1 minute read
BRILLA EL QUINTO SOL/ Pau Rocha
Rabia de mujer
MIRYAM PRADO
Advertisement
RABIA SI, TRISTEZA SI, DOLOR, SÍ.
CANSANCIO SI, HARTAZGO SI, TEDIO SÍ.
Imposible que se diluyan con el paso del tiempo. Se asimilan, se aprende a vivir con ellos, se acumulan en el cuerpo.
Se disimulan, con una voz serena, con manos abiertas, con sonrisas largas y ojos perdidos, que no se noten.
Amor y dulzura en cada paso, que no se transpire por nada la rabia.
Por contenerse, por detenerse para no mandar a la chingada al mundo, cansancio que se cuela por los ojos y no me deja dormir.
Hartazgo que se atora en mi garganta y no me deja hablar.
Tedio, un día pasa y otro, adormecida en aparentar que yo no me enojo.
Tedio, un día pasa y otro, dejando restos de muerte en mi interior, muerte latente, una muerta sin rabia.
Pero cuanto tiempo se puede contener la rabia, el dolor, la tristeza, cuanto tiempo se puede soportar el cansancio, el hartazgo y el tedio.
Por cuanto tiempo una puede ser una ausente sin rabia.
Entonces brota desde dentro ese grito que estuvo sostenido en el tiempo, brota como manantial desde el centro de la tierra, calmando con un rugido el caos imparable e imperceptible, pero igual que una intensa tormenta remueve la hierba, tumba las hojas viejas y muestra los retoños ocultos, este grito que surge desde el fondo de mi estomago demuestra de una vez por todas, que yo no soy una muerta ausente sin rabia, y que esta rabia no solo crece y me mueve,
LA MISMA RABIA LA COMPARTO CON MIS HERMANAS, QUE COMO TORRENTE DERRUMBAMOS, ARRASTRAMOS, MOVEMOS Y CAMBIAMOS EL MUNDO QUE NOS RODEA.