Si una pandemia que ha colapsado los sistemas sanitarios –y economías– de gran parte de los países del mundo, generado más de 22.1 millones de contagios y 778 mil muertes no es suficiente motivo para reevaluar y reestructurar nuestro transporte público, entonces quizá nada lo sea.
La oportunidad de darle a Mérida el transporte público que su salud, su economía y sus habitantes, urgentemente, necesitan.
Esperamos que las autoridades urbanas, y de movilidad, así lo vean.