Amapola Fotografía Año 0 Número 1 Enero del 2014
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de análisis político, sociedad y cultura
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AMAPOLA Selene Hernández León
Fundadora
Miguel Ángel Alvarado Director General OM Diseño LDG Fabiola Díaz Rosales
Mercadotecnia Juan Manuel Hernández León Luis Enrique Sepúlveda Arte
Año 0 Número 1 Enero del 2014 Publicación electrónica mensual editada por Nologo Grupo, SA de CV. Avenida Eulalia Peñaloza 132, colonia Federal, Toluca, Estado de México. CP 50120 Tels.: 01 (722) 217 75 43 01 (722) 197 74 23 nologo_news@hotmail.com nuestro_tiempo2003@hotmail.com www.amapola.wordpress.com Facebook: Amapola foto
Editor responsible: Miguel Alvarado. Todos los registros en trámite.
Tienda al sur de la ciudad. Miguel Alvarado.
Fracturas. Miguel Alvarado.
De la portada Una intoxicación por carbamazepina, medicamento recetado para atemperar crisis convulsivas, deforma el cuerpo del paciente, que lo toma hace 25 años. Desarrolla un síndrome, Steven-Johnson, que inflama piel y órganos, una variante de eritema multiforme. La hinchazón cede luego de horas, a veces días, aunque aparece sin dificultades luego de un esfuerzo físico de baja intensidad, por calor o agitación. Con los años, la carbamazepina pierde toxicidad aunque siempre hay riesgo de que el síndrome se presente.
Eritema Miguel Alvarado
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Luz de Autopan. Miguel Alvarado.
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS Imágenes de Fernando Óscar Martín.
De Fernando Óscar Martín
sabemos poco. Casi nada, pues sus fotografías prefieren hablar con él. ¿Argentino? ¿Mexicano, hijo de argentinos? ¿Vive en Toluca? ¿En Metepec? Su trabajo aparece con cierta regularidad e revistas locales y gana concursos porque parece que tiene mucho tiempo libre. Estudió antropología social en la ENAH y ha sido becario de algunas instituciones. Dos de sus trabajos más conocidos son Miel Prieta de Maguey y El Simulacro, este último una colección de diez tomas premiadas por la propia ENAH y que registra en Malinalco las fiestas patrias. “Esta composición documenta cómo a través de la teatralidad los habitantes de Malinalco año con año reviven la ira que sintieron aquellos personajes de la Guerra de Independencia, al enfrentarse al grupo dominador”, apunta Fernando. Las imágenes presentadas aquí pertenecen a un ensayo realizado en Metepec, Edomex, en la pulquería El Portón.
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Todas las imágenes sin título. Fernando Óscar Martín.
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Antes de Rigpa. Miguel Alvarado.
UNA VEZ EN EL SARRIร Imรกgenes y texto de Miguel Alvarado.
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Páginas 24 y 25. La banca en que me iré. Metepec, Edomex.
de inadaptados crecida a la sombra de un balón? Un ramo de flores para el derrotado y una copa de oro terminarían por justificar un verano de lluvias, que acabaría por enfriarse bajo las órdenes del Banco Mundial.
La Gran Final. Metepec, Edomex.
El muro dividía las alemanias y las cicatrices iban olvidándose conforme pasaba el tiempo. Pedazos de argamasa curaban las heridas, silenciadas en 26
las profundidades del I Ching, pervertida moneda de cambio del científico Jung. ¿Cómo explicar entonces la victoria sin alas o la fortuna
de una guerra nuclear que por un instante borraría fronteras, el miedo acuartelado en noticieros y programa mentales, la proyección malsana
Hace 32 años todavía se permitían las revueltas y como ahora las armas no eran de quienes las usaban. Como cada cuatro años la guerra era un balón disfrazado y el moderno panbol se cocinaba en las canchas españolas, pues era su Mundial después de una dictadura que, se supo luego, no era tan mala como su actual gobierno. Entonces había esperanza y se pensaba que el Real Madrid era el reflejo de dios o lo que quedaba de él. Los europeos – pobrecitos, tan engañados- acusaban pérdidas cuánticas. Nadie extrañaba a Beckenbauer, negociante máximo de aspirinas y Gunter Netzer era la sombra que pasa en las películas de James Dean. Holandeses de nombres mágicos quedaban fuera de una competición que les importaba un bledo porque Neeskens o Krol se deletreaban Plaza de Mayo y la Noche de los Lápices se escribía con la M de Diego, que por suerte nunca pisó
una secundaria. Del otro lado del mundo, Hugo Sánchez acusaba de cachirul al México sin moneda, defendida como un perro por su presidente, casado -y divorciado luego- con la vedette Sasha Montenegro. Joao Havelange era más importante que el Consejo de Seguridad y en su FIFA del diablo inscribía a más países que la ONU, dispuestos a pagar por una publicidad que nunca verían si no tenían una selección como el Scratch o rogaban al menos por hacer estadios, ponerles pasto de Cantabria, pactar armisticios con la ETA, hacerle al tango por los últimos balones con alma. El 5 de julio de 1982 nada estaba más lejos de cristianos y lioneles que aquellos brasileños que enseñaban coreografía al oscuro Nureyev. Enfrentaban a italianos entrenados en cuadriláteros y campos de concentración que usaban rifles de asalto y tachones de amianto para ablandar a los rivales. Maradona, todavía aprendiz de Buda, era
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El Ala de Oro. Toluca, Edomex.
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confinado a la nada días antes por Claudio Gentile, nacido en Trípoli, central contrahecho que después haría lo mismo con Lato, la estrella polaca. A Zico, el del Flamengo, le pasó lo mismo. Del otro lado estaba Paolo Rossi, estafador profesional de resplandeciente sonrisa que coleccionaba títulos de goleo en sus horas libres. Italianos y brasileños definían un pase decisivo y se apostaba que el ganador sería a la postre campeón del mundo. Cuenta la exageración que Éder Aleixo de Assis, delantero del Atlético Mineiro, le pegaba al Tango con fuerza tal que alcanzaba 172 kilómetros por hora, pero que prefería discutirlo en bares de arrabal, ensoñecido, enmarchitado porque el futbol nada significaba si no ardía la cachaza bien destilada. Eder estaba maldito, tanto que en Belo Horizonte decían de él que era “guapo, incorregible seductor”, y después del juego atroz contra la azzurra, todavía presumió, impúdico, 16 mil cartas de sus admiradoras. No era el mejor, tampoco, porque aquel Brasil irrepetible había conseguido alinear
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ejecutantes sinfónicos que no sólo por dinero pateaban un balón. La circunstancia de vivir para una pelota fue transformada en filosofía de la estética, poemario ilustrado por David Mack, artilugio en esperanto, la prueba viva de que no puede comprarse todo. Si no fuera por Pelé, el Brasil de Falcao y Sócrates sería único. Lo fue, de todas maneras, porque siempre perdió los partidos decisivos. Esa tarde en el estadio Sarriá de Barcelona estaban confiados. Hasta los italianos sabían que perderían, aunque decidieron hacerlo en el campo. Tres décadas después aquel partido ha perdido lustre, la hoja de oro se ha marchitado y los artistas –algunos, no todos- podrían hoy empuñar una brocha gorda empapada en pintura Comex. Pero quedan vestigios, las carreras en frac de Bruno Conti y la soberbia sudamericana de jugar con nueve porque Waldir Pereira, el portero, ni el centro delantero, Serginho, contaban. A Brasil le
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Páginas 31 y 32 Tiro de esquina. Metepec, Edomex.
faltó temor. Rossi les metió tres goles imposibles, dos de ellos por yerros de sus propios cracks y Gentile, el nacido en África, se llevó a su casa pedazos de playeras consagradas, hábitos tan sugerentes como las astillas de la Santa Cruz. Brasil pudo empatar a dos en el segundo tiempo y dio por terminado el match. Tocaba la bola como si jugara las semifinales escolares, con el maestro de educación física como árbitro y perdió de vista la trampa italiana. A ellos, dos guerras mundiales les hacían ver esos partidos como invasiones norteamericanas y Rossi, al final, les encajó el tercero, igual a un obús.
“Jugó hasta los 28 años. Jugó. Y engañando se quedó hasta los 40”, dicen de Eder las crónicas brasileñas, que lo enterraron prematuramente pero con razón. El Sarriá recuerda todavía a los jugadores amarillos volando cometas, a minutos de comenzar el partido. Junior, el mejor lateral del mundo, observaba las gradas y en su mano un colorido hilo sostenía su juguete. Detrás de él, Dino Zoff concentraba a los italianos y les quitaba el miedo con susurros, la vista al frente, dientes apretados, calceta a los tobillos. A los cinco minutos, Rossi marcaba la ventaja para siempre y señalaba a su portero, un anciano de 40 años que le aplaudía discreto la esquizofrenia de la victoria. Y es que Rossi nunca volvió a ser el mismo.
Y Brasil y esa Copa del Mundo, tampoco. ¿Ándale, ¿sí? Toluca, México.
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Páginas 32 y 33. La playera de Javier. DF, México.
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El cielo es del color de una pelota. Autopan, Edomex.
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Ă rtica. Miguel Alvarado.
IMÁGENES Y TEXTO DE MIGUEL ALVARADO
LA CUADRATURA DEL TAO
Se asomó a la ventana y no vio nada. Estaba lloviendo y la calle apenas era la mancha pétrea reflejada en el cristal. Habían pagado el pasaje, ocho pesos cada uno, para recorrer de punta a punta aquella ruta luego de trabajar en un crucero por 8 horas. A él le fue bien. A su amigo no, porque no se había aguantado la sed y compró dos refrescos. Dos. A trece peses cada uno. No iba a entregar buenas cuentas pero como su enganchador es buena onda no está preocupado. Los niños son parte de un sistema de subempleados que mueve una industria en la que casi nadie piensa. El empleo de niños en calles y cruceros es una de las empresas informales más redituables de Toluca. Allí, en las arterias de la ciudad, se calcula que trabajan unos 100 niños, más los que los acompañan, otro tanto igual, que aunque no desempeñan labor alguna, sólo están de apoyo y aprenden, aunque son pequeños y el destino de la mayoría no siempre se cumple en esta ciudad. Un estudio realizado en el 2006 por Jaciel Montoya señala que la actividad más desarrollada por los niños de la calle es la venta de chicles, con 34 por ciento del total ocupacional, seguido por limpiar parabrisas, con 24 por ciento. Según Montoya, la mayoría de los niños proviene de municipios rurales y permanece hasta 5 años en la misma situación. Crecen pero sólo cambia su denominación.
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Se vuelve adultos, comerciantes informales o, en el peor de los casos, desocupados o delincuentes. Los dos niños en el camión observan el pegote de Stereo Joya y preguntan qué es aquello. Mientras uno se cambia el suéter y se pone ropa limpia que saca de una maleta porque su mamá lo recogerá en la bajada, el otro le dice que es una tienda de grabadoras y luego se suelta riendo. Mira a la cámara y pregunta que si la foto es para saber cómo son. - No. Son para saber cómo soy yo. - ¿Y cómo eres? - Pues como ustedes, ahorita como ustedes. - ¿Y luego? - No sé. ¿A ti te interesa? - No, no sé, no entiendo, pero eso qué. Hay muchas cosas que me interesan, pero nomás que termine de trabajar. No me gusta la escuela pero en la calle aprendo un chingo de madres. Nosotros no pasamos hambres ni fríos porque nuestros papás nos dan cobijas y comida y el que nos cuida nos da más comida después. Si se le olvida, podemos comprar cosas, como hoy- dice el más grande mientras es observado por su amigo.
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Se llaman Jorge y El Chava. Así se dicen. Uno tiene 12 años y el otro dice que siete. Uno lleva 120 pesos y el otro 70, lo que ganaron en la jornada. Las cosas casi siempre resultan así. El estudio de Montoya, realizado para la colección Papeles de Población, de la UAEM, dice que en el 2005 cada enganchador o “buen samaritano” Páginas 42 y 43. La estación de radio. Toluca, México.
con sus familias para entregar dinero y los productos sobrantes. Los niños saben qué hacen, dónde están, cómo los utilizan y conocen el valor de las monedas. Para ellos el viaje de regreso es una sucesión de imágenes, ventanas que les permiten acceso o los corre a madrazos. Es lo mismo las puertas de un parque que las entrañas de una oficina donde un contador hace los números diarios. Esa ventana,
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controlaba a 7 niños en promedio, que le generaban entre todos unos 700 pesos diarios. Hoy la cuota diaria ha subido casi al doble. El DIF estatal asegura que hay 90 niños trabajando a pesar de que las autoridades municipales de pronto niegan su presencia, como lo hizo sistemáticamente la ex alcaldesa priista María Elena Barrera.
Cuadras adelante sube otro niño al camión. Apenas son las cinco de la tarde y la jornada para él ha terminado. Tiene 6 años y viste una chamarra café y gorra contra el frío. Trae una caja de chicles, que intenta vender entre los pasajeros sin ninguna suerte. Luego se sienta y se permite ver la ciudad por la ventana. Él es otro de los que deben llegar
Páginas 44 y 45. Gorrita café. Toluca, México.
Página 46 arriba. El dueño del changarro. Toluca, México.
Página 46 abajo. Lluvia ácida. Acambay, Edomex.
Página 49. Fruta para el pollo. Toluca, México.
la del contador, es la opción educativa que uno cree que pero accede, de manera casi automática y sin sentir, a obligaciones laborales, sociales, hacendarias, casi todas inútiles. Allí se refuerzan los estereotipos del Mickey Mouse que todos llevamos dentro pero también, en contadas ocasiones, se vislumbra la antítesis, murallas de fuego donde arden oscuros ratones de
orejas rojas, a la izquierda. Al final, un día, uno entiende que es lo mismo, que no merecen ni el reojo los extremos perversos. Después de todo, las marchas contra las injusticias se parecen demasiado a victorias futboleras celebradas en El Ángel, en la fuente del Águila. De las revoluciones ni hablar. Los pobres no las hacen pero las ejecutan y de
El niño de la playera a rayas. Toluca, México.
cualquier manera el mundo sigue su marcha. Los honores para los muertos y las gestas –los gestos, más bien- para los vivos son remedos oscurísimos que laberintean en compactas programaciones al servicio de alguien tan malo como Dios, tan humano como el Diablo. Pero mejor que estudien porque la calle no es un buen lugar y en todo caso las oficinas, los cubículos al menos no son peligrosos. No tanto, aunque de todas maneras la cárcel, el barrote invisible del mundo acristalado de la producción, sirve lo mismo para adentro que para afuera. La diferencia, si la hay, deberá descubrirla el
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Día de quincena. México, DF.
niño, el alumno, el profesional o quien se siente detrás de un innecesario escaparate a contar dinero, facturar para otros o para sí, de nueve de la mañana a diez de la noche, con una hora para comer y baño con toallitas de papel marrón. Detrás de la ventana ocurre todo. Cuadrado Tao, giratoria suerte, mutación invariable, intrascendencia de la mayor importancia. La muerte a la vuelta de la esquina, en una caja de chicles o gotas que arrugan la lluvia a las cuatro de la noche, es respuesta que a todos cuestiona. Parada ahí, esperando porque sí, en el lugar que le corresponde desde siempre la mujer se envuelve en su rebozo y se une al mundo que no la quiere o necesita, pasa por un lado y se pierde en dos movimiento de manos, como una cuenta por pagar. La ancianidad es niñez alrevesada, quizás
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PĂĄginas 54 y 55. Calles erradas. MĂŠxico, DF.
Papas, bardas y cortinas sin cerdos ni diamantes. Autopan, Edomex.
Retrato de una llamada perdida. Toluca, México.
peor porque no hay vuelta atrás. Peor cuando hay que estar bajo la lluvia, detrás del cristal, por fuera, siempre por fuera, fuego lúgubre atornillado en la mandíbula inferior. La vuelta es una casa de paredes enormes por donde pasa el tren, aullido a las cinco de la mañana y las 10 de la noche, religiosamente, que pasa, como la misa, inalterable en su trayectoria, que lleva o eso parece, a vivos y muertos por igual. La ventana asoma al jardín en un disturbio de bárbaros vegetales, como si cayeran en cuenta de la epifanía matinal, asunción del barrio que conserva hasta la basura para sobrevivir otro día. Toluca y sus ventanas es la misma madre aleatoria, matlazincas engallados arrastrando su fru-frú, acodados en pupitres no aptos para clases donde se enseña inglés como lengua madre y mántricos padresnuestros o santísimas vírgenes. La pobreza extrema no paga impuestos pero tiene celador, a veces dios o su digital reflejo en televisión. Y es que el fracaso sabe a jugo de naranja, a dos refrescos de trece pesos más tapita plástica con premio incluido.
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Ni単os sin rosca. Miguel Alvarado.
PALABRA DE PLOMO: ´
La batalla por Michoacan
Imágenes de Jerome Sessini/ Magnum/ Aljazeera
Antúnez.
En Michoacán combaten civiles, narcos y militares. Toman pueblos como en una guerra
formalmente declarada y liberan personas, prisioneros de las extorsiones de los Caballeros
Templarios, el cártel que domina esa entidad. Las batallas han costado la vida de cinco civiles, cuando fueron acribillados por el ejército mexicano. Nadie sabe cuántos sicarios han muerto ni ha y un registro de heridos. Pero la
percepción ciudadana indica que ni el gobierno de Enrique Peña ni el estatal de Fausto Vallejo
pueden o quieren. La sombra de una enorme simulación, la guerra contra las drogas, se desvanece para revelar lo que todos sospechaban. Es una mentira.
ales Las redes soci
s
ilustran las foto
de la Agencia Magnum,
tomadas por Jerome Sessini que y difundidas por el diario Aljazeera,
narran una historia que en México
Antúnez.
se cuenta de otra manera. 64
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“Nazario Moreno y Servando Gómez Martínez, los máximos líderes de Los Caballeros Templarios, comieron el miércoles en un rancho llamado “La Cucha”, cerca de Apatzingán, Michoacán, justo el día en que llegó el grueso de las fuerzas federales a Tierra Caliente, denunció el padre Gregorio López, encargado de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, adscrita a la Diócesis de Apatzingán”. SINEMBARGO.MX
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Antúnez.
“Si se quieren meter a Apatzingán, bienvenidos sean, comunitarios, bienvenidos. Aquí los estamos esperando
Antúnez.
y aquí Apatzingán se volverá un infierno. Ánimos”.
Amenaza por redes sociales de Caballeros Templarios.
Parácuaro.
“¡¡¡Estoy muy afectado!!! Estoy chillando de dolor... ¿A dónde putas vamos a parar? ¿Qué hacemos acá en Morelia? Este pinche coraje que tengo y que sé que tenemos muchos. Ánimo, Autodefensas. Queremos un estado libre de zánganos Y después un país libre.
Ustedes, hermanos de Tierra Caliente ya son héroes, no, mártires, ¡porque sé que venceremos!”
Usuario de red social Michoacán sin Censura en Facebook.
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‘‘En una emergencia podemos reunir 140 mil e ir a la guerra, de ser necesario’’. Autodefensas.
Nueva Italia.
¿Quién gobierna Michoacán? Si en realidad quieren saber en dónde se esconden los Caballeros Templarios sólo tienen que buscar dentro de las instituciones, empezando por el secretario de Gobierno, Jesús Reyna, siguiendo con el procurador de Justicia, ministerios públicos, policías ministeriales, policías municipales, Tránsito del estado y municipal, algunas notarías públicas y algunas organizaciones de taxis. Ahí es donde radica la fuerza de ese grupo delictivo. Si de verdad se quisiera acabar con el CO se tendría que escarbar en las mismas instituciones... pero eso no sucederá por razones obvias... el demonio no lucha contra él mismo... Michoacán sin Censura.
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Parรกcuaro.
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SDR = Situación de Riesgo. PSDR = Posible Situación de Riesgo. PM = Policía Militar. EM = Ejército Mexicano. VxM = Valor Por Michoacán SDR. PC = Policía Comunitaria.
GA = Gente Armada (HA = Hombres Armados). CA = Comando Armado. CO = Crimen Organizado. CT = Caballeros Templarios. CJNG = Cártel de Jalisco Nueva Generación.
“Enrique Peña Nieto
tenciario a un espeha puesto su primer cialista en coberturas gobernador por dede riesgo a contentillo creto. Al Michoacán del patrón, a Alfredo institucionalmente Castillo, el abogado destrozado, donde que comenzó a ganar Fausto Vallejo y Jesús reflectores nacionaReyna se han turnado les cuando relevó a para mal adminisAlberto Bazbaz en trar(...) Los Pinos ha la Procuraduría de enviado como virtual Justicia del Estado de interventor plenipoMéxico, luego de que
el equipo investigador del cual formaba parte Castillo como subprocurador no atinaba a encontrar el cadáver de la niña Paulette en un recoveco de colchón, según la historieta trágicamente hilarante que en aquel 2010 se tejió”.
Julio Hernández, La Jornada.
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FM = Familia Michoacana. GOES (Grupo de Operaciones Especiales), son policías estatales. PEA = Policía Estatal Acreditable.
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