Déjame que te cuente let me tell you

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DÉJAME QUE TE CUENTE LET ME TELL YOU

Herminia Córdova Ellane Getty María J. Hernández Joseph Jackson Miguel Malave Zaida Marolanda Lidia Medina Minerva Meléndez Querida Merced María Ortiz Hester Snipe Jenny Soto



The narratives compiled in this anthology are oral stories by the members of Borinquen Plaza Senior Center that were shared with Mariana Graciano, SU-CASA artist-in-residence 2018, and Claudia Prado, project assitant. SU-CASA is a collaboration among the New York City Council, the Department of Cultural Affairs (DCLA), the Department for the Aging (DFTA) and Brooklyn Arts Council. The program is funded in FY18 by New York City Council and we would like to thank Councilmember Antonio Reynoso for his support. Brooklyn Arts Council (BAC) is proud to administer this program on behalf of the borough of Brooklyn.

Los textos compilados en esta antología son relatos orales de los miembros de Borinquen Plaza Senior Center que fueron compartidos con Mariana Graciano, artista residente del programa SU-CASA artist-inresidence 2018, y Claudia Prado, asistente del proyecto. SU-CASA es una colaboración entre el New York City Council, el Department of Cultural Affairs (DCLA), el Department for the Aging (DFTA) y el Brooklyn Arts Council. El programa está financiado en FY18 por el Concejo de la Ciudad de Nueva York y nos gustaría agradecerle al concejal Antonio Reynoso por su apoyo. El Brooklyn Arts Council (BAC) se enorgullece de administrar este programa en nombre del municipio de Brooklyn.


Muchas gracias a todos los miembros, directivos y equipo en Borinquen Plaza Senior Center por todo el apoyo y la colaboraciรณn en este proyecto. Thank you very much to all the members, managers and staff of Borinquen Plaza Senior Center for all the support and collaboration in this project.


Primeros recuerdos First Memories


¿Usted sabe lo que es un remendaíto? ¿Qué es lo más antiguo que se acuerda? Yo me acuerdo desde que yo nací, cómo me criaron. ¿Y lo más antiguo? Yo me acuerdo de todo, nena. Cuando nací, yo no tenía ni ropa. Fueron corriendo a comprarme una ropa en un bazar. Eran pobrecitos. Mi traje era un remendaíto. ¿Usted sabe lo que es un remendaíto? Minerva Meléndez La yegua ambulancia De los cinco años me acuerdo de muchas cosas: que me caí de arriba de una piedra, que me rompí un brazo. ¡Uh! En vez de ir en la ambulancia, iba en una yegua. Es que tú sabes, cuando tú te desmayas… Me desmayé del dolor y, como estaba dormida, me llevaron en la ambulancia. Y yo creía que eso era una yegua, una yegua blanca. Nunca vi esa ambulancia. Tenía cinco años y eso se me metió en la cabeza: que me llevaron en una yegua de un pueblo tan lejos. Fue fuerte, me pusieron una tabla ahí y después yeso. Ese es el primer recuerdo que yo tengo, ese golpe que me di. Jenny Soto Niña cantora Me acuerdo de cuando yo, sin nada en el pecho, me ponía unos taparrabos cogidos de los pantis y cantaba y bailaba. Poníamos unos bancos y ahí estaba el público sentado. Eran los vecinos. Cantaba canciones de mi época, de Felipe Rodríguez: Andan haciendo un regalo a cualquier hombre valiente que venga aquí de repente y se lo zumbe a cara e palo, si te las echas de malo… Zaida Marolanda

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Do you know what a patchwork is? What is the oldest thing you remember? I remember since I was born, how they raised me. And what's oldest memory? I remember everything, sweetheart. When I was born, I did not have any clothes. They went running to buy some clothes in a bazaar. They were poor. My suit was a patchwork. Do you know what a patchwork is? Minerva Meléndez The Ambulance Mare I remember many things from when I was five: that I fell from a stone, that I broke my arm. Uh! Instead of going in the ambulance, I went on a mare. You know, when you faint... I fainted from the pain and, as I was asleep, they took me in the ambulance. And I thought that was a mare, a white mare. I never saw that ambulance. I was five years old and that got into my head: they had taken me on a mare from a village so far. It was bad, they put a little piece of wood in there and then plaster. That is the first memory I have, that blow I gave myself. Jenny Soto Singing Girl I remember when I, with no breasts yet, would put on some loincloths from my pantyhose and sing and dance. We used to put some benches and the audience was seated there. They were the neighbors. I used to sing songs of my time, by Felipe Rodríguez: Andan haciendo un regalo a cualquier hombre valiente que venga aquí de repente y se lo zumbe a cara e palo, si te las echas de malo… Zaida Marolanda

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No tenemos recuerdos de la infancia Ah, yo no me acuerdo. De la infancia no me acuerdo nada. No había juguetes no había nada, una infancia horrible. Hacíamos una pistolita de palo para jugar. Nosotros no tenemos recuerdos de la infancia. Nos trepábamos a unos palos a comer chinas y a comer mangos. Yo casi no me acuerdo más de mi niñez. En casa de mi mamá somos quince y mamá le crio diez a mi papá, porque la esposa de mi papá murió. Éramos veinticinco. Después de mí hay tres más chicos. Miguel Malave Trompo, pelota, bolitas De cuando era pequeña, me acuerdo de que jugaba con mi hermano, que después se murió de cáncer, cuando tenía 19 años. Jugaba trompo, ese que le pones el hilo y lo tiras, jugaba pelota, bolitas. La casa era pequeñita, pero cabíamos todos. Querida Merced

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We Do Not Have Childhood Memories Oh, I don’t remember. From my childhood I don’t remember anything. There were no toys, there was nothing, a horrible childhood. We used to make a little pistol out of a stick to play. We don’t have childhood memories. We used to climb trees to eat oranges and mangoes. I almost don’t remember any more about my childhood. At my mom's house we are fifteen and mom raised ten other kids from my dad, because my dad's wife died. We were twenty-five. After me there are three more guys. Miguel Malave Top, Ball, Marbles When I was little, I remember playing with my brother, who later died of cancer, when he was 19 years old. I’d play with a top, the one that you have to put a thread through and throw it, I’d play ball, with marbles. The house was tiny, but we all fit. Querida Merced

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Salir a trabajar Going to Work

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Hielo a domicilio Nací y crecí en Brooklyn, solíamos llamarlo South Brooklyn, en la calle Baltic, entre la 3ra y la 4ta avenidas. He vivido toda mi vida aquí en Brooklyn. Tuve mi primer trabajo cuando era niño. Los domingos trabajaba con una carreta a caballo. La gente no tenía refrigeradores en ese entonces. Tenían sólo una caja de hielo, para mantener el hielo adentro. Las personas que vivían en los pisos de arriba compraban una pieza grande, tal vez de 50 centavos. La gente en la planta baja, a la altura de la calle, compraban una pieza pequeña con una bolsa de arpillera porque el hielo se derretía y la bolsa lo atrapaba. De vez en cuando, Tony me dejaba coger las riendas el caballo, ¿sabes? Y eso fue todo. Luego tenía un poquito de competencia porque, cuando venía a buscarme por la cuadra, si yo no estaba allí, algún otro tomaba mi lugar. Muchos lo querían, ¿sabes? Solo querían un poco de dinero, no mucho, pero... el costo de la vida no era tan alto como ahora. Y eso fue todo. Joseph Jackson ¿Quién te hizo ese vestido? Veinte días después de llegar a Nueva York, conseguí trabajo en una factoría, hacía blusas, de todo. Yo soy modista. Ya no hago más cosas, tengo 84 años, pero en El Salvador tenía como treinta personas que yo les cosía. En mi casa, hacía muchos vestidos. Cuando era jovencita, fui a buscar a alguien que me enseñara a coser pero las personas eran egoístas, no me enseñaban nada. Así que yo sólo mirando aprendí. A los seis meses me hice mi primer vestido. Tenía como 14 años. A mí me gustaba que me dijeran: “¿Quién te hizo ese vestido?”. Antes de venirme para acá, tenía como treinta personas que, cuando les dije que me venía, ellas: “¡Ay, no! ¡y quién nos va a coser ahora!”. Gente de almacenes, de oficinas. María J. Hernández

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Ice Delivery I was born and raised in Brooklyn, we used to call it South Brooklyn, on Baltic St., between 3rd and 4th avenues. I’ve lived all my life here in Brooklyn. I had my first job when I was a kid. On Sundays I used to work on a horse and wagon. People didn’t have refrigerators back then. They would have an ice box, to keep the ice in. The person all the way up would get a big piece maybe 50 cents. People on the first floor, like where you walk in, they’d get a small piece with a burlap bag in it cuz the ice would melt and it would catch it. Every now and then Tony’d let me steer the horse, you know? And that was it. Then I had a little competition because when he’d come through the block, he’d look for me and if I wasn't out there they’d run. They wanted it, you know? They just wanted a little money, not a hell of a lot but... the cost of living wasn't as high as it is now. And that was it. Joseph Jackson Who Made You That Dress? Twenty days after arriving in New York, I got a job in a factory, making blouses, everything. I am a dressmaker. I don’t do it any more, I'm 84 years old, but in El Salvador I had about thirty people that I sewed for. In my house, I used to make many dresses. When I was young, I went to find someone to teach me how to sew but people were selfish, they did not teach me anything. So I just learned by watching. After six months I made my first dress. I was about 14 years old. I liked when people would ask me “who made you that dress?” Before I came here, I had about thirty people who, when I told them I was leaving, they were like: “Oh no! Who is going to sew for us now?” People from department stores, from offices. María J. Hernández

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Piñas, botones, zapatos Mira, yo tuve que dejar la escuela para irme a trabajar en las piñas. Me ganaba cinco pesos limpiando piñas. Imagínate que cuando venía el Departamento de Trabajo me escondían porque era menor de edad. Y yo me la inventaba… ¿Sabes cuál era la comida mía? Azúcar negra y pan. Hoy en día le doy gracias al Señor que tengo salud. Ese fue mi primer trabajo, pero antes la vida era más barata. Te pagaban a veces nueve pesos. Había gente que pagaba cuatro. Con las piñas, yo me levantaba a las 4 de la mañana para irme a pie a Vega Baja, a otro pueblo, con un grupo de muchachas. Y eso era un sol que quemaba, daba verrugas. Y venía solita a las 6. Después, los botones. Latas de botones. Tenía que escoger los buenos y los malos. Trabajaba en un tanque de líquido cromeando abridores de lata. Me ponía unos guantes que me llegaban hasta aquí, zapatos… Pero, nena, uno ganaba una miseria. Cinco pesos. Después de los botones, los zapatos, y ahí ya me retiré. Con los zapatos era una máquina caliente y los cordones salían para afuera. Eso fue en Brooklyn. Empezaba a las 8, hasta las 5 de la tarde. Ahora es todo con maquinaria. Antes era con manos. Yo traía zapatos y los vendía en casa. Eran unos zapatos buenos, con cordones, de hebilla, leather, era puro leather. Siempre he trabajado, m'hija. Minerva Meléndez

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Pineapples, Buttons, Shoes Look, I had to leave school to go to work with pineapples. I’d earn five pesos cleaning pineapples. Imagine that when the Labor Department came, they had to hide me because I was a minor. And I had to find my way... Do you know what was my food? Brown sugar and bread. Today I thank the Lord that I have good health. That was my first job, but in those days, life was cheaper. Sometimes they would pay you nine pesos. There were people who used to pay four. With the pineapples, I would get up at 4AM to go by foot to Vega Baja, another town, with a group of girls. And that sun would burn you, give you warts. And I used to come back alone at 6PM. After that, the buttons. Cans of buttons. I would choose the good ones and the bad ones. I was working in a liquid tank chroming tin openers. I’d put on some gloves that came up to here, shoes... But, baby, you’d earn nothing. Five pesos. After the buttons, the shoes, and there I retired. With the shoes it was a hot machine and the laces would come out. That was in Brooklyn. It started at 8AM, until 5 in the afternoon. Now it's all with machinery. Before it used to be by hand. I used to bring shoes and sell them at home. They were good shoes, with laces, buckles, leather, it was pure leather. I have always worked, m'hija. Minerva Meléndez

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Atrevida Mi primer trabajo, en Puerto Rico, fue cuidando nenes. Me llevaban a las casas, los papás trabajaban y yo cuidaba a los nenes. En Nueva York, mi primer trabajo fue en una factoría de gorros. Eran unos gorros a los que les ponían lentejuelas con una máquina que daba vueltas. Les iban poniendo una cinta con lentejuelas alrededor. Yo iba a mi trabajo y mi hermano iba al suyo. Yo me perdía, pero llegaba. Caminaba los trenes sola. Yo soy atrevida para eso. Vivía en East New York y este trabajo era en Manhattan. En los 60, hubo un apagón bien grande y hubo mucha violencia y mucho robo. Destruían las cosas, se aprovechan. Teníamos que quedarnos en la casa, no podíamos salir a trabajar. La luz se cortó y no había trenes ni nada. Duró dos días. Querida Merced Mi trabajo, mi bolsillo Él era bien machista. Yo cobraba mi cheque, lo firmaba y todo para él. Era así porque era un solo bolsillo. El cogía el cheque, lo cambiaba y al bolsillo. Me daba 10 dólares, 20 dólares para que tuviera algo. Después de que trabajé tres o cuatro años en un lugar, él me llevó para el sitio en el que él trabajaba. Llevaba comida para los dos, subía comía conmigo y todo. Los hombres trabajaban en la planta de abajo y las mujeres en la planta de arriba. Las mujeres charlábamos unas con las otras. Había unas que decían: “No, mi marido no sabe lo que yo me gano. Yo cambio mi cheque y es para mi cartera”. Y yo: “Ah, tú no me digas eso, yo no sabía. Mi marido me dice que el único bolsillo es el de él y yo cobro y tengo que darle el cheque”. Después, en el carro yo le dije a él: “Ven acá, las amigas mías, las muchachas que trabajan conmigo, me dicen que ellas cobran su cheque y es para su cartera. Ellas compran una cosa y sus maridos compra otra. De ahora en adelante…” Me dijo: “Si te vas a coger malas costumbres, te saco del trabajo”. “Sácame si quieres”, ahí me puse brava… “De ahora en adelante, mi cheque es mi cheque, mi dinero es mi dinero, el tuyo es el tuyo”. Ahí me puse brava, ahí crecí. Jenny Soto

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Bold My first job, in Puerto Rico, was taking care of children. They’d take me to the houses, the parents would go to work and I’d take care of the children. In New York, my first job was in a hat factory. Hats with sequins in a spinning machine. They would get a ribbon with sequins around them. I used to go to my job and my brother would go to his. I’d get lost often, but I made it. I used to walk trains alone. I’m bold for that kind of things. I was living in East New York and this job was in Manhattan. In the 1960's, there was a big blackout and there was a lot of violence and a lot of robbery. They destroyed things, taking advantage of the situation. We had to stay in the house, we couldn’t go to work. The electricity was cut off and there were no trains or anything. It lasted for two days. Querida Merced My Work, My Pocket He was very macho. I’d collect my check, sign it and everything was for him. It was like that, one single pocket. He’d take the check, change it and put it in his pocket. He’d give me 10 dollars, 20 dollars so I could have something. After working three or four years in that place, he took me to the place where he worked. I used to bring the food for both of us, he’d come up to eat with me and everything. The men used to work on the ground floor and the women on the top floor. So the women would chat together. There were some who said: “No, my husband does not know what I earn. I change my check and it's for my wallet.” And I was like: “Ah, don’t tell me that, I didn’t know. My husband tells me that the only pocket is his pocket and I get paid and I have to give him the check.” Later, in the car I said to him: “Come here you, my friends, the girls who work with me, tell me that they get their checks and it's for their purses. They buy some things and their husbands buy some others. From now on...” He told me: “If you're going to get bad habits, I'll take you out of work.” “Do it, if you want,” there, I got brave ... “From now on, my check is my check, my money is my money, yours is yours.” There I got mad, there I grew up. Jenny Soto

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Primer trabajo: abuela Llegué a Nueva York hace treinta y pico de años. Vine de Puerto Rico, de Mayagüez. Vine con mi hija, buscando mejor ambiente. Lo que pasó fue que, como mi hija se vino para acá con mi nieto, entonces yo también me vine. Siempre vivimos por Brooklyn. El barrio estaba igual. Había también muchos hispanos. Cuando vinimos, trabajé diez años de voluntaria en una escuela. De 4to año para arriba. Yo era ayudante de la maestra, porque mi propósito era cuidar a mi nieto que estaba ahí. En Puerto Rico mi esposo no me dejaba trabajar. El primer trabajo fue en la escuela, y no era trabajo porque no cobraba, era voluntaria, tenía como 40 años. María Ortiz ¿Quieres empezar esta noche? Trabajé en la fábrica de maletas y, después, en Rockaways, en una fábrica de espejos. Trabajé como cuatro años. De ahí, bajé para Manhattan. Necesitaban a uno de emergencia para trabajar de main. Entré a la oficina y me dijeron: “¿Quieres empezar esta noche?” “¡Claro!” Y ahí trabajé, ahí me retiré. Era mantenimiento, limpiando oficinas, limpiando baños, puliendo los pisos. Eso era en la 34 y 7ma Av. Cuando me retiré, ya estaba casi a 40 pesos la hora. Ahí dejé el resto de mi juventud, en esa factoría. Me retiré a los 60 por enfermedad. Si no hubiera sido por la enfermedad, todavía estaba ahí. Hay que estar conforme con el de allá arriba. Aquel dice: “Te tocó así” y así te tocó. Yo trato de vivir la vida lo más al paso que yo puedo. Miguel Malave

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First Job: Grandmother I arrived in New York thirty-something years ago. I came from Puerto Rico, Mayagüez. I came with my daughter, looking for a better environment. What happened was that when my daughter came here with my grandson, then I also came. We always live in Brooklyn. The neighborhood was the same. There were also many Hispanics. When we came, I worked for ten years as a volunteer in a school. From 4th grade up. I was the teacher's assistant because my purpose was to take care of my grandson who was there. In Puerto Rico my husband wouldn’t let me work. My first job was at this school, and it wasn’t a job because I didn’t get paid, I was a volunteer, I was about 40 years old. María Ortiz Do You Want to Start Tonight? I worked in the suitcase factory and then in the Rockaways, in a mirror factory. I worked around four years. From there, I went down to Manhattan. They needed someone to work immediately as “main.” I went into the office and they said: Do you want to start tonight? Sure! And there I worked, there I retired. I was in maintenance, cleaning offices, cleaning bathrooms, polishing floors. That was at 34th and 7th Av. When I retired, I was making almost 40 pesos an hour. There I left the rest of my youth, in that factory. I retired at 60 years old due to illness. If it weren’t for the illness, I would still be there. You have to be satisfied with The One Above. He says “this is what you got” and that's how it is. I try to live my life as calm as I can. Miguel Malave

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La hora del lunch Nunca me puedo olvidar cuando me consiguieron el primer trabajo. Llegó la hora de lunchear y la que me llevó me dijo: “Mira, Córdova, esa alarma es que tenemos ya que lunchear y cuando tú la oigas es que se terminó el lunch y tenemos que venir a trabajar”. “¿Y a dónde vamos a lunchear?”. “Yo tengo una mesita ahí y buscamos unos cajones o jalamos una chancleta de esas en las que se pone la mercancía y así nos sentamos”. Ahí estaba el toilette y la mesita estaba allá. Yo encontré un cajón y lo traje para poderme sentar. Cuando ya estamos comiendo, empieza la gente a abrir esa puerta del baño. Oh, my god, qué cosa fea y yo dije entre mí: “Guau, nunca en mi vida, desde que yo me hice una profesional, he comido al lado de un baño, ¿para qué yo vine?”. Pensaba: “bueno, voy a ver si busco otro sitio que no sea cerca del baño”, pero yo no quería hacerle ese desaire, dejarla botada e irme a comer para otro lado. En las fábricas, en el tiempo de antes, usted comía al lado de esa mesa, sentada en esa mesa. “Ay, dios mío, para qué yo me vine. Me hubiera quedado nomás trabajando en el hospital”. Entonces le dije: “Muchacha, esa mesita que tú tienes puesta allí está muy pegada al toilette y, cuando ellos abren, eso apesta”. “Oh, –dice– aquí no limpian casi el baño. Es que no encuentro dónde llevármela. Pero yo voy a buscar un sitio”. Era una fábrica inmensa y por allá la pusimos. Ok. Allí comíamos, ¿y qué pasa? ¡Que nos salieron unas ratas inmensas de los containers y yo les tengo miedo! Ay, dios mío, qué peripecia tan grande… Allá el toilette, aquí las ratas y ella me dice: “Bueno, tú no sabes cómo es Nueva York. Ya tú vas a ir probando poquito a poco. Cuando uno viene al país, uno sufre”. Ella era puertoriqueña, trabajaba en fábricas ya hacía muchos años. Y yo decía: “No creo que voy a aguantar mucho tiempo aquí”. Eso hice, me cambié de trabajo -en ese tiempo había mucho trabajo- y ahí fui abriéndome poco a poco. La vida no ha sido tan fácil. Nueva York le deja muchos recuerdos a uno. Herminia Córdova

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Lunch Hour I can never forget when they got me the first job. It was lunch time and the one who took me there said: “Look, Córdova, that alarm means that we have to eat lunch and when you hear it again, lunch time is over and we have to come back to work”. “And where are we going to eat?” “I have a table there and we get some drawers or one of those things where the merchandise is placed and we sit down.” Here was the toilet and the table was there. I found a drawer and brought it to sit on it. When we were already eating, people started to open that bathroom door. Oh, my god, what an ugly thing. I said to myself: “Wow, never in my life, since I became a professional, have I eaten by a bathroom, why did I come?” I thought: “Well, I'll look for another place to eat that is not near the bathroom,” but I didn´t want to snub her, leave her alone and go eat somewhere else. In the factories, in those days, you had to eat on that table, sitting at that table. “Ay, dios mío, why did I come? I should have stayed just working at the hospital.” Then I said to her: “Girl, that little table that you have there is too close to the toilet and, when they open the door, it stinks.” “Oh, –she says– here they almost don’t clean the bathroom. I just can not find where to take it. But I'm going to find a place.” It was an immense factory and we ended up putting the table way over there. Okay. We ate there, and then what happens? Some huge rats came out of the containers and I'm afraid of them! Oh, dios mío, what an adventure… there the toilet, here the rats. And she says: “Well, you don’t know what New York is like. You will see, little by little. When one comes to the country, one suffers.” She was Puerto Rican, she worked in factories for many years. And I said to myself: “I don’t think I'm going to put up with it much longer." So I didn’t, I changed my job –in those days there was a lot of work available– and that's how I started to open up my way little by little. Life has not been easy. New York leaves you with many memories. Herminia Córdova

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Llegadas Arrivals

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Son lágrimas Son lágrimas cuando uno viene acá, viene sin familia. Los padres de uno se quedan en Puerto Rico, los hermanos. Y uno viene aquí a aventurarse. Los primeros años es aventura, a ver cómo usted sale. Si usted no sale bien, anda en la calle hasta que salga todo bien. Yo he conseguido personas que me ayudaron, personas buenas. “Mira, nene, aprende en la vida a hacer las cosas bien. Aprende a jugar dominó, a jugar pelota, a jugar billar”. Y me metí en torneos. Jugué pelota, jugué domino, jugué torneos de billar. Y con ellos aprendí… Todavía está vivo el señor. Lo conocí porque fuimos a un sitio y estábamos hablando de los pueblos, de quién era de cada pueblo y yo le dije que yo era de Lares y me dijo: “¡Mira!”. Y así empecé hasta el día de hoy. Aquí nadie viene porque quiere, aquí todo el mundo viene porque tiene necesidad. Yo llegué a los sures, en Brooklyn toda mi vida, desde los 16 años. Miguel Malave El engaño Yo soy salvadoreña, vine solita, tenía 40 años. 15 de julio de 1975. Me vine porque me dijeron que viniera, que aquí era bien bello y que no sé qué y me trajeron engañada. Porque yo esperaba ver un Nueva York mejor que mi país. Y ya de entrada, entré por una parte que sólo había edificios quemados, volcanes de basura, vidrios quebrados. En las aceras, en las calles, un montón de botellas quebradas. Uno tenía que andar mirando dónde ponía el pie... ¡Y mi país es limpio! Vine por curiosidad, nada más, porque me dijo mi hijo que me viniera, pero me arrepentí. Entré con papeles. Por tierra, pero yo entré con papeles, con mi pasaporte y todo. Al final quería que migraciones me agarrara y me llevara, que me devuelva a mi país. María J. Hernández

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Tears There are tears when one comes here, comes without family. The parents stay in Puerto Rico, the brothers. And one comes here to venture. The first years, it’s an adventure, to see how you turn out. If you don’t turn out well, you go on the streets until everything goes well. I have met people who helped me, good people. "Look, boy, in this life you have to learn to do things well, learn to play dominoes, ball, pool." And I got into tournaments. I played ball, I played domino, I played pool tournaments. And with them I learned... That man is still alive. I met him because I went to a place and we were talking about the towns, who was from each town and I said I was from Lares and he said: "Wow!" So that’s how I started until today. Here nobody comes because they want to, here everyone comes because they need it. I arrived in the south, in Brooklyn all my life, since I was 16 years old. Miguel Malave The Deception I am Salvadoran, I came alone, I was 40 years old. July 15th, 1975. I came because they told me to come here, that it was very beautiful and so on, and they brought me deceived. Because I expected to see a New York better than my country. And from the very beginning, I came in to a place where there were only burned buildings, volcanoes of garbage, broken glass. On the sidewalks, in the streets, a lot of broken bottles. You’d have to walk looking where to put your foot… And my country is clean! I came here out of curiosity, nothing more, because my son told me to come, but I regretted it. I entered with papers. By land, but I entered with papers, with my passport and everything. In the end I wanted the migration office to grab me and take me back to my country. María J. Hernández

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Nostalgia de un árbol Nací en Carolina del Norte, pero crecí en Brooklyn. Primero vivimos en Manhattan y luego vinimos a Brooklyn. Tenía alrededor de 16 años. Vine con mi hermana porque estaba teniendo hijos, así que vine a ayudarla. Cuando llegué, estaba bien, pero realmente, ¿sabes?, no me gustó. Porque estaba acostumbrada al sur y el clima allá es mucho mejor. Aquí, ahora, todavía siento que quiero volver a Carolina del Norte. Mi primer invierno aquí... ¡uh! ¡fue un desastre! Solíamos tener "la gran tormenta de nieve" en marzo. La nieve se amontonaba tan alto. Pero en Carolina del Norte era diferente. En mi patio trasero teníamos toda clase de árboles frutales diferentes y todo era delicioso. Aquí no como tanta fruta, porque cuando como, digo: “oh maldición...”. Cuando era pequeña, apenas saliendo de la casa, por la puerta trasera, como dicen, teníamos melocotones, sandías, peras, manzanas, manzanas verdes. Podías salir, pararte junto a un árbol y comer todo lo que quisieras. Y teníamos este gran árbol viejo, diría, este árbol, era bien viejo. La última tanda de fruta que hizo fueron unos melocotones hermosos, oh... Pero después de eso, no más, porque ese árbol era realmente viejo. Pero hizo unos melocotones hermosos, oh, grandes y dulces. Hizo su trabajo; hizo un buen trabajo. Íbamos a pescar. Cuando la escuela terminaba, en el verano, todos nuestros amigos se juntaban. Había un gran arroyo viejo y una gran rueda vieja, como un columpio. Los niños y las niñas nadaban juntos, jugaban juntos. Extraño eso. Estoy tan contenta de haber nacido en Carolina del Norte y haber tenido algo de esa vida de campo. No lo cambiaría por nada del mundo, si pudiera volver. Ellane Getty

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Nostalgia of a Tree I was born in North Carolina but I grew up in Brooklyn. We lived in Manhattan first, and then we came to Brooklyn. I was about 16 years old. I came with my sister cuz she was having children so I came to help her. When I came, it was ok, but I really, you know? Didn’t like it. Because I was used to the south and the weather there is much better. Here, now, I’m getting like, I still want to go back to North Carolina. My first winter here… uh! it was a mess! They used to have “the big snow storm” in March. The snow used to be piled up so high. But in North Carolina it was different. In my backyard, we had all kinds of different fruit trees and everything was delicious. Here I don’t eat as much fruit, cuz when I eat them I say oh damn… When I was little, we used to walk outside, through the backdoor, like they say, and we had peaches, watermelons, pears, apples, green apples. You could walk outside, stand by the tree and eat all you can. And we would have this big old tree, I’d say, this tree, she was old. The last batch of fruit she made were some beautiful peaches, oh... But after that, no more, because that tree, she was really old. But she made some beautiful peaches, oh they were big and sweet. She did her job; she did a good job. We would go fishing. When the school was out, in the summer, all our friends would get together. There was a big old creek and a big old wheel, a tire, like a swing. The boys and the girls would swim together, play together. I miss that. I’m so glad I was born down in North Carolina and I had some of that country life. I wouldn’t trade it for the world, if I could go back. Ellane Getty

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Joe padre y Joe hijo Mi padre, él era de África, Calabar, eso es entre Camerún y Nigeria. Iban a la Isla Ellis, ahí era donde entraron las personas por barco y ahora se pueden ver los nombres y todo. Mi padre era un fogonero, en el fondo del barco, los que mantienen encendido el fuego poniendo más madera, ¿sabes? Ellos no lo conocían de ningún lado. Se enojaron conmigo. Dije: “No me importa, el nombre de mi padre no está allí”. Aquellos eran los tiempos de la esclavitud, ¿sabes? Tuvieron que venir, tenían las cadenas, ¿sabes? Los europeos, creo, fueron los que fueron a África y trajeron gente aquí. Y él llegó aquí. Llegó a Brooklyn, a la costa, tal vez en un gran barco, seguro que fue un gran barco. No sé cómo conoció a mi madre, ni siquiera sé si estaban casados. En ese entonces no podías hacer ninguna pregunta. Él no sabía leer ni escribir. Mi madre le enseñó a escribir su nombre: Joe Jackson. Solían pagarle con cheque y él podía firmarlos. Un día, recibí una carta. Mi padre estaba sentado en el sofá y me preguntó: “¿Qué es esto?”. Leí y dije “Tengo que ir al ejército”. Él no quería que me fuera, yo no quería ir, no quería irme. Pero no tienes elección. Y él me dio un billete de cinco dólares y dijo: “Hijo, eso es todo lo que tengo”. Así que lo acepté, ingresé, eso fue todo. Estuve en el ejército de 1951 a 1959. Tenía 21 años cuando entré. Pero... no quiero hablar de eso. Joseph Jackson Rodando Cuando vine a Nueva York tenía 18 años. Una nena. Mi hermano me trajo porque yo no tenía en dónde vivir. Cuando mi mamá murió yo tenía 11 años y estaba rodando por las casas, cuidando nenes. Querida Merced

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Big Joe and Little Joe My father, he was from Africa, Calabar, that’s between Cameroon and Nigeria. I went to a Center one time, they were going to Ellis Island, that’s where the people came in and you can see all the names and everything. I said no. My father was a fire-man –at the bottom of the ship, to keep the fire going, just keep putting wood, you know? They didn’t know him from nobody. They got mad at me. I said “I don’t care, my father´s name isn’t there”. Those were the days of slavery, you know? They had to come, they had the chains, you know? The Europeans, I think, were the ones that went to Africa and brought people here. And he got here. He arrived in Brooklyn, by the waterfront, maybe a big ship, it had to be a big ship. I don’t know how he met my mother, I don’t even know if they were married. Back then you didn’t ask no questions. So he couldn't read or write. My mother taught him how to write his name: Joe Jackson. They used to pay him by check so he could sign them. One day, I got a letter. My father was sitting on the couch and he asked me “what is this?” I read it and I said “I have to go to the Army.” He didn’t want me to go, I didn’t want to go. I didn’t want to leave. But you have no choice. And he gave me a five-dollar bill, he said: “son, that’s all I have.” So I accepted it, I went in, that was it. I was in the Army from 1951 to 1959. I was 21 when I went in, I thought I missed it. But… I don’t want to talk about it. Joseph Jackson Rolling When I came to New York I was 18 years old. Just a little girl. My brother brought me here because I didn’t have anywhere to live. When my mom died I was 11 years old and I was rolling around different houses, taking care of children. Querida Merced

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Entonces dije no Vine en el 68, de 24 años casi, 23. Yo soy en mi país enfermera profesional y trabajaba en un hospital, pero el dinero era poco y ya tenía a mi hijo –el que murió– chiquito. Cuando empezó a ponerse más grandecito tenía que trabajar en dos partes, en una clínica privada y en el hospital de la ciudad, para poder ayudar a mi niño. Entonces, en eso, vine con la visa profesional –las visas que este señor quiere quitar–, yo era nursa. Metí mi título y me lo aceptaron, y por eso vine a este país con residencia. Por eso yo vivo aquí desde ese año. Vine en cinta de mi hija la que tiene 48 años. En la mañana me iba a trabajar, salía del trabajo y me iba a estudiar inglés. Salía de estudiar, venía a mi casa, y ya mi niña estaba dormida. La dejaba dormida y la encontraba dormida. En el fin de semana, ella ya no quería conmigo estar. Ella quería con la señora que la cuidaba. Entonces fue pasando el tiempo y dije no. Era poco en ese entonces lo que se ganaba, $1,5 la hora, pero eso rendía mucho. Dije no, yo me quedo, estudiaré después, que ya no pude. Me gustó el trabajo y, como había mucho trabajo, ya me quedé. Herminia Córdova

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So I said No I came in 1968, I was 23, almost 24. In my country I am a professional nurse and I used to work in a hospital, but the money was very little and I already had my little son –the one who died. When he got a little bigger I had to work in two places, in a private clinic and in the hospital in the city, to be able to help my child. So then I came with a professional visa –the visas that this man wants to remove–, I was a nurse. I showed my title and they accepted it, and that is why I came to this country with residence. That's why I've lived here since that year. I came here pregnant with my daughter who is now 48 years old. In the morning I’d go to work, then leave work and go to study English. I'd leave the school, come back to my house and find my girl already asleep. I’d leave her asleep and find her asleep. On the weekends, she didn’t want to be with me anymore. She wanted her babysitter. So time went by and I said no. What I was making was little at the time, $ 1.50 an hour, but it was worth a lot. So I said no, I'm staying, I'll study later, although I couldn’t. I liked the work and, since there was a lot of work, I stayed. Herminia Córdova

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Spanglish Cuando llegué a Nueva York, hablaba un poquito el inglés. Decía: “Hello, goodbye, how are you?”. Qué se yo qué, cositas así porque la casa de mi mamá estaba cerca de la Base, Ramey Base. Entonces las americanas pasaban por ahí y, como en mi casa había una jardín, a garden, tú sabes, me decían: “I want to buy flowers, flower”s. Que querían comprar flores. Y yo le decía a mi mamá. “¿Qué te dice ella?”, “Que ella quiere comprarte flores”, “Córtale unas cuántas y regálaselas”. Y se las regalaba. Me querían dar dinero y yo: “no, for you, for you”. Era nice… Nosotros poníamos las frutas en frente de la casa. Y la gente que pasaba quería comprar frutas de esas y yo decía: “Take it, take it”. Tú sabes, que la cogiera. Las frutas maduras y había muchas muchas frutas. Era nice. Después uno empieza a hablar más inglés. En el hospital de aquí me dieron una libreta. En los años 60, ellos tenían un cuarto con una maestra. ¿Por qué la gente no aprende inglés? It’s very easy. Ellos te dicen: “¿Cómo tú dices ´vas para el hospital´?”. “I’m going to the hospital”. Voy al hospital, I’m going to the hospital. Y que tú lo repitas hasta que la gente te entienda, ¿tú sabes? My name is Lidia Medina, I was born in Puerto Rico. Yo le enseñaba a la gente y la maestra me decía que yo le ayudaba a mucha gente y yo ayudaba. Porque yo digo: tú necesitas en este país saber inglés. Yo aprendí de chica. Cuando voy al hospital no necesito intérprete ni nada. Y todo me va bien, anyway gracias a dios. Lidia Medina

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Spanglish When I arrived in New York, I already knew a little bit of English. I could say: “hello, goodbye, how are you?” I don’t know, things like that, because la casa de mi mamá was near the Base, Ramey Base. So then the Americans would pass by and because in my house there was a garden, un jardín, you know, they would tell me: “I want to buy flowers, flowers.” They wanted to buy flores. And I’d say that to my mom. “What is she saying?”, “that she wants to buy flowers from you.” “Ok, cut a few and give them to her.” And I’d just give them away. They wanted to give me dinero and I wouldn’t take it: “for you, for you.” It was nice... We used to put the fruits in front of the house. And the people passing by wanted to buy our fruta and I’d say “take it, take it”, you know. Fruta madura and there were many many fruits. It was nice. Then one starts to speak more English. In the hospital here they gave me a notebook. In the 1960's, they had a room with a teacher. How come people don’t learn English? Es fácil. They ask you, how do you say “vas para el hospital”? "I'm going to the hospital.” Voy al hospital, I'm going to the hospital. And you repeat it until people understand you, you know? “My name is Lidia Medina, I was born in Puerto Rico.” I used to teach people and the teacher would tell me that I was helping a lot of people and I did. Because I say, in this country you need to know English. I learned as a child. When I go to the hospital I don’t need an interpreter or anything. Y todo va bien, anyway thanks to God. Lidia Medina

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La familia The Family

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El árbol y las ramas Nosotras hemos hecho amistad aquí y ya, después, nos familiarizamos. Ya de una a otra nos llamamos. Uno tiene que saber que los hijos son prestados. Los hijos están haciendo la vida que usted hizo. Nosotros somos un árbol, tiramos ramas. Esas ramas llega un momento en que se van cayendo, cayendo, cayendo y queda el tronco. Ese tronco somos nosotros, porque ya los hijos han hecho su vida y hay que aflojarlos. No podemos estar atrás de ellos, porque ellos tienen su propia vida. Herminia Córdova

De Lilybelle a Hester Déjame que te cuente, nací en Baltimore, Maryland en 1925 y llegué a Brooklyn en 1926 con seis meses de edad. Mi padre era un rabino, judío. En aquel entonces la partera me llamó Lilybelle y a mi hermana gemela, Ollybelle. Cuando llegamos a la edad escolar, cinco años, él nos puso en la escuela en East New York, en Brownsville. Me anotó como Hester. No entendía nada cuando cambié mi nombre de Lilybelle a Hester, tenía apenas cinco años. Así que con el paso de los años trabajé en los astilleros navales, como un mundo de muchas fábricas... Así que ahora que llegué a la edad de jubilación, es necesario tener un certificado de nacimiento. Así que tuve que ir al centro y cambiar mi nombre de Lilybelle a Hester, mi nombre era Hester. Fui a la escuela como Hester, me retiré como Hester. Todo era Hester. Tengo once hermanas y siete hermanos. Éramos diecinueve de nosotros, ahora solo quedamos dos: yo y otra hija que viene aquí. Toda mi familia, éramos diecinueve, todos estábamos muy juntos en el mismo nivel. Ninguno era mejor que el otro. Hester Snipe

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The Tree and the Branches We have built a friendship here and, afterwards, we became like family. We call each other. You have to learn that your children are only borrowed. Your children are making their life, like you did. We are a tree, we throw branches. There comes a moment when those branches fall, they keep falling, falling and the trunk remains. That trunk is us, because the children have already made their lives and we have to let them loose. We cannot be behind them, because they have their own lives. Herminia CĂłrdova

From Lilybelle to Hester Let me tell you, I was born in Baltimore, Maryland in 1925 and I was in Brooklyn in 1926, six months old. My father was a rabbi, Jewish. So the midwife named me Lilybelle and my twin sister Ollybelle. When we became like school age, five years old, he put us in school in East New York, in Brownsville. He put me in as Hester. I didn’t know any better when I changed my name from Lilybelle to Hester, I was five years old. So through the years I’ve been working in the navy yards, as a world of many factories... So now when I came to retirement age, you have to have a birth certificate. So I had to go downtown and change my name from Lilybelle to Hester, so my name was Hester. I went to school like Hester, I retired as Hester. Everything was Hester. I have eleven sisters and seven brothers. It was nineteen of us, now only two left: me and another daughter that comes here. My whole family, it was nineteen of us, we were all very close on the same level. Nobody was any better than the other. Hester Snipe

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Inviernos en Nueva York Winters in New York

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El frío y la casa No me quiero acordar del primer invierno que pasé aquí. Anoche no dormí del frío que tenía en mi casa. Todavía extraño Puerto Rico. Pero hace mucho que no voy para allá. María Ortiz Un frío pelón Ave María, nena, esto aquí era terrible. ¡Un frío! ¡Y unas nevadas! Una nevada como nunca. Los negocios no abrían. Todos los días nevando… ¡Y un frío pelón! Yo tenía que dormir con tenis, porque no estaba acostumbrada a ese frío, muchacha. Al principio no nos gusta esto, pero después que uno está aquí, muchacha, es duro irse. Aquí uno tiene beneficios. Todo el mundo coge para aquí, para Nueva York. Ya no volví más a Puerto Rico porque vine separada de mi esposo. Total pa’ qué… Minerva Meléndez Las botas En aquel tiempo caía mucha nieve. Ahora no cae ninguna. En aquel tiempo, las botas eran altas y me encantaban. Invierno o no invierno, yo no soltaba las botas. Era bien picuda. Zaida Marolanda

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The Cold and the House I don’t want to remind myself of the first winter I spent here. Last night I didn’t sleep from the cold I had in my house. I still miss Puerto Rico. But I haven’t been there in a long time. María Ortiz Freezing Cold Hail Mary, nena, this here was terrible. What a cold! And the snowfall! A snowfall like never before. The stores wouldn’t open. Every day it was snowing... and freezing cold! I had to sleep with tennis shoes, because I was not used to that cold, girl. At first we do not like this, but once you are here, girl, it's hard to leave. Here one has benefits. Everyone aims here, to New York. I didn’t go back to Puerto Rico anymore because I became separated from my husband. There’s no point... Minerva Meléndez The Boots Back then we used to have a lot of snow. Now there is nothing. Back then, boots used to be high and I loved them. Winter or not winter, I wouldn’t let go of my boots. I was pretty perky. Zaida Marolanda

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Los pantalones Me acuerdo de que el primer invierno fue duro para mí. No solamente el primero, como hasta cuatro inviernos. Estuve cuatro años sin salir a trabajar, en cuatro paredes con mis hijos, porque mi último bebé lo traje de dos añitos. Cuando tuvo seis años, entonces me fui afuera a trabajar. Mientras estuve ahí, con los seis nenes, los llevaba a la escuela, los buscaba y me quemaba las piernas porque mi esposo no me dejaba usar pantalones. La pierna desnuda con zapato o una chancla en puro invierno y, antes, el invierno era fuerte, no como ahora, ¿verdad? Entonces todo esto se me quemaba con el frío, porque él era de esa gente…¿cómo se dice? ¿machista? A un hombre como el mío, ¿terco? Él decía que el pantalón lo llevaba él. No me dejaba poner un pantalón, solamente la falda y en ese tiempo se usaban las faldas cortas. Me quemaba con el frío. Entonces empecé a trabajar, después de que el nene tuvo los seis años y fue a la escuela. Yo iba con traje, traje falda, porque el macho era él, el bolsillo era el de él, yo no tenía bolsillo. Me iba a buscar al trabajo. Era de dos plantas el sitio, yo trabaja en la planta de arriba. Esto era verano. Él se paraba ahí, en el carro, a esperarme. Yo bajaba la escalera pero ahí abajo estaban los hombres mirando para arriba porque las mujeres bajaban la escalera. Cuando él vio eso, que estaban todos los hombres sentados mirando para arriba, sacó chavos. Me acuerdo que me dio 20 dólares, porque en ese tiempo eran las cosas bien baratas. “Toma, vete a la tienda y cómprate pantalones”. Me compré dos. Desde ese día yo usé pantalones porque los hombres me miraban para arriba. Jenny Soto Como la estatua Había mucha nieve, muchos pies. Cuando estaba en cinta, tenía que ir al hospital con botas. Era peligroso. Una vez, yo estaba trabajando y quedé con mi vaso de café enterrada en la nieve. Quedé como la estatua de la libertad, con el café así. Porque ¡no lo iba dejar caer! Querida Merced

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The Pants I remember that the first winter was hard for me. Not only the first one, the first four winters. I spent four years without going to work, between four walls with my children, because my last baby was two years old when we came. When he was six years old, then I started to work outside of the house. While I was at home, with the six kids, I’d take them to school, pick them up and my legs were burning because my husband would not let me wear pants. My bare legs with shoes or sandals in pure winter and, before, the winter was strong, not like now, right? So then all this was burning with the cold, because he was one of those people... how do you say? macho? A man like mine, stubborn? He used to say that the pants were worn only by him. He would not let me put on pants, only the skirt, and at that time skirts were short. My legs were burning with the cold. So then I started working, after the boy was six years old and went to school. I was wearing a suit, a skirt, because he was the macho, the pocket was his, I did not have a pocket. He used to pick me up after work. It was a two-story building; I work on the top floor. This was summer. He would park there and wait for me in the car. I’d go down the stairs but the men were down there looking up because the women were going down the stairs. When he saw that, that all the men were sitting looking up, he took some money out. I remember that he gave me 20 dollars, because at that time things were very cheap. “Take this, go to the store and buy your pants.” I bought two. Since that day I wear pants because those men used to look up at me. Jenny Soto Like the Statue There was a lot of snow, many feet. When I was pregnant, I had to go to the hospital with boots. It was dangerous. Once, I was working and I ended up buried in the snow with my cup of coffee. I was like the Statue of Liberty, with my coffee up like that. Because I wasn’t going to let it fall! Querida Merced

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Minifaldas y vestidos Cuando vino la nevada y empezaron los fríos, ¡ay, qué frío!, por más que uno se abrigaba. Yo tenía 23 años. Las minifaldas no las quería dejar. Y ahí, freezadas que ni se sentían las piernas y las seguíamos usando. Caminábamos mucho hasta coger el Gigi. Me recuerdo tanto. Cuando llegábamos al tren ni sentíamos las piernas. Esos eran fríos. Esto no es frío. La hija mía: “Pero, mami, ¿cómo vas a salir con esa tormenta?”. Qué tormenta, tormentas eran las del 68, 69. Se paralizaba la transportación pública porque las nevadas eran grandes. Usted no podía ni caminar por cómo la nieve le pegaba en la cara. Esas eran tormentas. En el 70, hubo una nevada que paralizó todo. No hubo Easter, no hubo nada. Y me quedé sin saber qué era Easter. Le había comprado ropita a mi hija. Ella nació en diciembre, tenía cuatro meses de nacida y yo le había comprado su capa porque mi comadre, la madrina de ella, me decía: “Hay que comprarle a la nena la ropa de Easter”. Yo decía pero qué será Easter. Para nosotros son las Pascuas, el día de Pascuas, pero es sábado, no domingo y esto era domingo. Y cuando cayó esa nevada no salieron niños, nada. Si estaba todo tapado, todo Nueva York. Me quedé con la ropita y casi todo el mundo fue a cambiarla porque nadie pudo sacar a sus hijos. Era una ropa especial. En ese tiempo a las niñas las vestían lindas; a los niños con zapatos; a las niñas con zapatos, con unos sombreros más lindos. El vestido de mi hija era amarillo clarito, me recuerdo tanto, y le había comprado un sombrerito blanco con una cintita amarilla y la madrina le había comprado la capa. Yo estaba loca por saber qué era Easter y me enteré al siguiente año. Herminia Córdova

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Miniskirts and Dresses When the snow came and the cold began, oh, how cold!, no matter how much clothing you had on. I was 23 years old. I didn’t want to give up the miniskirts. So there, freezing, so cold that you couldn’t feel your legs and we would continue wearing them. We used to walk a lot to get to the Gigi. I remember so much. By the time we got to the train, we couldn’t feel our legs. That was cold. This is not cold. My daughter: “But, Mommy, how can you go outside with this storm?" What storm, storms were those in ‘68, ‘69. Public transportation was paralyzed because the snowfall was so bad. You couldn’t even walk because the snow would hit you in the face so hard. Those were storms. In 1970, there was a snowfall that paralyzed everything. There was no Easter, there was nothing. And I was left without knowing what Easter was. I had bought clothes for my daughter. She was born in December, she was four months old and I had bought her a cape because my comadre, her godmother, used to tell me: “You have to buy Easter clothes for the girl.” I wondered what Easter was. For us, it’s Pascuas, Easter Day, but it's on Saturday, not Sunday and this was on Sunday. And when that snow fell, no children came out, nothing. It was all covered up, all of New York. I kept the clothes and almost everyone went to exchange it because nobody had been able to take their children outside. Those were special clothes. At that time girls were dressed beautifully; boys with nice shoes; girls with their shoes, with some nice hats. My daughter's dress was light yellow, I remember so much, and I had bought her a little white hat with a yellow belt and the godmother had bought her the cape. I was crazy about finding out what Easter was and I only found out the following year. Herminia Córdova

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Autores / Authors Herminia Córdova: Nació en 1945 en Guayaquil, Ecuador. Vive en Estados Unidos desde hace 50 años. En el año 89, comenzó a asistir al Senior Center por su trabajo como home maintenance. Born in 1945 in Guayaquil, Ecuador. She has lived in the United States for 50 years. In 1989, she started coming to this Senior Center because of her work in home maintenance. Ellane Getty: Nacida en Carolina del Norte, vino a Nueva York con 16 años. Born in North Carolina, she came to New York when she was 16 years old. María J. Hernández: Es de El Salvador. Vino a Estados Unidos en 1975 y hace cinco años viene al Senior Center. From El Salvador. She came to the United State in 1975 and she started coming to this Senior Center five years ago. Joseph Jackson: Nacido y criado en Brooklyn, Nueva York. Aprendió un poquito de español en este Senior Center. Born and raised in Brooklyn, New York. He learned a little bit of Spanish by coming to this Senior Center. Miguel Malave: Nació en 1957 en Lares, Puerto Rico. Vino a Nueva York a los 17 años. Hace quince años que comenzó a asistir al Senior Center, al principio acompañando a un amigo. He was born in 1957 in Lares, Puerto Rico. He came to New York at 17 years old. Fifteen years ago he began attending the Senior Center, at first accompanying a friend. Zaida Marolanda: Vino por primera vez a Nueva York en el 61. Viene desde hace once años a este Senior Center.

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She came to New York for the first time in 1961. She now has been coming to this Senior Center for eleven years. Lidia Medina: Nacida en Puerto Rico en una familia de 13 hermanos. Vino a Nueva York en 1950. Born in Puerto Rico in a family of 13 kids. She came to New York in 1950. Minerva Meléndez: Llegó a Nueva York desde Puerto Rico a los 29 años. Tiene dos hermanas y un hermano. She arrived in New York from Puerto Rico at the age of 29. She has two sisters and one brother. Querida Merced: Nació en Las Piedras, Puerto Rico. Vino a Nueva York con 18 años. Cambió su nombre de Nélida a Querida, como la canción de Juan Gabriel. Comenzó a asistir al Senior Center en el 2003, y trabaja en la cocina. She was born in Las Piedras, Puerto Rico. She came to New York when she was 18 years old. She changed her name from Nélida to Querida, like Juan Gabriel's song. She started attending the Senior Center in 2003, and works in the kitchen. María Ortiz: Es de Mayagüez, Puerto Rico. Vino a Nueva York hace más de 30 años. She is from Mayagüez, Puerto Rico. She came to New York more than 30 years ago. Jenny Soto: Nació en República Dominicana. Vino a Nueva York a los 20 años con su familia y viene al Senior Center desde el 2013. Born in the Dominican Republic. She came to New York at age 20 with her family and comes to the Senior Center since 2013. Hester Snipe: Nacida en Baltimore, Maryland en una familia de 19 hermanos. Comenzó a venir a este Senior Center en 1995. Born in Baltimore, Maryland in a family of 19 children. She started coming to this Senior Center in 1995.

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Edición a cargo de Mariana Graciano y Claudia Prado. Traducción a cargo de Mariana Graciano. Editing by Mariana Graciano and Claudia Prado. Translation by Mariana Graciano. Mariana Graciano estudió literatura y lingüística en la universidad de Buenos Aires. Desde el 2010 vive en NY donde completó una maestría en escritura creativa en New York University y un doctorado en el Graduate Center, CUNY. Su primer libro de cuentos La visita le valió el reconocimiento de talento Fnac. Su segundo libro Pasajes fue publicado en español en 2017 y traducido al inglés en 2018 por Chatos inhumanos. Mariana Graciano studied literature and linguistics at the University of Buenos Aires. Since 2010 she has lived in NY where she completed a master's degree in creative writing at New York University and a doctorate at the Graduate Center, CUNY. Her first book of stories La visita earned the recognition of Talento Fnac. Her second book Pasajes was first published in Spanish in 2017 and translated into English in 2018 by Chatos inhumanos. Claudia Prado publicó El interior de la ballena (3er Premio Fondo Nacional de las Artes, 1999), Aprendemos de los padres y Viajar de noche. Codirigió los documentales Oro nestas piedras y El jardín secreto. En 2011, recibió una Beca para la Creación del Fondo Nacional de las Artes. En 2015, una beca del Queens Council on the Arts. Fue seleccionada para realizar el “NYFA 2018 Immigrant Artist Mentoring Program: Social Practice”. Desde el 2003, coordina talleres de poesía y narrativa. Claudia Prado has published El interior de la ballena (3rd FNA Poetry Prize, 1999); Viajar de noche and Aprendemos de los padres. As a documentary filmmaker, she co-directed Oro nestas piedras and El jardín secreto. In 2011, she recieved an Individual Grant from the FNA, Argentina, and in 2015, an Individual Grant from the Queens Council on Arts. She is one of the participants at “NYFA 2018 Immigrant Artist Mentoring Program: Social Practice”. Since 2003, she has led poetry and prose workshops.

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Índice / Index

Primeros recuerdos / First Memories ………………………………………….……… 5 Salir a trabajar / Going to work ……………………………………………..………….11 Llegadas / Arrivals ……………………………………………………………..……………… 23 La familia / The Family ……………………………………………………………………… 35 Inviernos en Nueva York / Winters in New York ……………………………… 39

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