No. 17 Centro Histórico

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Imagen: @asteroidrone


Í · CONSEJO DIRECTIVO · Leticia Torres Mesías - Propietaria. David Montañez Rufino - Propietario.

· CONSEJO CONSULTIVO · Fernando Alcocer Ávila Jorge Bolio Osés Ricardo Combaluzier Medina Yolanda Fernández Martínez Carmen García Gómez José Gerardo García-Gill Ricardo López Santillán Raúl Monforte González Susana Pérez Medina Luis Sauma Castro

· EDITORIAL · David Montañez Rufino Director general

Angélica Rivera Gómez

www.metropolimid.com.mx

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EN CONTEXTO: El Centro Histórico de Mérida

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Un Centro histórico en transformación

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CIUDAD MODELO: La pérdida de la memoria colectiva en espacios patrimoniales

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Centro Histórico de Mérida

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Nueva Conciencia Yucatán: Días Mundiales (ONU)

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Preservar nuestro legado: El Patronato del Centro Histórico de Mérida A.C.

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Entre locales y extranjeros, un panorama actual del Centro Histórico de Mérida

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La importancia de la Ermita de Santa Isabel en la memoria histórica de Mérida

Coordinadora de comunicación y redes MetrópoliMid (Año 2, No. 17, noviembre 2020) es una publicación mensual digital. Esta edición se terminó el 20 de noviembre de 2020. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura de MetrópoliMid. Queda estrictamente prohibida la reproducción parcial o total de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización.

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El Centro Histórico de Mérida y la urgencia de contar con un Plan de Manejo Integral

Jorge Alberto López Tec Diseño gráfico y editorial

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E D I T O R I A L

El Centro Histórico de Mérida y la urgencia de contar con un Plan de Manejo Integral

Imagen: @dronemmar

Por David Montañez Rufino Director general de la plataforma urbana M50

Con una dimensión de casi 880 hectáreas, el Centro Histórico de Mérida es el segundo más grande de todo México, superado únicamente por la capital del país. Su importancia, sin embargo, va mucho más allá del tamaño de su huella urbana, o de la relevancia histórica y patrimonial que tienen sus edificaciones. La importancia del centro histórico de Mérida es vigente, actual, y toca cada una de las aristas de la vida de nuestra ciudad, con relevancia económica, laboral, social, cultural y hasta en materia de movilidad.

autoridades estatales y municipales fue en el centro histórico, a través del Plan de Mejora a la Movilidad Urbana para el Centro Histórico de Mérida. El Centro, como le llamamos comúnmente, funciona de nodo de articulación socio-espacial entre el norte, el sur, el oriente y el poniente de la ciudad. Esto no es una mera circunstancia geográfica: para bien o para mal, todo el transporte público de Mérida se articula a través del centro histórico y esto, por sí mismo, genera una vida y efervescencia urbana que no podemos pasar por alto.

No en balde una de las pocas –y más arriesgadas– intervenciones urbanas y de movilidad llevadas a cabo en Yucatán por las

Pero aún hay más. La riqueza arquitectónica y el patrimonio edificado del centro, su concentración de casas culturales, teatros, iglesias de

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alto valor histórico –la catedral de Mérida es la catedral más antigua de México y la segunda más antigua de toda Latinoamérica–, y su reciente dinamismo artístico y cultural –con casas de artesanía, centros de arte privado, etc.–, hacen del centro histórico un polo de desarrollo turístico, y por lo tanto económico, al cual se le debe dar un reconocimiento especial y un tratamiento diferenciado. Y es que, desde hace muchos años, la complejidad del Centro Histórico ha generado retos de gran importancia que han propiciado la creación –17 años atrás– de una Asociación Civil denominada Patronato del Centro Histórico de Mérida, y la mucho más reciente creación de una oficina de Gestión del Centro Histórico, como parte del Ayuntamiento de Mérida. Las problemáticas del Centro Histórico van, desde los conflictos de movilidad, hasta problemas sociales complejos, como la cada vez más creciente brecha social entre los antiguos habitantes que aún residen en sus viviendas y los nuevos migrantes extranjeros que se han instalado, provenientes en su mayoría de Estados Unidos, Canadá y Europa. Esto ha generado, en palabras de una de las articulistas de esta misma edición, “dos mundos paralelos, en la que la distancia no es tanto física como económica, cultural y simbólica”.1

Más aún, la importancia, complejidad y dinamismo del centro de Mérida exige la creación de un Plan de Manejo para el Centro Histórico que, para tener éxito, debe ser construido mediante gobernanza, con la participación activa de la sociedad y del gobierno. El segundo centro histórico más grande del país lo necesita y los habitantes de Mérida lo merecen. 1

Dávila Valdés, Claudia. MetrópoliMid, 2020.

El segundo centro histórico más grande del país lo necesita y los habitantes de Mérida lo merecen: urge un Plan de Manejo para el Centro Histórico de la ciudad.

A lo anterior, habría que sumarle los ya conocidos, aunque no por ello menos importantes o complejos, problemas de gentrificación, pérdida de identidad y de tradiciones, impacto ambiental, movilidad urbana, mezcla de uso de suelo y actividades, operación de los mercados de Lucas de Gálvez y San Benito, así como todo el proceso de activación económica, con la variable de la actual pandemia del Covid-19 que desde luego ha impactado y seguirá impactando el comercio y la actividad en el centro. Por todo lo anterior, quizá hubiera sido importante, en la propuesta del Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Mérida, hacer hincapié en la necesidad de una planeación específica y puntual para el Centro Histórico de nuestra ciudad.

Por David Montañez Rufino Maestro en Administración Pública. Fundador y director general de la plataforma urbana M50. dmc.davidm@gmail.com

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C O N T E X T O

El Centro Histórico de Mérida Por Leticia Torres Mesías Estrada, Docente de Arquitectura en la Universidad Modelo

Nos volvemos a encontrar en este ejemplar número 17, en el que abordaremos el tema del CENTRO HISTÓRICO DE MÉRIDA. Poniendo en contexto el tema, describiré las principales características que posee esta bella zona de nuestra ciudad capital. Para hablar de nuestro Centro Histórico, tendríamos que hablar de Patrimonio, por lo que inicio este artículo transcribiendo una de las definiciones que me parecen más completas, la expresada por Georgina DeCarli1 (2006), quien definió Patrimonio de la siguiente manera: “conjunto de bienes culturales y naturales, tangibles e intangibles, generados localmente, y que una generación hereda / transmite a la siguiente con el propósito de preservar, continuar y acrecentar dicha herencia”. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) realizó en el 2016 un cuadro de clasificación del Patrimonio donde ubica todos los elementos contenidos en la descripción de DeCarli, esto es, el patrimonio se divide en cultural y natural. El cultural se subdivide en tangible e intangible. El tangible se subdivide en muebles e inmuebles, y es dentro de esta última subdivisión, “tangible inmueble”, donde podemos ubicar los monumentos o sitios históricos, monumentos públicos, monumentos artísticos, conjuntos arquitectónicos, centros industriales y obras de ingeniería.

En el año de 1972 se decreta la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos. Previo a ese año, nuestro país no contaba con ningún instrumento jurídico que velara por nuestro patrimonio tangible. A partir de ese año, los monumentos y zonas arqueológicas comienzan a ser objeto de interés social y nacional. En el Estado de Yucatán, y en específico en la ciudad de Mérida, fue hasta el 18 de octubre de 1982 que se estableció la Zona de Monumentos Históricos en la ciudad de Mérida, Yucatán, por decreto federal. Algunos datos interesantes del Centro Histórico, tomados de Gutiérrez Ruiz (2011): El Centro Histórico de Mérida, es el segundo más grande del país con una superficie de 8,795 km2, solamente después del de la ciudad de México. Su superficie abarca 659 manzanas, en las que podemos encontrar 3,906 edificios con valor histórico, que fueron construidos entre los siglos XVI al XIX. De los 3,906 edificios, 21 fueron destinados en alguna época al culto religioso y 572 fueron declarados como Patrimonio de la Nación.


En esas 659 manzanas, las visitas obligadas son:

La Casa de Francisco de Montejo, considerada "la joya del arte plateresco más valiosa que poseemos en arquitectura civil"; fue la casa del fundador de la ciudad y tiene una placa con una inscripción del año 1549.

Imagen: es.123rf.com

La bella Catedral de San Idelfonso, considerada como la Catedral más antigua de México y la primera de toda América Latina, construida en el año 1561, demorando 19 años su construcción.

Catedral de San Idelfonso vista desde los arcos de Olimpo

El Palacio de Gobierno, construido como casa para los gobernadores y jefes del estado de Yucatán, e inaugurado en el año 1892; en su interior encontramos la historia de Yucatán a través de 27 pinturas del yucateco Fernando Castro Pacheco.

Antes de la pandemia, el Centro Histórico de Mérida había logrado tener un movimiento extraordinario, pues a él llegaban a diario más de 200 mil personas, un número realmente importante. Es también digno de mencionar la dinámica de crecimiento que ya tenía el sitio, en el que las aperturas de nuevos restaurantes, bares, hoteles boutique, hostales y la habilitación de edificaciones para volver a ser utilizadas como vivienda unifamiliar, era muy significativo.

Catedral de San Idelfonso en Mérida Yucatán

Imagen: yucatan.gob.mx

El Teatro José Peón Contreras, el más antiguo y bello teatro de Mérida, inaugurado en 1908 habiendo participado cuatro arquitectos: Piaccenti para el proyecto interior; Alegreti, encargado del fresco de la cúpula; Ceicola, el responsable de la fachada neoclásica francesa; y Decerti, responsable del proyecto técnico.

Imagen: www.ltigroup.mx

El Palacio Municipal, construido en varias etapas y llamado originalmente Casa Consistorial, recibe el nombre de Palacio municipal hasta mediados del siglo XIX. La torre que aloja la campana y el reloj ha pasado por varias intervenciones al igual que la zona norte del edificio. La que ocupa actualmente El Olimpo, fue demolido en 1974 y vuelto a construir 23 años después.

Vista desde la Planta alta del Palacio Municipal


El comienzo en operación en agosto de 2019 de la oficina de Gestión del Centro Histórico del Ayuntamiento de Mérida, tendrá un papel muy relevante para que esa dinámica pueda regresar al ritmo que ya se había logrado. La función principal que tiene esta oficina de Gestión es, en voz del alcalde Renán Barrera Concha, “dar un paso más en el cuidado, mantenimiento y funcionamiento adecuado de esa zona de Mérida, a fin de propiciar la convivencia respetuosa y armónica de quienes ahí habitan o trabajan.”2 El deseo de todos los que admiramos y amamos nuestro Centro Histórico, es que esta oficina de Gestión realmente sea el gran puente de comunicación que se requería con el Patronato para la Preservación del Centro Histórico de Mérida, Patronato que en septiembre de 2019 celebró sus 16 años de existencia. Referencias: 1 Antropóloga Social, Académica de la Universidad Nacional en Costa Rica y Presidenta de la Fundación Instituto Latinoamericano de Museos y Parques (ILAM por sus siglas).

Mencionado en su discurso con motivo de la inauguración de dicha oficina.

Imagen: blog.simca.mx

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Por Leticia Torres Mesías Estrada Arquitecta por la UADY. Maestra en Administración Pública por la UVM. Docente en la escuela de Arquitectura de la Universidad Modelo y Productora del programa de radio Habitar y más. leticia.torresmesias@habitarymas.com


Un Centro Histórico en transformación Por Claudia Dávila Valdés Profesor-Investigador del CIR sociales de la UADY

Hoy en día, a escala nacional e internacional, la ciudad Mérida es un referente de una vida apacible y sin sobresaltos. La ciudad ha logrado consolidarse como una “marca urbana” que se distingue como un lugar atractivo y seguro para visitar, conocer, caminar, aprender, disfrutar de su oferta cultural, comprar, comer, divertirse e incluso vivir. Además, se destaca por tener uno de los Centros Históricos más grandes del país, caracterizado en buena medida por sus edificaciones de corte neoclásico y ecléctico que le han dado una identidad que los expertos califican de “señorial”. El Centro Histórico de Mérida es una zona bastante heterogénea, con espacios pluriclasistas y plurifuncionales. La parte sur se ha caracterizado por ser el espacio de la vivienda deteriorada, del comercio popular, del abasto de la población de bajos ingresos que habita en las colonias del sur de la ciudad y de la población del interior del estado. Por el contrario, algunas zonas del norte, que durante la segunda mitad del siglo XX pasaron por el abandono y el deterioro, se encuentran, desde hace casi dos décadas, en medio de una serie de transforma-

ciones socio-espaciales entre las que destacan la turistificación y lo que se puede llamar un incipiente proceso de gentrificación. En esta parte del Centro Histórico, como parte de estas transformaciones, podemos constatar la diversificación de la población en una clara mezcla social en la que aumenta la presencia de turistas que visitan o que residen en la ciudad, una clara recalificación del espacio público derivado de las prácticas turísticas y una centralidad definida por y para los visitantes temporales o permanentes. Es un nuevo modo de habitar el espacio urbano basado en el ocio, el consumo y el recreo, tal como lo practican los turistas. Pero estas son transformaciones que al mismo tiempo se combina con muchas continuidades, pues siguen ahí los antiguos residentes, los de las familias yucatecas, muchos de ellos de edad avanzada que no han querido abandonar sus casas ni dejar el centro de la ciudad y que en su mayoría son jubilados, comerciantes en activo, empleados públicos o profesionistas. En fin, son personas que a pesar de la baja de sus niveles de vida atribuida a la edad, todavía pertenecen a las clases medias de la ciudad de Mérida.

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Imagen: @asteroidrone


Ciertamente la gentrificación en el Centro Histórico de la ciudad de Mérida resulta incipiente, y si se quiere, tardía, sobre todo si lo comparamos con otras ciudades mexicanas donde se presenta este fenómeno. Sin embargo, podemos afirmar que se trata de un proceso que está presente y, por la tendencia que se observa, también en crecimiento. Destacaré aquí el papel que juegan algunos actores gentrificadores que han dinamizado el proceso en la parte norte del Centro Histórico. En primer lugar, mencionaremos al gobierno, a través de algunas políticas públicas encaminadas a la revitalización y a la turistificación en las que el Centro Histórico se convirtió en el principal atractivo turístico de la ciudad. Los esfuerzos gubernamentales se aprecian en el número de llegadas de turistas que pernoctan en la ciudad de Mérida que casi se duplica entre el 2007 y 2019. En segundo lugar, están los sectores de población nuevos que llegan a vivir al centro de la ciudad, los así llamados turistas de segunda residencia que vienen de Estados Unidos, Canadá y, en menor número, de Europa. Estos extranjeros de clase media, con el capital económico y cultural propio de sus países de origen, poseen estilos de vida y patrones de consumo que contrastan de forma muy visible con los de la población local. Las casas del Centro Histórico de la ciudad de Mérida constituyen un factor central de atracción de estos nuevos residentes, quienes pueden satisfacer sus aspiraciones de estilo de vida aprovechando las ventajas del tipo de cambio. En este proceso de revitalización habitacional se pueden encontrar algunas calles cuyas casas están, casi en su totalidad, remodeladas. Ahora los nuevos residentes y los antiguos residentes yucatecos de estos barrios comparten muros, banquetas, calles, pero no estilos de vida. Las casas remodeladas y embellecidas de los extranjeros contrastan con las casas envejecidas y algunas veces muy deterioradas de los antiguos residentes. La dinámica en esta área es la de dos mundos paralelos, en la que la distancia no es tanto física como económica, cultural y simbólica y es que la proximidad

"Las casas remodeladas

y embellecidas de los

extranjeros contrastan

con las casas envejecidas

y algunas veces muy

deterioradas de los antiguos residentes. La

dinámica en esta área

es la de dos mundos

paralelos, en la que la distancia no es tanto física como económica,

cultural y simbólica".

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física no es garantía de una proximidad social, pues el espacio no es el único obstáculo de la comunicación y la distancia social no siempre se puede medir en términos puramente físicos. En el tercer lugar de los agentes gentrificadores se encuentran los diferentes empresarios que invierten en la compra-remodelación-venta de casas, en la creación de hoteles y su variante de Airbnb, en la apertura de restaurantes, bares, tiendas y galerías de arte. En efecto, en la parte norte, se evidencia hoy en día, una oferta comercial antes no conocida que incluye: la aparición de tiendas de artesanías de autor, de restaurantes de diversa índole, muchos de ellos así llamados gourmet (sofisticados en su menú y en su mobiliario, además de caros); el embellecimiento de algunos parques y la inauguración de un buen número de hoteles, sobre todo los que se denominan hoteles boutique.

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En cuanto a las galerías de arte, se puede observar que se han abierto varias desde hace más o menos una década. La mayor parte se ubica en el área donde se ha documentado un cierto proceso de gentrificación y se concentran en dos puntos en una suerte de gallery closter. El primer punto, con mayor número de galerías, se hallan en las calles frente al parque de Santa Ana y el segundo se ubica en el barrio de Santiago. Resulta interesante destacar que los nuevos residentes de la zona, los turistas de segunda residencia, no solo son los principales clientes de estas galerías, en ocasiones también son los artistas y hay otros que incluso son revendedores de las obras de arte. Como podemos observar, la llegada de estos nuevos residentes al Centro Histórico de la ciudad de Mérida ha generado diferentes efectos en lo económico, en lo social y también en lo cultural. Los nuevos residentes son consumi-


dores (pero también detonadores) de la nueva oferta de servicios que se registra en el Centro Histórico, que se basa sobre todo en un nuevo modo de habitar el espacio y que se relaciona con el ocio, el consumo sofisticado y el recreo. Todo esto refleja transformaciones que de alguna manera promueven una marcada diferenciación sociocultural entre los antiguos y los nuevos residentes. Otro aspecto importante que ameritaría mayor profundidad tiene que ver con el futuro de este espacio social, cultural, urbano, donde un porcentaje alto de los que ahí habitan, tanto yucatecos como extranjeros, son residentes de la tercera edad. El cambio demográfico seguirá generando importantes transformaciones sociales y culturales y, por lo tanto, suponemos, a nivel de política de estado. Al respecto no es ocioso preguntarse, al paso de los años ¿quiénes serán los nuevos residentes de estas casas? ¿Llegará un momento en que la pirámide de edades se invierta? La cuestión patrimonial no

es anodina, y menos en el Centro Histórico de Mérida, donde muchas casas en deterioro lo están por problemas de intestado ¿qué pasará con los extranjeros, que debido al marco jurídico de este país además compran a través de un fideicomiso?

Por Dra. Claudia Dávila Valdés Profesor-Investigador del CIR sociales de la UADY.


La pérdida de la memoria colectiva

en espacios patrimoniales, caso de estudio

Conjunto habitacional en Paseo de Montejo C I U D A D El patrimonio tiene carácter de testimonio y contribuye a vincular las sucesivas generaciones y a preservar la memoria comunitaria. Los monumentos históricos y culturales juegan un papel de símbolo tangible de la historia, y fomentan la conciencia acerca de una identidad, de esta manera atribuyen el papel de íconos de identidad. En la actualidad, muchos monumentos han sido alterados a un extremo de perder sus valores estéticos. Esto se debe, en algunos casos, a las transformaciones socio-económicas y políticas en el contexto, dando giros en los usos de suelo que implican alteraciones estéticas y espaciales, así como el derrumbe y abandono de muchos edificios con valores patrimoniales, produciendo la pérdida de memoria colectiva, la cual “…se distingue de la historia al menos en dos aspectos, es un pensamiento de corriente continua, puesto que retiene del pasado sólo lo que aún está vivo o es de vivir en la conciencia del grupo que la mantiene”.1 En otras palabras, al desaparecer o ser alterado un monumento, la memoria colectiva hará que dicha edificación continúe con vida, pero al instante en que el grupo social que mantiene ese bastión desaparece, en ese momento el edificio muere. Tal es el caso del Paseo de Montejo de Mérida, Yucatán, el cual es un boulevard de la época porfiriana, iniciado en 1888 e inaugurado en 1904. Esta avenida

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M O D E L O constituye un cambio en la morfología tanto del espacio público como en el espacio habitacional que lo circunda, rompiendo con el tramado original del centro de la ciudad, diferenciándolo puntualmente de la gente que vivía y representando a las clases sociales emergentes de su momento histórico.2 Debido a los cambios históricos, económicos y sociales, muchos propietarios o herederos de estas edificaciones abandonan dichas edificaciones dando lugar a una depredación de la arquitectura original del Paseo de Montejo, demoliciones y modificaciones de las construcciones dan lugar a edificios contemporáneos y lotes baldíos susceptibles a especulación. Encontramos un ejemplo atípico dentro de la conformación original del Paseo de Montejo, se trata de una serie de viviendas en serie que se ubicaban sobre la avenida entre las calles 37 y 35, lo que remanece del conjunto original son 5 viviendas que miran hacia al norte (en vez de hacerlo sobre Paseo de Montejo como todos los demás edificios), y que en su escala y conformación representan una pieza única y destacable, siendo la única privada de Paseo de Montejo con una tipología auténtica, la cual en sus principios fue un conjunto de 6 casas para renta de personas en retiro (1930 aprox.). Ahora de propietario el Hotel Conquistador (2004).


Para el estudio de memoria colectiva se realizó una metodología3 conformada por: 1. Estudio documental del predio y de las características del inmueble. 2. Entrevista a un ex habitante del inmueble para destacar los valores intangibles del mismo: C.P. Patricia Ancona González, quien vivió en la privada desde su nacimiento hasta la edad de 10 años entre 1959 y 1969. Imagen 1. Croquis de las etapas y ensanche de Paseo de Montejo. Fuente: Cuadernos de arquitectura de Yucatán 14.

3. Reconstrucción virtual de las edificaciones en su estado original, mediante investigación histórica y medios digitales. 4. Contraste y lectura de identificación, mediante entrevistas a peatones que transitaban en la zona. Detallando más la etapa del contraste y lectura de identificación con los peatones de la zona, se menciona que el encuestador se posicionó en dos lugares estratégicos de paseo de Montejo y entrevistaba a los transeúntes, preguntándoles si acudían con regularidad a Paseo de Montejo, si este mismo tenía un valor importante para ellos y para la ciudad, durante esta misma entrevista el encuestador mostraba por medio de imágenes virtuales la reconstrucción del sitio. Cabe mencionar que todos los encuestados que utilizan Paseo de Montejo con regularidad se sienten identificados con el sitio y, en general, destacan a esta zona como un componente importante de la historicidad de la Ciudad. Cuando se les contrastó con la reconstrucción hipotética, las reacciones fueron siempre de asombro, desconcierto y preocupación, considerando que era importante la concientización general del peligro en el que se encuentra el patrimonio de seguir estas modificaciones tan radicales. El contrastar lo que existía con lo que ahora existe en los diferentes espacios patrimoniales que han sufrido pérdidas importantes, permite contribuir a una asociación de continuidad histórica e identitaria de los que habitamos la ciudad, es contribuir al rescate de la memoria colectiva y por tanto a la salvaguarda de los aconteceres históricos.

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Referencias: Halbwachs, 2004, p.213. Espadas, 1994, pág. 8. 3 Esta metodología se basa en estudios de Memoria Colectiva como los de Bastide, 2006, Schindel, 2009 y Kuri, en 2017, siendo este último el que define: “El habitar como constructo socio-histórico y como praxis social desempeña un papel crucial en la articulación de identidades y en la conversión de los espacios apropiados y habitados en espacios memorables. En consecuencia la memoria constituye una esfera fundamental en donde se condesa la historicidad, el tiempo, el espacio, el poder y la cultura” (Kuri, 2017, 27). 1 2

Bibliografía: BASTIDER Roger, “Arte y Sociedad”, Fondo de cultura económica, 2006. ESPADAS Medina, Aercel, “paseo del adelantado Montejo”, en cuadernos de arquitectura N.7, FAUADY, Mérida Yucatán, 1994, PP.8-19 HALBWACHS Maurice “La memoria colectiva”, Prensa universitaria de Zaragoza, 2004. KURI Pineda Edith “La construcción social de la memoria en el espacio: una aproximación sociológica”, Península vol. XII, 2017. SCHINDEL, Estela, “Inscribir el pasado en el presente, memoria y espacio urbano, Revista: Política y cultura, Nº. 31, 2009, págs. 65-87.

Imagen 6. Posición del encuestador

Por Mtro. Enrique Martínez Arredondo Palma Arquitecto, Maestro en Intervención Sustentable del Patrimonio Edificado, Fundador de ATK despacho de diseño.

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Centro Histórico de Mérida Por José G. Buenfil Burgos Arquitecto

¡Sin duda, uno de los más grandes de nuestro País y uno de los más vivos! Con una huella urbana de casi 880 hectáreas, contiene un alto valor patrimonial para orgullo y disfrute de los emeritenses, así como una grata sorpresa para quienes, por primera vez, lo visitan. Además de la calidez de su gente, los bienes y servicios son de gran diversidad y muy buena calidad. Actualmente el Centro Histórico de Mérida posee instrumentos técnicos-jurídicos vigentes, que, aunque fueron elaborados en distintos tiempos, a más de 40 años, han promovido un incremento en el conocimiento de los ciudadanos acerca de la importancia de los valores del patrimonio edificado. La tarea ha sido ardua y con el paso del tiempo se nos pueden olvidar algunas acciones prioritarias que en su momento no fueron sencillas de ejecutar, como: combatir una modernidad que pretendía sustituir alguna edificación histórica; solucionar las asociaciones funcionales en detrimento de los inmuebles con valor; enfrentar el uso de la arquitectura como soporte publicitario; modificar la excesiva presencia de unidades de transporte público y privado que utilizaba el Centro Histórico como zona de paso; promover las intervenciones en edificios con alto grado de deterioro; impulsar el mejoramiento de la imagen urbana; o resolver la inseguridad física del peatón, como principal usuario de la zona.

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El Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de Mérida (2004), expresa que …se desarrolló como consecuencia de la coincidencia de tres actores que han procurado la protección del Centro Histórico, siendo estos la Dirección de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Mérida, la Facultad de Arquitectura de la UADY y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y se estructura desde la perspectiva de que es parte importante del Programa Municipal de Desarrollo Urbano de la ciudad de Mérida… Sin embargo, el propio dinamismo de las actividades que se realizan al interior de esta zona de la Ciudad requiere también de revisar y priorizar los acuerdos entre todos sus actores. Si aceptamos a la planeación urbana como un medio que pudiera ser eficaz para determinar las acciones a seguir, se deberá intentarlo otra vez, cuando la sociedad civil está más organizada y los gobiernos locales han fortalecido sus dependencias y entidades públicas relacionadas con el tema; sería plausible que en el proceso de la modificación del Programa Municipal de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Mérida (2020), incluyan en su estrategia, la elaboración de una nueva versión del Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de Mérida. En caso de llevar a cabo este ejercicio de planeación urbana, y por ser esta una Zona de Monumentos Históricos (1982) donde se advierten casi 4 mil edificios con valor histórico y un buen número de plazas y jardines, las consultas ciudadanas deberán promover la participación de quienes ahí circulan, disfrutan, trabajan y habitan, además de involucrar de manera precisa a los propietarios de los inmuebles; entendiendo que la mayor parte de estos inmuebles son de propiedad particular y que están insertos en una actividad usufructuaria. Punto importante será definir el concepto de Centro Histórico, ya que su ambigüedad no ha permitido expresar acciones asequibles que puedan generar un mayor estímulo y entendimiento en la población involucrada con esta zona.

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Es un hecho que nuestro coma colectivo producido por la pandemia del COVID-19, ha multiplicado el uso de las tecnologías digitales en quienes permanecemos en algún tipo de confinamiento y/o hemos acusado límites en nuestra movilidad habitual. Sin duda, la consulta ciudadana para la elaboración de este nuevo Programa deberá adecuarse a un nuevo esquema de recepción y análisis de las opiniones, reconociendo que la sociedad en general ha desarrollado un incremento en su sensibilidad para relacionarse y opinar en temas de su interés. Hoy, con la participación de una mayor cantidad de asociaciones académicas y civiles, así como organismos empresariales y públicos, seguro se podrían definir unas líneas estratégicas más puntuales para lograr objetivos exitosos que animen aún más a la revitalización del Centro Histórico. El Centro Histórico de Mérida es patrimonio de la Nación; requiere de un gran compromiso conservarlo para nuestras futuras generaciones, y los emeritenses tienen hoy la oportunidad.

"Sería plausible que en el proceso de la modificación del Programa Municipal de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Mérida (2020), incluyan en su estrategia, la elaboración de una nueva versión del Programa Parcial de Desarrollo Urbano del Centro Histórico de Mérida".

Por José G. Buenfil Burgos Arquitecto. Coordinador del Expediente Técnico para inscribir a la Ciudad de San Francisco de Campeche, en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

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Preservar nuestro legado: El Patronato del Centro Histórico de Mérida A. C.

Imagen: lugarnia.com

¡En 17 años, el Patronato para la Preservación del Centro Histórico de la Ciudad de Mérida, A. C. ha creado iniciativas para preservar una de las zonas de monumentos más grandes de México. Este trabajo pretende proteger y recuperar el legado edilicio de más de 400 años, que está entretejido con el patrimonio intangible, la cultura, y la habitabilidad. Respetando siempre el consenso y la participación social para llegar a acuerdos en beneficio de la preservación, así como la recuperación económica y social de nuestro centro histórico.

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¿Qué es el Patronato? Es una asociación civil que trabaja a favor de nuestro centro histórico, promoviendo su recuperación, conservación y fortalecimiento a través de iniciativas en todos los temas que en esta zona se presentan como lo son: movilidad, sociedad, espacio público, intervención urbana, comercio, cultura, entre otros. A través de los años, el Patronato del Centro Histórico de Mérida ha entendido que los proyectos deben de incluir a todos los actores que participan y habitan el espacio. Por lo tanto, es un organismo de vinculación, debate, conjunción de ideas, intereses y esfuerzos de ciudadanos, investigadores y empresarios, cuyo fin primordial es el rescate y revitalización, para consolidarlo como el eje cultural y económico de la capital de Yucatán. ¿Quiénes integran el Patronato? Como un organismo representante de diferentes sectores de la sociedad, el Patronato cuenta con un Consejo Directivo que agrupa a empresarios, académicos, artistas, comunicólogos, transportistas, entre otros, preocupados por la preservación del Centro Histórico. De igual forma, un equipo técnico de profesionales en diferentes disciplinas trabaja para reunir y producir información, promover la participación ciudadana y generar propuestas técnicas consensadas siempre entre las instituciones públicas, privadas, empresarios, vecinos y la ciudadanía en general. Zona de Monumentos Históricos: pasado y presente El Centro Histórico, o Zona de Monumentos Históricos, está delimitada según el Decreto Federal del año de 1982, donde sus primeros artículos enuncian el perímetro, características y condiciones, así como la extensión territorial. Actualmente, este decreto rige y condiciona las acciones a llevarse a cabo en esta área, desde particulares, municipales, gubernamentales,

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etc., en lo que se refiere a iniciativas de carácter arquitectónico y urbano. Uno de los principales atributos de la Zona de Monumentos es mantener su vida diaria, conjugando las tradiciones con lo cotidiano de una ciudad en desarrollo y con gran dinámica. El reto es revalorar tanto el patrimonio edificado como el patrimonio intangible, por lo tanto, la sociedad es el factor clave para lograrlo. La apropiación y respeto de este patrimonio provocará la conciencia hacia la recuperación, conservación y la permanencia en el sitio. En los últimos 10 años, el centro histórico de la ciudad de Mérida ha contado con innumerables iniciativas para mejorar sus condiciones, acciones que han partido desde las autoridades municipales, gubernamentales, agrupaciones civiles, académicas, entre otras. Muchas de estas iniciativas no llegaron a un buen término o fueron inaplicables por factores económicos, sociales o condiciones históricas. En muchos de los proyectos, se puede determinar que el objetivo de estas iniciativas buscaba cumplir con una necesidad, sin embargo, en muchas ocasiones la formar de dar con esa solución no consideraba, por ejemplo, una participación ciudadana real. Las condiciones de la zona de monumentos han ido cambiando en estos últimos años. La introducción de inversión hacia nuevos negocios ha sido importante, ampliando la vida nocturna y el atractivo hacia nuevas generaciones. De igual forma, la llegada de nuevos habitantes y el cambio generacional de la población ha contribuido y establecido nuevas dinámicas. Cabe mencionar que nuestro centro urbano es de uso mixto, donde los usos son diversos exigiendo coexistir unos con otros. Estas nuevas inversiones y habitantes han planteado una serie de retos, problemáticas y áreas de oportunidad para el mejoramiento de las condiciones del centro histórico. Esto muestra la necesidad de cambiar y adaptarse a la actualidad, donde las prioridades y necesidades urbanas son otras.


En su mayoría, la base para establecer estos cambios requiere un proceso de educación cívica urbana, donde la sociedad es el principal agente. Es por esto que la recuperación, conservación e impulso del centro histórico no se puede centrar únicamente en el patrimonio edificado, sino en todo aquello que en él se desarrolla. Esto, a través del desarrollo de iniciativas que puedan significar acciones detonantes de cambio, donde la sociedad civil juegue un papel crucial en la generación y construcción de las propuestas, apropiándose de las mismas para con esto conseguir que perduren, independientemente de la autoridad en turno, consiguiendo de esta manera la revaloración de nuestro patrimonio. Planes, proyectos y propuestas PLAN DE CALLES Este plan identifica los pasos para generar un verdadero ambiente peatonal dentro de la Zona de Monumentos Históricos y su área

de influencia, coloquialmente conocida como “Centro” además de ser un modelo a replicar para el resto de la ciudad. Propone un proyecto general a mediano y largo plazo, con pautas de diseño, y busca equilibrar las necesidades de los usuarios de las calles, mediante una distribución equitativa del espacio de acuerdo a las características físicas y funcionales de las vialidades, basadas en prioridades de movilidad; siempre con los objetivos presentes de la seguridad y accesibilidad. SUPERMANZANAS Este proyecto propone un nuevo modelo urbano para que las personas se conviertan en ciudadanos capaces de ejercer en el espacio público los derechos de intercambio, cultura, ocio y entretenimiento, además del derecho de circulación, donde se busca que la mayoría de los desplazamientos se realicen a pie, en bicicleta y transporte público, se pretende la máxima habitabilidad en el espacio público para que este sea confortable y atractivo.

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CORREDORES ARTICULADORES Tienen como fin enlazar puntos de interés dentro de la zona de monumentos, fortaleciendo las características de cada uno de ellos e, incluso, redefiniendo su carácter e identidad en algunos casos. Se cuenta ya con propuestas en diferentes vías. MERCADOS La visión busca darles a los mercados un carácter individual, pero integrados como una familia. Esto, aprovechando las características contextuales y de valor social de cada uno, para resaltar sus fortalezas particulares. Esta visión de modernizar los equipamientos del centro, aunado al tema comercial de hoy día, tiene que reinventarse aplicando reingenierías adecuadas a las tendencias de nuestra época. Esto implica cambios desde los mismos locatarios, hasta la infraestructura. No es sólo un proyecto físico, tienen que estar acompañados de capacitación y trabajo de fortalecimiento social. Los mercados han crecido de manera orgánica, requieren orden y recuperar los valores espaciales que tuvieron. Dada su complejidad, el proceso tiene que ser gradual. En esta tarea se cuenta con iniciativas en desarrollo en los mercados centrales de Lucas de Gálvez y San Benito, Santa Ana y San Sebastián.

Ejemplo de estos trabajos son las campañas de socialización, campañas de reactivación económica en el Centro Histórico, rescate y difusión de tradiciones y campañas de concientización medio ambiental.

PROYECTOS DE SOCIALIZACIÓN

Actualidad, lo que viene.

La participación de la sociedad es parte fundamental en el desarrollo de cada propuesta. Al fin de cuentas, son las necesidades de la gente lo que exhibe las deficiencias y requerimientos para una transformación, recuperación o rescate del espacio público y del patrimonio. Ante esto, una de las herramientas es el desarrollo de campañas y mecanismos de participación ciudadana; así como la constante promoción y difusión de los valores del centro de nuestra ciudad, y de los esfuerzos de todo actor a favor del centro histórico.

Hoy en día, el centro histórico enfrenta diversos retos por las condiciones de la pandemia COVID-19, aunados a los que existían previamente. Reflejados en planes de movilidad principalmente, así como protocolos sanitarios y de restricciones comerciales; esto ha implicado la participación obligada de la sociedad con el fin de mejorar estas iniciativas acercándolas a la población directamente afectada, puesto que esta es la que realmente puede aportar al funcionamiento de estas iniciativas. Esta participación refleja el éxito, o no, de estas medidas, más allá de especialistas y expertos en los temas en cuestión, tarea que hemos tomado desde un inicio.

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Nuestro centro histórico, si bien está afectado económicamente por la situación sanitaria y los obligados protocolos –reflejado en el cierre de comercios de todo tipo–, sigue siendo objetivo de inversiones de nuevos comercios, habitantes, de iniciativas de gran impacto como el Tren Maya, iniciativas ciudadanas, municipales y estatales. Las acciones de mejoramiento y de inversión han sido constantes en los últimos años, lo cual es positivo, sin embargo, los resultados no siempre lo son y se reflejan en problemáticas o necesidades nuevas a resolver. Es necesario dar el siguiente paso y mirar al futuro desarrollo del Centro Histórico de la ciudad de Mérida, consolidándolo y estableciendo las normas y condiciones para esto, pensar y planear de manera integral cada acción a desarrollar. Entonces es momento de construir entre todos, sociedad, autoridades gubernamentales, academia, colegios de profesionales, especialistas y cámaras empresariales, un Plan de Manejo del Centro Histórico, donde todos

adquiramos el compromiso con nuestro patrimonio, de protegerlo, fortalecerlo e impulsarlo. El Patronato está comprometido con sus líneas de trabajo, porque el patrimonio es legado y testimonio de nuestra cultura e identidad. Disfrutarlo es un derecho, preservarlo es un deber.

"Es momento de construir entre todos, sociedad, autoridades gubernamentales, academia, colegios de profesionales, especialistas y cámaras empresariales, un Plan de Manejo del Centro Histórico".

Por: C.P. Enrique Ancona Teigell Presidente - Patronato del Centro Histórico de Mérida A.C. Arq. Raúl Zapata Álvarez Director – Oficina de Gestión del Patronato del Centro Histórico de Mérida A.C. Contacto: Instagram y Facebook: @pchmerida www.patronatocentrohistoricomerida.com.mx

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Entre locales y extranjeros, un panorama actual del Centro Histórico de Mérida Por María Elena Ceballos Castillo Licenciada en Turismo por parte de la UADY

El centro histórico de Mérida es considerado el corazón de la ciudad, sus barrios nos cuentan la historia de un lugar que ha mantenido su vida cotidiana en él, es lugar de rutas de transporte, negocios de primera necesidad, servicios gubernamentales y atractivos turísticos. Es tan interesante que ha sobrepasado fronteras y es ahora lugar de encuentro para una comunidad de extranjeros que hallaron un espacio tranquilo y seguro en donde vivir durante el invierno o retirarse de manera permanente.

Hemos de ponernos en un contexto en donde las últimas décadas por el crecimiento urbano de la ciudad, el centro histórico había dejado de ser para los locales un lugar ideal para vivir, por razones entre las que destacan: la intensa actividad y ruido que tiene el centro; lo difícil que es mantener las casas debido a su antigüedad; y la expansión de la ciudad hacia las periferias. Esto generó que muchas casas de barrios tradicionales como por ejemplo Santiago, fueran abandonadas con el tiempo, dando una oportunidad para otro grupo de gente de vivir en ellas.

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Imagen: elfinanciero.com.mx

La ciudad ha sido promocionada desde 2016 como el mejor lugar del mundo para retirarse, lo que hizo que este movimiento creciera exponencialmente y el llamado turismo de segunda residencia se posicionara en el centro histórico.


En los últimos años la presencia de extranjeros ha aumentado, pues además de la restauración de casas que ha propiciado un cambio en la imagen urbana, se les ve participando de la vida cotidiana de los barrios. Esto hace que surja una nueva convivencia entre dos comunidades, por un lado, los locales que no han dejado sus casas y que por ende sus familias llevan décadas y generaciones viviendo en ellas, que se conocen entre ellos y que tienen una serie de usos y costumbres en el lugar, y en el otro los extranjeros que vienen de lugares totalmente diferentes, abiertos a los cambios, pero buscando un cierto tipo de vida a la que están acostumbrados. En 2019, como parte de la investigación La coexistencia cultural y sus impactos a través del Turismo de Segunda Residencia en el Barrio de Santiago de Mérida, Yucatán, se llevaron a cabo entrevistas a los residentes del barrio de Santiago, abarcando a residentes meridanos y yucatecos, y a los extranjeros. Uno de los resultados de mayor impacto fueron las percepciones de su convivencia. Entre los años 2016 y 2017 la comunidad de extranjeros creció en el barrio de Santiago, esto confirmado por los locales que declararon una mayor presencia de extranjeros en las actividades de la vida cotidiana. Es interesante ver que, aunque estos dos grupos han vivido en el mismo lugar en un tiempo prolongado, no han logrado tener un contacto personal de convivencia. Los extranjeros han buscado sus propias comunidades, empezando por grupos de Facebook que asesoran a cualquiera que quiera venir a vivir en la ciudad, y donde publican actividades que llevan a cabo y servicios que son afines a sus intereses. La barrera del idioma también ha generado una brecha que limita su convivencia con los locales a simples Holas. La mayoría de los extranjeros no ha aprendido español pese haber pasado años en la ciudad, aún así, sienten que hay una buena respuesta a su llegada, se consideran parte de la comunidad del barrio además comparten estos sentimientos

con otras personas que estén buscando venir a vivir a Mérida. Los locales, por su parte, consideran que estas personas siguen siendo turistas y los separan como un grupo que ha llegado a sacudir el barrio, declarando con cierto miedo que pueda haber cambios y una pérdida de identidad. Hay un tercer actor que influye de manera considerable en estos movimientos y que probablemente sea el que impulse que más locales se muevan del centro histórico: las agencias inmobiliarias. Éstas han visto una oportunidad de negocio entre comprar casas a residentes, remodelarlas y venderlas en dólares a extranjeros. Meridanos que viven en el centro han declarado que han recibido ofertas de esas agencias para vender sus predios, o que conocen a personas vecinas o cercanas que han vendido su casa a estos agentes inmobiliarios. No es atípico encontrar ahora anuncios de se renta o se vende traducidos al inglés. Estas dinámicas generan diferentes problemáticas en el centro histórico. Estamos viviendo una época entre dos comunidades que perciben el territorio de diferente manera, los locales que no quieren que nada cambie y que les gustaría conservar sus casas como están, y los

"No debe sorprendernos que el centro histórico y sus barrios en unos años deje de ser un lugar para la sociedad yucateca y empiece a ser un lugar totalmente enfocado a promover el turismo". 25


extranjeros que están buscando adaptar el lugar a su comodidad y conveniencia. Estos últimos seguirán creciendo de manera exponencial, sobre todo en estos tiempos en que el peso se ha devaluado de manera exorbitante y que ahora, debido a la pandemia, hay una crisis económica que está generando el desplazamiento de locatarios del centro histórico. Además, tenemos los diferentes cambios llevados a cabo por el gobierno para desplazar a los locales, como lo han sido fomentar el área turística y mover los paraderos de rutas de transporte. Los locales probablemente no puedan volver al centro, debido al crecimiento de rentas y precios de las casas y la inevitable gentrificación por parte del turismo de segunda residencia, además de la posibilidad de ya no sentirse parte de él, sobretodo si la comunidad de extranjeros sigue creciendo lo suficiente para afectar la identidad que aún conservan los barrios.

No debe sorprendernos que el centro histórico y sus barrios en unos años deje de ser un lugar para la sociedad yucateca y empiece a ser un lugar totalmente enfocado a promover el turismo de nuestra ciudad, ya sea de segunda residencia o no. Los impactos que traerá esto serán notables, sobre todo en la pérdida de patrimonio y vida cotidiana, que en este momento gira totalmente al alrededor del centro.

Por Lic. María Elena Ceballos Castillo Licenciada en Turismo por parte de la UADY. Auxiliar de investigación en proyectos de turismo e integrante de la Red de Estudios Multidisciplinarios en Turismo, REMTUR.


La importancia de la Ermita de Santa Isabel en la memoria histórica de Mérida Por Fátima Gabriela Aguayo Várguez Estudiante de Licenciatura en Turismo de la UADY

En 2017, la ciudad de Mérida fue elegida como Capital Americana de la Cultura, convirtiéndose en la primera ciudad en América en recibir por segunda ocasión tal nombramiento. Esta certificación le permitió difundir el arte y la cultura maya en el ámbito nacional e internacional; asimismo, contribuyó al conocimiento de las culturas del continente americano, respetando la integridad y diversidad del patrimonio cultural de las naciones, así como establecer puentes de cooperación con otras capitales culturales.

Existen ocho barrios en el Centro Histórico reconocidos por el municipio, que conforman gran parte de la historia cultural de la ciudad, uno de ellos es la Ermita de Santa Isabel o de Nuestra Señora del Buen Viaje, llamada así por estar en el Camino Real a Campeche en la época colonial y ser paso obligatorio para los viajeros de ese tiempo, es el más alejado al sur de la plaza grande y tiene una historia que vale la pena mostrar.

Imagen: diariodelsureste.com.mx

La calidad y autenticidad de eventos culturales que ofrece la ciudad a lo largo del año, atraen a visitantes y turistas que juegan el papel de promotores con amigos o familiares para asistir a futuros eventos culturales en la ciudad, afectando de manera positiva a la economía local. Sin embargo, gran parte de los eventos se realizan en la plaza grande o central de la ciudad, dejando a un lado a los barrios que se encuentran en el Centro Histórico.

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Su parque, ubicado en el cruce de las calles 66 x 77 a un costado de la Ermita, pasó de ser una explanada de tierra a un lugar de palenques y peleas de gallos, por lo que fue conocida en un tiempo como la plaza del Gallo. Es también escenario de eventos musicales y ha servido para locaciones de telenovelas por su traza, vegetación y kiosko. Las remodelaciones y mejoras han hecho de él uno de los barrios de Mérida que mantiene su aire colonial, aspecto que lo distingue de otros de la ciudad. También se le considera como la cuna del tradicional Panucho, comida yucateca de alcance nacional que nos distingue. En febrero de 1966, el ayuntamiento remodela el terreno colindante con la Ermita y construye un jardín botánico que, hasta la fecha, continúa abierto. Tiene especies endémicas y vegetación nativa de diversas formas y colores que aportan sus aromas al recorrido; era grande y novedoso porque trajeron piezas arqueológicas de diversos complejos mayas del estado, construyeron caminos, bancas y fuentes, que lo hizo el paseo de los habitantes del barrio y de otros lugares de la ciudad. La Ermita fue fundada por un vecino de apellido González de Ledesma. No se sabe con exactitud su fecha de fundación, pero se estima que fue terminada de construir en 1748, según una inscripción tallada en piedra en la parte superior de la entrada principal de la iglesia. Empezó a ser conocida por su nombre a partir de la construcción del Camino Real a Campeche en 1790 por el entonces gobernador Lucas de Gálvez. Ha sido remozada y tiene un uso cotidiano, lo que permite que el espacio se utilice y la vida cotidiana mantenga en vida las tradiciones, como comprar algo refrescante o alguna golosina en la tiendita de la esquina norponiente de la 66 x la 77, siempre abierta y bien surtida; o bien, comprar un rico postre en acera de enfrente de la misma esquina, donde los dulces de cocoyol, buñuelos, papaya, flanes, arroz con leche y muchos más son comprados al salir de misa o en la espera del camión. Con ello se rescata mucho de la gastronomía dulcera, pero también la salada, ya que por las tardes puedes degustar

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los tradicionales tamales vaporcitos de pollo y carne molida, panuchos y salbutes que ofrecen los vecinos de la calle 64-A. Cada semana es también un protagonista de las actividades culturales, al ser parte del recorrido de la Bici-ruta, actividad deportiva y de convivencia que lleva a cabo el ayuntamiento como parte del famoso y arraigado programa dominical municipal de Mérida en Domingo. Es un sitio de visita anual obligada desde 2008, con la instauración del Paseo de las Ánimas, que se lleva a cabo en noviembre durante la festividad del día de muertos o el Hanal Pixán. En el paseo, los vecinos de las calles 66 y 64-A ponen altares y venden comida, una verbena animada y concurrida por meridanos, yucatecos y turistas nacionales e internacionales, y que se complementa con la visita al Cementerio Central para culminar con el Paseo de las Ánimas, que se refiere a esa procesión silenciosa con personas vistiendo los trajes tradicionales y pintura en el rostro simulando cadáveres que se ven más lúgubres a la luz de las veladoras que llevan en las manos.


Imagen: desdeelbalcon.com

Pero también se debe reconocer que, a lo largo de su historia, la Ermita de Santa Isabel ha sido testigo de diversos eventos que han marcado a los meridanos y que ha albergado a personajes con gran relevancia para la ciudad. Sin duda es un sitio con mucho patrimonio, tangible e intangible, que puede ser utilizado para atraer turismo a la zona. Posee casas, placas, personajes, leyendas y material cultural que con el paso de los años ha ido quedando en el olvido. Eventos que antes se realizaban, ahora los podemos conocer a través de las notas periodísticas o de las historias de la gente que vive ahí y que fue partícipe de dichos eventos. Es importante mencionar que el patrimonio cultural tangible e intangible es esencial para promover la paz y el desarrollo social, ambiental y económico; además, contribuye a la revalorización de la cultura e identidad al promover el sentido de pertenencia colectiva e individual, y favorecer la cohesión social y territorial de un lugar (UNESCO, 2017). Sin duda, la Ermita de Santa Isabel es poseedora de una enorme cantidad de material cultural

que puede ser utilizado para fomento turístico, para disfrute de los meridanos y para enorgullecer a los habitantes del barrio.

Por Fatima Gabriela Aguayo Várguez Estudiante de Turismo de la Facultad de Ciencias Antropológicas, UADY. Becaria del proyecto de investigación, PRODEP 30519: "Vínculos entre la habitabilidad urbana y la vida cotidiana del barrio de la Ermita de Santa Isabel de Mérida con la condición patrimonial del espacio urbano".

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