DIÓCESIS DE FONTIBÓN
PARROQUIA SAN JOSÉ
Viacrucis 2016 Año de la Misericordia (Quien participa en el viacrucis ha de disponer su mente y corazón para caminar con Cristo hacia el calvario, esto se hace en oración, silencio y respeto)
Oración Preparatoria Sacerdote: Señor mío Jesucristo, tu caminaste con tan grande amor este camino para morir por mí. Yo te he ofendido tantas veces apartándome de ti por el pecado; mas ahora te amo con toda mi alma, y porque te amo, me arrepiento. Perdóname, Señor, y permíteme que te acompañe en esta jornada. Tú has muerto por mí, yo deseo también, mi adorado Redentor, morir de amor por ti. Mi Jesús, viviré y moriré siempre unido a Ti.
Todos: Jesús mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas, y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
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Primera Estación
Jesús es condenado a muerte
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera cómo Jesús, después de haber sido azotado y coronado de espinas, fue injustamente sentenciado por Pilato a morir crucificado. Todos: Jesús mío, fueron mis pecados y no Pilato, los que te condenaron a muerte. Por los méritos de este doloroso momento, te suplico me ayudes en el camino que voy recorriendo hacia la eternidad. Te amo, Jesús, más que a mí mis-
mo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por su sentencia injusta… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Segunda Estación
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera como Jesús, caminando con la cruz a cuestas, iba pensando en ti y ofreciendo a su Padre por tu salvación la muerte que iba a padecer. Todos: Amadísimo Jesús, abrazo todas las tribulaciones que me tienes destinadas hasta la muerte y te ruego por los méritos de la pena que sufriste llevando la cruz me des fuerza para llevar la mía con paciencia y resignación. Te amo,
Jesús con la cruz a cuestas
Jesús, más que a mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por su Santa Cruz… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Tercera Estación
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión: Sacerdote: Considera esta primera caída de Jesús. Su espalda estaba destrozada por los azotes, su cabeza coronada de espinas y había derramado mucha sangre. Estaba tan débil que apenas podía caminar y llevaba aquel enorme peso sobre sus hombros. Los soldados lo empujaban, de modo que muchas veces desfalleció y cayó. Todos: Amado Jesús, más que el peso de la cruz son mis pecados los que te hacen sufrir tantas pe-
Jesús cae por primera vez
nas. Por los méritos de esta primera caída, líbrame de caer en pecado mortal. Te amo, Jesús, más que a mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por su primera caída… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Cuarta Estación
Jesús se encuentra con su Santísima Madre
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera el encuentro del hijo con su madre. Se miraron y sus miradas expresaron la agonía que sentían en ese momento. Todos: Amabilísimo Jesús, abrazo todas las tribulaciones que me tienes destinadas hasta la muerte y te ruego por los méritos de la pena que sufriste llevando la cruz y viendo el sufrimiento de tu santísima Madre, me des la fuerza para continuar mi vida en contempla-
ción constante a nuestra madre del cielo. Te amo, Jesús, más que a mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mi como tú quieras. Amen. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por el dolor de la Santísima Virgen… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Quinta Estación
El Cirineo ayuda a Jesús a cargar la cruz
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera como los soldados, al ver que Jesús iba desfalleciendo cada vez más, temieron que muriera en el camino. Como deseaban verlo morir en la cruz, obligaron a Simón, el cirineo, a que lo ayudara a llevar la cruz. Todos: Jesús mío, no quiero renunciar a la cruz como el cirineo, antes bien, la acepto y la abrazo. Acepto la muerte con todas las penas que la acompañan, la uno a la tuya y te la ofrezco. Tú quisiste morir por
mi amor y yo quiero morir por el tuyo. Ayúdame con tu gracia. Te amo, Jesús, más que a mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amen. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por tu sufrimiento camino al calvario… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Sexta Estación
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera como Verónica, al ver a Jesús tan fatigado y con la cara bañada en sudor y sangre, le ofreció un lienzo, imprimiendo su santa imagen. Todos: Amado Jesús, tu rostro maltratado por las heridas y la sangre, te hacen irreconocible. Haz que siguiendo el ejemplo de la Verónica te sepamos reconocer en los más débiles y maltratados. Hazlo por los méritos de tu pasión. Te
La Verónica enjuga el rostro de Jesús
amo, Jesús, más que a mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por tu divino rostro… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Séptima Estación
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera la segunda caída de Jesús en la cual se la agrava el dolor de las heridas tanto de su cabeza como de todo el cuerpo. Todos: Paciente Jesús, tú me has perdonado tantas veces, y yo he vuelto a caer y a ofenderte. Ayúdame, por los méritos de esta nueva caída, a perseverar en la gracia hasta la muerte. Haz que en todas las tentaciones siempre me encomiende a ti. Te amo, Jesús, más
Jesús cae por segunda vez
que a mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por tu segunda caída… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Octava Estación
Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera como algunas piadosas mujeres, viendo que Jesús iba derramando su sangre, lloran de compasión. Jesús les dijo, “Hijas de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos.” Todos: Afligido Jesús, lloro las ofensas que te he hecho por los castigos que me han merecido; pero mucho más por el disgusto que te he dado, a ti que tanto me has amado. No es tanto el infierno como
tu amor lo que me hace llorar por mis pecados. Te amo, Jesús, más que a mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por su dolorosa pasión… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Novena Estación
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera la tercera caída de Jesús. Su debilidad era extrema y la crueldad de los verdugos era excesiva. Ellos querían que se apresurara cuando casi no le quedaba aliento para moverse. Todos: Atormentado Jesús, por los ultrajes y la debilidad que quisiste padecer camino al Calvario, dame la fortaleza necesaria para vencer todos los impulsos desordenados que me han hecho despreciar tu
Jesús cae por tercera vez
amistad. Te amo, Jesús, más que a mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por tu tercera caída… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Décima Estación
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera como al ser despojado de sus vestiduras, Jesús sufre cuando al arrancarle la ropa también le lastimaron una vez más la piel. Todos: Inocente Jesús, por los méritos del dolor que entonces sufriste, ayúdame a desnudarme de todos los afectos desordenados a las cosas terrenas, para que pueda poner todo mi amor en ti. Te amo, Jesús, más que a mí mismo
Jesús es despojado de sus vestiduras
y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por su dolorosa pasión… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Undécima Estación
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera como Jesús, tendido sobre la cruz, extiende sus pies y manos y ofrece al Padre el sacrificio de su vida por nuestra salvación. Lo clavan en la cruz, la levantan y lo dejan morir de dolor. Todos: Te despreciaron, Jesús. Clava mi corazón a tus pies para que quede siempre ahí amándote y no te abandone más. Te amo, Jesús, más que mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte
Jesús es clavado en la cruz
ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por tu cuerpo clavado en la cruz… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Duodécima Estación
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera como Jesús, después de tres horas de agonía, consumido de dolor y exhausto de fuerza inclina la cabeza y muere en la cruz. Todos: Jesús difunto, beso la cruz en la cual has muerto por mí. Por mis pecados tenia merecida la muerte, pero la tuya es mi esperanza. Señor, por los méritos de tu santísima muerte concédeme la gracia de morir abrazado a tus pies y consumido por tu amor. En tus
Jesús muere en la cruz
manos encomiendo mi alma. Te amo, Jesús, más que a mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por tu muerte en la cruz… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Decimotercera Estación
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera como habiendo ya muerto el Señor, lo bajaron de la cruz y lo depositaron en los brazos de su madre. Ella lo recibió con ternura y lo estrecho contra su pecho traspasado de dolor. Todos: Madre afligida, por el amor de este hijo ruégale por mí. Y tú, Señor mío, ya que has querido resucitar glorioso, el día del juicio final permíteme estar eternamente contigo en la gloria, amándote y bendiciéndote. Te amo, Jesús, más
Jesús es bajado de la cruz
que a mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a ofenderte. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por el dolor de la Santísima Virgen… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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Decimocuarta Estación
Sacerdote: Te adoramos oh Cristo y te bendecimos. Todos: Porque por tu santa cruz redimiste al mundo. Reflexión… Sacerdote: Considera como los discípulos llevaron a enterrar a Jesús, acompañándole también su santísima madre, que lo deposito en el sepulcro con sus propias manos. Después cerraron la puerta del sepulcro y se retiraron. Todos: Jesús mío sepultado, beso esa piedra que te encierra. Tú resucitaste después de tres días. Por tu resurrección te suplico que me hagas resucitar glorioso el día del juicio final para estar eternamente contigo en la gloria, amándote y bendiciéndote. Te amo, Jesús, más que a mí mismo y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. No dejes que vuelva a
Jesús es colocado en el sepulcro
oféndete. Haz que te ame siempre y dispón de mí como tú quieras. Amén. Sacerdote: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo… Todos: …como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Sacerdote: Por tu cuerpo colocado en el sepulcro… Todos: …ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Sacerdote: Concluimos este encuentro de oración dirigiéndonos a María, Madre de Misericordia. Con ella esperamos junto al sepulcro la Resurrección de nuestro Señor. A ella le cantamos y le pedimos que nos proteja. Madre mía…
Oración Año de la Misericordia
Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
La celebración central de este Viernes Santo será a las 3 p.m. en este sitio. Los esperamos.