7 minute read
La política exterior del presidente Andrés Manuel López Obrador retorna los principios constitucionales y recupera el prestigio de México ante el mundo
Partido Popular Socialista de México
DECLARACIÓN
Advertisement
La política exterior del presidente Andrés Manuel López Obrador retorna los principios constitucionales y recupera el prestigio de México ante el mundo.
En el discurso del maestro Vicente Lombardo
Toledano pronunciado el 10 de febrero de 1952, en Mexicali, Baja California, al comienzo de su campaña electoral como candidato a la presidencia del país, expresó lo siguiente:
“Jamás he realizado una política de provocación ni aconsejo la intemperancia o la imprudencia, pero no creo que sea nada sobrenatural la decisión de hacer una política internacional serena y digna, responsable y firme.
La política internacional de México debe basarse inconmoviblemente en estos tres postulados:
Libertad de México para mantener relaciones económicas equitativas con todos los países del mundo.
Posición independiente de México en la ONU y en todas las asambleas internacionales, en defensa de la paz y del derecho de autodeterminación de todos los pueblos.
Eliminación de toda intervención extranjera en la política interior del país.
El gobierno que con pasión patriótica y atendiendo de una manera objetiva a todos los factores de la situación internacional, aplique esta política, conquistará el respeto y el reconocimiento de todos los mexicanos y ocupará un lugar glorioso en nuestra historia.”
Ahora mejor que nunca resulta incuestionable afirmar que México a lo largo de su Historia, a excepción de sus amargas etapas en que la derecha entreguista logró imponer sus gobiernos, se distinguió siempre por una política internacional muy respetable.
No podemos dejar de subrayar, en la histórica lucha que estamos inmersos por destruir y sepultar de manera definitiva el criminal modelo económico y político neoliberal, que fueron precisamente los gobiernos emanados y ejecutores de dicho modelo en México, sobre todo los encabezados por Vicente Fox y Felipe Calderón, quienes hicieron descender a niveles de oprobio, junto con toda la vida nacional, la otrora digna y brillante política exterior mexicana.
Desde el comienzo de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se pudo percibir que el nuevo gobierno tenía la convicción de llevar a cabo una política internacional libre y soberana, plenamente coincidente con lo postulado por el Maestro Lombardo; su primera
muestra se dio en marzo de 2019, cuando el presidente mexicano demandó del gobierno español y de la Iglesia Católica a través del Papa, disculpas públicas por los agravios y crímenes históricos cometidos durante los tres siglos de la Colonia. Si bien este gesto fue puramente simbólico, algo parecido habría sido impensable en los tiempos de las sumisas administraciones neoliberales. Así marcó el presidente López Obrador que iba en serio con su intención de recobrar para México una política exterior soberana y protagonista en el escenario internacional.
A partir de entonces este gobierno ha sido consecuente en dicho ámbito. En mayo de 2019 el presidente López Obrador reconoció a Francisco Arias Cárdenas, como embajador de la República Bolivariana de Venezuela; ignorando la solicitud enviada por el espurio Juan Guaidó, con su propio candidato para el puesto.
Pero los momentos más significativos del primer año de gobierno del Lic. Andrés Manuel, en el plano de la política exterior, los vimos a fines del mismo. En octubre el presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, hizo una visita oficial, la primera de un jefe de Estado, a nuestro país. Esto sin duda mandó el claro mensaje de que México apoyará a la heroica isla caribeña, sin importar las presiones del vecino del norte; y en noviembre, el nuevo mandatario de Argentina, Alberto Fernández, vencedor del neoliberal Macri, también fue recibido en Palacio Nacional, con estas visitas el gobierno de López Obrador implícitamente se reconoció a sí mismo como un gobierno de izquierda progresista. Esta calidad política del nuevo gobierno fue confirmada de manera contundente cuando el presidente López Obrador ofreció asilo político al presidente boliviano Evo Morales, quien fue víctima de un golpe de Estado. En aquella ocasión una arriesgada misión de rescate fue emprendida por la fuerza aérea mexicana para evacuar al presidente Evo, en lo que fue sin lugar a duda la acción más significativa de la política exterior mexicana en décadas, por cierto, suscitando entre los conservadores o reaccionarios en el país una furia que rayaba en lo criminal e inhumano,
Durante este 2020 la administración del presidente López Obrador, no ha hecho sino colgarse más logros. En este abril precisamente se llevó a cabo, con la destacada participación de la Secretaria de Energía, Rocío Nahle García, una negociación que internacionalmente fue catalogada como exitosa con los países miembros de la OPEP y otros productores de petróleo, para llegar a un acuerdo en cuanto a recortes en la producción de crudo. Una negociación por demás relevante, puesto que el presidente López Obrador recién acababa de anunciar su plan económico de contingencia contra la pandemia COVID-19. Dicho plan vinculaba estrechamente la superación de la crisis económica con el fortalecimiento y revitalización de PEMEX, como eje central y motor del rescate económico del país.
Mención especial merece un hecho que hasta el momento constituye la mayor conquista de la política exterior del actual gobierno y que también deja huella en este abril:
México presentó, a través de su embajador ante la ONU, la iniciativa (74/427) para evitar el acaparamiento y especulación de los insumos o materiales médicos y, eventualmente, de los medicamentos y las vacunas, para tratar la pandemia COVD-19. Esta iniciativa fue aprobada con un número récord de 179 votos a favor, convirtiéndose en la iniciativa mexicana más votada en la historia de la ONU. Todo un éxito del presidente López Obrador.
Así pues, con estas acciones en lo que va del sexenio presidencial, el gobierno mexicano demuestra la honestidad en su voluntad por tornar a los elevados principios, que habían caracterizado a la política exterior mexicana hasta antes de
la llegada de los entreguistas neoliberales. Las actitudes con las que el gobierno de López Obrador ha encarado las distintas coyunturas en nada palidecen ante las más relevantes de anteriores presidentes mexicanos, como otorgar asilo a los republicanos españoles durante su guerra civil, iniciada en 1936; la entrada de México a la Segunda Guerra mundial, en el bando aliado, en 1942; en 1967 la firma del Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y
el Caribe, también conocido como, “El Tratado de Tlatelolco”, impulsado por México; o la negativa del gobierno mexicano, en 1962, a romper relaciones diplomáticas con Cuba, algunos de los momentos en que la política internacional profundamente soberana de México ha brillado con auténtica luz propia ante el mundo.
Por estas razones el Partido Popular Socialista de México considera certero afirmar que, en materia de relaciones exteriores, el gobierno de la Cuarta Transformación está cumpliendo con su tarea de retornar a una política soberana, de respeto absoluto a los principios fundamentales del Derecho Internacional Público, recogidos por nuestra Carta Magna, en su artículo 89-X como los principios normativos de su política exterior: “la autodeterminación de los pueblos;la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.” Fundamentalmente el derecho de los pueblos a decidir su destino, y la no intervención en los asuntos de otros Estados soberanos.
Hasta el momento el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador va enrumbando su trayectoria de acuerdo con los antes citados postulados lombardistas, del delicado terreno de la política internacional, donde las presiones a las que son sometidos los países económicamente dependientes, como el nuestro, dejan poco margen de maniobra. Sólo los más audaces, patriotas e íntegros gobernantes se lanzan con determinación a desafiar los intereses imperialistas, en pos del beneficio de sus pueblos. Por lo mismo, es indudable que el actual presidente mexicano, esté enfrentando fuertes presiones de gobiernos y centros financieros del mundo, a fin de que modifique su política económica para dar continuidad a los regímenes de las cuatro décadas anteriores. Presiones que tienen eco en nuestro país, a través de los partidos políticos y las oligarquías que conforman la derecha interna y que día a día se mueve ampliamente financiada y empeñada, con las armas y estrategias más sucias y fascistoides, por hacer fracasar o derrocar al presidente López Obrador.
En este contexto el Partido Popular Socialista de México apoya decididamente la política internacional digna, independiente y soberana, a la vez que solidaria y pacífica con todos los pueblos hermanos de la Tierra, del gobierno obradorista. Además, llama a la clase trabajadora y al pueblo de México en su conjunto a trabajar por la unidad en torno al presidente Andrés Manuel López Obrador, para impulsar y fortalecer el programa no neoliberal de nuestro país; para impulsar y fortalecer la unidad de la lucha por la liberación de todos los pueblos en desarrollo, principalmente de América Latina y el Caribe, de manera muy especial y categórica por el fin del criminal bloqueo económico, comercial y financiero a la hermana República de Cuba; en fin, para derrotar al enemigo común, que es el imperialismo, en la única ruta de esperanza por un mundo mejor y posible, la del socialismo.
26 de abril de 2020
Partido Popular Socialista de México.
Dirección Política Nacional