Eneas en el Hades
La historia de su descenso al infierno empieza cuando Eneas añora a su padre y decide ir a verlo al infierno, a los campos elíseos. Para ello necesita la ayuda de la sacerdotisa Sibila, que es la que sabe el camino y la manera de llegar a las tierras de Hades. Cuando llega a junto de ella, le pregunta la manera de llegar a los infiernos y le dice que solo puede acceder con la rama de oro, y se consigue con la muerte reciente de alguien famoso y que en los árboles más cercanos a su tumba nacería una rama de oro. Supieron de la muerte de Miseno, un importante troyano, y efectivamente, miraron en los árboles más cercanos al cadáver y vieron la rama de oro.
Al día siguiente Eneas se volvió a reunir con Sibila y juntos fueron a la entrada del infierno, iban con animales como sacrificio para poder entrar.
Ya dentro del infierno, se toparon con criaturas horripilantes, cuando avanzaron un poco se encontraron con Caronte, el guardián del infierno, el que lleva a los muertos a su lugar. Al principio les impidió el paso, si se atrevían a subir, sufrirían un destino cruel, pero por algo llevaban la rama de oro, con ella, los vivos podían acceder a la barca de Caronte. La utilizaron y les llevó a donde le pidieron.
Caronte les dejó a las puertas de Cerbero, un perro temible de tres cabezas con serpientes alrededor de su cuerpo. En vez de enfrentarse a él, le lanzaron una torta con narcótico dentro, al momento de tomarla, cayó en un profundo sueño. Después de eso, se escucharon los llantos de los muertos por injusticia y de niños muertos repentinamente. Después encontraron los campos del Duelo, allí Eneas se encontró con su ex amor Duelo, que murió de amor por Eneas, pero éste la ignoró. Prosiguieron el camino y encontraron el lugar de los que cayeron en batalla, los valientes. Allí Eneas encontró a muchísimos conocidos, podía haber estado más tiempo si Sibila le hubiera dejado, pero es que tenían poco tiempo. Al seguir el camino, vieron el Tártaro, donde se castiga a los crueles y asesinos.
Avanzaron más y por fin llegaron al lugar de los bienaventurados, los campos elíseos. Al llegar, preguntaron por Anquises, el padre de Eneas. Cuando se vieron, rompieron en lágrimas, no se podían abrazar porque era un espíritu. Anquises le enseñó el río Leteo, que era para espíritus destinados a volver a la tierra, le enseñó el lugar donde se veían a sus hijos, a los próximos reyes...Cuando les llegó la hora de despedirse Anquises les llevó a las puertas y se fueron. Y esta es la historia del descenso de Eneas a las tierras de Hades. Fuentes: Kerry Usher: Emperadores, dioses y héroes. Editorial: Anaya, y google imágenes. Trabajo hecho por: Sergio Méndez Losada