Dolcezza mia:
A raíz de nuestra conversación del sábado, he recordado cuánto disfruto y aprecio la fotografía. Me hizo reflexionar en lo importante que es, aun cuando la idea sea sencilla, realizarla en lugar de quedarnos con las ganas. Crear "fanzines" me parece una forma tan didáctica y expresiva de abordar esas inquietudes que llevamos dentro. Y, dado que me acompañaste y escuchaste tan atentamente, sentí la necesidad de retomar y recordar algo que disfruto, como si fuera un obsequio para alguien especial.
Te adelanto que es algo que hice en apenas dos días, por lo que me excuso si no te gustan las fotos logradas (esto lo escribo en tono de gracia, pero sin 'jajaja' para no perder lo solemne.). Ya excusado, mi intención es mostrarte un paseo donde, de alguna forma, sentí que estabas allí conmigo, pese a la distancia de 3,000 kilómetros. Siempre he querido escribir cartas, enviarlas a lugares lejanos, esperando que un día regrese la respuesta de alguien especial. Este fanzine es lo más cercano a esa ilusión y, para ser sincero/a, me encanta que roce la cursilería, justo como me gusta.
Comienzo con el paisaje que rodea mi ciudad y, como ya me conoces un poco, sabes cuánto deseo descubrir qué hay más allá de los cerros. Los humedales son una parte importante de la naturaleza y del ecosistema, pulmones y hogar de la fauna que allí habita.
¿Notas la diferencia al observar el color? A mi parecer, a veces distrae, pero, si se usa correctamente, puede encantar.
He recorrido casi todos los rincones cercanos en Valdivia. Algún día estuve sentado ahí; solo se escuchaban las aves y el viento atravesando la vegetación. El sábado día fui como un observador, como el que somos a veces en nuestras vidas; he pensado en esto últimamente, viviendo con pausa cada acción y decisión.
¿Te acuerdas de que vi a alguien recolectando digüeñes? (Esos hongos que son comestibles y que, al verlos, te producen tripofobia, ¿recuerdas?)
Ese oso algo quiere. Ahora entiendo por qué tardé casi 5 horas en recorrer los 25 km.
Esa casa está en un sector llamado "Barrios Bajos", y su nombre se debe a la geografía del lugar: se encuentra bajo el nivel del mar, por lo que ha sufrido inundaciones en algunos inviernos.
Valdivia es una ciudad pequeña. Esta situación ocurre a 5 minutos del centro de la ciudad: al frente, una construcción pequeña y de madera, y al fondo, un edificio de altura, que, al lado de uno de tu ciudad, parece enano (el edificio).
El centro y, en él, una plaza pequeña, que en días especiales se cierra al tránsito para dar paso a eventos. Esta semana (primera semana de noviembre de 2024), en Chile ocurre la "Teletón", evento de caridad que en la mayoría de las ciudades motiva actos para animar a entregar donaciones.
La catedral católica está al frente de la Plaza de la República, como sería de costumbre en casi todas las ciudades latinas. Por mucho tiempo fue el hito más alto; actualmente, hay edificios más altos, y uno de ellos es un casino.
De seguro, en cada plaza hay vendedores de algodón de azúcar. En el centro de la foto, y de espaldas, está uno de ellos.
Leí por ahí que allá no hay McDonald's. Bueno, por acá sí. Solo he entrado un par de veces, y no necesariamente por las hamburguesas, ya que las encuentro extrañas.
Al fondo se puede ver el edificio del casino
Este es mi edificio favorito y mi fachada favorita de Valdivia. Esa entrada que se ve lleva a un teatro, donde en general se realizan actividades culturales. Cuando te conté que, por estrés, renuncié a mi trabajo y por dos semanas estuve yendo a ver obras de danza y teatro, acá fue. Dio la casualidad de que se había reinaugurado después de mucho tiempo cerrado y casi en abandono. Quizá no fue tan casualidad.
El tejido urbano de Valdivia lo delimitan los ríos. Mientras esperaba tus audios, seguro recuerdas, ese señor hablaba por teléfono con alguien. Estuvo mucho tiempo ahí y, de seguro, conversaba con alguien que no veía hace mucho tiempo, porque se notaba el entusiasmo en su voz.
El sábado terminó mi día muy bien. Me encanta tener tiempo para mí y mis "obsesiones".
Continué el domingo; ya queda poco.
Los domingos, por lo general, visito una feria que realizan. Allí se pueden comprar frutas y verduras, además de muchas otras cosas. "Cachurear" se le dice al acto de buscar cachureos.
El día pintaba lluvioso y no dudó en serlo.
Es difícil incluir, entre fotos monocromáticas, una a color, pero es que mira ese rojo de las frutillas y su majestad, la cereza.
Mientras llueve, las personas se refugiaban bajo toldos que los feriantes usan para protegerse.
Yo volví a casa mojadísimo.
Espero que, al terminar de revisar, hayas quedado con ganas de más. Espero tu juicio sin pelos en la lengua. Disfruté mucho haciendo esto y gracias, debo decir, por mantenerme atento. Por más días de disfrute, de visitar tu cafetería favorita vestida con tu ropa que te hace sentir elegante y femenina, acompañada de tu libro de turno y juzgando para ti a las personas que ves al paso.
Con cariño, Erwin de 1,8 m.