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DUEÑA DE MÍ/ Karen Alva

Dueña de mí

KAREN ALVA

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Me apropio de mi cuerpa, de este templo que habito, aunque a veces le insulte y le falle al no reconocerle lo mucho que me da.

Me apropio de mis manchas, de mis senos, de mis pelos, de mis cicatrices. De todo eso que me aleja del estereotipo y produce su gesto de asco e incomprensión.

Me apropio de mis excesos y mis faltas —según la norma—, de mis imperfecciones y mis bellezas.

Hoy tengo la libertad de llamarme “fea, gorda, puta “ y todos los peores insultos que recibe una mujer —según la norma—.

Voy a inhibir sus miradas lascivas, sucias y asqueadas. Mostraré las axilas manchadas, mi nariz regordeta y les daré un puño en su ego misógino.

Hoy asumo mi rareza, mis contradicciones, mis propias imposiciones, y mi rebeldía.

Sobre todo, mi rebeldía.

Me apropio. Soy dueña de mí, de lo que soy y lo que tengo, no tengo opción y debe ser hoy; porqué mañana seré libre.

Ilustración: Daniela Fuentes Osores

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