PAPEL DE LOS ORGANISMOS MULTILATERALES EN EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
Tanto el FMI como el Banco Mundial, como agentes de las transnacionales financieras, han despertado un sentimiento de rechazo en el mundo subdesarrollado por el efecto de sus imposiciones. El FMI surgió en julio de 1944 con el debilitado propósito de reorganizar el sistema monetario internacional capitalista, el cual había quedado prácticamente desarticulado a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Qué es el FMI? ¿Cuáles son sus orígenes? Precisamente con estas interrogantes del moderador Randy Alonso comenzó la Mesa Redonda Instructiva que analizó ayer el tema del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), y los nefastos programas que impulsados por esos organismos financieros han causado daños terribles a los pueblos del Tercer Mundo. Ana Mari Nieto, especialista del Banco Central de Cuba, explicó que los orígenes están vinculados a la época de la gran depresión de los años 30, y fue en julio de 1944, vísperas de finalizar la II Guerra Mundial, cuando 44 países firmaron el convenio constitutivo del FMI y el BM, en Breton Woods. Se trataba de lograr la estabilidad a nivel internacional, y darle al crecimiento económico un papel relevante, explicó. Ya desde su nacimiento fueron las propuestas norteamericanas las que se impusieron, creándose un sistema donde el dólar era el centro. El patrón oro existente hasta entonces se encontró con que al dólar se le puso una paridad fija con el oro. Era una equivalencia inamovible. El tesoro de Estados Unidos hizo que el dólar se convirtiera en centro del sistema, y las reservas internacionales se creaban a partir del oro y el dólar de los Estados Unidos. En cuanto a la membresía de estos organismos financieros y su funcionamiento, la licenciada Yamilé Berro, también especialista del Banco Central de Cuba, señaló que el FMI tiene 2 700 funcionarios y el Banco Mundial unos 6 000. Estados Unidos decide La membresía de ambas instituciones era, en 1944, de 44 países. Actualmente son 182 los países miembros de estas instituciones, y es requisito indispensable pertenecer al FMI para ser miembro del BM y el poder de voto se determina por las cuotas de cada país. La fórmula de crear el sistema de cuotas, era un problema político, las cuotas se determinaron por razones políticas para lograr la preponderancia de Estados Unidos y sus aliados. Estados Unidos tiene poder de veto sobre todas las decisiones, las cuales requieren del 85 por ciento de los votos, explicó Yamilé. Queda muy poco espacio para los intereses de los países subdesarrollados, señaló la especialista. El investigador Faustino Cobarrubias explicó que el sistema de cuotas es el elemento básico y clave que condiciona el acceso a los recursos financieros. Los países que realizan los mayores aportes, los ricos, encabezados por Estados Unidos, son los que tienen mayores posibilidades para los recursos, e imponer sus condiciones. Los países subdesarrollados, dijo, se encuentran con una gran piedra en el camino; la condicionalidad. ¿Qué es la condicionalidad?, se preguntó, para responder: Dice el FMI, que así se llama al compromiso de los países miembros de adoptar medidas de ajuste a cambio de préstamos de recursos. Condicionalidad, un discurso acaramelado que hace el FMI, de carácter seductor. Pero la verdad, la triste realidad es otra. Los programas del FMI constituyen un tortuoso, difícil y contradictorio camino no hacia el paraíso económico, sino por el contrario, un camino hacia el infierno social, un infierno real. Luego señaló que la condicionalidad es un paquete de medidas restrictivas que se aplica por igual a todos los países no importa su nivel económico, o de desarrollo, ya sea un país africano de los más pobres o un latinoamericano de desarrollo medio, sin importar cultura, situación social, nada. El ingrediente ideológico más importante en la actualidad lo impone Washington. Las fuentes fundamentales de esos condicionamientos vienen del llamado consenso de Washington, agregó. Seguidamente dijo que los gobiernos se arriesgan al suicidio político con los programas de ajustes que incrementan el desempleo, hacen desaparecer programas sociales y de salud. Caen en la trampa del FMI. Además de constituir una intromisión en los asuntos internos de los países, pues los condicionamientos tienen que ver con la estrategia del desarrollo económico y social del país en cuestión.
Privatizarlo todo Guillermo Gil Gómez, especialista en política monetaria del Banco Central de Cuba, explicó que los programas de ajustes se implementan de forma simultánea en los países, con una gran carga negativa para la población. Luego dijo que esas medidas van en dos direcciones: privatización de todo, desde un hospital hasta una empresa, y la segunda es reorientar quién dirige la economía, con la recomendación de que todo se deje a las leyes del mercado. Con la privatización, el Estado vende todos o casi todos sus activos, empresas, bancos, etc.; y una de las consecuencias fundamentales es el desempleo, el envío de miles de empleados para la calle. Luego se explicó que con la apertura de la economía al capital internacional llegan las transnacionales norteamericanas, europeas y japonesas y se llevan todos los capitales, se produce la fuga de capitales. Es el feudo de las transnacionales el mundo de hoy. Mientras tanto, va apareciendo el nuevo papel dejado al Estado, reducido, cada vez con menos poder y las transnacionales extranjeras con mayor control. Osvaldo Martínez, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, fue enfático al decir que el dueto de la condicionalidad y el ajuste dan como resultado la política neoliberal. El ajuste puede hacerse disminuyendo gastos o aumentando ingresos. Pero la reducción de gastos, en el caso de los paquetes del FMI, se hace sobre los gastos sociales, educación, salud, subsidios para combatir la pobreza, sobre la inversión que hace el Estado, pero no se hace reducción de gastos sobre el pago de intereses de la deuda externa, que representa un monto enorme que el Estado tiene que desembolsar. Luego Osvaldo Martínez se refirió con detalles a lo que han representado el ajuste y la condicionalidad, en los países de América Latina. La verdadera catástrofe de Latinoamérica de los años 80, la crisis de la deuda externa que aún está presente, constituyen ejemplos típicos de la política de ajustes del FMI. Se pagaron en América Latina, entre 1982 y 1990 un total de 388 000 millones de dólares solo por intereses de la deuda y otra alta cifra por amortización. En total, 773 000 millones de dólares pagó América Latina en esos años por los servicios de la deuda externa y, sin embargo, la deuda siguió creciendo de manera galopante, abundó el economista.
Las dos decadas perdidas Luego dijo que, haciendo un ajuste brutal, los latinoamericanos no tuvieron ni crecimiento ni desarrollo en esos años. El producto por habitante en América Latina es hoy el mismo que en 1980. Se llama "la década perdida", pero mejor sería hablar ya de las dos décadas perdidas. Y concluyó: Desastres sociales y pobreza, después de dos décadas de ajuste neoliberal; más de 220 millones de latinoamericanos pobres, es decir, casi el 50 por ciento de la población; y en la extrema pobreza, en la indigencia, hoy se calcula que hay no menos de 90 millones. Ese es el resultado de las dos décadas de ajuste neoliberal en América Latina. Además, todo esto acompañado de un costo elevado de pérdida de soberanía, dado por la privatización, hasta de los cementerios, los parques, las carreteras, además de las grandes y pequeñas empresas. La privatización ha dado como resultado una entrega mayor a las transnacionales, especialmente norteamericanas, agregó.
La Organización Mundial de Comercio (OMC) La OMC es considerada la principal institución del proceso de globalización (o de generalización del "libre comercio"). Con la excusa de liberalizar el comercio, la OMC crea las condiciones para que las grandes empresas transnacionales (como Nike, Shell, Sony, Mitsubishi, Elf, Telefónica, British Petroleum, Endesa, Microsoft, General Electric, etc) puedan dominar la economía mundial a su antojo, destruyendo el medio ambiente y perpetuando la pobreza y la miseria, en su búsqueda de poder y beneficios. ¿Y la democracia? El proceso de globalización está haciendo obvio lo que ya mucha gente sabía: que ni en el mundo en su conjunto ni en los países ricos puede hablarse propiamente de "democracia". ¿Qué democracia, cuando muchas de las decisiones que nos afectan se toman en despachos de las multinacionales? ¿Qué democracia, cuando el "gobierno mundial" de la OMC, no ha sido votado por la gente? Además, sin transparencia no puede haber democracia.