CuaderRos de
Madlnat al -Zahr谩'
Vol. 5 C贸rdob
a, 2004
CTJADERI{OS DE MADiNAT AL-ZAI]RÁ'
Cuadernos de Madinat a|-Zahra Revista de difusión científica del Conjunto Arqueo.lógico Madrnat al-Zahra
CONSEJO DE REDACCIÓN (Miembros de ia Comisión Técnica de Madinat al-Zahra)
Presidente: D. JESÚS ROMERo BENÍTEZ Directur Genera/ d¿ Biene.¡ Calnrales
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de
rtIálaga
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D. CHRIST]AN E\rERT Irntituta Arqaeolígico A lenún
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D, M,'ANTONIA ]\4ARTíNEZ NUNEZ Uniursidal le lIálaga
D. ALASTAIR NORTHEDGE Uniuersi¿lad de
Parí:
I
D. VÍCTOR PÉREZ ESCOLANO fl n irer.¡ i tlad de S eú / la
O Junta de Andalucía. Consejcría dc Cultura (c) Los
Sor
autores
Imprenta San Pablo, S. L. - Córdoba Ángela de Ia Cruz, 1 2 - Teléfir¡o 951 283 106 ISSN:1119-9996 Depósito Legal: CO. 1.64412004
SUMARIO . ESTUDIOS EDUARDO MANZANO MORENO El
círculct de pocler de los califas ornelas cle
Córclaha
Pág. 9
JEAN-PIERRE VAN STAÉVEL
Prítoir jzgaler, bátir : droit de la judiciairu
)
Cordoae rJurant le
cr¡nslruclian et institarians
í'lX'
si¿cle
Pág.
3L
MOHAMED MEOUAK Madinat al-Zabm'
en las fuentes
árabu del occidente
i¡láttica
Pág. 53
BRUNA SORAVIA Une bistaire de la f.rna. Aurariré er le tuIutpaltis
d'Ibn
lígitirnirí dan:
Hayan
Pág. 81
MANIIELA MARÍN A/tos fancionarios para e/ ca/ifa: jueces 1 otras cargos de la
Adntinisnación cle'Al¡d al-Rabntan
III
Pá9.97
M.' ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ. MANUEL ACIÉN ATMANSA La epi¡1rafra
de
al-Zabra'
Pá9. I07
ya - pa / e s t i n i enne
Pás.159
Madinar
SOLANGE ORY L'
ep
i grap b i e umayy ade
s
CARMEN BARCETÓ El cíJin andalusi de "praaincias" durante el Califato
(3a0_403t9j2_10j3)
pá9. t73
ANTONTO VALLEJO TRTANO, ALBERTO MONTEJO CÓRDOBA, ANDRÉS GARCÍA CORTÉS /a interaenciín art¡aeo/ígica en /a "Ca:a de Ya'far" 1 en el ecliJicia cle "Patio cle los Pilaru" de X[adinat al-Zahra' Resa/tados preliminares de
Pá9.
I99
PATRICE CRESSIER,
MOURAD RAMMAH S¿bra al-A4ansariya : [Jne autre aille
caltfale
Pág.241
JUAN F. MURILLO REDONDO, MARÍA TERESA CASAL GARCÍA, ELENA CASTRO DEL RÍO Madinat Qar¡aba. Aproxinaciín al procesa de forntaciín de la ciudad emiral 1 califal a patir de la información arquealógica Pág. 217 VICENTE SALVATIERRA La instauraciín clel Califato en el AIra
Gaadalqaiuir
Pá5. 291
PEDRO GURRIARÁN DAZA Hacia una canstrucción del poder. Las prácticas edi/icias en la periferia andalusi duranre el
Pág. 297
ALBERTO CANTO GARCÍA El dinar en al-Andalas en el sigla X
Pás.327
Califaro
CAROLINA DOMÉNECH BELDA La
rnaneda
farimí 1 sa relaciín
con
al-Andalus
Pág. 339
PATRICE CRESSIER Histarias de capiteles: ¿Hubo talleres califales
pratincialesi'
Pá9. 751
TILO ULBERT Resafa en
Siria. Una
residencia
califal
de los últimrts onteyas en
)riente Pá9. 377
BERNABÉ CABAÑERO SUBIZA, VALERO HERRERA ONTAÑÓN La tecbu¡nbre de la ampliación de al-Hakan II rJe la mezqaita aljama d¿ Círdoba. Análisi: tícnico 1 estulio forxul de sa policrarnía
Pá9. 391
SABINE NOACK.HALEY Los capireles de
la hlezt¡aita
de
Madinar
al-Zaltra'
Pág.
Egypte
Pág. 445
4I3
MARIANNE BARRUCAND Le prentier clécor arcltitectural
fatimide
en
PIERRE GUICHARD Canc/usions
.
Pág.463
CRÓNICA DEL CONJUNTO
ANTONIO VALLEJO TRIANO, JOSÉ ESCUDERO ARANDA Crínica del Conlanto, añas 1998-2003
Pág. 47
I
ESTIJDIOS ACTAS DE LAS IV JORNADAS DE MADINAT AL-ZAHRÁ': Nuevas investigaciones sobre eI Califato de Córdoba Córdoba, 10-12 Noviembre 2003
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do "Espacio Trapezoidal" (C10) y el conjunto que componen las dos "Viviendas de Servicios" (C11y
la residencia de Ya'{ar Ibn Abd al-Rahman, balih del califa al-Hakam II'. Todas las argumentaciones
c12). El objetivo último de estos proyecros es la musealizaci(¡n de los distintos conjuntos para hacerlos accesibles a la visita pública, mediante un¿r intervención integral que atiende no sólo a la consolidación de slrs mlrros, sino también a otros elementos como los enluciclos y los pavimentos, y a la reposición en su lugar de origen de Ia decoración arqr,ritectónica aplicada y algunos elementos asociados
arqueológicas y textuales son relativas y clescansan unas sob¡e otras, al igr-ral que el resto de las iclentificaciones proplrestas hasta el momento en Madinat al-Zahn. Pero no existe tampoco ningún dato que cllestione esta hipótesis categóricamente. Su compleja estructlrra arquitectónica, su distribución funcional y la riclueza de su programa decorativo en piedra señalan la presencia de un altísimo personaje
como Ias pilas.
aIcázar.
Ambos conjr-rntos se encontraban excavados de antiguor y habían sido objeto de una intervención restauradora anterior por parte de Félix Hernández,
tio de los Pilares" (Cl6) debe esta denominactón
que había afectado sol¡re todo al recrecido de los paramentos y a la reposición de su organización deco-
rativa en piedra en el caso cle la "Casa de Ya'far"r. Esta úrltima residencia (C13) se sitíra en Ia p1ataforma superior del palacio, al sr-rr de la "Vivienda de Servicio Oriental" (Cl2) y contiglra por ei oeste
a la llamada "Vivienda de Ia Alberca" (C14) y el baño anejo (C11). En un primer análisis espacial de esta ediÉcación publicado hace algunos años, propusimos una delimitación que inciuía tres ámbitos funcionales diferenciados (VALLEJO, 1990 l3l y ss.) (fig. 2). En primer lugar Lrna zona oficial y de representación, integrada por Lin edificio de planta tripartita longitudinal (E8, E9 y E10) y nave rransversal delantera (E7) abierta a un patio (E4) a través de una portada de tres arcos decorada con una rica ornamentación arquitectónica parietal (lám. 1). Al E del edificio se localiza una letrina (EI2) y se desarrolla un corredor en profr-rndidad donde se suceden un pequeño espacio abierto (E1l) y una estancia cerrada (E1,1) qr-re culmina en lo que consideramos el ámbito íntimo de la vivienda, integrado por un patio en cuyo centro se enconrraba un surtidor de fuente con su correspondiente pila (E15), alineados con Ia alcoba situada al norte (E16). Las esrancias emplazadas en Ia zr¡na noroccide ntal de la casa, dispuestas en tofno a un patio (E20), constiruyen un ámbito de servicio que parece vincularse físicamente con la vivienda a través de una estrecha dependencia situada en el ángulo suroesre (E18). Como ya expusimos en su momento, no existe un dato concluyente, ni defrnitivo, que permita identificar con total seguridad este espacio con 200
de la co¡te clue vive solo en el ala occidenral
clel
EI conjr-rnto arquitectónico conocido como "Paa
su peculiar configuración arquitectónica y espacial, estructurada en torno a un patio de forma cuadrangular rodeado de galerías sostenidas por pilares en
todo su perímetro (fr1.2,Lám.2). Las l'rabitaciones se dispusieron en tres de sus lados: norte, este y oeste; no así en el sur donde discurre Ia caile qlre constitr-rye 1a prolongación de.l cor¡edor proce.lente de la "Vivienda de Servicio Oriental". Galerías (I,2, E3, E4 y E)) y patio (E6) se pavimenrrron con grandes losas de caliza violácea, disponiéndose en slr centro un sarcófago romano reutilizado como pila de agua y decorado con el tema de "Meleagro y Ia caza del jabalí de Calidón" (HERNÁNDEZ, 19¡5: i4;
BELTRÁN, I99I : I I'
-11
6).
El esquema organizativo de sus salas constiruye
uno de los modelos registrados en la arquitectura palaciega de Madinat aI-Zahra: una estancia central extendida en anchura (89 y E11), y abierta a la galería mediante tres vanos separados por pilares, remata en sendas alcobas en sLls extremos con Ias que se comunica a través de un vano cobijado por un arco de herradura. Esta disposición, sin embargo, no implica una ri¡¡urosa simetría, pues algunas de las alcobas han sido susrituidas por orro tipo de e
stanci¿rs.
El núcleo jerárqr-rico de la edificación io componen las habitaciones occidentales, que forman un bloque de dos crujías paralelas (E7 y E8) frente a las estancias singr-rlares de los lados norte y esre. Esa mayor cualificación se observa también en un tratamiento diferencial del pavimento, de mármol en esas habitaciones, frente a los suelos de caLiza violácea de la crujía septentrional (E9 y E10) y de alabastro de la crujía oriental (E1 I , E12 y El3)-.
A diferencia de la "Casa de Ya'far", cuyo programa es poiifuncional, aunque bien cliferenciado en cuanto a sus ámbitos, no conocemos Ia natura-
funcionai de este conjunto de los Pilares, pues mientras que Lrnos rasgos remiten a Lln uso residencial, por sLls caracteres propios de vivienda, otros sugieren una utilización distinta que resr-rlta difícil Ieza
de precisar. Para F.
Hernández se trataba de un edi(HERNÁNDEZ, 1985: 1 4).
frcio administrativo
En ambos conjuntos existían indicios claros para aseglrrar que se trataban de edificaciones surgidas de la reforma de otras preexistentes. En la "Casa
de Ya'far" era notoria lzr adaptación a
un
espacio
previamente delimitado por el baño contiglro en slr
y por los gruesos mluos sur y qlle cierran la manzana (Ml y M2). Y en el
costado occidental este
"Patio de los Pilares", al margen de su implantación anómala en el contexto urbano en el que se inserta, las excavaciones antiglras habían dejado a Ia Iuz los restos de estructuras anteriores en el ángulo sureste, conservándose , además, Lrn vano monumental cobijado por un arco de herradura en el muro occidental del patio (M39), qlre fue condenado con la organización de dicho conjunto de los Pilares
(HERNIÁNDEZ, l98J : 1 1).
1. OBJETIVOS
Y PLANTEAMIENTO
METODOLÓCTCO Puesto c¡-re ambos ediÉcios nos l-ian llegado con unas superfrcies terrizas resultantes de las excava-
ciones efectuadas en el pasado (HERNÁNIDEZ, 1985: 61-7J), el objetivo de nuestra intervención era doble. En primer lugar, conocer Ia organización y disposición del pavimento de las distintas estancias de cada conjunto mediante la excavación de sus camas, presuponiendo que el depósito arqueo-
lógico no excavado por F. Hernández conservaba 1as huellas de mortero sob¡e las que asentaban las losas del pavimento. Dichas hr-rellas constitlryen el negativo exacto de las piezas expoliadas6. Esta excavación serviría, más adelante, para identifrcar el emplazamiento exacto o probable de un buen núrmero de losas de mármol y de caliza violácea que hemos podido recomponer a partir de varios miles de fragmentos de esas piezas procedentes de las excavaciones antiÉluas (láms. 3 y 4). Éstos se encontraban apilados en las distintas estancias de ambos
conjuntos y en otros h-rgares anejos de los que ahora hemos podido conocer su procedencia. El fin persegr-rido era restituir el pavimento de todas las estancias, devolviendo a su emplazamiento original la mayor cantidad de material posible. EI segundo objetivo era investi¡¡ar Ia organizrción arqr-ritectónica previa ¿r la edilicación cle ambos conjuntos, para conocer qué tipo de estructuras constituían ia fase o las fases preexistentes y de qr-ré forma se había producido el proceso de transformación de unas sobre otras, si se trataba cle meras reformas clue no aiteraron en lo sustancial Ia estructura del espacio o, por e1 contrario, se trató de cambios profundos que implicaron una modifrcación importante del programa urb¿rnístico inicial. Para compatll¡lIizar ambos objetivos, se procedió a la reahzación de una excavación extensiva y completa del estrato superficial de todas las estancias, hasta alcanzar el nivel de mortero correspondiente a ias camas de los pavimentos, donde queda-
ron plasmadas las improntas de las losas qr-re fueron dibujadas con exactitud. Finahzada esta fase, diseñamos una estrategia de excavación con el objeto de documentar los niveles inferiores, que debemos calificar como limitada y restrictiva por dos razones. Primero, porqlle entendemos que la conservación de la completa estratigrafía arqueológica del sitio conscituye un presupuesto irrenunciable y es tan importante la preservación de las camas de mortero originales de la írltima fase de estos espacios, como el conocimiento de las estructuras precedentes. Y segundo, porqlre hemos evitado Ia excavación de estancias de reducida superficie que se encuentran attavesadas en el subsuelo por las canalizaciones de saneamiento. En estos casos, el sacrificio de toda la estratificación no redundaría de manera significativa en el objetivo propuesto, que es el conocimiento de las estructuras anterio¡es. Y ello por dos motivos: uno, porqlre si Ia canaljzación corresponde a Ia fase previa, el depósito arqueológico está prácticamente protagonizado por la existencia de las actividades vincr-rladas a ese elemento; y dos, porqlre si constituye una obra de reforma, su introducción habrá provocado 1a destrucción o el vaciado de todo el depósito preexistente. En esce sentido, creemos que es fi-rndamental y conveniente dejar intactas algunas zonas de estos conjuntos como reserva arqueológica que permita volver en un futuro
2()l
I)A-82 (CI3-822),
con nuevos objetivos y nuevos planteamientos metodológicos, aírn cuando ello suponga una merma en el conocimiento actual de los mismos. Partiendo de estas exigencias, en la "Casa de Ya'far" la intervención se ha concentrado en el edificio tripartito (E7, E8, E9 y E10), donde Ia superficie de excavación ha sido amplia aunque selectiva. Otros sondeos más reducidos se han realizado en el
pavimentada con Iosas de calcarenita (U.E. 426), que abría al patio mediante un doble vano. El patio -13A-E3 (C13-820 y C13-E19)- ocupaba una sr-rperficie de unos 9l ,ot y estaba solado con piezas de caliza violácea. Aunque no ha sido
patio principal de la vivienda (E4), en su ámbito de servicio (819,820, E22 y 823) y en la alcoba
hilada transversal a las restantes qr-re señalan el centro del mismo, Io que implica que el soportal existente en el lado E constituye una reforma posterior realtzacla a costa del patio, reduciendo significativamente sL1 mitad oriental (frg. 3 , lám. 6) .
(E16).
En el "Patio de los Pilares" 1a excavación se inició también con una serie muy limitada de son-
excavado en su totalidad, su longitud inicial puede ser deducida por ia posición del desagiie y de una
En la crujía occidental
deos, de reducido tamaño, que se ampliaron sucesi-
vamente en Ia medida que evidenciaban estructuras correspondientes a la organtzación arquitectónica de las fases anteriores. El resultado ha sido una superlicie de excavación de gran área, abierta, como ha ocurrido en Ia mitad meridional del patio, favorecida por su amplitud espacial.
se
encontraba la letrina
vivienda (l3A-E4), cuya identificación ha sido posible gracias a la infraestructlrra hidráulica que transcurre bajo dicho espacio, plres en el inicio de de Ia
este ramal de Ia canalización se pudo comprobar la
existencia de un registro condenado procedente de la superfrcie, de sección rectangular, que determina
la ubicación de la letrina. El límite norre de 2. "CASA DE YA'FAR'" DESARROLLO DE
LA EXCAVACIÓN La intervención arqueológica ha afectado a 18 de ios 2J espacios qr-re integran la vivienda, detec-
tando al menos tres grandes fases constructivas.
YITFAR
A
1
esta fase inicial corresponde la construcción
de tres viviendas (fig. 3), localizadas una al norte (13A) y dos ai sur (138 y 13C), quedando estas últimas separadas de la primera por un grueso muro (U.E. 81; lám. 5) que constituye la prolongación del paramento meridional del baño anejo (C15) a la "Vivienda de la Alberca". La organización de estas casas se realtzó a parrir de un patio central de planta rectangular o cuadrada y dimensiones variables, en torno al cual se dispusieron tres crujías de habitaciones situadas en los lados oeste. norte y (src. Casa 134
esta
dependencia queda señalado por los restos de un muro cortado bajo e1 poyete existenre a la entrada de la Casa de Ya'far (E25, M19). La letrina debió pavimentarse con losas de caliza violácea que fueron extraídas para su aprovechamiento en el momento en que se produjo la reforma que dio lugar a la posterior residencia del hayib, esto es, Ya'far l. En la crujía oeste fue excavada también, parcialmente, Ia dependencia meridional 13A-E5 (CI3-E21 y E1), que estuvo solada con losas de alabastro y muestra una suave pendiente descendenre hacia el slrr (1ám. 7)t. Este pavimento se conrinuó en la habitación contigua, como evidencia la idéntica disposición de hiladas en los dos espacios, Io que implica que ambos consriruyeron una única estancia, probablemente un corredor de comunicación con la vivienda i3C. En cuanto a Ia crujía orienrai sólo sabemos que en su extremo slu se habilitó un corredor, flanqueado por un muro desmontado en las fases posteriores
.E.1t2), que se pavimentó en su tramo inicial con baldosas oerámicas dispuestas con una clara (Ll
intencionalidad decorativa (lám. 8). Este corredor,
Esta vivienda ocupaba una superficie aproxima-
abierto aIF, através de un vano existente en el murcr
da de 380 m2. Su acceso, en recodo, se realizaría por ei ángulo noroeste a través del espacio 13A-E1
M2, cegado con posterioridad, garantizaría las co-
(CI3-E2t), 202
desde donde se ingresaría en la estancia
municaciones de ese sector oriental del palacio con el conjunto de las viviendas de esta fase inicial, si
aceptamos su prolonéaación en la estrecha crujía situada al norte de las viviendas 138 y 13C, o al menos con la primera de ellas, la 138, pues los datos arqueológicos no permiten afirmar con seguridad este extremo. Queda por resolver, igualmente, si Ia estancia situada en el ángulo noreste de la vivienda (E16) pertenecía en esta fase inicial a la casa 13A, o a Ia
Vivienda de Servicio oriental (C12) situada al norte, pues la excavación no ha sido concluyente y se hace necesario un análisis estratigráfico y contextual más detenido. Casa 138
Ocupa una superficie de unos 275 m2 y estaba separada de Ia anterior (13A) por un co¡redor dei que exhumamos Ia cimentación de uno de sus muros, el meridional (U.E. 81), construido con sillares de calcarenita dispuestos alternativamente en hiladas a tizón y en tabla. Con una potencia de unos 3 m., este muro rellena :una zanja de cimentación (U.E. 137) y asienta directamente sobre el sustrato rocoso (U.E. 229) (.ñg. 4,Iám. 9)t. Esta vivienda se organizaba también en torno a un patio con andén perimetral de unos J2 m2, pavimentados ambos con losas c1e calcarenita (U.E.
l ]-3-149), al igual
qr-re las estancias documentadas
norte (U.E. 78) y oeste (U.E. 1 16=ll1 y 148; iám. 10). Por el contrario, nada sabemos de las habitaciones correspondientes a la crujía oriental. al no haber sido excavadase. En su ángulo SE, el patio quedó delimitado por una estrlrctlua de sillares que identifrcamos hipotéticamente con la base de un poyete y una escalera (lám. 11), adosados al muro que cierra la vivienda en las crujías
por el sur (U.E. 15,1). Esta supuesta escalera permi-
tiría e1 acceso a una segunda planta, disponiéndose en una forma similar a la registrada en la "Vivienda de Sen icios occidenr
a
I
"
.
Respecto al ingreso a esta vivienda, cabe suge-
rir un
acceso desde el corredor norte ya señalado o
desde
la crujía oriental, cuya organización
es des-
conocida.
Casa 13C
La vivienda 13C ocupa una sr-rperficie de unos 306 m':, disponiendo también tres crr-rjías en torno
a un patio de forma rectangular de 101 m2. El acceso a la misma se realizaba, al parecer, por Ia crujía occidental, a través de una estancia (l3C-E1) que
conducía directamente al patio (I3C-F,2), alrnque no debe descartarse otra hipotética comunicación con la zona oriental del palacio a través del corredor que venimos señalando con anterioridad. EI problem para asegurar esta conexión radica en la funcionalidad de la estancia 138-E5, pues mientras algunos rasgos sr-rgieren su uso como letrina, de la cual los dos sillares conservados constitllirían la base de Ia canalización con derrame hacia el oeste. otros se oponen a esta hipótesis, como la excesiva altura que cabría deducir de esta instalación en relación con Ia estancia 13B-E3 a Ia que supues[amente pertenecería, en cliyo caso esos sillares formarían parte del pavimento de ese hipotético corredor. En el patio de la vivienda, el excelente estado de conservación de las camas de mortero correspon-
dientes al pavimento de YA'FAR 3 (U.E. 61) ha limitado considerablemente la zona de excavación, que hemos reducido a clratro pequeños sondeos. En el primero, situado en la mitad norte de dicho espacio, se ha localizado el muro de separación de la crr-rjía septentrional con el patio (ll .E. 233; Iám.
l2);y
en los restantes, situados en los andenes oc-
cidental y oriental, y hacia el centro del patio, se documentan las improntas de un pavimento de caliza violácea (U.E.
24I-219) correspondiente
al
patio de esta vivienda, cuyas losas fueron extraídas para su aprovechamiento posteriorr0. Las camas de mortero de dicho pavimento se encuentran unos 30 cm. por debajo de las mortajas de las losas del suelo posterior que 1o amortiza. En las habitaciones de la crujía orientai -la ocupada después por la nave transversal de la Casa de Ya'far (E7)-, comprobamos la existencia de una
letrina (13C-E5), pavimentada con caliza violácea (U.E. 183), y unas estancias asociadas pertenecrentes a los espacios I3C-E4 y 13C-E3 qlre se solaron con baldosas cerámicas
U.E.
117) y de alabastro
(U.E. 176) (lám. L3)rr. De la letrina
han conservado restcrs de la pililla central y la tabica (lám. f4) esta última señala la alcr-rra del poyo donde se abría el orihcio rectangular del retrete. La cru)ía occidental no ha sido objeto de excavación al encontrarse mlly alterada por el saqueo cle las estructuras y el desescombro posterior de la se
203
zona, aunque se conservan los restos de un pavimento de losas de calcarenita de una de las habitaciones (13C-E6).
E1. En este sentido, debemos indicar que no se ha observado prácticamenre ningírn nivel de abandono relacionado con la ocupación de las distinras estancias de las viviendas anteriores; éstas se encuenrran
YIt'FAR
2
Esta fase constructiva sólo ha podido ser documentada estratigráficamente en la mitad sur del mr-rro oriental que cierra Ia "Casa de Ya'far" (M2). Este tramo meridional presenra una fiíbrjca de sillares (U.E. 169) de distinto módulo y morfología c¡ue la correspondiente al tramo norte qile adscribimos a YAFAR 1 (U.E. 3f9,342 y 152), y al cual se le entregaron con posterioridad las distintas estructlrras pertenecientes a YAFAR 3, mediante adosamiento o encastre puntual (lig. 5). No hemos documenrado ningún nivel de suelo asociado a esra fase, entre otras circunstancias porque no ha sido excavado
ninguno de los espacios vinculados a dicho paramento, ni a un lado ni a otro del mismo. No debe descartarse, sin embargo, que este mllro perpetúe la alineación de otro anrerior correspondiente a
YATAR 1, pues la organizactón de la vivienda 138 obliga a considerar una crujía de habitaciones en su Iado oriental, con independenc.ia de las aperturas o las relaciones que haya mantenido con los conjuntos situados al E.
La datación de este tramo del paramenro es re.lativa, sin que tengamos ningr-rna evidencia que proporcione información sobre el tiempo transcllrrido entre la construcción de YA'FAR 1 y YAFAR 2, ni entre esta última y YIf FAR 3.
YIt'FAR
3
Corresponde básicamente a Ia edificación del conjunto que hoy conocemos como "Casa de Ya'far"12, hecho qr-re supuso una profr-rnda transformación de las tres viviendas preexistentes.
De este proceso de transformación cabe destacar, en primer lugar, la extracción de los pavimentos más cualificados de la fase anterior para su reutilización en las estancias dei nuevo conjunro, caso de las losas de alabastro (13A-E5 y 13C-E3)
y de caliza violácea
(parcialmente en 1lA-E.1, y
totalmente en el caso de 13C-E2), así como la recuperación de algunos tramos de las tuberías de plomo para el abastecimiento de agua, tal como se comprr,reba en la letrina situada en el espacio 13C204
completamente limpias de cualquier artefacto cluc permica relaciona¡las con una actividad concreta, o que determine una fecha para sr,r abanclono y la inmediata ejecución del nuevo proÉ,rama arquitectónico del clue surgirá la residencia del ha1,ib. SóIo en la habitación 13B-E4 se derecró un esrraro de potencia, apenas 1 cm., con restos de materia orgánica carbonizada (U.E. 1,16), que podría ponerescasa
se en relación con su abandono, aunqlre el escaso material recuperado no aporra información relevan-
te sobre este aspecto. EI desmontaje de las tres casas anteriores se reaiizó, pues, de forma extremadamente cuidadosa y con Lrna intencionalidad manihesta de reaprovechar los materiales de construcción susceptibles de serlo.
Confirman esta idea la arisencia total de derrumbes de tejas, sillares, clavos o restos de madera sobre los pavimentos, junto al esmerado desmantelamiento de ias estructuras -que son afectadas sólo hasta Ia cota de pavimento, nunca hasta la cimentación- y la conservación cle aquellos tramos de muros coincidentes con el nuevo proyecro arquitectónico (fig. 6).
A continuación
se acometieron los correspondientes trabajos de nivelación, con la consiguiente explanación de algunas zonas, como p. e. la crujía situada al norte de la vivienda L38, y el relleno de la mayor parte cle los espacios. En este írltimo caso, el estrato de relleno es de escasa potencia y su origen está vinculado c<¡n la demolición de las estructuras anteriores y la edificación de la residencia de
Ya'far.
En cuanto a la red de saneamienro, se reaprovechó básicamente la preexistenre y se complementó con la construcción de algunos tramos para dar servicio a la nueva configuración arquitectónica (69. 7), tal como se observa en la nave sur del edifrcio tripartito, donde se prolongó la antigr-ra canalización para recoger las aguas provenientes de la letrina (E12) y del pequeño pario localizado en el corredor (E13). Este tramo de canalización (U.E.165) se construyó a Ia vez que el muro de separación de los espacios E8 y E10 (M15). Igualmente, fue replanteada ex n0a0 la red que evacLra las aguas prove-
nientes del patio del ámbito privado (E15) y de la
letrina contigua (E17), esta írltima completamente desaparecida.
La construcción de las nuevas estrllcturas pertenecientes a la "Casa de Ya'far" suplrso la apertura de grandes zanjas de cimentación, qr-re alcanzan casi los 3 m. de profr-rndidad y algo más cle 2 m. de anchura, siendo mayor en las zonas donde va asociada con la construcción de la nueva red de saneamiento
(810). En las cimentaciones, sóio documentadas en proftindidad en el sondeo practicado en el E9 (U.E. 83) donde arrancan desde el nivel geológico, los sillares se disponen en hiladas a tizón y son siempre de mayor anchura que el alzado visto (lig. 1,1án. 1t). La trasformación de las tres casas precedentes en Lrna única vivienda afectó de manera bien distinta a éstas. En este senticlo podemos entrever parcialmente la organización de la casa 13A en Ia zona doméstica e íntima de la posterior "Casa de Ya'far", y la estructura de la casa 13C puede reconocerse, en sus Iímites exteriores, en el patio principal (E4), Ia crujía occiclental y la nave transversal (E7) de la residencia deI ba1ih. Por el contrario, Ia casa 138 se vio completamente transformada y su planta quedó
oculta por la disposición tripartita de los espacios 88, E9 y E10 (fig. 6). Los pavimentos de ia nueva edifrcación, aunque en su mayor parte fueron expoliados tras el abandono del aIcázar, presentan una amplia variedad y denotan una cierta especialización funcional. Su distribución pr-iede observarse en la fig. 8 y en el siguiente cuadro:
una documentación detallada y precisa de las mismas, haciendo posible identifica¡ el emplazamienro exacto o probable de unas 130 losas de mármol recompuestas a partir de más de 2400 fragmentos procedentes de las excavaciones del pasado'r, que se encontraban apilados en las distintas estancias de la "Casa de Ya'far" y en otros lugares anejos. Efectuada la labor de identificación de las losas con slrs correspondientes camas, constatamos que en los pavimentos de mármol 1as losas se disponen siempre en hiladas de nírme¡o impar paralelas al lado largo de las estancias, siendo más ancha la central y decreciendo progresivamente hacia los lados.
Una disposición similar presentan los pavimentos de caliza violácea, si bien no guardan Ia misma pro-
porción decreciente en las hiiadas laterales. En los pavimentos de los patios G4 y E20) lo más novedoso, sin duda, ha sido comprobar una disposición similar a la de crucero, obtenida por Ia interposición de una hilada perpendicular a las restantes, situada en el centro, que señala .justamente la posición del ojo de patio, en cuya proximidad se situaría la pila (lám. 16). Su emplazamiento aparece determinado por Ias zanjas de robo de las tuberías de plomo de abastecimiento de agua, y la mortaja de una pieza más elevada donde se situaría dicha pila, tal como se observa en el patio principal de esta residenc ta (84). Esta disposición de crlrcero constituye el primer ejemplo de este tipo que conocemos en al-Andalus.
LOCALIZACIÓN
MATERf AT, Mármol l¡l¿rnco
así, donde Ia potencia era mayor las camas presentaban una buena conservación, 1o c¡-re permitió
Edificio tripartito (E7, E8, E9 y E10), letrina (812), cotredor la vivicn.la tElr'l
A.,.@lot.t"t Alabastro
(Ell,
¡ios de la residencia (E4,
1,11,
Ef i) y alcoba
de
El5, E19 y E20)
F-22.821
Mortero pintado en rojcr Dcsconociclcr
E2, E.r, E5, E6
La excavación ha permitido conocer la disposición de las losas de 1os espacios gracias a las improntas dejadas en el mortero aírn fresco en el momento de su colocación (ftg. 6) De manera general podemos decir que el estado de conservación de estas improntas era mlry heterogéneo, dependiendo de la potencia del estrato de relleno que las cubría;
Materiales
Del conjunto de materiales recuperados en la excavación debemos destacar los aparecidos en el horizonte de construcción del pavimento correspondiente al edificio tripartito de YAFAR 3 (U.E. 76), que resultan del mayor interés. IJnos se rela-
20t
cionan con actividades de ocio, como dos juegos de "alquerque de nueve" incisos sobre una pie-
Del mismo estrato (rJ.E. t4), y jr-rnto a los fragmentos de la pieza anterior, procede un grlrpo
y sobre una placa de la piedra caIiza característica dei atauriqi-re, ambas desechadas en la construcción (lám. l7), así como un número importante de pequeñas bolas de mortero de entre 3 y 5 cm de diámetro, clue debemos relacionar
de 28 teselas de pasta vítrea de pequeñas dimensio-
za de mármol
igualmente con algún tipo de juego no conocido, aprovechando la fabricación de morteros (lám. 18). Otros materiales, en cambio, aportan datos útiles para el conocimiento de algunos aspectos del sistema constructivo de los pavimentos, como nueve piezas de piedra molinaza, también conocida como asperón de Montoro, alguna de ellas completa, cuya peculiar forma permite ser asida con la mano y que hipotéticamente relacionamos con el pulimentado de las iosas de mármol, alabastro u otro material (1ám. 19). A estos materiales hay que añadir un fragmento de piedra caliza blanda que ostenta una inscripción pincada en manganeso con caracteres cursivos en la que se recoge Ia basmalal".
Al nivel
nes, entre 8,3 y
2,) mm, en las que predominan
las
de color rojo, amarillo y verde.
3. "PATIO DE PILARES''. DESARROLLO
DE LA EXCAVACIÓN En el edificio conocido como "Patio de los Pilares" (C16) hemos documentado también un proceso
similar al descrito anteriormente , identificando tres grandes lases consrrucrivas.
PILARES
1
Las construcciones más antigllas detectadas en
eI área ocupada por este conjunto se localizan
en
dos ámbitos diferenciados y definen dos edificaciones distintas (fig. 9): un espacio al norte,
difícil
de
caracterizar desde el punto de vista arquitectónico
y funcional (que hemos denominado convencional-
de saqueo posterior al abandono de Ia "Casa de Ya'far" debemos adscribir varios fragmentos de caliza blanca, aparecidos sobre Ias camas del
mente casa 16A), y una vivienda al sur (casa 168).
patio E20 (U.8. 34), junto al desagüe y en el interior de Ia canahzactón de sane¿miento, que pertenecen a una pila reconstruida con anterioridad aparttr de los fragmentos qlre se encontraban apilados en 1as proximidades de este patio. Los nuevos restos permiten ahora identificar su procedencia segura de ese espacio (lám. 20)r5. Asimismo, en el relleno de una zanla de robo de las tuberías de plomo del patio norte (820, IJ.E. 54
Los sondeos practicados en la mitad norte del patio han permitido documentar una amplia plataforma realizada con fál¡rica de sillares (U.E. 115 y 116), que constituye un nivel de regularización del sustrato ¡ocoso (U.E. 24) para asentar ias edi-
y )5)
se han recuperado varios fragmentos de una jarra decorada en verde y manganeso, que casan con r-rna pieza cllstodiada en los almacenes, procedente de las excavaciones efectuadas por F. Hernández en esa residencia. La jarra ostenta una ornamentación organizada en varios registros horizontales, como la mayoría de piezas de este tipo. Los motivos prin-
cipales ocupan Ia mitad superior del cuerpo: una banda epigráflca en la que se repite la fórmtla a/Mulk y una cenefa de flores de ocho pétalos inscritas en círculos. La decoración se completa con una alineación de pequeños pétalos sinuosos en el cuello y cenefas de hojas almendradas en la base de éste y en la parte inferior del cuerpo. 206
Casa 16A
Ilcaciones. De esta fase inicial se conservan una alcantarilla
de dirección E-\f (U.E. lI4), cuya cr-rbierta tuvo que ser desmontada por superar el nivel de suelo de Ia organizacrón posterior (lám. 21), y algunas es-
tructufas perimetrales que se mantuvieron en siguientes fases. Entre éstas hay
qr-re
las
señalar un arco
monumental condenado en el muro occidental. del que subsisten parcialmente su alzado y algunas dovelas (E2-M39; lám. 22), u.n arco decorativo rebajado en el frente del paramento norte (E10-M43), cortado por las estrLlcturas posteriores 1Iám. 23), V los restos de un enlucido de almagra en dicho muro (E9-M43), oculto por el enlucido de la organización posterior, que señala con exactitud la cota del pavimento de las estructuras primitivas, situadas, en ese punto, unos 30 cm por encima de las pertenecientes a la última fase (PILARES 3). Esto explica que no
se
conserve ningírn nivel de sueio en esta zona, pues tanto los pavimentos como las estructuras fueron íntegramente desmontados, si bien cabría plantear l.ripotéticamente que el ámbito central se haya configurado como un espacio a cielo abierto, tal vez un
norte, a través de una tubería de plomo de 13 cm. de diámetro, cuyo recorrido hemos podido documentar pues discurrió sobre una caja abierta en el pavimento del patio, adosada a los andenes norte y occidental, conservándose incluso un pequeño tra-
patio o una pequeña plaza.
mo de la misma con dos piezas soldadas, formando un codo, en el ángulo N\ü7 del patio (lám. 27).El punto de suministro inicial parece situarse en un bajante habilitado en el extremo oeste del paramento meridional (M3t), qLre se encuentra en conexión con dicha caja. Este siscema de alimentación también plantea problemas. Primero, porque en el tramo de tul¡ería conservado, ia disposición de la boquilla con la clue enlazan las piezas indica un sentido de circuIación del agua que es iustamente el contrario del que hemos descrito, lo que implicaría que procede de la alberca, y segundo, porque en el pavimento del lado occidental del patio se abrieron unas cajas para la instalación de un desag|ie (U.E. 168 y 311), en conexión con la red de saneamiento, que sugiere la presencia hipotética de una pila en ese lugar, abastecida supr-restamente por esa tubería. E1
En el extremo oriental del muro no¡te se evidencia (E16-M43), cortado, el paramento de dirección N-S que cerraba el conjunto (lám. 2,1). Este muro constituiría prolongación del situado en la tertaza superior (C2,Mt4) y formó parte de Ia fase inicial del palacio. Casa 168 En Ia mitad meridional del patio (E6) la primera fase corresponde a la construcción de una vivien-
da, 168, qlre se enclrentra topográficamente a un nivel inferior respecto a la situada al norte, lo cual ha garantizado la conservación de algr-rnas de sus estrlrctufas, concre tamente el patio. Se trata de una vivienda organizada en torno a un patio rectangular de 22,38 x 10,88 m (243 m2), rodeado de su correspondiente andén perimetral, pavimentados ambos con losas de calcarenita (lám.
2t).Lo
más característico de este patio es la existen-
cia de una peque ña alberca cuadrada de 1'86 m. de
lado interior, centrada en el Iado norte y construida en altura, es decir, sob¡e Ia cota del pavimento de
dicho patio (U.E. 125) (Iám. 26). Dos pequeñas es-
tructruas adosadas en los lados E y W constituyen el arranque de sendas escaleras de doble vertiente para acceder al vaso. El sistema hidráulico de alimentación y desagüe plantea dive¡sos interrogantes, no resueltos, que afectan al conocimiento del proceso de transformación de la vivienda.
El orificio del desagüe se situó en la base del lado sur de Ia aiberca y en slr proximidad, al exterior, se conservan los restos de una tubería de plomo, cortada, cuya funcionalidad genera algr-rnas dudas pues aunque en principio parecería destinada a la evacuación de sus aguas -dada su cercanía a dicho desagüe-, no vierte a Ia ca¡ahzación qr-re discurre a sus pies, por lo clue desconocemos su finalidad exacta, es decir, si estaba destinada a la evacuación o si formaba parte del sistema de alimentación.
Por su parte, el abastecimiento a la alberca el centro del lado
parece haberse realizado desde
problema radica, además, en que la introdr-rcción de las tuberías -o al menos de algunos de sus tramos- se presenta como obra de reforma, en tanto que la construcción de la alberca parece corresponder a la fase inicial de lavivienda, pues no se explica de otro modo Ia distinta alineación de las losas del patio a Lrno y otro lado de la alberca -inconcebible si ésta no exisriera previamente-.que se corrigen jr-rsto al sur de la misma, salvo que la instalación de este contenedor forme parte de una reforma de mayor envergadura que haya afectado al conjunto completo del patio. No tenemos, por el momento, una explicación satisfactoria que aclare esta aparente contradicciónr6. La vivienda dispuso, con seguriclad, de dos crujías de habitaciones en los lados norte y este. El laclo occide ntai es problemático, pues aunque no ha sido objeto de excavación -por encontrarse ocupado por un importante volumen de materiales decorativos y fragmentos de pavimento de mármol que hemos preferido no trasladar-, todo parece indicar que no tuvo estancias asociadas, puesto que el enlucido del muro occidental se conserva hasta una altura de 0,40 m. sin que existan puertas abiertas al patio. No obstante, sobre el andén se dispuso una 201
estrlrctlrra de sillares (U.E. 21 4), interpretada como Ios restos de una escalera de una fase posterior, que oculta una ceslrra en el muro correspondiente, tal yez, a LLna pllerta condenada, alrnque carece de mochetas y su ancho -7,97 m.- resulta excesivo para un vano de habitación. Sólo se consrara una puerra
La nueva calle, de la que se conserva la quicialera de una de sus puertas, llevaba asociada un amplio poyete en su costado occidental (U.E. 288), y en el subsuelo una conducción de saneamiento clue discurría por el centro cle Ia misma (E11 y E12,
de comunicación en el extremo septentrional con
o el arrasamiento de todos Ios espacios y estructuras
Ias estancias de dicha crujía.
anteriores, tanto los asociados con el pavimento de
De la crujía norte, completamente arrasada por encontrarse a Lrna cota más alta que ei resto, sólo podemos identificar su ancho y la cimentación de
ladrillo ya señalado, como el rramo norte de una canalizactón perteneciente a la fase inicial de PILA-
uno de los muros de compartimentación interior que definen las estancias. En Ia crujía oriental, por último, los sondeos permiten afrrmar la existencia de tres o cuatro habitaciones, una cle ellas pavimen-
tada con losas de talcarenita.
El ingreso al conjunto se realizaría por un vano abierto en el muro meridional. el cual comunical¡a probablemente con un corredor de dirección E-\7 que se prolongará con posterioridad en la llamada "calle de servicios" (C17). A esta fase constructiva inicial, alrnque no perteneciente a Ia casa 1 68, debemos adscribir hipotéticamente los restos de un pavimento de ladrilios, dispuestos en diagonal, localizado en el ángulo sureste del "Patio de Pilares" (E12, U.E. Zl) (ñ5. 9, lám. 28). Este pavimento se encuentra a una cota mucho más baja que los suelos del patio y de la crujía oriental de la casa 168 ,a I,40 y 1,76 m. respectivamente-, lo que obliga a ponerlo en relación con otras estructuras distintas. tal vez con el coniunto de la "Vivienda de Servicios Occidental" (C1 1), cuyas habitaciones de poniente, en su conflguración actual, presentan una cota de suelo similar a la de dicho pavimento. Esta circunstancia pone de relieve que este último conjunto (C11) obedece también a una profunda transformación de la clue desconocemos sus
PILARES
f:ases
previas.
2
La casa 168 suf¡ió una importante reforma al trasladarse ei acceso principal al ángr-rlo sureste del patio, convirtiendo la estancia exrrema sur de la crujía oriental en zagtán de entrada a la vivienda (lám. 29). A este zagtán se accedía desde un corredor en rampa de nueva construcción, dispuesto en sentido norte-sur (E11 y 8I2,U.F..39) y pavimentado con losas de calcarenita (hg. 10, lám. 30).
U.E. 10t). Su construcción supuso la colmatación
RES 1, que quedó cortado por la nueva conducción de saneamiento y sin Llso, por tanto, tras la reforma (E11, U.E. 101 y 102) (lám. 31). En e1 interior de la vivienda 168 aún se observa una reforma más. Las excavaciones han sacado a Ia luz dos pequeñas estructuras cuadradas en el costado occidental del patio (U.E. 313), una de ellas incompleta, que identificamos hipotéticamenre como pilares de un pórtico o galería levantada sob¡e el pavimento de dicho patio y adosada a ese lado (lám. 32). Su construcción se acompañó de un recrecido del nivel de suelo en el espacio cubierto por la misma, mediante una plataforma de fábrica ievantada unos 0'.10 m. sobre el pario.
PILARES
3
Corresponde a la configuración de1 "Patio de los Pilares" con la morfología básica con la que hoy lo conocemos. Su construcción obedeció a un nuevo programa arquitectónico qLre supuso l¿r transformación radical de las ediflcaciones anteriores. Las cstructuras pertenecientes a los conjuntos 16Ay 16l^ fueron casi totalmente arrasadas, pues sólo se reaprovecharon algunas de ellas y, fundamentalmente, los muros perimetrales que servían de límite por el sur (M35), oeste (M39) y norte (M43) (ÉS. 11). Las nuevas estflrcturas se cimentaron sobre potentes plataformas de sillares, como hemos podido comprobar en el ángulo SE del nuevo conjunto (M,16
y
49).
Al igual que en la "Casa
de Ya'far", ias conduc-
ciones de saneamiento preexistentes fueron parcial-
mente relrtilizadas, aunque se construyó una nueva red para dar servicio a I¿r edificación (fig. 7). Todo el área f:ue nivelada, procediéndose a la explanación de la zona norte, con el consiguiente desmontaje de los suelos y estructlrras de la casa 16A, y al reileno con escombro de toda la mitad
sur,
aproximadamente desde el lírnite septentrional
del patio de la casa 168 (U.E.
l4I;lám.ll).
Este
relleno, complresto en su mayor parte por mate¡ia-
construcción fragmentos de sillares, tejas, ladrillos, atauriques, etc.-, ha arrojado un volumen les de
importante cle restos cerámicos, sobre rodo en verde y manganeso, que ha permitido reconstruir algunas formas completas. Sobre estos rellenos se situaron los distintos pa-
vimentos de las nuevas dependencias, de los qr-re
se
en el relleno sobre el patio de la vivienda 138 como
en la alberca. Cabe destacar Ia presencia de más de 40 fragmentos de decoración arcluitectónica aplicada con motivos vegetal y geométrico, algunos de los cuales conservan el fondo pintado en colo¡es rojo o negro (lál;r'. 34). A falta de r-rn estudio pormenorizado de
los mismos, debemos señalar su relación aparente con uno cle los conjuntos decorativos que pueden individualizarse en el edificio identifrcado con la re-
III,
han podido documentar las improntas de mortero
sidencia privacla de Abd al-Rahman
de todo el conjunto del patio y galerías, y las habi-
Dar al-illirlk.
taciones de ias crujías norte y este, las únicas exca-
En el interior de la alberca se localiza un depósito intencionado de materiales correspondientes al nivel de abandono (U.8. l 50) cle las construcciones cle PILARES 2 y la edificación inmediata de PILARES 3, de clonde procede un conjunto cerámico de excepcionai importancia compuesto por diez ataifo-
vadas
(fig. 11). El
estaclo de conservación de estas
camas es, no obstante, más dehciente que en eI caso de la "Casa de Ya'far", tanto por la afección de las
excavaciones antiéauas, como
por Ia plantación
de
algunas especies ve¡¡etales que han roto estas mortaj as.
El catálogo de pavimentos LLtiliz¿rdo en el "Pa-
la llamada
tes en verde-manganeso y otras piezas de cerámica comrin. como marmiras y jarros.
como puede observarse en la 69. 8 y en el siguiente
Los ataifores corresponden en su totalidad al tipo I de esta serie cerámica (ESCUDERO, I99).:
cuad ro:
12fl). De los cinco ejemplares más completos, cua-
tio de los Pilares" es, igualmente, muy variado,
LOCALIZACION
MATERIAL Mármoi bl¿nco
Cruj ías occiclentales (E7
Caliza violácea
Patio (E6), galcrías (E2
El, E+
norte (E9 y
y
letrinas (Ei,1,
Eli
y
E16). Alab¿stro
(El-)
Calc¿rrenita
Escelera
Desconoc:iclo
Corredor (E l 8) v Aleta sureste (812)
La disposición clel patio y las estancias soladas con caltza violácea
-a
excepción de las galerías- si-
tro tlene n
Lrn
tamano mediano
(2f
cm. de diámetro
en el borde y 7 cm. de altura), mientras qlre otro
es
pavimentos de mármol: hiladas paralelas al eje ma-
algo más pequeño (20 cm. cle diámetro y 5 cm. de altura). Todos van decorados en verde y manganeso
yor del patio, de mayor ancho las centrales, y piezas
sobre cubierta blanca estannífera en sus caras inter-
de gran tamaño que llegan a alcanzar dimensiones
nas, estando l¿ls externas vidriadas en color melado
guen también Ia organización ya señalada para los
de 2,10 m. de longitud, 0,50 m. de ancho
y 0,20
Morfoiógica y técnicamente, este lote de piezas recuperado en una estratigrafía precisa comparte
m. de grueso.
sus rasgos con la producción cerámica palatina más
Materiales F¡ente a la práct.ica ausencia de materiales en los niveles de construcción de la "Casa de Ya'far"
ciaro.
,Ia
excavación del "Patio de los Pilares" ha arrojado un
volumen relativamente importante de éstos, tanto
cualificada. Sin embargo, en los diseños ornamentales predominan los medallones de lóbulos -sumariamente trazados en algunos casos (lám. i5)- y éstos contrastan con la riqueza temática ostentada por la mayoría de los ejemplares conocidos de dicha
producción, donde estos diseños son minoritarios frente a la profi-rsión de motivos como los florones de pétalos o la epigrafía.
A diferencia de la anterior. Ia cerámica común perteneciente al mismo nivel de abandono no presenta diferencia alguna con las series y tipos más característicos del ajr-rar de Madinat aI-Zahra (YALLEJO, ESCUDERO , 1999b). Entre los numerosísimos fragmentos recllperados, cabe destacar algunas piezas casi completas pertenecientes a ia serie lanoljarrtto. En ella se encuadran varios ejemplares de grandes jarros de boca trilobulada, con la decoración pintada en la parte superior del cuerpo epígrafe cr-rrsivo y cenefa de círculos-, habitual en este tipo de piezas, y Lln iarrito de pasta amarillenta y tosca factura, con decoración muy degradada a base de gruesos trazos digitados en negro.
A la vajilla de cocina pertenece una c¿rzuela ovalada de rasgos enteramente coincidentes con otro ejemplar ya conocido y una gran cantidad de fragmentos de marmitas del tipo I (VALLEJO, ESCUDERO, I9L)9b:138 y 156-157, figs. 13 y 16). Se han recuperado también dos tapacleras, de 20 cm. y l2't cm. de diámetro respectivamente, clue se ajustan al tipo de tapaderas cóncavas con asidero central en forma de botón. Por úrltimo, hay que señalar la aparición de un pequeño arcaduz, incompieto, de 6 cm. de diámetro en la base.
CONCLT]SIONES
permitido entrever la
complejidad de Madinat al-Zahra desde el puntcr cie vista estratigráÉco, fruto de la intensa realidad histórica del yacimiento, y l'ran arrojado datos de interés a diversos niveles, de 1os que destacamos los siguientes: 1. La existencia de edificios anteriores a la construcción de ambos conjuntos nos sitúa en el problema del proceso de transformación del alcázar, en Llna perspectiva no abordada hasta el momento con Ia suficiente profundidad. La carac¡erística más relevante de este proceso radica en que las construcciones preexistentes han condicionado en buena medida los límites físicos sobre Ios que se implantaron los edifrcios posterio-
210
tónicos se produjo, en ambos casos, una agregación de las p.rrcelas ocupa(l¿rs anreriormcnrc por varias viviendas, dos (incluido r-rn corredor) en el caso clel "Patio de ios Pila¡es" y tres en la "Casa de Ya'fa¡".
Tipológicamente estas viviendas present¿rn un esqllema organizativo similar, caracterizado por varias crujías de habitaciones en torno ¿ Lrn pario, faltando siempre la crujía meridional en cliyo espacio se
dispusieron los viarios. Las edificaciones surgidas de la reforma aprove-
charon de forma importante las estructuras precedentes, pero tr¿lnsform¿lron por completo su orÉlanización. E1 re sultado es un programa radicalmente nuevo tanto desde el punto de vista tipológico -con la introducción de modelos como el patio con galerías porticadas del "Patio de los Pilares" o el modelo asimilable al l¡asilical en la "Cas¿r deYa'far"-, como desde el punto de vista deco¡ativo, con el desa¡rollo de un extraordinario proéjrJma o¡namental -c¿rsi inexistente en las viviendas anterioresr-- y sólo comparable con el de la llamada "Vivienda de ia Alberca". Las transformaciones experimentadas en estas clos áreas del alcázar no sólo implicaron cambios cuantitativos en el tamaño cle los edificios -la superficie ocupada por cada una de las nuevas construcciones multiplica a las de las fases anteriores-, sino también diferencias cualitativas importanres en cuanto a los materiales, con la introducción del
mármol blanco en los pavimentos de los
Las excavaciones practicadas en la "Casa de Ya'far" y el "Patio de los Pilares", jr-Lnto con la lectur¿r de sus paramentos, han
¡es. Para desarrollar los nuevos proÉlramas arquitcc-
espacios
más relevantes de ambos coniuntos. Otros materiales preexistentes, como la cahza violácea y el alabas-
tro,
se
generalizaron y sus losas alcanzan, en el
cascr
de la primera, unas dimensiones no conocidas en ias
viviendas anteriores 8. 2. La adaptación de estos conjuntos a límites preestablecidos no signifrca que se trate de reformas o sustituciones parciales ceñidas a esos ámbitos exclusivos del palacio. Po¡ el contrario, las transformaciones de estas áreas, especialmente el "Patio de 1os Pilares", implicaron Llna reestruct¡-rración de mayor calado en la zona privada del alcázar cuyo alcance está aún por investigar y evaluar, plres slr construcción impr-rso cambios importantes en el sistema viario interior y en la infraestructura hidráulica qr-re trastocaron el urbanismo palaciego. Constitr-ryen, por tanto, la punta del iceberg de lo que I
fue una ¡eforma en profundidad del mismo, clLya investigación será una de Ias líneas prioritarias de Madinat aI-Zahra para los próximos años. 3. En el estado actual de nuestros conocimientos, y a falta de estudio del material aparecido, cabe señala¡ que no poseemos cronologías absolutas de estos procesos, si bien podemos plantear algunas hipótesis. Las edihcaciones correspondientes a Io que hemos denominaclo YA'FAR 1 deben vincularse con el programa fr-rndacional del palacio y situarse, por tanto, en los primeros años de Ia década del 940. Cal¡ría pensar que la fase 2 (YA'FAR 2), tan desconocida y a la que sólo podemos adscribir claramente el muro que aísla por completo Ias viviendas con el ámbito oriental del alcázar. del¡a ser relacionada, hipotéticamente , con la gran reesrructuración que implicó la construcción del Salón cle Abd al-Rahm an III 0 j3-c)5 5), momento en qlre se condenaron algunos edi6cios anejos y se cerró de6nitivamente Ia manzana. Só1o i-rnos pocos años más tarde, quizás coincidienclo con su nombramiento como hayib en el 961 o en Lrn momento no muy posterior, debió construirse la residencia de Ya'l?rr
"el eslavo" con la configuración l¡ásica con 1a que ha llegado a nuestros días (YAFAR J), si bien se constata otra fase de reforma posrerior
(YllFAR 4)
de alcance muy Iimitado.
En el "Patio de Ios Pilares". las viviendas de la
inicial (PILARES l) deben corresponder igualmente al programa fundacional, en ranro qr-re ia orfase
ganización del con jr-rnto de los Pilares (PILARES 3) cabría vincularla con toda Ia transformación urbana que implicó la constrr-rcción cle la terraza áulica surgida con el Salón de Abd al-Rahman III, puesto que el acueducto que alimentó el sistema hidráulico del
Alto
se adosó sobre dicho conjunto, cuando ya estaba edificado. Entre ambas fases hay que
Jardín
situar la reestructuración de la vivienda 168 (PILARES 2) que, como hemos visto, debió implicar también una reforma importante de todo el sector en el que se implantó. A1 igual qlle en la "Casa de Ya'far", se evidencia también una intervención posterior (PILARES ,l) que modihcó la morfología y la funcionalidad de la galería me¡idional del patio. ,1. En cuanto a las fases posteriores al abandono de la ciudad, del¡emos señalar que no existe una
reocupación cle estos espacios y clue ambos conjr,rntos fueron expoliackrs en un momento temprano. La ausencia de tejzrs y ciavos cle la techumbre sobre el
nivel cle los ptrvimentos implica
qr_re el proceso cle cuiciaclosilmenre organizaclo y afectó de manera prioritaria a ias trLl-,,.¡ír:...: clr piomo de
clesmontal'e
fle
.jl\
lrscon.luccioncs.lc,rlr'rsrrrinri,,, pavimentos. Este proceso fue , sin ciLr.i., sufrido por el Salón cle Abd al-Rahmar-r
II[, .,.
sabemos que pereció, en parte, por un incendio.
BIBLIOGRAFÍA BELTRÁN FORTES, José (1!!l): "La colección arqueológica de época romana aparecida en Madinat al-Zahra", Cuadernos de Madinar alZahra, 2, I09-126. CASTEJÓN, R¿rfael (194i): Excayaciones del Plan Nadonal en Aledina Azahara (Córdoba). CaxQaña de 1943. Madrid. ESCUDERO ARANDA,José (1991): "La ce¡ámica deco¡ada en "verde y manganeso" de Madinat
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2rt
NOTAS 1. Aunque se trata de conjuntos con programas espaciales y arqrritectónicos mrLy difcrentes, su inserción cn un mismo proyecto se justifica por Ia iclcnti<lad de objetivos cn cuanto a su intervcnción. 2. La llamacla Casa cle Y¡r'far fue excavada por Féiix Hernánde z entre los ¿ños 1970 y 1 975, fecha de su muerte. Los útricos datos de est¿ excavación 5e encLrcntrf,n cn su memorir póstuma (HERNÁNDEZ, 1985: 65 7L), dondc el arquitecto reilJzó l¡ clescripción de la residencia y planteó la hipótesis
relleno I'njvelación cle la zona con escombro (U.8. 214,213 y 139) con el fln de preparar Ia superlicie
se procedió ¿l
del rer¡eno para el replantco,v la erpertura cle las zanjas de cimen¡ación (U.8. 1 l7). t0 Estas improntas se disponían sobrc una base de losas de calcarenita que, cladtr la irregularidacl de sus superficies, ncr iclentihcarnos como un pavimrnto l.rer io srno cumu ulra base de regularización.
il
identihc¿r¡iva sobre el rnquilino de la misma. Por su parte, la excavación del conjunto denominado P¿rtio de los Pil¿res sc inició con Ia aperturar de varias catas Por
<le
(198i:71-7i). 3. Nos encontramos, llor t¿lnto, ante dos csparcios excavados parcialmente con anterio¡idad y en buena parte restaur¿rdos, Io cluc nos ¡rriva de cont¿rr con la totalidad del registro arqueológico, en gran medida perdido u oculto bajo los recrecidos de los paramentos.
,i.
Sobre este personaje clave en los ¿ños ccntr¿rles del califato,
M. Ocaña (1976: 2ll-223). En el caso del espacio n." 12 correspondiente a la alcoba sur, esa identihcación del pavimento cs sólo hipotética pucs el véase
j.
último tipo
C)bvi¿rmos en este trabajo rrna últim¿r refbrma (YA'FAR de escasa enticlad, que consistió básic¿rmcntc en
e1
'i),
estrecha-
miento de los dos v¿rnos de comunic¿ción entrc las ntrves E8, E9 y E10, mcdiante el ados¿rmiento a las jtrmbas cle dichos vanos de dos pequcños muretes de mampostería y laclriilos en Lrn c¿so 1'de ladrillos exclusivamente en otro. 1l Una pequeña muestra ilustr¿rtiva sobre la c;rntidad cle fragmentos cle losas ahora restituidas se prtccle arpreciar en A. VALLEJO (1990: 1¿íms. V, ViI v VIII). longirud total consen'acla, I L,i cm.;altura total conservada, 16,5 cm.; grosor, 5,5 cm. Se estuclia en este mismo vc¡lumen por M." Antonin Martínez y Manuel Acién. L' Con ello rectjlicamos una propucst¿1 antetior en la que planteábamos su pertenencia hipotética a la Viviend¿r de Servicios oriental, contigua tr la Casa de Ya'far (VALLEJO, ES-
l1
Sus meclidas son:
ángulo SE del edificjo se encontraba completamente desapa-
CLIDERO, l)t)c)a: 25i). L¿s razones de aquella propuestil, no explicitadas en ese momen¡o, se basaban en el trasvase
recido por el expolio.
cle materiales
de pavimento ya fueron observadas en el "P¿tio dc los Pilares" durantc la campaña de excavación de I 9,i3, mencion¿rndo incluso la posibilidad de dibujarlas para conocer el tam¿rño de las piezas (CASTEJóN, 19,1t: io). 7. Este tipo de pavimento ha poclido ser cleducido por el tamaño que presentan las c¡rmas cle mortcro, pues todas las piezas habían siclo extraídas y no se halló mngtot )n sirr. 8. Esta zona corresponcle al espacio ocupado con posterioridad por la letrina y e1 corredor dc acceso aL ámbrto íntimo de la Casa cle Ya'far, donde supuestamente los niveles corrcspondientes ¿ la fase inicial deben encontrarse alteraclos por la introducción de una importante canalización hidráulica, hecho que justificó el no extencler los trabajos de cxc¿rvación
6. Las improntas de
est¿rs losas
sobre este lugar.
9.
ytr señaladas este
pavimento sólo ha poclido ser identificado por el tarnaño
de sus camas L2
partc de R. Velázcluez Rosco y prosiguió cn sucesivas c¿rmpañas qtre cubren el pcriodo de 1')24 a Ic)76 (JIMÉNEZ AMIGO ¡ al/ii, 1926:7-10; CASTEJÓN, 19.1i: 29-ll), finalizándosc en los años siguientes a 1 9,i3. La descripción e interpretación de este edificro se encllentra en F. Hern¿ínclez
Al iguai que en otr¿rs estancias
La ausencia cle pavimento en el l¡rclo occident¿l del espacio n.'' ! (E9) permitjó realizar un sondeo estratigáfico para documentar l¿r secuencia de ocupación de la zona. Así, pudrmos constatar la existencia de un¿r selie de estra tos dispncstos soL¡re la roca maclre -situada a unos 3 m. de profundrdacl- que confbrman el terreno original prevro r la constrrrcción. Este paquete quedó clefinido en su nivel superior por un suelo de ocupación (U.E. 2 16), sobre el que dcpositó un estrato lbrm¿do por picadura dc sillar (U.E. 215), in¡e¡pretado como un horizonte de construcción relacionado con los primeros trabajos cle edificación, fundamentalmente 1¿r infraestructura hidráulica. Posteriormentc
se
2r2
que habíamos pocliclo documentar entre ¿m-
bas rcsiclencias, produciclo, probablemcnte, bien durante Ia fase de cxpolio, bien durante el proceso dc restaur¡rcjón dc
la Casa de Ya'farr por parte de F. Hernández.
En c\rJ rni\md cxci¡\Jrrón 'c rc, Lrlqrrj ot |o ¡erlrreño fr.rumento de pila, ésta dc mármol blanco, perteneciente a uno de los sarcófagos descontextualizados que se encontraban en los almacenes de1 Conjunto ArqrLeológico, concre¡amenre en el hangar n." 1. Aunque el contexto clonde apareció el relleno de la zanjar para la reconstrucción del muro 16, cle cronología contemporánea no permite asegurar su aclscripción a
un
con
a este espacio, c¿rlre ¿rl menos señalar su pertenencia
junto próximo, como avala el mapa de d ispersión
de otros fragmentos de Ia misma picza localizar<los durante estos últimos años.
t6 L¿ dificrLltad de cviclenciar las
f¿rses constructivas de csta infraestructu¡a desde el punto de vista est¡ictamente estratigráfico r¿dica en que, salvo algírn caso excepcional, la instal¿rción de las tuberías de abastccimiento parece realiz¿rrse generalmente con posterioridad a la instalación de los pavimentos, abriendo cajas en las propias losas. L¿r secuencja de este proceso de traibajo impide en oc¿rsiones sobrc todo cuando La excavación cs tan ptrrcial como Ia nuestr¿ y no
disponemos de todos los datos- cliferenciar entre las tube¡í¿s contemporáneas al conteneclor hid¡áulico que ali mentan, de
r9'rella' orr¡\ q,r( \on(l ir Ulrr una rrlr.r ton Iturtcriur. l1 Ya hemos señ¿rlaclo que en los rellenos aportados para clevat la cota del pavimcnto cleL "Patro cle los Pilares" (PILARES
l)
se recogieron varios
fragmcntos
cle relieves
cos, lo cual sugiere la existcncia cle este
pucs se emplearon en algunas clcpenclencias de la fase ini' i.rl. ( omo YA FA R | - y \c re( ul'crcron pJrJ \u rr\o po5t( nor.
arquitectóni-
tipo de decoración
Por el con¡rario, Ias solerías de calc¿rrenita y cle laclrillo no
en alguna dependencia dc la casa 16B.
t8 Como hemos podido comprobar, estos dos tipos de pavimentos son los únicos rlue fucron oJ:jeto de relltilización,
fueron reaprovechadas en las
f¿rses
siguientes, permanecien-
do )n ¡ita, amortizadas.
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Lám. 1: C¿.¡a de
E10
Yrfar.
de/ edtfitio
SuperJicie terriza en
la nau str
t)partiro.
Lám. 4: Casa de Yafar. Excaración tle cantl 1 pati¡¡rcnto
núrnal ttriginal prelentado
¿le
en E 10.
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II¡tro
cle
vpttaciín
Je las
t,juir:nd¡¡ J3A 1' l38.
Lárn. 6: Casa
216
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Yafar. Vit,)nda
l jt\.
Hilada ptrpetttücr/ar 1 s/1n/iLl¿rl Jel patio.
Et9
Lám. 7: Casa ¿/¿h¡¡Írn
J.t. 1d
d.e
Ya'far (.'cuttt.; de/ parintento
¿ttdn.id
de
IJA E',
Lám. .9: (,a.¡¿ de Yt far. Vfu)enla I 3A. Corre¿lor con /.,aldosa: ctrát¡tic¿.r 1, nut Je fdnqrco,
Lám. 9: (,a.rt de Yt far, Ciuunf¿ciín t/e/ nutro norte ¿le
la
C¿.¡a l J B.
Lám. 10: Casrt de Yafar.
Restas exc¿t,¿do.¡ de
ld Casa l -)B balo
/rt.¡
u¡¿as
de /a.; patintentos.
2r1
Lám. 11:CasadeYa'fat. Viuiand¿ 1313. Ve:tigios de /a e.rta./eta
1,
prilete.¡jtttadtts en e/
ríngulrt sureste del pat)a El
Lám. 12: L¿¡¿ de Yzfar. Vit'ientla I3C. AIlro
218
de
s4tcnzciín
cle
la nttjfu nrtrte
cttn e/ patio.
.
Lám. 13:
Ca.sa de Yafar. Virienda 13C. llutos
excat,alos de /a cnt.fia orient¿1.
F.',_lrre.&
o;,,,
i.&ir
Lám.
1.1: (,¿¡a de
Yafar. Yit-ieada 13C'.
Restos de
la letrjn¿. Patirnento
1,
pili//a
central.
)lo
L1rm.
1 5
: Ca.¡a
¿lc Ya
far.
C )tnetttctc
jrin del ntura AI I 4.
Lám. 16: Ct.r¿ de Ya'fax Catus Jel patittento Je/ patio prinipal, E4
220
Lám.
If
Lánr.
l8:
:.Juegti de a/qucrc¡ru tlc nruru
Br¡/¿¡ de nnt'tero.
221
Lám. 19:
P
jedra
de asperón de ATor¡tot'o
Lám. 20: Pila /¿bra¿la
222
en
pietlra
uliza
para pulittentar los,u
blanca
Láll¡.
2l:
Patio de /as Pilare¡. C'¿:a
l6t\.
Platafr,rna
de
.¡i/l¡res )t /7lcdnt,rri/la
Lám.22: Patio ¿le las Pil¿ru. Ca.¡a l6A. Puerta t¡onnnent¡t/
ntro M J9.
conden¿¿/a en e/
occideata/,
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L¡í¡r. l.i: P,t/¡,, Jt tttt'l,.ltlt, t¡t
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Lár¡. 28: Pa¡irt
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Fig.1:
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Fig.8: Distúbución y "Patio
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de las
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de l¡t¡ distintos tipas de ntateriales ernpleados en /0s prtúne?xtas de
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Yafar" (Yafar j)
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