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1.EL RENACIMIENTO
El Renacimiento comenzó en Italia el siglo XIV y se extendió por Europa favorecido por la aparición de la imprenta.
En España pronto se difundieron las ideas renacentistas gracias a las constantes relaciones entre las repúblicas de Italia y los reinos de Aragón y Castilla. Los contactos políticos, artísticos y literarios durante el siglo XV propiciaron la entrada en España de las nuevas ideas y corrientes literarias nacidas en Italia.
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Como punto inicial en la introducción de la nueva poesía, se fija la invitación que el embajador veneciano Andrea Navagero hizo a Juan Boscán en 1526 (en Granada) para adaptar al castellano los rasgos de la poesía italiana
Petrarca Y El Cancionero
Francesco Petrarca (1304-1374), precursor del Renacimiento poético, escribió tanto en latín como en italiano. El Cancionero, su obra cumbre, agrupa el conjunto de poemas (más de trescientos sonetos, baladas y canciones) que a lo largo de su vida dedicó a Laura, dama de quien estaba enamorado y cuya muerte lo sumió en una honda crisis. Esta obra registra su propio proceso amoroso: está dividida en «Rime in vita» y «Rime in morte»; en este poemario, con un estilo delicado y melodioso, la figura de Laura recibe un tratamiento idealizado
1.1 INFLUENCIAS CULTURALES
Durante este periodo renacen los principales temas de la antigüedad:
• La mitología, fuente de poéticas comparaciones, o el bucolismo pastoril, escenario de refinados mundos poéticos.
• Se toman como modelos literarios los poetas italianos Dante y Petrarca; de este último se adoptan el verso endecasílabo, la artificiosidad de los conceptos amorosos, el gusto por el paisaje y el tono delicado y sentimental.
• Se implantan las ideas de Platón, combinadas con las enseñanzas del cristianismo. Tras la poesía petrarquista se encuentra la visión del neoplatonismo, que considera el mundo como reflejo de la belleza divina, una belleza que el mortal solo puede atisbar cuando contempla la hermosura contenida en el paisaje, los seres humanos o el arte: todo ello es reflejo de la belleza de Dios. El neoplatonismo proclama que toda belleza material procede de la divinidad, suprema belleza espiritual: o En una interpretación religiosa (mística), por medio de la oración y la vida contemplativa se puede ascender hasta esa grandeza; el alma se eleva desde lo terrenal hasta lo espiritual, la esencia. o En una línea puramente humana (influida fundamentalmente por dos obras, El cortesano de Castiglione y los Diálogos de amor de León Hebreo, a las que se suma la pervivencia del amor cortés), el amor a una mujer, cuya belleza física se entiende reflejo de la espiritual, se concibe como una relación desprovista de sensualidad; es la unión de dos almas, que se elevarían de lo humano a lo divino, hacia la admiración de la belleza pura, de la divinidad. El cortesano establece el modelo de caballero, gentil amador, diestro en las armas y en las artes.
• Por el influjo humanista, de los géneros clásicos se retoman la literatura pastoril (égloga), la oda, la elegía y la epístola.
De esta manera, se produce una profunda renovación de la poesía española. Sin embargo, junto al auge de la poesía culta, el elemento popular también subsiste (Romancero, cancionero popular), rasgo que singulariza al Renacimiento español.
2.2 INNOVACIONES EN LA POESÍA
Los nuevos aires italianizantes renovaron el contenido, la métrica y el estilo. La nueva lírica representa la sustitución de la poesía tradicional por un estilo culto, pleno de metáforas, de ritmo elegante y armonioso, que se plasmaba en la musicalidad del verso endecasílabo.
La estética renacentista idealiza la realidad y gusta de las formas equilibradas y de la claridad y el orden en la composición.
Innovaciones formales
En lo formal se producen varias innovaciones, tanto en los metros como en las estrofas:
• El verso endecasílabo posee un ritmo particular articulado en torno a tres ejes rítmicos o acentos; de ellos, dos al menos son obligatorios en la sexta y la décima sílabas (endecasílabo propio), aunque también son correctos los endecasílabos con acentos en la cuarta, la octava y la décima sílabas (endecasílabos sáficos). Los endecasílabos anteriores al italiano tenían otro valor rítmico, menos airoso, por su diferente esquema de acentuación (4.ª, 7.ª y 10.ª sílabas).
• Las estrofas que triunfan son el soneto, la octava real y el terceto, en las que se emplea el endecasílabo. El soneto será una de las incorporaciones poéticas que más arraigo llegará a alcanzar: su uso ha pervivido a través de los siglos.
• También se incorporan nuevas estrofas en las que el endecasílabo se combina con el heptasílabo: la lira, la silva y la estancia. La lira, introducida por Garcilaso, tendrá especial cultivo en la poesía de Fray Luis y San Juan de la Cruz. La octava real (u octava rima, introducida por Boscán) será más tarde empleada para los poemas narrativos.
Con estas innovaciones en la versificación se instala también un nuevo sentido poético; el endecasílabo comporta una serena lentitud, una elegancia pausada, al tiempo que un estilo sencillo, con palabras comunes y con imágenes de la tradición literaria.
El lenguaje poético que Garcilaso consolida servirá de modelo a los autores posteriores: las metáforas empleadas, el esquema de distribución del contenido en el poema y los epítetos. En el segundo Renacimiento, en la segunda mitad del siglo, la extensión que cobra el fervor religioso alcanza de pleno al esplendor de la poesía, que se eleva hasta lo divino.
Temas
Los temas más tratados son el amor, la naturaleza y los mitos grecolatinos.
• El amor, por influencia petrarquista, se plasma, mediante la teoría neoplatónica, como un sentimiento que ennoblece; en esta visión, el sentimiento amoroso se tiñe de espiritualidad: al amar, el enamorado se eleva desde la hermosura de los sentidos hacia la fuente de la belleza, lo espiritual, la perfección divina. Se presenta un retrato de la amada en el que se refleja su belleza y que será muy similar en todos los poetas.
• La naturaleza, , íntimamente unida a la vivencia amorosa, se pinta como el entorno perfecto, que colma de sosiego, dicha y serenidad, pues el mundo natural refleja la belleza divina, en contraste con la agitada vida de la ciudad. Procede también de los autores latinos (las Bucólicas de Virgilio, las Odas de Horacio) e italianos (la Arcadia de Sannazaro). En la poesía pastoril, bucólica, del Renacimiento se conjugan arte y naturaleza; proviene del anhelo humanístico de una vida perfecta dentro del mundo natural
• Los asuntos mitológicos provienen, en especial, de las Metamorfosis de Ovidio. Las manifestaciones mitológicas pueden presentarse bajo tres aspectos bien diferenciados:
- Inclusión de referencias mitológicas en un texto, sin valor esencial o estructural para su contenido.
- En los subgéneros bucólico-pastoriles, las criaturas mitológicas pueden hacer aparición como personajes.
- Se desarrolla como materia poética un asunto mitológico: desde el amor no correspondido (la metamorfosis de la ninfa Dafne, convertida en laurel para librarse del enamorado Apolo que la persigue, episodio al que Garcilaso dedica un soneto) hasta la fidelidad amorosa o el amor tras la muerte, vistos a través del mito de Orfeo y Eurídice
TÓPICOS:
- Carpe diem: ‘toma el día’, porque el paso del tiempo asolará lo que la juventud ofrece (belleza, frescura, vigor, encanto).
- Collige, virgo, rosas: ‘coge, joven, las rosas’; es, como el carpe diem, la recomendación, dedicada especialmente ahora a las jóvenes, de disfrutar su juvenil esplendor, que el tiempo, como a las flores, terminará fatalmente por marchitar.
- Donna angelicata: ‘mujer angelical’; el modelo femenino de belleza, de origen espiritual, que provoca en el que ama el efecto de liberación de lo mundanal para elevarse por el entendimiento y el espíritu. Los rasgos físicos asociados, desde la poesía petrarquista, son cabello rubio, piel blanca, mejillas sonrosadas, rojos labios...
- Aurea mediocritas: ‘dorada medianía’. Ya aparecido en las Odas de Horacio, postula huir de los extremos, por carecer del equilibrio que reside en el término medio.
- Beatus ille: 'dichoso aquel'. Del mismo origen horaciano, celebra la felicidad que obtiene el que abandona el mundo y sus afanes, el caos, para retirarse a la plácida vida en la pura naturaleza.
- Locus amoenus: 'lugar agradable'. Es la naturaleza idílica, rebosante de belleza, armonía; marco bucólico en que se desarrollarán algunos subgéneros literarios (égloga, novela pastoril). Los elementos del paisaje en su manifestación ideal: agua (río, arroyo), vegetación (árboles, flores), sensaciones y sonidos placenteros