Luego de sesenta años de gobiernos militares en El Salvador, un fuerte movimiento social se moviliza exigiendo cambios políticos y socioeconómicos. La respuesta de la dictadura fue la represión. Frente a ella se alzó la voz de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, denunciando la violación a los derechos humanos. Fustiga a un sistema de injusticia e inequidad y exige al gobierno estadounidense suspender el apoyo militar a los opresores. En la primera imagen se lo ve recorriendo los barrios marginales de San Salvador. Romero era defensor de que la Iglesia adopte la opción preferencial por los pobres.