pilastra o de semicolumna, aplicándola a la columna adosada (compárese con los capitelillos y sus basas, lám. 7b). Esta técnica fue empleada en un solo ejemplar de los capiteles qlre se conservan de Ia mezquita. La técnica era desconocida en la arquitecrura visigoda, pero sí la encontramos en edifrcios mozárabes de comienzos del siglo Xr, y hay un ejemplo emiral en Córdoba, procedente de Baena (lám. Sa)t. La segunda solut ión la podcmos enca jar en su conrexro arquitectónico, ya que se conservan ejemplos de tal situación en los pilares del patio (lám. 8b)": se prepara una especie cle nicho en la pared para 'emporrar' Iles (p. e. láms.
se
la columna, de manera que ésta sobresalga de la pared entre dos tercios y tres cllartos de su diametro. Es una combinación de los dos modelos diferentes:
el de la columna adosada y el de la columna entregada. Es un modo de hacer que se iba a aplicar también en el Salón Rico (lám. 8c). Antes de presentar el conjunto en forma de catálogo, voy a ofrecer una breve descripción general de Ios capiteles que, siendo del tipo compuesro, adoptan del corintio las dos filas de ocho hojas displrestas de forma contrapeada, como es canónico. Pero adoptan también los caulículos con hojas de envoltura, suprimiendo un elemento típico del capitel compuesto romano que serían unas llores de cuatro pétaios que ocuparían el lugar de las hojas de envoltura salientes de los caulículos (lám. 8d: capitel romano reaprovechado en la mezqr,rita mayor de Córdoba). El único represenranre del motivo en nlrestro conjunto es el n.u 11 ,Iám. 5c. Esra llorecita, clásicamente, debería oclrpar también el centro de las volutas; en slr lugar, en la mayoría de nuestros ejemplares aparece un botón liso, alguna vez una pequeña conchar.
Del tipo jónico cleriva el equino, que corre entre Ia zona de hojas y eI ábaco. Sin embargo, el clásico ovario ahora está reemplazado por Lrn friso des-
proporcionadamente alro de lóbulos ligeramente curvados que se extienden en ambas direcciones desde un eje centrai. Entre el cálato troncocónico y
el equino corre el astrágalo, que en la mezquita palatina en muchos casos está convertido en una cuerda, simple o de doble filete. Las cintas de las volutas salen, como es propio del capitel jónico, entre
el equino y el ábaco formando un escalón, y bajan
para enrollarse. En trlgunas piezas, su frente está cu-
bierto con una larga l.roja lanceolada. El escalonamiento entre el ec¡-rino, Ias cintas de las volutas y I ábaco se realiza de forma muy regular (1ám. 2b), manteniendo las mismas dimensiones de la huella e
entre cada elemento. Por ejemplo, en la pieza n' i, la huella entre el equino y la cinta de las volut¿rs es de 4') cm,la misma que existe entre esta última y el canto del ábaco. La ¡lnión de las volutas form¿rndo escluina es un rasÉao tanto de los capiteles corintios como de los jónicos de cuatro caras. La ca¡acterística más destacada de este elemento es su corte horizontal casi triangr-rlar (lám. 1a), aunque sin alcanzar la típica forma de ¡uecla cle los capiteles califales qlre se uttltzará en el Salón Rico (1ám. Se)s. En los de nuestra serie, el ábaco qr-reda liso sin relieve ni epigrafía, aparte del elemento fitomorfo central en la cartela de cada cara, que baja hasta la superficie del equino. La cartela aquí todavía está cortacla de forma tradicional, en vertical (véase, por ejemplo, lám. 3e), mientras que en el Salón Rico, por el contrario, su frente es-
diámetro del pie en los capiteles peqr-reños mide aproximadamente tres quintos de la alturzr, micntras qlre en los grandes varía de tal manera que no se puede establecer una relación uniforme. Pr-resto que parece que los fustes se hicieron ex profeso para esta mezquita, es inverosímil que los capiteles se hayan
ar,Í inclinaJo tlám. 8e). En el pie clel capitel no hay collarino, mientras que en zrlgr-rna pieza emiral todavía aparece. En la
debido adaptar a los diámetros de los fi-rstes. En varios de los capiteles y capitelillos se conservan restos del esquema con líneas incisas con que se preparó el corte de los lados de las piezas (1ám. 1lc)e: en el pie, ios ejes centrales y anchos de las hojas quedan cleterminados por los de las esquinas y un círculo define la planta central del ábaco -en el capitel nu. 7, este círculo quedó peraltado (lám. 3b); de é1, sobresalen las esclr-rinas y las cartelas- o sea, las curvas del ábaco retroceden hasta tropezar con el círculo, en un pr-rnto determinaclo por la línea que marca el ancho de la cartela. En el círculo se inscribe un cuadrado, cuyas esquinas marcan los ejes de las esquinas dei capitel. Las líneas que marcan el ancho cle las esquinas y de las cartelas (y que también cruzan el punto central del dibr-rjo) distan de los ejes centrales (o diagonales) alrededor de 10". No he llegado a ver un capitelillo muy interesante, de cuya si-Lperficie publicó Pavón Maldonado una fotogra-
arquitectura califal el collarino siempre será parte
fíato.En e1la,
r
se
distingue el círculo con el cuadrado
del fuste. La forma de las hojas de Ias dos coronas, con pocas excepciones, es Ia siguiente: el nervio central es un canalillo qlre separa las dos mitades de la l'roja de 'palma'. Las medias hojas consisten en lóbulos paralelos y slravemente curvados que son cortados a bisel y terminan en media luna cóncava; en algunas piezas, además, el contorno de ia hoja está cerrado con Lrna línea continuu (p. e. Iám. 6a: la media luna queda rellena). Hay que subrayar clue la manera de cortar a bisel aquí usada se distingue ligeramente de la comunmente conocida, pues no se trata de una talla en fo¡ma de "v" simétrica (lám. 9a: capitel visigodo cle mármol, en Córdoba), sino, en la mayoría de los casos, de una "v" de dos líneas muy desigr-rales: un corte cliagonal largo y otro vertical corto. La punta sobresaliente de la hoja está estrlrcturada por Iigeras muesc¿rs. Los lóbr-rlos paralelos tallados a bisel se repiten en el equino, en la palmeta del ábaco, y en Ia mayoría de los casos- en Ias volutas.
inscrito, más otro círculo, mayor que aquél, sobre el
Principalmente, el punto de partida al cor-
de la zona de volutas detrás de borde del cálato es de 2,5 cm, el retroceso del ábaco detrás del
tar estos capiteles fue un cubo de lados iguales. El
cual se superpone Lln rectángulo. No queda clara la correspondencia de éstos. Se conserva, igualmente, un resto clel trazado inciso dei ábaco.
CATALOGO Las medidas se indican en el siguiente orden:
altura total, ancho del ábaco o ancho del fragmento, diámetro del pie del capitel. Algunas otras medidas se tomaron donde aparecieron claras y si¡¡nihcativas. La descripción se rcaliza de abaio a arciba'.
A.
Capitel completo conservado en el Museo Arqueológico Provincial de Córdobatr (lám. 1a, b) 34,J x 31,5 cm alt. cotona inf. 11,5 cm; alt. corona slrp. 10 cm; alt. ábaco 3 cm; alt. equino 7,1 -8 cm; alt. zona de volutas 1 cm; el retroceso del ábaco detrás de la cartela es de 3,5 cm, el retroceso
4tt
borde del cálato es de ) cm y, finalmente, el retroceso de Ia cartela detrás del borde del cálato es de 1 cm.
Tiene dos coronas de hojas decoradas de tipo notmal, con nervio central de canalillo, y contorno
(que en los ejemplares terminados, resuka ser una l-roja).
4. 64MZ l3llI37 (fragmento) (lám.2a) 26x28 x 26 cm alt. corona inf. 20 cm; ancho hojas de la corona
en zig-zag. Presenta caulículos en forma de Éno ta-
inf. 1 1-12 cm
y hojas de envoltura compuesras por estrechos lóbulos que llegan al borde del cálato. Falta el astrágalo. El equino está clrbiemo de lóbulos apenas curvados, que se encllentran también en las cartelas y en las volutas, no estando éstas dispuestas con ia
Las hojas de las coronas inferior y superior, esta
l1o
última
en estado fragmentario, son de
tipo nor-
mal. 5
.
61+
MZ I .142 (Se trata
de un capitel entregado,
está completo pero con mutilaciones)
(Iám.2b-
usual forma estrellada. sino como en una concha. EI
d)
espolón a Ias que están'pegadas'las volutas conecra
4t-41 ,5 x 45,5 [ancho completo reconstruíble:
con la punta del ábaco por un elemento macizo más
461 x aprox. 21 cm alt. corona inf. 18 cm; alt. corona sup. 13 cm; alt. ábaco ,l cm; diám. volutas 11 cm
o menos triangular.
I. 64MZ
123 (fragmento) (lám. lc)
29x28cm Las hojas de la corona superior son de tipo nor-
mal, con los caulículos sin marcar y las hojas de envoltura colocadas con una forma sencilla de abanico; el canalillo separa el cáIatoy el equino. Este último está decorado con lóbulos diagonaIes y la cartela con lóbulos divergentes a partir del centro.
2. 64 MZ 995 + 64 MZ 1.136 (dos fragmentos) (lám. ld) 21 x23cm+21 x37cm alt. total 46-46.5
cn
alt. corona inf. 15 cm Las dos coronas de hojas son de
tipo normal y
lisas sin terminar. La zona del caulículo, la hoja de envoltura y el ábaco están muy dañados y la zona del eqr-iino posiblemente inacabada.
3. 64MZ 122 (fragmento) (lám. 1e) 46 x )3,5 cm alt. corona inf . l7 cm; alt. corona sup. 1!,5 cm; alt. equino 9 cm; alt. ábaco 4 cm La altu.ra original del capitel se conserva inregramente y el relieve permanece inacabado: en las dos coronas hay dos hojas y media sin relieve, siendo ias demás de tipo normal; faltan los caulícr-rlos, las hojas de envoltura, el borde del cáIato, el equino, la decoración de la cartela y la elaboración de las volutas; sobre el espolón de las volutas hay r-rn elemento en forma de gota
416
Se trata del único capitel entregado de todo el
conjunto, con el lado trasero sin desbastar con un grlreso de 15 cm y de un ancho mayor qr-re el del cálato; el relieve del lado frontal está en su mayof parte mutilado; en el lado derecho, Ia voluta falta por una rorlrra y la trasera fue dejada lisa sin relieve, igual que la ho¡a que se encuentra bajo ella.
En contraste con los demás capiteles del conjunto, las hojas se distinguen por ia falta de un contorno cerrado: las puntas de los lóbulos forman un zig-zag sobre un fondo liso, sin caulículos u hojas de envoltura. Entre el cáIato y el equino corre Lrna banda lisa; los lóbulos que decoran el equino demuestran menos cuidado, y las volutas son simples espirales. En el centro del ábaco, en la cartela, se dispone un abanico de lóbulos rigidos, que consriruye Ia única decoración. En la superficie del capitel, unas incisiones geométricas indican Ia preparación del ábaco, con ejes centrales y diagonales, así como tres líneas que determinan las esqr-rinas, y otras tres, que sirven para ubicar las cartelas de cada cara del ábaco (compárese con lám. I 1, fig. 1).
6. 64 MZ 132 (fragmento) (lám. 2e y fl 31 {orig. 47 ?} x 28,) lancho complero reconstruíble
4Il
cm
alt. astrágalo 3 cm; alt. ál>aco 4 cm; diám. voluta 12.5 cm Las hojas son de tipo normal, el caulículo aparece como una simple talla y la hoja de envolru-
ra queda reducida a un triángulo cortado profundamente a bisel; en lugar de astrágalo, presenta un fllete a bisel. La decoración del equino y de las volutas se construye a base de lóbulos. Las dos volutas que se unen en la única esquina conservada tienen
un botón liso y otro puntiagudo en el centro; una hoja lanceolada conecta el rollo con la pun-
ta del ábaco. Detrás de la cartela central, lisa, el ábaco retrocede 5 cm, mientras que la cartela, a su vez, retrocede I cm respecto a la cara
del equino. 7.
64 MZ 385 (Se conserva el capitel completo, aunque con mutilaciones) (lám. 3ay b) 43 x 40112?) x 26 121] cm alt. corona inf. 15 cm; alt. corona sup. 12,5 cm: alt. astrágalo 3 cm; alt. equino 7 cm; d.t. de la cinta de volutas 2 cm; alt. ábaco 3,5 cm Las hojas son del tipo normal, pero con dos canalillos en el nervio central; por 1o demás, el cálato y el equino son similares a Ia pieza n" 6. La cartela central del ábaco está hecha con lóbulos rígidos de canales profundos.
En la reducida superficie conservada
se obser-
va un círculo o disco peraltado de medio centí-
metro, bajo el cual el borde del equino sobresale unos 8 cm y la cafteIa 6,5 cm. Si este círculo hubiese tenido el mismo diámetro que el pie del capitel -lo qr,re nos parece probabie-, la suma de éste más la distancia entre dicho círculo y el borde del equino, tomada en los dos lados, o sea, 27 + 8 + 8 = 4), equivaldtía aIa altura del capitel. Podemos deducir, por tanto, que el diámetro de la superficie del equino era equivalente a la altura del capitel, mientras que los espolones de las volutas sobresalían de esta medida.
Ostenta hojas de tipo normal con una pequeña variación: dos canalillos (en vez de uno) marcan la vena central. 8.
64MZ 1156 (fragmento) (lám. ,10
3c)
x 38,5 cm
Thnto las hojas, los caulículos y las hojas de en-
voltura, como el 'astrágalo' y Ia decoración del equino son similares a los de Ia pieza anterior.
9. 64 MZ 948 + 245 + 223 (Está formado por tres fragmentos) (lám. 3d)
24,> I25 l) x 25,5 {26} x ca. 15,5 cm alt. astrágalo 2cm;alt. equino 5,1 cm; alt.ál¡aco 2,5 cm; diám. voluta 7 cm Se trata de un capitel de menor tamaño puesto que el ancho completo del ábaco es de 26 cm. Se conserva buena parte de una cara, incluyendo una hoja de la corona inferior, lisa, y otras hojas (en estado fragmentario) con reiieve. En el pie del capitel, un círculo inciso corre a 1,5 cm del borde, y cuatro iíneas incisas equidistantes se cruzan en un punto central profundo. Una de éstas es continuada por el eje axial de la mencionada hoja lisa hasta la punta, que parece sin terminar: aparentemente, ia línea tenía la función de partir la hoja en dos, no llegándose a elaborar. Resulta imposible distinguir caulículos. En lugar del astrágalo, Ia pieza presenta un friso de lóbulos (ak.2 cm), con curvatura simétrica. Ei equino (ak. 1,5 cm) tiene el mismo tipo de decoración, con un eje central marcado por un triángulo y un pequeño disco; en la superflcie del equino se retoman los canales de los lóbulos. La cartela del ábaco tiene una hoja de palma esquemática bien elaborada a bisel. Las volutas son del tipo estrellado, con un anillo centrall los lóbulos terminan en arcos cóncavos y los filetes entre ellos en puntas. Las esquinas del ábaco (con una altura de 2,1 cm y un retroceso respecto aIa cartela de 2,) cm) bajan hasta la altura de ias volutas, sin llegar a formar una hoja lanceolada. En 1a superflcie del ábaco se conserva :unalínea incisa hasta el extremo de la esquina.
10. 64 MZ I.I44 + 998 + 140 (Ei capitel se encuentra muy dañado) (1ám. 3e)
4)x1/xtacm alt. corona inf. 18,5 cm, alt. corona sup. 13 cm Presenta dos coronas de hojas del tipo normal, caulículos, en un caso con un anillo y hojas de envoltura de ues ióbulos alargados y redondeados. En lugar de astrágaIo, tiene un friso de pequeños lóbulos -a diferencia de la pieza anterior-, todos inclinados en la misma dirección, por 10 cual también se podría interpretar el di-
1t7
bujo como una cuerda. La decoración del equino se constrllye con lóbulos bastos, tiesos y casi
rectangulares. Ei escalón de las volutas es tan alto como el ábaco, las volutas estrelladas tienen sendos botones centrales Iisos y la cartela presenta una decoraci ón rígida de lóbulos en forma de abanico. Compárese con el n." 11.
n. 64MZ
328 +
I.I45
(dos fragmenros con gra-
ves mlitilaciones superfrciales) (lám. 30
x ca. 1l ,5 x ca. 24,J cm alt. corona |nf. 17,i cm; alt. corona
41 ,5
sr-rp. 15
Crn;
alt. astrágalo 3 cm; alt. equino 6,1 cm; diám. voluta l2 cm La elaboración del relieve es algo tosca. Presen-
ta dos coronas de hojas de tipo normal, pero no caulículos (posiblemente debido a mutilaciones); la hoja de envoltura se separa en dos lóbulos largos y uno central más corto a modo de brote, en dos versiones: con forma compacta, y calada (compárese con el cap. n." 13). El astrágalo aparece en forma de cr-rerda, adornán-
dose el equino con lóbulos rectos. Finalmente, las volutas son del tipo estrellado con botón central liso y la cartela del ábaco se presenta sin relieve.
12. sln (Se trata de un capitel completo, dañado y posteriormente recomplresto) (lám.,ia) 25,J x22l?lx ca. 15,5 cm alt. corona inf. 8 cm; corona sup. 8 cm; alt. astrágalo 1,5 cm; alt. eqr,rino 3,1 cm; ak. áL¡aco 2,5 cm' diám. voluta 6,5 cm Se trata de un capitel de menor tamaño (similar al cap. n.'!). Presenta dos coronas de hojas de tipo normal bien elaboradas, con una vena central formada por dos canalillos. Las hojas de la corona superior tienen un contorno en forma de
ligero zig-zag y punta trilobulada. Los caulículos son finos y lisos y se parten en los dos lóbulos curvos de la hoja de envoltura. Una cuerda ocupa el lugar del astrágalo, el equino está decorado con lóbuios inclinados y las volutas estrelladas cuentan con un botón central rehundido. Las cartelas están destrozadas.
4r8
13.
64 MZ 913 (Se conserva la altura completa pero falta la mitad del cuerpo) (lám. 4b y c) 44,5 x 28 I45l x 19,J í34?] cm alt. corona tnf. 14,5 cm; alt. corona sup. 11,5 cm; alt. astrágalo 4 cm; alt. equino 7 cm; alt. ábaco 3,5 cm, El retroceso del ábaco detrás de la cartela es de 5 cm y ei de Ia cartela detrás de borde de1 equino es de 1,i cm. La parte conservada del capitel demuestra una buena calidad de ejecución. Presenta dos coronas de hojas de tipo normal, observándose en la superior un contorno en forma de ligero zigzag. Los caulículos permanecen sin marcar: la superficie lisa termina en una 'llor de lis' (hoja
de envoltura trilobulada) profundamente culpida. En
es-
borde del cálato, entre dos cintas lisas, aparece una trenza de dos ramas profi,rndamente perforada (¡los agujeros de trépano tienen una profundidad de 1 cml). El equino no presenta abombamiento y se halla decorado con lóbulos clrrvos clue se unen en picos en el e1'e central de la cara. Nuevamente, las volutas estrelladas aparecen con un botón central liso y una 'hoja de palma' esquemática en e1
Ia cartela.
MZ
386 (capitel completo, recompuesto y bastante dañado) (lám. .id)
14. 64
47 ,5 x 44
{48.1x 29 {33 ) cm
alt. corona inf. 15,5 cm; alt. corona sup. 15,1 cm; alt. ábaco 3,5 cm Conse¡va dos coronas de hojas con doble ne¡vio central, con gran cantidad de lóbulos (más finos
de lo usual) y contorno en zig-zag. Una punta muy bien conservada demuestra la estructura de su superficie, con surcos que marcan los 1óbulos en los lados de la parte central, que es ancha y se abre para englobar la propia punta en forma de gota. Del equino se conserva tan solo un pequeño resto con dos hojitas o lóbulos. El arranque de la voluta con un fino tallo y hojitas está trabajado 'á jour', rasgo éste qr-re distingue Ia pieza de Ios demás capiteles del conjunto.
I5. 64MZ 387 (dos fragmentos 39l4l,t) x 43 cm
casados) 0ál¡r'. 4e y
fl
alt. astrágalo 3,5 cm; alt. ábaco 3-4 cm; diám. voluta 12 cm
Sólo se conserva la parte superior de la prcza, que está en un estado fragmentario. De la hoja debajo de la voluta sólo queda la punta, clue está conectada con la voluta por un peqr-reño
este caracol, nacen cllatro lóbulos en abanico y
bloque. La hoja de envoltura termina en tres delgados Ióbulos puntiagudos, aún visibles. Una fina cuerda marca el borde del cálato y
do a bisel, los otros tres son lisos, terminando uno en punta redondeadal2. Aunque la corona
otra, más gruesa, en el lugar del astrágalo, corre en dirección opuesta. La voluta, con decoración estrellada como una rueda, escá cortada limpiamente, y ofrece el detalle de una pequeña concha decorando su centro. El ábaco conecta con la voiuta a través de un triángulo alargado, que no está elaborado como hoja. En la otra parte de la voluta, el relieve está iniciado, aunque permanece inconcluso. En aqr,rella cara, ia superficie del eqr-rino quedó iisa, al igual que la voluta de Ia otra esquina (en sus dos lados). Lahoja debajo de dicha voh-rta está elaborada a medias. El equino en la tercera cara tiene relieve de lóbulos, en la cuarta ie falta. Obviamente se trata de una pieza inacabada. i 6. s/n (fragmento de pie de capitel) (lám. 5a) En este pequeño fragmento, el resto de relieve
que se conserva es mlry fino. Se trata del arranque de una media hoja de la corona inferior, semejante al cap. n.u 17: Ios primeros dos lóbulos se curvan hacia fuera. enrollándose uno de ellos y subiendo el otro hasta tropezar con el primer lóbulo. Una hojita puntiaguda saie entre ésros y otra redondeada por debajo. 11.
de diferentes longitudes que rellenan el espacio
entre dicho primer lóbulo y el pie del capitel. El lobulo que se encuentra más bajo está corta-
superior esté dañada, se puede observar que no quedaría espacio para este motivo que es, además, característico sólo de la zona del pie del capitel. Las dos puntas dobladas que se conservan muestran un fuerte relieve a bisel, comparable al del equino. El elemento del caulículo con hoja de envoltura está transformado en el ornamento floral más complejo de toda la serie: en vez de una, hay dos hojas de envoltura que llegan al borde del cáIatc¡. Tienen forma de 'flor
con un lóbulo central redondeado plano. Estas hojas enmarcan una especie de doble palmeta o capullo: dos pequeños lóbulos curde lis',
vos constituyen un eje horizontai, desde donde crece hacia arriba un gran capullo plrntiaglldo
con centro cavado y flanqueado por dos lobulitos redondeados; y hacia abajo, cuatro finos lóbulos cortados a bisel, de los que sale otro capu-
llo almendrado liso. En la otra cara del mismo fragmento con voluta, por el contrario, aparece la flor de cuatro pétalos del modelo clásico cuya
sustitución habíamos observado antes; sin embargo, entre ella y el astrágalo se insertó también un pequeño brote. E1 astrágalo
adquiere acluí su forma clásica, con
64M2439 + 1.I04 + I.111(capitel fragmen-
dos pequeñas perlas alternando con unaa).arga-
tado con la altura completa) (lám. 5b-d) 46,5 x 28 I45) cm ait. corona inf. 15 cm, a1t. corona sup. 13,5 cm; alt. astrágalo 3 cm, alt. equino 8 cm; alt. ábaco 4,f cm; diám. vo-
da. La decoración típica a base de lóbulos cubre
luta 13 cm Este es el ejemplar más elaborado de los capiteles de la mezquita de Madinat aI-Zahra'. El testigo de la corona inferior de hojas presenta una particuiaridad: se trata del resto del pie de una media hoja, con la siguiente estructura: e1 arranque del primer lóbulo se enrolla hasta encerrar un pequeño círculo marcado por un agujero de trépano y el corte a bisel corre de un
extremo al otro del mismo lóbulo. Debajo de
el equino y la carteia. Como en ).apieza n." 11, una concha ocr-rpa el centro de la voluta estrellada; al lado de una de las dos volutas conservadas (no visible en la foto), el lóbulo del equi-
no termina en Lrn peqlreño caracol y dos hojitas.
Una hoja lanceolada se ace rca a la esquina de las volutas, llegando con su punta a la esquina del ábaco.
Compárese con el
n.'18.
18. 61+MZ 943 (fragmento con voluta) (1ám. 5e)
cm; a1t. eqr-rino 9 cm; diám. voluta
13
::" 119
El fragmento conserva una voluta completa estrellada con su concha central, ia punta de la hoja situada debajo de Ia esquina de las volutas, un resto del astrágalo ciásico (se observa
Varios fragmentos con hojas y una serie de fragmentos de capiteles de mayor tamaño. Ent¡e los fragmentos hay tanta variedad de detalle como en los capiteles presentados arriba, por ejemplo: en el fragmenro 64 MZ Cl11tl (lám. 6b), vemos hojas de la corona inferior 1isas; en el 64MZ l')5 (Iám.6c), las hojas de la corona inferior tienen un relieve muy poco pro-
una perla pequeña y parte de otra alargada)y,al Iado de la voluta, un fragmento del equino con el primer lóbulo de su relieve fo¡mando una pequeña voluta con dos hojitas, ya observada en el
fundo y blando. En la punta de hoja 64 MZ l4O (lám.6d), por contrario, el corte a bisel es limpio y profundo (compárese con el cap. 17,
capitel n.' 17. Se podría tratar de un fragmento del capitel n." 17 o, lo que es más probable, de un paralelo exacto. addendum: 64MZ 846 Con astrágalo, equino con lóbulo enroliado y voluta con concha, este fragmento sin lugar a duda formaba parte de los n." 17 ó 18. 19. 64
MZ
97
I
lám. 5b), y su dibujo tiene detalle. El fragmento s/n. (lám. 6e) muestra una estructura en la parte superior de la hoja (debajo de la voluta) que se parece a otras de la serie (p. e., lám. 1a, 4d) y que se mantendrá en los capiteles del Salón Rico (lám. 8c).
(fragmento con parte del ábaco y
de una voluta) (lám.
2l ,J x 39"5 142]
i0
22. fragmentos con o s/n (1ám. 6f-h)
cn't
alt. astrágalo ca. 2 cm, alt. equino 7 cm; alt. ábaco 4 cm, diám. voluta 11 cm
Varios fragmentos de volutas que ostentan botón liso, botón rehundido, concha lisa o concha
Aparecen restos de la corona superior de hojas con contorno en zig-zag, ya qlre las medias lunas en que terminan los lóbulos están recortadas muy Iimpiamente; hola de envoltura de ttes lobulitos con punta aguda; astrágalo en forma de cuerda. Los lóbulos que decoran el equino irradian de una palmeta central qlre es similar a las palmetas del capitel n." 17'. encima de dos lóbulos enrollados alrededor de unos grandes agujeros de trépano, sube un capullo con centro cavado y flanqueado por dos hojitas redondeadas. En el centro de la voluta estrellada hay una concha y un triángulo liso ocupa el espacio entre la voluta y Ia punta de1 ábaco (rota).
elaborada.
20. 64MZ I49 (fragmento de pie de capitel)
23. sln (fragmento de cálato con líneas debajo del pie, sin fotografía) Parte del nírcleo de un capitel en cuyo asiento ocho manojos (o sea, cuatro que se crllzan en el punto central) de tres iíneasrr. se conservan líneas incisas, en
l1 s/n (capitel recompuesto de muchos fragmentos, sin fotografía)
46 x? x32 cm
2t
trozado, sin fotografía) alt. total 45 cm
El excavador de la mezquita relata qr-re se hallaron los siguientes capiteles en el patio: n." 4,5, 7,9-1I,I3,It, 16,19, y en el oratorio, n." 1,
(1ám.
6a)
alt. torona in[. 16,5 cm Un fragmento de la corona inferior de hojas está sin terminar de elaborar, pues ia hoja extema de la izquierda no tiene relieve. Las medias lunas en las que terminan los lóbulos quedaron rellenas, en contraste, por ejemplo, con las hojas del capitel n." 19, donde dichas medias lunas fueron cortadas por dentro y por fuera. Se parece a Ios n.u I, 4,I ,8, 10, 1 1. 21. Fragmentos con o s/n (lám. 6b-e) 420
s/n (capitel de altura completa, con relieve des-
3 y 1414.
ANALISIS DEL CONJUNTO En cuanto a la forma del cuerpo, nuestra serie mlry homogénea. Su decoración esculpida, igualmente bastante uniforme, presenta algo más de variación. Por eso, la secuencia del n." A / n." I al n.' 19 del catálogo se ha establecido según el grado de complejidad de su relieve. Los capiteles n." 2l a es
25
están demasiado incompletos para encajarlos en
El n." A, conservado en el Museo
esta progresión.
Es interesante observar que en eI área del Salón Rico fileron encontrados dos lotes de capiteles cuya
Arqueológico Provincial de Córdoba, ya fue atribuido a la misma serie por D. Félix Hernández Gi-
medida básica es cliferente. Según Patrice Cressier't,
ménez en base a argumentos comparativos. Aunque
cm de lado y 28129 cm de diámetro en Ia base, y los de los vanos laterales de la sal¿r sur miden 3413J cm y 22123 el diámetro de la base , con lo cual su proporción ya está cambiando ligeramente desde la t¡on-
compartimos ai cien por cien esta atribución, no tenemos ninguna prueba definitiva de que Ia pieza haya sido utllizada en la mezquita palatina. Los capiteles grandes miden entre 44,5 y 4l ,1 cm -en los ejemplares más completos, alrededor de una media de 46 cm de alto y 46 cm de máximo ancho-, y los dos capiteles mas pequeños arrojan un ancho y una altura de 24,5-2),5 cm. El diámetro del pie de Ios primeros mide entre 21 y 33 cm, el de los segundos unos 15,5 cm. No sabemos con exactitlld cuál era el codo nta'muní en aquel momento; Félix Hernández dedujo que equivalía alrededor de 4l cm, lo cual cuadraría suficientemente bien con Ia altura media del grupo de capiteles estudiados por lo que suponemos que el cubo a partir del cual se esculpió el capitel tenía un lado de un codol¡.
los capiteles de los arcos de la nave axial miden 13145
cocónica hacia la cilíndrica. Cressier contrasta estas medidas con otras de la mezqr-rita mayor de Córdoba,
donde la altura de los capiteles labrados en tiempos de 'Abd al-Rahman III para transformaciones puntuales de la sala de 'Abd al-Rahman II alcanza J2 cm. Entre los capiteles de la mezquita de Madinat al-Zahn', hay dos cuyo ancho llega hasta 50-52 cm. Parece aventurado, de todas formas, intentar hacer cualquier deducción sobre canteros o incluso equipos en base a estas variaciones.
El estado de las piezas no permite establecer e1 esquema de medidas básicas con claridad y detalle. En paréntesis [], se indican las medidas originales reconstruibles o estimadas. Resulta:
Capiteles grandes, y capitel mediano (n." A, en el MAP de Córdoba):
a) altura: b) máximo ancho (ábaco):
c) diámetro pie: d) diámetro ecluino: e) alt. corona inferior de hojas: f) ancho holas de la corona inferior: g) alt. corona superior de hojas: h) alt. astrágalo: i) alt. equino: j) ait. zona de volutas: k) alt. ábaco: l) diámetro voluta: N." r4,5
2
46 +6,5
l I
16
5
45,1
2L)
6 1
u 10
141
f
e
l 1.5
g 10
28 l?l
ll.5
t)
10 I?l
28.1 {.i1
19,t
I1
l?l
28 I?l 45.1 {161
4a
45
tl
23t31 l?l
26t /1
15
3,5-4,1 cm 11-13 cm
l +,j
lt]
del ábaco" (expresión de Pavón Maldonado)
7-9 cm 2 cm
b
a
A
media de'16 cm media de 46 cm media de 2) I )) cm = alt. capitel? (véase n." 7) - diám. de La "planta 15-20 cm 1 1-12 cm (n." 4) 11,1-l 5,5 cm 2-1 cm
26
20
5
l8
L1
T2
l
40 t12t1
26 1211
4L,t [?]
It
12.5
18.5
rl
j8.5 {?l 41
ll
42r
LL
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11,5
\1 .5 150/l
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Ii5l
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1.18/l
l9 I.1l,5l
21.5 1
L
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15,5
Ll-15
11.5
I,l5l
L
I
46
l/)
2t
+5
I?l
Capiteles pequeños (n."
altura: b) máximo ancho: c) diámetro pie: e) alt. corona :inf.: g) alt. corona sup.: h) a1t. astrágalo: i) alt. equino: k) alt. ábaco: l) diám. voluta: a)
1,)
) y L2): 24,5 Q5)-25,5 cm 22 I?l-21,5 (26) cm
1i,5 cm 8 cm 8 cm
I,)-2
cm
3,i-1,5 cm
2,)
cm
6.1-7 cm
de los problemas métricos, los esti-
lísticos resultan también del mayor interés. EI catálogo elaboraclo en 1993 por Carlos Márquez Moreno de los capiteles romanos de Corduba, Colonia Patricia -catálogo qriizás no completo, pero sí voiu-
minoso- compre nde
)2I
6,5
a2
ESTUDIO ESTILÍSTICO-COMPARATIVO
piezas. Sólo diez de ellas
son capiteles compuestos. Claramente, el
tipo
más
importante en la arquitectura cordobesa durante el principado era el corintio. Siete capiteles complrestos romanos reaprovechados en la mezquita mayor forman un grupo estilístico diferenciado (lám. Sd)tt. En ellos, ia corona inferior cie hojas siempre despliega un acanto espinoso con profr-rndos canales y ojos de trépano; los segmentos de las hojas se componen de varios foliolos. En algunos, la corona superior de hojas demuestra una alternancia en-
tre hojas de acanto y'hojas de palma'. Las'hojas de
palma' se componen de foliolos individuales separados por canales qlre corren más o menos paralelos.
Dichos foliolos terminan en un corte ancho, no en punta. Se nota el fuerte uso del trépano. Esta sustitución del acanto parece agudizarse con el tiempo. 422
1
19.1 1421
20
Al margen
It
7.5
L+.t
41
I7
is
28
De la época visigoda, una gran parte de los capiteles conservados en Córdoba se encuentran en la mezquita mayor: en total 68 ejemplares de Ios cuales 16, o sea casi una cuarta parte, son del tipo compuesto'8. Hay que destacar que todos ellos, con una sola excepción, tienen hojas lisas. Por el contrario, en la misma mezquita aljama, entre los 16 capiteles islámicos emirales (ampliación de 'Abd al-Rahman II terminada en 8,18) ninguno corresponde al tipo compuesto. En la periferia de Ia Península Ibérica, el panorama del capitel visigodo compuesto es amplio. En la iglesia regia asturiana de San Julián de los Prados, por ejemplo, unos capiteles vrsigodos reutilizados ofrecen interpretaciones libres de los elementos del compuesto, aunque incluyendo caulícuios (1ám. 9b)Le. AI mismo tiempo, sabemos que existía en el mundo visigodo la capacidad de trabajar a otro nivel, como lo prueba en la basílica del rey Recesvinto de San Juan de Baños en Palencia una copia de casi total perfección del corintio c1ásico20 situada cerca del ábside central, Lrn proceso que se repetirá en el mihrab de 'Abd al-Rahman II en la aljama de Córdoba2t. Otros dos capiteles de Baños -derivados del corintio- mlrestran un trabajo a bisel más rígido; uno de ellos (1ám. 9c) ofrece la particularidad de conectar dos hojas vecinas por Lrna media Iuna de compás. Aquel método lo encontramos también, por ejemplo, en un capitel corintizante visigodo en Ia mezquita mayor de Córdoba". ¿Se daría desde ailí el paso para enrollar el primer lóbulo de la hoja en una pequeña voluta? Es un motivo que aparece en un capitel de la mezquita palatina, al igual que en un fragmento de otro del patio de la misma (Iám. ia, b, d). Un edificio más temprano, de mediados del s. IX, que ofrece este detalle es el mirador del rey asturiano Ramiro llamado Santa María de Naranco en Oviedo (lám. 9d).
también en un pequeño capitel islámico de piedra caliza del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba, que parece ser emiral (lám. 80'?r. La mencionada serie cordobesa de capiteles compuestos lisos de época visigoda, tiene un paralelo estrecho en Mérida, en Ia Alcazaba (lám. !e) y en el patio del Parador. Al grupo se añade alguna pieza suelta en Sevilla y Granada (lám. 90. Sus caracterísSe observa
ticas fundamentales son: proporciones compactas, a veces con cáIato alargado; hojas carnosas, las de las
esquinas en la corona superior conectadas con el soporte de las volutas (o discos), en algún caso tras ser alargadas, en otros a través de un filete o una hojita que desciende desde la voluta y la cubre. El corte de la esquina de voh-rtas tiende hacia la forma triangular. EI borde del cálato y el equino quedan marcados por dos canalilios o astrágalo y ovas. En pocas de estas piezas se dá, entre el cálato y el ábaco, la zona retrocedida de la cual salen las volutas; éstas, sólo en un caso llevan Ias hojitas aflechadas mirando hacia el equino y la llor de cuatro pétalos en el centro. IJn elemento macizo de esquina es su soporte, a cuyas caras están 'pegadas'. En la mayoría de
ejemplares, las volutas ya no forman espirales, sino qlre están reducidas a unos sencillos discos, como en
un capitel granadino en el Museo de la Alhambra (lám. 90"'. Ya que nuestros capiteles ostentan una técnica a bisel bastante fina, en cuanto al manejo de
herramientas, sí que se puede comparar con el corte a bisel muy limpio (lám. 9a), aunque hayamos observado antes que el corte en la mezquita palatina es en "v" asimétrica, mientras que en los ejemplos visigodos es en "v" simétrica. Como es sabido, la técnica a bisel en general estaba muy difundida en el relieve visigodo, sobre todo del s. VII avanzado, e iba a se¡ característica de los capiteles mozárabes. Entre los 66 capiteles que Patrice Cressier atribuyó a Ia época emiral2s -en algunos casos con grandes dudas o reservas-, sólo siete son compuestos. Aparte de la coincidencia de la conservación, tendencialmente confirman que el tipo compuesto, antes de la época de 'Abd al-Rahman III, no tuvo una importancia especial. Todos ellos muestran Lrna enorme heterogeneidad. En cuanto a la técnica escultórica. entre los capiteles emirales de la mezquita mayor de Córdoba, por ejemplo, algunos están elaborados con el
corte a bisel, en combinación con el trépano, so-
bre todo para los 'ojo5'':r'. En otros, se observa mucha más maestría, sobre todo los cuatro que flanquean el tnihrab (originalmente el de 'Abd al-Rahman II, t¡asladados al de al-Hakam Ii) y que copian modelos clásicos con gran fidelidad2r. Esta fuerte corriente de reviviscencia de tipos romanos, la ilust¡an tambien un capitel complresto en Londres
(lám.
y otro en Granada2e. Un follaje emparentado, pero más simplificado, se encuentra en un 10a)28,
capitel cordobés (del tipo con clratro hojas de esquina) conservado en el Museo Arqueológico Nacionalj0. En éste, el contorno de las hojas de la corona inferior ya aparece'serrado', aunque no tan regularmente como en los capiteles de la mezquita palatina (p. e.,
Ián.
4d). Las hojas de esquina superiores,
a su vez, terminan en una media luna rellena, como
algunas de nuestra serie (p. e., lám. 3a). Si comparamos el capitel de Londres (lám. 10a) con dos capiteles emirales de Sevilia (lám. 1Ob)lt, observamos lo siguiente: el acanto de la corona inferior se ha hecho en Sevilla más rígido: sus lóbulos aquí tienen todos los mismos ojos triangulares, están separados por
canalillos desde el pie del capitel y dejan notar el uso del compás para slr curva, 1o que no se dá en el capitel de Londres. La corona superior en el de Sevilla ya no es de acanto, sino de hojas rígidas 'de palma', con lóbulos paralelos ligeramente curvos que terminan no en punta, sino en línea recta, con una superficie ligeramente cóncava. La vena medial está perforada con agujeros de trépano, un ornamento que ya se realizaba en época visigoda¡2. Los caulículos, sencillos en el londinense, y terminando en dos hojitas lisas de las que sale un tallo que lleva flor y otra hojita, en el de Sevilla, se componen de lóbulos lanceolados con la llor sentada encima del caulícuIo. Astrágalo y ovas en el sevillano han perdido algo de su plasticidad, las hojitas aflechadas salientes de las volutas aparecen como pequeñas alas, y en las
volutas mismas, trabajadas con mucha penetración, unas profundas líneas de sombra separan tallo y hojas, al mismo tiempo que en dichas hojas se ha dado el paso definitivo desde cierto movimiento naturalista a Ia seriación gráf.ca. O sea, la tridimensionalidacl se mantiene a través del juego entre superficie y perforación, mientras que Ia ornamentación se acercaala bidimensionalidad. Lo mismo sucede con la flor del ábaco y el 'friso de cañas' inclinado que recorre las caras del ábaco. Es una rama entre varias 42a
en el desarrollo del capitel emiral que tendrá cierro
reflejo en los de la mezquita paiatina. Volviendo a Córdoba, hay dos capiteles emiraIes en el Museo Arqueológico Provincial que nos interesan por ciertos rasgos. El primero (lám. 10c) es un compuesto con una sola corona de 'acanto', sín caulículos pero con hnos tallos llevando media palmeta en vez de hoja de envoltura y flor; conrario de perlas muy alargadas y huesecillos -los propios 'astrágalos' marcados con grandes agujeros de trépano, y ovas y flechitas en el equino- todo esto sin demostrar una clara compresión del modelo clásico. En las volutas, Ia copia del vástago de hojas qlre termina en la voluta es difícil de reconocer, y no tiene una conexión orgánica con los demás elementos. De hecho, parece que en vez de arrancar de Ia zona entre el equino y el ábaco, Ias hojas bajan desde las caras del ábaco mismo. La vista de esquina de las volutas mllestra que ya se está preparando la 'rueda' típica de los capiteles califales. Desde el pie del capitel, el diámetro del cálato crece casi desproporcionadamente. Este ensache es similar al del segundo capitel (lám. 10d), el cual, sin embargo, tiene otra relación de altura, resultando un cuerpo netamente troncocónico. La relativa altura se debe a las cuatro grandes hojas de esquina encima de la primera corona; entre ellas, un cáliz de hojas sube hacia las volutas, pero no Ilega a formarlas claramente. Más bien, las volutas parecen salir de un cuádruple anillo clasificable como "equino", aunque el follaje no corresponda al tipo compuesto. Los elementos comparables con los capiteles de nuestro estudio son ese tratam.iento independiente de las volutas, la roseta de pequeños lóbulos qLre ocupa las volutas ¡ a modo de contraste, la superficie calada del cálato: si en los capiteles de ia mezqr-rita de Madinat al-Zahra
el trépano (salvo en algunos detalles), y la diferencia con el subsiguiente estilo de 'nido de abeja' resulta enorme , no es porque no haya apenas se empleó
habido aírn Ia tendencia hacia disolver la superficie, pues esta voluntad es patente (detalles a trépano en
la mezquita palatina: lám. 5b y c: el astrágalo está profundamente marcado, igual que los brotes que salen de los caulículos; lám. 4b y c: muestra el uso del trépano para las hojas de envoltura, contario de trenza de dos cintas; lám.5f decoración de la carteIa; Iám.4d: lóbulos y curva de la voluta). 424
En los capiteles de la mezquita de Madinat alZahra', las proporciones dei cálato son tan concisas como en el capitel fuertemente clasicisante de Londres (lám. 10a) o los visigodos de hojas lisas en la mezquita mayor de Córdobarr. La corona superior de hojas llega hasta el borde del cálato; como en otra pieza emiral exquis.ita, pero de procedencia desconocidaia, unas hojas de envoltura llenan los
vacíos entre hojas y astrágalo, así que toda la super-
ficie del cálato está cubierta con relieve. La impresión que ofrece nuestra serie es la de un tipo maduro que enlaza con diferentes corrientes emirales, simplificándolas. Al mismo tiempo que su relieve no mantiene la profundidad y dinámica, eI caráctet plástico es más fuerte que su ornamentación. Todavía anteriores a los capiteles de Ia mezquita palatina, p^ra la fase del emirato de 'Abd arRahman III y el primer decenio de su califato nos orientan aigo unos capiteles con epigrafía que, a su vez, también comprueban la transición del cuerpo troncocónico al cilíndrico; el follaje, por el contrario, empieza a formar la 'malla'r5. En este ambiente, parece cuadrar también un capitel compuesto en Córdoba, en el patio de la antigua sede del Banco Pedro López (lám. 10e). El cálato se encuentra recubierto con dos coronas de hojas de acanto blando, que llevan acentos de trépano. Entre las I'rojas superiores, la superflcie está rellena con caulículos con pequeñas hojas de envoltura. Las volutas, adquiriendo ya la forma de rueda, hacen contacto con las hojas de esquina. Esta organización del relieve es igual en Ios capiteles de nuestro estudio. En el ejemplar cordobés, el contario y el equino llevan los motivos clásicos; en otro capitel, en el Alcázar de Sevilla (lám. 100, éstos se han transformado en ornamentos de hojitas. Las volutas, desde su arranque, consisten en tallos planos con hojas puntiagudas marcadas por profundas sombras; el capitel n.' 14 de nlrestro conl'unto (lám. 4d), aunque muy mutilado, deja reconocer una voluta similar, con la diferencia de que el relieve empiez donde Ia voluta sobresale más aIIá de la superficie del equino (lo que es una constante en todo el conjunto). Visras
por la diagonal del capitel, aparecen como ruedas tripartitas; en vez de la hola Ianceolada que cubriría su per6l subiendo desde abajo, sale entre la voluta y la esquina del ábaco una hoja corta que se enrolla haciaarriba. Las cartelas ostentan, en su mayoría, la
hoja de palma esquemática que se adapta al rectán-
gulo, surcada con el trépano. Por las caras del ábaco, corre un fino canalillo que falta en la serie de la
mezquita palatina. Por último, hay que observar un capitel mutilado de las terrazas superiores de Madinat al-Zahra' publicado por Pavón Maldonado (lám. 1la)'6. Cressier hace referencia al mismo en comparación con otro ejemplar del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba que llega a clasifrcar como "inmediatamente pre-califal" y "de transición" por su acan-
rolr, asumiendo
esa
continuidad del acanto clásico
espinoso, el capitel de las terrazas no representa una
'reviviscencia' del acanto, sino que los capiteles de la mezquita representan un hiato en esta tradición. Por otro lado, el abandono de la forma 'naturalista', como hemos dicho arriba, ya estaba avanzando, y un capitel de Granada fechado en 340H1 95112 de nuestra era, que fue publicado por Manuel OcañaJ8, demuestra que unos diez años después de labrarse nuestra serie, las dos corrientes se fundían de manera sofisticada. Dadas tales variantes en el mismo contexto cronológico y geográfico, debemos asumir que los canteros de la mezquita de Madinat al-Zahn' tuvieron ocasión, en cuanto a modelos y corrientes, de elegir entre distintas opciones, por un lado, y por otro, como subrayan las fuentes, no disponían de mucho tiempo: solo un ai'o. La deliberación, por tanto, estaba condicionada por las circunstanciasle. Incluso, inferimos que se eligió la piedra calizablanca, por
color con el mármol, mientras que su textura blanda se trabajaba mucho más rápidamente. Y precisamente por la escasez de tiempo disponible, tenemos que contar con un equipo bastante nlrmeroso de tallistas; posiblemente, diferences individuos trabajaban en las dife¡entes etapas de la producción del capitel. Para conseguir una relativa
su parecido de
uniformidad en las dos series de capiteles (grandes
En los capiteles de columna, los canteros reunieron varias tendencias y corrientes: una, retrospectiva en el fuerte uso del bisel; otra, mucho menos prominente, convirtiendo el repertorio fltomorfo en ornamentación gráfrrca, con tendencia, en tercer lugar, hacia el tipo 'encaje'; por írltimo, 1a decisión de crear una serie homogenea, con ligeras variaciones, que sí denota un ideal clasicista. Esta decisión está en contraste con Ia mezcla de tipos en los capiteles emirales de la aljama de Córdoba, donde llevaban significados específicos en sus distintos emplazamientos. En consecuencia, deducimos que
bajo 'Abd al-Rahman III ha madurado una voluntad de definir un 'estilo propio' a través de la producción de series, cuya primera realtzactón encontramos en la mezquita palatina, después en el Salón Rico, y por fin, IIevará a la ya'producción en masa' en las siguientes ampliaciones de ia aljama de Córdoba. La novedosa preferencia del tipo compuesto, la proporción, y la organización de los elementos de-
corativos de los capiteles de la mezquita de Madinat al-Zahra' se mantuvieron en los capiteles califales posteriores. Por eso, nlrestro conjunto se puede clasificar como clave para concluir un período de formaciónr', que, en mí opinión, quedó tan simple y austero en su follaje por la brevedad de tiempo disponible, dando paso al enfoque total y virtuoso en ei follaje a un nivel de increible suntuosidad en el Salón Rico, donde los canteros tuvieron la libertad de desplegar sus capacidades. Su maestría ya se formaba, o incluso ya existía, a la hora de trabaiar parala mezquita. Adaptándose a las circunstancias, el director del taller encontró una solución elegante para los capiteles del templo que por io menos era el segundo en importanctapara el califato en el momento de su construcción.
CATÁLOGO DE LOS CAPITELILLOS
y pequeños), 1o más operativo era una cierta simplicidad en la traza. Esta observación puede extender-
dos diferentes entre sí'i'. Esta heterogeneidad con-
se hasta la
proporción cúbica. Para los capitelillos se recurrió a otras posibilidades, al igual que para un capitel de pilastra (lám.
trasta con la uniformidad seriada de los capiteles de columna. Están hechos en otro tipo de piedra caliza de grano muy fino. Las cuatro piezas mejor conser-
11b) cuyo fragmento fue publicado por Pavón Mal-
vadas
donadoa" en dibu¡o, y que ostenta hojas blandas y 'ojos' a trépano.
tro
Los catorce capitelillos que se conservan son to-
(n.' 1-4) tienen e n común que una de sus cua-
caras es lisa, cortada en vertical, para ser adosa-
da aI aparelo de un vano (arquería ciega o ventana).
42t
comparten este rasgo. El relieve de las tres caras de los capiteles distingue entre el frente y los lados. Los agujeros y rombos de trépano tienen hasta 1 cm. de profundidad, con lo cual
hoja lanceolada que conecta la voluta con la esquina del ábaco tiene un relieve interno.
Sus basas respectivas
3. (Neg. MaZ 2002-218, 2002-251) (Iam. 7 a, 3 y
]b,3)
ofrecen unas zonas de sombra muy destacadas. En la parte superior de los capiteles se conserva el esque-
13 x 12,5 cm. alt. corona inf. 5 cm; diám. disco en el ábaco
ma de las líneas de preparación.
8,8 cm; alt. ábaco 1.5 cm. Este capitel corintizante tiene dos coronas de hojas parecidas a las de los n." 1 y 2; sin embargo, la vena medial aquí no está defrnida en sí. Entre la corona superior de hoias y la cartela están apretados los cálices de las hojas, careciendo otravez de caulículo; y como en los n.'' 1 y 2, las bandas de las sencillas volutas salen detrás de la cartela (en vez de subir desde los cálices existentes), reminiscencia, sin duda, del tipo compuesto. En las cartelas hay un abanico de lóbulos rígidos. Las caras del ábaco tienen
1. (Neg. MaZ 2002-241 ,2002-212) (Iám.7a,l y 7 b,1) 15
x 16 cm.
alt. corona in{. 12 cm; diám. disco en el ábaco 10 cm; aln. ábaco 2 cm. De esta pieza mutilada sólo se conservan ias dos volutas traseras. Una hoja lanceolada cubre el perfrl de las volutas, en el centro de las cuales está ubicado un pequeño racimo de uvas
colgante. Las hojas de la corona inferior tienen una vena medial de filete, pequeños lobulitos iniciales horizontales, lóbulos tiesos que sr-rben en diagonal con grandes ojos de trépano y vanos entre hojas romboidales. La superficie de la zona superior -segunda corona de hojas, cartelas- está demasiado destrozada para evaluarla, pero se habrá parecido mucho a la pieza n." 2. La voluta sale de una hoja serrada. En el ábaco, la única decoración es un canal horizontal inin-
una acanaladura horizontal.
4. (Neg. MaZ2002-249,2002-251) (lám. 7a,4y 7b,4) 16,5 x l3 cm, alt. corona inf. 9 cm., diám. disco en el ábaco 9,J cm., aj:t. át>aco 2 cm. Los lados quedaron sin relieve por su mitad. El
tipo compuesto
terrumpido.
equino. Carece de corona superior y las hoias
2. (Neg. MaZ2002-250,2OO2-2r3) (lám. 7a,2 y
de la única corona aparecen mr-ry altas, sin vena
lb,2) 13
medial, con lóbulos tiesos y puntiagudos que
x 12 cm,
dejan grandes rombos de somb¡a entre las hojas. Un brote almendrado ocupa el centro del
alt. corona lnf . 4,J cm; diám. disco en el ábaco 9 cm; alt. ábaco 2 cm. En mejor estado de conservación, se reconoce que este capitel, hermano del n." 1, es del tipo corintizante con tendencia hacra el compuesto: los cálices de las hoias no suben desde los caulículos, sino que forman un peldaño (en el lugar del equino); las volutas, a sll vez, tampoco nacen de los cálices, sino que salen detrás de las cartelas (compárese con los capiteles de co-
lumna, compuestos). Las hojas de las dos coronas tienen la misma estructura que en el n.' 1, con la superfrcie de las puntas mostrando surcos que indican el ancho de los lóbulos. En la carte-
la se despliega un abanico de lóbulos muy sencillos. La voluta aquí se enrosca como una simple banda terminando en un pequeño botón. La
está claramente definido por el
equino. Por desgracia, Ia cartela está arrasada. Presenta grandes volutas de lóbulos puntiagudos (compárese con el n." 9) y las caras del ábaco lisas.
l.
(Neg. MaZ 2002-27 6) (1ám. 1 c, 1) 14
x 12 cm.
Pareja de1 n." ,1, de tamaño similar aunque el relieve está en peor estado de conservación.
6. (Neg. MaZ 2002-256) (lám.7c, 6) 10,t {?l x 12 cm. Gravemente mutilado. La superficie del relieve está mlry desgastada; se reconocen dos coronas de hojas con zonas de sombra, como las de los
n." 1 y 2. La voluta está formada con lóbulos pLrntiagudos.
7. (Neg. MaZ 2002-260) (Iám. 7 c,1) 7 x 11cm.
12 Se
Únicamente nos ha llegado un fragmento. Tiene la voluta como la de ios n." 1 y 2, pero mejor ejecutada con corte a bisel. El ábaco presenta dos acanaladuras horizontales.
8. (Neg. MaZ2002-261) (lám.7c,8) ) x 10,5 cm.
rizontal.
t4. (Neg. MaZ 2002-258) (lám. 1c,14) 8x12cm. Mitad superior de un capitel sin elaborar: sólo
BREVE ESTUDIO DE LOS CAPITELILLOS La primera característica que desraca de Ia serie
9. (Neg. MaZ 2002-2J9) Qám. 1 c, 9) 8x12cm. un fragmento. La voluta es similar a la del n." 4. Abaco con dos canales horiSe conserva sólo
zontales.
10. (Neg. MaZ 2002-278) (lám. 7c, 10) 11.5 x 10 l?l cm Algo mutilado y con relieve bastante desgastado, aunque aun se aprecian las profundas trepanaciones con qlre fue trabajado el follaje deco-
rativo. Presenta dos coronas de hojas de 'acanto espinoso'. La zona entre las volutas queda poco
clara, si bien parece estar ocupada por lóbulos
qlre se unen en forma de brote en la cartela. Las volutas nacen de ramas de acanto de lóbu-
!),
terminando en sendos botones en las caras, trabajadas también con profr-rndas incisiones de trépano.
1i. (Neg. MaZ 2002-251) 0ám.7c, 1i) 11x 13.5 cm. Capitel compuesto muy mutilado, con Ia parte trasera sin elaborar. En el equino, unos lóbulos suben c¡-rrvándose hacia una zona de sombra
central; Ios demás elementos fitomorfos, muy desgastados, parecen sencillos en su fábrica. B¡ote (?) en la cartela. 12. (Neg. MaZ 2002-2i5) (lám. 7c,12)
9x10cm. Fragmento de capitel compuesto al que le faltan las coronas de hojas. El único relieve elabo¡ado está en el astrágalo, desproporcionadamente grande.
i3. (Neg. MaZ 2002-211) 0ám.1c,13)
nes cúbicas, poco elaborado.
está terminado el retroceso del ábaco.
También se trata de un fragmento. La voluta es como la del n." 7, con e1 ábaco con un canal ho-
los muy puntiagudos (compárense con el no.
x 12 cm. trata de un capitel compuesto de proporcio-
de capitelillos es su falta de uniformidad. Sin embargo, el material usado es siempre la misma caliza de grano frno. Los tamaños, en su mayoría in-
completos, oscilan entre 12 y 16 cms. de altura. En cuanto a los tipos, varían entre el compuesto y el corintizante, con la particularidad de que los ca-
pitelillos corintizantes rellejan ciertos
rasgos de los
complrestos, de forma un tanto híbrida.
En la superficie de los ábacos se han conservado restos de ia preparación, con líneas incisas (lám. 11c, capitelillo n.' 1)4, al igual que en los capiteles grandes. En comparación con los capiteles de coIumna es notable, como ya mencionamos, el uso del trépano para ahondar en la superficie del relieve y crear pequeñas zonas de fuerte sombra. En algunos ejemplares las hojas son reminiscencias del acanto espinoso, en otros son 'de palma', pero con una estructura ligeramente diferente a la de los capiteles grandes: carecen de vena medial y sus lóbuios no están cortados interiormente con el bisel. Sólo una de las piezas ostenta un astrágalo. La decoración del equino -en el único ejempiar donde aparece, el nn. 11- podría ser una transformación de las hojas en forma de flecha del compuesto clásico. Las volutas con lóbulos puntiagudos tienen paralelos entre los capiteles grandes. La mezcla de formas, por Io demás, confirma que los canteros tenían la costumbre de disponer de un abanico de variantes, tal como las hemos observado en el capitel emiral. El resultado
de su empleo en los capitelillos, por otro lado, no permite obtene¡ conclusiones sobre intenciones es-
tilísticas o iconográficas. Lo que queda claro, una vez más, es la sobresaliente coherencia en la serie de los capiteles de columna. +21
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frg.20.
NOTAS 1.. LÓPEZ Cuervo, S. (198t), pp. 120-12>; HERNÁNDEZ GIMÉNEZ, F. (198'), P. 9{); LABARTA,4., BARCELÓ, C. (1987), p. 96s. En Ia cliscusión surgió la pregunta de Ia rel¿rción entre ltr fechtr de Ia findación de Maclinat ¿rl-Z¡r-
hra'-936 d. C.- y 1a fecha de la construcción de su mezcluita. ¿Hubo, en realidad, cuat¡o años para construirla, o no se empezó a primera hora? Es una incógnita que quizás se podría resolver a través de investigaciones arqueológicas de
de aitura, que muy bien pudiera corresponder a alguna par-
te de éste".
12.
cic plana, ya
la
Cabra, en Ia Sierra Subbética.
1t.
otras, según PAVÓN MALDONADO, B. (1966a), p. 26s
18. E\{/ERT, C., \íiSSHAK, J.-P (1981), Iám. 19. NOACK, S. (19864).
20.
HAUSCHILD (1990), Iám.
cerca de los capitelillos. El origen de esta forma de hacer re-
de Montelios: SCHLLINK,
sulta difícil de cleterminar y tampoco he podido verific¡r si
láms. L06,
la mezquita mayor de Córdoba, en sus dos
primeras fáses.
hecho de que Ia venera tenga un significado en el ames
EI fenómeno
21. 22.
MALDONADO, B. (1966a), lám.
II. biente strgrado
23.
patente en Ia mezquita mayor de Córdoba,
artc cristiano, donde aparece frecuentemente, la venera simboliza ia concepción de María y Ia enc¿rnación dcl /ogai divino, una interpretación no adoptada en el ¿rrte islámico. Pcro cuidado: este motivo aparece también en el ¡elieve del Salón Rico, en las dovelas de los arcos (véase, p. e., STEIIN, H.
i1916l, lám. 51c).
8. Sobre los capireles del Salón ltico: CRESSIER, P (1995). 9. PAVÓN MALDONADO, B. (1966a), hgs. 11, 12, 18, 19. 10. PAVÓN MALDONADO, B. (1966a), Iám. 27, izquierda, arriba. Según D. Salvador Escobar, restaurador del Conjunro Arqueológico, este capitelillo se encuentra extraviado desde los primeros años de la década de 1980, pues en I 985 ai reinicia¡se los trabajos en el yacimiento
1a
forma parecida en San Fructuoso
H., HAUSCHILD, T.
(197U),
1OU.
E\(/ERT, C., \IISSHAK,J.-P (1981), p. 1130s, lám.6ic-f-. E\{/ERT, C., \(/ISSHAK, J.-P (1981), lám. 56c, también ljm'.5si, s6h. J. c, s-e. Este carpitel fie publicado por SANTOS GENER, S. DE LOS (1946-47), p. 9'1, Iám. XXIX,i. Dejo fuera de la dis-
2t1. Es importarnte
oLrservar que las volutas-discos mismas no
forman la esquina, sino que Ia esquina aparece como una ex-
2t. 26. 21
.
tensión inorgánica del cálato para servir de soporte. CRESSTER, P (1984).
P e. E\üZERT, C., \{/ISSHAK, J.-P (1981), lám. 62f E\IERT, C., $üISSHAK, J.-P (1981), Iám. 61c-f.
.
28. Victoria & Albert Museum, lprocedente de Córdobai' CASTEJÓN, R. (1964-65b), p. l2Os. sugiere que deriva de Maclinat a|-Zahra'; CRESSIER, P (1985), pp. 262s. comprueba a ¡ravés del análisis estilístico que la pieza es del s. IX, y que la epigrtrfía ubicada en su ábaco es parte de Ia fábrica
pieza no se halió en
de la c./ Alfonso
SCHLUNK, H., HAUS-
conocido y extraño en Ia Qal'a des Beni Hammad, en Argelia: BOUROUIBA, R. (1970), p. 441 , hs.7 .
original.
Se
puede comparar de manera muy satisfactoria
un capitel ¡omano del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba: MÁRQUEZ MORENO, C. (1987), esta pieza con
el ¿rlmacén en que se custodiaba.
DEZ GIMÉNEZ,
se observa de
III;
60.
crrsión otro ejemplar con este detalle, que es un capitel bien
donde no sólo forma Ia cÍrpula del nibrab, sino que tambien aparcce en los arcos, paredes y cúpulas de \a nac1snu. En el
11. N. R. 2.465; recuperado
lls.
16. CRESSIEIt, P (1995), p. 87. 17. E\IERT, C., $/ISSHAK, J.-P (1981), lám. 54a-d.
CFIILD, T. (1978), p. 21 L.
7. El
bisel y superh-
HERNÁNDEZ GIMÉNEZ, F. (1961). Las equivalencias
alto y 1 5 cm de anchc¡ en el ábaco, puede haber pertenecido a algún arco ciego, con lo cual, conceptualmente estaría más
Véase también, PAVÓN
a
ta¡dí¿r cle la época visrgoda
(San Pedro de la Nave): IJLBERT, T. (1971), pp.
MALDONADO,B. (r966a).
Se trata de una piedra caliza procedente de las canteras de
se encllentra en
f-¿rse
de codos calculadas para la arquitectura de Ia mezquita son
Sobre la excavación: PAVÓN
,i. NOACK-HALEY, S. (1991), p. e. láms. 1a. e, 2b. e, 5d, 1 lc, 18d. 5. Es dc pieclrar caliza bLanca, pero como sólo midc 21,5 cm de
6.
se observa en
13. Compá¡eseconlapreparacióndeiábaco, lám. 11, fig. 1. 1,1 PAVÓN MALDONADO, B. (1966A), IáMS. XIII-XVII.
toda ia zona concernida.
2. 3.
El cambio, en un mismo relieve, entre cor¡e
XIII; HERNÁN-
lám. II.
F. (19¡J5), p. 90: "de ias dimensiones mis-
mas de los de dicha mezcluita y del que tenemos por verosimil que proceda cle ell¿". L¿ decoración cle la pieza es Ia mis-
29
ma que la de los capiteles de la mezquita, pero las medidas
Hallado en Padul, se conserva en el Museo Arqueológico Provincial de Granada: CRESSIER, P (1985), p. 26I,|ám. 63d. Hay un capitel en Córdoba, en el patio de la antigua secle
no lo son pues este capitel tiene unas dimensiones intermedias cntre las cle los capiteles grandes' y las de los 'capite-
del Banco Pedro López (hasta ahora sin publicar, que yo
sepa), que parece una copia de dicho capitel granadino;
lars
Ies pequeños". En consecuencia, es, por un lado, sumamente
dos coronas de hojas, sin embargo, están 'fundidas': en vez
probable que proceda dc la mezquita, pero, por otro, no per-
de las dos, hay una, muy alta, pero manteniendo Ia misma
tenece ¿ Ia serie de capiteles dc columna del oratorio y
estructura de fbllaje. En l¿ mrtad superior del capitel, el tra-
frrio.
tamiento dcl relieve, compuesto de los mismos elementos, duro. (¿Será procedente de Córdoba el capitel de Pa-
Félix Hernández también hizo referencia a un capitel que
es más
clesgraciadamente nos resulta desconocido, del cual dice que es
"dc mucha mejor talla{...l, perteneciente a los herederos Raficl Bernier, de Cordoba, de igual tipo y de igual
de clon
clase de piedra que los del expresado oratorio, pero de 27 cm
dul?) 30
La inscnpción lo dat¿r en época de 'Abd al-Rahman II: GÓMEZ MORENO, M. (1941), p. 423, figs. 6 y 7; TERRASSE,
43r
H. (1961), p. 127,lám.37 (pl. i); CRESSIER, P (l98t), p.
rácter cerrado típico de lns hojas de nuesrro conjunto (¿que quizás darán paso a la 'hoja enmarcada' de los capiteles de
28,1. lám. 68a. b.
i1, 72.
GÓMEZ-MORENO, M. (r9tr), p. 51, fig. 6i;CRESSTER, P (198t), p. 261,lám. 63b. c. P. e. en un cap.itel reutilizado en la Capilla de San Bartolomé en el Hospitarl cle Agudos de Córdoba: SCHLIINK, H.,
Ia Aljafería de Zartgozal). Como en algunos ejemplares de éste, en dicha pieza el astrágalo está redllcido a un hlete. El equino está recubierto de hojitas, pero a modo de 'corona cle
laurel'. Los arrtlnques de las volutas aquí no quedaron lisos,
HAUSCHILD, T. (i978), \ám.946.
13.
Véase arriba. nota
l.i. lt.
GÓMEZ-MORENO, M. (r9)r),p. 51,69.60; CRESSTER, P (1981), ltin.63a. GÓMEZ-MORENO, M. (191r1), p. 423s., tám. 2, fig. 11:
16. 17.
EI capitel haLlado en Córcloba, que hoy se conserva en Be¡lín, Ileva untr inscripción en el ábaco que hace referencia al emir 'Abd al-Rahman, hijo de Muhammad; fue publicado prinero por Ernst Kühncl, KÜHNEL, E. r 1q2- ), p. 82. PAVÓN MALDONADO, B. (tc)6r, Iám. 24. CRESSIER, P (1985), p. 279. Un gran fragmento de capitel
sino que llevan hojitas punriagudas; sin embargo, las roscas de las volutas, igual que en la mezquita, apareccn como ro
1¡J.
setones.
38. OCAÑAJIMÉNEZ, M. (1940), p. 439s., ltím. 7, derecha. J9. Se han ofrecido interpretarciones muy varitrdas del esrilo de los capiteles de Ia mezquita, pero me parece, como he intentado clemostrarr que no se les hace justicia hablando de
su "primitivismo visigodo", como hace CASTEJÓN, R. (1985), su lalt¿r de calidad artística o ltr poca habilidad cle sus canreros. Para DOMÍNGUEZ PERELA, E. (19u4), p. 331, se crearon "unos tipos decorativos intermedios entre
compuesto procedente de los pabellones de la terraza del SaIón Rico, publicado -v arribuido por Pavón (PAVÓN MAL-
DONADO, B. I1966b1, lám. I'ic)
las hojas Iisas y las de'acanto'califal, como si obedecieran a
un intento de dignificacion de ia mezquita de lar ciudad palatina". Quizás, Ia nobleza de la simplicidad podría ser una
a "1os primeros años de Ia
vida de al-Zahra"', me parece proporcionar un enlace entre
percepción moderna.
los capiteles de la mezquita y los del Salón Rico: la superficie
40.
está perforada con el trépano, pero los elementos florales aírn
47
no son muy finos, sino rclativamente compactos. Las hojas
PAVÓN MALDONADO,B. (r966a), hs.2o. Para una periodización en 'fases' véanse, sobre todo, los trabajos de Cressie r, Domínguez Perela y Marinetto Sánchez.
1+2. PAVÓN
de acanto espinoso están enmarcadas por cintas lisas que son
Ióbulos alargados de las hojas de envoltura (que aquí ocupan Ios triángulos entre hojas y equino, al igual que en los cepi-
MALDONADO,I]. (I966a),Iám. XXVI,
mLIeStf¿
12 capitelillos (o lragmentos de tales), incluyendo 2 clue no he llegado a ver correspondientes a los n.'' 3780 y
{1. PAVÓN MALDONADO,
teles de nuestro estudio); estos marcos les clan algo del ca-
I 432
.
1¡J(!.
B. (1966a), figs. 18 y 1g.
Lám. l: Capiteles de lu uezqrif,z de Aladtaat al-Zahr¿': ¡t. c: ca|¡tel r¡." l: d: cd.pitel n." 2i e: cal)iÍel il." 3.
b: L:ttpitel n.''
A
(Cór¿loba. AIa-reo Arquológico
Prarinci¿l),
431
Capitele: de
434
la uezr1rita
de
AI¿dinat a/-Z¿/¡ra': a: cirpitel n." 1: b-d: capitel n." 5:e.
f:
capitel n." 6.
Lám.3: f:
Cap)te/es de
capirel n."
1
la nezt¡aira de A'Iadinat dl-Z¿hra': a. h: capit,:/ n." 7:c: capitel a." 8: d: ca.p)tel n." 9:
e:
c4itel n." 10
1.
1)t
L叩m.4: Capitelet
436
tle
la tttezquita
de
Al多tdjwt 多l-Z多tbra': a: capinl n." l2: b. c: calitel n.'' 13: d: cQttel n." lri; e..f' capitel n." 1)
Lám. 5: Capitelu de ltt nezqaita
de
Al¿dindt al-Z¿bra': a: capitel n." 16; b-d: capitel n." l7:
e: ca?itel
n." l8: f: capitcl n." 19
4i7
Lám. 6: Cap)teles de la mezqtita de AI¡din¿t a/-Zahra': a: capitel n." 20: b+: tut.íllga, n." 21 (lragnnnto.r caÍtílogo. n."
+18
22 (lragrnerttas con ua/atas).
con
bajas);.f-b
Lám. f : Ct/pife/i/lai tlt
h
cdl)¡te/¡//0: n." 1.2..J,1:
t. iz,t¡riertla
9. 14.7.
nrczqrita de lI¿dinat al-Zahr¿': d. )ztluierJa a derecba ' cal)¡teli//0.t n." 1.2,3.2i: ¿t derech¿:
capitelillo.r
f./a stper)or: n." I
I
.
13, 6: ft/a internudia: u."
),
Lt.
)zqaierla a tlerecb¿:
1C).
J
2:
/t/a infeúar:
n
L
139
Lám. 8: a: Capitel eniral de Baena (Círdolu, Xlttsea Artpeológnn Prtnincia/): b: patio de /a ntezclaita de lladinar a/-Zahr¿'. nicha para lt/utnna ut e/ lado Este del p)lar Srroeste: c: AI¿dinat al-Zabra'. cafire/ del Saltín Rico: d: cap)tel rü]ttt/¡0 eLt la ntezqtita nmlor de Círdr,ba;
e:
l[adinat d/-Z¿hra',
Xlaseo ArcJ tt eo lígi co P rtfu ncia/ ).
140
capitel del Sa/ín llico:
f:
capite/ euira/ de
/¿'Haerta
de
la Reina' en Círdoba (Córdobd,
Lám.9: a-c. e. f: Capitela t,j¡igados: a: pórt)ca de la )glesia cl¿ San Nica/¿ís de laVi/la, Córdaba: b: ábside cenÍral cle la ig/e.;ia de SanJulián de las Prados. Orieda: c: basilic¿t de SanJaan de Bañas (prot-. Pa/encia): e: A[irida. h[meo le /a Alcazaba: f: Gr¿nada. llueo de /¿ A/hanúra: d: capitel s. IX de/ t¿ir¿dor palaciega'Santa Al¿tría de Nar¿tnco', Ottiecl0.
441
Lám. 10: a-d: Cap)teles enirales: a: Londres. Arqtteol,igica Prottincid/:
antigaa
142
e.
f:
cap)teles de
¡ede del Banco Pedro l,ópez,
¿
XIaseo de Victoria G
Albet:
b: Seú/la,Jardine.¡ de XIuri/lo: c. d: (,ínloba. l[rsea
ld fase del enir¿to de 't\hd ar-R¿htttdn de Seri//¿.
Córdoba;f: Alt'áz¿r
lll
1,
prirter
¿l.eceniu de
tu califato.):
e:
ltatio de la
Lám. 11: AI¿diy¡dt al-Zahr¿': a: ca!)tel hallado ut las terraza-¡ c:
dibzja: de lh¡eas incj.¡¿s
et¡ el áh¿co de
saperiores; b: capitel fu
pjl.iitd
de
la nezqaita
capitela 1 ca.pite/illos.
443