BinniGalán EDITORIAL Nery Orozco Vásquez DIRECTORA EDITORIAL Michelle G. Gutiérrez Pineda COORDINADORA EDITORIAL
ARTE Nery Orozco Vásquez DIRECTORA DE ARTE Chuco Caza, Juan Cortázar, Diego Huerta FOTOGRAFIA Mar Jennifer Mojica Enríquez DISEÑADORA Erick Gómez Canseco EDITOR DE FOTOGRAFÍA
DIGITAL Nery Orozco Vásquez DIRECTORA CREATIVA Saúl Enrique Sánchez COORDINADOR DE REVISTA DIGITAL
MARKETING Michelle G. Gutiérrez Pineda DIRECTORA DE MARKETING RELACIONES PÚBLICAS Saúl Enrique Sánchez GERENTE FINANZAS Alejandra Toledo De Gyves DIRECTORA DE ADMINISTRACIÓN Y FINANZAS
COLABORADORES Miguel Ángel Gutiérrez Pineda, Nidia Cernas, Abel Peña Vázquez, Ismael Molina Gil, Marco Y. Hernández, Giovanni Pineda Vende, Erika Lizárraga Escobar.
2
D
esde el amor por nuestra tierra, su cultura y tradiciones, nacen hoy las primeras
páginas de nuestra revista “Binni Galán”. Para la región istmeña no se trata solo de una revista, sino una forma de representación e identidad ante los lectores de otros estados. Lo que convoca la realización de cada artículo, es el compromiso de seguir aceitando los mecanismos de la transformación y el reconocimiento de la cultura y las tradiciones del Istmo de Tehuantepec, así como cada uno de los protagonistas de éstas. En el mismo sentido, sostenemos que las formas en que nos conectamos con lo cultural, varían de pueblo en pueblo, de provincia en provincia, de barrio en barrio. Que esta relación tan íntima sea abrazada como rasgo de sincero pluralismo por nuestra sociedad es uno de los motivos de orgullo que éste número de “Binni Galán” quiere enfatizar, porque son muchas las formas en las que la cultura se desenvuelve en el suelo de Oaxaca, y sobre todo en el Istmo. Este ejemplar de la revista aborda precisamente este tema, con algunos de los artistas más destacados en la materia. Quizá sea otra forma de poner en valor esa fibra íntima de nuestra identidad como pueblo: La Diversidad.
3
5 El
vestir de la tehuana
13
Natalia Toledo
6
Gastronomía
15
Matus
8
Los rituales del Humo
17
Valgur
11
Jesús Urbieta Palizada
18 Natalia
12 Colores Forjados
Cruz
19
Rafael Gamboa
21
Guiengola
22 El
jardín zapoteca
4
El vestir de la Tehuana El traje regional de tehuana es uno de los más conocidos y admirados a nivel internacional por su hermosa confección y su elegancia. Se trata de un elegante vestuario utilizado por las mujeres del llamado Istmo de Tehuantepec, localizado en los estados de Oaxaca y Chiapas, el cual es usado ampliamente en las fiestas civiles y religiosas de la región.
Este hermoso traje se compone de dos piezas, la blusa llamada “huipil” y una falda larga con olán de encaje blanco. En su versión de gala ambas piezas están hechas de satín o terciopelo y bordadas con flores de distintos tipos y colores, pero también existe una versión más sencilla de este traje, de uso diario, que se diferencia por tener un bordado mucho más austero tanto en el huipil como en la falda. Además, existe una versión de gala para las novias, con el huipil y la falda elaborados en satín blanco y con las Flores bordadas en ese mismo color o en dorado. Complementan el traje de tehuana diversos accesorios como las alhajas de filigrana de oro, las trenzas hechas con listones de colores o adornadas con flores y el tocado llamado “resplandor” hecho de encaje almidonado en color blanco.en Este colorido y elegante ropaje ha servido de inspiración a grandes artistas mexicanos como Diego Rivera, Saturnino Herrán o José Guadalupe Posada quienes lo han plasmado en sus obras, así como la célebre pintora Frida Kahlo, quien adoptó el traje de tehuana como su vestimenta típica, dándolo a conocer internacionalmente
5
El esplendor de muchos mundos en el Istmo de Tehuantepec
L
a sociedad que se asienta en un territorio favorecido por las influencias de dos océanos revela su genio cultural en numerosas manifestaciones, una de éstas, con importancia capital, es la gastronomía.
La población oaxaqueña que vive en el Istmo de Tehuantepec, abierto desde la antigüedad a las aportaciones de numerosos pueblos, ha producido una gastronomía abundante, de tal diversidad y exquisitez que es equiparable a la de culturas fundacionales como la china y la hindú. El Istmo de Tehuantepec conserva una abundante fauna y flora autóctonas. Sus terrenos selváticos o boscosos, nutridos por la reserva natural de Los Chimalapas y la Sierra Mixe, además de sus planicies y su costera, dan cobijo y sustento a incontables especies de plantas y animales. Esta esplendidez de recursos ha sido aprovechada por la cocina local para dar origen a un caudal de recetas que convierten los dones de la naturaleza en artificio deleitoso.
6
Es seguro que desde tiempos anteriores a la colonización española, la comida del Istmo se distinguía por su imaginativa utilización de ingredientes. A partir de la llegada de los españoles a lo que andando el tiempo sería el Istmo mexicano, el flujo constante de personas por esta zona generó toda clase de planes para convertir la franja más angosta del territorio nacional en el paso preferido entre los océanos Atlántico y Pacífico. Y aunque los proyectos de crear un gran paso marítimo o terrestre de un océano al otro nunca se materializaron, el constante intercambio cultural, comercial y político que se produjo en la zona dio origen a una cultura peculiar, que siempre aprovechaba y sigue aprovechando lo mejor de diferentes regiones del orbe.
Elementos fundamentales de la gastronomía istmeña Entre los elementos básicos de la cocina oaxaqueña del Istmo de Tehuantepec se encuentran el maíz, el pescado, el camarón, los vegetales, las frutas y las hierbas de olor. El maíz no sólo acompaña las comidas (en forma de tortillas, totopos y panes), sino que suele constituir un componente fundamental, como en el caso de las diferentes clases de tamales, quesadillas, caldos, guetabinguis, etc. El pescado y el camarón son parte de innumerables platillos tradicionales; se combinan con vegetales y hierbas de olor para obtener el sazonado característico de los platos regionales, que se complementan con las aguas den fruta y las frutas en almíbar que culminan, como postres, toda comida istmeña. Insumos principales de esta gastronomía son también las flores (integradas a platillos muy típicos), los productos de la carne de cerdo (la propia carne así como sus derivados: chorizo, chicharrón, manteca, “asiento” o zorrapa, etc.), y el achiote como sazonador especialísimo.
Como ya se ha adelantado, la carne de cerdo y de pescado, lo mismo que el camarón (con todo y su envoltura crustácea), son ingredientes básicos en la preparación de alimentos de la región.
7
SABINO-GUISU Los rituales del humo LA FASCINACIÓN POR LA MATERIA (Juchitán, Oaxaca, 1986) Es hijo de un pintor de un pueblo zapoteco. A los 19 años viajó a la ciudad de Oaxaca para estudiar música pero se dedicó a pintar. Fue músico tradicional y bibliotecario. Entre sus exposiciones están Negro de Humo (Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, 2011), Dead Honey y BeHUMAN Gallery (Houston, Texas, 2012). Domina el gran formato mediante el dibujo al humo con soplete de petróleo.
También es un lugar ideal para mostrar la declaración de objetivos de su empresa u otro contenido que desee destacar enfáticamente en cada número, por ejemplo, los próximos eventos.
Producir humo calcinando madera, capturarlo mediante la restricción del aire y luego mezclarlo con agua para hacer tinta, es una práctica proveniente de estados primigenios de la cultura, tiempos que no concebían separaciones francas entre el artista y el místico. El uso del pigmento negro elaborado a partir del humo tiene registros que van desde el carboncillo prehistórico hasta el cartucho de tóner de una impresora láser, pasando por la ancestral y eficaz tinta china.
8
Sahagún, ese obsesivo informante de la colonia, nos revela la versión mesoamericana del invento: “Hacen estos naturales tinta del humo de las teas, y es tinta fina. Llámanla tilli ócotl. Meticuloso, el fraile tradujo la descripción prehispánica: Tilli (negro): es el humo del pino, es el hollín del pino (ócotl, ocote), es ennegrecedor de cosas”.
¿Y fueron aquellos antiguos místicos-artistas quienes descubrieron las cualidades mágicas del intoxicante humo, que se eleva tenazmente hacia el cielo, describiendo formas bellas e inaprensibles? Porque no hay ritual sin humo. Y el arte, lo sabemos, es todavía un conjunto de ceremonias. Pero esto es el XXI, el siglo de las patologías. Sabino Guisu es francamente un incendiario. Crónicas de infancia lo describen ya como miembro de una banda de pirómanos peligrosos, guiados, eso sí, por un sabio axioma oriental: No es lo mismo quemar una maceta que un bosque. Guisu, como Wolfgang Palaen, aplica directamente el humo sobre las superficies, lo que permite capturar, en la obra, la caprichosa danza de las volutas. En ocasiones, la combustión se aplica en la suavidad de ceras, maderas o copal. A veces es necesaria la rudeza del gas y el soplete. Una de las muchas diferencias con Paalen, es que el estudio de Sabino no cuenta con seguro contra incendios. No es un asunto menor, si al artista le ha dado por el formato grande, pero vale la pena: ha logrado una precoz maestría en el control de los azarosos movimientos de la combustión, y claro, cierto grado de intoxicación.
La miel es el otro elemento Sabino ha encontrado para meterse en dificultades. La viscosidad y la adherencia son propiedades atractivas para alguien dispuesto a atenerse a las consecuencias. El fluido se cristaliza. Las piezas poseen un brillo que proviene de algo vivo. La tentación surgió del hallazgo de un panal en zona de riesgo: más allá del peligro que significa un panal en el patio de un museo, las abejas producen trazos magistrales, y su existencia se encuentra en riesgo. Sabino elige sus temas siguiendo una ruta simbólica deliberada. Los íconos de la resistencia civil, el gran mapa del mundo, el tzompantli. Al vincularse con lo ígneo, las imágenes remiten a conceptos históricamente entrelazados: sacrificio y liberación. Esclavitud, genocidio, revolución, nuestra historia está marcada con fuego, por una impronta de ritual sacrificial. En las piezas elaboradas en coproducción con laboriosos insectos, la ruta sigue procesos de transformación de la materia y le adhiere dos términos de la postmodernidad: ecocidio y extinción. Y si uno pasa de discursos, puede simplemente colocarse a cierta distancia, perderse en las volutas y contemplar, capturada en la tela, la extraña y antigua fascinación del humo. En la obra de Sabino Guisu, en la volatilidad del humo y la densidad de la miel, la destreza del artista se amolda a las modificaciones naturales de la materia.
9
“Pintar para no ir jamás a una oficina” Infancia En la infancia hacemos cosas y no sabemos que son arte. por suerte, nací en un lugar donde había calles de tierra y animales en la calle. cuando llovía jugábamos con el lodo del patio de la casa. recuerdo que éramos niños y moldeamos figuras e inventamos un ejército de soldados de arcilla armados con espinas y vidrios despedazados de botellas. en la primaria me la pasaba dibujando robots y caricaturas que veía en la tele. también tuve en esa época mis primeros acercamientos a los libros de arte y revistas que mi papá, que es pintor, tenía en casa. copiaba cosas de ahí, hacía reproducciones. supe después que lo que veía eran grabados de utamaro, de durero, de tamayo y otros artistas. en ese entonces eran para mí sólo dibujos.
Esas cosas suceden A veces soy un caos. Tengo un comportamiento heredado de mis ancestros que no es el correcto, pero así he sido por años. Confundo la sabiduría con la información, tengo una vida atormentada. Y soy muy feliz, no soy un hombre realmente serio, aunque a veces me centro y huyo del desmadre. Hay quienes dicen “eso que estás haciendo es una mamada” y otros que, al final, cuando hice lo que yo quería, no creen que lo haya hecho yo o sea el resultado de mi trabajo. Esas cosas pasan. Hubo quienes me criticaron porque mi primera exposición la hice en humo sobre lienzo y la presenté en un espacio de “artes gráficas”, pero la marca del humo al final era gráfica, una marca, una impresión. Por fortuna, mi trabajo se ha movido bien en el mercado, y eso me permite seguir pintando. Quiero hacer un taller más grande, como una bodega.
Haré una presentación en el Distrito Federal, donde habrá abejas vivas, ya verán. Quiero hacer un libro importante con mi obra. Cosas así.
10
Chu Huiini Jesús urbieta palizada Ha participado en numerosas exposiciones colectivas por todo el país. También ha montado varias muestras individuales, entre las que destacan Lo que pinta Jesús, en la Casa de la Cultura ‘Jaime Sabines”, México DF; Jesús y Chu Huiini, en el vestíbulo de Amoxcalli de la UNAM, México, DF; y Pachanga de colores, en la Casa de la Cultura de Oaxaca. Ha publicado obras, viñetas y cartones en periódicos y revistas regionales como Generación, Naderías, Arte y Artistas, Noticias y Guidxizá.
Conocido como Chu Huiini nació en Juchitán en 1985 y es un joven artista que ha incursionado en la caricatura política y en el dibujo; pero ha destacado más como pintor.
“Nace y muere constantemente, junto con su obra”
11
COLORES FORJADOS. Soid pastrana El gran monstruo…
Entonces, yo me duermo pensando en la pintura y despierto pensando en la pintura. Así como despierto en zapoteco y duermo en zapoteco. Pienso en mis sueños en zapoteco. Pero esto no quiere decir que no me guste Nueva York, o La Habana, o Chicago. Entonces las cosas se dan. A veces me canso y me pongo a hacer otra cosa, últimamente he estado escribiendo cuentitos, sin que sea nada pretencioso. Mis amigos que se dedican en serio a eso me han propuesto hacer un librito de testimonios, recuerdos, relatitos. Y no me desagrada la idea. Uno tiene la capacidad de saltar de un lado a otro. Si quiero hacer escultura, puedo hacer escultura, si una mesa, una mesa. O sea, si se antoja hay que hacerlo. Si quiero un helado me lo como. Si me gusta una mujer se lo digo.
(Pastrana compañado de Sánchez Guevara)
YO SOY UN HOMBRE LIBRE Soid Pastrana ha viajado y expuesto por todo el mundo. En La Habana, en el 97 y en el 2005; en Texas, en el 2003; en Indonesia en el 2001; en Japón y China, en el 2004; y desde luego en toda la república mexicana.
“No conozco Europa, pero conozco Juchitán como la palma de mi mano”.
12
Natalia toledo
La mujer que atiza el carb贸n de un anafre para calentar tlayudas, es la misma poeta de gesto bravo, sosteniendo un par de pescados con los brazos a la altura de las orejas, los pechos descubiertos, menuda y majestuosa diosa zapoteca. Natalia Toledo, la de ojos de terciopelo y rizos libres, la de voz altiva y fuerte, con un acento marcado que refleja los susurros y estridencias de su lengua natal.
13
Natalia Toledo Paz nació en Juchitán, Oaxaca, México en 1968, hija del pintor Francisco Toledo. Desde pequeña estudia poesía en los talleres de la Casa de la Cultura de Juchitán, lugar donde se formaron promotores y maestros de escritura en zapoteco, entre los cuales se encontraba Gloria de la Cruz, hermana del poeta Víctor de la Cruz, quien le enseña la escritura en zapoteco a Natalia, aunque ya sabía hablarlo. Más tarde realizó estudios en la Sociedad General de Escritores Mexicanos (SOGEM). Ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) en lenguas indígenas de 1994 a 1995, y de 2001 a 2002, y del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Oaxaca (Foesca) de 1995 a 1996. Es presidente del Patronato de la Casa de la Cultura de Juchitán.
En 2004, Natalia Toledo escribe Guie´ Yaasé' (Olivo negro) por el cual recibe el premio Nezahualcóyotl de Literatura, único premio nacional de la literatura indígena contemporánea en México.
Casa primera/ Yoo lidxe’ De niña dormí en los brazos de mi abuela como la luna en el corazón del cielo. La cama: algodón que salió de la fruta del pochote. Hice de los árboles aceite, y a mis amigos les vendí como guachinango la flor del flamboyán. Como secan los camarones al sol, así nos tendíamos sobre un petate. Encima de nuestros párpados dormía la cruz del sur. Tortillas de comiscal, hilos teñidos para las hamacas, la comida se hacía con la felicidad de la llovizna sobre la tierra, batíamos el chocolate, y en una jícara enorme nos servían la madrugada.
14
UN LUGAR DESCONOCIDO: Allá un poeta casi famoso
Michael Matus
Mi exmujer quería ser modelo Caminaba largas horas por el pasillo de su casa Ensayaba los pasos, las poses Colocaba mis libros de poesía sobre su cabeza ¡Espalda derecha, mira al frente! ¿Para qué quieres ser modelo? ¿Para qué quieres cambiar el mundo? Me quedaba callado y la contemplaba Con su vestido rojo Con su vestido púrpura Con sus zapatos crema Tacones altos Ropa nocturna Se me fue la vida Vivimos en un departamento por dos meses Desfiles, concursos, desfiles, concursos, desfiles, concursos Desfiles, concursos, desfiles, concursos, desfiles, concursos Entrevistas, discotecas, Entrevistas, discotecas Entrevistas, discotecas Entrevistas, discotecas Hasta que un día dijo: Creo que merezco algo mejor Tenía puesto un vestido negro Como viuda negra La besé Mereces algo mejor Se llevo sus vestidos Sus trajes de noche Parte de mi Pero me dejó los libros ¡Espalda recta, mira de frente, la seguridad es importante!
15
16
Valgur rompe con el estereotipo de la cantante Istmeña y sin dejar de lado su cultura nos muestra letras muy bellas acompañados de muy buenos arreglos.
Valgur Una voz, miles de sentimientos. Elizabeth Valdivieso Gurrión, mejor conocida como Valgur, debido a las tres primeras letras de sus apellidos. Originaria del estado de Oaxaca, para ser exactos de Juchitán, rompe con distintos estereotipos al mostrar que en Oaxaca se hace música con calidad y que no necesariamente son covers del dominio público o popular de la cultura mexicana. En cada una de sus canciones transmite pasión, sentimiento y sinceridad, y en otras muestra el orgullo por la cultura istmeña. Actualmente cuenta con un disco llamado “Trébol”, el cual promociona a través de las redes sociales como Twitter, Facebook y YouTube; al momento que reproduces la primera canción podrías sufrir de una pequeña adicción y repetir el disco más de una vez. Dentro de su CD también encontrarás distintos géneros musicales; cabe mencionar que ha compuesto letras en zapoteco y homenajes a personajes populares de la cultura oaxaqueña como el pintor, Francisco Toledo. “Mi música es una fusión de géneros, es un sonido
marcado del pop, ritmos latinos como bossa nova, boleros, jazz, mucha influencia de R&B y tradicional oaxaqueña”
17
NATALIA CRUZ La esencia de la mujer zapoteca del istmo de tehuantepec ha sido inmortalizada Se ha convertido en la imagen que la representa: la tehuana. Ataviada con traje de gala, bordado el terciopelo con un jardín multicolor de hermosas flores; coronada en pies y cabeza con el holán de la enagua y el resplandor, se convirtió en un ícono que ha ido recorriendo el mundo entero, y empieza a trascender épocas. Y no es coincidencia la fascinación y encantamiento que provoca en propios y extraños dicha imagen, pues representa cualidades inherentes a la naturaleza de las mujeres de nuestro pueblo: la dignidad, el garbo, la fuerza de carácter, el trabajo, la disciplina y abnegación como madre y esposa, el amor a sus raíces. Pero también la ternura, la gracia y la sensualidad femenina.
Cuando Dios hizo los cielos y la tierra creó, tuvo tempestad de celos, y en sus divinos anhelos, de un lucero te formó.
Muchos son los poetas y músicos; pintores, escultores y escritores que se han inspirado en nuestras mujeres, habiendo consagrado gran parte de su creación para emularla. Recordemos que varios de nuestros más representativos sones llevan el nombre de una mujer: Petrona, Juanita, Vicenta, Paulina... Y ni hablar de las canciones de amor de Chu Rasgado, Eustaquio Jiménez Girón o César López, por ejemplo, quienes siempre estuvieron prendados de una musa. Saúl Martínez, el inolvidable Trovador del Recuerdo, no se quedó atrás. Construyó con sus hermosos versos un altar digno de la diosa zapoteca representada en la imagen universal de nuestras mujeres: la Tehuana.
18
Rafael Gamboa Rafael Gamboa es un joven trovador, originario de Cuautla, Morelos, que se caracteriza por el mensaje de sus letras, ya que busca que reflexionemos acerca de nuestro entorno pero, sobre todo, de lo que nos constituye como seres humanos. Joven solidario con un vendaval de emociones y pensamientos que brotan en sus tonadas; asimismo, que vaga por el mundo tratando de armonizar con el pr贸jimo. Solidario con un vendaval de emociones y pensamientos que brotan en sus tonadas; vaga por el mundo tratando de armonizar con el pr贸jimo.
19
20
GUIENGOLA Guiengola es un sitio arqueológico de la cultura zapoteca ubicado a unos 14 km al noroeste de Tehuantepec,1 y a 243 km al sureste de la ciudad de Oaxaca sobre la carretera federal 190. Las ruinas visibles se encuentran entre el río y el cerro, ambos con el nombre de Guiengola. El nombre significa ‘piedra grande’ en el idioma-zapoteca. Hay dos tumbas principales que han sido excavadas, y ambas parecen ser sitios de entierro familiar intermitentes. Ambas tienen cámaras frontales para ídolos religiosos, mientras que las cámaras traseras son para el entierro de personas importantes. El sitio tiene murallas, casas, canchas de juego de pelota, otras tumbas y un gran "Palacio" con restos de estanques artificiales y terrazas. En el centro del sitio hay dos plazas, una más baja que la otra, y dos pirámides, una al este y otra al oeste. Los zapotecas se ubicaron en la zona sur del estado de Oaxaca, en una región geográfica que comprende valles templados y zonas costeras. Esta civilización alcanzó su mayor esplendor entre los años 200 a. C. y 750 d. C., dejando plasmado su desarrollo y grandeza en sus monumentos, aunque su origen se encuentra aún impreciso, a pesar de las numerosas hipótesis y leyendas formuladas al respecto. Su decadencia se inicia entre los años 750 y 1200 d. C., con la dominación de los mixtecas. El Valle de Oaxaca, cuna de la civilización zapoteca, es un amplio valle en el noreste del estado de Oaxaca. El valle está rodeado de montañas, con la Sierra Madre Oriental al norte y las montañas de Tlacolula al sureste. El entorno de la zona es adecuado para la agricultura, especialmente el cultivo de maíz, haciéndola adecuada para asentamientos humanos. Durante el periodo del nacimiento de la civilización zapoteca, el piso del valle no había sido erosionado, ya que había un bosque de robles y pinos intacto. El clima y la temperatura eran ideales para la siembra de maíz, y era posible tener varias cosechas por año. El alto potencial agrícola del Valle de Oaxaca definitivamente contribuyó a convertir esta área en la cuna de las primeras sociedades complejas de la región.
21
TOLISTOQUE “el jardín zapoteca mejor resguardado”
“En este sitio existe flora y fauna endémica en peligro de extinción que vale la pena conservar, además de un sin número de escenarios naturales de extraordinaria belleza, como el cañón por donde pasa el arroyo denominado Ojo de Agua Tolistoque, que al bajar de la sierra forma una bufa de aire que emite fuertes sonidos en temporada de lluvia, por la crecida del arroyo”
Se trata de un balneario en torno a un manantial de agua dulce. la belleza natural que rodea al nacimiento de agua, y su cercanía con la antigua fortaleza zapoteca de guiengola, dio origen a una antigua y popular leyenda que narra: "después de varios años, de constante guerra entre aztecas y zapotecas; ahuizotl, emperador azteca, propuso una alianza a cocijoeza, rey zapoteca de tehuantepec, la cual consistía en que, este último, se desposara con la princesa azteca coyolicatzin. indeciso ante tal proposición, en uno de esos días, posiblemente de meditación, cocijoeza fue a bañarse al manantial, y fue en ese sitio, donde se le apareció la princesa coyolicatzin; no obstante a su temor, quedó impactado de su gran belleza. tiempo después contrajeron nupcias; sellando así, la alianza entre estos dos pueblos".
22
Para llegar a Tolistoque se recorren 25 kilómetros desde la ciudad de Juchitán hasta la entrada de la zona. El viajero debe de tomar la carretera Panamericana, llegar hasta una vereda con un letrero que anuncia las características del paraje natural después de La Ventosa y La Ciénega.
El manantial dentro de una cueva esculpida por la naturaleza hace millones de años es lo más hermoso del lugar. Desafortunadamente, por la falta de atención de las autoridades para su conservación y rescate, las paredes de la gruta están pintarrajeadas.
Con una superficie mayor a las 35 mil hectáreas, la sierra Tolistoque guarda en sus entrañas uno de los ecosistemas más importantes en la región después de Los Chimalapas.
23
24
25