Más de ochenta años abarcan cronológicamente las instantáneas expuestas. Todas ellas reflejan escenas vivas de un Madrid ya lejano, desde las inauguraciones oficiales, envueltas en pompa y protocolo, hasta las escenas del trabajo en lóbregos talleres, sin olvidar las pinceladas de miseria reflejadas en las caras de los mendigos asilados. En esta rápida pero expresiva panorámica, nuestra ciudad está saltando del cuarto de millón de habitantes de 1850 a la superación del millón en 1934.