Aquí entre nos núm. 30

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Universidad Nacional Autónoma de México Rector

Enrique Luis Graue Wiechers

Secretario general

Leonardo Lomelí Vanegas

Secretario administrativo Leopoldo Silva Gutiérrez

Coordinador de la Investigación Científica William Henry Lee Alardín

Dirección General de Divulgación de la Ciencia Director general

César A. Domínguez Pérez-Tejada

Aquí entre nos Coordinador general Rolando Ísita

Coordinadora editorial Rosanela Álvarez

Coordinadores de información Javier Flores Carla Ramírez Torres

Corrección de textos Héctor Siever Kenia Salgado

Diseño

Elizabeth Cruz

Acceso electrónico Esteban López

Reporteros

Carla Ramírez Torres Emiliano Cassani Anayansin Inzunza Mariana Dolores Myriam Vidal Valero

Imagen de portada: Shutterstock

© Aquí entre nos Publicación mensual de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la unam. Número 30, 15 de abril de 2017.


En este número... Conferencias • El cambio climático… hace 12 000 años

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• Los ojos, ventanas del cerebro

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• Investigadores buscan evitar daño en el cerebro por falta de glucosa

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• El azúcar afecta desarrollo del cerebro en modelos experimentales

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• Advierten sobre riesgos de “productos milagro” para la obesidad

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Comunicación de la ciencia • La dgdc debe cumplir un papel articulador en la unam: César Domínguez • Reflexiones sobre periodismo científico

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Coloquios • Periodismo de ciencia ¿cómo evaluarlo?

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• La evaluación de los guías en los museos

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Eventos especiales Universum se sumó a la Hora del Planeta

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Mesa redonda • Existe negación de la depresión por prejuicios

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Presentaciones • Nuestra especie es migrante por naturaleza

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El cambio climático… hace 12 000 años Myriam Vidal Valero

Medios de comunicación, investigadores, profesores y personas en general dirigen cada vez más su atención hacia los peligros que representa el cambio climático que está experimentando la Tierra como consecuencia de las acciones humanas. Sin embargo, es importante considerar que en la historia de nuestro planeta el cambio en el clima también ha ocurrido por otros factores relacionados con la naturaleza. En la conferencia El cambio climático hace 12 000 años y sus posibles causas, impartida el pasado 5 de marzo en la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la unam, la doctora Isabel Israde Alcántara compartió con la audiencia algunos de los hallazgos de su trabajo de investigación, donde se prueba que el hombre no es el único culpable de los cambios climáticos bruscos que ha experimentado el planeta en diferentes épocas. “La Tierra está llena de peligros naturales para las especies que la habitan, incluido el hombre: basta pensar en desastres como tormentas o erupciones volcánicas para darnos una idea; ese tipo de fenómenos, a la larga, afectan el clima –que cambia y evoluciona de manera cíclica–, y uno pensaría que con eso sería suficiente como para que además lleguen de la nada objetos extraterrestres a 4

contribuir con su granito de arena. Pero esos fenómenos también ocurren, y el ejemplo más claro es el famoso meteorito que acabó con los dinosaurios; sin embargo, no ha sido el único evento de ese tipo y magnitud. A partir de investigaciones más recientes se sabe que hubo otra gran extinción en la que también los organismos fueron afectados por un meteorito, en un periodo en el que ya existía el hombre”, comentó la doctora. Isabel Israde es geóloga de profesión, lo cual significa que pasa considerables partes de su tiempo realizando observaciones de la superficie e interior de la Tierra. Su trabajo consiste en hacer perforaciones en diversas áreas geográficas y a diferentes profundidades, para determinar las propiedades del suelo y trazar una historia más exacta del planeta. “En la Tierra hay minerales muy comunes como calcio, magnesio, potasio, sodio y sílice, pero hay otros –como el iridio y los nanodiamantes– que son de origen extraterrestre”, explicó la también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias. Como muchos de los hallazgos de la ciencia, Israde encontró estos materiales por accidente mientras tomaba muestras en el lago de Cuitzeo. “Saqué un núcleo de 32 metros de profundidad, y al


Vista desde el microscopio electrónico que revela cómo se unieron las esférulas de impacto, produciendo astroblemas, que se encuentran en los sedimentos del Lago de Cuitzeo. ©The Regents of the University of California.

estudiar las algas y el polen me di cuenta de que había una capa negra muy extraña con diatomeas (flores microscópicas que se encuentran en aguas profundas y que no tienen nada que hacer en esa capa negra).” Al principio sus colegas investigadores no le creyeron, pero poco a poco comenzaron a hacer extracciones en lugares como Sayula, Cuitzeo y Tacámbaro; fue entonces cuando se dieron cuenta de que “había una capa que databa de 12 000 años con mucho hierro y nanodiamantes para formarse, requieren de una gran cantidad de carbón y enormes presiones, por lo que no tenía sentido haberlos encontrado a profundidades tan bajas como 3.7 metros. La pregunta entonces era, ¿de dónde provenían estos materiales?”. En 2012 salió a la luz la teoría de que un enorme meteorito –probablemente procedente de la nube de Oort, situada en la frontera del Sistema Solar después de Plutón– impactó a la Tierra alrededor de 12 800 años, provocando la última Era del Hielo. Esta teoría hace mucho sentido con los hallazgos del equipo de la doctora Israde, pues explica el posible origen de los materiales encontrados en Cuitzeo y Sayula; además, México no es el único lugar del mundo en que se han

encontrado iridio y nanodiamantes, pues también en Rusia, España, Bélgica, Perú, Chile, Venezuela, Estados Unidos y Canadá hay nanodiamantes, iridio y esférulas (esferas diminutas formadas por la fusión de rocas y suelos que se enfriaron en la atmósfera). “Este evento fue un catalizador para que cambiara el clima en el planeta de manera muy rápida; no se asemeja a ningún proceso terrestre conocido, ya que hay un conjunto inusual de materiales característicos de algo que vino fuera de la Tierra y todos los sitios examinados tienen distintas condiciones geológicas.” Hallazgos de este tipo fomentan la reflexión de que al hablar de cambio climático y sus causas es importante saber separar los eventos externos a la Tierra (como los meteoritos) de fenómenos naturales que son afectados por acciones del hombre. “No podemos detener los eventos naturales que suelen ser cíclicos, pero sí podemos proteger nuestro planeta a partir de políticas exitosas que prevengan el cambio climático”, explicó. La charla de la doctora Israde se realizó como parte del programa de conferencias “Domingos en la ciencia”, ofrecido por la dgdc en colaboración con la Academia Mexicana de Ciencias. 5


Los ojos,

ventanas del cerebro Myriam Vidal Valero

Ver una silueta por el rabillo del ojo, poder caminar y distinguir objetos cuando se va la luz, diferenciar el rostro de un amigo del de un desconocido, apreciar una obra de arte, distinguir colores e intensidades lumínicas... La mayoría de las personas diría que esas cualidades radican en los ojos; sin embargo, eso sería sólo contar la mitad de la historia, porque sin el cerebro los ojos son inútiles.

Imagen: Shutterstock.

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La doctora Rocío Salceda Sacanelles, del Instituto de Fisiología Celular (ifc) de la unam, explicó en su charla Los ojos: las ventanas del cerebro, que los ojos y el cerebro trabajan en equipo para que los seres vivos puedan traducir la luz del espectro electromagnético en todas las imágenes que componen su entorno. En el marco de la Semana del Cerebro, la especialista explicó que los ojos son una ventana al mundo, pero las ventanas sólo son la abertura por la que pasa la luz y los ojos son estructuras complejas que permiten este ingreso de luz; sin embargo, es necesario que el cerebro le dé sentido y orden a toda la información que entra. “Aunque hay otros órganos sensoriales que nos pueden ayudar a reconocer el medio ambiente, el hombre en particular es una especie que se caracteriza por usar en gran medida el sistema visual, sobre todo en nuestros días, con todo el uso de las imágenes y la computación.” Es importante hacer una aclaración: uno no ve con los ojos, sino con la retina y el cerebro. La anatomía del ojo está diseñada para que haya varias capas externas que permitan la entrada de la luz visible (tan sólo una pequeña porción del espectro electromagnético) a la retina, “localizada en el fondo del ojo y constituida por células fotorreceptoras capaces de reconocer esos fotones o partículas elementales de luz. Cuando las neuronas especializadas (los fotorreceptores retinianos) reaccionan con los fotones, producen un cambio eléctrico que transmiten a otras neuronas (proceso conocido como fototransducción) hasta llegar a la capa de células ganglionares, cuyos axones llegan al cerebro formando el nervio óptico”. Las células fotorreceptoras se dividen en dos tipos: conos y bastones. “Los conos reconocen la longitud de onda del color y los bastones tienen mayor sensibilidad a menores cantidades de iluminación, de ahí que en condiciones de oscuridad seamos capaces de detectar intensidades de luz muy pequeñas.”

La doctora en ciencias del ifc explicó que los fotorreceptores están caracterizados por una región que contiene toda la maquinaria de la célula para poder funcionar y otra región sensible a la luz. El segmento externo es el sensible a la luz y está formado por una gran cantidad de membranas con forma de discos constituidas por fosfolípidos y proteínas, entre las que se encuentra la rodopsina, que reacciona con la luz y sin la cual veríamos todo en blanco y negro. “Cada uno de los ojos tiene un campo visual que se marca en la retina donde es procesada y enviada al cerebro; ahí se cruza la información proveniente del ojo del lado derecho con la del izquierdo, en una región llamada quiasma óptico. Esta información llega a cada uno de los hemisferios de nuestro cerebro a una región conocida como corteza visual.” Entender este proceso es muy importante porque nos ayuda a tomar acciones preventivas, como asistir al oftalmólogo, pues si algo falla en el camino nuestra percepción del mundo se verá alterada. Problemas como la ceguera pueden surgir por múltiples factores, entre los que se encuentran el desprendimiento de retina, daño cerebral o desgaste de la retina por exceso de glucosa; pero también hay enfermedades como el daltonismo, que altera nuestra percepción del entorno. Los ojos son la ventana del cerebro, y cuando cerebro y ojos se unen forman la ventana al Universo, porque si bien el proceso visual es muy similar entre los organismos vertebrados, también hay algunas diferencias que modifican lo que pueden y no pueden ver –sin mencionar a algunos invertebrados que perciben partes del espectro que nosotros no, como la luz ultravioleta–. De ahí surgen las preguntas: ¿cómo ven ellos?, ¿qué nos estamos perdiendo? Sería interesante poder interrogarles, pero mientras tanto, nos conformaremos con seguir investigando, pues en este caso las características del mundo sí dependen del ojo con el que se mire. 7


Investigadores buscan evitar daño en el cerebro por

falta de glucosa Myriam Vidal Valero

Cuando el cerebro se ve privado de glucosa por tiempos prolongados, las neuronas mueren por la falta de nutrientes necesarios para poder funcionar. La glucosa es una de las principales fuentes de energía de las células nerviosas, y sin ella el cerebro está perdido. Por ello los investigadores se han interesado en entender qué sucede cuando la glucosa deja de alimentar al cerebro, y cómo aminorar los daños que esto conlleva. Lourdes Massieu, del Instituto de Fisiología Celular (ifc) de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), abordó este problema en su charla “Respuestas del cerebro a la falta de glucosa”, el pasado 15 de marzo en el Museo de las Ciencias Universum, dentro del ciclo de conferencias de la Semana del Cerebro. Aunque el cerebro representa sólo 2% del peso corporal total de un adulto, es un órgano que nunca descansa y consume 25% de la energía metabólica total del cuerpo; la glucosa juega un papel muy importante, ya que en su proceso de oxidación produce energía. Además de la falta de glucosa por carencias en la alimentación, existen condiciones extraordinarias que causan muerte o daño neuronal, entre ellas la privación de glucosa por isquemia, es decir, interrupción de flujo sanguíneo al cerebro 8

(un infarto o un coágulo); una crisis hipoglucémica (común entre los diabéticos y caracterizada por una disminución severa en los niveles de glucosa en la sangre); o la presencia excesiva de glutamato, una sustancia química o neurotransmisor –este último es uno de los modelos principales en los estudios de Massieu–. Las neuronas se comunican unas con otras por medio de señales eléctricas que producen la liberación de sustancias químicas que funcionan como neurotransmisores; éstos, a su vez, estimulan a la neurona vecina al unirse a sitios receptores, que son proteínas incrustadas en la membrana de las células nerviosas. “Uno de los receptores cerebrales más involucrado en el daño neuronal es el llamado nmda, pues deja entrar mucho calcio a la célula que ésta no puede eliminar; es entonces cuando producen moléculas tóxicas que dañan a proteínas, lípidos o al adn (ácido desoxirribonucleico); a consecuencia de ello, las neuronas dejan de funcionar normalmente y se deterioran o mueren. “El cerebro tiene defensas que atrapan las moléculas tóxicas y evitan que ataquen a otros componentes celulares. Hay un sistema de defensa que degrada moléculas dañadas, conocido como autofagia (comerse a sí mismo). En este


Imagen: Shutterstock.

proceso se forman vesículas llamadas autofagosomas y éstas encierran e inactivan a los componentes dañados. Después, el autofagosoma se fusiona con otra vesícula celular llamada lisosoma (el organelo de degradación más importante en la célula), la cual contiene muchas enzimas capaces de romper todo lo que llegue. Después del proceso de degradación se construyen nuevas proteínas y componentes celulares, y así la célula deja de tener estrés nutricional”, explicó la investigadora de la unam. El proceso anterior se constituye en forma básica de un reciclaje que hace la célula para poder sobrevivir descomponiendo los elementos dañinos en su interior. Pero los problemas surgen cuando este proceso se ve coartado porque entonces las células –entre ellas las neuronas– se degradarán y morirán. Y es ahí donde entra el trabajo de Massieu y otros investigadores del ifc. “Si tú le quitas la glucosa a las células, éstas inmediatamente harán autofagia, pero por desgracia el proceso se trunca porque hay una proteína que se activa por el exceso de calcio en la estimulación de los receptores de glutamato; esta proteína es una enzima (proteasa) tan activa que rompe los lisosomas antes de que éstos puedan fusionarse con los autofagoso-

mas. Lo que nosotros estamos haciendo es inhibir esta proteasa para que nos deje tener lisosomas funcionales y la autofagia proceda de una manera natural.” Para ello, los investigadores deben estudiar las respuestas neuronales de ratones cuando se les administra un compuesto químico producido en el hígado (cuerpo cetónico) y que resulta similar a la glucosa, lo cual podría evitar que se active la proteasa y así favorecer una autofagia funcional. “Como este compuesto hace que la baja energética no sea tan grande, es posible que ayude a disminuir el nivel de calcio en la célula y no se active tanto la proteasa”, dijo la especialista. Todas las células del cuerpo humano, incluidas las neuronas, mueren por necrosis (muerte traumática) o apoptosis (muerte normal en los procesos celulares). La isquemia cerebral es una de las principales causas de incapacidad en las personas y el compuesto químico con el que ahora se experimenta en el ifc podría reducir los daños en el cerebro. “Estamos interesados en conocer el papel de la autofagia en los procesos de muerte neuronal, y cómo hacer para que estas respuestas adaptativas no salgan mal y sean funcionales para rescatar a las células”, finalizó la doctora Massieu.

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México ocupa los primeros lugares a nivel mundial en obesidad infantil. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ensanut 2016), tres de cada diez niños de 5 a 12 años de edad presentan sobrepeso u obesidad.

La Dra. Irma Zarco Padrón, investigadora de la Facultad de Medicina de la unam. Foto: Carla Ramírez Imágenes: Shutterstock.

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El azúcar afecta desarrollo del cerebro en modelos experimentales Carla Ramírez Torres

En la charla “La nutrición como ciencia y el cerebro de los niños”, Irma Zarco Padrón, investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), explicó –frente a un público mayormente juvenil– la importancia de una buena alimentación en las primeras etapas de la vida y su efecto en el organismo. “En México se están realizando proyectos para indagar las causas de la obesidad”, dijo la investigadora, quien participa en un proyecto con modelos animales para determinar las causas de la obesidad infantil. Se prepararon dos grupos de ratas preñadas (embarazadas). Un grupo fue alimentado con croquetas balanceadas para ratas y agua simple, mientras que al otro se le dio la misma cantidad de croquetas y agua con una cantidad de azúcar tres veces mayor, “lo equivalente a un refresco en los humanos”. Los resultados muestran que las ratas que bebían mayor cantidad de agua azucarada comían menos croquetas, y al momento de nacer sus crías eran alimentadas a través de su madre, que había recibido una cantidad alta de azúcar. Estas crías nacían con un peso cuando menos seis gramos mayor respecto al grupo alimentado con agua simple. Otro resultado fue que al momento del destete (a las tres semanas y media), el peso de las crías del segundo grupo aumentaba con mayor velocidad que el de las crías del primero.

La investigación también incluyó pruebas con un laberinto para medir la capacidad de aprendizaje de los roedores, y las ratas que mostraron una menor capacidad fueron a cuyas madres les fue proporcionada mayor cantidad de azúcar. “Al revisar los cerebros de las crías se encontraron algunas alteraciones, como un menor número de células piramidales, sobre todo en los machos”, comentó Zarco, quien afirmó que las alteraciones se observan en una estructura del cerebro conocida como hipocampo. “Parece ser que el azúcar sí tuvo que ver con una degeneración o retraso en la formación del hipocampo.” La conclusión a la que llegó la doctora Zarco fue que el azúcar afectó el desarrollo del cerebro de las ratas del segundo grupo, principalmente en los machos: “Lo que aprendimos fue que el azúcar que ingería la rata madre pasaba por la placenta, y al nacer las crías continuaban consumiéndola a través de la leche, lo cual afectó su sistema nervioso.” A pesar de que los resultados obtenidos mediante este modelo animal no han sido demostrados en humanos, existe una asociación entre las madres que consumen alimentos muy azucarados y niños con sobrepeso. La charla La nutrición como ciencia y el cerebro de los niños se llevó a cabo el 14 de marzo, en el marco de la Semana del Cerebro en Universum Museo de las Ciencias de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la unam. 11


Imagen: Shutterstock.

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Advierten sobre riesgos de “productos milagro” para la obesidad Anayansin Inzunza

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ensalud) 2012, 71.2% de adultos en México tienen sobrepeso u obesidad. Para erradicar este problema de salud pública en nuestro país, el camino seguro es una alimentación adecuada combinada con actividad física y no los llamados “productos milagro”, que ponen en riesgo la vida del paciente, advirtieron especialistas durante la mesa de diálogo “Lo que tienes que saber sobre obesidad”, realizada el 22 de marzo pasado en Universum Museo de las Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). “Muchas veces quisiéramos saber qué se están tomando porque hay productos que están prohibidos en muchos países; afortunadamente, en México cada vez se trabaja mejor en esto, pero los pacientes encuentran en las farmacias productos que son combinados de hormonas tiroideas o de anfetaminas. Pero aparte de eso, tenemos los productos que son importados ilegalmente, que no sabemos qué contienen, y a los pacientes se los vende el médico en el consultorio y le dice: ‘tómate estos polvos porque van a servirte’. La persona se los toma y muchas veces sí baja de peso, pero no sabemos qué daño le está causando al resto del organismo, porque luego tenemos insuficiencias hepáticas, insuficiencias renales, y el cáncer que aparece muchos años después”, alertó

Juan Pablo Méndez, coordinador de la Unidad de Investigación en Obesidad de la División de la Investigación de la Facultad de Medicina de la unam. El investigador dijo que realizar un estudio para un nuevo medicamento le cuesta a la industria farmacéutica miles de millones de dólares y, en ocasiones, si ya está a la venta y tiene efectos tóxicos que no se reportaron en la fase del estudio farmacológico, lo retiran del mercado. “No podemos dejar que nuestros pacientes tomen cosas que no sabemos qué son y eso nos pasa todos los días en la consulta y somos los más sorprendidos. ¿Qué tienen esos polvos que le dieron?, no lo sabemos”, reiteró el especialista del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Según la Secretaría de Salud, la obesidad es una enfermedad que se asocia principalmente con la diabetes, trastornos óseos y musculares, enfermedades cardiovasculares, y algunos tipos de cáncer. Una alimentación inadecuada y la falta de ejercicio ocasionan 32% de las muertes de mujeres y 20% en el caso de los hombres en México. Conocer el índice de masa corporal (imc) es la forma más efectiva para identificar el grado de obesidad y sobrepeso que tiene el individuo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (oms), una persona tiene sobrepeso cuando su imc está entre 25 y 13


Imagen: Shutterstock.

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29.9; es obesidad grado I cuando el imc está entre 30 y 34.9; se considera obesidad grado II cuando el imc está entre 35 y 39.9, y obesidad grado III cuando el imc del paciente es igual o mayor a 40. Durante su intervención, Virginia Tijerina Walls, maestra en Ciencias de la Nutrición por la Universidad de Oklahoma, comentó: “Tendemos a comer en exceso, a no hacer ejercicio y luego a buscar una píldora mágica, una crema, una dieta (en la que la persona se restringe al máximo de alimento) que puede poner en riesgo nuestra salud. Y sí se ve mucho en consulta […] las ‘dietas yo-yo’ que suben y bajan.” El fundador y presidente honorario del Colegio Mexicano de Cirugía para la Obesidad y Enfermedades Metabólicas, Rafael Álvarez Cordero, enfatizó que “no hay nada que haga magia” para combatir los problemas de exceso de peso. “Hay fármacos de los Laboratorios Medix, por ejemplo, aceptados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (cofepris) que son coadyuvantes de una buena alimentación y ejercicio físico”, dijo en entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico el pionero de la cirugía de la obesidad en México. La educación es un elemento indispensable para afrontar el sobrepeso y la obesidad, donde el cambio de estilo de vida (alimentación balanceada y ejercicio) es la clave para que el paciente no ponga en riesgo su vida. “¿De qué sirven las píldoras milagros? ¿De qué sirven los polvos mágicos si la gente no está convencida realmente de cambiar sus hábitos y que sean duraderos en el tiempo?, porque la obesidad vuelve por rebote”, señaló el vocero de la Federación Mexicana de Diabetes, Enrique Vargas Blancas.

Durante la mesa de diálogo “Lo que tienes que saber sobre obesidad”, que se llevó a cabo en el marco de la celebración de la Cuarta Semana de Prevención en la Salud en Universum Museo de las Ciencias, los expertos comentaron que sólo 9% de los casos de obesidad tienen un factor genético y la obesidad abdominal (cintura mayor de 80 centímetros en las mujeres y 90 centímetros en los hombres) tiene una relación directa con enfermedades crónico degenerativas. “En este momento vemos que tres de cada cuatro camas de hospital están ocupadas con un paciente que tiene algún padecimiento relacionado con la obesidad, como enfermedad cerebral, infarto al miocardio, diabetes, problemas en el hígado o problemas en la columna. Estas enfermedades se desarrollaron por el exceso de grasa, falta de actividad física y una alimentación inadecuada […]. El año pasado se declaró una alerta epidemiológica por obesidad”, señaló Rafael Álvarez, doctor en ciencias médicas. Las estadísticas de la diabetes –otro de los grandes problemas de salud pública en México– se incrementaron entre 2006 y 2012. “Hace 30 años era imposible ver a un adolescente con diabetes tipo 2; ahora las consultas pediátricas están llenas de adolescentes con diabetes causada por la obesidad”, indicó Juan Pablo Méndez, académico de la Facultad de Medicina de la unam. Por último, la bióloga Virginia Hernández, moderadora de la mesa, comentó que el secretario de Salud, José Narro Robles, señaló que el sobrepeso y la obesidad son dos enemigos que los mexicanos deben vencer para ganar años y calidad de vida. Antes del encuentro se realizó un recorrido por la sala “Salud, vida en equilibrio”, para conocer la importancia de una dieta balanceada. 15


La dgdc debe cumplir un papel articulador en la unam: César Domínguez Rolando Ísita Tornell

El director general de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), César A. Domínguez Pérez Tejada, señaló que la dirección a su cargo tiene que fomentar la interacción con los institutos, centros y facultades de la unam, no sólo en el subsistema de la investigación científica, sino también con las ciencias sociales y las humanidades, “porque la idea de que sólo la ciencia es parte de este subsistema, y no la otra parte de las humanidades, es una tontería”. Para ello, Domínguez desea constituir en la dgdc un Consejo en el que participen institutos, centros y facultades de la unam en ciencias, artes y humanidades.

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César Domínguez, William H. Lee y Jesús González. Foto: Rolando Ísita.

Al ser entrevistado al término del informe de labores del doctor Óscar Edel Contreras López, director del Centro de Nanociencias y Nanotecnología (cnyn) de la unam, realizado el 3 de abril en Ensenada, Baja California, César Domínguez agregó que “hasta ahora, el esquema que se ha seguido es el de un académico divulgador asignado a un instituto o centro de investigación para dar a conocer al público las investigaciones y actividades que realiza”. Es un esquema “que tiene la debilidad de la falta de articulación, porque lo que hace un instituto en materia de divulgación de la ciencia no es diferente a lo que se hace en otros; la dgdc puede ser un vínculo entre investigadores y profesores de todas las disciplinas”; y puntualizó que “en algunos casos se justifica que haya un divulgador académico en un centro o instituto de investigación, pero en muchos otros no”. César Domínguez concluyó que “la dgdc debe cumplir un papel fundamental en esa articulación”.

Nanociencias y sociedad En otro tema, César Domínguez consideró que el cnyn es un fácil ejemplo del vínculo entre la ciencia básica y las necesidades de nuestra sociedad. Dijo que en su informe anual de trabajo “el director Óscar Edel nos habló de varios vínculos relevantes como las nanociencias y las gasolinas, y también sobre su papel en la medicina, por poner sólo dos ejemplos de importancia social. Se puede pensar que la investigación es muy sofisticada y especializada, pero en las actividades científicas que desarrollan las nanociencias, hay respuestas efectivas para la sociedad”. Asimismo, y coincidiendo con la apreciación del coordinador de la Investigación Científica, William Lee, quien presidió el acto, Domínguez Tejada destacó la experiencia, sin precedentes en la unam, de un centro de investigación científica con estudios de licenciatura incorporados en sus funciones y responsabilidades. 17


Reflexiones sobre periodismo científico Javier Flores

Cuando se pregunta ¿para qué sirve la ciencia?, una de las respuestas que aparece con mayor frecuencia es la que le asigna una función puramente económica. Así –se dice–, a mayor gasto en ciencia como porcentaje del pib, mayor es el desarrollo industrial, así como el bienestar social medido como ingreso per capita. Esto es cierto, pero ¿esa es la única función que tiene la ciencia en una sociedad? Desde luego que no. Su papel en el desarrollo económico, si bien es muy importante, no es la única forma en la que una sociedad puede emplear esta actividad en su beneficio. En países como el nuestro, en el que sólo una proporción muy pequeña de los jóvenes tienen acceso a las universidades, la ciencia y su difusión cumplen un papel educativo de gran trascendencia, pues permite que estos jóvenes, y no sólo ellos sino el resto de la sociedad, puedan estar al tanto de los avances del conocimiento que se producen en México y el mundo. Estamos aquí frente a dos funciones de la ciencia, y específicamente de la comunicación de la ciencia: su papel educativo y como ventana que nos permite, 18

como sociedad, conocer en tiempo real los avances en todos los campos del conocimiento, sus beneficios potenciales y también sus riesgos. La comunicación de la ciencia, y dentro de ella el periodismo científico, ponen en contacto a la población de nuestro país con los descubrimientos más recientes, como los exoplanetas, la detección de las ondas gravitacionales, los avances en la edición genética, o el tratamiento de enfermedades hasta antes incurables. En este sentido, nos permite estar al mismo nivel –y no en pocas ocasiones por encima– de otras sociedades consideradas más avanzadas. La comunicación de la ciencia y el periodismo científico contribuyen así a acortar la brecha que nos separa de otras naciones en el terreno científico y tecnológico. Pero el periodismo no sólo trata de dar a conocer hazañas espectaculares, sino de comunicar los avances de la ciencia y la tecnología que se producen día con día de manera callada en nuestro país y en el mundo. Indagar las formas que adopta el razonamiento científico, la formulación de preguntas y las metodo-


Imagen: Shutterstock.

logías diseñadas para encontrar las respuestas que permitan acrecentar, y en ocasiones revolucionar, nuestro conocimiento sobre el Universo y lo humano. El periodismo científico posibilita además que la sociedad, al estar informada, pueda tomar decisiones objetivas y racionales al margen de prejuicios o dogmas. Pero las funciones de la ciencia son aún más amplias. Además del valor que tiene por sí misma la creación de conocimientos, aunque no esté orientada a alcanzar una aplicación o utilidad inmediatas, la investigación tiene la capacidad de transformar a las sociedades. Un ejemplo de ello es el descubrimiento de los anticonceptivos orales, hazaña que por cierto se inició en México gracias al trabajo del químico mexicano Luis Ernesto Miramontes, junto con Carl Djerassi y George Rosenkranz. Al hacer posible la separación de la sexualidad de la reproducción, se inició una nueva era en la que desde la segunda mitad del siglo pasado las mujeres se incorporaron al mercado de trabajo en todos los campos, a la educación y a la ciencia, en lo que constituye una de las mayores revoluciones en la historia humana, la cual

aún no ha concluido. Comunicar estos logros de la ciencia mexicana, y el orgullo que sentimos por el talento y creatividad de nuestros investigadores, es también una tarea del periodismo científico. Otra de las características de la ciencia es su papel en la transformación de la naturaleza humana, al menos desde el punto de vista biológico. Un ejemplo de ello son los avances en las tecnologías de reproducción asistida que hacen posible el nacimiento de niños con el material genético de tres personas (recientemente aprobado en naciones como el Reino Unido), lo cual introduce un elemento nuevo al dotar a las células germinales humanas con una cualidad diferente que será transmitida a las generaciones futuras. Todo lo anterior muestra que el papel de la ciencia no se limita a su utilidad económica, y las distintas modalidades de la comunicación de la ciencia, entre ellas el periodismo científico, permiten a la sociedad estar al tanto de sus múltiples y extraordinarias funciones. Publicado en el periódico La Jornada, el 14 de marzo de 2017. 19


Periodismo de ciencia:

¿cómo evaluarlo? Carla Ramírez Torres

¿Cómo hacer un buen periodismo de ciencia? ¿Cómo se está haciendo? ¿Quién lo está evaluando? Éstas fueron algunas de las interrogantes planteadas en el Coloquio de Comunicación de la Ciencia realizado el viernes 24 de marzo en la Sala Juárez de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (dgdc) de la unam, que se vio abarrotada por un gran número de asistentes.

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io de Régules

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Fotos: Carla Ramírez / Shutterstock.

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Al encuentro asistieron periodistas y expertos en comunicación pública de la ciencia para discutir los criterios encaminados a evaluar el ejercicio profesional. Sergio de Régules señaló que el tema elegido para el coloquio surgió a raíz de un artículo publicado en la revista Nature, en el cual se muestra una infografía creada por la American Council of Science and Health. Explicó que el artículo presenta dos ejes para explicar qué tan basadas en evidencias están las noticias y qué tan interesantes son en general las publicaciones. “Son dos ejes no homogéneos […]. Suena muy sesgado e injusto […], el American Council of Science and Health es un organismo que se dedica a criticar y a comentar, sobre todo en asuntos de salud y medicina; entonces son médicos, y entre ellos me parece que hay muy pocos periodistas de ciencia. Empiezan diciendo que ‘el periodismo se hace mal y el periodismo de ciencia se hace peor’, lo que me parece un mal comentario para presentar un trabajo objetivo”, dijo el experto en divulgación de la ciencia. Sergio de Régules destacó que “el punto no es si se deba evaluar o no, claro que hay que hacerlo, sino quién debe hacer esta evaluación y si tiene derecho a evaluar quien no conoce la profesión”. Por su parte, el periodista Antimio Cruz lamentó que en nuestro país este oficio no esté valorado ni sea bien remunerado, además de que los productos del periodismo científico se han reducido a boletines de prensa de grupos de comunicación social de instituciones, lo contrario de su función principal, que es “influir y tratar de cambiar las cosas”. “En muchos medios el periodista de ciencia es sólo un accesorio […]. Todos critican lo que hacemos pero nadie paga. Por una parte, veo que si vamos a eva-

luar el periodismo de ciencia, podríamos ver cuáles son indicadores razonables y cuáles no”, destacó el especialista. A la pregunta ¿qué es lo que tendría que tener una evaluación de la ciencia?, el periodista enumeró elementos como calidad, actualidad, fuentes confiables, veracidad, comprensibilidad, vulnerabilidad, disponibilidad de tiempo e infraestructura. En este sentido, dijo que los mejores actores para hacer esta evaluación están en la academia. Durante su intervención, el director de Medios de la dgdc, Ángel Figueroa, comentó que “no hay una evaluación académica o comisión evaluadora en el trabajo periodístico”. Algunas preguntas que lanzó a la audiencia fueron: ¿dónde se ubica el periodista de ciencia en la comunicación de la ciencia?, ¿cuál es el objetivo de este periodismo? “Ante todo es periodismo, el cual tiene como objetivo que el ciudadano conozca lo que se hace, en este caso, en la ciencia.” También comentó que en nuestro país, quienes hacen comunicación de la ciencia son principalmente investigadores, estudiantes y comunicadores; sin embargo, el trabajo en equipo entre éstos sería lo ideal para obtener un producto bueno, debido a las herramientas con las que cuenta cada uno de ellos. “La mejor comunicación se hace entre comunicadores e investigadores, o comunicadores y estudiantes. El periodismo de ciencia puede llegar a incrementar la conciencia pública sobre el papel que tiene la ciencia […] y hay que aprovechar las herramientas de los periodistas. No hay que confundir el evaluar la tarea periodística con evaluar a la persona que tiene una carrera académica y cumple con una serie de requisitos”, indicó Figueroa.

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La evaluación de los guías en los museos Mariana Dolores

Estudiantes y guías en Universum. Foto: Arturo Orta.

Los antecedentes de la figura del guía museístico, tal y como la conocemos hoy en día, se remontan al siglo pasado, pues ya entonces los guías mostraban cómo operaba la ciencia mediante demostraciones explicativas en el Palacio de los Descubrimientos del Museo de la Ciencia de París, creado en 1937.

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“La problemática actual con la presencia de los guías en los museos es que no se ha hecho ninguna investigación rigurosa, aunque sí se ha intentado describir a grandes rasgos”, dijo Luisa Patricia Aguilera, quien analiza la presencia de los guías en los museos como parte de su tesis de posgrado en Filosofía de la Ciencia en la unam, cuyos avances fueron presentados durante el coloquio realizado en la Dirección General de Divulgación de la Ciencia el pasado 3 de marzo. “Y si bien se dice que no son proveedores de explicaciones correctas, no son demostradores de equipos interactivos y no son personas que ofrecen lecciones escolarizadas, lo cierto es que en la práctica sí lo son”, dijo la especialista. Según la literatura, los guías deben detonar la motivación entre los participantes a través de la curiosidad y el interés, y desarrollar actividades metodológicas para que los visitantes entiendan cómo funciona la ciencia y promuevan así la motivación intrínseca de la ciencia: la curiosidad. “No obstante, esto sólo se queda en el papel, porque cuando uno intenta evaluar la curiosidad o las cualidades que los guías deberían tener, como el entusiasmo, el carisma o su pasión por la ciencia, éstas son difíciles de evidenciar”, dijo Aguilera. Uso de patrones y secuencias conductuales para entender la interacción con el público Para Luisa Aguilera el problema consiste en que el análisis de la función de los guías se da fuera de su contexto; es decir, se examina lejos de la interacción con el público. Así, para analizar estas interacciones, partió de la comprensión de que el museo es un escenario donde cada una de las personas que ahí confluyen interpreta un papel; en consecuencia, también confluyen diversas conductas que son moldeadas por influencias culturales diferentes. De este modo, se puede dise-

ñar una conducta invariable aun cuando los actores cambien. Aguilera analizó la conducta de los guías a partir de sus demostraciones y la dinámica social de los museos de ciencia. Observó a 32 guías del Museo de la Luz e hizo un primer reporte de conductas en los diversos formatos (charlas, visitas guiadas, talleres y demostraciones). “Aunque nos quedamos con las demostraciones, porque parecía que en ellas sí había una interacción social”, dijo. De los patrones conductuales del estudio piloto, encontró que existe una repetición de las conductas que muestran, nombran y comprueban los hechos científicos. Además, descubrió otras dos conductas criterios que no aplican para todos los guías: brindar información adicional y contrastar los resultados. De este modo se observó que el grupo que tenía guías provenientes de carreras afines a las “ciencias duras” mostraban los patrones conductuales que comprueban y contrastan los resultados, mientras los grupos de guías provenientes de las carreras de ciencias sociales y humanidades, sólo se ocupan de mostrar el hecho científico y dar información adicional. “Los no formados en ciencia siguen un patrón unidireccional como si trataran de seguir un guión; es decir, no generan una interacción con el público; en cambio, las personas formadas en ciencias tienen habilidades metodológicas porque conocen los fenómenos, lo cual les permite mostrar y contrastar los fenómenos”, comentó. Luisa Aguilera concluyó que el ciclo conductual de mostrar, nombrar, comprobar y contrastar los hechos está más presente en los jóvenes que provienen de carreras afines a las ciencias duras y es un ciclo que se cumple cuando los chicos hacen uso de “conductas accesorio”, es decir, utilizan analogías y ejemplos para invitar al público a dialogar y, por lo tanto, generar interacción.

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Universum se sumó a la

Hora del Planeta Emiliano Cassani

Universum, Museo de las Ciencias, fue una de las instituciones alrededor del mundo que se sumaron a la Hora del Planeta 2017 con diversas actividades. Como gesto simbólico de la lucha contra el cambio climático, el sábado 25 de marzo se apagó la iluminación en el Palacio de Bellas Artes, el Ángel de la Independencia, la Diana cazadora y algunos otros edificios emblemáticos de la Ciudad de México.

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En nuestro país, la Hora del Planeta se celebra desde 2009 por iniciativa del Fondo Mundial para la Naturaleza (wwf, por sus siglas en inglés). La iniciativa, que surgió el 31 de marzo de 2007, en Australia, ya ha llegado a más de 170 naciones, las cuales contribuyen con el apagón de más de 10 400 monumentos icónicos alrededor del mundo, como el Empire State Building, la Casa de la Ópera en Sidney, las pirámides egipcias, el Kremlin, la Acrópolis de Atenas y la Alhambra de Granada, entre otros. A través de la exposición permanente del Agua en Universum, se realizaron las charlas tituladas: El cambio climático ya está aquí y Océanos ácidos; mientras en el Jardín del Museo de las Ciencias se realizaron las conferencias: Efecto Invernadero y ¿Cómo funcionan las celdas solares? Carolina Ricárdez García, bióloga y anfitriona de Universum en la Sala del Agua, fue la encargada de explicar a los visitantes las diferentes repercusiones del cambio climático alrededor del mundo. Con 17 animaciones interactivas expuestas en una esfera de más de un metro de diámetro, explicó la acidificación de los océanos, la cantidad de agua dulce y salada que existe en el mundo, cómo se enfría la Tierra, cómo se ilumina la Tierra de día y noche, y los estados del agua, entre otros temas. “Las corrientes marítimas son responsables de atrapar el calor y enfriar al planeta de manera natural, pero las actividades industriales, sumadas a los millones de vehículos que emiten contaminantes como el dióxido de carbono (CO2), propician que se aumente mucho más la temperatura de la atmósfera y que las corrientes marítimas no sean suficientes para enfriar a la Tierra de forma orgánica, por lo que la dinámica del calentamiento global sigue avanzando.

“Una de las animaciones que más impacto produjo entre los visitantes es la que muestra cómo se calentaría el planeta en los siguientes 100 años; si se continúa con las modalidades energéticas actuales, la temperatura alrededor del mundo aumentaría hasta 6 grados Celsius, lo cual originaría enormes pérdidas económicas, humanas, culturales y biológicas. Además de que algo sumamente preocupante sería el hundimiento de parte del territorio nacional en estados como Tabasco, Yucatán, Quintana Roo, Campeche, parte de Nuevo León, las costas de Sinaloa y Baja California Sur.” Aun cuando algunas partes de la República Mexicana se verían inundadas por el aumento en el nivel del mar, debido al derretimiento de los polos, en Estados Unidos habría una mayor afectación en estados como Nueva York, Florida, Texas, California y toda la costa Este –la región con más habitantes del país vecino–, señaló la anfitriona Carolina Ricárdez. “Al final, todo lo que ocurre con la idea de ampliar el muro que ya existe de la frontera entre México y los Estados Unidos, al único que afectaría sería al país vecino, porque si en 50 años no se modifica el estilo de vida que hemos llevado a partir de la Revolución Industrial, una gran parte de estadounidenses se verían obligados a emigrar a México y no lo podrían hacer por el muro que están construyendo ellos mismos. “Lo más gratificante de hacer esta presentación a los visitantes de Universum es que un gran número de niños, después de escuchar estas pláticas, se van diciendo a sus padres que quieren ser ‘doctores salvadores del planeta’, lo cual indica que actividades como éstas van en la dirección correcta para generar conciencia y generar cambios benéficos en la forma de pensar de una parte de nuestra población”, expuso Ricárdez García. 25


Existe negación de la depresión por prejuicios Anayansin Inzunza

En la mayoría de las sociedades contemporáneas, incluida la mexicana, el prejuicio hacia la depresión es muy fuerte y eso se manifiesta en la negación de la enfermedad, por lo que el paciente puede recibir el diagnóstico médico hasta siete años después de presentados los primeros síntomas, señalaron los especialistas. Durante la mesa redonda Más ciencia menos depresión, organizada en Universum Museo de las Ciencias de la unam, el investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de nuestra máxima casa de estudios, Ricardo Pozas Horcasitas, dijo que existe estigmatización y descalificación de aquello que brinda la solución a la depresión. “La gente no acepta la depresión, no considera estar deprimida y tiene un tremendo apremio por el éxito. ”Psiquiatra y loco están indefectiblemente ligados; si tú dices: ‘yo voy al psiquiatra’, te contestan: ¡cállate, no me avergüences! Porque decir psiquiatra es decir loco y decir loco remueve todo, incluso los valores que le dan imagen y sentido a la familia. Las familias juegan con apariencias y esas apariencias son introyectadas por la gente a tal nivel, que no 26

reconoce a través del nombre el problema de las emociones, el problema de la depresión, porque hay una tendencia generaliza a negar, tendencia que es enseñada por los padres y reproducida por los hijos”, lamentó el doctor en sociología política por la Escuela de Altos Estudios de París. En el evento, Sergio Aguilar Gaxiola, fundador del Centro para la Reducción de Disparidades en Salud de la Universidad de California, señaló que muchas personas no consideran los síntomas depresivos como una enfermedad. “En Estados Unidos se han hecho estudios en toda la población, en especial de origen hispano, la gran mayoría mexicanos, en los que se muestra que más de 50% que sufrían o sufren de depresión mayor no tenían idea de qué les estaba pasado. Hay datos que indican que es necesario que una persona acuda un promedio de cinco veces a consultar a su médico antes de recibir el diagnóstico de depresión. Muchas de las personas no se sienten cómodas con la palabra depresión”, comentó el profesor de medicina clínica interna.


Asistentes a la mesa redonda Más ciencia menos depresión. Foto: Anayansin Inzunza.

En videoconferencia agregó que de acuerdo con los estudios realizados, los pacientes niegan tener depresión y utilizan hasta 50 palabras para describir su estado de ánimo. “Hemos documentado que las personas utilizan afligido, decaído, agüitado, sin ganas de vivir, derrotado, apurado, abandonado, despreciado, atrapado, acorralado, arrepentido, apachurrado, achicopalado y desconcentrado.” La depresión Según la Organización Mundial de la Salud, más de 300 millones de personas en el mundo sufren depresión, trastorno que puede llevar al suicidio (segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años). Cada año se quitan la vida cerca de 800 000 personas. En México, más de 10% de la población tiene depresión, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Salud. Este trastorno mental combina factores biológicos, sociales y psicológicos: “Una de cada cuatro personas en México ha sufrido algún problema en el estado de ánimo

como la depresión […]. La tristeza no es lo mismo que la depresión; los deprimidos están tristes pero no es una tristeza por una pérdida (algo que se restaura con el tiempo). La depresión no tiene que ver con la voluntad, es una alteración del estado de ánimo”, explicó María Emilia Lucio Gómez Maqueo, profesora titular de la Facultad de Psicología de la unam. Sobre los síntomas de la depresión, Alejandro Córdoba, asesor responsable del Programa de Salud Mental de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, señaló que “la persona deprimida no logra concentrarse, tiene deficiencias en el trabajo y en la escuela […]. Si lo calculamos en función de años de vida perdidos por discapacidad, en México está entre la segunda y tercera causa”. Al ser una enfermedad multicausal, el psiquiatra dijo que el tratamiento debe ser tanto farmacológico como psicosocial. La periodista Juana Inés Dehesa fue la moderadora de la mesa Más ciencia menos depresión, la cual formó parte del ciclo organizado por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia y la Coordinación de Humanidades de la unam. 27


Nuestra especie es migrante por naturaleza Emiliano Cassani

Ante la vulnerabilidad en la que hoy en día se encuentran nuestros connacionales en Estados Unidos debido a las políticas antimexicanas del presidente Donald Trump, y para evidenciar que los migrantes no son responsables de los males que aquejan al país vecino, la revista ¿Cómo ves?, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (dgdc-unam), dedicó su más reciente número a dar a conocer que los seres humanos son migrantes por naturaleza.

Imagen: Shutterstock.

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“Los migrantes no tienen la culpa de todos los males de Estados Unidos como lo comenta su presidente Donald Trump. Independientemente de la opinión que pueda tener ese señor, primero hay que analizar los datos, y en la ciencia uno siempre tiene que proceder con la evidencia, no con opiniones”, explicó la directora de la revista Estrella Burgos, durante la presentación del más reciente número de la publicación en el marco de la edición 38 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. “Ahora que tampoco en Europa quieren aceptar migrantes, se tiene que analizar más que nunca este fenómeno […]. Los migrantes realizan una extraordinaria contribución a las localidades a las que llegan, pues aportan a la economía, comparten cultura y diversidad, entre otros muchos beneficios para los países”, detalló Burgos. Las migraciones forjaron nuestra especie “Al concluir la última etapa glacial en el periodo del Paleolítico –hace unos 12 000 años–, se generaron grandes movimientos climáticos en todo el mundo, lo que trajo como consecuencia que las praderas del norte de África se convirtieran en un gran desierto, situación que obligó a los miles de seres humanos que ahí habitaban a migrar hacia otros territorios (ahora clasificados como continentes) en busca de refugio y alimento. [...] Poco a poco, este grupo de cazadores-recolectores superó la amenaza y se multiplicó. Así, tal como lo hicieron algunos de sus antecesores, entre ellos el Homo erectus que llegaron a Europa y Asia cientos de miles de años antes, los Homo sapiens tuvieron también múltiples desplazamientos y mezclas de poblaciones fuera de Áfri-

ca. Aquella sería sólo la primera entre una oleada de migraciones que condujeron a nuestra especie a adaptarse a distintos climas y hábitats, desarrollar tecnologías y extender su huella por prácticamente todos los rincones del planeta. Los seres humanos nos forjamos como especie migrante y lo seguiremos siendo, aunque en fechas recientes políticos y caudillos de varias naciones atribuyan a este fenómeno el origen de muchos males”, escribe el periodista científico Guillermo Cárdenas Guzmán, en el reportaje Migrantes por naturaleza en la revista ¿Cómo ves? Impacto económico positivo En el reportaje de Cárdenas Guzmán se recogen algunos estudios de especialistas, entre ellos los de la doctora Genoveva Roldán Dávila, investigadora en mercados laborales internacionales, quien señala que la aportación conjunta de los 30 millones de connacionales que radican en Estados Unidos es de alrededor de 8% del producto interno bruto (pib) en ese país. “Esos inmigrantes están integrados a la economía de Estados Unidos, de modo que también van a consumir en dólares, a pagar renta, agua, transporte y otros servicios públicos. [...] Aunque por lo regular se destacan los beneficios que van a obtener los migrantes mexicanos debido a las diferencias salariales en ambos países, más de 80% de sus ingresos (calculados con base en un salario mensual promedio de 2 190 dólares) se queda en el mercado interno estadounidense”, apuntó Roldán Dávila. Respecto a las remesas que envían los migrantes a México, en 2016 el monto total fue de 26 970 millones de dólares, más de 2% del pib de nuestro país. 29


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