Cuéntalo otra vez 5º (13)
Paula durmiente Había una vez hace mucho tiempo en un reino, dos reyes que soñaban con tener una hija. Pasó un año y tuvieron a una hija muy bella a la que decidieron llamar Paula. Los reyes celebraron una fiesta en honor al nacimiento de Paula, y vinieron todos los ciudadanos del reino. Paula se fue haciendo mayor, y cuando cumplió los quince años le hicieron una fiesta de cumpleaños y de nuevo vinieron todos los ciudadanos del reino excepto una: la malvada Candela, una bruja maligna que solo disfrutaba haciendo el mal a la gente. Mientras que estaban celebrando la fiesta apareció ella muy enfadada preguntando que porque no la habían invitado; los reyes muy asustados le dijeron que habían olvidado invitarla. Entonces Candela dijo que cuando pasaran dos años lo pagaría con Paula. Los reyes muy asustados ordenaron proteger a la princesa. Pasaron dos años y Paula cumplió diecisiete años, pero todos estaban muy nerviosos por la promesa que Candela hizo. Al día siguiente Candela apareció en el castillo y se tropezó con Paula, en ese momento Candela aprovechó y le echó un hechizo a la princesa que la dejó dormida. Candela dijo que solo despertaría con el beso de un apuesto príncipe.
A partir de ese día los reyes decidieron que cada día vendría un príncipe distinto al castillo. Cuando ya pensaban que habían aparecido todos los príncipes apareció uno muy joven. Los reyes ya desesperados le dijeron al príncipe que pasara a la habitación donde se encontraba Paula. Al final, muy sorprendidos las majestades, se alegraron al ver que el príncipe bajaba acompañado de la princesa. Las majestades decidieron celebrarlo con una boda y todos se pusieron de acuerdo.
Fin.
El robot y la anciana. Érase una vez una anciana muy vieja que vivía sola sin más compañía que la de su canario Mickey. Su nieto de veintidós años siempre iba a visitarla todas las Navidades, pero aquella Navidad no pudo ir. El joven le mandó un paquete muy grande, ella lo abrió y dijo: ¡Aaaah, un robot! Pulsó el botón de encender y el robot le dijo: - ¡Hola, abuela de Rubén! ¿Cómo te llamas? Yo soy tu nueva compañía, me llamo Robot 2000. La anciana le contestó que su nombre era Paqui. El robot empezó a limpiar y se acordó de que Rubén le dio una nota que decía: Hola abuela, soy Rubén este año no he podido ir, te mando el robot con todo el cariño de tu nieto, no pude ir por tema de trabajo .Espero verte el año que viene. La anciana muy emocionada le preguntó al robot : - Entonces ¿ tú cuidaras de mí? El robot muy feliz le dijo: - Sí , preciosa. A los seis meses la abuela enfermó, al poco estaba a punto de morir y el robot la abrazó. Habían mantenido
una relación muy estrecha durante ese semestre. Finalmente la anciana se murió y el robot comenzó a buscar pilas para ella. Pero la pobre Paqui no respondió. El robot se quitó las pilas y murió junto a ella. Juan José Márquez Molina FIN.