Javier Peña

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Javier Peña Galiano Nació en Murcia en 1966. Arquitecto por la ETSAM desde 1992, fundó XPIRAL innovative answers en 1997. Como responsable de este equipo, dirige el desarrollo de distintas propuestas que exploran alternativas a problemas disciplinares, apoyadas en las nuevas tecnologías y recursos multimedia, más allá de la arquitectura, el urbanismo y el diseño. Asumiendo como criterio la formación permanente y evolución creativa el hecho de realizar numerosos viajes por distintos países, así como el concepto ‘Tuning’ como actitud ante la realidad existente, como mejora arquitectónica, urbana o territorial, un proceso de diseño que conecta maquetas, prototipos y fábricas, que simultanea los formatos de producción de proyecto con los de producción material. Durante los últimos 15 años, en su práctica docente ha trabajado como profesor universitario dirigiendo sus propias unidades docentes así como Workshops, en Universidades tales como el MIT, el IAAC, la UIC-Esarq, la Universidad de Alicante y la Universidad de Alcalá de Henares. Ha ganado concursos como el EUROPAN VI (Barakaldo- 2001- expuesto en la Exposición “On site: spanish architecture”, MOMA, New York, feb-may 2006.), el Concurso Internacional de Ideas Ciudad Levante de Córdoba 2002 o el concurso internacional del barrio de La Paz en Murcia 2006, y en el año 2011 ha sido finalista en el One Prize de Nueva York. De su obra construida destacan las oficinas de Xtra, finalista Premios SALÓNI 2004; Casa para dos coleccionistas, premios Residencia Singular 2004 y premio de Arquitectura de la Región de Murcia 2005; Casa de los Pinos y Farmacia de San Gines premio y mención respectivamente en la categoría de arquitectura en los Premios de Arquitectura de la Región de Murcia 2007. La obra de la Plaza de Pormetxeta en Barakaldo junto con MTM Arquitectos, es una de sus últimas obras. 2


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¿Cuál fue tu primera vez? Supongo que en casi todos los aspectos de la vida hay varias “primera vez”, y en mi caso que produzco de manera compulsiva e interiorizo y reflexiono sobre mis actos lentamente, quizás fuera más importante saber cuando me di cuenta de cuál fue la primera vez …a veces veinticinco años después…nunca es tarde ¿no? Con lo escueta y ambigua que es esta pregunta respondería a este nuevo “Reality blog“ con una obra que no era la primera, ya que había realizado diversas obras durante la carrera, en mi paso por el Ejército en Canarias y en colaboración con otros arquitectos, pero que fue un punto de inflexión en mi manera de entender el proyecto y la práctica de la Arquitectura, y que hoy sigo practicando, quizás a mayor escala y con más medios, pero esencialmente de la misma manera. Tenía unos veintiocho años y había aterrizado en Murcia un año antes, huyendo de la crisis del 93, que en Madrid se hizo especialmente dura, buscando una oportunidad de ser arquitecto, al menos como yo entendía ser arquitecto.

“Fue un punto de inflexión en mi manera de entender el proyecto y la práctica de la Arquitectura”

Dámaso Eslava era mi vecino en la playa de Santiago de la Ribera, el lugar donde veraneaba con mis padres desde pequeño, y él se había trasladado allí durante mi época universitaria en la ETSAM. Como buen filósofo que es, las conversaciones alrededor del mundo del Arte, la Filosofía y la Música copaban el tiempo de nuestras charlas veraniegas y de vez en cuando algún partido de fútbol con morbo… especialmente los aciagos España-Italia de aquella época! 4


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Años más tarde decidió trasladarse a Murcia y vimos diferentes casas, ya acabadas, para entrar a vivir, que no le convencían, no se adaptaban al modo de vida que deseaba. Al tiempo encontró un piso en el centro de la ciudad que, de nuevo, fuimos a ver juntos para ver si era adecuado. Tenía potencial: un clásico piso de los principios de los 80, pasante entre un gran patio a Sur y una excelente vista a Norte del Centro Histórico, en una planta 13, paralelo al Rio Segura, por aquel entonces muy deteriorado ambientalmente… aunque ahora no está mucho mejor… Finalmente lo compró y me propuso realizar una reforma total, ya que estaba muy deteriorado y la partición de “pasillerohabitacional” no cumplía ni de lejos las expectativas de un soltero contemporáneo, estudioso, melómano, con una gran biblioteca y socialmente activo: demasiados

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espacios pequeños, mal iluminados y de geometría retorcida… un ejemplo más de la ínfima calidad de la promoción inmobiliaria española. Era una excelente oportunidad de poner en práctica pautas de trabajo que quería desarrollar y no había podido hacer debido a que siempre había estado mediado por otros profesionales: arquitectos, ingenieros, militares… Aunque lo realmente nuevo era la aparición de “UN CLIENTE”: alguien que deseaba una nueva forma de vida, una personal fenomenología diseñable y específica. Si algo he aprendido estos años es que una administración pública o una empresa promotora no son clientes….hacen encargos 7


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pero no son clientes… Esto me recuerda a esa historia que contaba Sainz de Oiza sobre la “leche de vaca”…. O mejor “la leche de la vaca”… Esta condición especifica, deseada, personal, implicada y sufrida a futuros hace realmente especial la profesión de ser arquitecto, aunque también difícil y que te vacía en el tiempo. En este caso conocía bien las expectativas de Dámaso, por lo que fue fácil encontrar una primera organización que le funcionara y que además pusiera en juego una forma de hacer Arquitectura que he ido consolidando estos años:

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• Entender que lo específico de cada cliente facilita la heterogeneidad del diseño. • Disfrutar y atender lo grande y lo pequeño. • Especial interés por establecer ambiguas relaciones entre la luz natural y la artificial. • Potenciar la flexibilidad y estacionalidad de las viviendas a través de dispositivos tridimensionales interiores y exteriores. • Proponer a través de prototipos, innovaciones tecnológicas de diferente alcance. • Vincular la producción de la Arquitectura con las empresas que la producen, en un proceso de ida y vuelta entre el estudio y los talleres. • Conectar las herramientas digitales de proyecto y de puesta en obra como un proceso único. • No diferenciar la obrar civil de las instalaciones. 11


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La obra se desarrolló durante varios meses, sin prisas, lo que permitió visitar los talleres, negociar, redibujar, hacer prototipos a escala real… Cada mañana a las ocho entraba a obra o a un taller, supervisando cada uno de los procesos, disfrutándolos, desde la demolición a los roll de los armarios… todo un lujo. Aunque últimamente hemos perdido el contacto (hace unos años se compró una casa de montaña y no va a la playa) mantengo el contacto con mis clientes y suelo ver las obras como evolucionan, algunas de una manera más continua y otras menos… En está, durante los siguientes años se realizaron pequeñas mejoras de mobiliario, que se desarrollaron con todo el tiempo que hizo falta…

“Propondría escuchar otra vez la letra de la canción de Madonna “Like a virgin” y continuar como si cada vez fuera la primera”

Por darle una vuelta más a la escueta y ambigua pregunta de “¿Cuál fue tu primera vez?” propondría escuchar otra vez la letra de la canción de Madonna “Like a virgin” y continuar como si cada vez fuera la primera… para buscar aquello que te distancia de la frialdad profesional a la pasión amateur…. de la rutina a lo sorprendente… de lo vacío al lleno… por volver a lo de Madonna…… ;-)

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