unos animales muy pacientes

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14VIVIR BURGOS

DIARIO DE BURGOS LUNES 10 DE SEPTIEMBRE DE 2007

Los aparatos son semejantes a los utilizados en personas.

MÍRIAM LÓPEZ / BURGOS

S

ituados en bajos, a veces no demasiado grandes, se esconden quirófanos en los que se debaten entre la vida y la muerte unos miembros singulares de la familia, pero también muy importantes. Y es que los animales de compañía están ganando cada vez más terreno en el corazón de sus dueños y esto se nota en el interés y cuidado que les dedican. Detrás de un escaparate lleno de lazitos, camisetas, patucos, gafas de sol y complementos varios para la comodidad y belleza de las mascotas está la parte más relevante de una clínica veterinaria. La zona en la que los profesionales dedican sus horas al bienestar de los que por allí pasan. Cada uno por sus motivos, todos merecen un trato de cariño que, seguramente, les ayude a superar algunas de sus dolencias. Amada, dueña del hospital veterinario Valderrama, conoce a muchos de sus pacientes, pues ya han pasado más veces por sus manos; otros, como Cuca, es la primera vez que acuden. Cuca es el cachorrito que ha cumplido la ilusión de la pequeña María. De la misma forma que hace no mucho tiempo cogía a sus muñecas, María mece entre sus brazos a su nueva compañera. Tras quitarla las lombrices y las pulgas y vacunarla, deciden ponerla el exigido microchip. Con una rápida inyección, al parecer, algo dolorosa por la cara del animal, queda marcado de por vida, lo que evitará en caso de abandono que el dueño salga indemne. Tristemente se han dado casos en los que han aparecido animales con heridas provocadas por haberles cortado el trozo de carne en el que va inserto el chip, actuación que, por suerte, está penada con la cárcel.

OPERACIÓN BÚSQUEDA. Una de las intervenciones más frecuentes es la endoscopia. Hoy le toca a Chispa. Seguramente se ha tragado algo y, por ello, no para de vomitar. Con las patitas de delante atadas, anestesiado y entubado, un pequeño aparato controla que su respiración se mantenga constante. Comienzan a meterle por la boca el tubo con la cámara que permitirá ver el interior de su es-

Gilda en la sala de ingresos minutos antes de su operación.

Afeitar a los animales es fundamental antes de ser intervenidos.

Unos animales muy pacientes Cada día se dispensan operaciones y cuidados más sofisticados para las mascotas • Hemos pasado una mañana en una clínica

Mediante una endoscopia buscan en el estómago del animal cualquier objeto que se haya tragado /FOTOS: ÁNGEL AYALA

tómago. No es fácil. Muy lentamente van moviendo el tubo hacia dentro y hacia fuera, inspeccionado cada centímetro del estómago del animal. En el monitor, apenas se ven unos rasguños, pero no hay rastro de nada más. La operación se alarga, la tripa del animal sube y baja de forma inquieta pero constante, como si Chispa supiera lo que le están haciendo. Los veterinarios que lo atienden saben que no sufre y, además, apenas corre riesgos. Finalmente lo encuentran. Un trozo de correa era lo que le estaba provocando el malestar. En muchas ocasiones no saben lo que buscan pues, a veces, no se ve con una simple radiografía. Han llegado a descubrir objetos tan dispares co-

«Tener mascota es una opción, no una obligación. Deben saber que estarán juntos muchos años»

mo una alianza de oro o un fajo de billetes de 5.000 pesetas, que les sirvió a sus dueños para pagar buena parte de la intervención. En la sala contigua está Oliva.

Es una gata común a la que le ha salido en la cara un gran bulto. No saben muy bien de qué se trata, quizá sólo sea pus o en el peor de los casos un tumor. Le han puesto medicación y ahora queda esperar a que le baje la inflamación. Si no es así habrá que abrir, sacar tejido y hacer una biopsia. Otros, los que no se pueden ir a casa, esperan en una sala para ser atendidos. Sus miradas tristes muestran que no pasan por su mejor momento ya que muchos están recién operados o en pocas horas lo estarán. A Canela la mordió un gran perro. La operación para curarle la herida que le provocó duró más de seis horas. Por suerte todo salió bien y ahora sólo queda esperar a que cicatrice. Lo mismo

le paso a Gilda, que además de ser víctima de los mordiscos de otro can la tienen que operar para quitarle unos pequeños tumores de la zona mamaria. En pocos minutos estará en quirófano. Existe cierta semejanza con aquellos de las asiduas series de televisión de hospitales, aunque en este la mesa de operaciones es más pequeña. La perra está boca arriba, con las cuatro patas atadas para poder acceder bien a la zona afectada. La imagen es extraña. Se la ve tan frágil, tan pequeña. En la clínica, muchas de las prácticas que realizan los veterinarios son semejantes a las que se someten las personas. A Zar, un joven perro de caza, le hacen una revisión del hígado y del bazo mediante una ecografía. Mira con intriga el monitor como si pudiera descifrar el estado de sus órganos entre esas manchas grises que salen en la pantalla. Se está portando genial pues apenas se mueve y eso, según Amada, facilita mucho el trabajo, aunque «cada perro se porta diferente», dice. GRANDES COMPAÑEROS. Cada animal tiene una historia diferente, pero si hay algo en común es que todos son muy queridos por sus dueños. Fraggle es un precioso perro de agua de 7 años que pasó su ‘infancia’ encerrado en una urna de cristal de las que utilizan en esas tiendas que venden animales en los centros comerciales. Durante cuatro meses no mantuvo apenas contacto ni con humanos ni con otros perros. Este hecho le marcó para siempre, pues, según explica Amada, «pasó en soledad su etapa de socialización», lo que hoy hace que apenas se relacione, excepto con sus dueños. Y es que los amos se convierten, en la mayoría de los casos, en el gran apoyo de los animales. Desde las clínicas apuestan por fomentar el respeto a las mascotas e insisten en que tenerla o no es algo opcional y como tal, el que así lo elija, debe ser consecuente con su decisión. Para éstos, las clínicas veterinarias se convierten en un apoyo fundamental en el cuidado de su ‘acompañante’, pues, realmente, como un miembro más de la familia, ellos también necesitan ir al ‘médico’.


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