Manuel Pérez Romero Manuel Pérez Romero (1972) estudió arquitectura (1998) en la E.T.S.A. Las Palmas de Gran Canaria; Politécnico de Torino (Italy); Politécnico de Milano (Italy), Westminster University (London), y en la E.T.S.A. Madrid (Phd). Actualmente está preparando la lectura de su tesis doctoral El probable futuro del pasado emergente. Manuel Pérez combina la práctica profesional con la investigación y la docencia. Es profesor de Proyectos Arquitectónicos en la E.T.S.A.G.U. de Alcalá de Henares desde el año 2001 y actualmente también profesor de Proyecto Fin de Carrera y de Tecnología en el IE School of Architecture desde el año 2010. También ha sido profesor de Proyectos Arquitectónicos de la E.T.S.A. de Madrid (20002001). En el año 2002 funda el estudio nodo17 architects. Ha obtenido numerosos premios en concursos de ideas y de obra construida, como el premio obtenido en el AR Emergent Architecture 2009 (Londres) por el edificio del Instituto de
La Mujer y el Archivo Municipal de Móstoles. La obra de nodo17 ha sido publicada en más de 100 libros y revistas, destacando entre ellas la monografía sobre el trabajo del estudio publicada por la editorial coreana Damdi. Ha sido invitado a numerosas exposiciones, conferencias y talleres, como la 8º Bienal de Arquitectura de Venecia y Europan Generation en París. Tiene registrada la marca “Urbanismo Inverso” enfocada a la definición de una nueva metodología para la rehabilitación integral de barrios.
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¿Cuál fue tu primera vez? Fue una ampliación de 500 m2 de una vivienda unifamiliar en La Moraleja, Madrid. ¿A qué edad? Tenía veinticinco años y diría incluso que era demasiado joven, más aún cuando el cliente tenía cuatro años menos que yo. Yo estaba recién aterrizado en Madrid, acababa de terminar la carrera meses antes, venia de trabajar de la F.O.A. (Foreign Office Architects) en Londres, y en ese momento trabajaba por las mañanas en el estudio de Federico Soriano. ¿Con quién? Era para un grandísimo futbolista que en aquel momento jugaba en el Real Madrid, Clarence Seedorf. Luego se fue a jugar a la ciudad de Milán, primero en el Inter y luego en el Milan. Actualmente sigue jugando en Brasil.
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¿Cómo conseguiste el encargo? Teníamos una amiga en común y nos conocimos por la noche tomando copas. Nos caímos bien y a partir de ahí quedábamos alguna que otra vez para cenar. Cler no es el prototipo de futbolista que se puede asociar a alguien que sólo piensa y sabe hablar de “fútbol”. Participa en obras sociales, tiene grandes cualidades musicales, es un gran emprendedor y sobre todo presenta un gran sentido común que le lleva a tener inquietudes muy variadas. En aquella época se compró una casa en La Moraleja y me pidió que le hiciera una ampliación. La principal razón era tener más espacio para la familia, ya que para Cler la familia era lo más importante, aparte de otros espacios como una piscina de entrenamiento, sala de música, gimnasio… 5
¿Cómo te sentiste? La primera obra es un acto kamikaze, no da tiempo a tener sensaciones. En mi caso fue todo bastante rápido y no tienes claro donde te metes. Ayudó mucho la buena relación que tenía con Cler; él lo hizo todo más fácil. ¿Cómo fue y cuanto duró la obra? La obra la recuerdo bastante dura, pero no por problemas técnicos sino porque tuvimos que echar al contratista debido a una serie de graves incidentes, así que acabé yo ejerciendo en cierta forma de contratista. Quedaban cerca de cuatro meses de obra y recuerdo incluso llegar a cargar el coche con ladrillos, “La primera obra es sanitarios o luminarias. Ya de un acto kamikaze, por sí la primera obra se vuelve no da tiempo a tener compleja pero más aún asumiendo responsabilidades para las cuales sensaciones. ” yo no estaba formado. Tenía que llevar el control económico de la obra, coordinar los distintos oficios, el planning de la obra, pagar a las subcontratas… Por eso digo lo de kamikaze. La obra duró cerca de un año y para ser una rehabilitación y ampliación se puede considerar como un tiempo razonable. ¿Qué hiciste esa primera vez que no hayas vuelto a hacer? Ser tan kamikaze. Nunca más asumiría responsabilidades que no son estrictamente las del arquitecto ni riesgos como aquellos. ¿Qué no hiciste que te hubiera gustado haber hecho? Pues bastantes detalles y decisiones que estaban planteadas en el proyecto original pero que no se ejecutaron en obra debido a mi triple condición de arquitecto-contratista-jefe de obra. En un determinado momento mi objetivo fue simplemente acabar la obra ya que en muchas ocasiones se me antojó como una labor imposible. 6
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¿Qué consideras que es lo mejor de aquel proyecto? Dicho lo anterior, pues acabarla. Ello me permitió consolidar la confianza de Seedorf y así posteriormente me encargó otro proyecto que construiríamos cerca de éste: la casa del amor. ¿Y lo peor? Lo poco que la disfruté, fue demasiado brusco mi choque con el “mundo real”. ¿Has vuelto a visitar la obra? Hace mucho que no la visito, quizás cerca de cinco años. Cuando Cler se fue a Milán la alquiló a Norma Duval, la cual me llamó en varias ocasiones para visitar la casa ya que quería hacer algunas modificaciones como convertir el gimnasio en un gran Croquis de Clarence Seedorf para la vestidor (era increíble la cantidad casa del amor de trajes de fiesta que tenía) o simplemente asesorarla con el mobiliario. Recuerdo que salió publicada en la revista Hola, antes que en ninguna otra revista de arquitectura. Salvando las distancias y en un sentido estrictamente irónico me acordaba de que la primera publicación del Potteries Thinkbelt de Cedric Price fue en una revista de sociología y antropología y no de arquitectura (New Society), mientras que en mi caso fue en una revista del corazón.
Fotografías de Amparo Garrido y Luis Malibran
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Casa Seedorf. Alfombras contra líneas. “La imaginación geométrica actúa de soporte del recuerdo. El espacio se representa en líneas. Pero ése es el problema: ¿es posible transitar por una línea? Yo me pierdo.”1 En el proceso de este proyecto no se dibujaron líneas, se dibujaron planos. Planos sobre los que se pueden dibujar líneas, y no planos delimitados por líneas: alfombras. La línea desaparece. El encuentro entre dos planos no es una línea, puede ser una sombra, o una luz. O simplemente un cambio de textura. Rodapiés construidos con su propia sombra. Dos casas que se encuentran en un halo de luz. Planos de agua, de grava, que se reflejan infinitamente mediante un juego de espejos... Planos de pizarra donde sólo cambia su textura. El encargo vino de la mano de un conocido futbolista, Clarence Seedorf. Un deportista que buscaba ampliar su propia vivienda, al no cumplir sus peculiares necesidades: estancias para más invitados, para el servicio, sala de música, gimnasio, piscina de entrenamiento, sauna, biblioteca... Se optó por enterrarse bajo tierra, rehabilitando y ampliando unos sótanos existentes, con el fin de dejar el mayor espacio libre para el jardín, evitando cualquier tipo de edificaciones anexas. Se excavaron patios y se abrieron los sótanos al exterior. Sobre el espacio libre resultante se desenrollaron sucesivas alfombras, sobre las que poder caminar. No se pusieron alfombras sobre el suelo, sino suelos de alfombras, techos de alfombras y paredes de tapices. Alfombras de madera de iroko tejidas con acero galvanizado para el 10
exterior, de iroko sin tejer para el interior, sintéticas de P.V.C., de pizarra, de agua, de grava... Cada una de las excavaciones era el resultado de las actividades a las que eran destinadas. Descanso, árbol, movimiento, reflejo, agua, sombra, luz,... Un patio en L, donde alfombras de iroko tejen el interior con el exterior. Un patio para descansar, para colonizar el vacío excavado. El patio de invitados. Un patio con un árbol y una pérgola. La entrada a la vivienda de servicio. Es la imagen iconográfica de una casa. Una casa dentro de otra. Dos patios en rampa, que se deslizan hacia el agua de la piscina. Un juego infinito de reflejos. Un espejo en el techo y luego el agua. Un patio con un trozo de cielo. Un patio sobre el que resbala el agua. Un gimnasio. Luego sólo queda descubrir cada alfombra o tapiz: caminando nadando, corriendo, haciendo musculación, tumbándose, descansando,... 1.JIMÉNEZ, JOSÉ. Memoria. Editorial Tecnos. Colección Metrópolis.
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