Un lugar para ti‌
Contenido Editorial
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10 consejos para lograr un buen estudio
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¿Vale la pena casarse?
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Conoce a San Justino
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Una página en blanco
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Formación de la madurez
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La vida afectiva de los jóvenes
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Vivencias
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¿Puñado de células o hijos?
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Sabías que…
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Sano humor
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Último tema
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Editorial Nuestro primer número Encuentro es una revista creada por jóvenes y para jóvenes donde daremos a conocer algunas anécdotas, consejos, historias y todo tipo de información que nos pueda ser útil para seguir por un camino recto y honesto, el cual nos lleve a una vida de felicidad y gratitud. También queremos compartir hechos o vivencias de personas que pudieron haber pasado por cosas que actualmente vivimos, así con la experiencia de ellas poder tomar decisiones correctas y saber que no somos los únicos en este mundo que pasamos por situaciones angustiosas. Los dejamos que disfruten de nuestra revista y puedan compartir con nosotros sus comentarios acerca del contenido que manejamos, cualquier crítica, recomendación, sugerencia e idea es aceptada. Gracias por leernos y esperamos disfrute de nuestros temas tanto como nosotros disfrutamos haciendo lo posible por hacerles llegar esta información.
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10 consejos para lograr un buen estudio 1. No estudiar o jugar a como que estudio El gran problema no es que estudien mal o no puedan, sino que, simplemente, no estudian. Hacen tareas, deberes y dibujos pero no estudian. Se meten en su cuarto y todo el mundo está convencido de que el niño está estudiando. Pero han podido pasarse la tarde entera haciendo un dibujo o una redacción sin estudiar. Consejo: a éstos, lo que más le conviene, es empezar todos los días por estudiar. Nada más sentarse, que estudien un tiempo. Si son niños menores de diez años, podría ser un cuarto de hora o veinte minutos. De diez a catorce años por lo menos tres cuartos de hora. Y a partir de quince años, por lo menos una hora a hora y media de control para que sigan este plan. Y después del estudio que hagan las tareas. Necesitan un cierto control para que sigan este plan. Si tiene toda la tarde para hacer las tareas, gasta la tarde entera. Si sólo tiene una hora, se ajusta y va más aprisa. 4
Además el estudio cansa y hay que estudiar cuando se está más descansado. 2. Estudio atropellado, de últimos días Tiene que ver con el anterior. Este si estudia, pero sólo unos días antes del examen. Además se crea en la familia la idea de que ha estudiado mucho ya que queda la sensación tanto al chico como a los padres, de la última semana y media: se levantado pronto, se ha esforzado muchísimo se ha acostado tarde estudiando. Así piensan, o que no hay derecho a que luego suspenda. Pero en realidad falta el poso necesario para que la memoria asimile y comprenda las lecciones. Consejo: el trabajo y el estudio diario, con control, todos los días ha de estudiar algo. Si un día tiene mucha tarea, después del estudio la hará y lo mismo si no tiene. Si no tiene tarea solo estudiará.
3. Falta de ejercicio. Confundir “lo entiendo” con “me lo sé” Los hay que confunden el “lo entiendo” con “me lo sé”. Leen una lección y como la entienden, ya creen que se la saben y dejan de estudiar. Sin embargo, lo que les hace falta es ejercitación, repasar y hacer los ejercicios. Consejo: que vean la ejercitación como parte de su estudio. Hay que enseñarles que “lo sé” es igual a “lo entiendo” más “me lo estudio”. Entender es lo más difícil, pero una vez que lo entiendes hay que aprenderlo: hay que dedicar esfuerzo, repetirlo, hay que usar la memoria. 4. Dificultades de concentración, falta de control de la imaginación. Les cuesta mucho concentrarse, les cuesta el arranque: desde que se sientan hasta que comienzan a estudiar. Están muy a medio gas y se les va fácilmente la imaginación. Consejo: hay que empezar a estudiar a una hora fija para conseguir un buen rendimiento cerebral, así la cabeza se concentrará con más facilidad a esa hora de estudio. Por otro lado el mejor consejo para sujetar la imaginación es sacarle uso en el estudio, hay que
poner la imaginación en cada tema de estudio y me imagino cómo es lo que estoy estudiando. Esto ayuda a que se graben mejor las lecciones. 5. Problemas de comprensión. Dificultades en la lectura. Vocabulario pobre. Es el caso del que se ve que se esfuerza pero que no puede. Si le explicas la lección y se la cuentas aprende enseguida. Pero si tiene que aprendérsela él solo con el libro le cuesta mucho. Se siente defraudado, pues no hay resultados.
Consejo: lo que hay que hacer es ayudarle a leer bien corrigiéndole los defectos de lectura y ayudándole a hacerse un cuaderno de vocabulario. Con ese pequeño diccionario personal tendrá que hacer ejercicios con las palabras desconocidas. Si no se ataja no se mejora. Se le puede decir que estudie más, pero llega un momento en que se hunden. Si hay un problema más serio como dislexia, etc., hay que llevarle a un especialista. No vale con estudiar más.
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6. Lagunas, falta de base
Son los que entienden las matemáticas, por ejemplo, pero fallan en los quebrados, que pertenecen al programa del año pasado cuando estaban enfermos. Consejo: con estos, hay que dejar de quejarse y ponerse a rellenar las lagunas. En el colegio es muy difícil, pero para ello es muy útil un profesor particular o que el hermano mayor se dedique a explicar. Una vez conocidas las lagunas, habrá que solucionarlas en vez de quejarse continuamente. 7. Ansiedad, angustia. Bloqueo emocional, inseguridad. Hay chavales que por un exceso de ansiedad y de miedo a suspender se angustian. Comienzan a estudiar y como salen con el gran miedo a perder, se angustian. Quizá tras un año de malas experiencias, de un fracaso, de haber suspendido muchas, ... pierden la confianza en sí mismos y se sienten agobiados. Se les distingue fácilmente cuando llegan a los exámenes pues tienen trastornos intestinales, duermen mal, están tensos, les sudan las manos en medio del examen, etc. 6
Son jóvenes temerosos y eso les bloquea, pues no tienen la serenidad suficiente para sacar a la luz lo que saben. Consejo: hay que tratarles de dos maneras: primero, dándoles seguridad, valorando su esfuerzo, reforzando la confianza en que ellos son capaces, reforzando sus pequeños éxitos. Y, después, enseñarles a controlar esa ansiedad, enseñarles a relajarse, mediante algunas técnicas.
8. Timidez, inseguridad, no preguntar, no puedo. En este caso el bloqueo llega por la timidez y la vergüenza a preguntar. Es el temor al ridículo, a quedar mal y, así el “no puedo” es la excusa que ponen para no enfrentarse a un problema que les da miedo. Consejo: hay que ayudarles a superar ese temor al ridículo y a preguntar, puede ser, controlando, junto al profesor, cuántas veces pregunta en clase, planteándoselo al hijo como un punto de esfuerzo personal.
9. Los “empollones” “los mataditos” memorísticos. En estos el desarrollo intelectual no va parejo al sistema de estudio. Hasta los 12 años hay una gran facilidad para memorizar así, leyendo varias veces. Pero a partir de esa edad la memoria es la más lógica, más de relación, de sentido global. Hay chicos que pasan los cursos y siguen estudiando igual, leyendo veinte veces. Eso, además de aburridísimo, es un tipo de memoria peligrosa. Son los chavales de “lo tengo en la punta de la lengua”, “si me dice la primera palabra sigo yo”, “¿eso era lo que estaba en la página segunda?”. Sufren mucho, dedican mucho tiempo y según pasan los cursos va a peor.
Consejo: hay dos técnicas: que se autoevalúen y repasen. Que no digan “no me lo sé” antes de haber cerrado un libro y de haberse preguntado. Y, a la vez, enseñarles a repasar. Los contenidos de las lecciones se aprenden bien una vez que se repasan. En el estudio se entiende, en los repasos es donde de verdad se aprende.
Autor: Escrito por Ángeles Carranza | Fuente: Familia y educación
Consejo: a estos hay que enseñarles a estudiar, a cambiar el método de estudio, sabiendo que al principio le costará, pero luego será muy eficaz.
10. Los “optimistas” del “ya me lo sé, pregunta” “Lo tengo dominado, está regalado”. A estos hay que ayudarles a tocar tierra, preguntándoles para que comprueben que efectivamente no lo saben. 7
¿Vale la pena casarse?
¿Para qué? Bastantes jóvenes aseguran hoy que no ven razón alguna para contraer matrimonio. Se quieren, y en ello encuentran una justificación sobrada para vivir juntos. Estimo que están equivocados, pero los comprendo perfectamente. Y es que las leyes y los usos sociales han arrebatado al matrimonio todo su sentido:
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a) por una parte, la admisión del divorcio elimina la confianza de que se luchará por mantener el vínculo; b) por otra, la aceptación social de “devaneos” extramatrimoniales, considerados casi como una “necesidad“, por no decir un “derecho“… o un “deber”, suprime la exigencia de fidelidad;
c) y, finalmente, la difusión masiva e indiscriminada de contraceptivos, unida a la afirmación de su total inocuidad — espiritual, psíquica y física—, desprovee de relevancia y valor a los hijos.
Hacerse capaz de amar Aunque pueda suscitar cierto estupor, lo que acabo de sostener es bastante cierto. En todos los ámbitos de la vida humana hay que aprender y capacitarse. ¿Por qué no en el del amor, que es a la par la más gratificante, decisiva y difícil de nuestras actividades? Jacinto Benavente afirmaba que «el amor tiene que ir a la escuela». Y es verdad. Para poder querer de veras hay que ejercitarse, igual que, por ejemplo, hay que templar los músculos para ser un buen atleta. Pues bien, la boda capacita para amar de una manera real y efectiva. ¿Anticipar el futuro? Es verdad que, a la vista de lo expuesto, bastantes se preguntan: ¿cómo puedo yo comprometerme a algo para toda la vida, si no sé lo que ésta me deparará?, ¿cómo puedo tener certeza de
que elijo bien a mi pareja? Y la única respuesta posible, la que doy siempre que me hacen públicamente esta pregunta es: “de ningún modo”, “no hay ninguna manera de saberlo”, “el futuro es… el futuro”: indefinible por
naturaleza, con el permiso de los “adivinadores de turno”, aunque son ya tantos que lo del turno es más bien utópico: se nos cuelan por todos lados y a todas horas. A lo que suelo añadir, antes de que desaparezca el auditorio, que para eso está el noviazgo: un período muy aprovechable, que ofrece la oportunidad de conocerse mutuamente y
empezar a entrever cómo se desarrollará la vida en común. Después, si soy como debo, ya sé bastante de lo que pasará cuando me case: sé, en concreto, que voy a poner toda la carne en el asador para querer a la otra persona y procurar que sea muy feliz. Y si se trata de un propósito serio, y si hemos sido prudentes y nos conocemos lo bastante, será compartido por el futuro cónyuge: el amor llama al amor. Podemos, por tanto, tener la certeza de que vamos a intentarlo por todos los medios. Y entonces es muy difícil, casi imposible, que el matrimonio fracase. Observar y reflexionar Ciertamente, esa decisión radical de entrega no basta para dar un paso de tanta trascendencia. Hay que considerar también algunos rasgos del 9 futuro cónyuge.
¿Cuáles?
En primer término, por pura honradez, he de advertir que la viabilidad de un matrimonio nunca puede conocerse teniendo relaciones íntimas antes o en vez de la boda: como enseguida veremos, por más que choque contra la costumbre y las pretensiones generales, la situación que así se crea es tan artificial, tan abismalmente distinta de lo que sostendrá un matrimonio, que no existe modo peor de calibrar si debo o no casarme con aquella persona. Los rasgos que debería tener en cuenta son siempre otros: Por ejemplo, si “me veo“ viviendo durante el resto de mis días con aquella persona, incluso cuando esté sin arreglar, ronque o le crezcan los michelines; también, y antes, cómo actúa en su 10
trabajo y con sus colegas, como trata a su familia, a sus amigos; si sabe controlar sus impulsos, incluidos los sexuales: porque, de lo contrario, nadie me asegura que será capaz de hacerlo cuando estemos casados y se encapriche con otro u otra; si me gustaría que mis hijos se parecieran a ella o a él (¡qué horror!)…
porque de hecho, lo quiera o no, se le van a parecer; si sabe estar más pendiente de mi bien (y de su bien real, por más que le cueste) que de sus simples y casi inacabables antojos…
En definitiva:
a) No hacer el menor caso a lo que promete. b) Escuchar —con todo el romanticismo que desee, pero como quien oye llover— lo que me dice. c) Prestar mucha atención a lo que parece que es. d) Más todavía a lo que efectivamente hace, a cómo se comporta. e) Y conceder un peso absoluto a su manera de obrar… justo cuando no está conmigo, puesto que cuando nos vemos, los dos nos encontramos dispuestos naturalmente —sin la menor malicia— a agradar, ya que se trata del momento más esperado del día, en el que ambos podemos y queremos dar lo mejor de nosotros mismos.
Autor: Tomás Melendo | Fuente: www.masterenfamilias.com
Conoce a san Justino Mártir Martirologio Romano: Memoria de san Justino, mártir, que, como filósofo que era, siguió íntegramente la auténtica sabiduría conocida en la verdad de Cristo, la cual confirmó con sus costumbres, enseñando lo que afirmaba y defendiéndola con sus escritos. Al presentar al emperador Marco Aurelio, en Roma, su Apología en favor de la religión cristiana, fue conducido ante el prefecto Rústico y, por confesar que era cristiano, fue condenado a la pena capital (c. 165) Etimológicamente: Justino = Aquel que obra con justicia, es de origen latino. Breve Biografía Filósofo cristiano y cristiano filósofo, como con razón fue definido, Justino (que nació a principios del siglo II en FIavia Neápolis—Nablus—, la antigua Siquem, en Samaria, de familia pagana) pertenece a ese gran número de pensadores que en todo período de la historia de la Iglesia han tratado de
hacer una síntesis de la provisional sabiduría humana y de las inalterables afirmaciones de la revelación cristiana. El itinerario de su conversión a Cristo pasa a través de la experiencia estoica, pitagórica, aristotélica y neoplatónica. De aquí el desemboque casi inevitable, o mejor providencial, hacia la Verdad integral del cristianismo. El mismo cuenta que, insatisfecho de las respuestas que le daban las diversas filosofías, se retiró a un lugar desierto, a orillas del mar, a meditar, y que un anciano al que le había confiado su desilusión le contestó que ninguna filosofía podía satisfacer al espíritu humano, porque la razón es incapaz por sí sola de garantizar la plena posesión de la verdad sin una ayuda divina. Así fue como Justino descubrió el cristianismo a los treinta años; se convirtió en convencido predicador y, para proclamar al mundo este feliz descubrimiento, escribió sus dos Apologías. La primera se la dedicó en el año 150 al emperador Antonino Pío y al hijo Marco Aurelio, y también al Senado y al pueblo romano. Escribió otras obras, por lo menos unas ocho. Entre ellas la más importante es la titulada Diálogo con Trifón, y se la recuerda porque abre el camino a la polémica antijudaica en la literatura cristiana. Pero las dos Apologías 11
siguen siendo el documento más importante, pues gracias a estos escritos sabemos cómo se explicaba el cristianismo en ese tiempo y cómo se celebraban los ritos litúrgicos, sobre todo la administración del bautismo y la celebración de la Eucaristía. Aquí no se encuentran argumentos filosóficos, sino testimonios conmovedores de vida en la primitiva comunidad cristiana, de la que Justino está feliz de pertenecer: “Yo, uno de ellos...”. Semejante afirmación podía costarle la vida. Y, en efecto, Justino pagó con la vida su pertenencia a la Iglesia. Había ido a Roma, y allí fue denunciado por Crescencio, un filósofo con quien Justino había disputado mucho tiempo. El magistrado que lo juzgó, Rústico, también era un filósofo estoico, amigo y confidente de Marco Aurelio. Pero para el magistrado, Justino no era más que un cristiano, igual a sus compañeros, todos condenados a la decapitación por su fe en Cristo. Todavía hoy se conservan actas auténticas del martirio de Justino.
Autor: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net
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El viento fresco del crepúsculo... una lluvia tibia en una tarde de verano... la sangre fresca corriendo por tus venas...
Así puede ser la vida de cada joven, chico o chica. Todo es futuro, esperanza, alegría. Parece que no hay obstáculos, ni traiciones, ni mentiras. Todas las fuerzas están listas para la aventura de la existencia, y una extraña confianza domina los sueños de quien vive entre música, estudios, deporte, amor y riesgo.
sensación de vacío: entre un libro, una televisión, unas copas y el teléfono que no dejaba de sonar y de llamar transcurrieron 5 horas sin haber hecho ni siquiera un problema de física que podríamos haber terminado en 10 minutos bien aprovechados...
Se dice normalmente que los jóvenes tienen Pero luego llegan los desengaños, los mucha vida por delante y poca vida por fracasos, los golpes imprevistos. Una chica detrás. Lo cierto es que todos tenemos por descubre que su novio la engañaba. Un detrás experiencias y recuerdos que no chico se siente burlado por la joven que pasan. Pero también es cierto que todos supo jugar con él. Un estudiante suspende tenemos algo (no sabemos cuánto) de vida el examen que había estudiado con más por delante. esfuerzo. Y una fiesta en la discoteca termina en una curva de carretera El pasado nos dice mucho de lo que somos, después de unas cuantas copas de más. pero no nos dice todo lo que podemos ser. Cada acto que nace de nuestro amor puede Cada joven es un misterio de ilusiones y escribir una historia que parecía triste, y pesimismos, de éxitos y fracasos. Las que, de repente, termina de un modo feliz y sensaciones se suceden mientras la vida esperanzado. Al revés, una historia que avanza, y uno a veces no sabe ni lo que parecía estar llena de alegrías y de triunfos quiere ni lo que puede. Hay tardes que se queda destruida en pocos segundos por una viven intensamente, haciendo cosas decisión equivocada. grandes: por la abuela enferma, por el amigo al que ayudamos a resolver los Todos podemos ser jóvenes, todos podemos problemas de matemáticas, por ese pobre escribir algo nuevo en nuestra vida. de la esquina a quien le dejamos una Ahora podemos amar y ser amados. No bolsa de pan para que pueda engañar, al sabemos si habrá mañana. Este momento es menos hoy, su estómago lleno de suspiros. todo lo que tenemos. Puede servirnos, si lo que queremos de verdad, para construir un Otras tardes terminan con una extraña poco de cielo en esta tierra. 13 Autor: Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net
Formación de la madurez madurez de la plenitud de Cristo» (Ef 4, 13), es decir, «revestirse del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad verdaderas» (Ef 4, 24).
No basta el deseo de ser un cristiano maduro. Para que la opción sea verdadera, se requiere un esfuerzo real para vivir conforme a lo que se ha determinado. Los dibujos del arquitecto nunca serán un edificio hasta que alguien se ponga a trabajar para construirlo. Vivir según la voluntad de Dios implica la decisión de formarse de acuerdo «al estado de hombre perfecto, a la 14
En dicha formación es sumamente importante la armonización e integración de los diversos aspectos de la personalidad. Desarrollar algunas partes de la persona y despreciar otras puede dar como resultado una personalidad excéntrica, encerrada dentro de una órbita pequeña de la cual es difícil o imposible salir, si no peligroso. De hecho, es fácil encontrarse tales personas en la vida: podemos pensar en aquellos que se han dedicado tanto al trabajo intelectual que se les hace imposible tener relaciones normales con los demás seres humanos o en los que se dedican tanto al culto del cuerpo que acaban convirtiendo la presencia física en el único criterio que guía su existencia. Para evitar estos escollos, nuestro ideal es el desarrollo íntegro, armónico y jerárquico de todas las facultades.
Aunque ya queda dicho, es importante repetir que el motivo de este esfuerzo es el amor a Cristo. No hay otro motivo. Dios nos amó y sigue amándonos en todos los momentos de nuestra vida; por nuestra parte, respondamos a este amor con lo mejor de nosotros mismos, tratando de realizar con plenitud el plan del amado sobre nuestras propias vidas; no podemos escatimar ningún sacrificio con tal de corresponder a su amor infinito. Muy bien, hay que formarse, ¿pero a dónde acudir para empezar a formar una personalidad madura? No hay una respuesta válida para todos ya que cada uno se encuentra en una situación particular. Lo que vale para un estudiante universitario no siempre valdrá para un político casado. Pero hay unos principios fundamentales en este trabajo de formación que tienen aplicación universal. Partimos de ellos. Podemos decir que el primer paso en la tarea de la formación de una personalidad madura se encuentra en aquella triada, «conócete, acéptate, supérate». Es lo mismo que preguntarse, en cualquier proyecto de formación, después de conocer la meta: ¿Con qué medios cuento para llegar a mi meta? (en el caso que nos ocupa el medio no es otro que nosotros mismos). Luego, con tranquilidad y serenidad, hay que aceptar los que se tengan, siempre con la intención de sacar lo mejor de ellos para superarse a sí mismo.
El que quiere formarse bien según un ideal elegido tiene que prestar una atención cuidadosa y tenaz para conocerse a sí mismo a fondo. La adquisición de la fisonomía de Cristo es la meta. El punto de partida o la base de construcción es la propia personalidad sobre la cual el Espíritu Santo edificará el hombre maduro. Esto requiere una labor seria de examen para conocer las cualidades y defectos de esta personalidad. Conocerse significa tener una visión integral de sí mismo que abarca todas las facultades enfatizando sobre todo el conocimiento del propio temperamento, la emotividad, el grado de actividad, la resonancia y capacidad de reflexión.
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¿Soy muy emotivo? ¿Me alegro o me pongo triste fácilmente? ¿Me gusta la actividad, hacer cosas, o soy más bien el que siempre dice, «tranquilo, hay tiempo»? ¿Suelo reflexionar o muchas veces por falta de reflexión digo cosas que no quería decir? Éstas son preguntas que pueden ayudar a conocerse mejor. Conocerse significa también adquirir un conocimiento de la propia sensibilidad humana y espiritual, de la capacidad intelectual, las virtudes y vicios morales, la rectitud de la conciencia y la reciedumbre de la voluntad.
Está claro que los temperamentos son diversos, por eso cada uno lleva su bagaje de cualidades o defectos y de valores por descubrir. Hay que conocerlos, no sólo a través de una reflexión serena, sino también con la ayuda de los demás, escuchando con objetividad lo que dicen. Ciertamente este conocimiento no se logra en un día ni en un año. Es preciso formar, entonces, el hábito del autoanálisis y la apertura a las sugerencias y ayudas de los demás, aunque a veces no sean muy agradables.
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Para algunos el trabajo de Introspección tiene el peligro de conducirles a un encerramiento en sí mismos y al desánimo. Naturalmente, hay que evitar esto. Siempre la reflexión y la introspección revelan defectos hasta entonces desconocidos, pero también descubren cualidades y posibilidades de superación. La actitud que se debe adoptar no puede ser sino la de serena aceptación. Es importante recordar lo que dijimos en el primer capítulo, nuestro ser no es una carga pesada o un castigo sino un fruto del amor infinito y bondadoso de Dios. El temperamento que una persona posee es un don de Dios, que bien encauzado será una fuente de riqueza. Aun cuando este temperamento tenga muchos defectos, se debe recordar que la redención obtenida por Cristo, la vida de gracia y la presencia del Espíritu Santo en el alma son todos medios que Dios nos concede para nuestra superación. A nosotros nos toca saber aprovecharlos.
La aceptación de sí mismo, que no es resignación derrotista ni conformismo egoísta, debe llevar al hombre a la decisión profunda y permanente de superarse. Esto se hace tomando una actitud responsable y conquistadora ante la vida; una disposición positiva que lleva a la persona a vivir, no según los sentimientos y las circunstancias pasajeras, ni mucho menos según la opinión de los demás, sino de cara a Dios, tomando los diversos momentos de la vida como lo que son: respuestas al amor de Dios. Éste es el verdadero sentido de la responsabilidad: querer guiar la propia vida, en todos sus detalles, según los preceptos de aquél en quien se tiene puesta la confianza (cf. 2Tm 1, 12). Es este tipo de hombre al que se llama coherente, sincero, leal; en una palabra, auténtico. La presencia de los demás, no es el factor determinante de su obrar sino el amor a Dios mismo. El hombre maduro integral vive todos los acontecimientos desde el punto de vista de su fe en Dios, por eso sabe apreciar las cosas más sencillas de su vida. Un punto importante es el que se refiere al espíritu positivo, es decir, el objetivo del esfuerzo no es superar un defecto, sino amar más y adquirir perfección en la virtud. De esta manera, cuando surge una dificultad, como puede ser por ejemplo, ejercitar la paciencia en una situación tensa, la actitud no debe ser "malum vitandum" solamente, sino "bonum facendum": se trata de hacer el bien, no de evitar el mal solamente. Ésta es la diferencia entre un hombre con un espíritu de conquista y un conformista. El que ama de verdad busca ocasiones para amar. Esta actitud es muy diferente a la del siervo que vive como prisionero de una serie de obligaciones que no entiende ni quiere, pero las cumple. 17
Hasta ahora hemos hablado de la parte humana de este trabajo. No hemos de olvidar que el trabajo de identificación con Cristo sobrepasa completamente nuestras posibilidades humanas. Necesitamos la ayuda de Dios. La tenemos en el Espíritu Santo que Cristo nos prometió en la última cena (cf. Jn 14, 26). Él, como guía y artífice, con la acción de la gracia nos va transformando e iluminando en nuestro trabajo. En la medida en que nos prestemos a la acción divina, nos acercaremos más a nuestro divino modelo, Jesucristo. Seremos más maduros como cristianos cuanto más unamos nuestros esfuerzos a la acción de la gracia. Puesto que la conciencia es el centro de la persona y guía de su obrar natural, esfuércense activamente por formarla recta y madura, temerosa de Dios, abierta siempre al bien y a las inspiraciones del Espíritu Santo, capaz de discernir lo bueno del mal y de la mentira y eviten la insinceridad y la inautenticidad, tan contrarias al espíritu de Cristo.
Autor: Caesar Atuire | Fuente: Toma la vida en tus manos
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representaciones sociales
Las psicologías contemporáneas están influidas por centradas en una vida afectiva y sexual fragmentada. La expresión afectiva debe ser inmediata, como una llamada telefónica o una conexión por Internet, sin respetar los términos y el sentido de la construcción de una relación. También las imágenes de los medios de comunicación y de las películas se caracterizan actualmente por una expresión sexual fácil, de fusión y del momento.
Algunos jóvenes también están condicionados por la separación y el divorcio de sus padres, que en lo profundo de su vida psíquica han imprimido la desilusión y la falta de confianza en el otro y a veces en el futuro. Las personalidades actuales reivindican la autonomía, mas no saben separarse de los objetos infantiles. El problema es trasladado a las personas, de las cuales se separan cuando apenas surge un problema. Paradójicamente, los jóvenes manifiestan también el miedo de ser rechazados, unido a la necesidad de ser tranquilizado por la imagen que les es remitida por los demás. Esta actitud es el resultado del tipo de vida familiar fragmentada que se está difundiendo en el occidente. Finalmente, son bastante influidos por el exhibicionismo sexual que se ensaña por medio de la pornografía y la banalización de una sexualidad impulsiva y antirelacional. Estudios recientes han mostrado que el 75% de las películas que se ven en la televisión por cable son pornográficas, con escenas cada vez más violentas y agresivas, porcentaje que aumenta hasta un 92% entre los clientes de los hoteles. La proliferación de imágenes sexuales demuestra que vivimos en una sociedad erótica, que permanentemente excita a los individuos desde el punto de vista sexual, condicionando fuertemente la elaboración de la sexualidad juvenil. Muchos jóvenes, de hecho, visitan las páginas web pornográficas, y algunos de ellos, así alimentados, se encierran en una sexualidad imaginaria y violenta, en la que domina una masturbación vivida como fracaso de llegar al otro y que por lo tanto puede complicar la elaboración del impulso sexual. La masturbación, si dura en el tiempo, es siempre síntoma de un problema afectivo y de una falta de madurez sexual: la posterior vida de pareja, en su expresión sexual, puede resentirse de esta 19 dependencia de una sexualidad narcisista.
coeducación, que nunca se había pensado en términos de psicología De la coeducación a la diferencial y de pedagogía, diera origen a nuevas inhibiciones entre chicos y chicas relación unisexuada y a la alteración de los vínculos sociales. Los jóvenes están acostumbrados a una Hoy apenas se comienza a prestar forma de coeducación de ambos sexos atención a los interrogativos que suscita y que no contribuye, como se había a salir del moralismo que la ha esperado, al desarrollo de una relación provocado. Hay edades en las que la igualitaria y de mejor cualidad entre el coeducación es más indicada que otro hombre y la mujer, por el contrario, ha tipo de educación. La experiencia favorecido la confusión de la identidad demuestra una vez más que durante la sexual y de la vacilación en las relaciones. adolescencia ésta es un freno y que Recojamos aquí los frutos ideológicos del impide el desarrollo de la inteligencia, de feminismo que confunde la igualdad de la afectividad y de la sexualidad. A sexos, que no existe, con la de las menudo termina por ser vivida por medio personas. El feminismo norteamericano y de la seducción y agresión sexual o, por el conductual ha empujado al odio hacia el contrario, algunos jóvenes se apartan de hombre y al rechazo de la procreación, ahí para volverse a encontrar con los del animando al puritanismo y a nuevas propio sexo; este pasatiempo inhibiciones, interpretando el mínimo corresponde con la necesidad de gesto, palabra o mirada como un intento asegurar y sostener la propia identidad, de agresión, de acoso sexual o incluso de mientras que la coeducación desemboca estupro. en la confusión de los sexos. La La coeducación ha sido condicionada por coeducación ha favorecido la indecisión este feminismo, que no ha preparado a en la relación entre el hombre y la mujer los jóvenes para que aprendieran a vivir durante la post-adolescencia, incluso el una relación de pareja formada por un celibato y una forma de homosexualidad hombre y una mujer, y por ello es una reactiva para diferenciarse, coeducación que oscila entre la paradójicamente, del otro sexo y unisexualidad (confusión sexual) y el confirmarse en la propia identidad sexual. alejamiento de los individuos (celibato y Los niños y los adolescentes necesitan aislamiento). elaborar su tendencia de fusión, mientras que la coeducación termina por La mayor parte de los post-adolescentes encerrarlos en ésta, impidiéndoles ha pasado la infancia en el universo de la adquirir el sentido de la diferencia sexual coeducación. Era fácil de prever que la y de la relación entre un sujeto y otro. 20
El miedo a comprometerse Es típico que la pareja formada por jóvenes sea incierta y temporal, cuando está fundada únicamente en la necesidad de ser protegidos y estar cobijados, y también en la inestabilidad de los sentimientos, sin que éstos estén integrados en un proyecto de vida y en el sentido del amor. La mentalidad reinante, a su vez, tampoco simplifica la tarea de los jóvenes, porque presenta la separación y el divorcio como norma para tratar los problemas afectivos y relacionales en el ámbito de la pareja. En Francia, la ley del 1974 sobre el divorcio consensual no ha hecho más que extender y normalizar el divorcio, que sigue siendo un flagelo social. Una sociedad que pierde el sentido del compromiso y la elaboración de los conflictos y de las fases del desarrollo es una sociedad privada del sentido del futuro y de la continuidad. El divorcio se ha convertido en una de las causas de la inseguridad afectiva de los individuos que repercute en los vínculos sociales y en la visión del sentido del compromiso en todos los campos de la vida, visión esta que se transmite a los jóvenes..
Queriendo facilitar cada vez más el divorcio, el poder público pierde el tiempo con el síntoma, sin ver las causas sobre las que habría que actuar, y mucho menos las consecuencias de las leyes que están minando la cohesión social El temor a comprometerse afectivamente domina la psicología juvenil, que es vacilante, incierta y escéptica en el sentido de una relación duradera. Los jóvenes piensan que permanecen libres al no comprometerse, y mientras actúan así terminan por rechazar la libertad, porque al comprometerse se descubren libres y se hace uso de la propia libertad. El celibato prolongado los habitúa a vivir y a organizarse por su cuenta. A algunos les cuesta aceptar la presencia continua de otro en su vida cotidiana; esto les angustia, dándoles la sensación de perder la propia libertad. Por lo tanto alternan momentos en los que viven con otros y momentos en los que viven solos. A los 35 años piensan todavía que son inmaduros y que no están preparados para comprometerse, y que aún necesitan tiempo. Pero cuánto más pasa el tiempo, menos se desarrolla su mentalidad para hacerlos capaces de relacionarse con el otro que, por otro lado, quieren amar. 21
La bisexualidad psíquica El post-adolescente también debe afrontar la bisexualidad psíquica, resultado de sus identificaciones con ambos sexos y no debido al hecho de ser a la vez hombre y mujer, para así poder interiorizar la propia identidad sexual y encaminarse hacia la heterosexualidad. La bisexualidad psíquica es la capacidad de relacionarse con el otro sexo, en coherencia con la propia identidad sexual tanto en la vida afectiva como en la social. Ya lo hemos dicho, durante la post-adolescencia la vida psíquica comienza a interactuar con la realidad externa. Pero la sociedad actual mantiene una cierta confusión acerca de las dos únicas identidades sexuales existentes, aquélla del hombre y la de la mujer, mediante tendencias sexuales multíplices y prácticas sexuales relativas a la separación de las pulsiones. No hay que confundir la identidad con las orientaciones sexuales, y menos aún cuando éstas están en contradicción con la identidad sexual. Muchos adolescentes y postadolescentes son inquietos e inestables cuando se encuentran con que tienen que afrontar la bisexualidad psíquica. Algunos a veces interpretan como homosexualidad constitutiva y permanente su ambivalencia pasajera, 22
frecuente en la adolescencia. Piensan que son homosexuales sin desearlo ni quererlo, pero a veces viven de pasada como tales para experimentar la homosexualidad, hecho que los irá minando psicológicamente. Cierto que todos los individuos han sido llevados a vivir identificaciones homosexuales para confrontar la propia identidad sexual, comenzando por el padre o la madre del mismo sexo, pero cuando estas identificaciones sufren un fracaso, corren el riesgo de ser erotizadas y desembocan en la homosexualidad. Hay que recordar que la elección del objeto homosexual, inherente a la vida psíquica, no se confunde con la homosexualidad en la cual un sujeto puede eventualmente orientarse. La homosexualidad no es una "variante" de la sexualidad humana comparable con la heterosexualidad, pero es la expresión de una tensión conflictiva no resuelta en el ámbito de una tendencia que se aparta de la identidad sexual. La educación al sentido del otro y al sentido de la diferencia entre el hombre y la mujer es el punto cardinal del descubrimiento del verdadero sentido de la alteridad. Roma, 10-13 de abril 2003
P. Tony Anatrella|Psicoanalista, Especialista en Psiquiatría Social
Un joven ateo Hace unos 14 años, estaba revisando el registro de mis estudiantes universitarios para la sesión de apertura de mi clase sobre teología de la fe. Ese fue el primer día que vi a Tommy. Estaba peinando su largo cabello rubio, que colgaba 15 centímetros por debajo de sus hombros. Sé que lo que está dentro de la cabeza, no sobre ella, es lo que cuenta; pero en ese tiempo yo no estaba preparado para Tommy, así que lo catalogué como problemático, muy problemático. Tommy resultó ser el ateo residente de mi curso. Constantemente objetaba o se burlaba de la posibilidad de un Dios que amaba incondicionalmente. Así todo, vivimos en una paz relativa durante un semestre, aunque a veces era un dolor de cabeza. Al final del curso, cuando entregó su examen, me preguntó en un tono un poco cínico: - ¿Cree usted que encontraré a Dios alguna vez?
Me decidí por un poco de terapia de choque. -¡No!, dije enfáticamente. -¡Ah! -respondió -pensé que ese era el producto que estaba usted vendiendo. Lo dejé dar cinco pasos hacia la puerta y luego lo llamé: -Tommy. ¡No creo que lo encuentres nunca, pero estoy seguro de que Él te encontrará a ti! Tommy simplemente se encogió de hombros y se fue. Me sentí un poco desilusionado de que no recibido mi hábil mensaje. Un tiempo después de su graduación me llegó un informe triste: Tommy tenía cáncer terminal. Antes de que yo pudiera buscarlo, él vino a mí. Cuando entró en mi oficina, su cuerpo estaba muy deteriorado y su largo cabello se había caído a causa de la quimioterapia. Pero sus ojos eran brillantes y su voz firme como nunca lo había escuchado. - Tommy, he pensado mucho en ti. Supe que estás enfermo, le dije. - Sí, muy enfermo, profesor. Tengo cáncer. Es cuestión de semanas. - ¿Puedes hablar de ello? - Seguro, ¿qué le gustaría saber? - ¿Qué se siente saber que tienes 24 y te estás muriendo? - ¡Bueno, podría ser peor! - ¿Como qué?
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- Bueno, como tener 50 años y no tener valores o ideales. Como tener 50 años y pensar que beber, seducir mujeres y hacer dinero son las cosas más importantes en la vida... Pero vine a verlo realmente por algo que me dijo el último día de clase. Le pregunté si usted pensaba que alguna vez encontraría a Dios y usted me dijo que no, lo cual me sorprendió. Luego me dijo: "Pero Él te encontrará a ti". Pensé mucho en eso, aunque mi búsqueda no fue para nada intensa entonces. Pero cuando los doctores quitaron un bulto de mi ingle y me dijeron que era maligno, tomé muy en serio localizar a Dios. Y cuando la malignidad se diseminó a mis órganos vitales, comencé realmente a golpearlas puertas del cielo. Pero nada sucedió. Bien, un día me desperté y, en lugar de lanzar más peticiones inútiles a un Dios que puede o no existir, simplemente me di por vencido. No me importaba Dios ni la otra vida ni nada por el estilo. Decidí entonces pasar el tiempo que me queda, haciendo algo más provechoso. Pensé en usted y en algo que había dicho en una de sus conferencias: "La tristeza esencial es ir por la vida sin amar. Pero sería igualmente triste dejar este mundo sin decirles a los que amas que los has amado".
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Así que empecé con el más difícil de todos: mi padre. Estaba él leyendo el periódico cuando me acerqué y le dije: - Papá, me gustaría hablar contigo. - Bien, habla, contestó. - Quiero decirte que esto es importante para mi, papá. Bajó su periódico lentamente como unos 10 centímetros y me preguntó: - ¿De qué se trata? - Papá, te quiero. Simplemente quería que lo supieras. Tommy sonrió y dijo con evidente satisfacción, como si sintiera que una alegría cálida y secreta surgiera dentro de él: - El periódico cayó al piso. Entonces, mi padre hizo dos cosas que no recordaba que hubiera hecho antes. Lloró y me abrazó. Y hablamos toda la noche, aunque él tenía que trabajar al día siguiente.
Fue más fácil con mi mamá y mi hermanito. También lloraron conmigo y nos abrazamos y compartimos cosas que habíamos guardado en secreto por muchos años. Sólo sentí haber esperado tanto tiempo. Aquí estaba yo, a la sombra de la muerte, y apenas comenzaba a sincerarme con las persona que estaban cerca de mí. De pronto, un día Dios ya estaba allí. No vino a mí cuando se lo supliqué. Aparentemente, Dios hace las cosas a Su manera y en Su momento. Lo importante es que usted tenía razón. Él me encontró aunque yo había dejado de buscarlo. Tommy, respondí, creo que estás diciendo algo muy profundo. Estás diciendo que la manera más segura de encontrar a Dios no es tratando de convertirlo en una propiedad privada sino abriéndose al amor... Tommy, ¿podrías hacerme un favor?. ¿Vendrías a mi clase de teología de la fe a decir a mis estudiantes lo que me acabas de contar?
Aunque programamos una fecha, no pudo lograrlo. Por supuesto, su vida no terminó realmente con su muerte, sólo cambió. Dio el gran paso de la fe a la visión. Encontró una vida mucho más hermosa de lo que el ojo del hombre ha visto nunca, o la mente del hombre ha imaginado jamás. Antes de que muriera, hablamos por última vez: - No voy a poder ir a su clase, me dijo. - Lo sé, Tommy. - ¿Se lo dirá usted a todos por mí?. ¿Se lo dirá a todo el mundo por mí? -Lo haré, Tommy. Se lo diré.
MATEO 18,11-12 Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.
Autor: Desconocido Fuente: http://www.catolico.org/articulos/anecdotas/joven_ateo.htm
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¿Puñado de células o hijos? Como la objeción aparece con frecuencia, es oportuno considerarla atentamente: el embrión no sería un ser humano en sus primeras etapas de desarrollo, dicen algunos, sino un simple puñado de células. La objeción supone, por un lado, que hay cúmulos celulares (“puñados de células”) que no son individuos por carecer de la necesaria autonomía biológica, o por caracterizarse no tener diferencias relevantes entre las células (no se ven órganos o estructuras complejas, sino un simple amasijo celular). Por otro lado, se supone que algunos de esos cúmulos celulares, después de diversos días de crecimiento y estructuración, llegarían a convertirse en seres humanos.
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En otras palabras, según esta teoría la reproducción sexual seguiría las siguientes fases: fusión de dos gametos, formación de un zigoto (embrión unicelular), desarrollo del zigoto en un cúmulo celular (fase de mórula), ulteriores fases de diferenciación, surgimiento de un individuo biológicamente nuevo. Si damos nombres más sencillos a esas fases, tendríamos, después de la fecundación, un no hijo (un puñado de células) que poco a poco se convertiría en un hijo. El momento en el que el no hijo se convierte en hijo no es fácilmente determinable por quienes defienden esta teoría. Para algunos empieza a haber hijo (un ser con individualidad biológica propia y estructuras más complejas) sólo a partir del quinto día después de la fecundación; otros dicen que a partir del séptimo día (tras la implantación en el seno materno);
otros a partir del día 14 (cuando se configura una estructura interna que prepara lo que luego será el sistema nervioso); otros a partir del tercer mes; otros después del sexto mes; otros después del parto. No falta quien pospone el reconocimiento de la existencia de un nuevo ser humano (hijo) hasta que han pasado varias horas o días tras el parto. Lo más paradójico de estas interpretaciones radica precisamente en el arbitrarismo de las teorías y en una suposición que resulta extraña a las nociones de la biología: la existencia de entidades vivientes intermedias entre las células reproductivas y los individuos dotados de individualidad propia (hijos).
Autor: Fernando Pascual
En realidad, cada ser viviente, cada hijo, inicia a existir en la fecundación, y su existencia se desarrolla en distintas fases que son “suyas”, que pertenecen a su historia intransferible, única. El hijo, cada hijo, no es producido por un cúmulo más o menos indiferenciado de células, sino por la activación del óvulo desde la penetración, en el mismo, de un espermatozoide. Si reconocemos este simple hecho seremos capaces de decir que la vida humana (y de otros seres vivientes) inicia con la fecundación. Si, además, reconocemos que todos los seres humanos tienen la misma dignidad, independientemente de su raza, de su sexo, de su tamaño, del número de sus células y de la fase de desarrollo en la que se encuentren, entonces estaremos preparados para admitir que ya tras la fecundación cada embrión (cada hijo) merece nuestro respeto y, más en profundidad, nuestro amor. 27
¿Sabías qué…
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Sano humor
Después de medio siglo de matrimonio, muere el marido y va al cielo. Poco tiempo después muere la mujer, y también va para el cielo... En el cielo, ella encuentra al marido y corre hasta donde está él y le dice: -Queriiiiidooo ¡¡¡qué bueno encontrarte!!! Y él responde: -No querida, el trato fue: "hasta que la muerte nos separe".
Mamá, ¿cómo nacen los bebés? A lo que la mamá le contesta: -Mira hijito, primero sale la cabeza, después salen los brazos, después sale el cuerpecito y al final los pies. Y el niño responde:¡ahhh! ¿y después lo arman? Iba papá caníbal con su pequeño hijo por la selva cuando, de repente, pasa un avión y el nene le pregunta a su padre: - Mira, pa.... ¿cómo se llama eso?.- No sé hijo..... sólo sé que lo de adentro, se come.
- Pepito, pepito, despierta. - ¿Que pasa mama? - Es hora de levantarse, tienes que ir a la escuela. - Tengo mucho sueño mama, no quiero ir. - Pepito, tienes que levantarte. Primero, por que son las 8 de la mañana. Segundo, por que es tu obligación y tercero por que eres el director de la escuela. Fuente: http://www.hermanosunidosencristo.org
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Aunque no escribas libros Aunque no escribas libros, eres el escritor de tu vida. Aunque no seas Miguel Ángel, puedes hacer de tu vida una obra maestra. Aunque no entiendas de cine, ni de cámaras, tu existencia puede transformarse en un film primoroso con Dios de productor. Aunque cantes desafinado, tu existencia puede ser una linda canción, que cualquier afamado compositor envidiaría. Aunque no entiendas de música, tu vida puede ser una magnífica sinfonía que los clásicos respetarían. Aunque no hayas estudiado en una escuela de comunicaciones tu vida puede transformarse en un reportaje modelo. Aunque no tengas gran cultura puedes cultivar la sabiduría de la caridad. Aunque tu trabajo sea humilde, puedes convertir tu día en oración. Aunque tengas cuarenta, cincuenta, sesenta o setenta años, puedes ser joven de espíritu. Aunque las arrugas ya marquen tu rostro, vale más tu belleza interior. Aunque tus pies sangren en los tropiezos y piedras del camino, tu rostro puede sonreír. Aunque tus manos conserven las cicatrices de los problemas y de las incomprensiones, tus labios pueden agradecer. Aunque las lágrimas amargas recorran tu rostro, tienes un corazón para amar. Aunque no lo comprendas, en el cielo tienes reservado un lugar... Todo, Todo... depende de tu confianza en Dios y de tu empeño en SER un digno hijo suyo. Autor: Arturo Quirós Lépiz
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¡Nos vemos el próximo mes!
Nuevos integrantes Nuevos temas Entrevistas Y mucho más…