Revista de historia regional de Mexicali y su valle Año VII, núm. 23, enero-marzo de 2014
niversidad Aut noma de a a ali ornia
La Cervecería de Mexicali 1923-2013
CervecerĂa de Mexicali
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R.C.B.
1955. Publicidad internacional del producto de la CervecerĂa de Mexicali.
Índice 4 Editorial Sergio Noriega Verdugo
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Los alrededores de la cervecería Miguel Ángel Lino
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El Departamento Escolar de la UABC Austreberto Silva Olivares
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Cervecería de Mexicali. Una deuda de la historia Miguel Esteban Valenzuela Robles
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El barrio de la Cervecería Rubén Castro Bojórquez Ciudad Morelos. Nobleza y trabajo con la marca de Cuervos Ángel Juárez Estrada
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Bermúdez Francisco Estrada Montaño
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La Normal Fronteriza Guillermo Lamadrid Figueroa
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Libros, reseñas y comentarios Sergio Noriega Verdugo
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37 Foto de portada: Foto de portada. Edificio principal de la Cervecería de Mexicali ubicado en avenida Zaragoza y calle E, mismo que fue inaugurado el 4 de julio de 1924. La fabricación de cerveza perduró hasta el año de 1973; abandonadas las instalaciones sufrieron un incendio el 20 de enero de 1995. Posteriormente, el edificio principal fue reconstruido siguiendo la misma forma y apariencia, misma que conserva hasta la actualidad.
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El Río El Río es una publicación trimestral de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. en coedición con la Universidad Autónoma de Baja California para la divulgación histórica regional sobre el municipio de Mexicali, Baja California, México. Tiraje 1 100 ejemplares. Directorio
Universidad Autónoma de Baja California r elipe uamea Veláz uez
Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A.C. Miguel Esteban Valenzuela Robles
RECTOR
PRESIDENTE
Mtro Ricardo agnino Moreno
Roberto Jesús Amaro Pedroza
SECRETARIO GENERAL
VICEPRESIDENTE
r Miguel ngel Mart nez Romero VICERRECTOR CAMPUS MEXICALI r Al redo éli uenrostro eballos COORDINADOR GENERAL DEL CESU-UABC
José Manuel Hernández Ayón SECRETARIO
Lizardo López Mendoza TESORERO
PRESIDENTA HONORARIA VITALICIA Yolanda Sánchez Ogás Revista El Río DIRECTOR Y DISEÑADOR: Rubén astro o ór uez COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA: arlos Manuel Reyes Moreno COMITÉ EDITORIAL: Luz Mercedes López arrera Rubén astro o ór uez Miguel ngel Lino Ol era Sergio oriega Verdugo Lorenzo Hurtado Valenzuela Miguel Esteban Valenzuela Robles CAPTURA atalina Ro as Monzón y Liliana Yadira aboada Villa DIGITALIZACIÓN Y APOYO TIPOGRÁFICO Lydia oronel Yá ez REVISIÓN: Luz Mercedes López arrera APOYO LOGÍSTICO Mar a eresa Ponce León Elaborada en CESU-UABC
INVITACIÓN La Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. invita a todas las personas amantes de la historia, aficionados o expertos, a asistir a sus reuniones y, de ser el caso, a formar parte de ella como socios activos. Las sesiones se llevan a cabo todos los miércoles a las 17:30 horas en la Sala Junta de Gobierno del Centro de Estudios Sobre la Universidad de la UABC, ubicado en la planta baja del edificio de Investigación y Posgrado en bulevar Benito Juárez. Teléfonos: (686) 566 9592 y (686) 841 2076 Las fotografías utilizadas en la elaboración de esta revista pertenecen a las colecciones de: Archivo Histórico del Estado de Baja California • Archivo Histórico del Municipio de Mexicali • Instituto de Investigaciones Culturales UABC Museo • Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU-UABC) • Instituto Municipal de Investigación y Planeación Urbana de Mexicali (IMIP)• Colecciones particulares de Marcos Buruel, Rubén Castro Bojórquez, Javier Galván, Jimmy Griffin, Beatriz Limón, Carlos Reyes, Yolanda Sánchez Ogás, Gerardo Sánchez, Austreberto Silva, Martín Tamayo y Esteban Valenzuela. Esta revista se distribuye gratuitamente. Si desea obtener un ejemplar, puede solicitarlo en las oficinas del CESU-UABC o con cualquier miembro de la Sociedad. 2
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odemos preguntarnos cuál es la importancia de la Cervecería de Mexicali, pero la respuesta no será obvia para los jóvenes como lo es para los viejos residentes de esta ciudad. Además, responder porque: nos obliga a contar parte de la historia de Mexicali y en cierta medida del pasado de Baja California. Después del impulso económico recibido por la primera Guerra Mundial (1914-1918), Mexicali y su valle aún se encontraban en franca expansión por su cultivo algodonero. Según el Censo de Población de 1921, el municipio contaba con una población total de 14 599 habitantes, la más grande de Baja California, de los cuales 46.5% vivían en esta ciudad. Un segundo impulso ocurrió a partir de la Ley Volstead (1919) de Estados Unidos que prohibía la producción y consumo de bebidas embriagantes en ese país. La prohibición del licor en el país vecino abrió las puertas de par en par de la entidad al turismo extranjero y a la venta de alcohol. Aunque hay indicios de la elaboración de cerveza en Ensenada, la industria cervecera en Baja California nació de lleno a principios de los años de 1920 en Mexicali. Parece lógico pensar que debido a que las cervecerías de Estados Unidos tuvieron que cerrar como consecuencia de la prohibición, algunas de ellas se desmantelaron y se trajeron a México. Cuando menos dos de ellas y con menos de dos años de diferencia, la Compañía Cervecera Azteca y la Cervecería de Mexicali, se instalaron en esta ciudad. Posteriormente, en Mexicali, Tijuana y Tecate se instalaron otras plantas cerveceras. De las grandes cervecerías en el estado, solo sobrevive la Cervecería Tecate, que inició don Alberto V. Aldrete con la construcción de una fábrica de malta en 1928, ahora propiedad de la Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma. La Cervecería de Mexicali, S.A. se constituyó el 12 de marzo de 1923, pero fue inaugurada hasta el 4 de julio del año siguiente. El principal inversionista de esta empresa fue Miguel González Quiroz, originario de Altar, Sonora que radicó en Tijuana a partir de 1908. Don Miguel destacó como uno de los hombres de negocios más poderosos en el estado, fundó la Compañía Bancaria del Pacífico, S.A. y fue accionista del Banco de Baja California, S. A. Con algunos de los mismos socios de la Cervecería de Mexicali formó la Compañía Comercial de la Baja California, en enero de 1922. Esta misma sirvió para la distribución y venta de la cerveza Mexicali. También creó la cantina La Ballena por la avenida Revolución de Tijuana, que ostentaba contar con la barra más larga del mundo donde, desde luego, se vendía la cerveza Mexicali. La Ley Volstead (Volsead Act) también conocida como Ley Seca terminó en 1933. Los juegos de azar quedaron prohibidos en México en junio de 1935, por el general Lázaro Cárdenas. Ambas medidas redujeron el atractivo turístico de Baja California. No obstante, la cerveza Mexicali se siguió vendiendo por muchos años. La empresa cerró en octubre de 1973. Además de su calidad, el éxito se debió a su distribución y a la publicidad. Cantinas, centros nocturnos y otros expendios fueron incorporados a la venta de la cerveza Mexicali. A través de la prensa, radio y televisión, la leyenda prevaleció con que ¡no hay mejor!
Sergio Noriega Verdugo
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NOMENCLATURA DE MEXICALI. HISTORIA DE LOS NOMBRES DE AVENIDAS, BULEVARES, CALLES, PARQUES Y PLAZAS
Los alrededores de la Cervecería
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n edificio insigne de nuestra capital es el de la Cervecería Mexicali, referente histórico y urbano desde su inauguración, el 4 de julio 1924, ubicado en la escuadra suroeste que forman la calle E y la avenida Zaragoza. En un plano que data de 1921, ya estaba ubicada la manzana número 73 con una lotificación de 24 predios, que estuvo dividida por el típico callejón llamado Zaragoza. Sin embargo, para 1940, este espacio en donde se edificó la Cervecería Mexicali ya se había convertido en un único y gran predio interrumpiendo el citado callejón. Además de la calle E y la avenida Zaragoza, dicho polígono está flanqueado por las calles D y la avenida Mariano Arista. Y, para precisar, a la mitad de la calle E (entre Zaragoza y Arista) frente al predio de la Cervecería continúa el callejón Zaragoza que desemboca en la avenida Miguel Negrete. El general Ignacio Zaragoza es el personaje histórico de mayor relevancia en la nomenclatura que nos ocupa. Baste recordar el párrafo del informe enviado al secretario de Guerra de su época, Miguel Blanco Múzquiz, que elocuentemente señala: “Las armas nacionales se han cubierto de gloria”, al haber vencido en la batalla del 5 de mayo de 1862 al poderoso ejército francés de Napoleón III, en el proceso de imposición de Maximiliano de Habsburgo, siendo presidente de México, don Benito Juárez. Sin embargo, no debemos pasar de largo frente a los datos biográficos más sobresalientes los de Mariano Arista y de Miguel Negrete.
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.
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Ignacio Zaragoza
Miguel Ángel Lino*
Mariano Arista
Nomenclatura: Avenida Zaragoza y calle Dr. Gastón Salazar (D).
2013. Nomenclatura: Esquina de avenida Zaragoza y calle E. Al fondo el edificio de la Cervecería de Mexicali.
Edificio de la maltera.
José Mariano Martín Buenaventura Ignacio Nepomuceno García de Arista Nuez, en corto Mariano Arista, político y militar (1802-1855) se desempeñó como uno de los pocos presidentes electos de México en la segunda mitad del siglo xix, de 1851 a 1853. Controvertido personaje que como militar sufrió importantes derrotas pero, llegado el momento supo aprovechar las coyunturas políticas y ascendió hasta la primera magistratura del país. En su gobierno, en medio de una severa crisis financiera, estableció la primera línea telegráfica entre la capital y el puerto de Veracruz y otorgó la primera concesión para construir el ferrocarril en esa misma ruta. Quiso promover la agricultura, pero el país estaba en bancarrota y al no obtener facultades extraordinarias del Congreso para someter a Santa Anna, renunció a su cargo y abandonó el país con destino a Europa. Dos años después, el 7 de agosto de 1855, con su salud disminuida, el general Mariano Arista muere a bordo del vapor inglés “Tagus”, en un viaje de Lisboa a Marsella. Por último, nacido el 8 de mayo de 1824, en Tepeaca, Puebla, el general Miguel Negrete es un personaje ligado de manera muy importante al general Ignacio Zaragoza, ya que Negrete puso por encima de su ideología conservadora su inquebrantable nacionalismo, pasando al bando liberal para defender a su país en la segunda intervención francesa en México, diciendo; “Yo tengo patria antes que partido”. A las órdenes del general Ignacio Zaragoza, se unió al ejército republicano y con él también “se cubrió de gloria” en las batallas de Las Cumbres y la del 5 de mayo. Queda para la historia el parte de guerra que dice: “Negrete, con 1 200 soldados y dos baterías de campaña, defendía las alturas (del Fuerte de Loreto) y fue quien llevó el peso de la batalla y a quien se debió el triunfo, auxiliado lógicamente por todos sus compañeros, dirigidos certeramente por el general Ignacio Zaragoza”. Miguel Negrete muere el 1° de enero de 1897 en la ciudad de México; sus restos reposan en la Rotonda de las Personas Ilustres del Bosque de Chapultepec.
Tanque elevado. 5
El Departamento Escolar de la UABC Austreberto Silva Olivares*
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l 23 de agosto de 1961, el rector de la Universidad Autónoma de Baja California (1959-1966), doctor Santos Silva Cota me confirió la responsabilidad de organizar el Departamento Escolar de la Universidad Autónoma de Baja California, ya contemplado en su Ley Orgánica, y que actualmente es la Coordinación de Servicios Estudiantiles y Gestión Escolar. Al igual que la Rectoría, esta oficina inició sus actividades en el edificio de la Escuela Cuauhtémoc, asiento de nuestra joven Universidad. Su selecto personal fundador: Manuela Hernández Quevedo, María Elena López Ponce, Guadalupe Álvarez, y Rosario Valdez realizaron un buen y pulcro trabajo para apoyar la organización de esta importante área. La actividad más relevante y prioritaria fue la elaboración de los reglamentos de inscripciones y de exámenes para su análisis y aprobación del H. Consejo Universitario, que permitirían el control escolar de la Universidad. Al iniciarse el ciclo lectivo 1961-1962, el Departamento Escolar publicó el primer calendario de actividades de las diversas escuelas y las cuotas por servicios escolares. En esos años las cuotas de inscripción y colegiatura eran de 35.00 y 30.00 pesos respectivamente, con una cuota de 50.00 pesos por concepto de laboratorio. La población escolar de la Universidad en el ciclo 19681969, estaba conformado por un total de 3 364 alumnos: 1 609 hombres y 482 mujeres en el ciclo de bachillerato y de 910 hombres y 363 mujeres, en las escuelas de Ciencias Sociales, Pedagogía, Enfermería, Contabilidad, Economía, Ingeniería y Ciencias Marinas. La Rectoría y el Departamento Escolar se cambiaron al edificio de la calle B en el que también se asentó la * Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.
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Credencial de personal de Departamento Escolar de la UABC.
Escuela de Ciencias Sociales y Políticas, hoy Facultad. El primer director de esta escuela fue el licenciado Arturo Ibarra Ojeda y el subdirector, el licenciado Enrique Priego Mendoza. En este edificio de una sola planta extendida en forma de L y contigua a la calle B, funcionaron la escuela, la incipiente biblioteca a cargo de Raúl Cuevas, la Rectoría, la incipiente Tesorería, al frente de la cual se encontraba el C.P. Salvador Corral y la cajera, Rosa María Mancillas, encargada de elaborar la nómina y los cheques del personal que trabajaba en la UABC. En el extremo del edificio, estaba situado el Departamento Escolar. José Luna era el conserje y jardinero. En esta época apareció el primer brote serio de inconformidad estudiantil: un numeroso grupo de jóvenes aglutinados en la calle B, frente a las oficinas universitarias, nos sorprendieron con un escándalo de voces juveniles a través
1966. Acta del primer examen profesional en la UABC.
de un altoparlante, que provenía de un carro de sonido; entre discurso y discurso demandaban la presencia del rector y amenazaban con ingresar en forma violenta a las instalaciones de la Universidad. En forma discreta se encontraban, a la expectativa, dos o tres patrullas de la policía municipal. En mi calidad de funcionario de la Universidad pude haber dicho: “no tuve más remedio que salir”, sin embargo, en mi mente estaba fija la idea de hablar directamente con los
jóvenes, como siempre lo he había hecho, así que sin pensarlo más, me encaminé hacia la calle con la confianza de que muchos de los estudiantes me conocían porque fueron mis alumnos en la secundaria; me mezclé con ellos, les saludé y dirigiéndome al líder Eduardo Almeida les hice saber que por el momento el rector no se encontraba, pero que nadie les impediría el paso a sus propias instalaciones, porque la UABC era de ellos. Una advertencia les hice: “cuiden las oficinas porque allí se encuentra trabajando el personal que atiende los archivos y, por lo tanto, sus documentos escolares, así como el jardín de don José que, bien cuidado como se aprecia, es para el goce de todos”. Previamente, había dialogado con el director Arturo Ibarra y con los alumnos de la Escuela de Ciencias Políticas, que ya estaban preparados para oponerse al ingreso de los manifestantes. En ese momento no se entrevistaron con el rector, pero entraron a las instalaciones de la UABC, de manera ordenada, ocupando pasillos y patio, y miraban todo con mucha curiosidad. Se sentaron en el piso del corredor y respetaron todo, incluyendo el jardín de don José Al día siguiente, con la intervención del rector, se resolvió el problema. El 5 de enero de 1962 se iniciaron las primeras juntas previas para organizar el Consejo Universitario, en Mexicali, Tecate y Tijuana. El 24 de mayo de 1964 se realizó la ceremonia de premiación al autor del lema universitario: “Por la Realización Plena del Hombre”, de Miguel Gárate Velarde, quien fue mi alumno en la Secundaria “18 de Marzo”. El escudo oficial de la UABC, cuyo autor José Reyes Meza ganó el concurso respectivo el 12 de abril de 1967, en el texto del lema, basa el diseño del escudo. En 1966, el biólogo Pedro Mercado, rector de nuestra Universidad de 1966 a 1967, cambia las oficinas de Rectoría, Departamento Escolar y Departamento de Difusión Cultural, a los nuevos y amplios espacios de la avenida Obregón, situados en el piso superior de la librería El Día. Con orgullo manifiesto que las actas de los primeros exámenes profesionales que realizaron los estudiantes 7
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.R eunión previa al Consejo Universitario.
1966. Edificio de Obregón y calle A. Oficinas de la UABC.
196
. Uno de los primeros títulos en laUABC.
de las diversas carreras de nuestra universidad se registraron y archivaron durante mi gestión como jefe del Departamento Escolar. Cuando inicia su gestión el licenciado Rafael Soto Gil como rector de nuestra Universidad de 1967 a 1971, me invitó a ocupar el cargo de secretario general en septiembre de 1967, y tuve el privilegio, satisfacción y orgullo, de firmar, en mi carácter de secretario general, los primeros títulos de los alumnos que ya habían presentado sus respectivos exámenes profesionales: Catalina Flores Nieblas, enfermera; Julia Calderón Ávalos, enfermera; María Luisa Quintero, enfermera; Obdulia Flores Nieblas, enfermera; Marcos Lecuanda, oceanólogo; Katsuo Nishikawa, oceanólogo y Enrique Chávez Palmer; profesor especializado en lengua y literatura. El sueño del doctor Santos Silva Cota, y el de todo su equipo de colaboradores, lograron esta realidad: los primeros profesionistas egresados de la UABC. 8
1966. Ceremonia de graduación de Pedagogía. En la foto: De izquierda a derecha: Juan aldez padrino , Austreberto Silva Olivares, Dr. Francisco Dueñas director , David Piñera Ramírez y el alumno graduado: Salvador Aguilera.
En 1969 tuve que dejar la UABC satisfecho del trabajo realizado, y me siento orgulloso de haber contribuido en esta gran obra. Gracias al trabajo y dedicación de todos los que hemos tomado la estafeta de la consolidación de la UABC, tenemos una magna institución, con prestigio nacional e internacional. La Universidad Autónoma de Baja California: es orgullo de los bajacalifornianos.
Cervecería de Mexicali: una deuda de la historia
E
n la memoria colectiva de Mexicali siempre existe algún referente en relación con la Cervecería de Mexicali, es por ello que en las generaciones el recuerdo y los pasajes sobre la cervecería han echado profundas raíces. Desde su inicio, con las decisiones y aciertos comerciales de su fundador Miguel González, la transición generacional a la muerte de éste, el respiro y auge al final de los años de 1950 y toda la década siguiente fueron hechos trascendentes que perfilaron la identidad de Mexicali en el mundo y que, en tan solo dos meses fueron sepultados por una pila de informes, reportes y contratos de compraventa. Estos últimos elementos fueron el diario ir y venir de empleados, inspectores, valuadores, proveedores y clientes, en esos últimos días del mes de octubre de 1973, cuando ya se había acordado el cierre total de sus operaciones. Meses antes de que esto sucediera, el funcionamiento de la cervecería marchaba con toda normalidad, no sin tener que enfrentar un sinnúmero de vicisitudes que diariamente intentaban boicotear las operaciones de producción y distribución de sus productos. Todavía a finales del mes de septiembre de 1973 en la torre de elaboración, la olla de cocimiento de mostos preparaba los casi 65 mil litros de cerveza que tenía de capacidad. Esta cerveza pasaría al proceso de enfriamiento y fermentación para seguir hacia los días de reposo en las modernísimas salas Borsari, reconocidas como las más modernas de la industria en México. En sus días
Miguel Esteban Valenzuela Robles*
de operación normal esta producción habría sido recibida por las líneas de embotellado, la de embarrilado y la de enlatado; todo, en un proceso que culminaba en las distribuidoras del producto terminado. El proceso de elaboración seguía funcionando y así, de forma también repentina (pero no de forma sorpresiva) se ordenó apagar la caldera y empezar el cierre del cuarto de máquinas. Era la última semana del mes de septiembre de 1973 cuando el conjunto de las operaciones comerciales y de producción iniciaron el cese definitivo. Esto representaba cerrar las líneas de embotellado, los cuartos de reposo, las bandas de los elevadores, el molino y todo el proceso en conjunto. Mucho se especula sobre el verdadero motivo que Víctor González consideró para el término del negocio familiar, pero sí se desconoce que motivó el acelerado proceso de liquidación. Todo fue tan rápido que los 65 mil litros de cerveza ya preparada tuvieron que ser enviados a las líneas del drenaje público, mientras que miles de botellas quedarían estibadas en sus bodegas en cajas pintadas con los rombos verdes de su moderna etiqueta. Por su parte los clientes atesoraban las últimas gotas de esa maravilla que era la cerveza Mexicali para quedar, como se presume en el bar El Norteño, con el “último tarro”, con la “última botella”. Este episodio de la historia local ha sido explorado desde diferentes perspectivas y de acuerdo con los testimonios individuales de muchos de los actores de esa época, pero nunca se ha considerado el aspecto personal, los motivos, las ideas y las verdaderas razones que pudieron haberse
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C., correo electrónico: evmxl@yahoo.com. El autor agradece la colaboración del grupo de extrabajadores administrativos de la Cervecería de Mexicali, asimismo a la señora Yaya de Aínsle, Arq. Diana Guerrero, Arq. Carlos Reyes, Lic. Claudio Gokus, Sr. Gerardo Sánchez, Sr. Javier Galván y Sr. Ángel Juárez.
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1924. Inauguración de la Cervecería Mexicali.
cruzado en la mente de Víctor González para haber tomado una decisión tan tajante y tan trascendente que, hasta el día de hoy (y seguramente por muchas generaciones), seguirá generando nuevas hipótesis para el estudio del empresariado local. Años después, el propio Víctor González comentó: “nadie entendería esta decisión que me dolió tanto, era el negocio de mi padre”. Efectivamente, el padre de Víctor, Miguel González Quiroz, habría llegado a Baja California como encargado aduanal en Tijuana y renunció a la comodidad de una vida tranquila en el ámbito burocrático para dedicarse al ejercicio comercial y alcanzar una trascendencia insospechada por él mismo. El señor González había trabajado mucho para lograr un importante patrimonio derivado del comercio de artículos variados, hasta llegar al negocio de la venta de bebidas alcohólicas y a la creación de una fábrica de cerveza como negocio emblemático y exitoso. Conocedor de los negocios y visionario, disfrutaría del éxito de su empresa cervecera, pero (muy probablemente) nunca imaginó que ese negocio 10
marcaría por siempre a una ciudad y a su sociedad; a la que le definió una identidad de la que carecía. Con la cerveza Mexicali los sinaloenses y sonorenses, los venidos de Jalisco, de Michoacán y todos los que arribaron a Mexicali, asumían en la marca cervecera su propia identidad local. Bajo la filosofía de Roberto Gómez Bolaños, el desarrollo empresarial que implementó Miguel González fue “sin querer queriendo” y, esta vez, “contando con su astucia” le entregó a una naciente comunidad su máximo símbolo de identidad. Creativo como lo fue y con una inteligencia comercial fuera de lo común, Miguel González ideó su concepto de cervecería al conocer de las operaciones de la recién instalada Compañía Cervecera Azteca. En un principio intentó participar como socio de esta empresa, pero Edward P. Baker, principal socio de La Azteca, se opuso debido al impulso que González Quiroz imprimía a sus negocios. Baker sabía que su inversión en La Azteca estaría en riesgo debido a las exitosas prácticas comerciales de González y a sus relaciones con el poder político local dominado por sus paisanos sonorenses. Pese
1947. Esquina noreste de la Cervecería de Mexicali, S.A. Al fondo el edificio de la maltera.
haber tenido pláticas iniciales, Baker y sus socios optaron por dejar fuera del negocio a Miguel González. Este ya tenía acumulado gran capital por sus actividades comerciales, que desde la década de 1910 había consolidado en Ensenada y en Tijuana. De hecho, Mexicali era una población que no figuraba en sus operaciones y a lo largo de su vida solo radicó aquí en los años iniciales de la cervecería. Además de sus operaciones comerciales, Miguel González se había casado con la hija de Jorge Ibs, próspero comerciante de origen alemán y radicado en Ensenada desde 1886, quien reconocía en Miguel González su influencia, su habilidad y, sobre todo, su olfato comercial. Desde un inicio Jorge Ibs involucró a su yerno en el manejo del comercio y de los bienes raíces, abriendo tiendas de comercio en general, pero enfocándose después hacia el comercio de atención al naciente turismo americano. De esta forma Ibs ofrecía a González la tarjeta de presentación con la naciente élite de Ensenada, que le servirían para sus relaciones con los negocios, principalmente con Heraclio Ochoa Vaca y, a la muerte de este, con su hijo, Heraclio Ochoa. Al paso de los años la empresa de Jorge Ibs
empezó a ser operada por Miguel González, acrecentando la fortuna familiar. El escenario cambió en 1919. En ese año, en Estados Unidos se hizo efectiva la Ley Seca, la que años antes ya operaba en algunos condados californianos, entre estos San Diego, cuyo territorio se extendía hasta la frontera con Arizona. González reconoció la importancia de este hecho y decidió radicar operaciones en Tijuana, a sabiendas del efecto que esto produciría en el flujo de visitantes. En esos años Tijuana era ya un lugar de paseo para el turismo. Se conocía de sus manantiales de agua caliente, el clima y la tranquilidad para el reposo; situación que fue migrando hacia conceptos de entretenimiento más osados. Así nació el hipódromo y los centros de apuestas, cuando ya estaban prohibidas en California, trayendo, además, la creación de bares, restaurantes, hoteles y otras delicias para el turismo estadounidense, lo que motivó grandes cantidades de visitantes necesitados del relajante consumo de alcohol. Por su parte, Miguel González ya negociaba la compra de grandes embarques de licor que posteriormente revendería en los comercios de Tijuana. Es probable que 11
de esta forma se hayan dado los primeros acercamientos con Baker y otros comerciantes de San Diego para la fabricación de cerveza. En esas pláticas se estimaba que el posible volumen de consumo para los bares de Tijuana ameritaba la instalación de una fábrica completa. Cabe mencionar que la cerveza que al inicio se consumía, era fabricada de forma casera y con una calidad que estaba muy por debajo de los estándares mínimos. El público de mayor poder adquisitivo compraba cerveza importada de Canadá, la que llegaba en barriles desde la Columbia Británica y se despachaba en las barras de los distintos bares, principalmente el conocido como “La Ballena”. Este negocio era propiedad de Miguel González y, a la larga, sería el punto de mayor venta de cerveza Mexicali, presentándose el establecimiento como la barra más larga del mundo. El interés de Miguel González por tener un producto de calidad que asegurara el volumen de consumo requerido y que resultara un productivo negocio, coincidía con las motivaciones de Baker y la de sus socios. Ya inmersos en el negocio de la venta de bebidas alcohólicas, determinaron instalar una fábrica de cerveza, independizarse de la escasa producción casera existente y no depender de la cerveza canadiense, con ello lograrían el control pleno del proceso y de la comercialización, dado que la fábrica estaría radicada en algún punto de la frontera. En este sentido, se pensó, como primera opción, instalarla en el poblado de Tijuana; el mercado estaba allí y los consumidores tendrían la garantía de frescura. Empero, Tijuana no ofrecía garantías de abasto de agua para el volumen de producción que se requería, además de problemas para el traslado de insumos y materias primas: cebada malta y lúpulo, principalmente; elementos que requerían de medios efectivos de transporte. En cuanto al requerimiento de agua y un eficiente sistema de comunicación como el ferrocarril, el poblado de Mexicali estaría destinado para la instalación de la primera cervecería en el noroeste de México: La Azteca. Sin embargo, al quedar González fuera de esa sociedad, observó prudentemente las operaciones iniciales de esta fábrica de Baker y se propuso convocar a la integración de una nueva empresa. Para este cometido recurrió a su amigo Heraclio Ochoa con quien logró una capitalización inicial de quinientos mil pesos, además de que aseguró el conocimiento en la elaboración de cerveza de manos de un experto. Para cerrar la operación, Miguel González había estado convenciendo a William Henry Biner, el original maestro cervecero de La Azteca. Hijo de migrantes suizos, Biner había diseñado y supervisado la instalación de todo el andamiaje requerido para la elaboración de cerveza ABC. El antiguo sistema de gravedad y la distribución de las áreas de fermentado, filtrado y reposo, además 12
1928. Área de atención a visitantes.
1955. Equipo para el envasado de la cerveza.
1925. Tanques para almacén de la cerveza.
1955. Edificio de oficinas de la Cervecería en esquina de avenida Zaragoza y calle E.
1924. Edificio principal de la Cervecería, visto desde la azotea del Palacio de Gobierno.
del diseño arquitectónico del inmueble de La Azteca; todo eso era parte de la experiencia que Biner aplicaba con Baker y sus socios. En todas las referencias fotográficas de la época puede constatarse la evidente similitud de las dos cervecerías, ambas producto de los conocimientos técnicos de Biner, quien ya había trabajado en la Olympia Brewing en Oregon hasta que, con ayuda de su padre, logró independizarse para instalar una cervecería en el próspero pueblo de Phoenix en la Columbia Británica. Este poblado florecía por sus ricos yacimientos de cobre, pero la veta resultó no ser tan voluminosa y la prosperidad de una década fue siendo abandonada por la población, hasta quedar como pueblo fantasma hacia 1919. Biner cerró su cervecería y se trasladó hasta la costa para radicar en la Isla Victoria. Allí logró vender algunos activos de su cervecería, mismos que incluían la marca, maquinaria y recetas. No se conoce a ciencia cierta el contacto entre Biner y Baker, pero todo indica que el maestro cervecero de Baker, William Strouse, conocía de Biner y le invitó a integrarse a la aventura mexicana en La Azteca.
La corta estancia de Biner en la operación de La Azteca pudo haber sido consecuencia de otra estrategia de González por atraer el talento de Biner: ofrecerle participación accionaria como socio industrial. Después de todo, en La Azteca, Biner primero fue el contratista y luego pasó a ser un empleado más como maestro cervecero, sin embargo, siempre estuvo ávido de aplicar todos sus conocimientos y con más ganas de practicar sus inquietudes empresariales. Biner era un tesoro para el negocio; ofrecía toda la tecnología de la época, contactos de proveeduría, de refacciones y capacitación; pero, sobre todo, ofrecía las fórmulas de cocido de mostos y mezclas de lúpulo; elementos que harían de la nueva fábrica de cerveza un éxito rotundo. Conjuntamente con sus habilidades técnicas, Biner era aficionado a las finezas del arte y, contrariamente, también a la rudeza del box; pero fue la primera de sus aficiones la que contribuyó a la sociedad con Miguel González. En la práctica de sus gustos por el arte, Binner aportó la idea de que la marca de la nueva cerveza fuera precisamente el nombre de “Mexicali”. Con su experiencia en la Olympia Brewing y en la Phoenix Brewing, Biner conocía muy bien 13
Jabonera del Pacífico
Línea internacional
Palacio de Gobierno Cervecería Mexicali
Compresora
Dren 134
1955. Foto aérea de la sección segunda de Mexicali. Destacan la Jabonera del Pacífico, el dren 134, la línea internacional y la Cervecería de Mexicali, S.A.
el efecto que aplica una marca, su apreciación al contexto local. Al haber experimentado la forma en que el mercado respondía a un nombre de localidad, Biner propuso que la cerveza se llamara así porque garantizaba el reconocimiento que el consumidor ya tenía de la cerveza fabricada en Mexicali, prestigio que ya se había ganado la cerveza ABC (la marca de La Azteca). Biner y González acordaron que usar la marca Mexicali facilitaría el reconocimiento del origen de la cerveza y, por ende, su calidad. Junto con la denominación de la marca; Biner también diseñó la etiqueta que se usaría para el embotellado y en cuyo diseño utilizó los mismos elementos gráficos aplicados en la marca Phoenix utilizada en Canadá. Biner añade el elemento característico de la cerveza Mexicali: su denominación como “pilsener superior”; en un intento por distinguir que el tipo de cerveza producida es diferente a la tradicional lager que se vendía con la marca ABC. 14
Esta manera de integrar la marca Mexicali fue todo un suceso ya que en esos años las cervecerías usaban por marca los apellidos de sus propietarios o el nombre genérico de sus empresas. Así estaba la cerveza ABC, cuya denominación provenía de las iniciales de la Aztec Brewing Company, o la cerveza “Cuauhtémoc” de la Cervecería Cuauhtémoc, al igual que la cerveza “Moctezuma” de la propia empresa de Orizaba y, de igual forma, la Cervecería del Pacífico llevaba como marca su cerveza Pacífico. Por su parte la Cervecería Modelo, la Yucateca, la de San Luis Potosí, La Estrella en Guadalajara, la Cervecería de Sonora, la Dos Américas en Puebla y la de Chihuahua en Juárez (que cambiaría a la denominación de Cruz Blanca); ninguna había experimentado el uso del nombre de la localidad como marca a sus productos. En México sólo la cerveza Toluca tenía el nombre de la ciudad, pero por el razonamiento de que la fabricaba la Compañía Cervecera Toluca y México. Antes de crear la marca Mexicali,
Plaza La Cachanilla
Cervecería Mexicali
2013. Foto aérea de la sección segunda de Mexicali, destacan la Plaza Comercial La Cachanilla en terrenos donde estuvo la Jabonera del Pacífico, la línea internacional y la Cervecería de Mexicali.
Miguel González había pensado en la marca Tijuana y en la marca Ensenada que años antes Johannes Tischhauser, otro alemán amigo de su suegro, había comercializado en el puerto; después de todo el mercado natural de la nueva cerveza era la zona costa. Sin embargo, observador agudo del proceso comercial de su época, González no se deja llevar por la lógica y acierta, con gran éxito, a que el nombre de “Mexicali” representara la calidad e imagen del nuevo producto. Debe reconocerse que esta práctica comercial fue imitada por otras empresas cerveceras contemporáneas ya que el éxito de la marca Mexicali fue tal por su referenciación geográfica, que Alberto Aldrete imitaría la estrategia con su cerveza Tecate y en 1936 la Cervecería Cuauhtémoc lanzó, con poco éxito, la cerveza Monterrey. Al adquirir los activos de Aldrete, la Cuauhtémoc optó por desarrollar la primera, pero siempre con las estrategias de sentido regional que ya había probado, exitosamente, la Mexicali. Definida la marca y convencido González y sus socios de las potencialidades de esta nueva empresa, se inició la
construcción del emblemático edificio, en cuyo diseño y distribución, William Biner intervino en su totalidad. Al finalizar los detalles arquitectónicos y el equipamiento y distribución de los procesos industriales, es posible compararlo en tiempos y estilos, con el existente edificio de La Azteca, y se podrá observar que para el edificio de la Cervecería de Mexicali solo se dio un giro a los planos de La Azteca. El diseño de la torre de elaboración como vértice de un ángulo de noventa grados, era la forma en que Biner, años atrás, había diseñado su cervecería en Canadá. Esto es de observarse ya que la inmensa mayoría de las cervecerías de la época colocaban la torre de elaboración justo en el medio del conjunto industrial, pero sin el ángulo ya referido. Ahora bien, la aparición de esta distribución arquitectónica se ajustó a los límites del terreno donde estaba instalada La Azteca. De hecho, podría compararse que la planta de conjunto, en ambos edificios industriales, tiene las mismas proporciones y la funcionalidad de la torre de elaboración, se mantiene como vértice orientada hacia el noreste del conjunto industrial. 15
Finalmente, se logra el inmueble con todo el equipamiento y, pese a la creencia popular, no se tiene la certeza de que haya sido inaugurada en julio de 1923, cuando apenas el 26 de abril de ese año González pagaba al ayuntamiento de Mexicali los seis mil pesos pactados por la manzana 73 de la naciente segunda sección de la ciudad. Resulta poco probable que los socios de la Cervecería se atrevieran a construir su complejo industrial sin la certeza jurídica de poseer el terreno, pero además, si la construcción del edificio hubiese iniciado después de esa fecha, debió haber tardado al menos seis u ocho meses. De acuerdo con los cánones de la época, tan solo el montaje de los motores de la sala de máquinas, su calibración y ajuste tardarían hasta tres meses una vez concluido el inmueble; además, el entramado del sistema de elaboración de la cerveza que incluye elevadores, largos tramos de tuberías y, al menos tres grandes recipientes incluyendo la gigantesca olla de cocimientos, así como el sistema de enfriamiento, requerirían otro tanto más. Deben añadirse la construcción de las salas de fermentación y reposo; todos estos son sistemas constructivos complejos que no se consolidan en un tiempo menor. Si se consideran todos estos elementos puede especularse que las operaciones realmente pudieran haberse iniciado antes de la primavera de 1924. De todas formas, desde sus inicios, la operación de la Cervecería de Mexicali logró un gran éxito comercial insospechado. Prácticamente los primeros cinco años de operación resultaron la prueba de fuego de la Mexicali teniendo que enfrentar la competencia que se presentaba en la región. Al enfrentar la gran depresión del año 29, la férrea lucha comercial que Miguel González mantuvo con las empresas de la competencia tuvo un impulso a su favor cuando en 1933 se derogó la Ley Seca; esto significó la migración de La Azteca hacia San Diego. Con este suceso, la Mexicali quedaba con la mayor parte del mercado y para finales de la década de los años de 1930, consolidaba un liderazgo comercial indiscutible. En esos años Biner, maestro cervecero y socio industrial, vende sus acciones y regresa a Estados Unidos, quedando al frente del proceso de elaboración de cerveza su hermano Dan Biner. Para esos años hablar de la Mexicali ya era común, con un posicionamiento comercial único que no daba cabida al ingreso de otras marcas. Además de las exclusividades comerciales que contrataba directamente Miguel González, el propio consumidor no aceptaba las nuevas marcas que ingresaban al mercado. Para las firmas cerveceras del interior de la república, ingresar al gusto mexicalense era 16
1927. Etiqueta original de la Cerveza Mexicali.
1952. Etiqueta de la Cerveza Suprema, elaborada por la Cervecería Mexicali, S.A.
1955. Publicidad de la Cerveza Mexicali en bote.
1927. Etiqueta de la Cerveza ABC, elaborada por la Cervecería Azteca, S.A.
2013. Vista del tanque elevado para agua de la Cervecería, desde las ruinas de la maltera.
labor titánica, donde se requería romper una liga emotiva del público con su identidad local representada por una marca local que utilizaba el nombre propio de la ciudad. Estos hechos comerciales eran bien sabidos por las firmas cerveceras del interior de la república, hacia donde ya se conocía el éxito comercial de la Mexicali. Esas empresas no daban cabida a la cada vez mejor cohesionada resistencia del consumidor regional en la Baja California, alrededor de su producto insignia: la cerveza Mexicali. A raíz de este proceso de apropiación colectiva, la Cuauhtémoc, la Moctezuma y la Modelo, iniciaron un proceso de pinza, cercando cada vez más las operaciones de la Mexicali. El poderío comercial de Miguel González provenía de la independencia local en proveeduría de insumos y materias primas, elementos que mantuvo importando hasta 1942. Luego, con las limitaciones para el abasto de insumos, refacciones y materias primas, a razón de la segunda Guerra Mundial, la Cervecería de Mexicali debió iniciar la búsqueda de insumos nacionales; los que, al amparo del programa de sustitución de importaciones impuesto desde
1945, provocarían un giro hacia la dependencia de insumos nacionales. En esos mismos años dos sucesos cambiarían el rumbo de la empresa: la muerte de Miguel González y la apertura de la maltera de Mexicali. En el primero, la sucesión en el negocio por parte de los hermanos Víctor y Rodolfo González Ibs, creaba una nueva dinámica gerencial. Por su parte la fallida operación de la maltera generaba un alto costo con muy pocos resultados. El indiscutible liderazgo de la marca local y la fortaleza de la cadena de distribución, dieron soporte a más de diez años de operación exitosa. Para el año 1956, en un intento por ampliar las operaciones de la Mexicali y estimular el fortalecimiento en sus productos, se intentó expandir la cobertura en la región y se decidió por invertir en la construcción de una nueva planta cervecera en Ciudad Obregón. En esa planta se producirían todas las variedades de la Mexicali para ser distribuidas por todo el Pacífico y en gran parte del mercado occidente de México. Esta fue una acción muy atrevida por parte 17
de los hijos de Miguel González y a los ojos de las otras cervecerías se interpretó como una amenaza. El proyecto no progresó por presiones en el abasto de malta que la Mexicali ya no podría importar y cuya producción nacional ya era controlada por las “tres grandes”, por lo que la inversión iniciada en Ciudad Obregón fue vendida a la Cervecería Modelo. Con esta operación se aseguraba el abasto de malta para la producción local y favorecía que los hermanos González contaran con una elevada liquidez, pero perderían un importante bastión, que, como cabeza de playa, favorecería la expansión de sus productos. En estas condiciones Víctor y Rodolfo González idearon el proyecto de relanzamiento de sus marcas en la región, dando como resultado un rejuvenecimiento en la imagen. Este proyecto incluyó la sustitución de la vieja etiqueta que desde 1923 era el emblema del producto. Se optó por una nueva etiqueta de trazos modernos, más colorida. También se relanzó la cerveza en lata, se impulsaron nuevos empaques en six-pack, así como la ampliación de sus marcas al ingresar al mercado las marcas Suprema, Toro como la variedad de licor de malta; así como la marca Manuia, exclusiva para el mercado de la isla de Samoa. En el caso de la cerveza en lata resultó muy atractivo e, incluso, el diseño de la lata recibió el premio al mejor diseño de empaque en los Estados Unidos, en 1962. Este impulso comercial estuvo acompañado de una renovación en su maquinaria y en otros implementos de procesamiento de la cerveza. Una fuerte inversión se canalizó en la construcción de nuevas salas de reposo Borsari. Aplicando las mejores técnicas de construcción y los novedosos métodos de medición y cuidado en la calidad de la cerveza, se instalaron mejoras en las salas de cocimiento y se ampliaron los patios de producto terminado; síntoma, este último, del crecimiento en el consumo de los productos. Además de la modernización en equipamiento y empaques, la Mexicali dio impulso a un programa publicitario a gran escala. Se filmaron comerciales para televisión y radio, se amplió el patrocinio de programas artísticos y se impulsó el programa de relaciones públicas mediante el uso de una extensa línea de productos promocionales. Así, hoy en día, es posible ver charolas, vasos, ceniceros, relojes de pared, termómetros con el distintivo de la Mexicali. En muchos restaurantes locales se regalaban réplicas de las botellas en miniatura, las que servían de saleros y pimenteros. Por su parte, el 18
material gráfico se extendió y la Mexicali utilizó cuadros promocionales similares a los utilizados en Estados Unidos. Todo este impulso se mantuvo hasta finales de los años de 1960 y nadie hubiese pensado en la posibilidad de que la empresa cerrara. Por eso su repentino cierre dejó un capítulo abierto en nuestra historia local, una deuda que requiere atención y que parece que se olvida fácilmente por la autoridad y, peligrosamente, por la sociedad. Esta última no debe permitir que el olvido sepulte la memoria colectiva y que los pocos vestigios que van quedando como mudos testigos de épocas de gloria, sean borrados y eliminados de nuestros paisajes. Por su parte la autoridad y las instancias de representación política, hacen oídos sordos de las demandas de preservación del patrimonio histórico local. La Cervecería de Mexicali, sus inmuebles, los materiales y su memoria, representan activos de orden histórico y son los emblemas de una época de apogeo comercial en la que se reflejan el esfuerzo e ingenio de hombres y mujeres que impulsaron la identidad social de nuestra comunidad mexicalense. Referencias Almaraz Alvarado, Araceli. (2009). Configuración del tejido empresarial en el noroeste de Baja California. UABC. Belshaw, John (2009). Becoming British Columbia: A Population History. González Félix, Maricela. (2013). Aquí nos hicimos ricos. Mexicali: UABC. Liwag, Ernie & Schiff, Matthew. (2013, Winter/Spring). San Diego´s craft brew culture, The Journal of San Diego History (59) 1 y 2. Reyna, María del Carmen. (2012). Apuntes para la historia de la cerveza en México. INAH. Rodríguez, Abelardo L. (2011). Memoria administrativa del gobierno del Distrito Norte de la Baja California, 19241927. UABC. Piñera Ramírez, David. (2001). El surgimiento de las poblaciones de Baja California 1886-1910. UABC. ——. (coord.). (1983). Panorama histórico de Baja California. UNAM-UABC. Ramsey, Bruce. (1963). Ghost Towns of British Columbia. Mitchell Press. Wnek, Zachary. (2014). Schade Brewery, Spokane Historical.
El barrio de la Cervecería Rubén Castro Bojórquez*
El entorno La Cervecería de Mexicali ubicada en el límite sur de la naciente segunda sección, en el año de 1923 definió lo que hasta la fecha se conoce como El barrio de la Cervecería en un área que comprende internamente de las calles C a la F y de las avenidas Lerdo a la Larroque, pero más ampliamente podemos decir que prácticamente toda la hoy segunda sección del naciente poblado se vio impactada tanto por la Cervecería de Mexicali, como también por la ubicación de la Industrial Jabonera del Pacífico a unos cientos de metros de distancia de la empresa cervecera, lo que ocasionó que esta área se convirtiera en la segunda zona industrial de Mexicali, después de lo que podemos afirmar fue la primera, en el mero centro del poblado, en los patios del ferrocarril entre las calles Morelos y Bravo, donde funcionaron las primeras empresas algodoneras: Mexican-Chinesse Ginning Company y Compañía Algodonera de la Baja California, S.A. La segunda sección de Mexicali, abierta a la urbanización a fines de la segunda década de vida del poblado se consolidó con el inicio de la construcción del Palacio de Gobierno, en 1919 por el coronel Esteban Cantú, gobernador del Distrito Norte de Baja California. El polígono de la segunda sección está limitado al norte por la línea internacional entre México y Estados Unidos de Norteamérica, al sur por el dren 134 (hoy avenida James W. Stone y callejón Gómez Farías) al este por la calle H, y al oeste por la calle Pedro F. Pérez Ramírez Peritus (antes: calle Oriente, del Árbol, Alfabetización y del Comercio), se puede decir que fue la primera ampliación de la ciudad, después de que nace en 1903 en el área hoy conocida como primera sección. Los habitantes de esta área eran privilegiados ya que en ella se ubicaron los principales servicios de la ciudad: Palacio de Gobierno, Hospital Civil, Mercado Municipal, Biblioteca, cine Rex, las escuelas primarias Leona Vicario y Benito Juárez, Escuela Secundaria núm. 18, Jardín de Niños Federico Froebel, Palacio Municipal, Comandancia
de Policía, Estación de Bomberos, Planta de Agua, Logia Masónica, además, todo tipo de comercios: Embotelladora Coca Cola y Pepsi Cola, Panificadora Latinoamericana, Tiendas de abarrotes, tortillerías, peluquerías, talleres mecánicos, de baterías, de reparación de calzado, de radios y televisores y otros cuantos giros comerciales más. La segunda sección tenía como eje central la avenida Obregón, por la cual funcionaba una ruta de taxis (libres) que transportaba el pasaje de la garita en la primera sección (centro comercial del poblado), al Palacio de Gobierno y cuando en 1954 se inaugura la estación del ferrocarril al final del calle F en la colonia Industrial, la ruta de taxis se amplió hasta ese lugar. En sus mejores años la Cervecería de Mexicali llegó a emplear a más de 150 trabajadores, que tenían sus viviendas en la segunda sección, que daba cobijo también a más de 400 trabajadores de la Jabonera del Pacífico. La Cervecería La empresa Cervecería de Mexicali, S. A. se inauguró el 4 de julio de 1924, su creador fue el señor Miguel González Quiroz empresario tijuanense con inversiones importantes en bancos (accionista del Banco de Baja California en 1938) y propietario de la cantina La Ballena en Tijuana, que se decía que tenía la barra más grande del mundo (más de 100 metros), ubicada en avenida Revolución y calle cuarta de esa ciudad de Tijuana. En Mexicali fue propietario del Hotel Comercial, ubicado donde posteriormente se ubicó el Banco Longoria y hoy se encuentra el Bar la Casona. Miguel González invitó como socio a Heraclio Ochoa para crear la empresa cervecera más grande del noroeste, aprovechando que en Estados Unidos se implementó la Ley Volstead el 8 de octubre de 1919, que impidió la venta de alcohol en todo el territorio estadunidense, ocasionando que ciudadanos de ese país buscaran en México lo que no encontraban en el suyo.
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali” A. C.
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1924. Vista de la Cervecería de Mexicali, desde la azotea del edificio del Palacio de Gobierno.
La construcción de la Cervecería se ubicó en la manzana núm. 73 de la sección segunda, en un inicio ocupó la mitad de la manzana pero a partir de 1946 todo el predio. Este se ubicó entre las calles D y E y entre las avenidas Ignacio Zaragoza y Mariano Arista. El edificio principal y primero fue la torre que por su altura y magnitud sobresale, aun hoy, entre todas las construcciones aledañas, se estableció en la esquina noreste de la manzana y de ahí se continuó construyendo los edificios complementarios: hacia el oeste oficinas en 1928 (en terreno anexo, manzana núm. 72) Maltera 1946, al centro tanque elevado de agua 1947, y al sur almacenes 1952 y otros más. Desde el inicio de la comercialización de la cerveza Mexicali, tuvo muy buena aceptación y muy pronto se posicionó en el mercado local (Tijuana, Mexicali y Ensenada) e inició su exportación. Para el año de 1933 que se derogó la Ley Volstead en Estados Unidos, la cerveza estaba ya muy acreditada y se conservó dentro de la preferencia local y de exportación internacional hasta que se abrió la comunicación con el resto de nuestro país, por ferrocarril en 1948 y por carretera en 1959, lo que motivó que otras marcas de cervezas nacionales empezaran a cubrir el mercado de Baja California. Durante los años de 1940 y 1950, atendía 90% del mercado local y en esos años exportó el producto a Estados Unidos de 20
Norteamérica y a Europa, obteniendo premios importantes de varios países. Su éxito se debió en gran parte a su sabor y contenido, siendo el químico responsable de la fórmula William Biner, maestro cervecero hijo de migrantes suizos. La Cervecería Mexicali emprendió un sin número de promociones exitosas como fueron el tamaño de los envases, entre otras: la Catedral y la súper Catedral, tamaños de la botella de cristal que agradaron al público consumidor. De igual manera la primera presentación en bote de hoja de acero y los múltiples promocionales que realizaba, por radio y televisión. Además artículos como: abanicos, mandiles, charolas, llaveros, destapadores, relojes y otros más. Adicionalmente, la Cervecería ayudaba a instituciones como La Cruz Roja, escuelas, asilos, clubes sociales y muchos otros más, sobresaliendo la reconstrucción de la Escuela Benito Juárez, en 1964. El 8 de marzo de 1946 cuando el apogeo de la Cervecería se encontraba en la cúspide, fallece el señor Miguel González Quiroz, dejando proyectos pendientes de expansión como lo fue el producir su propia malta, para lo cual construyó el edificio de la maltera. Edificio de concreto de siete pisos en la esquina noroeste, que todavía se mantiene en pie. Al fallecimiento de don Miguel queda al frente de la empresa su hijo Víctor González Ibs, quien continuó con el desarrollo exitoso de la Mexicali. Don Víctor, de sencilla
1923. Edificio de la cervecería en construcción.
presencia y con un gran don de gente, posicionó de forma contundente el gusto por la cerveza e involucró a la empresa de forma más intensa con los mexicalenses. Pronto fungió como presidente del Consejo del Banco de Baja California, su ayuda a la Escuela Leyes de Reforma fue permanente y le otorgó a los residentes de la zona el espectáculo del Nacimiento que anualmente en diciembre construían y escenificaban en los terrenos de las oficinas de la Cervecería en la esquina de calle E y avenida Zaragoza. (Tradición que retomó Urbi en los años de 1980, cuando la Cervecería dejó de construirlo). Víctor González Ibs tuvo su residencia en avenida Obregón, pero al enviudar se cambió a la avenida Zaragoza núm. 1253, frente a la cervecería, hasta fines de 1950, que construyó una excelente casa habitación en la colonia Nueva en toda una manzana entre las calles J y K y las avenidas Pastor Ramos y Larroque. Cuando las empresas cerveceras nacionales, Cervecería Cuauhtémoc, S.A., Cervecería Moctezuma y Cervecería Modelo, S.A. de C.V., llegaron a competir por el mercado de la cerveza a Baja California en los años de 1960, ofrecieron comprar la Cervecería de Mexicali para absorber el mercado, pero don Víctor nunca quiso vender.
La siguiente estrategia de las empresas nacionales en contra de la Cervecería de Mexicali fue entorpecer la compra de la materia prima en la producción de la Cerveza Mexicali, hasta que sucedió lo inevitable: La Cervecería de Mexicali, S.A. cerró el 23 de octubre de 1973. En 1980 se inició el desmantelamiento de la Cervecería, el empresario Rodolfo Nelson Culebro adquirió el terreno y las instalaciones y en estas, se ubicaron varias fábricas maquiladoras. En enero de 1995 un incendio destruyó la torre principal de la Cervecería. Afortunadamente, el señor Nelson la reconstruyó respetando los planos originales; además se adquirió e instaló un reloj nuevo. En marzo 2003 al cumplir Mexicali el centenario de su fundación el H. Ayuntamiento de Mexicali le otorgó al edificio el reconocimiento al mérito histórico. Los vecinos Por más de 50 años miles de mexicalenses vivieron ligados a una de la empresas más significativas en la historia de la ciudad (quizá otras también con mucha presencia han sido: Jabonera del Pacífico, Kenworth Mexicana, Urbi y Papelera San Francisco, entre otras) del año de 1923 a 1973, pero 21
1924. Edificio de la cervecería terminado luciendo su belleza y explendor.
además, muchos años después, ha seguido ahí la presencia de sus instalaciones, la torre de tradicional color amarillo, el reloj, el tanque de agua elevado y la mole de color concreto, la maltera, lo que ha servido para que permanezca en la memoria colectiva de los vecinos lo significativo de la cerveza Mexicali en el proceso histórico regional. Al lado de la familia González, laboraron con ellos, el maestro cervecero William Biner, Bernardo Preciado, Francisco Sández, Erasto Mendoza, Manuel Galarza, Mauricio Sández, Raúl Rivera, señor del Valle, Carlos Guaymas Suárez, Horacio Galindo, Simón y Carlos Marrón, Ignacio Valenzuela, Pedro Márquez, Alfonso Rubio, las familias Cambre y Cota, y cientos de trabajadores más, publicistas, repartidores, promotores, y otros que indirectamente atendían aspectos de la fabricación, distribución y venta de los productos de la Cervecería de Mexicali. Muchos de ellos vivían en los alrededores de las instalaciones de la Cervecería, pero además muchos vecinos que destacaron en otras actividades y que sus vidas estuvieron ligadas a la vecindad con la empresa: algunas familias son: Baltazar, 22
Navarro, Islas, Corella, Villa, Vázquez Cuevas, Castro Bojórquez, Limón, Manríquez, Aguayo, Ibargüen, Borboa, Romero Fuentes, Orozco, Palomino, Angulo Núñez, Duarte, Valenzuela, Rubio, Rodríguez, Jacobo, Rivera, Colio, Palomares, Amaya, Mendoza, Robinson, Macho, Arce, Ceja, Hurtado, Mosso, Priego, Gaxiola, Apodaca, Gastélum, Ruiz, Victoria, Jáuregui, Partida, Mondragón, Muñoz, Montaño, Cortez, Collins, Barragán, Rivas, Islas, Villarino y muchas otras familias más. Vale la pena comentar que el barrio se destacó por valiosos deportistas de alto rendimiento: beisbolistas que formaron parte del equipo de los Águilas de Mexicali: Refugio Cucón Bernal, Moisés Moy Camacho, Ricardo García. En el béisbol infantil y juvenil, el manejador Martín Mendoza que formó y dirigió por muchos años los equipos Larroque y Águilas de Martín. Basquetbolistas como: Jesús Marchall Limón y su hermano Daniel Chicano Limón, Ramón Extralargo Sánchez, Juan Chino Cota, Héctor Cowboy Aguilar, Antonio Zorra Contreras, Canas Rentería y su hijo Canitas Rentería, los hermanos Rodríguez Jacobo:
1950. Tarjeta postal que promovía la Cerveza Mexicali. La barra más larga del mundo, en Tijuana.
1950. Tarjeta postal que promovía la cerveza Mexicali. Interior de la barra más larga del mundo. 23
Estados Unidos de América
Cristobal Colón 1940. Tarjeta postal promocional.
Madero
Peritus
Reforma
B A
1940. Tarjeta postal promocional.
D
C
Obregón
Lerdo
Zaragoza
1940. Tarjeta postal promocional.
1940. Tarjeta postal promocional.
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2014. Foto satelital de la sección segunda de Mexicali, al norte la línea internacional, al sur la avenida James W. Stone (antes dren 134) y avenida Gómez Farías, al este calle H y al oeste, calle Peritus (antes Oriente, del Árbol, Alfabetización y del Comercio). Al centro la Cervecería Mexicali. Destaca la Plaza Comercial La Cachanilla (antes Jabonera del Pacífico). Imagen 2005 tomada por el satélite Quickbird, propiedad de DigitalGlobe. 2005.
Palacio de Gobierno (Rectoría de la UABC)
1940. Tarjeta postal promocional.
G
H
E
F 1940. Tarjeta postal promocional.
Arista
Larroque
1940. Tarjeta postal promocional.
Gómez Farías Cervecería de Mexicali
1940. Tarjeta postal promocional.
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1995. El edificio principal de la Cervecería durante el incendio del 20 de enero de 1995.
1996. El edificio de la Cervecería después del incendio. 26
Francisco Chory, Rogelio Conejo, Ricardo Conejo y Enrique Güero. El softbol tuvo su mejor exponente por muchos años en el equipo Chafas conformado por la familia Vázquez Cuevas: don Pete pitcher y manejador, Pedro Pit, Juan Manuel Botas, Adrián, Chester Vázquez y otros quienes conformaron el equipo: Javier Puma Duarte, Hermanos Fuentes Romero, Hermanos Borboa, Hermanos Orozco Palomino y Hermanos Angulo Núñez. También sofbolista de alto rendimiento y vecino Rodolfo Fito Apodaca y su hermano Rubén Cachetes Apodaca. Vecinos destacados en otras actividades lo fueron: Pedro Márquez y Jesús Quiñones García, cronistas. Las señoritas Pulido Vera, diseñadoras del vestido Flor de cucapá y luego bibliotecarias por muchos años. Comerciantes del barrio: Alfonso Rubio trabajador de la cervecería y dueño de la tienda de abarrotes El Porvenir, Antonio Zorry Contreras, Basquetbolista y dueño de la tienda de abarrotes km 43, familia Mosso, propietarios de la tienda La Trigarante. Otros negocios se ubicaron en la zona: tiendas de abarrotes: El Fénix, La Ideal, La Copa de Oro, Mercado Frontera, Eureka, Gran núm. 11, Panificadora Latinoamericana, talleres Mondragón y Baterías Victoria. Otros sitios importantes del barrio fueron: Templo Adventista del Séptimo Día, Casino y Salón Social del Sindicato de Cerveceros, ubicado en avenida Zaragoza y calle F. Muchos nombres, lugares y hechos relativos al barrio de la Cervecería de Mexicali se quedan en el olvido, pero muchos otros más persistirán en la memoria de los vecinos, trabajadores y empleados del lugar. El barrio Calles, lugares, personas, tiempos, anécdotas y recorridos conforman en nuestra memoria la historia del barrio que vivimos por muchos años: hacia el norte, sur, este y oeste, siempre hubo a donde ir, que hacer y a quien conocer, aventuras que vivir y eventos que disfrutar. Partiendo de la calle C y callejón Lerdo, iniciamos los recorridos que caminando llevamos a cabo, uno diferente cada día: 1. La cervecería y sus edificios, 2. La Jabonera del Pacífico. 3. El mercado municipal, 4. El cine Rex de Reforma y calle Oriente, 5. La Escuela Primaria Leona Vicario. 6. La línea fronteriza, el cerco y el canal. 7. La Escuela Secundaria Federal Núm. 18, hoy 18 de marzo.
1950. Jardines del Palacio de Gobierno. Al fondo la Cervecería de Mexicali.
8. El Palacio de Gobierno. 9. La Escuela Primaria Benito Juárez. 10. La planta de agua de la ciudad y sus estanques y canal. 11. La pocita de agua en el dren 134. 12. El edificio de la Logia Masónica. 13. La compresora con sus corrales y toros. 14. El dren 134. 15. El campo de béisbol de la bomba de agua, por mencionar solo algunos que se ubican dentro del área de la segunda sección. La Escuela Benito Juárez Cuando empezó el ciclo escolar 1946-1947 e iniciábamos el primer grado de primaria, nuestros hermanos mayores nos llevaron a la escuela, pero después de uno o dos años el recorrido lo hacíamos con los vecinos con los que cursábamos el mismo grado. Por el callejón Zaragoza vivía la familia Valenzuela, de la cual formaba parte Víctor Manuel, compañero de escuela. De aquella experiencia recuerdo que temprano salía de casa en calle C, todavía sin pavimento y al sur de la avenida ingresaba al callejón para pasar por Víctor, los dos recorríamos el resto del callejón Zaragoza 27
para salir a la calle D, rodeábamos la Cervecería, doblábamos por la calle E y por la avenida Lerdo ingresábamos a la Escuela Benito Juárez. En ocasiones tuvimos conflictos con chamacos peleoneros que nos gritaban cosas, recuerdo que por la calle D y Arista vivía Juan Manuel Botas Vázquez, que desde chico era muy pleitista. Nos salvaba de él su hermano mayor Pedro Pete que cursaba con Víctor Manuel y conmigo el mismo grado por lo que nos defendía del peleonero Botas. La Cervecería era una instalación imponente. La maltera, edificio de concreto de siete pisos constituía un misterio que nos propusimos develar, cosa que nunca ocurrió, pero algunos años después tuvimos la oportunidad de subir al sitio más alto del tanque elevado por una escalera de metal que nos permitió divisar toda la ciudad desde las alturas. Para llegar a la Escuela Primaria Benito Juárez desde la calle C, lo hacíamos desde distintas vías, caminando por la avenida Lerdo, por el callejón Lerdo, por la avenida Zaragoza y por el ya comentado callejón Zaragoza y ello nos permitía descubrir escenarios diferentes cada vez, al menos para nosotros, que siempre estábamos expectantes y por el solo hecho de ver a lo lejos la sombra de un edificio que destacara por su altura, nos orillaba a aproximarnos para descubrir qué albergaba en ellos. Así, por ejemplo, nos impresionó descubrir que por todas las rutas se veía como faro el tanque elevado de la Cervecería pero, además, el silbato de la Cervecería nos recordaba que había que apurarnos para llegar a tiempo a la escuela, en el horario matutino, a la Escuela Benito Juárez y en el turno vespertino a la escuela Leyes de Reforma. El dren 134 Otro trayecto interesante lo fue el dren 134, recorrerlo desde el puente de la calle A hasta la pocita, nos llevaba más de tres horas, toda una excursión. Ahí en calle C y callejón Lerdo, al final de este bajábamos al barranco que quedaba atrás de nuestra casa, cercano a la vivienda donde vivía la familia Duarte, doña Balbina y sus 13 hijos, pero además sobrinos y amigos de sus hijos e hijas a los cuales ella recibía con mucho cariño. El barranco del dren 134 tenía una anchura de entre 80 y 150 metros y una profundidad de entre ocho y doce metros. El dren original fue creado cuando el Río Colorado crecía e inundaba todo el valle durante muchos años, posteriormente, se profundizó con la inundación de 1906. 28
1955. Equipo de envasado de la Cervecería Mexicali.
1925. Equipo de bombeo de la Cervecería.
1955. Patios de almacenaje de la Cervecería.
1955. El barrio de la Cervecería. En la foto a la derecha: Mercedes Castro Bojórquez. Al fondo: Taller de baterías Victoria.
1955. El barrio de la Cervecería. Calle C y Lerdo. En la foto en la bicicleta: Hugo Abel Castro Bojórquez. Al fondo: Taller mecánico Mondragón.
En el centro corría un canal que en sus orígenes el agua que llevaba era excedente de la compuerta Sharp y de riego de parcelas no cuidadas, por tanto era agua limpia, pero en los años de 1940 el rastro del poblado ubicado en lo que hoy es Justo Sierra y Gómez Farías echaba sus desechos al canal y lo contaminaba, después los drenajes de aguas negras de las viviendas arriba del barranco, tiraban esos desechos al canal. El caso es que para 1950 el canal llevaba aguas contaminadas por lo que cuidábamos de no caer en ellas. Al otro lado del barranco en todo el tramo desde la calle oriente hasta la calle E se encontraba la compañía Jabonera del Pacífico, y más al sureste la compresora. Para ingresar a esta empresa solo se podía hacer por un puente blanco que estaba en la calle A, o por tubos que atravesaban el canal. Una vez en la parte baja del barranco, recorríamos por veredas entre medio de la vegetación que para nosotros era un bosque, con aves, como palomas, codornices, chanates, y otros animales como conejos, lagartijas, chureas... La vegetación era de sauce, eucalipto, piocha, mezquite y uno que otro árbol frutal como higo, granada, mora, uvas y cítricos, que personas que habitaban en el fondo del barranco habían plantado. Antes de llegar a la pocita, un lugar interesante era la Huerta de los Chiveros, ellos tenían una casa y una granja con gallinas, patos, cerdos y desde luego muchas chivas, de ahí su nombre. La culminación de la excursión era llegar a la pocita ubicada en el barranco a la altura de la calle F, era una poza de agua limpia de aproximadamente doce metros de diámetro que se formaba por un chorro de agua que caía por un tubo que contenía aguas de exceso de la planta de agua que se ubicaba en calle F y avenida Zaragoza. La pocita no tenía más de un metro de profundidad y luego el agua salía por un canal que juntaba estas aguas con las que llevaba el dren 134, estas, sí contaminadas. Los niños y adolescentes de esos años (1940-1954) nos bañábamos y luego regresábamos a nuestras casas. Muchas excursiones novedosas nos deparó el Mexicali de los años de 1950, todas ellas las disfrutamos. Luego crecimos, el pueblo se hizo ciudad, se acabó el barranco, los canales, la Jabonera y la Cervecería. Solo nos queda el recuerdo.
1955. El barrio de la Cervecería. En la foto: Rubén y Olga Castro Bojórquez, al fondo: La tienda de abarrotes la Copa de Oro.
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Ciudad Morelos, nobleza y trabajo con la marca de Cuervos Ángel Juárez Estrada*
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esde sus inicios como región social y económica, el valle de Mexicali resultó la mejor opción para los trazos de comunicación. Comenzando con la clásica diligencia que corría desde el medio oeste americano hasta el Pacífico, el paso por esta parte de la desembocadura del Río Colorado resultaba estratégico para lograr cruzar la zona arenosa y desértica entre Arizona y California. De esta manera todos los caminos seguían al Río Gila y cuando llegaban a Yuma bajaban por territorio mexicano para aprovechar las mejores condiciones del terreno que representaba nuestro valle de Mexicali. Hacia 1904, en estos intentos de comunicación, se 1909. Máquina de vapor del ferrocarril intercalifornia. Inicio su recorrido logró la construcción del Ferrocarril Inter-California hacia los Algodones en julio de 1909. con lo que se uniría a San Diego con Yuma. Sin embargo, las sucesivas inundaciones sucedidas en los años de1905, 1906 y la de1907, interrumpieron el población cada vez mayor, distribuida por la parte norte servicio; mismo que se normalizó hasta agosto de 1909. del valle, a saber: Mexicali, Packard, Ampac, Palaco, Para prevenir los daños de otras avenidas, la construcción Pascualitos, Sesbania, Casey, Cucapá, Hechicera, Volcano, de bordos adquirió importancia, así como la necesidad de Batáquez, Tecolotes, Paredones, Cuervos, Dieguinos y Los establecer estaciones seriadas que facilitaran el abasto y Algodones. Al paso de los años cada estación desarrolló una revisión de los trenes en sus recorridos. dinámica social y comercial importante, lo que propició el La meta no podría ser más sencilla ya que la naciente establecimiento de lazos comunitarios que han trascendido; explotación agrícola del valle de Mexicali, concentrada ya como en el caso de Estación Cuervos, conocida hoy en día en el plantío algodonero, necesitaba una estrategia para el como Ciudad Morelos. traslado de las cosechas, además del abasto de insumos y Muchas han sido las leyendas sobre el origen del nombre enseres para los diversos campamentos de jornaleros. A lo de Estación Cuervos, pero las que más se acercan al origen largo del tendido de esta vía férrea se fueron estableciendo toponímico relatan que los propios constructores del estaciones que facilitaron la comunicación con una ferrocarril bautizaban cada estación de acuerdo con cierta
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Miembro de la sociedad de historia “Centenario de Mexicali” A. C. y colaborador e investigador del Grupo Cuervos a través de la Historia.
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1940. Estación Cuervos. Pizarrón con las salidas del Ferrocarril InterCalifornia.
1949. Tienda Cuervos del Sr. Antonio Chee. El de la extrema derecha es Carlos Chee, quien se trasladó a San Luis Río Colorado y estableció un restaurante de comida china.
1960. Club Rotario de Cuervos, Baja California. En la foto: Miguel Molina, Edelmiro Garza, Carlos López, Antonio Chee y los señores Morales y Rodríguez.
característica de la zona. En el caso de la hoy Ciudad Morelos, se dice que al llegar la máquina del tren sus estruendos y silbidos despertaban parvadas de pajarracos negros de los árboles circunvecinos. Otra versión sobre el nombre de Cuervos es que las cuadrillas de jornaleros que estaban allí instaladas tenían un característico color oscuro, producto del curtido que hace a la piel la exposición al sol. Una u otra de las razones, la denominación de Cuervos se fue convirtiendo en una estación ferrocarrilera importante y, por lo tanto, en un poblado progresista. Hoy en día puede constatarse la influencia que Ciudad Morelos ejerce en su entorno como producto de la organización de su población, que ha asumido un sentido de pertenencia que cohesiona la idea de “Cuervos” como un todo de todos. Ciudad Morelos ha recorrido un camino difícil para lograr su identidad. En mayo del año 2010 se convocó al simposio para determinar la fecha de fundación de los poblados que han sido cabeceras del desarrollo en el valle de Mexicali. La amplia participación en dicha convocatoria concilió en determinar la fecha de fundación de Estación Cuervos el día 20 de octubre de 1909. El sustento principal para determinar dicho acto se basó en el Archivo Histórico de Mexicali, donde se resguarda un plano en el que se describe la parte noroeste del Distrito Norte de la Baja California y, específicamente, en lo concerniente al delta de la desembocadura del Colorado. Dicho plano fue producto del trabajo de una cuadrilla de topógrafos comandada por Thomas H. Silsbee, quienes en el año de 1904 iniciaron los trabajos de desmonte y nivelación por encargo de la Colorado River Land Company. De acuerdo con el registro histórico, los primeros pobladores de esta región fueron jornaleros chinos, algunas familias de japoneses dedicados al comercio y, por supuesto, estadunidenses que realizaron los deslindes. Estos pobladores se establecieron en los primeros campos y ranchos agrícolas, los que se conocieron como Rancho William y el campo agrícola conocido como El Sume, además del Rancho Linch y los denominados Campos 18, 19 y 27, entre otros. En el plano mencionado aparece un sitio denominado Los Cuervos. En la revisión de la posición de dicho poblado se logró identificar su total coincidencia con la posición de la actual Ciudad Morelos. Debido a este antecedente, el jurado calificador, integrado por María Isabel Verdugo Fimbres, Benjamín Rentería Camino y Óscar Sánchez Ramírez 31
deliberaron el hecho, constataron la documentación, y acordaron la determinación de la fecha de fundación ya referida, después de la exposición de motivos y la deliberación respectiva. A lo largo de estos 104 años de vida, Ciudad Morelos ha sido partícipe de importantes acontecimientos históricos que le han aportado cierto protagonismo en eventos y sucesos trascedentes en la vida social, política y económica de nuestra región. Especial atención marca el suceso de El Asalto a las Tierras, en el periodo del presidente Lázaro Cárdenas, y que favoreció las acciones de organización de los campesinos nacionales, quienes, para esos años eran la minoría. Gracias a este suceso, el 20 de abril de 1937 se formó la Comunidad Agraria José María Morelos, cuya presidencia recayó en Francisco R. Flores y, como secretario se nombró a Donato Vega. El principal objetivo de esta organización campesina fue la de iniciar el deslinde de parcelas para realizar la entrega de tierras a manos mexicanas para el trabajo agrícola. La migración de mexicanos del sur hacia este valle fronterizo fue vertiginosa. En esta ola migratoria, la entonces denominada Estación Cuervos alojó familias enteras procedentes de Michoacán, Guanajuato, Sonora y Baja California Sur. Estos nobles hombres y mujeres del campo aceptaron el reto de iniciar una nueva vida en el valle de Mexicali; comprometidos a hacerlo producir, lograron un importante patrimonio que favoreció la actividad comercial y social en la recién bautizada Ciudad Morelos, como José Montijo Serrano quien en 1913 llegó de Santa Ana, Sonora, o Matías Montijo Serrano, avecindado desde 1920, así como Dolores Montijo y Julián Martínez, quienes desde 1923 laboraron a favor del poblado. Otros más fueron llegando y apegándose al trabajo arduo y fructífero de labrar la tierra, como Macario Martínez, Isidoro Avilés y Santiago Ibarra, Manuel Talamantes, José Agúndez y Jesús Peña, todos originarios del sur de la península. Para el inicio de los años de 1930, la atracción de la naciente Estación Cuervos trascendía hacia otras entidades. Así llegó de Jalisco, Francisco Arreola; de Guanajuato, Ramón Mendoza, Francisco y Marcelino Duarte, Marcelino Estrada y Josefina Zermeño, así como Porfirio Juárez Aliri, originario de Ciudad Juárez, quien, procedente de Los Ángeles California donde ya estaba establecido, volvió a territorio mexicano para forjarse un mejor futuro. 32
1960. Descarga del algodón en la despepitadora del valle en Cuervos, Baja California.
1960. Plantío de algodón. Nótese la altura de la planta.
1960. Transporte de algodón de Cuervos a Mexicali.
1960. Salón de yineros de la Anderson Clayton. En la foto entre otros: Miguel Salcedo, Enrique, Chago y Pancho Robles, José Cervantes, Juan Manuel Higuera y Gaspar Arvizu.
1960. Parque Benito Juárez de Cuervos, Baja California.
1972. Edificio de la Escuela Preparatoria de Ciudad Morelos, cuando todavía pertenecía a la UABC. Hoy es el plantel del Cobach.
1964. Clínica Hospital de IMSS en cuervos Baja California.
Estos primeros pobladores y muchos más, han hecho de Ciudad Morelos un centro de población orgulloso de su trabajo, forjando una sociedad apegada a costumbres que han amalgamado las tradiciones de varios estados de México. Todos ellos han desarrollado amplias familias que, hoy en día, están al rescate del patrimonio histórico del poblado. La inicial Estación Cuervos ha evolucionado y está en constante desarrollo, indicando que el trabajo y la nobleza sí son compatibles para lograr una cotidianeidad compartida, que no descansa y que trabaja para un mejor futuro de Ciudad Morelos. 33
Bermúdez Francisco Estrada Montaño*
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dos febreros de su partida, recordamos a quien se le considera fue un icono de la radiodifusión en Mexicali; el reconocido locutor, mejor conocido por su segundo apellido: “Bermúdez”. César Augusto Hernández Bermúdez nació en 1929, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, hijo legítimo del matrimonio formado por don Augusto J. Hernández Torres y doña Carmen Espinoza. El l6 de marzo de 1944, durante el gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas le expidió a Bermúdez su nombramiento como telegrafista, cuando él tenía 17 años de edad. En aquel tiempo todos los nombramientos de los telegrafistas eran firmados por el presidente de la república haciendo de los nombramientos una patente para ejercer la práctica de telegrafista y radiotelegrafista. Su primera plaza la desempeñó en Uruapan, Michoacán. Llegó a Mexicali el 3 de mayo de 1946, y durante algunos años como telegrafista, después de algunos estudios sobre electrónica, se incorporó a la radiodifusión, con el apoyo del empresario radiofónico Carlos Blando, combinó ambas actividades hasta su jubilación en Telégrafos Nacionales, que fue cuando se entregó completamente a la radio comercial, al periodismo radiofónico y, por supuesto, a la reseña deportiva. Su vida fue un compendio de anécdotas y vivencias que, dada su bonhomía y altruismo, dejó una huella imborrable en nuestra ciudad y en el valle. En su exclusiva cabina pasaba buena parte de su tiempo en la grabación de comerciales. Una característica de sus programas fue la inclusión de citas o frases, muchas de ellas dichas por su señor padre, *
Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A. C.
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que Bermúdez contextualizaba bajo su propia filosofía y las canalizaba en los consejos que muchas personas seguían a pie juntillas, por propia voluntad, conveniencia o simplemente porque estas frases “les hacían el día”. A su cabina llegaban personas de todas clases sociales en busca de consejo, trabajo, apoyo económico o en busca de algún familiar extraviado. Bermúdez hacía que participara su audiencia en la localización de esas personas, la mayoría de las veces con resultados satisfactorios. Sirvió a la comunidad con un servicio social incomparable dado el poder de los medios de comunicación. En cierta ocasión, Bermúdez y yo estábamos en la oficina contigua a su cabina, la de su auxiliar, y en eso llegó una mujer de edad avanzada que solicitaba se le apoyara con unos lentes ya graduados. Era común que algunas empresas de oftalmólogos u optometristas llegaran con cajas llenas para que él las obsequiara, pero en esa ocasión no tenía en existencia, entonces le dijo: “ay mamacita, ya se acabaron los lentes, pero tenga usted cuando menos para su camión”; sacó de su billetera cien pesos y se los obsequió, lamentando no haber servido en su solicitud a la persona referida. Bermúdez incursionó en la narración de corridas de toros, box, beisbol y un largo etcétera en los deportes. La poesía no le fue desconocida, tenía la capacidad para declamar lo que escribía; decía que también “echaba su cuarto de espadas” en cuestión de plasmar su propia filosofía o imaginario convertido en poemas. Conservo algunas grabaciones que hizo de algunos de mis poemas. Bermúdez y yo fuimos “compañeros de la hebra” como
antes nos autocalificábamos, pues por alrededor de veinte años compartimos el maravilloso sonido de la clave Morse en sus modalidades de radio, radiotelegrafía, así como el código “baudot”, la tira perforada de los teletipos y télex que llegaron después, cuando el sistema telegráfico ya estaba por expirar. Compartimos ese hermoso repiqueteo de los puntos y rayas que al oído del telegrafista llegan ya convertidos en misteriosas y claras voces, dejando en la materia de los cables, la hebra y en el éter, el estéril sonar de los puntos y las rayas; voces como de un idioma cualquiera con su acentuación correspondiente; una maravilla. Al principio de su carrera en telégrafos, Bermúdez obtuvo un codiciado e importante premio como el mejor telegrafista del país por su excelente transmisión y rapidez del código Morse y su capacidad para escuchar a grandes velocidades en el mismo sistema, que a eso se constreñía esa prueba a manera de concurso. Sus manos pequeñas fueron el principal factor para hacer posible una rapidez increíble, al poder vibrar la llave telegráfica con dedos y manos, necesaria la citada vibración para el desempeño fluido de esa virtual actividad, de ese arte, pues con los dedos largos se pierden, al impacto o empuje, espacios precisos y preciosos, en cuanto a medida y tiempo al operar o manipular las llaves telegráficas por más ajustes que se intenten. Por sus entrevistas logradas desfilaron todo tipo de personajes nacionales e internacionales, la prensa publicó fotografías de muchos de ellos, con actores del cine, gobernadores, campeones en el deporte, empresarios, dirigentes de cámaras de comercio, líderes sociales y políticos, así como hombres y mujeres de la farándula. Fue un cronista del diario acontecer. Muy escuchado en sus famosas predicciones del tiempo; sus notas de sociedad siempre fueron apreciadas. También había noticias donde se confundía la felicidad con lo trágico, lo más lógico en una ciudad con mucho auge y crecimiento, añorando el tiempo cuando en la ciudad no había hecho acto de presencia la mala vivencia y la vagancia, causa de tantos problemas citadinos. La duración por décadas, manteniendo su programa “Sonorama Deportivo” en el aire, era motivo para que un grupo de amigos: Gilberto Valenzuela, Caín Corpus, Manuel Inzunza, Jorge Álvarez, Leonides Márquez y una pléyade de ellos llevaran a su cabina sus instrumentos para cantarle las mañanitas año tras año, así como en las transmisiones de las fiestas de las iglesias de San Judas
Tadeo y las de la virgen de Guadalupe, que por cierto en la actividad como telegrafistas los operadores deben de tener un monograma o firma consistente en una o más letras, a manera identificación o firma, plasmándola como responsable de cada telegrama transmitido. El monograma de Bermúdez fue “VG” cuyo significado, manifestaba, estaba dedicado a la Virgen de Guadalupe, fue un hombre devoto, muy católico, respetuoso y orgulloso de su religión, y origen, la tierra de sus amores San Cristóbal-Las Casas, así la pronunciaba él, sin “de”. Su estudio o cabina, en la que su hijo Ricardo, contador de profesión, continúa manteniendo viva la presencia de su padre y maestro, se encuentra llena de fotografías de esas tantas entrevistas, repleta de música con la presencia de los famosos receptáculos musicales de ocho tracks, casetes, y discos, los famosos acetatos de 33 y 45 revoluciones por minuto, así como los actuales discos compactos. Hacen presencia también en su cabina cuadros de tipo religioso y “figuras de bulto” de muchos beatos o santos; micrófonos antiguos y muchos libros. Varios de sus reconocimientos cuelgan en las paredes, así como anuncios de productos elaborados en la ciudad, como marcas de cervezas, la histórica y famosa Mexicali, es un ejemplo de ello, productos a los cuales él anunciaba en sus promociones radiofónicas. Como un reconocimiento especial, Bermúdez tiene un espacio en el Salón de la Fama, en atención a su empeño y responsabilidad en su medio como un excelente y virtual comunicador. Su padre fue administrador de Telégrafos en Mexicali, según comentaba, cuando la oficina se encontraba en la esquina de Madero y Azueta frente o contraesquina al actual Bancomer según varias versiones de la ubicación de esas primeras oficinas. Bermúdez fue tercero de una dinastía de telegrafistas, pues su abuelo también lo fue, habiéndole tocado a su padre y abuelo, como alguien lo comentaba, “vivir la época del México de las Armas con sus glorias y horrores; entre el olor a pólvora literalmente desempeñaban su trabajo”. Don Augusto padre fue telegrafista ambulante habiéndose hecho acompañar por su muy joven hijo Augusto por varios estados de la república cubriendo vacaciones del personal en diferentes oficinas telegráficas. César Augusto Hernández Bermúdez tenía 82 años de edad, de los cuales 58 los dedicó de lleno a su carrera de locutor. La mayor parte de su programa “Sonorama 35
1960. Augusto Hernández Bermúdez, recién iniciado su programa “Sonorama Deportivo”.
1977. Augusto en un programa de televisión con otros comentaristas: Santito Cárdenas, Manuel Ramos y el pitcher Vicente Palacios.
2005. Augusto en su cabina de radio XEAO.
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Deportivo” con una serie de secciones, comenzaba con la nota roja y terminaba con sociales. Su voz podía escucharse desde las 6:00 hasta las 10:30 horas. Su última transmisión fue a las 8:43 del último día de febrero de 2012, y esta fue su última frase al aire: “Parece mentira, pero es verdad… las personas que se sienten satisfechas de sí mismas logran los mejores resultados en su propia vida”. “No es cierto, pero sí es cierto”, fue su frase cotidiana en ese devenir de la filosofía de la vida, la cual Bermúdez vivió, reconoció y se llenó de ella a plenitud, entre lo cierto y lo no cierto, entre lo serio y la broma, entre el “nada hay oculto bajo el sol”, entre el creer y no creer, entre la existencia y la no existencia del hombre en la tierra de El laberinto de la soledad de Octavio Paz; en lo intrínseco de una realidad también cotidiana y abrumadora. El 29 de febrero de 2012, año bisiesto, a las 9:30 en un nosocomio a escasas cuadras de su cabina, en el Centro Cívico, todos los sectores lamentaron su desaparición, el empresarial, los deportistas lloraron su partida, los políticos expresaron su reconocimiento a quien fuera maestro de ceremonias del gobierno por muchos años, los habitantes de nuestra ciudad capital compartieron su dolor con la familia Hernández Gárate en una señal de duelo multitudinario, despidiendo al comunicador, al filántropo, al ser humano, al Chaparrito de oro, para algunos, y que en la Navidad obsequiaba a los niños a la salida de su cabina hamburguesas y regalos y a los adultos cobijas y apoyos económicos al alimón, esto es, en conjunto con personas sobradas de dinero que apoyaban su causa, al conjuro y llamado de la música de “La marcha de los triunfadores” y su antiquísima frase: “Adelante Juana de Arco.” Descansa vos, amigo, duerme en paz.
La revista El Río en su edición número 16, de abril a junio de 2012, le dedicó la portada a don Augusto Hernández Bermúdez en memoria de su fallecimiento ocurrido el 29 de febrero de 2012 a las 9:15 horas, frente al micrófono de su estación, la XEAO.
La Normal Fronteriza Guillermo Lamadrid Figueroa*
Antecedentes La historia del normalismo en Baja California siguió un largo y tortuoso camino, desde el primer intento de la creación de la Escuela Normal en el año de 1919, cuando Mexicali contaba con alrededor de 15 000 habitantes, hasta la creación de la Normal Urbana Federal Fronteriza en 1947. En 1919 surge la idea entre un grupo de profesores mexicalenses entre los que se encontraban Herminio Zavala, Luis Vargas Piñera y Alfredo Uruchurtu, entre otros, de crear una escuela normal en Mexicali, idea que fue apoyada por el gobernador del Distrito Norte de Baja California, coronel Esteban Cantú. Los cursos inciaron en 1919 en el edificio de 1956. Edificio de la Escuela Cuauhtémoc, con el letrero de Escuela Normal Fronteriza, que funcionó 10 años en ese edificio. (1948-1958). la Escuela Cuauhtémoc, pero debido al poco apoyo que tuvo esta institución por parte de del distrito, por diversa razones, entre ellas la económica, esta los gobiernos que sucedieron al del Coronel Cantú, la escuela institución clausuró definitivamente en 1932. se cerró en 1922. En el año de 1940, el profesor Manuel Covantes Rincón, En el año de 1927 surgió nuevamente el proyecto de catedrático de la Escuela Secundaria Agrícola, la cual crear una escuela normal. El 26 de mayo de aquel año, laboraba en la planta alta de la escuela primaria Benito el profesor Matías Gómez junto con otros destacados Juárez, tuvo la idea de trabajar a favor del renacimiento profesores: Manuel Covantes Rincón, Luzsiglo Figueroa, de una escuela normal en nuestra entidad. Se inscribieron Manuel Quiroz Martínez y Gilberto Sodi, presentaron al aproximadamente 40 alumnos entre egresados de la gobernador una solicitud para crear la Escuela Normal y secundaria y profesores en servicio que carecían del título Preparatoria; la respuesta a esta solicitud otorgada el día profesional. Se le adjudicó el nombre de Escuela Normal 10 de junio fue favorable. En este periodo el gobernador del Gratuita y su director fue el Profr. Manuel Covantes Rincón; Distrito Norte era el Gral. Abelardo L. Rodríguez y director junto con él colaboraron los maestros: Sotero Medina, Julio general de Educación, el Profr. Matías Gómez, Félix, Dr. Francisco Cañedo, Dr. Ramiro Bermúdez Alegría Tras haber egresado tres generaciones completas, cuyos y Emilio Hernández, entre otros más. integrantes laboraron exitosamente en muchas de las escuelas * Maestro egresado de la Normal Fronteriza.
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Las fuerzas vivas de la comunidad colaboraron con donativos para solventar los gastos más apremiantes, a la vez que enviaron telegramas a las autoridades, en apoyo a la Escuela Normal; sin embargo, al egresar la primera generación, tuvo que clausurar labores en forma definitiva en 1943 por la falta de presupuesto para continuar su tarea. Nace la Normal Fronteriza Un intento definitivo coincidió con la crisis por falta de espacios educativos y de personal docente que se sintió en el Territorio Norte de Baja California en 1946, al tomar 1956. Escolta de la Escuela Normal Fronteriza en el exterior del edificio de la Escuela Cuauhtémoc. posesión de su cargo como gobernador Alberto V. Aldrete. Una de las abanderadas es la hoy Prof. Micaela Cardozo. Los padres de familia, organizados en una federación a nivel territorial, acordaron formar un patronato pro educación que se encargaría de reunir fondos para pagar a maestros, en tanto que el gobierno del territorio construiría las aulas necesarias. Así las cosas, surge nuevamente la idea de crear una escuela normal, con base en los mismos razonamientos de los intentos anteriores, más el agravante de la falta de personal docente. Fue el Dr. Francisco Dueñas Montes (posteriormente fungiría como director fundador), quien se echó a cuestas la tarea de renovar gestiones ante la Secretaría de Educación Pública, apoyado por la iniciativa privada del territorio. Por su parte el Patronato ofreció 1 500.00 pesos mensuales para sufragar los gastos más indispensables de la nueva institución, en tanto que el 1970. Evento cívico. De izquierda a derecha: Profesor Emilio Ramos Cruz, nuevo gobernador, Lic. Alfonso García González manifestó Ing. José G. Valenzuela, Prof. Consuelo Figueroa, Lic. Hugo Félix su total respaldo a la idea de crear la escuela normal, y Prof. Gabriela Delgado. comprometiéndose a intervenir ante el presidente de la república Lic. Miguel Alemán Valdés, a fin de incorporarla al nuevo presupuesto. Fue así como el 19 de noviembre de 1947 inició labores la Escuela Normal Urbana Federal Fronteriza en un aula de la Secundaria 18, en horario vespertino a partir de las 18:00 horas. Posteriormente pasarían al edificio de la Escuela Primaria Cuauhtémoc hasta el año de 1959 en el que se trasladaron a su edificio en el terreno ubicado en el ejido Coahuila (hoy exejido), donde todavía se encuentra. Algunos de los profesores pioneros fueron, además del propio director Dr. Francisco Dueñas Montes, las profesoras Consuelo Figueroa Dueñas, Georgina Álvarez Padilla, 1952. De izquierda a derecha: Dr. Francisco Dueñas, Ing. José G. América Oropeza Meza, Gabriela Delgado, Virginia Valenzuela, No identificado, Prof. Carlos García Rivera, Profra. Consuelo Figueroa y Prof. Salvador Jiménez Gómez. Navarro, y los profesores Salvador Jiménez Gómez, Noé 38
1957. Parque Hidalgo. Evento Nacional de Educación. En la foto, de izquierda a derecha: Primera Fila: 1. Doctor Gastón Salazar, 4. Lic. Braulio Maldonado, gobernador, 5. Lic. Pedro Castro López, 7. Prof. Jorge Olguín Hermida. Segunda fila, atrás del gobernador, Prof. Consuelo Figueroa.
de la Peña Hernández, Guillermo Argote Camacho, Antonio Puente Ortiz, Domingo Márquez Sánchez, Jesús Lamadrid López, Fernando Robledo, Roberto Contreras Alemán, Dr. Esteban Vargas Barreto, Ing. José G. Valenzuela, Dr. Gamaliel Gutiérrez Sánchez, Dr. Ramiro Bermúdez Alegría y Lic Rafael Soto Gil, entre otros. Al transformarse el Territorio Norte de Baja California en estado, el Dr. Francisco Dueñas Montes fue electo como diputado constituyente (1953) y solicitó licencia al cargo de director de la Escuela Normal. De la ciudad de México llegó a hacerse cargo el profesor Enrique Goujón Sánchez, a quien le correspondió en su momento, hacer el traslado de todo el complejo educativo que integraba a la Escuela Normal, la secundaria, la primaria anexa y el jardín de niños, del edificio de la Escuela Cuauhtémoc, a los terrenos cedidos por el ejido Coahuila, con una extensión de 20 hectáreas y con una infraestructura aún sin terminar. Como la mayoría de la población escolar era de los alrededores del centro de la ciudad, se gestionó la adquisición de dos camiones escolares haciendo el recorrido desde el poniente de la ciudad, pasando por el centro, específicamente por la Escuela Cuauhtémoc para llevar a los alumnos hasta el ejido Coahuila en el oriente de la
ciudad. Se llegaba al edificio por un camino de terracería, hoy calle de la Normal, que partía del kilómetro 7 de la carretera a San Felipe. El edificio, único sobre el inmenso y árido terreno, constaba de ocho aulas, oficinas, talleres y sanitarios, todo en obra negra, sin agua potable, lo que fue un incentivo que motivó a la comunidad normalista para lograr lo que hoy es la Escuela Normal. Consolidación En el ciclo escolar 1962-1963, siendo director el profesor Pedro Astudillo Mier y como subdirectora la profesora Consuelo Figueroa Dueñas, se continúa la consolidación de la Normal Fronteriza, su población era de 400 alumnos aproximadamente, conformados en tres grupos de primer año, tres de segundo y dos de tercero. Años después se limitó la inscripción a un grupo de 40 alumnos por año. Contaba con una escuela primaria anexa utilizada para la realización de las prácticas y observaciones de los futuros profesores, hoy llamada Escuela Primaria Salvador Jiménez Gómez. La Escuela Secundaria Anexa a la Normal funcionó desde 1947 hasta 1959 que se desincorporó de la Normal por instrucciones de la SEP. Por esta secundaria pasaron muchos mexicalenses, la mayoría continuaron con la carrera 39
1954. Sentadas, de izquierda a derecha: Lucy Torres, Carmelita Bentley, Consuelo Figueroa, Georgina Álvarez, América Oropeza. Atrás: Jesús Lamadrid, Lorenzo López González y Guillermo Argote.
1957. Atrás: Doctor Ramiro Bermúdez Alegría, Roberto Contreras y Jaime Toledo. Enfrente: Edith Velázquez, Carmelita Rivera, Gabriela Delgado, Consuelo Figueroa, Antonio Puente, Francisco Dueñas y doctor Gamaliel Gutiérrez.
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de maestro, otros emigraron a estudiar otras profesiones a las ciudades de México, Guadalajara y otras de la República. En 1969, a la jubilación del profesor Pedro Astudillo Mier es nombrada directora la profesora Consuelo Figueroa Dueñas en cuya gestión se logra la titularidad de los terrenos, autorizada por la Secretaría de la Reforma Agraria, dándole la seguridad jurídica y brindando la posibilidad de hacer realidad proyectos educativos como: la construcción de dos salones con Cámara Gesell, para favorecer la observación de los grupos sin alterar la atmósfera de trabajo de los alumnos, se inicia la construcción de las oficinas administrativas, se traza un campo de futbol, uno de softbol y se plantan 500 árboles de cítricos para prácticas agropecuarias, pues a pesar de ser una escuela urbana los egresados se trasladaban a diversos estados y a las zonas rurales, además de mantener activos los terrenos y al margen de invasiones. La Fronteriza fue la única normal formadora de maestros de educación primaria en el municipio, hasta el año de 1960 en el que se crea la Escuela Normal Urbana Nocturna, después de esta se crearon muchas otras en todo el estado. En las décadas de 1960 y 1970, la planta de maestros, al igual que las anteriores, garantizaban una educación de calidad de primer nivel a sus egresados; adicional a los
1962. Desfile del 20 de noviembre. Calle Morelos, frente al cine Luz, contingente de la Normal Fronteriza, maestros y trabajadores entre otros: director Pedro Astudillo Mier, profesores Roberto Contreras, Francisco Barajas, Consuelo Figueroa y Consuelo Zolezzi. Trabajadoras: Leticia Figueroa, Hilda Núñez, Patricia Figueroa, Aday Vargas, Otilia López, entre otros.
1964. Evento de aniversario de la Normal; en el presídium: de izquierda a derecha, entre otros: Pedro Astudillo Mier, director, Carlos García Rivera, Anita Lima de López, Teodoro Beltrán, José G. Valenzuela y Dr. Francisco Dueñas, Consuelo Figueroa, Homero Guillén y Virginia de Vargas Barreto.
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1952. Maestras y alumnas de la Normal: Atrás, de izquierda a derecha: Micaela Cardozo, Francisca Torres, Consuelo Figueroa, Esperanza Cabuto, Arnulfo Romo. Enfrente: Herlinda Carrera Castro, Angélica Obeso, Teresa Galván, Mercedes Cázarez y Fidelia Ramírez.
Profr. Pedro Astudillo Mier Director de la Escuela Normal Urbana Federal Fronteriza de Mexicali, de 1959 a 1969. De fuerte personalidad, respetuoso, responsable, se caracterizó por su don de mando y recio carácter, lo que motivó que la Secretaría de Educación Pública lo comisionara a Mexicali para resolver la problemática que existía en la Normal Fronteriza al abandonar su trabajo el anterior director Enrique Goujón Sánchez (1953-1959), quien a su vez había sucedido al doctor Francisco Dueñas Montes, director fundador (1947-1953). Don Pedro Astudillo Mier nació en Tuxtla, Guerrero, el 18 de noviembre de 1906. Realizó sus estudios profesionales de 1926 a 1931 en la Escuela Nacional de Maestros, de la ciudad de México. Laboró en los estados de Guerrero, Tamaulipas y Baja California, se jubiló en 1969 y se regresó a radicar en Matamoros, Tamaulipas, donde falleció en 1990. Formó su matrimonio con la también profesora Consuelo Zolezzi, procreando cinco hijos. Su hija menor, Lucía, cursó su carrera de maestra en la Normal Fronteriza en los años que su padre fue el director.
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maestros que se mencionan como pioneros, se incorporan en estas décadas las profesoras Yolanda Díaz Oropeza, Angelina Rodríguez, Evarista Morones Muruato, Consuelo Solezzi, Angélica Vázquez Fabela, el Arq. Rubén Castro Bojórquez y los profesores Federico Barrientos, Engelberto Gaytán, Guillermo Cano Caballero, PlácidoValenzuela, Homero Guillén Pérez, Francisco Barajas Ruiz, Fernando Cervantes, Raúl Mejía Gámiz, Jesús Humberto Lamadrid Figueroa, entre otros. En el año de 1982, la Secretaría de Educación Pública acuerda la homologación académica y la nivelación salarial del personal académico del subsistema de educación normal con el Instituto Politécnico Nacional, elevándose a rango de licenciatura las carreras de formación de docentes que ofertan las escuelas normales, y teniendo como antecedente propedéutico el bachillerato. En 1990, durante la dirección del profesor Miguel Cruz Estrada, la Normal Fronteriza cedió gran parte de su predio a la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), por instrucciones de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con el argumento de que no se le daba uso a ese terreno y por
1965. Guillermo Cano Caballero, Prof. Witts, Fernando Contreras y Domingo Márquez.
1965. Evento en la Escuela Normal. En la foto: Carlos García Rivera, José G. Valenzuela, Homero Guillén, Francisco Muñoz y atrás Rubén Castro Bojórquez, entre otros.
1966. Roberto Contreras, Teodoro Beltrán y Guillermo Cano.
1966. Visita a Mexicali del Prof. Alfonso Sierra Partida (nieto de Justo Sierra). En la foto de izquierda a derecha: Consuelo Figueroa, Alberto Oikion, Sierra Partida, Guillermo Lamadrid, Virginia de Vargas, Carlos Tapia, Homero Guillén, María Serna de Guillén y Angélica Rodríguez.
Profra. Consuelo Figueroa de Lamadrid Directora de la Escuela Normal Urbana Federal Fronteriza de Mexicali, de 1969 a 1973. A la jubilación del maestro Pedro Astudillo Mier, es nombrada directora la profesora y química farmacobióloga Consuelo Figueroa Dueñas, como reconocimiento a su larga trayectoria dentro de la Normal. Fungió como maestra fundadora en la creación de la Normal Fronteriza en 1947 y debido a su capacidad de trabajo, inteligencia y responsabilidad es nombrada subdirectora, puesto que ocupó en los periodos de los directores, doctor Francisco Dueñas Montes, profesor Enrique Goujón Sánchez y profesor Pedro Astudillo Mier.
Consuelo Figueroa D. nació en Guadalajara, Jalisco, el 26 de abril de 1917. Realizó sus estudios de química farmacobióloga en la Universidad de Guadalajara, y de maestra, en la Normal de Guadalajara. Emigró a Mexicali a los 24 años de edad, y de inmediato se incorporó al magisterio en la Escuela Primaria del ejido Oaxaca en el valle de Mexicali. Posteriormente, ocupó la dirección de las escuelas de Estación Delta y Kilómetro 43 (Guadalupe Victoria). Posteriormente, laboró en el jardín de niños Federico Froebel, de donde pasa a ser directora al jardín de niños Rosaura Zapata de la colonia Loma Linda, también laboró en la Escuela Primaria Constitución y en la Escuela de Pedagogía de la UABC. Durante su gestión como directora de la Normal Fronteriza se destacó por su amabilidad, responsabilidad y trato respetuoso a los jóvenes alumnos. Además gestionó la construcción de nuevos edificios así como la titularidad de los terrenos de la escuela, forestó todo el campus de la Normal, entre muchos otros logros para la institución. La profesora Consuelo Figueroa contrajo matrimonio con el también profesor Jesús Lamadrid López, de larga trayectoria en la Secundaria Federal Núm. 18 y en la Normal Fronteriza. Procrearon cinco hijos: Jesús Humberto, María del Rosario, Guillermo, Patricia y Consuelo Corina. De ellos, los dos hombres Jesús y Guillermo son maestros formados en la Normal Fronteriza.
el otro lado que la UABC estaba en pleno crecimiento, por lo que requería de más espacio, aunque anteriormente ya había cedido parte de su terreno original a la Universidad Pedagógica Nacional y al Laboratorio de Psicopedagogía del estado, por lo que su terreno se redujo a seis hectáreas. En compensación por la citada cesión, la Normal Fronteriza logró que el gobierno federal le construyera el gimnasio que hoy lleva el nombre del “Profr. Antonio Puente Ortiz”, y otras instalaciones y edificios que requería la escuela. Con la infraestructura suficiente, equipamiento y servicios públicos, la escuela ha servido a la comunidad, especialmente a la niñez bajacaliforniana, bajo la dirección 43
1969. De izquierda a derecha: Francisco Gallego Monge, presidente municipal, Raúl Sanchez Díaz, gobernador , Ma. Antonieta de Sánchez Díaz, Profa. Consuelo Figueroa y Profa. Ofelia García.
2009. Primer edificio construido para la Normal, de tres pisos. Se dañó con el sismo de 2010 y fue demolido. 44
y compromiso de los directores y docentes que han laborado en esta.
1970. De izquierda a derecha: diputado Roberto Olivas, Jesús Lamadrid, Evarista Morones y Guillermo Cano.
1962. Angélica Obeso de Puente, Antonio Puente y Guillermo Cano Caballero.
1965. De izquierda a derecha, Profa. Evarista Morones, Sofía, no identificada y Profa. Pastora Reyes.
Actualidad El campus de la Normal Fronteriza lo forman doce edificios: aulas, laboratorios, talleres, gimnasio, salones de canto y baile, biblioteca, entre otros. El primer edificio de tres niveles se demolió debido a que sufrió daños estructurales con el sismo ocurrido en Mexicali el 4 abril de 2010. La hoy Benemérita Escuela Normal Urbana Federal Fronteriza de Mexicali cuenta con una población estudiantil de 400 alumnos, oferta seis licenciaturas en: educación primaria, especial en el área auditiva y del lenguaje, especial en motricidad, educación secundaria en las especialidades de: español, matemáticas e historia, con un horario de 07:00 a 15:00 horas. La Benemérita (elevada a ese rango el 30 de enero de 1997) Escuela Normal Urbana Federal Fronteriza ha formado en sus 66 años de existencia a miles de profesores que han destacado no solo en el ramo de la educación, sino también en otros medios, mencionarlos suena imposible, pero no hay duda de que desde 1950 que egresó la primera generación, a la fecha, un maestro de la fronteriza haya formado parte de la planta docente de todas las escuelas primarias públicas del municipio de Mexicali, haciendo realidad su lema “Pensamiento y acción al servicio de México”. Referencias Entrevistas personales realizadas a las profesoras Angélica Obeso de Puente y Martha Leticia Guevara Benítez, en marzo de 2014. Pérez Cervantes, Hermenegildo.(2008). Historia de la Educación en Mexicali. Mexicali: Instituto de Cultura de Baja California. 45
Libros, reseñas, comentarios...
Sergio Noriega Verdugo*
En la periferia del régimen: Baja California Sur durante la administración porfiriana, de Juan Preciado Llamas
B
aja California Sur ha sido poco historiada, me refiero a esa entidad federativa ubicada en la mitad sur de nuestra península, de la que somos parte. Esa península vital del “brazo poderoso” que nos conmina nuestro himno, pese a que casi siempre olvidamos su existencia. Ese canto que nos anima a servir a la patria, quiero pensar que en la parte sur no menos que la de sus hermanos del norte. Son pocos los libros sobre Baja California Sur, salvo de aquellos que sirven de guía para visitantes extranjeros. Más extraña es la edición del libro de historia En la Periferia del régimen. Baja California Sur durante la administración porfiriana, que se ocupa de relatar las condiciones económicas de Baja California Sur desde la elección de don Porfirio Díaz en 1877 hasta su renuncia a la presidencia en 1911. Un libro así debe estar diseñado para especialistas de historia regional. Publicado en 2005 por la Universidad Autónoma de Baja California Sur, el Instituto Sudcaliforniano de Cultura y
la Secretaría de Educación Pública, este libro consta de 480 páginas, incluyendo mapas, fotografías, cuadros y gráficas estadísticas. El texto se divide en nueve capítulos que revelan que el orden cronológico de la historia en este caso no es prioritario. En su lugar, Juan Preciado Llamas, el autor, nos lleva al análisis sectorial de la economía de la entidad. Cuatro de los nueve capítulos detallan las condiciones económicas de la minería, la agricultura y ganadería, la industria de transformación, y el comercio. Una sección del penúltimo capítulo se ocupa de la pesca. Por si este análisis económico no fuera suficiente, añade un capítulo sobre población, tema no acostumbrado en un libro de historia. Es fácil imaginar por qué la influencia del régimen de don Porfirio Díaz sobre Baja California Sur fuera importante. Como es lógico suponer la relación atañe a las dos partes: Baja California Sur y el gobierno de México de ese periodo. Baja California Sur era una entidad despoblada en la periferia del país. A principios del siglo XX, la población total de la entidad era de 40,041 habitantes, cuando en el país
* Miembro de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”.
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totalizaba 13 549 671, apenas 3% del total nacional. Solo Baja California, según el Censo de Población, con 7 583 tenía menos habitantes que cualquiera otra entidad del país. Por su naturaleza peninsular y la lejanía de otros centros de población, Baja California Sur era como una isla. En las palabras del autor Juan Preciado Llamas: Aunque geográficamente era y es parte de una península, para efectos prácticos era una isla. La no tan
frecuente ni sistemática transportación marítima que la conectaba con los estados del noroeste bañados por las aguas del Golfo de Cortés no hacía más que confirmar su carácter insular y periférico: un territorio federal alejado, muy alejado, de la sede del gobierno federal... (p. 24).
Por sus grandes litorales y los medios de comunicación de entonces, la península estuvo aislada de la mayoría de mexicanos y expuesta al contacto con extranjeros. Dada la competencia del gobierno federal, esta clase de relaciones con el extranjero debió influir para que el gobierno federal se ocupara de asuntos importantes de la vida económica de los sudcalifornianos. Por lo que toca al gobierno del general Díaz es de suponer que favoreció al centralismo, donde los gobiernos de los estados no deben haber encontrado fácil oponerse. Además, el autor destaca que el centralismo ocurrió desde antes. Los intentos lerdistas de fortalecer el poder central estaban generando descontento en el país tanto por la reelección en los puestos políticos y administrativos como por el abandono e indiferencia sobre lo que sucedía en el ámbito de los poderes locales, específicamente en el municipal (p. 25). Además, siendo el gobierno de la entidad una extensión del gobierno federal, es lógico pensar que los jefes políticos eran nombrados directamente por el presidente de la república. Finalmente, cabe recordar que dicho régimen, incluyendo el de su compadre, Manuel González, tuvo más de treinta tres años de continuidad
en el poder, algo nada menos que extraordinario. A pesar de ello no se aprecia en el libro que dicho gobierno haya sido particularmente opresivo y menos dictatorial. Como principal muestra de descontento se menciona el levantamiento del general Manuel Márquez de León, oriundo de la entidad, en 1879, por cuestiones electorales. El autor sintetiza la actuación económica del régimen de Díaz de la siguiente manera: El indudable crecimiento económico del Distrito Sur tuvo como trasfondo la apertura que ofreció a capitales y población extranjeros para explotar los recursos naturales terrestres y marinos. Tres fueron las políticas principales consistentemente aplicadas en la media península en las que el capital extranjero tuvo una importancia fundamental: la adjudicación y deslinde de terrenos baldíos y la concesión de minas, las concesiones para la explotación de los recursos marinos y las subvenciones al transporte marítimo. (p. 26).
La postura general del autor es de criticar la actuación del gobierno centralista del gobierno de Díaz, sin embargo no aporta nuevos o dramáticos cargos en contra. Un ejemplo de su enjuiciamiento es el siguiente párrafo: El
régimen
porfiriano
produjo
cambios importantes en la escala de las actividades económicas y un incremento demográfico considerable, pero la riqueza material resultante no fue distribuida, sino que se fue concentrando
en
manos
de
compañías, por lo general extranjeras, y en las de unos cuantos empresarios locales,
beneficiarios,
también,
de
algunas concesiones. El régimen de Díaz excluyó a las mayorías del acceso a la riqueza pero se caracterizó, también, por limitar la participación política de la población. (p. 28).
Aunque no cabe duda de que el autor tiene la razón y lo que dice es verdadero, y en cierta medida el resultado de su muy amplia investigación, no justifica, en mi opinión, la elaboración de un libro tan extenso. Esta tesis no requiere del examen detallado de los sectores productivos que Juan Preciado Llamas ha realizado. Su aportación estadística es extraordinariamente amplia aunque no se adecua al argumento principal. Tal vez una mejor justificación fuera decir que Baja California Sur fue ejemplo del mal o injusto manejo de Díaz en lo que toca al desarrollo regional. Pero no sabemos con certeza que la entidad, en comparación con las del resto del país, haya sido particularmente ejemplar, ya sea como víctima o beneficiaria de la administración pública de entonces. Referencias Preciado Llamas, J. (2005). En la periferia del régimen: Baja California Sur durante la administración porfiriana, La Paz, Baja California Sur, Universidad Autónoma de Baja California Sur, Gobierno del estado de Baja California Sur, Instituto Sudcaliforniano de Cultura, Secretaría de Educación Pública.
las
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Invitación para colaboradores Cómo publicar artículos en la revista El Río La revista El Río es una publicación trimestral de la Sociedad de Historia “Centenario de Mexicali”, A.C. y del Centro de Estudios sobre la Universidad de la Universidad Autónoma de Baja California, dedicada a la divulgación de artículos, ensayos, documentos y reseñas sobre historia y geografía de Mexicali y su valle. Las colaboraciones que se propongan para su publicación serán evaluadas por un comité editorial conformado por especialistas, y deberán tener las siguientes características: 1. Todo artículo debe ser inédito. 2. La extensión debe ser: entre 3 y 10 cuartillas escritas en computadora con letra Arial 12 a doble espacio. Se deberán acompañar con ilustraciones (fotos). El material debe enviarse por correo electrónico o entregarse personalmente en un archivo electrónico tipo Microsoft Word 2003 en adelante para texto y pies de fotos. Las fotografías deberán entregarse o enviarse en formato .jpg o .tiff. Quien no domine estas herramientas podrá entregar texto y fotografías en las oficinas del CESUUABC.
3. El lenguaje de los artículos debe ser claro y sencillo, pero igualmente se aceptan artículos con lenguaje especializado o con temáticas académicas o de investigación. 4. Las fuentes deberán citarse en notas a pie de página y al final describir las obras consultadas.
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5. En relación con títulos, es preferible seleccionar uno corto y que sea atractivo para los lectores. Considere que un buen título y el uso de los subtítulos constituyen una forma infalible de captar la atención del lector. El comité editorial de El Río se toma la libertad de cambiar el título de la colaboración y hacer adecuaciones en su forma cuando lo considere necesario. 6. Los autores deberán precisar en unas cuantas líneas sus datos personales, incluyendo dirección electrónica y teléfono donde pueda localizárseles. 7. Las colaboraciones que se proponen para su publicación deben enviarse al editor responsable de El Río, cuyos datos aparecen en esta dirección. Si tiene alguna duda o sugerencia, por favor háganosla saber al fax: (686) 566-95-92 o al correo electrónico: cesu@uabc.edu.mx
Cervecería de Mexicali
R.C.B.
1929. Postal promocional de las cervecerías de Mexicali y Azteca, ambas de Mexicali, Baja California.
1929. Etiquetas de las Cervezas Mexicali y ABC producidas por las cervecerías Mexicali y Azteca, respectivamente.
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CervecerĂa de Mexicali
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R.C.B.
1955. Publicidad internacional de la Cerveza Mexicali.