CuaderRos de
Madlnat al -Zahr谩'
Vol. 5 C贸rdob
a, 2004
CTJADERI{OS DE MADiNAT AL-ZAI]RÁ'
Cuadernos de Madinat a|-Zahra Revista de difusión científica del Conjunto Arqueo.lógico Madrnat al-Zahra
CONSEJO DE REDACCIÓN (Miembros de ia Comisión Técnica de Madinat al-Zahra)
Presidente: D. JESÚS ROMERo BENÍTEZ Directur Genera/ d¿ Biene.¡ Calnrales
Vocales: D." MERCEDES MUDARRA BARRERO De/egada
Prorjrcia/ le Ca/ttra
rJe
Cít'daba
D. ANTONTO VALLEJO TRTANO Dirrtor del Con.funto Arquealígico Madjrat dl Z¿br¿ D. MANUEL ACIÉN ALMANSA Uniru':idad
de
rtIálaga
D." CARMEN BARCELÓ TORRES L,ttt. n)J¿J J. \ L/.ttri¡ D." JULIA CARABAZA BRAVO Uú¡w¡irlad d¿ ,\eúllt
D.JUAN STRRANO MUÑOZ Arquitecta
COMITÉ ASESOR D. PATRICE CRESSIER Ca:a de Vlázqrcz
D. CHRIST]AN E\rERT Irntituta Arqaeolígico A lenún
D. PIERRE GUICHARD tJnit,ersidad ¿tt llon II D. ESTEBAN HERNÁNDEZ BERMEJO Director delJardín Batánico rk Córdoba
D, M,'ANTONIA ]\4ARTíNEZ NUNEZ Uniursidal le lIálaga
D. ALASTAIR NORTHEDGE Uniuersi¿lad de
Parí:
I
D. VÍCTOR PÉREZ ESCOLANO fl n irer.¡ i tlad de S eú / la
O Junta de Andalucía. Consejcría dc Cultura (c) Los
Sor
autores
Imprenta San Pablo, S. L. - Córdoba Ángela de Ia Cruz, 1 2 - Teléfir¡o 951 283 106 ISSN:1119-9996 Depósito Legal: CO. 1.64412004
SUMARIO . ESTUDIOS EDUARDO MANZANO MORENO El
círculct de pocler de los califas ornelas cle
Córclaha
Pág. 9
JEAN-PIERRE VAN STAÉVEL
Prítoir jzgaler, bátir : droit de la judiciairu
)
Cordoae rJurant le
cr¡nslruclian et institarians
í'lX'
si¿cle
Pág.
3L
MOHAMED MEOUAK Madinat al-Zabm'
en las fuentes
árabu del occidente
i¡láttica
Pág. 53
BRUNA SORAVIA Une bistaire de la f.rna. Aurariré er le tuIutpaltis
d'Ibn
lígitirnirí dan:
Hayan
Pág. 81
MANIIELA MARÍN A/tos fancionarios para e/ ca/ifa: jueces 1 otras cargos de la
Adntinisnación cle'Al¡d al-Rabntan
III
Pá9.97
M.' ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ. MANUEL ACIÉN ATMANSA La epi¡1rafra
de
al-Zabra'
Pá9. I07
ya - pa / e s t i n i enne
Pás.159
Madinar
SOLANGE ORY L'
ep
i grap b i e umayy ade
s
CARMEN BARCETÓ El cíJin andalusi de "praaincias" durante el Califato
(3a0_403t9j2_10j3)
pá9. t73
ANTONTO VALLEJO TRTANO, ALBERTO MONTEJO CÓRDOBA, ANDRÉS GARCÍA CORTÉS /a interaenciín art¡aeo/ígica en /a "Ca:a de Ya'far" 1 en el ecliJicia cle "Patio cle los Pilaru" de X[adinat al-Zahra' Resa/tados preliminares de
Pá9.
I99
PATRICE CRESSIER,
MOURAD RAMMAH S¿bra al-A4ansariya : [Jne autre aille
caltfale
Pág.241
JUAN F. MURILLO REDONDO, MARÍA TERESA CASAL GARCÍA, ELENA CASTRO DEL RÍO Madinat Qar¡aba. Aproxinaciín al procesa de forntaciín de la ciudad emiral 1 califal a patir de la información arquealógica Pág. 217 VICENTE SALVATIERRA La instauraciín clel Califato en el AIra
Gaadalqaiuir
Pá5. 291
PEDRO GURRIARÁN DAZA Hacia una canstrucción del poder. Las prácticas edi/icias en la periferia andalusi duranre el
Pág. 297
ALBERTO CANTO GARCÍA El dinar en al-Andalas en el sigla X
Pás.327
Califaro
CAROLINA DOMÉNECH BELDA La
rnaneda
farimí 1 sa relaciín
con
al-Andalus
Pág. 339
PATRICE CRESSIER Histarias de capiteles: ¿Hubo talleres califales
pratincialesi'
Pá9. 751
TILO ULBERT Resafa en
Siria. Una
residencia
califal
de los últimrts onteyas en
)riente Pá9. 377
BERNABÉ CABAÑERO SUBIZA, VALERO HERRERA ONTAÑÓN La tecbu¡nbre de la ampliación de al-Hakan II rJe la mezqaita aljama d¿ Círdoba. Análisi: tícnico 1 estulio forxul de sa policrarnía
Pá9. 391
SABINE NOACK.HALEY Los capireles de
la hlezt¡aita
de
Madinar
al-Zaltra'
Pág.
Egypte
Pág. 445
4I3
MARIANNE BARRUCAND Le prentier clécor arcltitectural
fatimide
en
PIERRE GUICHARD Canc/usions
.
Pág.463
CRÓNICA DEL CONJUNTO
ANTONIO VALLEJO TRIANO, JOSÉ ESCUDERO ARANDA Crínica del Conlanto, añas 1998-2003
Pág. 47
I
ESTIJDIOS ACTAS DE LAS IV JORNADAS DE MADINAT AL-ZAHRÁ': Nuevas investigaciones sobre eI Califato de Córdoba Córdoba, 10-12 Noviembre 2003
MADII\ Nf AL-ZAHRA' EN LAS FUENTES ARABES DEL OCCIDENTE ISLAMICO" MOHAMED MEOUAK Uniuer¡idad de Cádiz
ABSTRACT
RESUMEN Este estudio trat¿r de dar una visión sistemarizada acerca de
la historiografía sobre Madinat al-
Zahrá'. Thmbién, se plantea como objetivo fi-rndamental ofrecer una especie de herramienta de trabajo
tema: arqueoIogía, cerámica, epigrafía, etc. Para ello se estudia
para otras especialidades afines a este
brevemente la historiografía árabe, la estructura de tres textos áral¡es como muestra significativa y las técnicas de transmisión de las informaciones. A continuación, el estudio plante:r la cuestión del papel, simbólico o histórico, de Madinat aI-Zahra' en el Occidente islámico como su proyección en la difusión de los regalia del Estado omeya de Córdoba. Finalmente, se ofrece un amplio apéndice de textos árabes con su
This study tries to give a systematic vision of the historiography of Madtnat al-Zahrá'. The basic purpose is to give a kind oftools for other scientifrc fields connected with the central topic as archeoIogy, ceramics, epigraph¡ etc. For this, we study briefly the Arabic historiography, the structure of three Arabic texts considered as significant sample and the technical aspects of the transmission of informations. Then, the study puts forr.vard the ques-
tion of the symbolic or historical role of Madinat al-Zahrá' in the Muslim \fest and her influence in the disemination of the regalia of the Umayyad state of Córdoba. At last, this study gives an ample appendix of texts with Spanish translation.
traducción al españoi.
Key words
Palabras claves
Madinat al-Zahrá'
;
historiografía; terminolo-
gía; poder político; Omeyas de Córdoba.
Madinat aI-Zahrá'; historiography; terminology; political power; Umayyads of Córdoba.
LA HISTORIA DE UN EVENTO: LA FT]NDACIÓN DE MADTNE-| AL-ZAHRÁ".. Entre el ai.o 3251936 y el año 3291941, eI primer caliF¿ omeya de al-Andalus, 'Abd al-Rahmán III al-Nási¡, fundó ia ciudad palaciega de Madinat al-Zahrá'1 . La historia de esta fr-rndación ha propor-
cionado una larga bibliografía c1r-re es imposible resumir ni comentar en las páginas siguientes. Se han planteado muchas preglrntas acerca de las razones profundas qlre motivaron la construcción de dicho 53
conlLrnto y es pfeclso tenef esto en clrenta pafa tl
de entender en
c1ué
consistía exactamente el poder
político de los Omeyas de Córdol¡a. Ya sabemos que
último aspecto se ha escrito mr-rcho y, a acierto. Por ello, no pretendemos volver en detalle sobre este tema, pero sí será necesario aludir a cuestiones relacionadas con Ia soberanía política y la legitimidad religiosa de los Omeyas2. A pesar de lo dicho, no podemos olvidar tampoco que Ios cronistas y geógrafos árabes mencionan a menudo el conjunto de Madinat aI-Zahrá'al mismo tiempo que la antigua capital política, es decir, Córdoba. ¿Qué significado tiene esta última reflexión? Los dos conjuntos urbanísticos parecen funcionar de forma conjunta, cada una con sus características y prerrogativas. Además, si nos atenemos a los datos estrictamente textuales, podemos apreciar a la luz de las fuentes árabes que Córdoba parece conservar su papel de capital económica mientras c¡-re Madinat aI-Zahrá' queda como el nuevo centro del poder político-religioso: la ciudad construida por 'Abd al-Rahmán III al-Násir es el resultado de una voluntad política. Sabemos que el soberano omeya decidió fundarla para asentar aún más sr-r poder y empezar así una nueva poblaciónr. Las razones de esta fundación hay que buscarlas en un coniunto de factores que son en primer lugar exteriores: Ia adopción del título califal por parte del primer monarca sobre este
veces con
frtimí
en
Iftiqiya,
en ei año 2981910, y Ia expansión
de sus dominios en el Magreba. Esto exigía una cla-
ra resplresta por parte de los Omeyas para proteger sus intereses económicos, como efa el comercio sa-
hariano y magrebí, en el que se fundaba en buena medida la economía andalusí. En segundo lugar, hay qr-re resaltar factores de orden interno, como fue la integración de los antiguos señores territoriales, c¡ue l-rerbían sido verdaderos enemigos del Estado omey¿r, en el urparato administrativo. Este intento daría lrrr¡ar ¿r Ia consolidación de las estructu¡as estzrtales y permitiría así un mejor control de todo el
territorio Jr al-And;LILls Si hoy por hoy conocemos bastante bien .
los
detalles, tanto históricos como cronológicos, de Ia fi-rndación de Madinat al-Zahn',lo clue no está todavía muy estudiado es la base sobre la cual hemos construido nuestro conocimiento del lugar y de Ios hechos, es decir, las fi,rentes árabes, su conreniclo, su estrllctura y los motivos que empujaron a algr-rnos
)4
escritores a describir cómo se levantó el conjr-rnto palaciego así como una serie de preguntas que tendremos que plantear a lo largo cle este estuclio'. En 1981 , A. Labarta y C. Barceló pr-rblicaron Lrn estudio, que consideramos como pionero, sobre "Las fnentes árabes sobre Madinat aI-Zahrá' estado de la
clrestión" en el cual se preguntaban, entre otras cosas, acerca del concepto de "fi,rentes árabes" diciendo que hasta mediado del siglo XX había sido imposible historiar la fundación de Madrnat aI-Zahrá' porque sólo disponíamos del texto histórico del Balan rcdactado por Ibn'Ielári. Al verse obligados a buscar en otros tipos de textos, los investigadores tuvieron que ampliar bastante el concepto de fuentes árabes e incluir en é1 textos de otros géneros: literario, biográfico, jurídico, etc.r. Este camino, que
vio la ampliación del concefto, nos permite abordar las clrestiones más concretas que están estrechamente relacionadas con nuestro estudio. En un primer momento, intentaremos describi¡, a grandes rasgos, los contornos de la historiografía árabe sobre
Madinat al-Zahrá'
y
tomaremos como ejemplo
a
tres escritores: Ibn Hayyán, Ibn 'Idári y al-Maqqari. ¿Por qr-ré se ha elegido a estos tres autores y no a
otros igualmente emblemáticos para el estudio de Madinat al-Zahra'? Las razones de tal elección es bastante sencilla y es porque representan, a nuestro juicio, la mejor muestra cronológica para investigar sobre las fuentes del Occidente islámico en relación con el conjunto califal. En la cadena de transmisión de las informaciones, el primer escritor es el eslabón más conocido y uno de los más antiguos, el segundo autor puede ser considerado como un historiador
"clásico", partidario de una cierta ideología política en cuanto a legitimidad omeya, y el último es el más cllrioso porque sería, en principio, extraño encontrar tantos los datos como hemos hallado en su obra ya que estaba dedicada sobre toclo a cuestiones literariasE. En r-rna segunda parte, veremos el
contenido estructural de los textos írrabes, las principales técnicas de transmisión de las informaciones y examinaremos unos elementos y fragmentos texuales con el fin de pormenorrzar y melorar Ia traducción de al¡¡unos términos técnicos. En Ia úrltima parte será el momento de plantear cuál fue el papel, simbólico o histórico, de Madinat aI-Zahra' en el Occidente islámico y, más concretamenre, ver sr-r sitio en el marco de los demás conjuntos pala-
y orientales, así como su proyec-
estudio resumido de los tres autores señalados y de
ción en la difusión de Ios regalia del Estado omeya
sus respectivas obras, falta indicar qlle esta segun-
de Córdoba. Finalmente, cabe precisar que, en el "Apéndice de textos árabes del Occidente islámico
da parte hubiera podido ser organizada tal como
ciegos magrebíes
1o
unidades
hicieron A. Labarta y C. Barceló, es decir, no tomando los distintos tipos y géneros textuales sino organizando Ia crítica textual en torno a tres aspectos concretos: filndación y construcción del palacio califal, sus características y su desapariciónr2. Pues bien, nosotros hemos optado por un planteamiento
narrativas breves. En cada uno de ellos, se podrá
acorde a nuestra meta: dar a conocer los detalles de
y su correspondiente
la forma y del contenido de los textos árabes sobre
veces, hemos modificado
Madrnat al-Zahrá'. A la hora de plantear Lrna vez más el estudio de la obra y de la figura de Ibn Hayyán, el lector avisado puede pensar que sería difícil dar nuevos
sobre Madinat al-Zahrá"', hemos considerado que sería
útil dar
r-rna
amplia muestra de textos para los
investigadores interesados en sr-r estudio'. Nos ha
dividir
parecido conveniente
este
último bloque
dos apartados concretos: relatos largos
encontrar el pasaje en árabe
traducción española.
A
algunas traducciones con
y
el único propósito
en
de
hz
de l¿rs últimas investigaciones. Nosotros, los investigadores que trabajamos a parti¡ de fuentes árabes medievales. sabemos cuánto le debemos a los traductores ya que intentan cumplir con un ollcio nada ftícil. melorarlas a Ia
datos ya que ha sido muy estudiado y qlre se cuenta con Llna amplísima bibliografíali. No obstante, creemos
írtil ¡esumir
algunos puntos relacionados
con su obra llamada Mucltabis para entender el sitio cllre oclrpa realmente dicha obra en el conjunto de
REFLEXIONES EN TORNO A LA
los textos árabes sobre Madinat al.-Zahrá' . Nacido en Córdoba en el año 35t1981 -8, es importante no perder de vista qlre este autor creció en un ámbito
HISTORIOGRAFÍA ÁN¡EB SOBRE
MADINAT AL-ZAHRÁ. La historiografía áral¡e sobre Madinat al-Zahrá'
vinculada al periodo omeya ya qr-re fue durante dicho lapso de tiempo cuando fue construido el palacio califal. Por este motivo, es pre está estrechamente
ciso detenernos sobre las principales característic¿s de dicha
historiografía. La época omeya es la etapa
mejor conocida y estudiada desde el punto de vista de la historiografía
y por consiguiente,
se conoce
bastante bien el ma¡co histórico de su producción. Sin embargo, no ocurre
lo mismo cuando tratamos al siglo IV/X, y
de las fuentes árabes posteriores
aquí empiezan los verdaderos problemasri). Para lieva¡ a cabo un análisis serio de Ia historiografía árabe sobre Madinat al-Zahrá' , es preciso tener en cuenta el método usado por los propios autores en la
composición de sus obras. Esta última reflexión lleva a plantear
otra cuestión de igual importancia.
Se
trata de no olvidar cu¿rles fueron las metas de cada escrito¡: una obra geográllca no persigue el mismo
objetivo que un diccionario biobibliográfrco, etc. Tampoco, podemos olvidar que un buen número de estas fuentes sobre
Madinat al-Zahrá' fueron esc¡i-
tas varios siglos después de
l¿r
fundación del palacio
califal, como es el caso deI Ba1án de Ibn 'Iglári y del Nafh al-tlb de al-Maqqarirr. Antes de entrar en el
en contacto con las estructlrras de la administración
del Estado omeya, ya qlle su padre {ue kátib de Almanzor. Es obvio qlre esto debió marcarle a la hora de redactar su Mucltabis por ejemplo. Intentar esbozar la biografía de Il¡n flayyán nos obliga a mencionar a otro gran escritor andalusí del siglo V/ XI, Ibn Bassám quien nos brinda algunas informaciones en las cuales se nos dice qtLe Ibn Hayyán vivió en una gran pobreza y, sobre todo, que era poco manso de carácte¡ y que eso le valió enemigosl'. Murió en Córdoba, en el año 46911016. La forma histórica deI L'tuqtabis es de tipo claramente miscelánea ya qlre encontramos relatos mezclados con unidades breves añadidas y datos cortos sobre tai o cual acontecimiento. Parece ser que Ibn Hayyán tenía una idea clara de cómo organtzar su Mucltabis, a pesar de que no tenélamos en nuestro poder Ias
primeras partes de su obra como por ejemplo la "Introducción"ti. A pesar de esto, podemos decir que Ibn Hayyán ha utilizado obras anteriores que desconocemos porque no siempre cita sus fuentes de información y a pesar de la crítica que le hace L. Molina, al decir que el historiador cordobés "robó" protagonismo al hacerse con otros textos anteriores1", pensamos que sigue siendo un extraordinario
,t
escritor que supo escribir y refr-rndir una historia que, hoy por ho¡ constituye Ia base de cualquier estudio sobre al-Andalus en época omeya. Sobre el periodo de los Omeyas, es interesante no perder de vista que Ibn Hayyán era, sin lugar a duda, r,rn partidario de dicha dinastía y que su libro representa una buena prueba de ello. Si nos detenemos en la parte relativa a ios primeros años del caiifato de al-Hakam II al-Mustansir, las evidencias de su nostalgia por el poder omeya son nllmerosas. Basta con citar Ios detalles con los que describe las ceremonias poiíticas y religiosas organizadas en Madinat aI-Zahrá' así como los distintos rangos y funcionarios del Estado cordobés. Sobre este punto, podemos añadir el uso anacrónico de las voces
jalffa
y
jilAfa por parte de Ibn
F.layyán que no duda
entonces en darle la máxima calificación al poder
omeya, es decir,
el de califa "eterno".
Podemos
apreciar estos aspectos en las expresiones siguientes
relativas al emirato de am.7r'Abd
Alkh
'Abd Allah Dikr jilafat a/-
b. Mubamn¡.ad a/-sábi' min
julafr.' a/-
rnartuániyyln bi-l-AncJalas ba'd aj\bi al-Munelir, uaminhunt min a'lám Qurayí niln ahl bayr al-jilafa, ibtida' nasaq ta'rij saniyl jila t al-am7r'Abcl AllVb'a/á tuuAhhA taa-ijill:af al-bauadil al-jári1a JihV, y orras locuciones fechadas en la época de'Abd al-Rahmán
III jurnj
awlVd min qasr al-jiláfa, efikr atrar al-jalifa
bre de Bayán. Sabemos poco sobre este autor, salvo que estaba redactando su Balt¿1il sn torno al año 7l2l13 12 y que fue cadí de Fez. Pertenece a ia plena época me¡iní. Cabe destacar que fue marginado por la historiografía ohcial, ya que su nombre y su obra aparecen citados en mLry pocas ocasiones en los
textos meriníes contemporáneos o posterioresre. E1 Bayán representa un compendio de informaciones interesante, a pesar de 1o que ya nos proporciona ei Maqtabis sobre Madrnat al-Zahrá' , y, tal como lo hacía el propio Ibn Hayyán, Ibn'Ie]ári r-rtiliza también de forma anacrónica Ias voces jal7fa y jilafa cuando narra los acontecimientos ocr-rrridos en al-Andalus antes del siglo IV/X'?O. Ibn 'Ie]ári señala a menudo sus fuentes, a pesar de que buena parte de ellas no nos haya llegado, por lo que resulta entonces difícil averiguar si son verdaderas o meras citas sin que el propio autor haya podido comprobar realmente el origen de sus citas. Los datos clue el BalVn ofrece sobre Ia fundación de Madinat al-Zahrá' no son en sí muy novedosos sino que representan un complemento más a nuestro clrpas de textos árabes sobre
dicho conjunto oficial. EI D¡k, binV' ntadTnat alZahrá' bi-Qurtuba o .Recuerdo de la construcción de la ciudad de al-Zahrá' en Córdoba" constituye sin lugar a duda un ejemplo de cómo se planteaba la historia de al-Andalus y más concreramente
a/-Nasir li-Din Alláh, awtual rukub a/-ja/7fa, etc.1r. Esto refleja bien el ánimo y Ia meta perseguida por Ibn Hayyán a la hora de componer sr Muqtab)s, es decir un libro que fue¡a una panegírico pro-omeya
la de los Omeyas de Córdoba. En este senrido, hay
y una apología de su poder frente a la /itna de principios de siglo V/XI. El papel desarrollado por este historiador es, sin lugar a duda, importante, pero no hay que olvidar el sitio ocupado por dos autores anteriores al propio Ibn Hayyán. En efecto, Ahmad al-Rázi y su hijo'Isá b. Ahmad al-Rázi dejaron un gran cantidad de textos que constituyen Ia base con la cual el historiador cordobés compusó su. hluqtabis y cuyos títulos revelan el interés que podían tener: fi ra b (fi ) a / - h u1 y a b, Ki tá b a I -tu uz ara''n-a - / -'n- i zV t'a, Kitáh ta'rlj al-atasat y KtVb ta'r7j al-asgar así como Ios KitVb Jl s)fat Qurtuba, Kiúb f¡ ansab n¡afrhir ahl
al siglo V/XI, están en deuda con la obra histórica del cronista cordobés. Este problema, muy complejo y de difícil tratamiento en tampoco espacio, nos permite plantear la cuestión sencilla de una misma filiación textual. Es decir que Ia gran mayoría de
a/-Anc/a/ws, etc.)8.
Frente a un autor como Ibn flayyan, es slrmamente difícil hablar de Ibn'Islári, que fue también un historiador, al que llamaremos "clásico", y que compuso una obra histórica conocida por el nom-
)(r
que destacar que Ibn 'Idári ha utilizado abundantes informaciones de Ibn flayyán, Io que hace pensar que casi todos, si no todos ios escritores posteriores
los escritos posteriores al siglo
V/XI han sido cons-
truidos, en cuanto aI tema de Madinat al-Zahrá', a partir de un mismo modelo, de una misma fr-rente, de r-rn mismo conjunto de datos, los tomados al Muqta b is en particularzl.
Si los dos alrtores anteriores son claros ejemplos de cómo se escribía una obra histórica en dos épocas concretas, siglos V/XI y VIII/XIV, con alMaqqari nos encontramos ante Lrn asunto radicalmente opuesto, ya que la meta principal perseguida por este escritor es fundamentalmente literaria. LIamará la atención el hecho de que no se haya te-
nido en cuenta a alrtores, a
cr,rperación del patrimonio literario del Occidente
tes con respecto a Lrn
islámico2a.
priori, poco interesantema tan importante como es la fi-rndación y construcción de Madrnat al-Zahrá' . Antes de seguir más adelante, debemos adverti¡ al lector que al-Maqqan nos proporciona datos sobre el conjunto califal a partir de su experiencia de literato y que, además, había tenido una vida marcada por un claro marco geográfico magrebí. En efecto, este autor nació en Tlemecén (oeste de Argelia) en el año 986 o l000lIJl7 c¡ 1J9I-2 y murió en El Cairo en
eI año I04I|16J2 cuando se disponía
a
viajar hacia Damasco". Fue jurisconsulto, tradicionalista e historiador literario magrebí. Su familia era
oriundo de un pueblo
ce
rcano a Maqqara, a poca
distancia de la actual M'sila (altiplanos
al sur
de
Argel). Procedía de r-rna familia de intelectuales, y uno de sus antepasados, Muhammad b. Muhammad al-Maqqan, había sido gran cadí de Fez y maestro de Ibn al-Jatib. Su larga permanencia en tierras de Oriente no parece haber influido en slr formación intelectual, entre otros motivos, porque gran parte tema occidental, cuyo material fue recogido en Fez y en Marrakech, en la biblioteca de los sultanes sa'díes2i. De hecho, eI l{afb al-tib consta de Lrna aportación personal, unas cuantas páginas de introducción, algunos versos y unas frases para unir, más o menos, los diversos extractos que componen el libro. Sorprende bastante que un es* critor como al-Maqqari le haya dedicado tanto espacio al conjunto urbanístico de Madinat al-Zahra' allnque sea sin dar aportaciones novedosas, pero sí con gran lujo de detalles. Es también cierto que hizo obra de compilador y deseaba "almacenar" de sus obras son de
todo los datos relacionados con la literatura sobre al-Andalus y el Magreb. Este írltimo punto nos interesa
porqlre permite resaltar otro enfoque distinto
sobre cómo nos han sido transmitidas las noticias sobre el palacio califal
y más concretamente bajo la opción es claramente
qué forma. En este caso,
Iiwaúa, y al-Maqqari, en algr-rnos pasajes, nos da el nombre de los epígrafes redactados sobre temas conctetos. Riuáya
Ab|'Abd A//v/c al-Himyari Ji /-rau.c/
a/-nri'tar, RisVlat al-Saqundi l-Anda/usi117n,
li fadl al-Andalus
--a-
Wof tnabáni 'az\ma, Ralt' ajbár al-
buryan: ¡nadinat al-Zabrá', D)kr a/-Za/ct'a' Ji 1arulat
a/-Nasir, etc. Qr-reda claro, por lo tanto, que ha hecho obra de compilador cuya meta era la remabáni
HISTORIOGRAFÍA, TÉCXTC,IS ON INFORMACIóN Y TERMINOLOGÍA
Anaen En este capítulo, intentaremos poner de relieve varios aspectos estructllrales y documentales de los textos estudiados y clue constitlryen 1o que hemos llamado "Apéndice de textos árabes del Occidente islámico sobre Madinat ¡l-Zahrá"'. Antes de em-
prender tal tarea, es imprescindible detenernos en algr-rnos puntos que caracterizan al conl'unto de la documentación escrita en lengua árabe, o los textos históricos y geográfrcos, las obras literarias y los diccionarios biobibliográficos. Para comprender la
historrografía árabe sobre Madinat al-Zahrá' , es ¡ecesario tener en cuenta que el reiato de los acontecimientos puede , a veces, alterar los propios hechos. Este planteamiento se refiere , sobre todo, al temor que el investigador tiene a la hora de estudiar los hechos del pasado". En efecto, podemos estar de acuerdo o no en la fórmula si¡¡uiente: el escritor se hace con las fuentes de información, luego se transforma en una especie de propietario de dichas fuentes y 6nalmente termina por manipular por completo lo que es el relato de los acontecimientos. Dicho de otro modo, podríamos pensar que la elaboración por escrito y a posteriori de unos eventos llegan a cambiar el verdadero sentido de la historia. O sea. ¿podemos confiar en el cómo y con qué material los escritores compusieron sus obras? Responder a este tipo de preguntas, si realmente son preguntas relevantes, no es tarea Íáci1. Nosotros intentaremos da¡ algunos ejemplos que puedan ayudar a comprender mejor la forma y el contenido de algunos textos estudiados. Si aceptamos el postulado que admire, generalmente, que el mundo del saber en el Islam está estrechamente vinculado a las formas de transmisión y, más concretamente, a los métodos usados en la difusión del had7tr, podemos decir qr-re todas las fuentes estudiadas en nuestro trabaio entran en perfecta armonía con esta deflnición. Veremos brevemente cuales son las técnicas básicas de transmisión de las informaciones, los recursos estilísticos y los datos difundidos2". Con respecto a esto úrltimo, cabe precisar que nos centraremos sólo en las 57
menciones relativas a los temas en conexión con la fundación y la construcción de Madinat aI-Zahtá', así como en los elementos materiales y los distintos espacios de dicho conl'unto califal. Centrándonos en Ias fuentes utilizadas por los propios textos árabes en relación con Madrnat alZahrá', es interesante ver como Ibn Hayyán utilizó alos autores siguientes: Ahmad b. Muhammad al-Rázi y su Ta'rij; (Ibn Hayyán); Ibn Hazm y su
llaqt a/-'arVs,
de isá b. Ahmad b. Muhammad al-Rázi. Para un escritor como Ibn así como varias citas
al-Faradi, Ias cosas son bastantes distintas ya que se trata de un texto marcado por el sello de unas técnicas de transmisión muy específrcas: los repertorios biobibliográficos2'-. En el caso de este autor señalaremos la utilización de las siguientes fuentes para confeccionar sus biografías, pero, desgraciada-
mente, no para da¡ datos concretos sobre Madinat aI-Zahn'. He aquí la lista de autores mencionados
de forma explicita en el Ta'rij 'ulanta''. Vahb b.
al-Hifrn, Abü'AIi Ismá'il b. Qásim alBagdádi, 'Ubayd Alláh b. ai-\7alid al-Mu'ayti y
Masarra
'Abd Alleh b. Thmám. Señalamos además tres autores que Ibn al-Faradi utilizó a menudo en su obra y que son isháq b. Sr-rlaymán al-Qaynr que redactó un Kitáb fi ajbar al-Anclalus, Abü Muhammad al-Beyr y al-Rázi (Ahmad b. Muhammad) sobre el cual nos dice que había compuesto gran cantidad de historias sobre
al-Andalts lahu nu'allaJZt
ka¡7ta
Ji ajbar al-Andalus u)a-tdlLarij dztt al al-nutluk filcats. Por 1o que refiere a las técnicas usadas en estas transmisiones, cabe precisar que son las que solemos encontrar en cualquier firente de tipo tabaqar: alaAarahu
Ja/)d taa-q7/a al-RVzt, alakarahu lbn Háril
úi-jattilti, ajbarani, /taddalanT, u,a-qad haddatra biliáaytu ntin oAntáh" Ab¡'A/¡ (al-QA/71, etc.re. No son numerosos los cronistas y los analistas que nos dan referencias sobre sus fuentes y, a menudo, te-
nemos que conformarnos con muy pocos datos. Ibn Sa'id, a pesar de la relativa Ielanía cronológica con respecto al siglo V/XI, da algunas informaciones sobre s¡-rs fuentes: Abü'Abd al-Maiik Ahmad Ibn 'Al¡d al-Barr y st Kitab al-qadát,Ibn Hawqal y al-Hifrriio. Finalmente, podemos indicar que dos autores más indican sus fuentes, o por lo menos, el material con el que redactaron algunos pasajes en relación con Madinat al-Zahrá' . Se trata prime ro de al-Bunnáhi que cita a Ibn Asbag al-Hamadáni, y
i8
en segundo lugar, de al-Maqqari quien utilizó los siguientes autores: Ibn Hayyán, Ibn Sa'ld, el au-
tor de hlanabij al-fkr,Ibn Jallikán, Ibn BaSkuwál y st Ta'r7j al-Andalus, al-Hamadáni, Ibn Jáqán y str Matmah al-anfus,
ai-Humaydi, Ibn Jaldun, al-
Bunnáhi, el autor ¿" ¡u pautr/at al-azhVr ua-hahlat al-nufus u,a-nuzbdt dl-absar, al-Himyari y su Kitáb al-rawd al-nti'tár fi dikr al-tnudun taa-l-aqtir, etc.'1 . Además de estos nombres y títlllos de libros, cabe señalar que al-Maqqari cita algunas fuentes sin otro detalle que aludir a ellos de la forma siguiente: qala ba'd man arraja a/-Anrla/us o ualgtnos historiadores sobre al-Andalus dijeron" , ua-q7la o qVla "se di1o", ba'd ¿iqVt al-mu'arrijtn o "algunos historiadores de confianza dijeron". ftro terminaremos esros comentarios sin mencionar un detalle sobre la fuente principal utilizada por al-Maqqari. Mediante el propio Ibn Hayyán, el autor magrebí hace referencia a un "experto" en mater.ia de construcción como señala en el fragmento siguiente'. u)a-qA/.r lbn Hay,án ¿7/faltru bi-jatt lbn Dahhan al-faqih, qala hlaslanm b. 'Abd Allab al:arif al-tnuhandis o "Dijo Ibn Hayyán: he encontrado, de puño y Ietra de Ibn Dahhun el jr-rrisconsulto: dijo Maslama b. 'Abd Alláh el experto y arquitectorjr. Durante el periodo que encuadra las dos grandes filndaciones oficiales andalusíes del siglo IV/X de carácter urbano, Madinat al-Zahta'y al-Madina al-7Áhira, acaba por terminarse la red urbana anda-
lusí. Dicha época está marcada por las dos creaciones palaciegas y estas van a mafcar un antes y un después en cuanto a fisonomía urbana en al-Andalus. Cuando se empieza la construcción de Madinar aI-Zahrá' , se funda un con junto urbanístico para el prestigio de la dinastía omeya reinanre en Córdoba. Tal como hemos visto, y de manera alusiva, parece ser qlle a los cronistas les gusta narrar con más o menos detalles, Ia gnndeza de Ia fundación así como los gastos que tuvo que sufragar el propio califa'Abd al-Rahmán III al-l{ásir para ellari. De hecho, los escritores están de acuerdo en admitir clue la fundación de Madinat aI-Zahra' era una decisión reclamada por la propaganda y la ideología omeyas. Algunos investigadores han querido ver en ello una simple fundación como residencia palatina y otros han visco más bien una verdadera ciudad con todo 1o que conlleva este tipo de construcción. Llegados a este punto del estudio, no cabe duda de que
la postura de
M. Acién Almansa cobra más peso
a: en torno al verbo .construirt y a la obra cons-
cuando se preguntala: ¿cómo podemos quitar el estatus de ciudad a un conl'unto rodeado de murallas
truida"o:
y donde encontramos edificios públicos y privados que son Ia prueba de que nos encontramos ante una
nes>>l etc.
fundación que recuerda a la propia ciudad islámica? Veamos cuáles son ios datos
proporcionados por las
b: los espacios religiosos y civiles en el interior del conjuntolr: al-ntaslid a/-17mi' (hi-l-ZahrV') = "la mezquita principal de al-Zahra'"; sikkat (a/-Zahra') = .la ceca (de al-Zahrá')"; jVrtti' al-Zahra' - .la mezquita de al-Zahrá'"; )qanut jizVna bi-l-qasr
luentes árabes en cuanto a temas relacionados con Ia
fundación, la construcción, los edificios y los materiales empleados para poder dibr-rjar, si es que fuera
posible, un retrato de Madinat al-Zahrá' basado en el recurso a Ia documentación textual, para a conti-
/i-/-tihb = "local para uso médico en ei palacio
nuación, ve¡ cuáles serían las posibilidades de con-
jugar esto con las aportaciones de la arqueologíajt. En el apartado de la fi-Lndación, es necesario ver
la ubicación y las variantes de su nombre. Acerca de Ia ubicación del conjunto, recolas noticias sol¡re
nocemos nuestra
diflc¡lltad en dar respuestas claras
por el simple hecho de que los escritores árabes no se ponen
de acuerdo entre ellos. Ya en 1987, A.
Labarta y C. Barceló habían puesto de manifiesto el
problema que se encontraba en algunos textos que daban ubicaciones distintas del topónimo, o lugar,
al-Zahrá'''. Parece ser que los alrtores más frdedignos al respecto son Ibn F.Iayyán y al-'Udri que ubicaban el sitio en Qarqaritrt. También, el nomb¡e con el clue se designaba el conjunto plantea algunos problemas
donde se había construido Madinat
podido sacar a la luz tres va¡iantes según se considere como un topónimo o como un elemento más del paisaje urbanístico del área de Córdol:,a: a/Zahtz' , naúnat a/-Zabru' o el inexpicable a/-ttucrtnat
al-Zahru'. Dichas variantes han sido recogidas, so-
Ibn Hayyán que suele llamarla al-Zahrá', Ibn al-Faradi que la noml¡ra a slr vez por al-rnadl
bre todo, en e
nat a/-Zabrá'\8.
El vocabulario de la construcción y temas conexos es bastante variado y gira principalmente en
torno a los elementos generales de la obra cons-
trlrctiva de Madinat al-Zahrá'. He aquí las distintas variantes terminológicas recogidas en los textos árabes
y que he dividido en diversos bloques
para situar mejor los distintos momentos desde Ia
fundación/construcción hasta su puesta en servicicr t': como con jLlnto urbanístico
;
etc.
c: los elementos construidos o en construcción"2: rasf al-ras|f - "pavimentación de la calzacla"; saqf al-quba1,fi¿ = "galería de Ia cúpula pequela"; qaránúd - <te,as>; sáriyalsauárt = <columnasrr;' amün = "pilares" ; etc. d: los materiales de ia construcciónal: ralant - "mármol", rulVrna = "pieza(s) de mármol"; a/-sajra a/-nunyar = "piedras labradas"; al-tabllt fz /-usu.r = "embaldosado de los cimientos"; kaelrün = "piedra tierna>; tndrlltar = .aiabastroo; etc. e: personal implicado en la construcción11: untana' = "jefes de cuadrillas"; sunnT =
<<árte-
sanos>; 1an/ al-ayd| - <coniunto de mano de obrar, así como las voces aaqqáí - .escultor, y rajlZn = .ma¡molista>>, que son términos docu-
en la denominación. Rastreadas las fuentes árabcs, hemos
-
.consrruiro e ibtan) = <construifse"; a/oel conjunto de las constrtccionesrr bunbiná' = yán = <<construcciones"; tnabáni = <constfuccioban)
f:
mentados, sobre todo, en la epigrafía. los espacios topográficos periféricos al palaciolt:
de recreor, rattdat a/-Zahrá' = "jardines de recreo de al-Zahrá',; ba.rVtin = *huertaso; a/-birka bi-l-Zahra' = "el estanque de al-Zahrá'"; (a/-) hau:d = <€Starglre >i elC. g: los elementos topográfrcos propios del conjunmiln)a
=
<zonas
to16:
aswár - .murallasr; ahuab = "puertas"; báb a/-:i1n bi-l-Zahra' - <plrerta de la prisión de alZahrá'"; hab al-u'ard = (puerta de Ia rosa"; háb al-sura = <puerta de la estatua"; bab a/-fuslán = <puerta de los callejones interiores"; bVb a/-
-
<puerta de la prisión sul>terránea"; báb fasTl al-kuttab - <puerta del callejón interior de los secretarios"; báb ball a/-wuzara' = .puerta de Ia sede de los visires "; báb dár al-ja1/ - <puerta de la sede de la caballería"; háb al-qasr = <puerta ntutbiq
59
del palacio"; bib al-ntadin¿ - <<pu€rt?. de la ciudad"; diltar - <casas)>; qtt¡ur = "palacios"; etc. h: casas y dependencias de altos funcionariosli: dar al-jund = <sede del ejército"; dar al-truzarV' = <.sede de los visires "; dar a/-xtu/k - <sede del poder"; dar Ma1-sur = <<casa de Maysir"; dár
Fá'iq -
caballería"; dar a/-saqqá'ut = de los agua"sede dores"; cJár dauabb al-salián = <sede de los establos del Estado". callejones interiores al conjunto"s:
con los elementos básicos que los Omeyas habían pensado poner en ella. Si admitimos que el qasr está casi siempre , si no siempre , construido en un recinto
-
..casa
"callejones
interiores";/zslán
báb al-sud-
¡/¿ = interiores de la puerta del esta"callejones
do"; fasil lbn (Ab¡) /-'Anzd
-
"callejón inte¡ior
de Ibn (Abi) l-'Arrád"; fasTl al-f.ryán = "callejón
interior de los servidores"; fa.ri/ a/-Dutraltra "callejón interior de al-Duwayra".
-
las dependencias interiores del palacioae:
= <dormitorio"; al-sijn hi-/-Zal1y¿' - "prisión de al-Zahra'"; majális al-yund <salón "salón del ejército"; al-rnajlis a/-íarq/ = oriental>; al-maylis al-c¡ibli = <salón meridiobaltt al-tnanáru
nal"; etc. El conjunto de los datos que
acabamos de pre-
sentar permite tener alguna idea acerca del conjunto
califal en sus principales aspectos. Bien es cierto qlre quedan varios plrntos que no se han visto por motivos obvios de conocimiento y de tiempo. Sin embargo, es posible proponef, a grandes rasgos, algunos comentarios en tofno a las designaciones de Madinat al-Zahn'qlre han sido ya objeto de discr-rsiones. Dos son los pllntos qlre vamos a tÍatar en relación con Madinat al-Zahrá'y las formas de designarla: rnatfrna y qalrto. Respecto al primer término, es necesario
advertir al lector que existe una bibliografía mr-ry voluminosa sobre el tema, y no nos compete aquí entrar en muchos detalles. Sí vale la pena señalar la confusión y la imprecisión que existen, a veces de una fuente a otra, en cuanto al uso de lavoz tnarfrna para hablar del conjunto cahfal. Es curioso observar cómo un escritor como Ibn F.Iayyán Lrsa en mlry pocas ocasiones Ia palabra tnaúna para referirse al conjunto califal sino más bien su verdadero nombre: al-Zahrá' acompañado por otras designaciones. Mientras que autores posteriores como Ibn 'Ielari o al-Maqqari le dedica rnás espacio y se produce entonces las confu60
con ver en detalle algunos pasajes del Mac¡tabis para darse cuenta de que el conjunto califal es una cons-
fa¡lan
j:
del segundo término, qdlr, es interesante resaltar cómo Ios escritores árabes Io han consagrado cle forma clara. Al-Ruíati e Ibn 'Ielárr utilizan a menudo la expresión qasr a/-Zahm'52. También basta caso
de Fá iq.'; dar a/-ha¡i1., Yafar del bVlibYa'far"; lár a/-jay/ = .sede de la
<casa
i:
siones enrre al-Zahrá' y al-Madrna al-7Áhkat\ . En eI
trucción fortificada, ciertamente sofisticada, pero
urbano, entonces cabe decir que Madrnat aI-Zahrá' fue una ciudad edihcada en una ciudad. De hecho, al-Idrisr se encarga de referirnos tal hecho cuando señala lo siguiente: maúna fauqa nucknd o .una ciLrdad sobre una ciudad"ti. Entre motivos literarios y claros hechos históricos, es, sin lugar a duda, Ilam¿rtivo ver cómo un autor como Ibn Hayyán alterna las alusiones basadas en el recuerdo a l¿rs fundaciones orientales, como en el caso de las expresiones'. qasr al-Zahra'o "el palacio de al-Zahra'" y .**a-hi1a sa¡¡idat a/-qusVr ua-r¿artabat a/-¡urur u,a-t¿afidat a/-hubu r o ..La señora de los palacios, la mansión del placer y la sede de Ia alegría"", y descripciones deralladas de sus dependencias, que podemos considerar como fidedignas y conforme a una cierta realidad material
qlre nos proporciona en l¡uena medida la investigación arqueológica. Todo esto nos obliga a plantear el problema de los poderes y de sr-r sede. Esta cuestión pone de relieve la posible competencia que hubiera podido exisrir entre Córdoba y Madinat al-Zahrá'. El tema, ya 1o vimos antes, ha sido estudiado, pero creemos que vale la pena dar algunos datos, claros ejemplos de cómo algunos escritores árabes veían las cosas. Además de las instituciones controladas de forma directa por el poder central, es imprescindible aludir al :á/cib aLmaúila qúe fue, sin lugar a duda, el más alto magistrado de control de la ciudad así como eI:ább a/-útrta que, en algunas ocasiones, le prestaba sus serviciostt. Thnto Madrnat al-Zahrá' como Córdoba tenían un filncionario encargado del gobierno de las dos ciudades. Pero, parece ser que el sahib a/-maúna del conjunto califal tenía un rango inferior a su homólogo cordobés en Ia jerarqr-ría y en el ceremonial. Ibn Hayyán nos habla del sabib aLmaúna hi-/-Zahrá' y del sahib al-tnacfina bi-Qurtuba en plena época califalt' mientras que, según Ibn al-Abbár, a parrir
del califato de
Hiüm II al-Mu'ayyad se perhla
un
a/-nachilataltn qvl¿ refrere a las ciudaMadrnatal-Zahrá'y al-Madina al-7Áhiral- .F.n cuanto al ejercicio del poder por parte de los propios Omeyas, cabe decir que Madrnat al-Zahrá' ha sido, con toda probabiiidad, un centro que no ha generado la llegada masiva de gente salvo, en el caso de los cargo de :áhib des de
distintos grupos pertenecientes a las diversas administraciones. Si es cierto que el conjr-rnto califai era el centro donde giraba todo el aparato propagandístico del Estado y basta con recordar aquí la existencia cle algunos sitios encargados cle mantener y
emblemas
diftrndir los
y los mensal'es del poderis. Ibn Hayynn de las ceremonias
nos ha transmitido los detalles
oficiales donde los distintos funcionarios desempeñaban un papel concreto para alirmar la presencia
t¿nto para organizar como del Estado omeya cle cara ¿rl
pueblo cordobés y frente a sus enemigos 'naturales',
Ifriqiyate. La construcción de Madrnat al-Zahrá' vista como residencia de los califas omeyas y sede de las ¡¡randes admrnistraciones estatales así como clel poder central, 'ah l-:arir bi-/-Zahru';o, supone el desplazamiento de una serie de instituciones de la primera capital, Córdol¡a, hacía nlrevos espacios que convierten, a nuestro juicio, el nllevo centro en Lrna ciudacl qr,re podemos los Fatimíes de
calilicar de "ciudacl nueva" sólo y exclusivamente de-
institucionales. Con todo ello. se entidad urbana que debe responder a las necesidades de Ios nuevos vecinos del conjunto califal y eso implica la cre¿rción de manufacturas estatales, zocos, mezquitas, etc. En este proyecto, que dio como resultado la construcción cle Madinat alZahrá', estr-rvieron implicados los Omeyas, pero también los demás miembros cle las familias de nuuü17 y dicada a los asuntos crea Lrna nueva
funcionarios bereberes, así como los sacla.liba, esclavos y eunucos, cada uno con sus fines pero todos de altos
al servicio de un mismo objetivo, mantener intacto el poder omeya y, a su vez, obrar en favor de sus privilegios y así garantizar su estatlrs en la sociedad andalusí de época califal('r.
MADII{AT AL-ZAHRÁ'EN EL OCCIDENTE ISLAMICO (S. IV/X): PROYECCIÓN Y REPRESENTACIÓN DEL PODER POLÍTICO Gracias a Ia información proporcionada por las fuentes árabes del Occidente is1ámico, creemos qLre
el estr-rdio de las estructuras del Estado
omey¿r es
una realidad clue ha daclo resultados y qr-re nadie pr-rede objetar. Este último punto tiene aírn más peso si nos centramos en Maclinat al-Zahrá' , magnílico ejemplo material de lo que fue la lilosofía del propio reino omeya. Bien es cierto que quedan textos por estudiar y tradr-rcir con el fin cle llegar a una investigación más exhaustiva, y es lo qlre nos hemos propllesto a medio plazo: completar nuestro conocimiento de la ciudad califal a través de la clo-
cumentación árabe del Oriente islámicot". Es bien sabido que los Omeyas adoptaron en parte las normas cle fi-rncionamiento político-administrativo r-Lsadas por los 'Al¡básíes desde Ia época del emir corclobés'Abd al-Rahmán II. Creemos que esto permitió, e n cierta medida, acentlrar las m¿lrc¿rs y los signos representativos del poder omeya clue se tradujo, a partir del siglo IV/X, en la materialización efectiva de este mismo poder con la construcción cle Maclinat al-Zahrá'. Podemos decir que dicho conjunto urbanístico constitlrye Llna verdadera ciuLdad áulica, residencia olicial y espacio privado de los soberanos omeyas. Representa, sin |-rgar a duda, el paradigma de la arquitectura puesta al servicio del poder político"l. Para difundir y perpetuar todo este aparato, ios Omeyas utilizaron diferentes códigos que son arquitectónicos, simbólicos, epigráficos, estilísticos o decorativos. Para eiempliftcar esto, nada mejor que señalar la presencia de los salones, nuya/Lr, con círpr-rlas e inscripciones epigráficas que recogerían el nombre de los soberanos en un ámbito de decoración floral con Ia clara meta de sacralizar una cierta tradición islámica en materia de espacios privados. En su seno se desarrolló el ceremonial político-religioso con sus palrtas y slr ritual, que tenía como objetivo no el pueblo sino más bien el reconocimiento y la afirmación de Ios soberanos omeyas6l. Mediante la recopilación cle los datos consignados en las fuentes árabes, ha sido posible establecer de manera sistemática los principales aspectos te-
máticos: construcción, gastos, materiales, personal asignado a slr construcción, problemas entre p¿rtidarios y enemigos de dicha construcción, como es el caso del qVdZ Mundir b. Sa'id al-Balluti que, sin lugar a duda, desempeñó el papel de "conciencia
moral" del primer califa omeya"5, etc. Sin emba¡go, eI carpus textual que ofrecemos no está lil¡re cle
6I
problemas historiográhcos que hemos intentado explicar de fo¡ma muy resumida. Somos conscientes de que gran parte de las informaciones relevan-
tes proceden de escritores tardíos con los problemas de interpolaciones y repeticiones qLle ac¿rrean. Por consiguiente, nos encontramos ante algLlnas dificultades de locaiización y las confusiones entre Madinat aI-Zahrá' y al-Madina al-7Áhira que suelen ser frecuentes en textos redactados a partir del siglo XII"6. El presente trat:ajo, basado sobre todo en la recopilación de los textos árabes del Occidente islámico sobre Madinat aI-Zahrá', no pretende ofrecer una visión revisada de la historiogra{ia relacionada con la ciudad califal. sino más bien una herramienta qr-re podría ayudar ¿r los historiadores y a los arqueólogos, así como a los investigadores en cerámica, epignfía y numismática. En este caso, sí creemos que nuestra aportación es nlreva porque ofrece a partir de ahora el necesario instrumento que consistía en reunir, a su vez traducir, y ordenar todas las noticias sobre Madinat al-Zahrá' . Hoy día, no sabemos 1o que nos puede proporcionar la historiografíaárabe en cuanto a textos nuevos sobre el conjunto califal omeya. A finales del año 2003, seguimos opinando 1o mismo que A. Labarta y C. Barceló cuando hablaban de una posible mejoría en nuestro conocimiento de la ciudad califal, y decían así: oTaI vez el panorama sea más alentador cuando celebremos el milenario de Ia dest¡ucción de aI-Zahrá' , hacia el año 2010""r. Quedan, pues, siete años para segr-rir buscando y tener la oportunidad, o mejor dicho la suerte, de encontrar más textos árabes sobre Madinat aI-Zahrá'... Para ello, creemos que una de las claves imprescindibles para entender mejor la cir-rdad califal de los Omeyas está en empezar a reunir todas las noticias y fragmentos textuales orientales sobre ella, y tal vez podremos comprender mejor cuá1 fue su papel en la his¡oria del califato omeya y, aún más, podremos comparar dicha fundación con otras como por ejemplo las del Oriente 'abbásí (Sámarrá') y del Magreb fitimí (al-
Mahdiyya y Sabra Mansuriyya) y seguir estudiando aquellas facetas del urbanismo islámico medieval6s.
puntos convergentes y divergentes de estas capitales de los califatos omeya y fátimí, enfrentados ambos por el control del Mediterráneo occidental"').
APÉNDICE DE TEXTOS ARABES DEL OCCIDENTE ISLÁMICO SOBRE MADINAT
AL-ZAHRÁ'
En este apartado, hemos intentado dar el conjunto más amplio posible de textos árabes relacionados con Madinat al-Zahrá' . Las noticias van acompañadas de su correspondiente traducción al castellano cuando no la hay. Respecto a este último punto, cabe precisar qr,re las palabras marcadas en negrita y entre paréntesis en las traducciones corresponclen a términos originales dados por el traductor y que hemos modihcado justo antes de dicha voz en negrita.
Relatos largos:
rBN VULY rJL T abaqat,
11
(33 2
-384t 9 4 4 -99 4)
3/traducci ón, 46 I -462
u,a-baddatani bi-naf:ibi qá/a: taasaftu /i-anir a/ntu'minin al-Mustansir bi-LlAb hauan\t, ra'aytu bi/ - B as ra I i - I - ta b bAjT n u, a - i t clan i bV. u,a - h u-r a tar ti b a / -
atinta, u,a-annabá wau.dla gaday aa-'a/qthá xtakah al-zu1aj, taa-lahrm juddam ulltquf bi-l-n?anádil u'dl-abar7q, ua-l-hawanlt wusataha bi-/-ru1ám al-uulatauan, al-já'it Ji l-brun fa-rikab al-Alastansir 1aunl"' min al-Zabra' iD Qurtuba, ua-ana fi nau'kibihi. falannna at) al-nuda, tnaudl al+abAjjin, nazara il)
/-tni/a/ al/at7 lutbaja rthA d/-í//brnt, fa-ta'malaha, fa-lamtrú nazala al-qasr, iftaqadanT, fa-ausalani ilá nafsihi, aa-qa/a 17: ya Ahmad alna háelihi al-tnilal tt¿in tilka al-gada1,r ¿//¿lti bj-l-Ba¡ra ? tta-dahjka'a/) dalika, trililnlta qVla /7: rna Ji rilka al-nillal ? fa-qultu lahu: atraf n^a-íahurn ya amir a/-ntu'ntinTn: fa-/ahika ah Ja/iLa ua-a)iha I'ibi. .Él -is-o me conró: Describí al emir de los creyentes, al-Mustansir bi-Lláh, las sólidas tiendas de los cocineros qlle había visto en Basora; lo bien
En relación con este írltimo aspecto, sería intere-
ordenados que estaban los guisos, colocados en cazoletas y cubiertos con tapas de vidrio, ante los cuales
sante poder llevar a cabo un estudio sisremático de
se encontraban servidores
los datos textuales sobre los recintos palaciegos de
llas y aguamaniles. Las tiendas estaban soldadas con
Madinat al-Zahra', al-Mahdiyya y Sabra Mansüriyya con el fin de intentar evaluar cuáles fueron los
mármol policromo de belleza deslumbrante. Cier-
62
to día al-Mustansir
se
[criados] de pie con toa-
dirigió
desde al.-Zahrá' hasta
Córdoba, y yo estaba en
el séquito. Cuando ilegó al
almudí, lugar de los cocineros, mi¡ó hacia Ia ceniza y las brasas en qlre se asaba la carne y 1o contempló. Cuando se hubo aposentado en el palacio, me notó a faltar. Me mandó a buscar y me
dijo: "Ahmad, ¿dón-
de están Ia centza y las brasas de esas cazoletas que hay en Basora? Rompió a reir y me insistió: "¿Dónde están dichas brasas y cenizas?". Le repliqué: "¡En las manos y en la carne, emir de los creyentes!". Soltó una carcajada y quedó admirado".
Tabaqát, I I 3/traducció n, 462:
wa+auallá iqarnat jizana bi-l-qasr li-l-tibb latn lakun qatt ntithba: u,a-raitaba lahA ifu)'aíar sabi1y"" {saqahba} rabbajin al-aíriba, sáni'in li-/-rna'yuttár: u'a-ista'dana antir a/-mu'tninin an y'Íi@ rninbá ntin ihtal al-nmsikin ua-l-ntardá, fa-abVba lalcu üüka. uSe le encargó de disponer de un local para uso médico en el palacio. Jamás hubo otra parecida. Colocó en eila doce jóvenes servidores leslavos] que
y
componían los electuarios. Pidió al emir de los creyentes que se le regalaran (estos preparados) a Ios pobres y enfermos que lo necesitaran. El califa consintió".
preparaban jarabes
rBN AL-FARADi (35 r-4031962-r0r3)
Ta'rij 'alama',I,28 (biogra{ían." 1f
):
lbrabim b.'Abd al-Rahntán al-TanasT: n¡in sak)ni yakann): Abá l-lshvq: sami'a ttin
ntddinat al-Zahrcz': Wabb b.
Masarra al-Hijár7, ua-Ab| 'A/7 IsnÉ71 b, al-
Qisint al-BagdadT: u,a-kána yaftl fi lami' al-Zahrá'; wa-qad hadda¡a bi-hiki1át tnin "Awalt, Ab7'Ah (a/-
Qali); u'a-tuwafJila Ji sadr ía'*^wal sana 387 ulbráhim b. 'Abd al-Rahmán al-Tanasi era Llno de los habitantes de la ciudad de aI-Zahrá' y llevaba Ia kunla de Abu Isháq. Escuchó a \lahb b. Masarra
al-Hij'ári y a Abü'Ali Ismá'il b. al-Qásim al-Bagdádr, y estaba dando una consulta iurídica (fatú) en la mezquita de aI-Zahn'. Contó las historias sacadas de Ios Arnili de Abü 'Ali al-Qáli. Murió principios de íawual del año 387 ".
a
.Ibráhim b. Bakr b. 'Umrán b. 'Abd al-'Aztz al-Lajmi de ios habitantes de Ilbrra y llevaba Ia kun1a de '\l:i Isháq I. . .1 murió en t...1 3 5 1 en el palacio de la ciudad de al-Zahrá' [...] esto me lo ha contado al-Mu'ayti". Ta
48):
lhrcthim b, Bakr b.'Unnan b. 'Ab¿ al-'Aziz a/Lajni nrin ahl Ilbira yakann) Abv Isbaq 1..,) ua' tuuuJf.la 1...] 351 Ji l-qa¡r bi-l-madZna al-Zahra'
[...] al baranl bi- dl I i ka
a /-
Mt
a1 t7.
trlattt,.t'.1. \J2 (biografía n.o 85-):
'Abd a/-Salátn b. al-Sa¡t¿h b. l{Abi/ b' 'Alrd Allah b. Yahyun b. H.arit b. 'Abd Allah b. 'AbrJ al:Aziz a/-Ha'*^wari, yukann) Aba Sa/aynan, asluha tt)n h[aurur 1,,.] u,a-kVna ¡ákin"" bi-(/-)ntadina al-Zahra' i/) an tau affiya hihV. n'Abd al-Salám b. al-Samh b. NrEbil b. 'Abd Alleh b. Yahyun b. Harit b. 'Abd Alleh b. 'Abd
al-'Aztz al-Hawwári llevaba la kurya de Abü Sulaymán, y era originario de Morón {...1. Fue vecino de la ciudad de (al)-Zahrá' hasta que murió ahí".
Ta'rij'ulanta',I,3)9 (biografía n." 8f 6): 'Abd al-Karitn b, h[uhantmad b. 'Afr b. 'Abd al-Karitn b. 'Abd al-Akrarn b. SafuAn lbn Sa'7d alYazarT a/-ntaqri'; sakana nmdinat a/-Zahra'; l,ukann) Ahá frIahanrnad f-...] aa-tauuff.la bi-tnadTnat al-Zahrv' /q,lat al-ituayn f7 sadr safar sana 360,
.'Abd al-Karim b. Muhammad b. 'Afr l¡.'Abd al-Karim b. 'Abd al-Akram b. Safwán Ibn Sa'id alYazart el lector del Corán, vivió en la ciudad de alZahra'y Ilevaba la kanya de Abü Muhammad [...] y murió en la ciudad de al-Zahra' la noche del lunes en pleno mes de safar del año 360".
Ta'rij 'ulatna',II, 58-19 (biografía n." 1241¡: Muhantntacl lr. 'lta b. Rifda al-Jata[áni a/-nta'ruf bi-l-Qallas tnin ahl Ra11a yrparñ Abá 'Abd
Allah; uta-qála /7'Abr| Alt-alc b. Tatnárn: aa-ustuqdima il[uhanntzad b. '7ü iD Qurluba sana 3 j6 Ji íahr yarnád) a/-a/), fa-aqvma yuhaddi¿a bi-madinat al-Zahrv' baqliylat dalika iD'aíar ¿17 /-l2i11a; tamvt.t insaraf"t )lV Raya fa-ntara ba'd ülika )h aíhar sana {3}37: taa-ajbarani ba'd n¿in katabtu 'anbu qala: tuwaff ¡'a bi-Bi/7í yawnt al-1tada fi íabr iunzád) al-uh sana 3
Ta'rij 'tlarnV', I, 28 (biografían."
rtj
37.
"Muhammad
b. 'Isá b. Riñ'a al-Jawláni cono-
cido con el nombre de al-Qallás y del pueblo de Rayya, llevaba kunya de Abü 'Abd Ailah. Me dijó 'Abd Ailáh b. Tamám que en el mes de 1unúd) I del año 336 Muhammad b. 'Isá vivía en Cordóba, 63
y estaba transmitiendo eI hadT1 en la ciudacl cle aiZahra' durante todo aquel año hasta el día diez de
Munelir b. Sa'id h.'Abd
Alkb
b, 'Abd al-Rabntán
b. Qhirn h. 'Abd Alláh a/-Ba//nt7 latrn¡ta al-Kuzni min ahl Qartuba: l,ukann) AbV l-Hakant lansuba
¿lt l-hiiia. Luego se fue a Rayya y mr-rrió después de algunos meses e n el año [3]37. Me informó alguien,
fi
dijo que mr-rrió en Bili5 un día de viernes del mes de yunad) I del año 3 3 7 "
wa-ualD a/-sa/a' bi-madTnat al-ZahrV' fa-lart yazal ¿tadill"' iD an tuaafJila 1,,.1.
Ta'r7j 'ulantV', II, 86 (biografía n." l33f):
"Mundir b. Sa'id b. 'Abd Alleh b. 'Abd alRahmán b. Qásim b. 'Abd Alláh al-Ballr-rti, luego al-Kr-rzni, de la gente de Cordóba, lleval¡a la kun1,a
sobre el que escribí, y
.
ilIubarnnud b. \-usaf b. St/altnVn 1,. a/-YaLü a/jatib al m'lraf bi-l-Qabr|: ttin abl Qurtuba l,ukann)
Aba'Abd A//ah, u,a-asluhu ntin Qabra; kana win ahl a / - il l-au, a I i - / - Qur'Vn, ta a - i t t aj a qla b a awi r a / - nt u' n t i ni n al-Ná.rir rahintahu Allab inúnt"' fi /-qa¡r, tl.lltiltta uallvbu al-jatba ua-/-sa/a' Ji l-rnadTna a/-Za/crv', taa-
l-Barhar.ft fajo[ ninhuw yaqálu /a/cam: Kuzna 1...]
de Abu l-Hakam. Su nasah procedía cle los Bereberes
y de una de sus subdivisiones llamada Kuzna
f...1. Fue nombrado parala dirección de la oración de la ciudad de al-Zahrá' . Continuó como cadí has-
ta que murió [...]".
nalláha qadV' Qabra, uta-lan ltazal ka-falika ilá an tuu,ffi1a 1au,nz al-,rabt /i-/-ni.rf nin íahr rattada.n
rBN HAZM (384-45 6 t 99 1-1064)
sana 372.
.Muhammad b. Yüsuf b. Sulaymán b. al-Vahn; el predicador conocido con la nisba de al-Qabri y llevaba la karya de Abü 'Abd Alleh. Era de la gente de Cordóba pero slr origen era de Cabra. Fue uno de
iantbara,44: taa-alakara al -YaxtVn7, al -Qa' inr b i- Márida, al -
maqtal ),atrnt al-birka bi-l-Zabru' Ji )4),
los que recitaban el Corán, y el emir de los creyen-
tes al-Násir, que Dios le bendiga, le dió el puesto de iraVw en el palacio lr-rego le designó para la jutba y la oración en la ciudad de al-Zahrá'. Le nombró también para la judicatura de Cabra y siguió con este puesto hasta que murió un sabado a mediados del mes c\e ranndan del año 372".
Ta'ri1 'ulantá',
ü
II,
103 (biografía
n.'
1378):
Mubaruntad lt. Mmahl¡ib nitt ah/ Qurtlúct. 1,vporl-lIaíriq u,a-clara'a a/-
Al,ta'Abd AllAh: rab¿la ilá
Qtr'aa:
hadda¿a bi-bik71Vt; o*a-kana akelab a/-tu.r:
Abi
Su/4,nún h. 'Abd al-Salára b. al-Masb a/-iaf I yalklra'aulut anua'' ntin a/-ka¡/b: u,a-kaua j'Vu'arnbu a11Vm srAnáhi bi-nudTnat ¿tl-ZabrV': u,a¡an¡j'tu
Í//Luff),r hi-Qurtaba
¿an7 ltatun a/-adh) ¡ana 388. b. Munabbih de Ia gente de Cor"Muhammad dóba, llevaba Ia kunla de Abr-r 'Abcl Alláh. Se fue a Oriente y aprendió el Corán, transmitió l-ristorias y fi-re el más mentiroso. Escuché a Ab¡-r Sulaymán b. 'Abd al-Salám b. al-Mash al-Sáfi'l recordando algunos ejemplos de sus mentiras. Fue su vecino durante
"4l-Yamáni recordó
a
di
/-12i1-ja sana
al-Qá'im en Mérida,
ase-
ú. /-hijya
sinado el día de Ia alberca en al-Zahra' en
del ailo 343".
iantbara, 102: fa-aj lau, mad7nat a I -Z ahra' ua-1 anth ur Qurf uba háfr al-tnadina u,a-taraf"' win al-jánib a/-íarq7, uaajlatt, nV baual7 Qurtaba win al-qur) a'a-/-n¡anVzi/ u, a - / -tnu dun ua - afn au a /: / a há b i - I - q at / tt, a - / - s a by. *Saquearon la ciudad de al-Zahrá' y Ia gente de Córdoba salvó la ciudad y una parte de la zona orren-
tal. Saquearon Ios alrededores de Córdoba como las alquerías, Ias casas y las cir-rdades. Aniquilaron a su gente mediante la muerte y la cautividad".
rBN HAYYÁN a/-
Q7
7
-469 t987 -r07 6)
Maqtabis, Y, 24-25 I traducción, j0-3 u'a-6fakara al-Rázi
1
:
Ji ta'rTjihi qála: .*-a-fi lawnt
al-jant'a li-rit jalaan rún e17 /-/2i1ja sana 310 quri'a 'a/) al-nas bi-l-ntasjidayn u,a-/-jáni'a1n bi-
Córdoba el segundo día de 'id ¿tl-adh del año 388".
/-hadrataln Qur¡aba u'a-l-Zahra' kitab an¡7r a/, ntu'r¡intn al-l\asir li-Din AIláh ih /-uaz7r ¡áhib altnadtna'Abd AllAh b. Badr bi-inkirah limá ihtada-
Ta'rij 'alarná',I, L42 (biografía n.'
'ahu al-nrubtaú'Vn tta-íac4da Jibi allVriyun 'an ra'1
los días que vivió en la ciudad de al-Zahn'. Murió en
64
1151):
al-1amVa, al-ntuntawun
Atkh
iD
suhba hlubatnmad
b,;Abd
lt. Masarra a/-Yaba//.
st Historia y dijo: el vierde 9J2 se leyó a Ia gente en las dos mezquitas y las dos aljamas de las dos capitaies de Córdoba y al-Zahrá' el escrito del califa al-Násir liDin AIIáh emir de los creyentes al visir y zalmedina 'Abd Ailáh b. Badr, reprobando la innovación insólita de los que se apartaban de la opinión de la comunidad, pertenecientes al círculo de Muhammad b.'Abd Alleh b. Masarra el Montañés".
enfel alcazarl la ciudad de al-Zahra' , que fue la primera que allí se hizo cuando se estableció allí [...]".
oRecordó al-Rázi en
nes 7 de mayo
a/-
Muqtabis, Y, 2441 traducción, 1 86:
qala Ahwad b. Muhanut¿ad al-Raz7 1.,,] ¿umtna naqala al-llásir li-Din Alláh a/-:ikka ih rnad.inat a/Zahru', al-yadid'inda :uknáhi bihV, fa-'attala dVr a/-
:ikka bi-Qurtuba u'a-aglaqa bábaha. wa-ittaja2la dar al-darb 'iwadahá bi-/-Zabrá', anqala al-sikka ilayba, ua-qalladaba'Abd al-Rahtnán b. Yafu), fa-ittasala al-darb bihV baqiyat l2a1átihi'aa-h|n"" rnin al-dahr
al-Maqtabis,Y, 37 -381 traducción, ,10:
ha'daha.
qaul Ibn Hayyan'an ma'á1b al-Ilásir: ac1ula: qad 'árada al-faq7h a/- alirn Alta Mubawntad'Ah h. Sa'7d b, Abtnad ú. Haznt al-Andalu¡7 jamT ltV zabara /i-/-
Posteriormente, al-Násir
wa-hantalaba naqala ajbárihi x¿in nzaháún háü l-jalifa al-Na¡ir li-Din A//v/c bitna'affiha u,a-navznas
jaha min s)rnvj wa'vybibi, id tlála rt kiúhhi a/-m.usamrn) ol{aqt al-'arus , f7 nauüdir al-ajbár l. ..} aqV/u rnd s atni' t u h u rt i n a / -nraíy aj a a / - dan i 1 a b i -fan n at i h i xt
nin tilka al-daula 1,..) anna 1ari1a nin'aliyyat jatV jahi al-rnu'raddát bi-'akqatih. kana fi julaqibá ba'tu bihi baqqa taZzumuhu, jalar bihi ltatunl'o ntin aylant unsibi bi-l-íarab bi-ratadat al-Zabrá' 1...). uPalabras de Ibn F.Iayyán acerca de los vicios le
ühi
de al-N-asir. He de decir que el alfaqr,rí y sabio Abü Muhammad 'Ali b. Sa'id b. Ahmad b. Hazm al-Andalusi contradice todas las bondades de este califa, aparentes a la gente y transmitidas por los historiadores, borrándoias y cancelándolas con la mención de feos defectos, pr-res dice en su libro Na4z al-'arus, de peregrinas noticias I...1, Debo decir lo que oí de maestros, cercanos por su generación de aquelia dinastía 1...]. Una esclava que era una de sus favo¡itas más enaltecidas y consideradas, pero cuyo carácter altivo no se rendía suficientemente ante su
engreimiento, habiéndose quedado con él a solas en uno de sus días de asueto para beber en el jardín de rec¡eo de
aI-Zahñ' 1...]".
al-ilIuqtabis, Y, 441 traducctón: 46: 'U bayd Allah b. Yahyá b. ldrTs /i-/-l{ásir li-Din Alkh madTnat al-ZafsVd kana labu bibá atau,al |tánibi iy¡V
u,a-li-Abi 'U tnmn fZ fi¡ad kVna
hra', au,wal ha (kanzil)1,,.].
"Abü'Utmán'Ubayd Alhh b. Yahyá b. Idns dijo acerca de una sangría de al-N-asir li-Din Alláh
"Dijo Ahmad b.
Muhammad al-Rázi
1...1.
li-Din AIláh trasladó la
ceca a Ia cindad de aI-Zahrá' , slr nlreva vivienda, al ir a vivir a1lí, dejando de usar la de Córdoba y ce-
rrando sus puertas, al sustituirla por la de al-Zahrá' para Ia cual nomb¡ó a 'Abd
y lievarse allí la ceca
al-Rahmán b. Yahyá, y allí continuó la acuñación el resto de su vida y algún tiempo después".
a/-Maqrahs, Y, 437 -4181 traducción: 321 -328: tagaylur Ji si1ásat al-jal7fa 1...] ua-iítaddat'alá l-llasir li-Dtn Allab nakbatahu Ji gazttatibi hadibi, lart takun lahV ujt finú :alaf min muddatibi, faattabatn sa'duhu u'a-i'takara fikrubu, hattá hVfa'a/) nafsihi fa-afira'a/a1hi bi-'aks bamr¿aba iD aglaba a/h i, fa - kVna t a / - b an1, an. fa -Zy a' a I a1 h ), za 'antV, rnin lauwa'i¿f7n, ua-qasada al-istigraq fih. fa-
/ adcla' a / ay
anía' xndinat al-Zahrá' hi-asfal Qurtuba. tua-wagala tnin sa'a mabanzba tua-j,alala tr¡asáni'ihá fthv nu'n balibi, tra-jalá fhruha 'amm"" sitrahu I...]. la política de al-N-asir [...]: al-N-asir "Cambió en quedó abri,rmado por su fracaso en esta campaña, sin paralelo en todo su anterior periodo y, disgustado con su suerte, tenía confusos pensamientos y no era justo consigo, por 1o que se le aconsejó distraer su preocupación con su mayor placer, Ia construcción. Dicen que se dedicó a ella de modo absorbente, fundando al.-Zahrá' más abajo de Córdoba, poniendo en
la holgura y majestad de sus edificios el descanso de su mente y olvidándose de lo demás {...]". al- Muqtabis, Y, 41 8-47
9I
traducción,
35
9:
rasf al-ras7f
ih al-Zabrá': ua-fi l-nisf nrin rajab
rninbá íuri'a Ji
*f a/-ra;7f, allaeü atnara al-l{-asir bayna qasrihi bi-manyat a/-l{V'Vra,
bi-rnaddibi
nu
6t
h-'idaa nabr Qurtuba )D bAb qatrihi, al-vtuhdat biqarya QarqarT¡ Ji sana (3)29, n¿aslak-' bibi rt /-'i¿ua al-dunya, a//at7'ala1tha rtadina Qartuha. rash¡/"' lahV bi-l-tariq tnin tau'aratibi ba'd an rakiba )/q,hi bi-nafsihi ajidat ruisáhatuhu bayna ayhbi, taa-wudlat a' /Vx¿ u h tt' a h h adudi h ) xt)a -.tm.tr.r b i -j ant' a / - a1, d7' a layhi taa-isti'jal'anmlibi, fa-tantwa Ji íahr, ua-zada ruanáf. manyatihi, allat| sumntiyat bi-l-Zahrct' tra-'avtmat manfa'alubu.
¿anuna yalTbi iq/|nt.
al-Kanbániya ua-Jihi tnin a/-
ntudun Qurtaba wa-l-Zahra' aa-Istiyla ua-&a11'ana
ua-Qabra ua-l-Yu.frna'*^a-bihi jumlat husVn kibár ba'd
ülika.
viene el distrito de la Campiña que "Después, tiene las cir-rdades de Córdoba, al-Zahrá' , Écija, Baena, Cabra et al-Yuíána (¿Lucena?), así como un
conjunto de grandes castillos que vamos
a
citar des-
pués de esto".
. Pavimentación de la calzada a al-Zahra' : a
ne-
diados de rayab se comenzó a pavimentar Ia calzada
ll uzhat al-ntuítaq, II,
tendida por al-Násir desde su alcázar de la almLrnia de al-Ná'r,rra en la orilla del río de Córdoba hasta la puerta del palacio que se había erigido en Qarqarit
ua-ntin n¿adinat Qurtaba ilá nmd7nat al-Zabrá' januat aruyál wa-hiya qa'imat al-üt h-asunriha u'a-
el
año (3)29 por la
orilla inferior doncle estaba la
ciudad de Có¡doba para quitar al camino su difrcultad. Él cabalgó personalmente, mientras se hacían ante él las operaciones de agrimensura y se ponían los jalones en los iímites, ordenando congregar obreros y apresurar la obra, que quedó concluida en un mes, con gran provecho de su nueva residencia, llamada al-Zahra', y de todos". al-Muqtabis,
VII,
I 1 7/traducción, 149:
wa-Ji háú. l-ttaqt uafat a/ -tni har taa- / -fu
/á'
a
l-rnus
ih
(l-)maúnat al-Zabra'
tantajta
Ji
tn'zü'
in
líb7 / iya
ua-Labla fi'adad wáJir '*-a-siftt matlbVla sarraÍ a/-
jaffa pat)
tahatnntalabu a/-i'1Ab
bihá'ah an jala.ra
/i-ru'yatibá Ji ba'd ruayálisihi al-mutilla'ah al-ri1tád bi-l-Zahra' uta-tna'aha al-atn7r Hifrm iltnubu fataual/á faddahv ua-i'tiradabá bayna yadayhi a/-fat) l-kabir Fa'iq sáhib al-burud uta-l-tiráz aa-sáhib aljaylwa-l-haíam Ziyád b. Af.ah matalVhu. .En este momento, llegaron a la ciudad de al-
5
79-5 80:
rasnnt qttsur)há, u,a-fibá qau,w sukkVn bi-ahálrhint uua[arárihiru u'a-hux¿ qalTlun '**a-hi1ta rt daüha maúna 'azinta rnuc/arrajat a/-banya tudina fau,qa waclina
satb al-tulut a/-a'h yataVzT'ah /-1uz' al-atasat taa-
¡atb al-tulu\ al-ausat 1uunz7 'aD l-asfal u,a-ku/l lulul minbV sur fa-kana al-juz' a/-a'h minba qttsaf"
a/-uasf 'an slZtihV uta-/-1tuz' a/-au¡at balá tin u,a-raadat wa-/-yuz' a/-¿a/it Jihi al-di1ar u,a-/lami' taa-hi1a al-Vn jaráb Ji hVl al-d,aháb, )taqraru
"De la ciudad de Córdol¡a hasta la ciudad de alZahrá' hay cinco millas, y eIIa laI-Zahrá'l es autónoma con sus mural.las y el trazado de sus palacios. En ella, hay grupos de habitantes con su gente y sus hijos, y son pocos. Ella misma es r-rna ciudad importante de construcción graduada, una ciudad sobre una ciudad. Laterraza del tercio superior es paralela a la parte media, y Ia terraza del tercio medio es pa-
ralela aI tercio inferior; y cada uno de estos tercios
Zahra'los potros y potrancas criados en las marismas
tiene una muralla. En la parte superior, hay palacros que ninguna descripción puede retratar. En la parte media, hay jardines y huertos, y en Ia tercera parte,
de Sevilla y Niebla, en buen número y condiciones
están las casas y la mezquita, y hoy está en estado
aceptables. Su llegada produjo tanta alegría
aI
ca-
lifa, que, lleno de curiosidad, se sentó para verlos, acompañado de su hijo el emir Hiíám, en uno de los salones que dan a los jardines de al-Zahrá'. Los encargados de exhibírselos y mostrárselos fueron el gran servidor Fá'iq, jefe de los correos y del taller real, y su cliente Ziyádb. A11ah, jefe de la caballería y comandante del cuerpo de mercenarios".
de ruina continua>.
IBN AL-KARDABÚS (SIGLOS VI-VII/XI-XII) Al -l ktifá',
Nuzhat al-muítáq, 66
II,
) 37
:
tradtcción,
8 1 -82
:
wa-iah üka amara bi-bunyan al-Zabra' fa-katnalat Ji jaws wa-'iírin saila; u,a-ahs) al-umaná' 'al) bunltVnibV
AL-rDRrSr (493 -560 I 1100- 1 165)
5 8-5 9 I
n¿sa
lumla
siwa xmn sujjira
lih
rnV
unf.qa'alayba: fa-tauyuduhtr ja-
uta-tamanTn n¿ud¿!" min a/-darábiw al-qásinti11'a;
flbá nin a/-ra'i11,a taa-r¿in zautant)-
taa-zataVmil aynadihi.
(Mientras que éste o¡denó la construcción al-Zahrá' qLre se terminó en 25 años; cargó a
de los
untana'la totaliclad de Io que se gastaba en su construcción; tuvieron suficiente con 85 modios de dirhemes c¡a.rinti)'),o; tln contar a los que de sus sírbditos se le imponía una prestación en ella y de sus acémilas y de las acémilas de sr,rs ejércitos".
cador que 1o hacía clesde el púlpito hasta que los Bereberes lo descart¿rron y lo mataron en su casa el día de su triunfo sobre Córdoba. tal como Dios selió en la profesión de fe, en ía'uual d,e 403". Bugl,a , 204-205 (l>iografía
(5 10-58 1/1
1
min'a1V'ib a/-t¡tabani yanú1"" uta-tlltu,tr.1 u:a-ha:an
tartlb u'a-itc,¡an
hrt1,'a u.'a-lant ta'anttnar
i//a
pilares, sus piedras tiernas y todo Io que es material de construcción".
AL-DABBT (OB.
b.
Qa.tirtt
lt.
14tth¿utu¿J
aI-B
ara
fi íauuál
b
i
,t/-'ial¡¡
r a a -j a t arna A / lA h l, i - /
fi
-
i./ he d.t
haytihi ltataw taga/ltúihi'dlá
103.
"Muhammad b. Qásim b. Mul'rammad alAbü 'Abd AIIáh originario de \'álita, aldea del distrito de Úliya de la Campiña de Córdoba; pertenecía al mr-rndo de las ciencias y de las letras [...]. Fue nombrado para la dirección de Ia oraciírn e n la mezquita de aI-Zahrá', y fue el último predi-
i?liti
iío10-685 I 1213-1286)
A
/ - Atagrib,
I, 14) -r44:
u,a-natlkurtt buni ba''d¿tbu ntan uu//4,a qada' al-jantVa hi-Qurtuba, i/) an intac1ala qu¡b al-intJna
ih
al-ftna u'a-jarajat al-ZabrV' Qurtuba,
n¿adinat al-Zahrcz', Íilnnttz naefkuru qaclá'
hina'áda
,zl-c¡uth
ih
wa-l-Záhira, "En esto vamos
a
citar clespués
cle é1
(Mu?wiy.r
b. Sálih), al que se le encargó de Ia judicatura de la comunidad de Córdoba hasta que se traslacló el eje deL itt¿Vrnato hacia la ciudad cle al-Zahrá'. Después citamos la judicatr-rra de la comunidad de Iafttta, cuando volvió el eje del in¡Vntato hacia Córdoba y se retiraron de aI-Zahn' y aI-Záhira".
I. l-q. l8l
:
lbn Hau:c1a/: anna a/-l{Vs)r banábn Ji garbi Qurtuba Ji saf/2 iabal 1...1 baná al-Zal:tri' alIlvsir, u,a-sakanahv, lilmtila saAanabv ibnuhu a/Mustansir, taa-sakana al-Ma'a1yd b. a/-Mastantir elakara
Aba'Abd Allah aslahn ntin Ya/ita ,1,rr¡a rrtrrt itllint Úlila ntin Qanbániya min Qurtaba nin ahl ,tl-'il¡n ua-l-adab t...) ua-taqd/lada al-salit bi-jnú' alZahra' u'a-haua ájir jatib clama 'aD ninbariba i/) qatalarha al-Barábir
rBN SAcrD
A/-.\la¿rih.
599 I r2{)3)
Bugla,l l4 (biografía, n.o 261): Maharnr¡tad
Isháq clictaba fetuas en la mezqutta de al-Zahra' [...] murió en ei año 387".
1,¿7-¡¡¡''
aaburt al-jantsln'átu"" huclya' Ji ijrebiba fi muddat al-AIahdi u,a-db/ Qnrtuba ltantaqilana n¿inha iD alán rtrlZntihV aa-'andániha tua-kadchniha u,a-sa'it da/iI a ttiu ilVt a/-/,ttn)¿u. "Al-Zahrá', ciud¿rd próxima a Córdoba, construida por al-Násir'Abd al-Rahmán b. Muhammad que fue una de las construcciones maravillosas por su belleza, su fuerza, la calicl¿rd de su ubicación y sr-r perfécta organización, habitada só1o por grupos reducidos durante cincuenta años, empezó a caer en ruinas en la época de al-Mahdr. Hzrsta ahora, la gente de Córdoba coge cle ella sus mármoles, sus
Qarnba
yfti Ji lawi' al-Zabru' 1...1 rau,ffiya rana
"Ibráhim b. 'Abd ¿rl-Rahmán ai-Tanasi Abü
al-Zahra' lt¿ttrtnñ'a/) nnc¡rahat Qurnha banáhá al-N7.sir 'Abd al-Rahnut¡ h. Muhantn¿ad wa-kátnt
n' at a / a t b a
10):
16-1 187)
Ijtisir,I4l:
¿t
1
lbrahir¡¿ b.'Abd al-I?ahrtVn al-TanasT Aba Ishacl,
kanct
rBN AL-JARRÁT
n.'
madTnat al -Zahira 1...].
"Ibn Hawqal recordó que al-Násir Ia construyó al oeste de Córdoba sobre la falda de la montaña [...]. Al-Násir construyó al-Zahrá' y en ella vivió, después su hijo al-Mustansir vivió en ella. AlMu'ayyad, hijo de al-Mustansir, vivió en la ciudad cle
al-7Áhira f. ..]"
.
IBN CABD AL-MALIK AL-MARRÁKUSI (634-7 03t 1237 -1303 t 4)
tl-Qa¡ l. V 2. 4t- -4tx: (¡/
'Uxtar b.'Abd Allah b, Hartrawa b. Daku,an b. 'Abd Allah b.'Abdt¿s b, Dakuwn a/-Urnawi Qurnb7 Abu Hafs t..,]: tuazara li-Sulalwan al-Masta'ln bi-
ih l-Zabra' rm1ffiL^ rza'a fall hizb {...} wa-traffi1,a ajir 1a'*-m d¡ (/-)hilia
AllAh {...} ¡ara a/-Mu.rra'7n
encima de una ciudad, la terraza del tercio superior estaba sobre el límite medio, y Ia terraza del terc.io medio estaba sobte el tercio inferior, y cada tercio tenía murallas. El límite superior eran palacios que
ningún descriptor puede describirlos. El límite
403.
medio eran jardines y huertos y en el iímite inferior
..'Llmar b. 'Abd Alláh b. Hartama b. Dakwán b. 'Abd AIláh b. 'Abdüs b. Dakwán al-Umawi Qurtubi Abu Hafs 1...1. Fue vizir de Sr-rlaymán alMusta'in bi-Alláh 1...1. Se fue de prisa hasta aI-Zahrá' con el resto del partido de al-Musta'in [...] y
estaban las casas
falleció en el último día de dD
l-pifia
de ,103
"
y la mezquita. Todo esto fue destruido, lo mismo que le pasó a Córdoba y otras regiones de al-Andalus". rBN JÁQÁN 480-529 t -r087l8- I 1 35)
.
tu[atnmh, 24j -246:
a/-Da1/,Y 12, 411:
kána al-jaltfa al-Násir
'LJtnar b. \Ant¿.r b.'Al,fr.n at-Yuünt7 QurtabT, lbn a / -H arráni{,.. } : ua- is tattttana a / -Z ahra''*-a -jadawa
ir bi - I -ti b b. .'Umar b. Yunus b. 'Ay5un al-iuel-amr Qurtubt, Ibn al-Harrána 1...1. Vivió en aI-Zahrá' y trabajó al
a I - hI us tans
servicio de al-Mustansir en medicinao.
AL-HIMYARI
(S.
fl
qdnra r¡¡a'á ürn i hZ u,a - i n b i s at
s
1,
s
)
fi l-ard a¿aruha ua-istafraga *-afabu tanyldiha u,a-itqan qusuriha ua-zajrafa wa¡áni'i-
fa-inhamaka fi elalika batü'attala íuhad al-yunt a b i - I -uasj id a I -jánti' a / ladi inaj a61a ba.
Násir'Ahd al-RabtnVn ibn Muharnr¡ud; kaü qala u'a/á adrl abiya al-ZVhira al-wutaqaddima ¿zl-alikr augalrihá; uta-balnahV taa-ba1na Qartuba janzsa awyal;
ua-kánat c¡a'inat a/-/adaht bi-asuwriha'n-a-rusul¿ qusurihá; ua-kana fihv qau'rn sakkvn bi-abvlTbitn u,a¿lirárlhinz; taa-kánat Ji ütihv'az7ma; ua-hi1a tnad7na
fa--qa rnadina: taa-sattaba al-talul al-a'/á'alá l-hadd a/-atrsat, taa-sattaha a/-Íu/at al-autsat'ak /-tru|ul a/asfal, --a-ku// Íulu¿ rninbá lahu sur; fa-kana al-hadd a/-a'h rninhá qusuf'" 1u'yizu al-uá.riftn'an aasJihV: tua-l-badd al-ausat basátin tua-rauüt; uta-l-hadd
ühka
kullibi'*-a-a¡Vbahi r¡:tV asaba Qurtuba tta-gayrihá win bilad al-Anda/us. "AI-Zahrá', ciudad situada al oeste de Córdoba y que fue constrlrida por al-N?sir 'Abd al-Rahmán ibn Mr-rhammad y así lo di jeron. No sé si es al-Záhira la citada antes, o si es otra, y entre ella y Córdoba hay cinco millas. Era una ciudad autónoma con sus murallas y el trazado de sus palacios y dentro de ella había un pueblo que vivía con slr gente y sus hijos. Fue grandiosa en sí misma. Era una ciudad 6fl
-i
bihá min ab'ad hi-c1a')ha tta-taj/7c/ al-átar
bV.
garb Qartuba banáha al-
al-asfal fThi al-diyar taa-/-yárni'; ¿uwxra juriba
núfi h i bá u a - i t i lá al-dála'al) q ilau,a t mu / k i b i wa -' i zz at u / tán i b i u a -' u / auu, h n a tihi, fa-afh bilci al-igrVq Ji úlika ih ibtinV' madinaÍ al-Zabrá' (a/-biná') a/-f i' dikruhu, a/-ü'i' jabaraaa
/i
VII/XIV)
madTna
bi-'inmrar al-ard,
bu, al-muntaíir
al-Ratrd,295 al-Zahrá':
kalif'
"El califa al-Násir estaba can apasionado por Ia construcción sobre tteta, para edificar sus monumentos, extender sLls aguas y traerlas desde regiones lejanas, parala conservación de los vestigios haciendo notoria Ia fuerza de su reino y ia nobleza de su poder así como la alteza de su rango que sll exageración le llevó a Ia construcción de la ciudad
de aI-Zahrá' , y que hace célebre su recuerdo y sus historias. Le dedicó para ello sr-rs capacidades y la perfección de sus palacios así como la decoración de sus talleres. Se preocupó tanto de ello que no asistía
a las oraciones del viernes que tenían lugar en la gran mezquita". Mannab,2JJ: 'n-a-rtin ajbVr Mundir b. Sa'7d al-mahjiza laha
al-jahfa'Abd al-llahrtan
fi
inkarihi'ala1tl:ti a/it*f J¡ l-binv', anna 'Abd al-Rahnún kvna qad itajada li-tatlt al-quhalba al-sugrá a//at| kVnat ma'ila 'aD l-sarb al-tnunnrrad al-waíbur ía'nibi bi-qasr alZahrá' qarVrnTd dahab u,a-f.dda orfoqo'ala1h7 mVl"' ma'
yasin/''' suqafaha safrá' /áqi'o iD bayda' násla, taslubu a1-ahtar /¡t-¡tnlart/¡ a¡ut artha a1-lttía ía a.
"De las notici¿rs ¡¡uardac'las sobre Mundir b. Sa'id con el califa'Abd al-Rahmán, en las que se demuestra sr-r reprobación por el exceso de construcciones, como lo que hizo'Abd al-Rahmán con la pequeña cúpula qr-re estaba inclinada sobre el edifrcio, alto y famoso, en el palacio de aI-Zahra', con tejas cle oro y de plata, gastanclo mucho dinero y habiendo hecho s¡-r techo cle amarillo vivo a una blancura inmaculacla clue llama la atención con slls ilum inaciones fluroescentes,. AL-BUNNÁHÍ S.
O B I 13 1 3-4-FINALES DEL
VII/XIV)
b
i
: i núra t
a/ -iÍar
a/
a/
-ard
u, a - i qáraa nta'á / in t i h a,
-da/a' a/) q uu,uat rt/ -n n I k'n*a-' izz
u a - t aj l1 d ¿t
/ -s u
hátt
:
fr-rftl¿ bihi al-igtztq li ülika ih an )btan) nudinat al-Zahra', al-binV' a/laeli ú'a alikruhu: i:tafraga u,af abtt
fl
tarnttTcJilti, tua-itqán qu.rurihv, a'a-zajt'a-
wasani'ihá: fa-innabarnika li dalika hatñ'attala íabad a/-1unt' a hi-l-ntaslid a/-jáni' alladi ittajaelahu
fa
Ia /-a1a
jt
unu'
rnut auü / i1
ct,
"Ibn Asbag al-Hamadáni recordó segírn
ei
cadi Mundir t...1. Dijo que el califa al-Násir li-Din Alláh era un apasionzrdo de la construcción sobre la
tierra y de ediflcar sus monllmentos y de la conservación de los vesti¿¡ios h¿rciendo notoria la fuerza de su reino y de la nobleza de su autoridad. La ponder¿rción de esto le condr-rjo a Ia construcción de la ciudad de al-Zahra' , una constrlrcción que haría famosa slr evocación. Dedicó todas sus capacidades en ello para la perfección de sus palacios así como para
la decoración de sus talleres. Se preocupó por ello hasta tal punto de que no asistió durante tres veces segr-ridas a
la oración del viernes
qr-re
tenía lugar en
la gran mezquita".
Al-Marqaba,T
ah¡ár l:i-aíi" a anuwribá.
"El cadí Mundir b. Sa'id al-Ballüti [...]. Entre sus historias gu:rrdadas con el califá ai-Násir en las
cuales se demuestra su reprobación por el exceso de este
írltimo
en las constrlLcciones, está la de al-N*asir
que Lrtilizó para el techo de Ia cr,rpulita (con ¡rn cli-
minutivo por su peculiaridad) qr-re estaba elevada sobre del edifrcio alto y conocido que estaba en el palacio de al-Zahrá' . Utllizó para esta cúpula teirs cubiertas con oro y plata, gastando mucho dinero. El techo de esta cúpula ha sido cubierto con estas sus iluminacione sr.
u,a-tlakara lhn Ashag dl-Hdnarlini 'an hlanElir a/-qV/71.,.1 qnla: ua-kana a/-N7¡ir ü-Din AIláh ka-
if''
'alalhi
nul"' jasirt"". ua-qanaada laq¡lthi biha, tuíattitu al-
tejas que desh-rmbran Ia vista por la fluorescencia de
A/-Marqaba,69:
/
qarum1d nugaía dahb"" u,a-Jiddar"', anJdqa
l:
A/-qAd7 Alundir b. Sa'\d al-Ball-uti 1...] u:a-tttirt ajbárihi al-ttnhfuza nta' al-jalifa 'A|¡d al-Ilahn'tVn
f7 )nbnrihi'alalhi al-isAf Ji /-biná', anna a/-l{d¡it' kána qad ittaja6la /i-:aqf al-clubayba (al-nnsaggara al-ism li-/-jasn¡iya) allati kanat mantátila''ah l-¡at a/-ntununt'ad a/-tuaíhVra ía'nubu bi-qasr al-Zahri'.
IBN CIDÁRÍ TCNC.+ 7 I2I I3I2) al-Ba¡-án,II, 231 Dikr bi¡ú' tnaúnat al-Zabrá' hi-Qurtaba (aZdahá Allab /i-/-I:/Vm bi-fadlihi): ahtudi'a banyanuhi Ji al1Vrn al-Nasir tniu au'tual sana 325: u.'a-kVna 1u-rrafu
Jibá kul/ laurn ntin al-.rajr al-mauyVr sittat a@ sajra ¡iua al-tabht fi /-tt.rus: aa-jaliha ila1,há al-ru1Znt tn)u Qartajanna lfrTqila u,a-ntin Tunis; u'a-kana a/-unaná' a//a4!7r¡a 1alabu'Ahd Alkb b. \Annl, aa-Hasan
al-Qartubi, aa-A/7 b. Ya'far a/-lsk"tndarit¡i; utakina al-lla¡)r yasilubam'ah ka// rulVna bi-talalat da¡tVnir. ua-'al) ku/l sVril,a bi-¡arnaniyat dattittit' sijilnú.riyya: u'a-kVna Jihá ntin al-sauwrl arba'at Vl-af sarila uta-¿alZ¿ rui'a .rári1a u,a-tra/át'aíar sáriy. alnm1luba ntinhá ruin Ifriqiya alf :ári1u u'a-ÍalAt'dí.tr./t sarila; u,a-ahd) i/a1hi malik al-RVm mi'a wa-arba'irt sári1a: u,d-sá'ir dalika rnin rulVnt al-Andalas; waarnntá a/-bautd a/-garib al-nnnqaí al+audabbab bitantáIil, fa-lá qinat lahu: 1alabaha llali' al-usquf rnin al-Qustantina min mdkAn ih rnakin hatü aa¡ala Ji /-babr; 'n-a-tt'ada'ahu a/-Ná:ir Ji bayt al-rtanVnt Ji /n ñj / i : a I - ían1i a / -na' ruf b i - / - h[ u' n i.¡ : tra - kána' a / a1 h i i¿u)'aíar tiraü/"'' r¡tin al-dahab al-ahlmr nruras¡a' bil-durr al-nafis a/-'ah wirnntá sa¡ta'abu bi-dár al-¡an'¿ bi-qasr Qurtuba: u'a-kána al-ntutaa¿tl/7 /i-hada l-bun1,'án al-nndkar iburbu al-Hakam. lam l,atakil a/-llá-
fzhi'a/) amtn g4,rihi: tra-kina 'r"ujl:azu f7 ayáxrihi ktl/ 1a1¡1¡2 bi-rasnt ltitan al-babayrdt 1antán ni'a jttb¿¿. u a-hJdJ tuil .t ¿a¡t, t/-a!fi i/¿ tua .[¿u q".r th/iLt.
sir
69
.Recuerdo de la construcción de la ciudad de
aI-Zahn'
en Córdoba, qlle Dios la devueiva al Islam
con su bendición. Se empezó slr constrLlcción en Ia época de al-N-asir a principios del año 32i. Se urihzó para su constrlrcción cada día se is mil pieclras labradas a parte de las piedras del embaldosaclo de Ios cimientos. Se trajo para ella mármol de Cartago y de Túrnez. 'Abd Alleh l¡. Yünus, Hasan el Corclo-
y Ya'fár el Alejandrino fi-re¡on los encar¡¡ados de traerlo. AI-Násir les pagaba tres dinars por cada bés
bloque de mármol y ocho dinares de Sifilmása por cada columa. En a|-Zal'tra' había cuatro mil ¡recientos trece columnas de las cuales mil trece columnas h¿rbían sido traídas desde Ifriqiya. Ei rey de los Bizantinos le of¡eció a al-Násir ciento cuarenta columas. Lo que queda viene del mármol de al-Andalus. En cuanto al estanque de extraño esculpido, ornado con esculturas de oro, no tiene parangón; Io trajo de Constantinopla el obispo Rabi', cle un lugar a otro hasta que llegó por mar; al-Násir lo puso en el clormitorio del salón oriental conociclo como al-Mu'nis. Este estanqLre estaba adornado de doce escultr-rras de oro rojo incrustado con perlas preciosas clue habían sido lal¡radas en Ia casa de las artesanías en ei paiacio de Córdoba. El encargado de esta construcción mencionada fue su hijo, alHakam. AI-Násir no conflaba en otro sino en su l-iijo. Se hacían en su época ocho cientos panes al día, destinados a los peces de los peqr-reños lagos, y eso era lo más grande de las cosaso. D-IKR
BILÁD AL-ANDALUS (¿FINALES DEL
SIGLO VII/XIV?) D
i
kr.
I 62 - L 61 I vaducctón. 11 1 - l1 4:
Al-jabar'an bini' nadinat al-ZahrV'. Qála lbn Ha11,jv' ibtada'a al-l\ásir li-Din A//áh bina'aha a/Zabra' au,,adl (1au,ru tuin a/-muharram rnin) sana 325 ua-1a'a/a tulahá ntin íarq ih garb alfa1n ttas¿tb'nú'a alirV '*-a-'arrúha nzin al-qibla ih /-1au,f alf u.,a-jdn:mi' a olird u'¿t - ta ksiri bi ti t n ti' a a lf u,a-tis' in alf diri'; u:a-1a/aba i/a1,h¿ o¡-rrt¿nt win Qartájaana If'\qi1a u'a-kana 1a¡bittt'ah ka// ru1ánu kabira au,
sarilta u,a-i¿nata1 'a.íara .rári1a minha ntin bilad a/-
IJranj ti.t 'aíara .rarla wa-sá'it, ülika rnin maqVri' l¡ilad a/-Anddlu¡ u'a-hilVd lf'\qiya fa-kana al-nr.¡Vtt a/-ab1ad ruin al-Marilta u,a-/-tttujaza' rnin Ra1-
lta u,tt-l-u,ard7 u,a-l-ajdar rtin lfriqil'a: u.,a-l-haud a/-nanc1u.í al-muddbbab yalabahu )/a1hi Ahmad a/-
Bunini nin'ind sVhih al-Qu.rtautina
ua-/-ba.*^cJ a/-
ajdar al-sagir jalababn i/a1bi Ahtnad b. Karm d/fa1la.rnf ntin al-SVnt uta-f7hi nuqu.í u:a-tanúlil 'a/) ¡uu,¿tr d/-insin u.'a-la),-rat lahu qTnu: fa-arnara bihi al-l{á.rir fa-aasiúa Jl ttast al-tttay/i.r al-.íarqi a/-na'raf
bi-I-ilIt'nis
u,a-nu.riba' a/a1,/1¡ i¿na1,'aíar
qla h a b n ruras.r a'
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j aua
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a / - n afts
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timü/"'' ntin
t a nt a j
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nin afuVhihiru fibi tt'a-lilika nilr¡tmV ¡uni'a hi-ür a/-sini'a n)n Qurtaba r¡tinh7 :irat asad tua-gaza/ u,at i nt s a
b
tt.' a - 7tt'
bi n u a : u qá l¡ u' a - b a r¡tárn a
ta'u.r u:a-dik ua-dajala
tld-ha/a
tu a - ía
hi n u a -
tua-ni-rr; tua-kána
'adad dar a/-Zahri' nti'a u,¿t-janu"'t u)./:iír7n t/At4r, u,a - a b ttá h i h a k r / / i há k i b ar i hi u a -.r i gár i b a n a / a b a sVt bi-l-bad\d u.a-/-nubá: al-nur¡¿auaah bi-dahab uahiya nif 'aD januat'aíar alf l:ál;: (tL,a-ntadina(t)) a/-
Zalirá' ntin anba/ n¿á banáhu rt/-un.r tt,a-a1a/ahu iatf'" aa-a'zana/cl fr'r¿an u,a-agrab ntá buniya fi /-ls/V.nt t:,a-d'ial)ilh/t, bunilat Ji jaws tL,a-'iír|n sana, u'a:adad
nñ unJiqa Ji biná'iha lanu¿t'a,íar alf hayt ntál nablag elalikd h-kayl ahad wa-¿antanun mudil1,r u)a-ilisf tt'a-l-ntuch n¡i'rt sa' u,a-¡¿tb'at at¡fi2a. clalahu a/-RVz|; u'd-kana al-Násir laq:ima 1ibá1átaha at/át"' fa-lulut li-l-yand ua-taltt mnddajar fi balt a/-ntá/ ua-lulut
fi bini' al-Zabra': u,a-kanat jihA1tu alAndalus 1au'nta')6/7n jrnraÍ ala.f alf u,a-arl.¡a'tni'at alf u,a-1antánin alf"' u.a-ntin a/-nattaj/a.r -rab'n¡i'at alf u,a-.fanua tua-sitfin a/f"; u,a-ban) fi qasrihá a/-
lanJiclnbn
nml,lis al-mu:anw) bi-nu1lis a/-lilVfa klana sankuhu
min al-elahab u'a-ru1V.nt al-gahz fi larmibi "/-,,"Ji ,0 lau'nihi al-rtalautuan .[7 alnV:ihi u'a-kanat biún hadA l-nu1/i¡ mitl ddlika, tta-Ji udú he6h l-wajlis a/-bad7' al-ltatinu allatl atbaJaha bihá \nn nalik a/Qustantiaa. u,¿t-kVnaf qarinld báü l-¡najlit ntin a/Lahab tta-l-f.dda. u'a-hada l-ruaj/i.r fi u,astihi sabrTj 'azin ttmmla' bi-zi'bat¡ u'a-kána Ji kn// janih min baeh /-nta1li.r lantaniltat abtuab qad in'aqadat 'aD aquat ru in a I j q .*- a - / - a b a n a.¡ a / -rn ura-¡ s a' b i - ala h a b aa - a¡ náf
u'a-1asiltt 'ah ku// sarila 'azuntat au' latafat bilanúni1a nta¡Zq7l dahab: u,a-dajala rt qa.rr al-Zabrt'
al-jauahir qánat'ah saun(i) ntin a/-ra1án a/-ntu/ a au,a n u, ¡t - / - b a / / ur a / afi tu a - kVna t a / -.íants t a dj / a .aD tilka al-abuab fa-ladribu íu'Vuba fi snttk a/ma1lis wa-bitanihi fa-1as7ra nin dalika uur 1ta'jualu
rnin sauarT a/-ru1am arha''at
bi-l-absar fa-kana al-n¿alik
¡ag7ra bi-'a.íara danantr, siua xtá kVna 1a/zintuhu ntin a I - nafa q a' a D q a t i bn a a - na q / i h a lL'a -ilia' /t n a :n q i h a,
70
ilal
sári1a a'a-la/-atrnti'a
-s
u
iü
anzda an yafzi'a abl
nullis)bi alrma'a iD ahad .raqáhba J'aluharrika dilika a/-zi'haq fa-lazbaru fi l-may/i: nur kalan¡aZn al-baraq y'juda hi-jatn7 al-qilnb fa-yujalalu /i-man
almud igual a cien -r7'-s y siete cahices, según dice al-Rázi. Al-Nr?sir dividía los impuestos recaudados en tres partidas: un tercio iba para el ejército, otro
/-rna1lis anna a/-rna1/is qad tara l¡ihim tna dá nn a/-zi'baq lataham"aku aa-qad q7/a anna hA¿a /-
se guardaba en
kana
fi
nmlli.r kana yadura u,a-istaqbilu íann, tra-q7/a: kana
iAbir''ah diffat hAü (al-sahril), u'a-baü l-xuy/i.r lam lataqaddam li-binv'ihi abad /á fi l-kufr wa-la f7 /-Islam, u,a-innanta tahaya'a labu ülika hi-katrat a/-zi'baq 'indabu.
"Noticia de la construcción de la ciudad de al-Zahrá'. Dijó Ibn Hayyán: al-Nási¡ li-drn Alláh comenzó la construcción de aI-Zahrá' eI día primero de ntuharrar¡t del ai.o 32tlIc)-XI-936. De este a oeste medía 2.700 codos y de norte a sur 1.J00, siendo la superficie de 990.000 codos. EI mármol se trajo de Cartago y se pagaba por cada bloque, grande o pequeño, diez dinares, aparte de los gastos qlre comportaban slr corte y transporte y de Ias provisiones necesarias para su acarreo. Por cada columna, gruesa o delgada, se pagaban ocho meticales de oro; el nírmero total de columas de mármol que se alzaban en al-Zahra' fue de 4.112. de las cuales diecinueve procedían del país de Ifranf y el resto de ias canteras de al-Andalus e Ifrrqiya: el mármol blanco era de Almería, el raspeado de Rayya y el rosa y el verde de Ifriqiya. La pila esculpida y dorada la trajo Ahmad al-\'ünáni, de parte del señor de Constantinopla y la verde pequeña era de Siria y fue traida por el lilósofo Ahmad b. Karma; en ella había grabados y esculturas antropomórficas y no tenía parangón. Al-Násir ordenó que fuera instalada en el centro dei salón orient¿rl conocido como al-Mu'nis y se le añaclieron doce figuras de oro y plata con piedras preciosas, que ecl.raban por Ia boca aÉjua qlre se vertía en la pila. Las imágenes se fab¡icaron en los talleres estatales [reales] cle Córdoba, y representaban un león, una gacela, un cococlrilo, un dragón, un pavo real, un gallo, una gallina, Lrn éaavilán y un buitre. Las casas de al-Zahrá' er¿rn ciento veinticinco, cuyas puertas, grandes y pequeñtrs, estaban forradas de hierro y cobre sobredoraclos y sumaban más de quince mil. (La ciudad de) al-Zahrá' fue una de las obras más notables, importantes y prodigiosas construidas en el Islam. Fue levantada en veinticinco años y se gastaron en su realizaciírn cluince miilones, que corresPonden en mecliclas de áridos a ochenta y un almudes y medio, siendo el
el teso¡o estatal [real] y el último la construcción de al-Zahra'. En
se utilazaba para
aquel tiempo lo recaudado ascendía a 1.'180.000 y las rentas de las propiedades del dominio estatai fcorona] a 761.000. En eI alcázar construyó un salón liamado 'EI Califato' cuyos muros y techo eran de oro y mármol mlry Éarueso, de color purísimo y de distintos tipos. En el centro de este prodigioso salón estaba la perla que le había regalado León, rey
de Constantinopla, y sr-rs tejas eran de oro y plata. En medio del salón había un gran estanque lleno de mercurio y a cada uno de los lados de la estancia se al¡rían ocho puertas con arcos de marfrl y ébano guarnecido con oro y diversas piedras preciosas que se apoyaban en columnas de mármol de colores y cristal puro. El sol, al atravesar esas puertas, bañaba con slrs rayos el techo y las paredes del salón, que les reflejaban, formando así r-rn resplandor deslumbrante. El soberano, cuando quería aslrstar a sus contertulios. hacía una señal a uno de sus servidores eslavos [esclavos] y éste removía el mercurio, con lo que el salón se llenaba de una lr,rz relampagueante que embargaba los corazones de los presentes, plres les parecía que la estancia daba vueltas mientras el mercurio estaba en movimiento. Unos dicen que el salón giraba para estar siempre frente al sol, pero otros afrrman que estaba fijo alrededor del estanque. Ni en el Islam ni antes había hecho nadie algo similar, pero a é1 le fue posible por las grancles cantidades de mercurio de que disponía".
AL-MAQQARI
(1
000-
10
4r t t59 1 -1632)
Nafb al-rib,IY,206: wa-1uhk) annd a/-'inmra fi mabanl Qurtuba u,al-Zihira'*-a-/-Zabrc' ittasalat iD aa kána 1anú lVbá b
i-
dau'
a / - s araj a / -tnu t tas i / a'
aíara t arnlV / ; lld. - atul)t.l
jámi'aha a/-a'zam fa-t1ad santi'tu anna ¿urayltatihi
ntin nauat¡is a/-Nasaü. lt,z-,znna al-ziy,7c!¿ o¡¡or¡ zVd"t lr hina ilLi lbtt Al,7 Áttti,' ,,titt tati/, ttaqa/¿ht al-Nasaü'a/) ru'u.rihirn miruna hudinm min kana'is bilidibint, ua-qad santltu ay/" 'an qantarailhV al'ttzrn) u;a-kalrat arhi undihV, yuqalu: innaba tatttfa 'rt/) jansat álaf /4ajar, ua-qad san¡j'Íu'an Kanhatti¡1,at)hV u,a-tna fa//a/a AllVb u'aD hhi tarabibV ¡rin
7l
baraka uta-nzá yunbatil fIbV ntin al-qanzb rua-tibib, ua-JihV yibál al-taard a//a6[7 balaga a/-rab' nzinha marra
ili
rub'' dirbam.
"Se dice que las constucciones de los edi6cios de Córdoba, de al-7Áhira y de al-Zahra' esrán contiguos hasta caminar por ellas con la luz de las Iámparas seguidas diez millas. Y a propósito de sus mezquitas inmensas, he escuchado decir que sus arañas son de las campanas de los Cristianos, y que
de la parre añadida que consrrlryó Ibn Ab¡ Ámir. fueron los Cristianos quienes trajeron la rierra sobre sus cabezas con el derrumbe de las iglesias de su territorio. Thmbién, escuché hablar de su gran plrente y de numerosos molinos de agua. Se dice que sobrepasaba cincuenta mil piedras, y eschuché hablar de su campiña y de lo que Dios ha favorecido sus tierras de su bendición y así se cultiva en ellas trigo de buena calidad, y se encuentra en ella 'Yibal al-ward' que un cuarto de ella llega, a veces, a cosrar un cuarto de dirham [...]".
Nafh al-t\b, YI, I36-L31
:
qála al-faqib Aba'Abd Allab'Abd Allab l). 'Abd a/-Mua'iw al-Hintyar| fi kirVbibi "al-Rawcl a/-n¡i'tit al-mudun taa-l-aqfár>> wá rnulajjasahu {...}; rt d¡kr wa-sa'a/a an tanzi/a irnra'atuha a/-madkut"a bi-/madina al-Zabrá' garbi rnad|na Qur¡aba, tra-hi1a
anía'a biaá'uha
fi
al-lla:ir h-Din AllVh, 1uA-¿znt'¿na fi busnilcá, u'ajalaba ilaybá a/-
bina'ihá, wa-agraba
ru1 am a I -m u / atataan taa - / - n¿arx¡ar a / -Járt u'a - / - h au d al-maíbar min al-bilad ttta-l-aqtVr, taa-kana yu¿lbu
'a/á l-sáriya bi-kaü u'a-kaü gayr al-¿aman taaajrat a/-bant/, taa-anfaqa fTba al-anuaál al-'azina, taa-iítagala bihá, ua-kana 1,ubáíiru a/-sunná binafsihi, batt¿ tajdllafa'an budur al-junf a !a/a! nuwa mutawáliyát, ua-badara fi /-rVbla, taa-kána al,jatib yattnza'iel7n al-faqih al-zVhid Munolir b. Sa'id alBalluti. fa-'ara/a bihi Ji l-jurba, '*-a-trabbajahu 'a/) ra's al-mala', wa-qissafubu Ji dalika rnaíhura, wabina' al-Záhira ayf" nin a'zam mabán7 l-l:lVn. faman aráda al-tauquf 'ah ülika fa-'alayhi bi-ta'rZj Ibn Haylan.
"El jurisconsulto Abü'Abd Alláh'Abd AlEh
b. 'Abd al-Mun'im al-Himyari, en su libro al-Ratu/ a/-mi'tár Ji elikr al-tnudun taa-l-aqtár, dijo de forma resumida I...1. Y pidió que su mujer siguiera vir iendo en la ciudad de al-Zahrá' que se encuentra al oeste de la ciudad de Córdoba. Fue la ciudad que al-NZsir 12
construyó con mucha precisión e hizo muchas excentricidades para su belleza. Trajo mármol colorado y verdadero alabastro así como un estanque famoso en codos los pueblos y regiones. Retribuía segúrn las columnas con esto o aquello, aparte del precio y de la retribución de las cargas. Gastó mucho dinero en su construcción y se dedicó enteramenre a ella. É1 mismo vigilaba a los artesanos hasta tal punto de no participar en la oración dei viernes durante rres veces sucesivamente y
participó
a la cuarta vez cuando
dirigió la oración el asceta y jurisconsulta Mundir b. Sa'id al-Balluti, quien ie mencionó, le criticó en su discurso y le condenó ante todo el mundo. Dicha
historia fue famosa. La construcción de al-7Áhtrafue también entre las más grandiosas construcciones del Isiam, y el qr,re desea saber más acerca de ello que lea la hisroria de Ibn Hayyan,,.
rBN MAQDÍí Gt S<-tzz8t1742-r8t3) Nuzhat al-anzár,
I,
1
58-1 59:
tua-rnin 'aya'ib Qurtaba al-Zahrá' {bi-l-alif a/mamduda], clala lbn Jallikán: fa-biya min a'á1t\b abniyat al-dun1Z anía'ahá Abn l-Muzaffar'Abd a/Rahman b. Aluhamttmd b. 'Abd Allah al-wulaqqab
bi-/-Násir, ahad muluk Banl Umalya bi-/-Anc/a/us bi-l-magrib min Qurtaba. au,ual sana jans tua-'iír7n u,a-találatni'a wa-wasáfa ntá baynabumá arba'a aw)tál ua-lalaf" nú/, u,a-tV/ al-Zahrá' ntin al-íarq iD l-garb alán taa-sab'anti'a ¿firV, aa:arduhá n¡in al-qibla ih l-yanVb alf tua-januani'a q[irá', tua-'adad al-sauári allati biha arba' á@ sar4¡a taa-lalalanti'a sariya, uta-'adad abut,zbibá ),az7du 'al) janua 'aíar báb'": uta-kána al-NVsir laqsixtu yibáyat al-bilad atrl af ', fa - tu / u t / i - / - y und taa - 7u / u ¡ rnu dclaj ar tua - Iu / utr yan/iquba'aD' imarat al-Zabra' {... }. "De las maravillas de Córdoba está al-Zahrá' [con alif alargado]. Ibn Jallikán dijo que era Llna de las construcciones más maravillosas del mundo. La construyó Abu l-MuzafTar 'Abd al-Rahmán b. Muhammad b. 'Abd AIIáh apodado al-Násir, uno de los reyes omeyas de al-Andalus, al oeste de Córdoba al principio del año 325 y entre ellas, hay una distancia de cuatro millas y un tercio. AI-Zahrá' mide
del este al oeste 1.700 brazos, y del norte al sur 1.500 brazos; el nírmero de columnas es de 4.300 y
el número de puertas
es de más de
quince puertas.
Al-Násir dividía los ingresos de Ia yibaya del país
en tres partidas: un tercio para el ejército, otro Io ahorraba y un tercio 1o gastaba en la construcción
Tarsf, I23:
de al-Zahrá' 1...)".
qasr al-Zalcra': rua-anía'a 'Abd a/-Ila/cmVn anir al-nut'n¡iain háelibi l-ruadina fi iana {...} 'iirit ua-
Unidades narrativas breves:
¿a/á¡anti'a; tta-kána 1,-usarnnt) al-ttau,dl fintV wad) n¿in al-zarnán B.t1uqr|t: u'a-satrtn¿) a/-mad|na 1.")
Ta'
r7j' u lantá', II,
383 -39 4 (biografía
Muhamraad b, hIas1d al-jatih rttin ahl Qurtuba yukann) AbA'Ahd AllAb {...}; u,a-u'u//4a al-salar ,0 jaml al-Zabri' {...}: ua-tuwuff'ya yaum a/-1aut/s ba'd al-Jitr salat al-zuhr sana 379.
.Muhammad b. Mas'üd era predicador, de Ia gente de Córdoba y llevaba la kurya de Abu 'Abd Alláh I...1. Fue nomb¡ado para la oración en Ia mezquita de aI-Zahrá'{...1. Murió el día jueves después del comida de Ia oración del mediodía en el año 319". Tabaqat, tua
-
s
kan
ah
a
sr-r
ir
fi
qas r i h
i
b
i
-rr¿adi
nat
.t / -j a t,t
)
bi -/
-Za hra'.
"La mezquita de al-Zahra"' Rac1nt
.
al-bulal,159 la'
utnruh
u {'Abd al-Rahmán IIII fa- ban)
vida se alargó para qlre construyera la ciu"Su dad de al-Zahrá'". AI-hlarqaba, 7 0:
fa-ja'ala )taltazitt'ttt ¡alauha uará' Abmad b' Mutarrif .rábib a/-sa/V' bi-Qartuba, --a-1uiánibu al-
tra-ayaba lbn al-Qattán f7 yanna bi-1ihat alZabrá', bi-íarqi ntadina Qurtaba rnabbasa'ah Bani B artál taqa| / a bat I i-la lata' aíar'ánt'" l...). jardín "Ibn al-Qattán respondió acerca de un en la zona de al-Zahrá' , al este de la cir-rdad de Córdoba y que había sido puesto en bien habiz para los
Banu Burtál y sufrió cambios durante 13 años".
salat bi-l-Zabra'. .Procuró que su oración (del viernes) se hiciera siempre detrás de Ahmad b. Mutarrif, responsable de ia oración en Córdoba, y evitó hacer la oración en aI-Zahra'".
al-Mnqtabis,
VII, 49ltraducción,
68:
BVb al-sVra al-qib17 tttin abtttab madinat al-Zahra''
A/-h'l.adja/, 422:
ua-labu qissa '*^a-falika attna Abi Bakr a/ZubaydT lamttá amira bi-l-intiqal ntin al-ZabrV'. .Y tiene una historia sobre Abü Bakr alZrl>aydr cuando le fue ordenado de marcharse de al-Zahrá'". al-xtubay, 48 I r.ndu.cción,
al-taricl rnin líbiliya
ih
8
1
:
a Córdoba hay dos caminos:
.Puerta meridional de la Imagen entre
il)
[...] al
castillo de al-Zahrá', a Córdoba de al-Zahrá'".
las
puertas de Madinat al-Zahra'".
Bugya,39i (l¡tografía
n.'
1166):
'[Jruar b, 'Llbald AilAb b. Yusuf b Yahp b' Hantid al-Huelh al-Zahruui tnin tt¡adinat al-Zahru' allati hanáhi al-llisir'Abd al-Rabnmn b. hluhantnud
'a/)
Qartuba laric1an: 1...1
al-Zabru' iD Qurtuba a/-ZahrV'. "De Sevilla
Iqitbas,4l:
palacio de la ciudad de al-
A/-h[.i'1vr,II,'138:
hisn
riempos antiguos B.qüc1rit. É1 ltamó la ciudad [...] y sus medidas son de 990.000 codos'.
rnadinat a/-Zabra', a I - M us t ans
al-Zahru'. "Y le instaló en Zahrá'".
LI n.r
de los creyentes, construyó esta ciudad de al-Zahrá'en el año {...1 32o.Y el lugar se llamaba en los
'*-a -!á
l13l46I:
ak
titln alaf dira'. al-Zahra':'Abd al-Rahmán, emir "Palacio de
tta-taksiruhu tifanzi'a alaf
n.' i 3 5 7 ):
nraqraha min Qurtuba {.,.}.
..'Umar b. 'Ubayd Alleh b. \'usuf b. Yafyá b Flamid al-Huelli al-Zahr-awt, de la ciudad de al-Zahrá' aqr-iella que fue construida por al-Násir 'Abd alRahmán b. Muhammad cercana a Córdoba f ...1". 71
al-Zaharat,90: yalasa al-jalTfa'Abd al-Rahtnan b, Muhanunad al-Násit'yarum"" fi qny al-Zahrá' rua' jattZss wuzara' i h i / i - / - ¡naítaara maj / i s"" tau'7 /"' gaíi y ata b u a / -íanzs rth¡.
"Un día, el califa 'Abd
al-Rahmán
b.
Muhammad al-Násir estaba reunido en el palacio de al-Zahrá' con sus visires más íntimos durante un largo consejo de Estado y con el sol que le nublaba".
al-Bayán,II, 2IJ: --a-Ji sana 325 amara al-Nasir h-biná' ttmdinat
al-Zahrá'f,..,).
"En el airo 325, ai-N-asir ordenó la construcción de la ciudad de al-Zahrá' 1... .]" . a/-Hulla,I, 306: a I -matb i
q
bi
-ntadlnat al -Z abrá'
,,Y Abu Isháq Ibráhim b. 'Abd al-Rahmán alQaysi escuchó a fondo a Abü l-Nl7bili, y dio consultas jurídicas en la mezqriita de al-Zahrá'". AzbVr
a / -ri1,Vd,
IIl,
I 49
:
rua-min aíyVj a/-r1ad7 Ab7 /-Fadl'Iyad rabimahu Allab: a/-ía1j Aba'A/7 a/-ia1yán7, .*-a-buua Husayn
Ahaad a/-Gas,ant.1...1 a/-Ya¡1Vnt. {,,.) ra'7s al-mubaddilin bi-Qurtuba, taa-la1sa huwa minbá, ua-innamá nazalaba abnha fZ l-Jitna, uaa¡luhum min al-Zahrá'. *Entre los sabios del cadí Abü l-Fadl'Iyád, que Dios le bendiga. está el sabio Abü Alr al-Yayyanr o sea Husayn b. Muhammad b. Ahmad al-Gassáni, [...] al-Yayyáni, [...] jefe de 1os tradicionistas de Córdoba, y no es de ahí, sino que su padre vivió ahí durante la ftna, y ellos son originarios de alZahra'". b. A4uhant¡ad
1.,.
.
(subterránea) en Ia ciudad de al"La prisión
Zahra'".
Azbár al-ri1Vd,
Y
130:
uta-kana yasna'u
fi
ka// 'Vnt i¿na1, 'aíar
a(
tars
A'mvl al-a.lvm, J0
Vwiriyy a
wa-Abi Isbaq lbrahTm b. 'Abd ¿l-Rahman a/Qalts7 sami'a taabb"' AbA /-1,{A/,i/7 tra-aftá hi-1táni'
"lal-Mansür] fabricaba cada año doce mil escudos al estilo nmirí para los palacios de d.-Záhira y
a/-Zabra'
al-Zahrá'".
74
Ii
-
qasr
a I -Záh
ira
uta - / -Z
ahrá'.
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L¿ re¿lización dc este trabajo se inscribe en
Alaghreb, 296 3621909-973. Hi.¡toire polirir1te
clel
ú )ttstit/r[ilils,
de
Tunis, 1981 ,141-142,2I1,22)-241, y GUICHARD, P,
y Tecnología, ref. RHA2002 04101-C02-01 y titulrclo "Xfadintrt al Z¿hrá': representación y proyccción del poder califal a través del re¡¡istro material y textual".
conflit politico-idéologique (r'crs 929-vers 980)" en M. Barrucand (di¡.), L'É91pte fatiúde, roil arÍ er san histoire, Plrris,
proyecto cle investigación flnanciado
por cl Ministerio
Fatimidcs "Omeyyades et
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Agradezco a
M. Aragón Huerta por su ayuda en Ia revisión edición, Lcycle-Paris, V,
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(19,16), 3t1-.178;
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Le ca/)fat
fatinide at
Rosch YiIá], .¡ub r¿¿z 'aL-Makkari',
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ocridenta/, Ma-
el nnlb. Contrtttidad
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de
AItúnat al-Zabra',1 (1987), 9l-106, 9i-94, y ZANÓN
Iw",Journdl af Nertr Easttnt Studie.r,5¡l/iII (l999), 191-201,
, tl 60, t1-51, y HA\{ITING, G.R., Tbe F)r.rt D1'7¡¿5¡1, of ls/an. Tfu Unuyl,ad Calipbdte Ad 661-7t0, London-Nerv York, 2000:, 21 33, para el contexto político
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Madinat al-Zahrt' estado dc l¿r cuestión", Cr¿dsnas
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des Umayvades d'al-And¿rlus d'aprés ies text€s ¿rrabes', A¿7,
.Cercmony and submission:
et ¡rutorité politrque
í/)tu po/itiqrus dans / Espagne tutta11t¿¿/¿ ( I l'-lV lvlll' -X'.rlirl¿rr, Hclsinki j 1c)99, i6-/+3; SAFI{AN, J. M., Tbe Secard Llrtall'al Ca/ifhdtu, 19-50. CHALMETA, P, "Historiografía medieval hispano-arábic¿", Al-Aadalar, XXXVII/2 (1912), 351-101, 1i3)18 MOLINA, L., "Parte primera. Histonografía", en J. M." Jcxer Zamora (dir.), Hi.¡torid de Eslaña, Ranón l[eaíndez Pidal Vlll. Las rtittt: de Taifa:. Al-Antla/t.¡ en el siglo X1, tomo VIII, coord. M." J. Viguera Molíns, Madricl , 1991, l-21 , 3 j; MANZANO MORENO, E., "El "medio cordobés" y ni:trdli.)tt
nístico del Estado calilal: Madinat al-Zabrá'", en R. Lópcz Guzmán (ed.), La arqtitectura de/
souverain
des Llmayvades de Cordoue. Réllexions sur les concepts ¿e ././LL,ld et de iil/teil", Orient¿lia Loaaniensia Pgiodica, 16
.ruzl
¿.or¿
L
Maghreb. Problématique cl'un
.
5. MEOUAK, M., "Pouvoir
del texto. [.nc1c/t4ídie tJ¿ /'1.¡l¿n, nueva
lc)91). i5-6,a
aru
ro
jabarlajhir; AZMEH, A., "Histoire et na¡r¿rtion
dans
I'historiographre a¡al¿", Annales ESC, 2 (1986), t+71-431, 412-426.
10. CHALMETA, P,
"Historiografíar medieval", l5i-3i5; MOLINA, L., "Histonografía", l. 11. A/ Bafin, II, 231 ; Nafh al-t¡b,1Y,206, VI, Ia6-1'31 12. BARCELÓ, C. & A. LABARTA, .Las fuentes árabes sobre .
Mad in¿t al-Zahrt'
11.
",
94
-I
04.
CHALMETA, P, "Ilistoriografía medieval", i79192; MOLINA, L., "Historiografía", 11, y SORAVIA, B., .Ibn Hayy'án, his¡orien du siéclc des Taifas. Une ¡electure de Qajira,Ii2, 11)-602", Al-Qantara, XX/1 (1999), 99
Véanse
111.99
tO2.
77
14.
Sobre
Ibn
Bassám
MEOUAK, .Ibn
y su obra, vétrnse SORAVIA, B. & M. im. 5+2' I l+r): algu
B¿rssám ¡1-Santerini
antologíaa/-Dafirafi anbi:iu ahl al)'azira , Al-Qanttra, XVIII/I (1997), 221 2a2, y MEOIJAK, M., .Ibn Basslm al-Santarini, Abu l-Hasan,, en J. Lirola Detgado .k J.M. Puert¿ Vílchez (coord.), Enciclopedia de ¿/-And¿las. Diccionario de Aüore: 1 Obra.r Andaln.r.1er, I, Granacla, nos aspectos de su
2002.59t-i97.
Lt. I 6. t7.
Véanse los cleterlles en al-Alttcltttbis,III, 1, 31
1u
A'Itqtabis, Y, 1 61 22, 2Ol 2i, >1 15 1. Al-Day /, y 12, 191 ; AI u'yant al rula bá', ]V, 236.
t9
Véanse
SOI{AVIA,8., "Ibn Hayyán", 102-106. MOLII\ A. L.. H isrorrugrrf¡¡ . I
1O1,
)1
TA, "L¿s fuentes árabes sobre Maclinat al-Zahrá'",97-98, y ACIÉN ALMANSA, M. & A VALLEJO TRTANO, "Urbanismo y Estado islámico", I)2-1 )4, sobre Ia importancia del conjunto palaciego de Madinat al-Zthra'.
j+
y SHATZMILLER, M., res
canteilryard
de las noticias sobre M¿rdinat al-Zahra' sacadas de
r/1,
l8,
r 1, 264, 123, rrr t 1, 1 43
-1
44, 116-431, 45 4 y bastt
Sobre tan insigne autor norteafricano, véase ELGER, R., "Aclab and histo¡ical memory. The Anclalusian poet/ politician Ibn al-Khatib as presented in Ahmad al-Maqclari (98611571-104111612), Ndfh ¿/-tib", Die 'ilelr des lslanr,
xlrr/3 (2002), 21
36
24
/'lslan, srb uce'aIMakkari', VI, 170-172 lÉ. Lévi-Provenqal - (Ch. Pellat)1. Nafh a/-rtl:, IY 63, ó5, 113, 206. Con rel¿ción a este tema que se centra en el uso exhaustivo del material literario, podemos acercarnos a otro tipo de estudio claramente litera¡io y basado en Ia poesía a tr¿rvés dcl a¡tículo de PINCKNEY STETKEVYCH, S., "The Qasidah ancl the poetics of ceremony: three '7rl panegyrics to the Cordobtrn caliphate' en R. Brann (ed.), Langrages of pouer in ls/tntic Spain, Bethesda, 1997, 1-l+¡1, 1-15 quien estudia el ceremonial de los Omeyas de Córdoba mediante el análisis de los frtrgmentos poéticos recogidos en eI Mtqtabis y otras fientes andalusíes,
.J tJ
67
II'dc'Isá Rá2i,, A/-An¿/a/m, XXX/2 (1965), 119)19-)25. SOUTO, J. A., "Epigraphy and building in Umayyad al)71),
4o
Ancl¿lus: genesis and prospects for a research project", en tJ. Vermeulen & D. De Smet (eds.), Phi/o.roph1' ¿nd ArÍ.¡ il
l¡lattic World, Lewen, 199S, 303 324, a03 101 , ídat, "Building (in) Umayyad al-And¿rlus: remarks in the Iight
the
of certain written sources,, Al ltds7q, 11 (1999), 21-i9, 27 -2t).
1I
No hemos encontr¿ldo ninguna referencia biblográfica rcciente y concreta acerca de los recintos religiosos de Madl nat al-Zrhrá' , y nos ha srdo rmposible consulter TOIIRES BÁLBAS, L., La Alezcluita de Crjrd.oba 1 lladinat ¿/ Zabra', Madricl, 19j2. Sin embargo, hemos utilizado PAVÓN MALDONADO,8., .La mezquita de Madinat al-Zahn'",
III, 211-2)1, .Sobre la farmtrcia de
Bole¡ín de la ¿tsaciaciín eslañola de orienl¿tlistas,
y ÁrvaREZ DE MORALES, C.,
.79-83.
Xladina¡ al-Zabrá'", en Honenaje al proJ, -ldcinto Bo¡ch Vilá, Granada, 1991, 2 vols., II, 101J7-1096, 1090-1095 sobre ]a "farmacia" de Madinat al-Zahrá' en las fuentes árabes. 42
A modo de introducción general sobre el conjunto califal y los principales espacios, véanse CASTEJÓN CALDERÓN,
R., "Nuevas exctrvaciones en Madlnat al-Zahra': el salón de'Abd al-Rtrhmán III", A/-Aúa/ur, X (194i), I11-111, y CÓmnZ MORENO, M., E/ arte írabe upaíio/ b¿n¡a las
n.' 1245.
18
véase a moclo cle inrroclucción
Hakam
Sobre
2c1. Ta'rij'nlaxta',1, n.' 18, n.' 413, n.' 490,n.' 915, n.' 920. )(\. Al-Alagrib, I, 113, 144, 179, 181. 1I. Al-Marqaba, 69; Nafh al-t¡b, IY, 5, 16, 66,67, 6f3, 103, 104, 106, 109, 113, tt6, r12,VI, 136. 32. Ndfh d/-t¡b,II, 104, IV 103, 105. Sol¡re M¿rslam¿r l¡. 'Abd Allñh, obleto de discusiones, vé¿se ACIÉN ALMANSA, M., 1 ¿ños de investigación sobre Madinat al-Zahrá'" , en A. " 5
Ibn
GARCÍA GÓMEZ, E., "Notas de topografía cordobes¿r en los 'Anales de ¿rl-
"medio cordobés"", 62-
el método, la obra y las fuentes de Ibn al-Faradi, véanse ÁVILA, M." L. & M. MARÍN, "Le'Ía'rij'rlatni' a/Axdalu d'II>n al-Faradr : étude et inform¿rtisation" , Cabiers d' onomas t i q rc arabe, 1+ (1985 - I 981 ), I 1 -60, 42 -t 4. 28. Ta'r7j'ilanti',1, n." /+f , ¡.' 18,n.' 137, n.' 238, II, n.' -+2,
27.
Sobre el conjunto terminológico sacado del AInt1ubi: de
flayyán,
AZI;{E]H, A., "Historre et narration>, 412-415.
26. MANZANO MORENO, E., "El
e do Gh¿rb,Lisl¡ott, 2000, ¡J9-1 lt, 9t-97. BARCELÓ, C. & A. LARARTA, .Las fucntcs ¿írabes sobre Madlnat al-Zahra' , ,9/r-L)i A / - lhqtab i s, Y, 41 8-41 9 l a5c) ; Ta r.¡ t, 127. Ta'r7j 'ilanti', I, 212, )i2,Il, 86. Véanse t¡ml>ién al-Taknila, I, 101,il,142; a/ AIu'1arn,18, Fahra.;a,1, )2.i,328
al-Bayr,IY 1i0, Y 20t. l()
y en donde a|-Zahrá'riene un papel central.
25.
Al ILN ALMAI\-
Maclnat al-Zahrá'",
.
)7
289 -i06, 289 -291.
Véase la noticia dc \a Enc1ila!ídie fu
1'or
años cle investigación sobre
rus (ed.), Fontu da historia dt a/-¡\nd¿/ts
das en buena medida sobre eI XIucltabis.
22
1i
) robrr lrr (il.r| 5e f rrr\lc leqr MARTI\[Z Nt'ÑEZ. .\4. 4.. "AI Andalus y Ia documentación epigráfica", en A. Sida-
.
h Dajira,
"
arqueología debemos tener en cuenta los ¡;randes avances realizados en el estudio de Ia epigrafía de Madinat al-Zahrá'
A/ Ba1an,II, 41, 61,ó8, U0, 93, 113, 120, 156. Basta con hacer el recuento dc 1as citas tomadas de Ibn Hayyán en las fuentes posteriores parar darrse cuenta cle la importancia clel X[rytabi:. Puede verse al respecto, algunas
tst, a'p,.to hr.rJo ¡'rre'tode reli,rc
1+i-45. En otro apartaclo rel¿cionado con los ¡esultados de ia
L'bi.rtoriographie mírin)de, Ibn
)nr, Leiden, 1982, 121+-126, 127
ACIÉN ALMANSA, M., "Madinzt al-7.útn'en el urbanismo musulmán", 1i-16. SA, M.,
, 15,50, y al
CHALMETA, P, "Historiografía medieval", ,i00-
K¿uldn n et 20
.
33
15
.
Vallejo Triano (coord.), A1¡dinat ¿/-Zabra 1985-2000. 1 5 aña: de recu[teracitín, C.órdol¡¿, 2000, 25-5i , /1) Sobrc r¡tr,¡ r5f(\ru5. re¿¡l¡r BAI(( ELO. (.. ¡. A. LABAR-
Ahnah¿du. Arte nozártbe, Ars Hispania
III, Madrid,
1911,
82-90. 41
GARCÍA GÓMEZ, 8., "Notas cle topografía corclobesa", 1i4-)36, y VALLEJO TRIANO, A. &J. ESCUDERO ARANDA, .Aport:rciones Sobre este aspecto, véanse por elemplo
para Llna tipología de la cerámica común califal de Madinat
al-Zahrá'", Arqaeolagía ), teff¡taria medieua/,6 (1999), 1311
44
,1
48.
(¡.
OCAÑA JIMÉNEZ, M., "Arquitectos y mano de obra en la construcción de la gran Sob¡e este tema, véanse
mezquita de Occidente", Cnadernos d¿ la Alb¿nbr¿, XXII (1986), 55-85 aunque el estudio esté básicamente centrado en el personal que intervinó en la edi6cación de Ia mezquita de Córdoba; SOUTO,
J. A., "La práctica y ltr
49.
profesión
del artista en el Islam: arquitectos y constructores en el al
Andalrrs omeya", Espacio, 'fienfo 1 Farnta, YII110 (1991), tt-14, t7-2t); MARTÍNEZ NÚÑEZ, M." 4., "La epigra-
de'Abd al-Rahmán III", en A. Vallejo Triano (cooÁ.),El Salín de'Abd Rahn¿a 111, Córdoba, 199i, 109Ii2, 1,11-131, e ídun, .F.pígrafes a nombre de al-Hakam en Madinat al-Zahra'", Cuadernos de ilIadinat al-Zahu', 4 (1999), 83-1 03,
16.
50. Existe un ¡lran volumen
parados entre distintas fbrmaciones sociales y culturales, po-
demos leer a modo de información TOCK, B. M., "Remarqlres sur le vocabulaire du cháteau dans les ¡extes diploma tiques franqais et belges antérieurs
Gir.), La
Mllelt
des
GARCíA
TEografk de Círdoba alnabade a Íraaís de /as faentes árabes,
,21,22,37 y77-1r), sobrelasruinasde
Madinat al-Zahrá' vistas a través de las fuentes árabes, así como
SANTIAGO SIMÓN, E. DE, "Unas notas en rorno
a La "Báb al-Sura" de
Córdoba,, AIi¡nlárua
+1
3
en este párrafo,
nsa bi.rpanatnusahnana. Aportaciones de /a arqaeolagía, Grana-
da, 1990, 129-146, 129-134, así como CANTO,
5j.
tl
.
,
al Ba1án, II, 2I2, 230, 272, lil, 12, 92, 113.
al-ntuírVq,
II, 580. 4i165,
47 167,
2IIl25t.
Sobre estos clos altos funcionarios clel Estado omeya de
YII, Al-Hilla,1,277
22 I
45,
1
3 I
96,
1
04 I
I 13.
.
MEOUAK, M., "Propagande politique et discours idéologique des Umayyades d'al-Andalus : réflexions théoriques et données textuelles", Sndi¿ Oriuttalia,95 Q08), )I-43,
68-97.
La ciLi/izaciín tnasu/na-
(E:ndios), Granada, 2001,418-427, 42I-123. Sobre l¿rs carreras políticas de Maysur, Fá'iq y Ya'far, véase MEOUAK, M., Saqiliba, etnnqltes et esclaues ) la canqa'éte la poruair. Gkgraphie et histoire da ílites politttpu
y 180-182.
Algtctas, 2002, 327 -341
19
na da Emopa occiden¡al
190, 184 185
según el testimonio
MEOUAK, M. Poruair sant,erain, adtninislration centrale et íland subites politique: , 1 2-22; SAFRAN, J. M., "Ceremony mission,, lc)3-197\ ÍcIem, The Secontl IJru11tad Calil hate,
al-Zahn'", en M."J. Viguera Molíns & C. Castillo (coord.),
'margina/e.;' dan.r /'E:pagne una11ade,
jotrs, Strasbourg,
58.
Madfnat al-Zahrá', e ídent,.Las cecas: ¿l-Andalus y Madinat cordobeses.
nos
.
¿/-Zabm', 3 (1991), 111 121, sobre el trasla-
El uplendor de los Onelas
12;
56. Al-AItqtabis,
4., .De
do de la da.r ¿/ sikk¿ de Córdoba hacia Ia ciudad-capital de
i
Córdoba, véanse MEOUAK, M., "Considér¿rtions sur les fonctionnaires et la magistrature de süreté de la vllle (¡áhib a/tnadiaa I u,i |q,at a l-rnackna) dans I'Espagne umayyade", Orientalia Suetana, XLVIII (1999), f i-86, 80-85, e ídt¡tt, les charges et les fonctionnaires de la po"Remarques sur lice (íar¡a) dans L'Espagne umayyade,, Acta Orientali¿, 60 (1999), 18-57 , 52-57
la ceca de ai-Andalus a la cle Madin¿t al-Zahra'" . Ct¿dernas de XI¿djnat
palais du Moln-Age
11-20.
54. Al-Maqtabi:,YII,
véanse
Lr rirrendadc serrir ior y la llamrdaC¿s¡ de Ya lar' . cn La
E-X. Cuche
28-330.
52. lqtibas, 53. Nnha¡
de e:ndio.¡ árabe:
LIILO ALEMANY, M., "Sobre los patios de Madinat alZthrá'", en Actas de las jarnadas de culfar¿t árabe t is/ámica /1978), Mad¡id, t98t,263-269; VALLEJO TRIANO, A.,
des
ciudad en al Andalu 1 el A4agreb' ,
XVIII-XIX (1969-1910), 129-136, y
Sobre algunos aspec¡os tra¡ados
en
de las fuentes árabo-andalusícs", en A. Torremocha Silv¿ & V Martínez Enamorado (coord.), Il Congreso Internaúona/ 'La
las notas t c¡íticas de OCAÑAJIMÉNEZ, M., .Algo más sobre la "Báb al-Süra" de Córdoba", Al-Qantara, iII (1982), 441 455. hebraios,
t1-it,
51. BARIANI, L., "Al-Madinaal-ZÁhin
GÓMEZ, E., *Notas de topografía cordobesa), 342-146; IILLO ALEMAN! M., "Algunos lrspectos de Madinat alZahrá' cono cindad fortilicada", Aliscelánea de Ar¡e (Instittto "Diego Velázquez"), Madricl, 1982, 11-15; ZANÓN, J., Madrid, 1989, l1
) 1200",
aie de cbá¡e¿tt. Architectare. fonctians el repríreillrt/uils
cbáleaux et
1998,
Sobre trlgunos aspectos de esta cuestión, véanse
de estudios sobre este tema. Véa-
por ejemplo MAZZOLI-GUINTARD, C., "Le terriroire et la dualité ville cháteau dans al-Andalus,, en Chátedux eÍ terrboires, Lintjtes et il)lilrdn.ej. I"'" renconlres d'arcbíolugrc ,t d'hitoiru en Pírigord (Pírign*x, 1994), en Annales /ittír¿ires de /'Unit'ersi¡í de Bescut¡on, t9>l12 (1995), 93-101, 9+-q8, 98-101. A pesar de la dificuLtad de plantear estudios com-
ACIÉN ALMANSA, M. & A. VALLEJO TRIANO, "Urbanismo y Estado islámico", 11\-ll\ & l2')-l 'i: ARJONA CASTRO. A. RAI\1 iREZ IAGUNA, A. & P MARFIL RUIZ, "Los res¡os de la famosa almunia Dir a/-N¿'ar¿ en el Cortijo dcl Alcaicle y Huerta del Caño de María Ruiz excluidos del PIan especial dc Madinat al-Zahra',, Boletht de la Real Aud¿rnia de Círdoba. de C ienci¿s. Bellas Letras 1 NoLIe: Artes, L 3 5 (i 998), 24>-25i , Cordoae ¿tu
.
se
8t-92.
)
La útiliz¿ciín musn/ruana de Earopa octidental (Estadios),
Granada, 2O01, 186-391
Sob¡e esta problemática, véanse
y MAZZOLI-GUINTARD, C., Viure Age ,61-68.
E., "Notas de topografía cordobesao, 327,128, y BARCELÓ, C. & A. LABArI*|A, .Las fuentes árabes sobre Madinat al-Z¿hrá'",98-100. A modo de introducción, véanse GARCÍA GÓMEZ, E., "Notas de topografía cordobesa), 361-)63; BARCELÓ, C. & A. LABAI(TA, "Las fuentes árabes sobre Madinat alZthra' ", 1 00- 1 0 1, y VALLEJO TRIANO, 4., "Madinat alZabrá', capttal y sede del Califato omeya", en M."J. Viguera Molíns & C. Castillo (coorcl.), EI e:plendar de las Omelas cardabe.¡es.
fía del Salón
15
Sobre este punto concreto, remitimos a GARCIA GOMEZ,
l1-33, sobre la
orgarnización de los medros de propaganda
e\rJblecidos por
lo' Omey.r. dq CurJub¿. e ld,,t.. ldenrité
n¿tionale et hégémonie territoriale. Les Umayyades et les Fatimides au Maghreb", )rientalia Srccana, XVLII (1998),
l0t-110, 108-109,
Helsinkr, 2004, 189-
acerca del dispositivo propagandístico
omeya frente al poder político-relgioso de los Fátimíes.
60.
Al-Bapn, II, 239.
19
61
MEOUAK, M. Potnoir ¡ouaerairt, adruinistra/ion tet
cantr¿h et
79-80, y MAZZOLI-GUINTARD, C., V)me ) Cordote ar
í/i-
lolitiqua,T4-17,163-165, sobre las elites políticas 'artr-
hIolen Age, 6t , 68,7 4.
bo-orient¿les'/zzauali y bereberes. Sobre el papel de los fun-
61
cionarios sat1a.liba, eunllcos y esclavos al servicio del Estado omeya de Córdoba, véase el esclaaes
62
61.
MEOUAK,M., Saqaliln,
giques", cn A. Torremocha Silva & (coord.), 69
66
VIGUERA, M." J., <Los predicadores de Ia corte", e¡ Sdbff religilrl I poder lolítico en el Islaru, Madrid, 1991, 319-112, 323-325; DE FELIPE, H.,Idoúidad 1 anoru¿ística de los Beríberes de ¿l Andalru, Madrid, 1991 ,202-214. Sobre al-Madina al-7ahira, véanse por ejemplo, TORRES BÁLBAS, L., *Al-Madina al-ZÁhira, Ia ciudad de Almanzor . A/-AnJtlt,,. XXI rl95C,r. r5i-r59: O{ ANA JIMENEZ, M., "Al-Madina al-Zahira", Al-tutalk, IfI (1963), 'il-.i3; ZANÓN, J, Topografía de Círdoln, t7, 21, 12, 16,
/:.ra
en
Enamorado
al-Andahs 1 ei
y GORDON, a Thousard Su,ord.¡. A Historl of the I'arkish Milirar1 of Sanarra (A,H. 200-275/87J-889 C. I.), Albany, 200I,41-74. Sobre la ciudad de al-Mahdiyya, véanse, entre o¡ras fuentes árabes, nl-Ba1tan, I, 169, 184. lfiireh,9I, 212,275; a/-Ma1i/is, 55, t66,254,321 325. 337, 348, 163, 116, i10, 542: Nuzhat ¿ltnuítaq, I, 216, 281-281, 3Ol, 104; Mtlan a/-ha/dán, Y, 229-212, ¿sí como DACHRAOUi, E, Le Califat fatixide,70, 149, 151. uinth-centrrl' lslanic cit1,, Oxfbrd, 2000,
M. 5.,
The Breaking of
1t3, 15t, b6,
cordobesa, véanse
Itl ,160,
uon 'al-Mahcliyya',
161, y Enclclopíúe de I'Islan, :ab
Y, l2)6-12)u lM. Talbil. Acerca de
al hlayá/i:, 57, 69,75, 2r1, 2r1, 251), )24, 13r-33i, 348, 394, 515, 551 a/-Hu/la,II, 21, 22, i89 Dikr 1,ilad, 57 -t8, 68. lIu'jatn al-baldán,III,79l-192, así como IDRIS, H.R., L¿ Sabra Mansuriyya, véanse las fuentes siguienres:
5t,
Berbírie arien¡ale sons les Zirir.le.r,
X'-XII'
.¡iicle¡ ,
P¿rís, 1962, 2
vols., II, 421-427: DACHRAOUI, F., Le Califat Jatinide. 187, 195, 260,267, y Enclclapíúe de /'1.¡lam, ¡tb .¡¿ce'Sabra Mansuriyya', VIII, 70U-709 {M. Talbil.
I 80
V Martínez
lnterndcialal 'La úadad
dieua/ citl, reconsideret/. lIilt)discip/)xary, approacbe.r to Satnawa:
78-82.
Sobre tan curioso personaje de la
Congreso
lla grtb', Algerciras, 2lJf)2, 49 -1 3, 61 -66. La bibliograrfía sobre la ciudacl de Sámar¡á' es muy volumi-
a
.
{l')
ll
nosa. Por lo tanto, remitimos, a modo de introducción, a NOMHEDGE, 4., S anarra: Resj denz der' Abbis idenkali.ftn 836-892 n. Cbr, (221-279 H)jri), Tubinga, 1990, Pa.¡.rir¡. los estudios contenidos en ROBINSON, C. F. (ed.), A nn-
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Respecto a estos temas, puede verse perspectivas de inves
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polirique"
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Es la meta que nos hemos fijado para los dos próximos trños:
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) la utqa1te fu 1aatoir,278-2)2.
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