Ser o no Ser Todas las cosas tiene su más y su menos, su derecha y su izquierda, su arriba y su abajo, su alto y su bajo, su largo y su corto, su ancho y su angosto, su polo norte y su polo sur, su lado flaco y su lado gordo, su, su, su… y en muchas ocasiones se pretende cambiar, haciendo que una u otra realidad, tenga menos valor que la otra, cuando lo que parece más adecuado es que se presente el equilibrio. Ello no quiere decir que, estando más hacia una situación que la otra, deba entenderse como anormalidad, error, falla, falta, pérdida… porque los gordos son hermosos, la derecha o la izquierda tiene su valor, estar arriba o abajo, tiene su sentido, en fin, por algo esto es un escenario posible en el mundo, la vida y sus entornos. Nos gustaría siempre, ganar, pero muchas veces se pierde. No querríamos sentir dolor y sin embargo lo sentimos, lo positivo parece ser mejor, pero hay negativos muy interesantes y si somos negros, mucha más interesantes; así las cosas, tendríamos que decir, que de lo que se trata es de saber combinar, construir, adecuar cada situación a lo que pudiera resultar más cómodo y sensato para cada uno, su entorno y la sociedad. Es mejor la paz que la guerra, aun cuando algunos les parezca lo contrario, porque en ello pueden encontrar su beneficio; desde luego eso suele darse en las minorías, pero no por ello, entonces, debemos aceptarlo, congraciarlo y reconociéndolo, vivir con ello, menos aún, cuando se presente la oportunidad de cambio, de salir de la desesperanza, la tristeza, el abandono, el dolor y el sufrimiento que esto causa; ahora bien, si se da en las mayorías, podemos pensar que allí hay una decadencia, un desequilibrio que hace daño y que con el tiempo, causa muerte, llanto y más sufrimiento. Los Estado, Las Naciones, los Pueblos, buscan la armonía de sus gentes, de sus normas, de sus principios y quieren que los comportamientos de todos, vayan por el mejor camino posible, con contadas excepciones; sin embargo, sin que lo deseemos o queramos, ocurre lo contrario, o ciertas minorías así lo hacen ver. Es entonces cuando la delincuencia, las pandillas, las guerrillas, las fuerzas oscuras, quieren apropiarse de los entornos sembrando sus atropellos y maldades en esos lugares. La corrupción se queda campante, rampante y escondida pero al asecho de causar su mal. Corrupción que se presenta, en la mayoría de los casos, por el deseo de poder, de tener, del dinero mal habido, fácil y sin esfuerzo, que va minando los lugares en donde habita, no importando el daño que causa. La salud, los recursos, los bienes, las normas, todo es motivo de corrupción y los corruptos se lucran del saqueo, del pillaje, del robo descarado e infame que, con argumentos nunca válidos, van dañando los lugares y entornos en que actúa. Corrupción que comienza con cosas, mínimas, sin aparente importancia –mal desempeño laboral, recibiendo regalitos que luego se convierten en sobornos, coimas que se van dando como norma, sobre costos escondidos- en fin tanto que cala en los ciudadanos de a pie, que en varias ocasiones caen en esto, aparentemente sin darse cuenta, pero que luego, unos serán las víctimas y otros los que, engolosinados con esas prácticas, son los causantes de esas realidades.