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HOJA MISIONERA - Enero - Febrero
Becas a Fray Antonio Margil de Jesús Beca 11
Beca 14
SUMA ANTERIOR
338,38 €
SUMA ANTERIOR
1.108,38 €
CHULILLA: C.P.P.
50, 00 €
171,00 €
CHULILLA: C.P.P.
50,00 €
BENIFARAIG: P. Mª MAGDALENA LIMOSNA LOTERÍA
BENIFARAIG: CAP. STA. TERESITA
210,00 €
VILLAR DEL ARZOBISPO DIFUNTOS M.B
300,00 €
SUECA: UNA ENFERMA
20,00 €
M.S.P.
1.000,00 €
GUADASSUAR: EN ACCIÓN DE GRACIAS POR SUS DIFUNTOS
600,00 €
SUMA TOTAL
2.099,38 €
SUECA: UNA COLABORADORA C.B.S.
40,00 €
SUECA: UNA COLABRADORA
10,00 €
BENICOLET: VARIAS SOCIAS
100,00 €
S.F.H.
5,00 €
AIELO DE MALFERIT: DEVOTA
50,00 €
CHULILLA: AMIGAS DE LAS MISIONES
25,00 €
SUECA: EN SUFRAGIO DE R.R.C.
Beca 15 SUMA ANTERIOR
99,38 €
ANÓNIMO
100,00 €
PAIPORTA: P.S. JORGE MARTIR
60,00 €
50,00 €
POBLA VALLBONA LIMOSNA LOTERÍA
133,00 €
MONTEOLIVETE
10,00 €
POBLA VALLBONA: J.B.
60,00 €
ALCASSER: P y A
1.000,00 €
HERMANAS C.A.
60,00 €
2.028,38 €
BENISANÓ: VARIAS SOCIAS
40,00 €
ONTINYENT: P.S. JOSÉ. R.C.F.
300,00 €
ONTINYENT: P.S. JOSÉ. LIMOSNA LOTERÍA
50,00 €
S.F.H.
10,00 €
GUADASSUAR: LIMOSNA LOTERÍA
100,00 €
ENGUERA: L.M.
60,00 €
SUMA TOTAL
972,38 €
SUMA TOTAL
Beca 12 M.R.
2.000 €
Beca 13 UN PRESBÍTERO
Desde hace muchos años, en la delegación de misiones recogemos todo tipo de sellos: usados, nuevos, antiguos, colecciones... „ Aquí les damos “vida bien utilizándolos, si son aptos para nuestros envíos, de manera que nos ahorra mucho dinero que, puede ser enviado para las misiones. Pero, sobre todo, gracias a los donativos que algunos coleccionistas nos dan a cambio de algunos de los sellos que nos traéis. Estos donativos se destinan a la formación en los territorios de misión, de manera que las vocaciones que surjan en estos lugares no se pierdan por falta de recursos. Así, se convierten en becas misioneras, que en mayo ofrecemos a la Virgen de los Desamparados en forma de guirnaldas florales. Cada uno realiza su aportación a las misiones. Esta no cuesta nada y para las misiones supone mucho.
2.000 €
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Fecha:
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Firma:
Enero - Febrero 2021 / Nº 634
Hoja Misionera
Además en este número: 02
EL “ÁNGEL” DE LOS BEBÉS ABANDONADOS VUELVE (A ESCRIBIR) A CASA POR NAVIDAD SELLOS MISIONEROS
04
BECAS - BOLETÍN DE SUSCRICIÓN
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03
Valencia
más apetitosa, una cebra y corre tras ella. La oración dio fruto. En silencio por el susto, jadeando, recogieron la leña que habían dejado por el camino y regresaron cada uno a su casa. Más tarde María, la hermana de Carlos le preguntó “¿Qué te pasa, tanto tiempo sentado, estás preocupado?”. - “Nos ha perseguido un león”, respondió Carlos. - “Sabes que no debes alejarte”, le dijo sin gritar, pero con voz aguda. - Él se encogió de hombros. “No es eso, es por Sipho, no le dejan correr. Le diremos a mamá, a ver qué podemos compartir, pero todos tenemos poco”. Y añadió “el domingo iremos a la Capilla y le diremos también al catequista”. Ese domingo, anduvieron durante tres horas para ir a Misa. Fue una fiesta muy bonita. Como cada domingo, no hubo Misa, no estaba el misionero, pero rezaron, cantaron, escucharon y pudieron comulgar. Sin embargo, no dijeron nada al catequista, las ofrendas fueron escasas y había muchas madres esperando. En el regreso cogieron leña, agua y rezaron, para que Dios les proveyera, a toda la aldea, como a aquella viuda de Sarepta que san Elías se encontró. Lo había escuchado en la catequesis. Cada noche María y Carlos perseveraron en esa oración. A los pocos días, mientras estaban escribiendo es su pizarrita escucharon un vehículo y muchos gritos de las mujeres. Se oían desde lejos y parecía que era algo bueno. Salieron y el misionero estaba en la aldea, traía sacos de grano para repartir. Fue una gran alegría. Se repartieron a todos los granos según la familia, cristianos o no. El misionero dijo unas palabras, reunió a los cristianos y les dio la bendición. Esa tarde pudieron comer más y guardar un poco para la cena. Al día siguiente los niños fueron a jugar al futbol. Después de algunos días, ya tenían permiso para correr. Pero cuando, muy cansado y contento, Carlos regresaba a su choza, se dio cuenta de que Sipho no fue a jugar. Se acercó a su casa y Sipho estaba fuera sentado a la sombra con la cara como de dormido. - “No he ido porque no puedo correr”. Le dijo Sipho - “¿No tenéis comida?” - “Sí, sí, pero no he podido comer, mi madre dice que no tengo ya estómago, ya casi no tenía hambre. Ahora me gusta, pero no me cabe.” Carlos le contó el partido, se rieron un poco y se fue a su casa, de nuevo preocupado. Le contó a su hermana y siguieron rezando cada noche por su vecino, pues el peligro que le acechaba era mayor que el león.
El niño que tenía prohibido correr Carlos de 9 años iba con su vecino Sipho de 7 por la sabana recogiendo leña, cuando de repente escuchan un ruido, era un león. No les miraba, pero en cualquier momento que el aire cambiase de sentido les olería y podría abalanzarse sobre ellos en una carrera. La distancia de seguridad era inexistente para la velocidad del león y la de los niños. - Carlos dice “vamos a correr, antes de que cambie el viento”. - Sipho, agachado, responde “rápido”, mientras Carlos ya daba su primera zancada. Pero contnúa “no puedo correr, lo tengo prohibido”. - “¿Por qué?” preguntó Carlos. - “Si corro tengo más hambre, no duermo y lloro, y mis padres no duermen, por eso me han prohibido correr. - “¿No cenas?” - “Ya no”. - “Pero si no corres te rosigará el León, ¡Corre! ¡De hambre morirás otro día!”. Corrieron y cuando casi se alejaban lo suficiente el león se volvió, los miró, el aire había cambiado de sentido, y salió disparado, eran presa fácil. Carlos, al oírle rugir, miró al cielo. De repente, parecía que los pasos del león ya no se oían. Carlos lleno de terror, se giró, Sipho le seguía extenuado un poco detrás. Entonces se paró, ya no era necesario correr. El león había visto otra presa
Sec retariado Diocesano de
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HOJA MISIONERA - Enero - Febrero
Pocos días después su madre dijo a Carlos: “Te vas a la misión con nuestro vecino Sipho”. - “¿No está cerrada por el COVID?” preguntó el niño. - “El colegio sí, pero el hospital no. Él no puede ir solo y su madre ha de cuidar a sus hermanos pequeños. Van a intentar ayudarle.” En un camión con más gente fueron a la Misión. Carlos llevaba algunas pocas cosas, y ayudaba a Sipho, que le costaba caminar. De repente el camión frenó en seco, se dieron un golpe y empezaron a oír gritos, incluso un disparo. ¡Eran guerrilleros!. Carlos y Sipho se escondieron entre la gente y las cosas, pero no les hicieron mucho caso, no llevaban nada para ser robados. Robaron, pero no mataron a nadie ni se llevaron ningún niño a la guerrilla, quizá los vieron muy débiles. Por fin llegaron a la Misión, el Padre Luis les acogió y pusieron en la cola a Sipho para el pediatra. Estaba muy débil, pero le trataron y poco a poco fue mejorando, su estómago fue volviendo a funcionar. Por fin le dejaron andar un poco más y después seguro le dejarían correr. Mientras, pudieron estar en el internado con otros pocos niños, huérfanos, o enfermos o que por otra razón estaban ayudando o necesitaban ayuda, y continuar sus clases. Incluso iban a la parroquia y Carlos a Infancia Misionera, pero Sipho no podía, allí había que correr en juegos y actividades. Carlos le contó que otros niños de España también eran de Infancia Misionera y ayudaban pidiendo dinero y enviándolo para que funcionase la Misión, el Hospital, el colegio, el comedor… todo lo que fuese para niños. Y le contó algo que aprendió que parecía imposible: en algunos sitios como en España a algunos niños les obligaban a correr y a jugar más porque habían comido demasiado, su estómago era grande. Se rieron porque no se lo creían y Sipho dijo “quizá sea también malo tener mucha comida”. Carlos respondió que debía ser, por eso ellos piden “danos el pan de cada día” y no se pide más. - “¿A quién se pide eso? Sé lo que es pan, lo he conocido aquí, pero no entiendo ¿Se pide a la hermana misionera?” dijo Sipho .- “No, no, se pide a Dios”, respondió Carlos, “nos lo enseño Cristo, lo aprendo en la catequesis”. - “Y en la catequesis ¿hay que correr?” - “Es sentado, puedes venir y si te gusta te haces cristiano”. - “¿Pero ya puedo pedir a Cristo el Pan de cada día?” - “Sí, sí claro, espera, te enseño y rezamos juntos cada noche la oración entera y también a la Virgen María que es nuestra madre y nos ayuda desde el cielo”. Son 4 millones de niños los que reciben ayuda de Infancia Misionera y rezan por los niños que les ayudan. ¿Quieres que recen por ti? Puedes ayudar a 1.380 proyectos de educación, 659 de salud y comedores, 904 de catequesis; y rezar tú también por ellos, para que superen sus dificultades. Pide colaborar en tu parroquia, en tu colegio, en tu familia y cuéntalo a otros niños, todos pueden formar parte esta cadena de favores. Arturo Javier García Delegado Diocesano de Misiones
Nos despedimos del “ángel“ de los bebés abandonados
A principios de diciembre recibíamos la noticia de que la hermana Josefina Benavent Murillo, Franciscana Misionera de María, partía hacia la casa del Padre, al parecer, a causa del coronavirus. La misionera natural de Beniganim se encontraba desde el año 1973 en Marruecos, al servicio de los más necesitados. Como la describían en 2009 “personifica el esfuerzo y dedicación a los más desfavorecidos”. En la localidad de Errachidia atendía a los numerosos bebés que cada año son abandonados, normalmente por madres solteras que temen que las consecuencias. Con ello, se dedicaba a cuidarlos y “darles cariño, que es lo que más necesitan”, solía afirmar, hasta que eran adoptados por alguna familia. Nos unimos en oración y rogamos por su descanso eterno.
Vuelve (a escribir) a casa por Navidad Con motivo de la festividad del patrono universal de las misiones, San Francisco Javier, escribimos a los misioneros. En muchas respuestas nos cuentan la realidad que viven. También se han unido algunas para felicitar la Navidad.
Desde Honduras
Estimados OMP de Valencia Os escribo desde San Pedro Sula, donde apenas se están iniciando en mucho barrios labores de limpieza tras los dos huracanes que pasaron por América Central. Hoy he presidido la misa en la Mañana y he hemos recordado al santo misionero navarro. Gracias por vuestro saludo y vuestro interés, un abrazo. José Vicente Nácher, cm
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Apreciados amigos de OMP Valencia, saludos desde Puerto Lempira. La verdad es que este fin de año es muy diferente a otros anteriories. Personalmente, acabo de llegar a Puerto Lempira, he tenido que permanecer en San Pedro Sula más de un mes por una operación (...), pero ya estoy bastante recuperado. Allí he pasado los dos huracanes Eta i Iota, que han sido devastadores para este país. Ahora aquí en la Parroquia San José de Puerto Lempira, a la actividad normal se junta la de atender a los damnificados de las inundaciones. Ahora hay varias organizaciones, como el PMA, que están repartiendo alimentos para ayudar a los que han perdido sus cultivos, que en la mayoría siguen inundados. Nosotros no hemos traido comida en grandes cantidades, es muy difícil transportarla hasta La Moskitia, estamos ayudando solo casos individuales. Hemos optado por un progama de compra de Semilla que queremos traer durante este mes para que la gente empiece a sembrar sus frijoles, en cuanto pasen las inundaciones. Bueno, al menos os he compartido un poco de nuestra situación. Te comparto el link de un artículo que publuqué en nuestra página web de la Familia Vicenciana, por si queréis ampliar un poco esta información. Que el Señor les acompañe en su trabajo, P. Enrique Alagarda Nacher, CM
Desde Marruecos
Queridos amigos de Misiones Valencia: Muchas gracias por vuestro acompañamiento constante y porque también vosotros nos traéis la alegría del Evangelio desde nuestra querida tierra. Sobre todo, gracias por vuestra oración, eso nos hace sentirnos en comunión y nos fortalece en la fe. Os escribo desde Ksar el Kebir, Marruecos. Deciros que, tras los meses de restricciones en el país y la reanudación paulatina de actividades, tuvimos en octubre un encuentro en Tánger con la comunidad cristiana de la diócesis. Nos acompañó el arzobispo de Rabat, D. Cristóbal López, quien nos dirigió un mensaje en torno a la Misión y nos comunicó las
noticias más importantes de la Cdad. Cristiana en Marruecos. Nuestro encuentro fue motivo de gran alegría y a pesar de las restricciones, pudimos compartir lo que había supuesto para nosotros la vivencia de los meses pasados. (...) Para todos este encuentro supuso una buena inyección de ánimo apostólico y misionero. Gracias a Dios tenemos todos los servicios en marcha, pendientes de la evolución Covid en la ciudad y en la zona. Los servicios son la guardería; el comedor, servicio de biblioteca y estudio asistido para escolares de primaria y secundaria; y la promoción de la mujer en: peluquería, esteticién, repostería, y corte y confección. Hemos puesto en marcha un nuevo proyecto para fomentar la autonomía económica de estas alumnas, cuyas condiciones de vida son muy precarias, para que puedan obtener algo de sustento familiar. Algunas de ellas son madres. Les falta mucho del material necesario y gracias a este proyecto hemos podido comprarles algunos y ahora ya pueden trabajar. Ahora estas familias están atravesando situaciones muy difíciles económicamente, que podrán aliviar en parte mediante el trabajo de las mujeres. A la guardería asisten cada día 30 niños. Hemos reducido el número por razones de espacio, ya que en condiciones normales teníamos 90. Lo mismo con el comedor para escolares, reduciendo a unas 30 comidas y 30 meriendas diariamente. En cambio el servicio de biblioteca para hacer los deberes y estudio asistido lo hemos aumentado porque los colegios hacen turnos. En sus casas la mayoría de ellos, no cuentan ni con una mesa; tienen una bombilla para toda la estancia; humedad… Así que hemos ampliado el horario de atención. Son muchos los niños que se benefician de este servicio con la gran alegría de haber recibido una dona- ción de tablets para estudiar algunas lecciones. Por el momento somos solamente dos hermanas y no hemos podido llegar a las zonas rurales con la alfabetización de mujeres. Tuvimos que reducir el servicio sanitario, pues este año la hermana enfermera fue destinada a otro lugar. Pero seguimos ayudando a los enfermos crónicos, que tienen su seguimiento en la sanidad pública, con una parte del coste de los tratamientos, comprobando que tienen sus recetas actualizadas por los especialistas. Atendemos a unos 15 adultos y 5 menores, que vienen una vez al mes. También seguimos atendiendo a 20 bebés mensualmente y les despedimos en torno a los 7 meses, prolongando si es necesaria la atención. Durante este año hemos atendido 122 bebés. Ha sido un gusto compartiros estas líneas. Os deseo un feliz Adviento (lo que queda) y una dichosa vivencia de la Navidad. Seguimos en comunión y (en lo posible) en comunicación. Un abrazo. Inma Martí, hija de la caridad