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Revista de historia regional de Mexicali y su valle Año VI, núm. 21, julio-septiembre de 2013

Secundaria núm. 18 1933-2013 80 años

niversidad Aut noma de aja ali ornia


Los desfiles... 1953

R.C.B. Escudos

Secundaria Agrícola

Antiguo Secundaria 18

1953. Banda de Guerra. Escuela Secundaria Federal Número 18. Mexicali, B.C.

Generación 1958-1961

Oficial Secundaria 18

80 aniversario 2

1953. Escolta de la Escuela Secundaria Federal Número 18.


Índice Los desfiles... 1953

Interior portada

R.C.B.

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Editorial

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Sergio Noriega Verdugo Escuela Secundaria Federal núm. 18

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Arturo López Corella Hace muchos años

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R.C.B. Cincuenta años después

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R.C.B. Escuela Secundaria Federal núm. 18. Datos históricos

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Rubén Castro Bojórquez

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El deporte en la Secundaria 18

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Rubén Castro Bojórquez La Escuela Secundaria Agrícola

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Austreberto Silva Olivares Cincuenta años de la generación 1960-1963

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Roberto Jesús Amaro Pedroza Apuntes de la Secundaria 18

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Gustavo Casanova Cárdenas Una foto. Una historia

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Austreberto Silva Olivares Ayer y hoy

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Austreberto Silva Olivares Historias de lo cotidiano: Secundaria 18: tierra de gigantes

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Miguel Esteban Valenzuela Robles Nomenclatura de Mexicali. Historia de los

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nombres de avenidas, bulevares, calles, parques y plazas: Las cuatro esquinas de la secundaria 18

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Miguel Ángel Lino

Foto de portada:

Libros, reseñas, comentarios... 1955. La Secundaria 18 vista desde la azotea del Palacio de Gobierno (hoy Rectoría de la UABC) en la esquina derecha se puede observar el puesto de tortas del Chunique. Foto Carlos Reyes.

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Sergio Noriega Verdugo Escuela Secundaria núm. 18. Directorio 2013

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Invitación para colaboradores

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Una foto. Una historia

Interior contraportada

R.C.B. Una foto. Una historia

Contraportada

R.C.B. 1


El Río

El Río es una publicación trimestral de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. en coedición con la Universidad Autónoma de Baja California para la divulgación histórica regional sobre el municipio de Mexicali, Baja California, México. Tiraje 1 000 ejemplares. Directorio

Universidad Autónoma de Baja California

Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.

Dr. Felipe Cuamea Velázquez

Miguel Esteban Valenzuela Robles

RECTOR

PRESIDENTE

Lic. Ricardo Dagnino Moreno

Roberto Jesús Amaro Pedroza

SECRETARIO GENERAL

VICEPRESIDENTE

M.C. Miguel Ángel Martínez Romero VICERRECTOR CAMPUS MEXICALI Dr. Alfredo Félix Buenrostro Ceballos COORDINADOR GENERAL DEL CESU-UABC

José Manuel Hernández Ayón SECRETARIO

Lizardo López Mendoza TESORERO

PRESIDENTA HONORARIA VITALICIA Yolanda Sánchez Ogás Revista El Río DIRECTOR Y DISEÑADOR: Rubén Castro Bojórquez COMITÉ EDITORIAL: Luz Mercedes López Barrera, Rubén Castro Bojórquez, Miguel Ángel Lino Olvera, Sergio Noriega Verdugo, Lorenzo Hurtado Valenzuela CAPTURA: Catalina Rojas Monzón y Liliana Yadira Taboada Villa DIGITALIZACIÓN Y APOYO TIPOGRÁFICO: Lydia Coronel Yáñez REVISIÓN: Luz Mercedes López Barrera APOYO LOGÍSTICO: María Teresa Ponce León Elaborada en CESU-UABC

INVITACIÓN La Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. invita a todas las personas amantes de la historia, aficionados o expertos, a asistir a sus reuniones y, de ser el caso, a formar parte de ella como socios activos. Las sesiones se llevan a cabo todos los miércoles a las 17:30 horas en la Sala Junta de Gobierno del Centro de Estudios Sobre la Universidad de la UABC, ubicado en la planta baja del edificio de Investigación y Posgrado en bulevar Benito Juárez. Teléfonos: (686) 566 9592 y (686) 841 2076 Las fotografías utilizadas en la elaboración de esta revista pertenecen a las colecciones de: Archivo Histórico del Estado de Baja California • Archivo Histórico del Municipio de Mexicali • Instituto de Investigaciones Culturales UABC Museo • Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU-UABC) • Instituto Municipal de Investigación y Planeación Urbana de Mexicali (IMIP)• Colecciones particulares de Marcos Buruel, Rubén Castro Bojórquez, Javier Galván, Jimmy Griffin, Beatriz Limón, Carlos Reyes, Yolanda Sánchez Ogás, Gerardo Sánchez, Austreberto Silva, Martín Tamayo y Esteban Valenzuela. Esta revista se distribuye gratuitamente. Si desea obtener un ejemplar, puede solicitarlo en las oficinas del CESU-UABC o con cualquier miembro de la Sociedad. 2


Editorial Educación secundaria en la historia de Mexicali

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a creación de la Secundaria Federal 1, ahora referida como 18 de Marzo de 1938, da lugar no solo a recordar el largo recorrido de la educación escolar en Mexicali, desde 1933 en que la escuela se fundó, sino también a reflexionar sobre las condiciones prevalecientes de entonces y su trascendencia. Nosotros opinamos que fue un gran avance. Según el censo de población de 1930, el municipio de Mexicali tenía 29 985 habitantes en total, poco menos de la mitad vivía en la cabecera y capital del Distrito Norte de la Baja California. Aun con esa reducida población, el poblado de Mexicali era ya la localidad con más habitantes de la entidad. La mayoría eran hombres, había relativamente pocas mujeres y residían menos niños. La inmigración procedente del interior del país dominaba el panorama demográfico. Además, eran muy pocos los viejos que vivían aquí, los mismos que ahora clasificamos de la tercera edad. Fuera del pueblo o ciudad de Mexicali, solo había varias decenas de pequeñas localidades rurales en el resto del municipio. Mexicali era pues un pueblo de trabajadores hombres. De acuerdo con el mismo censo, más de una cuarta parte del total de su población de quince y más años eran analfabetas. Podemos inferir que más de la mitad de los niños entre 6 y 14 años de edad del municipio no iban a la escuela. Eran poco los adultos que contaban con más de los seis años de primaria. Todos los profesionistas venían de afuera. A favor de la educación escolar, había un número indeterminado que estudiaba en Caléxico, California. Aunque las primeras generaciones de egresados de primaria en Mexicali no fueron numerosas, la demanda de educación secundaria debe haber ido creciendo por las necesidades de contar con jóvenes mejor preparados para el trabajo y la aspiración de superación, en otros órdenes. La misma educación primaria ya se había orientado hacia lo práctico, por lo que no sorprende que el siguiente nivel educativo se vio realizado en 1933 en la Escuela Secundaria Agrícola, unos seis años después de lanzada la iniciativa de la Secretaría de Educación Pública. Según el libro del profesor Hermenegildo Pérez Cervantes, Historia de la Educación en Mexicali, la educación secundaria en Baja California nació en un ambiente precario. Los efectos nocivos de la gran depresión de los años de 1930 limitaron los recursos económicos disponibles para la educación. No se construyó ningún edificio, la nueva escuela inició en los altos de la escuela primaria Benito Juárez, construida siete años antes. No se disponían de los salones apropiados, ni tampoco se contaba con laboratorios debidamente equipados. No obstante, cualesquiera que hayan sido los recursos económicos destinados a la incipiente educación secundaria, se cumplió con elevar la preparación de jóvenes mexicanos. Se fortaleció la educación básica y se amplió el contenido de materias, lo que para muchos alumnos significó un mayor reto a su desempeño. Para ellos, el apoyo de la sociedad, pueblo y gobierno dispuestos a elevar su nivel de conocimientos fue un estímulo. Para sus maestros una razón de especialización y de profundizar en el estudio. Gracias a este importante esfuerzo, Mexicali estuvo mejor preparada para atender a las nuevas y numerosas generaciones de jóvenes que reclamaron una educación superior.

Sergio Noriega Verdugo 3


Escuela Secundaria Federal Número 18 Generación 1952-1955

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n la década de 1950, acceder al nivel de secundaria significaba el pertenecer a una élite privilegiada (el promedio de escolaridad para todo el pueblo debió andar alrededor del cuarto de primaria), sobre todo porque la Secundaria 18 era la única; sí, la única secundaria. Después vino la 30, en un hermoso y hoy remozado edificio en la colonia Cuauhtémoc. El sistema administrativo de clasificación le había puesto el número de orden, seguramente, sin que haya tenido ningún significado especial. Posteriormente, ante un cambio de nomenclatura –como los que se dan en nuestro país, que sin darle importancia a las raíces arrasan con la poca historia existente– le quitaron el “18”, pero gracias a la conciencia histórica de los profesores de la década de 1970, terminó llamándose Secundaria Número Uno, “18 de marzo de 1938”. Hay que recordar que en aquel tiempo, septiembre de 1952, todavía no éramos un estado, sino un territorio que tenía un gobierno designado por la federación. El último gobernador del Territorio Norte de la Baja California y primer gobernador constitucional fue el licenciado Alfonso García González, el famoso Plumas, hombre elegante y fino que gustaba de vestir de blanco. Caminaba desde la Casa de Gobierno, que estaba ubicada en la avenida Obregón (donde hoy está el Instituto de Cultura de Baja California), hasta el Palacio de Gobierno (hoy Rectoría de la UABC), solo, sin guardia alguno. Los chamacos de la secundaria le chiflábamos, le gritábamos, y él saludaba con gran sencillez y sentido del humor. El primer gobernador electo fue Braulio Maldonado Sández, cuyo periodo transcurrió de 1953 a 1959. Empezaba el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines (veracruzano, austero, propugnador del trabajo fecundo y creador); su elección había sido debatida y polémica, con gran * Notario público. Ex alumno de la Secundaria Federal núm 18.

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Arturo López Corella*

participación del general Henríquez Guzmán, por la izquierda moderada y Efraín González Luna, por Acción Nacional. Los henriquistas armaron alboroto en muchas casillas del interior, pero se rindieron ante la aplanadora oficial que en ese tiempo sólo se conformaba con el carro completo. Entre los golpes bajos que se dieron en la política, se acusaba a Ruiz Cortines de traidor. Alguna vez le preguntamos al profe de civismo Francisco Muñoz Franco si conocía la razón de esa imputación, y él nos comentaba que en la nómina de los colaboradores de la invasión de Veracruz en 1914, aparecía un nombre: “A. Ruiz C.”, y que sus enemigos se habían colgado de ese detalle para injuriarlo. Braulio Maldonado era un populista, de excelente sentido del humor y gran arrastre; hizo de su gobierno un alarde de acercamiento al pueblo. Su esposa, doña Carlota Sosa y Silva, afectuosamente conocida como Doña Tota, fundó un programa para auxiliar a la niñez desvalida. Probablemente el mejor acierto de Braulio fue traer como colaborador al profesor Lorenzo López González, quien asumió el cargo de Acción Cívica y Cultural, y que fue posteriormente uno de los creadores de la Universidad. Era padre de Lorenzo López Lima, quien nos sorprendió cuando llegó a Mexicali, con un inusitado bagaje cultural y una extraña personalidad entre chilanga y paceña. Ubicada en la céntrica manzana de una hectárea, a unos pasos del Palacio de Gobierno, la Secundaria 18 atraía por su propia situación, una atención inigualable, ya que era imposible soslayar su existencia, sus necesidades y sus logros. La mayoría de los muchachos que terminaban la primaria, y pensaban en continuar sus estudios, llegaban ahí, a la Secundaria 18, porque no había de otra. Los demás que querían seguir estudiando, pero tenían un horizonte más pragmático, se derivaban a las academias comerciales,


1955. Escuela Secundaria Federal núm. 18, Mexicali, B.C.

que funcionaban a todo vapor, para egresar como secretarias y contadores privados y así ser absorbidos en el incipiente, pero pujante, mercado laboral de la ciudad. Así que, esa población escolar, de los diferentes barrios de la ciudad, egresada de todas las escuelas primarias de la ciudad y del valle, se fundía en una masa que era conducida sabiamente por profesores responsables, honorables, trabajadores y respetuosos. Jamás, que haya constancia, hubo alguna alusión peyorativa a credo o práctica religiosa, ni tampoco actitud encaminadora. Sabíamos que Sotero Medina provenía de una larga tradición de “comecuras”, pero jamás de los “jamases” mostró el más mínimo signo de intolerancia o animadversión a creencia alguna. Se respetaba absolutamente cada preferencia en ese campo. En lo político nunca hubo propaganda ni ataque a posiciones o posturas políticas de ninguna especie. El profe Francisco Muñoz Franco fue diputado, y obviamente tenía vocación sindicalista y política, pero mientras estuvo en

la “18” jamás dio muestras de ninguna aspiración, grilla o tendencia. Sabíamos que el profe Antonio Amaya, nuestro director, era comunista, porque en ocasiones, cuando hacíamos incursiones a pequeños almacenes o guardaderos que tenían debajo de la escalera que daba a los baños encontramos montones de ejemplares de la revista Unión Soviética, por lo que connotamos su preferencia social; pero las pláticas que tuvimos con él, nunca dio a entender nada de ello, mucho menos en clase. Las escuelas, urbanas y algunas del valle, de donde procedían los jóvenes que ingresaron a la Secundaria eran principalmente la Cuauhtémoc, fundada en 1916; Netzahualcóyotl, 1919; Leona Vicario, 1924; Benito Juárez, 1926; Distrito Federal, 1933; Vicente Guerrero, 1938; General Miguel Alemán, 1944; Héroes de Chapultepec, 1946; Teniente Andrés Arreola, 1945; Andrés Quintana Roo, 1948; Leyes de Reforma, 1949. De las escuelas citadas, todas, menos las dos últimas, eran matutinas, y cuando a nivel nacional se decidió aprovechar las 5


1953. Escuela Secundaria Federal Número 18. Avenida Álvaro Obregón y Julián Carrillo. Vista desde la azotea del Palacio de Gobierno, hoy Rectoría de la Universidad.

instalaciones para servir a más población escolar, se fundaron vespertinas en los mismos edificios, acortando el horario y dando lugar a una, quizá necesaria, pero lamentable, situación que provocó un demérito en la calidad de la enseñanza primaria. Estas escuelas ya tenían un prestigio ganado en la ciudad, sus plantas de maestros garantizaban una sana competencia de calidad en la enseñanza, facilitada por la mediana dimensión de la población que hacía que todos los maestros se conocieran entre sí, y podían, sin plantearlo formalmente, trabajar de cara al sistema, esencialmente transparente y, por lo tanto, eficaz. En ese tiempo, el Colegio Frontera era la única escuela privada en Mexicali y la Academia de Guadalupe (OLGA), en Caléxico, pero los estudiantes que provenían de estas escuelas eran tan pocos que no constituían ni siquiera una minoría perceptible. El caso es que al ingresar a la secundaria, por una magia indefinible, los muchachos olvidaban o soslayaban su origen y se convertían, en cuerpo y alma, en alumnos de la Secundaria 18. 6

Los maestros que engalanaron el plantel fueron todos muy profesionales, competentes, serios y comprometidos con su tarea. No recuerdo que alguno haya faltado alguna vez a su clase. Seguramente sí hubo ausencias, así como enfermedades o incapacidades, pero no hay constancia ni recuerdo colectivo de estas incidencias. Los primeros grados tenían un profesor encargado de coordinar el desempeño general del grupo. Así, el primero A tuvo a Rosaura La Beba Valdez, y el primero C a Francisco Muñoz Franco. Las fotografías de conjunto de la época, que se tomaban cada año, muestran cada grupo con su encargado. La disposición de los grupos en la generación 1952-1955 fue la siguiente: Cuatro grupos de primero: el A, mixto matutino, el B y C, varoniles matutinos, y el D, varonil vespertino; tres de segundo: el A, mixto matutino, el B, varonil matutino, y el C, mixto vespertino, y dos grupos de tercer grado: el A, mixto matutino y el B, varonil matutino.


Los grupos de primer año se distinguían por su personalidad, que iba conformando durante el año lectivo. El A era mixto, y de mayor aprovechamiento, ya que es una verdad sabida que las mujeres son más dedicadas a los estudios, más ordenadas y más serias, cuando menos en esos años de primera juventud. Esto necesariamente “jalaba” a los hombres que compartían el grupo y, por lo tanto, en general el A sobresalía en calificaciones y desempeño. El primero C era desordenado y revoltoso, con matices de crueldad hacia algunos maestros que eran incapaces de levantar una mano o pegar un grito para sofocar a estos niño-jóvenes que despertaban a la vida y no se podían estar quietos. De hecho, había dos o tres que pertenecerían más al contexto de una correccional que al de una secundaria. El B era más calmado, y el D estaba integrado por muchachos más grandes y serios, pero su juventud provocaba que aprovechando las sombras de la noche hicieran desatinar a Domingo Estrada, haciendo diabluras en la carpintería. El director de la escuela profesor Antonio Amaya Estrada era un buen administrador, no se veía mucho su presencia, pero controlaba perfectamente la escuela, auxiliado por la subdirectora Marina Cuevas Villaseñor, quien estaba en todas partes gracias a su energía y carisma. Amaya era profesor de física y química, se sabía de memoria los libros de texto, y en tercer año abría con cierta prudencia el laboratorio, más o menos bien equipado. Alguna vez hicimos un experimento del cual resultaban emanaciones de cloro. Un alumno, a solicitud del profesor, aspiró aquel vapor amarillo-verdoso; por poco se intoxica y salió corriendo del recinto. El maestro se preocupó, pero lo disimuló como pudo. En ese tiempo no había mucho lugar para chiqueos. Las matemáticas fueron un obstáculo y una pesadilla para casi todos. Sotero Medina era un excelente maestro, combinaba la enseñanza de aritmética en primero, álgebra en segundo y trigonometría en tercero, y nos asesoraba sobre la vida y la humanidad. “Están engañando a sus padres”, decía a cada momento, “estudien; adquieran hábitos de estudio”. Le gustaba reforzar sus planteamientos con pequeñas notas que escribía en el pizarrón, con una letra compacta, redondita y muy legible. Una de sus “perlas”, producto de su aversión al chicle, fue indudablemente aquel: “De masticar chicle o fumar, yo les aconsejo fumar, porque el cigarro envilece, pero el chicle embrutece”; axioma que espetaba de cuando

en cuando. También alguna vez se refirió al Chiri Abril, diciendo: “este muchacho razona; razona mal, pero razona”. Sotero Medina era una personalidad; la Secundaria 18 de esos años no puede concebirse sin su presencia. Durante los primeros dos años, el Caperuzo Rodríguez nos guió en la senda de la ortografía, sintaxis y gramática, y luego, nos despertó el amor por la buena lectura recorriendo amorosamente con nosotros, paso a paso, el Jardín de las letras, hermoso texto de Carlos González Peña que era el sello del tercer año. ¿Quién no aprendió a gozar de la “mossa tan fermosa, non vi en la frontera…”? o no satisfizo sus primeros suspiros juveniles de poesía en “esas dos líquidas perlas, que se desprenden tranquilas, de tus radiantes pupilas invitándome a beberlas…”, de Don Juan Tenorio, o recreó fantasías impulsadas por “era un cautivo beso enamorado, de una mano de nieve que tenía, la palidez de lirio, la languidez de cirio, el palpitar de ave…”. El profe tenía la manía de requerir la guía de estudios de español, haciendo caracoles con las dos manos, de ida y venida, para ambientar el “¿trajo su guía?, ¿no?, devuélvase por ella”. Francisco Muñoz Franco era un hombre grande, serio, “el cachetón del puro”; nos dio carpintería en primero, civismo y alguna otra materia. Increpaba a los volátiles jóvenes del primero C con un “Ya están grandes, ya tienen pelos en las axilas”, lo hacía para inducir algo de reflexión en esa bola de inquietos. Rafael Chávez Carrillo, profe Chabelo, de gran vitalidad, todavía hace unos años era representante activo de maestros jubilados. Brevemente nos dio taller de encuadernación. ¡Qué lástima que no fue una disciplina más continuada!, algunos nos hubiéramos beneficiado enormemente con el conocimiento de esta técnica. Marina Cuevas Villaseñor se cuece aparte. Ya se ha reseñado por separado su papel fundamental en la formación de todos nosotros. Maestra de historia y biología, abogada; repartía sus horas de trabajo encargándose de la subdirección administrativa de la escuela, tarea que realizaba con gran eficiencia. La escuela marchaba “como relojito”, ordenada y limpia. Además, sus enseñanzas en las cosas fundamentales de la vida, el amor, el sexo, fueron oportunas, muy valiosas y centradas. Efectivamente, los muchachos gustaban de admirar las hermosas piernas de la maestra, quien, sabedora de sus atributos, alguna vez comentó que “tenía cuerpo de

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1953. Reunión de maestros. De izquierda a derecha, sentados: Sotero Medina Bermúdez, persona no identificada, Rigoberto Álvarez Rivera, Antonio Amaya Estrada (director), Marina Cueva Villaseñor, Estela Rolón, Irma González Cordero, Soledad Pulido Ramírez y Refugio Alcocer vda. de Escalante. De pie: Domingo Martínez Estrada, Guillermo García Armenta, Francisco Muñoz Franco, Nicolás Armenta Nicarlo, Jesús Rodríguez Escalante, Salvador Jiménez Gómez, persona no identificada, Guillermo Argote.

1953. Grupo 1-A. De izquierda a derecha: Hincados: Alfonso Valle, Jorge Amaya, César Córdova, Ignacio Gastélum. Segunda fila, sentadas: Isabel Miranda, Raquel Ramírez, Juana Guerra, Ofelia Castillo, Evangelina Aguilera, Enedina Pérez, Socorro Ocaño, Profra. Soledad Pulido Cholita, Lidia Trejo, Carmen Banuet, Guillermina Camacho, Mafalda Tramontini, Gloria Torres, Ana María Lozoya, Rosa María Camargo, Alma América Díaz. Tercera fila: Aída Sánchez, Gema Bermejo, Alma Belia García, Consuelo Rivera, Eloísa Almada, Norma Manríquez Brown, Sabina Pérez, Águeda Martínez, Emma Elvira Flores, Gloria Lomelí, Olga Dueñas, Argelia Rosas, Irene Flores, Graciela Viniegra, Zaida Margarita Borrego, Gloria Zorrilla W., Celia González. Cuarta fila: Horacio Nansen Bustamante, Abelino Aguirre, Carlos Cárdenas, Ana María Saldaña, Delia Frías, Rosa Ramírez Solórzano, Norma Villarreal, Gloria Ceseñas, Mirna Delgado, Armida Almada, Rubén Anguiano, Urbano González, Antonio Castro, Gustavo Barreto.

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1955. Grupo tercer año B, con el profesor Francisco Muñoz Franco. De izquierda a derecha, primera fila, sentados: Manuel Eguía, Francisco Wells, Emilio Cervantes, Víctor Manuel Álvarez, Jorge Rodríguez, José Huerta, Jorge Cardosa, Pedro Vidal, René Rodríguez, Rubén Castro, profesor Francisco Muñoz, Ramón Zárate, José Rosales, Héctor Hernández, Ignacio Gastélum, Javier García V., Juan Ibarra, Javier Amescua y Waldo Hernández. Segunda fila: Luis Rivas, Fernando Valenzuela, Gustavo Barreto, Enrique Galván, Francisco Velasco, Roberto Bermejo, Francisco José Cisneros, René Salcido, Abelardo Sosa, Rogelio Blanco, Rafael Navarro, Pedro Guerra, Pablo Argumedo, Felipe Camargo, Daniel Gutiérrez, Fortunato Oliva y Miguel Camacho. Tercera fila: Carlos Mijares, Pablo Cárdenas, Víctor Manuel Ruelas, Carlos Maldonado, José Félix Hernández, Pedro Matus, Ernesto Alvarado, Jorge Bojórquez, Francisco Ramírez Alfaro, Francisco Gutiérrez, Sergio Paniagua, Avelino Aguirre, Jesús Durán, Javier Muñoz, Felipe Robles, Jorge Solórzano, Fernando Paniagua, Jesús Silva, Modesto Carreras, Jorge Rodríguez y Horacio Nansen.

tentación y cara de arrepentimiento”, ya que portaba gafas gruesas, que en ese tiempo eran sinónimo de la negación de la belleza. La profesora Marina afrontaba las dudas y enfrentaba con entereza y tino todo intento de pasarse de listo de cualquier muchacho; en materia sexual era determinante y conocedora, no se andaba por las ramas. De vez en cuando nos daba pláticas más profundas sobre estos temas que a todos nos apasionaban, separando hombres de mujeres para hablar más en confianza. La maestra Soledad Pulido Cholita tenía gran conocimiento de la geografía, materia que machacaba sin misericordia. Nos encargaba hacer mapas, en los cuales se definían los contornos de cada estado y los revisaba con cuidado, detectaba cualquier error. Seguramente en otras circunstancias la hubieran contratado como baluarte de muchas comisiones de límites. La delineación de los mapas nos aburría y exasperaba, pero hay que reconocer que nos dio una visión muy clara de la república mexicana a muy corta edad, conocimiento que ha resultado muy útil en nuestra vida. Rigoberto Álvarez Rivera fue un maestro competente, excelente bailarín, provenía de ser maestro en la Vicente Guerrero. Cuando se estrenó en la Secundaria, traía

una muletilla: “así está el negocio” y dale y dale con “el negocio”. Le empezaron a hacer bromas, a sus espaldas, desde luego. Seguramente algún colega le advirtió porque no volvió a pronunciar la palabra negocio en buen tiempo y pronto se olvidó el asunto. El profe Rigo se dio a querer por los alumnos, a pesar de que su hablar rápido y arrebatado le provocaba problemas de comunicación. Julio Claudio Romero Picazzo, Picazzini, nos dio modelado. Era un hombre conocedor y bromista con los muchachos. Nos enseñó las bases del tallado en yeso, en el que nos obligó a hacer dos figuras que hasta la fecha algunos conservan; un pingüino y una virgen. Desde batir el yeso, hacer un cubo en un recipiente y tallar, tallar, con la navaja, dejando por todos lados virutas de yeso —que deben haber sido la pesadilla de los conserjes. Pero no todo era instrucción académica, el aspecto deportivo también era parte importante de la vida juvenil, que desbordaba los límites de la escuela, ya que en esa época no proporcionaba grandes estímulos en este campo. En la escuela se jugaba béisbol, sóftbol, voleibol y fútbol, en las horas de educación física, pero de manera espontánea, puesto que no había propiamente instrucción deportiva. 9


1955. Equipo de fútbol soccer de la Escuela Secundaria Federal Número 18. De izquierda a derecha, hincados: persona no identificada, persona no identificada, Eduardo Rubio, persona no identificada, Jaime Ainsle, Sergio Márquez. De pie: Ignacio Gastélum, Horacio Nansen Bustamante, Carlos González, Jorge Tsutsumi, Ricardo Higuera Razo, César Córdova Leyva, persona no identificada, Jorge Garayzar Antuna, Armando Rodríguez, Juan Ibarra, Ricardo Mata Muñoz.

En el fútbol soccer incursionaron muchos de los compañeros de la generación, algunos con bastante éxito. En el equipo “Secundaria # 18”, que ingresó a la liga juvenil en el año de 1953, militaban Horacio Nansen, en la media, Carlos González Muñoz, como interior derecho, y Jorge Tsutsumi Fujiyoshi, como centro delantero, con tan buen acoplamiento que algún periodista en una reseña se refirió a ellos como la “tripleta infernal”, apodo que gozaron este trío de jóvenes deportistas. En el mismo equipo también militaron Juan Ibarra el Luger, Eduardo Peludo Rubio, el Pénjamo Gastélum, Ricardo Mata y Garaysar, entre otros. 10

También hacía sus pininos deportivos José Luis Ramírez Piña en el Restaurante Suizo, quien presumía de dominar ese deporte en su natal Distrito Federal y lo combinaba con sus dotes de bailarín “estilo México”. Las muchachas jugaban sóftbol y voleibol. Principalmente Rosa y Raquel Ramírez, Lidia Trejo, Ema Elvira Flores y algunas otras. Por cierto hay una anécdota curiosa: Un día, en primer año, cuando la Secundaria no tenía cerco, estaban Ema Elvira y otras compañeras jugando voleibol con una pelota medio ponchada. Por ahí pasó Mario Hernández Maytorena y las vio. Detuvo su carro un momento, se


acercó y les entregó una orden para seis pelotas nuevas en la Estrella Azul. ¡Ese era el Mexicali de los cincuenta! Otros deportes menos favorecidos, pero que también tuvieron alguna presencia, fueron el ciclismo, en el cual destacaron los hijos del profe Waldo Hernández Maldonado, por mucho tiempo director del periódico El Mexicano. Waldo y su hermano Héctor tuvieron bastante afición y participación en este duro deporte. Igualmente, gracias a la cancha que existía en el Campamento de Irrigación (hoy Sagarpa), el barrio adjunto tenía a Javier Soltero y Carlos Cárdenas quienes practicaban el deporte blanco. Otros tenistas incipientes fueron Alfonso Valle y Abelino el Tarara Aguirre, quienes vivían frente a la cancha de tenis que estaba en calle G y Obregón (donde ahora se encuentra el edificio de la Unión de Concesionarios de Automóviles Nuevos). Como en todo entorno juvenil, el ambiente no estaba exento de intimidación y cierta dosis de violencia, ciertamente ingenua para los parámetros del siglo XXI. Alrededor de una cafetería ubicada en avenida Zaragoza y calle I, denominada Perico’s, tomaron su nombre y se formó una banda de muchachos aguerridos y peleoneros, que se denominaron los del Perico’s, casi todos un poco mayores que nosotros, como el Cuate Anaya, el Mariles, su hermano, José Jerez y otros del barrio del sur de las colonias Nueva e Industrial. Al dispersarse, algunos, los más jóvenes formaron otra banda, la de los afamados Carminas, que precisamente se congregaban alrededor de este restaurante ubicado en avenida Reforma y calle C, entre los cuales andaba El Quito Güereña, el famoso Manolo, un joven moreno, fornido, llegado de Veracruz, con bien ganada fama de peleonero y bravucón, que acreditaba con la ausencia de toda una hilera de dientes en el lado izquierdo. Como satélites de este grupo, sin pertenecer propiamente al mismo, funcionaban el Chivis Eguía y Julio Alcántara, primo de El Quito. Los únicos que pudieron frenar la embestida de estos abusivos marrulleros, fueron los del VOSA, Vagos Organizados Sociedad Anónima, grupúsculo que congregó a valerosos y violentos ejemplares de nuestra generación, como Lorenzo López Lima, Roberto Ceballos, Abdón Ayala, Julio Félix, Pepe Guevara, José Semi Pérez Medina, Rafael Martínez Moller y algunos otros que acabaron con los Carminas a base de correr y correr, para que no los alcanzaran, hasta que los Carminas terminaron agotados, disolviéndose poco tiempo después por la frustración.

Guerrero solitario que nunca formó grupo, pero que era un combativo espécimen, en una mezcla curiosa de inquietud (hiperactividad, le llaman ahora), y de buen desempeño escolar, fue Fausto Eduardo Sanabria Becerra, era el clásico garrudo, flaco nervudo, bueno para los golpes y que no le tenía miedo a nada. Siempre sobresalía en los primeros lugares del grupo en calificaciones. Nos tenía asolados a todos con sus amenazas y frecuentemente estaba dando lata a todo el que se le acercaba, pegándole en los hombros. Sanabria tuvo dos memorables pleitos, uno de ellos con el Tello Jerez, legendario peleador callejero y con el Checo Márquez, que sin ser violento poseía gran agilidad, fuerza y destreza; y, gracias a su disciplina de bailarín, buenos recursos para la pelea. En cierta ocasión, Sanabria comentó que de los dos, el que le había resultado más gallo y rival más difícil, había sido el Checo Márquez. También allá por 1954-1955, los últimos años de la secundaria, se fundó una banda, llamada Old House. La característica de esta banda era que agrupaba jóvenes alrededor de una casa vieja de adobe que se encontraba en la avenida Obregón, casi esquina con la calle G, frente al hospital, y que pertenecía al Henry, que capitaneaba la banda. Otros integrantes de esa pandilla fueron el Nerio Celaya y el Alejo Santillán. Estos también tuvieron algunos detalles en los que se involucraron miembros de la generación. En septiembre de 1952, durante la feria del bote, folclórica celebración de las fiestas patrias que se asentaba alrededor de la Secundaria 18, del kinder Federico Froebel y del Palacio de Gobierno, se escuchaban constantemente dos canciones Tú, sólo tú y Pénjamo, esta última provocó que a dos compañeros se les apodara con ese nombre, a Ignacio Gastélum como el Pénjamo matutino y a Edmundo Bustos, el Pénjamo vespertino. Bustos también era conocido como el Teto, sobre todo por sus amigos inseparables Gustavo Barreto Becho y Enrique Queta Galván Ochoa. Nosotros entramos a la secundaria precisamente en el medio siglo, somos una generación que despertó a la juventud en esos años, años privilegiados en Mexicali, pues 1952 fue un año récord en varios sentidos, tanto de producción como de precio del algodón, principal cultivo del valle. El dólar se cotizaba a $8.65, durante el sexenio de Miguel Alemán. Los agricultores tuvieron una etapa de bonanza, que se reflejaba en el comercio local y en general en la vida del pueblo. Se veían carros nuevos por todas partes y hasta muchachos de secundaria tenían acceso

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a ellos. ¡Quién no recuerda el Buick del Semi! ¡el Pontiac de Godínez, y hasta el pequeño Crosley del Peludo Rubio! Algunos tripulaban el carro de su papá, como Lidia, que relampagueaba en las calles en tremendo Buick del año. En las artes destacaron Lidia Trejo y Ofelia Castillo, danzantes que eran el plato fuerte de los eventos de “lunes social”, que se programaban en la terraza de la escuela. También Abelardo Sosa Santos, Horacio Nansen y Arturo López Corella el Boris, hicieron vanos intentos de aprender a tocar el violín bajo la mirada cariñosa, pero desalentada de Guillermo Argote, que daba clases en la Escuela Cuauhtémoc. En el mismo recinto, Pedro Vidal ensayaba la embocadura de budas, y aturdía con disonantes toques de una resplandeciente trompeta. Los talleres fueron parte fundamental del anecdotario de la secundaria. Desde el de encuadernación, que brevemente condujo el profe Chabelo Chávez pasando por electricidad y mecánica automotriz que nos dio en segundo y tercer grados el profe Guillermo García Armenta, lo que nos abrió horizontes sumamente útiles para entender los fundamentos de la electricidad, las propiedades de la corriente alterna, y nos hizo confeccionar tableros caseros con alambrados diversos para que entendiéramos lo básico de las instalaciones domésticas. Pero el más curioso fue el taller de carpintería que llevaba Domingo Estrada, fundador de la Secundaria desde sus épocas de agrícola e industrial, que surtía de cajones de madera para muertos (no les llamábamos ataúdes) al Hospital Civil, fabricados en esa “maquiladora” instalada en el taller. El destino del producto hacía jugar bromas pesadas como el encierro de muchachos en los ataúdes, tribulación que en alguna ocasión llevó con dignidad Huertita, a quien atormentaban con bromas sus compañeros aprovechando su pequeña estatura. Seguramente, algo tuvo que ver este pasaje con que se convirtiera en el al doctor José Guadalupe Huerta López, en uno de los más destacados alergólogos del país, con prestigio internacional. En diverso escrito también se relatan las “guerritas” que se suscitaban, aprovechando las sombras de la noche, con pedazos de tabla en el taller de carpintería. Las muchachas tuvieron taller de costura, que dirigía Cuquita Alcocer, donde aprendieron mil y un puntos de bordado y otras filigranas que ahora ya son una disciplina desaparecida. En el periodismo, Enrique Galván Ochoa abrió brecha escribiendo una columna con el seudónimo Satanás en el

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Nuevo Mundo. Le siguió Horacio Nansen, Mefistófeles, en el ABC, y Arturo López Corella, brevemente se hizo llamar Lucifer, en el desaparecido Centinela vespertino, del señor Ángel Saldívar (cuyo director era el señor Manzano). Después de egresados, Edmundo Bustos se convirtió en el gurú del periodismo en Mexicali y a la fecha Enrique Galván Ochoa sigue, en la capital del país, escribiendo continuamente su columna en el prestigiado diario La Jornada. Las actividades cívicas eran muy importantes en la currícula de la Secundaria 18. Desde los lunes sociales que se armaban con talentos locales hasta los desfiles. En estos participaba una banda de guerra de primer nivel, en la que destacaba el Cali Mijares, de la generación, entre otros de años superiores, como el Chino Flores e Ives Lelevier. Los demás marchábamos con el uniforme caqui y cuartelera. La Zona Militar proporcionaba viejos mosquetones mauser, de principios de siglo XX, pero en una ignominiosa discriminación, supuestamente impuesta para proteger nuestros endebles humanidades, los chaparros, entre los que nos contábamos el Boris, Rubén el Huevo Castro, Huertita, Pedro Vidal, el Peludo Rubio y el Chongo Córdoba, desfilábamos, abochornados, con rifles de palo, ante las miradas burlonas —ciertas o figuradas— de todos los espectadores. En ese tiempo, el desfile era un acto cívico de gran trascendencia en el pueblo, prácticamente todo mundo se volcaba a disfrutarlo. La ruta clásica era iniciar en el Mercado Municipal, por la avenida Obregón, virando al sur por la calle E, al este por la avenida Lerdo y luego entrar, gallardamente, ante el griterío de la ciudadanía, frente al balcón del Palacio de Gobierno (hoy Rectoría de la UABC). En los desfiles, la Secundaria 18 era parte principal, ya que era la escuela de mayor nivel. También desfilaban las primarias, los conscriptos, el ejército, la policía, bomberos, y un contingente numeroso de veteranos de la revolución, que en ese tiempo no eran demasiado viejos (menos que nosotros ahora, que cumplimos 55 años de haber egresado de la secundaria. Ellos tenían menos de cuarenta años de haber participado en el movimiento armado) y por últimos Los Charros. Aunque la asistencia a la escuela era vigilada estrechamente por los maestros y supervisada por la profesora Marina, de vez en cuando se organizaban excursiones en horas hábiles, casi siempre cerca del verano, a los balnearios cercanos, como el Flum (probablemente del inglés flume: vertedero), del


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cual quedan vestigios en la calzada Héctor Terán, frente a la Laguna Xochimilco; o a las compuertas la Catorce y la Quince, al este de la ciudad, o hasta La Plumita. La verdad no había muchos otros lugares para irse de pinta, no había boliche, los cines abrían más tarde, no nos dejaban entrar a los billares y para hacer deporte, pues mejor en la escuela. En un primer intento de hacer la secundaria, el que hizo época fue Horacio Nansen (quien ingresó en 1951), por su afición a la pesca, esa sí en horas hábiles, le valió el mote de pintero pescador. Esa fue la razón principal por la que tuvimos el privilegio de tenerlo en nuestra generación, que lleva su nombre. La pesca se realizaba en el canal que ingresaba a la ciudad, más o menos donde está el entronque de la calle Bolivia y la Justo Sierra, entre Reforma y Madero, seguía su curso este hasta pasar la calle H y daba vuelta al sur, atravesando la avenida Reforma por un sifón. De ahí seguía hasta las pilas de decantación, donde estaba un tanque elevado con el que se abastecía por gravedad de agua a la ciudad. Hoy esos terrenos los ocupa el multifamiliar del ISSSTE y las clínicas 30 y 31 del IMSS. El lugar preferido del pintero pescador era precisamente donde ahora es la calzada Justo Sierra. Después de salir de la secundaria, hubo la diáspora. Algunos se quedaron aquí, en sus trabajos familiares o de su propia iniciativa. Otros fueron a la Academia Comercial, otros más se fueron a estudiar a México, Guadalajara, Hermosillo y Monterrey. El grupo mayoritario, desde luego, fue el que se quedó en Mexicali a cursar la preparatoria, que acababa de fundarse como apéndice de la Universidad Autónoma de Baja California. Esa generación de preparatorianos, que tomaba sus clases en la vieja Escuela Cuauhtémoc, fue una prolongación de la generación 19521955 de la Secundaria 18 y formó más adelante la 58, que se concentró principalmente en México, Distrito Federal, y ahí se repartieron entre el Poli, la UNAM y la Latino Americana, donde tristemente falleció Jorge Rodríguez, a causa de un padecimiento mal evaluado. Más adelante, de ahí salieron profesionistas destacados, como los ingenieros Rogelio Blanco Jester, Francisco Velasco, Roberto Ceballos, Fernando Valenzuela, Roberto Bermejo, José Armando Manríquez, Francisco Wells. Arquitectos José Luis Yáñez Martínez, Rubén Castro Bojórguez (después rector de la UABC), contadores César Córdoba Leyva, Rafael Martínez Moller. Médico alergólogo Salvador Talamantes, alergólogo José Huerta. Química Lidia Trejo. Maestros

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1934. Credencial escolar de Sara de la Cruz Silva Cota.

1952. Credencial escolar de Arturo López Corella.

1968. Credencial escolar de Adolfo Javier Galván Pérez.


Evangelina Aguilera, Alma América Díaz Oropeza, Ofelia Castillo, Alma Belia García, Rubén Anguiano, Flavio Artemio Jiménez, Sergio Márquez. Abogados Eduardo Aguilar Cota (actual magistrado de un tribunal colegiado de circuito), Ricardo Mata, Jesús Silva Lozano, Cirilo Padilla, Pedro Vidal Rosas (exprocurador de Justicia del Estado), Alejandro Gudiño y Arturo López Corella, Ignacio Gastélum, Javier Amezcua, Carlos Maldonado, Roberto Monreal, Juan Godínez, Fernando Paniagua, Abelardo Sosa, Gustavo Barreto, Francisco Gutiérrez Espinoza, (secretario de la Junta de Gobierno de la UABC de 1999 a 2008). Médicos veterinarios Carlos Mijares, Ulises Méndez Ferrat. Odontólogo Juan José Guevara. Licenciados en administración Lorenzo López Lima, José Pérez Medina, y otros que se nos escapan a la memoria. El edificio de la Secundaria (demolido en 1976) era realmente hermoso y funcional. Tenía un vestíbulo en la entrada, y a la derecha estaba la dirección y las oficinas administrativas; al fondo, un taller de carpintería. Un pasillo cruzaba el edificio de este a oeste. Más allá del pasillo se encontraba el laboratorio de física. A la izquierda, tres salones, los de primero, frente a los salones, un aula de usos múltiples que lo mismo se usaba para festejos, taller de carpintería que para almacén. Subiendo al segundo piso, en el intermedio se encontraban los baños y ya arriba tres salones, dos de segundo año y uno de tercero. Una terraza cubría el taller de carpintería y al otro lado, hacia el este, en la planta alta, estaba la biblioteca y el laboratorio de química. Tanto en la parte frontal como en la parte trasera, unas mamparas paralelas adornaban la fachada. El espacio entre ellas era el justo para que algunos muchachos atrevidos, utilizando la técnica del escalamiento de “chimenea”, sin protección de ninguna especie, subieran, apoyándose con una pierna y la espalda, paso a paso, hasta que llegaban a la cima ante el asombro de sus compañeros y la irritación de los profesores. En primer año la escuela no tenía cerco, al tiempo instalaron uno de malla ciclónica. Alrededor de la escuela, salvo en la parte que da a la avenida Obregón, había un gran número de pinos salados de gran tamaño, que daban buena sombra. Después, cuando cayeron en desgracia, debido a la leyenda negra que se bordó en su contra, que eran salitrosos, que eran sucios, que se quebraban si no se les

podaba, etcétera, se cometió uno de los ecocidios impunes más destacados de la historia de Mexicali. En toda la ciudad, acabaron con los pinos salados y los mal sustituyeron con arbolitos de distintas variedades, muchas de las cuales no se aclimataron y sucumbieron rápidamente. En la parte norte del patio de la escuela se jugaba béisbol y fútbol. En la mitad del terreno, más o menos, a alguien se le ocurrió tirar una mancha de asfalto, aproximadamente del tamaño de una cancha de básquetbol, y la dejaron ahí, y sólo servía para ocasionar raspones y magulladuras cuando alguien, corriendo, se encontraba de repente con ese trecho. En la fotografía aérea que se muestra en este ejemplar, se puede apreciar claramente el área asfaltada. En el aspecto de organización estudiantil, la generación 52-55 fue arrolladora. Cuando estábamos en primer año, los maestros encargados dispusieron la elección de jefes de grupo y, una vez hecho esto, nos citaron una tarde para elegir entre ellos a la sociedad de alumnos. En esa junta, de jovencitos inexpertos que no sabíamos qué hacer, de repente se irguió un joven un poquito mayor, que se arrancó una pieza oratoria impresionante, que concluyó diciendo “¡Oh, raza de bronce! Todo mundo se quedó estupefacto. Acto seguido, por aclamación se le eligió presidente y luego vinieron todos los demás. Esa sociedad de alumnos perduró los tres años, sin que nadie intentara desbancarla, es más, de 1952, a cincuenta y tres años de distancia nuestro presidente sigue siendo José Pérez Medina, El Semi, el secretario Juan Godínez Cruz y la tesorera Norma Manríquez Brown. La fuerza de la generación también se impuso al elegir a Rosa Ramírez como reina de la escuela, siendo de segundo año, en contra de los terceros que tradicionalmente imponían su candidata. Después de haber egresado, nuestra generación se ha reunido en muchas ocasiones, como testimonio de unidad y compañerismo. No por nada, la mayoría de los integrantes comenta que fue la época más feliz de su vida. Hemos tenido muchas reuniones informales en cafés y restaurantes: por mucho tiempo el lugar fue Las Venadas, sobre todo cuando se trataba de organizar algún evento, como por ejemplo el desfile de 1983, en que se festejaron los ochenta años de Mexicali, evento en el que la generación iba en un simulado salón de escuela, arriba de un remolque plataforma jalado por un tractocamión (unidad facilitada por Armando Vildo

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1955. Grupo 3-A (sólo las mujeres). De izquierda a derecha, sentadas: Rosa María Camargo, Ana María Lozoya, Águeda Martínez, Lidia Trejo, Mafalda Tramontini, Evangelina Aguilera, Ofelia Castillo, Carmen Banuet, Socorro Ocaño, Arminda Almada y Rosa Ramírez. De pie: Eloísa Almada, Norma Manríquez Brown, Alma Belia García, Raquel Ramírez, Elvira Flores, Carmen González, Alma América Díaz, Gloria Zorrilla, Zaida Margarita Borrego, Enedina Pérez, Gloria Torres.

1952. Grupo primer año D, con el profesor Salvador Jiménez Gómez. De izquierda a derecha, primera fila: Pedro Vidal Rosas, persona no identificada, René Salcido Valdivia, persona no identificada, Cirilo Padilla Páez, persona no identificada, José Guadalupe Huerta López, persona no identificada, profesor Salvador Jiménez Gómez, Jorge Cardosa Pérez, Juan José Guevara Benítez, Héctor Manuel Hernández Ochoa, Flavio Artemio Jiménez Castro, tres personas no identificadas y Felipe Camargo Tovar. Segunda fila: Manuel Eguía Toquero, Ricardo Mata Mendoza, Jesús Jorge Rodríguez Delgado, persona no identificada, Jorge Solórzano García, persona no identificada, Carlos Padilla Ballesteros, persona no identificada, Jesús Agustín Silva Lozano, Abraham Javier Muñoz López, dos personas no identificadas, Enrique de Jesús Galván Ochoa, persona no identificada, Ernesto Alvarado Tapia y Fernando Valenzuela Stevenson. Tercera fila: persona no identificada, Jorge Luis Bojórquez Gastélum, Edmundo Bustos Pérez, Mario Salcido Valdivia, persona no identificada, Pablo Cárdenas Castañeda, Héctor García Valdivia, Benjamín Pérez Hernández, persona no identificada, Mario Zavala Contreras, Víctor Manuel Ruelas Cardiel, Francisco Wells Villaescusa, persona no identificada, José Pérez Medina, persona no identificada y Ramón Zárate Morales. 18


Vildósola, de su empresa familiar, Kenworth Mexicana), todos íbamos disfrazados de alumnos y el maestro era el Checo Márquez. Nos divertimos. Más recientemente nos reuníamos a desayunar cada semana en Las Campanas, en pequeñas sesiones en las que se mantenía viva la llama del compañerismo. En 1983 organizamos unos homenajes a Horacio Nansen; lecturas de sus poemas en la Casa de la Cultura. Algunas cena-bailes en el Casino de Mexicali y en Canacintra. En 1963 tuvimos una reunión, en la casa de el Boris y diecisiete años después nos volvimos a citar en casa de el Boris. Esa ocasión fue especial pues fue cuando se le impuso el nombre de Sendero Horacio Nansen a una vereda, y escuchamos una sentida semblanza del poeta por parte de Flavio. Otra tertulia muy animada de esa época, fue en el rancho de Heriberto Cholo Nevárez. Posteriormente hubo varias reuniones y posadas en el amplio jardín de Alfonso Gordo Valle. En algún momento, alguien tuvo la idea de denominar a nuestra generación Horacio Enrique Nansen. Fue como si todos hubiéramos estado pensando lo mismo. El nombre se adoptó espontáneamente y con entusiasmo. El poeta, compañero y amigo ha sido un factor de unidad entre la generación, que ha prevalecido como grupo. A raíz de que una escuela primaria vespertina le impuso el nombre de nuestro compañero, miembros de la generación hemos visitado ocasionalmente esta escuela y compartido anécdotas con los niños. El paso del tiempo ha cobrado sus facturas y algunos de nuestros condiscípulos nos han abandonado. El primero fue Jorge Rodríguez, fallecido en México cuando estudiaba la preparatoria. Después, le siguieron Horacio Nansen y recientemente, hasta donde tenemos información, Edmundo Bustos, Fernando Paniagua, José María Rosales, Abraham Brujas Muñoz, Manuel Eguía, Ricardo Mata, Armando Vildósola, Salvador Talamantes, Abelino Aguirre, Sergio Márquez, Fausto Sarabia, Flavio Artemio Jiménez, Julio Félix Grijalva, Carlos Maldonado Moctezuma, Fernando Paniagua Paniagua, Javier Solano, Carlos Mijares y, recientemente, nuestro “presidente” José Pérez Medina En conclusión, la generación 1952-1955 de la Secundaria Federal Núm. 18 es testimonio de una etapa fundamental del estado de Baja California y del desarrollo de Mexicali. Está integrada por personas que han contribuido a ese crecimiento y que hacen patente la calidad de un sistema

1955. Horacio Enrique Nansen, cuyo nombre adoptó la generación 1952-1955 Enrique Nansen falleció en un accidente en 1963 en Guadalajara, Jalisco. Se distinguió como poeta, articulista, músico, bohemio, pero sobre todo por su rebeldía ante las injusticias.

educativo que a la par de instruir a los jóvenes, les imprimió valores formativos, principalmente con el ejemplo de maestros profesionales, dedicados, con alta sensibilidad humana y moral. Evidencia de lo anterior lo constituye el hecho de que a medio siglo de distancia de haber concluido el motivo de la convivencia, sigue pujante el espíritu de comunidad y de cariño entre los compañeros. No han sido escasos los incidentes de solidaridad entre ex compañeros, que se han mantenido en discreción, lo cual eleva su calidad. En ese y muchos aspectos profesionales, cívicos y humanos, consideramos que el perfil del egresado de la Generación 1952-1955 “Horacio Enrique Nansen” constituye un modelo a seguir para los jóvenes que despiertan a la vida y requieren metas trascendentales para el bien de México y de Baja California. Los integrantes de esa generación han hecho bien en perseguir con dedicación y esfuerzo la frase que acuñó Juan Godínez y que se impusieron como lema, “Lego mi juventud a mi estado”.

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Hace muchos años

R.C.B.*

1955. Evento cívico en la terraza del segundo piso. El profesor Guillermo Argote (años después director de la banda de música del estado) dirige el himno nacional.

1965. Generación 1962-1965. Grupo B. De izquierda a derecha, primera fila: 1. Sergio Tamay; 2. Óscar Cardoso; 4. Rodríguez; 6. Mayra. Segunda fila: 2. Woo Ken Bin; 3. Héctor Velasco; 4. Manuel Chee; 6. Hugo Abel Castro Bojórquez; 8. Ignacio Mora. Tercera fila. 8. Profesora Juana Martínez, 9. Martha Apodaca; 11. María Esther “Pituka” Valdez. Izquierda. Silvia Larriñaga. Cuarta fila: 1. Rafael Lomelí, 6. Enrique Landeros; 8. Arturo Letayf; 10. Rafael Enciso; 11. Armenta. Quinta fila. 1. Padilla; 6. Martínez; 8. Gabriel Mascareño Montoya. Esta generación 19621965, así como las de los años 1961-1964, 1964-1967 y 1965-1960, fueron compañeros de Ernesto Zedillo Ponce de León que posteriormente fue presidente de México (1994-2000). * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C. 20


Cincuenta años después

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2005. Generación 1952-1955. Cincuenta años después. Seis personas no identificadas, Norma Manríquez, Ana María Lozoya, Carmen Banuet, Ofelia Castillo, Evangelina Aguilera, Alma Belia García, Francisco Velasco, Francisco Méndez, Javier Soltero, Héctor Martínez, Roberto Bermejo, Arturo L. Corella, César Córdova, Rubén Castro, Alfonso Valle, José Pérez Medina, Pedro Vidal, Juan Godínez, Jorge Solorzano, Luis Rivas, Jesús Silva.

2013. Generación 1960-1963. Cincuenta años después. Grupo 3 B, y de izquierda a derecha de pie. Pablo Castro, María de Jesús López, Rosa Amelia Mascareño, Manuel Arias, Gustavo Escobar, Leticia Casillas, Eva López, Cecilia Maldonado, Dionisia Norzagaray, Jorge Núñez, Rubén Camacho y Ricardo Palomino. Sentadas Martha Orrantia, Elena Granados, Martha Martín del Campo, Glenda Pérez, Cristina Gutiérrez, Elena Granados, Alicia Soto, Blanca Martín del Campo, Esther Navejas y Blanca Castillo. * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.

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Escuela Secundaria Federal Núm. 18 DATOS HISTÓRICOS

1933. En septiembre fue creada la Escuela Secundaria Agrícola. Primera en el Territorio Norte de Baja California. 1933. El profesor Ángel Martínez Ovando asume la dirección de la escuela. 1933. Maestros fundadores: Manuel Covantes Rincón, Cristóbal Aguillón Tovar, Antonio Barboza Heldt, Esteban Pelayo Gómez (hijo del prof. Matías Gómez), Jorge Olguín Hermida, Leonardo Sánchez, Sebastián Armenta Álvarez, Héctor Siqueiros Mazón, coronel Esteban Cantú Jiménez, José Gou, María Magdalena Moreno, Carmen Aldecoa, Domingo Martínez Estrada. 1933. Su primera instalación fue de tres salones de la parte alta del edificio (ya demolido) de la Escuela Benito Juárez de avenida Lerdo y calle “F”. Adicionalmente contaba con talleres en los sótanos de la escuela e instalaciones agropecuarias en terrenos ubicados en avenida Madero y calle G, donde hoy se encuentran las instalaciones de La Voz de la Frontera, orillas de la ciudad en ese año. 1933. La escuela dio inicio en septiembre de 1933 con 105 alumnos. Uno de los alumnos fundadores fue Santos Silva Cota, posteriormente rector de la UABC (1959-1966). 1937. Se incorporaron como maestros: Julio Félix Serna, Manuel Marín Capaceta, José Cárdenas Yado, María del Refugio Escalante. 1939. El profesor Rubén Reyes Segura toma posesión como director de la escuela. 1939. La escuela contaba con 109 alumnos: 77 hombres y 32 mujeres, 1941. La profra. Carmen Pérez Palacios de Villarino toma posesión como directora del plantel. 1941. El gobierno del Territorio Norte de la Baja California destinó un terreno para la futura construcción de la escuela (donde hoy se ubica) en Obregón y calle Julián Carillo. 1943. El prof. Antonio Amaya Estrada toma posesión como director del plantel (ocupó la dirección por más de 22 años, hasta que se jubiló. Tuvo un periodo de licencia de 1960 a 1964). *

Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.

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Rubén Castro Bojórquez*

1933. Edificio de la Escuela Benito Juárez donde funcionó la Escuela Secundaria Número 18 desde su inicio (como Secundaria Agrícola) hasta 1946.

1945. Vista aérea de la Escuela Benito Juárez.

1947. La Escuela Secundaria Federal Número 18 en su nuevo edificio por la avenida Obregón.


1943. El 17 de septiembre de 1943 se designa como Secundaria Federal núm. 18, en lugar de Secundaria Agrícola. 1946. El gobernador del Territorio Norte de Baja California, Juan Felipe Rico, en octubre de este año inaugura el nuevo edificio, de dos pisos, con ocho salones, laboratorio de química, talleres de carpintería, encuadernación y mecánica, dirección, sanitarios y terraza para actos cívicos. Además de un terreno amplio donde se podía practicar los deportes de futbol soccer, softbol, beisbol, basquetbol y voleibol. De 1943 a 1955. Se incorporaron como maestros: Lic. y profra. 1953. Edificio de la Secundaria 18 vista por el este. Marina Cuevas, Sotero Medina, Soledad Pulido, Rafael Chávez, Jesús Rodríguez, Armando Rodríguez, Guillermo Argote, Nicolás Armenta, Diego Chicatti, Juan Cruz, Guillermo García, Irma González, Francisco Jasso, Salvador Jiménez, Manuel López, Jesús Martínez, J. Jesús Muñoz, Enrique Pérez Rul, Antonio Puente, Pastora Reyes, Catalina de Rodríguez, Estela Rolón, Juan C. Romero, Austreberto Silva, Rosaura Valdez y Rigoberto Álvarez. 1952. En el ciclo escolar 1952-1953 la población escolar fue de 493 alumnos. 1953. El profesor Rigoberto Álvarez Rivera es nombrado 1953. Grupo de alumnos en un día del maestro. subdirector de la escuela. Década de 1950 a 1960. Los años maravillosos de la Escuela Secundaria Federal núm. 18, cuando la escuela era la cúspide de la educación en Mexicali. Antes de que la Escuela Preparatoria de la UABC se consolidara en 1963 con su edificio propio en Zaragoza y Justo Sierra, y cuando ésta pasó a ser la escuela de mayor nivel y tradición en Mexicali. 1960. Este año la escuela funcionó con 875 alumnos. 1960. Se implementó reforma en planes y programas de estudio. De 1955 a 1970. En estos años se incorporaron como maestros de la 1953. Profesoras Marina, Esthela Rolón e Irma González Escuela Secundaria núm. 18 los siguientes profesionistas: Samuel Cordero. Godinez, Benito Calderón, Jesús Lamadrid, Celia Hernández, Yolanda Díaz, Miguel Aguilar, Carlos Sosa, Octavio Escutia, Cristóbal Reyes, Raúl Mejía, Manuel Mireles, Pablo Urias, Joel Delfín, Raúl del Llano, Luis Santos, Héctor Sabo, Luis Castro López, Homero Guillén, Guillermo Armenta, Gamaliel Gutiérrez y otros. De 1961 a 1964. Enriqueta Queta Basilio estudió en la Secundaria Federal núm. 18”. Queta Basilio, portadora de la llama olímpica en la Olimpiada de 1968 en México, D.F. De 1963 a 1966. Ernesto Zedillo Ponce de León, posteriormente presidente de México de 1994 a 2000, estudió en las aulas de la 1956. El profesor Lorenzo López González, Director de Acción Secundaria núm. 18. Cívica del Estado, entregando diploma a la alumna Olga Chon. 23


1936. Primera Generación de la Escuela Secundaria Agrícola, acompañada con maestros y alumnos. Sobresalen: 16. Armando Pérez, 1. Valdez, 2. Ángel Delgado, 5. Francisco Guerrero, 4. Profesor Julio Félix, 1. Profesor Héctor Siqueiros, 2. Profesor. Sebastián Armenta, 6. Profesor Cristobal Aguillón, 7. Doctor Urias, 5. Profesor Ángel Martínez Owaldo, 3. Profesor Manuel Marín Capaleta, 15. Lucia Delgado, 3. Ángel Delgado, 4. Obdulia Núñez, 13. Juan de Dios Muñiz Duarte, sentados: 6. Kikuma.

1956. Olga Chon, Rosario Ávila, profesor Armando Rodríguez Carpinteiro y Leticia Ruiz Pérez.

1956. Director profesor Antonio Amaya y profesor Jesús Rodríguez Escalante.

1956. Elisa Piti Banuet, profesor Sotero Medina y Olga Chon. 24

1963. El doctor Jaime Torres Bodet, secretario de educación 1958-1964 visita las instalaciones de la Esc. Sec. Núm. 18. 1960. La profesora Isabel Macías de Calderón se hizo cargo de la dirección interinamente, por licencia sindical que le fue otorgada al profesor Antonio Amaya Estrada. 1965. El profesor Antonio Amaya Estrada regresa como director, solo para jubilarse ese mismo año. 1965. El profesor José Reyes Ayala asume la dirección de la Escuela. 1965. Se inicia la construcción de un nuevo edificio a cargo del Comité Administrador de Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE). 1967. Se inaugura el nuevo edificio con 11 aulas y se inician nuevas construcciones. 1969. Se inauguran nuevos edificios de aulas y talleres. 1970. El viejo edificio, construido en 1946, fue demolido por instrucciones de CAPFCE y con la contemplación de autoridades, egresados, maestros, alumnos y la sociedad en general. 1969. Es nombrado director de la Escuela el profesor Miguel García Rodríguez (1969-1972). 1972. El profesor Rigoberto Álvarez Rivera asume la dirección de la Escuela, quien por 20 años fungió como subdirector. 1978. La profesora Celia Hernández Ladrón de Guevara es directora del plantel. De 1980 a 2010. Maestros que se incorporaron a partir del año de 1980 a la fecha a la planta docente de la Esc. Sec. Fed. Núm. 1 “18 de marzo”: Adelisa Delgado, Alejandro Aranda, Alfonso Ávila, Alfonso Ontiveros, Alfredo López, Amado Uribe, Ana María Pérez Arce, Ana María Pitones, Anacleto Godoy, Andrés Berrelleza, Ángela Vacas, José Antonio Barajas, Antonio de la Torre, Antonio Mendoza, Arcadio Cota, Aurelia López, Beatriz Gándara, Benjamín Méndez, Bertha Alicia Muñoz, Buenaventura Guijarro, Candelario Langarica, Carlos A.


1936. Primera Generación de la Escuela Secundaria Agrícola, acompañada con maestros y alumnos. Sobresalen: de pie: 7. Aida Banuet, 20. Leonor “Nonola” Armenta, sentados: 8. Federico Grosso, 18. Manuel Fernández Guerra. 17. Manuel Muñiz Duarte, Armando Pérez, 12. Cuningham, 9. Alonso Gastelum. 10. Guilebaldo Silva Cota 11. Héctor Contreras Alemán.

Luján, Carlos, Ruiz, Elizabeth Fierro, Elva Fimbres, Emma Rubio, Engelberto Gaytán, Enriqueta López, Estela Jiménez, Francisca López, Francisco López Cruz, Francisco Noriega, Gilberto Gutiérrez, Gloria Bermea, Guillermo Anaya, Guillermo García, Héctor Pérez, Héctor Savo, Héctor Vázquez, Heliodoro Ceseña, Humberto Cruz, Lorenzo Cruz, Lourdes Camarena, Manuel García, Marco A. Colado, Marco A. Galaz, Margarita Bórquez, Margarito Aguirre, María Alejandra Sánchez, María del R. Evangelista, María del Socorro Martínez, Ma. Elena de la Cruz, Ma. Elena García, Ma. Ernestina Garibay, Ma. Gloria G. de Escalante, Ma. Gpe. Jacobo, Ma. Lourdes Flores, Ma. Mercedes Galván, María Serna, Ma. Teresa Castro, Ma. Teresa Ríos, Mario Luna, Mario Medina, Mario Trejo, Martha Galaviz, Rubén Bedoya, Sandra Fraga, Silverio Ortiz, Silvia Castro, Socorro Soto, Teresa González, Tomasa González, Víctor Manuel Chávez, Víctor Manuel Pérez, Victoria Romero, Wenceslao Castro, Yolanda Machado, Ana Marcela González, Ma. Antonia Esquivel, Minerva García, Marta Cázares, Margarita Valencia, Rosalva Ramírez, Zonia Cardoza, Julio C. Plazola, Mónica Ramos, Martha Paniagua, Beatriz Barrios, Liliana Cuevas, Miriam Cervantes, Daniel Ramírez, Consuelo Murillo, Apolinar Cuevas, Luis Rodríguez, Giovanni Rosas, Ma. Isabel Guerrero, Hilario Sánchez, Clementina Olivares, Martha Hernández, Rosa Martínez, Brenda Lizárraga, Alicia Moreno, Josefina Gálvez, Francisco Alaniz, Venustiano Chávez, Ma. Susana Arroyo, Sergio Polanco, Ma. Elva Bojórquez, Daniel Chucuan, Ma. Elena Nieblas, Iris Tejada, Ma. Gpe. Urías, Ma. Luisa Báez, José Álvarez, Elsa Elizarrarás, Leonardo Heredia, Ramsés Serrano, Josefina Estrada, Manlio Macías, Daniel Medellín, Elvia Zepeda, Rosa María Fraga, Ámbar Valencia, César Aguilera, Teresita Márquez, Laus Cota, María Salud Ramírez, José Luis Jasso, Susana Navarro, Aleyda Ávalos, José Luis Martínez, Ana Álvarez, Roberto Torres, Sergio Montecinos, Lucila Lam, Mary Lu Angulo, Karim Bojórquez, Eduardo Cabiedes, Sergio Meza, Mario Langarica, Arturo

1956. Director Antonio Amaya y la alumna Hilda Ruiz.

1954. Hilda Ruiz, Martha González y Reina Almada.

1950. Edificio de la Escuela Secundaria 18.

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1953. Gloria Torres, Manolo y Evangelina Aguilera, bailaron la Zándunga en la Plaza de Toros (Pino Suárez y Justo Sierra).

1954. Profesora Irma González Cordero y tres alumnas.

1955. José Huerta, Rubén Castro y Héctor Hernández, en los jardines de la escuela.

1964. Directiva del periódico Prensa estudiantil, la jefa de prensa, Hugo Abel Castro, director y Eduardo Almeida, editor.

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Morones, Ramón Sandoval, Alma Yahuaca, José Luis Guerrero, Martha López y Alejandra Burciaga. 1983. Asume la dirección de la Escuela el profesor Gustavo Casanova Cárdenas. (1983-1986). 1986. Es designado director de la Escuela el profesor Pablo Urías Sandoval. 1990. Es designado director de la Escuela el profesor José María Bojórquez Salgado. 1996. Asume la dirección de la Escuela el profesor Roberto Rodríguez Rivera. 1999. La población atendida en este año fue de 810 alumnos distribuidos en seis grupos de cada grado y contaba con 88 docentes. 2002. Es designada directora de la Escuela la profesora María Engracia Herrera Medina, 2005. Se atendieron 1314 alumnos con 18 grupos en cada turno, matutino y vespertino. 2010. Asume la dirección de la Escuela la profesora Irma Rocío Segura Casillas. 2013. En marzo de este año se celebra el 80 aniversario de la fundación de la Escuela Secundario Federal núm. 18, hoy Secundaria núm. 1 “18 de marzo de 1938”. Para lo cual se develaron tres placas que fueron dedicadas a los maestros de la escuela, directores y alumnos destacados: Ernesto Zedillo Ponce de León, Enriqueta Queta Basilio Sotelo y Luis Antonio El Abuelo Álvarez Murillo. 2013. La población atendida en la actualidad es superior a 1,200 alumnos en 30 grupos de 40 alumnos por grado. 2013. Este año celebró su graduación la generación 78 de jóvenes comprometidos con la sociedad bajacaliforniana. Bibliografía: Historia de la Educación en Mexicali. Hermenegildo Pérez Cervantes. 2008. Anuarios: 1958-1961, 1959-1962, 1960-1963, 1964-1967 y 1967-1970 de la Escuela Secundaria Federal Número 18.


El deporte en la Secundaría 18 Rubén Castro Bojórquez*

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l verano del año de 1952 llegó acompañado de dos acontecimientos inolvidables para los niñosjóvenes de la ciudad de Mexicali: se graduaban de la escuela primaria, donde como era la tradición, el final del sexto año traía consigo su primer baile, que generalmente era un vals. La emoción de ese evento perduró por los casi tres meses de vacaciones de verano que se incrementó en el momento

de inscribirse en el primer año de la Escuela Secundaria Federal núm. 18. Ingresar a la secundaria significaba que ya se era grande, mayor, adulto, era un salto enorme en sus vidas, se abría los ojos ante nuevos amigos, la emoción de descubrir al sexo opuesto, se iniciaban en la cultura, el arte, la lectura, la literatura, la poesía, la música, en fin una etapa de descubrimientos nuevos hacia el mundo; pero también internamente, nuevas emociones y sentimientos.

1954. Equipo Femenil de Softbol de la Secundaria Número 18, de izquierda a derecha, primera fila: Carmen Banuet, Evangelina Aguilera, Elvira Banuet, Chei González, Williams y Aída Núñez. Segunda fila: no identificada, Hilda Ruiz, no identificada, Delia Lever, Manríquez y María Luisa Antunez. En el campo Zurdo Flores. *

Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.

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Backstop de madera y malla ciclónica.

Campo de béisbol y sóftbol.

Cancha de basquetbol y de voleibol de tierra. Terraza en planta alta donde se celebraban los actos cívicos (lunes cívicos).

Edificio de dos niveles con ocho aulas, talleres y laboratorios, oficinas y terraza cívica.

Ingreso

1955. Foto aérea de la Escuela Secundaria Federal núm. 18. Edificio construido en 1946 y demolido en 1970. 28


Hilera de pinos salados en todo el lindero de la escuela.

Campo de futbol soccer.

Base de asfalto para una cancha de basquetbol que nunca se terminรณ.

Cancha de voleibol.

Calle Juliรกn Carrillo.

Pasto en todo el frente de la escuela.

Cerco de malla ciclรณnica.

Avenida Obregรณn.

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1952. Equipo Femenil de Voleibol y Basquetbol de la Secundaria Número 18. De izquierda a derecha, hincadas: No identificada, Aída Domínguez, Núñez, no identificada, Delia Lever y no identificada. De pie: dos no identificadas, Tichi Amezcua, Amezcua, no identificada, Herlinda Covantes y no identificada.

La Escuela Secundaria Federal núm. 18 era, en ese año, el máximo nivel educativo en la ciudad lo que representaba que quienes estudiaban en ella alcanzaran el nivel más alto de estudios, lo que significaba un gran honor y distinción pertenecer a ella, y el escalón para continuar una carrera profesional. A la secundaria 18 llegaban alumnos graduados de las escuelas primarias: Benito Juárez, Leona Vicario, Cuauhtémoc, Netzahualcóyotl Vicente Guerrero, Distrito Federal, Tte. Andrés Arreola y otras pocas más de la ciudad y del valle de Mexicali. Muchos otros jóvenes que no ingresaron a la secundaria 18, lo hicieron a las academias comerciales, a la Normal Federal Fronteriza, o directamente a trabajar en el comercio o talleres varios.

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De las actividades que más atraían a los estudiantes eran los deportes: aquellos que se podían practicar en las instalaciones de la escuela o aquellos en los que los maestros organizaban equipos para competir en ligas organizadas de la ciudad. El futbol soccer era el deporte favorito, todos los tiempos libres que se tenían se dedicaban a jugar en el campo de la escuela, pero también la conformación de los equipos, que representaban a la secundaria y jugaban en el campo Necaxa en el torneo municipal. Era un honor representar a la escuela, pero los que quedaban fuera del equipo, se inscribían en otros equipos: San Pedro, Oro del 57, Ferrocarril y otros más. En esos años de 1950 destacaron en futbol: César Córdova, Ignacio Gastélum (El Pénjamo), Horacio Nansen, Carlos González, Jorge Tsutsumi, Jorge Garaysar, Juan Ibarra,


Ricardo Mata, Eduardo Rubio, Torres Lara, Cardoso y otros que escapan a mi memoria. Cuando el campo de futbol estaba desocupado, se jugaba beisbol y softbol, el backstop se ubicaba en la esquina noroeste del terreno y los bateadores zurdos, seguido al batear, le pegaban tan fuerte que colocaban la pelota arriba del primero piso del edificio en la terraza donde se celebraban los eventos cívicos y sociales. En esos años destacaron Javier Jiménez y Carlos Mijares, entre otros. Muchos otros jóvenes jugaban basquetbol y voleibol como era el caso de Héctor Manríquez y Carlos Mijares. El basquetbol se tenía que ir a practicarlo a las canchas de concreto de las escuelas Cuauhtémoc y Benito Juárez. El sector femenil de la secundaria también tenía sus preferencias deportivas por el softbol y el voleibol principalmente, y desde luego su organización era mejor, como lo dejan ver las fotografías de esos años. Las compañeras que destacaban en todos los deportes eran: Rosa y Raquel Ramírez, Lydia Trejo, Elvira Flores, Norma Manríquez, Carmen Banuet, Evangelina Aguilera, Tichi Amezcua, Altagracia Cardoso Burgos, Rosario Ávila, Hilda Ruiz Acevedo y muchas otras más. Los maestros de deportes eran: Armando Rodríguez Carpinteiro, Antonio Puente Ortiz, Nicolás Nicarlo Armenta, Diego Chicatti, Samuel Godínez y otros que llegaron más tarde. La figura indiscutible del atletismo de esos años lo fue Juan Godínez Cruz, que dominaba varias pruebas de pista y campo. Años después se convirtió en maestro de educación física y formador de grandes atletas. En el año de 2010 fue entronizado al salón de la fama del deporte mexicalense. Otra actividad física de mucha presencia en la secundaria eras los desfiles del 16 de septiembre y del 20 de noviembre, destacaban en estos desfiles la banda de guerra y escolta, posiciones muy codiciadas por los jóvenes, ya que era un privilegio encabezar los desfiles. El deporte ha prevalecido a través de todas las generaciones de la Secundaria 18, de entre todas ellas destaca indiscutiblemente la figura de Enriqueta Queta Basilio Generación 1961-1964 que tuvo la gran distinción de portar la antorcha olímpica y encender el pebetero en las olimpiadas celebradas en México en octubre de 1968.

1955. Hilda Ruiz, bateando en un juego de softbol en el campo de la escuela.

1955. Profesor de educación física, Diego Chicattl.

1955. Profesor de educación física, Armando Rodríguez Carpinteiro.

1955. Hilda Ruiz y Rosario Ávila del equipo de softbol de la Secundaria Número 18.

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La Escuela Secundaria Agrícola y la Escuela Secundaria “18 de marzo de 1938”

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l primer impulso dado a la educación posprimaria en Mexicali fue en 1918 y corresponde al coronel Esteban Cantú, entonces gobernador del Distrito Norte de la Baja California, cuando con su aprobación y respaldo se fundaron en esta ciudad y posteriormente en Ensenada, a cargo del profesor Andrés Silva, los llamados “Cursos de Iniciación Pedagógica”, que un año después se transformarían en Escuela Preparatoria y Normal del Distrito, bajo la iniciativa de los ameritados maestros Luis Vargas Piñera, Herminio Ayala, Cristóbal Aguillón, Francisco L. Rodríguez, José Vázquez y las profesoras Eva Barajas y Consuelo Bermúdez. La desaparición de la Escuela Normal y Preparatoria acaecida en el año de 1932, se debió a razones presupuestales originadas por la terrible crisis económica que azotó a Estados Unidos y que repercutió gravemente en toda la franja fronteriza de México con aquel país. Sus inicios En 1933 se funda la Escuela Secundaria Agrícola en el mismo espacio, es decir, en la planta alta de la Escuela Primaria “Benito Juárez”. Fue la primera institución educativa de segunda enseñanza en el Territorio de Baja California y llevó como director al profesor Ángel Martínez Ovando. Desde su fundación, contó con los tres grupos reglamentarios y estuvo sujeta al plan de estudios que regía a las instituciones de segunda enseñanza en toda la república mexicana. Se le denominó Escuela Secundaria Agrícola porque se pretendía dar a los alumnos algunas nociones de agricultura * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.

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Austreberto Silva Olivares*

por ser el valle de Mexicali una región esencialmente rural. Para el efecto, se le dotó de un terreno bastante amplio entre las calles G y H y entre las avenidas Colón y Madero, exactamente en el lugar donde se encuentran las instalaciones del periódico La Voz de la Frontera. La planta docente estuvo integrada así: profesor Manuel Covantes Rincón: español e historia universal; coronel Esteban Cantú: geografía de México, periodista José Gou: Español; profesor Cristóbal Aguillón Tovar: inglés (los tres grados); profesor Antonio Barboza Held: geografía universal; ingeniero Esteban Pelayo Gómez: botánica y zoología; profesor Jorge Olguín Hermida: matemáticas; químico Leonardo Sánchez: química; profesor Sebastián Armenta Álvarez, música y canto coral; profesor Héctor Siqueiros Mazón: dibujo; Carmen Aldecoa: economía doméstica; María Magdalena Moreno: taquigrafía; Emilia Delgado: labores manuales; Domingo Estrada Martínez: talleres; Feliciano Arvízu Domínguez: intendente; Consuelo Beltrán Norzagaray: secretaria. El director y fundador de la institución puntualizó los siguientes objetivos para su establecimiento: 1. Proporcionar una preparación práctica para la explotación de los recursos naturales de la región, que capacite a los alumnos para bastarse a sí mismos en la lucha por la vida. 2. Proporcionar enseñanza del carácter que exige el plan de estudios de secundaria y que capacite a los alumnos y los faculte para su ingreso en carreras universitarias. Debe agregarse que en el Territorio Norte de Baja California no existían escuelas preparatorias ni vocacionales.


1935. En el edificio de la Escuela Benito Juárez ubicado en Avenida Lerdo y Calle “F”, funcionó en su origen la Escuela Secundaria Federal Número 18.

Dada la mala situación económica que prevalecía en toda la frontera norte de nuestro país en la fecha de la fundación de la Secundaria Agrícola, el gobierno local acordó proporcionar solamente una pequeña gratificación a los maestros por sus servicios. Los sueldos mejoraron cuando se federalizó la enseñanza, lo que ocurrió entre 1941 y 1942. En el año de 1937 se incorporaron al personal docente las siguientes personas: profesor Julio Félix Serna, en sustitución del ingeniero Esteban Pelayo G. (botánica y zoología, que después fue biología); el profesor Manuel Marín Capaceta en matemáticas; el doctor José Cárdena Yado en química (por poco tiempo) y María del Refugio Escalante viuda de Alcocer en talleres para mujeres y, posteriormente, en vigilancia con el puesto de celadora (hoy Prefectura). En ese año, al rendir su informe de actividades, el director Ángel Martínez Ovando incluyó el siguiente reclamo: Desde la fundación del establecimiento en 1933, se ha venido luchando porque se dote a la institución de un local apropiado; pero por desgracia nunca se ha logrado interesar ni al Gobierno ni a las Autoridades Educativas para que éste sea un hecho (era director de educación el profesor Florencio Guzmán). Falta también el

mobiliario indispensable. Los alumnos en la actualidad ocupan tres salones mal acondicionados de una de las escuelas locales; usan los mesa-bancos ya desechados de las escuelas primarias; no tiene local donde se puedan instalar sus laboratorios, ni lugar donde puedan desarrollar sus actividades, sin perjudicar a los alumnos de la escuela primaria donde se encuentra. (Archivo de la Secundaria federal 18 de marzo de 1938).

En seguida se presenta la relación de materias que se impartían en la Escuela Secundaria Agrícola en el ciclo 1936-1937. Primer grado: español, matemáticas, geografía, botánica, economía doméstica, inglés, orfeón (canto coral), deportes, civismo, talleres (taquimecanografía). Segundo grado: español, matemáticas, geografía, física, química, economía doméstica, zoología, inglés, orfeón, deportes, civismo, historia patria, prácticas agrícolas, talleres (carpintería). Tercer grado: literatura española, química, historia universal, civismo, anatomía, orfeón, economía doméstica, inglés, matemáticas, dibujo constructivo, prácticas agrícolas, talleres (carpintería). Las prácticas agrícolas estuvieron a cargo del profesor Julio Félix Serna, quien contaba con experiencia en las 33


1933. Primera planta docente de la Escuela Secundaria Agrícola, en la escalinata de entrada del edificio de la Escuela Benito Juárez. En la foto de izquierda a derecha, primera fila: José Ramos, José Gou, Ángel Martínez Ovando (director), Leonardo Sánchez, Ma. Magdalena Moreno, no identificado. Segunda fila: Manuel Covantes Rincón, Coronel Esteban Cantú Jiménez, no identificado, Crsitóbal Aguillón Tovar y Emilia Delgado. Tercera fila: Esteban Pelayo Gómez, Antonio Barbosa Helat y no identificado.

1944. Planta de maestros de la Escuela Secundaria Federal número 18. De izquierda a derecha, de pie: Profesor Limbano Domínguez, maría Duarte y Duarte, Juana Martínez Guerrero, Abel Barbosa, Lucrecia Carmelo, profesor Francisco Muñoz Franco, profesora Ciria Cota, Josefina García, profesor Sotero Medina, profesora Ma. Luisa Armenta, profesor Jesús Rodríguez Escalante. Sentados: profesor Rafael Chávez Carrillo, Matilde Gómez de Romero, Angela Virgen, profesor Héctor Siqueiros, Rafaela Arreola de Orduño, profesora Sara Silva Cota y Alfonso Reyna Muñoz. 34


1956.Siete personas no identificadas, profesora Marina Cuevas Villaseñor, profesor Sotero Medina, profesora Francisca Muñoz, profesor Rigoberto Álvarez, Roberto Ceballos, profesor Domingo Martínez y profesor Austreberto Silva Olivares.

labores del agro, en virtud de ser miembro de una familia de agricultores en el valle del Yaqui, en su natal Sonora. Los talleres, tanto para varones como para mujeres, se instalaron en los sótanos del edificio, en tanto que las aulas funcionaban en la planta alta. En diciembre de 1939, y en sustitución de del profesor Covantes Rincón, se hizo cargo de la dirección el señor Rubén Reyes Segura, oficial del ejército, aunque nunca especificó su grado en la documentación firmada por él. Para entonces el número de alumnos era de 109: 77 hombres y 32 mujeres. Durante los años de 1940 y 1941, los maestros y padres de familia de la Escuela Secundaria Agrícola habían estado insistiendo ante el gobierno del Territorio Norte en su petición de un terreno para levantar el edificio que albergaría con ciertas comodidades al alumnado cada vez más numeroso del plantel, puesto que el espacio en la primaria Benito Juárez, donde recibían sus clases, ya no daba para más. En septiembre de 1941 se hizo cargo de la Escuela la señora Carmen Pérez Palacio de Villarino. El 2 de octubre

el ya entonces coronel Sánchez Taboada, en su carácter de gobernador del Territorio, donó un terreno con superficie de 9 mil metros cuadrados para la construcción del edificio escolar, terreno en el que actualmente se encuentra asentada la Escuela Secundaria Federal Núm. 1 “18 de Marzo de 1938”. El 17 de septiembre de 1943, Carmen Pérez Palacio de Villarino hizo entrega de la dirección al maestro Antonio Amaya Estrada, levantándose el acta respectiva. En esa acta se menciona por primera vez el nombre de Escuela Secundaria Federal Número 18 (hoy Núm.1). En ese mismo año se logró un aumento de personal de acuerdo con el número de grupos, que ya para entonces se registraba un promedio de asistencia de 148 alumnos. En octubre de 1946, siendo presidente de la república el general Manuel Ávila Camacho y gobernador del Territorio el general Juan Felipe Rico Islas, se inauguró el primer edificio de la Secundaria 18, como sería conocida por muchas generaciones de egresados de esa benemérita institución. El edificio contaba 35


1958. Alumnos de la Generación 1955-1958, Grupo 3º B. De izquierda a derecha, primera fila de atrás: 1. Fausto Ávila, 2. Benjamín Plascencia, 3. Miguel Apodaca, 4. Salvador Ruiz, 5. Enrique Dueñas, 6. Luis Pereyra, 7. J. Pablo Hernández, 8. J. Ignacio Pérez, 9. Jorge Aceves, 11. José León, 13. Ricardo Raya. Segunda fila: 1. Héctor Mitre, 2. Ahmed Uribe, 4. Rodolfo Verdugo, 5. Pedro Galaviz, 6. Gustavo Murillo, 7. Rubén Camacho, 8. Carlos Guerrero, 9. Arturo Lio, 10. Genaro Aguirre, 11. Francisco Javier Bermejo, 12. Rafael Rucobo, 13 Javier Pimentel, 14. Roberto Guridi, 15. Alberto Cota, 16. Manuel Morales, 17. Anacleto Godoy, 18. Juan Escobedo. Tercera fila: 1. Luis Fuerte, 2. Pedro Núñez, 3. José Luis Méndez, 4. Pedro Gaxiola, 5. Luis Mitre, 6. Jorge Jáuregui, 7. Profesor Francisco Muñoz, 8. Benjamín Niebla, 9. Samuel Ávila, 10. Héctor Ruíz, 11. Héctor Guerrero, 12. Martín Mendoza, 13. Arturo Antunez. Cuarta fila: 2. Ernesto Garibay, 3. Miguel A. Chávez, 4. José Luis Alcántar, 5. Sergio Nevárez, 6. Noé Cruz, 7. Francisco López, 8. Gustavo Castillo, 9. Federico García, 10. José Luis López, 12. Jesús Siltero, 13. Rodolfo Ibarra, 14. Jesús Pérez, 15. Agustín Cruz.

con ocho aulas, oficina para el director, espacio para los laboratorios y talleres, así como dos canchas de basquetbol. En el periodo de 1943 a 1960, en el que se desempeñó como director el profesor Amaya Estrada, en el año de 1952, el profesor Rigoberto Álvarez Rivera fue ascendido al cargo de subdirector secretario, con ello la escuela experimentó un cambio altamente favorable, pues se logró un aumento progresivo de alumnado y personal, así como de equipamiento de oficina, talleres y laboratorios. Durante ese lapso se incorporaron al personal docente: Lic. Marina Cueva Villaseñor, profesores Sotero Medina Bermúdez, Soledad Pulido Ramírez, Rafael Chávez Carrillo, J. Jesús Rodríguez Escalante, Armando Rodríguez Carpinteiro, Jorge Gutiérrez Durán, Maximino Virgen Flores, Rigoberto Álvarez Rivera, Juan Cruz Armendáriz, Homero Guillen, Manuel García López, Dr. Austreberto Silva Olivares, y muchos otros. En el ciclo escolar 1954-1955 había cuatro grupos de primer año, tres de segundo y dos de tercero, con un total de 493 alumnos. 36

En el año de 1960 la profesora Isabel Macías de Calderón fue nombrada directora interina, puesto en el que permaneció hasta 1964. El alumnado llegó a 875 distribuidos en cinco grupos de primero, cinco de segundo y dos de tercero. Durante su gestión se elaboraron los tres primeros Anuarios Escolares y se crearon las pláticas de orientación vocacional. En 1965, por gestiones del profesor José Reyes Ayala se iniciaron las obras del nuevo edificio encomendadas al Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de escuelas (CAPFCE), que en forma preliminar entregó once aulas en 1967. La obra concluida en 1969 contó con 18 aulas para clase; salones para cocina, corte y confección, carpintería, mecánica, hojalatería, electricidad y fotografía; así como laboratorios de física, química y biología. En el ciclo escolar 1998-1999 tenía funcionando 18 grupos, seis por cada grado con un total general de 810 alumnos. La planta de maestros estaba conformada por 88 docentes con el apoyo de 28 personas.


1958. Generación 1955-1958. Grupo 3º A. Primera fila, de pie: 1. Esther Mariene, 2. Alicia Domínguez, 3. Erendira Álvarez, 4. Salvador González, 5. Eduardo Robinson, 6. Mario Ceballos, 8. Rosendo Martínez, 9. Rigoberto Martínez, 10. Javier Casillas, 11. Ramón Bastidas, 12. Ramón Sing, 13. Tomás Rodríguez, 14. Marcelo Machain, 15. Tomás Estrada. Segunda fila: 1. Ma. Teresa Ramírez, 2. Yolanda Sánchez, 3. Elba Nieblas, 4. Irma Soto, 5. Margarita Bojórquez, 6. Yolanda Soto, 7. Alfredo Higuera. 8. Elva Galván, 9. Ana Alonso, 10. Gastón Salazar, 11. Elva Galván, 12. Jorge Murga, 13. Cristina Palacios, 16. Amelia Armenta, 17. Roberto Rodríguez, 18. Ma. Aurelia Vázquez, 19. Rosa Sández. Tercera fila: 1. Margarita Franco, 2. Francisca Martínez, 3. Isabel Martínez, 4. Ofelia Rodríguez, 5. Virgen Gastélum, 6.Leonor Carreras, 8. Profa. Marina Cuevas, 9. Ma. Del Carmen Anaya, 10. Agueda Uraga, 11. Margarita González, 12.Celina García, 13. Graciela Ramírez, 14. Imelda Hernández, 15. Elinia Hernández. Cuarta fila: 1. César Sanabria, 2. Francisco Jasso, 3. Enrique Uribe, 4. Johon Derek, 5. Ignacio Lozoya, 6. José Luis Alonso, 7. Manuel Rodríguez, 8. Ovidio Espinoza, 9. Julio Padilla, 10. Enrique Benitez, 12. José Luis Gastélum.

En el ciclo lectivo 2004-2005 la escuela contaba con treinta y seis grupos distribuidos de la siguiente manera: turno matutino, 18 grupos con 710 alumnos, y en el turno vespertino 18 grupos con 604 alumnos, con un total de 1 314 alumnos en ambos turnos. Octogésimo aniversario de la Secundaria 18 Este año de 2013, la directora maestra Irma Rocío Segura y las subdirectoras María de los Ángeles Ramírez Domínguez y María Guadalupe Covarrubias Hernández, profesores, personal y toda la comunidad de la Secundaria General Núm. 1 “18 de marzo de 1938” organizaron la conmemoración del octogésimo aniversario de esta emblemática institución mexicalense, con una serie de eventos artísticos, culturales, deportivos, sociales y un desfile; eventos que culminaron con una formal y significativa ceremonia en la explanada de la escuela. Se develaron tres placas de bronce con los nombres de los maestros que han impartido clases a lo largo de la vida del

plantel, del personal directivo que ha laborado y de todo personal actual. Se develó una pintura con técnica de mosaico sobre uno de los muros de la escuela cuyo autor es Jesús Corral, que representa lo señalado por su título: 1933 Tradición y Prestigio 2013 de esta exitosa institución. Asimismo aparecen imágenes de: Lic. Ernesto Zedillo Ponce de León, exalumno de la generación 1963-1966, presidente de México 1994-2000. Norma Enriqueta Basilio Sotelo, exalumna de la generación 1961-1964, atleta olímpica quien fue la primera mujer en llevar la antorcha y encender el pebetero de los XIX Juegos Olímpicos en octubre de 1968 en la ciudad de México. Luis Antonio Álvarez Murillo, exalumno de generación 2001-2004, arquero campeón del mundo por haber obtenido el primer lugar y medalla de oro en la tercera copa del mundo de tiro con arco, en Odgen, EUA, en junio de 2012. En esta pintura también están plasmados el signo chino que significa el año de 2013, el escudo de la Secundaria Agrícola, el escudo de la Secundaria General núm. 1. “18 de 37


1980. Evento de maestros y padres de familia. De izquierda a derecha, sentados: 1. Dolores Villavicencio, 2. Agustín Ontiveros, 3. Eduardo Jáuregui, 5. Francisco López, 6. Alfonso Ávila, 7. Cipriano Ocampo, 8. Martha Galaviz, 9. Víctor M. Sánchez, 10. Sandra Pereyra, 11. Jesús Catalán, 12. Roberto González, 13. Santos Carbó, 14. Pablo Urias y 15. Carmelita. De pie: 1. Roberto Ceballos, 2. Sr. Gastélum, 5. Francisco González, 6. Salvador Hirales, 7. Miguel Escobedo, 8. Pedro Bravo, 9. Justa Martínez, 10.Candelario Langarica, 11. Norma Medina, 12. Ignacio Espinoza, 16. Austreberto Silva, 17. Luis Castro López, 19. Rigoberto Álvarez, 20. Miguel Sosa, 21. Nidia Fimbres, 22. Carmen Reyes y 24. Rosario Prado.

1980. De izquierda a derecha, primera fila: No identificado. María Ernestina Garibay, Elba Fimbres, Celia Hernández (directora), Ernestina Gastélum, Rosario Prado y Manuel López García. Segunda fila: José Méndez, Manuel Mireles, no identificado, José García, Jesús Catalán y Francisco Jasso Ledezma. Tercera Fila: Austreberto Silva, Daniel Canales, Gilberto Chicatti, no identificado, José García, Pablo Urias, Heliodoro Ceceña y Francisco González. 38


2008. Egresados en la generación 1953-1980. En la foto, entre otros: Javier Bermejo, Pedro Núñez, Juan Pablo Hernández. Jesús Soltero, Enrique Dueñas, Enrique Benítez, Irma Soto, Yolanda Sánchez Ogaz, Francisca Martínez y Pedro González.

2003. Grupo de maestros y exmaestros en el evento donde se conmemoro el 80 aniversario de la Escuela Secundaria Federal núm. 1 “18 de marzo de 1938”. El acto lo presidió la directora de la Escuela Profa. Rocío Segura Casillas y como invitado especial asistió el C.D. Austreberto Silva Olivares, maestro jubilado de la secundaria 18. 39


marzo de 1938”; frente y letrero del antiguo edificio de la escuela; la ecuación de Einstein sobre la energía, escrita bajo el letrero; los anillos olímpicos por la participación de exalumnos en las olimpiadas, torre petrolera que representa el nombre de la escuela, obtenido por el apoyo que brindó para contribuir a la expropiación petrolera en 1938.

1976. Profesor Rigoberto Álvarez Rivera, director de la Escuela 1972-1978, después de 20 años como subdirector.

2013. Desfile del 80 aniversario de la Escuela Secundaria Federal Número 1, 18 de Marzo de 1938.

2013. Placa develada en el 80 aniversario de la Secundaria 18. 40

La descentralización del sistema educativo en Baja California motivó cambios en el nombre de la “secundaria 18” y en su escudo, cuando dejó de ser federal, por lo que ahora se denomina Escuela General, y número 1 (del municipio de Mexicali), pero sigue conservando el nombre de “18 de marzo de 1938”; sin embargo, para alumnos de generaciones anteriores y viejos maestros, siempre será la gloriosa “Secundaria 18”. La LXXVIII Generación 2010-2013, que finalizó sus estudios recientemente, estuvo integrada por 353 alumnos distribuidos en doce grupos de tercer año: seis matutinos con 39 alumnos cada uno, y seis vespertinos con cerca de 20 alumnos cada uno. Bibiografía Anuarios de la “Secundaria 18” de 1958-1961; de 1959-1962; de 1960-1963; de 1964-1967 y de 19671970. Entrevista con la Maestra María de los Ángeles Ramírez Domínguez, sub directora de la Escuela Secundaria General Núm. 1 “18 de marzo de 1938” Información de la Dirección de la Esc. Sec. Federal No. 1, “18 de marzo de 1938”. Pérez, C. (2008), Historia de la Educación en Mexicali. Mexicali, Baja California, Instituto de Cultura de Baja California. Quiroz, M. (1928), La Educación Pública en el Distrito Norte de la Baja California. Uruchurtu, E. Apuntes Históricos sobre la Educación en el Distrito Norte de la Baja California de 1821 a 1921. Otras fuentes: Información de la dirección de la Esc. Sec. Federal Núm. 1, “18 de marzo de 1938”.


Cincuenta años de la generación 1960-1963

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ara celebrar esta fecha memorable Gustavo Rubio Díaz tuvo a bien rehacer y actualizar el anuario editado en 1963 cuando concluimos nuestros estudios y por ello en forma editorial señala lo siguiente: En este año 2013 estamos celebrando 50 años de haber egresado de la Escuela Secundaria número 18 y han pasado 80 años que inició actividades la entonces Escuela Secundaria Agrícola, misma que años más tarde recibiría el nombre de Secundaria 18. También han transcurrido 110 años de haber sido fundada la ciudad de Mexicali. Hace medio siglo nos graduamos 243 alumnos, repartidos en un grupo de 60 alumnos y tres con 61 alumnos cada uno. La mayoría ahora rondamos los 65 años de edad, por lo que hemos vivido más de la mitad que Mexicali tiene de existencia. En 1933 se creó la Escuela Secundaria Agrícola en la planta alta de la escuela primaria Benito Juárez. Ésta funcionó en su plantel huésped hasta 1946, cuando frente al antiguo Palacio de Gobierno, en un terreno de 9 mil metros cuadrados finalmente fue inaugurada la Secundaria Federal Núm. 18 (en el año de 1969, se le pone el nombre de 18 de Marzo de 1938, buscando conservar su tradicional “18” que había desaparecido al cambiar la nomenclatura de las escuelas secundarias). La Secundaria 18 está enmarcada al norte por la avenida Reforma, al sur por la avenida Obregón y las calles Julián Carrillo, al este y calle ”E” al oeste. En 1960, el entorno de la secundaria era: en la esquina noroeste de la calle E y avenida Obregón se encontraba una gasolinera, a un lado de ella vivía la familia Farah Arelle, padres de nuestro compañero Salvador en donde jugábamos al futbol: jamás volvió a crecer césped en su jardín. En la esquina suroeste vivía la familia Ramírez de la Mora, hogar de nuestro compañero Sergio, que ahora son las oficinas

Roberto Jesús Amaro Pedroza*

del DIF estatal. En la esquina suroeste de las calles E y Reforma iniciaba una nueva universidad llamada Centro de Enseñanza Técnica y Superior (Cetys), y su internado se encontraba en la avenida Obregón, entre calles D y E. En colindancia con el Palacio de Gobierno, en la calle Julián Carrillo se festejaba la “Feria del bote” durante los días patrios del mes de septiembre, y no faltaba que en esos días aparecieran personas dormidas con rastros de excesos de alcohol en los patios de la secundaria, motivo por el cual se cercó el perímetro de la escuela con malla ciclónica. La escuela tenía la edificación original, con espacios para efectuar eventos deportivos, y tanto por la calle E y Julián Carrillo había pinos salados, cuya sombra utilizábamos en el campo de softbol; también existían dos canchas de basquetbol que se encontraba al norte de los salones, colindando con la avenida Reforma, y la parte oriente del terreno se usaba para jugar futbol, utilizando piedras para identificar las porterías. Con excepción de las canchas pavimentadas, todo el resto era tierra. Nos tocó la época en que para entrar no se hacían exámenes; sin embargo, se presentaron problemas de sobrecupo, ya que las mujeres recibirían la enseñanza en la mañana y los hombres en la tarde. Para formar los grupos nos hicieron que nos formáramos en las canchas de basquetbol por estaturas, seleccionándose de esa manera cuatro grupos, en donde los del A eran los bajitos y los del D, los más altos. Para el segundo año, todos pasamos al turno matutino, integrándonos con nuestras compañeras, creándose de esta manera cuatro grupos mixtos; tres grupos de 61 y uno de 60 alumnos. En cuanto a la plantilla docente se tenía una columna vertebral muy fuerte y con mucha experiencia, a saber: Marina Cuevas Villaseñor, Soledad Pulido (Cholita), Jesús

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.

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1961. Evento con el gobernador Eligio Esquivel Méndez.

Rodríguez, Juana Martínez G., Sotero Medina, Celia Hernández, Juan Cruz A., Francisco Jasso, Guillermo García A., Manuel López, Héctor Siqueiros, Roque Salazar, Austreberto Silva y Samuel Godínez, entre otros. La profesora Isabel Macías de Calderón fue directora del plantel en forma provisional, con ella se implementó un nuevo enfoque a la enseñanza, ya que los sábados en las mañanas se dedicaban a educación física, así como enseñanza social, es decir, existían talleres de fotografía, guitarra, costura, club de excursionismo, entre otras actividades. Para el desfile del 20 de noviembre se preparaban tablas gimnásticas, para ello todo el alumnado desfilaba en shorts —que era una novedad en esa época—, el desfile terminaba en el Parque Hidalgo en donde se hacía la presentación de las tablas mencionadas. Se fomentó mucho el deporte, teniéndose deportistas destacados en basquetbol como Enrique Rodríguez, Rodolfo García, Gustavo Rubio e Ignacio Huerta, en futbol soccer destacaron José Ma. Ávila, Jorge Chiquilín Ortega, en tenis Carlos Peña y José El Che Che Ortega; en beisbol participábamos Edmundo Oliva y un servidor, con el equipo 42

de “Kilowatitos” de IEMSA, en la que sería la primera liga infantil organizada de beisbol. En la vida cotidiana, los ciudadanos experimentaban hechos que no se habían presentado antes, como el fallecimiento en 1960 del presidente municipal electo Joaquín Ramírez en 1959 (Federico Martínez Manatou ocupó el interinato hasta 1962). A nivel nacional el presidente Adolfo López Mateos anunciaba la nacionalización de la industria eléctrica; en el aspecto internacional John F. Kennedy ganaba las elecciones en Estados Unidos de América. En 1961 todos los mexicalenses nos vimos afectados por la salinidad del Río Colorado, y fuimos testigos de las protestas de los campesinos, ya que estas manifestaciones se efectuaban frente al Palacio de Gobierno. Recuerdo que en las primeras manifestaciones nos empezamos a reír en el salón de clase al escuchar las arengas de los agricultores, y el maestro Sotero Medina nos regañó acremente y nos explicó la importancia para la región de este evento. El último día del año se realizó una enorme manifestación para la solución a la salinidad del valle de Mexicali. También en esa época, a nivel internacional, el


soviético Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en viajar al espacio; iniciaban las confrontaciones ideológicas en nuestra América con el intento de invasión a Cuba por exiliados cubanos con el patrocinio de Estados Unidos de América. En 1962, la confrontación ideológica —socialismo vs capitalismo—, se incrementaba, haciéndose abierta la participación estadunidense en Vietnam, mientras en Cuba la tensión se agudizaba con la “Crisis de Misiles”. Por otra parte, a principio de 1963, Caín Corpus grabó “El Cachanilla” del compositor Antonio Valdés Herrera, se inauguró la Planta Potabilizadora núm. 1 para cubrir 100% de la demanda de la ciudad; fueron clausuradas las compañías aceiteras, en donde ahora 1962. Grupo musical de la escuela, formado por Rubén Fernández, Francisco Soberanes, es el Centro Cívico, y falleció el Sergio Cruz, Juan Rocha, persona no identificada. gobernador Eligio Esquivel Méndez. A nivel internacional, se cierra la prisión de Alcatraz, se escandaliza el mundo con el caso el escenario aparecieron artistas blancos cantando baladas, de espionaje del secretario de Guerra de Inglaterra John como fueron Everly Brothers, Roy Orbison, Paul Anka, Profumo, se tiene la mayor manifestación contra el racismo, Frankie Avalon entre otros, así como música instrumental, liderada por el doctor Martin Luther King y termina el cuya principal carta eran The Ventures; llegando a finales de año con el asesinato del presidente de Estados Unidos de 1962, los Beatles con Love me Do, entrando a EUA, teniéndose América, John F. Kennedy. un campo fértil para la invasión inglesa. Todos estos acontecimientos repercutirán en nuestra juventud en la formación como adultos, ya sea participando Como se señalara, la existencia de un taller de guitarra directa o indirectamente en las confrontaciones ideológicas que impartía el Prof. Juan Cruz Arizmendi, propició que que en este periodo iniciaron. compañeros nuestros formaron un grupo de rock llamados En lo referente a la música, existía una efervescencia “Los Teenagers” cuyos componentes eran Juan Rocha por el rock, que eran “covers” de éxitos de EUA en donde en el requinto, Sergio Cruz y Francisco Soberanes en existían conjuntos como los Teen Tops, Locos del Ritmo, acompañamiento, Mario Rocha (hermano de Juan ) tocando Rebeldes del Rock, Holligans. A todos ellos los podíamos el bajo y la batería la compartían Rafael Higuera y Oscar ver a través de las llamadas Caravanas que se presentaban Lara. Francisco Soberanes se dedicó profesionalmente a la en los cines Reforma o Variedades. En el ramo internacional, música tocando en Tijuana con Samy’s People, Los Stukas una vez del despegue del Rock and Roll y cuyos iniciadores con Ginny Silva entre otros, desafortunadamente, ya se nos como Chuck Berry, Little Richard, Jerry Lee Lewis y Elvis adelantó. María Esther Navejas también destacaba, en el Presley fuera de la escena, los tres primeros por escándalos canto. Junto a ellos se encuentran como adoradores de la en su vida particular y Elvis por el ingreso al ejército, en guitarra a Rubén Camacho y Miguel Oceguera “Yogui”, 43


2013. De izquierda a derecha, Ricardo Tafoya, Austreberto Silva ( padrino ) y Gustavo Escobar en la celebración del 80 aniversario de la Secundaria 18.

ellos junto con René Ortiz y Waca Monreal amenizaron nuestra reunión de 50 aniversario. Y continuando con esta atmósfera de nostalgia, viene en mente la refresquería “La Cachita” en donde solíamos comer aperitivos y escuchar música en su rocola, esta se encontraba en avenida Lerdo entre calles D y E y casi enfrente “El Oso Polar “en donde se vendía los mejores raspados de la ciudad y cuando existía algún desacuerdo, se “bajaban” el estrés, a puño limpio, en el callejón entre Lerdo y Obregón, por la calle E. Como mencioné, a nuestra generación (1960-1963) le ha tocado ser testigo de los grandes cambios que ha habido en México y en el Mundo. Para nosotros, los residentes de esta ciudad, fue muy gratificante haber recibido la visita de compañeros que viven en otras partes de la republica, ya que llegaron del Distrito Federal, Toluca, León, Morelia, Guadalajara, varias partes de Sonora, La Paz, Ensenada y Tijuana, que en muchos casos teníamos 50 años de no vernos; y haber contactado con algunos más que no pudieron asistir. Los organizadores hicieron el esfuerzo de localizar a los maestros 44

Andrés Berrelleza, Celia Hernández que reside en Oaxaca, y el padrino de esta generación, Austreberto Silva. Por último, deseo hacer del conocimiento de las siguientes palabras de despedida de nuestro maestro de español, Jesús Rodríguez Escalante: Pasaran los años […] en un lejano día de vuestra vida, en un remanso que ella os conceda, volveréis a repasar estas ya amarillentas páginas. Recordaréis tiempos idos [...], los gélidos y también los caliginosos días de Mexicali de principios de la sexta década del siglo

XX,

las acogedoras aulas de la siempre

recordada y posiblemente lejana Secundaria 18 [...] el deambular bullanguero por patios y corredores [...], la cátedra erudita y también la intrascendente.. Los primeros aleteos del amor.. Sin duda haréis un balance de vuestros logros, frustraciones y fracasos. ¿Habéis hecho honor a vuestra generación, luchando por un México más próspero, donde la justicia social sea una tangible realidad? Espero que ese balance os sea favorable y podáis decir con legítimo orgullo: ¡Mi conciencia está tranquila! ¡He cumplido como los buenos! Son los deseos de vuestro maestro.


Apuntes de la Secundaria núm. 18 Gustavo Casanova Cárdenas*

C

uando asumí el cargo de director de la dirección de la Secundaria Federal Núm. 1 “18 de marzo de 1938” en los primeros meses de los años de 1980, existía la necesidad de reestructurar todos aquellos aspectos que hicieran más efectivo el trabajo de 119 elementos que conformaban la planta docente, administrativa y manual de la secundaria más antigua de Mexicali y a la vez la primera de Baja California. Recibimos una institución que había nacido a principios de la década de 1930 como secundaria agrícola, en la cual transitaron 1983. Edificio administrativo de la Escuela Secundaria Federal Número 18. como alumnos gente de hoy como el profesor Dionisio Hirales Corral, doctor Santos Silva Cota, su hermana, profesora Sara de la En la década de 1980 tomamos la dirección junto con Cruz de los mismos apellidos y, en los años de 1950, personas un gran apoyo del profesor Pablo Urías Sandoval en la como Rubén Castro Bojórquez, Alfredo Buenrostro Ceballos, subdirección del turno matutino, y del profesor Jorge Víctor Beltrán Corona, Waldo Hernández Ochoa, Flavio Castillo en la subdirección del turno vespertino. Artemio Jiménez Castro, Horacio Enrique Nansen, Arturo La escuela contaba con más de mil 800 alumnos López Corella, Lorenzo López Lima y tantos otros elementos distribuidos en 36 grupos de 50 alumnos cada uno, llegando a valiosos, que hoy en día le siguen dando a la secundaria 18, más de 2 000 al finalizar el ciclo escolar. También contaba con lustre como profesionistas y una gran cantidad de ellos como magníficos talleres de dibujo, mecánica, carpintería, belleza, funcionarios en el gobierno federal, estatal y municipal, que cocina y un taller de electricidad atendido por el profesor Luis hacen posible el desarrollo del estado de Baja California y en Castro López, maestro exigente con sus alumnos con quienes forma muy especial a nuestro querido Mexicali. establecía una gran amistad a cambio de trabajo. * Exdirector de la Escuela Secundaria federal núm. 18.

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1983. Edificio de aulas de la Escuela Secundaria Federal Número 18.

1983. Evento en el Teatro del Estado en el 50 Aniversario de la Escuela Secundaria Federal Número 18. En la foto destacan: Primera fila: licenciado Arturo Sánchez Requena, Rubén Castro, profesor Noé de la Peña. Segunda fila, José Pérez Medina, Alma América Díaz, Flavio Artemio Jiménez y Ofelia Castillo.

Quiero aquí señalar que siempre tuve la ayuda de los subdirectores y del personal docente, apoyados por la Sociedad de Padres de familia en las personas de Luis Alonso Vargas y Sergio Barragán Ochoa, maestros que siempre estuvieron aportando iniciativas que beneficiaron a las iniciativas que beneficiaron a la institución. En esa época nos propusimos ampliar las instalaciones de la escuela, pero necesitábamos terreno, veíamos hacia el oriente y en este punto, la calle Julián Carrillo, perteneciente a la Universidad Autónoma de Baja California. Realizamos la gestión de donación ante el Gobierno del estado pero los directivos de la UABC no accedieron ante nuestra pretensión. En ese tiempo el rector era César Rubén Castro Bojórquez, exalumno de la escuela en los años de 1950, e hijo del profesor Luis Castro, además de buen amigo del suscrito. 46

No hubo oportunidad de lograr el terreno, y como anécdota que se recuerda con gran simpatía, el profesor Luis Castro, en tono de enojo dijo… “cómo es posible que después de tantas gestiones no lo hayamos logrado […] profesor Casanova, tengo en poder unas placas de reconocimientos de la Universidad que se le olvidaron a Rubén, usted dice si las mandamos grabar una para cada uno”. Y así fue que don Luis me entregó mi placa como colaborador de la Universidad, y yo le entregué la suya a don Luis Castro López. Hay mucho trabajo por señalar sobre la historia de esa institución y de sus exalumnos; me comprometo en una próxima entrega, para seguirlos abordando.


Una foto. Una historia Austreberto Siva Olivares**

2008. Generación 1955-1958 de la Secundaria 18. De izquierda a derecha, fila de varones: Francisco Javier Bermejo Mora, Pedro Núñez Ortiz, Juan Pablo Hernández Castro, Jesús Soltero Castro, Enrique Dueñas Díaz y Enrique Benítez Aguilar. Fila central: Irma Soto Valenzuela, Yolanda Sánchez Ogás, Francisca Martínez Ibarra y Pedro Gabriel González Castro.

E

l mes de junio de 1958, la dirección de la Escuela Secundaria 18 me comisionó para darles a mis alumnos la despedida por haber terminado satisfactoriamente sus estudios correspondientes al ciclo secundario de 1955 a 1958. Fue una honrosa y emotiva comisión que tuvo lugar a los dos años de haber ingresado a la distinguida planta de maestros para impartir las clases de química que tenía cuyo titular era el profesor Antonio Amaya Estrada quien además era el director de la escuela. En esa celebración todos los presentes hicimos votos para que todos los egresados lograran sus metas, y que sus anhelos se hicieran realidad; y así, entre abrazos, felicitaciones, risas y la pasión de su juventud, esta generación concluía una etapa que dejaría en su espíritu una huella muy profunda que el tiempo apenas cubrió.

Pues bien, sucedió que cincuenta años después, el mes de junio del año de 2008, esta misma generación organizó un magno evento para conmemorar cincuenta años de haber egresado de la Secundaria 18 y tuve el gran honor de ser su invitado y les dije que: Ahora, a cincuenta años de distancia, en los albores del siglo XXI

y plenamente realizados en las distintas actividades del

quehacer humano, se reúnen otra vez y en sus rostros podemos observar que nuevamente aflora ese entusiasmo que todo lo puede y esa contagiosa alegría juvenil, que deja ver aquella huella que nunca se borró. Demos gracias a la vida que nos ha permitido este reencuentro y gracias a ustedes que me han invitado. El recuerdo de los maestros y alumnos que han fallecido, también se hace presente.

** Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.

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Austreberto Siva Olivares*

1933

L

a Secundaria Agrícola de Mexicali, fundada en 1933, se ubicó en la planta alta de este edificio de la Escuela Primaria Benito Juárez. Su primer director fue el profesor Ángel Martínez Ovando. En octubre de 1946 se inauguró el primer edificio de la Secundaria 18, la cual desde 1943, ya federalizada, se denominaba Escuela Secundaria Federal número 18 (hoy núm. 1). En ese año el director de la escuela era el profesor Antonio Amaya Estrada. Durante la dirección de el profesor Miguel García Rodríguez, de 1965 a 1969, se construyeron más aulas y se renovó el edificio. A la fecha la directora es la profesora Irma Rocío Segura Casillas y el edificio luce su nuevo letrero: Escuela Secundaria General Núm. 1 “18 de marzo”. La institución cuenta con doce grupos de tercer año: seis matutinos con 36 alumnos cada uno y seis vespertinos con cerca de 20. Asimismo, hay doce grupos de primer año y doce de segundo. En el ciclo 2010-2013 egresó la septuagésima séptima generación de esta emblemática escuela “Secundaria 18”.

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C.

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1962

2013


HIS T OR IA S D E LO CO TID IA NO

Secundaria 18: tierra de gigantes Miguel Esteban Valenzuela Robles*

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a juventud de finales de los años de 1970 fue matizada con dos modelos de educación pública. El cambio en el modelo de escritura, el uso de nuevos libros de texto y la renovación de algunos cuadros de maestros, fueron imponiendo la disciplina que el estudiante de entonces debía sustentar en su vida escolar. En este escenario la formación secundaria no fue la excepción y el modelo de instrucción todavía estaba cargado de los viejos paradigmas didácticos que no cambiaron hasta después de mediados de los años de 1980. De esta forma, ingresar a la secundaria implicaba un conjunto de nuevas barreras que los jóvenes debían enfrentar y, al mismo tiempo, nuevas habilidades que se adquirirían; haciendo de esta realidad un verdadero reto para los jóvenes de la época, quienes salían de la etapa primaria para enfrentarse a lo que se conocía como “tierra de gigantes”. En 1978 ingresar a la “tierra de gigantes” implicaba, para la mayoría de los jóvenes, un viacrucis para conseguir la famosa ficha de admisión y tener un lugar para sustentar el examen de ingreso. En el final de la primavera de ese año la fila para lograr la mencionada ficha, rodeaba toda la cuadra de la Secundaria 18 ,y podía constatarse que los primeros lugares los ocupaban padres de familia que desde la noche anterior buscaban un lugar para sus hijos en esa escuela secundaria. Y no era para menos, el ingreso a la Secundaria 18 era garantía de una formación de excelencia, con los mejores maestros, talleres bien equipados para el aprendizaje de oficios que permitirían al estudiante explorar nuevos cauces de su educación y una ubicación envidiable. Camiones urbanos, taxis y todos sus accesos pavimentados, hacían de la Secundaria 18 la mejor comunicada de la ciudad. Al momento de su ingreso, los nuevos estudiantes se enfrentaban a las tradicionales novatadas obsequiadas por

los alumnos de tercer grado; situaciones que hicieron que en algunos se templara el carácter y en otros se doblara más. Eran esos los momentos del despegue del niño de primaria por el joven idealista que buscaría nuevos amigos, que soñaría con una pareja, que admiraría a un profesor y que empezaría a reflexionar sobre su futuro… ¿Qué vas a ser cuando seas grande? Esta podría haber sido la pregunta de cada joven cuando se enfrentaba a los exámenes de cada materia donde los índices de reprobación eran mínimos ya que el estudiante de esos años tenía más en mente su objetivo: aprender para sobresalir. También existieron estudiantes poco dedicados para el estudio, pero eran los menos y rápidamente eran atendidos por los servicios de psicopedagogía que proporcionaba la secundaria. En esta dinámica de formación para la vida, la Secundaria 18 también aportaba los mejores esquemas de disciplina. La revisión del uniforme, el aseo de los jóvenes, las charlas de orientación vocacional, el “patrullaje” de los prefectos para evitar ausencias en clase y la promoción de prácticas cívicas como primeros auxilios, brigadas de apoyo, la participación en los desfiles oficiales y el tradicional servicio en la escolta. En cada generación se han plasmado detalles que personifican su paso por las aulas de esta institución, pudiéndose afirmar que a la Generación 1978-1981 es posible distinguirla por ser la última generación que estuvo en “tierra de gigantes”. Todos los jóvenes que integraron esa generación veían cómo se desarrollaban sus maestros y el esfuerzo que estos hacían para que se lograra una instrucción adecuada. Todos los maestros eran ejemplo de conducta y esa conducta la trasmitían a los jóvenes. El respeto, el orden, la moderación y, lo más importante, la idea de crecimiento personal podía sentirse al final de cada clase. “Hoy aprendía algo nuevo”

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.

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parecía ser el comentario de cada día en “tierra de gigantes” donde lo cotidiano se volvía extraordinario. La vida en el aula, la práctica en el taller y los experimentos en los laboratorios; eran acciones que favorecieron la generación de ideas y la formación de vocaciones. Eran épocas cuando en los laboratorios de la secundaria, alumnos y maestros fabricaban jabón y paletas de dulce; se destazaban peces y ranas; prácticas que facilitaban la comprensión de las materias de ciencias naturales. No debe de olvidarse la práctica deportiva, Los desfiles eran la ocasión de gala, donde se lucían las habilidades deportivas y sobre todo en disciplinas donde la Secundaria 18 marciales para impresionar a las chicas. En el desfile del 20 de noviembre de 1980, el había sido líder: basquetbol, voleibol, atletismo orden y la marcialidad de los contingentes de rojo, era continuamente aplaudido por unos y abucheado por otros. Al final el resultado era el mismo: defenderse, atacar y el tradicional maratón en el aniversario de y correr, porque luego seguiría el “tradicional” intercambio de golpes y mentadas la expropiación petrolera. Esta festividad era contra los de otras secundarias. tradicional y representaba el emblema de los festejos por el aniversario de la secundaria. Cada 18 de marzo los jóvenes recorrían el trayecto entre las oficinas de Pemex (cuando se ubicaban atrás de la Molinera del Valle) para llegar a la meta ubicada frente a la entrada de la secundaria. Este evento daba inicio a una kermés en la que se adornaban con elementos cívicos y folklóricos todos los edificios y en la entrada se montaba un enorme mapa de México, cuya intención era mostrar la grandeza de nuestro país. Algo especial en lo que se distinguía a la Secundaria 18 eran sus vistosos contingentes en los desfiles. Así, cada 16 de septiembre y Uno de los 12 grupos graduados en 1981; el 3ro. G. De izquierda a derecha, primera fila cada 20 de noviembre, su participación era de varones: Roberto Ruvalcaba, Iván Ruiz, Manuel Pons, Eduardo Quiñonez, Gabriel aplaudida por unos y provocaba la rechifla Guillén, Alfredo Alarcón, Ricardo López y Alfonso Monroy. Segunda fila de varones: en otros. En su preparación los maestros Javier Anguiano, Esteban Valenzuela, Álvaro Mungarro, Víctor Rojas, Germán Rodríguez, Ariel Camacho, Hugo Montes y César Méndez (finado). Primera fila de formaban a los alumnos al paso del tambor mujeres: Consuelo Gámez, Bertha Tamayo, Érika Arvizu, Lupita Rodríguez, Gaby y la corneta y día con día se tenía una sesión Hernández, Míriam Alva, Catalina Velázquez (finada), Alma Villela y Leticia Aguilar. Fila de mujeres en cuclillas: Iliana Rivas, Anabertha Rodríguez, Estela Árciga, cada vez más difícil hasta lograr la precisión Lourdes Martínez, María de la Luz Pérez García, Eloísa Acevedo y Marcela Villa. deseada. De esta manera, la Secundaria 18 lucía su emblema en el estandarte guinda y en las y el estilo presidencial de José López Portillo impregnaban un sudaderas rojas con un gran “18” en el pecho. Liderados ambiente de éxito, mismo del que la juventud no fue ajena. gallardamente por la escolta el contingente formaba un En la secundaria se nos estimuló al aprovechar el desarrollo grupo inicial de tablas gimnásticas, seguidos por el equipo para hacer un mejor país, empezando por lograr una mejor de porras y cerraba otro equipo de tabla gimnástica. ciudad. En este sentido no podía pasar algo mejor; en esos años El período 1978-1981 representó quizás el último de los Mexicali ya había estrenado al modernísimo Centro Cívico, la brincos que México daba hacia el desarrollo. El boom petrolero bien equipada Ciudad Deportiva y gran parte de la ciudad 50


del momento; todos eran elementos que hacían que estos jóvenes construyeran ideales que luego intentarían alcanzar, y que crearan lazos de amistad que permanecen hoy en día, esta red de amigos se cimentó en la sinceridad, en la limpieza de las intenciones al compartirse ideales, problemas, travesuras y aventuras, pleitos y reconciliaciones. Este proceso de socialización juvenil se daba en los tramos de las escaleras o debajo de estas. Quizás por la insistencia de los prefectos de prohibir estar sentados en las escaleras, el realizar este sencillo acto brindaba a estos jóvenes una sensación de poder y libertad para dominar un pequeño espacio que favoreciera una La gracia y el coqueteo de la adolescencia engalanaba “la porra de porras” como se intimidad compartida: platicar sus sueños le llamó a este grupo de jovencitas que amenizó el contingente de la Secundaria 18 en el desfile del 20 de noviembre de 1980. De pie se encuentran en primer y segundo y sus problemas. Grandes discusiones se sitio Griselda Silenciario y Brenda Jiménez, respectivamente; en quinto sitio está desarrollaron debajo de las escaleras, lo que Iliana Rivas. En la segunda línea están, en primer sitio, Anabertha Rodríguez y, en cuarto tercer y cuarto sitio Norma Noemí García y Erika Arvizu, respectivamente. favoreció para la identificación de intereses comunes entre los jóvenes, haciendo que se integraran lazos de amistad sólidos. Todo este idealismo juvenil no estuvo libre de problemas. La Secundaria 18 despertaba mucho celo entre la comunidad vecina, por lo que los pleitos y las “cantadas de tiro” eran cosa cotidiana. Estas situaciones, de algún modo se arreglaban y solo se alcanzaba a escuchar el rumor de que alguien se peleó y con eso se liberó el paso a tal calle o el uso de tal ruta de camiones. Internamente, los problemas también se presentaban, pero se volvía normal que en esos tiempos de secundaria los problemas se solucionaran La Secundaria 18 con la explanada en formación para un lunes social. Al finalizar al calor de una helada horchata o con unos el año de 1980 se dio inicio a una etapa que seguía prometiendo ideales para una empujones y uno que otro puñetazo en el juventud que ya perfilaba sus anhelos de grandeza; con estudiantes que aun fueron instruidos en muchas de las tradicionales prácticas didácticas de exigencia, parque de lo que hoy es Rectoría; después, disciplina, respeto y solidaridad de grupo. todo seguía como si nada. En el inexorable paso del tiempo los jóvenes seguirían su desarrollo y algún día tendrían que egresar y, gozaba de la modernidad impuesta por una urbanización de así, dejar la Secundaria 18. Como un axioma burocrático, primer orden. este hecho se genera por un acto oficial, pero que en la Todos estos elementos favorecieron a la juventud de formación y en el espíritu de esa juventud nunca se podrá esa generación para que alcanzara a soñar con grandes abandonar la maravillosa experiencia de haber vivido y proyectos personales. Estudiar tal o cual carrera, trabajar aprendido durante tres años en “tierra de gigantes”. en tal o cual lugar y hasta aferrarse a la novia o al novio 51


NOMENCLATURA DE MEXICALI. HISTORIA DE LOS NOMBRES DE AVENIDAS, BULEVARES, CALLES, PARQUES Y PLAZAS

Las cuatro esquinas de la Secundaria 18

Miguel Ángel Lino*

D

e acuerdo con el giro de las manecillas del reloj, y tomando la avenida Reforma como punto de partida, las otras tres vialidades que rodean la Secundaria 18 de Marzo son: calle Julián Carrillo, avenida Álvaro Obregón y calle E. Sin duda, la Reforma y la Obregón, como coloquialmente las nombran, tienen historias tan valiosas como conocidas, porque las Leyes de Reforma expedidas entre 1855 y 1863, durante los gobiernos de Juan Álvarez, Ignacio Comonfort y Benito Juárez, así como la biografía del sonorense Álvaro Obregón, general que asumió la presidencia de la República para el periodo de 1920 a 1924, son ambas historias muy conocidas. No sucede lo mismo con el nombre de Julián Carrillo, mexicano excepcional que destacó como compositor, director de orquesta y violinista, cultivando además una importante vida dedicada a la ciencia. Julián Carrillo, pionero del microtonalismo en nuestro país, desarrolló la teoría de fama mundial que dio origen a lo que se conoce como el Sonido 13, basándose en sus amplios conocimientos musicales en los que también intervienen la física y las matemáticas. Los conocedores saben que el Sonido 13 es el intervalo de un dieciseisavo de tono; descubrimiento que aumenta a 96 sonidos por octava, hallazgo que tiene relevancia mundial. Julián Carrillo Trujillo nace el 28 de enero de 1875 en Ahualulco, Sn Luis Potosí, y es el más pequeño de 19 hermanos que procrearon Nabor Carrillo y Antonia Trujillo, ambos de ascendencia indígena. Desde muy pequeño, Julián Carrillo dio muestras de sus dotes para la música y por ello el director del coro parroquial animó a sus padres para que lo enviaran a San Luis Potosí a estudiar lo que sería su larga y fructífera carrera musical. De gran tesón e inquebrantable vocación, con todo y grandes carencias económicas que lo obligaron a abandonar sus estudios primaros, no así los musicales, siendo aún pequeño tocaba los timbales en la orquesta de su maestro Flavio F. Carlos.

*Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C.

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2013. Nomenclatura en la esquina de la avenida Álvaro Obregón y calle Julián Carrillo, donde se ubica la Escuela Secundaria Federal Número 18.

Con el tiempo, de alumno del Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México llega a ser su director; como lo fue de la Orquesta Sinfónica Nacional. Y siguió en ascenso constante hasta fundar la Orquesta Sinfónica Beethoven y la Orquesta Sonido 13 con sede en Nueva York. Un pasaje muy interesante de la vida del músico potosino es la audición en la que lo escucha Porfirio Díaz, quien al percibir sus grandes cualidades musicales le concede una beca y con ella Julián Carrillo estudia en el Real Conservatorio de Leipzig, ciudad alemana que tiene una enorme tradición musical que en gran parte debe a genios como Johann Sebastian Bach, Richard Wagner y Felix Mendelssohn. Creador incansable, Julián Carrillo diseñó y construyó pianos y arpas microtonales; destacado siempre como un erudito en acústica, teoría musical y resistencia de los materiales, a tal grado, que fue nominado al Premio Nobel de Física en 1950; condecorado en Francia con la Legión de Honor en 1956 y con la Orden al Mérito en Alemania. Muere en la Cuidad de México el 9 de septiembre de 1965. Sus restos están depositados en la Rotonda de las Personas Ilustres en el Panteón Civil de Dolores.


Libros, reseñas, comentarios...

Sergio Noriega Verdugo*

Periodismo, teatro y revolución de Adolfo M. Wilhelmy

M

uy complacido he quedado después de leer este libro de vivencias, escritas por Adolfo M. Wilhelmy. Nacido en Mazatlán, Sinaloa, la apodada Perla del Pacífico, el 21 de septiembre de 1884. Hombre de trato sencillo pero aún extraordinario. Wilhelmy nos comparte su extraordinaria experiencia a través de una prosa clara y convincente de la vida azarosa que llevó. Periodismo, teatro y revolución no es una biografía, tal vez porque su autor fue demasiado modesto para contarnos la historia completa de su vida. Para el objeto de estas memorias tengo que hablar de mí, pero no te asustes lector amable, que en mi accidentada vida nunca tuve acciones dignas de mención

orden cronológico, su primer apartado, de los doce que consta el texto, se ocupa del carrancismo en Sonora, después del asesinato de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez. En 1913, el gobernador del estado de Coahuila, Venustiano Carranza, y la legislatura del estado de Sonora, alentados por Ignacio L. Pesqueira, desconocieron al gobierno del usurpador Victoriano Huerta. Para organizar su lucha en contra del gobierno federal, Venustiano Carranza cruzó la Sierra Madre Occidental a caballo vía Sinaloa para reunirse con su homólogo de Sonora, José María Maytorena, al sur de Hermosillo. Wilhelmy, entonces redactor del periódico La Voz de Sonora en Hermosillo, nos comenta:

en letras de molde, y para mayor garantía

—¡Viva aquellos

Madero!— miles

de

respondieron hombres

allí

congregados. Don

Venustiano,

contrariado

—yo

visiblemente le

observaba

atentamente y pude percatarme de ello— se retiró algunos pasos hacia el interior del carro y llamando por señas al Lic. (Isidro) Fabela, le dijo: —“Es menester, licenciado, que hable usted

de tu necesaria atención, hago formal

Llegamos a estación Maytorena (en

a esa gente y les haga comprender que

protesta de conocer y practicar el sabio

camino a Hermosillo) en medio de

ya Madero sólo es un símbolo y que

apotegma: la alabanza en boca propia es

vítores atronadores entre los que

nuestro grito de guerra debe ser otro

vituperio. (Wilhelmy, 1956: 185).

predominaba el grito estentóreo de la

de hoy en adelante: “Viva el Ejército

muchedumbre “¡Viva Madero!”

Constitucionalista”, por ejemplo. Vaya

El libro Periodismo, teatro y revolución, publicado por Editora de Mexicali, S. A., con prólogo de Juan B. Hernández, en junio de 1956, contribuye al carácter histórico de la obra. Los hechos comentados ocurren durante las primeras tres décadas del siglo pasado en el noroeste del país, principalmente en Sinaloa, Sonora y Baja California. Las vivencias narradas por Wilhelmy no siguen un

Una vez instalados en el carro-

usted licenciado.

express, sonó un nuevo toque de

Fabela

atención y el Primer Jefe, parado en

terminando

medio de la ancha puerta, saludó a las

Venustiano Carranza! ¡Viva el Ejército

tropas agitando su sombrero: con un

Constitucionalista!

cumplió su

el arenga:

encargo, “¡Viva

además (sic) reclamó silencio y habló

Los que estábamos en el carro y una

brevemente elogiando el patriotismo de

pequeña minoría de los circunstantes

los sonorenses, excitándolos a seguir la

secundamos el vítor: “¡Viva Carranza!”;

lucha hasta vencer y terminando:

pero una abrumadora mayoría de

—“¡Viva Sonora! ¡Viva el Ejército Constitucionalista!”

yaquis y mayos gritaba a más no poder —¡Viva Madero! ¡Mueran los pelones!

* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”.

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Don

Venustiano,

impaciente

y

nervioso, tiraba suavemente de sus luengas

barbas,

mientras

alguien

disculpaba: No han entendido al licenciado, señor; la totalidad de inditos que usted ve no habla ni entiende apenas (sic) el español; a eso se debe su incomprensión” (p. 6).

En un apartado posterior del libro, Wilhelmy es nombrado secretario del ayuntamiento de La Colorada, municipio minero al sureste de Hermosillo. Allí se topa con un pionero de la historia de Mexicali: Rodolfo L. Gallego, originario de Tecate y unos diez años mayor que el autor del libro que comentamos. Guarnecía la plaza un destacamento de soldados bajo el mando del Mayor Rodolfo Gallegos, oriundo de la península californiana, creo que precisamente de Mexicali, donde según me decía, mucho antes de que yo pensara venir por estas remotas y cálidas regiones, tenía a sus familiares. Gallego escaló el Generalato y fue jefe de las Operaciones Guanajuato, donde estaba cuando estalló la etapa de la revuelta llamada de los “cristeros”, a cuyo movimiento se adhirió encontrando la muerte, obscura y sin gloria, del “cabecilla” (p. 25). En La Colorada, como en el resto de Sonora, había simpatizantes del gobernador Maytorena y de Plutarco Elías Calles, entonces coronel, radicado en Hermosillo. No pasaba día que el Mayor me llamara a que le ayudara en las labores de su oficina o simplemente para conversar, haciéndome partícipe de sus asuntos más íntimos, pues que todas sus cartas, por confidenciales que fueran, me hacía contestárselas. Cierto día recibió una amplia misiva del general Obregón, por la que le comunicaba que, deseando tener al frente del gobierno del “Partido Norte de la Baja California” 54

persona de absoluta fidelidad y confianza, había pensado en él. Que iba a someter el punto a la consideración del Primer Jefe el que estaba seguro lo aprobaría, como lo había hecho hasta allí en cuanta propuesta le había presentado (p. 29). En otra ocasión, ocurrió un altercado entre dos soldados del destacamento de La Colorada, mismo que dio por resultado un muerto. El Mayor se comunicó por vía telefónica con el Coronel Calles en Hermosillo para solicitar sus órdenes al respecto y Calles le contestó de manera terminante: “Obre usted con toda energía imponiéndole ejemplar castigo una vez comprobado el delito, para ver de poner punto final a esa matanza entre compañeros”. Al regreso de su conferencia, el Mayor le dijo a Wilhelmy “–Vamos a fusilar mañana a ese amigo delante de toda la tropa, para sentar un escarmiento” (p. 30). Más tarde y por curiosidad, Wilhelmy fue a la cárcel, donde se encontraba detenido el soldado José María Olasirey, pero a la entrada se le incorporó la madre del mismo pidiéndole entrar. Wilhelmy nos relata los consejos ecuánimes y de fe de la madre al hijo:

del fusilamiento. Una vez terminado y aprobado por Gallego, éste le ordenó nuevamente que el mismo Wilhelmy lo leyera, cosa que no quería hacer pero fue obligado. Y nos dice, “... llegamos junto a los despojos del ajusticiado. Se dio un toque de atención y con voz que en vano trataba de hacer firme y segura, leí mi peroración, que aquella gente tuvo la peregrina ocurrencia de aplaudir...”. (p. 34). Ante la presencia del entonces general Plutarco Elías Calles, en Agua Prieta, Sonora, circa 1920, el general Abelardo L. Rodríguez en compañía de dos personas se dirigió al primero diciendo Mi general: Wilhelmy y De la Vega vienen a incorporarse conmigo, a mi llamado, como mi Secretario Particular y mi Ayundante, respectivamente, y estimo de toda justicia que la revolución me pague esos elementos...”. —Bueno, Abelardo haz lo que quieras... Ya lo oyen señores –digan qué quieren ser: ¿tenientes o subtenientes? ¡Yo teniente! —respondió “avorazado” De la Vega. —Yo lo menos: subteniente. —Pero hombre, si no es más que para cobrar el sueldo, no tengan miedo —me incitaba Rodríguez, sonriendo benévolo por lo que consideraba “jindama” de mi

aunque se me destroce el alma, vengo

parte. —Es que ya sé cómo son estas

a decirte que tengas confianza en

cosas: se entra muy “facilito” pero

Dios, sin cuya suprema voluntad no

después viene “la de no te entumas” —

se mueve ni la hoja de un árbol. Si eres

repliqué decidido. (pp. 116-117).

inocente confía en Él, que en su justicia infinita no permitirá que te pase nada; pero si eres culpable, sí tu conciencia está manchada con el crimen que te achacan, entonces hijito ten valor para morir como los hombres y arrostrar sereno la justicia de la tierra (p. 31).

El Mayor Gallego le ordenó a Wilhelmy que preparara un speech para ser leído delante de la tropa con motivo

Bibliografía Alarcón Menchaca, Laura. (2008). José María Maytorena: una biografía política. El Colegio de Jalisco, El Colegio de Sonora y Universidad Iberoamericana. Almada, Francisco R. (1952). Diccionario de Historia, Geografía, y Biografía sonorenses, Chihuahua, Chihuahua. Dabdoub, Claudio. (1964). Historia del Valle del Yaqui, México, D.F., Manuel Porrúa Wilhelmy, Adolfo. (1956). Periodismo, teatro y revolución. Mexicali, Editorial de Mexicali.


Escuela Secundaria nĂşm. 18 directorio 2013

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Invitación para colaboradores Cómo publicar artículos en la revista El Río La revista El Río es una publicación trimestral de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. y del Centro de Estudios sobre la Universidad de la Universidad Autónoma de Baja California, dedicada a la divulgación de artículos, ensayos, documentos y reseñas sobre historia y geografía de Mexicali y su valle. Las colaboraciones que se propongan para su publicación serán evaluadas por un comité editorial conformado por especialistas, y deberán tener las siguientes características: 1. Todo artículo debe ser inédito. 2. La extensión debe ser: entre 3 y 10 cuartillas escritas en computadora con letra Arial 12 a doble espacio. Se deberán acompañar con ilustraciones (fotos). El material debe enviarse por correo electrónico o entregarse personalmente en un archivo electrónico tipo Microsoft Word 2003 en adelante para texto y pies de fotos. Las fotografías deberán entregarse o enviarse en formato .jpg o .tiff. Quien no domine estas herramientas podrá entregar texto y fotografías en las oficinas del CESUUABC.

3. El lenguaje de los artículos debe ser claro y sencillo, pero igualmente se aceptan artículos con lenguaje especializado o con temáticas académicas o de investigación. 4. Las fuentes deberán citarse en notas a pie de página y al final describir las obras consultadas.

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5. En relación con títulos, es preferible seleccionar uno corto y que sea atractivo para los lectores. Considere que un buen título y el uso de los subtítulos constituyen una forma infalible de captar la atención del lector. El comité editorial de El Río se toma la libertad de cambiar el título de la colaboración y hacer adecuaciones en su forma cuando lo considere necesario. 6. Los autores deberán precisar en unas cuantas líneas sus datos personales, incluyendo dirección electrónica y teléfono donde pueda localizárseles. 7. Las colaboraciones que se proponen para su publicación deben enviarse al editor responsable de El Río, cuyos datos aparecen en esta dirección. Si tiene alguna duda o sugerencia, por favor háganosla saber al fax: (686) 566-95-92 o al correo electrónico: cesu@uabc.edu.mx


Una foto. Una historia

R.C.B.

Enriqueta Queta Basilio

1968. Octubre. Enriqueta Queta Basilio después de dar una vuelta al Estadio Olímpico de la Ciudad de México, portando la antorcha olímpica, sube a encender el pebetero, en el inicio de la XIX olimpiada.

E

l 1 de octubre de 1968 orma Enriqueta Basilio otelollev la antorcha olímpica encendi el pebetero olímpico en la inau uraci n de los XIX ueos olímpicos celebrados en la Ciudad de México, . ., siendo la primera mu er en el mundo en recibir tal distinci n. Enriqueta Queta Basilio, destacada e resada de la Escuela ecundaria ederal m. 18 eneraci n 1961 196 , ue considerada en a os previos a la olimpiada en México como la me or atleta emenil de su época. ue campeona nacional de atletismo en carrera con obst culos de 8 metros, prueba en la que particip en la olimpiada.

alicenciada Enriqueta Basilio uediputada ederalen la le islatura de los a os , en reconocimiento a su intensa labor de a uda al deporte popular. En la actualidad es miembro permanente del Comité Olímpico Mexicano. En los a os que estudi en la Escuela ecundaria ederal m. 18 represent a la Escuela en los torneos estatales, rompiendo todos los records en carreras cortas salto de altura. Queta Basilio es una mexicalense e emplar di na e resada de la 18.

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Una foto. Una historia

R.C.B.

Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León

E

rnesto Zedillo Ponce de León, es el egresado más destacado de la Escuela Secundaria Federal Núm. 18. Generación 1963-1966, nació en la ciudad de México, D.F., llegó con sus padres a Mexicali, B.C. de tres años de edad, vivió en el barrio de Pueblo Nuevo, su escuela primaria la estudió en las escuelas Cuauhtémoc y Leona Vicario. Al terminar la secundaria emigró a la Ciudad de México donde estudió la carrera de licenciado en economía, misma que concluyó con honores (obtuvo 10 de promedio final). Estudió doctorado en la misma materia en la Universidad de Yale en Estados Unidos gracias a una beca que obtuvo del Gobierno mexicano. A su regreso a México se desempeñó laboralmente en el Banco de México en diversos cargos; posteriormente, fue titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto (1989-1991) y Secretaría de Educación Pública (1991-1994) antes de ascender al alto cargo de presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos de 1994 a 2000.

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