Análisis geopolítico del Mediterráneo

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Análisis geopolítico del Mediterráneo en las dos primeras décadas del siglo XXI

Las investigaciones comprendieron diversas temáticas de actualidad que conciernen a la región del Mediterráneo. De cultura, Rocío Arroyo Belmonte y Óscar Dorantes Ivañez analizaron un tema de historia cultural: la construcción de la memoria histórica a través de los sitios de patrimonio mundial. Los tres temas políticos comprenden los siguientes tópicos: un análisis geopolítico sobre los centros de poder actuales elaborado por Mercedes E. Pereña y Gili; los lazos financieros entre Libia y los países europeos, en particular con Italia, Alemania y España son analizados por Eduardo A. Rosales Herrera y en el tercero, realizado por Alan López Fabián, Rodrigo Barbosa Hurtado y Mercedes E. Pereña y Gili, se examina la rivalidad entre tres potencias regionales musulmanas: Arabia Saudita, Irán y Turquía, ante el conflicto en Siria. Los textos sobre temáticas socioeconómicas comprenden dos capítulos, uno de ellos analiza las migraciones mediterráneas, las remesas y cambios estratégicos, elaborado por Jordi Bacaria Colom y María Isabel Osorio Caballero y en el otro, Pablo Pérez Akaki y José Antonio Campos Espinosa examinan el desarrollo agrícola y las diferencias entre los países mediterráneos. Joel A. Bravo Anduaga analiza, desde un enfoque geopolítico, un tema medio ambiental, el panorama general del agua en la cuenca del Mediterráneo, disponibilidad, acciones para el control y los conflictos actuales y futuros por este recurso.

U N IVERSI DA D N ACI O N A L AU TÓ N O M A D E M É XI CO 2014

Análisis geopolítico del Mediterráneo en las dos primeras décadas del siglo XXI

Mercedes E. Pereña y Gili Editora

A partir de las rivalidades por el poder e influencia, las condiciones y elementos, que en el siglo XXI hacen que el Mediterráneo sea considerado como una amplia zona de tensión geopolítica mundial, un grupo de investigadores desde diversas perspectivas disciplinarias analizan en este texto colectivo diversos temas de actualidad en la cuenca del Mediterráneo en sus diversas manifestaciones culturales, políticas, económicas, sociales y ambientales bajo la óptica del análisis geopolítico. Debido a la dinámica de los acontecimientos políticos que ocurren en la región, a su inestabilidad y, por tanto, a las consecuencias que puedan tener en el contexto general, la temporalidad de los capítulos que conforman esta publicación abarcó desde los primeros años del siglo XXI hasta el primer semestre del año 2013.






ANÁLISIS GEOPOLÍTICO DEL MEDITERRÁNEO EN LAS DOS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XXI



ANÁLISIS GEOPOLÍTICO DEL MEDITERRÁNEO EN LAS DOS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XXI

Mercedes E. Pereña y Gili editora

México, 2014


UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Dr. José Narro Robles Rector Dr. Eduardo Bárzana García Secretario General Dr. Dante J. Morán Centeno Director General de Asuntos del Personal Académico Dra. Claudia C. Mendoza Rosales Subdirectora de Desarrollo Académico FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN Dr. J. Alejandro Salcedo Aquino Director Dr. Darío Rivera Vargas Secretario General Lic. Jesús Manuel Hernández Vázquez Secretario de Estudios Profesionales Mtro. Jorge Luis Suárez Madariaga Coordinador de Servicios Académicos Dr. Enrique García Moisés Coordinador del Programa de Posgrado D.G. Víctor Hugo Huerta González Jefe de la Unidad de Servicios Editoriales Diseño editorial: Parentalia ediciones: parentalia.ediciones@gmail.com Diseño de la portada: MACL D.R. © Primera edición 2014 D.R. © Ediciones sucesivas Mercedes E. Pereña y Gili

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C. P. 04510, México, Distrito Federal. FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN Av. Alcanfores y San Juan Totoltepec, s/n C. P. 53150, Naucalpan de Juárez, Estado de México La publicación de este libro es producto del Proyecto de Investigación PAPIIT, IN303411-2 “Análisis geopolítico del Mediterráneo en el siglo XXI” financiado por la UNAM, 2011- 2013. Responsable del proyecto Dra. Mercedes E. Pereña y Gili. Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. ISBN 978-607-02-5784-1 Impreso y hecho en México


Contenido PRESENTACIÓN Mercedes E. Pereña y Gili

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ESPACIO, TIEMPO Y PODER: LA CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DEL MEDITERRÁNEO A TRAVÉS DE LOS SITIOS DEL PATRIMONIO MUNDIAL Rocío Arroyo Belmonte Óscar Dorantes Ivañez

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LOS CENTROS DE PODER EN EL MEDITERRÁNEO ACTUAL: UN ANÁLISIS GEOPOLÍTICO Mercedes Eloisa Pereña y Gili

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LIBIA EN EL MARCO DE LOS INTERESES GEOPOLÍTICOS Y ECONÓMICOS DE LOS PAÍSES EUROPEOS Eduardo A. Rosales Herrera

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LA RIVALIDAD TÁCITA ENTRE ARABIA SAUDITA, IRÁN Y TURQUÍA FRENTE AL CONFLICTO EN SIRIA Mercedes E. Pereña y Gili Alan López Fabián Rodrigo Barbosa Hurtado

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MIGRACIONES MEDITERRÁNEAS, REMESAS Y CAMBIOS ESTRATÉGICOS EN EL MEDITERRÁNEO SUR Y ORIENTAL Jordi Bacaria Colom María Isabel Osorio Caballero

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EL MEDITERRÁNEO Y SU DESARROLLO AGRÍCOLA EN EL SIGLO XXI Pablo Pérez Akaki José Antonio Campos Espinosa

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EL AGUA EN EL MEDITERRÁNEO: UN ENFOQUE GEOPOLÍTICO Joel Ángel Bravo Anduaga

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• PRESENTACIÓN •



El Mediterráneo se impone. En ningún otro lugar de extensión parecida se percibe con tal intensidad la unidad de unos espacios tan dispares. El Mediterráneo es, desde hace muchos siglos, una zona periódicamente fracturada, fragmentada, conflictiva. Bernard Kaiser (2000: 9)

Estudiar, desde diversas perspectivas disciplinarias de las ciencias sociales, y analizar lo que representa en el momento actual el Mediterráneo en sus diversas manifestaciones culturales, políticas, económicas, sociales y ambientales bajo la óptica del análisis geopolítico, fue el objetivo de este proyecto de investigación, realizado por los participantes en el Proyecto de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica IN303411, Análisis geopolítico del Mediterráneo en el siglo XXI. El propósito de reunir en este libro colectivo los estudios que lo conforman, se guió por el interés de aportar elementos que contribuyan a la reflexión de un escenario geopolítico. No obstante que la literatura sobre el tema es abundante,1 esta publicación es innovadora en el sentido de que será el primer libro publicado en México que analiza la geopolítica en el Mediterráneo en este siglo, no como protagonistas o actores involucrados, sino desde otro punto de vista, como observadores geográficamente lejanos, desde otro ángulo y en algunos casos bajo una perspectiva diferente. Los elementos de unidad en los diversos proyectos de investigación que conforman los capítulos de esta publicación han sido en primer lugar y como el punto central de análisis, el Mediterráneo en las dos primeras décadas del siglo XXI y, en segundo lugar, la perspectiva geopolítica, es decir el análisis geopolítico, hilo conductor en todos ellos y que permite explicar e interpretar las rivalidades por el poder, control o influencia en el espacio mediterráneo. La diversidad de los proyectos se encuentra en la variedad de temáticas analizadas, la metodología utilizada y las diversas perspectivas de reflexión y análisis. Como el libro de Yves Lacoste. Géopolitique de la Méditerranée (2009) en el que analiza los temas geopolíticos más significativos en cada uno de los países de la cuenca mediterránea. 1

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Mercedes E. Pereña y Gili

El espacio geográfico es el Mediterráneo,2 término que se ha utilizado –desde el siglo XVI– para designar al mar situado entre tierras, entre el sur de Europa, el norte de África y el oeste de Asia, al que se denomina también Mediterráneo Euro-musulmán. El mar Mediterráneo con sus 46 mil kilómetros de costa y con 450 millones de personas puede ser pensado como un gran espacio, un lugar de contraste económico y cultural, una fuente de conflictos, una amplia zona de tensión geopolítica mundial y un lugar de cooperación privilegiado, entre Europa y el mundo musulmán. El Mediterráneo como espacio, puede estudiarse o analizarse desde diversos ángulos (Rosière, 2003). En los distintos ensayos que integran los capítulos del libro ha sido usado a) como el marco o medio natural y social; b) como escenario geopolítico, donde se manifiesta lo que está en juego entre los actores y sus objetivos, los motivos de las confrontaciones, conflictos, dinámicas o c) como teatro de operaciones o escenario geoestratégico. La delimitación de la región varía de acuerdo al objeto de análisis y al tipo de datos requeridos; por ello se encuentran diferentes parámetros para delimitarla. Pueden ser, a) considerar únicamente a los 22 Estados con litoral al mar (como se muestra en la Figura 1), b) además de ellos incluir a los Estados que aunque no tienen costa están intrínsecamente relacionados socioeconómicamente: Portugal, Montenegro, Macedonia y Jordania. Es importante que al considerar al Mediterráneo como un conjunto geopolítico, como menciona Lacoste (2006: 33-34) debe tomarse en cuenta la influencia geopolítica de otros Estados no ribereños ya que sus acciones y conflictos tienen efectos importantes en los países de la cuenca mediterránea, como es el caso de los países del Golfo Pérsico: Irán, Irak, Qatar. c) tomando en cuenta las condiciones climáticas y la vegetación, parámetro que muchos especialistas consideran para delimitar a la verdadera región mediterránea (King, Proudfoot y Smith, 1997:6), es decir, como se observa en la Figura 2, la zona determinada por el cultivo del olivo, considerado como el símbolo de identidad cultural y de la dieta mediterránea.

Con este nombre se alude también a otras dos extensiones marinas, con una extensión semejante y rodeadas de tierras –continentes o archipiélagos– y bordeadas por gran número de Estados: el Mediterráneo Americano –el Golfo de México y el Mar Caribe– y también, más recientemente, el Mediterráneo Asiático, situado al sur de China, Indochina y los archipiélagos de Indonesia y Filipinas. Ninguno de estos dos presentan las grandes diferencias norte-sur y occidente-oriente que se manifiestan en el Mediterráneo Euro-musulmán. 2

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Figura 1. Países ribereños en la Cuenca del Mediterráneo

Fuente: Elaboración propia

Figura 2 Distribución del olivo

Fuente: Elaboración propia con base en King, Proudfoot y Smith (1997) “The limits of four Mediterranean plants” The Mediterranean: Environment and Society

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Mercedes E. Pereña y Gili

Esta publicación analiza diversos problemas que tienen lugar en el momento actual en el Mediterráneo. El contexto está caracterizado por la intensa interdependencia mundial, es el mundo de la globalidad. El proceso de globalización y la identidad territorial son conceptos fundamentales para intentar comprender las dinámicas geopolíticas del mundo contemporáneo. Desde hace unas cuantas décadas, se pensaba que la integración mundial de la economía, la difusión a través de los medios de comunicación de elementos culturales y sociales de ámbito mundial, la modernización de la economía y de la sociedad, llevarían a una creciente integración cultural que traería consigo, a su vez, una progresiva disminución de los conflictos territoriales de base cultural (Nogué y Vicente, 2001). Como hemos sido testigos esto no sucedió. Este es un elemento sumamente importante al analizar los problemas, divergencias, discrepancias, rivalidades y conflictos en la cuenca del Mediterráneo. En otro orden de ideas y tomando en cuenta que el análisis geopolítico unificó las distintas investigaciones, es oportuno hacer algunas precisiones conceptuales. La geopolítica es una disciplina, un enfoque, un método y no es simplemente una manera para referirse a la política exterior. Aporta una metodología para entender el mundo. Se refiere a las relaciones entre espacio y política. Vincula las realidades geográficas con las razones políticas y analiza, como señala Lacoste (2008) todo lo relacionado con las rivalidades de poder, influencia, control o dominio sobre determinados territorios y sus poblaciones. Uno de los aspectos más importantes es la localización geográfica ya que ésta identifica y caracteriza a los pueblos y naciones. Sin embargo, como señala Schlögel (2007) la geopolítica no tiene que ver únicamente con espacios geográficos, sino ante todo sobre conceptos y acciones políticas relacionadas con la estructuración y dominio del espacio. El análisis geopolítico puede considerarse como la reflexión teórica sobre las condiciones histórico-espaciales de la acción política. El método de análisis geopolítico requiere mostrar que un acontecimiento o proceso es el resultado de factores complejos y no de una única causa. Por ello es necesario comprender e interpretar los procesos políticos, sociales, culturales, económicos y medio ambientales con la finalidad de analizar los acontecimientos regionales y su impacto global. Debido a la dinámica de las acciones políticas que ocurren en la región, a su inestabilidad, y por tanto, a las consecuencias que puedan tener en el contexto general, la temporalidad de los trabajos que conforman el texto abarcó desde los primeros años del siglo XXI hasta el primer semestre del año 2013. Las investigaciones comprendieron diversas temáticas de actualidad que conciernen a la región del Mediterráneo; culturales, políticas, socioeconómicas y medio ambientales y con los ensayos elaborados se conformaron los siete capítulos que integran, con ese orden temático, este libro. 16


Análisis geopolítico del Mediterráneo en las dos primeras décadas del siglo XXI

Dada la gran diversidad y complejidad de temas geopolíticos de actualidad que pueden analizarse en esta región, se desarrollaron solamente unos cuantos temas de los muchos que pueden investigarse. De cultura se analizó un tema de historia cultural: la construcción de la memoria histórica a través de los sitios de patrimonio mundial. Los tres temas políticos comprenden los siguientes tópicos: un análisis geopolítico sobre los centros de poder actuales; los lazos financieros entre Libia y los países europeos y el tercero analiza la rivalidad entre tres potencias regionales musulmanas ante el conflicto de Siria. Los textos sobre temáticas socioeconómicas comprenden dos capítulos, uno de ellos analiza las migraciones mediterráneas, las remesas y cambios estratégicos y el otro examina el desarrollo agrícola y las diferencias entre los países mediterráneos. Un tema medio ambiental analiza, desde un enfoque geopolítico, el panorama general del agua en la cuenca del Mediterráneo, disponibilidad, acciones para el control y los conflictos actuales y futuros por este recurso. El primer capítulo elaborado por Rocío Arroyo Belmonte y Óscar Dorantes Ivañez analiza un tópico cultural: “Espacio, tiempo y poder: la construcción de la memoria histórica a través de los sitios del patrimonio mundial” realiza una reflexión sobre la memoria del pasado mediterráneo a través de los sitios del patrimonio de la humanidad ubicados en la región. El capítulo inicia con un planteamiento teórico desde la perspectiva geopolítica, sobre la interrelación entre espacio, tiempo y poder para estudiar los fenómenos histórico-culturales; posteriormente examina algunos antecedentes de cómo se han dado esas interrelaciones en la historia antigua del Mediterráneo; y concluye con un análisis sobre las desigualdades en la distribución territorial, la tipología selectiva y las rivalidades políticas suscitadas en las denominaciones de los sitios del patrimonio de la humanidad en el Mediterráneo. La sección sobre temas políticos comprende tres capítulos. El primero de ellos presenta un análisis geopolítico de los centros de poder y los actores geopolíticos, así como de los nuevos poderes que determinan el control y la influencia en la cuenca del Mediterráneo en las primeras dos décadas del siglo XXI. Mercedes E. Pereña y Gili en el capítulo “Los centros de poder en el Mediterráneo actual: un análisis geopolítico” considera a la cuenca del Mediterráneo como un escenario geopolítico, como la zona donde se manifiesta la competencia considerando a los centros de poder como los puntos que juegan un papel de mando, es decir, como los centros de decisión. El segundo de los capítulos políticos elaborado por Eduardo A. Rosales Herrera, “Libia en el marco de los intereses geopolíticos y económicos de los países europeos” examina los lazos económico-financieros de Libia con los países europeos, en particular con Italia, Alemania y España, analiza como Libia estrechó los lazos económicofinancieros, desde las últimas décadas, con Occidente y especialmente con Europa a quien exportó la mayor parte de su producción petrolera y realizó importantísimas inversiones en los bancos europeos. Al examinar los acontecimientos de la Primavera 17


Mercedes E. Pereña y Gili

Árabe y el derrocamiento de Muamar Gadafi, se plantea la interrogante de si la era postGadafi cambiará o no la histórica dependencia de Libia con Occidente y si los cuantiosos recursos financieros depositados en Europa regresarán o no a su país de origen. El tercer texto político titulado “La rivalidad tácita entre Arabia Saudita, Irán y Turquía sobre el conflicto de Siria” realizado por Alan López Fabián, Rodrigo Barbosa y Mercedes E. Pereña y Gili, analiza la rivalidad entre tres potencias musulmanas: Arabia Saudita, Irán y Turquía sobre el conflicto que se vive en este país, con la finalidad de que el conflicto político y humanitario que se vive en Siria tenga un desenlace favorable al interés nacional de cada uno de ellas. Arabia Saudita utiliza grandes recursos, alianzas e influencias para conseguir el establecimiento de un gobierno sunita pro saudí en Damasco. Teherán trata de evitar el derrocamiento de un aliado estratégico en la región, fortaleciendo su ayuda económica e, inclusive militar, al régimen alawita. Por su parte, Turquía busca contener el número de desplazados que cruzan su frontera, apoyando firmemente a la Coalición Siria y solicitando la ayuda de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Los temas de carácter socioeconómico se desarrollan en los capítulos quinto y sexto. El primero de ellos realizado por Jordi Bacaria Colom y Maria Isabel Osorio Caballero: “Migraciones mediterráneas, remesas y cambios estratégicos en el Mediterráneo sur y oriental”, presenta el análisis de las remesas migratorias en el Mediterráneo oriental y norte de África y las políticas migratorias de la Unión Europea. Inicia presentando el estado del arte de la literatura sobre las remesas; en la segunda parte se analizan los impactos de las remesas en el ámbito de estudio y en la última parte se identifican las políticas migratorias de la Unión Europea, en particular las que hacen frente a la migración irregular y las políticas de integración de los migrantes regulares. Todo ello en el contexto de crisis económica en Europa y de la llamada Primavera Árabe. Por su parte en el capítulo sexto, “El Mediterráneo y su desarrollo agrícola en el siglo XXI”, Pablo Pérez Akaki y José Antonio Campos Espinosa examinan el desarrollo agrícola en el Mediterráneo en el siglo XXI, y analizan sus características, identificando las diferencias entre los países del norte, pertenecientes a la Unión Europea, y los del sur y este, región caracterizada por los conflictos políticos y un rezago económico de gran magnitud. El análisis realizado permitió identificar la importancia y el grado de dependencia de la porción sur del Mediterráneo hacia la Unión Europea, organismo clave para impulsar las economías del sur y como destino de sus exportaciones agrícolas. Se destaca que estas dos subregiones mediterráneas enfrentan muy diferentes condiciones económicas y sociales, por lo que difícilmente las del sur representan una amenaza para la sociedad europea. Uno de los temas ambientales más significativos de la región mediterránea es el tema del agua, vinculado a las condiciones del clima mediterráneo que se caracteriza 18


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por la presencia de veranos cálidos y secos e inviernos templados y lluviosos. La falta de lluvias en verano hace que en esta región exista una escasez de agua importante. Joel Bravo Anduaga en el capítulo “El agua en el Mediterráneo: un enfoque geopolítico” presenta un panorama general de la geopolítica del agua en la cuenca mediterránea. Analiza información cuantitativa para mostrar la disponibilidad de los recursos hídricos que inciden en el debate y las acciones para el control y la disputa del agua dulce; aporta elementos para el análisis de actuales y futuros conflictos por los recursos hídricos en la cuenca mediterránea. Este proyecto colectivo representa una primera aportación en el análisis geopolítico, línea de investigación que no está suficientemente explorada en México en el campo de las relaciones internacionales, de la ciencia política y de la geografía y que deseamos abra camino para ser continuada en otros escenarios geopolíticos, tanto nacionales como internacionales. Únicamente nos resta agradecer el apoyo en recursos que proporcionó la Dirección General de Asuntos del Personal Académico, a través del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT), indispensable para poder contar con el equipo, material, libros y la posibilidad de edición y publicación de los resultados de la investigación. Mercedes E. Pereña y Gili Acatlán, Estado de México, octubre 2013

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Mercedes E. Pereña y Gili

Referencias bibliográficas Bernard Kaiser. (2000). Una geografía de la fractura. Enciclopedia del Mediterráneo No.10. CIDOB edicions. Barcelona: Icaria editorial. King, Russell, Lindsay Proudfoot y Bernard Smith. (1997). The Mediterranean: Environment and Society. London and New York: Arnold, Hodder Headline Group. Lacoste, Yves. (2009). Géopolitique de la Méditerranée. Paris: Armand Colin. _________ (2008). Geopolítica. La larga historia del presente. Madrid: Editorial Síntesis. Rosière, Stèphane. (2003). Une grammaire de l’espace politique. Paris: Ellipses, Schlögel, Karl. (2007). En el espacio leemos el tiempo. Sobre Historia de la civilización y Geopolítica. Madrid: Ediciones Siruela.

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ESPACIO, TIEMPO Y PODER

LA CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DEL MEDITERRÁNEO A TRAVÉS DE LOS SITIOS DEL PATRIMONIO MUNDIAL Rocío Arroyo Belmonte y Óscar Dorantes Ivañez1

El presente capítulo ofrece un acercamiento a los procesos culturales suscitados en la región del Mediterráneo bajo un enfoque geopolítico. Específicamente, se analizan algunos de los factores políticos implicados en la selección de un conjunto de sitios y monumentos históricos mediterráneos como parte del patrimonio de la humanidad.2 El capítulo se compone de tres apartados: el primero plantea teóricamente la interrelación entre espacio, tiempo y poder como ejes axiales dentro de la perspectiva geopolítica para estudiar los fenómenos histórico-culturales. En una segunda parte, se ofrece un esbozo de las interrelaciones entre centros políticos y económicos relevantes, con sus influyentes manifestaciones culturales que se desarrollaron en la historia antigua y medieval mediterránea. En una tercera sección se profundiza en el análisis Rocío Arroyo Belmonte: Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Maestra en Estudios Regionales por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora y Licenciada en Relaciones Internacionales por la FCPyS de la UNAM. Diplomados sobre análisis de la cultura por el CONACULTA e INAH. Articulista y conferencista en diversos medios académicos. Profesora de asignatura en la FESAcatlán en la división de SUAyED. Correo electrónico: rociobelmonte@gmail.com Óscar Dorantes Ivañez: Licenciado en Historia por la FES-Acatlán, egresado de la Maestría en Estudios México-Estados Unidos por la misma institución. Ponente en diferentes congresos nacionales e internacionales y profesor de asignatura en varias instituciones de educación privada. Correo electrónico: osdoriv25@yahoo.com.mx 2 Los sitios del patrimonio mundial o patrimonio de la humanidad se designan siguiendo el procedimiento marcado en la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de 1972, establecida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En pocas palabras, consiste en un mecanismo interestatal que, entre otros aspectos, selecciona un listado de sitios que por sus características artísticas, estéticas e históricas, contribuyen a preservar la memoria de la humanidad para generaciones futuras. 1

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Rocío Arroyo Belmonte y Óscar Dorantes Ivañez

de cómo esos antiguos espacios y manifestaciones culturales son hoy revalorados y reinterpretados de forma selectiva para tratar de construir una memoria regional. Se evidencian así las desigualdades en la distribución territorial, la tipología particular y las características selectas para representar al Mediterráneo a través de ciertos sitios del patrimonio de la humanidad ubicados en la región. Finalmente, se ofrecen algunas conclusiones y reflexiones finales sobre este proceso. Análisis teórico de la interrelación entre espacio, tiempo y poder como un enfoque geopolítico de análisis en los procesos culturales Analizar procesos culturales en el Mediterráneo nos lleva a iniciar con la revisión del concepto de cultura, el cual tiene una larga historia de transformaciones sobre su contenido y sentido. Una de las definiciones más completas desde hace algunos años, hace referencia a la cultura como “el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ello engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.” (Declaración de México sobre las Políticas Culturales, 26 de julio – 6 de agosto de 1982). Por su parte, desde sus orígenes, la geopolítica ha incorporado de alguna u otra forma la importancia de la cultura en sus estudios. Para Ratzel, por ejemplo, el espacio de los Estados aumenta con el crecimiento de la cultura (entendida bajo los preceptos de raza, religión y civilización). Para Vidal de la Blanche, el territorio no basta para hacer una nación sino que es necesario el consentimiento de los seres humanos unidos por la experiencia en común dentro de un mismo espacio. El padre del realismo político Hans Morgenthau, incluía las ideas relacionadas a la cultura de una sociedad dentro del concepto de “carácter nacional” como un factor del poder del Estado sumado a la geografía, los recursos naturales y la población (Lacoste, 1993). Por tanto, en los iniciales estudios de tintes geopolíticos, la cultura era un elemento más que se sumaba, o inclusive se supeditaba, a los factores geográficos y políticos. No obstante, en años recientes las revisiones de la geopolítica crítica, se centran en replantear algunos fundamentos esenciales. Justamente una de las grandes preocupaciones de esta nueva corriente crítica es incorporar a la cultura como un eje axial de los estudios. Preocupa ahora entender las formas en que espacios e historias son apropiadas a través de los elementos culturales de los grupos sociales: la imaginación geopolítica del Estado (Tuathail y Dalby, 1988); las narrativas de la nación como formas geopolíticas (Bhabha, 1994); las políticas culturales de los Estados como procesos que ayudan a determinar espacios y a buscar una supremacía de poder 24


La memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio mundial

(Bonnura, 1998); los procesos de dominio que hay en las representaciones culturales del espacio (Agnew, 1993); la importancia de incorporar la geocultura en el análisis del sistema-mundo capitalista (Wallerstein, 2007). Es por eso que es importante incorporar a los fenómenos culturales (como el referente a la memoria histórica del Mediterráneo), dentro del estudio geopolítico. La propuesta es dejar de ver a la cultura como un factor irrelevante o secundario de la economía y la política, romper con la idea de verla como un background aislado para analizar sus interrelaciones con las dimensiones espaciales, temporales y de poder suscitadas en las sociedades. A través del entendimiento de los valores, la moral dominante, el arte y las representaciones, se pueden entender más cabalmente los procesos sociales tradicionalmente abordados por la geopolítica. Se trata de disminuir el papel determinista de las condiciones geográficas para centralizar el enfoque en las interrelaciones entre los mecanismos de organización social (incluyendo los juegos de poder) con su medio y su pasado; todo como parte de una unidad inseparable. Específicamente, es posible concretar este proceso de interrelación entre espacio, tiempo y poder a través del estudio de los sitios del patrimonio mundial en la región mediterránea. El asunto del patrimonio mundial, tiene que ver con una política internacional liderada por los Estados para seleccionar ciertos lugares, monumentos y sitios que por sus características estéticas, simbólicas e históricas, son dignos de ser reconocidos como parte de la memoria regional e, inclusive, mundial. En coincidencia con Emilio Piazzini (2008: 174), todas las prácticas sociales ligadas con la definición, conservación y divulgación del patrimonio cultural, “pueden comprenderse como dispositivos que ayudan a configurar, mantener y reproducir determinadas lógicas de jerarquización de las diferencias espaciales, sobre todo de aquellas que han caracterizado a la imaginación geopolítica de la modernidad”. Se trata de establecer lo que él denomina como una “crono-geopolítica”, una “geopolítica de la memoria” aplicada, en este caso, al Mediterráneo. Para analizar el proceso de construcción de la memoria histórica del Mediterráneo desde una perspectiva geopolítica, debemos partir de los fundamentos teóricos que nos permitan comprender la interrelación entre la reconstrucción selectiva del pasado cultural de un territorio con la conjugación de intereses políticos y económicos implicados. Es decir, plantear la interrelación entre espacio, tiempo y poder como una triada analítica esencial. En primer lugar debemos aceptar que dentro de la geopolítica misma domina una gran diversidad de definiciones sobre la arista de los fenómenos que deben estudiarse, así como sobre los métodos analíticos aplicables. Este problema tiene que ver con el origen de la geopolítica como una perspectiva vinculada al poder y como una herramienta de los Estados nacionales para ampliar y concentrar su presencia.

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Rocío Arroyo Belmonte y Óscar Dorantes Ivañez

Haciendo una síntesis general de los fundamentos clásicos de la geopolítica en sus primeros pasos, tenemos el énfasis en la relación entre geografía y poder estatal. En general se consideraba: 1) los factores geográficos como influyentes determinantes en la vida humana (por ejemplo Karl Ritter); de forma ligada, 2) las condiciones geográficas como determinantes de las acciones de los Estados, por lo cual la geopolítica vendría a tener la función de orientar la política exterior y las estrategias estatales (por ejemplo Friedrich Ratzel, Halford Mackinder, Rudolf Kjellén); y, 3) una visión epistemológica racionalista, materialista y con miras al establecimiento de leyes generales y predicciones (por ejemplo las siete leyes de expansionismo de Ratzel). En esta primera etapa de la geopolítica (especialmente dentro de la escuela alemana) prevaleció el interés por el dominio político del espacio, enfatizándose el análisis de los elementos geográficos bajo el dominio estatal y tratándose de establecer los fundamentos de la hegemonía del poder. En pocas palabras, la arista a destacarse para los primeros geopolíticos fue el análisis de la relación entre “tierra y poder”, “espacio geográfico y poder nacional” (Gómez, 1977: 55). Dentro de esta primera visión, la dimensión histórica o temporal no tuvo un peso explicativo sustancial, lo cual fue una de las principales críticas que la escuela francesa intentaría subsanar. Tal cual lo sostuvo el francés Vidal de la Blache (1898) al afirmar que los hechos geográficos no están estáticamente dados sino que varían a través del tiempo. Esto nos demuestra que poco a poco el eje histórico comenzó a insertarse como una nueva guía explicativa dentro de la perspectiva geopolítica. No obstante la especialización excesiva de las ciencias sociales suscitada a lo largo de los siglos XIX y XX, llevaron a la separación del análisis de los fenómenos espaciales y temporales con la división entre las disciplinas de la historia y la geografía, las cuales tomaron teorías y métodos diferenciados. La geopolítica por su parte, siguió buscando las vinculaciones entre ambas dimensiones de la realidad social porque “es imposible comprender y utilizar la Historia, en bien del grupo social o del Estado, sin tener conocimiento de la base geográfica de la Historia, como tampoco se puede valorar toda la importancia de la Geografía, si no se coloca sobre el plano de la Historia” (Escalona, 1959: 28). Ya en fechas más recientes, desde la geopolítica se ha reconocido la necesidad de ir más allá de la separación entre tiempo y espacio. Uno de los planteamientos geopolíticos más acabados en los últimos años, habla de espacializar la narración histórica y, a su vez, desarrollar una interpretación histórica de lo espacial (Schlögen, 2007: 53). La historia (lo diacrónico) se puede representar en el espacio, incluyendo los procesos culturales, que en palabras del reconocido geopolítico Yves Lacoste (2006) conformarían un “diatopo” que resulta de fuerzas antiguas en un territorio, desarrolladas en tiempos largos o, más recientemente, en tiempos cortos. Proceso en el cual pueden suscitarse viejas rivalidades, manipulación de recuerdos y versiones contradictorias de 26


La memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio mundial

una misma historia regional. Tal cual sucede en la memoria histórica del Mediterráneo como intentaremos demostrar a lo largo de este artículo. Esto lleva a destacar especialmente el estudio de Fernard Braudel, un analítico trascendental de la historia mediterránea quien desarrolla sus preceptos teóricos sobre la larga duración. Este autor argumenta que es esencialmente el camino de la historia, no el único, pero sí aquel que ayuda a interpretar “los grandes problemas de las estructuras sociales, presentes y pasadas. Se trata del único lenguaje que une la historia al presente, haciendo un todo indisoluble.” (Braudel, 1991: 40). Vemos así que, tanto en la reconstrucción del pasado y el perfilamiento de la memoria histórica de un determinado espacio, hay fines estratégicos presentes, activaciones institucionales e inclusive, importantes intervenciones políticas, muchas de éstas realizadas tradicionalmente por los Estados nacionales (Debray, 1999; Hartog, 2007; Nora, 1984; Ricoeur, 2004; Todorov, 2000). Desde nuestro punto de vista entonces, la historia conforma algo más que una base o un factor que se suma colateralmente a la geografía. El pasado no es solamente un contexto, tampoco la suma de hechos históricos, ni enseñanzas neutrales o eventos deterministas del ayer. La historia y específicamente la memoria histórica de un determinado espacio, es un proceso de reconstrucción y reapropiación cultural continua, donde las relaciones de poder intervienen para intentar dotar de sentido histórico a un determinado territorio a través de una narrativa dominante sustentada en una selección de episodios pretéritos. Es decir, donde procesos geopolíticos se suscitan claramente. Es así como proponemos aplicar este esquema general en el análisis de la memoria histórica del Mediterráneo, puntualizando este proceso en la identificación de los mecanismos y representaciones selectivas que se han tratado de imponer para construir el pasado mediterráneo a través de los llamados sitios del patrimonio mundial en la región. Antecedentes de la interrelación entre espacio, tiempo y poder en los grandes períodos de la historia mediterránea antigua En este apartado podemos revisar algunos ejemplos claves de formación de núcleos de poder a lo largo de la historia mediterránea durante la antigüedad y en la Edad Media, lo que nos habla de las relaciones de poder entre ciertos actores en determinados periodos de coexistencia, en los cuales hubo alianzas, disputas o fusiones, dejando a su paso manifestaciones culturales materiales (ciudades, palacios, monumentos, puertos, etc.) que hoy, a la luz de los procesos de la larga duración, se realzan o se ocultan dentro de las narrativas historiográficas oficiales de la memoria mediterránea. 27


Rocío Arroyo Belmonte y Óscar Dorantes Ivañez

El mar Mediterráneo como espacio está conformado por dimensiones físicas, simbólicas, políticas, económicas y culturales. Desde la antigüedad las civilizaciones más importantes se desarrollaron sobre este mar, o estuvieron muy cerca de su zona de influencia. Las diferentes culturas que han interactuado en esa región a lo largo del tiempo, dan muestra de la importancia del Mediterráneo como una zona de encuentros. En este proceso, la percepción del “otro” y de sus manifestaciones culturales pueden llevar a la afirmación y al mismo tiempo a la negación: el deseo de afirmarse contra los otros, se encuentra por fuerza en el origen de curiosidades nuevas (Braudel, 1991). Por tanto, la vocación estratégica del Mediterráneo no es nueva, los grupos sociales que aquí se han desarrollado han tratado históricamente de ejercer un dominio económico, político y cultural, controlando el acceso a los recursos estratégicos, tratando de imponer sus sistemas de valores y manteniendo una supremacía en las rutas comerciales. La historia de los restos humanos en el área del Mediterráneo es milenaria, se remontan inclusive a la etapa de la prehistoria, con vestigios de grupos asentados durante el mesolítico en las áreas de Mesopotamia, Egipto y Europa meridional. Hay también muestras de cultivos de plantas, cría de ganado y el inicio de una revolución con el uso de metales durante la revolución neolítica (Braudel, 1998). Con estos antecedentes tan remotos, el surgimiento de las primeras grandes civilizaciones mundiales en esta parte del mundo, no es un hecho extraño. Durante la antigüedad mediterránea, las sociedades mejor organizadas en la zona inicialmente van a florecer en las vertientes de los grandes ríos. Es el caso de Egipto y su dominio regional a través de diversas etapas (imperio antiguo, imperio medio, imperio nuevo, baja época) que va a tener presencia desde aproximadamente el 2850 a.C. hasta el 332 de la era romana (Francisco Muñoz, 1993). Del vasto reino egipcio nos interesa destacar lo referente a su papel en el Mediterráneo y sus legados en la actual memoria histórica regional. (ver figura 1.1) Egipto logró una expansión terrestre a lo largo del río Nilo y también inició una conquista marítima hacia el extremo oriente mediterráneo, hasta la llegada de los persas y posteriormente de los romanos. (ver figura 1.1). Inició el intercambio comercial con países vecinos y abrió así rutas comerciales a través del mar. Realizó conquistas territoriales que le llevaron a enfrentarse con zonas vecinas como Biblos, Libia, Palestina, Sinaí, Creta; se enfrentó a asirios, hititas, griegos y filisteos. Parte de su legado cultural material que hoy goza de gran prestigio se dio en su peculiar tradición arquitectónica religiosa en las grandes pirámides en Giza, Abu Simbel, Hator y Tebas, así como los templos en Luxor. Otras civilizaciones originadas en las riberas de los ríos Tigris y Eufrates y que alcanzarían a tener vínculos con las costas orientales del Mediterráneo, fueron las mesopotámicas. Estuvieron presentes los sumerios (3200-2800 a. C.) y los acadios 28


La memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio mundial

(2350-2300 a. C.), quienes llegaron a tener influencia en Siria y Capadocia; aunque fue más importante el poder de los asirios (1800-331 a. C.) quienes desde el área mesopotámica incursionaron hacia el Mediterráneo en Siria y Palestina, dominando poco a poco algunas rutas comerciales de la costa oriental de este mar. Los asirios además del auge comercial tuvieron que enfrentarse a los arameos en Siria, al reino lidio que dominada en la península de Anatolia, a los soberanos de Chipre e, inclusive, a los propios egipcios ( Jaques Pirenne, 1974). Los asirios llevarían al mediterráneo el arte y cultura mesopotámica; su decadencia estuvo ligada con el arribo de los persas. Más hacia la zona de la península itálica, se desarrolló la civilización de Creta (26002000 a. C.), conformada por un conjunto de aglomeraciones portuarias alrededor de la actual isla cretense. Rápidamente estos grupos, por su vocación marítima, se volvieron un punto comercial estratégico junto con los puertos egipcios y asirios. Desde Asia menor penetraron hacia la península de Anatolia los hititas (1640-1200 a. C.), realizando también incursiones en Siria hasta conquistar amplios territorios de la zona y convertirse en un imperio en los márgenes orientales del Mediterráneo; bajo su influencia se reconfirmó la vocación comercial estratégica de este mar. La caída hitita vendría más tarde con la llegada de los Pueblos del Mar (también conocidos como filisteos) (Braudel, 1998). Actualmente, pocos vestigios quedan de la presencia hitita en la zona y tampoco se ha realzado mucho su importante papel en la antigüedad mediterránea. En la zona del actual estado de Grecia dominaron diferentes grupos como el Reino de Mitani (1450-1350 a. C.) que formarían después el reino de Urartu conocido por sus minas de cobre y hierro que abastecían a grupos mediterráneos vecinos. Estarían después el reino de Frigia (800 a. C.) que caería ante los sumerios, los cuales, a su vez, serían desplazados por el reino de Lidia; éste último famoso por el gran aporte de introducir un sistema monetario en la región mediterránea, hasta su decadencia ante los persas (Kinder, et al., 2007). En lo que corresponde a las costas occidentales del mar Mediterráneo los grupos que ejercieron una amplia influencia fueron los fenicios (3200 a. C – 400 d. C.). Los fenicios surgen también en el área del actual Palestina y poco a poco lograron una expansión territorial pero sobre todo marítima hacia el occidente. Llegaron a Chipre, de donde pasaron a Rodas, desde allí se dirigieron a la isla de Creta y a las islas del Mediterráneo central; conquistarían Malta, la costa norteafricana y la isla de Cerdeña, finalmente se aventuraron hasta las Baleares y de allí pasaron a dominar el Estrecho de Gibraltar. (ver figua 1.2).

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Figura 1.1 Expansión del reino de Egipto

Fuente: Elaboración propia con base en Atlas Histórico Mundial, Akal, 2007

Figura 1.2 Área de influencia y ciudades principales del imperio persa

Fuente: Elaboración propia con base en Atlas Histórico Mundial, Akal, 2007

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La memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio mundial

El gran legado de los fenicios, además del perfeccionamiento en la expansión comercial marítima mediterránea, fueron las numerosas factorías entre las cuales destacan Arados, Biblos, Beritos, Sidón y, la más relevante por la fuerza que adquirió, Tiro. Aunque sin duda, el gran puerto comercial de la época fue Cartago (de una relevancia estratégica histórica esencial para la memoria mediterránea). Los grupos fenicios menguarían su poder, primero, con el arribo de los persas y, después, con la colonización romana ( Jaques Pirenne, 1974). Así bien los persas surgirían en las lejanas tierras del actual Irán, no obstante resultaron ser un poderoso grupo que conquistó amplios espacios, llegando hasta tierras mediterráneas. El imperio persa (559-530 a.C.) tuvo presencia en las costas orientales mediterráneas en los actuales estados de Turquía, Chipre, Siria, Líbano, Israel, Palestina y Egipto. Como hemos visto, con su llegada, los persas irrumpen el dominio de otros pueblos, transformando el estado de fuerzas políticas y económicas regionales. A lo que a nosotros nos interesa recalcar, los persas son además la prueba fehaciente de la vocación multicultural del Mediterráneo, al haber adentrado elementos económicos, políticos y culturales del lejano oriente. Más tarde, en la península del Peloponeso se van consolidando los antecesores de la que llegaría a ser la poderosa civilización griega (100 a.C.-529 d.C.). Inicialmente se establecieron sociedades micénicas de carácter feudal que fueron ampliando paulatinamente sus dominios en dicha península. Los micenas en su avance se alían o conquistan otros grupos de la zona, logrando una fusión multicultural (por ejemplo con los dorios, beocios, tesalios, tracios, jonios, etcétera) (Braudel, 1998). Por tanto, el gran aporte griego a la zona mediterránea es esta riqueza cultural llena de diversidad con el consecuente poderío económico y político que alcanzaría en años posteriores. A Grecia se le atribuyen grandes avances en la creación de las unidades urbanas de las polis, avances en los sistemas de gobierno, sus grandes zonas comerciales autónomas alternadas con funcionales espacios agrícolas, las rutas comerciales en torno a centros poderosos (como lo fueron las ciudades de Mileto y Esparta), el establecimiento de un sistema monetario común en la región, así como el poderío militar. Respecto a lo que nosotros estudiamos en este capítulo, los aportes materiales a la memoria cultural del Mediterráneo por parte de la Grecia antigua, se materializaron en grandes centros culturales como Atica, Caldicia, Rodas, así como los grandes templos en Atenas, Esparta, Samos y Termos; y los centros intelectuales en Mileto, Colofón, Siracausa, Elea, Crotano y el caso famoso de Alejandría. Los grupos de influencia griega a veces rivalizarían entre ellos, por el control del comercio. Sin embargo Alejandro Magno lograría momentáneamente la unificación y poder de Grecia en toda la costa oriental mediterránea, incluyendo la zona mesopotámica y Egipto entre los años del 336 al 323 a. C. Llegó a representar una gigantesca área comercial y cultural helenística que inclusive entabló intercambios 31


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con regiones lejanas como China, India, Arabia y el interior de África. Esta peculiar etapa histórica ha sido tomada como referente ideal de la posibilidad de una zona mediterránea unificada a la cual se le otorga una añoranza y gran valor en la memoria regional (como comprobaremos más tarde en el análisis de los sitios del patrimonio de la humanidad en el Mediterráneo). A continuación una ilustración que muestra las áreas de influencia aproximadas de griegos y los fenicios de Cartago. Figura 1.3 Áreas de influencia de fenicios y griegos

Fuente: Elaboración propia con base en Atlas Histórico Mundial, Akal, 2007

Tras la muerte de Alejandro Magno, las rivalidades locales se reavivaron en las costas mediterráneas orientales. Un grupo destacó entre todos, la comunidad urbana de Roma que en el año 750 de la era cristiana iría captando un control político y comercial superior al griego. Son los antecedentes del famoso imperio romano, el cual logró abarcar desde el Atlántico hasta el mar Caspio, el mar Rojo y parte del Golfo Pérsico. Este magno imperio tuvo éxito por sus grandes campañas militares (con las que, entre otros triunfos, derrotaría a Cartago en las conocidas guerras púnicas); buscó además la unidad política y cultural de la región retomando los aportes de la civilización griega; quiso instaurar una identidad cosmopolita a lo largo de toda la región mediterránea ( J. H. Parry, 1991). Evidentemente establecer y mantener un imperio de tales dimensiones no resultó sencillo, se presentaron enfrentamientos entre territorios, las ambiciones de poder entre los gobernantes y, en pocas palabras, constantes desintegraciones y reintegraciones entre los conquistados. A pesar de todo, el imperio romano sigue siendo el gran orgullo de la historia mediterránea, una etapa histórica que se ha ensalzado con peculiar interés por sus contribuciones a la cultura regional (e inclusive mundial). Como veremos, de 32


La memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio mundial

la etapa romana tenemos hoy una importante manifestación arquitectónica y artística que se ha buscado rescatar y conservar. A diferencia de las ciudades religiosas griegas, al imperio romano se le atribuyen edificaciones prácticas y estratégicas (como puertos, puentes, acueductos, canales, muelles, faros, palacios, caminos terrestres, centros públicos y otras grandes obras de la ingeniería monumental, estética y compleja del arte romano). Una visualización aproximada de los dominios romanos puede observarse en la figura 1.4. El aumento de las rivalidades entre los grupos bajo el yugo romano, así como el intento de instaurar el cristianismo como la religión del imperio fueron, dos de las causas principales de la división del imperio romano en su parte oriental y occidental alrededor del año 395. El Imperio Romano de Occidente comenzó a fragmentarse con el surgimiento del un mosaico creciente de grupos francos y germánicos en la zona, que terminaron por dividir de nuevo la zona entre el Reino de Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico. De esta etapa hay ciertas influencias culturales en el arte con la llamada arquitectura carolingia (edificios religiosos y algunos palacios). En la península ibérica se establecieron los visigodos, mientras que los vándalos lo hicieron en las costas mediterráneas africanas occidentales (el antiguo Cartago) ( J. H. Parry, 1991). Mientras tanto, el imperio romano de oriente se fundamentó como heredero de las tradiciones griegas, romanas y cristianas, también fue conocido como el imperio bizantino; bajo su seno tuvo auge el poder de la Iglesia cristiana pero económicamente se vio asediada por grupos del lejano oriente así como por el creciente imperio islámico. Nos interesa destacar de esta etapa histórica a Constantinopla como centro cultural del imperio y al arte bizantino plasmado en numerosas edificaciones de carácter religioso (como templos, catedrales y monasterios) que, a pesar de su gran estética y peculiaridades, en ocasiones son menospreciadas dentro de la memoria histórica mediterránea. Con el fin del imperio romano se dio paso a la Edad Media, que en la región mediterránea significó el ingreso impetuoso del imperio islámico como nueva potencia económica, política y cultural en la región. El Islam surge como una doctrina religiosa en la península arábiga pero, en parte debido a los problemas de desintegración europea, logró una rápida expansión entre los años del 662 hasta el 1236. Operó como un imperio teocrático basado en las conquistas militares y una administración política centralizada.

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Figura 1.4 Extensión aproximada del imperio romano

Fuente: Elaboración propia con base en Atlas Histórico Mundial, Akal, 2007 Figura 1.5 Área de expansión y dominio del Islam en el Mediterráneo

Fuente: Elaboración propia con base en Atlas Histórico Mundial, Akal, 2007

La expansión islámica llegaría desde Arabia hasta amplias porciones del imperio bizantino, también a territorios en Siria, Palestina, Persia, Egipto, gran parte del norte de África e inclusive a territorios visigodos al sur de la península ibérica ( Jaques Pirenne, 1974). 34


La memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio mundial

El área de expansión del Islam estaba conformada por pueblos de muy distinta tradición en los que se implantó una cultura en común no solo a través de la religión del Islam, sino de una lengua en común y un sistema económico monetario proclive en mantener un dominio comercial. El área de influencia islámica a través de sus diferentes etapas puede observarse en la figura 1.5. Especialmente, debemos resaltar que el esplendor musulmán también se manifestó materialmente a través del arte y la arquitectura muy visibles en la construcción de mezquitas y en las grandes ciudades como Córdoba, Toledo, Fez, Tahert, El Cairo y Aleppo. Aunque la cultura y presencia islámica tendría un gran impacto en corrientes artísticas mediterráneas como la mozárabe, mudéjar, morisca, etcétera, pocas veces son realzadas en la actualidad dentro de la memoria histórica (sin ser por ello menos importantes). Por muchos años la población musulmana de la región suplantó a los poderes comerciales mediterráneos con su marina mercante y la posesión de las rutas que iban desde Túnez hasta Egipto Con la presencia islámica en el mediterráneo algunas zonas continentales europeas quedaron aisladas y perdieron su tradicional libre acceso al mar. Especialmente el Reino de Francia se ve obligado a recurrir a enclaves agrícolas propiedades de un señor feudal y trabajados por sus siervos, es decir, estamos ante el origen del feudalismo europeo. A lo que a nosotros corresponde, podemos destacar que esta ausencia obligada de intercambios comerciales en algunas porciones mediterráneas, dejó también su huella en los paisajes mediterráneos franceses e italianos con los testimonios materiales de grandes castillos medievales, ciudades amuralladas, palacios reales, campos agrícolas. También surgieron corrientes culturales en estas circunstancias adversas como fueron el llamado arte carolingio (en basílicas, capillas e iglesias francesas); el arte románico con su estilo monumental que mezcla influencias romanas, bizantinas y mozárabes presentes en Francia, Italia y la península ibérica; así como el arte gótico aplicado especialmente a enormes obras caracterizadas por sus peculiares arcos y bóvedas en ojiva, presentes principalmente en catedrales y abadías francesas (Kinder, 2007). Mientras tanto, a diferencia del reino de Francia, en la península itálica se consolidaron dos territorios que fueron participando con los islámicos como intermediarios comerciales por su ubicación geográfica. El comercio mediterráneo da un giro con las consolidaciones de Génova, Pisa y Nápoles como puntos estratégicos y después con Sicilia y Venecia como nuevos centros económicos de la zona. Especialmente, los territorios marítimos de Génova y Venecia llegaron a acumular una gran cantidad de riquezas que en la actualidad están manifestadas en la opulencia y belleza artística de estas antiguas ciudades mediterráneas.

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Casi cerrando la etapa de la Edad Media mediterránea, inició el desarrolló de otro importante imperio derivado de la presencia islámica: el impero turco-otomano. Los turcos fueron parte de las guardias militares islámicas y pronto irían remplazando a los árabes, junto a sus aliados venecianos y genoveses, en el control político y económico mediterráneo. En su máximo esplendor, entre los siglos XVI y XVII se expandía por el sureste mediterráneo, el Medio Oriente y el Norte de África, limitando al oeste con Marruecos, al este con el mar Caspio y al sur con Sudán, Eritrea, Somalia y Arabia. La presencia turco-otomana imprimiría un sello particular a la región con su dominio militar, el control comercial y la centralización política. Para muchos territorios vecinos (especialmente en los actuales España, Francia e Italia) este dominio no fue bien visto, sino más bien tachado como un impedimento para el comercio con oriente (Kinder, 2007). Respecto a las manifestaciones culturales, los otomanos retomarían una rica mezcla de corrientes arquitectónicas bizantinas e islámicas adaptadas a los territorios conquistados, presentes en mezquitas y palacios de la ciudad de Estambul (antes Constantinopla), la cual fungió como sede del imperio. A pesar de la presencia de este imperio por cerca de seis siglos, en la actualidad la herencia otomana no ha sido tan revalorada como un componente fundamental de la memoria mediterránea por este manejo selectivo del pasado, como veremos más adelante. Con el auge del imperio otomano y el declive total del imperio bizantino se da oficialmente fin a la Edad Media en el Mediterráneo. Por su puesto vendrían otras importantes etapas históricas de gran relevancia que, sin embargo, no han estado tan presentes en las narrativas que han tratado de construir una memoria del pasado mediterráneo. Pareciera como si estas historias antiguas y medievales mediterráneas fueran su esencia pretérita, conservándose monumentos y sitios culturales de estas primeras etapas. Como veremos a continuación con el análisis de la composición y distribución de los sitios del patrimonio de la humanidad en la zona mediterránea, poca mención hay sobre el trascendental impacto del Renacimiento y sus efectos diferenciados en los territorios. Menos aún hay mención sobre las transformaciones sufridas a raíz del descubrimiento de América, cuando el Mediterráneo deja de ser el centro del comercio mundial. Tampoco hay mucho énfasis sobre el auge del absolutismo ni el despotismo ilustrado o los cambios a raíz del imperio napoleónico. Más alarmante aún es el silencio ante los crecientes nacionalismos y rivalidades que llevaron a proyectos imperialistas de algunos países mediterráneos hacia otras lejanas partes del mundo y, especialmente delicados, son los temas de las dos guerras mundiales, revoluciones sociales y proyectos fascistas que se dieron en el siglo XX.

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La memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio mundial

Actual construcción de la memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio de la humanidad Una vez analizados los antecedentes históricos de larga duración que han influido en la antigüedad del Mediterráneo, es posible interpretar cómo es el tipo de memoria histórica que algunos Estados de la región han intentado difundir de forma dominante, especialmente a través de los llamados sitios del patrimonio de la humanidad. Analizando la distribución, composición y rivalidades entorno a las designaciones de los sitios del patrimonio mundial asentados en el Mediterráneo, se pueden leer las conjugaciones entre espacio, tiempo y poder que se han venido destacando. El patrimonio mundial viene a representar la materialización y espacialización de diferentes lógicas territoriales; un proceso en el cual se destacan selectivamente algunos eventos históricos, o bien, se omiten ciertos periodos pasados, se traslapan antiguas disputas regionales o se preservan tradicionales centros de poder, todo con la intención de tratar de configurar una memoria regional. Las designaciones de sitios del patrimonio mundial se realizan siguiendo las normas marcadas por la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural instaurada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el año de 1972. La región europea, y el Mediterráneo en especial, jugarían un papel fundamental en la implementación de este acuerdo internacional. Desde entonces, este instrumento legal ha marcado las pautas a seguir en la materia, gozando de un amplio consenso y reconocimiento. La Convención del Patrimonio Mundial, grosso modo, obliga moralmente a los Estados a proteger los “monumentos, conjuntos y lugares” del patrimonio cultural y natural ubicados en sus territorios para el disfrute de generaciones futuras. El Estado, como máximo representante de la voluntad de sus ciudadanos, es el actor central que asume las responsabilidades en la política del patrimonio mundial. Los Estados se comprometen a establecer medidas jurídicas, políticas, económicas y educativas para la conservación cultural. Se da un fuerte énfasis a la cooperación técnica entre países para el rescate de bienes de importancia mundial. La Convención del Patrimonio Mundial, heredera de los miedos ante la destrucción de lugares históricos y monumentos en Europa durante las guerras mundiales, también determina hacer un inventario general de los sitios valiosos para la humanidad por su importancia estética e histórica para tratar de asegurar su permanencia. Ese inventario es mejor conocido como la Lista del Patrimonio Mundial y se caracteriza por inscribir anualmente a los sitios del patrimonio de la humanidad. A pesar de que originalmente la idea de un registro buscaba más un listado de prioridades de conservación, poco a poco se convirtió en un sinónimo de prestigio y en una lucha por figurar es este selecto catálogo mundial. 37


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La región del Mediterráneo fue semillero de los cánones bajo los cuales se erigen los valores del patrimonio de la humanidad. Es en un contexto europeo renacentista que se evidencia una intención por conservar ciertos bienes por su valor histórico civilizatorio. De hecho, la gran admiración que provocó contemplar y estudiar los vestigios del imperio romano, dieron origen a los primeros trabajos en los campos de la Arqueología, la Conservación y la Restauración. Los países de la región mediterránea fueron los que más participaron y promovieron la formación de un patrimonio mundial a través de lo marcado por la convención. Inclusive, varios de los primeros veinte Estados que ratificaron este instrumento internacional, fueron de esta zona: Argelia, Chipre, Egipto, Francia, Jordania, Marruecos, Siria y Túnez. En la actualidad, los países que tienen vecindad con el Mediterráneo suman en sus territorios un total aproximado de 249 sitios del patrimonio mundial (World Heritage List, 2013), sus nombre y características generales pueden consultarse en el mapa 1.8. y en la tabla 1.9. presentada al final de este capítulo. En su conjunto, estos sitios vienen a representar aproximadamente el 26% de los espacios patrimonio de la humanidad en todo el mundo, lo cual evidencia una alta concentración regional del patrimonio de la humanidad en los países mediterráneos. El tipo de sitios del patrimonio de la humanidad que han sido seleccionados para representar la memoria histórica regional privilegian principalmente las manifestaciones religiosas (principalmente cristiana), así como las corrientes arquitectónicas y artísticas de gran renombre (egipcia, romana, griega, románica, bizantina, gótica, renacentista, barroca, etcétera), revalorando también antiguos centros urbanos de poder económico, político y comercial. En menor proporción pero también importantes están los sitios que representan al patrimonio prehistórico y rupestre, los sitios naturales y el típico paisaje cultural mediterráneo. Dominan también representaciones del patrimonio militar y defensivo, así como de ciudades medievales y renacentistas. Mostrando un porcentaje indicativo del tipo de manifestaciones culturales realzadas a través de las selecciones de los sitios del patrimonio mundial en el mediterráneo, tenemos la representación gráfica 1.6. La distribución territorial de estos lugares nos permite observar no solo la concentración de los sitios del patrimonio mundial en el Mediterráneo, sino un visible dominio interior en la porción norte de la región (sobre todo en la Europa occidental y el llamado cercano Oriente).

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La memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio mundial

Figura 1.6 Tipología del patrimonio de la humanidad en el Mediterráneo

Fuente: Elaboración propia con base a datos del Centro del Patrimonio Mundial, 2013

La descripción tipológica particular de cada uno de los sitios del patrimonio mundial con mayor vecindad con el mar Mediterráneo, se halla detallada en la página electrónica y folletos informativos del World Heritage Center y se presentan de forma anexa a este ensayo. Como un análisis interpretativo sintético, puede decirse que el tipo de sitios elegidos por los países mediterráneos, así como los atributos históricosartísticos que les han sido asignados oficialmente, nos dan valiosas señales del tipo de memoria histórica que se ha intentado construir en el Mediterráneo por parte de los Estados Con una marcada tendencia geopolítica, se denota una concentración territorial de los sitios del patrimonio de la humanidad en algunos Estados mediterráneos –como puede observarse en el cuadro 1.1– ; situación que mantiene una correlación con su poderío e intentos por ejercer un liderazgo político, económico y en este caso cultural, dentro de la región.

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Cuadro 1.1 Total de sitios del patrimonio mundial por país mediterráneo, 2013

País -Italia -Grecia -España -Turquía -Francia - Túnez - Marruecos -Croacia - Israel -Argelia - Siria -Egipto -Líbano -Portugal -Libia -Serbia -Chipre -Malta -Eslovenia -Albania -Bosnia H -Montenegro Total

Total sitios patrimonio mundial en todo el país

Total sitios patrimonio mundial en vecindad con mediterráneo

47

40

17 44 11 38 8 9 7 7 7 6 7 5 14 5 4 3 3 3 2 2

17 16 11 8 8 7 7 7 6 6 5 5 3 3 3 3 3 2 2 1

2

1

249

164

Los efectos de la larga duración analizados en el apartado anterior se vislumbran en esta distribución: algunos antiguos centros comerciales, ciudades políticas relevantes, centros religiosos que ejercieron una importante influencia en el pasado mediterráneo, 40


La memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio mundial

trascienden hoy su papel para ser seleccionados en la Lista del Patrimonio Mundial, realzando un tipo de memoria histórica regional. Por ejemplo: Alepo, Atenas, Byblos, Cartago, Damasco, Dubrovnik, El Cairo, Estambul, Florencia, Génova, Hatusa, Marrakech, Micenas y Tirinto, Nápoles, Olimpia, Roma, Tebas, Tipasa, Toledo, Troya, Túnez, Venecia, Verona o Vicenza. El análisis de estos sitios también revela el privilegio a ciertas etapas históricas en el Mediterráneo: notablemente se ensalzan los vestigios prehistóricos de la civilización del hombre moderno, las huellas de la cultura griega y, mucho más evidente aún, los testimonios materiales monumentales del imperio romano. Con esto se lee la intención de reafirmar el ideal de la región mediterránea como la cuna de las grandes civilizaciones del mundo y, a su vez, rectificar la herencia romana como la gestora de la identidad regional. De forma contraria, se aminoran las huellas dejadas por otros grupos que hemos visto tuvieron una presencia importante anterior a los romanos como los cretenses, fenicios o, más recientemente, el imperio turco-otomano. Todo esto confirma un proceso selectivo de los fragmentos históricos que buscan resaltarse o excluirse pues, como nos recuerda Paul Ricœur (2004), el olvido y las omisiones son también formas de perfilar la memoria histórica. De forma paralela, destacan también los valores asociados al Mediterráneo como el semillero de las grandes expresiones artísticas y arquitectónicas, tanto de la región como del mundo entero. Por el eurocentrismo prevaleciente en el estudio y difusión de las corrientes de la historia del arte, los sitios del patrimonio mundial seleccionados reflejan una preferencia por las grandes ciudades y monumentos pertenecientes a ciertos periodos artísticos. Destaca una predilección por sitios y monumentos de la arquitectura romana, griega, románica, gótica, renacentista, barroca y neoclásica. A pesar de su esplendor, hay menos sitios patrimoniales que realcen el arte bizantino. Hay una notable desatención de los vestigios de las antiguas sociedades del Magreb, del arte egipcio, así como de las expresiones arquitectónicas islámicas (incluyendo el arte morisco, mudéjar, mameluco) y otomanas. También cabe señalarse que el pasado mediterráneo parece detenerse justamente en estos tiempos de esplendor antiguo pues, a diferencia de otras partes del mundo, no hay sitios de vecindad con el mar Mediterráneo elegidos por sus aportes a la arquitectura moderna. Otras características de estos sitios son que los tipos del patrimonio mundial ubicados en los países mediterráneos reflejan la prominencia de los valores relacionados con el apego simbólico y estratégico al mar. Varios de los sitios y monumentos patrimoniales, corresponden a ciudades costeras y ribereñas, paisajes e islas marítimas, canales, puertos, puentes, faros y otras infraestructuras navales.

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Así mismo, las rivalidades político-comerciales tan asiduas en el pasado mediterráneo se refleja en la conmemoración de algunas viejas edificaciones defensivas hoy considerados monumentos históricos como son fortalezas, ciudades fortificadas, baluartes, castillos, torres, etcétera. Otro punto notable que ya se mencionaba sobre el Mediterráneo como la cuna de las grandes religiones, es también un sello conmemorativo a través de los sitios del patrimonio de la humanidad. Hay un peso excesivo a la distinción de ciudades, villas, catedrales, capillas, monasterios y templos asociados con el cristianismo. En menor medida se realza el valor de medinas, mezquitas y alcázares referidos a la innegable relevancia del Islam. Y las ausencias se manifiestan en pocos sitios de la iglesia ortodoxa, del judaísmo o de las religiones de la porción africana del Mediterráneo. Y finalmente otro sello muy particular de los sitios del patrimonio de la humanidad ubicados en esta área, se asocian con el emblemático paisaje mediterráneo: pequeñas villas agrícolas, montañas escarpadas, cultivos vinícolas y zonas de pastoreo; numerosos sitios han sido elegidos para nutrir esta estampa representativa que ilustra al interior y al exterior la memoria regional. Llama entonces la atención, una predisposición regional por magnificar el valor histórico de espacios marítimos, comerciales, defensivos y religiosos de esplendor principalmente durante la antigüedad, la Edad Media y, en menor medida, el Renacimiento. Hay pocos sitios elegidos representando los períodos de la Ilustración y una omisión ante la historia moderna de colonialismo, guerras mundiales y desintegraciones imperiales suscitadas en el Mediterráneo. Como hemos venido puntualizando a lo largo de esta reflexión, en este proceso de selección de los sitios del patrimonio de la humanidad que representarán la memoria mediterránea, se han suscitado juegos de poder entre los países. Las rivalidades políticas y económicas actuales en la zona mediterránea son reflejadas en el asunto de la recuperación selectiva del pasado. En general, con fines analíticos podemos destacar tres aspectos en los cuales las rivalidades entre los países del mediterráneo se hacen más evidentes: los trabajos al interior de la Convención del Patrimonio Mundial, la lucha por el privilegio de poseer mayor número de sitios en la Lista del Patrimonio Mundial y el establecimiento de un tipo de discurso histórico nacionalista como representativo de toda la región mediterránea. Dentro de los trabajos de la Convención, los países mediterráneos más activos (Egipto, España, Francia, Israel e Italia) han mantenido diferentes rivalidades. Las rivalidades van desde buscar ser sedes de las reuniones, hasta tratar de ser parte del selecto grupo de los 21 países que forman el Comité del Patrimonio Mundial (el órgano que finalmente decide inscribir o no un sitio como patrimonio de la humanidad). Además, varios revanchismos han evitado una acción mediterránea conjunta, suscitándose 42


La memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio mundial

varios episodios de oposiciones entre delegaciones, como los casos de Francia contra Egipto, Israel contra Siria, el bloque islámico en contra del bloque europeo. Por su parte, revisamos que tres países mediterráneos despuntan con mucho al resto de los Estados de la zona en cuanto a títulos totales de patrimonio de la humanidad en sus territorios; Italia (47 sitios), España (43 sitios) y Francia (38 sitios) los cuales contienden para mantenerse como los líderes no solo regionales, sino mundiales en esta materia. En una entremezcla de nacionalismo, prestigio y dominio, estos países entran en rivalidad ejerciendo una presión para dar prioridad a este asunto en sus políticas exteriores como parte de una estrategia geopolítica. Ahora bien el establecimiento de un tipo de memoria histórica mediterránea con un enfoque nacionalista, se refiere al hecho de que cada uno de los países, a través de los sitios patrimoniales que proponen y los argumentos de valor que resaltan, tratan de realzar ciertos aspectos del pasado como representativos de toda la zona. Por ejemplo, Francia y su prioridad a la arquitectura románica y gótica (Aviñon), así como a ciudades medievales (Carcasonne, Arles), resalta algunos vestigios romanos (Puente del Gard, teatro romano en ciudad de Orange) y da un enfoque peculiar al paisaje pastoril típico del mediterráneo. España y su propensión hacia rutas culturales, resaltando la peculiar importancia que dan a la herencia mora (Alhambra en Granada, Alcázar en Sevilla, centro histórico de Córdoba), es también de los pocos países mediterráneos que poseen y resaltan los paisajes naturales (parque Doñana, Ibiza, Serra de Tramuntana). Italia por su parte, otorga un visible énfasis a los vestigios del imperio romano, otorgando también especial relevancia a los testimonios de la religión católica, las grandes obras del renacimiento y los grandes centros políticos-comerciales (Nápoles, Florencia, Roma, Génova, Venecia). Atravesada por todas estas influencias pasadas y presentes, es así como en conjunto se ha venido perfilando un proceso patrimonialista para tratar de configurar la memoria histórica mediterránea, una memoria construida selectivamente con retazos del pasado, profundamente territorializada y atravesada por los intereses presentes de una región anclada entre el ayer y el hoy.

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Conclusiones Entender qué es actualmente el Mediterráneo, nos lleva a cuestionarnos cómo ha sido en el pasado. Hablamos del complejo proceso de dotar de una identidad a esta compleja región marcada por el encuentro milenario entre muy distintos grupos sociales, donde confluencias y diferencias culturales se potencializan en este punto estratégico del mundo. Analizar la memoria histórica del mediterráneo a través de la geopolítica con la interrelación entre espacio, tiempo y poder, permite entender que el complejo pasado mediterráneo es apropiado y reconstruido continuamente. En este proceso prevalecen luchas de fuerza entre distintos grupos para tratar de construir una memoria hegemónica mediterránea, a través de selectivos eventos del pasado y narrativas oficiales de rememoración, condensados en ciertos monumentos, sitios y lugares históricos. No se trata solamente del pasado, sino de ciertos eventos realzados u omitidos de ese pasado. Donde en una extensión de la larga duración, antiguos dominadores regionales se realzan u oscurecen dentro de una relectura del ayer. Actualmente, a través de los sitios del patrimonio de la humanidad ubicados en la región mediterránea, se muestra un paisaje fragmentado que prioriza y estigmatiza ciertas etapas de la historia “gloriosa” regional, con un fuerte énfasis en la vocación comercial, marítima y religiosa vivida en la antigüedad. El resultado es presentar al Mediterráneo como una zona-museo de importancia mundial pero encasillada en una época de esplendor de ciertos grupos poderosos, negando la complejidad de una zona más bien marcada por el encuentro y la fusión. En coincidencia con Samir Naïr, “el Mediterráneo tanto del sur como del norte está tremendamente vinculado en el ámbito cultural, pero las representaciones, por ser superficiales y dogmáticas, disimulan dichos nexos” (1997: 261). En este sentido, seguir tratando de construir una memoria histórica regional asimétrica que fomente un olvido de la periferia mediterránea, evitará afianzar lazos y puentes histórico-culturales tan necesarios para el devenir de este territorio.

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Figura 1.7 Sitios del patrimonio mundial en vecindad con el Mediterráneo

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Tabla 1.2 SITIOS DEL PATRIMONIO MUNDIAL EN EL MEDITERRÁNEO

Sitios patrimonio mundial vecindad mediterráneo

Tipología

PORTUGAL 1. Paisaje Cultural de Sintra

2. Centro histórico de Évora

3. Monasterio de los Jerónimos y Torre de Belém

ESPAÑA 4. Alhambra, Generalife y Albaicín de Granada 5. Conjunto Arqueológico de Tarragona

6. Catedral, Alcázar y Archivo de Indias de Sevilla 7. Paisaje cultural de la Serra de Tramuntana

8. Centro histórico de Córdoba 9. Ciudad histórica fortificada de Cuenca 10. La Lonja de la Seda de Valencia 11. Arquitectura Mudéjar de Aragón 12. Palau de la Música Catalana y el Hospital de Sant Pau 13. Palmeral de Elche

14. Monasterio de Poblet

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Paisaje cultural de ciudad mezcla de arquitectura gótica, egipcia, morisca, romántica. Ciudad de orígenes romanos y esplendor medieval básica en identidad portuguesa Cuna de la ciudad de los descubrimientos marítimos y monasterios religiosos Núcleo medieval de Granada Ciudad administrativa y mercantial central para el imperio romano en la península ibérica Catedral y alcázar Ejemplo de infraestructura hidrológica en una ciudad medieval Ciudad de mezcla de arquitectura morisca y cristiana Ciudad medieval fortificada Ciudad mercantil mediterránea Arquitectura mudéjar Edificios de art nouveau Huertos de palmeras que atestiguan técnicas agrícolas árabes en Europa Monumento religioso, abadía cistirciense, panteón de los reyes de Cataluña y Aragón


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15. Conjuntos monumentales renacentistas de Úbeda y Baeza

16. Arte rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica

17. Obras de Antoni Gaudí 18. Parque Nacional de Doñana 19. Ibiza, biodiversidad y cultura

Ciudades de origen árabe que después absorberían los influjos del renacimiento italiano Arte rupestre en litoral del mediterráneo del final de la prehistoria Obras de Gaudí de finales de s.XIX y principios XX Zona natural de ecosistema ribereño, de río gudalquivir Interacción ecosistemas marinos y costeros especies endémicas del mediterráneo

FRANCIA 20. Arles, monumentos romanos y románicos

Ciudad antigua de transición medieval y arquitectura romana y románica 21. Canal du Midi Infraestructuras hidráulicas para unir el Mediterráneo con el Atlántico 22. Ciudad episcopal de Albi Ciudad episcopal de estilo gótico 23. Centro histórico de Aviñón Ciudad en apogeo en la cristiandad con estructuras defensivas y religiosas 24. Ciudad histórica fortificada de Carcasona Ciudad fortificada medieval 25. Pont du Gard (Acueducto Romano) Puente diseñado por los romanos para cruzar el río Gard 26. Teatro romano y “Arco de Triunfo” de Orange Uno de los teatros romanos mejor conservados 27. Los Causses y Cevennes, Mediterráneo agro-pastoral Paisaje Paisaje de montaña y de la Cultural vida agrícola y pastoril del Mediterráneo ITALIA 28. Palacio Real Caserta, acueducto de Vanvitelli y Complejo de Palacio real con influencias de los San Leucio ideales de la Ilustración 29. Zona Arqueológica y la basílica patriarcal de Aquilea Una de las ciudades más grandes y ricas del imperio romano

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30. Zona arqueológica de Agrigento

Fundada como colonia griega pero con importancia estratégica en el Mediterráneo 31. Pompeya, Herculano y Torre Annunziata Ciudades del imperio romano que quedaron destruidas por la erupción del volcán Vesubio 32. Asís, la Basílica de San Francisco y sitios franciscanos Ciudad medieval donde nació la orden religiosa de San Francisco 33. Jardín Botánico (Orto Botanico), Padua Considerado el primer jardín botánico en el mundo 34. Castel del Monte Castillo militar medieval 35. Catedral, Torre Cívica y Piazza Grande, Módena Catedral de arquitectura románica 36. Iglesia y Convento de Santa Maria delle Grazie Convento donde se encuentra la pintura de “La última cena” de Leonardo da Vinci 37. Parque Nacional Cilento y Vallo di Diano con los sitios Refugios y asentamientos dentro arqueológicos de Paestum y Velia y la Certosa di Padula de parajes montañosos en una antigua ruta comercial 38. Ciudad de Verona Ciudad que nació como fortaleza militar en la antigüedad y perduró en el Renacimiento y la Edad Media 39. Ciudad de Vicenza y villas de Paladio en Veneto Ciudades y villas que surgieron durante el dominio de Venecia 40. Costiera Amalfitana Ciudades costeras medievales que alternan paisajes naturales y pequeñas urbes 41. Crespi d’Adda Primeros establecimientos habitacionales para trabajadores industriales de finales del s. XIX 42. Los primeros monumentos cristianos de Rávena Sede del imperio romano en el s. V y ciudad que muestra una fusión de estilos arquitectónicos orientales y occidentales 43. Necrópolis etruscas de Cerveteri y Tarquinia Antiguos cementerios etruscos 44. Ferrara, ciudad renacentista, y su delta del Po Centro intelectual y artístico del Renacimiento

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45. Génova: Le Strade Nuove y el sistema Rolli Palazzi dei

Palacios privados y sede del poder en el centro de la poderosa Génova del Renacimiento 46. Centro histórico de Florencia La ciudad símbolo del esplendor artístico alcanzado en el Renacimiento 47. Centro histórico de Nápoles Una ciudad históricamente valiosa que refleja la influencia de múltiples poderes regionales 48. Centro Histórico de Roma, los bienes de la Santa Sede en la Primer centro del imperio romano Ciudad que goza de derechos de extraterritorialidad y San Paolo y capital del cristianismo que Fuori le Mura adquiriría un gran valor simbólico regional 49. Centro histórico de San Gimignano Ciudad feudal que sirvió como paso de rutas religiosas 50. Centro histórico de Siena Ciudad medieval de belleza peculiar por su fusión con el paisaje 51. Centro Histórico de la Ciudad de Pienza Ciudad toscana del Renacimiento 52. Centro histórico de Urbino Ciudad renacentista que logró ser un importante centro artísticocultural 53. Ciudades del barroco tardío del Valle de Noto Pequeñas ciudades de arquitectura barroca 54. Mantua y Sabbioneta Ciudades que reflejan el diseño, arquitectura y arte del Renacimiento 55. Piazza del Duomo, Pisa Monumentos de arquitectura medieval de gran fama mundial, que incluyen la “Torre de Pisa” 56. Portovenere, Cinque Terre y las Palmaria, Tino y Tinetto Paisaje cultural de pequeñas ciudades costeras ubicadas en terrenos escarpados 57. Su Nuraxi di Barumini Arquitectura prehistórica defensiva desarrollada desde la Edad de Bronce y extendida hasta el período cartaginés

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58. Siracusa y la necrópolis rupestre de Pantalica 59. El Trulli de Alberobello

60. Los Sassi y el Parque de las iglesias rupestres de Matera

61. Val d’Orcia 62. Venecia y su Laguna

63. Villa Adriana (Tivoli)

64. Villa d’Este, Tivoli 65. Villa Romana del Casale

66. Isole Eolie (Islas Eólicas)

ESLOVENIA 67. Cuevas Škocjan CROACIA 68. Conjunto episcopal de la basílica de Eufrasio en Poreč 69. Ciudad histórica de Trogir

70. Núcleo histórico de Split con el Palacio de Diocleciano

71. Ciudad vieja de Dubrovnik

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Importantes vestigios de la época griega y romana Viviendas de piedra caliza que se piensa se basan en técnicas prehistóricas Asentamientos trogloditas que recibirían otras influencias culturales en el Mediterráneo Paisaje agrícola y pastoril de los valles italianos Antigua ciudad potencia marítima del s. X de una gran riqueza arquitectónica y artística Antigua ciudad que presenta una influencia de arquitectura egipcia, griega y romana Clásico jardín europeo de refinado estilo renacentista Ciudad que muestra la labor agrícola que realizó el imperio romano Islas volcánicas mediterráneas que ejercieron gran influencia en el desarrollo de la Geología formaciones geológicas peculiares al interior de cavernas naturales lugares de culto de la cristiandad desde el siglo IV Ciudad mezcla de estilos románicos, renacentistas y barroco Catedral de la Edad Media con mezclas de arquitectura gótica, renacentista y barroca Ciudad potencia mediterránea en el s. XIII


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72. Stari Grad Plain 73. La Catedral de St James en Šibenik

BOSNIA-HERZEGOVINA 74. Barrio del Puente Viejo en el centro histórico de Mostar SERBIA 75. Monumentos medievales de Kosovo

76. Stari Ras y Sopocani

ALBANIA 77. Butrint

78. Centros históricos de Berat y Gjirokastra

GRECIA 79. Acrópolis, Atenas

80. Sitio arqueológico de Aigai (actual nombre Vergina) 81. Sitio arqueológico de Delfos 82. Sitio arqueológico de Mystras

83. Sitio arqueológico de Olimpia

paisaje de antigua ciudad agrícola de orígenes griegos Catedral católica que da muestra de la fusión entre estilos gótico y renacentista Antigua otomana

ciudad

fronteriza

Monumentos del Medievo con mezcla de arte bizantino y románico occidental Ciudad medieval que muestra inicios del contacto bizantino y mundo occidental Ciudad griega, después romana, luego sede obispado y posterior ciudad medieval De los únicos ejemplos de ciudad otomana preservada con sus típicas casas-torretas Ciudad dominante en el período de la antigüedad griega símbolo de la civilización occidental Primera capital del reino de Macedonia Centro religioso del mundo griego Ruinas ciudad medieval ocupada por bizantinos, turcos y venecianos Ruinas de templos y sede de los juegos olímpicos de la Grecia antigua

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84. Sitios arqueológicos de Micenas y Tirinto

Dos de las ciudades más importantes de los micenas que dominaría el mediterráneo oriental 85. Delos Antiguo punto comercial y santuario en una isla durante la civilización griega 86. Centro histórico (Chorá) con el monasterio de San Juan Isla donde se ubica el monasterio donde escribió San Juan Bautista el Apocalipsis 87. Ciudad medieval de Rodas Ciudad mezcla de presencia griega, otomana, italiana con arquitectura mixta 88. Monasterios de Dafni, Hosios Loukas y Nea Moni de Quíos Monasterios ejemplares del arte bizantino 89. Ciudad vieja de Corfú Típica ciudad portuaria fortificada del mediterráneo 90. Monumentos paleocristianos y bizantinos de Tesalónica Ciudad portuaria con claras muestras de arquitectura bizantina y paleocristiana 91. Pythagoreion y Heraion de Samos Pequeña isla habitada por las grandes potencias dominantes del mediterráneo 92. Santuario de Esculapio en Epidauro Sitio con vestigios de templos griegos de la ciudad estado Epidauro 93. Templo de Apolo Epicuro en Bassae Templo del siglo V mezcla de estilo arcaico y dórico 94. Meteora Monasterios sobre pilastros de arenizca construidos en el renacimiento 95. Monte Athos Centro religioso ortodoxo TURQUÍA 96. Sitio arqueológico de Troya cuna de la arqueología, contacto entre bárbaros y mundo mediterráneo 97. Hattusha: la capital hitita antigua capital del imperio hitita

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98. Zonas históricas de Estambul

ciudad geopolítica clave influida por los grandes imperios mediterráneos 99. Selimiye Mezquita y su Complejo Social Mezquita y minaretes monumentales de antigua ciudad otomana 100. Xanthos-Letoon Ciudad funeraria mezcla de la influencia licia y griega 101. Parque Nacional de Göreme y sitios rupestres de Capadocia santuarios rupestres y de arte bizantino 102. Hierápolis-Pamukkale monumentos griegos junto con paisajes naturales de rocas calcáreas CHIPRE 103. Choirokoitia De los pocos asentamientos neolíticos en el mediterráneo 104. Iglesias pintadas de la región de Troodos Iglesias y monasterios bizantinos 105. Paphos antiguo templo griego MALTA 106. Ciudad de Valeta Capital mezcla de la presencia fenicia, griega, romana, cartaginense y otros mediterráneos 107. Hal Saflieni Necrópolis prehistórica subterránea 108. Los templos megalíticos de Malta Templos megalíticos de la edad de bronce SIRIA 109. Ciudad Antigua de Alepo Ciudad comercial mezcla de presencia hitita, asiria, árabe, mongola, mameluca y otomana 110. Antigua ciudad de Bosra Punto central de caravanas que iban a la Meca, mezcla de arquitectura árabe y romana 111. Ciudad vieja de Damasco Ciudades más antiguas del oriente medio, con auge en la Edad Media

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112. Antiguas aldeas del norte de Siria

113. Crac des Chevaliers y Qal Salah El-Din 114. Sitio de Palmira LÍBANO 115. Anjar

Ciudades ejemplo de la transición del imperio romano al mundo bizantino Castillos de la época de las cruzadas Mezcla de la arquitectura grecorromana y tradiciones persas

testimonio único del urbanismo de los omeyas 116. Baalbek centro ceremonial fenicio, griego y romano 117. Byblos ciudad más antigua de Líbano con varias ocupaciones, asociada a mito de la cuenca del Mediterráneo 118. Ouadi Qadisha (Valle Sagrado) y el Bosque de los cedros de asentamientos monásticos Dios (Horsh Arz el-Rab) cristianos 119. Tiro ciudad fenicia y ruinas de los romanos ISRAEL 120. Lugares sacros bahaíes en Haifa y Galilea Occidental testimonios de la peregrinación religiosa bahahí 121. Tels. bíblicos - Megido, Hazor y Beer Sheba vestigios de asentamientos urbanos prehistóricos (“tells”) en el mediterráneo oriental 122. Ruta del incienso - Ciudades del desierto del Neguev punto de llegada de la ruta del comercio del incienso y la mirra que dominó entre la península arábiga y el mediterráneo 123. Ciudad Vieja de Acre ciudad portuaria fortificada con presencia fenicia, romana, israelita, otomana 124. Ciudad Blanca de Tel-Aviv - El Movimiento Moderno urbanismo orgánico moderno, ciudad de 1909 EGIPTO 125. Abu Mena Ciudad santa paleocristiana 126. El Cairo Histórico Capital centro del mundo islámico 54


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127. Menfis y su necrópolis - Zonas de las pirámides desde Giza monumentos funerarios hasta Dahshur paradigmáticos del imperio egipcio 128. Área de Saint Catherine Monasterio, montaña y otros sitios emblemáticos para el crisitanismo, islamismo y judaísmo 129. Wadi Al-Hitan restos fósiles de medio oceánico LIBIA 130. Sitio arqueológico de Cirene Una de las más importantes ciudades griegas y luego romanas 131. Sitio arqueológico de Leptis Magna Una de las más bellas ciudades romanas 132. Sitio arqueológico de Sabratha Punto fenicio y númida de entrada entre el interior de África y el mediterráneo TÚNEZ 133. Anfiteatro de El Jem Ruinas del coliseo romano de áfrica del norte 134. Sitio arqueológico de Cartago Capital del imperio de los cartaginenses 135. Dougga / Thugga Capital de importancia durante la guerra púnica (Cartago vs Roma) 136. Kairouan Primera ciudad Santa del Magreb 137. Medina de Sousse Otra de las primeras ciudades defensivas construidas por el Islam 138. Medina de Túnez Una de las ciudades más ricas e importantes del mundo islámico 139. Ciudad púnica de Kerkuane y su necrópolis Única ciudad fenicia con rastros púnicos (cartagineses) 140. Parque Nacional de Ichkeul Zona natural de lagos y humedales ARGELIA 141. Al Qal’a de Beni Hammad Ciudad fortificada musulmana 142. Djémila Urbanismo romano en zona montañosa 143. Kasbah de Argel Ejemplo de medina mezcla de mundo islámico y otomano

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144. Timgad

Colonia militar construida por los romanos Factoría cartaginense conquistada por Roma, además vestigios fenicios, romanos, paleocristianos y bizantinos

145. Tipasa

MARRUECOS 146. Sitio arqueológico de Volubilis 147. Ciudad histórica de Meknes 148. Medina de Fez

149. Medina de Tetuán (Antigua Titawin)

Puesto de avanzada militar del imperio romano Ciudad militar de arquitectura hispano-morisco Temporal capital del imperio islámico que conservó su importancia como centro de poder Punto de contacto entre imperio islámico y Andalucía en la conquista de la península ibérica

Fuente: Elaboración propia con base en Centro del Patrimonio Mundial, 2013

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La memoria histórica del Mediterráneo a través de los sitios del patrimonio mundial

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LOS CENTROS DE PODER EN EL MEDITERRÁNEO ACTUAL: UN ANÁLISIS GEOPOLÍTICO

Mercedes Eloisa Pereña y Gili1

Introducción El Mediterráneo con una extensión de 2.5 millones de kilómetros cuadrados, con sus 46 mil kilómetros de costa y con poco más de 450 millones de personas, ha sido considerado, históricamente y en las primeras décadas del siglo actual, como una de las principales zonas de tensión geopolítica mundial, donde se han llevado a cabo los grandes juegos de poder. Desde una perspectiva espacial, se puede calificar como una encrucijada geopolítica, región en la que se despliegan y entrecruzan –conflictiva o colaborativamente– un conjunto de intereses de poder, fuerzas y redes de los actores geopo-líticos, en torno a recursos y posiciones con el propósito de tener presencia, influencia, proyección y/o de hegemonía (Lexikon. Geopolítica XXI). El objetivo de este capítulo es analizar los centros de poder, los actores geopolíticos y señalar cuáles son las claves geopolíticas que determinan el control e influencia en el Mediterráneo en las primeras dos décadas del siglo XXI. El concepto de polo o centro político designa todo punto que juega un papel de mando, concerniente al ejercicio del poder y que participa en la estructuración de los territorios políticos, es el centro de decisión. La expresión claves geopolíticas se utiliza en este trabajo para mostrar y explicar los factores y condiciones geopolíticas actuales más importantes en esta región. Mercedes Eloisa Pereña y Gili. Doctora en Ciencias Políticas y Sociales, en la orientación de Relaciones Internacionales, por la UNAM. Maestra y licenciada en Geografía por la misma institución educativa. Profesora de Carrera de la UNAM, adscrita a la División de Ciencias Socioeconómicas en la FES Acatlán. Correo electrónico: mercedespg@yahoo.com 1

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Mercedes E. Pereña y Gili

El texto se ha dividido en tres apartados. En el primero se hacen algunas precisiones conceptuales que se han utilizado como marco para el desarrollo de esta investigación; en el segundo se examina concisamente la transición de poder en la región mediterránea realizada desde los centros de poder subrayando las innovaciones tecnológicas en el campo del desarrollo de la navegación, como son los nuevos tipos de embarcaciones, de instrumentos de navegación y avances de la cartografía; y en el tercer apartado se realiza un análisis geopolítico de los centros de poder actuales y de los nuevos poderes en el Mediterráneo; para finalizar con una breve reflexión sobre el tema desarrollado. Precisiones conceptuales

• Se considera a la cuenca del Mediterráneo como escenario geopolítico, como la zona

donde se manifiesta lo que está en juego: la competencia por el poder o influencia entre los actores. Está integrado por un conjunto de condiciones geográficas, económicas, tecnológicas, sociales, culturales, políticas y estratégicas que le imprimen características particulares y que permite entender las condiciones geopolíticas de ese espacio y percibir su posible evolución. El marco político del espacio está constituido por territorios delimitados por fronteras, interrelacionados por redes que constituyen líneas políticas fundamentales regidas por los polos o centros. Territorios, líneas y polos configuran una geometría inherente al espacio político siendo el mar Mediterráneo el escenario geopolítico. Figura 2.1 Territorio político, centro de poder, escenario geopolítico

Fuente: Elaboración propia

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Los centros de poder en el Mediterráneo actual: un análisis geopolítico

Las redes son un factor fundamental del dominio del espacio o control del territorio, su trazado es político y económico y se conforman de acuerdo a relaciones de fuerza: la dominación de un polo sobre un espacio y de consideraciones estratégicas. Apoyan tanto los flujos concretos como las transferencias de riquezas; estructuran los territorios políticos y son escenarios importantes, aun en ocasiones, superiores a los espacios donde se localizan. El desarrollo económico es sinónimo de redes densas. Existen diversas formas de redes, entre ellas pueden señalarse las redes arborescentes como es el caso de los centros de poder que se localizan en la cuenca del Mediterráneo, que se difunden a partir de un núcleo o centro único, situado en uno de sus extremos. 2 Los juegos de poder. El término “gran juego” o “juego de poder” se acuñó a mediados del siglo XIX para describir la rivalidad entre Rusia y Gran Bretaña, después se utilizó en la dos guerras mundiales y también durante la guerra fría. La utilización de la expresión “juego” es útil para describir la gran rivalidad entre naciones y sistemas económicos y en la época actual, como el autor Eric Waldberg (2011) señala en su libro, esta rivalidad se caracteriza por una gran variedad de juegos –en distintos escenarios– y con muchos y diversos jugadores.3 El Mediterráneo como espacio es el escenario geopolítico donde se realizan los juegos de poder. • Los centros de poder, que son los centros de decisión y mando en el ejercicio del poder presentan, en primer lugar, condicionantes geográficos (posición, recursos y una calificada y numerosa población), en segundo lugar, capacidad económica (desarrollo de las fuerzas productivas, desarrollo tecnológico e innovación) y poderío militar: efectivos, armamento, estrategia y táctica militar; en tercer lugar un gobierno con capacidad de ejercer una política fuerte, con paz interna relativa, y que posee la capacidad de influir en el exterior y lograr cierta cohesión y alianzas y por último, posee voluntad política. • Las claves geopolíticas muestran y explican los factores y condiciones geopolíticas más importantes, ya que en esencia, el término geopolítica se refiere al uso de la política en el control de territorios en los cuales las condiciones socio-políticas y los recursos que poseen les han dado un valor estratégico. A continuación se examinan los

Los otros tipos de redes, además de las arborescentes, pueden ser a) reticulares, caracterizadas por una trama regular, homogénea y con buena conectividad; b) radiales, en forma de estrella, en la cual desde un polo o metrópoli se conecta radialmente con las regiones que la rodean y c) redes lineares, las más simples que consisten en un solo eje (líneas ferroviarias, fluviales, etc). (Rosière, 2003) 3 En francés se utiliza el término “enjeux géopolitique”. Algunos autores emplean en español la palabra encrucijada geopolítica, entendida como el ámbito espacial donde se despliegan y entrecruzan intereses de poder, fuerzas y redes de los actores geopolíticos en torno a recursos y posiciones con un propósito de presencia, de influencia, de proyección y/o de hegemonía. 2

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aspectos geográficos que han tenido particular valor geopolítico en distintos momentos históricos y contextos políticos:4 1. El espacio y la expansión territorial. En geopolítica el espacio es el objeto de las rivalidades entre los diversos centros de poder. En un principio los geopolíticos veían la expansión del territorio, en su afán de extender su “espacio vital”, como la base de lograr mayor poder. 2. La situación geográfica y posición jerárquica en el sistema internacional. Es indiscutible la importancia de la localización en el mundo de cada Estado y con relación a ella el acceso y la facilidad de las comunicaciones, unida a la posición jerárquica que en cada momento histórico ha ocupado cada país en el sistema internacional imperante. 3. La posesión de recursos naturales valiosos. Motivaron exploraciones y conquistas y ha sido reconocida como una gran fuente de conflictos internacionales que han derivado históricamente en el establecimiento de imperios coloniales y la gran proliferación en el mundo contemporáneo de empresas transnacionales y de corporaciones multinacionales mineras, petroleras, etc. 4. El control del acceso a puntos estratégicos y de las vías de comunicación. También los conflictos geopolíticos entre las grandes potencias fueron con relación a controlar el acceso a puertos estratégicamente localizados, canales, estrechos, ríos navegables, considerados vitales para el comercio internacional y las operaciones navales. A medida que la tecnología avanzó los aeropuertos, estaciones de radar y plantas nucleares, alcanzaron importancia estratégica. 5. La seguridad ha sido siempre un elemento esencial para los Estados y desde el punto de vista geopolítico está intrínsecamente relacionada con su poder en el mundo. La seguridad ha variado en los distintos momentos históricos y se han utilizado tanto la fuerza militar y económica, como la política y la diplomacia, por ejemplo las alianzas y los acuerdos. Actualmente la mayor amenaza para las potencias proviene de los elementos que atentan contra su seguridad y ya no son únicamente otros Estados rivales, puede mencionarse al terrorismo, la migración, el narcotráfico y la delincuencia organizada, los disturbios y revueltas que alteran el equilibrio, etc. 6. El control de la producción y/o transporte de recursos naturales valiosos: petróleo, gas, agua, minerales. Al mismo tiempo que la disputa y competencia por el control de recursos naturales valiosos y/o vitales como el petróleo, gas, Entre las referencias bibliográficas de apoyo sobre esta temática pueden consultarse: Parker (1998) Geopolitics: Past, Present and Future; Cohen-Tanugi (2008) The Shape of the World to come: Charting the Geopolitics of a New Century; Taylor (1994) Geografía Política. Economía-mundo; Estado-nación y localidad; Agnew (1998) Geopolitics, Re-visioning World Politics; O’ Tuathail (1998) The Geopolitics Reader. O’ Tuathail (1996) Critical Geopolitics. 4

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Los centros de poder en el Mediterráneo actual: un análisis geopolítico

agua, minerales, maderas, tierras cultivables, cuya demanda se incrementa aceleradamente con el crecimiento de la población mundial y la emergencia en el escenario internacional de potencias económicas emergentes convierten a este factor en una clave geopolítica de gran importancia. En un lado de esta ecuación puede encontrarse a Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia, Japón y China que buscan el dominio –control– de la producción y transporte de estos recursos y, en el otro lado, los grupos locales, que quieren monopolizar los ingresos generados por su explotación.

• Los actores estatales que participan en un espacio geopolítico en un momento

determinado, pueden ser de dos tipos, como señala Zbigniev Brzezinski (1997); por un lado, los actores estratégicos que son Estados que tienen la capacidad o el potencial (económico, militar y de gobierno) y la predisposición o voluntad para ejercer poder o influencia más allá de sus fronteras; y por otro, los actores pivote o claves que son aquellos Estados que deben su importancia geopolítica –no tanto a su poder o motivación– sino a su estratégica localización, así como a los efectos que su localización tendría ante otros actores geoestratégicos. En el caso de la cuenca del Mediterráneo en el momento actual, los actores estratégicos son la Unión Europea, Estados Unidos y China y como actores pivote pueden señalarse a Rusia, Israel, Turquía, Egipto e Irán. • El contexto actual está caracterizado por la intensa interdependencia mundial, es el mundo de la globalidad. Definida como un estado o condición del mundo en donde existen redes de interdependencia de gran alcance “vinculadas a través de los flujos y las influencias de los capitales y de las mercancías, de la información y de las ideas, de las personas y del trabajo, así como de sustancias que tienen importancia ambiental y biológica” (Keohane y Nye, 2009: 376). Para Castells “la globalización y la revolución tecnológica han sido capaces de transformar los tres pilares básicos en los que se basa una sociedad: la manera de producir, la manera de vivir y las formas de gobierno” (citado por Nogué y Vincent, 2001:15). • Un nuevo poder en la actualidad: el ciberpoder. En el análisis sobre los tipos y el futuro del poder, Joseph Nye (2011) afirma que el poder siempre depende del contexto y el rápido ascenso del ciberespacio ha dado lugar a un nuevo contexto en la política mundial. Entre los atributos de este nuevo poder pueden mencionarse, el bajo costo de participación y el anonimato que permite que los actores menos poderosos puedan tener capacidad de ejercerlo a través del ciberespacio, reduciendo las asimetrías existentes en el sistema internacional y posibilitando su participación en la política mundial, con los riesgos que esto puede conllevar. La geografía del ciberespacio es mucho más cambiante que la de otros espacios, ya que las montañas y ríos son difíciles de mover, pero el ciberespacio en un determinado lugar o circunstancia puede ser activado o

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desactivado, con el pulsor (click) de una computadora o por un interruptor de luz.(op. cit. 124) • El hecho de que la información haya sido siempre una fuente de poder, no es nuevo, lo que si es nuevo es el ciberpoder –también llamado poder cibernético–. Como reitera Nye, además de incluir la infraestructura, redes, software y habilidades humanas, se refiere específicamente a la habilidad para usar el ciberespacio para crear ventajas e influenciar acontecimientos en él o en otros espacios. Como se señala en el Atlas Geopolítico Le Monde diplomatique en español (2011:44), la difusión mundial de las redes de comunicación y en particular el internet, además de ser una fuente potencial de desarrollo y democracia, genera simultáneamente nuevos controles y tiene la capacidad de convertirse en un poder geoestratégico esencial para la educación y la información; puede verse como una herramienta de libertad y al mismo tiempo de dependencia. A través de las redes sociales se traspasan y rompen espacios virtuales de interacción, fronteras entre lo público y lo privado, entre individualidad y sociabilidad, entre lo real y lo virtual y son difuminados los límites entre tiempo y espacio (Rodriguez, 2011). La irrupción de las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) en la vida cotidiana, en las relaciones sociales, en los negocios y la actividad económica, en la comunicación política y en los procesos institucionales y organizacionales, abren las perspectivas hacia nuevas formas de relacionarse, de producir, de construir, de inventar, de imaginar. La transición de poder de los Estados. Los centros de poder a lo largo de la historia del Mediterráneo: ejemplos más significativos El objetivo de este apartado es revisar algunos ejemplos históricos significativos respecto a las distintas potencias de la cuenca del Mediterráneo, que lograron dominar o controlar políticamente o ejercer una gran influencia comercial o cultural, que permitan explicar la transición de poder. Dicha expansión o dominio se llevó a cabo siempre a partir de una ciudad, núcleo o polo que, además de estructurar el territorio político, fue desde donde se ejerció el poder como el centro de decisión, mando y control. Como se mencionó anteriormente se caracterizan por tener una gran fuerza económica y militar – organización y armamento–, cuentan con recursos naturales y humanos calificados y un gobierno fuerte con capacidad para formar alianzas y con consenso interno. Un hecho determinante y decisivo que permite explicar la emergencia de un centro de poder y la transición de poder en este escenario, han sido las innovaciones tecnológicas en el campo del desarrollo de la navegación; nuevos tipos de embarcaciones y de instrumentos de navegación; el 66


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apoyo y dominio de la cartografía, así como la habilidad de los navegantes y del establecimiento de redes comerciales. Como señala Braudel (2009:46), el Mediterráneo más que una reserva alimenticia es también una superficie de transporte. “El navío, la ruta marítima, el puerto tempranamente equipado, la ciudad comercial, son herramientas al servicio de las ciudades de los estados, de las economías mediterráneas –las herramientas de sus intercambios y, por consecuencia, de su riqueza–.” Han sido los centros de poder desde los que se ha realizado el dominio o influencia en este espacio. A lo largo de la historia de las civilizaciones establecidas en esta región se han desarrollado importantes centros de poder. (Ver figura 2.2). Figura 2.2 Los centros de poder en la historia de Mediterráneo

Fuente: Elaboración propia

Desde los comerciantes fenicios, griegos y cartagineses que establecieron importantes ciudades como Creta, Sidón, Tiro, Cartago, Atenas y Marsella, hasta las expansiones militares-comerciales y el florecimiento de los imperios romano, bizantino, árabe-musulmán y otomano con los centros de poder en Roma, Constantinopla, Damasco, Córdoba; a las ciudades de Venecia, Génova, Barcelona que dominaron el comercio y las rutas marítimas del Mediterráneo durante la Edad Media. 67


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Bajo la perspectiva geopolítica, en la práctica del poder en los distintos momentos históricos, siempre ha existido rivalidad entre las potencias marítimas y terrestres que disputan un mismo espacio geográfico. En el Mediterráneo puede apreciarse el choque entre Atenas (potencia comercial y naval) y Esparta (potencia guerrera y terrestre). Otro caso de confrontación entre estos dos tipos de poderes fue el de las guerras Púnicas –246 a. C. a 146 a. C.– en las cuales se enfrentaron Cartago como poder marítimo y Roma como poder terrestre. Un tercer ejemplo lo encontramos en el caso del Imperio Otomano que ya había tenido, desde finales del siglo XVI, una exitosa expansión terrestre; ya era un gran imperio y a partir del siglo XVI desarrolló una impresionante flota dominando el Mediterráneo oriental. El imperio otomano quiso ampliar su dominio a todo el mar Mediterráneo –el llamado mar Blanco por los turcos– y después de varias incursiones hacia occidente, se enfrentó con las fuerzas navales europeas quienes vencieron a los otomanos en el sitio de Malta y en la batalla de Lepanto (Crowley, 2009), obligándolos a replegarse al mar Egeo y a los espacios terrestres que ya dominaban. Además de la rivalidad entre los poderes naval y terrestre, desde el punto de vista espacial, los imperios pueden ser de dos tipos: los que comprenden territorios compactos o continuos o bien los que se han conformado por tierras o regiones dispersas en las que una potencia marítima ejerce dominio político o económico sobre los mares, y son denominados talasocracias.5 Es también un concepto geopolítico que denota al Estado cuyos dominios son principalmente marítimos. En la historia del Mediterráneo (Abulafia, 2011, Norwich, 2006) pueden mencionarse entre las talasocracias, a la civilización minoica –cultura prehelénica desarrollada entre los años 3000 y 4000 a. C– y que desde Creta desarrolló fuertemente el comercio, dominó las costas del mar Egeo, gracias a su posición estratégica y a la potencia de su flota comercial y de guerra. [También en la Edad Antigua a partir de las ciudades fenicias de Biblos, Sidón y Tiro y posteriormente Cartago, ciudad norteafricana establecida como metrópoli púnica dominante, establecieron una red de colonias, no estrictamente un imperio, sino un conjunto de ciudades unidas por rutas marítimas que apenas penetraba en el interior. Entre los siglos VIII y VI a C. se dio el gran proceso de colonización griega en el Mediterráneo, mostrando su gran capacidad de navegar. Desde Atenas, los griegos fundan muchas ciudades que son centros de gran influencia cultural, entre las más destacadas se encuentran: Ampurias (Emporión), Marsella (Massalia), Córgega (Korsika), Siracusa, Rodas. En la Edad Media surgieron también en el Mediterráneo otras talasocracias: las ciudades Estado marineras, como

Término que proviene del griego Thalassa= mar. Y que durante siglos formó parte del conocimiento y la memoria de los marinos que navegaron este mar desde el Bósforo a las Columnas de Hércules –hoy estrecho de Gibraltar–. (Lacoste, 2006:17) 5

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las República de Venecia, Génova y Pisa y el reino de Cataluña y Aragón (Hurtado, Gatell, Molinero, 1998). Por otro lado es necesario mencionar la expansión que se realizó en un espacio territorial continuo, quedando el mar Mediterráneo en el centro, como la del imperio Romano, la expansión musulmana y el imperio Otomano. Muchos autores (Abulafia, 2011:440-441; Braudel, 2010: 294-303; Bacaria, 2012, Norwich, 2006: 244) consideran que la primacía del Mediterráneo con el desplazamiento del ‘centro del mundo’ al Atlántico, fue un proceso que se inició con el descubrimiento de América y la ruta del Atlántico al desplazar a Barcelona como el principal puerto de España, en favor de Sevilla y posteriormente de Cádiz por donde llegaban los metales provenientes de América. Sin embargo, hasta inicios del siglo XVII, se mantuvo la ruta mediterránea que resurgió con el comercio de metales que provenientes de América se trasladaban de Sevilla a Barcelona y desde allí a Génova. En el siglo XVIII comienza la presencia de otros actores estatales externos a la cuenca del Mediterráneo. Los navíos de los países protestantes, “mejor armados, mejor provistos de tripulaciones, son mejores cargueros, más regulares, aceptan fletes más modestos” y se apoderan paulatinamente de los tráficos importantes y dictan poco a poco, la ley en el Mediterráneo. (Braudel, 2009: 140). En el siglo XVII son los navíos holandeses y en el XVIII los ingleses. Gran Bretaña es la gran potencia naval, la Marina Real Inglesa, la Royal Navy, desde el siglo XVIII hasta mediados del XX fue la armada más poderosa del mundo y jugó un papel clave en el establecimiento del Imperio Británico como poder hegemónico mundial. Su presencia en el Mediterráneo comienza al obtener de España y a perpetuidad Gibraltar, de estratégica posición y Menorca, ocupando posteriormente Malta, Chipre, Egipto y el canal de Suez.6 Al término de la primera guerra mundial y desintegrarse el imperio Otomano se establece en 1922 el Mandato Británico en Palestina y Jordania. La presencia francesa es más limitada que la británica. La ciudad de Marsella, tuvo un papel importante desde el punto de vista comercial y de apoyo durante el inicio de la expansión romana y en el comercio mediterráneo. Posteriormente, junto a otras ciudades-puerto de la costa, fue el punto de partida de varias expediciones hacia África, como la de Napoleón Bonaparte de 1798 a 1802 a Egipto (Abulafia, 2011). En 1832 se realiza la conquista francesa de Argelia, y 50 años más tarde esta nación ocupa Túnez y para inicios del siglo XX toda la región del Mahgreb es francófona. Y también como Gran Bretaña, al desmembrase el imperio otomano, se establecen los protectorados franceses de Líbano y Siria (Braudel, 1985. 143-145). Mediante el Tratado de Ultrech de 1713, obtiene a perpetuidad Gibraltar y ocupa Menorca durante 43 años (1713- 1756). Desde 1800 a 1964 ocupó Malta, lugar estratégico para la flota británica, a mitad del estrecho de Gibraltar y del canal de Suez; en 1875 controló el canal de Suez, y en 1882 estableció un protectorado en Egipto. (Abulafia, 2011: 487,498) 6

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Uno de los grandes logros franceses fue la construcción, por la empresa de Ferdinand de Lesseps del canal de Suez concluido en 1869. Sin embargo, desde 1975 pasó al control del gobierno inglés al adquirir éste las acciones egipcias del canal. Con esta acción Gran Bretaña desde Gibraltar y con el control de Malta, Chipre y Egipto, más el canal de Suez, domina por completo la ruta a la India. Este hecho, convierte al mar Mediterráneo en un mar interior, que comunica las rutas del Atlántico al Océano Índico, a través del canal de Suez y el mar Rojo y, como menciona Maurice Aymard (citado por Braudel, 2009:145), “el canal de Suez simbolizó el debilitamiento político del mundo mediterráneo”. Las innovaciones tecnológicas y el desarrollo de la navegación Como se mencionó al principio de este apartado, además de contar con poderío económico, militar, población, recursos y voluntad- han sido decisivas las innovaciones tecnológicas en el campo del desarrollo de la navegación, que permiten explicar la emergencia de un centro de poder. La clave para la prosperidad y hegemonía comercial o militar de las distintas potencias que han dominado en el mar Mediterráneo puede encontrarse en la superioridad marítima. A manera de ejemplificar este hecho, pueden mencionarse algunos casos. La primera gran innovación de los fenicios fue la identificación y utilización como instrumento de navegación, de la Estrella Polar (llamada Phoinikeé) que hizo posible que los marineros pudieran orientarse de noche y navegar durante 24 horas a mayores distancias. La segunda fue la innovación en la construcción naval de calafatear las embarcaciones con brea de alquitrán. Y la tercera fue la innovación en las nuevas embarcaciones: las galeras de gran capacidad de almacenamiento que permitieron incrementar la carga y de mayor velocidad al ser impulsadas por más remeros y con una sola vela cuadrada. (Miles, 2011). El poder naval turco jugó un papel decisivo en la expansión otomana en el Mediterráneo. Apoyado en un nuevo tipo de embarcaciones: las galeras turcas, que eran galeras más ligeras y más fáciles de maniobrar entre las islas de los mares Egeo, Jónico y Adriático y permitían mantener una intensa red de comunicaciones. Al mismo tiempo contaron con hábiles almirantes que se convirtieron en expertos en la guerra en el mar y tuvieron gran apoyo financiero por parte del sultán (Abulafia, 2011). A finales del siglo XIII, la comunidad judía y de judíos conversos instalados en Mallorca (Abulafia, 2011) se especializó en los estudios cartográficos utilizando los amplios conocimientos geográficos tanto de fuentes árabes como cristianas y produjeron las famosas Cartas Portulanas que con gran detalle dibujaron las costas del Mediterráneo. De esta manera, apareció en Europa una nueva cartografía, 70


Los centros de poder en el Mediterráneo actual: un análisis geopolítico

circunscrita al ámbito de la navegación, impulsada por el uso generalizado de la brújula y desarrollándose un tipo de cartas náuticas basadas en cálculos serios de la posición del navío y la distancia entre los puertos, la toponimia de ciudades costeras y puertos, la orientación y el trazado de rumbos. Los italianos y catalanes, durante la Edad Media, surcaban el Mediterráneo en convoyes conformados por grandes barcos de vela cuadrada de gran capacidad acompañados de ligeras galeras o galeotes de remos, ligeras y de gran velocidad, que eran eficientes en la evasión de los piratas, principalmente bereberes, que surcaban esos mares (Hurtado, Gatell, Molinero, 1998). Desde finales del siglo XVI aumentó la presencia de buques extranjeros, ingleses, holandeses y hanseáticos que eran utilizados y/o alquilados por los comerciantes. (Braudel, 2010). Son los galeones, naves mercantes más veloces, de mayor capacidad, conocidas como cajas fuertes flotantes para proteger el oro y la plata y dotadas de cañones, es decir surge el concepto de comercio armado. La Marina Real Inglesa alcanza gran poderío no sólo por el gran profesionalismo de sus comandantes y de todos sus tripulantes, si no además por su tecnología superior; innova las embarcaciones construyendo la goleta, buque de vela mercante y la fragata, barco de guerra cuya misión es proteger el tráfico mercante y unos años más tarde la utilización de la navegación de vapor. Análisis geopolítico de los centros de poder actuales en el Mediterráneo A partir del surgimiento de los Estados nacionales, el papel que históricamente los centros de poder habían tenido como centros de decisión, mando y control y que desde una ciudad se llevaba a cabo la expansión o dominio territorial, pierden su función, pues a partir de entonces, es el Estado –no una ciudad– la que ejerce esa actividad. Generalmente desde su centro político y económico, y que corresponde, en la gran mayoría de los casos, con la capital política del país, desde donde se toman las importantes decisiones políticas y económicas relacionadas con el control e influencia de un territorio. En el Mediterráneo a partir del siglo XVIII –con excepción de Constantinopla / Estambul, el centro de poder del imperio Otomano– son los Estados, algunos de ellos externos a la región los que comienzan a convertirse en los actores dominantes,7 que coexisten con potencias medias que tienen influencia y poder a nivel subregional. Las modificaciones geoestratégicas mundiales que perduraron durante la guerra fría, con la creación de bloques antagónicos, la carrera armamentista, los Gran Bretaña, Francia, desde el siglo XVIII y posteriormente ya en el siglo XX Alemania y al terminar la segunda guerra mundial Estados Unidos y la Unión Soviética. 7

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efectos de la descolonización, la emergencia de regionalismos y la formación de organismos supranacionales se vieron totalmente alteradas ante las grandes y rápidas transformaciones políticas y económicas ocurridas a finales del siglo XX con el final de la guerra fría y el acelerado proceso de globalización de las últimas décadas que han revolucionado, no únicamente las cuestiones netamente geopolíticas- las relaciones entre espacio y poder-, sino la economía mundial y que, junto al desarrollo y expansión de las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) un nuevo poder en el ciberespacio, han contribuido a grandes cambios en la sociedad. Una vez finalizada la época bipolar, se dio la bienvenida al mundo multipolar, en el cual se pensaba que el poderío económico y no la fuerza militar sería el ingrediente clave en la influencia global. La competencia económica, en lugar de las disputas territoriales e ideológicas dominarían las décadas siguientes, pero como argumentaba ya desde 1989 la autora K. E. House (Excélsior 03-06-89), “los choques de intereses económicos, que trascienden las fronteras nacionales, disturbando los órdenes sociales-, pueden ser tan divisivos y peligrosos como las disputas políticas y tienen también el potencial para desembocar en conflictos militares”. Consideraba que mientras hubo solamente dos grandes potencias, como dos enormes barcos de guerra, merodeándose cautelosamente entre ellos, las confrontaciones eran fáciles de evitar. Ahora en un lago global, más lleno de barcos de diferentes tamaños, impulsados por diferentes ambiciones y piloteados con diferentes grados de habilidad para navegar, las posibilidades de colisiones se hacen mucho más numerosas. Adaptando las ideas expresadas por la autora, al momento actual y al mar Mediterráneo como el “lago global”, puede señalarse que entre los barcos que lo surcan están un moderno portaviones estadounidense, un barco de guerra ruso, una nave de la Unión Europea, que no responde a un solo capitán o mando, un destroyer chino- antes japonés- que desafía agresivamente a otros buques con torpedos económicos. También surcando las aguas entre estos grandes buques, está una colección caótica de barcos más pequeños, muchos de ellos llevando cargas peligrosas como armas químicas y desechos nucleares, algunos de ellos capitaneados por una diversidad de fanáticos o déspotas, así como numerosos cayucos o balsas salvavidas africanas llevando refugiados de la pobreza que buscan desesperadamente ser rescatados por aquellos que viajan en los cruceros más grandes y lujosos en su afán de arribar a las costas europeas. El mundo de la globalidad, el proceso de globalización y el Mediterráneo La cita textual de Molina Herrera (2005:9) ilustra este concepto en la región mediterránea: “Paradójicamente, en la época de la globalización, lo mas global que ha

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existido en la historia de la humanidad: el Mediterráneo, se presenta como frontera que define y divide comunidades que durante siglos estuvieron mezcladas”. La geopolítica de la mundialización no puede reducirse a una geo-economía, sino que obedece a fracturas, intereses y proyectos geopolíticos de largo plazo que superan y trascienden los limites de lo económico, para abarcar y entrecruzar dimensiones políticas, geográficas, tecnológicas, culturales y sociales. Molina (2005: 9), expresa estos cambios y algunos de sus efectos del proceso de globalización en la región mediterránea: Es curioso observar cómo las revoluciones científico-técnicas han ido fragmentando la cultura común labrada durante siglos por la navegación a vela, los arados, las acequias, las calzadas…En los últimos siglos, la máquina de vapor, el ferrocarril, la industria química, la electrónica, etcétera, en vez de unir y acercar, alejan y separan. Esta trayectoria no parece que vaya a mejorar en los albores del siglo XXI, sino todo lo contrario, ya que la nueva revolución tecnológica, la de la sociedad de la información, puede ahondar las diferencias entre las regiones, en lo que ya se conoce como la brecha digital.

Los razonamientos anteriores que hacen referencia a las características del mundo actual: la globalidad, el fin de la confrontación bilateral, la Primavera Árabe, las desigualdades socioeconómicas, las diferencias culturales y los viejos y nuevos conflictos, permite percibir y predecir que en las primeras décadas de este siglo la región mediterránea continuará siendo un espacio geopolítico fundamental, el escenario o la arena, donde se seguirán realizando juegos de poder, es decir de gran rivalidad entre naciones, intereses y sociedades y que, como señala Waldberg (2011), en la época actual, a diferencia de otros momentos históricos, se caracterizan por incluir diferentes tipos de juegos y en el que participan muchos y diversos jugadores. Con el objeto de poder comparar algunas características de los actores geoestratégicos y los actores pivote o clave, respecto al tamaño de su población y a algunos de los indicadores de desarrollo humano se añade la siguiente tabla en la que éstos se han ordenado de acuerdo a su importancia geopolítica en la cuenca del Mediterráneo.

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Tabla 2.1 Índice de Desarrollo Humano 2011 INDICE DE DESARROLLO HUMANO 2011 ACTORES

POBLACIÓN

LUGAR

GEOPOLÍTICOS

Millones

Mundial

CLASIFICACIÓN

PIB/PPA dól/cap.

ESCOLARIDAD adultos/ años

Actores geoestratégicos EXTERNOS

UNIÓN EUROPEA

* 496.4

** 27º

ESTADOS UNIDOS

313.1

1 347.5

142.6

CHINA

** muy alto

** 26 600

** 10.8

muy alto

43 017

12.4

101º

Medio

7 476

7.5

66º

Alto

14 561

9.8

Actores pivote/clave REGIONALES: RUSIA ISRAEL

7.5

17º

muy alto

25 849

11.9

EGIPTO

82.5

113º

Medio

5 269

6.4

TURQUÍA

73.6

92ª

Alto

12 246

6.5

IRÁN

74.7

89ª

Alto

10 164

7.3

* Suma de los 27 países miembros de la Unión Europea ** Promedio de los 27 países miembros de la Unión Europea Elaboración propia. Fuente: Indicadores Internacionales sobre Desarrollo Humano 2011. PNUD 8

Entre los actores geopolíticos, muchos de ellos externos a la región que actúan actualmente en el escenario Mediterráneo, y que se caracterizan por su poder y motivación, señalaremos a: 1) la Unión Europea, 2) Estados Unidos y la OTAN y 3) China. 1. La Unión Europea Con una población de 497 millones de habitantes, 40% de los cuales viven en los países con litoral al Mediterráneo, la Unión Europea es un organismo de integración y cooperación y el actor más importante en la región. Europa siempre ha considerado al Mediterráneo como una prioridad. En los últimos 15 años tres iniciativas europeas se han establecido para la cooperación entre la Unión Europea y los países del sur y este del Mediterráneo (PSEM). En 1995 se firmaron los Acuerdos de Asociación bilaterales, en los que se vinculaban los deseos de estabilidad en Europa a las necesidades de desarrollo de los PSEM y que se complementaron con Naciones Unidas, Indicadores Internacionales sobre Desarrollo Humano 2011. PNUD, http:// hdrstats.undp.org/es/paises/perfiles/ISR.htm (consultado el 04-11-2012) 8

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los planes de acción de 2003 de la Política Europea de Vecindad que aportaba la negociación de objetivos de convergencia. Posteriormente en la Cumbre de Paris de 2008 se creó la Unión por el Mediterráneo que otorgaba una dimensión regional y se concibió como una política de estabilidad, en ella se acordaba una copresidencia y una secretaría conjunta entre Europa y el sur y fijaba la sede en el Palacio de Pedralbes de Barcelona. Los seis proyectos centrales de la Unión por el Mediterráneo son: descontaminación del mar, tierra y carreteras marítimas; protección civil; Proyecto Solar Mediterráneo: red de cooperación en investigación y educación superior; y desarrollo de negocios. Como expresa Bassols (2011), director general del Instituto Europeo del Mediterráneo, la descolonización y el nacionalismo cambiaron el paisaje geopolítico árabe en los años cincuenta; el islamismo aumentó su influencia a partir de los años setenta, aunque no era políticamente importante y, a partir de la última década ha sido un actor de unificación de las sociedades. Tras más de cincuenta años de estabilidad, sólo interrumpida por el conflicto argelino y el conflicto árabe-israelí, la región fue sacudida en el año 2011 por cambios profundos: “este año será recordado como el año de las revoluciones árabes… Nadie puede predecir cuál será el resultado final de esta oleada de dimensiones transnacionales que ha afectado tanto a países del mundo árabe como de toda la zona mediterránea” (48). Las relaciones entre los países del sur de Europa y sus antiguas colonias en la orilla opuesta del Mediterráneo, basada en intereses económicos y lazos históricos no parece fácilmente sostenible. Las conexiones que se habían establecido entre los dirigentes de los países árabes (Z.A. Ben Ali, H. Mubarak y M. Gadaffi) y los presidentes y empresarios europeos fueron estrechas: negociaciones, planes de acción, inversiones árabes en Europa, inversiones de empresas europeas en el norte de África y acceso a sus mercados, entre otras. Las olas de protesta originadas por la juventud árabe en el año 2011 que dominaba las nuevas técnicas de información y comunicaciones, especialmente las redes sociales, demandando mejoras socioeconómicas y democratización, fueron los responsables de las grandes transformaciones políticas, conocidas como la Primavera Árabe. Es necesario mencionar que durante los regímenes autoritarios los movimientos islamistas fueron reprimidos y excluidos y durante las revueltas no intervinieron en forma organizada. Pero una vez derrocados los regímenes autoritarios, la falta de organización política de los actores dificultó el proceso de transición y es entonces cuando surge el factor religioso como la fuerza unificadora y las organizaciones religiosas se transforman en partidos políticos islámicos. En todas las elecciones –Egipto,9 Túnez, Marruecos– los partidos islámicos moderados resultaron victoriosos. El derrocamiento de Mohammed Morsi en julio de 2013 por el ejército egipcio ha modificado completamente la situación a este respecto. 9

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Por su parte, Moratinos el ex ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación de España, expresa en el IEMED Mediterranean Yearbook 2012 (2011) que ante los cambios de la Primavera Árabe que transformaron el marco geoestratégico de la región, será necesario que el “norte” ya no aspire a dirigir, sino que debe ser el “sur” quien defina y ofrezca su visión del futuro de esta relación. Será indispensable comprometerse en un diálogo político multilateral que produzca progreso verificable en derechos humanos y libertades fundamentales. Así mismo propone la creación de un Banco Mediterráneo, una institución que financie los proyectos estratégicos para la región. En el Mediterráneo existen grandes intereses para Europa ya que en él se juega su seguridad y futuro económico, y al mismo tiempo, es la zona en la que le interesa promover y defender sus valores como la democracia, derechos de la mujer, y de las minorías étnicas y religiosas. Entre los intereses políticos, económicos y sociales que la Unión Europea y en particular los países del occidente mediterráneo tienen pueden señalarse los siguientes: a) La seguridad energética: el abastecimiento de petróleo de los países del norte de África, del golfo Pérsico y de Azerbaiyán, así como de gas a través de los gasoductos provenientes tanto de Argelia y Libia como de Rusia y de los nuevos yacimientos del mar Caspio en Asia Central y de los recientemente descubiertos en las costas de Chipre. b) El control de los pasos estratégicos, canales y estrechos que han tenido siempre una importancia geopolítica prioritaria, actualmente el canal de Suez, el estrecho de Gibraltar y los estrechos turcos son indispensable para el transporte de energéticos, mercancías y el movimiento de las fuerzas navales. c) Mercados: La orilla sur y oriental representan un mercado importante de manufacturas, equipo, tecnologías de información y comunicación, automóviles, así como de alimentos. d) Inversiones: Los países de la Unión Europea a través del mecanismo Facility for Euromediterranean Investment and Partnership (FEMIP) del Banco Europeo de Inversiones ha otorgado préstamos y facilitado las inversiones europeas en las áreas de energía, turismo y telecomunicaciones. Simultáneamente, empresarios europeos han realizado, en forma particular, importantes inversiones en la región euromediterránea. e) Turismo: El Mediterráneo es un gran destino turístico para europeos; tanto de playa, como cultural, y de cruceros. En este último aspecto compiten entre sí las líneas de cruceros para lograr accesibilidad y seguridad a los puertos turísticos.10 El país mediterráneo que registró el mayor movimiento de pasajeros de cruceros fue Italia, seguido de Grecia y España. Los principales puertos de embarque (homeport) son Barcelona, Venecia y Civitavecchia. 10

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Según Torbianelli (2011) utilizando los datos de Medcruise, éstos se han incrementado en forma espectacular en los últimos 10 años al aumentar de un 11.65% al 18.25% de la capacidad mundial de oferta de cruceros, hecho que ha motivado que algunos expertos del sector lo llamen “el nuevo Caribe” (286). f) Los intereses políticos: éstos se concentran en la seguridad de Israel y la democratización de los países musulmanes. g) Existen otros intereses de la Unión Europea en la zona mediterránea que provienen de las preocupaciones a su seguridad económica y social como son: la desigualdad económica en los países musulmanes que incrementa la migración irregular; el deterioro ambiental –contaminación del mar y de las costas, escasez de recursos pesqueros y de agua dulce–; la inestabilidad política y los conflictos armados; el islam político y el terrorismo. A pesar de que desde 1995 el objetivo de los países europeos y socios mediterráneos ha sido crear un área de paz, seguridad y prosperidad compartida, las condiciones de vida de los ciudadanos de la orilla sur mejoraron poco, al mismo tiempo que, como expresan Morillas y Soler en su artículo periodístico en El País (18-07-2012) “el pragmatismo, el temor al auge del islamismo político y el control de la inmigración irregular, la lucha contra el terrorismo y la seguridad energética, llevaron a muchos europeos a confundir estabilidad con statu quo. Incluso a expensas del desarrollo sostenible, el Estado de derecho, la democracia y los derechos humanos”. Como respuesta a la Primavera Árabe la Unión Europea en mayo 2011 actualizó la “Política Europea de Vecindad”, creada en 2004, y los programas de cooperación de la Comisión Europea con el objetivo de instrumentar el apoyo a la sociedad civil en las transiciones democráticas, la promoción del comercio y facilitar la movilización con el otorgamiento de mayor número de visas. La gran crisis económica en la Unión Europea ha afectado seriamente a los países del Mediterráneo europeo, situación que ha dificultado poner en práctica los instrumentos de cooperación y apoyo que se habían acordado y no se ha definido aun un marco estratégico hacia el Mediterráneo actual: políticamente fragmentado, multipolar y con diferentes velocidades de democratización. Los resultados de los partidos islamistas en las primeras elecciones en Egipto, Túnez y Marruecos requieren de una discusión sobre la posición de la Unión Europea hacia el Islam político. Y concluyen que “La UE debe planificar una estrategia para adaptarse a este nuevo Mediterráneo, fragmentado políticamente y multipolar, y fomentar un área de paz, seguridad y prosperidad compartida”.

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2. Estados Unidos Como la potencia hegemónica mundial Estados Unidos es un poderoso actor externo en la región mediterránea. Su presencia fuerte, dinámica y vigorosa en el ámbito económico, con un gigantesco poder político y diplomático y un eficaz poderío militar, ejerce una enorme influencia en toda la región. Junto con la Organización del Atlántico Norte (OTAN) incrementa su presencia como fuerza militar y disuasiva. Para Estados Unidos y sus intereses vitales la seguridad se basa en la estabilidad del sistema internacional y es una función del poder militar estadounidense mantenerla, ya que la inestabilidad es peligrosa porque amenaza los lazos que conectan su seguridad con los intereses económicos establecidos a través de la interdependencia económica que se logra con la paz y estabilidad del sistema internacional. Pueden señalarse, entre las prioridades actuales de Estados Unidos en la cuenca del Mediterráneo los intereses energéticos, la seguridad de Israel y el control políticomilitar del Mediterráneo y del terrorismo. 11 Desde el punto de vista geopolítico estadounidense este mar, al ser el mayor mar interior de Europa, situado entre tres continentes y bordeado por 25 países tiene gran valor geográfico y estratégico y es el más importante teatro de las operaciones navales europeas para la marina estadounidense. Pueden señalarse como puntos estratégicos clave el acceso al mar Negro, a través del estrecho de Bósforo, el mar de Mármara y el estrecho de los Dardanelos, el mar Adriático, el canal de Suez, además del estrecho de Gibraltar que lo comunica con el océano Atlántico. La presencia naval estadounidense en el Mediterráneo se inició en 1801 cuando el comodoro R. Dale 12 tuvo la misión de prevenir que los navíos mercantes fueran atacados por piratas berberiscos. Estos, procedentes de la costa de Barbaria al norte de África establecieron bases seguras en las costas de Marruecos, Argelia, Túnez y Trípoli con el apoyo de la corte otomana. Amenazaron al mundo cristiano durante tres siglos y fueron un peligro constante para las embarcaciones comerciales e incluso para las ciudades costeras del Mediterráneo. Como señala Abulafia (2011:529) una vez terminada la guerra de independencia, los Estados Unidos aspiraban a conseguir el derecho al libre comercio marítimo en el Atlántico y en el Mediterráneo. No obstante de que en un principio –entre 1786-1797– trataron de negociar firmando acuerdos con dichos países, los conflictos continuaron, dando ocasión a que la marina estadounidense estuviera presente en este mar desde el siglo XIX. Durante la guerra fría, en la que se adoptó la política de contención, con la finalidad de disuadir la expansión de la URSS, la presencia de Estados Unidos en el Mediterráneo El derrocamiento de M. Morsi en Egipto aseguraron los intereses de Estados Unidos : que no atacaría a Israel y que mantendría libre el canal de Suez. (Stratfor, julio 9 2013) 12 Sixth Fleet Naval Stricking and Support Forces, Southern Europe. http://www.globalsecurity/agency/navy/c6f.htm (consultado 30-10-2012) 11

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se acentuó, al establecerse en 1950 el centro de operaciones navales y de soporte de la Sexta Flota Naval e instalando su sede en Nápoles, Italia. Estados Unidos mantiene actualmente 14 bases en el Mediterráneo: –Dos en España: base aérea de Morón de la Frontera*13 y la base naval de Rota* desde 1953. –Siete en Italia: bases aéreas de Aviano, Vicenza* y Livorno, bases navales en La Maddalena, Gaeta y Nápoles (base de la 6ª Flota) y la base aérea-naval de Sigonella* en Sicilia, el centro estratégico del Mediterráneo y de Oriente Medio. –Dos en Turquía: base aérea de Izmir, sede del escuadrón aéreo 427 y la base naval y aérea de Incirlik* –Una en cada uno de los siguientes países: Bosnia, Camp McGovern; Kosovo, Camp Bondsteel y Grecia, Souda Bay en Creta. Otro de los mecanismos de la política exterior de Estados Unidos, que es importante señalar, es la ayuda financiera que proporciona a los países de la región, en forma de asistencia militar y económica.14 Sin lugar a dudas destacan Israel que ha sido desde los años cincuenta, el principal receptor de ayuda estadounidense en el mundo; y en segundo lugar Egipto, que aunque las aportaciones han disminuido en los últimos diez años, sigue manteniendo el segundo lugar en ayuda recibida. Estos dos países representan la tercera parte del total de la ayuda financiera externa de ese país; también Jordania es país receptor en la región pero la cantidad que recibe es muy inferior y a partir de 2007 reciben una pequeña ayuda los territorios de Gaza y Cisjordania. A partir de 1953 el establecimiento de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) ha significado la mas poderosa fuerza militar de Europa y Norteamérica y al constituirse el mando regional para la región del sur de Europa: StrikForSouth,15 ha representado la mayor potencia militar de ataque marítimo y de soporte de la zona mediterránea. La Sexta Flota de Estados Unidos que conduce las operaciones navales y de soporte estadounidenses se integra a la OTAN y además de establecer y mantener el control marítimo y del espacio aéreo sobre el mar Mediterráneo y zonas adyacentes, realiza conjuntamente con dicha organización operaciones navales, de soporte, y ejercicios *Significa que también son bases de la OTAN La ayuda financiera proporcionada en milllones de dólares en los años 2001 y 2010 respectivamente fue: a Israel 2 813 y 3 175, a Egipto 1 990 y 1 550, a Jordania 228 y 458 y a los territorios palestinos de 70 millones de dólares en 2010. Fuente: http://www.vaughms-l-papers.com/politics/us-foreign-aid.htm (consultado 05-11-12) 15 Es un acrónimo que significa Naval Striking and Support Forces Southern Europe (NATO; Naples, Italy). 13 14

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marítimos de entrenamiento. Al mismo tiempo el comandante de la Sexta flota reporta tanto a la US Naval Forces como al mando regional StrickForSouth de la OTAN. Estados Unidos y la OTAN han realizado acciones conjuntas en la región tal como han sido la participación en 1957 en la reapertura del canal de Suez, como parte de las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas; la intervención en Líbano en 1958, 1982-1984; en la Guerra de los Seis Días en 1967 y la Guerra de Yom Kippur en 1973, apoyando a Israel con armamento en contra de Egipto cuyas armas eran suministradas por la Unión Soviética; las distintas confrontaciones con Libia durante la década de los ochenta; la guerra en Bosnia y Kosovo, la reciente intervención en la guerra civil en Libia en 2011. Ante la situación en Siria, Chipre se ha convertido en la base de operaciones de la OTAN, y el Mediterráneo oriental es la región marítima donde se realizan ejercicios militares actualmente. 3. China Como actor externo a la región mediterránea, China destaca por sus Intereses económicos. Su presencia económica y sus relaciones con la orilla norte y sur se han incrementado en forma exponencial y continuarán en los próximos años. La política exterior china bajo la filosofía de “desarrollo pacífico” rechazando el uso de la fuerza para cambiar el orden geopolítico, ha fijado como prioridad las consideraciones económicas como la ganancia de nuevos mercados, las inversiones de capital, el acceso a nuevas tecnologías, el aprovisionamiento de materias primas y la capacitación de capital humano. (Bregolat, 2010) El mar Mediterráneo es para China, la ruta mas corta hacia Europa vía el canal de Suez, por lo que los puertos mediterráneos compiten entre sí para ser los centros logísticos de distribución de mercancías chinas en Europa. Pueden señalarse el puerto de Barcelona en el que más de la cuarta parte del tráfico de contenedores proviene de ese país y que es el centro de distribución europeo de Hutchinson Whampoa,16 el líder global de tráfico que adquirió el 70% de las acciones de la Terminal de Contenedores y llevó a cabo la modernización del puerto. (op. cit.: 24) Las relaciones económicas son distintas entre las dos orillas. Al norte, hacia Europa, están orientadas a las exportaciones de manufacturas y productos electrónicos y a la importación de mercancías de alta tecnología, alimentos y objetos de lujo. La balanza comercial favorece grandemente a China ya que es el principal proveedor para la Unión Europea. También el gobierno y los bancos chinos realizan inversiones y compra de deuda soberana e inversionistas de ese país participan activamente en los sectores hotelero, restaurantero y en el comercio al menudeo. Por otro lado la afluencia de turistas chinos hacia Europa se incrementa aceleradamente. 16

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El dueño de Hutchinson es el empresario chino de Hong Kong Li-Ka- shing


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Las relaciones con los países del norte de África son diferentes. Como señala el exembajador español en ese país, Eugenio Bregolat (2010), China se interesa por las materias primas, como los fosfatos de Marruecos y especialmente el petróleo en Argelia y Libia, realizando grandes inversiones en este sector. También considera a estos países como mercados para sus mercancías: bienes de capital, automóviles, productos electrónicos y de telecomunicaciones. Su presencia es significativa por su participación en proyectos de construcción, principalmente en infraestructura, ayudas, préstamos y becas. En Argelia las empresas chinas han construido el aeropuerto de Argel, un hospital y 50,000 viviendas en Orán y han negociado la venta de armas en gran volumen. En el Mediterráneo oriental, la empresa China Ocean Shipping Company (COSCO) opera dos terceras partes del puerto de Pireo, Grecia. No tiene importantes vínculos económicos ni políticos con la región del occidente de Asia, sin embargo, recientemente firmó un acuerdo de colaboración con Israel para construir una línea ferroviaria de 180 kilómetros que unirá Eliat con los puertos de Ashdod y Haifa y que pretende convertirse en una alternativa al canal de Suez. Los turistas chinos desde hace unos pocos años descubrieron Turquía como destino y las expectativas a que esta afluencia se incremente son altas. 4. Otros actores: Rusia, Turquía, Israel, Irán, Egipto. Las repercusiones geopolíticas en el Mediterráneo como consecuencia de las transformaciones ocurridas por la Primavera Árabe, el ascenso de los partidos islamistas en la región, al mismo tiempo que una severa crisis económica afecta a la Unión Europea y en particular a los estados mediterráneos del sur de Europa, han modificado el panorama geopolítico y en muchos casos, las relaciones de poder entre los actores de la región. La cuenca del Mediterráneo, particularmente su región oriental, el Medio Oriente, ha sido el espacio en el cual se han originado en los últimos años diversos conflictos, “focos rojos”, “puntos calientes” o áreas de inestabilidad o fractura (Shatterbelts en inglés) regiones que se encuentran en medio de conflictos entre las grandes potencias y que tienen valores políticos o culturales opuestos y que han dado lugar a que sea una de las más importantes zonas de tensión geopolítica mundial en la actualidad. (King, Proudfoot, Smith, 1997: 113) Entre los conflictos actuales, algunos de los cuales se han originado recientemente, aunque sus causas provienen de tiempo atrás y otros no se han resuelto en décadas, pueden mencionarse: el conflicto entre Israel y los territorios Palestinos (Franja de Gaza); la guerra civil en Siria; la lucha política de los más de 30 millones de kurdos que habitan en Turquía oriental, norte de Irak y Siria y el noroeste de Irán; la amenaza regional del programa nuclear iraní y la posibilidad de un conflicto sobre límites

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territoriales marítimos entre Israel, Líbano y Chipre por los yacimientos marinos de hidrocarburos recién descubiertos en las costas de este último país. En los conflictos mencionados participan, además de Estados Unidos y la OTAN, otros actores, que denominamos actores pivote o clave que, como se mencionó, son aquellos Estados que deben su importancia geopolítica a su localización estratégica. En la cuenca mediterránea pueden señalarse a Rusia, y las mas importantes potencias regionales: Israel, Turquía, Egipto e Irán. Rusia Rusia es un importante actor en la cuenca del Mediterráneo, ya que la Flota Naval del Mar Negro, instalada en la base de Sebastopol en Crimea, ha sido desde el siglo XVIII su principal centro de operaciones en los mares Negro y Mediterráneo oriental respondiendo al secular imperativo geopolítico de lograr el acceso a mares cálidos. Con la utilización de la fuerza naval del mar Negro venció a los turcos en 1790, a los otomanos en la primera guerra mundial y a los rumanos en la segunda guerra mundial y a principios del siglo XXI fue decisiva como base de operaciones aéreas y navales en los conflictos del Cáucaso. Sin embargo, la mayor importancia de la flota del mar Negro fue durante el periodo de la guerra fría, durante el cual las flotas navales americana y soviética se acechaban y amenazaban en las aguas del Mediterráneo. El hecho de que Turquía se aliara a la OTAN, controlando los estrechos turcos y, por tanto, la comunicación entre los mares Negro y Mediterráneo, presionó y apremió a la Unión Soviética a la construcción y despliegue de submarinos en la región que no pudieran ser detectados al cruzar los estrechos turcos y el estrecho de Gibraltar. En el momento actual, Rusia, quiere mantener su presencia naval en la zona; por un lado, mantiene 11 buques en el mar Egeo (Stratfor, 07/17/2012), realiza ejercicios militares y desde el puerto de Limmasol en Chipre, actúa como base de apoyo, y proporciona suministros para el gobierno sirio a través del puerto mediterráneo de Tartus en Siria. Por otra parte, Rusia ha mantenido, respecto a la guerra civil siria, una posición ambivalente y divergente a la de Estados Unidos, la Unión Europea y los países musulmanes del Golfo y del Magreb y comparte con Irán una posición semejante pero por diferentes razones. Envía señales distintas ya que hasta ahora apoya al régimen de Bashar el Assad, y utilizando la base naval en Chipre le sirve para mantener una posición importante en la zona. De esta manera Rusia continua situándose como un actor cuyos intereses deben tomarse en cuenta en las decisiones que se tomen en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Israel Israel, con únicamente siete y medio millones de habitantes y el único país de la zona mediterránea con un índice de desarrollo humano muy alto, es el actor principal del 82


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conflicto regional árabe-israelí desde 1967, cuyas repercusiones han sido mundiales, y que ha contando desde siempre con el apoyo político- diplomático- financiero de los Estados Unidos. En los últimos años el conflicto y la confrontación se han intensificado; y actualmente el país árabe protagonista es el territorio palestino de la Franja de Gaza, gobernada por Hamas, el partido político islamista en el poder desde el año 2007. La escalada intensiva que se inició a mediados de noviembre de 2012, ha sido comentada exhaustivamente por medios noticiosos y analistas que divergen en sus posiciones. Fuera de Israel se dice que este país necesita un enfoque distinto hacia Hamas y los palestinos, debe reconocer los agravios e injusticias históricas, mientras que los israelitas continúan con la misma posición- la amenaza a su seguridad, la integridad territorial, su existencia- sin tomar en cuenta las circunstancias geopolíticas y las transformaciones ocurridas. Al respecto, el escritor Ethan Bronner del New York Times (16/11/2012) describe la estrategia israelí como la “metáfora de cortar el pasto”. Aunque una acción se realice bien no tiene fin, el pasto siempre vuelve a crecer; es decir es necesario modificar la estrategia. Egipto Otro actor importante, que tiene gran influencia regional es Egipto, el país con mayor número de habitantes en toda la cuenca mediterránea –82.5 millones– sin embargo, tiene un nivel de desarrollo humano medio ocupando el lugar 113º, con sólo 6.4 años de escolaridad y un ingreso per cápita en PPA de poco más de $5 200 dólares. Egipto hasta julio de 2013 había tenido mucha influencia y era considerado como el más importante intermediario o negociador para los intereses de los países árabes de la región. Actuó como mediador en el conflicto antes mencionado, incluso llegó a adoptar una posición distinta a la que tuvo durante las últimas tres décadas, después de haber firmado los Acuerdos de Camp David en 1979 y el Tratado de Paz con Israel. Una explicación del cambio en los primeros meses tras el derrocamiento de Mubarak, fue el ascenso al gobierno del partido islamista moderado, los Hermanos Musulmanes, que tienen mayores nexos político-religiosos con los sunitas de Hamas. Por otro lado, la frontera entre Egipto y la Franja de Gaza ha facilitado el contrabando de todo tipo de productos de consumo, equipo, energéticos, etc. incluyendo armas procedentes de Irán. Como sucedió al inicio del segundo semestre de 2013, Mohammed Morsi, elegido presidente democráticamente por el voto mayoritario de la población, fue derrocado y arrestado por un golpe militar. Turquía Turquía es uno de los actores clave, considerado como un verdadero poder regional. Su estratégica localización, entre Europa y Asia lo han convertido en un país de gran importancia geopolítica; además de tener una creciente economía, gran participación 83


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diplomática en la región y colaborar, como miembro, en las distintas operaciones realizadas por la OTAN, es también miembro de la Organización de Cooperación y Desarrollo (OCDE) y del grupo G20. Es el país con la más poderosa fuerza naval de Medio Oriente y del norte de África y en los últimos años ha aumentado las inversiones en la industria naviera para la construcción de barcos y la modernización de su flota. Turquía ha re-emergido como un importante actor geoestratégico ya que fue el país que mas rápidamente se adaptó a los cambios que se generaron en el mundo árabe y, por tanto, a la nueva realidad geopolítica. Cuenta con una gran población –73.6 millones– y no sólo tiene el ingreso per cápita más elevado de los países musulmanes de la cuenca del Mediterráneo, sino que, no obstante ser una república parlamentaria y secular, el partido conservador en el poder tiene raíces o inclinaciones islamistas moderadas: el Partido de la Justicia y Desarrollo (AKP) que se formó a partir de la facción reformista del islamista partido de la Virtud y que ha servido de modelo a los partidos islamistas que han triunfado en las elecciones en los países del norte de África. También su forma de desarrollo económico y de política exterior actúan como un modelo a seguir para los países musulmanes de la región, en oposición al árabe saudí y persa iraní. Para que Turquía pueda convertirse en un Estado líder en la región, debe desarrollar una política de paz y convertirse en un polo de estabilidad regional, es decir aplicar el ‘soft power’ y ampliar su influencia. Además del permanente conflicto con Grecia sobre la porción turca de Chipre, uno de los problemas que enfrenta Turquía al interior de su territorio es la presencia en su parte oriental de unos 20 millones de kurdos y que tras más de dos décadas de guerrilla y enfrentamiento con el ejército turco y la emigración a Europa, especialmente a Alemania, los kurdos siguen buscando una solución política para el reconocimiento del territorio conocido como el Kurdistán. La región kurda comprende, además de la región oriental de Turquía, los territorios del norte de Siria e Irak y el noroeste de Irán. Las fronteras fueron trazadas a comienzos del siglo XX al desmembrarse el imperio Otomano tras la primera guerra mundial, pero nunca se convirtieron en un territorio autónomo internacionalmente reconocido como Estado, dando lugar a que más de 30 millones de kurdos sean apátridas residiendo entre los países arriba mencionados. Irán Irán es una potencia regional: posee grandes recursos energéticos que lo convierten en uno de los mayores exportadores mundiales de petróleo; tiene un potencial militar destacado; cuenta con un territorio extenso y diverso y con una numerosa población –74.7 millones– que se caracteriza por una fuerte identidad étnica y religiosa. Desde 1979 con la creación de la República Islámica, Irán ha tenido una actuación internacional de confrontación contra las ambiciones regionales de Estados Unidos, 84


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de las potencias occidentales y de su aliado regional, Israel. Ha proporcionado apoyo a grupos islámicos chiitas afines a su ideología: Hezbolah en Líbano; chiitas en Irak; Hamas en Palestina que aunque son sunitas comparten su ideología política; y ha mantenido una relación estrecha y de apoyo al gobierno shiita/alauita17 de Assad en Siria. El desarrollo del programa nuclear ha sido utilizado como elemento disuasivo y visto como una amenaza por los países vecinos y especialmente por Israel. Todo este comportamiento en la región se ha convertido en un elemento de tensión que contribuye a generar más inestabilidad en el Medio Oriente. (López Fabián, 2012). El poder en la actualidad Al examinar las características del poder que ejercen en el espacio mediterráneo los actores geopolíticos, se han indicado las principales capacidades materiales que cada Estado posee, el hard power o poder duro, siempre basados en sus intereses y en función de sus fuerzas militares y el nivel de desarrollo de sus componentes socioeconómicos. Entre estos últimos pueden mencionarse el número de habitantes, los indicadores de desarrollo humano, los recursos considerados estratégicos y la riqueza económica, que le permiten multiplicar el poder militar. Para que un Estado sea considerado una gran potencia, el poder duro debe ir siempre acompañado del soft power o poder suave, la influencia cultural, social e ideológica que ejerce una positiva atracción y capacidad de persuasión. En algunos casos examinados, el poder de actores geopolíticos se ejerce principalmente de esta forma sin embargo, para que el poder se despliegue de manera eficaz debe comprender labores o acciones de inteligencia y estrategia, es decir incluir el smart power o inteligencia. Actualmente existen dos grandes cambios de poder, por un lado la transición de poder entre Estados y, por otro, la difusión de poder de los Estados a actores no estatales. Las redes y la conectividad se convierten en una importante fuente de poder. Como señala Nye (2011), la clásica transición de poder entre los grandes estados será un problema menor que el auge de actores no estatales. En un mundo basado en la información la ciber inseguridad y la difusión del poder representará un mayor desafío que la transición de poder entre potencias. Es indudable reconocer el papel que las nuevas tecnologías de comunicación: blogs, redes sociales, cadenas por satélite y la telefonía móvil, fueron los factores que originaron y contribuyeron al éxito y resultado de la Primavera Árabe. En un principio se utilizaron para burlar la censura de los gobiernos autoritarios: los blogs sirvieron como instrumento esencial de información y las redes sociales los principales protagonistas, además de que fueron una de las principales fuentes de información de las agencias de 17

También se escribe como alawita. 85


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prensa y de las cadenas de televisión que contribuyeron a difundir mundialmente día a día estos acontecimientos, reconociendo que la cadena Al Jazzera de Qatar como la primera que utilizó los videos y audios grabados por los manifestantes. En un intento de predecir, es preciso mencionar el papel que está comenzando a tener Qatar como actor clave en las relaciones entre los nuevos poderes islamistas surgidos tras la Primavera Árabe y los países occidentales. Qatar, con su gran fuerza económica no únicamente a nivel regional sino mundial con un crecimiento de 19%, el más alto del mundo, contribuyó a financiar las campañas electorales de los islamistas moderados que estuvieran abiertos al liberalismo económico y desprovistos de ideología antioccidental. Qatar intenta establecerse como el centro del islamismo del siglo XXI compitiendo con el reino Wahabita de Arabia Saudita que financia los movimientos radicales Salafistas. (Sader, 2011). Las grandes ganancias petroleras y de gas y su pequeña población (1.87 millones) ha dado lugar a que el promedio de ingresos per cápita –en paridad al poder adquisitivo– sean de $107,721 dólares, es decir ocupa el segundo lugar mundial después de Liechtenstein y el primero de los países árabes. Así mismo detenta el lugar 37 del IDH, por encima de Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y Portugal. Cada vez más está teniendo relevancia internacional, no solamente con la cadena televisiva de Al Jazzera, que en un inicio era exclusivamente en idioma árabe y actualmente transmite en inglés y otras lenguas occidentales, y además está participando activamente y organizando en su país reuniones internacionales, como la reciente Cumbre del Medio Ambiente. Por otro lado, administra y financia operaciones en los puertos de varias partes del mundo.

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Reflexiones finales Como reflexión final puede señalarse que, no obstante que los centros de poder en el Mediterráneo fueron determinantes en la historia del dominio, control o influencia en toda esta región –desde la edad antigua, la edad media y parte de la moderna–, en el momento actual, ya no tienen las mismas condiciones geopolíticas de las que pudieron beneficiarse aquellos centros de control y decisión, ya que los actores y sus intereses de poder, son principalmente las grandes potencias muchas de ellas externas a la zona mediterránea que coexisten con potencias medias que tienen influencia y poder a nivel subregional sin dejar de mencionar al nuevo poder de las redes de información y comunicación que han irrumpido en las sociedades y dado lugar a una nueva manifestación de poder. En la actualidad, la búsqueda de mayor estabilidad en la región mediterránea se ha desviado de las rivalidades políticas hacia los asuntos ecológicos que solamente pueden ser abordados si todas las naciones acuerdan ver mas allá de sus diferencias políticas y trabajar juntas. A manera de conclusión citaré unas palabras del escritor libanés Amin Maalouf (2011:9), Premio Príncipe de Asturias en 2010 y Miembro de la Academia Francesa: La cuenca mediterránea, lugar de secular mezcla cultural donde se juntan, comercian, charlan y se enfrentan los poseedores de tantas creencias rivales y los herederos de tantos imperios caídos, tiene vocación de convertirse en un laboratorio de soluciones. Si los defensores de las tres grandes religiones mediterráneas consiguen instaurar entre ellos, por toda la orilla de su mar común, una convivencia pacífica y armoniosa, el resto del mundo los seguirá. Pero si continúan enfrentándose, combatiéndose y excluyéndose, si dan rienda suelta a sus amarguras y resentimientos, el resto del mundo los seguirá, desgraciadamente, también por ese camino.

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Los centros de poder en el Mediterráneo actual: un análisis geopolítico

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LIBIA EN EL MARCO DE LOS INTERESES GEOPOLÍTICOS Y ECONÓMICOS DE LOS PAÍSES EUROPEOS Eduardo A. Rosales Herrera1

Introducción El Mar Mediterráneo ha sido testigo a lo largo de muchos siglos del auge y caída de grandes civilizaciones, ha sido también el espacio por el cual han transitado quizá, el mayor número de buques comerciales, militares, de transporte de hidrocarburos y de personas en la historia. Esta región ha sido también punto de encuentro y de distanciamiento entre naciones así como frontera y puente entre países pertenecientes a tres continentes África, Europa y Asia. El signo característico de esta zona ha sido, es y será la diversidad política, económica, cultural, ideológica y religiosa. En este contexto, el grado de desarrollo alcanzado por los países europeos, les ha permitido apreciar al Mediterráneo no solamente como una vía marítima sino como toda un área susceptible de aprovecharse con fines económicos, políticos y militares. Muchos de los países europeos con costa al Mediterráneo se han beneficiado de esta condición y han fincado parte de su prosperidad en las oportunidades fluviales que este espacio les concede. La superioridad económica, tecnológica y militar de los países del viejo continente fue un factor determinante para que extendiesen sus dominios más allá de sus fronteras y considerasen a los mares y océanos no como límites o demarcaciones sino como rutas y senderos para expandir sus mercados, influencia y predominio. Doctor en Relaciones Internacionales, Profesor-Investigador de Tiempo Completo en la UNAM, Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Ha publicado múltiples obras entre libros, capítulos de libros, artículos especializados y artículos periodísticos como autor, coautor y editor. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Comentarista en diversos medios de comunicación nacionales y extranjeros y analista internacional en México de MVS Radio, Radio Educación y Radio Red. 1

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Durante el siglo XIX Francia logró posicionarse fuertemente en el Magreb africano e Italia hizo lo propio a principios del siglo XX con el territorio que hoy conocemos como Libia. El control que lograron los países europeos de la zona mediterránea les permitió también tener una presencia significativa en el norte de África convirtiendo en satélites a todos los países que conforman esta región. Paulatina pero sistemáticamente, los países europeos se adueñaron de los circuitos comerciales de sus colonias africanas. Durante el período en el que los países europeos ejercieron su dominio colonial se forjaron sólidos lazos de dependencia entre los territorios del Magreb y sus metrópolis al convertirse el norte de África, en zona de producción de materias primas y a la vez en destino de mercancías producidas por Europa. Este intercambio desigual se convirtió en un círculo vicioso que se fue enraizando y profundizando a tal grado que los Estados africanos perdieron paulatinamente su capacidad de cambiar esta situación, lo que acentuó el marco de dependencia diseñado y establecido por las potencias europeas. La cercanía de los países del norte de África con las naciones del Viejo Continente prácticamente acorraló a los países del Magreb a los designios de sus metrópolis. A mediados del siglo XX países como Libia, Túnez, Marruecos y Argelia lograron su independencia política pero no su emancipación económica porque los circuitos comerciales y financieros ya estaban atados fuertemente a sus ex metrópolis y plenamente ubicados en la zona de influencia de quienes los dominaron por décadas. Es tal la ascendencia ejercida por los países europeos sobre el territorio del Magreb que en tiempos de la posguerra y de la guerra fría ni siquiera los países de la esfera socialista se atreven a incursionar firmemente en esa región en aspectos políticos o económicos, aunque en el terreno ideológico el modelo soviético tuvo una buena acogida y una considerable influencia. Las reglas no escritas de la política internacional determinaron que la zona mediterránea y magrebí eran, en términos geopolíticos y geoeconómicos, territorios pertenecientes a Europa en el contexto de un bloque occidental liderado por Estados Unidos. En la segunda mitad del siglo XX y pese al auge de los movimientos panafricanos y panárabes ningún país de esa región logró cortar los fuertes lazos de dependencia, sobre todo económica, que los vinculaban con sus ex metrópolis aunque alcanzaron cierto éxito en acrecentar su cuota de soberanía e incluso llegaron a tomaron medidas políticas y económicas que los confrontaron y alejaron de la esfera de dominación europea. Sin embargo, la caída del muro de Berlín y la consecuente unipolaridad económica e ideológica y la aceleración del fenómeno de la globalización comandada por occidente, hicieron que muchos países del mundo suavizaran sus posturas ante una Europa marcada por un oscuro pasado colonial. 96


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Libia no fue la excepción y siguió el patrón antes descrito y aunque con el autoritario y despótico liderazgo de Muamar Gadafi 2 logró que su país se alejara de la órbita de dominación occidental por más de tres décadas, asumiendo incluso una actitud contestataria y desafiante. Las circunstancias generadas por la posguerra fría, caracterizadas por la temporal unipolaridad ideológica y económico-comercial anglosajona, lo orillaron paulatinamente a estrechar de nueva cuenta vínculos con Occidente y Europa. Sin advertir las consecuencias de dicho acercamiento Libia entregó la mayor parte de su producción petrolera a su ex metrópoli y potencias del viejo Continente y, queriendo adquirir presencia e influencia en el ámbito económicofinanciero, realizó enormes inversiones en bancos europeos, adquisiciones de paquetes accionarios de grandes consorcios empresariales y compras indiscriminadas de bienes raíces lo que, según su perspectiva, le aseguraban un trato preferencial y respetuoso por parte de los países del norte del Mediterráneo. Ya entrada la segunda década del siglo XXI, el advenimiento del fenómeno conocido como Primavera Árabe hizo que sus aliados europeos vieran la oportunidad de deshacerse del vecino incómodo y, escudados en el discurso del respeto a los derechos humanos, libertad de expresión y democracia apoyaron a grupos opositores al régimen de Muamar Gadafi para quitarlo del poder y buscar una alternativa más condescendiente y acorde con sus intereses geopolíticos y económico-financieros. En este contexto Gadafi es asesinado en octubre de 2011 ante la pasividad y complacencia de Occidente, asumiendo el mando de Libia el Consejo Nacional de Transición que, habiendo recibido apoyo sustantivo y determinante de Europa y Estados Unidos, se vio en la necesidad de acceder a sus exigencias y sobre todo a sus apetitos económicos, en el marco de una colosal crisis del capitalismo mundial y del modelo de Estado benefactor imperante hasta hace algunos años en el viejo Continente. Por lo anterior Libia, que alguna vez llegó a ser un centro político-económico importante como lo fue Trípoli, o los territorios libios como parte de los grandes imperios islámico y turco-otomano, hogaño es y será, por lo menos en el corto y mediano plazos, un Estado parte de los intereses vitales y esfera de dominación occidental, en una zona mediterránea en la que en las últimas décadas han prevalecido los intereses geopolíticos y económico-financieros de los países europeos.

El nombre de Muamar el Gadafi es la forma escrita utilizada en español por la “Fundación del Español Urgente” debido a que no existe un criterio unificado sobre la transliteración del idioma árabe. En árabe sería Muammar al-Qadaffi, en inglés es Muammar Gaddafi y para una buena parte de hispanoparlantes es Muamar al Gadafi o Muamar Gadafi, esta última en su forma más sucinta, como se utiliza en este texto. 2

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Importancia geopolítica de Libia en el contexto de la región mediterránea Hoy en día todo territorio en el mundo resulta de máxima importancia geopolítica y más cuando se localiza en regiones consideradas de intereses vitales para las potencias mundiales. Tal es el caso del mar Mediterráneo, área marítima donde a diario circulan barcos que transportan mercancías de y para los países de África del norte, sur de Europa y este de Asia. El Mediterráneo, desde tiempos inmemoriales, ha sido el espacio común que vio el surgimiento de grandes culturas como la griega y la romana. “Tiene una extensión de 2.5 millones de kilómetros cuadrados” (Ortega, 2012) y en la actualidad confluyen en este espacio una multiplicidad de países con los más distintos regímenes políticos, económicos, sociales o expresiones ideológico-culturales. Hoy en día el Mediterráneo también es el paso obligado de buque tanques que transportan el oro negro desde los países del Golfo Pérsico a Europa a través del Canal de Suez. El petróleo, sin duda alguna, es la sangre que alimenta la industria de todos los países del viejo Continente. El Mediterráneo, en términos de hidrocarburos, no sólo es importante por el tránsito de petróleo sino también porque sus aguas permiten el tendido de gasoductos a través de los cuales fluyen enormes cantidades de gas con dirección a la isla de Sicilia para después internarse en el área continental llegando a Italia y posteriormente tomar dirección hacia otros países de Europa. En el Mediterráneo confluyen, además, intereses de diversa índole de países de Europa como España, Francia e Italia; de la región de los Balcanes como Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Albania y Grecia; de Asia como Turquía, Siria, Líbano, Israel y Palestina, y desde luego del Norte de África como Egipto, Libia, Túnez, Argelia y Marruecos o países de la región insular como Chipre o Malta. De todo este enorme conjunto de Estados con litoral hacia el Mediterráneo, Libia es uno de los de mayor extensión costera. De esta condición se desprende parte de su relevancia geopolítica. Si a este factor le agregamos que su subsuelo es rico en hidrocarburos su importancia crece y se acrecienta cuando sabemos que es uno de los principales destinos de productos manufacturados europeos. Estados Unidos, aliado de los países del viejo Continente, ha concedido especial atención a esta área y para proteger sus intereses y la de sus socios ha desplegado una fuerza naval significativa denominada como la Sexta Flota cuyo cuartel general se localiza en el puerto de Gaeta, costa occidental de Italia. Esta fuerza militar cuenta con 40 naves, 175 aeronaves y 21,000 infantes de marina (Yañez, 2011) que patrullan constantemente toda la zona para asegurar que nada altere los flujos comerciales y energéticos que transitan por este espacio marítimo. El Mediterráneo, también ha sido testigo de conflictos de mayor trascendencia como los que protagonizaron las ex repúblicas yugoslavas o las actuales confrontaciones entre Israel y Palestina o la guerra civil en Siria por citar sólo dos ejemplos. También 98


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fue escenario del surgimiento del fenómeno conocido como Primavera Árabe que vio caer regímenes en Túnez, Libia, Egipto y Yemen. Así, y bajo esta panorámica, podemos afirmar que en el “Mediterráneo en estos momentos se fraguan y desarrollan los conflictos clave en el duro juego por conquistar la hegemonía mundial. A manera de un ajedrez los diversos contendientes mueven sus fichas en busca de opciones y posiciones que les permitan avanzar pasos en esa conquista de hegemonía.” (Navarro, 2003). Retomando el caso de Libia señalemos que su riqueza petrolera la ubica como el decimoctavo productor de oro negro del mundo, 1.6 millones de barriles de crudo al día antes de la Primavera Árabe y el que mayores reservas posee en el continente africano con 46,000 millones de barriles de petróleo. (Martínez, 2011). Por otra parte su colindancia con seis países (Túnez, Argelia, Níger, Chad, Sudán y Egipto) de los cuales tres con costa hacia el Mediterráneo (Túnez, Argelia y Egipto) dan cuenta de su relevancia estratégica. El Magreb se ha constituido en un área de intereses vitales para Europa, como el Golfo Pérsico, con sus petromonarquías, lo es para Estados Unidos. Casi todos los países colindantes con Libia disponen de grandes yacimientos de hidrocarburos como es el caso de Argelia cuyos principales productos de exportación son precisamente el petróleo y el gas. En el caso de Chad aparte de poseer hidrocarburos también tiene yacimientos de uranio. Sudán, otro de los vecinos colindantes de Libia posee también grandes yacimientos de petróleo y otros minerales como hierro, cobre, zinc, oro y plata, recursos que, dicho sea de paso, fueron foco de disputas internas y derivaron en la independencia de Sudán del Sur. Cabe señalar que China ha venido incrementando sus inversiones en Sudán, por lo que Europa y Estados Unidos tratarán de evitar que Beijín incremente la marginal presencia que tiene en Libia o de algún otro país de esta área considerada zona de influencia del viejo continente. La vecindad y la extensa frontera que comparten Libia y Egipto son de la mayor preocupación para Europa y sobre todo para Estados Unidos si tomamos en cuenta que el gobierno de El Cairo es prácticamente el garante de los frágiles equilibrios en la convulsionada zona de Medio Oriente y, sobre todo, ha respetado los acuerdos políticos con Israel desde que este le regresó el territorio del Sinaí a cambio del reconocimiento como Estado. Es tal la importancia de las fronteras comunes que, en ocasiones, llegan a ser determinantes en conflictos armados. Baste señalar que una parte de las armas y municiones de los rebeldes libios que propiciaron la caída de Gadafi fueron abastecidas desde Egipto. Francia, por su parte, abasteció de armas a los rebeldes desde las montañas de Natus situadas en la colindancia con Túnez (ex colonia francesa) suministrándoles

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“toneladas de armas ligeras, incluidos fusiles, ametralladoras y grandes cohetes, además de las poderosas armas antitanque Milan” (Amy-Technology, 2011). También hay que tomar en consideración que además del petróleo, de acuerdo con la agencia de noticias EFE (2012) la región posee otro recurso natural estratégico: Un mapa geológico elaborado por científicos británicos muestra que África descansaría sobre una reserva inmensa de agua subterránea, cuyos mayores acuíferos se situarían en el norte, explicó Alan MacDonald, el geólogo de lideró la investigación. El volumen total de agua subterránea ascendería a medio millón de kilómetros cúbicos, una cantidad que equivale a veinte veces el agua procedente de las precipitaciones anuales en toda África. Alrededor de la mitad de estas reservas –que datan de hace unos 5,000 años- se encontrarían en Libia, Argelia y Chad, coincidiendo con una parte del desierto del Sahara, detalló MacDonald.

Aunado a lo anterior, la posición privilegiada de Libia en el centro del mar Mediterráneo y del norte de África le concede una importancia geográfica sustantiva bajo una visión de 360°, tomando en consideración tanto la zona marítima como el área terrestre. Lo anterior son sólo algunos factores geopolíticos que explican las razones por las cuales las potencias occidentales no hubiesen permitido que durante la Primavera Árabe Libia hubiese podido salir de su área de influencia y hayan apoyado a la oposición con pertrechos militares, logística y con apoyo aéreo para bombardear objetivos militares del régimen de Gadafi bajo la justificación del establecimiento de una zona de exclusión aérea avalada, incluso, por la Organización de las Naciones Unidas. Con el triunfo de los rebeldes y la llegada al poder del Consejo Nacional de Transición, quedaron asegurados los intereses de Occidente y también controlado, geopolíticamente hablando, el territorio de ese país. El gobierno de Gadafi (1969-2011) Después de una revolución comandada por el coronel Muamar Gadafi, en el año de 1969, este último es elegido como líder de Libia y de inmediato establece una forma de gobierno denominada Yamahiriya o “Estado de las masas”, modalidad en el que los ciudadanos a través de “comités populares” tienen una amplia participación en el proceso de toma de decisiones. Este carismático líder, a diferencia de su antecesor el rey Idris, logró consensos importantes que fueron aparejados, paradójicamente, con 100


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la extrema centralización del poder. Práctica que de múltiples formas contradijo su propuesta política original. Dos banderas ideológicas que le acompañaron a lo largo de su régimen fueron las del panarabismo y del socialismo, la primera que abogó por la unión e integración del mundo árabe y la segunda defendió preceptos políticos y económicos emanados del marxismo y puestos en práctica por el bloque de países comandados por la otrora Unión Soviética. El gobierno establecido por Gadafi se distinguió por sus extravagancias que pasaban por sus “coloridos trajes brillantes o una guardia personal formada por una treintena de mujeres armadas y entrenadas para el combate, sin olvidar sus estancias en los campamentos beduinos de lujo que levantaba cuando iba de viaje al extranjero” (BBC, 2011). Gadafi llegó al poder el 1 de septiembre de 1969 con sólo 27 años de edad convirtiéndose de inmediato en presidente de facto. A partir de ese momento su régimen se caracterizó por un ejercicio dictatorial del poder aplastando cualquier intento de sublevación. La personalidad que lo inspiró desde joven fue la del líder egipcio Gamal Abdel Nasser. En el año 1970 fue publicado su ideario político conocido como “Libro verde” que fue una propuesta de sistema político-económico diferente tanto al capitalismo como al socialismo pero que guarda más similitudes con este último. Durante su mandato siempre desempeñó un papel protagónico tanto en lo interno como en lo externo y se pronunció en múltiples ocasiones contra sus adversarios occidentales, sobre todo Estados Unidos. Ya en la década de los setenta y ochenta Gadafi se involucró en la guerra civil de Chad apoyando material y logísticamente a grupos rebeldes que actuaban en el vecino país de Chad e incluso permitiendo la instalación de campos de entrenamiento a los rebeldes Tuareg hasta que en 1987 los chadianos lograron impedir en definitiva la participación de Gadafi en sus asuntos internos. La imagen internacional de Gadafi enfrentó serios cuestionamientos cuando a finales de los años setentas comenzó a dar apoyo prácticamente abierto a grupos terroristas para que estos efectuaran atentados en países considerados enemigos. El líder libio brindó apoyo a grupos como el Ejército Republicano Irlandés (IRA por sus siglas en inglés) y a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) e incluso a personajes como Carlos “El Chacal” que se convirtió en un dolor de cabeza principalmente para los franceses, incluso Abu Nidal, guerrillero palestino, encuentra cobijo y establece su cuartel general en Trípoli, capital de Libia. En 1986, un comando integrado por ciudadanos libios es acusado de haber colocado una bomba en una discoteca situada en el occidente de Berlín causando la muerte de dos soldados estadounidenses. En represalia de esta acción el presidente Ronald 101


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Reagan, de militancia republicana e ideología conservadora, ordena un bombardeo a la capital de Libia, el saldo fue de 60 personas muertas entre ellas la hija adoptiva de Gadafi. En 1988 Abdel Baset Ali Al Megrahi, leal al régimen de Gadafi, coloca una bomba en el vuelo 103 de la línea aérea Pan Am misma que hace estallar el avión en la localidad escocesa de Lockerbie. Este atentado arroja un saldo de 270 muertos. (BBC, 2011). No satisfecho con esta terrible acción el régimen libio auspicia otra acción similar a la anterior pero ahora con un avión de la línea francesa UTA, este atentado es llevado a cabo sobre territorio del Sahara y cobró la vida de 170 personas. En el ámbito doméstico el año de 1996 también quedó marcado por que registra el fusilamiento de más de 1,100 personas privadas previamente de su libertad en la prisión Abu. Esto le acarrea críticas severas por parte de la comunidad internacional y legitiman las sanciones económicas impuestas a su régimen. Para el año de 2001, tribunales escoses determinan que Abdel Baset Ali al-Megrahi era responsable del atentado de Lockerbie y es condenado a cadena perpetua. En el año de 2003 el régimen libio accede a pagar la cantidad de 2,700 millones de dólares en indemnizaciones a los familiares de las víctimas de Lockerbie y a abandonar su programa de armas de destrucción masiva. Este reconocimiento de responsabilidad en dicho atentado se interpretó como una acción tendiente a suavizar las sanciones impuestas por Occidente que asfixiaban las finanzas libias y como un gesto para generar un clima más favorable para incrementar los vínculos económico-comerciales con Estados Unidos y países europeos. Con estos últimos Gadafi ya mantenía una relación muy favorable desde la década de los noventas cuando el líder libio dejó entrever que paulatina, pero sistemáticamente, accedería a las exigencias de sus principales socios del viejo continente como Italia, Reino Unido, Alemania, España y Francia entre otros. Después de la normalización de relaciones con Occidente por parte de Muamar Gadafi, las finanzas libias mostraron mejores resultados lo que orilló al líder libio a declarar en el año de 2008 que en su mandato no se registrarían “más guerras, ni ataques ni actos de terrorismo”. (BBC, 2011). En realidad y pese al clima de distensión que se observaba con Estados Unidos y Europa, Occidente nunca estuvo de acuerdo con Gadafi y sólo esperaba pacientemente la ocasión para cobrarse los agravios recibidos, no obstante los intensos y sólidos nexos económicos que mantenían con su régimen. Esta prolongada espera también disimuló los intereses geopolíticos que siempre permanecieron latentes por parte de las potencias europeas sobre Libia. Independientemente de los pronunciamientos de Gadafi su gobierno siempre fue criticado por su autoritarismo y por sus saldos negativos en democracia, libertad de expresión y derechos humanos. Se le consideró un líder cruel y despiadado para con la disidencia y muchos opositores fueron encarcelados y condenados a penas injustas 102


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y desproporcionadas. Otros tantos fueron desaparecidos, torturados o de plano asesinados según señalaron en su oportunidad organismos no gubernamentales como Human Rights Watch. La relación Libia-Occidente durante la Administración Gadafi Las décadas de los setenta y ochenta fueron de particular tensión entre los países occidentales y Libia debido a la confrontación político-ideológica entre las dos partes y más cuando el régimen de Gadafi apoyó prácticamente de manera abierta a grupos vinculados al terrorismo internacional y, como lo señalamos líneas atrás, dio cobijo y asesoría logística y financiera a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Si bien es cierto que los países de la órbita socialista no dieron a Gadafi un apoyo significativo en el período de alejamiento y confrontación con Occidente, sabedores de lo que significaba el Mediterráneo para Estados Unidos y Europa y de las consecuencias que una incursión en el área podría ocasionar, el período de la guerra fría significó una etapa propicia para enarbolar ideas de corte socialista y tratar de disminuir la influencia de los países occidentales en las decisiones de los países periféricos, por ello Gadafi se pronunció en favor del socialismo, con algunas variantes, como forma de gobierno. Con la caída del muro de Berlín, que significó un triunfo político-ideológico para Occidente, los gobiernos que trataron de mantenerse alejados de la órbita occidental cayeron en cuenta que sería difícil mantener su posición ante el inicio del período de unipolaridad. Los países con mayor grado de dependencia de la ex Unión Soviética, como Cuba, se vieron prácticamente aislados y entraron en un período de crisis sobre todo de índole económica, y otros Estados, como Libia, que mantenían una posición contestataria paulatinamente se dieron cuenta que resultaría muy complicado continuar con un discurso y una actitud totalmente opuesta a Occidente. En este contexto Libia, durante la segunda mitad de la década de los noventa del siglo pasado y ante el peso de las sanciones impuestas por Estados Unidos y Europa, fue moderando su discurso y adoptando un tono más conciliador para mejorar sus vínculos económico-comerciales y políticos con países del viejo Continente. A principios del siglo XXI y sobre todo después de cubrir las compensaciones económicas a los familiares de las víctimas del atentado de Lockerbie en 2003, aumentaron sustancialmente los intercambios comerciales y Gadafi acrecentó sus inversiones en algunos países de la Unión Europa como Italia, su ex metrópoli, al igual que Reino Unido, España y Francia los cuales fueron los principales destinos de cuantiosos recursos monetarios que se destinaron tanto a inversiones en instituciones financieras como en participaciones accionarias en una cartera muy diversificada. Otros recursos se dirigieron a la adquisición de bienes raíces en los países antes mencionados. 103


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Los intereses económico-financieros de los tres principales socios europeos de Libia Los intereses económicos-financieros de Italia La relación entre estos dos países se remonta al año de 1912, cuando Italia invade Libia. Diez años después de la cruenta invasión que costó la vida de al menos 100,000 libios (Di Francesco, 2012) ese país quedó controlado y sujeto a los designios de su metrópoli habiendo iniciado un período de crecimiento económico, sobre todo en la costa norte, de cara al mar Mediterráneo, donde se crearon pequeñas pero productivas áreas rurales dedicadas a la agricultura, pero sobre todo se desarrolló infraestructura portuaria, petrolera y se establecieron bancos. De esta manera la otrora desértica e inhóspita región comenzó a acrecentar su valor estratégico y geopolítico no apreciado con anterioridad. La dominación colonial italiana se extendió de 1912 a 1945 y coincide con el período entreguerras, lo que significa que Roma tuvo una presencia efectiva de más de tres décadas, tiempo que le fue suficiente para crear ciertas estructuras económicas y gestar un marco de dependencia entre la colonia y su metrópoli pero además, establecer vínculos con el resto de países europeos, como Alemania, España y Reino Unido, por la actividad comercial, económico-financiera y marítima que se desarrolló bajo la tutela italiana. Culminada la segunda guerra mundial y habiendo alcanzado su independencia, Libia comenzó un proyecto político y económico propio bajo el liderazgo del Rey Idris cuyo período se caracterizó por un ejercicio autocrático del poder pero que no tuvo un éxito de largo plazo tomando en consideración las condiciones de fragmentación étnica, atraso económico en el centro y sur de Libia, la confrontación política y diversidad cultural y lingüística, además de la renuncia del grupo gobernante a dar cabida a los intereses de los grupos sociales más representativos. Todo esto jugó en favor de la propuesta nacionalista e incluyente basada en el islam enarbolada por el entonces joven militar Muamar Gadafi. La llegada de este personaje al poder en el año de 1969, significó un marcado deterioro de la relación Libia-Italia que pasó por momentos de extrema tensión porque el nuevo líder del entonces llamado Reino Unido de Libia procedió a la nacionalización de la banca extranjera, a la expropiación de empresas petroleras y a la clausura de bases militares instaladas en su territorio, todo ello en el marco de una reorientación ideológica, política y social muy acorde por los principios panárabes y musulmanes. En los primeros años del gobierno de Gadafi, el gobierno italiano enfrentó y posteriormente tuvo que aceptar el decreto expropiatorio del gobernante libio que dispuso que todos los bienes de los ciudadanos italianos asentados en ese país, alrededor de 20,000 (Llorente, 2012) pasaran a ser propiedad de la nación, además de la exigencia

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del nuevo gobierno libio de que Italia pagara por daños y perjuicios ocasionados a los ciudadanos y a la economía de ese país durante el período colonial. Desde los años setentas Libia ya se había afianzado como el principal productor de petróleo del continente africano lo que despertó el interés de muchos inversionistas ávidos de costear proyectos de exploración, producción, procesamiento y transportación de petróleo y sus derivados. No obstante las graves diferencias entre los gobiernos de Libia e Italia, Gadafi, sustentado en los fuertes ingresos provenientes del petróleo, intentó replicar el esquema neocolonial que las potencias europeas aplicaron a sus ex colonias y adquirió, a través del Banco Exterior Libio-Árabe el 13% de las acciones de la compañía automotriz italiana FIAT, aunque para cerrar la operación tuvo que acceder a pagar hasta el 100% adicional del valor del paquete accionario. (Llorente, 2012). Paulatinamente se fueron zanjando las diferencias entre Libia y su ex metrópoli y las inversiones del gobierno de Gadafi se fueron incrementando paulatina pero sistemáticamente. A finales de los noventas y principios del presente siglo las relaciones entre estos dos países mejoraron considerablemente, sobre todo con la llegada de Silvio Berlusconi al poder en el año de 2001. El premier italiano accedió a estrechar la comunicación y sus vínculos diplomáticos, esta nueva actitud llevó a Berlusconi a ofrecerle una satisfacción al gobierno Libio aceptando los viejos reclamos libios de compensar a su gobierno por las pérdidas económicas sufridas durante la ocupación colonial e iniciar negociaciones para determinar el monto que se debiese cubrir. Este gesto de cortesía apuntaló las relaciones entre los dos países, a tal grado que en el año de 2004 inauguraron un gasoducto submarino (ver mapa 3.1) que tiene como fin abastecer a una buena parte de Europa. Este gasoducto denominado Greenstream, que unió a Libia con Europa a través de Italia, vía la isla de Sicilia, tiene una longitud de 520 kilómetros y abastece el 10% de las necesidades italianas de gas. (EFE, 2011). Las empresas encargadas de llevar a cabo este proyecto fueron el gigante energético y de ingeniería de la construcción italiano llamado Ente Nazionali Idrocarburi (ENI) y por el lado libio la empresa Western Lybian Gas Project. De esta manera Europa, a través de Italia, diversificó sus fuentes de abastecimiento de este hidrocarburo y se convirtió en el más importante comprador de gas libio. Debido a la escalada de violencia que se registró en Libia por la Primavera Árabe, ENI cerró el gasoducto por ocho meses, durante el período febrero-octubre de 2011, pero después normalizó su funcionamiento (EFE, 2011). Ya para ese entonces las relaciones Libia-Occidente avanzaban de la mejor manera y los vínculos económico-comerciales Libia-Italia experimentaban un crecimiento significativo a tal grado que en el año de 2008 los dos gobiernos, queriendo borrar cualquier reminiscencia de confrontación ocurrida en el pasado, firmaron un Tratado de Amistad y Cooperación, conocido también como Tratado de Bengasi que fijó un pago total de 105


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5,000 millones de dólares, a cubrirse en anualidades de 250 millones por un período de 20 años, como compensación por las afectaciones económicas sufridas por Libia durante los años de colonización italiana. (Di Francesco, 2012). Figura 3.1 Greenstream. El gasoducto que une Libia con Italia

Elaboración propia con base en Chossudovsky “La operación Libia y la Batalla por el petróleo. Nuevo trazado del mapa de África.” (2011)

Por su parte, el gobierno de Gadafi se comprometió a atender tres condiciones básicas, la primera construir una autopista costera desde la línea limítrofe con Túnez hasta la colindancia con Egipto, segundo detener la emigración indocumentada que se llevaba a cabo vía marítima desde costas libias con destino a Europa vía Italia y tercero, darle un trato preferencial a gobierno e inversionistas italianos. Cabe señalar que este tratado se encuentra actualmente suspendido. A partir de ese momento los encuentros Berlusconi-Gadafi fueron frecuentes pues el premier italiano visitó ocho veces Libia y el coronel fue recibido en cuatro ocasiones en Italia. (Anabiarte, 2011). Las estancias de Gadafi en Italia fueron de manera sui 106


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generis porque el coronel instaló carpas beduinas en parques de Roma acompañado de su cuerpo de guardaespaldas femenino. Las inversiones libias continuaron a un ritmo que llamó la atención, sobre todo en el bienio 2008-2010 en el que la Autoridad Libia de Inversiones (Lybian Investment Authority) se hizo de un paquete accionario del principal banco italiano Unicredit por un monto de 2,500 millones de euros, equivalente al 5% de los activos de esa institución. Esta participación accionaria permitió que el ciudadano de origen libio Farhat Omar Bengdara accediera a la vicepresidencia de dicho banco. Muchas otras inversiones más se llevaron a cabo en este período hasta alcanzar un monto estimado de 40,000 millones de euros. (Llorente, 2012). En enero de 2011, justo unas días antes del inicio de la denominada Primavera Árabe el gobierno de Gadafi compró acciones de Finmeccanica, una empresa italiana conformada con capital estatal y privado dedicada a la generación de energía pero principalmente abocada a la fabricación de armamento, helicópteros militares y sistemas de defensa asimismo, adquirió el 2% de las acciones totales de ENI. Para las potencias europeas el derrocamiento de Gadafi también se aprecia como un gran negocio porque después de la destrucción viene la reconstrucción. Por ello el ministro del exterior de Italia, Franco Frattini, en abril de 2012 se reunió con dirigentes del Consejo Nacional de Transición Libio (CNT) para confirmar que los contratos petroleros firmados por el gobierno de Gadafi seguían vigentes y para respaldar las negociaciones que tres empresas italianas llevaban a cabo con este mismo consejo para hacerse cargo de labores de reconstrucción. Las empresas en cuestión eran Ansaldo STS, ENI y BTP Impregilo. Se desconocen los detalles de los acuerdos pero es fácil imaginar que sus montos son de cientos o miles de millones de euros. En ese mismo mes de abril de 2012 “La Guardia de Finanzas” (policía fiscal) italiana confiscó el pasado miércoles acciones por valor de unos 1,100 millones de euros del dictador libio Muamar Gadafi y de su familia, así como el exjefe de Servicios Secretos, Abdalá Sanusi que poseían en Italia” (Noticias Terra, 2012). En esos mismos días diferentes agencias informativas detallaban los bienes que comprendían esa cantidad de dinero así Europa Press (20129) precisaba que: Los fondos congelados se reparten en varias cuentas corrientes; acciones de la entidad financiera Unicredit; la empresa de ciencia y tecnología Finmeccanica; la petrolera Eni, el grupo automovilístico Fiat, el equipo de fútbol Juventus; 150 hectáreas de bosque en la isla de Pantelleira, uno de los principales puntos de entrada a Europa de los emigrantes libios; y dos vehículos, entre ellos una Harley Davidson.

Lo anterior sólo es una parte que demuestra los enormes intereses y vínculos económico-financieros que Italia guardaba con el régimen de Gadafi y permite comprender que, independientemente del gobierno en turno, los países europeos y 107


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Estados Unidos seguirán brindando asistencia y apoyo al nuevo régimen libio con el objetivo de mantener e incrementar los lazos que los unen aunque no estamos seguros de que los haberes confiscados no sólo en Italia sino en varios países de la unión Europea y Estados Unidos, regresen al pueblo libio, legítimo dueño de esos recursos. Los intereses económicos-financieros de Alemania A finales de la primera década del presente siglo Alemania se consolidó como el segundo socio comercial de Libia al registrar su balanza comercial un monto de 4,100 millones de euros (Notimex, 2012). Por parte del país germano su principal producto de importación fue el petróleo. Por lo que respecta a este rubro es necesario mencionar que la principal empresa germana en ese país es BASF/Winterschall [sic] “que está activo en ocho campos petroleros libios…También está activo en ese país el consorcio alemán de producción de energía, RWE, así como Siemens y Ferrostal”. (Notimex, 2012). En total “en 2010 operaban en Libia 14 empresas del Norte (Sonatrach) y 1 de América del Sur (Petrobras).” (Calduch, 2012). De hecho Wintershall era hasta antes de la caída de Gadafi la principal productora de petróleo de Libia. No obstante los fuertes intereses alemanes en Libia, el gobierno de Ángela Merkel no se sumó a la coalición multinacional que intervino militarmente para apoyar a los rebeldes libios al abstenerse de votar en la aprobación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU que establecía una zona de exclusión aérea. Esta posición, según el ministro alemán de Exteriores, Guido Westervelle, obedeció a que su país ya tenía un frente abierto en Afganistán. Lo cierto es que la canciller alemana trató de evitar críticas de sus opositores y adoptar una posición de relativa neutralidad, aun sabiendo que esta postura seguramente le traería consecuencia posteriores marginándola del reparto de contratos para la reconstrucción de la infraestructura de ese país. Quizá por ello, como se reportó en América (2012) una delegación encabezada por Hans Meier-Ewert, titular de la German-African Business Association, viajó a Libia junto con Hans-Joachim Otto, secretario de Estado del ministerio de Economía alemán, y representantes de 20 compañías germanas…el grupo llevó provisiones y medicinas para el hospital de Bengasi, pero no se trató de una misión humanitaria. Los alemanes se reunieron con miembros del Banco Central libio y del Consejo Nacional de Transición.

El objetivo de este viaje nada tenía de filantrópico porque en realidad era tratar de mantener los acuerdos petroleros y conservar los nexos de sus empresas con el nuevo régimen libio sabedores de que la postura adoptada por su gobierno les restó presencia y que los participantes en la coalición multinacional serían los principales beneficiarios en la era post Gadafi, tratando de limitar y disminuir al máximo la presencia germana. 108


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Con esta misma intención el ministro del exterior alemán Guido Westerwelle buscó afanosamente atenuar resentimientos del Consejo Nacional de Transición por lo que en agosto de 2011 manifestó la mejor disposición de su país para conceder un crédito al propio CNT por 100 millones de euros (144 millones de dólares) a la vez que anunció la congelación de cuentas bancarias del clan Gadafi por un monto de 7,300 millones de euros que se encontraban depositados en bancos germanos comprometiéndose a restituirlos al tesoro libio una vez que la ONU levantase las sanciones económicas impuestas al gobierno de su país. (América Infobae, 2011). Sin embargo, hasta la fecha nada hay sobre la devolución de esos fondos al gobierno libio. Cabe señalar que los recursos libios bloqueados en Alemania estaban distribuidos en 193 cuentas repartidas en 14 instituciones financieras privadas. La mayor parte de esas cuentas estaban a nombre del Libyan Foreing Bank, del fondo estatal Lybian Investment Authorithy y del Lyban Africa Investment Portfolio e incluso hasta quedaron congelados haberes del Banco Central Libio que tenía depósitos en el estatal Bundesbank. (EFE, 2011). Los datos anteriores dan cuenta de los cuantiosos y sólidos vínculos entre el gobierno de Gadafi e instituciones financieras germanas. Con relación a lo antes mencionado habría que decir que tanto el gobierno como las empresas alemanas con vínculos económico-financieros y comerciales con Libia siempre han observado un marcado hermetismo en cuanto a la difusión de información al respecto y si estos datos se hicieron públicos a través del ministro federal de Economía Rainer Brüderle, previa consulta con Ministerio de Exteriores y Finanzas y con el Bundesbank, fue porque el Ejecutivo alemán no quiso dar la impresión de que eran el único país que no tomaba medidas en contra del régimen Gadafi pero nunca se dieron más detalles sobre los tipos y montos de las cuentas y las instituciones bancarias que congelaron dichos recursos. Más allá de los aspectos financieros empresas alemanas, con el conocimiento y la anuencia del gobierno alemán, fueron proveedoras de armamento para la administración Gadafi. La organización no gubernamental Rüstungsinformationsbüro (Oficina de Información Armamentista) a través de su director Jürgen Grässlin, dio a conocer en abril de 2011 que, aunque a Gadafi no le era permitido adquirir armamento de ciertas empresas alemanas, otros consorcios como el European Aeronautic Defence and Space Company (EADS) de capital conjunto francés y alemán le suministró misiles antitanques, vehículos militares y remolcadores de tanques por valor de 168 millones de euros. (Knight, 2011). Lo anterior pone de manifiesto la doble moral de las autoridades alemanas que en el discurso han adoptado una posición pacifista e incluso el Ejecutivo de ese país se vio muy reticente en el envío de un reducido contingente militar a Afganistán y de plano se negó a enviar tropas a Irak y Libia sin embargo Alemania se ha convertido en el tercer exportador internacional de material bélico después de Estados Unidos y Rusia 109


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y aunque ha dicho que no vende armas a países que violen derechos humanos, se ha hecho el disimulado en los casos de Bahréin y Libia. En el caso de este último, y cuando se levantó el embargo de armamento en el año de 2004, muchas empresas, incluidas la propia EADS e incluso Daimler establecieron oficinas en Trípoli sabedoras que el mercado libio sería muy lucrativo. (Bromley, citado por Knigh, 2011). A tal grado de cercanía y cordialidad llegaron las relaciones entre ambos países que el propio Sayf al Islam, hijo de Gadafi, en ocasión de la firma de un acuerdo para la construcción conjunta de obras de infraestructura publicó en una página internet (AlIslam, 2011) lo siguiente: El generoso pueblo de Alemania nos ha dado la mano en momentos difíciles y ha dado al pueblo de Libia la financiación necesaria para construir en territorio libio una planta desalinizadora y tres granjas y plantaciones agrícolas como señal de ayuda en estos momentos difíciles…En definitiva, pues, Libia debe agradecer a Alemania la ayuda aportada para evitar que, en un futuro cercano la escasez de agua y de alimentos vuelva a azotar Libia.

El acuerdo en cuestión establecía una participación de 50% de trabajadores por cada país y un financiamiento, en el caso de la planta desalinizadora de un 75% por parte de Alemania y un 25% por parte de Libia. En el caso de las granjas y las plantaciones agrícolas la aportación financiera de Alemania era del 66% y de Libia de 34%. Las ganancias que de su funcionamiento se generaran sería de 50% para ambas partes. (Al Islam, 2011). El conjunto de datos anteriores brinda un panorama suficientemente claro de algunos de los intereses alemanes en Libia y de los vínculos que el gobierno de Gadafi guardó con el gobierno y empresas alemanas. El comportamiento de los países europeos con relación a Libia siempre ha sido muy similar, con tenues diferencias pero con los mismos fines y objetivos. Los intereses económicos-financieros de España Habría que iniciar señalando que España era, durante la era Gadafi, el tercer socio comercial de Libia después de Italia y Alemania. Algunas de sus empresas más emblemáticas como Repsol (petróleo y gas), Sacyr (construcción, concesiones de infraestructura, servicios de agua y energía) y Abengoa (energía, telecomunicaciones, transportes y medio ambiente), tenían y siguen teniendo presencia significativa en varios países africanos, Libia, por supuesto, no era la excepción. Por lo que se refiere específicamente a la empresa española Sacyr, empezó a tener presencia significativa en el año de 2008, año en el que firmaron sus primeros contratos 110


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por un monto estimado en 600 millones de dólares. En ese año Sacyr reinició un agresivo programa de expansión y búsqueda de nuevos mercados porque en la península ibérica, se empezaban a resentir los primeros efectos de la crisis económica que aquejaba a Estados Unidos y que repercutía severamente en Europa lo que ocasionó un desplome en varios sectores, especialmente el de la construcción. El último dato oficial publicado por ICEX España, Exportaciones 2008 (entidad pública empresarial dependiente de la Secretaría de Estado de Comercio del Ministerio de Economía y Competitividad) estimó en ese año de 2008 en 3,160 millones de euros (4,322 mdd) los intereses hispanos en Libia, ahora esa cifra es considerablemente mayor. Al inicio de la Primavera Árabe la preocupación de las empresas transnacionales hispanas, era que el clima de inestabilidad afectara significativamente su infraestructura y sus operaciones en ese país. El nerviosismo de los mercados bursátiles impactó negativamente las acciones de Repsol cuyas acciones cayeron en un 2.58%, las de Sacyr 1.69% y las de Abengoa se ajustaron a la baja 5% (América Economía, 2012) en el período de mayor turbulencia. Por lo que respecta a Repsol cabe señalar que del total de su producción de petróleo el 3.8% lo obtiene en ese país y que en términos de sus reservas petroleras Libia representa el 5%. Además de la extracción de petróleo Repsol tiene 9 campos mineros, 8 en fase de exploración y 1 en etapa de producción. (América Economía, 2012). Sacyr también estaba realizando conjuntamente con la empresa libia Svlidco (Asfi Libya General Constructions) obras de urbanización en dos sectores de la ciudad de Benghazi por un monto de 300 millones de dólares. Svlidco es una empresa con participación mayoritaria de Sacyr, 60%, y minoritaria del órgano paraestatal libio Lybian Company for Development and Investment, 40%. (Afrol, 2008) Por su parte Svlidco estaba atendiendo otros dos sectores de la ciudad de Benghazi realizando obras en más de 2,000 hectáreas tendiendo servicios públicos como redes de agua, gas, electricidad y telefonía así como llevando a cabo obras de pavimentación y construcción de áreas verdes. No se conoce el monto exacto del costo de estas obras pero se calcula que debieron representar un monto similar al de las otras dos zonas que atendía conjuntamente con Sacyr, es decir, alrededor de otros 300 millones de dólares. Svlidco además también realizaba obras del mismo tipo en la ciudad de El Beido por un monto de 400 millones de dólares. (Libertad, 2009). Hay que señalar también que España importa gas de Libia, el 2.1% de sus requerimientos, mientras que del petróleo abastece el 10% de su consumo total. Otro de los significativos acuerdos que suscribieron Libia y España fue el que se firmó en el año de 2007 cuando Madrid se comprometió a venderle armas a Trípoli por un monto de 2,100 millones de dólares pero además quedó pendiente otro más, también para la venta de armas por un monto de 17,200 millones de dólares (Anabiarte, 2011). Este último no se logró cerrar por el advenimiento de la Primavera Árabe. Estos 111


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dos contratos fueron dados a conocer a la opinión pública a través de las filtraciones de Wikileaks, particularmente por un cable que el Embajador de Estados acreditado en Madrid envió a Washington. En marzo de 2011, justo cuando la Primavera Árabe se tornaba más violenta en territorio libio, el Ministerio de Economía español anunció la virtual incautación de los activos financieros e inmobiliarios del Banco libio Aresbank, dando cumplimiento a las sanciones impuestas por la Unión Europea. Esta institución financiera atendía una buena parte de las operaciones comerciales entre España y los países árabes y en el año de 2009 sus activos eran de más de 900 millones de euros. (AP, “Banco Libio…”, 2011). Por los cuantiosos montos de las operaciones financieras que realizaba el Aresbank, para la fecha en la que fue embargado, seguramente acumulaba activos por más de 1,000 millones de euros sin embargo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, otrora presidente de España no proporcionó ningún otro detalle. Las autoridades del país ibérico congelaron muchas cuentas bancarias libias que estaban depositadas en sus bancos sin embargo, al igual que ocurrió con el Aresbank, no se dieron pormenores. El hermetismo con el que varios países europeos y la propia España se condujeron al respecto, hace pensar que el decomiso de múltiples cuentas bancarias con enormes cantidades de dinero se hizo de manera poco transparente con la intención de que no se conocieran por el nuevo régimen libio para no verse en la necesidad de devolver los recursos monetarios a sus legítimos dueños que no son otros que los ciudadanos libios.

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Conclusiones Durante la época que Libia fue colonia de Italia, se gestaron lazos económicoscomerciales y políticos muy sólidos que prevalecieron después de que Libia alcanzara su independencia. La zona mediterránea y en especial Libia se constituyó desde inicios del siglo XX en un área geopolíticamente importante de intereses vitales para Italia y los países europeos. No obstante el período de distanciamiento y hasta de confrontación que experimentó la relación Libia-Occidente durante varias décadas en la segunda mitad del siglo pasado, al gobierno de Gadafi le fue imposible romper el marco de dependencia establecido con su ex metrópoli. Europa y Estados Unidos nunca hubieran permitido que Libia saliese de su esfera de influencia. Los recursos naturales que posee Libia en especial los yacimientos petroleros y su posición geográfica en el centro del Mediterráneo, son los principales factores que las potencias ponderan para evitar que algún otro actor internacional incursione o tenga una presencia significativa en el área. Las cuantiosas inversiones realizadas por Gadafi en bancos y empresas europeas, lejos de redituarle beneficios económicos o adquirir un mayor peso específico en la toma de decisiones de dichas empresas o de recibir un trato igualitario por parte de los países europeos, sólo sirvieron para apuntalar los corporativos y la economía de los Estados del viejo Continente y afianzar los históricos lazos de dependencia de Libia con respecto a Europa. El fenómeno político conocido como Primavera Árabe sirvió para que los países europeos, aprovechando los legítimos reclamos de una parte de la población libia, pudieran derrocar y asesinar al líder libio y establecer nexos con el Consejo Nacional de Transición entidad que dado el respaldo que recibió de Occidente, se ve en la necesidad de adoptar una posición muy obsecuente con los intereses de los países europeos. La era posgadafi no cambiará la histórica dependencia de Libia con Occidente y debido a la colosal crisis económica que padece Europa, los cuantiosos recursos económicos depositados e invertidos en ese continente no regresarán en su totalidad a sus legítimos dueños que son los ciudadanos libios.

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LA RIVALIDAD TÁCITA ENTRE ARABIA SAUDITA, IRÁN Y TURQUÍA FRENTE AL CONFLICTO EN SIRIA Mercedes E. Pereña y Gili, Alan López Fabián y Rodrigo Barbosa Hurtado1

Introducción El fenómeno de la Primavera Árabe, iniciado a principios de 2011 en los países del norte de África, trajo consigo una serie de cambios y procesos políticos en los países árabes y musulmanes de la vertiente oriental del Mediterráneo que están transformando el equilibrio de poder en Medio Oriente2 y han revelado la existencia de una rivalidad entre las principales potencias regionales: Arabia Saudita, Irán y Turquía. El principal acontecimiento en el que esta rivalidad se ha expresado desde ese año es el conflicto interno en la República Árabe de Siria. Durante dos años el régimen del Presidente Bashar al-Asad se ha enfrentado al riesgo de ser derrocado por una insurgencia de grupos opositores, entre los que se destacan aquellos de corte islamista, unificados por el deseo de remplazar al partido Baath y Mercedes Eloisa Pereña y Gili. Doctora en Ciencias Políticas y Sociales, en la orientación de Relaciones Internacionales, por la UNAM. Maestra y licenciada en Geografía por la misma institución educativa. Profesora de Carrera de la UNAM, adscrita a la División de Ciencias Socioeconómicas en la FES Acatlán. mercedespg@yahoo.com Alan López Fabián. Licenciado en Relaciones Internacionales. Egresado de la UNAM, FES Acatlán. Actualmente se desempeña como asistente del Departamento de Relaciones Internacionales en los Centros de Integración Juvenil. alanfabian.07@gmail.com Rodrigo Barbosa Hurtado. Licenciado en Relaciones Internacionales. Egresado de la UNAM, FES Acatlán. Actualmente se desempeña como Jefe del Departamento para la Península Arábiga en la Secretaría de Relacioners Exteriores. rabh_1@hotmail.co 2 Para efectos de este trabajo, por Medio Oriente se entenderá la región integrada por los siguientes países: Egipto, la Autoridad Nacional Palestina, Israel, Jordania, Líbano, Siria, Turquía, Irak, Kuwait, Arabia Saudita, Yemen, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein e Irán. 1

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Mercedes Pereña y Gili, Alan López Fabián y Rodrigo Barbosa Hurtado

su clase gobernante, constituida por una minoría musulmana denominada alauita / alawita, en el poder desde hace más de treinta años. Lo que nos proponemos mostrar aquí es que Arabia Saudita, Irán y Turquía, están reaccionando a los acontecimientos con políticas exteriores que buscan generar un cambio en el equilibrio de poder en la región. Se observa una rivalidad tácita entre Ankara, Riad y Teherán por hacer que los sucesos de la Primavera Árabe, particularmente en Siria, tengan un desenlace favorable al interés nacional de cada uno. Sin embargo, esta rivalidad podría resultar un juego de “suma cero”, en el cual lo que gane uno significará una pérdida para el otro. En el marco de esta rivalidad se hace presente un fenómeno particular: el islamismo juega un rol cada vez más importante en cada uno de los actores involucrados, convirtiendo el factor religioso en un elemento de poder que puede ser determinante para las consecuencias finales de los acontecimientos que actualmente se desarrollan en estos países mediterráneos. La población de Medio Oriente es en su mayoría musulmana y la religión tiene una gran influencia en la vida diaria y en la identidad de las personas. Las tradiciones de las sociedades de la región se definen en gran medida por la religión. La momentánea elección de los Hermanos Musulmanes en Egipto, entre junio 2012 y julio 2013, y del partido islamista moderado Ennahda en Túnez, son ejemplos de que en el Medio Oriente, política y religión no están del todo separadas como ocurre en Occidente. Este trabajo se divide en tres secciones. En la primera parte mostraremos brevemente qué es el islamismo y describiremos, de manera sucinta, el fenómeno de la Primavera Árabe, el ascenso y caída de los Hermanos Musulmanes en Egipto y la respuesta que Arabia Saudita, Irán y Turquía han tenido al respecto. En la siguiente sección se presentará una semblanza de Siria y el rol que ha jugado y juega en la región; así como del desarrollo y estado actual del conflicto interno por el que atraviesa, y la forma en que ha respondido la comunidad internacional. Como hemos mencionado, el desenlace de los acontecimientos en Siria podría resultar fundamental para el balance de poder regional. Por otro lado, la crisis siria representa el principal elemento desestabilizador de la región y es donde cada uno de los actores que analizamos tiene un especial interés de ganar o mantener su influencia. En la tercera sección observaremos la política exterior de Arabia Saudita, Irán y Turquía para procurar que la situación en Siria tenga un desenlace que se incline a su favor. Se podrá observar que los esfuerzos para evitar una escalada del conflicto han fracasado en gran medida porque las posiciones respectivas de cada uno de estos actores buscan resultados distintos. El análisis se centra en la dinámica política de la región, por lo que la mención a la política exterior de las grandes potencias respecto a los fenómenos señalados,

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La rivalidad tácita entre Arabia Saudita, Irán y Turquía frente al conflicto en Siria

únicamente se presentará en función de lo que implica para los intereses nacionales de estos tres países. El islamismo y su acceso al poder en los países árabes del Mediterráneo tras la Primavera Árabe El islamismo, o islam político, se puede definir como “cualquier camino o acción política motivada y realizada en el nombre del Islam o bajo sus preceptos y con marcadas posiciones anti-occidentales (Pappé, 2010). Si bien no es un movimiento monolítico, se caracteriza por poner énfasis en la aplicación de la sharía (ley islámica), proclamar un retorno a las creencias originales del islam y la supresión de la influencia occidental en la política y la sociedad. Para el islamismo las consignas “el islam es la respuesta” (lema de la Hermandad Musulmana) y “el Corán es nuestra constitución” son los principios rectores de toda su actividad política. Es un fenómeno latente en cualquier país musulmán, desde Marruecos hasta Indonesia. Algunos grupos son más radicales, mientras que otros sólo apelan al islam como un elemento de identidad. Shadi Hamid (2011) señala que a pesar de que la mayoría de los grupos islamistas comparten una ideología muy similar, la expresión de la misma ha diferido dependiendo de sus necesidades domésticas y regionales particulares, y de si un grupo es incluido o no en el gobierno. El islamismo contemporáneo puede ser de dos tipos: uno violento, militante y fundamentalista; y otro moderado, progresista y en busca de reformas políticas, sociales y religiosas (Group, 2004). Actualmente, Irán, Turquía y Arabia Saudita tienen gobiernos o regímenes delineados por sus particulares formas de islamismo. El fenómeno de la Primavera Árabe trajo consigo la celebración de elecciones libres en Túnez y Egipto, y con ellas el ascenso al poder, al menos por un breve periodo, de gobiernos de base islamista aparentemente moderados. El origen del islamismo moderno se encuentra en la fundación, en 1928, de los Hermanos Musulmanes en Egipto por Hasan Al-Banna. Su objetivo era “inculcar el Corán y la sunna (tradición del Profeta) como el punto de referencia clave para regular y gobernar la vida de las comunidades y gobiernos musulmanes”. Los Hermanos Musulmanes son una agrupación política, mas no un partido, que en sus primeros tiempos tuvo un brazo armado y de sus filas salieron integrantes que formaron otros grupos independientes. Hacia el decenio de 1940, los Hermanos Musulmanes (o la Hermandad) se habían convertido en una fuerza influyente en la sociedad y la política. El gobierno del Rey Faruk disolvió la organización y Al-Banna fue asesinado. La Hermandad apoyó el golpe de 1952, pero el objetivo de Nasser era un Estado secular socialista, así que prohibió la organización, persiguió y encarceló a muchos de sus líderes. 121


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A lo largo de los años, y desde la clandestinidad en la que actuaba, la Hermandad formó una amplia red de asistencia social en Egipto que llenaba el vacío dejado por las incapacidades del gobierno. Esto le generó muchos adherentes y partidarios, además de una gran popularidad y una buena reputación entre la población, lo que le ayudó a extenderse a otras partes del mundo árabe y generar una red trasnacional de asistencia: se formaron hermandades musulmanas en Jordania, Palestina, Siria, Sudán, y el norte de África. Durante el gobierno de Hosni Mubarak, los Hermanos Musulmanes permanecieron en la ilegalidad pero sus actividades eran toleradas. Sus líderes eran arrestados y liberados a discreción, de acuerdo a las circunstancias políticas. Se les llegó a permitir la participación en elecciones parlamentarias como candidatos independientes, pero esto cambió con la llegada de la Primavera Árabe. El 17 de diciembre de 2010 un joven universitario y comerciante tunecino de nombre Mohamed Bouazizi se inmoló en la ciudad de Sidi Bouzid en respuesta a la acción de la policía de confiscarle su puesto de frutas y dejarlo sin su fuente de trabajo. Este acontecimiento provocó una serie de movilizaciones y protestas en la mayoría de los países del norte de África y Medio Oriente que se conocen como la Primavera Árabe.3 Los manifestantes reclamaban mejores condiciones económicas, más oportunidades laborales, mayor apertura democrática y la destitución de los gobernantes anquilosados en el poder. Al principio el gobierno del entonces presidente tunecino Ben Alí, con más de veinticuatro años en el poder, reprimió las protestas, pero al ver que éstas se extendían por todo el país y la fuerza que tenían era imparable, decidió tomar algunas medidas en respuesta a las demandas populares, como el término de su mandato en 2014 y la libertad de expresión en los medios de comunicación. Sin embargo, no fue suficiente y el 14 de enero de 2011 huyó del país rumbo a Arabia Saudita. Las manifestaciones en Túnez se esparcieron desde las áreas rurales olvidadas hacia la capital, encontrando apoyo en el movimiento obrero (Anderson, 2011). Días después, miles de personas salieron a las calles de Egipto y se concentraron en las principales plazas de las ciudades, como en la plaza Tahrir de El Cairo, para protestar contra el régimen de Hosni Mubarak, con más de treinta años en el poder.4 La deteriorada habilidad del gobierno para proveer servicios básicos, la aparente indiferencia hacia el alto índice de pobreza y desempleo trastornó a millones de egipcios (Anderson, 2011). Fue la juventud urbana y cosmopolita de las ciudades la Cabe destacar que para Irán se trata de un “Despertar Islámico”. Hosni Mubarak llegó al poder tras el asesinato del entonces presidente Anwar el-Sadat, en 1981. Gobernó Egipto desde ese año hasta 2011, cuando se presentaron las manifestaciones sociales a lo largo del país. Durante su gobierno ejerció un control férreo sobre la población, reprimió a la oposición y las minorías y se convirtió en un aliado estratégico de Estados Unidos, manteniendo el acuerdo de paz con Israel. 3 4

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que organizó los levantamientos. A estos se les sumaron grupos políticos y sociales que previamente habían competido el uno con el otro: islamistas, secularistas, liberales e izquierdistas. Durante 18 días los manifestantes permanecieron en las calles, hubo algunos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, pero al final, la unidad de la oposición y la amplia base de movilizaciones populares forzó a los militares a expulsar a Mubarak e instaurar una junta militar para gobernar provisionalmente (Shehata, 2011). La caída de Mubarak sacó de la ilegalidad a los Hermanos Musulmanes. Con la formación del Partido de la Libertad y la Justicia en abril de 2011, la Hermandad logró por primera vez en su historia tener un partido político capaz de competir en elecciones libres. En junio de 2012 se realizaron elecciones presidenciales, resultando ganador Mohamed Morsi, candidato del partido islamista de los Hermanos Musulmanes. Sin embargo, a tan sólo un año de gobierno, manifestaciones multitudinarias criticaron al gobierno de Morsi por monopolizar el poder en favor de los Hermanos Musulmanes e incumplir las demandas de la población por las cuales fue derrocado Mubarak. Lograron que el ejército egipcio, al mando del Ministro de Defensa Abdel Fattah El Sisi, destituyera a Morsi y se estableciera un gobierno interino de coalición, con la consigna de celebrar elecciones presidenciales anticipadas e instalar un comité para enmendar la Constitución. Los meses posteriores a la destitución de Morsi estuvieron marcados por violencia entre la policía y partidarios del presidente depuesto, así como la persecución de los líderes de la Hermandad y la iniciativa de una Corte de El Cairo para vetar por completo al grupo y confiscarle sus activos. Arabia Saudita, Irán y Turquía trataron de aprovechar el cambio de gobierno en Egipto para consolidar una nueva relación bilateral con el objetivo de fortalecer su posición regional. En un principio, Arabia Saudita se mostró, si bien de manera cautelosa, opositor al derrocamiento de Hosni Mubarak. Tampoco parecía dar la bienvenida al ascenso al poder de la Hermandad Musulmana, a pesar de que Morsi escogió Riad como destino de su primera visita oficial. El rechazo saudita a la presencia de la Hermandad Musulmana en el gobierno egipcio se mostró patente cuando el rey Abdullah Bin Abdulaziz Al-Saud felicitó al país por la instauración del gobierno interino y le otorgó un apoyo de 8 mil millones de dólares de ayuda financiera. Por su parte, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, realizó una visita oficial a Egipto a principios de 2013. Se trató de un hecho histórico, ya que desde la Revolución Islámica de 1979 ningún mandatario iraní había visitado el país árabe. Esta acción significó prácticamente un restablecimiento de las relaciones bilaterales.

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Asimismo, Turquía buscó fortalecer su relación con el gobierno de Morsi, enfocándose sobre todo en el intercambio económico5 y en fungir como un ejemplo para la política egipcia. Las revueltas árabes no sólo se presentaron en Túnez y Egipto, sino que se extendieron por toda la región como una especie de efecto dominó, desde Marruecos hasta Irán, siendo las más destacadas las de Yemen, Bahréin y Libia, que tuvieron desarrollos y desenlaces distintos. Pero los levantamientos más importantes hasta el momento se han registrado en Siria, donde las movilizaciones se convirtieron en una insurgencia que mantiene la lucha contra el régimen, sin que aún se observe un claro ganador. En Siria se ha generado una crisis humanitaria y las iniciativas internacionales para resolver la situación han fracasado. El conflicto en Siria está alimentando una rivalidad entre Arabia Saudita, Irán y Turquía, no sólo por intereses políticos y económicos, sino también por ejercer mayor influencia sobre un territorio estratégico y de vital importancia para sus gobiernos, es decir, por razones geopolíticas.6 Sus litorales hacia la cuenca oriental del Mediterráneo, su posición central en Medio Oriente y su colindancia con países como Líbano, Israel, Iraq y Turquía hacen de esta nación un punto de convergencia de intereses geopolíticos que tanto las potencias regionales como las grandes potencias, Estados Unidos y Rusia principalmente, que buscan el objetivo de equilibrar la balanza de poder a su favor y fortalecer su presencia regional (Ver figura 4.1).

Se pretendía establecer una cámara de comercio mixta para aumentar su volumen de transacciones comerciales entre ambas naciones (ABC.es, 2013). 6 En ese sentido, Yves Lacoste señala que “el término Geopolítica designa en la práctica todo lo relacionado con las rivalidades por el poder o la influencia sobre determinados territorios y sus poblaciones: rivalidades entre poderes políticos de todo tipo- no sólo entre Estados, sino también entre movimientos políticos o grupos armados más o menos clandestinos- y rivalidades por el control o dominio de territorios de mayor o menor extensión” (Lacoste, 2008: 8) 5

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Figura 4.1 Siria y las potencias regionales

Fuente: elaboración propia

El conflicto sirio; desarrollo e implicaciones regionales Siria se independizó de Francia en 1946. Tras varios años de turbulencia política e inestabilidad social, llegó al poder, en 1963, el partido Baath,7 liderado por Hafez AlAsad, quien gobernó con mano dura, controló los medios de comunicación, impidió la creación de partidos políticos y ejerció un fuerte dominio sobre los sectores de la economía. La familia Al-Asad pertenece a la rama alauita del Islam, una corriente del chiismo a la que pertenece aproximadamente un 15% de la población siria, mientras que el resto es en su mayoría sunita. Esta diferencia sectaria ha tenido expresión en la oposición política agrupada en organizaciones como la Hermandad Musulmana siria. El movimiento Baa’thista nació en Siria y se trata del principal movimiento panarabista. También tuvo una importante resonancia en Iraq y en Jordania. Fue fundado en 1947 y representaba una mezcla de nacionalismo árabe y socialismo. En 1963, oficiales del ejército, entre ellos Hafez Al-Assad, apoyaron la llegada al poder del partido Baa’th y en poco tiempo la facción militar desplazó a la civil en la dirección del partido hasta que, en 1970, Hafez se hizo con el control de todo el aparato. En 1973 se enmendó la constitución para hacer del Baa´th el partido único. 7

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Las posiciones del régimen en materia de política exterior fueron cambiantes y hasta ambiguas, pero siempre practicadas en función de un objetivo: salvaguardar los intereses nacionales y posicionarse como un líder del mundo árabe. En un principio, estableció acuerdos con la Unión Soviética, impulsó el proyecto de federación con Egipto, Libia y Sudán, la República Árabe Unida, y se alió con Egipto para hacer frente a Israel, que le arrebató los Altos del Golán en la Guerra de los Seis Días de 1967. El gobierno de Estados Unidos consideraba al régimen sirio como patrocinador y promotor de grupos terroristas, pero en la década de los noventa, ante la guerra del Golfo, el gobierno de Siria restableció las relaciones con Estados Unidos y con varios países europeos, siendo un aliado en contra de su vecino Saddam Hussein, abriendo su economía a las inversiones extranjeras y flexibilizando su mercado interno. Hafez Al-Asad murió en el año 2000 y prácticamente heredó el poder a su hijo Bashar al-Assad, un joven de 34 años que estudió en Europa y que se presentó como un modernizador del país a través de la implementación de reformas económicas y políticas. Sin embargo, las medidas represoras contra los líderes y partidarios de grupos políticos opositores no cesaron. Por otra parte, las reformas económicas lejos de producir un mayor dinamismo en la industria y los servicios, provocaron mayor corrupción, desigualdad social y pobreza (Pinto, 2012). La política exterior del gobierno de Bashar al-Asad se alejó de Estados Unidos con el objetivo de defender su soberanía y oponerse a la relación de Washington-Israel. Además, buscó fortalecer sus vínculos con la República Islámica de Irán, con quien formó una alianza estratégica. Se estima que gran parte de la ayuda iraní al partido libanés Hezbolá (de base chiita) ha transitado por territorio sirio (Zidane, 2009). La preocupación de los países sunitas respecto a estas alianzas la expresó el rey Abdullah II de Jordania cuando en 2005 declaró en entrevista a una televisora estadounidense que la formación de “una media luna chií sería muy desestabilizadora para toda la región” (Espinosa, 2005). Frente al conflicto palestino-israelí, Damasco trató de perfilarse como un intermediario, disputando esta posición a países como Egipto y Jordania. A pesar de ello, la relación con Israel se tensó en 2007 cuando el gobierno de éste efectuó un ataque contra un supuesto reactor nuclear en Siria, lo que provocó que las negociaciones entre ambos países referentes al territorio de los Altos del Golán se estancaran (Agencias, El Clarín, 2010). El aislamiento internacional y la celebración de acuerdos militares por parte de varios Estados de Medio Oriente con las potencias occidentales provocó que Siria hiciera de Rusia uno de sus principales socios comerciales e importante proveedor de armamento. Actualmente, Rusia pose una base naval militar en el puerto de Tartu, sobre la costa oriental del Mediterráneo, su único enclave en la región y activo estratégico.

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La manifestaciones de descontento popular en Siria iniciaron en las ciudades de Latakia y Deraa en marzo de 2011. Poco a poco se extendieron por las principales ciudades del país. Al inicio, el presidente Bashar al-Asad tomó medidas como la derogación del estado de emergencia, aplicado desde 1964, el aumento de salarios y subsidios y la realización de elecciones legislativas para mayo de 2012. Asimismo, organizó un referéndum constitucional en el que participó más del 50% del electorado, del cual el 89.4% votó a favor de la nueva Carta Magna, que limita el mandato presidencial a dos periodos de siete años. Sin embargo, la situación escaló rápidamente, las manifestaciones se tornaron violentas, y los grupos opositores comenzaron a exigir el fin del régimen del presidente Bashar Al-Assad. En agosto de 2011, militares desertores liderados por el Coronel de la Fuerza Aérea, Riad Al-Asad, formaron el Ejército Libre Sirio. A la fecha se han formado hasta mil grupos opositores armados (BBCNEWS, 2013), que se agrupan en las siguientes coaliciones: El Consejo Supremo del Ejército Libre Sirio, el Frente de Liberación Islámica Sirio, El Ejército del Islam ( Jays Al-Islam) y el Frente Islámico Sirio. Entre los grupos jihadistas 8 más importantes y efectivos se encuentra el frente Al-Nusra y el grupo Estado Islámico de Iraq y el Levante, de origen iraquí y vinculado con Al-Qaeda. Las protestas en un principio pacíficas se convirtieron en un conflicto violento entre las fuerzas del gobierno y distintos grupos opositores armados. Las provincias de Latakia y Deraa, Al Hassakah, Baniyas, Baida, Deirez-Zor, Hama, Homs, Tafas, Alepo e inclusive la capital Damasco han sufrido enfrentamientos entre rebeldes y el ejército regular. La Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que al menos 100 mil personas han muerto desde el comienzo del conflicto (BBC, 2013) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) registró, a julio de 2013, 1.8 millones de refugiados sirios en Turquía, Líbano, Iraq, Jordania, Egipto y países del norte de África; así como 4.25 millones de desplazados internos (CNN, 2013). Al principio no existió una oposición política unificada. Ésta estuvo representada por dos grupos en el exilio: el Consejo Nacional Sirio (CNS) –que agrupa al 80% de la oposición fuera del país– y el Comité Nacional de Coordinación para el Cambio. Al interior operaba el Movimiento para la Construcción del Estado Sirio, el Ejército Libre de Siria (ELS), el Consejo Militar Revolucionario y los Consejos de Coordinación Local, los cuales apoyan una intervención extranjera pero tienen visiones opuestas sobre el modelo de transición política que debe implementarse en el país. En noviembre de 2012 las organizaciones que integran esta oposición lograron llegar a un acuerdo para formar la Coalición Nacional de Fuerzas de la Oposición y Rebeldes Por Jihadista se entiende a aquellos islamistas sunitas radicales que enarbolan la bandera de la guerra santa o Jihad. 8

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de Siria [Coalición Nacional Siria: CNS] en Doha, capital de Qatar. La Liga de Estados Árabes (LEA), el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCG) y parte de la comunidad internacional,9 incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, reconocen a la coalición como representante legítimo del pueblo sirio y promotor del establecimiento del nuevo gobierno (BBC, 2012). Su posición ha sido categórica al reiterar que es necesario un diálogo con el régimen actual, pero sin la intervención del presidente Al-Asad, ya que él y sus colaboradores deben responder por los crímenes que han cometido en los últimos meses (Agencias, Prensa Libre, 2013). La LEA y el CCG se han posicionado respecto al conflicto de distintas maneras. Los miembros del CCG expulsaron a los embajadores sirios de sus capitales, anunciaron el retiro de sus representantes de Damasco y solicitaron a los países árabes reconocer al CNS. La LEA envió una misión de observadores a Siria y acordó con su gobierno el fin de la violencia. Sin embargo, ante el incumplimiento de éste acuerdo, suspendió a Siria de la organización el 12 de noviembre de 2011 e hizo un llamado al Consejo de Seguridad de la ONU para crear una fuerza de paz conjunta (Tesón, 2012). La Asamblea General de la ONU aprobó en febrero de 2012 una resolución que exhorta al gobierno sirio a proteger a su población y a poner fin a las violaciones de los derechos humanos y a los ataques contra civiles. Asimismo, reconoció al CNS como un representante legítimo del pueblo sirio y apoyó el nombramiento del ex Secretario General de la ONU, Kofi Annan, como enviado conjunto de Naciones Unidas y la LEA para buscar una solución pacífica a la crísis. Sin embargo, el 2 de agosto de ese año Annan renunció al cargo de enviado especial ante la falta de apoyo y divisiones de la comunidad internacional frente al conflicto. En su lugar se eligió al argelino Lakhdar Brahimi,10 el cual acordó un alto al fuego entre el régimen y la oposición en el mes de octubre durante los cuatro días de la festividad musulmana del Eid al Adha, sin embargo, ninguno de los actores involucrados respeto el acuerdo y la violencia continuó. A principios de 2013, Brahimi exhortó al Consejo de Seguridad a actuar con decisión y firmeza para detener la crisis humanitaria que se vive en el país, demostrando así que los esfuerzos conjuntos para obtener la paz no han tenido los resultados esperados. El 21 de agosto del 2013, fuerzas oficiales atacaron los suburbios de Ghouta, en el distrito de Damasco, que en su mayoría eran controlados por la oposición siria. Los ataques estremecieron a la comunidad internacional por el Libia, Francia, Estados Unidos, España, Reino Unidos y los países del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudita, Bahrein, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Omán) han reconocido al Consejo Nacional Sirio como representante legitimo de la población siria. 10 Lakhdar Brahimi es un destacado diplomático argelino nacido en 1934. Entre sus misiones y cargos más importantes se encuentran: subsecretario de la LEA (1984-1991) y enviado especial de esta organización para Líbano (1989-1991); ministro de asuntos exteriores de Argelia (1991-1993); representante especial del secretario general para Afganistán (1997-1999 y 2001-2004) y jefe de la Misión de Naciones Unidas para ese país (2001 a 2004). En 2004 fue nombrado Asesor Especial del ex secretario general de la ONU, Kofi Annan. 9

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uso de armas químicas contra la población, entre los que destaca el gas sarín, sustancia química prohibida por la Convención de Armas Químicas de 1993. (OPCW, 1993) El gobierno estadounidense estimó que alrededor de 1400 personas murieron en el ataque, entre los que se encontraban mujeres, niños y ancianos (House, 2013). Esta cifra fue posteriormente ratificada por el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, al presentar el informe de Naciones Unidas que confirmó el uso de armas químicas en territorio sirio (ONU, Report on the Alleged Use of Chemical Weapons in the Ghouta Area of Damascus , 2013). El presidente Bashar Al-Assad rechazó que su ejército oficial utilizara armas químicas contra la población en Ghouta y negó haber ordenado cualquier ataque. (Malbrunot, 2013). Ante esta situación, el 31 de agosto, el presidente estadounidense Barack Obama anunció su intención de actuar militarmente en Siria, no sin antes obtener la aprobación del Congreso de su país. (Caño, 2013) El presidente francés Francois Hollande respaldó la postura de Estados Unidos y expresó su voluntad de actuar conjuntamente en Siria. Sin embargo, la poca la claridad de los planes estadounidenses dio pauta a que el secretario de relaciones exteriores ruso, Sergei Lavrov, propusiera al gobierno sirio colocar su arsenal químico bajo control internacional para su posterior destrucción.11 Los gestiones diplomáticas arrojaron resultado positivos, el presidente Obama aceptó la propuesta rusa y finalmente el Consejo de Seguridad de la ONU emitió una resolución para la eliminación del arsenal químico sirio (Gordon, 2013). El 2 de octubre, inspectores de la ONU llegaron a Damasco para comprobar el estado de dicho arsenal y proceder así con su destrucción escalonada, que se prevé finalice a mediados de 2014 (Ferrer, 2013). Las políticas exteriores saudí, iraní y turca frente a la situación en Siria Arabia Saudita El Reino de Arabia Saudita tiene un papel relevante en el escenario regional e internacional. En el primer caso, se constituye como uno de los países árabes más ricos y, por lo tanto, influyente. Es líder en el Consejo de Coordinación de los Estados del Golfo: CCG y, aunque no es una potencia militar, su gasto anual en defensa asciende a más del 10% del producto interno bruto: por ejemplo, tan sólo en diciembre de 2011, Arabia Saudita firmó acuerdos con Estados Unidos para el suministro de aviones de combate avanzado con valor de 29 mil 400 millones de dólares. La propuesta rusa para solucionar la crisis siria también precisaba la adhesión del régimen de Assad a la Convención Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas, la cual tuvo lugar el 14 de octubre de 2013. 11

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En el ámbito internacional destaca como potencia energética, pues es el primer productor de petróleo a nivel mundial y el país con las mayores reservas probadas de crudo. También tiene un importante peso religioso, ya que en su territorio están las ciudades de las mezquitas de Meca y Medina, sagradas para más de mil millones de fieles musulmanes. El Rey Abdullah ascendió al trono en 2005, aunque gobernaba de facto desde el decenio de 1990, dada la precaria salud de su antecesor, el Rey Fahd. La política de Abdullah ha sido de apertura y de diversificación de sus vínculos con el exterior. En materia económica, se ha ocupado de fomentar la iniciativa privada saudí para que la sociedad deje la gran dependencia que se tiene de los subsidios gubernamentales y a su vez para diversificar su economía basada casi por completo en su industria petrolera. Arabia Saudita es uno de los aliados estratégicos de Washington en la región. Apoya ampliamente la guerra contra el terrorismo ya que el Reino también ha sido víctima de ataques de grupos islamistas radicales que buscan derrocar a la familia Al-Saud. Existe una amplia cooperación militar, diplomática y financiera entre Estados Unidos y Arabia Saudita. Irán representa su principal competidor en la región, ya que ambos países son antagónicos en aspectos como secta (sunitas vs shiitas), etnia (persa vs árabe) y forma de gobierno (monarquía vs república islámica), así como rivales geopolíticos en el mercado energético (ambos son parte de la OPEP y suelen chocar en las políticas de producción que se deben aplicar) y la zona de influencia (Medio Oriente y comunidad musulmana). Cabe recordar que con el objetivo de contrarrestar el atractivo de la Revolución Islámica de 1979, Arabia Saudita promovió la creación del CCG en 1981, como una alianza para la defensa de las monarquías sunitas del golfo. Sin embargo, la relación entre Riad y Teherán fluctúa entre la tensión y la distensión, fenómeno que tiene sus causas, entre otras, en los cambios en la política interna de cada uno (Chubin, 1996). Antes de la Primavera Árabe, Arabia Saudita tenía en Egipto un aliado seguro. Los países del CCG se mantenían estables en su política interna y la principal preocupación consistía en contener el islamismo radical y el incremento de la influencia regional de Irán, particularmente por sus relaciones con Siria e Iraq y el desarrollo de su programa nuclear. Las relaciones entre Arabia Saudita y Siria han sido históricamente distantes y, sin ser oficialmente enemigos, caracterizadas por estar en bandos contrarios, principalmente en lo ideológico. La alianza de Siria con Irán y su apoyo a Hezbolá han sido desde siempre una de las principales preocupaciones de Riad. El conflicto entre Israel y Hezbolá en Líbano de 2006 y el asesinato del Primer Ministro libanés Rafik Hariri, un importante aliado político de Arabia Saudita, hicieron que las relaciones regresaran a su estado habitual de alejamiento. Al igual que con Irán, la oposición de Siria a la 130


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influencia estadounidense en la región lo aleja de Arabia Saudita, en virtud de la longeva alianza de este con Washington. Para Arabia Saudita, la Primavera Árabe significó dificultades, en un principio, pues desestabilizado su zona de influencia inmediata al alterar la situación política interna de sus socios del CCG Bahréin y Kuwait, y generar una profunda crisis política en Yemen. Sin embargo, Riad logró controlar los efectos de estas crisis, sin mayores repercusiones. Sin embargo, Arabia Saudita perdió a los regímenes aliados de Ben Ali, refugiado en territorio saudí, y de Mubarak, pero también se quitó del camino a Muammar Gadafi, quien era un acérrimo crítico de la monarquía saudita y su relación con Estados Unidos. Pero la Primavera Árabe la ha dado principalmente la posibilidad de debilitar a Irán, con la crisis que vive Siria. Esta oportunidad se presenta en un momento coyuntural muy importante, pues la retirada de las fuerzas norteamericanas de Iraq y la permanencia en Bagdad del gobierno chiita de Nuri Al-Maliki, Primer Ministro de Iraq,12 han incrementado las posibilidades de Teherán de expandir su influencia regional. Desde el inicio del conflicto en Siria, Arabia Saudita y sus aliados del CCG apoyaron abiertamente a la disidencia. El objetivo es colocar un gobierno de extracto sunita. De lograrlo, Arabia Saudita incrementaría su influencia y liderazgo en detrimento de la de Irán, particularmente en lo relacionado con el conflicto palestino-israelí. Por ello no ha dudado en financiar y armar al Ejército Libre Sirio (Reuters, Reuters US edition, 2012). También ha tomado iniciativas diplomáticas y humanitarias. En el primer caso organizó una conferencia extraordinaria en La Meca de la Organización de la Conferencia Islámica. En ella se decidió suspender temporalmente la membresía de Siria, pese a la fuerte oposición iraní representada por el Presidente Mahmoud Ahmadineyad a invitación expresa del Rey Abdullah. Sobre la ayuda humanitaria, Arabia Saudita ha donado al menos 72 millones de dólares, convirtiéndolo en el principal donador individual. Además, en un gesto de solidaridad islámica con amplia difusión mediática, otorgó alimento para nueve mil familias sirias refugiadas en Jordania (Embajada Saudí en Washington, 2012), con motivo de la fiesta musulmana del sacrificio (Eid Al-Ahda). Durante la Conferencia Internacional de Ayuda Humanitaria para Siria, celebrada en Kuwait y en la cual se solicitó a la comunidad internacional 1.5 mil millones de dólares para implementar los programas humanitarios en este país, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait donaron cada uno 300 millones de dólares (Agencias, Arab News, 2013). Estas acciones reflejan el profundo interés del reino saudí para establecer un gobierno sirio aliado en Medio Oriente que responda favorablemente a su política exterior y respalde las acciones que lleven a cabo frente a las demás potencias regionales. Nuri Al-Maliki es Primer Ministro de Iraq desde 2006. De confesión chiita estuvo exiliado en Irán desde 1982 por su militancia en el partido chiita Da’wa (llamado islámico) proscrito en Iraq bajo el régimen de Sadam Husein y del que posteriormente se convertiría en líder. 12

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Sin embargo, Arabia Saudita se ha encontrado con una dificultad en su estrategia para derrocar al gobierno de Bashar al-Asad: la reticencia de sus aliados occidentales, particularmente de Estados Unidos, de tomar acciones contundentes en apoyo a los rebeldes sirios. El principal ejemplo de esto fue la falta de acción militar en contra de Siria a raíz de los ataques con armas químicas registrados en las cercanías de Damasco, el 21 de agosto de 2013. La frustración saudita con Washington se mostró con el rechazo del Reino a ocupar un asiento no permanente ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el periodo 2014-2016, argumentando que las actuales condiciones de funcionamiento de ese órgano obstaculizan seriamente el ejercicio de sus funciones y su responsabilidad para preservar la paz y la seguridad internacionales. Destacó particularmente los 65 años de existencia del conflicto palestino-israelí y, naturalmente, la situación en Siria y la falta de sanciones internacionales contra el gobierno del Presidente Bashar Al-Assad (Ministry, 2013). Irán La República Islámica de Irán, que se ha posicionado durante la última década como un actor preponderante en la esfera regional e internacional. Desde su instauración en 1979, el régimen de los ayatolás busca el liderazgo regional a partir de una política exterior basada en el panislamismo y la exportación de la Revolución Islámica a todos los países musulmanes. Su discurso radical y opositor a Israel y a Estados Unidos despertó la simpatía de algunas élites gobernantes y de movimientos islámicos de toda la región, principalmente en Líbano, Iraq y los territorios palestinos. Teherán mantiene una relación estratégica con el régimen alauita en Siria, su principal aliado árabe, con el propósito de hacer frente a la influencia de Arabia Saudita en el mundo árabe e islámico. Los grupos islámicos de Hezbolá en Líbano y Hamas en Palestina también son aliados importantes de Irán en contra de Israel y Estados Unidos. Es por ello, que el interés común de ambas naciones en proporcionar apoyo político, económico y militar a Hezbolá ha fortalecido la idea de un eje chiita que hace frente a los intereses estadounidenses en la región y que sirve como contrapeso a la presencia y poder israelí. Sin embargo, la política exterior hacia Israel es diferente por parte de los dos gobiernos. Como ya se mencionó, Irán utiliza un discurso radical y ofensivo contra esa nación. Por su parte Siria ha mantenido un modus vivendi sin enfrentamientos directos con su vecino meridional durante las últimas tres décadas, no obstante el apoyo a los grupos islamistas de Hezbolá y Hamás.

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Irán es una potencia petrolera y gasífera y un importante abastecedor de hidrocarburos a países de rápido crecimiento económico como China, India y Turquía, y países desarrollados como Japón. Tiene una alta dependencia de los ingresos petroleros, pero también juega un rol importante en la Organización de Países Exportadores de Petróleo, donde suele chocar con Arabia Saudita. La caída del régimen de Saddam Hussein le dio la oportunidad a Irán para tener influencia en Iraq, de mayoría chiita, y entablar una relación sólida con el gobierno electo democráticamente de Nuri Al-Maliki. Una de las prioridades de Irán es el desarrollo de su programa nuclear, del cual Estados Unidos y otros miembros de la comunidad internacional consideran que tiene fines militares y viola el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. Irán afirma que su programa tiene fines pacíficos, pero su negativa de permitir el acceso de inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica a algunas de sus instalaciones genera incertidumbre.13 Irán se ha mostrado favorable a la mayoría de las transformaciones en el mundo árabe y las ha llamado “el despertar islámico”, en lugar de Primavera Árabe, pretendiendo darle una especificidad islámica y que su modelo teocrático sirva de ejemplo para los nuevos gobiernos. (Worth, 2012) Con ello busca generar aliados estratégicos para hacer frente a Israel y la presencia estadounidense en la región. En un principio estos movimientos expresaron que no veían en el régimen iraní un modelo a seguir. Durante las manifestaciones de 2011, activistas egipcios afirmaron que no buscan la implementación de un gobierno islámico y que las protestas no se trataban de una revolución religiosa, sino de la búsqueda de democracia y de oportunidades para la sociedad (Ezzat, 2011). La principal amenaza para Irán, surgida de estas transformaciones, es la crisis en Siria, ya que está en juego su principal aliado estratégico en la región, que le permite tener contacto con Hezbolá y Hamas, elementos que socavan la posición de Israel, su principal enemigo. Teherán se mantuvo silencioso al principio de la crisis, pero cuando la situación obligó su pronunciamiento mostró su apoyo al gobierno aliado y a una solución política que incluyera a todas las partes en conflicto. El entonces Ministro de Relaciones Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, señaló en una editorial para el Washington Post que “Siria es un mosaico étnico, cultural y religioso que se rompería en pedazos si el gobierno del Presidente Bashar Al-Assad cae abruptamente” por lo que una solución política que incluya a todas las partes es indispensable; de otra manera “pensar en un transición ordenada del poder es una ilusión” (Salehi, 2012). En junio de 2013 fue elegido el nuevo presidente Hassan Rouhani, considerado moderado, que autorizó inspecciones de la ONU e inició pláticas con Estados Unidos. 13

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Irán dirige su campaña diplomática a través de su discurso tradicional en el que plantea que Estados Unidos y sus aliados pretenden desestabilizar a Siria para aprovecharse de la región. La oposición siria, apoyada por los enemigos de Irán, acusa a Teherán de colaborar con el régimen de Bashar Al-Assad en la represión de las demandas legítimas del pueblo y de proporcionar armas y apoyo político para aplastar la insurgencia, convirtiéndose en cómplice de las matanzas en el país. Desde la Revolución Islámica, Irán ha pretendido establecerse como una fuerza opositora a las potencias extranjeras en la región, particularmente Estados Unidos, para lo cual ha creado una coalición anti statu-quo compuesta por su gobierno, el de Siria, y los grupos Hamas en Gaza y Hezbolá en Líbano. Teherán ha buscado superar las diferencias de identidad (chiismo vs sunismo, persa vs árabe) que podrían hacerle perder influencia regional aprovechando el hecho de que cada miembro de la coalición representa a una identidad etno-religiosa diferente que le permite presentar una cara distinta y familiar a grupos radicalmente diferentes (Scott Doran, 2011). Entre los esfuerzos iraníes para salvar a su aliado están la organización de conferencias internacionales paralelas a las organizadas por el grupo de Amigos de Siria,14 el amplio apoyo al plan del primer Enviado Especial de la ONU para Siria, Kofi Annan y ahora a Lakhadar Brahimi. Por otro lado, también se especula que provee armas y apoyo financiero al gobierno sirio (Reuters, Reuters US Edition, 2012). Perder a Siria como aliado debilitaría la posición iraní en Medio Oriente, ya que dificultaría el envío de apoyo a Hezbolá en Líbano y reduciría el margen de acción en Iraq, que ganó tras la retirada norteamericana. Hay quienes consideran que si Irán llegase a ver como imposible el rescate del régimen de Bashar al-Asad, podría “apoyar una insurgencia, incitar el caos y prevenir una transición hacia un gobierno dominado por sunitas” (Stratfor, 2012 ). Teherán se ha mantenido firme en su postura de implementar un plan que satisfaga las peticiones de la población, otorgue al gobierno la posibilidad de implementar reformas y detenga la injerencia extranjera. Con la elección del clérigo moderado, Hassan Rouhani, como presidente de Irán en junio de 2013, el tono da la política exterior iraní se volvió más conciliatorio que el de su predecesor, Mahmud Ahmadineyad. Rouhani afirmó que su gobierno apoyaría a los ciudadanos sirios en la decisión que tomarán respecto a su gobierno (Erdbrink, 2013). El grupo de Amigos de Siria es un conjunto de países (incluido México) y organismos internacionales que buscan una solución pacífica frente al conflicto político que se vive en Siria. A principios de 2012, el entonces presidente francés, Nicolás Sarkozy, propuso la creación de este grupo como una respuesta ante el veto que Rusia y China ejercieron sobre la resolución del Consejo de Seguridad la cual condenaba al gobierno sirio por las acciones tomadas contra la oposición. Durante la cuarta reunión en Marraquesh, Marruecos, los Amigos de Siria reconocieron a la Coalición Nacional Siria como el representante legítimo del pueblo sirio y le externaron su total apoyo (Irish, 2012). 14

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Estas acciones forman parte de una política exterior que busca disminuir las tensiones con la comunidad internacional, específicamente con Estados Unidos, y mejorar su imagen al interior y exterior del país. 15 Sin embargo, sigue siendo de gran importancia para Irán mantener un régimen aliado en la región como lo ha sido Siria. La presencia de grupos fundamentalistas sunitas en la oposición siria y el respaldo de las monarquías petroleras representan una amenaza a la zona influencia regional de Irán, y como menciona la investigadora Martha Tawil (2013) de El Colegio de México el objetivo de Teherán es “contener lo que percibe como un diseño saudita de instalar el dominio sunita de la rama wahabita sobre toda la región.” Turquía A lo largo de la primera década del siglo XXI, Turquía experimentó transformaciones que lo convirtieron en un actor importante en el mundo árabe e islámico, particularmente en su zona de influencia cercana: a Siria, Líbano, Iraq, Egipto, Libia y Túnez. Las principales características de esta Turquía son altos índices de crecimiento y rápido desarrollo económico, estabilidad social, libertad y democracia.16  Todo bajo el gobierno del Primer Ministro Recep Tayyip Erdogan y del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, por sus siglas en turco) de tendencia islamista. La política exterior turca se ha diversificado en los últimos años, enfocándose particularmente en un acercamiento a los países árabes e Islámicos. También continúa fomentando las relaciones con Occidente y permanece como un importante aliado de Estados Unidos y de la OTÁN. Pero tras la crisis económica de 2008 y la situación que originó en Europa, Ankara ha atenuado sus intentos para ingresar a la Unión Europea. En los últimos años se ha descrito a Turquía como el único país musulmán que ha logrado con éxito ser democrático. Quizá la atención que se pone a la especificidad El 27 de septiembre el presidente Barack Obama mantuvo una conversación telefónica con el presidente Rouhani, siendo la primera comunicación directa entre líderes de ambos países desde la Revolución Islámica de 1979. 16 En los últimos años se ha acusado a Turquía y al gobierno de Recep Tayyip Erdogan de atentar contra la libertad de prensa. Un estudio de la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa informó que de 2011 a 2012 el número de reporteros encarcelados pasó de 57 a 95. Ver: OSCE media freedom representative calls for legal reforms after study shows 95 journalists imprisoned in Turkey. Consultado el 12 de diciembre de 2012. A finales de mayo y durante junio de 2013, miles de personas se manifestaron en las diferentes ciudades de Turquía (sobre todo en la plaza Taskim, Estambul) contra las políticas del primer ministro Recep T. Erdogan. Las movilizaciones comenzaron como protesta contra la construcción de un centro comercial en el parque Gezi y fueron escalando hasta convertirse en un llamado generalizado por reformas políticas. La tensión duró varias semanas, dejando más de 4000 heridos y alrededor de 4500 detenidos. (Ian Lee, 2013) 15

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islámica del AKP resida en que uno de los objetivos de la República de Turquía, desde su fundación en 1923, fue la secularización del Estado y su sociedad. Sin embargo, ha sido durante el gobierno de un partido con tendencias islamistas que el país ha logrado su mejor desempeño, tanto en lo interno como en lo externo. Una de las principales características de la política exterior turca durante el gobierno del AKP es su posicionamiento respecto al conflicto árabe-israelí y sus relaciones con Siria e Irán. En el primer caso, Turquía se ha vuelto un crítico importante de la política israelí en los territorios palestinos; basta recordar aquella ocasión en el Foro de Davos, Suiza, en 2009 cuando el Primer Ministro Erdogan condenó las acciones israelís durante la operación Plomo Fundido (diciembre 2008-enero 2009) que dejaron al menos 1300 palestinos muertos y miles de heridos (Amnesty International, 2009), o el incidente del Mavi Marmar y la flotilla de ayuda humanitaria para Gaza.17 Desde hace treinta años, particularmente desde el inicio de este siglo XXI, Turquía ha buscado mejorar las relaciones con Irán –un rival geopolítico histórico de la península de Anatolia–. Una muestra de ello es la posición turca respecto al programa nuclear iraní: en 2010, por ejemplo, Turquía votó en el Consejo de Seguridad de la ONU en contra de nuevas sanciones contra Irán. También promovió la suscripción de un acuerdo tripartita con Brasil e Irán para que éste entregara su uranio enriquecido, a cambio de que el proceso de enriquecimiento se realizara fuera de sus fronteras y así diese garantías de los fines pacíficos de su programa.18 De igual manera, ha sido facilitador de las negociaciones entre el G5+119 y Teherán. Antes de la Primavera Árabe y desde inicios del siglo XXI, Turquía había formado excelentes relaciones con Siria. Se convirtió en uno de sus principales socios comerciales en la región y la cooperación se incrementó sustancialmente. Esto representó un cambio radical, pues las relaciones bilaterales habían sido históricamente tensas, delineadas por contradicciones en identidad, territorio, ideología y la alineación del periodo de la Guerra Fría (Fuller, 2008). El levantamiento popular y la respuesta de Damasco han Dicho incidente, ocurrido el 31 de mayo de 2010, enfrió las relaciones bilaterales debido a que fuerzas de seguridad israelíes abordaron por la fuerza un conjunto de barcos civiles que pretendía llegar a Gaza con ayuda humanitaria. Durante la operación nueve personas de nacionalidad turca perdieron la vida por el uso indiscriminado de la fuerza por parte de los militares israelís. (ONU, Report of the SecretaryGeneral’s Panel of Inquiry on the 31 May 2010 Flotilla Incident, 2011) 18 Dicho intercambio nunca se llevó a cabo. 19 El G5+1 está Integrado por China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania. También llamado E3+3 por la UE, se encarga de llevar a cabo negociaciones principalmente políticas con Irán a cerca de todo lo relacionado con su programa nuclear. El gobierno conservador del Presidente Mahmoud Ahmadineyad se caracterizó por un constante estancamiento de las conversaciones, que llevó al aumento de sanciones económicas a Irán, incluyendo la venta de hidrocarburos. El Gobierno del presidente actual Hassan Rohani, se ha mostrado más abierto a encontrar una solución política a la cuestión nuclear iraní. El Organismo Internacional de Energía Atómica es el encargado de las negociaciones técnicas del programa. 17

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obligado a Turquía a tomar acciones estratégicas y cambiar drásticamente el tono de las relaciones. El gobierno turco tiene como principal interés incrementar su presencia en la región. Posee una buena reputación en el mundo árabe-musulmán y tiene varios elementos a su favor, principalmente que es un país que ha logrado reunir la democracia y el desarrollo económico con el islam, en una vertiente moderada (Yalman, 2011). Al estallar las revueltas populares, Turquía se mostró inmediatamente a favor de los jóvenes y sus exigencias de transformación democrática. En Siria, con quien había construido una relación importante, primero realizó esfuerzos diplomáticos para lograr que el régimen de Bashar al-Asad hiciera reformas sustanciales. Sin embargo, esto resultó improductivo y con el avance de la violencia fue adoptando una política más discreta. El conflicto en Siria generó una grave crisis de desplazados que encontraron refugio en el territorio turco. A partir de entonces, Ankara ha tomado una posición favorable a la caída del régimen de Damasco. La resistencia del régimen ha complicado la política de Turquía generando mucha ambigüedad, pasando de exigir la renuncia de Al-Asad a llamar a elecciones anticipadas. El apoyo a los opositores es claro y se expone en la constante participación de Turquía en los foros de grupo de Amigos de Siria y las reuniones de los diversos grupos opositores en el exterior. Por otro lado, Ankara se ha acercado a Irán, principal aliado de Siria, con el objetivo de conectar una solución al conflicto, a pesar de que ambos buscan objetivos distintos al respecto. La situación en Siria ha significado un debilitamiento de la estrategia de política exterior de Turquía hacia la región basada en un discurso de “cero problemas” con los países vecinos y ha descubierto una competencia regional entre Teherán y Ankara (Ertgrul, 2012). Ante los incidentes ocurridos en poblaciones cercanas a la frontera con Siria, en donde misiles y balas procedentes de ese país hirieron y mataron a civiles turcos,20 el gobierno de Erdogan solicitó a la OTAN el envío de misiles de defensa antiaérea Patriot con el objetivo de proteger a su población ante eventuales ataques, Estados Unidos, Alemania y Países Bajos respondieron a la solicitud enviando a la frontera turco-siria los Patriot requeridos, así como personal militar para ponerlos en operación (Calatayud, 2013). A la par, la preocupación del gobierno turco aumenta por el levantamiento de kurdos en Siria, los cuales piden su autonomía y luchan para derrocar a un régimen que por décadas los han sometido bajo su poder (Euronews, 2012). Cabe recordar que el pueblo kurdo se extiende por las fronteras de Medio Oriente: Turquía, Siria, Iraq e El 16 de julio de 2013, un joven turco murió tras ser alcanzado por una bala disparada desde el lado sirio de la frontera y, durante la noche de ese mismo día, otro hombre fallece de un balazo. (ElMundo.es, 2013) (FoxNews, 2013) 20

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Irán; y que a lo largo del siglo XX han buscado la oportunidad de crear su propio Estado Actualmente, sólo los kurdos iraquíes han logrado establecer con éxito un gobierno semiautónomo próspero en el norte de Iraq. El primer ministro turco Erdogan ha advertido que su gobierno no permitirá que en Siria surja un gobierno autónomo kurdo como el que existe en Iraq, por lo cual están buscando una solución al conflicto que favorezca sus intereses por medio del apoyo a la Coalición Siria y solicitando mayor contundencia por parte del gobierno norteamericano (La Razón, 2013). La gran cantidad de refugiados sirios en territorio turco –se estima que son más de 600 mil personas21 (Reuters, 2013)  las explosiones de coches bomba en la frontera de ambos países y la inconformidad de un importante sector de la población al interior del país,22 ha demostrado la poca capacidad del gobierno actual para hacer frente al conflicto sirio e imponer una solución, ya sea diplomática o militar.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que más de 2 millones de personas han abandonado sus casas y han buscado un refugio seguro en países vecinos como Líbano, Jordania, Irak y Turquía. Además, más de 4,5 millones de sirios están desplazados dentro del país. Se prevé que para finales de año la cifra de refugiados pueda llegar a los 3,45 millones de personas. (ACNUR, 2013) 22 El 28 de mayo de 2013, comenzó un conjunto de movilizaciones en toda Turquía iniciados en la plaza Taksim de Estambul, que en un principio era contra la construcción de un centro comercial en el parque Gezi de dicha plaza pero que, tras ser reprimidas con violencia, se convirtieron en manifestaciones masivas de jóvenes en contra del autoritarismo del gobierno del primer ministro Recep Tayip Erdogan. 21

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Conclusiones La región del Mediterráneo oriental se ha transformado de manera irreversible tras las revueltas populares conocidas comúnmente como Primavera Árabe, pero también consideradas por algunos como despertar islámico. La transformación consiste en que grupos con bases islamistas han llegado democráticamente al poder, modificado las posibles alianzas y relaciones de poder entre los actores regionales y con las potencias extranjeras, particularmente Estados Unidos. En ese sentido, existe una rivalidad entre las potencias regionales, Turquía, Arabia Saudita e Irán, por incrementar su influencia en la región y propiciar que la balanza del poder regional se incline a su favor. El conflicto en Siria representa una oportunidad para los gobiernos de Arabia Saudita y Turquía de apoyar un nuevo gobierno favorable a sus intereses y partidario de sus políticas regionales. Por el contrario, para Irán está en juego uno de los regímenes aliados más importantes de Medio Oriente y su derrota significaría una disminución de su influencia regional. Para Turquía la situación no ha sido fácil, la amenaza de que la inestabilidad social que se vive en Siria traspase sus fronteras está latente y el peligro de que los kurdos sirios logren obtener una región autónoma como Iraq representa una peligro para su seguridad nacional, ya que esto podría motivar al Partido de Trabajadores Kurdos a movilizarse contra el gobierno turco. Además, el número de refugiados sirios en Turquía aumenta día con día y la crisis humanitaria se agudiza cada vez más, situaciones a las que debe hacer frente el gobierno de Recep Tayip Erdogan. Sin embargo, las recientes manifestaciones de la población han limitado las acciones de política exterior del gobierno y mostrando las dificultades de la vida democrática que existe al interior. En consecuencia, la política exterior turca no ha tenido la efectividad que se esperaba y ha comprometido el futuro de sus relaciones con Siria e Irán, disminuyendo su participación en los asuntos regionales y consiguiendo con ello, una pérdida de influencia en su zona natural. Para evitar esa situación, Ankara necesita el establecimiento de un gobierno en Damasco que sea su partidario, por lo cual seguirán apoyando a la Coalición Siria y todos los mecanismos regionales e internacionales que apoyen un régimen diferente al del presidente Bashar al-Asad. En el caso de Irán, la presión internacional sobre Siria, el apoyo político que recibe la oposición de parte de varios países occidentales, así como el financiamiento por parte de la ricas monarquías sunitas del Golfo, y la presencia de grupos jihadistas sunitas han hecho que la duración del conflicto se esté alargando peligrosamente para el régimen de Bashar al-Asad. La instauración de un gobierno sunita en Siria afectaría considerablemente la influencia regional de Irán. Por lo que está poniendo todo su 139


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empeño para evitar que eso suceda. Sin embargo, la presión ejercida por Estados Unidos y la Unión Europea por su programa nuclear y el reacomodo de las relaciones de poder al interior del país, han mermado la capacidad de Teherán para impulsar soluciones viables al conflicto. Por el contrario, si el régimen alauita en Damasco se mantiene en el poder, fortalecería la presencia regional de Irán y consolidará así las relaciones estratégicas de éste con sus aliados, particularmente con Iraq, y en detrimento principalmente de Arabia Saudita. Para Arabia Saudita el conflicto en Siria es la oportunidad de expulsar la presencia iraní de su zona de influencia y está utilizando todos sus recursos para conseguirlo, sobre todo, financiando a la Coalición Nacional Siria y cabildeando a nivel regional e internacional a favor de la oposición. De no hacerlo, la presencia del Reino se disminuiría sustancialmente, dada la incertidumbre que aún existe respecto al futuro de la política exterior de Egipto. Finalmente, la región del Mediterráneo oriental se encuentra en un proceso de transformación, caracterizado por el ascenso del islamismo, en el cual los actores regionales y sus acciones serán determinantes para el nuevo ordenamiento de fuerzas y relaciones de poder.

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La rivalidad tácita entre Arabia Saudita, Irán y Turquía frente al conflicto en Siria

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5•



MIGRACIONES MEDITERRÁNEAS, REMESAS Y CAMBIOS ESTRATÉGICOS EN EL MEDITERRÁNEO SUR Y ORIENTAL Jordi Bacaria Colom y María Isabel Osorio Caballero1

Introducción El Mediterráneo siempre se ha caracterizado por ser un medio de intercambio entre distintas culturas y civilizaciones. Los niveles de intercambio han sido distintos según las épocas, así como el tipo de intercambio, sean mercancías, ideas, personas. El final del siglo XX se caracterizó por el establecimiento de un nuevo marco para este intercambio mediterráneo propuesto por la Unión Europea (entonces Comunidad Europea) y que se lanzó como Asociación Euro-Mediterránea, con el fin de alcanzar un área de prosperidad compartida que comprendiese el diálogo político y la seguridad, la cooperación económica y financiera, y la cooperación social y cultural.2 Eran años de optimismo económico y la pretensión de tal acuerdo que se concretó en el llamado Proceso de Barcelona lanzado en 1995, era que mediante el apoyo de la UE a los cambios institucionales y acuerdos de libre comercio, se consiguiese un mayor crecimiento en Jordi Bacaria Colom. Doctor en Economía por la Universidad Autónoma de Barcelona. Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Autónoma de Barcelona. Profesor visitante en el Instituto Tecnológico Autónomo de México. Director de Foreign Affairs Latinoamérica. Ha sido director del Instituto Universitario de Estudios Europeos en la Universidad Autónoma de Barcelona y codirector europeo del Instituto de la Integración Europea en ITAM. Jordi.Bacaria@uab.cat María Isabel Osorio Caballero. Candidata a Doctor por la Universidad Autónoma de Barcelona. Master en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Licenciada en Economía con mención honorífica, por la Universidad Nacional Autónoma de México. Personal docente en la Universidad Autónoma de Barcelona por el programa de “Formación del Profesorado Universitario”, 2009-presente. MariaIsabel.Osorio@uab.es 2 Barcelona Declaration adopted at the Euro-Mediterranean Conference, 27-28/11/1995, http://www. eeas.europa.eu/euromed/docs/bd_en.pdf 1

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Jordi Bacaria Colom y María Isabel Osorio Caballero

los países del Mediterráneo Oriental y Norte de África que favoreciese la estabilidad política en región. Desde el inicio del Proceso de Barcelona de los Acuerdos Euro-Mediterráneos, el escenario europeo empezó a cambiar rápidamente respecto del período de Guerra Fría. Desde el colapso del Muro de Berlín, la UE se concentró en los procesos de transición política y económica de los Países Socios Mediterráneos (PSM) quedó en una segunda prioridad o se intentó tratarlo en una sola perspectiva como ocurrió con la Política Europea de Vecindad, que acabó englobando a los países del Este de la UE y PSM en una sola orientación de “Europeización de las políticas e instituciones” (Escribano, 2005). La Política Europea de Vecindad (ENP por sus siglas en inglés) fue lanzada por la Comisión Europea en 2003.3 En este nuevo proceso de Europeización dejó fuera importantes procesos de integración que han tenido lugar en la propia UE, tales como los flujos de mano de obra. En este trabajo se presenta la relación entre flujos migratorios y remesas, así como las políticas de la UE que condicionan en gran medida las relaciones de vecindad de la UE con los países del Sur del Mediterráneo (PSM). Como ocurre con los movimientos migratorios de sur a norte, estos dan como resultado flujos de ahorro que se convierten en importantes para la estabilidad económica e incluso política del sur. Sin embargo los cambios políticos y las revueltas en los PSM modifican radicalmente el escenario de los movimientos migratorios y los flujos de remesas. La crisis económica con especial impacto en la zona euro desde 2010 ha alterado la agenda política y los esfuerzos se han concentrado en evitar el colapso del euro. Al mismo tiempo y sin renunciar a una hipótesis de relación entre ambos, a la crisis económica europea le ha seguido a finales de 2010 y desde 2011 la llamada Primavera Árabe que ha dado lugar a cambios muy importantes en el escenario político de los PSM. Los antiguos gobiernos de los países socios han colapsado y con el nuevo régimen en Túnez y Egipto, la crisis se ha extendido a Libia que no pertenecía a los PSM pero estaba en vías de negociación. De manera parecida sucedió con el gobierno socio de Siria y el país está en guerra civil. En Marruecos y Argelia las revueltas no han comportado un cambio de régimen. Turquía representa el modelo político que se desearía para el resto de países aunque también se aleja de la posible integración en la UE, a pesar de ser el único miembro de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) de los Países Socios Mediterráneos (PSM).

Communication from the Commission to the Council and the European Parliament, Wider EuropeNeighbourhood: A New Framework for Relations with our Eastern and Southern Neighbours, Bruselas, 11/ III/2003, COM (2003) 104 final; y Communication from the Commission, European Neighbourhood Policy Strategy Paper, Bruselas, 12/V/2004, COM (2004) 373 final. 3

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Migraciones mediterráneas, remesas y cambios en el Mediterráneo sur y oriental

Marco teórico Las diferencias demográficas y el nivel de desarrollo económico entre las distintas regiones del mundo han favorecido el progresivo y continuo flujo del recurso más importante: los movimientos de personas. Este fenómeno se ha visto beneficiado con el abaratamiento del transporte y las comunicaciones así como por la liberalización de los movimientos de bienes, servicios y capitales. El rápido crecimiento económico en países con tasas de crecimiento demográficas adversas como España, ha sido el principal motivo de flujos de inmigración laboral. Los movimientos migratorios se han ajustado a los requisitos de la economía global, que demanda, entre otras cosas, trabajo altamente flexible. Acorde con datos de las Naciones Unidas, más de 215 millones de personas viven fuera de sus países de nacimiento y más de 700 millones migran dentro de sus propios territorios y se estima que en las próximas décadas esta cifra aumente debido a las fuerzas demográficas, la globalización y el cambio climático. Existen fuertes costos sociales asociados a los migrantes y sus familias que pueden ir desde la explotación ilegal hasta la inestabilidad emocional de los trabajadores e incluso cambios de identidad nacional. En contraparte, el país receptor se enfrenta a retos como buscar la integración de los migrantes, la competencia en el mercado laboral entre los trabajadores nativos y los trabajadores inmigrantes y costos fiscales asociados con la proporción de servicios sociales para los inmigrantes. Las remesas constituyen el lado más microfinanciero de la globalización, y paradójicamente uno de los menos estudiados y con mayores dificultades de cuantificación estadística. Han adquirido gran importancia en la economía de los países en vías de desarrollo. En 2010 las cifras oficiales fueron de US$440,000 millones, de este monto US$320,000 millones fueron hacia los países en desarrollo y se estima que las remesas mundiales ascenderán a US$615,000 millones para 2014, de los cuales US$467,000 millones serán enviados a los países en desarrollo (World Bank, 2011). Como se mencionó, existe una gran dificultad en el control estadístico de las remesas. En varias ocasiones, los ahorros son enviados en activos no monetarios como son bienes consumo o para el equipamiento del hogar) o bien, a través de vías informales de transferencia como viajes de conocidos o familiares que esquivan el control. Por ello, sólo una parte de los ahorros enviados por los emigrantes se registran estadísticamente, apareciendo en las balanzas de pagos de los países receptores. Un estudio del Banco Mundial (2006) señala que el total de remesas podría ser hasta un 50% superiores a las estimaciones oficiales, si se envían a través de canales informales (Pradham et al., 2008). Durante los últimos 10 años, los flujos de remesas a nivel mundial representaron en promedio aproximadamente un tercio de los ingresos de exportación, más del doble de los flujos de capital privado, casi 10 veces los flujos de capital oficial, y más de 12 veces las transferencias oficiales. Las remesas se han vuelto incluso tan grandes como la 151


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Inversión Extranjera Directa (IED) hacia los países en desarrollo (Barajas et al., 2009). La fuerte caída que sufrió la IED de 40 puntos porcentuales del 2008 al 2009 a raíz de la crisis financiera, convirtió a las remesas en la principal fuente de financiación externa de muchos países en vías de desarrollo ya que para el 2010, éstas alcanzaron nuevamente la cifra previa al año en que estalló la crisis que fue de USD $325 mil millones. Los flujos de remesas enviados a los países en desarrollo demostraron ser flexibles a la última crisis mundial al tener una disminución en el 2009 de 5.5% y mostrar una pronta recuperación en 2010, lo cual no ocurrió con los flujos de IED ni de la deuda pública e inversiones de cartera que representaron caídas del 40% y del 46% respectivamente en 2009. (Wold Bank, 2011). Ratha (2009) considera cinco motivos del porque las remesas mantuvieron su nivel de importancia en los países receptores ante el contexto de crisis económica: a) Las remesas son enviadas por los flujos acumulados de los inmigrantes en los últimos años, no sólo por los inmigrantes de los últimos dos años. b) El aumento de los controles fronterizos y el miedo de regresar a su país de origen y encontrarse con una situación de desempleo, incentiva a los inmigrantes a estar más tiempo en el extranjero. Los migrantes que se quedan, siguen enviando remesas. c) Dado que las remesas son una pequeña parte de los ingresos de un migrante, ellos pueden amortiguar una caída en los ingresos por la reducción de costos (especialmente de viviendas) y continuar con el envío de remesas. d) Cuando un migrante regresa a su país de origen, es muy probable que lo haga con los ahorros acumulados, lo que se contabiliza como remesas. e) En el ámbito macroeconómico, en los países donde los destinos para emigrar son más diversificados es probable que las remesas sean más resistentes. Diversos investigadores han tratado de explicar la emigración internacional dirigida a un país determinado, por ejemplo, Karemera et al. (2000), estudian la emigración orientada a Estados Unidas y Canadá, Clark et al. (2002) analizan la emigración dirigida a Estados Unidos, Hatton (2005) que estudian la emigración hacia el Reino Unido, o Moreno y López-Casanovas (2006), Cebrián (2009) en el caso de la emigración a España. Otros autores, estudian los flujos bilaterales de emigración de un grupo de países, por ejemplo, Mayda (2007) con un estudio referido a 14 países de la OCDE, Perdersen et al. (2004) que amplían esa relación a 27 países, Berthelémy et al. (2009) que consideran la emigración recibida por los países desarrollados o Artal et al. (2012) que considera los países del Mediterráneo. Dependiendo de las condiciones iniciales de cada país, éstas pueden reducir o incrementar la desigualdad. Taylor (2005) y Adams (2005) en su investigación sobre los efectos de las remesas en la desigualdad y la pobreza rural, encuentran que la migración tiene un efecto inicialmente desigualador en la distribución del ingreso rural, pero que con el paso del tiempo el efecto es más equitativo o menos desigual. Doquier (2010) señala que, ya sea en el corto o en el largo plazo, la migración y las remesas 152


Migraciones mediterráneas, remesas y cambios en el Mediterráneo sur y oriental

siempre reducen la desigualdad del ingreso, lo anterior se da a través de un aumento proporcionalmente mayor de la riqueza para los pobres. Sin embargo, Rodríguez (1998) y Barhan y Boucher (1998) encuentran mayor desigualdad en casos de estudio como Filipinas y Nicaragua, respectivamente. Pradham (2008) considera que las remesas pueden reducir la pobreza, ya que por lo general son los pobres de los países en desarrollo los que emigran y envían remesas. Al aumentar los ingresos de los hogares, las remesas también pueden conducir a un mayor consumo que puede tener un efecto multiplicador sobre la demanda agregada y la producción. Adicionalmente los países de origen reciben el impacto positivo de la industria, en las comunicaciones y el transporte de lo que se conoce como comercio de nostalgia. La compra por parte de los migrantes de “artículos de nostalgia” procedentes del país de origen puede incidir en su desarrollo y muchas pequeñas empresas creadas por los emigrantes se basan en esta actividad, que por ejemplo en El Salvador representa el 10 por ciento de las exportaciones (Orozco, 2005). En un estudio concerniente a Indonesia basado en una encuesta de presupuestos familiares, Adams y Cuecuecha (2010) confirman el efecto positivo de las remesas sobre la pobreza, las familias que las recibieron vieron caer la incidencia de la pobreza en un 26.7 por ciento y el cuadrado del gap de la pobreza en casi un 70 por ciento. A su vez, el efecto positivo de las remesas en las partidas de gasto educativo familiar fue igualmente confirmado en otros estudios, como en Acosta (2006) para El Salvador. Por su parte, el gasto destinado a la atención de la salud no sólo se ha incrementado, sino que las remesas pueden ayudar a igualar los gastos de atención médica entre los hogares con y sin cobertura de salud (AmuedoDorantes and Pozo 2011). Por su parte, Mohapatra, S. y Ratha (2010), señalan que las remesas responden de manera positiva a incrementos en el PIB del país de acogida de los migrantes y de forma anti cíclica durante crisis económicas, crisis financieras y/o desastres naturales en el país de origen. Barajas et al. (2009), demuestran que las remesas no afectan negativamente a la economía ya que en el peor de los casos si bien no beneficia el crecimiento económico, tampoco lo afecta. Es decir, las remesas ayudan a las familias a superar shocks adversos, contribuyendo a alisar su gasto a lo largo del tiempo, reduciendo, de este modo, sus niveles de vulnerabilidad. Se trata de un efecto analizado por Lucas y Stark (1985), en relación con la migración interna en Bostwana, y por Yang y Choi (2007) en el caso de Filipinas. Cuando la desigualdad de la productividad es lo suficientemente alta, la desigualdad de ingresos puede disminuir continuamente en el tiempo o bien marcar camino hacia la transición. En este último caso, la desigualdad de ingresos se eleva en el corto plazo y posteriormente desaparece. Es decir, una relación de forma de U invertida que puede ser generada a través de transferencias de riqueza entre generaciones. Ortega y Peri

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(2009) encontraron que la inmigración aumenta el PIB total del país receptor en el corto plazo uno por uno, sin afectar los salarios o la productividad del trabajo. Se ha señalado la participación positiva de las remesas en la inversión. Ratha (2011) confirma que son una gran fuente y estabilidad de divisas, ya que pueden frenar el pánico de los inversionistas así como prevenir inversiones repentinas de cuenta corriente durante una crisis (Bugamelli y Paterno, 2006, Gupta et al., 2007). Además, los futuros flujos de remesas pueden ser usados como la fianza de los gobiernos y entidades de sector privado en países en vía de desarrollo para levantar la financiación en el mercado internacional de capitales (Ketkar y Ratha, 2001). Jackman, et al., (2009) argumentan que los flujos de remesas tienen una influencia estable en el producto y la volatilidad de la inversión mientras Mishra (2005) encuentra que un incremento del 1 por ciento en las entradas de remesas en 13 países caribeños incrementa la inversión privada en un 0.6 por ciento que es adicional al incremento del consumo lo que genera un efecto positivo sobre el PIB. Nagarajan (2009), señala que el envío de remesas puede promover la inversión en capital humano debido a que la migración permite la transferencia de conocimientos que son inaccesibles para los hogares rurales. Incluso ante situaciones inesperadas como en el caso de desastres naturales o crisis económicas además de que pueden financiar los costos de acceso a la salud o ayudar a mantener el nivel de consumo ante una enfermedad que implique costos no previstos. Stark (2004) apoya esta idea: la migración y las remesas son propicias para la formación de capital humano, es decir, es una ganancia de capital humano más no la razón de la fuga de capital humano. Ajayi (2009) encuentra que las remesas internacionales han contribuido al bienestar del África Subsahariana. Los inmigrantes con un menor nivel educativo, aumentan la productividad laboral, debido a que tienen una ventaja comparativa en las tareas manuales y físicas, mientras que los nativos con niveles similares de educación tienen una ventaja comparativa en las tareas de comunicación y el lenguaje lo que da como resultado una complementariedad de la fuerza de trabajo. (Peri y Spaber 2009). A su vez, las remesas se ven afectadas por diversos factores, lo que hace necesario estudiar las causas que las afectan. Dentro de las causas se puede considerar los diferenciales de las tasas de interés y por el tipo de cambio y la duración de la migración (El-Sakka y McNabb, 1999). Freund y Spatafora (2005) señalan que las remesas dependen negativamente de los costos de transferencia y paralelamente del mercado de cómo los migrantes pueden preferir enviar dinero a través de los canales informales cuando los costos de las transferencias son altos o cuando el tipo de cambio real oficial no es atractivo. Sin embargo, en términos negativos se considera que las remesas son dominantemente utilizadas con fines diferentes de la inversión, fomentando el consumo (inclusive el consumo prescindible) y desestimulando el esfuerzo de las familias receptoras. En 154


Migraciones mediterráneas, remesas y cambios en el Mediterráneo sur y oriental

concreto, Chami et al. (2005) y Görlich et al. (2007) señalan un efecto negativo de las remesas sobre el crecimiento al reducir el esfuerzo laboral de las familias receptoras y generar en ellas una cultura de “rentistas”. Kapur y McHale, (2005) por su parte, descubrieron que las remesas pueden tener un mínimo impacto sobre el ahorro y la inversión, ya que se utilizan principalmente para consumo, con lo que la idea de que las remesas ayudan a promover el crecimiento económico puede estar equivocada. Por otra parte, los ingresos provenientes de las remesas pudieran provocar una apreciación del valor de la moneda reduciendo la capacidad exportadora del país y afectar negativamente el crecimiento económico. A su vez que, podría conducir a un deterioro de la calidad institucional. Chami (2008) señala que una mayor proporción de las remesas en el PIB se encuentra asociada con menores índices de control de la corrupción, efectividad del gobierno y de la ley. Por otro lado, la emigración es muy selectiva, afectando de manera directa a los grupos más jóvenes, dinámicos y mejor formados de los países de origen. Por medio de la emigración, los países en desarrollo pierden parte de la inversión realizada en la formación de su capital humano. Esta pérdida de capital humano puede generar un efecto negativo ya sea en términos de potencial de crecimiento de los países emisores como en las posibilidades de desarrollo y consolidación de las instituciones. Una buena parte del debate sobre el “drain / brain gain” se planteó desde un ámbito teórico, dada la limitada información empírica existente sobre el fenómeno. Recientemente han surgido estudios empíricos, a partir de la información aportada por Carrington y Detragiache (1998, 1999), Adams (2003), Docquier y Marfouk (2004, 2006) y Dumont y Lemaitre (2005). Remesas y crecimiento económico en el espacio euromediterráneo El impacto económico de las remesas que envían los trabajadores es un importante tema tanto para los gobiernos de los países emisores como para los receptores. Para el país de origen, las remesas pueden incrementar el desarrollo económico en la medida en que éstas, incrementan el ingreso de los hogares lo que conlleva a una disminución de la pobreza y aumentos de los niveles de salud y de educación. Las remesas son importantes en diversas dimensiones, tanto sociales, culturales e incluso políticas, y aún se debaten los efectos que generan en el desarrollo de los países que las perciben. Sin embargo, es un hecho el impacto que las remesas tienen en las familias receptoras en la manutención o el incremento de consumo. En este contexto, la relación migratoria entre la parte euro mediterránea aparece como compleja y a la vez complementaria. La región del Medio Oriente y Norte de África (MENA por sus siglas en inglés) cuenta con una óptima situación de su pirámide 155


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poblacional que se traduce en 18.1 millones (año 2010) de emigrantes, es decir, 5.3% de la población, de los cuales la mayoría es gente joven que viven en Europa. Por su parte, Europa, ha tenido una demanda creciente de mano de obra joven, calificada y no calificada debido a la escasez de población con estas características y donde se prevé siga incrementando en las próximas dos décadas incluso con la crisis, a la par que la oferta de población en edad de trabajar se incrementa en la región mediterránea. Por esta razón autores como Fargues (2008) consideran que la escasez de mano de obra que afectará a Europa podría ser mitigada por la migración de la región mediterránea, cuya población es más joven, más accesible a desplazamientos e incluso altamente cualificada. Esta importante relación migratoria señala como los 10 países con mayor proporción de emigración a: República Árabe de Egipto, Marruecos, Gaza y Cisjordania/ Ribera Occidental), Irak, República Islámica del Irán, Argelia, República del Yemen, República Árabe Siria, Jordania, Líbano; y como los 10 corredores migratorios principales: 1) Cisjordania/Ribera Occidental y Gaza- República Árabe Siria, 2) República Árabe de Egipto- Arabia Saudita, 3) Argelia- Francia, 4) República del YemenArabia Saudita, 5) Cisjordania- Jordania. 6) República Árabe de Egipto-Jordania, 7) Marruecos-Francia, 8) Marruecos-España, 9) Marruecos-Italia, 10) República Árabe de Egipto-Libia. Se destaca que la UE es la principal fuente de los flujos de remesas que llegan a Turquía, Marruecos, Argelia y Túnez (ver tabla 1). Tabla 5.1 Flujos de remesas (millones de dólares)

Países de Europa y Asia Central Oriente Medio y Norte de África

1990 3 246.0 11 393.36

1995 6 481.51 13 275.09

2000 10 356.93 13 061.20

2005 23 261.98 25 078.39

2010 36 718.66 35 454.87

Fuente: Elaboración propia con base en World Bank

Continuando con Fargues (2008), son cuatro los factores que pueden inducir al aumento de la emigración de la región mediterránea: a) El aumento de juventud podría impulsar el crecimiento económico nacional, b) los jóvenes trabajadores, sobre todo los altamente educados, encuentran mejores condiciones de trabajo que en su país de origen, c) la densidad de la población está creciendo a niveles insostenibles en varios países de la región, y la presión sobre las reservas de agua dulce va a exacerbar este problema y d), los conflictos políticos no resueltos que pueden seguir causando la migración dentro y desde la región. Sin embargo, se debe considerar que los países de la Unión Europea no son el único destino de los migrantes de la región pues otros

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países, en especial, los del Golfo Pérsico hacen intentos constantes por atraer migrantes especialmente altamente cualificados. El movimiento de las fluctuaciones a su vez va vinculado a la estabilidad o las crisis económicas del propio país receptor. El World Bank reportó como principal destino de remesas en 2010: Líbano (US$8.200 millones), República Árabe de Egipto (US$7.700 millones), Marruecos (US$6.400 millones), Jordania (US$3.800 millones), Argelia (US$2.000 millones), Túnez (US$2.000 millones), República del Yemen (US$1.500 millones), República Árabe Siria (US$1.400 millones), Ribera Occidental y Gaza (US$1.300 millones), República Islámica del Irán (US$1.100 millones). En los países del Mediterráneo los emigrantes que están en Europa Occidental no se ven afectados por los cambios bruscos de los flujos de remesas, debido a que el país anfitrión mantiene una mayor estabilidad ante los shocks de las crisis económicas. De hecho en países como Francia, las remesas de los marroquíes y tunecinos han tenido un incremento durante algunas recesiones económicas, en 2009 el flujo de remesas representó en Marruecos el 6.6% como porcentaje del PIB, en Túnez 5.3%, en la República Árabe de Egipto el 4% y en Argelia el 1.4% (World Bank, 2011). Figura 5.1 Flujo de remesas de los principales países del Mediterráneo

Elaboración propia con base en World Bank

El comportamiento de las remesas en Egipto se ha incrementado con la creciente entrada de $ 3.6 mil millones en el segundo semestre de 2009 a $ 6.2 mil millones en el primer semestre de 2010. Un gran número de egipcios migran hacia el extranjero y envían remesas hacia su país. Sin embargo, la comunidad egipcia tiene poca presencia 157


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en Europa debido a que se concentran en su mayoría en Estados Unidos y en la región del Golfo. De acuerdo con el European Investment Bank (2010), en Egipto como en el resto de los países emisores de migrantes, los migrantes en los primeros años envían mayor cantidad de dinero debido al fuerte apego a sus hogares, poco a poco la cantidad enviada disminuye hasta casi desaparecer. Los migrantes apoyan el mejoramiento de escuelas y mezquitas de su lugar de origen. A diferencia de los migrantes marroquíes, el interés de los migrantes egipcios por el desarrollo social de sus comunidades es muy limitado. Por su parte, los marroquíes constituyen el segundo grupo de migrantes en la Unión Europea, sólo después de los turcos. La mayoría de ellos vive en Francia, sin embargo en los últimos años la presencia de este grupo se ha incrementado en España. En este país, el número de migrantes en el 2010 registró 6,900,500 emigrantes, lo cual representa el 15.2% como porcentaje de la población, de los cuales los principales países de origen fueron Rumania, Marruecos, Ecuador, Reino Unido, Colombia, Argentina, Bolivia, Alemania, Francia. En Marruecos la cifra de emigrantes en 2010 fue de 3,016,600, lo que representa el 9.3% de la población. Los diferentes períodos de migración de marroquíes en Francia y España se ven claramente distinguidos por las generaciones, es decir, mientras que en Francia la población de emigrantes ya incluye a los de la 3ª y la 4ª generación en España apenas es la primera, que a su vez es más joven y con mayor cualificación. En el caso de Argelia, el corredor migratorio Argelia–Francia lleva muchos años activo y se encuentra entre los de mayor volumen del mundo. Durante el decenio de los noventa, la migración irregular procedente de Argelia fue, mayoritariamente, debida a los conflictos políticos que estaba viviendo el país. Actualmente, las remesas constituyen entre el 2-3% del PIB, sin contar las remesas enviadas a través de canales informales (European Investment Bank ,2006). Los costos de transacción son de los más altos en todos los corredores de remesas entre Europa y la región del mediterráneo. En lo que concierne a la comunidad de Túnez, las remesas de divisas se han convertido en la cuarta fuente de ingresos del país, siendo Francia el principal receptor de migrantes. En general, los tunecinos se encuentra bien integrada en la sociedad además de que tienen un buen nivel educativo que les permite acceder a mayores ingresos y la ventaja de la doble nacionalidad. Precisamente, la doble nacionalidad que tienen permitida los tunecinos les permite viajar con frecuencia a su país, llevando consigo dinero en especie o mercancías en forma de regalos, contribuyendo así al mercado informal de remesas. El uso de las remesas depende mucho del número de años que llevan los migrantes en el país de acogida. En los primeros años en que los migrantes envían dinero, éstas son usadas para consumo, inversión en el hogar y pequeñas inversiones productivas, mientras que conforma pasa el tiempo son usadas para casarse o para construir su casa.. Francia, ha sido uno de los países que más número 158


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de migrantes recibe debido a la fuerte demanda de trabajadores que tuvo entre 1960 y 1970. Los emigrantes tunecinos fueron los primeros –y son mayoría– en arribar a Francia. De forma paralela, Italia recibió 4,463,400 de migrantes principalmente de Rumania, Albania, Marruecos, China, Ucrania, Filipinas y Túnez en el último año. En general, la actividad económica se fortaleció progresivamente en el curso de 2010, con todos los países de la región. La recuperación fue impulsada por el repunte de la demanda tanto externa como interna, respaldado por políticas monetarias y fiscales. Sin embargo, el crecimiento fue menor que en otros países emergentes y en desarrollo. El desempleo por su parte, ha continuado acentuándose como lo demuestran los conflictos sociales para el cambio político y económico en Túnez, Egipto y Medio Oriente, lo que ha derivado en que la situación siga siendo altamente volátil y las perspectivas económicas sean a la baja, aunado a un mayor riesgo político, y el alza del petróleo y los precios de los alimentos y un mayor desequilibrio fiscal. Debido a esta situación, se ha generado una mayor aversión al riesgo hacia la región que ha afectado negativamente a la IED de capital y los flujos privados, de manera más general en 2011 (European Investment Bank, 2010). Hablar de escenarios futuros para las remesas ante la Primavera Árabe y después de la crisis económica es pensar en primer lugar en que las economías no son homogéneas y por tanto se recuperan de manera diferente en función de las condiciones iniciales y la intensidad del impacto a través de los tres canales principales –el sector financiero, el precio del petróleo y la balanza de pagos, reflejándose el impacto en el comercio y en el flujo de remesas e inversiones extranjeras directas– por los cuáles la crisis afectó a la región y en segundo lugar, en las consecuencias que los procesos de transformación política acarrean a mediano y largo plazo. Aspectos socio-jurídicos de las migraciones en la Unión Europea e implicaciones para las remesas No hay una única política de la Unión Europea de migración y como se ha señalado en la introducción, respecto a los Países del Sur del Mediterráneo (PSM) la asociación no va más allá de los acuerdos de libre comercio y políticas de cooperación y en consecuencia no se han establecido acuerdos específicos de migración con los PSM. El tratamiento de la migración procedente de los países mediterráneos es igual que el de otras procedencias. Se aplica la normativa comunitaria y cada país aplica sus propias políticas de integración de los migrantes, tales como reagrupamiento familiar, anti-discriminación, educación, participación política y residencia. La normativa de la UE tiene en cuenta la existencia de una única frontera exterior y por ello establece un ordenamiento común para evitar a los inmigrantes irregulares. 159


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Desde el punto de vista de la integración de los inmigrantes en los países de la UE y por tratarse del ámbito de soberanía de los Estados miembros, la UE establece políticas de integración de los inmigrantes regulares que se deben transponer a las legislaciones de los Estados. Inmigrantes irregulares La preocupación de la UE está en la inmigración irregular (anualmente son detenidos unos 500,000 emigrantes irregulares). En 2008 se aprobó la llamada Directiva de Retorno del Parlamento Europeo,4 que entró en vigor 2010 en la que se establecen medidas comunes claras, coercitivas para la detención y retorno de los emigrantes irregulares, respetando los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas implicadas. A pesar que la Directiva entró en vigor, no todos los Estados la han transpuesto a su legislación. Por otra parte la implementación eficaz de la norma exige la cooperación de los Estados miembros, así como de los Estados no miembros para la readmisión de los emigrantes irregulares. Para ello la construcción del diálogo y asociación con países de emisión y tránsito de los emigrantes, basado en la solidaridad y la responsabilidad compartida es un aspecto esencial del enfoque común de la UE para la emigración. El Enfoque Global para la Migración y Movilidad,5 renovado en noviembre de 2011, es un marco operativo para la política exterior de migración de la UE, complementaria a su vez de la política exterior y de cooperación al desarrollo de la UE. En el Enfoque Global para la migración, ha tenido especial consideración la región del Mediterráneo Sur y del Africa Subsahariana. En la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, el Consejo, el Comité Económico y Social y el Comité de las Regiones,6 de mayo de 2011, se trata con particular detalle la situación de la crisis económica en la UE en relación la asociación con el Sur del Mediterráneo. Como se señala en la Comunicación, la vulnerabilidad de las fronteras exteriores de la UE en el Sur del Mediterráneo es preocupante. En particular la frontera terrestre entre Grecia y Turquía es vía de entrada de migrantes irregulares procedentes no solamente de países mediterráneos. Las revueltas en los países del Norte de Africa también han creado un problema de migración y refugiados que han huido de sus países. Más de 650,000 personas abandonaron Libia que en gran parte fueron a Túnez y Egipto. A Directiva 2008/115/CE del Parlamento Europeo, http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ. do?uri=OJ:L:2008:348:0098:0107:ES:PDF 5 European Commission: http://ec.europa.eu/dgs/home-affairs/what-we-do/policies/internationalaffairs/global-approach-to-migration/index_en.htm 6 European Commission (COM 2011) 248 Final: http://ec.europa.eu/dgs/home-affairs/news/intro/ docs/1_en_act_part1_v11.pdf 4

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su vez más de 20,000 migrantes irregulares procedentes de Túnez entraron en Italia y Malta, poniendo una gran presión en estos países de la UE y a los demás países que se rigen por el acuerdo de Schengen ya que esto supone una rápida movilidad de los emigrantes irregulares hacia otros países de la UE. Como un primer paso la UE ha propuesto establecer con los países del Sur del Mediterráneo, un diálogo estructurado sobre la migración, la movilidad y la seguridad con el fin de llegar a una Asociación sobre Movilidad con condicionalidad, para reforzar la capacidad en las áreas de gestión de los flujos migratorios. En este sentido la UE, quiere establecer una frontera de contención en los países del Sur de Mediterráneo. En 2010, la mayor población extranjera extra comunitaria se concentra en Alemania (4.5 millones), España (3.3 millones), Italia (2.9 millones), Francia (2.4) y Reino Unido (2.4 millones). Una parte significativa en todos estos países se trata de emigrantes procedentes del Sur Mediterráneo o que han llegado en tránsito por estos países. El caso de España es importante, tanto por el número de emigrantes, como por lo que representa de porcentaje sobre la población residente total, un 7.3%. En el caso de España, un 15% de los migrantes proceden del Norte de Africa siendo mucho más importante los que proceden de Latinoamérica (36%). Políticas de integración de los inmigrantes Las políticas de integración de los inmigrantes además de las de reagrupamiento familiar o de nacionalización, pueden influir el flujo de remesas al vincular a los migrantes y sus familias más al país de destino que del de origen hacia donde se envian las remesas. Al contrario, la ausencia de tales políticas o los comportamientos hostiles o xenófobos en contra de los emigrantes pueden aumentar el flujo de remesas ante la incertidumbre existente en el país de destino. Aunque es difícil determinar tal relación, una explicación sobre las políticas de integración de los emigrantes extracomunitarios puede indicar la tendencia, así como aspectos esenciales de las relaciones con los PSM origen de los emigrantes. Desde el Programa de Tampere de 1999, establecido por el Consejo Europeo7 y en el contexto de una política de asilo y migración común de la UE se planteó la necesidad de políticas de integración de los inmigrantes procedentes de fuera de la UE (extracomunitarios). Los “principios básicos comunes” de la política de integración de los inmigrantes fueron acordados por el Consejo de la Unión Europea en 2004,8 Consejo Europeo de Tampere, 15-16 de octubre de 1999, http://www.europarl.europa.eu/summits/ tam_es.htm 8 Consejo de la Unión Europea de Justicia e Interior, http://www.consilium.europa.eu/ueDocs/cms_ Data/docs/pressData/en/jha/82745.pdf#zoom=100 7

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destacándose la necesidad de un enfoque holístico a la integración y el apoyo a los Estados miembros en la formulación de políticas de integración. Con el fin de implementar los “principios básicos comunes” la Comisión Europea presentó en 2005 la Agenda Común para la Integración “Marco para la Integración de los Nacionales de Terceros Países en la Unión Europea”,9 que se enmarca efectivamente en el Programa de Estocolmo del Consejo Europeo de 201010 y la Estrategia 2020 de la Comisión Europea con el objetivo de un crecimiento integrador,11 para alcanzar una tasa de empleo del 75% para mujeres y hombres de 20 a 64 años antes de 2020 haciendo que trabaje más gente, sobre todo mujeres, jóvenes, personas mayores, con bajo nivel de cualificación e inmigrantes legales. El Programa de Estocolmo además incorpora por primera vez el tema de las remesas que no había sido tratado anteriormente en el Programa de Tampere. El Consejo Europeo invita a la Comisión a que antes de 2012 presente propuestas sobre “la manera de garantizar en mayor medida el envío de remesas, eficiente, seguro y barato y mejorar el impacto de envío de remesas en el desarrollo, así como evaluar la viabilidad de crear un portal común de la Unión Europea sobre remesas para informar a los migrantes sobre los costos de envío y fomentar la competencia entre los proveedores de servicios de remesas”. Sin relación directa con el Programa de Estocolmo, la Directiva de Servicios de Pago de la UE ya ha permitido liberalizar el mercado para las remesas en países donde estaba seriamente limitado, como en el caso de Francia en que antes de la Directiva había cuatro compañías autorizadas y ahora el número es casi diez veces superior (Moré, 2011:4). En julio de 2011 la Comisión Europea propuso la “Agenda Europea para la Integración de los migrantes de fuera de la Unión Europea”,12 focalizando en las acciones económicas, sociales y culturales y la participación política de los inmigrantes poniendo el énfasis en la acción de ámbito local. La Comunicación también explora el papel que desempeñan los países de origen en el proceso de integración. Con una política de integración tan reciente y prácticamente iniciándose en el mismo momento en que emerge la crisis global, resultan explicables las dificultades para avanzar en la misma velocidad en todos los Estados miembros, incluso en aquellos que soportan un mayor flujo migratorio. Los instrumentos dispuestos para el apoyo a las políticas de integración resultan insuficientes para el problema planteado, por su dimensión y por la falta de recursos y crecimiento debidos a la crisis. Un Foro, una Comisión Europea: A Common Agenda for Integration, http://ec.europa.eu/ewsi/UDRW/images/ items/docl_988_232042490.pdf#zoom=100 10 Consejo Europeo: Programa de Estocolmo, http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri =OJ:C:2010:115:0001:0038:ES:PDF 11 Comisión Europea: Estrategia 2020, http://ec.europa.eu/europe2020/europe-2020-in-a-nutshell/ priorities/inclusive-growth/index_es.htm 12 European Commission: European Agenda, http://ec.europa.eu/dgs/home-affairs/doc_centre/ immigration/docs/agenda/1_en_act_part1_v10.pdf#zoom=100 9

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Web,13 un Manual (European Communities, 2010), y un Fondo Europeo para la Integración, son los escasos instrumentos disponibles para objetivos ambiciosos y de urgente resolución. Las evaluaciones que realiza el “Migrant Integration Policy Index” (MIPEX)14 permiten comparar los avances y las distancias entre los países de la UE en la implementación de las políticas de integración de los inmigrantes. El caso de España es paradigmático ya que es el país europeo que se ha transformado más rápidamente en país receptor de inmigración y a pesar de la crisis y los recortes en las prestaciones sociales a los residentes, las políticas de integración se han reforzado. La transposición de la Directiva de la UE permite la reagrupación familiar y el acceso a la familia al mercado de trabajo. España se sitúa entre los primeros países de nueva inmigración en este capítulo. También lo hace en la participación política de los inmigrantes, aunque sometido a acuerdos bilaterales de voto que tiene con 15 países (ratificados 9). Sin embargo la reprocidad no ha sido posible con México, Brasil y Marruecos. El caso de Italia como país de nueva inmigración ha avanzado menos en la transposición de la Directiva de la UE. Ha avanzado poco en las leyes de anti-discriminación y en política de igualdad está entre las más débiles de la UE. En cuanto a derecho de voto no se reconoce. Italia se ha mostrado poco activa comparada con otros países de nueva inmigración. En los países de inmigración más consolidada, Alemania es además el país que recibe más inmigración y está por encima la media europea en políticas de educación y reagrupamiento familiar de emigrantes. Aunque queda por debajo la media en políticas de igualdad y de residencia permanente. Francia, país de gran inmigración y tradicionalmente procedente de los países mediterráneos, es uno de los paises con políticas de integración más contradictorias. Según MIPEX la acción del gobierno puede erosionar las fuertes bases existentes de políticas anti-discriminación y de igualdad. Los resultados electorales en Francia con un ascenso del partido Frente Nacional a partir de 2002 con el enfrentamiento en la segunda vuelta en las presidenciales entre Jean-Marie Le Pen y Jacques Chirac, muestran una deriva importante hacia posiciones contrarias a las políticas de la UE y a la aceptación de la inmigración de fuera de Europa. Este importante desplazamiento del voto afecta también a los partidos conservadores e incluso de la misma izquierda si se tiene en cuenta la opinión mayoritaria. Un sondeo de Le Figaró en 2012, revela que el 68% de los franceses cree que la primera causa de

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European Web Site on Integration, http://ec.europa.eu/ewsi/en/index.cfm MIPEX, http://www.mipex.eu 163


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la falta de integración de los musulmanes es su rechazo a integrarse y el 43% considera que la presencia de musulmanes es una amenaza para la identidad del país.15 Los problemas de integración de los inmigrantes tienen distintos componentes como identifican los documentos de la UE y las soluciones generales propugnadas van desde la integración en el mercado laboral evitando la marginalización de la economía sumergida hasta la participación política. Sin embargo el problema de la inmigración procedente de los países del Mediterráneo Oriental y Norte de África tienen un componente religioso que preocupa a Europa y desencadena numeros debates públicos. Preocupa el auge del islamismo y el “islam europeo”. Como señala Peter (2012: 427) como cuestión central se plantea si los musulmanes son capaces de ajustarse a consensos sobre normas y valores culturales comunes o si sus prácticas y creencias son tan distintas que desbordan los límites de la diversidad que define la ley. El anális de Peter es de gran interés porque plantea con distintos ejemplos de países europeos, que en Europa la identificación de los rasgos polémicos en las comunidades musulmanas y el discurso sobre ellos varía según los países (Peter, 2012:428). En la integración de los inmigrantes del Sur y del Este Mediterráneo en los países de la UE se produce una gran contradicción en la perspectiva de determinados colectivos europeos. Por una parte, se implementan políticas de integración en el ámbito laboral, de la reagrupación familiar, social, cultural y político, por otra y gracias en parte a estas políticas, los inmigrantes han consolidado en Europa sus propias organizaciones originarias de sus países de origen, lo que les otorga una fuerte identidad como grupo islámico, que siendo minoritario tiene gran protagonismo y visibilidad. La sociedad europea se siente amenazada, no sólo por el terrorismo islamista que cuando ha surgido se ha identificado con el colectivo, sino por la fuerza que esta identidad adquiere en los países de acogida y que a veces entra en conflicto con los valores dominantes de esta sociedad. La contradicción está en que si se extienden a los emigrantes los derechos políticos que forman parte de los valores europeos reconocidos y aceptados por los europeos, entonces la sociedad europea no acepta fácilmente que estos derechos políticos sirvan para la recreación e inserción de la identidad islámica en Europa.

El País, 2 de noviembre de 2012, http://internacional.elpais.com/internacional/2012/11/02/ actualidad/1351883154_790631.html 15

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Conclusiones Europa ha sido tradicionalmente región de acogida migratoria de los flujos procedentes del Sur y Este Mediterráneo que han tenido como contrapartida importantes flujos de remesas hacia los países de origen de los emigrantes. En los últimos años con la crisis económica en Europa y las revueltas en los países árabes se están produciendo cambios importantes que podrían generar si disminuyen las remesas una crisis mayor. A corto plazo la crisis europea no ha generado una disminución de las remesas hacia los países del Mediterráneo Oriental y Norte de África. Los países del Mediterráneo no se ven afectados por los cambios bruscos de los flujos de remesas, debido a que el país anfitrión mantiene una mayor estabilidad ante los shocks de las crisis económicas. De hecho en países como Francia, las remesas de los marroquíes y tunecinos han tenido un incremento durante algunas recesiones económicas, en 2009 el flujo de remesas representó en Marruecos el 6.6% como porcentaje del PIB, en Túnez (5.3%), en la República Árabe de Egipto el 4% y en Argelia el 1.4%.(World Bank, 2011). En el caso de Egipto no está tan afectado por la crisis de Europa ya que la migración tiene su destino en mayor medida en los Estados Unidos. Sin embargo el capítulo de la crisis en Europa no está cerrado y una parte importante de las remesas hacia Marruecos, Túnez y Argelia proviene de Francia, país que ha tenido que tomar medidas de ajuste importantes en 2012 y que deberían afectar la capacidad de ahorro de los emigrantes. Hablar de escenarios futuros para las remesas ante la Primavera Árabe y después de la crisis económica es pensar en primer lugar que las economías no son homogéneas y por tanto se recuperan de manera diferente en función de las condiciones iniciales y la intensidad del impacto a través de los tres canales principales –el sector financiero, el precio del petróleo y la balanza de pagos, reflejándose el impacto en el comercio y en el flujo de remesas e inversiones extranjeras directas– por los cuáles la crisis afectó a la región y en segundo lugar, en las consecuencias que los procesos de transformación política acarrean a mediano y largo plazo. La situación en los países de la Unión Europea y la integración de los emigrantes afectará sin duda el volumen de remesas, del mismo modo que una mayor reagrupación familiar unido a una inestabilidad económica y política de los países de origen puede disminuir el volumen de remesas. Los intentos de mejorar y establecer sobre bases comunes las políticas de integración de los inmigrantes se enfrentan pues al reto de la crisis económica en la UE y a la inestabilidad política y económica de los países del Mediterráneo Oriental y Norte de África. Queda por ver la eficacia de la Directiva de retorno ya que actualmente un 40% de los ingresados irregularmente en la UE son repatriados a sus países de origen. 165


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El éxito del control de la entrada irregular de inmigrantes dependerá en gran parte del éxito de la cooperación de la UE con sus socios mediterráneos y esto depende de la estabilidad política de sus gobiernos. Las crisis humanitarias pueden producir en cualquier momento flujos elevados de emigrantes económicos y refugiados. Por último y no menos importante, las relaciones exteriores y la cooperación con los Países Socios Mediterráneos de la UE, dependerán también de la reacción europea ante el llamado “islam europeo”. De la reacción por lo tanto de los ciudadanos europeos contrarios a la fuerza identitaria islámica y de la posición de los gobiernos. Difícilmente se podrá iniciar una cooperación eficaz con los socios mediterráneos si se mantiene en la UE un doble lenguaje al exigir el control de fronteras y flujos migratorios de origen y de tránsito a sus socios, y no avanzar en las políticas de integración y derechos políticos de los emigrantes en Europa.

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Migraciones mediterráneas, remesas y cambios en el Mediterráneo sur y oriental

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171



6•



EL MEDITERRÁNEO Y SU DESARROLLO AGRÍCOLA EN EL SIGLO XXI Pablo Pérez Akaki y José Antonio Campos Espinosa1

Introducción El Mediterráneo, una región de gran importancia histórica, cultural, social, ambiental y económica, enfrenta en estos tiempos grandes retos para salir adelante, pues hoy los conceptos que la identifican son crisis, inestabilidad, conflicto, entre otros. Y si nos referimos a los espacios agrícolas, las condiciones de deterioro pueden profundizarse, como se verá en los siguientes apartados. Por ello en este análisis se comienza analizando como se encuentra el sector agrícola en los países que forman la cuenca Mediterránea, en los que se aprecian importantes diferencias. Un segundo apartado discute sobre la importancia que tiene la Unión Europea como destino de las exportaciones agrícolas de estos países, así como la importancia en sentido contrario. Posteriormente se analizan las políticas de integración económica que ha seguido la región para impulsar el desarrollo de estos países con mayor rezago, así como las regiones agrícolas europeas del Mediterráneo. Finalmente se ofrecen algunas reflexiones sobre el análisis desarrollado de competencia agrícola en la región del Mediterráneo. Pablo Pérez Akaki. Profesor de tiempo completo de la FES Acatlán, adscrito al posgrado en Economía. Sus temas de interés en investigación son la cafeticultura mundial, el desarrollo agrícola y las remesas. Correo electrónico: ppablo@apolo.acatlan.unam.mx José Antonio Campos Espinosa. Egresado de Relaciones Internacionales de la FES Acatlán, UNAM. Comenzó sus estudios profesionales en el IPN, en Administración de Empresas, formando un criterio compuesto de bases sociales y empresariales, realistas e idealistas. Devoto de la pluralidad de juicios. Correo electrónico: 407015458@comunidad.unam.mx 1

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Pablo Pérez Akaki y José Antonio Campos Espinosa

La importancia del sector agrícola en el Mediterráneo El Mediterráneo es una región que presenta una larga tradición de integración económica, además de que por muchos siglos se identificó como la de mayor relevancia comercial del mundo. Sin embargo, en los últimos años esta región no necesariamente es sinónimo de liderazgo económico, para ello basta recordar que en los últimos meses son algunos de los países que lo conforman los que han sido protagonistas de conflictos políticos (el caso de los países africanos) y económicos (los países europeos). Por ello en este apartado se dará cuenta de la importancia que tiene esta región y las características económicas de los países que lo conforman. La identificación de los países que conforman el Mediterráneo es siempre algo sujeto a discusión, pues se pueden elegir numerosos criterios para su selección, como pudieran ser su relevancia económica, su vecindad con el mar o su ubicación geográfico-política. En el análisis actual, se seguirá la delimitación que realiza el Centro Internacional de Estudios Avanzados en Agronomía Mediterránea (CIHEAM) que identifica 16 países más Israel, que en conjunto representaron un Producto Nacional Bruto (PNB) superior a 8 billones de dólares (millones de millones), equivalentes a más del 50% del PNB de la Unión Europea y a casi 16 veces el PNB africano, según las cifras que reporta en Banco Mundial en su base de datos.2 Ellos se presentan en el Cuadro 1. A lo largo de los últimos años la agricultura es una actividad que ha disminuido su importancia en todas las economías del Mediterráneo, tal como se presenta en el Cuadro 6.1, el cual presenta la evolución que ha tenido el valor agregado en el sector agrícola como proporción del PIB. Esta variable cuantifica la contribución que tiene dicho sector en la producción nacional, por tanto su relevancia en un país. El tamaño que tiene el sector agrícola dentro de las respectivas economías ha venido a menos de forma acelerada en la última década, aunque ese comportamiento decreciente se extiende varias décadas hacia atrás. Este comportamiento es propio de algunas economías en proceso de industrialización y terciarización, el cual se acompaña de incrementos en los ingresos. El Cuadro 6.1 también presenta información sobre el PIB percápita de los países incluidos, de donde se observa una relación negativa con la importancia del sector agrícola, acorde con el argumento planteado en el párrafo anterior. Esta relación ha sido históricamente el argumento más importante a favor de la industrialización de los países, pero bajo una perspectiva sustentable no necesariamente es válido el resultado. Como puede apreciarse, el PIB per cápita en los países es más alto conforme es menor la participación del sector agrícola, pues se identifica a éste como uno de La base de datos está disponible en la página datos.bancomundial.org. Consulta efectuada el 17 de octubre de 2011. 2

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El Mediterráneo y su desarrollo agrícola en el siglo XXI

bajo valor económico. Los países de mayor producción han mantenido un permanente decrecimiento del sector agrícola. Cuadro 6.1 Valor agregado en el sector agrícola como proporción del PIB y PIB per cápita, 1969-2009

País Francia Italia España Grecia Israel Portugal Malta Libia Turquía Líbano Jordania Túnez Argelia Albania Marruecos Siria Egipto

1969 (%) 13.6 41.97 13.61 15.92 9.03 29.85

1979 (%) 5.59 6.34 7.75 10.71 21.04 3.75 28.58 6.97 13.54 9.02 20.91

1989 (%) 4.22 3.77 5.65 10.69 9.88 3.75 17.1 6.63 12.92 3.04 32.3 17.72 24.8 19.67

1999 (%) 3.04 3.02 4.47 7.11 3.88 2.68 11.54 7.17 2.38 13.01 12.2 29.51 17.46 25.18 17.32

2009 (%) 1.76 1.84 2.65 3.15 2.3 1.83 9.34 5.27 2.89 7.07 11.73 20.76 16.38 21 13.68

Diferencia 1999-2009 -1.28 -1.18 -1.82 -3.96 -1.58 -0.85 -2.19 -1.89 -0.51 -5.95 -0.47 -8.75 -1.08 -4.18 -3.64

PIB per cápita 2009 (USD del 2005) 37,058 31,964 29,064 26,371 23,788 20,077 17,613 9,075 7,795 7,584 3,866 3,799 3,666 3,438 2,590 2,453 2,161

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial (datos.bancomundial.org). Consulta efectuada el 17 de octubre de 2011. Nota: Libia e Israel son países que no han reportado información al Banco Mundial, por ello no se han presentado en este cuadro.

Otro elemento importante en el desarrollo del sector agrícola de estos países es la población dedicada al sector agrícola, pues en 1965 la población dedicada a la agricultura fue de 43 millones (42% de los trabajadores totales), mientras que en 2004 la cantidad empleada en el sector agrícola fue de 38.6 millones, donde 33.8 millones correspondieron al países del sur y sureste del Mediterráneo y el resto a los a los países europeos (ICAMAS, 2008). Ello indica que la cantidad de personas empleadas en 177


Pablo Pérez Akaki y José Antonio Campos Espinosa

el sector agrícola en los países europeos del Mediterráneo sufrió una reducción importante, fenómeno que no se registró en el resto de países de la región. Existen diferencias importantes en el tipo de agricultura que se practica en la región, pues mientras en el norte los productores se orientan a un tipo de agricultura intensiva en capital, caracterizada por la innovación tecnológica y el fuerte proteccionismo, en el sur se caracteriza por la agricultura familiar, de pequeña escala, principalmente de autoconsumo (ICAMAS, 2008). El comercio agrícola en los países del Mediterráneo De manera generalizada las economías del Mediterráneo han adoptado con el paso del tiempo un rol más activo en el sector exportador. La orientación exportadora agrícola mayor la presentan países del Medio Oriente y África, además de los países recién formados que anteriormente pertenecían a Yugoslavia. Los países europeos más bien han mostrado un decrecimiento de las exportaciones agrícolas en la última década. Volumen del comercio agrícola y mercados de destino Al analizar el comercio agrícola que se da al interior de la región, particularmente desde los países mediterráneos de África y Asia hacia Europa, García-Alvarez-Coque (2002) encontró que la Unión Europea (UE) era el destino del 42% de las exportaciones agrícolas de un grupo de 8 países que analizó en el año 2002,3 mientras que las importaciones de este origen significaron el 29%. Por otro lado, estos países apenas representaron el 3.6% de las exportaciones agrícolas de la UE y este grupo apenas representó el 7% de las importaciones de la UE. Para el año 2011 las condiciones cambiaron para los países de África Mediterránea, pues la Unión Europea representó el 56% de las exportaciones agrícolas, mientras que sólo los países de la Europa Mediterránea representaron el 32% de esas exportaciones, como se observa en el Cuadro 6.2. Las proporciones que el comercio agrícola representa en el comercio total de esos países es del orden del 3% para el caso de Europa, aunque como total de lo exportado hacia esa región representa el 6%. Para los países de Asia Mediterránea se tienen condiciones similares, pues el 50% de sus exportaciones alimentarias se destinan a la Unión Europea, aunque sólo el 10% a los países de la región Mediterránea. Es de destacar que la proporción de exportaciones de Asia hacia Europa es mayor que la de África respecto a sus totales regionales de exportación, pero no al nivel de las exportaciones intrarregionales en Europa Mediterránea, las cuales alcanzan el 14%. 3

178

El grupo estaba formado por Turquía, Marruecos, Túnez, Egipto, Chipre, Líbano, Siria y Jordania.


El Mediterráneo y su desarrollo agrícola en el siglo XXI

Cuadro 6.2 Exportaciones en el Mediterráneo según destino, 2011

Exportaciones agrícolas a la región destino como proporción de sus exportaciones totales a dicha región Región de destino Región de origen África Mediterránea Asia Mediterránea Europa Mediterránea

África Mediterránea

Asia Mediterránea

Europa Mediterránea

Unión Europea

13.3%

6.2%

5.1%

6.0%

10.0%

7.3%

6.4%

8.3%

11.8%

4.7%

14.4%

13.1%

Exportaciones agrícolas a la región destino como proporción de sus exportaciones mundiales de agrícolas Región de destino Exportaciones mundiales Región de África Asia Europa Unión agrícolas origen Mediterránea Mediterránea Mediterránea Europea (miles de dólares) África 6.4% 4.3% 31.8% 55.8% 9,951,544 Mediterránea Asia 4.4% 4.0% 10.4% 50.1% 17,227,544 Mediterránea Europa 3.4% 1.3% 27.6% 76.2% 175,251,975 Mediterránea Exportaciones agrícolas a la región destino como proporción de sus exportaciones totales Región de destino Región de origen África Mediterránea Asia Mediterránea

Exportaciones totales (miles de dólares)

África Mediterránea

Asia Mediterránea

Europa Mediterránea

Unión Europea

0.4%

0.3%

2.0%

3.5%

158,348,714

0.4%

0.3%

0.8%

4.1%

213,130,835

179


Pablo Pérez Akaki y José Antonio Campos Espinosa

Europa Mediterránea

0.4%

0.2%

3.2%

8.9%

1,503,768,848

Notas metodológicas: a) Se consideran exportaciones agrícolas al conjunto de exportaciones que corresponden a los códigos 01 al 23 del Sistema Armonizado de Codificación y Clasificación de Mercancías b) Los países de África Mediterránea considerados son Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Egipto. c) Los países de Asia Mediterránea considerados son Chipre, Israel, Líbano, Siria y Turquía. d) Los países de Europa Mediterránea considerados son España, Francia, Grecia, Italia, Portugal. Fuente: Elaboración propia con datos de www.trademap.org, (consultado 25-07-2012)

Claramente lo que se observa de estas cifras es una relación asimétrica entre las regiones, así como una relevancia diferente de las regiones vecinas. Es claro que para los países de África el mercado de la UE es muy relevante, como también lo es para el resto de los países del Mediterráneo, incluso para los europeos. Por lo tanto todos ellos compiten en el mercado europeo, Mediterráneo y el resto, por satisfacer sus demandas alimentarias. Lamentablemente, en los últimos 10 años no se observan señales de integración económica regional, lo que se manifiesta por el bajo nivel de comercio entre los países del sur del Mediterráneo y las diferencias de riqueza tan altas entre los habitantes del norte y del sur (ICAMAS, 2008). Los productos agrícolas del comercio Mediterráneo El Mediterráneo es una región privilegiada de producción de ciertos bienes agrícolas: representa el 16% de la producción mundial de frutas y el 13% de vegetales (ICAMAS, 2008). Esta posición ha mostrado un debilitamiento en las últimas décadas, principalmente por la aparición en el escenario mundial de varios países asiáticos, China entre ellos, y otros países en Sudamérica. A escala de producto, el Mediterráneo produce el 8% de cereales, 16% de trigo, 31% de tomates, 34% de duraznos y nectarinas, 36% de dátiles, 46% de uvas, 52% de albaricoques, 55% de legumbres, 80% del higos, 85% del total de avellanas, así como 99% del aceite de olivo (ICAMAS, 2008).

180


El Mediterráneo y su desarrollo agrícola en el siglo XXI

Figura 6.1 Valor de la balanza comercial de los países del Mediterráneo por región, 2011

Fuente: Elaboración propia con datos de TradeMap.( Consultado el 31-07- 2012)

En el caso del comercio internacional es claro que en esos productos radican sus exportaciones, lo cual queda manifestado en la Figura 6.1, la cual muestra las exportaciones netas de los bienes alimentarios, capítulos 1 al 23 del Sistema Armonizado de Clasificación Arancelaria. En el caso de los países africanos, los grupos de productos más destacados generadores de divisas son las frutas, las legumbres y los productos del mar. Por el otro lado, estos países son importadores netos de cereales, carne, aceites, productos lácteos, azúcares y oleaginosas. En conjunto son importadores netos agrícolas. Para el caso de los países asiáticos, se identifica que son exportadores netos de frutas, legumbres y hortalizas crudas y preparadas así como productos de la molinería. Estos países son importadores netos de cereales, carnes, oleaginosas, grasas y aceites. Son también importadores netos agrícolas. La situación para los países de Europa Mediterránea es diferente, pues son exportadores netos, en primer lugar y por una magnitud amplia, de vinos, licores y vinagres. Adicionalmente son exportadores de frutas, legumbres y hortalizas crudas y preparadas, preparaciones a base de harinas. En sus importaciones más importantes destacan los productos del mar con y sin preparar, café y té, carne, cacao entre otros. En suma, son exportadores netos agrícolas. 181


Pablo Pérez Akaki y José Antonio Campos Espinosa

Para comprender de mejor manera la relación entre las regiones del Mediterráneo y su relación comercial, se presenta la Figura 6.2, la cual muestra la importancia de los destinos mediterráneos en las exportaciones de bienes alimentarios procedentes de dichas regiones, así como la composición de dichos flujos. Además de la asimetría que presentan las regiones en sus relaciones comerciales, destaca la composición diferenciada de sus flujos de bienes: los países de África mediterránea exportan principalmente a Europa, incluyendo su región mediterránea, legumbres y hortalizas, frutas, pescados y mariscos y grasas; este portafolio de productos de exportación difiere de los países de Asia, que se componen principalmente de café y té, azúcares, preparaciones de carne, preparaciones de harina y cacao. Figura 6.2. Exportaciones alimentarias respecto al total de exportaciones de los países del Mediterráneo según destino, 2011

Fuente: Elaboración propia con datos de TradeMap. (Consultado 31-07- 2012)

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El Mediterráneo y su desarrollo agrícola en el siglo XXI

El sector rural mediterráneo y sus diferencias territoriales Las condiciones que se observan en los espacios rurales del Mediterráneo presentan grandes contrastes: en los países europeos las condiciones de éxodo rural han sido la principal preocupación desde hace varios años, mientras que en los africanos el crecimiento de la población en dichas regiones es el tema más relevante, pues se ha traducido en fuertes presiones sobre los recursos naturales. En el caso europeo, se ha observado recientemente un proceso de industrialización en el medio rural, así como un cambio en el peso relativo de la agricultura y el empleo agrícola, donde el sector terciario ha incrementado su importancia. Además de la diversificación productiva, que ha ayudado a eliminar la dicotomía ciudad-campo, se ha adquirido una mayor sensibilidad hacia los problemas del medio ambiente y de la salud humana, lo que ha significado un incremento en la calidad de los bienes agrícolas (Bessaoud y Petit, 2009). En el caso de los países del sur del Mediterráneo, en las áreas rurales la agricultura es la actividad más relevante, pero están caracterizadas por abundante población en condiciones de pobreza e infraestructura insuficiente. Se trata de población con bajos niveles educativos, para quienes el problema más grande es la suficiencia alimentaria, por lo cual existen marcadas diferencias entre el medio rural y el urbano. El Cuadro 6.3 resume las principales características encontradas en el estudio MediTerra 2009 elaborado por el Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM), en donde se destacan las diferencias entre las regiones rurales del norte y sur del Mediterráneo. Los espacios rurales europeos se definen como espacios de pluriactividad, lo que ha contribuido a su revaloración desde los entornos urbanos, aunque ello ha significado una reducción de la actividad agropecuaria, como se muestra en el Cuadro 3. En el caso de los africanos, el medio rural es visto sólo como un espacio productivo agrícola, en donde ésta es la más importante actividad que contribuye a la supervivencia de los habitantes. Uno de los elementos más relevantes que diferencian los espacios rurales al norte y sur del Mediterráneo es la organización social, en donde en los países del norte se observan tejidos densos, estructurados, donde la acción colectiva se ha vuelto un recurso muy relevante. En el sur, esta organización es débil generalmente, poco estructurada, lo cual establece pocas posibilidades para la organización colectiva y por ello menores posibilidades para su desarrollo, lo que se discutirá en las siguientes secciones.

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Pablo Pérez Akaki y José Antonio Campos Espinosa

Cuadro 6.3. Organización del territorio rural en el Mediterráneo según la ubicación geográfica

Norte

Sur

Funciones de los espacios rurales Funciones productivas, residenciales, de ocio y Funciones productivas principalmente. paisajísticas. Pérdida de protagonismo de los agricultores, lle- Papel primordial de la agricultura y de los agrigada de nuevos residentes procedentes de áreas cultores, éxodo rural por obligación, incremento urbanas por propia voluntad. natural de la población. Ejes estratégicos: 1) competitividad de la agri- Objetivos de los programas rurales: 1) valoricultura y la silvicultura, 2) protección del medio- zación del potencial agrario, 2) mejora de las ambiente, 3) calidad de vida y diversificación de condiciones de vida, 3) lucha contra la degralas actividades, 4) promoción del planteamiento dación de los recursos, 4) fortalecer la particiLeader. pación e integración. Instituciones y organización de los protagonistas Tejido institucional denso, diversificado y de- Escasa estructuración, descentralización inconscentralizado, asociación, acuerdos y relación clusa, peso de las organizaciones informales no contractual. reconocidas en el plano jurídico. Planteamiento territorial mediante los proyectos de desarrollo. Economía rural Economía de servicios, turismo, pymes industria- Sector primario dominante, artesanía en reles, industria agroalimentaria. gresión, escaso tejido industrial, turismo limitado. Diversificación del tipo vertical Diversificación horizontal (emigración) Competidores, clientes, mercado, área de indusMercado restringido y escasa competencia, invertrialización difusa, inversiones locales y finansiones extranjeras realizadas por las instituciones ciación pública de proyectos, diversificación de extranjeras y los emigrantes. las actividades. Infraestructuras básicas y capital humano Acción colectiva, inserción en el tejido local.

Mayor visibilidad del territorio, dada una mejor Programas nacionales de ordenación del territorio y programas regionales en curso de ejecución oferta de servicios básicos. para mejorar los equipamientos. El nivel crítico Existencia de acuerdos sobre los servicios públi- de infraestructuras no se alcanza en numerosos cos (Francia, 2005), mejora del modo de vida, municipios rurales. No hay visibilidad del terriprogreso en los servicios a las empresas. torio rural. Existencia de competencias humanas, esfuerzo de innovación, apoyo a la coordinación y la ingeniería de proyectos, sociedad de stakeholders, actores cada vez mejor organizados que introducen una dimensión económica.

Élites rurales limitadas o en formación con aporte de jóvenes y mujeres del medio rural, analfabetismo importante en adultos y jefes de explotación, y escaso asesoramiento técnico en los proyectos.

Fuente: (Bessaoud, Antonelli y Pugliese, 2009)

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El Mediterráneo y su desarrollo agrícola en el siglo XXI

a) El desarrollo rural vía la innovación tecnológica en el norte del Mediterráneo En los países del Mediterráneo europeo, dada su pertenencia a la Unión Europea, las políticas públicas hacia los espacios rurales están determinadas por la Política Agrícola Común de la Unión Europea (PAC). Originalmente creada en la posguerra cuando era necesaria la organización colectiva para recuperarse de los desastres de la Segunda Guerra Mundial, sus objetivos fueron garantizar el abasto de alimentos y aumentar la productividad en el campo, lo que se consiguió por medio de subsidios y precios de garantía. Para la década de 1980 la estrategia cambió, reduciendo el uso de subsidios y aumentando los estímulos hacia la producción guiada por el mercado, es decir, aquella que tuviera éxitos en su proceso de comercialización. Ello significó un vuelco hacia la competitividad del campo europeo, a una diversificación productiva con énfasis en la calidad de los bienes agroalimentarios. Actualmente la PAC se orienta por medio de tres objetivos: crear mayor competitividad en los espacios rurales, diversificar las actividades tradicionales que en ellos se presentan y mejorar del medio ambiente y el entorno rural. Entre los países del Mediterráneo, la estrategia de la competitividad es la que resulta de mayor interés, como se evidencia en las partidas presupuestarias, pues todos ellos destinan una proporción superior al 40% de sus recursos para desarrollo rural (España 47%, Grecia 45%, Italia 42% y Francia 38%). Una proporción menor es la que destinan a los aspectos de diversificación productiva y calidad de vida, pues representa menos del 20% de sus recursos erogados en todos ellos (Antonelli, Pugliese y Bessaoud, 2009). Entre estos objetivos, la estrategia de conformación de cadenas agroalimentarias con énfasis en la calidad ha sido uno de los elementos fundamentales, principalmente porque ésta promueve la innovación tecnológica, la integración hacia adelante de los productores así como su empoderamiento. Particularmente el impulso a los productos de origen ha sido señalado como uno de los elementos más relevantes, como una expresión del modelo de desarrollo territorial rural, el cual encontró en el programa LEADER una fuente importante de financiamiento (Bessaoud y Petit, 2009). Los productos de origen se han vuelto una estrategia muy seguida por sociedades locales para impulsar sus economías e integrarse a las exigencias de calidad que se demandan en los mercados urbanos europeos y mundiales. Para el impulso a los productos de origen, se denotan las Indicaciones Geográficas (IG), las cuales bajo la regulación europea adquieren tres formas concretas: Indicación Geográfica Protegida (IGP), Denominación de Origen Protegida (DOP) y Especialidad Tradicional Garantizada (ETG). Según la definición de la Comisión Europea, la IGP representa un esquema de calidad de los productos agroalimentarios en donde producción, procesamiento 185


Pablo Pérez Akaki y José Antonio Campos Espinosa

y preparación se realizan en el lugar de origen, lo que les ofrece un conjunto de características únicas e imposibles de encontrar en otras regiones del mundo. Por otro lado, una DOP también es un signo distintivo de la región donde se produce el alimento, aunque no es necesario que todos los procesos de producción, procesamiento o preparación se lleven en la región de origen, sino cuando menos alguno. Por su parte, las ETG son productos agrícolas o alimentarios reconocidos por la comunidad por sus características singulares, que los distinguen de los otros productos de su categoría. Las IG han sido un recurso importante para los países del Mediterráneo pues es esta región la que más iniciativas tiene con el 77% del total, como se presenta en el Cuadro 6.4., aunque en DOP representa más del 80% de los casos totales. Francia e Italia conjuntamente representan más del 52% de las IG registradas y en DOP de vinos y bebidas espirituosas alcanzan casi el 65% del total de los registros mundiales. Cuadro 6.4 DOP, IGP y ETG para productos agrícolas, alimentos, vinos y bebidas espirituosas en la Unión Europea, 2012

Productos agrícolas y alimentos País Francia Italia España Grecia Portugal Alemania Reino Unido Rumanía Eslovaquia Hungría Bulgaria El resto Total general

DOP

IGP

Vinos y bebidas espirituosas

ETG

DOP

Total

IGP

84 154 84 70 58 29 17 6 43

107 90 70 26 58 54 23 1 7 6 1 74

2 3 2 2 24

450 412 111 28 69 13 2 52 46 34 52 65

160 120 43 111 18 26 43 18 5 13 2 28

801 778 311 235 203 122 87 71 60 59 55 234

545

517

33

1,334

587

3,016

Fuente: Elaboración propia con datos de la Comisión Europea, bases de datos DOOR y E-Bacchus (Consultado el 16-08-2012).

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El Mediterráneo y su desarrollo agrícola en el siglo XXI

Existen numerosos casos de IG en Europa que han tenido mucha relevancia por la reputación que han alcanzado, así como por los beneficios que han significado para las regiones de producción. Entre estos casos se encuentran queso Roquefort y la Champaña de Francia, el queso Parmesano y el jamón de Parma de Italia, el queso Feta de Grecia, la Fabada Asturiana de España y el Oporto de Portugal entre otros. Un estudio comparativo entre diferentes productos con IG bajo el enfoque de las cadenas globales de valor (CGV) reveló que entre los elementos más importantes que vuelven exitosa a una IG se encuentran la reputación del país, la especificidad del producto, su relevancia en el mercado, la coordinación entre las empresas que participan de la cadena de valor así como en la capacidad colectiva detrás de la IG para construir y mantener su cadena de valor (Barjolle y Sylvander, 2002). Por otro lado, estudios acerca de los efectos de las IG en las regiones de producción dan cuenta de los efectos que varios de los productos reconocidos con estos distintivos han traído: empleo directo (efectos económicos), preservación de la cultura y las tradiciones además de cohesión social (efectos sociales) y protección al paisaje y preservación de los recursos naturales (efectos ambientales) (Antonelli, Pugliese y Bessaoud, 2009). b) El desarrollo rural en el sur del Mediterráneo: las luchas por la autosuficiencia alimentaria La parte del sur y este del Mediterráneo, a diferencia de las características físicas de la parte norte con lluvias abundantes y climas, se caracteriza por un medio árido con escasez de agua, donde la agricultura no puede ser productiva. Se predice que el cambio climático puede afectar aún más a la falta de agua, por lo tanto comprometer aún más la producción de bienes agrícolas. A esto se suma el proceso de salinización y erosión que sufren los suelos de esta región, lo que hace imposible su uso agrícola (CIHEAM, 2010). La independencia y diversidad de los países en el sur del Mediterráneo genera que la cantidad de estrategias que sigan para estimular el espacio rural sea muy amplia, a diferencia de lo acontecido en los países mediterráneos de Europa, bajo la coordinación de la Comisión Europea y con la consigna de ser un sector estratégico, quienes han establecido una política común hacia estos espacios. Dado que la mayoría de estos espacios son predominantemente agrarios, se han impulsado proyectos de desarrollo similares a los que se iniciaron años atrás en los países del norte: diversificación productiva, diferenciación por calidad de los productos, impulso al turismo, promoción de actividades no agrarias, entre otros. Sin embargo, son innumerables los elementos en contra que se encuentran en estos espacios para poder 187


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impulsar su desarrollo, comenzando por la escasez de agua, los efectos negativos del cambio climático, la volatilidad que enfrentan los precios de los alimentos (Lacirignola, 2011) y recientemente los problemas de estabilidad social que se han generado desde el 2011. Como parte de la estrategia para su impulso, se ha procurado desarrollar la infraestructura carretera, las vías férreas y el abastecimiento de energía y agua potable (CIHEAM, 2010). Aun así, muchas regiones de estos países siguen marginadas, excluidas de cualquier esfuerzo por mejorar sus condiciones económicas. Para fortalecer los esfuerzos de construcción de infraestructura y diversificación productiva, los países han seguido una estrategia de reducción de la participación estatal en tareas productivas, conjuntamente con la liberalización de los mercados y la apertura comercial. Esta estrategia, recomendada por los organismos internacionales, pretende canalizar la inversión extranjera en actividades productivas que puedan servir de arrastre a la economía en su conjunto. El Cuadro 6.5 ofrece un compilado de los cambios en política hacia el sector rural en un conjunto de países. Cuadro 6. 5 Políticas rurales en el Mediterráneo

País

Turquía

Marruecos

Egipto

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Periodo intervencionista (1960-1980/90)

Programas de ajuste estructural

Políticas rurales recientes

(1980-2000) (2000 a la fecha) Proteccionismo. Proyectos de Liberalización gradual de Ajustes legales a la irrigación principalmente. la agricultura. agricultura acordes con la Política Común Proyectos de innovación Agrícola Europea. agrícola en irrigación. Desarrollo de proyectos de Proyectos de desarrollo Liberalización agrícola. irrigación. integral. Plan Verde de Marruecos en 2008. Proteccionismo, reforma agraria, Desarrollo de nuevas Sin estrategia programas de mejoramiento de tierras de desarrollo irrigación rural particular. Liberalización de la agricultura y desarrollo de nuevas tierras.


El Mediterráneo y su desarrollo agrícola en el siglo XXI

Túnez

Argelia

Privatización. Modernización Primera generación de Adhesión a la OMC. del sector agrícola. Promoción los programas rurales Segunda generación del empleo rural. integrados. de programas rurales integrados. Revolución agraria. Abolición de granjas Programa nacional de Recuperación de tierras estatales y creación de desarrollo agrícola y coloniales. granjas comunitarias y rural. privadas. Fuente: (CIHEAM, 2010)

Las políticas de integración económica en el Mediterráneo El rol de la agricultura en los países del Mediterráneo es cada vez más dependiente de la manera en la que evolucione el sistema agroalimentario mundial y del fortalecimiento de la cooperación euro-mediterránea por medio de políticas agroalimentarias (ICAMAS, 2008). Además, se reconoce que particularmente para los países europeos, su futuro depende de la paz y estabilidad política que exista en los países del Mediterráneo (Lacirignola, 2011). Es por ello que se aunque en aspectos económicos agrícolas no exista una relación importante, si lo es en aspectos políticos y sociales. Aun cuando se han hecho diversos esfuerzos para la integración de los países de esta cuenca, tales como la Política Mediterránea Global en 1972,4 la Renovación de Política Mediterránea de 1990,5 la Alianza Euro-Mediterránea o Proceso de Barcelona de 1995 y recientemente la Unión para el Mediterráneo de 2007, los resultados no son alentadores en la intención de conformarse como una región en desarrollo y prosperidad, tal como se ha presentado en los apartados anteriores. A continuación se discuten los últimos acuerdos, que son los más discutidos en los últimos años en torno a las relaciones de los países Mediterráneos.

La meta principal de este acuerdo era garantizar la estabilidad de la vía marítima entre ambas riberas y asegurar el aprovisionamiento de las materias primas, especialmente las energéticas, aunque no manifestó un interés específico por el desarrollo de los países del Mediterráneo. 5 En este acuerdo se dan importantes reducciones arancelarias para bienes agrícolas en un intento de mejorar el acceso a los mercados. Sin embargo, es cuestionado porque prioriza la seguridad antes que la integración económica, lo que significó un cambio de rumbo en las relaciones entre Europa y el Mediterráneo. 4

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El Proceso de Barcelona y la liberalización comercial Tras una larga historia de relaciones comerciales, culturales, políticas y sociales, en 1994 se propuso la formalización de un acuerdo entre los países del Mediterráneo, dadas las importantes áreas de interdependencia que tenía con Europa: los problemas ambientales, los recursos energéticos, el fenómeno migratorio y las necesidades de comercio e inversión de la región (Siousiouras, 2003). Este pudo concretarse en 1995 bajo el nombre de la Declaración de Barcelona, con la participación de 15 estados miembros de la Unión Europea y 12 del resto de países del Mediterráneo, e integró tres elementos fundamentales: la creación de un espacio de paz y estabilidad, la promoción de la prosperidad económica en la región y el fortalecimiento de los vínculos culturales y sociales entre las sociedades. Se trató no de una política europea hacia el Mediterráneo, sino de un modelo de cooperación entre los países de la región (los de Europa y los de África) en donde conjuntamente se tomarían decisiones concernientes a las problemáticas comunes en los ámbitos definidos. En el Proceso de Barcelona se propuso el establecimiento de una zona de libre comercio que debería quedar totalmente funcional para el 2010, además de una serie de medidas de apoyo financiero para los países menos desarrollados, organizados por medio del programa MEDA (Casado, 2009). Desafortunadamente a pesar de los avances en materia de liberalización comercial, se pusieron frenos de gran magnitud en lo que a la liberalización de productos agrícolas acontece, lo que ha significado un obstáculo mayor para el desarrollo de los países menos favorecidos de esta cuenca, que como se ha presentado en los apartados anteriores, son los sectores económicos dominantes en los países menos desarrollados. Como destaca García-Alvarez-Coque (2002), existe la creencia de que la liberalización afectaría negativamente a los productores europeos, pues los costos de producción que se enfrentan en los países menos desarrollados son efectivamente menores con respecto a los costos europeos. En sentido contrario, el mismo autor argumenta que los productores del sur se quejan de la desventaja en materia de apoyos con los que cuentan en sus países respecto a los programas que gozan sus competidores en los países del norte. Ambos argumentos tienen fundamentos ciertos, pero son incompletos y por ello insuficientes para comprender mejor las implicaciones de la liberalización. Sin embargo, a pesar de que estos argumentos son influyentes en el comercio, también lo son aspectos relacionados con la calidad y las cadenas de comercialización de los productos. Por ello, la apertura de los productos agrícolas representaría una gran oportunidad para ambas partes: para los del norte es una opción para ampliar el espacio de producción que permita complementar la producción en sus regiones y para los del sur representa una alternativa para mejorar sus calidades y procesos para alcanzar los estándares de los países desarrollados. Estas diferencias se evidenciaron 190


El Mediterráneo y su desarrollo agrícola en el siglo XXI

en los apartados anteriores, lo que implica que aunque habrá competencia en algunos productos, en muchos otros más bien representaría una complementariedad de la oferta de bienes agrícolas para ambas sociedades. La Unión para el Mediterráneo Para el 2007, ante un abandono del Proceso de Barcelona que llevaba ya una década y parecía cada vez más debilitado, se dio un nuevo impulso a los esfuerzos integradores del Mediterráneo, liderado por el Presidente Sarkozy, al que se llamó Unión para el Mediterráneo. El espíritu de este esfuerzo era el construir una región de paz y desarrollo impulsados por proyectos flexibles cooperativos en áreas socioeconómicas clave (Holden, 2011). La relevancia de este nuevo esfuerzo es que se adoptó como un proyecto de la Comisión Europea, es decir, una estrategia del conjunto de países que conforman la Unión Europea, si bien representó un gran esfuerzo previo del presidente francés para lograr su aprobación, ante el evidente desacuerdo de las representaciones alemana y británica. Además de los 27 países miembros de la Unión Europea que aprobaron esta iniciativa francesa, se sumaron 15 países del sur y este del Mediterráneo, evidenciando el interés de los participantes por su impulso. La Unión tuvo así un conjunto de objetivos, los cuales quedaron en la siguiente expresión: combate a la contaminación del Mediterráneo, construcción de vías de comunicación terrestres y marítimas, protección civil, desarrollo de energías alternativas, educación superior y el impulso a la economía mediterránea (Balfour, 2009). En este marco normativo europeo de relaciones con los vecinos, la Unión para el Mediterráneo es vista por algunos como un retroceso en el proceso de integración regional, principalmente bajo dos argumentos: en primer lugar, dado que se sometió a las exigencias de la Comisión Europea y se propuso un desarrollo por proyectos, que lejos de promover el regionalismo promueve el bilateralismo entre los participantes. En segundo lugar la ampliación del número de participantes obliga a las decisiones bilaterales, dada la complejidad para alcanzar los acuerdos ante tantos intereses (Bicchi, 2011). Previamente al esfuerzo de la Unión para el Mediterráneo surgió la Política Europea para la Vecindad (PEV), cuyo objetivo es el de consolidar la estabilidad con los vecinos de la Unión Europea, tanto en sus fronteras marítimas como terrestres. Para el caso de sus vecinos mediterráneos, la PEV recomendó modernizar y reestructurar los espacios agrícolas, abrir los mercados de exportación, mejorar la calidad de los bienes alimentarios, impulsar la inversión privada así como fortalecer la investigación agrícola 191


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y la cooperación con la Unión Europea. Sin embargo, también es claro que la PEV impulsa una agenda bilateral entre los países del Mediterráneo y la Unión Europea, por lo que el proyecto regional no es la estrategia de este tipo de política exterior. Los países y las políticas del Mediterráneo: ¿hacia una integración económica? Las condiciones económicas que se observan en los países del Mediterráneo son por demás heterogéneas, presentando los del sur y oriente las condiciones más complejas, donde no podemos hablar de una competencia en condiciones justas o equilibradas. Las políticas presentes en estas regiones también difieren de manera importante lo que hace más asimétricas las relaciones de poder entre dichos países. Después de la crisis desatada en Estados Unidos en 2008, transferida a Europa donde ha alcanzado tamaños mayúsculos principalmente a causa de los países mediterráneos del norte y la crisis política del 2011 en el Mediterráneo del sur y del este, llamada la Primavera Árabe, los proyectos de integración que se impulsaron durante la primera década del siglo XXI cambiaron de prioridad. Sin embargo, los problemas en los países pobres de la cuenca no sólo se mantuvieron, sino que se profundizaron. No es claro hasta dónde puedan afectar la integración con el Mediterráneo las crisis económicas que se dan entre los países europeos: España enfrenta serias restricciones económicas en los últimos meses, al igual que lo hace Italia. Por su parte Grecia, incluso ha tenido en riesgo su permanencia dentro de la Unión Europea. Por el otro lado, los conflictos sociales detonados en los regímenes autoritarios del sur del Mediterráneo han traído desorganización y retroceso en los países de esta región, con un consecuente incremento en los niveles de inseguridad económica y jurídica, comprometiendo el esfuerzo de estabilidad que se había conseguido desde 1995 y representando así un desaliento hacia las inversiones privadas desde la UE, punta de lanza identificable en este proceso de integración regional. Es claro que los países del sur y este del Mediterráneo, dado su carácter agrícola predominante, requieren de un esfuerzo mayúsculo y de un tratamiento específico para poder integrarse hacia los países europeos. Ello sin embargo generaría situaciones tensas para otros países no ubicados en la región que también demandarían un trato diferenciado para aprovechar mejor sus potencialidades de comercio con la UE. El modelo de desarrollo para los espacios rurales que han seguido los países del Mediterráneo europeo si bien han impulsado una especialización y ello exige una mayor integración económica para complementarse, no necesariamente deben ser los más cercanos geográficamente quienes satisfagan esas demandas. Los retos en aspectos de estándares para la comercialización en los mercados de países desarrollados son los 192


El Mediterráneo y su desarrollo agrícola en el siglo XXI

principales limitantes de los países en desarrollo, como es el caso de los países del este y sur del Mediterráneo. Es entonces factible decir que aquél interés de los noventa por los países pobres del Mediterráneo y la construcción de un área de paz y estabilidad se ha puesto en riesgo, así como que dentro de la misma región las prioridades pueden haber cambiado dada los diversos conflictos económicos y políticos que aquejan a la región.

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Referencias bibliográficas Balfour, Rosa. (2009). “The Transformation of the Union for the Mediterranean”, Mediterranean Politics Vol. 14, No. 1. Barjolle, Dominique y Sylvander, Berti. (2002). “Some factors of success for ‘origin labeled products’ in agro-food supply chains in Europe: Market, internal resources and institutions”, Economies et societies Vol. 36, No.9-10. Bessaoud, Omar, Antonelli, Annarita y Pugliese, Patrizia. (2009). “El avance de la gobernanza rural”, en ICAMAS, 2009, TerraMed. Nuevas Perspectivas para el desarrollo rural del Mediterráneo, International Centre for Advance Mediterranean Agronomic Studies, Paris, Francia. Bessaoud, Omar y Petit, Michel. (2009). “Mediterranean Rural Territories”, New Mediterranean No.3. Bicchi, Federica. (2011). “The Union for the Mediterranean, or the Changing Context of Euro-Mediterranean Relations”, Mediterranean Politics Vol. 16, No.1. Casado Raigón, José María. (2009). “La Unión Europea en el Mediterráneo”, en Velarde Fuentes, Juan, El Futuro de la Economía Española, Colección Mediterráneo Económico, Fundación Cajamar, España. García-Alvarez-Coque, José María. (2002). “Agricultural trade and the Barcelona Process: is full liberalization posible?”, European Review of Agricultural Economics Vol. 29, No.3. CIEHAM. (2010). Atlas Mediterra. Mediterranean Agriculture, Food, Fisheries & the Rural Word, International Centre for Advance Mediterranean Agronomic Studies, Francia. Holden, Patrick. (2011). “A New Beginning? Does the Union for the Mediterranean Herald a New Functionalist Approach to Co-operation in the Region?”, Mediterranean Politics Vol. 16, No. 1. International Centre for Advance Mediterranean Agronomic Studies – ICAMAS. (2008). Mediterra 2008. The Future of Agriculture and Food in Mediterranean Countries, International Centre for Advance Mediterranean Agronomic Studies, Paris, Francia. ______ (2009). TerraMed. Nuevas Perspectivas para el desarrollo rural del Mediterráneo, International Centre for Advance Mediterranean Agronomic Studies, Paris, Francia. Lacirignola, Cosimo. (2011). “Does the Mediterranean still exists?”. New Mediterranean No. 3.

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7•



EL AGUA EN EL MEDITERRÁNEO: UN ENFOQUE GEOPOLÍTICO Joel Ángel Bravo Anduaga1

Introducción El agua es un recurso desigualmente repartido, vinculado a factores geográficos como lo son el clima y el relieve. El objetivo de este trabajo es presentar un panorama general de la geopolítica del agua en la cuenca mediterránea, región que no escapa a la desigualdad antes referida. En primer lugar, se proponen los elementos teóricos conceptuales que se utilizaron para la elaboración del texto, sobre todo los referentes al uso del término geopolítica del agua que incluye y que trasciende el término hidropolítica propuesto por algunos autores. Del mismo modo, se mencionan algunos elementos geográficos para entender, de manera general, las peculiaridades del clima en la región mediterránea. El agua y su carácter estratégico cierra lo que podría denominarse la primera parte del texto. Posteriormente, se señalan elementos, en su mayoría de carácter cuantitativo, con el fin de dimensionar la situación a la que se enfrenta la humanidad en torno a la disponibilidad de los recursos hídricos. Asimismo, se citan actores, sobre todo empresariales, que están inmersos en la gestión del agua en la zona y que inciden en la toma de decisiones de los gobiernos. Joel Angel Bravo Anduaga. Maestro en Ciencias en Metodología de la Ciencia por el Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales del IPN. Diplomado en Análisis Político por la Universidad Iberoamericana y licenciado en Relaciones Internacionales por la FES Acatlán, UNAM. Profesor de Asignatura en el Departamento de Relaciones Internacionales y Formación Humanística del Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro. Correo electrónico: bravojoelangel@yahoo.com.mx 1

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Finalmente, se enuncian de manera general, las principales disputas por el control del agua en la región mediterránea. Se aborda la compleja situación de la cuenca del río Jordán, los principales diferendos entre Turquía, Siria e Irak por la repartición de los recursos hídricos del Tigris y del Éufrates, ríos que dieron albergue al nacimiento de la civilización, además de una mención a la importancia del río Nilo y los desafíos a los que se enfrentarán sus Estados ribereños más próximos al Mar Mediterráneo. Finalmente, se da paso a unas conclusiones en donde se sostiene que las disputas por el agua en el presente son otro elemento, no menos importante a considerar en el análisis geopolítico de la cuenca mediterránea, que, en un futuro, podría ser uno de los motivos principales en los diferendos entre los Estados de la región. 1. Elementos teórico conceptuales de la geopolítica del agua En una primera aproximación, la expresión “geopolítica del agua” se refiere, como señala Lacoste (2001), a rivalidades políticas, tanto estatales como intraestatales, en la repartición y explotación de los recursos hídricos: arroyos, ríos y aguas subterráneas. Sin embargo, el mismo autor señala que una “geopolítica del agua” va más allá del examen de las rivalidades políticas en la repartición del recurso entre Estados, pues los medios de comunicación propagan que la humanidad será confrontada por la insuficiencia de recursos hídricos y que ya existe un debate entre diferentes instancias estatales, organizaciones no gubernamentales y empresas trasnacionales dedicadas a la gestión del agua. Por una parte, organizaciones ecologistas abogan por medidas de estricta economía en el uso del líquido de aplicación inmediata. Igualmente, diversas agrupaciones civiles defienden el derecho de cualquier ser humano al libre acceso del vital líquido sin que medie pago alguno. Lo anterior, trastoca intereses de las empresas trasnacionales que gestionan el agua y por ende afectan los acuerdos que se han concretado y que se podrían cerrar en el futuro entre dichas empresas y los gobiernos tanto locales (a nivel municipal y/o departamental) como nacionales. En la agenda de los medios de comunicación mundiales se menciona con mayor frecuencia términos como guerras del agua que se vislumbran como inevitables y que estos conflictos serían la mayor amenaza a la seguridad en este siglo. Sin embargo, es oportuna la anotación de Lacoste en que lo anterior es discutible, pues en un análisis geopolítico serio se puede mostrar que el agua no es el motivo primordial que explicaría y justificaría, él solo, todos los conflictos. Empero, no se puede disociar la geopolítica del agua del conjunto de las tensiones geopolíticas que existen desde hace tiempo sobre un territorio, como en el caso del Medio Oriente, en donde se sitúan las rivalidades hídricas más relevantes. 198


El agua en el Mediterráneo: un enfoque geopolítico

Cabe destacar que dichas rivalidades, por su naturaleza, están en el ámbito político y se dan tanto entre los grupos humanos como en las empresas presentes en la zona por el control y acceso a los recursos hídricos. Una razón política puede, y en no pocas ocasiones lo hace, basarse en el control de recursos naturales, ya sean hidrocarburos, minerales y, en el caso que ocupa este trabajo, el agua. Otro elemento conceptual que se utiliza de manera recurrente en el ámbito de los estudios sobre el agua es la hidropolítica y conlleva particularidades en el estudio de la problemática del agua. Wegerich y Warner (2010) señalan la amplitud que este término tiene y mencionan que mientras que mucha gente compara hidropolítica con los complejos políticos en torno a los recursos hídricos transfronterizos en el ámbito político-administrativo, tanto a nivel estatal como interestatal (centrado en los acuerdos, la asignación, el conflicto y la cooperación), otros perciben todos los aspectos de la gestión del agua a nivel local e internacional, desde una arista política, es decir, de manera no limitativa a una repartición transfronteriza. Esta comprensión se inspira en el hecho de que la abundancia de agua (en el caso de las inundaciones), la escasez de la misma y su reasignación afectan a las personas en sus medios de subsistencia. Los citados autores sostienen que lo referente al agua nunca es privado, pues se ubica en lo público debido a los diferentes intereses y la representación de los grupos siempre presentes en los procesos políticos. Para efectos de este trabajo, se considera que la geopolítica del agua tiene un mayor ámbito de análisis pues contempla las rivalidades políticas, tanto estatales como intraestatales y la disputa mediática por el control de los recursos hídricos entre los Estados y las organizaciones no gubernamentales, a la que hace referencia Lacoste. Del mismo modo, la geopolítica del agua también incluye el concepto de hidropolítica, señalado por Wegerich y Warner, ya que trasciende la pura gestión del líquido, pues al contener un interés público, las decisiones que se tomen en torno a la distribución influyen en las rivalidades políticas a tres niveles: local (municipal y/o departamental), estatal e internacional. 2. Geografía y condiciones climáticas Para el estudio de los problemas hídricos en el mundo, es necesario entender las características de los climas, pues como ya se ha mencionado, la presencia o no del agua está vinculada a factores geográficos, de clima y de relieve. Lacoste señala que al observar el mapa de pluviosidad mundial se aprecia que el desierto más grande del mundo, el Sahara y su prolongación en la península arábiga, se sitúa en la misma latitud que el área del continente asiático que registra durante el año las mayores precipitaciones. El Sahara se encuentra, aproximadamente, entre los paralelos 30° y 15° 199


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norte, ubicaciones que también contemplan a Shangai, el sur de la India y Tailandia, lugares de vegetación abundante y elevada pluviosidad. Del mismo modo, en las mismas latitudes se encuentran América Central y las Antillas, regiones que también cuentan con lluvias abundantes (Lacoste, 2005: 16). Sin embargo, el mismo autor menciona que los vientos influyen en la existencia de un área desértica tan amplia como lo es el Sahara –9.4 millones de kilómetros cuadrados– que se extiende 2500 km, de norte a sur, y más de 6000 Km. de oeste a este y si se agrega el desierto arábigo abarca una extensión cercana a los 11.7 millones de kilómetros cuadrados. Los vientos regulares que soplan de los polos hacia el ecuador son afectados por la rotación de la Tierra, que gira de oeste a este, y que desvía esos vientos hacia el oeste. Igualmente, la velocidad de los vientos en dirección al ecuador es más lenta que la de rotación del aire ecuatorial y se desvían hacia el oeste. Estos vientos son conocidos como alisios y se ubican en las capas bajas de la atmósfera. Los vientos alisios son los responsables de las intensas lluvias de la zona ecuatorial, ya que los alisios del hemisferio Norte colisionan con lo alisios del hemisferio Sur y su encuentro, conocido como frente de los alisios o frente intertropical hace que los alisios se eleven verticalmente en forma de torbellinos, lo que origina lluvias abundantes nutridas también por su paso encima de los océanos. Los vientos alisios al estar en las capas altas de la atmósfera forman los llamados vientos contraalisios que soplan en sentido inverso a los alisios, en el hemisferio Norte y a la altura del trópico envían hacia abajo un aire cálido y muy seco, lo cual es una de las causas de la aridez del Sahara. La condensación del vapor de agua que se convierte en lluvia es un fenómeno que desprende calor, así, el que forma el contraalisio es un aire recalentado y seco. Por lo tanto, la sequía de los desiertos tropicales, es en gran parte, debida a las fuertes lluvias que se precipitan en el cinturón ecuatorial. La relación desierto-ecuador es dada por el circuito descrito, por los alisios a baja altura y los contraalisios a gran altura. Esta amplia explicación dada por Lacoste sería una de las razones más importantes de la existencia del Sahara, que influye en el clima mediterráneo y por ende en la cantidad de agua dulce disponible en la región. Ahora bien, una definición clásica del clima mediterráneo es cuando las lluvias de invierno son más de tres veces que las del verano, lo que origina temporadas invernales templadas y lluviosas y períodos veraniegos cálidos y secos. La confluencia de transiciones y conexiones climáticas europeas, asiáticas, africanas y atlánticas, da lugar a uno de los más distintivos tipos climáticos en el mundo (Perry, 1997: 30). Cabe recordar una referencia empírica ya señalada en el capítulo 2 de este libro, relativa a la delimitación del clima mediterráneo hecha por el espacio ocupado para el cultivo del olivo. Este árbol necesita las condiciones que el clima mediterráneo ofrece y como se puede observar y relacionar en la figura 2, en los países señalados no todo el territorio tiene las características del clima citado. Esta situación hace necesaria la 200


El agua en el Mediterráneo: un enfoque geopolítico

aclaración de que cuando se habla de una escasez de agua, se hace referencia a regiones, más no a países completos. A esta escasez hace referencia Allen Perry quien señala que el aumento del efecto invernadero puede provocar cambios sustanciales en el clima mediterráneo en el transcurso de este siglo. La cuenca mediterránea es muy vulnerable a los cambios climáticos, en particular a través de modificaciones en las precipitaciones y el suministro de agua. Se podrían presentar escenarios de cambios de temperatura hacia el año 2030, con un incremento de 1ºC en el calentamiento a nivel global, debido a la intensificación del efecto invernadero, podría incidir en un aumento cercano a los 2ºC en el norte y noreste de la zona mediterránea. Igualmente, se prevén cambios en las precipitaciones; por ejemplo, en invierno y primavera los escenarios sugieren mayores lluvias en la parte norte de la región y una disminución pluvial en los estados del norte de África (Perry, 1997: 39-41). Perry hace énfasis en el papel que el Mar Mediterráneo tiene como división entre la zona seca, árida, y caliente del norte de África y la humedad de la Europa templada. Señala que toda la zona es vulnerable al cambio climático y una reducción sostenida de las lluvias de invierno, junto con el aumento de la temperatura y la evaporación durante el verano, podrían conducir a un cambio climático futuro en donde las orillas sur y este del Mediterráneo, en particular, sufrirían modificaciones perjudiciales al medio ambiente para mediados del presente siglo. De hecho, señala el autor mencionado, ya se ha observado el aumento de las precipitaciones en la parte europea, con fenómenos destructivos episódicos originados por el granizo y las inundaciones y las sequías en la parte africana. Todavía es poco lo que se puede inferir sobre la ocurrencia futura de estos peligros, pero la tendencia indicaría a su aumento (Perry, 1997: 42). Es un hecho que la presencia o escasez de agua dulce en el mundo depende de las condiciones geográficas. Sin embargo, con el aumento de la población, el problema del agua se ha acrecentado. Tan solo un dato: a principios del siglo XXI la población del planeta es doce veces superior a la de hace 150 años (Lacoste, 2005: 21). Esta situación y la información que se presenta en el siguiente apartado, coloca al agua como uno de los recursos naturales con mayor carga estratégica para los próximos años. 3. El agua y su carácter estratégico El agua es el elemento más extendido por todo el planeta (1 360 millones de Km2). Sin embargo, un 95% es salada y el 2.2% está en los casquetes polares, lo que deja menos del 3% del total como agua dulce accesible al ser humano. El agua es un recurso renovable, pues después de evaporarse en los océanos se precipita en forma de lluvia, fluye por

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los ríos y desemboca en los océanos, además de que una parte se filtra en el suelo para formar acuíferos subterráneos. (Lacoste, 2005:102) Igualmente, si se parte de que solo nueve países tienen el 60% de los recursos de agua dulce a nivel mundial, se podrían vislumbrar los conflictos presentes y futuros que esta situación conlleva al analizar con detenimiento la situación interna de cada uno de esos países y sus repercusiones a nivel regional y global (MDDEFPQ , 2002). Brasil, Rusia, China, Canadá, Indonesia, Estados Unidos, India, Colombia y la República Democrática del Congo están en ese grupo de nueve naciones que contiene tanto países desarrollados (Estados Unidos y Canadá) como potencias emergentes (Brasil, Rusia, China, Indonesia, India), con sus respectivos problemas internos. Mención aparte merece Colombia, que aunque en los últimos años ha contado con la confianza de inversionistas extranjeros, todavía no ha erradicado una situación de inseguridad y falta de gobernabilidad en varias partes de su territorio. En el caso de la República Democrática del Congo la situación de guerra civil parece endémica. De tal suerte, siete Estados tienen un poder que no dudan en ejercer cuando hay una negociación ya sea a nivel bilateral, regional o global. En el caso del continente africano, el país que posee las mayores reservas del vital líquido en la zona, no cuenta con interlocutores fiables para una negociación que pueda garantizar seguridad en la distribución del agua. A nivel mundial y en el rubro específico de disposición de agua dulce por persona, la figura 7.1 muestra un escenario que va de la vulnerabilidad a la escasez de la zona sur y oriental de la cuenca mediterránea y la aparente Figura 7.1

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El agua en el Mediterráneo: un enfoque geopolítico

seguridad hídrica del sur de Europa, pues como ya se señaló anteriormente, el exceso de lluvias también pone en riesgo la seguridad de la población de la zona. La tendencia en materia de disponibilidad de agua en la mayor parte de los países desarrollados y los llamados emergentes es a la baja. Para el período comprendido entre los años 2000 y 2025 el acceso de agua por habitante variará de acuerdo a lo mostrado en el Cuadro 7.1. Cuadro 7.1 Reducción de la disponibilidad de agua dulce. Período 2000-2025

País Brasil Estados Unidos Francia México China India Marruecos Argelia

Disposición en m3 por habitante y año 2000 2025 3 40 000 m 30 000 m3 3 10 000 m 8 000 m3 3 000 m3 2 700 m3 2 600 m3 1 810 m3 1 860 m3 1 520 m3 1 380 m3 810 m3 860 m3 540 m3 420 m3 270 m3 Fuente: Lacoste Yves, (2005), El agua. La lucha por la vida. p. 101.

Al ver los datos anteriores, es clara la importancia de elaborar y aplicar estrategias para la distribución del agua. Para algunos autores como Efraín León Hernández (2013) existen tres piezas clave en la geopolítica hídrica global, las cuales serían centrales en una novedosa estrategia material para la construcción del mercado hídrico mundial y en donde se privilegia el interés geopolítico de los actores que construyen dicho mercado. Estas tres piezas son: a) El control privado de las fuentes de agua. b) Las represas como eje central de manejo del mercado hídrico. c) Los servicios urbanos y rurales del agua. Las empresas, en su deseo de controlar las fuentes de agua, ejercen presión a los gobiernos para impulsar el desarrollo de proyectos que les garanticen el control y la maximización de ganancias. La construcción de represas tiene como fin último el control de los caudales que afectan transfronterizamente el abastecimiento hídrico, lo que incide a su vez en los servicios urbanos y rurales del agua a las poblaciones. Así, es claro que la distribución 203


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y crecimiento de los asentamientos humanos influyen en las decisiones que Estados, empresas y demás organismos respaldan en torno al acceso al agua. La comercialización del líquido es un negocio que deja miles de millones de dólares de ganancias y, específicamente, el embotellado. El agua en un recipiente puede ser de 100 a 200 veces más cara que el agua de la llave (Bousquet, 2010). 4. El problema del agua en la cuenca del mar Mediterráneo El acceso al agua, su control y eventual comercialización es un tema global y el Mar Mediterráneo no escapa a dicha cuestión. La cuenca mediterránea es y seguirá siendo una zona de confluencia y tensión en la historia de la humanidad. Las causas han sido múltiples y las disputas por los recursos hídricos no son la excepción. La geopolítica del agua en el Mediterráneo ofrece un panorama dual, pues existe abundancia y escasez. Se puede hablar de un norte húmedo y un sur árido. (Ayeb, 2008). El Cuadro 7.2 nos presenta de forma cuantitativa la disparidad en la disponibilidad de agua que tienen los habitantes de las riberas norte y sur mediterráneas. Cuadro 7.2 Disponibilidad de agua y población en el Mediterráneo (2008)

Mediterráneo Mediterráneo norte Mediterráneo sur y oriental

Población en millones de habitantes 187 170

Disponibilidad de agua en m3/hab/año 8 588 m3 906 m3

Fuente: Ayeb Habib, (2008), El agua en el Mediterráneo. Hidropolítica del Mediterráneo. p. 2.

Cabe señalar que en la ribera norte, aunque la población es mayor, el crecimiento demográfico, a excepción de Turquía, es débil; en tanto que en la ribera sur (incluyendo a Israel, Líbano y Siria) la población se duplicaría en 30 años. (Ayeb, 2008). En el Cuadro 7.3 se presenta la población, la densidad de población y la disponibilidad de agua por habitante de los 21 Estados ribereños del Mediterráneo. De acuerdo a los números, los Estados ribereños del norte mediterráneo, no sufrirían de escasez en la disponibilidad de agua en el corto y mediano plazo, además de que en su mayoría, esos Estados tienen una población no muy grande (a excepción de Italia, Francia y España) y cuentan con una tasa de natalidad muy baja o decreciente. Por su parte, los países del norte de África, junto con Chipre, Israel, Malta, Palestina y Siria están por debajo del umbral de la escasez. 204


El agua en el Mediterráneo: un enfoque geopolítico

Cuadro 7.3 Población, densidad de población y disponibilidad de agua per cápita y por año en los países con litoral al Mediterráneo (2011)

Población

Densidad de población hab/km2

(2011)

( 2011)

País Croacia Eslovenia Albania Bosnia-Herzegovina Grecia Francia Italia Turquía España Líbano Marruecos Siria Chipre Egipto Túnez Argelia Israel Palestina Malta Libia Montenegro

4 396 000 2 035 000 3 216 000 4 396 000 11 390 000 63 126 000 60 789 000 73 640 000 46 455 000 4 259 000 32 273 000 20 766 000 1 117 000 82 537 000 10 594 000 35 980 000 7 562 000 4 152 000 418 000 6 423 000 632 000

77 hab/km2 100 hab/km2 112 hab/km2 73 hab/km2 86 hab/km2 115 hab/km2 202 hab/km2 94 hab/km2 92 hab/km2 408 hab/km2 72 hab/km2 112 hab/km2 121 hab/km2 82 hab/km2 65 hab/km2 15 hab/km2 343 hab/km2 690 hab/km2 1 306 hab/km2 4 hab/km2 46 hab/km2

Disponibilidad de agua en m3/ habitante/año (2011) 23 999m3 15 661m3 12 966 m3 9 995 m3 6 519 m3 3 343 m3 3 147 m3 2 873 m3 2 400 m3 1 057 m3 899 m3 809 m3 698 m3 694 m3 434 m3 324 m3 235 m3 202 m3 121 m3 109 m3 No disponible

Fuente: Elaboración propia con información de aquastat, FAO.

De acuerdo a la información que presenta el cuadro 7.3, se pueden inferir diversas ideas y escenarios. Por ejemplo, países que satisfacen sobradamente su demanda interna de agua como Albania, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia e incluso Grecia, podrían devenir en exportadores de agua potable a las naciones que necesitan 205


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urgentemente cubrir sus necesidades. Cabe recordar que las empresas francesas, como se verá más adelante en este capítulo, son pioneras en la comercialización del líquido y cuentan con sobrada experiencia en la gestión del agua potable. De manera específica y a pesar de la inestabilidad regional, en el norte de África y sobre todo en Marruecos y Túnez existe una demanda creciente de agua para el desarrollo del sector servicios, en especial el turismo, el cual, hasta antes de los conflictos internos aparecidos en el contexto de la denominada Primavera árabe, competía con la oferta turística de países del sur de Europa, sobre todo de España, Francia, Italia y Grecia. De manera general, se podría señalar un escenario similar a un “gran juego” como el desarrollado en el siglo XIX en el Asia central, en donde el control de la zona era disputado por el imperio británico y la Rusia zarista para el acceso a los hidrocarburos y demás materias primas. En este siglo XXI, la cuenca mediterránea tendrá, de hecho ya lo tiene en parte, un intercambio de productos estratégicos. La exportación de hidrocarburos, y sobre todo gas del norte africano a toda Europa, es una de las fuentes energéticas principales del viejo continente, sin olvidar el suministro ruso. Igualmente, los minerales estratégicos que África exporta a los países desarrollados es otra arista del comercio regional. Si a lo anterior se suma el agua, la correlación de poderes puede sufrir una alteración, pues la muy utilizada idea de la dependencia energética europea, puede ser contrarrestada con una posible red o bloque exportador de agua dulce a usar tanto para consumo humano como industrial por los países de la región. Del mismo modo, si se observan las cifras relativas a la densidad de población, se muestra un aparente escenario de estabilidad, pues parece que hasta sobraría espacio para los asentamientos humanos. Sin embargo, la concentración de la población en pocas ciudades y la consecuente falta de servicios, escasez de agua, pobreza generalizada y las crisis políticas presentes en el Medio Oriente y el Magreb siguen haciendo de la cuenca mediterránea un escenario con varios elementos de inestabilidad que afectan el mapa geopolítico de la zona. De tal suerte, se abren muchas posibilidades en un imaginario y quizá futuro mercado regional del agua dulce en la cuenca mediterránea. En este escenario cobran relevancia las normas internacionales en torno a la disponibilidad de agua, ya que estos indicadores ayudan a situar mejor la dimensión del problema de accesibilidad al recurso en la región y pueden ofrecer pistas para identificar las decisiones y/o acciones que diversos actores geopolíticos (gobiernos, empresas, organismos internacionales y no gubernamentales, etc.) pueden llevar a cabo. Georges Mutin recuerda los siguientes parámetros (Mutin, 2009: 106): a) El umbral de escasez está fijado en 1000 m3 /hab/año y abajo de esta cantidad un país estaría situado en, probablemente, una escasez regional del vital líquido. 206


El agua en el Mediterráneo: un enfoque geopolítico

b) Con 500 m3/hab/año, un país estaría en una situación crítica. c) Debajo de 100 m3/hab/año el uso masivo de recursos costosos no convencionales es inevitable. Estas normas, aunadas al crecimiento poblacional que tendrán los países de la ribera este y sur del Mediterráneo, sustentaría la idea de una crisis hídrica en la zona, pues de acuerdo al Cuadro 7.3 solamente Líbano estuvo en 2011 por arriba del umbral de escasez hídrica. Tradicionalmente, las sociedades nómadas del norte de África se han desarrollado con falta de agua histórica. No se soslaya el actual y futuro abastecimiento hídrico, sino más bien el problema tendría otra perspectiva. Habib Ayeb, llama la atención sobre el hecho de que la cuestión del agua, sobre todo en el Oriente Próximo, sería un problema de reparto, debido, de manera general, a cuatro elementos: (Ayeb, 2001: 19) • Una mala lectura del mapa regional. • Un escaso conocimiento (información) de los datos hidrológicos regionales. • La existencia, a escala muy grande, de zonas en dónde la sequía crónica y la escasez hidráulica predominan sobre el resto de aspectos de la geografía. • Una cierta dramatización voluntaria de los datos locales. Es decir, una exageración y hasta cierto punto victimización debido a las malas decisiones políticas de los gobiernos de la región y de las otrora potencias coloniales. Ayeb también se refiere a las cifras de disponibilidad de agua que tienen los países en la región; menciona que no se debe olvidar que las informaciones hidrológicas también son recursos militares de importancia y para cada una de las partes, sobre todo en zonas en conflicto como lo es el Medio Oriente, es prioritario hacer prevalecer las cifras que sean más favorables en caso de reparto. Por ejemplo, los Estados del curso bajo de un río presentarán cifras mucho más pequeñas para limitar el consumo de agua al contrario del Estado que posee la cabecera del río (fuente). El citado autor de origen tunecino, señala que frente a una ribera norte “en paz”, salvo en el caso de Chipre con problemas políticos y recientemente financieros, la ribera sur se caracteriza por una discontinuidad geopolítica. En una revisión rápida del mapa de las fronteras (que en su mayoría data de la época colonial), sobre todo los límites entre Marruecos y Argelia y los de Israel y sus vecinos, salta a la vista una serie de conflictos complejos y prolongados entre los que podrían citarse los siguientes que conllevan, de una u otra forma, una disputa por el acceso al agua:

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1. El conflicto del Sahara Occidental que se extiende de manera natural al conjunto de recursos, incluyendo los hídricos. 2. El reparto de las aguas de superficie entre Argelia y Túnez, en particular las de la cuenca del Medjerda que nace en las montañas del este argelino y desemboca en el mar Mediterráneo en territorio tunecino. 3. La división de las aguas de la gran capa fósil situada bajo las arenas chadianas, egipcias, libias y sudanesas. 4. Los conflictos por el agua del Nilo y los demás Estados ribereños del río. 5. Las rivalidades entre Israel y sus vecinos árabes, sobre todo con los palestinos, por los escasos recursos hídricos de la cuenca del Jordán. 6. Los desacuerdos entre Líbano y Siria respecto a los recursos hídricos comunes. Las cuestiones enumeradas hacen que la ribera sur sea más un espacio de rupturas geopolíticas, a veces violentas, que un espacio de cooperación. La disputa por el agua en la ribera sur y oriental del Mediterráneo está mucho más influida por las numerosas rupturas y antagonismos políticos que se dan entre los diferentes Estados que por el volumen global de agua disponible, según Ayeb. Del mismo modo, existen conflictos por los recursos hídricos que inciden en la geopolítica de la región aunque todos sus actores no sean Estados ribereños. Por ejemplo, los países de lengua árabe de la región representan alrededor del 5% de la población mundial y solamente cuenta con el 1% de los recursos mundiales de agua dulce. Igualmente, esos países con una población calculada en 2010 de poco más de 330 millones, se estima que para 2025 ascienda a 450 millones de personas. Asimismo, la inequidad de los recursos hídricos al interior de esos países es muy fuerte. Tan solo Irak, Egipto y Sudán (antes de su división) concentran el 70% de los recursos de todos los países del mundo árabe (Mutin, 2009: 105-106). Ese 70% sería suficiente para entender muchas de las disputas y diferendos que por el control del agua tienen esos países con sus vecinos. Si aunado a lo anterior, en el caso de Irak y Siria se le suma la disputa con Turquía por la construcción de embalses hechos por esta última que afecta el caudal de los ríos Tigris y Éufrates y por ende al abastecimiento de la población de aquellos dos países, además de los diferendos entre Sudán y Egipto por el caudal del Río Nilo, entonces tenemos un escenario volátil. (Mutin, 2009) Se cita el caso árabe debido a la tradicional inestabilidad política, económica y social que a través de la historia ha tenido y tiene el conflicto árabe-israelí en los últimos 60 años.

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El agua en el Mediterráneo: un enfoque geopolítico

5. El papel de la geopolítica en la gestión de los recursos hídricos en el Mediterráneo Ya sea que el agua sea escasa o que esté mal repartida, el hecho es que la gestión del los recursos hídricos en la cuenca mediterránea responde a intereses geopolíticos. A continuación se presentan elementos para sustentar esta idea. En abril de 2010, los 43 miembros de la Unión por el Mediterráneo (UpM) –que incluyen los países de la Unión Europea (UE) y los Estados de la ribera sur y este del Mar Mediterráneo– se reunieron en Barcelona para la IV Conferencia Ministerial Euromediterránea sobre el Agua y no pudieron aprobar la “Estrategia para el Agua en el Mediterráneo”, relativo a la gestión del agua, debido a una cuestión de términos, pues los países árabes deseaban que se hicieran referencia como “territorios ocupados” a las franjas de tierra en disputa por los palestinos e israelíes, en tanto que el gobierno de Israel querían una referencia de “territorios bajo ocupación”. No hubo consenso y no se adoptó la citada estrategia. Los recursos hídricos de la cuenca mediterránea, de acuerdo a reportes oficiales y de prensa, sufren variaciones imprevisibles y están, en gran parte, muy mal gestionados. De acuerdo a las Naciones Unidas, antes del 2025, 290 millones de personas que viven en los países ribereños mediterráneos tendrán limitaciones en su acceso al agua, lo que conllevará conflictos sociales y territoriales. 47 millones de personas de los Estados mediterráneos no tienen acceso a agua depurada y una de cada tres urbes de la cuenca no dispone de una planta de depuración al menos. En el mismo sentido, el crecimiento demográfico, la actividad turística en las costas y el uso agrícola elevarán la demanda en un 30% en las próximas décadas, en tanto que las reservas hídricas se pueden reducir en un porcentaje idéntico por causa del cambio climático. (Martí Font, 2010) La misma fuente señala que los países de la UE ya se atienen a criterios comunitarios y desde hace tiempo gestionan sus recursos hídricos en su globalidad, al aplicar criterios económicos sobre los costes de recuperación y el impacto del uso de los recursos. Por su parte, los países del sur y del este carecen todavía de planes de intervención. Se mencionan también algunas cifras de la región: • Más de 180 millones de personas sufren escasez en la región, pues disponen de menos de 1000 m3/hab/año. • 60 millones sufren escasez extrema pues tienen menos de 500 m3/hab/año. • 47 millones no tienen acceso a agua de calidad. • En los últimos 50 años la demanda total de agua en el Mediterráneo ha aumentado 100%. • El 64% del uso del agua se destina a la agricultura; el 22% a la industria y el 14% a consumo doméstico. 209


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• Desde 1970, la temperatura ha subido una media de dos grados centígrados en el suroeste de Europa y África del Norte. • En los últimos 40 años las lluvias han disminuido en una media de 20% en la cuenca mediterránea. • Se calcula que antes de 10 años vivirán en las orillas del Mediterráneo alrededor de 525 millones de personas. • Para el 2025 habrá unos 290 millones de personas con acceso limitado al agua. Para enero de 2011 la Asamblea Regional y Local Euromediterránea (ARLEM) emitió un “Informe sobre la gestión local del agua en el Mediterráneo”. La ARLEM fue creada por el Comité de las Regiones de la UE, los entes territoriales de las tres orillas del Mediterráneo y las asociaciones internacionales y europeas que representan a los entes locales y regionales dentro de la Asociación Euromediterránea, con el fin de asegurar a la Unión por el Mediterráneo el apoyo necesario de los entes locales y regionales para la realización de sus diversos proyectos y dotarla de una dimensión territorial. El citado informe pretende apoyar, de manera regional y local la “Estrategia para el Agua en el Mediterráneo”, que como ya se mencionó líneas arriba no se aprobó en abril de 2010. En el informe de la ARLEM se propone una gestión local e integrada del agua, en donde se deben incluir a los gobiernos nacionales, los responsables locales y regionales, el sector privado y la sociedad civil bajo una adecuada definición de responsabilidades y coordinación entre todos los niveles de gobierno, participación pública y buena gobernanza del agua. En dicho informe, dentro de las recomendaciones, se solicita a la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la Unión Europea) la recopilación y análisis de todos los proyectos relacionados con la gestión del agua desarrollados en los programas comunitarios y mediterráneos y el desarrollo de un análisis de conjunto que permita elaborar una guía única de buenas prácticas con los resultados obtenidos y enfocada en la Estrategia para el Agua en el Mediterráneo. (ARLEM, 2011) Sin embargo, y más allá de la disputa conceptual entre “territorios ocupados” y “territorios bajo ocupación”, parecería que lo que está en juego es la participación de empresas trasnacionales dedicadas a la gestión del agua. De hecho, algunos autores mencionan el peso que tiene una “gestión francesa del agua”, (Lacoste, 2005) o “escuela francesa del agua”. (Laimé, 2005) Se cita el caso francés por la historia y el peso que han logrado las empresas galas en la gestión del agua a nivel local y mundial. En Francia, más de dos terceras partes de los municipios han firmado y renovado contratos de explotación con empresas privadas para la distribución del agua. (Lacoste, 2005: 75). Chile, Inglaterra y Gales han privatizado también totalmente el agua, en tanto que Francia es pionera de la participación de las empresas privadas en la gestión del agua, pues ocho de cada diez 210


El agua en el Mediterráneo: un enfoque geopolítico

franceses reciben el servicio de un operador privado y nueve de cada diez en las grandes ciudades. (Laimé, 2005: 14) La tradición francesa de la gestión del agua se remonta hasta el siglo XIX. De las cuatro empresas líderes a nivel mundial del agua, tres son francesas: Veolia, ex Vivendi y que tiene su origen en la Générale des Eaux nacida en 1853; Ondeo, filial de SuezLyonnaise creada en 1880 y Saur, propiedad del grupo Bouygues hasta noviembre de 2004, pues el grupo de obras públicas Bouygues vendió en esa fecha su filial “agua” al fondo de inversiones Paribas Affaires Industrielles. Ondeo abastecía a principios de este siglo a aproximadamente 125 millones de personas. Veolia a casi 110 millones y Saur a 29 millones. Así, estas tres empresas controlarían aproximadamente el 40% del mercado mundial del agua en el ámbito privado, en más de 100 países. La principal competencia de las empresas francesas sería la alemana RWE y su filial británica Thames Water. (Laimé, 2005: 26) Si las empresas que dominan el mercado son de origen francés, alemán y británico, se entiende el interés de controlar un mercado en expansión, con problemas estructurales de distribución del agua y con habitantes que desembolsarían importantes sumas por el preciado líquido, tanto por necesidad como por capacidad. Por ejemplo y a pesar del conflicto político en Libia, su población tenía un ingreso per cápita muy alto, situación que con la llegada de organismos internacionales hace que se eleven los costos por los servicios dejando muy buenas ganancias. Sería una situación similar para los habitantes de Israel, Egipto, Marruecos y Túnez y no se diga de la población española, griega y chipriota que en la actual crisis financiera por la que atraviesan sus gobiernos, sería muy difícil el destinar recursos para un desarrollo y/o manutención de la infraestructura de gestión del agua. De tal suerte, el mercado luce muy atractivo y se entendería la instrumentación de políticas comunitarias destinadas a favorecer el control del negocio por parte de empresas europeas. En donde existe una necesidad está la posibilidad de realizar negocios y más cuando el producto es un bien de primera necesidad, como es el caso del agua. Las rivalidades van del plano político al económico y viceversa, pues están en juego ganancias de millones de euros. No obstante, diversas comunidades se han abastecido y se abastecen de agua, más allá de decisiones políticas gubernamentales o de una gestión privada del agua. Hay que recordar la tradición nómada de los habitantes tanto del norte de África como de Medio Oriente. Organismos no Gubernamentales, agencias de las Naciones Unidas y la población trabajan en conjunto para lograr un abastecimiento de agua. Un ejemplo de ello es la distribución del agua que se instrumenta en los campamentos de refugiados saharauis en el desierto argelino (SIA, 2012).

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En Europa existe una situación de riesgo, pues solamente cinco de sus ríos no están contaminados con agrotóxicos y desechos industriales y la afectación a los ecosistemas respectivos. 6. Principales diferendos internacionales por los recursos hídricos en la cuenca mediterránea Como se ha sostenido en el desarrollo del texto las rivalidades geopolíticas en la región no se sustentan solamente en la disputa por los recursos naturales, incluida el agua. Más bien, es un conglomerado de intereses que están en juego para que la cuenca mediterránea sea escenario de diversos conflictos. No obstante, y para efectos de este trabajo, se pueden separar algunos elementos que contienen el elemento hídrico como componente de la rivalidad entre Estados, pero sólo como uno de los componentes y es importante recalcarlo La disputa por la cuenca del río Jordán Desde el punto de vista del caudal de las aguas del Jordán, parecería que este río no tendría mucha significación, pero al situarlo en un análisis geopolítico, su componente estratégico es muy alto. El río Jordán nace en la Cordillera del Antilíbano, monte Hermón, en la frontera sirio-libanesa. Tomando en cuenta sus afluentes, recorre Líbano, Siria, Israel y Jordania; en una longitud de 360 kms y desemboca en el Mar Muerto. Su aportación anual fluctúa entre los 1 000 a 5 000 millones de metros cúbicos de agua, cantidad pequeña si se le compara a la media de más de 80 000 millones de metros cúbicos que tiene, por ejemplo, el Nilo. De manera inmediata posterior a la guerra de 1967 en el Medio Oriente, el país vencedor, Israel, se aseguró el control casi exclusivo de los recursos hidráulicos del Golán, los afluentes del Jordán y los acuíferos de Cisjordania y la franja de Gaza. Del mismo modo, la invasión del sur de Líbano de 1978, permitió a Israel controlar los ríos Litani y Wazani. (Ayeb, 2001: 86) En este contexto, el Estado israelí tiene una superioridad con respecto a los países con los que está en disputa en la región, pues a la ventaja estratégica en el plano armamentista, se le suma el control de una “llave del agua” que lo coloca en una situación de fuerza en la zona. Para 2009, el consumo anual de agua para Israel ascendía a 2 000 millones de m3 y lo cubría de la siguiente manera: (Mutin, 2009: 116)

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El agua en el Mediterráneo: un enfoque geopolítico

• 1 400 millones de m3 (75%) de fuentes renovables, de las cuales un tercio de esa cantidad provenía del Lago Tiberíades y poco menos de las dos terceras partes restantes venían de aguas subterráneas. • El restante (25%) lo cubría con aguas tratadas y agua de mar desalinizada. En un futuro no muy lejano se prevé un aumento en la demanda que con las actuales condiciones parecería muy difícil de cubrir. Los recursos son limitados y se calcula que la población de la cuenca del Jordán ascenderá en el 2020 a 20 millones de habitantes, 6 millones más de los que tenía en 2009. Igualmente, en 1994 el Banco Mundial preveía que la demanda de agua de la población de Israel, los territorios ocupados y Jordania llegaría a 7 000 millones de m3 para el año 2040, cifra imposible de cubrir con los recursos hídricos existentes en la cuenca del Jordán. (Mutin, 2009: 118) Lo anteriormente descrito aunado a la muy difícil situación política, económica, social y militar de la región dota a la cuenca del Río Jordán como un foco de tensión geopolítica en donde el elemento hídrico es uno más de los factores de inestabilidad en la zona. El Tigris y el Éufrates, más allá de las riberas mediterráneas La infraestructura tiene un carácter político-estratégico y es el caso de los diferendos por el control del agua entre los tres países ribereños de los ríos Tigris y Éufrates, Turquía, Siria e Irak. El gobierno turco ha construido embalses en el curso del Éufrates y sus afluentes, en el marco del Gran Proyecto Anatolio. Dichos embalses permitirán a Turquía almacenar el agua equivalente a más de un año del caudal del Tigris y del Éufrates. Esta situación privaría de agua al curso bajo del río, es decir a una parte de la población siria y a casi la totalidad de la población iraquí. (Lacoste, 2005: 88-89) Existen también razones históricas que alimentan la disputa entre los tres países señalados y que van desde el desmembramiento del Imperio Otomano hasta las secuelas de las políticas instrumentadas por las potencias coloniales, léase Gran Bretaña y Francia entre los años veinte y cincuenta del siglo pasado. Cada Estado continuó dibujando sus mapas según la propia representación de sus territorios y sus derechos. Así, el conflicto sobre las aguas entre los tres Estados de la cuenca del Tigris y el Éufrates versa sobre el estatuto jurídico de los dos ríos, el cual determina a priori las modalidades de reparto de las aguas disponibles. Para Turquía, ni el Éufrates ni el Tigris son ríos internacionales, argumento basado en el hecho de que ninguno de los dos es navegable en toda su longitud. Cabe recordar lo señalado en la declaración de Helsinki de la Asociación Internacional de Derecho, la cual considera que un río internacional 213


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“es navegable y une al menos dos Estados con el mar”. De tal suerte, solamente los ríos internacionales exigen un acuerdo previo entre los Estados ribereños para la explotación de los recursos y por lo tanto Turquía no estaría obligada a concretar acuerdo alguno. En tanto, Siria e Irak sostienen que los dos ríos atraviesan más de dos Estados y los une con el mar, además de que son navegables en largos tramos, por lo que exigen un reparto justo y definitivo del agua. (Ayeb, 2001: 90-91) En este contexto, hay que recordar el poderío militar y económico que tiene Turquía, además de su pertenencia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Por su parte, la actual guerra civil por la que atraviesa Siria y la ocupación militar que sufre Irak, pone a ambos países en una situación de clara desventaja frente a Turquía. Del mismo modo, el río Tigris pasa por territorio kurdo, variable que incide e incrementa las posibilidades de que un eventual conflicto tome dimensiones que ponen en riesgo la estabilidad regional. Nuevamente se hace notar que el conflicto por los estratégicos recursos hídricos se suma a las múltiples causas de la inestabilidad política que ha sido característica de los últimos años tanto en Irak como en Siria y zonas aledañas. Algunos desafíos en la cuenca del Nilo Hablar de la geopolítica del agua en la cuenca del río Nilo, llevaría no uno sino varios libros, por lo que en este muy pequeño espacio solo se mencionarán las líneas más generales. Habib Ayeb (2001:105) no podría describir de mejor manera tanto la importancia del Nilo como de Egipto: Egipto está situado geográficamente en el centro del mundo árabe, entre el Maghreb y el Machrek, sobre dos ejes de comunicación de una excepcional importancia geoestratégica: el Nilo y el canal de Suez. El Nilo constituye la primera vía de comunicación entre el norte y el sur de África, entre el mundo árabe-mediterráneo y el África negra.

Como se mencionó al principio del apartado del Tigris y el Éufrates, la infraestructura conlleva un carácter político-estratégico y de nueva cuenta es un factor en el caso del Nilo. De igual forma, la población que se asienta en la cuenca del río más largo del planeta lo dota de una importancia irrefutable en el mundo árabe. Si se pudiera hablar del Nilo “árabe” (la parte del río incluida en el área lingüística árabe, es decir Egipto y Sudán, sin el actual Sudán del Sur) se constataría que alrededor de 80 millones de árabe parlantes sobre un total aproximada de 250 millones (casi uno de cada tres) viven en el área de influencia de la cuenca del Nilo. (Ayeb, 2001: 105) 214


El agua en el Mediterráneo: un enfoque geopolítico

Si bien, Egipto y Sudán comparten la lengua árabe, no comparten un alto nivel de confianza para futuros acuerdos relativos al acceso de los recursos hídricos de la cuenca del Nilo y esta desconfianza se extiende hasta Etiopía, lugar de procedencia de una parte del caudal del río. De hecho, el gobierno sudanés ya ha desarrollado proyectos de irrigación y Etiopía tiene planes de embalse del llamado Nilo Azul, dentro de su territorio. La gran presa de Asuán, que funciona desde 1970, ha permitido a Egipto manejar la creciente demanda de agua que su población, también en crecimiento, le ha requerido en los últimos años. (Lacoste, 2005: 94). Empero, y de acuerdo a las proyecciones demográficas, la presa de Asuán no abastecería a una población que rondaría los 100 millones de habitantes en el 2025 y con altos riesgos de sequía en los próximos años. A lo anterior se debe agregar la incertidumbre sobre los planes de desarrollo hidráulico de Sudán, Etiopía y de Sudán del Sur, pues sus gobiernos en algún momento podrían construir embalses que disminuirían el caudal que recibe Egipto. Hay que recordar que tanto Egipto, como Sudán y Sudán del Sur han sido en los últimos años escenario de conflictos políticos, sociales y armados, los cuales no se han solucionado y se podrían activar de un momento a otro. Otro factor de inestabilidad es el jurídico, como se señaló en el caso del Tigris y el Éufrates, pues el Derecho Internacional es impreciso en la repartición de las aguas de los ríos y mantos acuíferos entre dos o más estados soberanos. (Mutin, 2009: 109) Los retos a los que se enfrentarán los representantes de los diferentes gobiernos involucrados son muchos, pues el acceso al agua solo es uno de tantos elementos de inestabilidad en la región.

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Conclusiones Después del recorrido de cifras y argumentos presentado en el texto, se pueden deducir dos conclusiones generales. La primera es que no existe una disputa relevante por los recursos hídricos en la ribera norte del Mar Mediterráneo o por lo menos algún diferendo que pueda poner en peligro la estabilidad regional. La segunda es que, en la actualidad, los problemas hídricos en la parte sur van de la mano de diferendos geopolíticos que trascienden la repartición del agua disponible. No quiere decir que no sea importante el control del agua en una disputa entre Estados, sino que no es la única razón de rivalidad, por lo menos en el área mediterránea. Los conflictos hídricos en el sur mediterráneo conllevan una disputa por varios recursos naturales como son hidrocarburos, minerales y otras materias primas. Del mismo modo, la historia juega un papel muy importante y es en este contexto que el método geopolítico nos ayuda a describir, entender y proponer escenarios futuros en la cuenca mediterránea. Al parecer, la llamada Primavera Árabe ha traído más incertidumbre que tranquilidad a la población de la región. Los planes de reconstrucción en Libia y la consolidación de un gobierno, las disputas por el poder en Egipto, la incertidumbre del resultado de la guerra civil en Siria, los problemas económicos por los que pasa Túnez, la inestabilidad política y atentados que se suscitan de manera cotidiana en Argelia, la crisis financiera y política en España, Italia, Grecia y Chipre, la cuestión kurda, la inestabilidad en la frontera entre Sudán y Sudán del Sur y la compleja situación del conflicto árabe israelí, son solo algunos elementos que enmarcan y complejizan el contexto de la disputa por el agua en la cuenca mediterránea. Como se ha sostenido en el desarrollo del presente trabajo, el control de los recursos hídricos en la región no es la causa única de los conflictos presentes, es sólo una más de las variables a considerar en la geopolítica mediterránea, como también lo es la disputa por otros recursos naturales. Al final, el agua es un recurso indispensable para la humanidad, para la consecución de alimentos, para la vida misma y es probable, que en los próximos años, se vuelva si no la única, sí una de las causas más importantes de conflictos en los próximos años.

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El agua en el Mediterráneo: un enfoque geopolítico

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Joel Ángel Bravo Anduaga

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Coda El mar Mediterráneo ha sido la confluencia de muchas culturas, esta es la razón por la que se decidió representar en la portada simbólicamente, a través de diferentes tonos del agua, la diversidad de los mares y culturas que lo conforman.



ANÁLISIS GEOPOLÍTICO DEL MEDITERRÁNEO EN LAS DOS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XXI editado por

Mercedes E. Pereña y Gili

se terminó de imprimir el 24 de septiembre de 2014 en los Talleres de Tipos Futura S. A. de C. V., Francisco González Bocanegra 47-B, 06220. En su composición se ocuparon tipos de la familia Arno Pro 10 :12, 12 :14, 14  :16; para la impresión de la portada se utilizó cartulina couché de 300 grs. y para los interiores papel ahuesado de 90 grs. El tiro consta de 1000 ejemplares. El diseño de la portada es de MACL; el diseño y el cuidado de la edición estuvo a cargo de Parentalia ediciones.



Análisis geopolítico del Mediterráneo en las dos primeras décadas del siglo XXI

Las investigaciones comprendieron diversas temáticas de actualidad que conciernen a la región del Mediterráneo. De cultura, Rocío Arroyo Belmonte y Óscar Dorantes Ivañez analizaron un tema de historia cultural: la construcción de la memoria histórica a través de los sitios de patrimonio mundial. Los tres temas políticos comprenden los siguientes tópicos: un análisis geopolítico sobre los centros de poder actuales elaborado por Mercedes E. Pereña y Gili; los lazos financieros entre Libia y los países europeos, en particular con Italia, Alemania y España son analizados por Eduardo A. Rosales Herrera y en el tercero, realizado por Alan López Fabián, Rodrigo Barbosa Hurtado y Mercedes E. Pereña y Gili, se examina la rivalidad entre tres potencias regionales musulmanas: Arabia Saudita, Irán y Turquía, ante el conflicto en Siria. Los textos sobre temáticas socioeconómicas comprenden dos capítulos, uno de ellos analiza las migraciones mediterráneas, las remesas y cambios estratégicos, elaborado por Jordi Bacaria Colom y María Isabel Osorio Caballero y en el otro, Pablo Pérez Akaki y José Antonio Campos Espinosa examinan el desarrollo agrícola y las diferencias entre los países mediterráneos. Joel A. Bravo Anduaga analiza, desde un enfoque geopolítico, un tema medio ambiental, el panorama general del agua en la cuenca del Mediterráneo, disponibilidad, acciones para el control y los conflictos actuales y futuros por este recurso.

U N IVERSI DA D N ACI O N A L AU TÓ N O M A D E M É XI CO 2014

Análisis geopolítico del Mediterráneo en las dos primeras décadas del siglo XXI

Mercedes E. Pereña y Gili Editora

A partir de las rivalidades por el poder e influencia, las condiciones y elementos, que en el siglo XXI hacen que el Mediterráneo sea considerado como una amplia zona de tensión geopolítica mundial, un grupo de investigadores desde diversas perspectivas disciplinarias analizan en este texto colectivo diversos temas de actualidad en la cuenca del Mediterráneo en sus diversas manifestaciones culturales, políticas, económicas, sociales y ambientales bajo la óptica del análisis geopolítico. Debido a la dinámica de los acontecimientos políticos que ocurren en la región, a su inestabilidad y, por tanto, a las consecuencias que puedan tener en el contexto general, la temporalidad de los capítulos que conforman esta publicación abarcó desde los primeros años del siglo XXI hasta el primer semestre del año 2013.


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