Frida Kahlo, en la lente de Leo Matiz

Page 1





Exposición

Catálogo

Coordinación General: Museo para la Identidad Nacional Fundación Leo Matiz

Coordinación de Edición: Mario Hernán Mejía Eva Lorenzana

Curadora: Alejandra Matiz

©Textos de los Autores

Museografía: Juan Carlos Fernández

Diseño y Maquetación: Alexis Escoto

Textos:

Promoción y Desarrollo: Eva Lorenzana

Registro Fotográfico: Heleci Ramírez

Asistentes de montaje: Denis Acosta Roberto Gonzales Otto Velásquez Edgardo Flores Samuel Rodríguez

Traducción texto Italiano-español: Christine Hobbs Maida Ochoa Impreso en: SCANCOLOR

Agradecimiento especial: Embajada de México en Honduras

ISBN: 978-99926-721-2-9

Museo para la Identidad Nacional Tegucigalpa , Honduras, C.A. Del 26 de marzo al 1 de junio 2008 ©Museo para la Identidad Nacional





Frida Kahlo en la lente de Leo matiz Leo Matiz colombiano de origen y ciudadano del mundo Miguel Ángel Flórez Góngora

DeLeola vida de Matiz

Ger mán Arciniegas*

10

13

14

La Metafora del ojo*

16

Frida Kahlo

18

Leo Matiz

Biografía

Frida y su obra

La visibilidad de lo invisible

Frida bajo el signo de Leo

Miguel Angel Flórez Góngora*

20

22 25

Intervenciones artistica Frida: Una mirada femenina desde Honduras

47

55

Katia Lara Xenia Mejía Amanda Castro Regina Aguilar Olga Iris Mencía

Homenaje a Frida Kahlo

Roger Rovelo Dagoberto Posadas

61

Indice


Presentación Frida Kahlo en la lente de Leo matiz El año 2007 fue la celebración del Centenario de nacimiento de la pintora mexicana Frida Kahlo; (19071954). La ciudad de México y en particular el Palacio de Bellas Artes fue el escenario que albergó decenas de colecciones a través de la exposición “Frida Kahlo 19072007, Homenaje Nacional”. La exposición que ocupó todas las salas del Palacio de Bellas Artes incluyó la exhibición de 65 óleos y autorretratos, algunos exhibidos por primera vez en México, alrededor de 45 dibujos, 11 acuarelas y cinco grabados, así como documentos inéditos y manuscritos como 50 cartas personales, su diario particular y más de 100 fotografías sobre la más famosa de las artistas plásticas mexicanas. Múltiples, exposiciones, investigaciones y homenajes alrededor del mundo la celebraron convertida en un autentico mito contemporáneo, un icono feminista y artístico en el cual la vida signada por el dolor y la pasión se impone por encima de sus méritos estéticos. Por su parte Diego Rivera, (1886-1957) es también objeto de homenajes al cumplirse 50 años de su desaparición física. Se casaron el 21 de agosto de 1929 y Diego fue un motor en su vida de Frida, era su hombre, su niño, su amante, su amigo, su obsesión, su todo. La pintora mexicana dotada de una increíble capacidad creativa y de una maravillosa necesidad de expresión visual, se ha convertido, durante los últimos años, en un punto de referencia obligado en el estudio de la historia del arte. Su fuerte personalidad, su conflictiva relación amorosa con Diego Rivera, grande protagonista del muralismo mexicano, y la íntima y apasionada analogía que la artista establece entre sus dolorosas experiencias de vida y su pintura, han hecho de esta mujer uno de los grandes mitos de las últimas generaciones.

10

En 1938 André Bretón, teórico del Surrealismo, confirmó la pertenencia de la artista a este movimiento, sin embargo fue ella misma quien se encargó de negar esta afirmación declarando: “Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños: pinté mi propia realidad”. Guillermo Kahlo, padre de Frida y descendiente de judíos húngaros se instaló en México desde los 19 años casándose en segundas nupcias con Matilde Calderón. La tercera de las hijas es Frida, será "la preferida" de su padre. Guillermo Kahlo aprende el arte de la fotografía de su suegro, instalándose como fotógrafo profesional. Esta actividad funcionará para Frida como un rasgo que ella extrae y que será eje de su pintura: la serie de autoretratos que se suceden a lo largo de toda su obra. Con su padre se adentró en el conocimiento de la arqueología y el arte de México y también en la técnica de la fotografía. Las minúsculas pinceladas en el retocado de fotografías pasaron a formar parte de su estilo. Frida dijo que sus cuadros eran como las fotografías hechas por su padre para servir como ilustración de calendarios; ella pintaba los calendarios que se encontraban dentro de su cabeza. La relación con su padre fue de amor y admiración; a su madre la definía como fría, calculadora y fanáticamente religiosa. En su cuadro “Mi nana y yo” esta representada la nana indígena como la encarnación mítica de las raíces mexicanas de las cuales se nutre y alimenta. El fotógrafo Leo Matiz nacido en Aracataca en 1917 se introduce perfectamente en esta generación. En 1935, cuando se establece en Bogotá, entra en contacto con los intelectuales, artistas y políticos del mítico café Windsor,


alimentando, gracias a las influencias de personalidades como Jorge Zalamea, León de Greiff y José Ignacio Jaramillo entre otros, ese amor e interés hacia la propia cultura, hacia la necesidad de rescatar y revalorizar las raíces latinoamericanas del país. Cuando Leo Matiz inicia su carrera como reportero fotográfico, en la revista Estampa, trabaja con una serie de periodistas aztecas que lo contagian de la pasión mexicana. Ésta lo lleva en 1940 a emprender el viaje hacia México que, en ese momento, se encontraba en una fase de gran movimiento político y cultural, con el muralismo en su máximo esplendor y el reciente asesinato del líder comunista León Trotszki. Leo Matiz se integra de inmediato en el mundo del arte y de la farándula estableciendo muy buenas relaciones con los muralistas, quienes lo acogen entusiastas al considerar la fotografía como un elemento fundamental para explorar las posibilidades plásticas del cuerpo y del espacio. De este modo nace la amistad de Leo Matiz con Frida Kahlo y Diego Rivera. En las fotografías del artista colombiano las dos miradas se entrelazan, la visión del uno se complementa con la del otro y los colores ácidos, fuertes y vibrantes que dominan los retratos de Frida son remplazados por los constantes contrastes de negro y blanco que caracterizan la obra de Matiz. Las fotos de Frida Kahlo realizadas por el maestro Matiz nos acercan al mito, nos permiten ir más allá de la apariencia para intentar identificar su esencia. Es una

visión íntima de Frida como mujer, como dueña de un espacio y de una imagen que ella misma se encargó de recrear y alimentar a través de sus innumerables autorretratos. Las imágenes de Matiz son, por la esencia misma de su naturaleza fotográfica, una huella del pasaje de esta encantadora figura por los pasillos y salones de su Casa Azul, son imágenes que se nos presentan como la búsqueda del espíritu de Frida Kahlo y de la humanidad de la revolución. Las fotografías de Frida Kahlo que nos presenta Leo Matiz son ese encuentro entre dos miradas que nos permiten “penetrar bajo las apariencias para captar lo esencial, para llegar al nudo de las estructuras, al corazón de lo real”. Por estos motivos, con ocasión de los cien años de nacimiento de Frida Kahlo, el Museo para la Identidad Nacional de Honduras en colaboración con la Fundación Leo Matiz, presentan la exposición fotográfica “Frida Kahlo en la Lente de Leo Matiz” y se suma al homenaje con motivo de su centenario, dirigiendo la mirada hacia la figura de Frida como mujer y artista, como símbolo de una cultura cargada de recuerdos de un pasado indígena y llena de una fuerza sin igual. Esta mirada se completa con la visión de artistas hondureños, que describen el significado de la obra y figura de Frida Kahlo en sus propios procesos creativos. Frida se identifica plenamente con esta vitalidad que impulsó el nacimiento del muralismo mexicano y las fantasías políticas y sociales de toda una generación de intelectuales revolucionarios.

Mario Hernán Mejía Director Ejecutivo MIN

11



Leo Matiz colombiano de origen y ciudadano del mundo Miguel Ángel Flórez Góngora

Leo Matiz fue un personaje que interpretó de forma brillante varios papeles a la vez. Leo, el galerista de arte, quien realizó más de trescientas exposiciones y un salón de artistas rechazados en la Colombia de los años cincuenta, Leo el fotógrafo que recorrió el mundo entero registrando la comedia humana con su inseparable cámara Rolleiflex, Leo el seductor, quien logró realizar los primeros casting de la actriz María María Félix para los estudios de cine Churubusco en México a finales de la década de los años treinta, Leo el actor de cine en el despegue de la industria cinematográfica de Venezuela en los años 60, Leo el publicista bajo la consigna vital de “Leo Matiz va. No espera”, Leo el Don Juan con mas de cinco matrimonios a cuestas, Leo el amigo, generoso y bromista con su estela de amistades entrañables con el poeta Pablo Neruda, el director de cine Luis Buñuel, el bolerista Agustín Lara y los pintores José Clemente Orozco, Diego Rivera, Frida kahlo, Leo el trotamundos que sobrevivió al fuego cruzado de árabes e israelíes en Haifas, Palestina y Beirut en la guerra del Medio Oriente en 1948, Leo el caricaturista que recorrió Centro América a pie hasta llegar a México viviendo del dibujo a sus 19 años de edad, Leo el creador de periódicos y fundador del Colombian News Letter en 1950 y dirigido a la colonia inglesa en Colombia, Leo Matiz el enviado especial a varios países de América Latina de las revistas Life, Así, Selecciones del Reader´s Digest, Norte, Saturday Evening Post, Momentos, Harper Magazine y Look en la década del 40 y 50, Leo el memorable, reconocido en 1940 como uno de los 10 mejores fotógrafos del mundo durante su experiencia periodística y gráfica en México, y Leo el maestro, dueño de un tercer ojo con el que construyó un arte riguroso y sensible para expresar los problemas acuciantes que enfrentan los seres humanos: la soledad, la miseria, el dolor y las preguntas por el sentido de la vida.

Colombiano de origen y ciudadano del mundo, Leo Matiz nació en 1917 en Aracata, Magdalena. En ese territorio caluroso y marginado, nació también el Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez. Reconocido como uno de los grandes protagonistas de la historia de la fotografía en el siglo XX, Leo Matiz fue condecorado en 1995 con los premios Horus Sicof en Milán, Italia. En ese mismo año recibió del gobierno francés el título Chevalier des arts et de lettres (Caballero en la Orden de las Artes y las Letras. En 1997 el gobierno italiano lo condecora con el Filo d´ Argento (Hilo de Plata), en Florencia. En 1998 el gobierno colombiano le rindió tributo al reconocerlo como uno de los creadores más importantes del arte de la fotografía en Colombia en el siglo XX dentro del Programa Nacional de Homenajes a los artistas colombianos por parte del Ministerio de la Cultura. Leo Matiz murió en Bogotá, Colombia, el 24 de Octubre de 1998, dejando un legado extraordinario de imágenes que él supo comunicar de modo riguroso e innovador, y que la Fundación Leo Matiz liderada por su hija Alejandra Matiz, divulga y promueve a través de exposiciones en museos y galerías de los cinco continentes. *Periodista y escritor colombiano. leomatiz@etb.net.co www.leomatiz.com

13


De la vida de Leo Matiz Ger mán Arciniegas*

Anoche me llamó por teléfono Leo Matiz. Salgo -me dijomañana al amanecer para Palestina quizás demore en Londres unas horas. Luego unas semanas en Grecia. La última vez que me vi con Leo Matiz hace un par de meses, fue en su cueva de Greenwich Village. Es la misma cueva que consiguió con su mujer, cuando él y ella no eran sino un par de artistas bohemios en el Village. Me parece que empezaron pagando veinticinco dólares al mes. Tuvieron ellos mismos que remendar las paredes, coger las goteras, tapar rotos para que no los asesinara el frío en invierno. Es el cuarto y último piso de una casita al final de una calle que desemboca en la orilla del Hudson. No se sabe si eso pertenece a la ciudad o a los muelles. Tocándonle la azotea, pasa la carretera elevada que lleva al centro de New York. En las paredes de la fachada, hay letreros en español y en griego. Las tabernas o restaurantes cercanos son los de marineros que juegan con barajas grasientas y no hablan inglés. Pero el hecho es que Leo y su mujer tenían que estar en Greenwich Village, y esta casita era y es una de las entradas a este barrio bohemio y complicado. La mujer de Leo, como se ha visto, es artista. Pinta especialmente motivos para telas estampadas, que parecen publicados en las revistas más finas de Nueva York. Además, ella tiene su estudio en la Quinta Avenida, pero no muy lejos de Village. Me contó Leo Matiz lo de Bogotá. Aquí ignorábamos la suerte que él hubiera corrido el nueve de abril. Los periódicos de México anunciaron su muerte, y hasta sus adversarios le dedicaron artículos cordialísimos. Su

14

mujer recuerda los días de incertidumbre con lágrimas. “Yo llegué a Bogotá el ocho -me contó Leo Matiz- pensaba tomar fotografías y venderlas a través de la agencia que me presta este servicio. El nueve salí temprano, para ver a Gaitán. Quería hacerle un reportaje. Conversé con él hacia las doce y con Vallejo convinimos que tomaría las fotografías al día siguiente por la noche, en el Monteblanco, a donde iba Gaitán y Rómulo Betancourt. Cuando almorzaba Matiz en su hotel, en el Parque Santander, llegó el rumor de la revuelta. Se oían gritos afuera, y la radio daba informaciones atropelladas. Matiz salió con su cámara. Llegó hasta la Plaza de Bolívar. Quería ver todo. El ejército despejaba la plaza. Él, un poco urgido por los culatazos, regresó al hotel, para sacar la gabardina y películas. Al volver a la calle, por las ventanas del Ministerio de Educación salían en remolinos millares de hojas de papel. Las llamas empezaban a cumplir su trabajo. Matiz tomó unas fotografías estupendas. Con su cámara, que trabajaba sin descanso, iba reduciendo la revuelta a un documental. Apenas si se tomaba los minutos indispensables para cambiar rollos en los zaguanes. Corrió al Palacio de Justicia, que ya ardía. La lluvia continuaba. En la carrera sexta, entre las calles once y doce, Leo Matiz, cambiando una vez más la película, hizo balance de su trabajo:!quince rollos ya tomados! La calle estaba desierta. En las esquinas, grupos de gente. Leo Matiz no supo más. Sintió que se le iba la vida y cayó. Estaba herido. Pudo darse cuenta de que alguien se acercaba, le registraba los bolsillos. ¡Ahí perdió todos los dólares que llevaba, los quince rollos de


fotografías! Más tarde unos soldados hicieron camilla con dos rifles y un saco y cargaron con él hacia la calle doce. Pero vinieron otros, y Matiz llegó a la Clínica Central. Le alojaron en el cuarto vecino al de Gaitán. La gente se movía afanosa. Todos hablaban de la mascarilla. Un día Matiz se fugó de la clínica. Pensaba ir al hotel, conseguir otra cámara, volver al trabajo. Anduvo media cuadra. Cayó desmayado. Despertó de nuevo en la cama blanca. A Nueva York regresó con dólares prestados. Otra vez a empezar. Lo cierto es que Leo Matiz es un fotógrafo estupendo e irrevocable. Hace un par de años, Selecciones le pagó un viaje a través de toda América para que tomase fotografías en colores para las cubiertas de la revista. Regresó con más de un millar, que forman una fabulosa colcha de retazos donde quedan pintadas todas nuestras gentes, nuestros paisajes, nuestra vida. Ahora las Naciones Unidas le han llamado para que vaya a hacer el documental de Palestina. Dentro de un par de meses empezaremos a ver en los diarios ilustrados de todo el mundo las fotos de Leo Matiz. Yo he visto, por ejemplo, en revistas de Holanda, viejos campesinos, beatas de pañolón negro y frente arrugada, que suben los domingos, de Bogotá a la iglesia del Señor de Monserrate. Matiz ha encontrado el destino de su vida en la cámara fotográfica. Pero no ha sido sin aventura. Cuando hace veinte años lo conocí en Bogotá y me llevaba dibujos para la Universidad, nadie, y él mucho menos, hubiera podido imaginar lo que iba a hacer la accidentada trayectoria de su vida. Hace poco menos de un año fue Matiz

contraparte en una violenta polémica sobre el arte de David Alfaro Siqueiros, de que se ocuparon todos los diarios y revistas de la capital de Mèxico. Siqueiros, que venía preparando una serie de de cuadros sobre motivos de la revolución encargó a Matiz fotografías documentales. Matiz tomó más de cien, que entregó al gran pintor. Cuando se celebró la exposición de Siqueiros, Matiz reveló la historia de las fotografías. Alguna revista las publicó, enfrentadas a los cuadros de Siqueiros, diciendo que el pintor no había hecho otra cosa que darle un desarrollo en colores al trabajo de Matiz. La polémica se acaloró de tal suerte que Matiz tuvo miedo de México. Tomó un avión, y salió para su cueva de Greenwich Village. Por una u otra razón, el cuarto piso en la oscura calle del Village se ha convertido en el cuartel general del fotógrafo, y en su centro cordial. Cuando puede, Leo Matiz va a ver a su madre, que según entiendo vive en Fusagasugá. Hay alguna diferencia entre esa primera suya: Fusagasugá-Cundinamarca-Colombia, y ésta ahora: Greenwich Village- New York- USA. Quizá en su pueblo poco se acuerden de él. En cambio, andando con Leo Matiz por la feria de los artistas bohemios, a donde su mujer, que adora los collares, los anillos, las pulseras, conoce todos los joyeros del contorno, no hay pintor, ni ceramista, ni platero con quien esta pareja no tenga al menos trato de saludo. Y si en Greenwich Village todo el mundo ha tenido aventuras, las de Leo matiz no han sido menores, ni lo serán.Ya veremos lo que traiga en historias de Palestina, o de Grecia. *Autor de la biografía Caribe y uno de los periodistas más destacados del siglo XX en Colombia. Nació en Bogotá en 1900 y murió en esa misma ciudad el 30 de noviembre de 1999.

15


La Metafora del ojo* Leo Matiz

La vida turbulenta de Diego Rivera y Frida Kahlo también

Mis recuerdos de México son en blanco y negro. No sueño

viene a mi memoria. Cuando arribé a México en 1941 esa

el color. Los colores se han ido de mi vida. Ahora todo es

pareja de artistas había consolidado bajo la atmósfera

blanco y marfil. Tal vez esa penumbra sea un anticipo de

creadora y frenética de sus vidas, la imagen imborrable de

la muerte.

su propia leyenda. Fui invitado muchas veces a la casa museo de Coyoacán y en una de esas visitas tomé

México lo viví de forma vertiginosa, entregado a la

fotografías que surgieron en la cocina de Talavera, en el

sensualidad del instante. Tuve reconocimientos pero

desprevenido paseo de Frida en el antejardín de su

nunca fui consciente de que era importante lo que yo

vivienda comprando telas a vendedores callejeros o en la

hacía. Siempre fui errante e inestable, aun en la amistad.

actitud concentrada de Diego, observando el boceto de un

He vivido con desesperación, con un deseo permanente

mural. Observo en esas imágenes realizadas hace

de cambiar siempre. Habitaba un edificio y me mudaba a

cincuenta años la mirada profunda de Frida y el gesto

distintos apartamentos del mismo. Buscaba la soledad y

severo de Diego, y llego a sentirlas como poderosos y

huía de la gente, de las cosas: siempre ambicionando

sugestivos destellos que iluminan el frágil velo de la

llegar a lugares donde nadie había llegado, o regresar a

memoria.

sitios de los que había partido.

Voy a morir tranquilo, pensando que nadie superará lo

*Tomado del libro La Metáfora del ojo, biografía sobre el fotógrafo Leo Matiz escrita

que yo viví en México. Creo que he vivido allí el mejor

por el periodista Miguel Ángel Flórez Góngora. Homenaje Nacional de Fotografía,

siglo de la vida. Yo mismo no encontré nada en el mundo

Ministerio de Cultura, Bogotá, Colombia, 1998.

similar a lo que descubrí y amé en ese país. Cómo olvidar su luz blanca y transparente, sus atardeceres grises y azules, vividos en esa ciudad bullente de cinco millones de habitantes.



Frida Kahlo Biografía El 6 de julio de 1907 nace Frida Kahlo en Coyoacán, al sur de Ciudad de México. Hija de Matilde Calderón González y Guillermo Kahlo, fotógrafo descendiente de judíos húngaros, establece desde pequeña una relación muy estrecha con su padre aprendiendo de él fotografía, arqueología y arte mexicano, elementos que marcan profundamente su imaginario. Las distintas desgracias y enfermedades que marcaron la vida de la pintora determinan en gran medida el carácter mismo de sus creaciones pictóricas. Frida nace con espina bífida, enfermedad que le genera una deformación de la columna vertebral y un menor desarrollo de su pierna derecha. El 17 de septiembre de 1925, luego de tres años de estudios en la Escuela Nacional Preparatoria de México D. F., en donde conoce a Diego Rivera su futuro esposo, sufre un terrible accidente que empeora notablemente su estado físico marcando su vida en forma definitiva: un tranvía enviste el camión en que viaja con su novio, un manillar le atraviesa la pelvis, su pie derecho queda machacado y termina con lesiones permanentes en la columna vertebral. Cubierta de yeso y obligada a mantener casi total inmovilidad se dedica completamente a la pintura, encontrando en el arte el medio ideal para expresar su dolor y liberar su cuerpo. En 1928 se inscribe al partido Comunista y entra en contacto con importantes personalidades intelectuales y artísticas del momento, como los fotógrafos Tina Modotti y Edward Weston. Su activa participación y compromiso con el partido comunista la lleva a hospedar en 1937, en su Casa Azul de Coyoacán, al líder comunista León Trotsky con su mujer. Entre los dos surge un intenso romance, sin embargo aun así continua su relación con Diego Rivera, con quien había contraído matrimonio el 21 de agosto de 1929.

18

A pesar de los recurrentes contrastes y desilusiones amorosas, este gran protagonista del muralismo mexicano se convierte en su eterno amante y principal punto de referencia sentimental e intelectual; es justamente por sugerencia suya que Frida comienza a vestirse y decorarse con tradicionales trajes populares, apropiándose de este modo de sus orígenes mexicanas. Entre 1930 y 1933 la pareja vive en Estados Unidos, en las ciudades de Nueva York y Detroit. A pesar de su intensa producción pictórica y de las peculiaridades de su obra, Frida realiza a lo largo de su vida sólo dos importantes exposiciones: la primera en 1939 en la galería Renón et Collega de París, gracias a la ayuda de André Bretón, uno de los principales representantes del surrealismo; la segunda y más importante en la primavera de 1953 en la Galería de Arte Contemporáneo de Ciudad de México. Para este entonces el estado físico de Frida ha empeorado terriblemente y la artista se ve obligada a asistir a su exposición en camilla. Ese mismo año le amputan la pierna por debajo de la rodilla a causa de una infección, lo que la lleva a una profunda depresión y a diversos intentos de suicidio. El 13 de julio de 1954 a los cuarenta y siete años de edad, muere Frida Kahlo. Su cuerpo es incinerado y sus cenizas se conservan en la Casa Azul de Coyoacán, actual Casa Museo de la artista. Fuentes: - Wenger Adriana Alicia, “Dolor y arte: Frida Kahlo”, Psikeba revista de psicoanálisis y estudios culturales. - Frida Kahlo, Wikipedia - Museo Casa de Frida Kahlo, www.cnca.gob.mx/cnca/inah/monuhis/fazul.htm - “Frida Kahlo” catálogo curado por A. Bonito Oliva y Vicenzo Sanfo, Milán, Museo della Permanente, 2003, Silvana Editore Spa.


19


Frida y su obra La visibilidad de lo invisible Una de las características que más facilmente sorprenden al espectador cuando se enfrenta a la obra de Frida Kahlo es el tamaño de sus cuadros. La fiereza de la representación, la crueldad y veracidad de los objetos representados nos hacen pensar e imaginar que estos cuadros nos invadiran no sólo por sus temáticas sino también por sus amplias dimensiones. Sin embargo cuando tenemos la oportunidad de encontrarnos frente a una de las obras de la artista mexicana quedamos sorprendidos por su pequeño tamaño. Este aspecto puede ser aun más asombroso si pensamos que Frida Kahlo no solamente fue contemporánea de los grandes muralistas mexicanos sino que se convirtió en esposa y fiel admiradora de Diego Rivera, el más reconocido exponente de esta tendencia. En un momento y en un contexto político en el que los artistas luchaban por un arte de carácter popular, capaz de invadir los muros de una ciudad y romper las barreras del arte burgués, por siglos dedicado a enaltecer a sus protagonistas, Frida Kahlo decide salir a relucir con una pintura aparentemente opuesta, dominada por la presencia, casi única y exclusiva, de la artista como protagonista de la obra. Si bien, Frida como mujer, se caracterizaba por una posición política fuerte y un juicio crítico y perspicaz frente a la realidad social de México, cuando se trata de pintar prefiere dejarse llevar por su instinto creador entregandose completamente a una necesidad personal: expresar el dolor y el sufrimiento que inundan su cuerpo. A través de sus cuadros la mirada de la artista se traslada de su mundo exterior a su mundo interior, conviertiéndose simultaneamente en observadora y en objeto observado.

La tela, el metal y la madera se convierten para Frida en el espacio ideal para hospedar y hacer visible, frente a los ojos de los demás y a los suyos propios, su triste realidad interior. Sensaciones, pensamientos, vivencias y sufrimientos indescriptibles, inmateriales e inpalpables se transforman en algo concreto y tangible en el momento en que pasan del cuerpo de Frida al cuerpo de la tela. Obras como La columna rota, Las dos Fridas, Hospital Henry Ford e incluso un cuadro como Unos cuantos piquetitos, en el que aparentemente la protagonista no es ella misma, se convierten para la artista en su propio espejo. El espejo de su intimidad, la superficie reflectiva en donde alma, cuerpo y mente se funden en una única imagen.

En Frida Kahlo se mezclan la mujer impulsiva y extrovertida que se opone a los parámetros de la sociedad y la artista racional y medida, capaz de transformar sus más profundas sensaciones en ordenadas líneas y formas de un perfecto realismo.

Es justamente esa posibilidad de lograr ver y hacer ver a los demás su real situación lo que le permite mantener con un cierto equilibrio sus relaciones con el mundo exterior y, es desde este punto de vista, que desconcierta un poco menos notar la inexpresividad del rostro de la pintora

20

La vida de la pintora mexicana estuvo fuertemente determinada por condiciones de salud muy precarias, que la llevaron a convivir, a lo largo de todo su existencia, con terribles dolores físicos y morales. Nace con espina bífida, enfermedad camuflada por su familia por un ataque de poliomelitis, que le genera problemas en su desarrollo físico y continuos dolores de espalda. En 1925 sufre el terrible accidente que marca su vida, el bus en el que viajaba con su novio es arrollado por un tranvía y su cuerpo es atravesado por un pasamanos. A pesar de los innumerables tratamientos a los que se somete nunca logra una total recuperación quedando obligada a dolorosas curas y continuas hospitalizaciones. Sin embargo es justamente todo este dolor y sufrimiento, acumulado durante sus casi 50 años de vida, lo que le permitió dejar correr libremente su imaginación transportando sobre la tela sensaciones y visiones íntimas, de otro modo dificilmente transmibles.


continuamente representado. Incluso en los cuadros en que Frida aparece llorando, son pocas las veces en que esas lágrimas se muestran como verdadera expresión de dolor. Son los colores, la particularidad y el realismo con que están representados cada uno de los elementos que componen los cuadros los que realmente transportan al espectador a ese mundo de sufrimiento. Sin embargo nos basta pensar en la iconografía cristiana, en las infinitas representaciones de la pasión de Cristo, o los martirios de santos y santas que invaden las obras del siglo XV y XVI para darnos cuenta que esta frecuente ambiguedad entre un cuerpo herido y un rostro armónico e impávido frente al dolor no es una particularidad exclusiva de Frida Kahlo. A través de un proceso de asimilación y apropiación de simbologías características del arte sagrado, como la corona de espinas, los clavos, las flechas que atraviesan la carne y las heridas sangrantes, así como la adaptación de una estructura formal y una composición tan particular como la de los ex-votos, Frida se auto transforma en la santa de su propia devoción. Su rostro es la máscara que habita su cotidianidad, es aquel elemento que nunca la abandona y que inevitablemente arrastra consigo misma hasta el día de su muerte. Es la imagen que se mantiene intacta incluso bajo el disfraz mexicano que adopta como elemento característico de su personalidad.

Detrás de los adornos, las flores y las guirnaldas que decoran su cabello, sus ojos oscuros, su ceja única y su delineada boca se mantienen intactos en todas las imágenes, mientras que su cuerpo se convierte, bien sea en la realidad como en la representación, en el centro de su transformación. Si el inhabitual aspecto de su pierna la lleva a apropiarse de los trajes tradicionales de la zona de Tehuantepec para esconder la debilidad de su cuerpo, los pinceles y los colores la llevan a exponerla frente a los ojos de un público ajeno a su realidad. A través de una pintura caracterizada por la utilización de colores fuertes y ácidos, por formas elementales y primitivas claramente delineadas por los contrastes cacofónicos de los distintos planos de la composición, en donde la influencia del arte popular mexicano y la de personalidades como Rousseau y Gauguin se delatan facilmente en los distintos elementos que enriquecen la obra, Frida logró liberar su alma y su mente del dolor de su cuerpo transformando su experiencia individual en un lenguaje universal accesible a todos.

Ana Isabel Cajiao

21


Frida bajo el signo de Leo

Miguel Angel Flórez Góngora*

¿Misteriosa? Sin lugar a dudas. Basta mirar sus autorretratos para intuir el magnetismo silencioso de su rostro y el destello de misterio en sus ojos. ¿Atractiva? ¡Imposible negarlo! Su porte venerable y su abrumadora presencia alimentaban esa habilidad indefinible para seducir la cámara. El registro de sus ojos vivaces y penetrantes bajo unas cejas espesas y delicadamente arqueadas nos confirman devotamente el embrujo. ¿Rebelde? Claro que si y de modo irredimible. Sólo es necesario dejar vagar nuestra mirada sobre el arrebato de furia de sus óleos y escuchar su voz ronca y áspera para exorcizar su cuerpo quebradizo que le permitían por instantes liberarse del peso de la vida y de la angustia de sus quebrantos físicos. No sólo irreverente. También comunista y bisexual. Creyente fervorosa del materialismo dialéctico y del paraíso comunista.”Leer a Lenin y Stalin, aprender que yo no soy sino una “pinche” parte de un movimiento revolucionario. Siempre revolucionario, nunca muerto, nunca inútil”, escribió con vehemencia en su diario. ¿Memorable? Los fotógrafos que la retrataron quedaban cautivados por su estilo desenfadado y su procaz sentido del humor. Detrás de su dolor Frida se sostenía con una chispa, un histrionismo y una fortaleza de ánimo que le otorgaban a su rostro un halo de luz sobre su cuerpo frágil y vulnerable. La espontaneidad y libertad que sentía frente a la cámara dibujaban algunas veces una sonrisa en sus labios, quizás para ofrecernos, con la conciencia de quien siente muy próxima la muerte, un destello de gratitud y misterio que en las imágenes de Leo Matiz surgen con la misma sutileza de una bruma. ¿Mito o realidad? Frida Kahlo se describió a sí misma como la gran ocultadora. La mayoría de sus autorretratos, plenos de simbolismo y desesperación, fueron pintados usando el espejo ubicado sobre su cama. Como un ciego que trata de orientarse en la oscuridad, Frida uso los colores y los pinceles para inventar sus propias máscaras y extraer de sí misma esas emociones ocultas, que como huellas imborrables, le iban dejando los dolores que la arrastraron a la muerte.

22

La pintura fue un juego cruel con su propia naturaleza íntima. Y ese viaje tortuoso, como quien huye de una catástrofe, la hicieron perfectamente consciente de los peligros de vivir. Confiado en sus instintos de fotógrafo y con la certeza que ningún rostro es infranqueable, estas imágenes de Leo Matiz captadas en México durante la década de 1940 nos permiten asomarnos a un fragmento de vida enterrada. Los retratos de Frida Kahlo nos devuelven la certeza íntima de hacernos perdurables, frente a quien desde otra orilla del tiempo observa y se permite la evocación. El mito de Frida Kahlo, ligado también de modo profundo a su extraordinario talento y versatilidad para desafiar con sus miradas atrayentes y colmadas de placidez de la cámara fotográfica, nos permiten en las impresiones en blanco y negro del fotógrafo nacido en Aracataca atisbar fragmentos de la pasión desbordada y la lucidez espiritual con la que esta mujer, convertida hoy en un icono de la cultura popular moderna, construyó su propia leyenda en la vida y en el arte. Con la mítica y legendaria artista mexicana, nacida en Coyoacán en 1907 y fallecida en Ciudad de México en 1954, el fotógrafo colombiano Leo Matiz cultivo una amistad fecunda junto al pintor Diego Rivera, en sus sucesivas visitas a la Casa Azul en los años 40 en México. Varias de las fotografías seleccionadas fueron captadas en los frecuentes y entusiastas encuentros de Matiz con la mítica pareja de artistas Frida Kahlo-Diego Rivera. Son escenas que la lente de Matiz captó y que surgieron en el ámbito espontáneo de la cocina de Talavera, en el desprevenido paseo de Frida alrededor del antejardín de su casa, comprando telas, en el gesto de sosiego y placidez de la pintora frente a la cámara o en sus labores de profesora en las escuelas populares de arte junto con sus discípulos conocidos jocosamente como los “fridos”.


Leo Matiz que dijo haberse enamorado de la luz, la cultura y del pueblo de México, evocó alguna vez antes de su muerte en 1998 la memoria de su encuentro con Frida y Diego confesando que “con Diego Rivera me ví varias veces y es curioso que muchas cosas por ejemplo que hoy se saben de Frida Kahlo no se supieron en esa época. A mi me pareció que ella tenía una vida triste. Diego era fuerte y Frida era una mujer frágil que vivió casi toda su vida afectada por su invalidez. Ella usó la pintura para su liberación. Estaba llena de corsés y de cosas, prácticamente invalida y se le veía sufrir”. La Casa Azul, situada en Coyoacán, una población rural en las afueras de Ciudad México en 1940, es un escenario profundamente ligado a la vida de Frida Kahlo. En esa antigua mansión ella vivió su pasión con Diego Rivera, sus desesperadas e intensas infidelidades conyugales, así como la prolongada agonía de sus quebrantos físicos que la llevaron a la muerte a la edad de 47 años. Leo Matiz, quien estuvo vinculado a la industria cinematográfica de México en los estudios Churubusco como fotofija, igualmente a los turbulentos y creativos movimientos artísticos de México en la década de los años 40 junto con los artistas David Alfaro Sequeiros, José Clemente Orozco, Gabriel Figueroa, María Félix, Luis Buñuel, Agustín Lara, Dolores del Río y Manuel Alvarez Bravo, llegó a ser considerado uno de los 10 mejores fotógrafos del mundo en 1948.

Tengo sed del rostro humano, susurraba Madame Stael en su lecho de muerte. El rostro es una máscara. Un territorio híbrido y ambiguo, dominado según Juan Villoro, por la paradójica autenticidad descrita por el Pingüino en Batman Regresa : “Me encanta la franqueza de un hombre enmascarado”. Pero los fotógrafos suelen tener ojos extraordinarios y alertas que levantan el velo que ocultan las obsesiones, los fantasmas y los deseos de un ser humano en ese estrecho puente que une a las tinieblas y la luz. Los ojos de Leo Matiz nos han devuelto de modo perdurable a través del clic de la cámara, la mirada viva, luminosa e interrogante de Frida Kahlo. En el breve espacio de sus estampas, la imagen legendaria de la artista mexicana nos invita a la observación cómplice del encuentro entre dos sensibilidades que asumieron a México y a su época como una fuente de libertad existencial y creación artística. Plenas de sugestión, encantadoramente intrigantes y nostálgicas, rigurosas en su composición y atrevidas en el virtuoso manejo de los contrastes de luz y sombra. Las imágenes de Leo Matiz nos fijan en los secretos rincones de la memoria, el rostro y el espíritu imperecedero de Frida Kahlo. * Periodista e investigador. Ha publicado el libro “La metáfora del ojo”, biografía sobre el fotógrafo colombiano Leo Matiz.

En el ámbito inestable de un rostro, la experiencia transformadora de la cámara fotográfica nos permite detener la intimidad de un gesto y hacerlo memorable en los secretos rincones de nuestra imaginación. Detrás del hombre que pretendía capturar con su cámara el halo invisible de un rostro, permaneció siempre alerta y atento, un agudo y brillante caricaturista. Matiz escudriñaba rostros, ademanes y defectos buscando extraer lo sublime, lo trágico y ridículo de la condición humana.

23



Obras 25


FRIDA EN LA ESCALERA DE LA CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1944 100 x 70 cm.


FRIDA CON LAS MANOS EN LA CINTURA Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1944 Impresión analógica sobre papel fotográfico


DE PIE CON ARBUSTOS Coyoacán, México, 1944 100x70cm.


FRIDA CON MANOS EN EL ROSTRO Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogotá 1998) Coyoacán, México, 1945 Impresión analógica sobre papel fotográfico


FRIDA JUNTO AL CARRO MIRANDO AL CIELO Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogotá 1998) México, 1945 Impresión analógica sobre papel fotográfico


MARIONETAS EN PAPEL MACHE Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Impresión analógica sobre papel fotográfico

DETALLE DE LA CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Impresión analógica sobre papel fotográfico

FIGURAS EN PIEDRA DEL JARDIN, CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Impresión analógica sobre papel fotográfico

FIGURAS EN PIEDRA EN EL JARDIN Leo Matiz (Aracataca,1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1997 Impresión analógica sobre papel fotográfico


MOSAICO RANA EN EL JARDIN DE LA CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Impresión analógica sobre papel fotográfico

ALCOBA DE FRIDA EN LA CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogotá 1998) Coyoacán, México, 1997 Impresión analógica sobre papel fotográfico

TORSO EN CONTRAPICADO Coyoac á n, México, 1946 35.5 X 25.2 cm.

ALTAR MUERTO, JARDIN DE LA CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca,1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1997 Impresión analógica sobre papel fotográfico


DETALLE MARIONETAS Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Impresión analógica sobre papel fotográfico

LA ORQUESTA, MARIMBA Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1997 Impresión analógica sobre papel fotográfico

DETALLE SILLA CON CALAVERA, CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1997 Impresión analógica sobre papel fotográfico

LA MUERTE, VESTIDA DE MUJER FIGURA EN PAPEL MACHE CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Impresión analógica sobre papel fotográfico


FIGURA EN PIEDRA, COCODRILO, JARDIN DE LA CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1997 Impresión analógica sobre papel fotográfico

ALTAR MUERTO, JARDIN DE LA CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca,1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1997 Impresión analógica sobre papel fotográfico


FRIDA Y UNA ALUMNA, LA ROSITA Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) México, 1945 Impresión analógica sobre papel fotográfico


DE PIE, CON LAS MANOS CRUZADAS SOBRE SU REGAZO Y LA CABEZA GIRADA A LA DERECHA Coyoac á n, México, 1944 37 X 27.3 cm.


FRIDA JUNTO AL CARRO MIRANDO AL CIELO Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogotá 1998) México, 1945 Impresión analógica sobre papel fotográfico


FRIDA BAJANDO LAS ESCALERAS EN EL JARDIN DE LA CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogotá 1998) Coyoacán, México, 1944 Impresión analógica sobre papel fotográfico


FRIDA CON MANOS EN EL ROSTRO Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1945 Impresión analógica sobre papel fotográfico


FRIDA CON LAS MANOS ENTRELAZADAS EN LA CASA AZUL Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1945 Impresión analógica sobre papel fotográfico


DE PIE CON ARBUSTOS Coyoacán, México, 1944 35.7x26.5 cm.


DE PIE EN LA ESCALERA MIRANDO A LA DERECHA Coyoac á n, México, 1944 35.6 X 26.4 cm.


FRIDA CON LAS MANOS EN LA CINTURA Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1944


DE PERFIL Y APOYADA SOBRE AUTOMOVIL Coyoac á n, México, 1944 27.3 X 27.1 cm.


FRIDA CON EL VENDEDOR DE TELAS Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) México, 1945 Impresión analógica sobre papel fotográfico


FRIDA Y DIEGO EN LA COCINA Leo Matiz (Aracataca, 1917- Bogot á 1998) Coyoacán, México, 1946 Impresión analógica sobre papel fotográfico


Emanuele Viscuso

47


Frida Kahlo, Leo Matiz y Emanuele Viscuso juntos en el Art Temple

Extraordinaria exposición a través del espacio, el tiempo y las dimensiones del arte y de la vida Por Sergio Uribe, amigo íntimo de la familia Matiz, abogado y agregado del Gabinete Presidencial Mexicano, hoy día comerciante e historiador de arte.

Ofrecemos la historia de esta exposición para aquellos interesados tanto en el arte como en su particular trasfondo histórico y humano. En este caso artistas con vidas extraordinarias de encuentros y de pasión como Frida Kahlo, Leo Matiz y Emanuele Viscuso. Fallecida desde hace cincuenta años la primera y desde hace seis años el segundo; y todavía vivo (más bien muy vivaracho) el tercero. En Ciudad de México, el 24 de mayo de 1940, León Trotsky, fundador de la Armada Roja, huye de un atentado dirigido por alguien parecido al muralista David Alfaro Siqueiros. Siqueiros, buscado por la policía, huye a Chile protegido por el poeta Pablo Neruda. Diego Rivera, otro famoso muralista, sospechoso de complicidad en el atentado, se refugia en los Estados Unidos. El 20 de agosto, Trotsky fue mortalmente herido en su propia casa por Ramón Mercader, agente de la Guepeau. El carro y el chofer de Rivera están implicados en el homicidio. La pintora Frida Kahlo, que conocía a Trotsky y a Mercader, fue interrogada varias veces por la policía - a pesar de su padecimiento debido a las decenas de operaciones a las cuales se sometió por el accidente que tuvo cuando era muchacha. En este clima incandescente el joven colombiano Leo Matiz llega a México en donde enlaza su vida, y su naciente carrera de fotógrafo, a importantes personajes de los cuales se hace amigo, fotógrafo y colaborador. Se vuelve amante de la bellísima María Félix, que ayuda a volverse la más famosa actriz mexicana de la época. Es consentido por los presidentes y los más grandes artistas, es involucrado en el mundo del cine y en el de las editoras. Reportajes como aquél sobre la cárcel de Mazatlán, en donde pretendió ser un preso apasionado por la fotografía, pasaron a la historia. Las fotos tomadas a Frida Kahlo fueron para Leo Matiz el corolario a otras fotos tomadas a Diego Rivera y a otros famosos muralistas como Orozco y Siqueiros. Es ya famosísimo como fotógrafo cuando el poderoso Siqueiros le propone colaborar en el proyecto de un gran mural. Matiz acepta, pero el amigo Siqueiros lo traiciona, se adueña del material fotográfico de Matiz para producir su obra y ni siquiera lo cita. Matiz denuncia el plagio y Siqueiros responde incendiándole el estudio y amenazándolo de a dejar muerte. Matiz es obligado, en 1948, precipitosamente México para refugiarse en Estados Unidos.

48

En Estados Unidos y en el resto del mundo continúa su fulgurante carrera confirmándose como el más grande fotógrafo colombiano y uno de los diez fotógrafos más famosos del planeta. Una verdad, más que un cumplido, para el joven nacido en Macondo, el mismo país de Gabriel García Márquez de quien fue amigo y colaborador y en donde el escritor ambientó “Cien Años de Soledad”. Es más, parece que el joven Leo Matiz haya inspirado a García Márquez en algunas páginas del libro que le mereció el premio Nobel. En 1951 funda también la primera galería de arte de Bogotá: la Galería Leo Matiz. El primer artista que expone y lanza es Fernando Botero. Celebérrimo en todo el mundo, Leo Matiz ama profundamente Italia. Ya con más de setenta años, al final de los años '80 conoce en Milán a Emanuele Viscuso, joven escultor cuyo interés se dirige también a otros tipos de expresión, como ser la música, el cine y la poesía. El multíplice talento artístico y el temperamento apasionado de Viscuso son conocidos por la intellighenzia internacional. Maurice Henry, uno de los fundadores del arte abstracto, presenta la primera exposición de Viscuso en 1984, Pierre Restany, impresionado por la belleza de sus obras, escribe la primera crítica acerca de él, mientras Remo Brindisi destina una zona de su museo en Lido di Spina para los conciertos de piano de Viscuso que, desde siempre, une a la pintura y a la escultura sus dotes de compositor. Además su casa milanés es, en los años '80, un increíble lugar de encuentro para el mundo intelectual y artístico internacional. Una especie de Factory meneghina. Allí se puede encontrar a Carlo Castellaneta y Franco Battiato, Gianni Versace y Egon Von Furstemberg, Remo Brindisi y Maurice Henry o Pierre Restany. Leo Matiz, como recuerda su hija Alejandra, que lo había presentado al escultor, queda muy impresionado por Viscuso y le propone inmediatamente una colaboración artística. El conocido fotógrafo y ex galerista de Botero, se vuelve amigo del prometedor artista, con quien, durante su periodo milanés, inicia a sentar la base para una búsqueda conjunta a través de los diferentes lenguajes formales. Ellos descubren muchas cosas en común. El cine, por ejemplo. Leo Matiz de hecho había sido también director, además de fotógrafo de divas como Dolores del Río y María Félix. Por su parte Viscuso había ya escrito y dirigido para el teatro y, desde muy joven, había participado en películas al lado de actrices famosas como Sophia Loren, Catherine Denueve, la mencionada Dolores del Río y Verónica Castro, otra actriz mexicana.

1 (N.d.T. meneghino, de Meneghino nombre de la famosa máscara milanesa, se dice de todo lo que es típicamente milanés)


Y aquí inicia la parte más mágica de toda la historia. A pesar de que Matiz viviese en Bogotá y Viscuso en Milán, a pesar de que los separara una diferencia de edad de treinta cinco años, a pesar de que el primero fuese un fotógrafo y el segundo un escultor, sus proyectos nunca faltaron. Ni siquiera con la muerte de Leo Matiz en 1998, ni con la mudanza de Viscuso a Miami. Con ocasión del nuevo milenio, el artista, ya muy conocido en Italia, quería “volver a empezar de cero” en otro continente. A través del Consulado de Italia Viscuso fue encontrado por Alejandra Matiz, Presidente vitalicio de la Fundación Leo Matiz e incansable promotora y seguidora de la obra del padre. Alejandra, haciendo memoria de los proyectos entre el padre fallecido y el artista amigo, le propone realizar las ideas concebidas quince años antes, cuando los dos creadores habían iniciado a conjugar, juntos, los lenguajes de la fotografía y de las artes visuales explorando conjuntamente las relaciones entre los diferentes mundos artísticos y sus gramáticas. Así toma forma, inmediatamente, la exposición titulada “La pasión de Frida” en donde Viscuso ha utilizado, manipulándolas, las fotos originales que Matiz le había tomado, durante su estadía en México, a Frida Kahlo en los años '40 en el Barrio Coyoacán y en la Casa Azul en donde Frida había vivido su larga enfermedad. Las intervenciones artísticas de Emanuele Viscuso, acordadas 15 años antes con Leo Matiz han sido reveladas ante el público sólo en la premiere mundial del 28 de marzo de 2004 en el Art Temple de Miami Beach, un complejo artístico multimedia creado por Marivana Viscuso, hermana del escultor. La exposición en el Art Temple que tuvo lugar en el 50º aniversario de la muerte de Frida Kahlo, se suma a las otras 17 exposiciones que en este periodo y en todo el mundo ven a Leo Matiz como protagonista. Sólo en Italia hay en este momento, exposiciones en Milán, Génova, Nápoles, y en Turín en las galerías FNAC. Las mismas obras estuvieron expuestas el año pasado en la Permanente de Milán. La particularidad y la belleza de esta nueva serie de obras creadas en común por el binomio Matiz-Viscuso son indiscutibles. De hecho nace de la colaboración entre uno de los más grandes fotógrafos del XX siglo y un escultor extremadamente activo a nivel internacional cuyas obras aparecen en museos y aeropuertos. Aparece extraordinario el hecho que esta cooperación no haya sido interrumpida por la muerte del primero así como resulta mágica la unión entre dos artistas pertenecientes a dos mundos, dos épocas, dos continentes y dos culturas tan diferentes, y, generalmente, impermeables la una a la otra.

Esta simbiosis latina/europea con el tema de la pasión de una artista como Frida, atraviesa el tiempo, el espacio y las dimensiones del pensamiento y del arte como un “rayo en el cielo sereno”. Es la superación de toda barrera física, temporal y cultural. Viscuso ha logrado, de hecho, una admirable síntesis con señas e inter venciones aparentemente simples, convergentes hacia la temática del sufrimiento de la artista. Él ha tomado las fotos de Matiz, las ha doblado, cortado, quemado, traspasado. Ha añadido cremalleras, coronas de espinas, muñequitas, pedazos de plástico, pastillas. Ha citado con sus intervenciones a artistas como el decollagista Mimmo Rotella, Lucio Fontana con sus cortes, Alberto Burri con sus quemaduras, Andy Warhol con sus cromatismos sencillos. Aparentemente por medio de la profanación, Viscuso ha logrado ulteriormente confirmar un mito, es más, ha sublimado la que según Schopenhauer ha de ser la verdadera finalidad de toda arte: la representación de las ideas. Además de las intervenciones en las fotos originales, la exposición comprende también algunos estudios preparatorios. Entre ellos se destaca una foto de Frida Kahlo cerca de un niño pequeño. Un fotomontaje en el cual Viscuso ha jugado a introducir - en la foto tomada por Matiz a Frida una imagen de si mismo cuando era niño como para resumir el sentido de continuidad y de actualidad de toda la historia. Cuando en 1954 Frida Kahlo murió en México, Leo Matiz tenía treinta siete años y vivía entre Caracas y Bogotá ocupándose del lanzamiento de Botero mientras Emanuele Viscuso, quien iniciaría su carrera de escultor treinta años después, tenía dos años y vivía en Palermo. El fotomontaje se logró tan bien que parece que Frida esté viendo a este niño con la expresión de una mamá orgullosa. Como si fuera el hijo que la pintora hubiera querido tener. Sin lugar a dudas esta simbiosis artística Matiz- Viscuso y esta exposición representan algo único y extraordinario. Quizás el inicio de un nuevo capítulo en la historia del arte: aquello sobre Artistas Tridimensionales, capaces de pisar el umbral del espacio, del tiempo, de la materia y de las distintas disciplinas. Los artistas del futuro.

49


VENTAGLIO Emanuele Viscuso

CORONA DI SPINE Emanuele Viscuso


CERNIERA Emanuele Viscuso

DECOLLAGE Emanuele Viscuso


FILI DI PLASTICA Emanuele Viscuso

AURA Emanuele Viscuso


BAMBOLINA Emanuele Viscuso

FILI DI FIERRO Emanuele Viscuso



Frida: Una mirada femenina desde Honduras 55


La vida abierta de la Frida Kahlo por Katia Lara / cineasta

En este tramo de mi vida, que atravieso abarrotada de dudas, Frida significa esperanza. Quizá siempre, y a pesar de una vida colmada de dolor, Frida ha significado para mí, la indispensable esperanza. En los noventas, y durante los siete años que viví en San Salvador, intenté sobrellevar la frialdad de la publicidad, que entonces me daba de comer, llenando el espacio de música, murales colectivos, fotos, dibujos, pinturas y postales. Entonces compartía la casa con Martín (alemán), Vivian (venezolana) y Heréndira (mexicana). En el comedor colectivo mantuvimos siempre una litografía grande de una hermosa obra de Frida Kahlo “La novia que se espanta de ver la vida abierta” Esa mujercita vestida de blanco, pequeña junto a la fruta llenísima de vida, nos regalaba esperanza. El año pasado estrené un cortometraje de ficción titulado EL VIAJE DE SUYAPA. La necesidad de poner de lo mío en los personajes me llevó nuevamente a Frida. SUYAPA, el personaje principal del corto, se dedica a sacar piojos en su “Clínica de piojos Suyapita” A pesar de que el negocio es más o menos próspero, y le permite a SUYAPA vivir sola y estudiar periodismo, ella quiere irse de Honduras, guarda la esperanza de un futuro mejor y tiene en la pared de su clínica una litografía grande de una hermosa obra de Frida Kahlo “La novia que se espanta de ver la vida abierta”

FRUTA VIDA (Tema musical del cortometraje EL VIAJE DE SUYAPA) Letra: Katia Lara (Honduras) Música: Leticia Servín (México) ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Porqué? Mis sentidos no saben y he perdido la fé Naranja dulce, limón partido, saber qué hacer es todo lo que pido. ¿Cuándo? mango ¿Porqué? sandía ¿Dónde, dónde venden la fruta -vida? Llueve, llueve, ¡qué rico llueve! Huele, huele, ¡qué rico huele! Es la vida abierta de la Frida Kahlo que me dice a gritos ¡preguntar no es vano! ¿Y será entonces que sí tiene sentido preguntarse tanto por la fruta - vida? ¡Ese es el sentido de la fruta - vida! no saber a qué sabe hasta verla partida.

Frida Kahlo “La novia que se espanta de ver la vida abierta” 1,943

56 24

Escena EL VIAJE DE SUYAPA un cortometraje de Katia


Frida Kahlo, más allá de escuelas y de estilos Lo primero que me gustaría subrayar sobre la obra de Frida Kahlo es la manera autodidacta con la que se inició en el arte. A partir de este hecho es cómo yo me acerco a su pintura. A diferencia de muchos, yo pienso que su destino no está cifrado en una concepción intelectual del mundo de los sueños, sino en su experiencia intensa y muy personal de lo real. Quizás por su enfermedad, por su traumática existencia física, Frida basa su producción artística en la representación constante del cuerpo humano, como elemento básico de un sostenido discurso sobre la feminidad, pero también sobre la maternidad, sobre la carne, sobre el dolor. En sus telas nos encontramos con cuerpos desnudos, desollados, fracturados, torturados, abandonados en su desolación. Al parecer, a través de sus cuadros, ella desarrolló una especie de control expresivo de un cuerpo, que en su vida cotidiana no podía controlar. Frida recurrió al informalismo, al expresionismo y a la evocación de los sueños -característica del surrealismopero sin ningún afán de correspondencia con patrones formales o con consignas de estas escuelas, sino partiendo siempre de su estricta subjetividad. Sus composiciones son una constante reflexión sobre la fragilidad del ser humano, sobre su dolorosa condición esencial, referida en particular a la situación de las mujeres.

Los autorretratos aluden en Frida a la mujer, a la madre, a la esposa, a la amante, con una insistencia obsesiva. Frida toma el exterior de sus modelos, y nos sugiere el mundo interior, los diferentes niveles de la vida síquica, el universo subconsciente. Era una mujer de su tiempo y, al igual que otros artistas, ella sufrió el desencanto, la depresión y la angustia de una época llena de conflictos sociales, saturada de problemas cotidianos. Fue una mujer movida por intensas pasiones. Ella era una admiradora entusiasta del arte de los maestros artesanos mexicanos, su obra es un homenaje a la enorme sensibilidad y la creatividad de la gente pobre de México. La colección de "exvotos", que llenaban las paredes de su casa en Ciudad de México, es una prueba clarísima de cómo Frida incorpora la iconografía popular y la sabiduría de los refranes populares en sus cuadros. Como ciudadana hondureña, como artista centroamericana, como mujer del tercer mundo, mi simpatía e identificación, mis sentimientos solidarios con la vida y con la obra, con la personalidad completa de Frida Kahlo, van mucho más allá del mero análisis académico de sus características técnicas, temáticas o estilísticas, o de la fría identificación de movimientos, sectas, escuelas o tendencias artísticas.

Xenia Mejía Padilla Artista Plastico

57 24


Fragmento del espectáculo de música y poesía La Gran Ocultadora: Frida Kahlo Grupo: Siguatas y otras yerbas

( Texto acompañado de cello y/o violín) En el espejo/ una mujer me mira/ desde arriba/

Desde arriba/ recorre con la punta de una pluma/ mi

duplicada/ en este espacio/ sin tiempo/ donde los días

cuerpo entero/ en un papel/ cada trazo suyo/ cuenta una

pasan/ iguales/ los meses/ los años/ todos/ iguales/ Ella

historia nueva/ mientras crujen los huesos en su sitio/

mira mi cuerpo inmóvil/ igual que fotografías/ y

cada color de sus ojos/ atrapa la luz/ con la esperanza/

lienzos/ me mira/ plasmada en el recuerdo/

para que mañana/ cuando alguien le pregunte/ pueda

eternamente horizontal/ (pausa larga se escuchan dos

decir/ con lujo de detalles/ las líneas de mi piel/ y esta

notas del violín o cello) Me observa/ me palpa/ me

pasión que aflora/ por sus manos/

huele/ me lame/ me re-conoce/ se reconoce en mí/ Ella me habla queda cuando lloro/ me canta nanas Miro a esta mujer de espejos/ y descubro en su esquina

cuando duermo/ me deshace la trenza/ y me cepilla 465

izquierda/ una araña royéndole/ el marco en su frente/

veces/ mientras mira fijamente mis ojos/ Reconozco en

sobre sus alas/ extendidas/ un ojo/ en el ojo/ el hombre

ella/ unos sueños detenidos/ —partidos por la mitad—/

que amaba/ más de lo debido/ (pausa larga. Crece el

en plena juventud/ y estas ansias de vida/ que son las

cello. Solo de cello unas cuantas notas ..la música se

mismas/ y las de siempre/ y las de todas/

atenúa y la voz crece) Una mujer me mira/ desde un espejo/ allí/ donde se Ella me mira/ porque mirarse no puede/ con el peso de

cuelga el cielo/ sobre la cama/ me mira/ profunda y

los años/ y la demencia/ Alza en sus manos/ una copa

tierna/ como si al verme/ deshojara el universo/ yo

oscura/ que derrama sobre el blanco/ de esta sábana/

también la veo/ y me reconozco/ al verla/ es la mujer de

enredada de colores/ para brindar conmigo/ esta

cuerpo entero/ que yace sostenida/ hablando a las

quietud de domingo/ por la tarde/ Yo la veo/ tras la sal

mujeres/ sus historias/ yo también la sueño/ y al

endurecida de mis ojos/ y reconozco en ella/ algo de la

despertar la busco/ nuevamente/ tendida sobre el cielo/

pasión perdida/ el sobresalto de los sueños/ —los

Amanda Castro Escritora y poeta

míos—/ la vibración telúrica de un beso/ se siente la vibración profunda del cello).

58 24


Que significa para mi en lo artístico y en lo humano la obra de Frida Kahlo En mi condición de artista, mujer y gestora cultural hablar de Frida Kahlo es identificarme totalmente con su lucha, con su libertad absoluta tanto en su obra como en su vida misma y con la pasión genuina y avasalladora con que vivió toda su enorme vida. Frida Kahlo escuchó sus voces internas y las siguió y obedeció a pie juntillas y como mejor le pareció, sin importarle nada de los cánones y conceptos establecidos tanto dentro del arte y la política de su época, de su país o del mundo entero. Hizo y deshizo a su pleno antojo y esta libertad majestuosa es lo que la hace una verdadera artista, un ser humano libre, autónomo en todo aspecto aunque pareciera que siempre estuvo sujeta solo a una cosa externa, su amor por Diego. Su amor por este ser fue lo único que la hizo tambalear un poco en su voluntad férrea por ser genuina, honesta, por ser solo Frida y nadie mas. Esta autonomía hizo que su obra fuera única, novedosa, fresca y tan apegada al amor y a la tierra. Frida es como una de las raíces que pintaba, saliendo poderosamente de la tierra para enredarse en todo y en todos y logrando que un universo entero de razas, sexos, y épocas quedase eternamente atrapada entre sus inmortales raíces. Regina Aguilar Escultora

Mucho me atrapa su personalidad, Poco le conozco y mucho me atrapa su personalidad, Frida Kahlo es creadora en una relación antagónica con la creación. Gusto tanto de las teorías orientales, que en sus libros los chinos dicen que en el principio de todo es conocerse a si misma para poder comprender las leyes del universo, pues si retomo a esta mujer artista mexicana en algunas de sus famosas conversaciones alguna vez le preguntaron, porque se pintaba tan constantemente, ella dijo, me conozco tanto, soy la persona que mejor conozco y en efecto al conocerse tanto parecía pintarnos a todas.... El parto fallido o aborto, es grotesco y sin embargo genial. La pintura de su vestido en algún lugar de los Estados Unidos mientras acompañaba a Diego, es solamente, lo único que hay de mi aquí en medio de este caos , es mi vestido, como mujer una energía revitalizadora viviendo en una cuerda floja y sumergida cada instante en la savia de la vida... Como artista, una explosión, y a la vez una profunda reflexión en los distintos escenarios pintados y escritos por Ellas, que nos hacen ver el mundo tal cual es como si tuviéramos una enorme lupa... Esto para mi es Frida, además de motivación, de no resistencia, de filosofía de vida... Olga Iris Mencia Escritora y periodista

59 24



Homenaje a Frida Kahlo 61


Frida Amor. De Diego, su locura, su niña, su pasión. Frida. Amor!! Frida furia, Frida tempestad Frida, de México un volcán. Frida, de América la luz. Frida, de mi alma; la forma y el color. Frida, la magnífica riflera de rivera. Frida, erupción luminosa del mundo, Frida, el cenit inmortal coronado por el so. Roger Rovelo Poeta

62 24


Dagoberto Posadas Artista Plรกstico

63 24



Bo. Abajo, Calle El Telegrafo, Ave. Miguel Paz Barahona, Antiguo Palacio de Los Ministerios, Tegucigalpa, Honduras C.A. Tel:(504)238-7412/ 7395 Fax:(504)238-8747 Apdo. Postal 3460


ALEJANDRA MATIZ www.leomatiz.org


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.