TIPIFICACIÓN, VALORACIÓN FORRAJERA Y CARTOGRAFÍA DE LOS RECURSOS PASCÍCOLAS DEL MONTE COMUNAL DE SOROGAIN (VALLE DE ERRO)
Vicente Ferrer Lorés Ldo. en Biología Dr. en Veterinaria Febrero 2001
Gobierno de Navarra Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación Sección de Suelos y Climatología
TIPIFICACIÓN, VALORACIÓN FORRAJERA Y CARTOGRAFÍA DE LOS RECURSOS PASCÍCOLAS DEL MONTE COMUNAL DE SOROGAIN (VALLE DE ERRO)
MEMORIA Y MAPA
Vicente Ferrer Lorés Ldo. en Biología Dr. en Veterinaria Febrero 2001
Gobierno de Navarra Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación Sección de Suelos y Climatología C/Monasterio de Urdax, 28 – 8º 31011 PAMPLONA
Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS ............................................................................................... 1 II. EL MEDIO FÍSICO ...................................................................................................................... 5 III. SISTEMAS DE EXPLOTACIÓN GANADERA ...................................................................... 9 IV. TIPIFICACIÓN DE LOS RERCURSOS PASTABLES .......................................................... 13 IV.1. Consideraciones previas ................................................................................................ 13 IV.2. Los recursos pascícolas del comunal ............................................................................ 14 1. HAYEDOS ...........................................................................................................16 1.1. Hayedos densos ...........................................................................................16 1.2. Hayedos aclarados ......................................................................................17 2. MATORRAL ..................................................................................................... 17 2.1. Argomales-brezales..................................................................................... 18 2.2. Espinares ..................................................................................................... 21 3. PASTIZAL .......................................................................................................... 21 3.1. Pastizales montanos mesófilos acidófilos ..................................................21 3.1.1. De Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris..........................................22 3.1.2. De Agrostis curtisii.............................................................................. 27 3.2. Pastizales montanos mesófilos nitrificados............................................... 27 V. LOS PASTOS EN EL CONTEXTO DE LOS PLANES DE CONSERVACIÓN ....................29 VI. VALORACIÓN FORRAJERA DE LOS RECURSOS PASCÍCOLAS...................................31 1. HAYEDOS ...........................................................................................................32 2. MATORRAL .......................................................................................................33 2.1. Argomales-brezales..................................................................................... 33 2.2. Espinares ..................................................................................................... 35 3. PASTIZALES ..................................................................................................... 36 3.1. Pastizales montanos mesófilos acidófilos ..................................................36 3.1.1. De Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris..........................................36 3.1.2. De Agrostis curtisii.............................................................................. 39
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3.2. Pastizales montanos mesófilos nitrificados............................................... 40 VII. DINÁMICA DE LA VEGETACIÓN Y DE SU VALOR FORRAJERO............................... 41 VIII. DIRECTRICES PARA EL APROVECHAMIENTO DE LOS PASTOS ............................47 IX. CARTOGRAFÍA DEL VALOR FORRAJERO DE LOS RECURSOS ..................................51 IX.1. Consideraciones previas................................................................................................. 51 IX.2. Unidades cartográficas................................................................................................... 51 IX.3. Oferta forrajera total del comunal................................................................................ 55 BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................ 57 ANEXOS (Tablas de inventarios)......................................................................................................... 65
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I. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS La Sección de Suelos y Climatología del Servicio de Estructuras Agrarias del Gobierno de Navarra, dentro de su programa general de evaluación continua de los recursos naturales desarrolla un proyecto que tiene como objetivo básico tipificar los recursos pastables de Navarra y evaluar y cartografiar su potencial forrajero. Se trata de elaborar una capa con información gráfica y alfanumérica para que combinada con la obtenida en otros supuestos de evaluación, constituya un marco de referencia para dar en cada momento el uso más idóneo al territorio. En el contexto del citado proyecto se ha llevado a cabo el estudio de los recursos pastables del monte de Sorogain (Valle de Erro). Se trata de un comunal de 708 ha de vocación eminentemente ganadera que es utilizado desde mayo a noviembre por ganado ovino, vacuno y equino procedente del propio Valle y de Francia. A su interés como fuente de recursos para la ganadería extensiva se le unen sus valores naturalísticos y socio-culturales. En efecto, el monte está incluido en la red de Lugares de Importancia Comunitaria (LICs) y la mayor parte de los ecosistemas que lo componen están considerados como hábitats de interés y/o prioritarios (Directiva 92/43/CEE relativa a la conservación de los Hábitats y de las especies de Fauna y Flora Silvestres). Además, dado lo atractivo de su paisaje y de la existencia de monumentos megalíticos, en determinadas épocas del año recibe una importante afluencia de visitantes y excursionistas. Para satisfacer las demandas de los diferentes colectivos que de una u otra manera utilizan el comunal y asegurar que los usos que en él se realizan no supongan la degradación de sus recursos, es necesario contar con planes específicos de gestión en los que se planteen sistemas de manejo acordes con los potenciales ecológicos y las necesidades de los usuarios. Dichos planes deben basarse, entre otros, en el conocimiento de las características y la dinámica de las comunidades vegetales. Sólo el conocimiento global y sistematizado de los recursos naturales permitirá estudios y propuestas racionales para su planificación, programación y ordenación. En síntesis el estudio de los recursos pastables comprende dos niveles de aproximación sucesivos (ver Esquema adjunto). El primero, que constituye el objetivo de nuestro proyecto, consiste en determinar la capacidad que tiene cada tipo de pasto para alimentar al ganado en función de sus peculiaridades ecológicas y forrajeras. Dicho capacidad, o valor forrajero, está determinado por las características propias de cada comunidad vegetal, es decir, por las plantas que la componen y por su distribución espacial. Ambos parámetros (composición específica y organización estructural) se relacionan tanto con factores propios del medio (clima, relieve, sustrato edáfico, etc.) como por los usos actuales e históricos al que han sido sometidos los recursos pascícolas. El segundo nivel trataría de relacionar las características de cada tipo de pasto con su manejo (interacción pasto-herbívoro) y, ello, con el fin de establecer si su grado de aprovechamiento se adecua o no a las singularidades productivas de aquellos. Este aspecto se inscribe en el ámbito de la planificación de los recursos no siendo objetivo del presente trabajo.
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I.1. Objetivos parciales Los objetivos parciales del trabajo son los siguientes: •
Inventariar, tipificar y caracterizar todos y cada uno de los recursos pastables, sean o no pastados, según aspectos fisiográficos, fisiognómicos, estructurales y de composición florística. Se establece la localización de cada unidad de vegetación tipificada, sus rasgos fisiográficos fundamentales, su organización estructural, las especies y formas vitales dominantes, la asignación sintaxonómica, los aprovechamientos actuales y su estado de conservación.
•
Evaluar el potencial forrajero de cada tipo de vegetación. El valor forrajero de los recursos pastables se define como la cantidad y calidad de forraje que está disponible para la alimentación del ganado. En este trabajo dicho valor se ha estimado utilizando un método fitológico de valoración (método del Valor Pastoral). A partir del porcentaje de recubrimiento de la vegetación, de la contribución que realizan las diferentes especies vegetales a tal recubrimiento y del valor individual de cada especie en términos de su valor alimenticio, se obtiene la producción de la fitomasa pastable expresada en términos energéticos (UF/ha/año).
•
Representar cartograficamente a escala 1:25.000 las diferentes unidades de vegetación diferenciadas así como el valor forrajero de cada tipo y las infraestructuras ganaderas presentes en el territorio. Toda la información obtenida se sintetiza en un mapa en el que los tipos de vegetación vienen representados por recintos cerrados identificados por su correspondiente código y abreviatura. A todos los recintos en los que se localiza un determinado tipo de vegetación se le asigna un color en función de su valor forrajero medio anual expresado en términos energéticos (UF/ha/año). En un mismo mapa se aporta de esta manera una doble información: la distribución espacial de las distintas unidades de vegetación presentes en el comunal (recintos) y las áreas de diferente valor pascícola (colores).
•
Establecer las líneas generales para la correcta gestión de los recursos pastables. Teniendo en cuenta las características ecológicas y forrajeras de los recursos se señalan las normas orientativas de valor general útiles para abordar la planificación de los pastos.
I.2. Aplicación de la información La información obtenida en el proyecto incorporada a diversas aplicaciones informáticas (base de datos, Sistema de Información Geográfica, etc.), constituye un instrumento básico para abordar diversos aspectos de la gestión de los recursos pastables; entre ellos cabe resaltar por su especial interés en nuestra Comunidad los siguientes: •
La elaboración de Proyectos y Planes Técnicos específicos de ordenación y gestión ganadera de los recursos naturales en el que se consideren de manera explícita y concreta aspectos ligados a la utilización del ganado en el monte (cargas ganaderas más adecuadas, tipo y raza de ganado más apropiado, época y duración del pastoreo, etc.) y, consecuentemente, la definición de sus normas de uso y gestión.
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Objetivos del Proyecto de “Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los recursos pastables de Navarra” en el contexto de la planificación del uso de los pastos
Medio Físico Clima Topografía Litología Suelos
Tipificación de recursos pastables Estructura y Composición Florística Factores limitantes al pastoreo Estado de conservación
Cartografía 1:25.000 Topografía Tipos de pastos Extensión superficial Valor Forrajero Infraestructuras ganaderas
Valoración Agronómica Oferta forrajera teórica (UF/ha/año)
Sistemas de aprovechamiento Número cabezas Tipo y raza de ganado Periodo de pastoreo Manejo reproductivo
Planes de aprovechamiento Carga ganadera admisible Época y duración del pastoreo Acotados Calendario de pastoreo Itinerarios del ganado
Conservación del Medio Natural Figuras de Protección LICS PLANIFICACIÓN Aspectos socio-políticos y Economía agraría
Valoración económica de pastos Renta anual
Planes y proyectos de mejoras Desbroces Roturación Abonados y enmiendas Resiembras Instalación de infraestructuras
Objetivos parciales del proyecto
El proyecto consiste en inventariar, evaluar y cartografíar los recursos pastables de Navarra con el objetivo de aportar información sobre las oportunidades y limitaciones del uso del territorio como base para la toma de decisiones, de manera que se asegure una planificación, gestión y ordenación racional, conservacionista y rentable de los recursos naturales.
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•
La realización de estudios racionales de compatibilidad del ganado con el mantenimiento del paisaje en los Lugares de Interés Comunitario (LICs) y otros espacios protegidos, huyendo de los planteamientos simplistas y prohibicionistas de la actividad pastoral tradicional que, entre otras, ha contribuido durante siglos al mantenimiento, cuando no a la creación, de dichos paisajes.
•
La gestión de los sistemas de explotación ganadera adecuándolos a las características productivas y estacionales de cada tipo de pasto de manera que se desarrollen técnicas productivas agroganaderas integradas en el medio natural, compatibilizando el conocimiento técnico con el conocimiento empírico y tradicional de los agricultores y ganaderos.
•
El establecimiento de las posibilidades reales y la conveniencia de llevar a cabo cambios dirigidos al incremento sostenido de la productividad de los pastos. Se aportará así información clave a la hora de realizar Proyectos de Mejora y Creación de Pastizales con la finalidad de que las mejoras estén plenamente justificadas, sean rentables y duraderas y se efectúen en función de las características del medio físico y de los sistemas de explotación.
•
Predecir la incidencia que pueden tener los cambios de uso del territorio y de los modos de explotación agropecuarios sobre el potencial forrajero de una zona determinada y, ello, tanto a nivel agronómico como económico.
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II. EL MEDIO FÍSICO El monte de Sorogain se localiza en el extremo noroccidental del Municipio de Erro (Comarca Agraria II: Valles Pirenaicos). Se trata de un territorio de 708 ha de propiedad comunal al que se accede por una pista asfaltada que parte de la carretera nacional N-135 (Pamplona a Francia por Valcarlos) en el puerto de Mezquiriz. Límita al norte con los comunales de Quinto Real, al sur con el Concejo de Viscarret-Gerendain, al este con el de Espinal y al oeste con el monte Adi. El comunal queda definido por un barranco principal de dirección norte-sur, que es surcado por el río Sorogain. La altitud oscila entre 820 m en el fondo del valle y 1.310 m en el alto de Iturrumburru. Desde un punto de vista geomorfológico el territorio se incluye en el sector oriental del Macizo de Quinto Real-Alduides. La mayor parte de la superficie está ocupada por materiales pertenecientes al Devónico que forman parte del Dominio Axial Pirenaico. La zona este del barranco está constituida por la Formación Urepel, incluida en el Grupo Quinto Real. Comienza con una alternancia de areniscas cuarcíticas y dolomías con predominio de éstas hacia el techo, donde, además, se intercalan niveles de esquistos margosos con delgados lechos de caliza y areniscas cuarcíticas. La zona oeste del barranco se encuentra representada por cuatro formaciones pertenecientes al Devónico medio. Esta unidad, con una potencia total de unos 1000 m de espesor, comienza con la Formación Odia, término superior del Grupo Quinto Real, formado por calizas en la base, que pasan a margas y a esquistos en el techo. Encima se sitúan los Esquistos de Argús, de carácter arcilloso, arenoso y bituminoso, con lentejones de calizas oscuras. Sobre ellos se disponen las Calizas de Iturrunburu, constituidas por calizas de color claro, estratificadas en bancos, que afloran al Sur del Monte Iturrumburu. En las proximidades del Collado de Aztakarri se localizan coluviones constituidos por cantos con matriz limo-arenosa. Sobre los materiales descritos anteriormente se desarrollan suelos que presentan como principales características su escaso desarrollo y su elevada acidez (pH entre 4 y 5). Las texturas son gruesas oscilando entre francas, franco-limosas y franco-arenosas. En general, presentan un contenido alto en materia orgánica sin descomponer en el horizonte superficial del suelo. Tienen altos porcentajes de saturación de Al y, en consecuencia, el Ca en el complejo de cambio es muy bajo. Los niveles en P y K son asimismo muy bajos. De esta manera, la fertilidad natural de estos suelos es escasa; la acidez de los suelos, el alto porcentaje de saturación de aluminio y las deficiencias en P son los principales limitantes para la producción herbácea. La situación y la orientación geográfica general del comunal junto con el relieve desempeñan un papel determinante en sus características climáticas. La dirección norte-sur del monte facilita la entrada de las borrascas atlánticas configurando un clima caracterizado por las abundantes lluvias, bien repartidas a lo largo del año, con temperaturas estivales suaves. La precipitación media anual es de 1.310 mm, con máximos estacionales en invierno y primavera y mínimos en verano. Los días de lluvia ascienden a 128. Es de destacar asimismo el elevado número de días con niebla y nieve. En general, no suelen darse problemas de abastecimiento de agua en el comunal. La temperatura media anual es de 10ºC. La oscilación térmica anual es de 15ºC. De noviembre a abril la temperatura media no sobrepasa los 8ºC, situándose la media de las mínimas por debajo de 3ºC. En esta época las heladas son frecuentes. El periodo libre de heladas es inferior a 160 días. La temperatura media en verano es de 16 ºC.
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La producción de los recursos pastables se adapta obviamente a los parámetros climáticos fundamentales. Así, el periodo de actividad vegetativa se limita a los meses comprendidos entre abril a octubre, no existiendo parada vegetativa estival. Desde un punto de vista biogeográfico el comunal de Sorogain se incluye en la región Eurosiberiana y más concretamente a la provincia Cántabro-Atlántica y en el subsector Euskaldún oriental, el cual se caracteriza por tener un ombroclima de húmedo a hiperhúmedo y muy baja continentalidad. El territorio se encuadra en el piso bioclimático montano que, para el territorio, se define a partir de los 650-700 m aproximadamente. El ombroclima es húmedo en transición al hiperhúmedo. La vegetación potencial se corresponde con hayedos que forman la comunidad cabeza de la serie de vegetación acidófila del haya denominada en sintaxonomía Saxifrago hirsutae-Fageto sylvaticae S. Dada la secular explotación a la que han sido sometidos los recursos de la zona, la mayor parte de la vegetación actual del comunal está formada por comunidades de sustitución de dichos hayedos.
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Localización del monte comunal de Sorogain
Monte comunal de Sorogain Pertenencia geográfica: Valle de Erro Localización: estribaciones de los montes Adi e Iturrumburru Distancia a Pamplona: 45 km. Superficie: 708 ha. Orografía: barranco de orientación N-S surcado por el río Sorogain Altitud: 800-1.300 m. Sustrato litológico: Dolomías y areniscas, calizas y dolomías, esquistos. Termotipo: montano de ombroclima húmedo Biogeografía: región Eurosiberiana; subsector Euskaldún oriental Vegetación potencial: hayedos acidófilos
Monte comunal de Sorogain
Foto: Diario de Navarra
Tipificaci贸n, valoraci贸n forrajera y cartograf铆a de los pastos del monte comunal de Sorogain
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III. SISTEMAS DE EXPLOTACIÓN GANADERA DE LOS RECURSOS El monte de Sorogain es objeto de diversos usos (forestal, turístico-recreativo y ganadero) que se complementan en el espacio y en el tiempo. De todos ellos, es el ganadero el que tiene mayor relevancia y tradición. La utilización de los recursos pastables del monte además de constituir en determinadas épocas del año la base alimenticia de una importante cabaña ganadera procedente de explotaciones de los concejos circundantes a uno lado y otro de la frontera, reporta notables ingresos a la Entidad Local propietaria del territorio (Municipio de Erro). El comunal es utilizado desde mediados de mayo a mediados de noviembre por ganado ovino, vacuno y equino, con ciertas variaciones en las fechas de entrada y salida de los animales dependiendo de la climatología y del tipo de ganado. Tomando como referencia los datos del ganado pastante del año 1.999 (Mangado et al., 2.000) el número de cabezas de los distintos tipos que aprovechan el comunal es de 659 de vacuno, 236 de ganado caballar y 3.345 de ovino. Hacia mediados de mayo se produce el marcaje a fuego del ganado que entra en el monte, todo el vacuno y el caballar y parte del lanar (ver Tabla 1). El equino se mantiene hasta octubre; si bien quedan en el monte unas 50 cabezas que prolongan su estancia en otoño y parte del invierno. El vacuno comienza a salir en agosto y se retira completamente hacia septiembre, momento en el cual entra ganado ovino francés que se mantiene hasta noviembre. Considerando que en estado de mantenimiento (es en este estado en el que se encuentra la mayor parte del ganado pastante) una UGM (1 vaca de 500 kg) tiene, en pastoreo extensivo, unas necesidades nutritivas equivalentes a 1,1 equinos y a 8,6 ovinos, se obtienen cargas ganaderas mensuales que oscilan entre 60 UGM en diciembre a 858 UGM en julio, lo que significa, teniendo en cuenta la superficie pastable (638 ha), entre 0,1 UGM/ha y 1,3 UGM/ha (ver Tabla 1 y Figura 1). La carga ganadera media anual es así de 0,6 UGM/ha y de 1 UGM/ha si se considera el periodo en el que la mayor parte del ganado está en el comunal (mediados de mayo a mediados de noviembre).
Tabla 1. Carga ganadera mensual expresada en número de cabezas de los diferentes tipos de ganado y en UGM
Mes E F M A M J JL A S O N D
0 0 0 50 176 176 176 176 176 17 0 60
0 0 0 49 659 659 659 598 167 0 0 0
0 0 0 0 319 319 745 745 3.345 3.228 1.058 0
UGM 0 0 0 95 811 811 858 802 699 376 118 60
UGM/ha 0,0 0,0 0,0 0,1 1,3 1,3 1,3 1,3 1,1 0,6 0,2 0,1
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Respecto a los tipos de ganado, el ovino es de aptitud lechera siendo todo de raza Latxa. El sistema productivo predominante en la zona hace que los partos se produzcan en invierno y el aprovechamiento de los comunales se realice con ovejas vacías y, posteriormente, por ovejas en gestación anterior a los cuatro meses. La raza bovina predominante es la Pirenaica cuya producción está orientada a la cría de terneros con partos en primavera. A diferencia del manejo realizado en otros comunales Pirenaicos, la mayor parte del ganado vacuno que entra en el monte lo hace sin cría, salvo el porcentaje de reposición (aproximadamente un 3%), debido al mayor grado de intensificación en los sistemas de producción de vacuno de carne que incluye el cierre de ciclos, realizando el acabado de los terneros en la propia explotación (Mangado et al., 2.000). Los ganaderos de equino basan su producción en la obtención de potros de raza Burgete; los partos en este caso tienen lugar en primavera. Aproximadamente el 36% de las yeguas van al comunal acompañadas por sus potros con un mes de edad. El ganado se alimenta exclusivamente del forraje ofertado en el comunal no recibiendo en ningún momento alimentación suplementaria. En general el estado corporal de los animales se mantiene durante su estancia en el monte, tan solo disminuye ligeramente al final de dicha estancia. El pasto ofertado es, por tanto, suficiente para que los animales mantengan su condición corporal (Mangado et al. 2.000).
Figura 1. Evolución semanal de la carga ganadera (en UGM) a lo largo del año de los diferentes tipos de ganado y de la total CargaGanadera Ganaderaen enUGM UGM Carga 1.000 1.000 900 900 800 800 700 700 600 600
total total caballar caballar vacuno vacuno ovino ovino
500 500 400 400 300 300 200 200 100 100 0
0 1
1
3
3
5
5
7
7
9
9
11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 51 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 51 sem anas sem anas
Elaboración propia a partir de datos aportados por el ITG ganadero
Con el objeto de mejorar la calidad y producción de los recursos pastables del monte, y facilitar el manejo del ganado se han llevado a cabo en los últimos años una serie de mejoras agronómicas, y se ha procedido igualmente a la instalación de algunas infraestructuras ganaderas. En la Tabla 2 se señalan las labores subvencionadas por el Gobierno de Navarra desde el año 1.987 En las zonas mecanizables las mejoras consisten en el desbroce, encalado y aporte de abonado de fondo. Desde dicha fecha y hasta la actualidad la superficie total sobre la que se ha
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actuado es de aproximadamente 280 ha. Cada dos o tres años, a medida que el matorral va invadiendo las áreas mejoradas, se procede a realizar un desbroce de mantenimiento en superficies que oscilan entre 20 y 40 ha. Anualmente la práctica totalidad de las áreas intervenidas son abonadas con abono compuesto del tipo 8-24-8 o similar, a razón de 80 kg/ha. Las laderas no mecanizables cubiertas por matorral son objeto de quemas periodicas con el objeto de favorecer el desarrollo de pasto.
Tabla 2. Actuaciones de mejora de pastizales realizadas en Sorogain subvencionas por el Gobierno de Navarra Año
Roturación Desbroce Ha
Ha
Pistas
Cierres
Portillos
Abrevaderos
m.l.
m.l.
Ud.
Ud.
m.l.
1
2.920
2
130
1.987 1.989
2.500 7 120
1.200
7.400
1.994
15
2.000
2.700
1.997
125
1.999
17
4.400
277
7.600
7
Ud.
Ud.
1
1
1
1
1.500
1.992
Totales
Tuberías Manga manejo Baño antipara.
11.600
1
1
5
850
7
980
Fuente: Negociado de Pastos. Gobierno de Navarra.
Respecto a las infraestructuras, todo el comunal está cercado perimetralmente y, además, existe una cerca interior que separa los rasos del paraje Arbilleta y Txasperro del resto del monte. Durante el mes de abril el ganado caballar pasta exclusivamente en estos rasos; posteriormente todo el ganado utiliza libremente toda la superficie del monte. El comunal es atravesado por una pista afirmada que discurre paralelamente al barranco de Sorogain en cuyos extremos hay dos barreras tipo canadiense. A la derecha de esta pista, en dirección al collado de Aztakarri, parte otra recientemente acondicionada que permite el acceso a los pastos de Arbilleta. Las infraestructuras se completan con 11 abrevaderos distribuidos por todo el comunal de manera homogénea. En general, no suelen darse problemas de sequía. En las proximidades de la entrada al monte por el puerto de Mezquiriz se construyo una manga para el manejo de ganado y un baño antiparasitario. Al contrario de lo que ocurre con los recursos pastables, las masas arboladas (hayedos) cuentan con un Plan de Ordenación Forestal. El objetivo productivo de tales masas está orientado a la extracción de madera con turnos de regeneración de 20-30 años y con cortas finales cada 120 años. En la actualidad parte de los hayedos están siendo objeto de labores selvícolas (paraje Odiego) por lo que, para asegurar su futura regeneración, se evita el acceso al ganado mediante cierres.
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IV. TIPIFICACIÓN DE LOS RECURSOS PASCÍCOLAS IV.1. Consideraciones previas Las condiciones ecológicas de un territorio (clima, suelo, etc.) junto con el grado de explotación antrópica al que es o ha sido sometido, determinan las características estructurales y el espectro florístico de las comunidades vegetales presentes en él. Las diferentes plantas de un espacio (composición florística) se distribuyen de manera determinada estableciendo la estructura horizontal y vertical de la comunidad. La composición lleva implícita la producción y calidad de la oferta forrajera, factores que varían estacionalmente en función de las características climáticas de la zona. La estructura determina la mayor o menor transitabilidad y, por tanto, la accesibilidad al pasto por el ganado. Los factores abióticos están así estrechamente relacionados con las características productivas de cada tipo de vegetación pero, además, pueden establecer ciertas limitaciones al uso ganadero dependiendo de aspectos tales como la pendiente, la mayor o menor capacidad de las comunidades vegetales para responder a las perturbaciones, la fragilidad de los suelos, etc. Todo ello significa que para establecer el potencial que presenta un determinado tipo de vegetación para alimentar al ganado y, por tanto, estimar su carga ganadera admisible, se deba partir del conocimiento de sus características estructurales y su composición específica, aspecto que será tratado en este capítulo. El estudio de la vegetación se ha efectuado a partir de datos recopilados mediante la realización sobre el terreno de 31 inventarios florísticos (ver Tablas en Anexos). El método de muestreo ha sido el denominado “método de los puntos” (Point Quadrat Method) que consiste en determinar la frecuencia específica (numero de veces que una planta está presente en una determinada superficie) mediante la inserción, a intervalos regulares (20 cm), de una aguja metálica puesta perpendicularmente a una línea de medida de 10 m. En cada punto de muestreo se anotan los contactos de la aguja con las partes aéreas de las diferentes especies (una o varias) o, en su caso, con el suelo no recubierto (para obtener más detalles sobre el método puede consultarse el “Protocolo metodológico para la valoración de pastos en Navarra”; Ferrer, 1.990). El número de contactos por línea de muestreo ha sido de 50. En cada superficie de muestreo considerada como homogénea se han llevado a cabo entre 100 y 250 puntos de lectura, (entre 2 y 5 líneas de inventario distribuidas al azar en dichas superficies). A partir de los datos obtenidos se establece la cobertura de cada estrato y de las especies vegetales que constituyen los mismos, es decir, el porcentaje de ocupación de los diferentes componentes de la vegetación con relación al recubrimiento total de la ésta. Los resultados permiten de esta manera caracterizar los tipos de vegetación presentes en el comunal. Dada la finalidad del trabajo, la tipología establecida pretende diferenciar unidades de vegetación que, como consecuencia de sus distintas organizaciones estructurales, composiciones florísticas o, simplemente, funcionamientos, sean diferentes desde el punto de vista de sus posibilidades de gestión. El primer criterio diferenciador atiende a la fisionomía de la vegetación; se discriminan así formaciones arbóreas, matorrales y comunidades herbáceas. En cada tipo fisionómico establecido se han diferenciado a su vez diversos subtipos en función de aspectos relacionados con las características fisiográficas, la estructura, las especies dominantes, etc.
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Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
La delimitación de las unidades de vegetación sobre ortofotos a escala 1:25.000 permite evaluar su extensión superficial (ver capítulo de cartografía). En el mapa cada tipo de vegetación viene representado por recintos cerrados identificados por su correspondiente código y abreviatura. En la Tabla 3 se señala en forma de clave sintética los criterios generales para diferenciar cada grupo vegetal, así como su localización y su superficie en el comunal.
IV.2. Los recursos pascícolas del comunal El comunal de Sorogain esta formado por un mosaico de comunidades vegetales en las que se alternan bosques, matorrales y pastizales. De las 708 ha del monte, los matorrales ocupan el 48% de la superficie total, los pastizales el 36% y los bosques el 20%. Respecto a estos últimos, se trata de hayedos acidófilos que constituyen la comunidad vegetal que ejerce de cabeza de la serie cántabro-euskalduna acidófila del haya (Saxifrago hirsutaeFageto sylvaticae S.). Si bien parte de la superficie que ocupan estas comunidades son pastadas en la actualidad, su objetivo productivo principal es la obtención de madera. La fisionomía de los hayedos está de esta manera determinada por los tratamientos selvícolas realizados y, así, se diferencian masas en las que la fracción de cabida cubierta, o cobertura de las copas, es superior al 60% (hayedos densos), de aquellas otras en las que, debido a los acalreos realizados recientemente, tal cobertura presenta valores inferiores al 60% (hayedos aclarados). Los primeros se localizan en el paraje Arbilleta y los segundos, en las laderas del paraje Odiego. Estos últimos están actualmente excluidos al ganado mediante cierres. Sin embargo, lo que caracteriza al comunal es la presencia de matorrales y pastizales que se alternan ocupando superficies de extensión variable. Los primeros son fitocenosis dominadas por la argoma (Ulex gallii), leguminosa arbustiva espinescente también denominada otea o tojo. Se diferencian de igual manera, aunque ocupando una menor extensión, matorrales de orla forestal definidos por el espino albar o elorri zuriza (Crataegus monogyna). Estas comunidades se originan tras la desaparición de los hayedos y son mantenidas por la utilización del fuego y el pastoreo. El desbroce y el pastoreo intenso conduce en última instancia la aparición de formaciones herbáceas densas dominadas por gramíneas vivaces cespitosas; son los denominados pastizales montanos mesófilos. Su estructura y composición florística presenta cierta variabilidad en función de aspectos tales como: las labores agronómicas efectuadas (encalados, abonados, etc.), la intensidad de pastoreo, las características del sustrato edáfico, etc. Es posible diferenciar de esta manera los siguientes subtipos: •
Pastizales montanos acidófilos de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris.
•
Pastizales montanos acidófilos de Agrostis curtisii.
•
Pastizales montanos nitificados con Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua.
En los epígrafes siguientes se señala la localización y extensión superficial de cada unidad de vegetación tipificada, sus rasgos fisiográficos fundamentales, su organización estructural, las especies y formas vitales dominantes, la asignación sintaxonómica, los aprovechamientos actuales y su estado de conservación.
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TablaTipificación, 3. Tipos devaloración vegetación, localización en el comunal y superficie en hectáreas (Ha) forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
TIPO DE VEGETACIÓN
Ha
ARBOLADO (cobertura del arbolado >20%) Ø
Bosques acidófilos dominados por hayas (Fagus silvatica). Hayedos Saxifrago hirsutae-Fagetum sylvaticae • •
Con cobertura de las copas > 60% y escaso desarrollo del sotobosque. Con cobertura de las copas >20% y < 60%. Masas aclaradas y excluidas al ganado.
Hayedos densos
Fsd
78,2
Hayedos aclarados
Fsc
63,6
MATORRAL (cobertura de arbustivas >20%) Ø
Dominados por argoma u otea (Ulex galii) y con variable cobertura de ericáceas. Argomales-Brezales Daboecio cantabricae-Ulicetum cantabrici
Ø
•
Con cobertura de helechos < 20%
Faciación típica
Mbr
74,2
•
Con cobertura de helechos > 20%
Faciación con Pteridium aquilinum
Mbr1
249,9
Cr
13,2
Pastizal de Agrostis curtisii
PAcu
4,1
Pastizal de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris
PacFrAca
203,7
Pastizal con Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua
PLPaAca
14,7
I
6,3
Total
708,9
Matorral de orla forestal de espino albar o elorri zuria (Crataegus monogyna) Espinares
PASTIZAL (cobertura de arbustivas < 20%) Ø
Pastizal montano mesófilo acidófilo
Jasonio laevis-Danthonietum decumbesntis • • Ø
De lugares con baja intensidad de pastoreo. Dominancia de especies acidófilas de baja calidad forrajera. Superficies mejoradas intensamente pastadas. Dominancia de gramíneas de calidad forrajera media.
Pastizal montano mesófilo sobre suelos con abundante fertilidad debida al ganado.
Merendero pyrenaicae-Cynosuretum cristatae •
Con abundancia de especies ligadas al pastoreo de alta calidad forrajera.
OTROS (Improductivo)
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1. HAYEDOS Las comunidades arboladas ocupan una superficie de 142 hectáreas, equivalentes al 20% del monte. En general se diferencian dos grandes masas: una en las laderas del paraje Arbilleta, y otra a la izquierda de la entrada al comunal desde el puerto de Mezquiriz (paraje Odiego). Se trata de formaciones prácticamente monoespecíficas, en las que el haya o Fagus sylvatica aparece como dominante en el estrato arbóreo. Desde un punto de vista fitosociológico se incluyen en la clase Querco-Fagetea, el orden Fagetalia sylvaticae, la alianza Fagion sylvaticae y la asociación Saxifrago hirsutae-Fagetum sylvaticae S. Atendiendo al recubrimiento de las copas es posible diferenciar dos tipos de hayedo: denso y aclarado.
Tabla 4. Rasgos fisiográficos principales de los hayedos Tipo de vegetación Subtipo de vegetación Superficie (ha) Nº inventarios Altitud (m) Orientación Pendiente (º) Topografía Sustrato litológico
Hayedo Denso 78,2 1 850-1.100 SW, W, NW, N, NE, E 10-30 Ladera Dolomías y areniscas, esquistos
Aclarado 63,6 820-1.000 N, NE, E, SE, S 35 Ladera Calizas y dolomías
1.1. Hayedos densos Se incluyen los hayedos en los que el recubrimiento de las copas presenta valores superiores al 60% (en torno al 80-100%). Se localizan en las laderas del paraje Arbilleta y, puntualmente, en áreas de menor extensión, en el paraje Ortxola (ver mapa adjunto). La superficie total ocupada por este tipo de hayedos es de 78 ha. Se trata de bosques frondosos prácticamente monoespecíficos con diferentes clases de edad, en los que la especie dominante (Fagus sylvatica) presenta una densidad que oscila entre 500 y 1.000 pies/ha, una altura de 15-20 m, y un diámetro de los troncos a 1,3 m del suelo entre 40 y 70 cm. La mayor parte de los pies proceden de cepa (chirpiales), aunque también se localizan de manera dispersa algunos ejemplares procedentes de semilla (brinzales). La elevada cobertura del estrato arbóreo (>60%) implica que la mayor parte de la luz incidente sea retenida por las copas, dejando en penumbra al sotobosque. Este hecho produce unas condiciones poco favorables para el desarrollo de vegetación bajo el arbolado. Así, tanto el estrato arbustivo como el herbáceo presentan recubrimientos muy bajos, no llegando a superar, en conjunto y por término medio, el 20% de la superficie. Tan sólo en los claros del hayedo la cobertura de dichos estratos tiene valores más elevados. De esta manera, el suelo está ocupado casi en su totalidad por hojarasca, diferenciándose de manera puntual y laxa ciertas especies umbrófilas y acidófilas entre las que cabe citar al arándano
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(Vaccinium myrtillus) y acebo o gorosti (Ilex aquifolium) entre las arbustivas, y a Deschampsia flexuosa, Agrostis capillaris, Galium saxatile, Oxalis acetosella, Helleborus viridis y Festuca rubra gr., entre las herbáceas. Es de destacar asimismo la presencia de helechos (fundamentalmente Pteridium aquilinum y, en menor medida, Blechnum spicant), así como la de un estrato muscinal asociado de manera general a los afloramientos rocosos y a la base de los troncos. En los bordes de pequeñas regatas que discurren por el hayedo y/o en pequeñas depresiones encharcables se desarrollan otras especies como Ranunculus repens, Carex sylvatica, etc. Tradicionalmente estas masas han sido utilizadas para la extracción de leña y madera. La práctica del carboneo ha dejado también su impronta en el monte y así es posible diferenciar algunos ejemplares de haya de troncos cortos y gruesos de copa ancha (trasmochos). En las inmediaciones de la pista que conduce al paraje Arbilleta puede observarse los restos de antiguas carboneras. Actualmente los hayedos densos son utilizados por el ganado estante en el monte; no obstante, y dado que la oferta forrajera de estas fitocenosis es muy baja, el papel que desempeñan no es otro que el de constituir lugares de refugio para los animales frente a las inclemencias climáticas. Son utilizados igualmente como áreas de tránsito en los desplazamientos del ganado entre las superficies de matorral y pastizal. Este circunstancia provoca la aparición de sendas en el sentido transversal a la ladera, lo que implica una cierta compactación del suelo y el desplazamiento de la hojarasca que recubre el mismo. Por otro lado, el ganado imposibilita en cierta medida la regeneración del arbolado al consumir las abundantes plántulas de haya que se desarrollan en primavera.
1.2. Hayedos aclarados Las labores selvícolas encaminadas a conseguir la regeneración del arbolado suponen la configuración de masas en las que el dosel arbóreo presenta recubrimientos inferiores al 60%. Tales labores se están llevando a cabo en la actualidad en los hayedos localizados en el paraje Odiego. Por tal circunstancia dichas masas no han podido ser estudiadas. No obstante, como resulta obvio, si bien la puesta en luz de los estratos inferiores favorecerá en un futuro el desarrollo de plantas tanto arbustivas como herbáceas y, por tanto, el incremento de la oferta forrajera, el objetivo para estas masas ha implicado lógicamente la necesidad de impedir su acceso al ganado mediante cierres. La superficie de hayedos objeto de las claras asciende a un total de 64 ha, lo que equivale al 10% del monte.
2. MATORRAL En gran parte de las áreas desprovistas de vegetación arbórea se desarrollan comunidades arbustivas de carácter secundario que, junto con los pastizales, definen el paisaje del monte de Sorogain. En efecto, de las 556 ha ocupadas actualmente por los recursos forestales no arbolados, 337 ha corresponden a formaciones dominadas por arbustos, lo que supone aproximadamente el 48% de la superficie del comunal. Son, por tanto, las comunidades de mayor extensión del monte.
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Atendiendo a las especies leñosas dominantes se diferencian dos tipos de matorral: los argomales-brezales y los espinares. Los primeros son los que mayor extensión ocupan (324 ha) y, se localizan formando mosaico con los pastizales en superficies de extensión variable en laderas de pendiente moderada a fuerte, difícilmente mecanizables. Los espinares forman pequeñas teselas, siendo su superficie total de 13 ha (2% del monte).
2.1. Argomales-brezales Son fitocenosis arbustivas de porte bajo dominadas por la otea (Ulex gallii) en las que participan en proporciones variables diversas ericáceas. Se trata de comunidades sometidas a un continuo proceso de rejuvenecimiento ocasionado por la recurrente utilización del fuego y por el pastoreo. Se desarrollan sobre cualquier tipo de sustrato, orientación y altitud. Las superficies que debido a la excesiva pendiente o a la presencia de afloramientos son difícilmente mecanizables, han sido y siguen siendo quemadas con el objeto de controlar el dominio de la otea y favorecer el desarrollo de herbáceas. Esta manera de actuar, junto con la mayor o menor intensidad de pastoreo, implica ciertas variaciones en la organización estructural y composición florística de los argomales-brezales. Así, se diferencian áreas en las que el recubrimiento arbustivo es elevado, con valores en torno a 60-70%, formando un mosaico, no diferenciable a efectos cartográficos a la escala de trabajo adoptada, con otras en las que domina el componente herbáceo con coberturas de hasta el 70%. Un ejemplo patente de ello puede observarse en las laderas del monte Iturrumburu (margen derecha del Barranco de Sorogain). La proporción de suelo no recubierto por la vegetación es asimismo variable, pero siempre con valores inferiores al 15%. Los mayores porcentajes se alcanzan en las zonas recientemente quemadas que son utilizadas más frecuentemente por el ganado. Los animales utilizan estas zonas como de tránsito en sus movimientos por el comunal. La fuerte pendiente de las laderas y el sentido transversal de los desplazamientos que el ganado realiza en ellas, produce numerosas sendas desprovistas de vegetación. En estas condiciones la otea supone un freno frente a la erosión. Los argomales-brezales presentan un fondo florístico común; sin embargo, se observan ciertas diferencias en las especies que los componen que se relacionan con el sustrato litológico, la intensidad de pastoreo o las quemas. Desde un punto de vista fitosociológico se incluyen en la asociación Daboecio cantabricaeUlicetum gallii, la cual engloba a los brezales y argomales cantábrico-orientales que se asientan sobre suelos ácidos o moderadamente ácidos, desarrollados sobre rocas silíceas y, en ocasiones, calizas, en las se produce fuerte lixiviación, descarbonatación y descalcificación bajo ombroclima subhúmedo a hiperhúmedo. A efectos prácticos se han diferenciado dos subtipos en función de la presencia de helecho (Pteridium aquilinum): argomales-brezales sin helecho y argomales-brezales con helecho.
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Tabla 5. Rasgos fisiográficos principales de los Argomales-Brezales Tipo de vegetación Subtipo de vegetación Superficie (ha) Nº inventarios Altitud (m) Orientación Pendiente (º) Topografía Sustrato litológico
Argomal-Brezal Sin helecho 74,2 6 900-1.310 Todas 10-30 Ladera Calizas, esquistos y areniscas
Con helecho 249,9 8 820.1.150 Todas 20-30 Ladera Calizas, esquistos y areniscas
2.1.1. Argomales-brezales sin helecho Tienden a localizarse en las partes más altas de las laderas. En total ocupan 74 ha, que equivalen al 10% del monte, y al 23% si se considera sólo la extensión de los argomales. La otea, especie dominante, se acompaña de diversas ericáceas como Erica vagans, Daboecia cantabrica y Calluna vulgaris. En las zonas con suelos de pH más ácido (laderas del paraje Arbilleta), son frecuentes además Vaccinium myrtillus y Erica cinerea. Es de destacar la escasa presencia de arbustos de Crataegus monogyna o Fagus silvatica, que señalen la evolución de estas comunidades hacia formaciones más maduras dentro de la sucesión vegetal. Entre las ramas de los arbustos y en los claros del matorral se desarrolla un pasto dominado por diversas especies herbáceas vivaces entre las que cabe mencionar por su abundancia a Agrostis curtisii, Agrostis capillaris, Potentilla erecta, Festuca rubra gr., Carex cariophyllea, Danthonia decumbens, etc. En las áreas de suelos con texturas más arenosas, de pH muy ácido y con cierta hidromorfía temporal más o menos prolongada, son frecuentes y, en ocasiones, abundantes, Nardus stricta y Molinia caerulea (paraje Arbilleta).
2.1.2. Argomales-brezales con helecho Entre los arbustos de la mayor parte de la superficie ocupada por los argomales-brezales (250 ha) se desarrolla el helecho común o garoa (Pteridium aquilinum). La cobertura de dicha especie oscila, en el momento de su máximo desarrollo (mediados de agosto), entre el 25% y el 80%. Además de por la presencia de helechos, esta subunidad presenta ligeras diferencias estructurales y de composición florística con respecto a la anterior (Figura 2 y 3).
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Figura 2. Porcentaje de cobertura media y rangos de variabilidad de los estratos en los argomales con y sin helecho.
90
Sin helecho
Con helecho
80 70 60 Cobertura (%)
Así, por término medio, el recubrimiento de la otea y brezos es algo menor, son matorrales más abiertos que en el caso precedente. En general, se trata de áreas con mayor trasiego de ganado, más recientemente quemadas y, posiblemente, de suelos más profundos al localizarse en general en las partes más bajas de las laderas. Estos factores pueden facilitar la instalación del helecho en los claros del matorral, en los que, posteriormente, y por el intrincado sistema radicular de aquel, se dificulte el rebrote de la argoma.
50 40 30 20 10 0 Arbustivo
Herbáceo
Helecho
Suelo
En cuanto a las especies herbáceas se observa una mayor abundancia de Agrostis capillaris, Festuca rubra gr., Potentilla erecta, Brachypodium rupestre, Cirsium acaule, etc., y una menor contribución a la fitomasa total de Agrostis curtisii. Estas diferencias pueden ir asociadas a la mayor presencia del ganado en estas zonas; especies como Agrostis curtisii son poco resistentes al pastoreo.
Figura 3. Diferencias florísticas entre los argomales-brezales con y sin helecho 40 40 35 35
Sin helecho
Con helecho
25 25 20 20 15 15 10 10 55 00
UUle le x x g gaal llilii E Erri i c i c aa v DDa vaag abbo gaan oeec nss ci ia a c caan PPt te n t erri taab iddi brri iuum c m a icaa aqqu ui il linin AAg uumm grro osst tisis ccuur AAg grro rtitis osst siiii tisis c caap pi il llalar PPoo risis teten nt til ill la a ee rerec FFees ct ta stutu a c caa CCaa rurub rree b rara g xx c grr caar ryyo opph hyyl MMo llelea ol lin a in ia DDa ia c annt c a aeer thho ruul onni leea iaa d a deec cuum mb SSeer been rrara nss tutul H a l Hy a t ti yppo n i ncct occh toor hooe riaia erri iss r raad di ic caat GGa taa al liu BBrra i u acch mm s hyyp saax pood xaat di iu tilile umm e rruu pe LLuu p esst zzuul trere laa c caam mp pees strtri CCi ir iss rssiu iu m m a acca auul lee
Coberturas(%) (%) Coberturas
30 30
20
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2.2. Espinares Son comunidades arbustivas dominadas por el espino albar o elorri zuria (Crataegus monogyna) que constituyen la etapa más próxima a los hayedos dentro de la sucesión natural. Forman teselas de escasa superficie en el Barranco de Odia y en los parajes de Ortxola y Monte Quinto Real. En total ocupan 13 ha, lo que equivale al 2% de la superficie del monte. Se trata de agrupaciones cerradas y, por ello, intransitables, que tienen mayor talla que los matorrales de otea, pero que no llegan a alcanzar el porte arbóreo. Su escasa transitabilidad junto con la baja presencia de especies herbáceas que crecen bajo ellos, hace que tengan escaso interés forrajero. No obstante, los animales llegan a ramonear las ramas más bajas de los espinos, y utilizan estas masas como lugares de refugio. Estas fitocenosis proporcionan buenas condiciones de humedad y posibilita la llegada de luz a los estratos inferiores facilitando la germinación de semillas de haya; además, los espinos protegen a los brinzales de la mencionada especie del diente del ganado.
3. PASTIZALES Las comunidades herbáceas ocupan un total de 223 ha, es decir, el 29 % del monte. Se trata de pastos densos dominados por gramíneas vivaces cuyo origen se encuentra en el desbroce de los matorrales de otea. En las zonas mecanizables se vienen realizando desde el año 1987 una serie de mejoras consistentes en el desbroce, encalado y aporte de abonado de fondo. Desde dicha fecha y hasta la actualidad la superficie total sobre la que se ha actuado es de aproximadamente 280 ha. Cada dos o tres años, a medida que el matorral va invadiendo las áreas mejoradas, se procede a realizar un desbroce de mantenimiento en superficies que oscilan entre 20 y 40 ha. Anualmente la práctica totalidad de las áreas intervenidas son abonadas con abono compuesto del tipo 8-24-8 o similar, a razón de 80 kg/ha. Estas labores junto con la mayor o menor presión ganadera determinan en última instancia la composición florística de estas fitocenosis. En función de la misma se han diferenciado dos grandes tipos de pastizales: los mesófilos acidófilos y los mesófilos con cierto grado de nitrificación del suelo (ver Tabla 7).
3.1. Pastizales montanos mesófilos acidófilos La intervención en los matorrales de argoma conduce a la instalación de pastizales dominados por plantas graminoides cespitosas que recubren la práctica totalidad del suelo (coberturas superiores a 80%). Se localizan sobre una superficie total de 208 ha, siendo así las comunidades herbáceas de mayor extensión del monte.
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Desde un punto de vista fitosociológico se incluyen en la clase Nardetea strictae, en el orden Nardetalia strictae, alianza Violion caninae y en la asociación Jasonio laevis-Danthonietum decumbentis. En función de la composición florística se diferencian los subtipos señalados en la siguiente tabla. Tabla 6. Rasgos fisiográficos principales de los pastizales montanos acidófilos Tipo de vegetación Subtipo de vegetación Variantes Abreviatura Superficie (ha) Nº inventarios Altitud (m) Orientación Pendiente (º) Topografía Sustrato litológico
Pastizales montanos acidófilos De Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris De Agrostis curtisii Típica Con helecho Con Nardus stricta Con Poa annua PFrAca PFrAca1 PFrAca2 PFrAca3 PAcu 103,3 41,9 32,0 27,5 4,1 5 2 2 2 3 930-1.285 850-1.150 1.000-1.180 820-1.055 1.000-1.080 Todas W N Todas NW, N <20 15-20 <10 <5 <15 Ladera, zona llana Ladera Zona llana, ladera Zona llana Ladera Dolomías y areniscas Dolomías y areniscas Dolomías y areniscas Dolomías y areniscas Dolomías y areniscas Esquistos, Calizas Gravas, arenas y arcillas
3.1.1. Pastizales montanos mesófilos acidófilos de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris En este caso se trata de comunidades en las que la mayor parte de la fitomasa es aportada por las gramíneas Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Si bien presentan un fondo florístico común, se establece una cierta variabilidad en la cobertura de las especies que los constituyen, variabilidad que viene determinada por las particulares características edáficas, el grado de pastoreo, etc. (Figura 4). Se han diferenciado así las siguientes variantes: 3.1.1.1. Variante típica Bajo esta denominación se incluyen los pastos que presentan las características florísticas más cercanas a las que se describen en la bibliografía para esta comunidad. Así, además de las especies dominantes mencionadas (Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris), otros taxones característicos que denotan el carácter acidófilo de estas fitocenosis son Potentilla erecta, Danthonia decumbens, Galiun saxatile, Jasonie laevis, etc. Tienen además una relativa abundancia de leguminosas, fundamentalmente de Trifolium repens, por lo que es de prever que el pasto tenga contenidos aceptables de proteína. Otras especies frecuentes son Luzula campestris, Serratula tinctoria, Merendera pyrenaica, Potentilla montana, etc. El efecto del pastoreo se refleja por la presencia de Poa annua, Cerastium fontanum, Achillea millefolium, Hypochoeris radicata, Hieracium pilosella, Rumex acetosella, Stellaria media, etc. En general, todas ellas presentan coberturas bajas, lo que junto con los bajos porcentajes de suelo desnudo, indicaría presiones de pastoreo adecuadas o periodos de tiempo cortos respecto a la fecha de las labores de mejora.
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Tabla 7. Clave sintética de los tipos de pasto según su composición florística
G
Cobertura de leñosas < 20%............................................................................ Pastizal (Past.) •
Con cobertura de especies de tendencia acidófila >15%...................... Past. montano acidófilo Ø
Con cobertura de Festuca rubra y Agrostis capillaris >20% y Agrostis curtisii < 15%............................................................... Past. acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris ü Con Pteridium aquilinum (helecho) <25% § Con Poa annua <10% - Con Nardus stricta <5%.................................................. variante típica - Con Nardus stricta > 5% y <15%.................................... variante con Nardus stricta § Con Poa annua >10% y <25%........................................... variante con Poa annua ü Con Pteridium aquilinum >25%...............................................variante con helecho
Ø
•
Con cobertura de Festuca rubra y Agrostis capillaris <20% y Agrostis curtisii >15%..............................................................Past. acidófilo de Agrostis curtisii
Con cobertura de especies de tendencia acidófila <15% Ø Con cobertura de Lolium perenne >15% y Trifolium repens + Poa annua >35%.............................................. Past. montano nitrificado de Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua.
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Se localizan en laderas de pendiente moderada a suave en los parajes Zelaieta y Sorotepo sobre una superficie total de 103 ha.
3.1.1.2. Variante con helecho En las zonas mejoradas hace más años se desarrollan unos pastizales cuya composición florística es similar a la de la variante definida como típica. Sin embargo, se diferencian de ésta por la presencia del helecho común o Pteridium aquilinum que, en el momento de máximo desarrollo de las frondes (mediados de agosto), alcanza coberturas máximas de 80-90%. Estas comunidades pueden observarse a la derecha de la pista que cruza el monte de Sorogain. Los helechos no parece que influyan así de manera determinante en la composición florística de estas comunidades (las especies fundamentales son las mismas que en la variante anterior), sin embargo, y como se verá en un capítulo posterior, si puede tenerla en sus características productivas, fundamentalmente en su modelo de variación estacional. El efecto de la presencia de los tallos de Pteridium aquilinum (del orden de 25-45 tallos/m2) supone una reducción en ciertas épocas del año en el recubrimiento de la vegetación que se desarrolla bajo sus frondes; no obstante, se ha constatado que ésta es insignificante a los efectos de la disponibilidad de forraje para el ganado. El helecho es una planta tóxica con efectos carcinónegos, siendo su toxicidad muy elevada cuando se encuentra verde y en pleno crecimiento. El ganado, especialmente el vacuno y caballar, la puede llegar a consumir si se reduce la disponibilidad de otras especies vegetales. El ganado pasta intensamente estas comunidades antes de la aparición del helecho, factor que vendría a explicar que la composición florística fuera similar a la variante denominada como “típica”. A partir de agosto, cuando las frondes ya se han desarrollado plenamente, los animales siguen pastando con frecuencia el forraje subyacente. Sin embargo, la presencia de helechos entraña cierta dificultad en la accesibilidad al pasto. El ganado tiene que “esforzarse” más en buscar el elemento herbáceo. Para ajustar la cantidad ingerida de alimento a sus necesidades los animales responden con dos mecanismos de compensación: incrementando la tasa de ingestión por aumento del tamaño del bocado y/o aumentando el tiempo destinado al pastoreo durante el día. Al finalizar la época de pastoreo se ha observado la rotura por pisoteo de la mayor parte de los tallos de helecho. Este hecho impide la acumulación de material muerto en pie facilitando la incorporación de materia orgánica al suelo y el rebrote primaveral del pasto herbáceo. En otoño, coincidiendo con una menor presencia del ganado, se produce un importante laboreo del suelo por hozaduras del jabalí. Este animal muestra apetencias por los rizomas de los helechos y por los bulbos de ciertos geófitos como Merendera pyrenaica, Narcissus sp. y Eritronium dens-canis. Esto tiene influencia en la dinámica y composición florística de estas fitocenosis y puede ser la explicación de la presencia de ciertas especies que se desarrollan preferentemente en suelos removidos (por ejemplo Poa annua y Rumex acetosella). En total se han cartografiado 41 ha incluidas en está variante.
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% 35 os tis ca p Fe stu illa ris ca ru Tr b ra ifo gr liu m re G pe al ns iu m Lu sa zu x a la til ca e m pe str is Po Ca aa re nn x ca ua ry Po oph y te lle nt Ce a ill ra a sti er ec um ta A fo ch nt ill a n ea um H m yp ill oc ef ho ol D er iu an is m th ra on di ia ca ta de cu m A be gr os ns tis cu M ol rti in sii ia ca e ru N ar le a du ss tri ct a
%
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os tis ca p Fe stu illa ris ca ru Tr b ra ifo gr liu m re G p al en iu s m Lu sa zu xa la til ca e m pe str is Po Ca aa re x nn ca ua ry Po oph yl te le nt Ce a ill ra ae sti r ec um ta A fo ch nt ill an e u am H m yp il oc ho lefo D liu er an is m th ra on d i ia ca de ta cu m A be gr os ns tis M cu ol r tis in ii ia ca e ru N ar du lea ss tri ct a
A gr
%
A gr os tis
sc ap Fe stu illar is ca ru Tr ifo bra gr liu m re G pe al ns iu m Lu sa zu xa la til ca e m pe str is Po Ca aa re nn x ca ua ry Po oph y te lle nt Ce a ill ra ae sti um rect a A fo ch nt ill a n ea um H m yp ill oc ef ho ol D er iu an is m th ra on di ia ca ta de cu m A be gr os ns tis M cu ol rti in sii ia ca e ru N ar le a du ss tri ct a
A gr os ti
Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
Figura 4. Porcentaje de cobertura de las principales especies que constituyen las cuatro variantes de los pastizales montanos acidófilos de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris
Variante "típica" Variante con Pteridium aquilinum
35
30 30
25 25
20 20
15 15
10 10
5 5
0 0
Variante con Nardus stricta Variante con Poa annua
30 35
30
25 25
20 20
15 15
10 10
5 5
0 0
25
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3.1.1.3. Variante con Nardus stricta Asociada a áreas con suelos poco profundos de textura franco-arenosa muy ácidos y con cierta hidromorfía temporal, se desarrolla una comunidad diferenciable por la presencia de Nardus stricta (pastizales del paraje Arbilleta). Aún siendo dominantes las especies que caracterizan la unidad de vegetación (Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris), se observan diferencias florísticas significativas con la variante denominada como típica y que, además de estar asociadas a las particulares características edáficas, son reflejo de una intensidad de pastoreo por debajo de la potencialmente admisible. Así, en este caso, además de la ya mencionada Nardus stricta, son más abundantes otros taxones de carácter acidófilo como Galium saxatile y Molinia caerulea (Figura 4). La aportación que realizan las leguminosas (Trifolium repens) a la oferta forrajera total es escasa, así como la de especies asociadas al pastoreo (Cerastium fontanum, Achillea millefolium, Hypochoeris radicata, etc.). Al final de la época de estancia del ganado en el monte se ha observado una importante proporción de rehusos, lo que viene a corroborar la insuficiente presión ganadera que soportan estas áreas. Este hecho explica la presencia de especies de nulo valor forrajero que con las adecuadas cargas ganaderas desaparecen (caso de Nardus stricta), así como la ausencia de buenas forrajeras que son estimuladas por la acción del ganado (caso de Trifolium repens). La fuerte acidez de los suelos sobre los que se desarrollan estos pastizales puede limitar su producción si no se llevan las oportunas enmiendas y fertilizaciones. Además, la textura arenosa implica una limitada retención de humedad en el suelo que puede tener su influencia en el modelo de variación estacional de dicha producción. Por otro lado, el intrincado sistema radicular que presentan estos pastos y la escasa profundidad de los suelos, hace que sean muy frágiles al pisoteo del ganado. En las zonas de mayor pendiente los animales provocan deslizamientos de la cubierta vegetal y, por tanto, el aumento de la proporción de suelo desnudo. El ejemplo más patente de esta variante puede observarse en el paraje Arbilleta. En total ocupan una superficie de 32 ha.
3.1.1.4. Variante con Poa annua En el ámbito de los pastos acidófilos de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris la excesiva presencia del ganado provoca, por el efecto combinado del pisoteo y la acumulación de deyecciones, la apertura de “huecos” sin vegetación que posteriormente van siendo colonizados por ciertas especies adaptadas a estas condiciones. Entre ellas destaca Poa annua, gramínea anual de hoja ancha y carnosa que alcanza coberturas superiores al 20%, y otras como Stellaria media, Achillea millefolium, Lolium perenne, Poa pratensis, Ranunculus repens, etc. Otras características florísticas que sirven para diferenciar esta variante de las anteriores es la ausencia generalizada de especies acidófilas (Galium saxatile y Potentilla montana) y el aumento considerable de Trifolium repens. Todo ello vendría a indicar el incremento de fertilidad en estas áreas por las deyecciones. Por todo lo dicho anteriormente se puede decir que estas comunidades presentan indicios de sobrepastoreo. Tales situaciones se pueden observar en el paraje Aztakarri, a la derecha del collado
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de Sorogain, y en los pastos del barranco del mismo nombre. En total ocupan una extensión de 27,5 ha, el 4 % del comunal. 3.1.2. Pastizales montanos mesófilos acidófilos de Agrostis curtisii En los lugares de menor accesibilidad que soportan bajas intensidades de pastoreo se instala una comunidad dominada por Agrostis curtisii. Son pastizales que desde un punto de vista evolutivo representan las etapas más próximas a los matorrales y cuya presencia debe interpretarse como indicadora de empobrecimiento del suelo en nutrientes. El carácter oligotrofo e hidromorfo de los suelos se manifiesta por la presencia de Galium saxatile, Potentilla erecta, Carex sp., Molinia caerulea, Nardus stricta, etc. Otras especies frecuentes son Carex cariophyllea, Danthonia decumbens, Luzula campestris, Festuca rubra gr., Agrostis capilaris, etc., todas ellas comunes también en los pastos de la unidad precedente.
Figura 5. Porcentaje de cobertura de las principales especies en los pastizales de Agrostis curtisii Pastizal Pastizalde de Agrostis Agrostis curtisii curtisii % % 35 35 30 30 25 25 20 20 15 15 10 10 55
AAg gr ro osst tisis ccuur rtitis GGa siiii al liu iu m m s FFees saaxxaa stutu titlile e ccaa rurub CCaa b r r reex raa g x c gr r caar ryyo opph hyyl PPoot llelea teen a nt til ill la A a e Ag e gr ro rerec o sst ct ta a tisis ccaap pi ill M l Mo a ol lin lariris s in ia DDa ia c annt caae thho er ru onni ul le iaa d eaa deec c u u m mb LLuu been zzuul nss laa c caam mp pees strtri iss SScci illlla a v veer NNa rnna ar rd duus a s sst triric ct ta a CCaa r reex x s JJaas spp. sioio . nnee llaa e evvi iss
00
La baja presión de pastoreo se manifiesta asimismo por la aparición de especies arbustivas propias de los matorrales descritos anteriormente (Ulex gallii, Calluna vulgaris, Vaccinium myrtillus, etc.). Se localizan ocupando tan sólo 4 ha en un claro del hayedo del paraje Arbilleta y, localmente, en los ecotonos entre matorrales y pastizales.
3.2. Pastizales montanos mesófilos nitrificados de Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua Se ubican en dos pequeñas parcelas de suelos profundos antiguamente cultivadas en las proximidades de la casa situada a la entrada al monte desde Erro, y en zonas llanas de reducida superficie dispersas por el monte. Su composición florística viene determinada por el
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enriquecimiento en fertilidad del suelo debido a las deyecciones del ganado. En total se han cartografiado 14,7 ha pertenecientes a esta comunidad. Tabla 8. Rasgos fisiográficos principales de los pastizales montanos nitrificados Tipo de vegetación
Pastizal con Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua
Superficie (ha)
14,7
Nº Inventarios
2
Altitud (m)
820-1.100
Orientación
Todas
Pendiente (º)
<10
Topografía Sustrato litológico
Zona llana Dolomías y areniscas, Gravas arenas y arcillas, Esquistos
Las especies adaptadas a estas condiciones de mayor fertilidad que aportan la mayor parte de la biomasa pastable son: Agrostis capillaris, Lolium perenne, Trifolium repens, Poa annua y Poa pratensis, todas ellas de alto valor forrajero (Figura 6). El intenso aprovechamiento que el ganado hace de estas comunidades se manifiesta asimismo por la presencia de otras plantas de tendencia nitrófila como Achillea millefolium, Bellis perennis, Holcus lanatus, Cerastium fontanum, Stellaria media, Chamaemelum nobile, Cynosorus cristatus, Rumex sp., Cirsium eriophorum, etc. Las diferencias florísticas que se observan respecto a los pastos con Poa annua descritos anteriormente, que como se ha señalado también son intensamente pastados, pueden deberse a que, en este caso, aún siendo la carga ganadera elevada, es menor que en aquellos y a que se trata de superficies más llanas y regulares y, por tanto, el pisoteo no entraña una perturbación tan intensa como en aquellas. Desde un punto de vista fitosociológico se incluyen en la clase Molinio-Arrhenatheretea, el orden Arrhenateretalia, la alianza Cynosurion cristati y la asociación Merendero pyrenaicaeCynosuretum cristati. Agrostis capillaris
Figura 6. Porcentaje de cobertura de las principales especies de los pastizales con cierto grado de nitrificación con Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua
Lolium perenne
Trifolium repens
Poa annua
Poa pratensis
Ranunculus bulbosus
Festuca rubra gr
Taraxacum sp.
Holcus lanatus
Rumex sp.
Bellis perennis 0
5
10
15
20
25
30
Coberturas (%)
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V. LOS PASTOS EN EL CONTEXTO DE LOS PLANES DE CONSERVACIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES Con el objetivo principal de conservar la biodiversidad y crear modelos de desarrollo sostenible que garanticen la conservación de hábitats y especies naturales de interés comunitario, la Unión Europea promulgo en 1992 la Directiva sobre conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres (Directiva 92/43/CEE). Tal Directiva se materializa a través de la creación de una red ecológica de lugares, la Red Natura 2.000, la cual debe conseguir mantener en un estado de conservación favorable representaciones de todos los tipos de hábitats y taxones de flora y fauna declarados de interés comunitario. El monte comunal de Sorogain se incluye en uno de los territorios propuestos por el Gobierno de Navarra como Lugares de Importancia Comunitaria (LIC: ES2200019; Quinto Real). Además, la mayor parte de las comunidades vegetales del monte son consideradas en el Anexo I de la Directiva 92/43/CEE como hábitats de interés o prioritarios para su conservación. En los primeros se incluyen los hayedos (Cod. 9120: Hayedos atlánticos acidófilos) y los matorrales de otea (Cod. 4030: Brezales atlánticos y mediterráneos). Los hábitats prioritarios del comunal son los pastizales montanos acidófilos que incluyen a todas las variantes definidas de las comunidades de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris y a los pastizales de Agrostis curtisii (Cod. 6230: Pastizales mesofíticos acidófilos montano orocantábro-atlánticos). En la Tabla 9 se señala la superficie ocupada por cada hábitat en el comunal.
Tabla 9. Hábitats de interés comunitario presentes en el comunal de Sorogain Tipo de vegetación
Código UE
Argomales-Brezales
4030
Brezales atlánticos y mediterráneos *
Pastizales montanos acidófilos
6230
Pastizales mesofíticos acidófilos orocantábro-Atlánticos **
Hayedos acidófilos
9120
Superficie (ha)
Hábitat Directiva 92/43/CEE
Hayedos atlánticos acidófilos *
324 montano 209 142
* Hábitats de interés; ** Hábitats prioritarios
El objetivo prioritario para estos hábitats es la conservación de su distribución natural, su estructura y funciones y la supervivencia de las especies de fauna y flora asociadas. Los usos deben adaptarse así al fin esencial de conservación, sin que ello signifique la prohibición de las actividades socio-económicas existentes ya que son sistemas de explotación extensiva que han sido los modeladores de los valores naturales que se pretende mantener. Se trata en definitiva de lograr un equilibrio sostenido entre producción y conservación, aplicando para ello modelos de desarrollo sostenible que permitan desarrollar todo el potencial productivo del territorio de acuerdo con sus características ecológicas, lo que debe redundar en sistemas de explotación estables que mejoren, además, el nivel socioeconómico de los productores y habitantes del mundo rural. Con tal finalidad, al igual que se viene haciendo para otros recursos, la planificación del aprovechamiento ganadero de comunales como el que nos ocupa debiera abordarse realizando un
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plan específico de gestión pascícola del monte. La información aportada en este trabajo constituiría el punto de partida para la elaboración de dicho plan.
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VI. VALORACIÓN FORRAJERA DE LOS RECURSOS PASCÍCOLAS La organización estructural de la vegetación y la composición florística determinan el potencial productivo de las comunidades vegetales, es decir, la cantidad y calidad del forraje que cada tipo de vegetación es capaz de suministrar al ganado anual y estacionalmente. En función de dicho potencial, también denominado existencias consumibles, es posible estimar el número de animales que pueden pastar una superficie determinada en un periodo de tiempo dado (carga ganadera admisible), aspecto básico para poder establecer las pautas de gestión de los recursos pastables. En el caso de comunidades vegetales complejas y pluriestratificadas, la evaluación de la oferta forrajera es de suma complejidad, siendo muy costosa, a efectos prácticos y económicos, la aplicación de los métodos frecuentemente utilizados en el diagnóstico de las características productivas de los pastos (siegas periódicas en jaulas de exclusión y análisis químicos del forraje ofertado, control de la dieta ingerida por los animales en pastoreo, etc.). Es por ello que en el presente trabajo se ha adoptado un método fitológico denominado del Valor Pastoral (Daget y Poissonet, 1.967; 1.972; 1.991) que, sin menos cabo de la fiabilidad, consigue de una forma sencilla, práctica y rentable determinar el potencial ganadero de cada comunidad vegetal. En esencia dicho método consiste en estimar de manera indirecta el valor nutritivo de los pastos a partir del porcentaje de recubrimiento de la vegetación, de la contribución que realizan las diferentes especies vegetales a tal recubrimiento y del valor individual de cada especie en términos de su valor alimenticio. Es de sobra conocido que las especies vegetales presentan diferente valor nutritivo en función de aspectos tales como la digestibilidad, la productividad, la apetecibilidad, la palatabilidad, etc. Por esta causa, a cada planta se le asigna un índice denominado de calidad específico (Is) que toma valores comprendidos entre 0 a 5 (0 = especie de nula calidad, 5 = especie de mayor calidad). Combinando ambas variables, recubrimiento y calidad de las especies, se obtiene un índice relativo llamado Valor Pastoral (VP). De esta manera, y a modo de ejemplo, los pastos con elevada cobertura de especies productivas de buena calidad presentarán valores pastorales mayores que aquellos otros dominados por especies poco o nada palatables. El índice VP es un valor que nos orienta sobre la calidad de los pastos expresada en una escala adimensional que varía entre 0 y 100. Sin embargo no proporciona información sobre la oferta forrajera y, por consiguiente, sobre la carga ganadera admisible (a lo sumo nos informa, por ejemplo, que un pasto con VP = 24 tiene doble valor que otro con VP = 12). Se hace preciso por tanto transformar el VP en valores productivos. Para ello, y tomando como referencia experiencias realizadas mediante controles de oferta y rehuso de forraje en pastos de características ecológicas semejantes a los que nos ocupan, se obtienen estimaciones que relacionan el VP con la oferta forrajera expresada en términos energéticos (UF/ha/año 1 = 60 * VP).
1
Una Unidad Forrajera (UF) es una unidad energética que se define como la cantidad de energía neta suministrada por un kg de cebada de referencia (870 g de materia seca, 2.700 kcal de energía metabolizable). 1 UF = 1.700 kcal de energía metabolizable.
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De esta manera se obtiene la oferta forrajera teórica anual de cada tipo de pasto (media del valor obtenido en los inventarios realizados en todos y cada uno de los recintos en los que aparece cada grupo vegetal). A partir del valor forrajero teórico de cada unidad de vegetación puede determinarse la carga ganadera potencial. Sin embargo, el número de animales que pueden pastar un área concreta es un factor que no sólo viene determinado por la oferta forrajera, sino que, además, depende de otros aspectos tales como la orografía, el sistema de manejo del ganado, del tipo y estado reproductivo del mismo, la eficiencia del pastoreo, etc. La estimación de la carga admisible se inscribe así en el campo de la planificación y ordenación de los recursos pascícolas, no siendo, por tanto, objeto del presente trabajo. No obstante, a modo orientativo y con el fin de ayudar a interpretar los resultados obtenidos, la carga ganadera teórica de cada recurso se puede estimar considerando que las necesidades energéticas diarias de una UGM (1 vaca de 500 kg) en estado de mantenimiento son, por término medio, de aproximadamente 5,2 UF. Los resultados obtenidos en la valoración de las unidades de vegetación se dan siguiendo el orden establecido en el capítulo sobre “Tipificación de los recursos pascícolas”. De cada unidad diferenciada se señala su valor forrajero expresado en UF/ha/año (media del obtenido en todos y cada uno de los inventarios realizados en cada tipo de vegetación), sus rangos de variabilidad, y los principales factores limitantes para su aprovechamiento ganadero. Es preciso señalar, que dadas las fluctuaciones climáticas entre años, la estimación del potencial forrajero por el método adoptado debe ser tomada con ciertos márgenes de confianza.
1. HAYEDOS La oferta forrajera de las comunidades arbóreas densas (los hayedos aclarados están actualmente excluidos al ganado) es de tan sólo 254 UF/ha/año. La escasa luz que llega a los estratos inferiores supone que el número y la cobertura de las especies herbáceas sea muy baja. El suelo está prácticamente recubierto en su totalidad por hojarasca. En todo caso, y exceptuando a Agrostis capillaris, las escasas plantas que se desarrollan en el sotobosque son en general de bajo valor forrajero. No obstante, estas comunidades presentan interés pascícola ya que constituyen lugares de refugio para el ganado frente a las inclemencias climáticas. Así mismo, los animales abrevan en las regatas que discurren en el interior del hayedo y, en primavera, consume los rebrotes de las hayas, lo que en cierta medida impide la regeneración de estas masas. Además, y a pesar de que las hojas de haya tienen baja digestibilidad y contenido proteico, los animales la ramonean cuando el forraje de otros recursos es escaso. De todas formas, la intensidad de consumo de las hojas de esta especie arbórea es en todo caso baja, ya que la mayor parte de las mismas quedan fuera del alcance de los animales.
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2. MATORRAL 2.1. Argomales-Brezales Las comunidades arbustivas dominadas por la otea presentan gran variabilidad en la oferta de forraje. En efecto, los valores forrajeros más bajos se sitúan en torno a 330 UF/ha/año, mientras que los más altos rondan las 1.160 UF/ha/año. Tales variaciones son debidas a la diferente cobertura de los estratos arbustivo y herbáceo, variaciones que son producto del estado de evolución en el que se encuentran estas comunidades.
Tabla 10. Valor forrajero medio y rango de variabilidad de los Argomales-Brezales UF/ha/año Argomales-Brezales
Rango
Media
Mbr
Argomal-Brezal. Variante sin helecho
514 - 734
627
Mbr1
Argomal-Brezal. Variante con helecho
328 – 1.160
804
2.1.1 Argomales-Brezales sin helecho El valor energético medio obtenido en estos matorrales es de 627 UF/ha/año, con valores extremos que oscilan entre 514 UF/ha/año a 734 UF/ha/año (Tabla 10). Si bien la cobertura de Ulex gallii no es muy elevada (entre 35% y 62%) las herbáceas que se desarrollan entre los arbustos son en general de escaso valor nutritivo. Tal es el caso de Agrostis curtisii, especie herbácea más abundante, y de otras como Potentilla erecta, Carex caryophyllea, Molinia caerulea, etc. La proporción de leguminosas herbáceas de calidad (Trifolium repens) es muy baja. Entre las especies palatables de valor forrajero tan sólo presentan una cobertura significativa Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Conviene señalar que la biomasa que crece entre las ramas la otea no es accesible al ganado al ser ésta una especie espinescente. En la valoración realizada no se ha tenido en cuenta la proporción de fitomasa que crece entre tales arbustos. Las especies arbustivas, especialmente las ericáceas, tienen en general un nulo valor forrajero. No obstante, aunque se ha considerado a la otea como una especie de nula calidad (Is = 0), los animales, especialmente el caprino y, en menor medida el vacuno y equino, consumen los brotes tiernos poco lignificados que se desarrollan tras las quemas, ya que éstos son palatables y con un aceptable valor nutritivo (Rigueiro, 1.999). Este hecho junto con el pisoteo hace que estos matorrales se mantengan más o menos abiertos. Sin embargo, este efecto se demuestra actualmente como insuficiente para evitar su rebrote, al menos en las zonas menos pastadas. Se han observado superficies quemadas en primavera con elevados recubrimientos de la otea a los ocho meses de producirse la quema; de ahí que se recurra cíclicamente al fuego para controlar la expansión del matorral.
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Figura 7. Valor forrajero medio y rangos de variabilidad de los diferentes tipos de vegetación
El valor forrajero se expresa en términos energéticos por unidad de superficie y ciclo vegetativo anual (UF/ha/año). Las necesidades energéticas en estado de mantenimiento de una UGM (Unidad de Ganado Mayor = 1 vaca de 500 kg) son del
HAYEDOS DENSOS •
4.500
254 UF/ha/año
ARGOMALES BREZALES • 4.000
De 318 a 1.160 UF/ha/año
PASTIZALES MONTANOS ACIDÓFILOS •
De 814 a 3.084 UF/ha/año
PASTIZALES MONTANOS NITRIFICADOS
3.500
•
De 3.750 a 3.918 UF/ha/año
UF/ha/año
3.000
2.500
2.000
1.500
1.000
500
PLTrPa
PaFrAca3
PaFrAca2
PaFrAca1
PaFrAca
PaAcu
Cr
Mbr1
Mbr
Fsd
0
TIPO DE VEGETACIÓN ARBOLADO Fsd: Hayedos densos MATORRAL Mbr: Argomal-brezal sin helecho Mbr1: Argomal-Brezal con helecho Cr: Espinar de Crataegus monogyna PASTIZAL PaAcu: Pastizal montano acidófilo de Agrostis curtisii PaFrAca: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante “típica” PaFrAca1: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con helecho PaFrAca2: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con Nardus stricta PaFrAca3: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con Poa annua PLTrPa: Pastizal montano nitrificado con Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua 34
Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
2.1.2. Argomales-Brezales con helecho La biomasa herbácea pastable es en este caso mayor que en los argomales sin helecho. Son matorrales más abiertos debido a las quemas y a la mayor intensidad de pastoreo que soportan. En los claros del matorral el pastoreo provoca el aumento de cobertura de plantas de calidad forrajera (Agrostis capillaris, Festuca rubra gr., etc.) y la reducción de otras de escasa palatabilidad poco resistentes al consumo y pisoteo (Agrostis curtisii). Todo ello determina que el valor forrajero sea en este caso más elevado que en el caso precedente, situándose en torno a 800 UF/ha/año. No obstante, se produce una cierta variabilidad en la oferta forrajera según la zona que se trate, variabilidad que no está ligada a la presencia de helechos (al menos directamente) sino a la mayor o menor cobertura del estrato arbustivo y consecuentemente del herbáceo.
En controles de biomasa del pasto herbáceo de estos matorrales realizados en Sorogain (Mangado et al., 2.000), se encuentran producciones en torno a 1.500 kg MS/ha/año. Considerando la cobertura media del estrato arbustivo en los argomales con y sin helecho (34% y 40% respectivamente), se obtendrían en consecuencia unas producciones totales de 990 y 900 kg MS/ha/año. En pastos de características similares a los que se desarrollan entre la argoma (Amorena, 1.988, Albizu, et al. 1995), se ha encontrado que la producción alcanza su máximo en agosto. A partir de este mes la desciende aproximadamente a la mitad hasta la parada vegetativa (noviembrediciembre). Los valores energéticos encontrados se relacionan con la baja producción del pasto herbáceo y la escasa cobertura de especies de calidad. Basándonos en los datos aportados por los autores citados, el pasto herbáceo se caracteriza por el alto contenido en “materia seca” (MS) y paredes celulares, se trata por tanto de un forraje maduro con un cierto grado de embastecimiento. No obstante lo anterior, el ganado puede digerirlo con facilidad ya que presenta bajos contenidos en lignina. Pese a la baja contribución que realizan las leguminosas a la biomasa anual, el porcentaje de proteína bruta se puede considerar como medio. En cuanto a los minerales, el contenido en Ca se sitúa en valores aceptables, pero no así el de P cuyos valores están lejos de alcanzar el mínimo exigible según las normas zootécnicas.
2.2. Espinares Al tratarse en general de formaciones cerradas con escaso desarrollo de herbáceas su valor como recurso forrajero es muy bajo. Debido a que son matorrales prácticamente impenetrables no se han podido llevar a cabo inventarios florísticos que permitan evaluar su oferta forrajera. Por este motivo, se ha optado por asignarles el valor más bajo encontrado en las comunidades del monte, es decir, el de los hayedos densos (254 UF/ha/año). Cuando el porte de los espinos no es muy alto el ganado ramonea las ramas bajas de los mismos confiriendo a éstos un aspecto característico. Cuando los espinos tienen mayor talla y forman comunidades más abiertas el ganado acude a ellos en busca de refugio ante las inclemencias climáticas.
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Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
3. PASTIZALES 3.1. Pastizales montanos mesófilos acidófilos La transformación del matorral a pastizales mediante el desbroce, encalado y fertilización, conlleva el desarrollo de comunidades herbáceas cuyos valores forrajeros son significativamente más elevados que las fitocenosis originarias. La oferta forrajera expresada en términos energéticos oscila así entre 1.032 UF/ha/año y 3.084 UF/ha/año (Tabla 11). El desbroce, las enmiendas y la fertilización junto con el pastoreo producen así incrementos en el valor forrajero que oscilan entre 228 UF/ha/año y 2.280 UF/ha/año.
Tabla 11. Valor forrajero medio y rango de variabilidad de los pastizales montanos acidófilos UF/ha/año Rango
Media
1.834 - 2.397
2.098
PFrAca1 De Festuca rubra y Agrostis capillaris. Variante con helecho
2.020 – 2.102
2.061
PFrAca2 De Festuca rubra y Agrostis capillaris. Variante con Nardus stricta
1.693 – 1.852
1.773
PFrAca3 De Festuca rubra y Agrostis capillaris. Variante con Poa annua
2.850 – 3.319
3.084
814 – 1.249
1.032
Pastizales montanos acidófilos PFrAca
PAcu
De Festuca rubra y Agrostis capillaris. Variante “típica
De Agrostis curtisii
3.1.1. Pastizales montanos mesófilos acidófilos de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris 3.1.1.1. Variante típica El aumento de la fertilidad del suelo provocado por las labores de mejora, junto con el abonado debido a las deyecciones del ganado, significa la proliferación de un pastizal en el que dominan especies de calidad forrajera media (Is = 2 y 3), como lo son Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Así mismo los incrementos en los nutrientes disponibles en el suelo induce el aumento de leguminosas de alta calidad y, en concreto, de Trifolium repens (Tabla 12). No obstante lo anterior, siguen siendo frecuentes y, en ocasiones abundantes, otras especies de bajo y nulo valor forrajero (Galium saxatile, Luzula campestris, Carex cariophyllea, Potentilla erecta, Poa annua, Cerastium fontanum, etc.). La mayor cobertura de plantas de calidad forrajera determina que el forraje tenga contenidos algo más bajos en “materia seca” y FB que en el pasto herbáceo de los matorrales de otea. Aunque los porcentajes de paredes celulares siguen siendo elevados, la digestibilidad es también algo mayor así como la proporción de proteína, hecho éste del todo lógico si se tiene en cuenta la mayor cobertura de leguminosas. Debido a los abonados y a la fertilidad aportada por el ganado los contenidos en P se sitúan en valores considerados en zootécnia como adecuados. La producción energética media obtenida es de 2.098 UF/ha/año, con mínimos y máximos que varían, según la proporción de las diferentes especies, entre 1.834 UF/ha/año y 2.397 UF/ha/año respectivamente. Si se considera que una Unidad de Ganado Mayor (UGM = 1 vaca de 500 kg) necesita en estado de mantenimiento y en pastoreo extensivo del orden de 5,2 UF/día, se deduce que, durante la estancia del ganado en el comunal (180 días), una hectárea de estos pastizales es capaz de alimentar a 2,2 UGM, el doble que en los matorrales de otea.
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Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
La producción de fitomasa encontrada por Mangado et. al. (2.000) se sitúa en torno a 3.900 kg MS/ha/año, es decir, tres veces mayor que en los matorrales de otea. La textura de los suelos en los que se desarrollan estos pastizales y las posiciones topográficas de escasa pendiente en la parte baja de las laderas y, por tanto, con suelos de mayor profundidad, supone que el forraje no se vea afectado por la parada estival. Su producción sigue una línea regular y decreciente a partir de julio, mes en el que se alcanza los máximos valores. La calidad del forraje y, por consiguiente, el valor energético, sigue el mismo modelo estacional. Se trata así de fitocenosis más productivas y precoces que los pastizales que se desarrollan entre el matorral. Admiten, por tanto, una mayor carga ganadera y un aprovechamiento más temprano que aquellos.
3.1.1.2. Variante con helecho El pasto en el que se desarrollan los helechos presenta una composición florística similar al de la variante anterior. Esta similitud puede deberse a la elevada intensidad de pastoreo que, pese a la presencia de helechos, soportan de igual manera los pastizales-helechales. Las especies más abundantes son en este caso también las de calidad media (Agrostis capillaris, Festuca rubra gr., etc.). Las plantas de alto valor forrajero (Trifolium repens) tienen coberturas algo más bajas que en la variante anterior. Son frecuentes asimismo las de nula calidad (Galium saxatile, Potentilla erecta, Luzula campestris, Rumex acetosella, etc.) El valor forrajero toma así valores semejantes al caso precedente, situándose en torno a 2.061 UF/ha/año. El efecto de la presencia de helechos no influye así de manera determinante en el valor energético anual de la hierba disponible para el ganado. Pese a que las hojas de helecho protegen a las herbáceas de la elevada insolación a la vez que permiten la entrada de suficiente luz para no impedir totalmente su crecimiento, parece que ejercen cierta influencia en la variación estacional de la producción y calidad del pasto. Así, en pastizaleshelechales de composición florística similar a los que nos ocupan ubicados en Aézcoa, se establece que la producción y calidad de las herbáceas decrece considerablemente a partir del momento en el que las frondes del helecho alcanzan su máximo desarrollo (mediados de agosto) (Amorena, 1.988). Esto estaría en consonancia con lo expresado por los ganaderos en el sentido de que la hierba que crece debajo de los helechos “no tiene fuerza”, lo que debería verificarse con los correspondientes métodos de control estacionales (siega de forraje y análisis químicos).
3.1.1.3. Variante con Nardus stricta Cuando en los pastos mejorados de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris la intensidad de pastoreo no es muy elevada, comienzan a ser más frecuentes especies de bajo y nulo valor forrajero a la vez que disminuyen las de alta calidad y palatabilidad. Entre aquellas destaca Nardus stricta, gramínea amacollada que es poco utilizada por el ganado (tan sólo el vacuno y caballar consume los rebrotes poco lignificados) y, entre las segundas, Trifolium repens que, pese a los abonados fosfóricos, es escasa en esta variante. Cargas ganaderas por debajo del potencial forrajero implican la existencia de abundantes rehusos al final del periodo de pastoreo que dificultan el rebrote del pasto en la primavera siguiente y el desarrollo de especies rastreras más exigentes en luz, como lo son las leguminosas.
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Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain Tabla 12. Valor forrajero de las principales especies que componen los recursos pastables de Sorogain y grado de presencia en los diferentes tipos establecidos.
Nulo (Is = 0)
Bajo (Is = 1)
Medio (Is = 2 y 3)
Alto (Is = 4 y 5)
Calluna vulgaris
Agrostis curtisii
Agrostis capillaris
Lolium perenne
Daboecia cantabrica
Brachypodium rupestre
Festuca rubra gr.
Poa pratensis
Erica sspp.
Carex cariophyllea
Poa annua
Trifolium pratense
Ulex galli
Danthonia decumbens
Achillea millefolium
Trifolium repens
Vacinium myrtillus
Leontodon sp.
Plantago lanceolata
Cerastium fontanum
Molinia caerulea
Galium saxatile
Taraxacum sp.
Hypochoeris radicata Luzula campestris Nardus stricta Potentilla erecta
Las plantas presentan diferente valor nutritivo en función de aspectos tales como la digestibilidad, la productividad, la apetecibilidad, la palatabilidad, etc. A cada especie se le asigna un índice denominado de calidad específico (Is) que toma valores comprendidos entre 0 a 5 (0 = especie de nula calidad, 5 = especie de mayor calidad).
Potentilla montana Ranunculus sspp. Rumex acetosella Serratula tinctoria
La mayor calidad de una planta es consecuencia de sus contenidos más bajos en fibra y paredes celulares y más altos en proteína, digestibilidad de la materia orgánica, etc.
Stellaria media
Fsd Mbr Mbr1 PaAcu PaFrAca PaFrAca1 PaFrAca2 PaFrAca3 PLTrPa
Especies de nulo valor forrajero + +++ +++ +++ ++ ++ ++ + +
Especies de valor forrajero bajo + ++ ++ +++ + + + + +
Especies de valor forrajero medio + ++ ++ +++ +++ +++ +++ +++
Especies de valor forrajero alto + + + ++ +++
Cobertura: - Ausentes; + < 10%; ++ entre 10% y 30%; +++ >30% TIPO DE VEGETACIÓN ARBOLADO Fsd: Hayedo denso MATORRAL Mbr: Argomal-brezal sin helecho (variante “típica”) Mbr1: Argomal-Brezal con helecho Cr: Espinar de Crataegus monogyna PASTIZAL PaAcu: Pastizal montano acidófilo de Agrostis curtisii PaFrAca: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante “típica” PaFrAca1: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con helecho PaFrAca2: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con Nardus stricta PaFrAca3: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con Poa annua 38 PLTrPa: Pastizal montano nitrificado con Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua
Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
Según Mangado et al. (2.000) las producciones de estos pastizales son las más elevadas del conjunto de las comunidades herbáceas del comunal, alcanzando 5.000 kg MS/ha/año. Sin embargo, la mayor abundancia de plantas de escasa calidad condiciona el valor energético del forraje. La valoración realizada en este trabajo sitúa dichos valores en torno a 1.700 UF/ha/año.
3.1.1.4. Variante con Poa annua En el extremo opuesto a la variante anterior se encuentran los pastos que soportan una intensa presencia del ganado. En ellos, el aumento de la fertilidad debida a las deyecciones junto con factores ligados a la competencia intraespecífica determina una mayor abundancia de plantas de alto y medio valor forrajero. Así, las especies que en general tienen escasa calidad y palatabilidad (bajos contenidos en proteína, baja digestibilidad de la materia orgánica y elevados porcentajes de paredes celulares) son substituidas por otras de mayor valor forrajero. Se producen de está manera incrementos considerables en la cobertura de Poa annua y, en menor medida, de Trifolium repens, Lolium perenne, Poa pratensis, etc. Sin embargo, la excesiva carga ganadera de estos espacios se traduce asimismo en la presencia de plantas de nulo valor forrajero. El caso más significativo es el de Stellaria media y Cerastium fontanum. El dominio de taxones de alto valor pascícola determina que la oferta energética media anual de estos pastos sea elevada, en torno a 3.100 UF/ha/año. Aún siendo así pastos de alta calidad relativa, la elevada presencia de Poa annua determina una marcada estacionalidad productiva. En efecto, la mencionada especie es una gramínea de ciclo corto (anual) de desarrollo fundamentalmente primaveral. Se ha constatado que a partir de julioagosto esta planta comienza a secarse dando al pasto un característico aspecto verde amarillento. Es de prever, por tanto, que la mayor producción y calidad de estos pastos se concentre en primavera, momento a partir del cual decrece considerablemente.
3.1.2. Pastizales montanos mesófilos acidófilos de Agrostis curtisii La disminución de la presión de pastoreo en los pastos señalados anteriormente se traduce en el aumento de cobertura de especies acidófilas de baja calidad forrajera a costa de las de mayor valor pascícola. Entre aquellas destaca Agrostis curtisii, gramínea de hojas finas de color verde grisáceo, y otras como Nardus stricta, Molinia caerulea, etc. Al igual de lo que ocurría en los pastos de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris menos pastados (variante con Nardus stricta) y, posiblemente por las mismas razones, la contribución de las leguminosas a la fitomasa total es escasa, por lo que es de prever que el contenido en proteína en estos pastos sea, al igual que en la citada variante, bajo o medio. La calidad de estas fitocenosis que, como se ha mencionado en un capítulo anterior ocupan una reducida extensión en el comunal, es de este modo menor que en los casos precedentes. Los valores energéticos obtenidos son del orden de 1.000 UF/ha/año, con mínimos y máximos de 814 UF/ha/año y 1.249 UF/ha/año respectivamente (Tabla 11). Son por tanto valores próximos a los encontrados en los matorrales de argoma.
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Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
En controles realizados en estas comunidades (Mangado et al. 2.000) se obtienen producciones en torno a 2.000 kg MS/ha/año con valores similares en el primer corte (julio) y el segundo (octubre). Por la baja utilización que el ganado hace de estos pastos es de esperar que la calidad y el valor energético disminuya en el transcurso del periodo de pastoreo. Las plantas se van embasteciendo por falta de aprovechamiento. A su vez la acumulación de fitomasa sin consumir impide en cierta medida el rebrote subsiguiente del pasto.
3.2. Pastizales montanos mesófilos nitrificados de Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua En superficies localizadas en posiciones topográficas llanas y de suelos profundos que soportan altas intensidades de pastoreo se desarrollan pastizales que, desde un punto de vista forrajero, se caracterizan por la abundancia de plantas de elevado valor pascícola. Dominan así las gramíneas consideradas como muy buenas y buenas forrajeras como son Lolium perenne, Poa annua, Agrostis capillaris, Poa pratensis, Holcus lanatus, etc. (Tabla 12). Las leguminosas de alta calidad (Trifolium repens y T. pratense) son asimismo abundantes. Todas estas especies indican el enriquecimiento del nivel trófico del suelo debido al aporte de nutrientes por las deyecciones del ganado.
Tabla 13. Valor forrajero medio y rango de variabilidad de los pastizales montanos nitrificados UF/ha/año Pastizal montano nitrificado PLTrPa Pastizal montano nitrificado con Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua
Rango
Media
3.750 – 3.918
3.834
Se trata así de pastos de elevada calidad forrajera cuya producción energética, con valores máximos cercanos a 4.000 UF/ha/año (Tabla 13), es la más elevada de todas las fitocenosis presentes en el comunal. No obstante estas cifras, la reducida superficie que ocupan en el monte (2% del total) hace que su contribución a la oferta forrajera global del comunal sea baja.
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Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
VII. DINÁMICA DE LA VEGETACIÓN Y DE SU VALOR FORRAJERO EN FUNCIÓN DE LOS APROVECHAMIENTOS: ESTABILIDAD, CONSERVACIÓN Y DEGRADACIÓN DE LOS PASTOS La tipificación realizada sobre los recursos pastables del comunal se ha basado fundamentalmente en la composición botánica y en la estructura vertical y horizontal de las fitocenosis. Sin embargo, un punto de gran interés es relacionar las características de la vegetación y su evolución con los aprovechamientos que se vienen realizando. El conocimiento de cómo afectan los usos al potencial forrajero de las comunidades vegetales y a la conservación del medio puede aportar información sobre la idoneidad y oportunidad de los mismos y, por lo tanto, y en su caso, posibilita el planteamiento de las modificaciones necesarias para conseguir que la gestión de los recursos se realice de manera racional y rentable, basada en la capacidad de acogida de los ecosistemas. Las labores de mejora realizadas junto con el pastoreo han configurado el paisaje actual del monte. En él se alternan comunidades de características ecológicas y forrajeras contrastadas que se relacionan por un proceso dinámico de sucesión. Se trata así de fitocenosis de carácter secundario debido a la secular e intensa intervención antrópica y ganadera. Los matorrales son quemados recurrentemente para favorecer el desarrollo de herbáceas o son transformados en pastizales por la acción combinada del desbroce, abonados y el pastoreo. Estas actuaciones determinan el estado actual de la vegetación y su evolución futura. G
Quema del matorral
La quema del matorral es una técnica tradicionalmente utilizada por los ganaderos con el objeto de controlar la invasión de leñosas. La eliminación de la cubierta vegetal por el fuego incrementa los riesgos de erosión por aumento de la escorrentía, factor que se ve acrecentado por las fuertes pendientes en las que, en general, se ubican las áreas quemadas, y por el trasiego frecuente de los animales en ellas. Esto último provoca la aparición de un elevado número de sendas desprovistas de vegetación. El fuego y el pastoreo incrementan, por tanto, la proporción de suelo desnudo. Por otro lado, las quemas provocan una liberalización súbita de nutrientes que los expone a su pérdida por volatilización o por lavado. Dado que los suelos en los que se desarrollan los matorrales de otea son muy ácidos, este hecho entraña la pérdida de la escasa fertilidad que poseen. Las plantas que crecen entre el matorral son en general de escasa palatabilidad y calidad. El fuego destruye el material vegetal acumulado e induce momentáneamente el rebrote de un pasto menos fibroso. No obstante, a corto y medio plazo, son más abundantes algunas especies de escaso valor forrajero que se ven favorecidas por el fuego (Agrostis curtisii, Brachypodium rupestre, etc.) (Figura 8).
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Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
Figura 8. Diferencias florísticas entre los argomales-brezales más cerrados y los quemados recientemente
30 30
25 25
Cobertura(%) (%) Cobertura
20 20
15 15
10 10
55
Antiguas Antiguas quemas quemas
OOtr traas SSuue s el lo o d dees snnu uddo o
UUle le x x g gaal llilii E i Er ri ca i c a v DDa vaag abbo gaan oeec ns s ci i a a c caan nt ta abbr ricica AAg gr ro a osst tisis cu c A ur rti Ag tissi gr ro osst ii i tisis ccaap pi ill llaar PPoot risis teen nt til ill la a e er re ecct FFees taa stutu ccaa rurub br ra MMo a gg ol lin rr in ia ia c c a C aeer Caar ruule reex le a x c a caar ryyo opph hyyl llelea a S Scci DDa illlla annt a v thho veer onni rnna iaa d a deec cuum mb been ns s GGa al liu iu m m s saax SSeer xaat rrarat tilile e u tu la l a t ti HHy innc yppo ct t o occh or ria hooe ia er ris BBr ra i s ra acch r addi hyyp c ic a pood at ta di i u a umm r ruup pees strtre e
00
Quemas Quemas recientes recientes
La evolución posterior de las áreas quemadas viene determinada por la presión de pastoreo. Así se ha constatado que en las zonas que soportan baja presencia del ganado el recubrimiento de la otea es ya importante a los pocos meses de producirse la quema, aunque su altura es en todo caso escasa. En las áreas quemadas que son más intensamente pastadas la reinvasión de esta especie es más lenta, aunque, de todas formas, a los dos o tres años su cobertura y porte ya es considerable. La argoma presenta un sistema radical que sobrevive al fuego, rebrotando vigorosamente de cepa tras el mismo, y un banco de semillas que son estimuladas por el fuego germinando masivamente. La temprana e intensa respuesta por vía vegetativa le permite aprovechar la escasa competencia y la disponibilidad de nutrientes liberados por la combustión de la materia orgánica. Se trata así de una especie que es pirógena a la vez que pirófita. De esta manera el fuego provoca el rebrote vigoroso de la otea que, en último término, cuando el pastoreo no es intenso, lleva a que domine sobre otras arbustivas menos competitivas (caso de las ericáceas) y obviamente sobre las herbáceas. Mediante el efecto combinado del pisoteo y el consumo de los brotes poco lignificados el ganado puede ejercer un cierto control en la reinvasión del matorral. Para ello se suele recomendar la utilización de cargas instantáneas altas. Sin embargo, el aprovechamiento con un número elevado de animales en cortos periodos de tiempo presenta la limitación de las fuertes pendientes de las laderas donde, en general, se instalan estas comunidades. En este sentido se ha observado que los mayores porcentajes de suelo no recubierto se dan en las superficies quemadas con mayor presencia de ganado, lo que en último término puede llevar a la degradación de estas comunidades.
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Figura Figura 9. 9. Esquema Esquema síntesis síntesis de de la la evolución evolución de de la la vegetación vegetación yy de de su su valor valor forrajero forrajero en en función función de de los los aprovechamientos aprovechamientos
Hayedo denso 240 UF/ha/año
Espinar
Argomal-Brezal
240 UF/ha/año
750 UF/ha/año
Argomal-Brezal
Argomal-Brezal quemado
Argomal-Brezal degadado
750 UF/ha/año
600 UF/ha/año
< 600 UF/ha/año
Pastizal de Festuca rubra y Agrostis capillaris con Nardus stricta
Pastizal de Agrostis curtisii 1.032 UF/ha/año
1.773 UF/ha/año
-
Pastizal de Festuca rubra y Agrostis capillaris 2.050 UF/ha/año
Intensidad de pastoreo
Pastizal de Festuca rubra y Agrostis capillaris con Poa annua 3.084 UF/ha/año
+
Desbroce, encalado y abonado
Baja intensidad de pastoreo
Quemas
Alta intensidad de pastoreo
Talas
Sin pastoreo
Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
Si bien en las áreas quemadas la cobertura del estrato arbustivo es menor, la mayor proporción de suelo desnudo junto con la también mayor cobertura de especies herbáceas poco palatables, supone que el valor forrajero sea algo inferior que el de las áreas no quemadas (o quemadas hace más tiempo) (Figura 9). Pero, además, desde un punto de vista de su conservación el fuego supone la degradación de estas comunidades que, como se ha señalado, están consideras como hábitats de interés comunitario en el Anexo I de la Directiva 92/43/CEE.
G
Desbroces, encalados y abonados.
La acidez de los suelos, el alto porcentaje de saturación de Al y los bajos contenidos en P y K son los principales limitantes de la producción y calidad del forraje de los recursos pastables del comunal. Con el objeto de elevar ambos parámetros (producción y calidad), parte de la superficie ocupada anteriormente por comunidades arbustivas ha sido transformada a pastizales mediante el desbroce, encalado y fertilización N-P-K. Estas actuaciones suponen incrementos en la producción herbácea del orden de 2.500 kg MS/ha/año. El valor energético del pasto aumenta entre 228 UF/ha/año y 2.280 UF/ha/año, según se trate de comunidades menos pastadas (pastizales de Agrostis curtisii) o de aquellas que soportan una mayor presencia de ganado (pastizales de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con Poa annua) (Figura 9). Si tras las mejoras los pastos son aprovechados con bajas cargas ganaderas proliferan especies propias de los matorrales (tanto arbustivas como herbáceas) que, en general, son de nula o escasa calidad forrajera (pastizales de Agrostis curtisii y de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris con Nardus stricta). Además, los rehusos impiden el desarrollo de pratenses de calidad y, especialmente, de las leguminosas. En última instancia la utilización de cargas ganaderas por debajo del potencial forrajero hace que las superficies mejoradas evolucionen hacia matorrales de otea. La calidad y palatabilidad de las plantas y, consecuentemente, el valor forrajero del pasto, va disminuyendo a medida la vegetación evoluciona hacia etapas más maduras dentro de la sucesión natural. El aprovechamiento de las áreas transformadas con cargas ganaderas acordes a su potencial pascícola implica la proliferación de especies adaptadas al pisoteo y a la mayor fertilidad edáfica, de las que buen número son de alto valor forrajero (pastizales de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris “típicos”) (Tabla 14). En los pastos montanos la presencia de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris es considerada como indicadora de suelos con una mayor fertilidad y mejor drenados. El incremento excesivo de la fertilidad del suelo debido a dosis demasiado altas de abono y/o a la elevada presencia del ganado supone cambios importantes en la estructura y composición florística de los pastizales. En estas condiciones se incrementa la cobertura de especies de cierto carácter invasor. Desde un punto de vista ecológico la presencia de comunidades dominadas por dichas especies (pastizales de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris con Poa annua) debe interpretarse como una degradación de los pastos de los que proceden. Incluso desde una perspectiva productivista dichas fitocenosis, aún teniendo valores nutritivos elevados, presentan una limitación para su aprovechamiento inducida por la presencia de tales especies, ya que al tratarse de plantas de ciclo corto (anuales), confieren al pasto una marcada estacionalidad productiva.
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TablaTipificación, 14. Especiesvaloración indicadoras de la fertilidad de losdesuelos y de ladel intensidad de pastoreo y grado de forrajera y cartografía los pastos monte comunal de Sorogain presencia en los tipos de vegetación diferenciados
De tendencia acidófila
De medios ricos en elementos nutritivos (Abonado y/o pastoreo)
Infrapastoreo
Sobrepastoreo
Calluna vulgaris
Lolium perenne
Ulex gallii
Poa annua
Daboecia cantabrica
Poa pratensis
Calluna vulgaris
Rumex acetosella
Erica ciliaris
Trifolium pratense
Daboecia cantabrica
Rumex sp.
Vacinium myrtillus
Trifolium repens
Erica sspp.
Cirsium sp.
Agrostis curtisii
Agrostis capillaris
Vacinium myrtillus
Stellaria media
Molinia caerulea
Festuca rubra gr.
Crataegus monogyna
Cerastium fontanum
Galium saxatile
Achillea millefolium
Fagus sylvatica (arbus.)
Suelo desnudo
Luzula campestris
Plantago lanceolata
Agrostis curtisii
Nardus stricta
Leontodon sp.
Brachypodium rupestre
Potentilla erecta
Taraxacum sp.
Nardus stricta
Serratula tinctoria Danthonia decumbens Jasione laevis
Fsd Mbr Mbr1 PaAcu PaFrAca PaFrAca1 PaFrAca2 PaFrAca3 PLTrPa
De tendencia acidófila
De medios ricos en elementos nutritivos (abonado y/o pastoreo)
Infrapastoreo
Sobrepastoreo
+ +++ +++ ++++ ++ ++ +++ + +
+ ++ ++ ++++ ++++ ++++ ++++ ++++
++++ ++++ +++ + + ++ -
+ + + + + +++ ++
Cobertura: - Ausentes; + < 10%; ++ entre 10% y 20%; +++ entre 20% y 40%; ++++ >40% TIPO DE VEGETACIÓN ARBOLADO Fsd: Hayedo denso MATORRAL Mbr: Argomal-brezal sin helecho (variante “típica”) Mbr1: Argomal-Brezal con helecho Cr: Espinar de Crataegus monogyna PASTIZAL PaAcu: Pastizal montano acidófilo de Agrostis curtisii PaFrAca: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante “típica” PaFrAca1: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con helecho PaFrAca2: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con Nardus stricta PaFrAca3: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con Poa annua PLTrPa: Pastizal montano nitrificado con Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua
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Tipificaci贸n, valoraci贸n forrajera y cartograf铆a de los pastos del monte comunal de Sorogain
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Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
VIII. DIRECTRICES GENERALES CONSERVACIÓN DE LOS PASTOS
PARA
EL
APROVECHAMIENTO
Y
A partir de la caracterización ecológica y productiva de los recursos realizada en este trabajo señalaremos a continuación las normas orientativas de valor general, útiles para abordar la planificación del uso y conservación de los pastos. Ø En general, la utilización del fuego como herramienta de control del matorral es poco recomendable dados los riesgos asociados que conlleva debidos a las fuertes pendientes y la escasa mejora que, al menos a medio y largo plazo, se produce en el potencial forrajero. Esta técnica tan sólo debería plantearse en las superficies de menor pendiente como complemento a otras labores agronómicas de mejora (encalados, abonados, etc.) y al pastoreo. En el correspondiente plan de gestión pascícola deberían concretarse y localizarse las superficies susceptibles de ser quemadas, la frecuencia y época más idónea de la quema, etc. Ø En todo caso, cualquier planteamiento que se haga para el manejo de los matorrales debe tener en cuenta su función protectora y estabilizadora. El estado idóneo de estas comunidades debería estar constituido por un mosaico en el que se alternen áreas de matorral abierto, accesibles al ganado, con otras más cerradas que constituyan lugares de refugio para la fauna silvestre. Ø Para mantener las superficies de matorral abiertas lo más recomendable es emplear al propio ganado como herramienta de control de las arbustivas. La utilización de cargas ganaderas instantáneas altas presenta el inconveniente del riesgo de desencadenar procesos erosivos severos dadas las fuertes pendientes de las laderas. Por ello debería sopesarse la oportunidad de utilizar animales ramoneadores. En este sentido, en estudios realizados en matorrales de características similares, el ganado caprino se ha mostrado como el más efectivo para controlar a la otea. Los caprinos consumen intensamente estos arbustos independientemente de la fitomasa herbácea ofertada. Ø Los desbroces del matorral sólo deben afectar a las áreas con pendientes < 20-30% y suelos profundos. Al igual que en lo señalado para las quemas, en el hipotético plan de gestión deberían localizarse las zonas más idóneas y se tendría asimismo que estimar la proporción de superficie que es conveniente mantener sin arbustos en función de las necesidades reales en forraje del ganado pastante. Ø Las enmiendas y abonados deben programarse como complemento a los desbroces para mejorar, en una primera fase, la fertilidad del suelo y propiciar el desarrollo de un pasto que satisfaga las necesidades del ganado en forraje en cantidad y calidad, en función de su estado fisiológico y de su tiempo de estancia en el comunal. En todo caso, las enmiendas calizas no deben nunca elevar el pH, en una sola vez, en más de una unidad. La utilización de dosis excesivas puede propiciar la pérdida en la asimilabilidad de los nutrientes. Ø Posteriormente el mantenimiento de la fertilidad debe procurarse con una adecuada gestión del ganado. Las fertilizaciones en N-P-K deben compensar las extracciones y pérdidas de estos elementos. Como norma general las necesidades de fertilización deben ajustarse a las cantidades de estos nutrientes exportados por la hierba pastada, una vez descontadas las restituciones debidas a las deyecciones. Para ajustar el tipo y dosis de abonado sería conveniente efectuar un estudio detallado de las características fisico-químicas de los suelos del comunal. Ø Con el objeto de que los pastizales no se degraden tanto por falta de pastoreo como por exceso y, para que las mejoras que se realicen persistan y, por tanto, para que las inversiones
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Tipificación, valoración forrajera y cartografía de los pastos del monte comunal de Sorogain
efectuadas sean rentables, es fundamental planificar el manejo del ganado adecuando la carga ganadera y los periodos de estancia en las diferentes áreas del comunal a las particulares características productivas y fenológicas de los pastos. En este sentido, debería contemplarse la conveniencia de instalar las infraestructuras ganaderas necesarias que, junto con las ya existentes, permitan un aprovechamiento más homogéneo de los recursos del que actualmente se produce, aprovechamiento que en determinadas superficies está suponiendo la degradación de hábitats incluidos en el Anexo I de la Directiva 92/43/CEE.
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Tabla 15. Directrices generales para el aprovechamiento ganadero de los recursos pascícolas de Sorogain
Fsd
Fuego
Desbroce
Encalado y Fertilización
No necesario
No necesario
No necesario
Mbr
No recomendado Sólo en pendientes < 20%
Tras los desbroces
Mbr1
No recomendado Sólo en pendientes < 20%
Tras los desbroces
PaAcu
No recomendado
Como mantenimiento cuando la proporción de leñosas sea > 40-50%
Recomendado tras la mejora inducida por el pastoreo
PaFrAca
No recomendado
No necesario si la carga ganadera es la correcta
Abonados de mantenimiento para restituir las extracciones debidas al ganado
PaFrAca1
No recomendado
Recomendado en pendientes < 20% para eliminar el helecho
Abonados de mantenimiento para restituir las extracciones debidas al ganado
PaFrAca2
No recomendado
No necesario si la carga ganadera es la correcta
Emmiendas de manetnimiento y abonados para restituir las extracciones debidas al ganado
PaFrAca3
No recomendado
No necesario si la carga ganadera es la correcta
No necesario
PLTrPa
No recomendado
No necesario si la carga ganadera es la correcta
No necesario
Carga ganadera recomendada:
Baja;
Media;
Carga ganadera recomendada
Alta
(en relación al potencial forrajero de la vegetación) TIPO DE VEGETACIÓN ARBOLADO Fsd: Hayedo denso MATORRAL Mbr: Argomal-brezal sin helecho (variante “típica”) Mbr1: Argomal-Brezal con helecho Cr: Espinar de Crataegus monogyna PASTIZAL PaAcu: Pastizal montano acidófilo de Agrostis curtisii PaFrAca: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante “típica” PaFrAca1: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con helecho PaFrAca2: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con Nardus stricta PaFrAca3: Pastizal montano acidófilo de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris. Variante con Poa annua PLTrPa: Pastizal montano nitrificado con Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua
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IX. CARTOGRAFÍA DEL VALOR FORRAJERO DE LOS RECURSOS PASCÍCOLAS IX.1. Consideraciones previas Una vez realizada la tipificación y valoración forrajera de la vegetación del comunal se ha procedido a la elaboración de un documento cartográfico a escala 1:25.000 que sintetiza la información obtenida. Cada tipo de vegetación viene representado por recintos cerrados identificados por su correspondiente código y abreviatura. Los colores definen intervalos de calidad forrajera expresada en términos energéticos (UF/ha/año). El valor forrajero de cada tipo de vegetación es la media de todos los muestreos realizados en los diferentes recintos que ocupa. Obviamente, diferentes tipos de vegetación pueden pertenecer a una misma categoría y, por consiguiente, todos sus recintos vienen definidos por el mismo color y trama. En la leyenda del mapa se definen las unidades de vegetación pertenecientes a cada categoría forrajera, la superficie en hectáreas de cada una de aquellas, su valor forrajero medio anual (UF/ha/año) y el total correspondiente a cada unidad y al conjunto del comunal (UF/año). Se añade de igual manera la superficie ocupada por cada categoría forrajera (suma de las correspondientes a las unidades de vegetación incluidas en cada una de ellas). El mapa se completa con la localización de las infraestructuras ganaderas presentes en el municipio y con los signos y toponimia convencionales.
IX.2. Unidades cartográficas En los epígrafes siguientes se indican las diferentes unidades cartográficas o categorías forrajeras con representación en el monte de Sorogain (9 en total), así como los tipos de vegetación que se incluyen en cada una de ellas (Tabla 16).
G
Zonas excluidas al ganado
En esta categoría se incluyen los hayedos en los que se están llevando a cabo actualmente aclareos (Fsc). Son áreas en las que se impide el acceso al ganado con cierres de cara a preservar la regeneración del arbolado. En total ocupan 63,6 ha localizadas en el paraje Odiego.
G
Recursos con valor forrajero inferior a 300 UF/ha/año
La superficie correspondiente a esta clase es de 91,4 hectáreas, equivalentes al 13% del territorio. Engloba a las unidades de vegetación que desde un punto de vista forrajero se caracterizan por presentar valores productivos muy bajos (en torno a 250 UF/ha/año). Son los hayedos densos (Fsd) y los espinares (Cr). La elevada densidad de los estratos superiores impide el desarrollo de especies en el sotobosque. Sólo se presentan un reducido número de plantas con escasa cobertura y que, en todo caso, tienen escaso interés ganadero.
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El uso pastoral de las masas arboladas debe supeditarse a las exigencias y turnos selvícolas. No obstante, dado su interés pascícola como áreas de refugio de los animales, debe considerarse la conveniencia e incluso la necesidad de, en su momento, dejar parte de su superficie abierta al libre acceso del ganado. En el caso de los espinares debe tenerse en cuenta su función estabilizadora y protectora así como el hecho de constituir lugares de refugio para el ganado. En este sentido debería sopesarse la oportunidad de mantener o crear pequeñas teselas, no muy densas, en las áreas de mayor pendiente, con la doble finalidad de proporcionar áreas de sombra para el ganado, y de cara a evitar posibles fenómenos erosivos debidos al trasiego de los animales.
G
Recursos con valor forrajero entre 601 y 900 UF/ha/año
En esta clase se incluyen los matorrales de argoma tanto en la variante sin helecho (Mbr), como la que presenta coberturas, en ocasiones considerables, de helecho (Mbr1). La superficie ocupada por esta unidad cartográfica es de 324 hectáreas (45,8% del territorio), constituyendo, de este modo, la unidad de mayor extensión del comunal. Los valores forrajeros medios de las dos comunidades aquí incluidas son de 627 UF/ha/año y 804 UF/ha/año. Estos valores presentan cierta variabilidad dependiendo de la mayor o menor cobertura de los estratos arbustivo y herbáceo, de la proporción de suelo no recubierto por la vegetación y de la contribución que realizan las especies de calidad forrajera a la fitomasa herbácea. En general, los valores más bajos se dan en las zonas más cerradas y en las quemadas que son intensamente pastadas. La utilización del fuego como sistema de control de los arbustos es poco aconsejable, al menos en las áreas de mayor pendiente, dados sus efectos de simplificación de los ecosistemas y la posible erosión ligada a la pérdida de la cubierta vegetal. Tal control debe realizarse preferentemente a través del ganado. Debería plantearse la posibilidad de utilizar ganado caprino para el mantenimiento de zonas con matorral abierto. Tales zonas deberían formar mosaico con otras más cerradas. Los desbroces con el objeto de crear superficies de pasto sólo deben afectar a laderas con pendientes inferiores a 20-30%. Tras los desbroces es aconsejable llevar a cabo enmiendas y abonados para favorecer el crecimiento y la calidad de las herbáceas.
G
Recursos con valor forrajero entre 901-1.200 UF/ha/año
En este caso se incluyen los pastizales acidófilos de Agrostis curtisii (PAcu). Estas comunidades se desarrollan en una pequeña extensión del comunal (4,1 ha) y, desde un punto de vista evolutivo, representan las etapas más próximas a los matorrales. Su composición florística es similar a la del estrato herbáceo de éstos, lo que determina que sus valores forrajeros sean semejantes, aunque algo superiores en el caso de estos pastizales. Se desarrollan tras los desbroces del matorral como consecuencia de una baja intensidad de pastoreo que favorece el desarrollo de especies de baja y nula calidad pascícola. Sus posibilidades de mejora pasan por un pastoreo temprano e intenso para controlar las plantas poco palatables por medio del herviborismo y de las deyecciones del ganado.
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G
Recursos con valor forrajero entre 1.501 y 1.800 UF/ha/año
En las zonas mejoradas con cargas ganaderas superiores a los pastos de la clase precedente pero todavía por debajo de su potencial forrajero, se localizan los pastizales de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris en su variante con Nardus stricta (PFrAca2). Sus valores energéticos medios se sitúan en torno a 1.700 UF/ha/año. En conjunto ocupan 32 ha (4,5% del comunal) en el paraje Arbilleta. Al igual que los pastos de la categoría precedente el incremento del potencial productivo de estas comunidades herbáceas debe procurarse complementando el pastoreo intenso con la fertilización (sobre todo con fósforo). El pastoreo intenso, con sus consiguientes efectos de pisoteo, puesta en luz y aceleración de los ciclos de materia orgánica y nutrientes, limita las posibilidades de competencia de las especies menor calidad y favorece a las más valiosas y adaptadas al pastoreo.
G
Recursos con valor forrajero entre 1.801 y 2.100 UF/ha/año
En esta categoría se incluyen las áreas mejoradas en cuya composición florística dominan especies de calidad forrajera aceptable. Se trata de los pastizales de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris tanto en su variante definida como típica (PFrAca), como la que presenta coberturas de helecho considerables (PFrAca1). En conjunto las formaciones incluidas en esta categoría ocupan un total de 144 ha. La composición florística de estas fitocenosis indica cargas ganaderas adecuadas a su potencial forrajero, el cual toma valores medios en torno a 2.000 UF/ha/año. Los helechos no condicionan los valores productivos de estos pastizales, pero si que parecen tener cierta influencia en el modelo estacional de la producción y calidad del forraje herbáceo que se encuentra bajo ellos. Para eliminar el helecho lo más recomendable es proceder al desbroce de estas áreas antes de que desarrollen completamente las frondes. El mantenimiento de su valor forrajero pasa por que se sigan pastando con cargas acordes a su potencial pascícola y, en su caso, por la realización de abonados de mantenimiento. La dosis y el tipo de abono deben calcularse considerando las exportaciones de nutrientes debidos al pastoreo una vez descontadas las restituciones debidas a las deyecciones del ganado.
G
Recursos con valor forrajero entre 3.000 y 3.300 UF/ha/año
La superficie correspondiente a esta categoría es de 27,5 hectáreas, e incluye a la variante con Poa annua de los pastizales de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris (PFrAca3). Se originan a partir de la variante típica de éstos, en lugares de topografía llana de suelos profundos en los que los animales sestean. El efecto combinado del pisoteo y la acumulación de deyecciones induce a la proliferación de especies adaptadas a suelos removidos y a condiciones de mayor fertilidad edáfica. Las plantas que más incrementan su cobertura presentan en general valores nutritivos medios y altos lo que, en última instancia, determinan que el potencial forrajero del pasto sea de los más altos de las fitocenosis del comunal (en torno a 3.100 UF/ha/año).
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Tabla 16. Valor forrajero de cada tipo de vegetación y del conjunto del comunal Categorías forrajeras (UF/ha/año)
Tipo de vegetación
Superficie (ha)
Valor forrajero (UF/ha/año)
Total (UF/año)
Zonas excluidas al ganado
Fsc
Hayedo claro
63,6
-
-
< 300
Fsd
Hayedo denso
78,2
254
3.353
Cr
Espinar
13,2
254
19.863
Mbr
Argomal-Brezal. Variante sin helecho
74,2
627
46.523
Mbr1
Argomal-Brezal Variante con Pteridium aquilinum
249,9
804
200.920
4,1
1.032
4.231
601-900
901-1.200
PAcu
1.501-1.800
PFAca2 Pastizal de Festuca rubra y Agrostis capillaris Variante con Nardus stricta
32,0
1.773
56.736
PFrAca1 Pastizal de Festuca rubra y Agrostis capillaris Variante con Pteridium aquilinum
40,9
2.061
84.295
Pastizal de Festuca rubra y Agrostis capillaris Variante típica
103,3
2.098
216.723
PFAca3 Pastizal de Festuca rubra y Agrostis capillaris Variante con Poa annua
27,5
3.084
84.810
14,7
3.834
56.360
6,3
0
0
1.801-2.100
Pastizal de Agrostis curtissi
PFrAca 3.001-3.300 3.601-3.900
PLTrPa
Improductivo
I
Pastizal de Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua Improductivo Total
707,9
773.814
% sobre oferta total
Figura 10. Contribución (en %) de los diferentes grupos de vegetación a la oferta forrajera total del comunal
0,4 PFrAca Mbr1 PFAca3 PFrAca1 PFAca2 PLPaTr Mbr Fsd PAcu Cr
28,0
0,5 2,6 6,0 7,3
26,0
7,3 10,9 11,0
<300 11,0
601-900
7,3 3,0
901-1200
Figura 11. Contribución (en %) de las diferentes categorías forrajeras a la oferta total del comunal.
1.501-1.800 38,9 32,0
1.801-2.100 3.001-3.300
7,3
0,5
3.601-3.900
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No obstante, aunque la intensa presencia del ganado incrementa el valor de los pastizales acidófilos, la abundancia de especies de ciclo corto (Poa annua) implica una marcada estacionalidad productiva. La existencia de estos pastizales debe interpretarse como indicadora de una excesiva presencia del ganado y de una degradación de los pastos de los que proceden. Mediante una adecuada regulación de las cargas ganaderas debe procurarse que la superficie de estos pastizales no aumente. La disminución de la estancia de los animales en estas áreas es sin lugar a dudas la opción más conveniente para evitar en mayor medida su degradación, aunque esto entrañe una cierta dificultad al ser zonas de querencia del ganado. No se recomienda abonar estas superficies dados los incrementos en nutrientes debidos a la gran acumulación de deyecciones.
G
Recursos con valor forrajero entre 3.601 y 3.900 UF/ha/año
En esta categoría se incluyen los recursos de mayor valor pascícola del comunal. Son los pastizales mesófilos con Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua (PLTrPa). Se localizan en pequeñas parcelas llanas (algunas de ellas antiguamente cultivadas) que soportan un pastoreo intenso pero acorde con sus capacidades productivas. Aunque su potencial forrajero es alto (en torno a 3.800 UF/ha/año) la escasa superficie que ocupan (14 ha) implica que su contribución a la oferta forrajera total sea baja (2%). Por esta razón la realización de abonados no se justifica por su escasa repercusión sobre el potencial forrajero total del monte. La conservación de su valor pascícola debe procurarse mediante el pastoreo.
IX.3. Oferta forrajera total del comunal A partir de la superficie ocupada por los diferentes tipos de vegetación y de su valor forrajero medio anual (UF/ha/año) se obtiene que la oferta forrajera total del monte es de 773.813 UF/año (Tabla 16). Obviamente para el cálculo de este valor no se han tenido en cuenta las áreas excluidas al ganado (63,6 hectáreas). Por tipos de vegetación los recursos que mayor contribución realizan a la oferta total son los pastizales de Festuca rubra gr. y Agrostis capillaris en su variante “típica” (28% de la producción energética anual) y los matorrales de argoma con helecho (26%) (Figura 12). Los pastizales de Lolium perenne, Trifolium repens y Poa annua ofertan porcentajes similares a loa argomales sin helecho, y ello pese a que la superficie ocupada por aquellos supone una quinta parte de la de éstos. La oferta forrajera de los hayedos densos, aún siendo una de las comunidades de mayor extensión, tan sólo supone el 3% de la total del monte, porcentaje que únicamente supera a los de los espinares y los pastizales de Agrostis curtisii, comunidades éstas de extensión mucho menor que los hayedos. Desde un punto de vista más general se observa que los recursos que mayor superficie ocupan (59% del monte) son los que en términos relativos se pueden considerar de valor forrajero bajo (<900 UF/ha/año). Los de valor relativo medio (entre 900 UF/ha/año y 2.000 UF/ha/año) suponen el 26% de la superficie del comunal y, los de alto valor (>2.000 UF/ha/año) el 6%. Sin
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embargo, los que mayor contribución suponen a la oferta energética total son los de valor forrajero medio (47%) (Figura 12).
Figura 12. Contribución (en %) a la oferta forrajera total del comunal y porcentaje de ocupación del suelo de los recursos con valor forrajero relativo bajo, medio y alto % oferta forrajera total
% 100
% superficie del monte 80 60 40 20 0
Recursos de bajo valor forrajero
Recursos de valor forrajero medio
Recursos de alto valor forrajero
% oferta forrajera total
35,0
46,8
18,2
% superficie del monte
58,7
25,5
6,0
UF/ha/año
< 900
900 – 2.100
> 2.100
La comparación entre la oferta forrajera disponible en el conjunto del monte y los requerimientos energéticos anuales del ganado pastante (Iriarte, 2.001), parece desprender que la carga ganadera que soporta el comunal es algo superior a la admisible en función de dicha oferta. Sin embargo, la caracterización de los recursos pastables realizada en este trabajo muestra que la utilización del espacio por los animales es heterogénea, así, mientras que unas zonas presentan síntomas de una excesiva presencia de ganado, en otras se ha constatado un aprovechamiento inferior al potencialmente admisible.
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Y
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Foto 1. El comunal de Sorogain está formado por un mosaico de comunidades vegetales en las que se alternan bosques, matorrales y pastizales. De las 708 ha del monte, los matorrales ocupan el 48% de la superficie total, los pastizales el 36% y los bosques el 20%. En el margen superior pueden observarse los montes Adi (1.446 m) e Iturrumburu (1.312 m).
Foto 2 y 3. Los hayedos ocupan 142 ha. Forman dos grandes masas en los parajes de Arbilleta y Odiego. En función del recubrimiento de las copas se distinguen los claros (foto superior) y los densos (detalle en la foto de la derecha). El denso dosel arbóreo imposibilita, por la falta de luz, el desarrollo de plantas en el sotobosque. La oferta forrajera es por ello muy baja. El ganado utiliza estas masas como refugio ante las inclemencias climáticas.
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Tipificaci贸n, valoraci贸n forrajera y cartograf铆a de los pastos del monte comunal de Sorogain
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Foto 3 y 4. Los argomales-brezales son las comunidades vegetales que mayor superficie ocupan en el comunal (324 ha). Son matorrales de porte bajo dominados por la otea (Ulex gallii) en las que participan en proporciones variables diversas ericáceas y que presentan coberturas variables de los estratos debidas a la acción de las quemas y el pastoreo.
Foto 5 y 6. Los matorrales de otea son quemados para frenar la invasión de leñosas. La combinación del fuego y el pastoreo intenso en zonas de fuerte pendiente produce el incremento de la proporción de suelo no recubierto por la vegetación, aumentando por ello el riesgo de erosión.
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Foto 7 a 9. Los pastizales ocupan un total de 223 ha, el 29 % del monte. Son comunidades originadas por los desbroces del matorral, encalados y fertilizaciones. Se pastan desde mayo a noviembre por ganado vacuno, equino y ovino. Se han diferenciado tres tipos de pastizal y cuatro subtipos.
Foto 10. Ganado vacuno pastando en un pastizal con helecho.
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Anexos: Tablas de inventarios
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Tabla 1: HAYEDOS
Nº Inventario Fecha Altitud (m) Exposición Pendiente º
1 29/6/99 980 N 35
Cobertura estr. Arbóreo (%) Cobertura estr. Arbustivo (%) Cobertura estr. Herbáceo (%) Cobertura Helecho (%) Suelo no recubierto (%)
95 1 14 5 85
Altura estr. Arbustivo (cm)
15
Especies Fagus sylvatica (arbór.) Ilex aquifolium Vaccinium myrtillus Deschampsia flexuosa Agrostis capillaris Galium saxatile Oxalis acetossella
95,0 0,5 0,5 8,0 4,4 0,8 0,8
Valor Pastoral UF/ha/año
4 254
Tabla 2: ARGOMALES BREZALES SIN HELECHO Nº Inventario Fecha Altitud (m) Exposición Pendiente º
2 08-06-99 1.120 E 12
3 9/6/99 1.250 E 27
4 15-06-99 1.020 SW 15
5 29/6/99 1.010 W 17
6 15-06-99 1.040 NW 22
7 29/6/99 1.000 NW 22
Cobertura estr. Arbóreo (%) Cobertura estr. Arbustivo (%) Cobertura estr. Herbáceo (%) Cobertura Helecho (%) Suelo no recubierto (%)
0 42 52 0 6
0 42 48 0 11
0 25 57 0 18
0 65 35 0 0
0 31 62 0 7
0 38 57 0 5
Media 0 40 52 0 8
Mín. 0 25 35 0 0
Máx. 0 65 62 0 18
Altura estr. Arbustivo (cm)
25
30
22
55
40
40
35
22
55
Especies Ulex gallii Erica vagans Daboecia cantabrica Calluna vulgaris Erica cinerea Erica ciliaris Vaccinium myrtillus Agrostis curtisii Agrostis capillaris Potentilla erecta Festuca rubra gr. Carex caryophyllea Molinia caerulea Scilla verna Danthonia decumbens Serratula tinctoria Hypochoeris radicata Galium saxatile Brachypodium rupestre Polygala serpyllifolia Luzula campestris Cirsium acaule Avenula sulcata Carex sp. Thymus polytrichus Leontodon sp. Jasione laevis Crocus nudiflorus Rumex acetosella Poa annua Euphorbia flavicoma sl Veronica officinalis Hieracium pilosella Arenaria obtusiflora Cerastium fontanum Sedum sp. Potentilla montana Nardus stricta Anemome nemorosa Cruciata glabra Lathyrus montanus Ranunculus repens Galium verum Carduncellus mitissimus Hypericum humifusum
25,4 13,2 1,1 1,9 0,0 0,0 0,0 8,2 5,7 2,9 10,6 4,6 0,0 3,6 4,1 4,4 0,9 1,0 0,4 0,1 1,1 0,4 1,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,6 0,0 0,2 0,0 0,5 0,1 0,1 0,1 0,0 0,1 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 0,1
22,3 17,0 0,0 2,4 0,0 0,0 0,0 4,4 8,2 2,3 5,9 1,7 0,0 0,4 1,7 0,4 4,2 3,4 3,4 0,2 0,0 2,3 2,3 0,0 2,5 0,0 1,0 0,6 0,0 0,2 0,8 0,2 0,0 0,0 0,4 0,4 0,2 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0
19,9 4,0 1,0 0,0 0,0 0,0 0,0 14,8 5,5 7,0 3,0 2,6 0,0 0,4 0,7 2,0 4,1 0,0 4,6 3,0 3,3 1,8 0,6 0,0 0,0 0,0 0,6 0,0 1,1 0,6 0,0 0,0 0,6 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0
44,9 0,0 11,0 2,2 6,6 0,0 0,0 14,0 5,6 3,7 1,9 5,6 0,9 0,0 1,9 0,0 0,0 1,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
24,4 2,5 0,4 1,1 0,0 1,8 1,1 17,4 2,2 9,4 2,9 5,3 7,2 4,2 4,8 2,2 0,1 1,7 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 1,5 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 0,0 0,0
22,9 3,0 3,6 2,5 0,0 2,5 3,0 17,0 6,2 5,1 1,8 4,2 13,7 4,8 0,0 0,6 0,3 0,9 0,0 1,2 0,3 0,0 0,0 1,2 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
26,6 6,6 2,8 1,7 1,1 0,7 0,7 12,6 5,6 5,1 4,3 4,0 3,6 2,2 2,2 1,6 1,6 1,5 1,4 1,0 0,8 0,8 0,7 0,5 0,4 0,3 0,3 0,2 0,2 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
19,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 4,4 2,2 2,3 1,8 1,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
44,9 17,0 11,0 2,5 6,6 2,5 3,0 17,4 8,2 9,4 10,6 5,6 13,7 4,8 4,8 4,4 4,2 3,4 4,6 3,0 3,3 2,3 2,3 1,5 2,5 1,4 1,0 0,6 1,1 0,6 0,8 0,5 0,6 0,6 0,4 0,4 0,2 0,3 0,2 0,2 0,2 0,2 0,1 0,1 0,1
Valor Pastoral UF/ha/año
12 734
11 661
10 576
10 514
9 585
11 689
Media 10 627
Mín. 9 514
Máx. 12 734
Tabla 3: ARGOMALES BREZALES CON HELECHO
Nº Inventario Fecha Altitud (m) Exposición Pendiente º
8 1/6/99 1.000 W 27
9 8/6/99 950 NE 21
10 9/6/99 1.030 E 30
11 15/6/99 1.000 SW 15
12 16/6/99 1.040 SE 26
13 16/6/99 1.020 S 24
14 17/6/99 950 W 15
15 22/9/99 940 S 30
Cobertura estr. Arbóreo (%) Cobertura estr. Arbustivo (%) Cobertura estr. Herbáceo (%) Cobertura Helecho (%) Suelo no recubierto (%)
0 26 68 30 6
0 32 60 30 8
0 25 63 5 12
0 56 36 30 8
6 38 59 37 3
0 31 65 25 4
0 21 73 80 6
0 45 47 30 8
Media 1 34 59 33 7
Mín. 0 21 36 5 3
Máx. 6 56 73 80 12
Altura estr. Arbustivo (cm)
15
20
20
30
40
15
20
80
30
15
80
Especies Ulex gallii Erica vagans Daboecia cantabrica Erica cinerea Crataegus monogyna (arbus.) Pteridium aquilinun Agrostis capillaris Festuca rubra gr. Agrostis curtisii Potentilla erecta Carex caryophyllea Brachypodium rupestre Cirsium acaule Galium saxatile Molinia caerulea Hypochoeris radicata Luzula campestris Hieracium pilosella Serratula tinctoria Danthonia decumbens Potentilla montana Scilla verna Ranunculus repens Crocus nudiflorus Polygala serpyllifolia Trifolium repens Arenaria montana Achillea millefolium Lotus corniculatus Thymus polytrichus Plantago lanceolata Prunella vulgaris Stellaria media Viola reichenbachiana Euphrasia salisburgensis Rumex acetosella Euphorbia flavicoma sl Avenula sulcata Pimpinella saxifraga Jasione laevis Lathyrus linifolius Poa pratensis Anthoxanthum odoratum Pedicularis sylvatica Hipericum humifusum Teucrium chamaedrys Bellis perennis Poa annua Veronica serphyllifolia Cerastium fontanum Anemone nemorosa Deschampsia flexuosa Veronica officinalis Trifolium pratense Leontodon sp. Arenaria grandiflora Stachys officinalis Cruciata glabra Sedum sp. Bromus erectus Plantago media
25,5 0,5 0,3 0,0 0,0 30,0 8,9 13,2 0,0 5,7 5,2 5,4 3,7 2,6 0,0 3,5 1,8 0,4 0,0 0,9 2,0 0,6 2,1 1,1 0,5 1,3 0,6 0,6 1,4 0,7 1,3 0,4 0,1 0,0 0,7 0,0 0,4 0,1 0,0 0,1 0,2 0,0 0,8 0,2 0,0 0,0 0,1 0,1 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,1 0,4 0,0 0,2 0,0 0,0 0,1 0,1
27,8 1,7 2,2 0,0 0,0 30,0 9,2 13,4 0,0 5,2 3,1 4,7 2,5 2,3 0,0 2,9 0,2 0,9 0,0 1,6 1,6 0,0 2,5 2,9 0,2 0,4 0,2 1,8 0,0 0,5 0,4 1,4 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0
15,2 8,3 1,0 0,0 0,0 5,0 6,2 6,6 9,6 6,8 0,4 9,6 2,2 0,0 0,0 3,0 0,2 0,6 6,4 1,6 1,0 2,2 0,0 0,6 1,6 0,0 1,6 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 0,6 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,4 0,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
54,9 0,9 0,0 0,0 0,0 30,0 1,5 2,7 9,5 5,6 1,8 2,4 2,7 0,3 0,0 2,1 3,0 2,1 0,6 0,3 0,0 0,6 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
37,7 0,0 0,0 0,0 0,4 37,0 13,9 9,6 0,2 5,3 4,6 2,2 1,4 3,6 0,0 1,7 2,3 0,4 0,0 0,7 2,0 0,1 0,1 0,2 0,4 1,9 0,2 0,6 0,8 0,7 0,5 0,0 0,1 1,1 0,3 0,5 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,4 0,0 0,5 0,3 0,1 0,4 0,2 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 0,0 0,0
26,1 3,7 0,7 0,0 0,0 25,0 8,3 5,8 19,9 3,7 9,1 0,0 0,0 0,0 13,7 0,0 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 1,7 0,0 0,0 0,8 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
20,9 0,0 0,0 0,0 0,0 80,0 20,8 12,2 6,4 9,8 1,8 0,3 4,0 8,6 0,0 0,9 1,8 2,1 0,0 1,2 0,0 0,0 0,3 0,0 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,6 0,0 0,0 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
39,0 2,8 1,4 1,4 0,0 30,0 6,1 1,1 10,6 8,4 5,0 0,0 3,3 1,7 2,2 1,1 0,6 2,2 1,7 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,6 0,0 0,0 0,6 0,6 0,0 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
30,9 2,2 0,7 0,2 0,0 33,4 9,4 8,1 7,0 6,3 3,9 3,1 2,5 2,4 2,0 1,9 1,4 1,1 1,1 0,9 0,8 0,6 0,6 0,6 0,6 0,5 0,4 0,4 0,3 0,3 0,3 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
15,2 0,0 0,0 0,0 0,0 5,0 1,5 1,1 0,0 3,7 0,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
54,9 8,3 2,2 1,4 0,4 80,0 20,8 13,4 19,9 9,8 9,1 9,6 4,0 8,6 13,7 3,5 3,0 2,2 6,4 1,6 2,0 2,2 2,5 2,9 1,6 1,9 1,6 1,8 1,4 0,7 1,3 1,4 1,4 1,1 0,7 0,6 0,6 0,6 1,2 0,6 0,7 0,9 0,8 0,4 0,6 0,5 0,3 0,2 0,4 0,2 0,4 0,4 0,2 0,3 0,4 0,3 0,2 0,2 0,1 0,1 0,1
Valor Pastoral UF/ha/año
16 982
15 876
11 648
5 328
17 996
16 948
19 1.160
8 489
Media 13 804
Mín. 5 328
Máx. 19 1.160
Tabla 4: PASTIZAL MONTANO MESÓFILO ACIDÓFILO DE FESTUCA RUBRA GR. Y AGROSTIS CAPILLARIS VARIANTE "TÍPICA" Nº Inventario Fecha Altitud (m) Exposición Pendiente º
16 16/6/99 1.130 SE 10
17 8/6/99 1.060 SE 13
18 9/6/99 970 NE 15
19 9/6/99 1.140 E 10
20 15/6/99 1.030 W 20
0 0 98 0 2
0 0 97 0 3
0 1 97 0 2
0 0 97 0 3
0 22 74 0 4
-
-
15
-
40
Especies Ulex gallii Agrostis capillaris Festuca rubra gr Trifolium repens Galium saxatile Luzula campestris Poa annua Carex caryophyllea Potentilla erecta Cerastium fontanum Achillea millefolium Serratula tinctoria Merendera pyrenaica Hypochoeris radicata Hieracium pilosella Poa pratensis Rumex acetosella Stellaria media Potentilla montana Ranunculus repens Danthonia decumbens Cirsium acaule Veronica officinalis Agrostis curtisii Ranunculus bulbosus Jasione laevis Lolium perenne Deschampsia flexuosa Bellis perennis Scilla verna Veronica agrestis Plantago lanceolata Polygala serpyllifolia Sedum sp. Avenula sulcata Lotus corniculatus Plantago media Prunella vulgaris Thymus polytrichus Galium verum Brachypodium rupestre Euphorbia flavicoma sl Taraxacum sp.
0,0 25,6 23,2 10,2 9,4 4,5 6,9 2,2 1,4 2,0 0,9 0,0 0,8 0,5 0,3 2,8 0,2 1,3 0,0 0,5 0,9 0,2 0,2 0,0 1,1 0,6 0,9 0,0 0,0 0,2 0,0 0,5 0,3 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2
0,0 25,1 23,3 4,3 6,4 4,6 1,2 6,4 4,9 2,1 4,3 0,6 1,8 1,2 3,4 0,0 0,0 0,0 2,4 0,3 0,3 0,3 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,6 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0
0,7 29,5 27,5 3,9 4,1 1,3 2,2 3,9 7,4 2,6 0,0 6,7 0,4 1,1 0,2 0,9 0,2 0,2 0,7 0,4 0,4 1,5 0,0 1,1 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0
0,0 24,2 21,9 16,1 8,1 6,0 2,9 0,3 0,3 6,6 0,9 0,0 2,6 0,6 0,3 0,0 3,2 1,2 0,0 0,3 0,3 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0
Valor Pastoral UF/ha/año
40 2.397
32 1.920
35 2.071
38 2.269
Cobertura estr. Arbóreo (%) Cobertura estr. Arbustivo (%) Cobertura estr. Herbáceo (%) Cobertura Helecho (%) Suelo no recubierto (%) Altura estr. Arbustivo (cm)
Media 0 4 93 0 3
Mín. 0 0 74 0 2
Máx. 0 22 98 0 4
21,7 21,0 16,1 10,2 9,7 2,7 3,8 2,7 0,0 0,0 2,7 0,0 0,0 1,6 0,5 0,0 0,0 0,5 0,0 1,1 0,5 0,0 0,0 0,5 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
4,5 25,1 22,4 8,9 7,5 3,8 3,4 3,1 2,8 2,7 1,8 1,5 1,1 1,0 0,9 0,7 0,7 0,6 0,6 0,5 0,5 0,4 0,3 0,3 0,3 0,2 0,2 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,0 0,0 0,0
0,0 21,0 16,1 3,9 4,1 1,3 1,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
21,7 29,5 27,5 16,1 9,7 6,0 6,9 6,4 7,4 6,6 4,3 6,7 2,6 1,6 3,4 0,4 3,2 1,3 2,4 1,1 0,9 1,5 1,2 1,1 1,1 0,6 0,9 0,6 0,6 0,4 0,6 0,5 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,2 0,2 0,2
31 1.834
Media 35 2.098
Mín. 31 1.834
Máx. 40 2.397
Tabla 5: PASTIZAL MONTANO MESÓFILO ACIDÓFILO DE FESTUCA RUBRA GR. Y AGROSTIS CAPILLARIS VARIANTE CON HELECHO
Nº Inventario Fecha Altitud (m) Exposición Pendiente º
21 31/5/99 900 W 16
22 15/6/99 1030 W 20
Cobertura estr. Arbóreo (%) Cobertura estr. Arbustivo (%) Cobertura estr. Herbáceo (%) Cobertura Helecho (%) Suelo no recubierto (%)
5 0 91 75 9
0 8 92 40 0
Media 3 4 91 58 5
Mín. 0 0 91 40 0
Máx. 5 8 92 75 9
Altura estr. Arbustivo (cm)
15
24
20
15
24
Especies Ulex gallii Pteridium aquilinun Agrostis capillaris Festuca rubra gr. Galium saxatile Poa annua Potentilla erecta Trifolium repens Carex caryophyllea Luzula campestris Rumex acetosella Hypochoeris radicata Danthonia decumbens Ranunculus repens Achillea millefolium Cirsium acaule Agrostis curtisii Merendera pyrenaica Jasione laevis Stellaria media Aphanes arvensis Deschampsia flexuosa Hieracium pilosella gr. Poa pratensis Potentilla montana Veronica officinalis
0,5 75 33,4 19,9 7,4 6,2 4,4 2,4 2,8 3,0 3,0 1,4 1,0 0,4 0,8 1,2 0,0 1,0 0,4 0,4 0,4 0,0 0,2 0,2 0,2 0,2
8,5 40 30,2 23,5 8,5 4,4 4,4 5,1 3,9 3,2 0,9 1,2 1,4 1,6 0,9 0,2 1,2 0,2 0,2 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0
4,5 57,5 31,8 21,7 8,0 5,3 4,4 3,7 3,4 3,1 2,0 1,3 1,2 1,0 0,9 0,7 0,6 0,6 0,3 0,3 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1
0,5 40,0 30,2 19,9 7,4 4,4 4,4 2,4 2,8 3,0 0,9 1,2 1,0 0,4 0,8 0,2 0,0 0,2 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
8,5 75,0 33,4 23,5 8,5 6,2 4,4 5,1 3,9 3,2 3,0 1,4 1,4 1,6 0,9 1,2 1,2 1,0 0,4 0,4 0,4 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2
Valor Pastoral UF/ha/año
34 2.020
35 2.102
34 2.061
34 2.020
35 2.102
Tabla 6: PASTIZAL MONTANO MESÓFILO ACIDÓFILO DE FESTUCA RUBRA GR. Y AGROSTIS CAPILLARIS VARIANTE CON NARDUS STRICTA Nº Inventario Fecha Altitud (m) Exposición Pendiente º
23 29/6/99 1.110 N 5
24 16/10/99 1.100 N 5
Cobertura estr. Arbóreo (%) Cobertura estr. Arbustivo (%) Cobertura estr. Herbáceo (%) Cobertura Helecho (%) Suelo no recubierto (%)
0 1 99 0 1
0 1 98 0 1
Media 0 1 98 0 1
Mín. 0 1 98 0 1
Máx. 0 1 99 0 1
Altura estr. Arbustivo (cm)
10
15
13
10
15
Especies Vaccinium myrtillus Agrostis capillaris Festuca rubra gr. Galium saxatile Luzula campestris Nardus stricta Carex caryophyllea Molinia caerulea Carex sp. Danthonia decumbens Rumex acetosella Scilla verna Potentilla erecta Poa annua Jasione laevis Polygala serpyllifolia Sedum sp.
0,7 29,6 27,5 16,1 7,3 3,6 3,4 3,2 2,0 1,4 0,9 0,9 0,7 1,4 0,2 0,2 0,2
1,0 26,1 26,1 16,1 7,8 4,7 4,7 4,3 2,2 1,9 1,2 1,2 0,9 0,0 0,3 0,3 0,3
0,8 27,8 26,8 16,1 7,5 4,1 4,0 3,8 2,1 1,6 1,1 1,1 0,8 0,7 0,3 0,3 0,3
0,7 26,1 26,1 16,1 7,3 3,6 3,4 3,2 2,0 1,4 0,9 0,9 0,7 0,0 0,2 0,2 0,2
1,0 29,6 27,5 16,1 7,8 4,7 4,7 4,3 2,2 1,9 1,2 1,2 0,9 1,4 0,3 0,3 0,3
Valor Pastoral UF/ha/año
31 1.852
28 1.693
Media 30 1.773
Mín. 28 1.693
Máx. 31 1.852
Tabla 7: PASTIZAL MONTANO MESÓFILO ACIDÓFILO DE FESTUCA RUBRA GR. Y AGROSTIS CAPILLARIS VARIANTE CON POA ANNUA Nº Inventario Fecha
25 17/6/99
26
840 Todas
970 SW
0 0 98 0 1
0 0 95 0,0 5
-
-
Especies Agrostis capillaris Trifolium repens Poa annua Festuca rubra gr. Poa pratensis Ranunculus repens Achillea millefolium Lolium perenne Bellis perennis Danthonia decumbens Cerastium fontanum Stellaria media Cerastium pumilum Luzula campestris Plantago lanceolata Ranunculus bulbosus Carex caryophyllea Aphanes arvernsis Leontodon sp. Hypochoeris radicata Veronica officinalis Veronica agrestis Hieracium pilosella Taraxacum sp.
26,6 21,8 17,2 7,2 5,2 0,2 4,8 4,1 3,5 2,6 0,2 0,2 0,0 1,1 0,9 0,9 0,7 0,4 0,4 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2
Valor Pastoral UF/ha/año
55 3.319
Altitud (m) Exposición Pendiente º Cobertura estr. Arbóreo (%) Cobertura estr. Arbustivo (%) Cobertura estr. Herbáceo (%) Cobertura Helecho (%) Suelo no recubierto (%) Altura estr. Arbustivo (cm)
15/6/99
Media 0 0 97 0 3
Mín. 0 0 95 0 1
Máx. 0 0 98 0 5
23,8 22,4 21,1 11,9 2,6 7,3 0,0 0,0 0,0 0,0 1,6 1,6 1,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,3 0,3 0,0 0,0
25,2 22,1 19,2 9,5 3,9 3,7 2,4 2,1 1,7 1,3 0,9 0,9 0,8 0,5 0,4 0,4 0,3 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,1 0,1
23,8 21,8 17,2 7,2 2,6 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
26,6 22,4 21,1 11,9 5,2 7,3 4,8 4,1 3,5 2,6 1,6 1,6 1,6 1,1 0,9 0,9 0,7 0,4 0,4 0,3 0,3 0,3 0,2 0,2
48 2.850
Media 51 3.084
Mín. 48 2.850
Máx. 55 3.319
Tabla 8: PASTIZAL MONTANO MESÓFILO ACIDÓFILO DE AGROSTIS CURTISII
Nº Inventario Fecha Altitud (m) Exposición Pendiente º
27 29/6/09 1040 NW 11
28 16-10-99 1050 NW 15
29 29-06-99 1030 NW 8
Cobertura estr. Arbóreo (%) Cobertura estr. Arbustivo (%) Cobertura estr. Herbáceo (%) Cobertura Helecho (%) Suelo no recubierto (%)
0 15 83 0 2
0 4 94 0 2
0 11 89 0 0
Media 0 10 89 0 1
Mín. 0 4 83 0 0
Máx. 0 15 94 0 2
Altura estr. Arbustivo (cm)
50
20
15
28
15
50
Especies Ulex gallii Vacinium mirtillus Calluna vulgaris Erica ciliaris Agrostis curtisii Galium saxatile Festuca rubra gr. Carex caryophyllea Potentilla erecta Agrostis capillaris Molinia caerulea Danthonia decumbens Luzula campestris Scilla verna Nardus stricta Carex sp. Jasione laevis Crocus nudiflorus Polygala serpyllifolia Deschampsia flexuosa
12,0 0,0 1,7 1,7 16,0 9,0 8,8 9,5 13,9 3,9 9,0 4,1 0,8 5,9 0,0 1,0 0,0 0,5 0,0 0,0
3,0 1,0 0,0 0,0 13,3 11,7 10,9 9,0 5,3 13,3 6,1 13,8 6,4 0,0 3,2 0,8 0,0 0,0 0,0 0,3
5,5 5,5 0,0 0,0 13,9 15,3 15,8 13,0 7,4 7,0 3,2 0,0 6,0 5,6 0,0 0,0 1,4 0,0 0,5 0,0
6,8 2,2 0,6 0,6 14,4 12,0 11,8 10,5 8,9 8,0 6,1 6,0 4,4 3,8 1,1 0,6 0,5 0,2 0,2 0,1
3,0 0,0 0,0 0,0 13,3 9,0 8,8 9,0 5,3 3,9 3,2 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
12,0 5,5 1,7 1,7 16,0 15,3 15,8 13,0 13,9 13,3 9,0 13,8 6,4 5,9 3,2 1,0 1,4 0,5 0,5 0,3
Valor Pastoral UF/ha/año
14 814
21 1.249
17 991
Media 17 1.032
Mín. 14 814
Máx. 21 1.249
Tabla 9: PASTIZAL MONTANO MESÓFILO NITRIFICADO DE LOLIUM PERENNE , TRIFOLIUM REPENS Y POA ANNUA
Nº Inventario Fecha Altitud (m) Exposición Pendiente º
30 2/6/99 1050 S 8
31 17/6/99 850 Todas 0
1 0,0 96 5 4
0 0 98 0 2
-
-
Especies Agrostis capillaris Lolium perenne Trifolium repens Poa annua Poa pratensis Ranunculus bulbosus Festuca rubra gr. Taraxacum sp. Holcus lanatus Rumex sp. Bellis perennis Luzula campestris Cerastium fontanum Ranunculus repens Cerastium sp. Chamaemelum nobile Cirsium eriophorum Veronica agrestis Achillea millefolium Cynosurus cristatus Plantago media Stellaria media Trifolium pratense
24,4 23,7 16,0 18,3 7,5 1,6 1,9 0,2 0,0 0,2 0,2 0,0 0,5 0,2 0,5 0,2 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
Valor Pastoral UF/ha/año
65 3.918
Cobertura estr. Arbóreo (%) Cobertura estr. Arbustivo (%) Cobertura estr. Herbáceo (%) Cobertura Helecho (%) Suelo no recubierto (%) Altura estr. Arbustivo (cm)
Media 1 0 97 3 3
Mín. 0 0 96 0 2
Máx. 1 0 98 5 4
27,4 14,5 21,1 14,3 8,0 1,9 1,4 1,9 1,9 1,4 1,2 1,2 0,5 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2
25,9 19,1 18,5 16,3 7,7 1,8 1,6 1,1 0,9 0,8 0,7 0,6 0,5 0,4 0,2 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1
24,4 14,5 16,0 14,3 7,5 1,6 1,4 0,2 0,0 0,2 0,2 0,0 0,5 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
27,4 23,7 21,1 18,3 8,0 1,9 1,9 1,9 1,9 1,4 1,2 1,2 0,5 0,5 0,5 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2 0,2
62 3.750
Media 64 3.834
Mín. 62 3.750
Máx. 65 3.918