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Hoja Misionera
OMP: la Iglesia Pobre
Obras Misionales Pontificias es la ayuda del Papa a las 1.119 Iglesias Pobres, llamados territorios de misión. El 37% de la Iglesia Universal es territorio de Misión. Representan 1/3 de la Iglesia católica. Aproximadamente un 44% del trabajo social y educativo de la Iglesia se desarrolla en los territorios de misión, donde vive el 45,70% de la humanidad. Uno de cada tres bautismos en el mundo se celebra en estos territorios. Un sacerdote en las Misiones atiende a más del doble de habitantes que un sacerdote de la Iglesia Universal.
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La India, el Amazonas en América, África, las islas de Oceanía... no son lugares turísticos donde el Papa envía a los misioneros a través de OMP, de sus obispos en cada territorio. Tampoco van solo de visita para conocer el lugar, ni se alojan en un hotel o un resort; y sus aventuras en canoa no son para hacerse fotos, ni buscan paisajes de cataratas y lagos; no van por conocer monumentos...
El objetivo de OMP y sus misioneros son las personas, y sobre todo las que no tiene medios para desplazarse, las que no pueden emigrar y no cuentan demasiado para nadie. Porque encontrar estas perso- nas, compartir su vida, estar con ellas es el único modo de que puedan conocer a Jesús, que tiene sed de ser conocido por todos y en especial por los pobres. Y cuando es conocido muchos, por la acción del Espíritu Santo, reciben la fe y los misioneros son los que, hasta que tengan vocaciones propias, hacen presente a Jesús en esas incipientes comunidades donde van inculturando el Evangelio, mientras también los misioneros se inculturan y adaptan a las circunstancias de ellos para así mejor encarnar a Jesucristo.
Es una verdadera aventura que tendrá repercusiones para la vida eterna, pues ahí se manifiesta el amor de Dios, que quiere llegar hasta el último rincón. “Tus amigos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado”.
Así es el caso de Jeremías Villalva, seminarista Ad Gentes de la Orden de San Elías, de Argentina, quien con 22 años ha dejado su carrera de derecho y de atletismo para ser misionero en Malaui, y nos cuenta: Gran fin de semana en Chilambo, en medio de la montaña en la frontera entre Malaui y Zambia. Pasamos una noche en la zona para poder reunirnos con la gente y con los jefes de las diversas aldeas que hay en el lugar. Fueron 3 horas de caminata desde que dejamos la carretera para dar con las primeras casas, una zona realmente alejada incluso de cualquier mercado. Sólo había una persona católica en el lugar, Justina, pero ahora 88 personas decidieron comenzar el catecumenado para recibir los sacramentos, incluidos los jefes de las aldeas, que pertenecen a la tribu Nika. Nunca en la historia la Iglesia Católica había llegado a este lugar debido a la distancia, ni tampoco ningún “mzungu„ (así nos llaman a los blancos). Gracias a Dios, los frutos son abundantes y hay mucho para agradecer. CHRISTUS IMPERAT.
Primi Vela, misionera de santa Ana, nos cuenta esto de su misión en la India: Existen unos 20 millones de niños de la calle en la India. Chicos y chicas, de entre 5 y 15 años, que nacen y mueren en las calles a causa de la pobreza, el abandono, o la desestructuración familiar. Los “niños de la calle” son totalmente rechazados por la sociedad y su número crece día a día. Muchos de estos niños de la calle mantienen algún vínculo familiar y sobreviven robando, pidiendo limosna, vendiendo periódicos y flores o lustrando zapatos, de esta manera ayudan a completar los ingresos de la familia. Otros muchos han roto con todo vínculo familiar y hacen de la calle su modo de vida.
La Comunidad de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana atendemos el Hogar Ankur, en un barrio del norte de Mumbai. Y en él damos acogida a doscientas niñas de la calle que son traídas por la policía de los enormes slums de la ciudad. En este hogar intentamos seguir el lema de Jesús: “He venido a que tengan vida, y la tengan en abundancia.” Los niños del hogar son liberados de la esclavitud y reciben calidad de vida. Pero también las misioneras recibimos de ellas porque nos dan significado pleno a nuestra existencia. Nuestra misión se basa en recuperar y reafirmar su personalidad, ayudarles a integrarse en una sociedad como personas sanas y que en un futuro pueden formar familias y tener hijos sanos al crecer ellas con todo el cuidado que necesitan y con valores que las haga ciudadanas dignas y responsables del futuro de su país.
Además en este número:
Solo son dos ejemplos de la inmensa obra de evangelización que hacemos la Iglesia entera, el cuerpo de Cristo, en el mundo, por la acción del Espíritu Santo, unidos en la figura del Papa, que sirve a todos los cristianos para que seamos uno y actuemos unidos, desde muchos misioneros, de muchas ordenes, pero todos desde OMP la Iglesia pobre y misionera.