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ABC

ECONOMÍA 45

DOMINGO, 1 DE AGOSTO DE 2010 abc.es/economia

Cifras en millones de euros Vencimiento

7.858

Vencimiento

Emisiones 2 3 9 10 16 17 23 24 30 31

4 11 18 25

5 12 19 26

Agosto

6 13 20 27

7 14 21 28

1 8 15 22 29

Vencimiento Emisiones

7.070 6 13 20 27

7 14 21 28

1 8 15 22 29

2 9 16 23 30

3 10 17 24

Septiembre

4 11 18 25

4 11 18 25

5 6 12 13 19 20 26 27

7 14 21 28

1 8 15 22 29

2 9 16 23 30

Octubre

Vencimiento

7.468

Emisiones

6.600 5 12 19 26

Vencimiento

3 10 17 24 31

Emisiones 1 8 15 22 29

2 9 16 23 30

7.662

3 4 5 6 7 10 11 12 13 14 17 18 19 20 21 24 25 26 27 28

Noviembre

Emisiones 6 13 20 27

1 7 8 14 15 21 22 28 29

2 3 9 10 16 17 23 24 30 31

4 11 18 25

5 12 19 26

Obligaciones Bonos Letras (12 y 18 meses) Letras (12 y 18 meses)

Diciembre

Calendario de emisiones y vencimientos de deuda pública hasta final de 2010 M.LOPEZ

El Tesoro Público también aprueba su test de solvencia BLos expertos dicen que ahora lo urgente son reformas «profundas» para salir de la crisis MONCHO VELOSO MADRID

Prueba superada: España no quebró en julio. Tras la bancarrota de Grecia y de la rebaja de «rating» hecha a la deuda pública española por dos de las tres grandes agencias de calificación, los mercados pusieron a nuestro país en su diana por los elevados vencimientos de deuda —24.663 millones— a los que se enfrentaba. El Tesoro Público español no solo cumplió con esos compromisos sino que incluso empieza, ahora, a resolver uno de los más graves efectos secundarios de esa crisis soberana: el encarecimiento de los títulos emitidos y por lo tanto de la financiación del Estado. La reciente publicación de los test de estrés a la banca europea fue clave para esa recuperación de la confianza en la solvencia de España. Pero el primer paso lo dieron los mandatarios internacionales saliendo a acallar cualquier rumor sobre un posible rescate al país. A finales de junio, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, la canciller alemana, Angela Merkel, así como el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el director gerente del FMI, StraussKahn, respondieron con un no rotundo a quienes planteaban esa posibilidad. Los mercados empezaron entonces a reflejar ese desmentido, aunque de forma tímida. Los inversores continuaron exigiendo rendimientos más altos al Tesoro durante las emisiones celebradas en la primera quincena de julio. La demanda se comportó muy bien en esas operaciones; tanto que el Ministerio de Economía no dudó en cali-

ficar de «éxito» esas operaciones. Sin embargo, el tipo de interés marginal de letras, bonos y obligaciones siguió al alza ante la desconfianza de los mercados. Los bonos a cinco años colocados el 1 de julio aumentaron su precio del 3,58% al 3,66%; y las obligaciones a 15 años del 4,44% al 5,12%, alcanzando el precio más alto de la última década. Los bonos a 10 años seguían por encima del 4,50%, el tipo más alto desde octubre de 2008.

Calma tras la tormenta

El 20 de julio supuso un punto de inflexión: ese día el Estado consiguió abaratar esas subastas. Fue en la emisión de letras a 12 y 18 meses. La siguiente subasta, el día 27, tras la publicación de las pruebas de solvencia a las entidades de crédito y ahorro, el emisor pudo corroborar esa reducción del precio de la deuda durante la adjudicación de títulos a tres y seis meses. Incluso el bono a 10 años ha vuelto a la calma después de un mes en máximos históricos. El diferencial entre ese bono español y el alemán, considerado referente de solvencia, se colocó en los últimos días por debajo de los 140 puntos básicos, después de que en junio llegase a alcanzar los 220, encendiendo todas las alarmas. Esa recuperación de la credibilidad en España permite al Tesoro afrontar sus próximos examenes con mayor seguridad. Y, sobre todo, a un menor coste. De aquí a finales de año, el emisor debe responder a la amortización de 36.676 millones. El menor precio que ahora paga en el mercado

Prima de riesgo Tras dispararse en junio hasta unos alarmantes 220 puntos básicos, el riesgo país se colocó en julio por debajo de los 140 puntos

de la deuda debería facilitar tanto esa operación como el resto de subastas de títulos que se celebrarán hasta diciembre. Y, en definitiva, mejorar las condiciones de financiación del país.

Ahora, a salir de la crisis

Tanto el Gobierno como autoridades de la Unión Europea e internacionales y los analistas celebran ahora el efecto positivo que en este sentido han tenido los test de estrés. Se espera que devuelvan y hagan estable esa confianza y consigan eliminar de forma permanente la volatilidad de los mercados. Sin embargo, los expertos son más prudentes. A pesar de la euforia desatada por la credibilidad que España obtuvo en sus exámenes bancarios —a raíz del rigor de sus pruebas, las más exigentes de Europa—, los analistas dicen que la crisis de la deuda soberana podría trasladarse ahora a la confianza en las posibilidades de recuperación de la economía española. Fuentes económicas y empresariales consultadas advierten de que si los planes de contención fiscal van por buen camino, las reformas laboral y del sistema de pensiones deben abordarse de manera más profunda para salir de la recesión cuanto antes. La timidez con que se están afrontado los problemas estructurales lastrará esa recuperación, según la mayoría de las previsiones de organismos e instituciones, incluidas las del FMI. Así, el PIB crecerá por debajo de lo esperado en lo que queda de 2010 y también en 2011 y el paro aumentará todavía más, entre otros pronósticos. Los economistas señalan que la inyección de confianza dada por los test de estrés aún no se ha trasladado de forma firme al sistema financiero y, como consecuencia, el crédito sigue sin fluir. Sobre todo hacia las pymes, parte fundamental del tejido empresarial y claves para que España encuentre la luz al final del túnel.

La crisis animó el endeudamiento La crisis no dio otra opción al Estado: recurrir cada vez más al endeudamiento para financiarse. Ante la caída de los ingresos fiscales registrada por las arcas públicas y a lo que la vicepresidenta Elena Salgado llamó «fuerte acción estabilizadora» del sector público, el Tesoro se vio obligado a aumentar en 2009, y de forma «notable», sus emisiones. Y, por lo tanto, a retocar todas sus previsiones iniciales de endeudamiento. Según la memoria anual de la política de endeudamiento del Estado en 2009, hecho público por el Gobierno de Rodríguez Zapatero el pasado viernes, el emisor español emitió el año pasado un total de 224.285 millones de euros en deuda bruta, elevando su saldo nominal hasta los 475.402 millones. Esto es, 116.977 millones más entre 2008 y 2009. Esa mayor necesidad de recurrir a las emisiones de deuda pública para financiar su actividad, incluso obligó al Estado a poner en circulación, por primera vez desde la entrada en el euro, un bono a tres años a tipo de interés variable. Y a emitir, durante todo el ejercicio, letras con vencimiento a tres, seis y doce meses. En concreto, se pusieron en circulación seis nuevas referencias en el mercado doméstico: dos bonos del Estado a tres años (cupón del 2,75% y 2,30%), un bono a cinco años (cupón del 3,30%), dos obligaciones a 10 años (en febrero con cupón del 4,60% y en mayo del 4,30%) y una nueva obligación del Estado a 30 años (en septiembre con cupón del 4,70%).


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