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4.1 GONZALO DE BERCEO

Escribió obras hagiográficas o vidas de santos (San Millán de la Cogolla), obras marianas (como Milagros de nuestra señora) y obras doctrinales (como El sacrificio de la Misa).

La obra más importante de Gonzalo de Berceo es Milagros de Nuestra Señora. Se trata de una obra mariana, que se inscribe en las tendencias medievales de culto a la Virgen María. La obra comienza con una introducción alegórica en la que se presenta una naturaleza idealizada (el tópico latino del locus amoenus), que sirve de lugar de reposo para el ser humano y que simboliza, además, las virtudes y perfecciones de la Virgen. A continuación, se relatan veinticinco milagros realizados por la Virgen a favor de personas que sienten una gran devoción por ella.

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La intención de Berceo es difundir en lengua romance relatos ya existentes sobre la Virgen, los cuales modifica con libertad.

Las principales características de la obra son las siguientes:

• Berceo añade elementos cotidianos para atraer a sus oyentes.

• Introduce un tono humorístico y emplea metáforas y comparaciones espontáneas.

• Utiliza expresiones coloquiales y otros elementos propios del arte juglaresco, para llamar la atención de sus oyentes.

• Al final de cada relato aparece una moraleja o enseñanza para hacer comprender al oyente las ventajas que reporta ser un devoto de la Virgen.

• El personaje de la Virgen aparece dotado de características humanas: se enfada, por ejemplo, con quienes no la sirven.

Todos los milagros presentan una estructura semejante:

Se pueden distinguir tres grupos de milagros:

- María recompensa o castiga a los seres humanos según su devoción o según sus obras, como en «El labrador avaro».

- La Virgen salva de la condenación a sus devotos, como en «El sacristán fornicario» (impúdico).

- Los personajes sufren una crisis espiritual y María los ayuda a solucionar el conflicto, como en «La abadesa encinta».

Los romances eran composiciones poéticas de carácter épico o narrativo. Estaban formados por series de versos octosílabos con rima asonante en los versos pares.

Según la teoría más aceptada, los romances viejos proceden de la fragmentación de los cantares de gesta. Los juglares los adaptaron a los gustos del momento.

Así, el extenso verso monorrimo (dividido por la cesura en dos hemistiquios) se fraccionó en los versos octosílabos característicos del romance.

A veces se conservan versiones diferentes de un mismo romance debido a la improvisación, errores de memoria o preferencias de los juglares o del público.

En el estilo de los romances se observan las siguientes características:

• Frecuentes alternancias verbales entre presente y pretérito, para animar la narración, dar la sensación de inmediatez.

• Llamadas de atención al auditorio, que evidencian su transmisión oral.

• Aparente sencillez de estilo: escasez de adjetivos y descripciones breves y realistas.

• Fórmulas expresivas: repeticiones de palabras o frases y uso de paralelismos para conseguir una mayor intensidad emocional y rítmica.

• El fragmentarismo: muchos romances se centran solamente en un momento de la acción y presentan un inicio o un final abrupto.

ROMANCERO VIEJO: conjunto de romances anónimos de transmisión oral. Fueron recopilados y puestos por escrito a partir del siglo XV Y XVI.

ROMANCERO NUEVO: conjunto de romances de autores cultos y conocidos, desde el siglo XVI hasta el siglo XX. Autores como Góngora, Quevedo, Lope, Calderón, Machado, García Lorca y autores de la Generación del 27

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