En la actualidad, todos están firmemente convencidos de que han vivido anteriormente y de que volverán a vivir. El miedo a la muerte ha disminuido. No es necesario que todo el mundo se someta a la terapia de regresión, que visite a parapsicólogos, ni siquiera que medite. Quienes padezcan síntomas molestos o incapacitantes pueden hacerlo.