Valencia Misionera octubre 19

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Número 144 Octubre 2019

VALENCIA

MISIONERA


Coeditores: Arzobispado de Valencia Director: Arturo Javier García Colaboran en este número: Vatican News OMPRESS AVAN Juan Sanchís Juan López Nacho Benavent Esther Anyón Sergio Cánovas Nohales Imprime: Imprenta Nácher s.l. @valenciamision Delegación de Misiones Valencia misionesvalencia.blogspot.com.es misionesvalencia

VALENCIA

Edita: Secretariado Diocesano de Misiones. misiones-valencia@omp.es C/ Avellanas 22-4 46003 Valencia 96 392 24 12 Dep. Legal: V-229-1984

MISIONERA

Sec retariado Diocesano de Valencia


En esta misión encontrarás... En portada: Cadena de Bondades - Valencia

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Desde el origen: El director diocesano de misiones valora la necesidad del Mes Misionero Extraordinario y sus efectos sobre nuestra vida cristiana.

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Francisco Misionero Recogemos las palabras del Papa Francisco durante la homilía de la celebración del Domund 2019.

Misionews Nos hacemos eco de las noticias más destacadas de los últimos meses en el amplio campo de las misiones, resaltando el MME.

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Jóvenes & Misión Conoce la experiencia misionera que Esther vivió este verano en el colegio Sto. Tomás de Valencia en Santa Rosa, Lima.

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Fundación Ad Gentes Dos misioneros con más de un siglo en misión, ejemplo y provocación para el Mes Misionero Extraordinario.

A fondo Conocemos los detalles de la visita del Cardenal Arzobispo a los misioneros valencianos de Chile, Perú y Ecuador.

Desde el Seminario de Valencia… Ecuador acogió el pasado verano a un grupo de voluntarios, semi- naristas en su mayoría. Nacho nos resume su experiencia.

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Para pensar y rezar A veces nos enredamos entre tantas palabras. Miremos al mundo desde la Palabra

20 Hablamos con María Salud Niederleytner, misionera de Cristo Un ratito con...

Jesús quien celebra el año viviente bodas de oro en RD del Congo.

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La Voz de la experiencia Nuestro colaborador, D. Juan Sanchis, en su última colaboración, nos habla de la relación de nuestra diócesis con la de Copiapó.


DESDE EL ORIGEN

¿Por qué un Mes Misionero Extraordinario? ¿Por qué un Mes Misionero Extraordinario para toda la Iglesia?¿Es un mes solo pensando en las iglesias jóvenes, incipientes, como bebes, o niños? ¿O está pensando el Papa en las Iglesias adultas, como la Iglesia en Europa, en España? ¿Es solo para los obispos, misioneros, religiosos… o tiene una repercusión en cada parroquia? Respecto a la misión en nuestros cristianos, y en nuestros sacerdotes se ha sentado la idea, más o menos clara, de que “aquí ya tenemos mucha misión que hacer”. Incluso otra como “si se pueden salvar con su religión, o siendo buenos, ¿para qué hacerlos católicos?”… y otras ideas así como si el anuncio del Evangelio fuese contra la libertad de los que no son cristianos o una colonización de Europa... Por encima de toda idea nuestra está el mandato de Jesús “Id al mundo entero y anunciar el Evangelio”. JusArturo en Chile to se propone ahora el Mes Misionero Extraordinario porque Maximun Illud, distingue colonización de evangelización. No nos anunciamos a nosotros ni a nuestra cultura, sino a Cristo. Solo en Cristo vemos el verdadero y completo rostro de Dios. Lo dice Jesús a los judíos “quien me ve a mí ve al Padre”. Solo Cristo conoce de verdad al Padre, ni los judíos, ni, menos aún, otra religión. No es justo dejar a la gente con ideas confusas de algo tan importante como Dios. Es verdad que el Concilio Vaticano II dice que en las demás religiones hay semillas del verbo de Dios, pero semillas no es mucho, es poco comparado con la revelación completa que es Jesucristo, no es igual tener unas semillas de arroz que tener un buen plato de paella; no podemos dejar a la gente con hambre de Dios. Cierto que el amor a Dios salva, ¿pero es igual amar lo que no se conoce o se conoce con errores? Los musulmanes creen en un Dios grande de los fuertes, nosotros en un Dios de los pequeños, de las bienaventuranzas; los hindúes creen en multitud de dioses caprichosos, tanto buenos como malos, en la reencarnación que les aparta de construir el Reino de Dios; o los budistas que viven en la anulación del deseo que no lleva a la esperanza cristiana; o de los que consideran que la creación es

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Dios, y confunden su cuidado con su adoración; o de los que no saben que Dios es bueno y creador, más fuerte que el mal, que es capaz de vencer y expulsar a los demonios, que campan a sus anchas donde no está Cristo Señor de todo. Las demás religiones tienen ideas de Dios que no son verdad. Jesucristo es la verdad que ha venido a revelar el verdadero rostro de Dios Padre, que no vino solo para sus judíos, ni para Europa… sino para que todo el mundo le conozca y le ame. La misión ad gentes sigue siendo tan urgente como el primer día, gracias a ella fuimos evangelizados en Valencia. No es misión de orgullosos católicos europeos a los pobres paganos indios; “llevamos un tesoro en vasijas de barro”. No. Es de Cristo a los gentiles, sean europeos, africanos o quien sea. No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, cabeza de la Iglesia. No podemos renunciar a nuestra obligación, nuestra responsabilidad. Y esto desde cualquier parroquia. La catequesis, Cáritas, sacramentos, sin misión son menos verdad, son menos eficaces, menos creíbles… ¿Qué convencimiento tenemos de nuestra fe si no la extendemos? Jesús nos dice que no se enciende una luz para taparla, Cristo no ha venido al mundo para que se le oculte. Este mes puede ser especial en nuestra parroquia para instituir el Adoración eucarística en Congreso Nacional Misionero grupo misionero, tan urgente como el de catequesis, Cáritas, liturgia… quizá es difícil, pero para eso el Papa ha promovido este Mes Misionero Extraordinario. La preocupación por la misión Ad Gentes habrá de reavivar la misión para nuestras propias parroquias, los alejados y las periferias. ¡Qué la Virgen María nos ayude a ser dóciles al Espíritu Santo que es misión y misionero en todo su aliento! Arturo Javier García Delegado Diocesano de Misiones

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Francisco Misionero

Ninguno está excluido del corazón de Dios El Papa Francisco celebró la mañana del 20 de octubre la misa del día mundial de las misiones en la Plaza de San Pedro, cuya homilía desarrolló en torno a tres palabras presentes en las lecturas: un sustantivo, un verbo y un adjetivo: monte, subir y todos. El monte

Para el Papa Francisco, el sustantivo es el monte: “Es el lugar donde a Dios le gusta dar cita a toda la humanidad. Es el lugar del encuentro con nosotros, como muestra la Biblia, desde el Sinaí pasando por el Carmelo, hasta llegar a Jesús, que proclamó las Bienaventuranzas en la montaña, se transfiguró en el monte Tabor, dio su vida en el Calvario y ascendió al cielo desde el monte de los Olivos. El monte, lugar de grandes encuentros entre Dios y el hombre, es también el sitio donde Jesús pasa horas y horas en oración (cf. Mc 6,46), uniendo la tierra y el cielo; a nosotros, sus hermanos, con el Padre”. El Papa se pregunta ¿Qué significado tiene para nosotros el monte? El monte es un lugar donde tomamos distancia, para acercarnos a Dios y a los demás: el silencio, la oración nos acercan a Dios, pero nos distancian de las habladurías. Igual con los demás: “El monte nos recuerda que los hermanos y las hermanas no se seleccionan, sino que se abrazan, con la mirada y, sobre todo, con la vida. El monte une a Dios y a los hermanos en un único abrazo, el de la oración”. Para Francisco, “La misión comienza en el monte: allí se descubre lo que cuenta. En el corazón de este mes misionero, preguntémonos: ¿Qué es lo que cuenta para mí en la vida? ¿Cuáles son las cumbres que deseo alcanzar?”

Subir

El Papa cita al profeta Isaías cuando nos anima: «Vengan, subamos al monte del Señor» (2,3), y continúa: “No hemos nacido para estar en la tierra, para contentarnos con cosas llanas, hemos nacido para alcanzar las alturas, para encontrar a Dios y a los hermanos. Pero para esto se necesita subir: El Papa durante la misa del Domund 2019 se necesita dejar una vida horizontal, luchar contra la fuerza de gravedad del egoísmo, realizar un éxodo del propio yo. Subir, por tanto, cuesta trabajo, pero es el único modo para ver todo mejor, como

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cuando se va a la montaña y sólo en la cima se vislumbra el panorama más hermoso y se comprende que no se podía conquistar sino avanzando por aquel sendero siempre en subida”. La acción de subir está acompañada por un elemento no siempre evidente: “no se puede subir bien si se está cargado de cosas”. Por tanto, el secreto de la misión es la renuncia: “para anunciar se necesita renunciar”. E insiste: “una vida de servicio, que sabe renunciar a muchas cosas materiales que empequeñecen el corazón, nos hacen indiferentes y nos encierran en nosotros mismos”. El Papa luego cuestiona a su auditorio: “¿Cómo es mi subida? ¿Sé renunciar a los equipajes pesados e inútiles de la mundanidad para subir al monte del Señor?”

Marta, misionera de OCASHA, en montes dominicanos

Todos

El Papa recuerda a San Pablo: Dios quiere «que todos los hombres se salven», escribe (1 Tm 2,4). Luego insiste: “El Señor es obstinado al repetir este todos. Sabe que nosotros somos testarudos al repetir “mío” y “nuestro”: mis cosas, nuestra gente, nuestra comunidad…, y Él no se cansa de repetir: “todos”. Todos, porque ninguno está excluido de su corazón, de su salvación…”. Seguidamente subraya: “Esta es la misión: subir al monte a rezar por todos y bajar del monte para hacerse don a todos”.

Estar siempre en salida

Subir y bajar: el cristiano, por tanto, está siempre en movimiento, en salida, afirma el Papa. A esto añade: “El testigo de Jesús jamás busca ser destinatario de un reconocimiento de los demás, sino que es él quien debe dar amor al que no conoce al Señor”.

Instrucciones para ir al encuentro de todos

Para el Papa Francisco hay una sola: “Una sola, muy sencilla: hagan discípulos. Pero, atención: discípulos suyos, no nuestros. La Iglesia anuncia bien sólo si vive como discípula. Y el discípulo sigue cada día al Maestro y comparte con los demás la alegría del discipulado. No conquistando, obligando, haciendo prosélitos, sino testimoniando, poniéndose en el mismo nivel, discípulos con los discípulos”. El Papa finalizó la homilía diciendo: “Estamos aquí para testimoniar, bendecir, consolar, levantar, transmitir la belleza de Jesús. Ánimo, ¡Él espera mucho de ti! El Señor tiene una especie de ansiedad por aquellos que aún no saben que son hijos amados del Padre, hermanos por los que ha dado la vida y el Espíritu Santo. ¿Quieres calmar la ansiedad de Jesús? Ve con amor hacia todos, porque tu vida es una misión preciosa: no es un peso que soportar, sino un don para ofrecer. Ánimo, sin miedo, ¡vayamos al encuentro de todos!”

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MISIONEWS

El MME en nuestra diócesis El pasado 1 de octubre dió comienzo el Mes Misionero Extraordinario en todo el mundo. En nuestra diócesis fue con el rezo de solemnes vísperas en el Convento de Carmelitas Descalzas de Villar del Arzobispo, presidido por el Cardenal Arzobispo Antonio Cañizares, mismo día en el que se inició en la Basílica de la Virgen de los Desamparados el rezo del Santo Rosario Misionero a las 16:45 durante todo el mes. Esta primera semana, cuya dimensión a desarrollar era la oración, “culminó” el viernes día 4 con la Vigilia de oración para jóvenes en la Basílica de la Virgen, esta vez con carácter misionero. Tras esto, la segunda semana, del testimonio, se inició con el concurso: “Comunica el Evangelio”, que consistió en la creación de frases con las que podemos transmitir el Evangelio (los resultados saldrán en la Hoja Misionera de noviembre), a la vez que en rrss colgámos un video-testimonio misionero diario con motivo del MME. Concluímos la semana el día 13 con el primer encuentro de jóvenes misioneros del curso. La semana de la formación acogió la llegada del autobús del Domund el día 17, que estuvo en Torrent y en el colegio del Pilar de Valencia. Asimismo, el mismo día tuvo lugar la mesa redonda sobre los Vicariatos Apostólicos de Requena y San José del Amazonas, en el Palacio de la Colomina (sede del CEU) cuyo desarrollo se puede encontrar en nuestro canal de Youtube. Dentro del ámbito formativo y de testimonios, cabe mencionar que durante todo el mes, misioneras y misioneros han visitado las diversas parroquias y colegios de nuestra diócesis que lo han solicitado para animar en la participación del Domund y despertar la conciencia misionera que todo cristiano posee. De igual manera, el día 23, D. Eloy Bueno, Director del Instituto Rueda de prensa del Domund en el colegio El Pilar con Sergio, de Misionología, de Facultad de Rafael, Arturo y Julio frente al autobús Teología de Burgos, realizó la conferencia “El mes misionero extraordinario. Una provocación para la teología y la pastoral” en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer, coordinada por la recientemente inaugurada cátedra de misionología. La última semana, de la caridad, comenzó con la propia Jornada Mundial de las Misiones y el domingo 27, en misa de 12:00 de la catedral, el cardenal arzobispo presidirá una misa de envío para TODOS los agentes de pastoral de nuestra Iglesia diocesana, de manera que todos sintamos ese llamado a ser misioneros, a evangelizar de acuerdo al mandato pascual. De esta manera, en diversas parroquias y colegios, se han realizado numerosas actividades por este Domund extraordinario. Confiamos que no quede solo en este mes esta actividad misionera que debe ser, en palabras del Papa Francisco, el paradigma de toda acción de la Iglesia.

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“Tú eres misión” nuevo programa de OMP El nuevo programa de 13TV presentado por José María Calderón, director nacional de Obras Misionales Pontificias, lleva cada semana a los hogares españoles la belleza de la vida misionera de la Iglesia, a través de entrevistas, tertulias y vídeos de misioneros. La entrevista centra un tema de actualidad misionera que posteriormente se debate en una tertulia, en la que participan misioneros, académicos y periodistas de medios especializados. El programa suele contar con el saludo de un misionero desde la misión, y con información sobre el trabajo que hace la Iglesia católica en el mundo, gracias a las ayudas de Obras Misionales Pontificias. Se emite los viernes a la 1:30h y los sábados a las 10:15h y se puede seguir de forma online a través de : http://trecetv.es/programas/tueres-mision

El Sínodo de la amazonía en clave valenciana Desde el 6 al 27 de octubre se ha celebrado el Sínodo Amazónico para abordar los problemas de esta región y especialmente de la población indígena, con el objetivo de “encontrar nuevos caminos para la evangelización de este pueblo de Dios, a menudo olvidado y sin perspectivas de un futuro sereno, también debido a la crisis de la selva amazónica, pulmón de capital importancia para nuestro planeta”, según el papa Francisco. De acuerdo con Mons. Juan Oliver, franciscano valenciano y Obispo del Vicariato Apostólico de Requena, se han tratado muchas cuestiones, como la importancia de “la atención pastoral y religiosa (...), no como un adoctrinamiento por hacer adeptos de cualquier manera, si no para ser testigos y presencia real del Evangelio allí donde hay personas, y puedan recibir la novedad de Jesús”. Monseñor afirmaba también que el Sínodo aborda “la ´ecología integral`, la necesidad de llevar a cabo un cambio en nuestra forma de vivir, entender y relacionarnos con la naturaleza, pero también entre nosotros y de valorar la vida”. Por otro lado, la misionera del Verbum Dei, Eugenia Lloris, integrante en el Sínodo de la “Tienda de la Casa Común, afirmaba antes del inicio de este quetienen “mucha esperanza en el Sínodo porque servirá de altavoz a todo lo que está pasando en la Amazonía y también enriquecerá la Iglesia de aquí”. La finalidad de estar allí presentes es “dar a conocer la vida y la riqueza de las culturas y saberes amazónicos”, según la misionera que afirma que “allí también podremos manifestar nuestras preocupaciones, amenazas, dificultades y peligros a los que estamos expuestos, los habitantes, misioneros y organizaciones que luchamos por los derechos de todos, en estas periferias geográficas”.

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FUNDACIÓN AD GENTES

Seamos

Protagonistas de la Buena Noticia

Bautizados y enviados: en estas palabras encontramos el mejor resumen de la visión que de la misión tiene el Papa Francisco. Somos enviados porque hemos sido bautizados, porque somos parte de la Iglesia de Cristo, que tenía a su vez una clara conciencia de haber sido enviado, Él mismo, por su Padre. El valor del envío es fundamental en la vida del cristiano. La Iglesia en salida de la que habla tanto Francisco está en movimiento en una dirección concreta, con una guía determinada. No sale la Iglesia a que le de el fresco, a quitarse el olor a naftalina: sale enviada, salimos enviados, porque somos Iglesia. A este envío también se aplican las palabras de Jesús que recoge el evangelio de Lucas: “quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”. Somos enviados a llevar la paz a las casas y a anunciar a todos que está cerca el Reino de Dios, hasta a aquellos de los que haya que sacudirse el polvo pegado a los pies porque, aunque ellos no hayan querido recibir la noticia, la noticia también es para ellos: que a nadie le sirva la excusa de que “yo no lo sabía”. Esa es nuestra misión, es a lo que estamos llamados desde el bautismo. A finales del mes de septiembre pasado recibíamos en la Fundación Ad Gentes al misionero inglés en Zimbabwe P. Timothy Peacock. Está en la que fue la misión del valenciano P. Alexandre Alapont, tan conocido y querido de tantos en dos continentes distintos, y el P. Alexandre venía con él a modo de guía, traductor y acompañante. Con el P. Peacock la Fundación Ad Gentes ha rehabilitado algunos templos de su diócesis de Hwange, como el de St. Alexandre en Chezya o St. Andrew en Lubanda. Con el P. Alapont, hace ya más tiempo, colaboramos para la edición del primer misal romano en lengua Nambya, una lengua oral que a través de su buen hacer filológico pudo codificar Alapont en Zimbabwe [foto de archivo] y poner por escrito.

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Al mismo tiempo se encontraba en la Delegación de Misiones el P. Antonio Garciandía, aún misionero en Perú, con el que la Fundación Ad Gentes ha colaborado con el envío de materiales para la construcción de varios templos (hasta veinte ha levantado en sus años de servicio) y un Centro de Enseñanzas Productivas con internado para los jóvenes, allá por la zona de Lima-Callao. Tanto el P. Garciandía como el P. Alapont entendieron, hace ya más de medio siglo, que la Buena Noticia era noticia y era buena, y que había que contársela al mundo entero. Entre los dos suman más de un siglo de vida entregada al anuncio del Evangelio en lo que en otras épocas se llamaba “tierra de misión”, ejemplo vivo de cómo la Iglesia, en su dinamismo, siempre ha acudido al encuentro del hermano para decirle aquello que decían los primeros discípulos: que está cerca el Reino de Dios.

Garciandía (dcha.) junto al cardenal, César Buendía, el delegado de misiones y sacerdotes peruanos este verano

Ya hace algunos años que se viene hablando de la Nueva Evangelización y, tristemente, no es difícil encontrar lugares sociales en nuestro entorno necesitados incluso del primer anuncio. Hoy, la tierra de misión está también aquí y el tiempo es el ahora: enviados al vecino, al compañero de autobús, al que se toma un cortado sentado a nuestro lado en el bar. También al hermano de sangre, al primo, al que primero estuvo tibio y después se enfrió ya del todo, pese a haber recibido el bautismo. Porque aquí y ahora, a todos los bautizados nos sigue enviando Jesús a llevar la paz a las casas y a anunciar que el Reino de Dios está cerca. Ojalá este Mes Misionero Extraordinario nos sirva para despertar nuestro sentido misionero, para descubrir que, como cristianos y en cuanto bautizados, vivimos llamados a la misión, a la nuestra propia y a la de la Iglesia Universal: porque la Buena Noticia sigue siendo noticia y sigue siendo buena y porque, realmente, está cerca del Reino de Dios.

Juan López Fundación Ad Gentes

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A FONDO

Iglesia en salida

El arzobispo junto a mons. Oliver en un colegio del Vicariato de Requena

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“hemos agradecido su visita y generosidad para dedicarnos estos días como Pastor de nuestra Diócesis de origen”. Desde allí acudió a la capital peruana, donde inició visitando al misionero César Buendía en la Diócesis del Callao, así como diversas instituciones creadas o coordinadas por misioneros valencianos. Ya en enero de 2018 había visitado el cardenal la ciudad de Lima para acompañar al Papa Francisco, en el viaje apostólico que realizó entonces. Después, el grupo encabezado por el cardenal llegó al vicariato apostólico de Requena, en la amazonía peruana. En una embarcación fluvial, acudieron a la misión franciscana, donde se reunió con el obispo valenciano, el franciscano Juan Oliver, y con otros misioneros en la zona, visitando también En una celebración en Manta, Ecuador, la comunidad de los hermanos de junto a Ramón Peris y Arturo García La Salle, que celebran el 300 aniversario de la congregación. La estancia del cardenal en la amazonia peruana, concluyó tras oficiar una misa de despedida en la Catedral de Requena. Por último, el viaje del Cardenal concluyó en Ecuador, en donde los misioneros valencianos Ramón Peris y Rafael Alventosa -recientemente regresados-, han llevado siete capillas de la parroquia de San Patricio, superviviente del terremoto de 2016. A esta parroquia pertenece la iglesia de San Juan Bosco que el arzobispo consagró, en la ciudad portuaria de Manta, que había quedado derruida en el terremoto y fue reconstruida gracias a la colaboración de la Fundación Ad Gentes del Arzobispado de Valencia, así como a algunas parroquias de la diócesis. Ramón Peris, afirmaba que, con este viaje, “el Arzobispo de Valencia ha hecho realidad el deseo de ser Iglesia misionera que ya plasmó en la carta que escribió antes de tomar posesión de la Archidiócesis” y destacó como el cardenal Cañizares “mostró su ser misionero y vivió su dimensión misionera, como también lo hace al acoger la diócesis de Valencia el compromiso misionero con dos Vicariatos en Perú, que es, además, un compromiso de todos los valencianos”.

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JÓVENES & MISIÓN

#VERANOMISIÓN Todo empezó cuando el año pasado, un año de muchos cambios, empecé (por un motivo personal) a sentirme muy triste y sola. Entonces una compañera del trabajo empezó hablarme de los voluntariados, de pasar un verano diferente. Sinceramente era una de las cosas que yo siempre había querido hacer, pero que al final por motivos de trabajo nunca tenía tiempo para ello. Sentí que había llegado el momento de hacerlo. Me puse a buscar en muchas páginas web y la verdad es que nada de lo que veía me convencía. Y así buscando y preguntando me llegó el contacto de la Delegación Diocesana de Valencia de OMP. Me puse en contacto con ellos y todo se dio muy fácil, muy fluido. A mí me daba igual el destino, sí que insistí en ir a un lugar donde pudiera ser útil y ayudar con mis conocimientos de construcción y fue cuando me comentaron que en Perú había un proyecto para un colegio, el cual estaba bastante parado. Estudiando el proyecto desde Barcelona (donde residía) me enamoré de la concepción de éste y del programa que tenia; lo encontré todo un reto. Así que ya no lo pensé más y me compré los billetes para ir a Lima en el periodo de vacaciones.

Imagen del colegio Santo Tomás en Santa Rosa

Más allá de mi labor como arquitecta en el voluntariado, me gustaría contar como el hecho de convivir con la gente de allí me ha cambiado por completo.

Decir, que yo, aunque he crecido en el seno de una familia católica hacía mucho tiempo que me había alejado un poco de la fe. Y que la decisión de hacer éste voluntariado era totalmente egoísta. Necesitaba relativizar mis problemas porque en cierta forma estaba cansada de sentirme triste. Iba con unas ideas bastante claras, había escuchado varios testimonios y sentía que estaba preparada para afrontar todo lo que allí sucediera, estaba muy motivada. Pero cuando llegas allí, la realidad te da una bofetada en la cara. Por mucho que me contaran, ver a esa gente, a esas familias que por nada te lo dan todo, sentir todo ese amor y ese cariño que te dan, te llena de una manera que

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todavía en estos momentos me cuesta explicar. Porque está claro que tu familia te quiere, como yo digo: “están programados biológicamente para ello” y no le quito valor. Pero el amor que recibes de la gente de allí es sin duda lo más destacable del voluntariado. Lo que ha hecho que recupere la fe. Por las buenas personas que te lo dan todo sin pedir nada a cambio. Convivir con la familia de misión de Santa Rosa me ha hecho ser testigo de la labor que hacen y darle sentido a la Palabra de Dios. Por ejemplo, recuerdo estar hablando con ellos y me mencionaron unas palabras del Evangelio, no recuerdo cuál de ellos ni podría nombrar Esther con miembros de la familia parroquial de Santa Rosa el versículo pero recuerdo que decía algo parecido a: “quien deja su casa recibirá cien casas, quien deja su familia recibirá cien familias…” Estas palabras, sin haber vivido la experiencia las hubiera escuchado y me hubiera quedado igual, pero he sido testigo de la labor de la familia de misión y de tanto afecto que recibes por parte de las familias de allí, que sin querer todo cobra sentido. Para finalizar, me gustaría mencionar una pequeña anécdota que sucedió uno de los días de la última semana de mi estancia allí. Lima en agosto es gris y el cielo está encapotado siempre, por lo que no se ve el sol, ya que están en invierno. Y recuerdo comentar, riéndome con la que puedo considerar mi familia peruana, que me hubiera gustado mucho ver una puesta de sol en el pacífico, qué era lo que me faltaba para ser una experiencia de diez. Pues al día siguiente, salió el sol y me llevaron a ver esa magnífica puesta en el océano Pacífico, donde me sentí muy afortunada y sobretodo muy feliz. La vida me había regalado ese momento, un fenómeno que según ellos no se daba en agosto desde hace 30 años, justo desde el año que nací. Y sentí que estaba en el lugar y momento adecuado y que todo lo que me había pasado era para llegar a estar en ese momento allí. Sentí que me invadía una enorme paz, que todo cobraba sentido y a lo que solo puedo decir gracias.

Esther Anyón Ruíz Joven misionera

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DESDE EL SEMINARIO VALENCIA...

Una experiencia de Jesús vivo Soy Nacho Benavent, tengo 21 años y este es mi tercer curso en el Seminario Mayor de Valencia. Se me ha pedido que cuente brevemente las maravillas que ha hecho Dios conmigo y con seis compañeros más en los 40 días que hemos estado de misión por Ecuador este verano. Todo comenzó el 26 de julio en el aeropuerto de Valencia destino a Quito (Ecuador), con una salida un tanto estresante. Y es que el Señor no quería enviarme al otro lado del Atlántico sin recordarme que soy un pobre, enteramente necesitado de su misericordia. Me dormí profundamente y llegué una hora y media tarde a Manises, era el encargado de los billetes y gracias a un sacerdote que tuvo colarse por el balcón de mi casa para despertarme, pudimos embarcar y coger el vuelo. Aterrizados en Quito nos encontramos con el Arzobispo y Don Arturo esperándonos para ir a Manta (parroquia de San Patricio), donde residiríamos la mayor parte de los días. Desde aquella noche hasta el día que volvimos se nos acogió con muchísimo cariño y agradecimiento. Personas humildes, pobres y sencillas que gritaban, sin abrir sus labios, la necesidad de un Amor que diera sentido a su existencia. Continuamente nos pedían, sin pedirnos nunca nada, que les presentáramos a una persona en la cual descansar. Unos días después marchamos a Quito y de allí al Puyo, pasamos una semana en este pueblo y volvimos a Manta hasta el 3 de septiembre, día de regreso. He podido contemplar lugares preciosos de Sudamérica (selva, ríos, playas, ciudades…); visitar comunidades indígenas; conocer otras realidades de la Iglesia; escuchar testimonios de vidas destrozadas; sentir impotencia ante tanta necesidad; compartir sus alegrías, penas, ilusiones, proyectos… Pero yo me preguntaba ¿a qué he venido aquí?¿para dar ropa a la gente?¿para acompañar al cura a administrar sacramentos solamente?¿cuál es la novedad que les traigo? ¿ayudarles en sus necesidades materiales? otros lo harían mejor que yo (pues fui sin un euro), ¿entretenerles? otros lo harían mejor que yo, ¿educarles? otros lo harían mejor que yo, ¿impartir la doctrina católica? otros lo harían mucho mejor que yo.

El grupo de seminaristas y d. Arturo en Ecuador

Por lo que sin lugar a dudas, la mejor experiencia con la que he vuelto a España ha sido la confirmación de que Jesucristo está vivo y tiene poder. Tiene poder para transmitirse a través de

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nuestra debilidad y es que en mi debilidad te haces fuerte, está profundamente enamorado de mí. Tal y como soy. La convivencia y la incomodidad de tantos días me han hecho conocerme mucho más de lo que me pensaba. Pues soy incapaz de someterme a la voluntad del otro, incapaz de obedecer, incapaz de no juzgar las manías de los que vivían conmigo, incapaz de olvidarme El grupo en la selva del vicariato del Puyo de las mías, incapaz de bendecir cada momento del día, incapaz de aceptar la verdad de quién soy. En definitiva, incapaz en mis fuerzas, de amarme y amar al otro como Cristo nos ha amado, tal y como somos. Lo fuerte está en que pese a todo esto pudimos transmitir la santa alegría de ser cristianos, pudimos ser instrumentos de Dios para los hombres e incluso pudimos perdonarnos continuamente porque Él estaba entre nosotros. Acabábamos cada día contentos, muy contentos. Estábamos cansados, nos habíamos quejado de mil cosas: la comida no nos gustaba (mucho arroz blanco), no nos apetecía cantar, dormíamos pocas horas, hacía calor, etc. Pero algo que no venía de nosotros nos daba la fortaleza para seguir adelante cada mañana y visitar enfermos de todo tipo, evangelizar de dos en dos por las casas, hacer catequesis, asistir a muchas Eucaristías, celebraciones de la Palabra, funerales, oratorios con los niños, convivencias con los jóvenes, partidos de fútbol, visitar a las familias, bendecir locales, etc. Y todo lo hacíamos sabiendo, nosotros y los que nos veían, que actuaba alguien más fuerte que nuestro pecado. Porque aunque estuvimos poco tiempo pudieron ver quiénes éramos. Ahí ha estado la clave de la misión, en que nosotros no les hemos llevado nada. Ha sido Él mismo el que actuando en nosotros, en la medida en la que le dejábamos, se les ha presentado a quienes ha querido. Solamente amando al que tengo al lado como Dios lo ama, podrán reconocer que soy su discípulo. Sino solamente les aporto mi pobreza de decir una cosa y hacer la contraria. Por todo esto y muchas cosas más doy gracias a Dios y a la Iglesia por haberme dado este regalo. He conocido personas maravillosas, entregadas al servicio de lo que fuera necesario, familias pobres y alegres con lo justo para vivir, mujeres muy solas y valientes que llevan familias enteras adelante, parroquias en las que se ayuda verdaderamente en todo lo necesario, inmigrantes que huyen de la miseria de su país, hermanas consagradas que entregan su vida entera por los demás, jóvenes entusiasmados con ganas de vivir y llevar vida a sus entornos, sacerdotes exprimidos. Y sobretodo un Dios muerto y resucitado, que llama incansablemente a las puertas de cada uno de los corazones de sus hijos para ser llenados, aliviados, acompañados, perdonados, amados y resucitados. Nacho Benavent

Seminarista

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PARA PENSAR Y REZAR

“¡Poneos en camino!

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Mirad que os envío como corderos en medio de lobos� Lc 10, 3

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UN RATITO CON...

MªSalud Niederleytner

Bodas de oro

La hermana María Salud Niederleytner, Masalú como la llaman muchos, es misionera de Cristo Jesús, a punto de llegar a los 50 años en la RD del Congo y a los 90 de experiencia vital, nos cuenta su vida en el país africano.

Yo ahora trabajo en el noviciado en Kimuesa a 30 km de Kinsasa, en la R.D. del Congo, con 10 postulantes congoleñas -la maestra de postulantes también es congoleña-, una eslovena y una española. En total somos 14 en la comunidad y mi trabajo es acompañar y dar clases de español, ya que nuestra congregación es española, nacida en Javier, y es nuestra lengua oficial. Allí, hay que aprovechar la luz solar, pues hay muchísimos cortes de luz. Madrugamos mucho y antes del desayuno a las 7:00 ya hemos hecho nuestras oraciones y celebrado la Eucaristía. Luego iniciamos nuestras actividades, las clases y diferentes cursos formativos. Además, para poder sostenernos, tenemos un huerto y una granja de gallinas, conejos, codornices, patos... donde varias hermanas trabajan. En Kimuesa hay muchas congregaciones (Sgdo. Corazón, Carmelitas de Vedruna, Claretianas...) y la formación que se realiza es conjunta. Luego por la tarde ya se realiza en la casa las formaciones específicas, como las clases de español, Es una maravilla poder estar con tantas jóvenes. Podéis imaginaros el ambiente que se vive en la casa alegre, simpático... Personalmente ayudo con el bricolaje en la casa, es algo que me gusta mucho. Hago lo que puedo de las cosas que se presentan y soy muy feliz allí a pesar de que la situación está mal -algunos disturbios por las últimas elecciones. Ahora viven el mayor brote de sarampión del mundo-. Es muy país muy rico, con muchos recursos pero que allí no se queda... principal-

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Mª Salud con d. Arturo y la vírgen del Jardín


mente es muy rico en Coltán. Hay mucha pobreza, mucha hambre. Por ello, hay una gran emigración. A Europa llegan a España, Francia y sobretodo nos dicen que a Bélgica van muchos. Nosotras nos alimentamos bien. La mandioca -o yuca- es la base de la alimentación, que junto con harina se hace una bola -asegura que con dos ya está llena-, luego arroz, la verdura y fruta de la huerta que funciona según el clima -época seca y época de lluvias que a veces estropea las cocechas- por lo que no compramos casi fruta. El otro día me escribía un Whatsapp una compañera que trabaja en la cárcel con los presos y decía: “Hoy no he podido comer de ver la cara de hambre de los muchachos”. Intentamos repartir comida y medicamentos junto a otras congregaciones para quié más lo necesita, pero no llegamos a todos.

Migración de comunidades en el Congo

El pueblo en sí es religioso, hay muchos bautizados, pero ahora vivimos con mucha influencia de las sectas, que hacen muchas promesas. Falta profundizar en la fe. Nosotras trabajamos es muchos ámbitos para llevar el Evangelio a jóvenes, matrimonios... formándo a la gente. La Iglesia allí tiene muchos grupos de todas las edades. Las Iglesias están llenas todos los días. Las celebraciones son muy vividas. La pasada Navidad la misa duró dos horas y media, mientras aquí muchas veces nos quejamos si duran más de 45 minutos. Es distinto. Allí es una verdadera fiesta, con sus cantos, su alegría... Es un pueblo muy alegre a pesar de las dificultades. Confiamos siempre en Dios en que un día cambiará la situación, poruqe sabemos que al final todo va a acabar bien. Vivimos con esa esperanza y confiranza en Dios. Hay que seguir rezando por el Congo y por todo el mundo, pues hace mucha falta.

MªSalud Niederleytner Misionera de Cristo Jesús

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LA VOZ DE LA EXPERIENCIA

COMUNION DE DOS IGLESIAS. VALENCIA-COPIAPO 1958-2019 La “Ley de Comunión” pertenece a la esencia de la Iglesia. En la segunda mitad del siglo XX la Diócesis de Valencia tenía un millar de sacerdotes diocesanos; hasta los pueblos pequeños disfrutaban de Cura propio; mientras llegaban voces desde aquellos territorios tan vinculados con España y con escasez de clero. También los Papas pedían a los obispos españoles que tendieran la mano a los pueblos latinos de América.. Así se creó la OCSHA en 1948. En la 1ª Sesión del Vaticano II, el Presidente de la Comisión Pro-América Latina leía una carta de Juan XXIII a los Obispos españoles solicitándoles ayuda para América. Don Marcelino Olaechea recibía unas cartas del Nuncio en Chile y desde Madrid para pedirle tres misioneros en favor del Norte de Chile para la recién creada diócesis de Copiapó en el extenso desierto de Atacama. El señor Arzobispo llamó a don José Cánovas Pallarés, Abad de la Colegiata de Gandía y sacerdote de prestigio en el presbiterio valenciano y de plena confianza del Prelado, para saber de su disponibilidad. Total que el 10 de febrero de 1958 Don José llegaba a Copiapó cuya diócesis solo contaba con cuatro sacerdotes y una comunidad franciscana belga. Pronto se sumaron tres valencianos más: Bernardo Bañuls, Vicente Escrivá y Luis Gil Salelles. En 1960, el Obispo de Copiapó conseguía unos pasajes gratuitos en el Vapor Andalien, que cubría la ruta Europa-Chile y en el que embarcamos Juan Luis Orquin y yo rumbo a América. Celebramos la Misa de Navidad en el canal de Panamá, al ritmo de villancicos y con el personal de abordo. El día de los Inocentes llegábamos al puerto de Coquimbo en la 4ª Región de Chile, donde nos esperaba monseñor Juan Francisco Fresno que nos llevaba a Copiapó y días después nos instalaría en Chañaral, capital de la provincia del mismo nombre. Posteriormente Juan D. Antonio Cañizares con misioneros y las Luis se hacía cargo de la parroquia de El Salvador y de la dominicas de Atacama este verano capilla de Pueblo Hundido (actual Diego de Almagro). En 1963 llegaban ocho valencianos más y quedaban atendidas más o menos las necesidades pastorales de la vasta región. En Roma se entrevistaban con frecuencia nuestros obispos en el Vaticano II y monseñor Fresno aprovechaba los fines de semana para desplazarse a Valencia y alternar con las familias de quienes estábamos en Copiapó: Todo contribuía a crear comunión. En años posteriores llegaron varios compañeros más hasta un total de 30. Pablo VI insistía en esa comunión de las Iglesias. Y en 1973 don José María Garcia Lahiguera con su gran bondad hacía una visita a los misioneros en Chile y otros lugares de América. Don Miguel Roca (arzobispo de Valencia 1978-1992) desde su llegada a la diócesis manifestó su compromiso con la dimensión misionera Ad Gentes que realizaba la Iglesia de Valencia en distintas partes. Se alegraba de ser Pastor de quienes le proporcionaban mucha satisfacción en su ministerio. Quería que los misioneros le sintiéramos muy cercano a nosotros; nos acogía con mucho afecto. En uno de mis viajes me preguntó cuánto necesitaba: sacó su talonario, lo firmó por la cantidad que le había indicado, diciéndome: “otra vez aprovecha la ocasión”. Su obispo auxiliar, don Rafael Sanus (hizo una visita a Chile en su nombre)

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decía de él: “Don Miguel tiene un talante eminentemente misionero” y quiso dejar constancia de la tarea misionera en el Sínodo de 1986 cánones 399-401 y 432-435. En febrero de 1982 recorrió Chile de norte a sur, visitando las diócesis de Copiapó, Valparaíso y Ancud. Con satisfacción impuso el crucifijo misionero a las 6 dominicas de Torrent que fundaron el primer monasterio contemplativo en Atacama; allí permanecen orando y animando a los sacerdotes y aquella Iglesia.

D. Antonio en Mi Pequeño Hermano

Era el 30 de mayo de 1983, en la Capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, el obispo de Copiapó don Fernando Ariztía preside una emotiva concelebración eucarística con los sacerdotes, religiosas, familias y amigos de cuantos habíamos pasado por Copiapó. Quiso agradecer a Valencia los XXV años de la comunión fraterna y generosa con su diócesis. Era una forma de decirnos que continuáramos la colaboración y repetía: “Sin Valencia no seríamos lo que somos”. Nos reunimos después en un almuerzo en las Esclavas de María (calle Balmes) al que se sumaron don Miguel Roca y don Juan Luis Isern, valenciano obispo de Ancud en el sur de Chile y de paso por la Ciudad. Nos acompañaba también don José Cánovas, monje ya de Leyre y tan recordado en Copiapó como “el padre de los pobres”. El 27 de octubre del mismo año, ya en la Catedral de Copiapó, don Fernando quiso presidir la Acción de Gracias por la generosidad de Valencia. Había escrito a toda la Diócesis, invitando a los fieles. Los 10 presbíteros y las 15 religiosas , valencianos-nas presentes, fueron los protagonistas de la fiesta. Continuó la comunión de nuestras Iglesias: La Vicaría General de Copiapó se le confiaba a Jesus Oyarzabal, a Juan Pedro Cegarra, que atendían la parroquia Catedral, el Santuario de la Candelaria. Algunos sacerdotes, después de unos años de vuelta en Valencia, regresaban a aquellas tierras y asi íbamos atendiendo las parroquias, capillas, instituciones. “Les echábamos de menos”. Yo volví a Chile en 1987 hasta el 2000, cuando mi salud se estaba deteriorando. En este segundo período, en el Corazón de María de Vallenar consolidé la obra del padre Lino Santini, de los religiosos de Don Orione dedicada a enfermos y personas discapacitadas apoyado por la Corporación Mi Pequeño Hermano, que sigue atendiendo a su gente y en estos momentos con la entrega del padre Miguel Hernández, que se incorporó de nuevo después de unos años en Santa Teresa Jornet de Valencia. Actualmente nuestra presencia allí se mantiene con las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, del Monasterio la Inmaclada de las Dominicas, de los Padres Juan Pedro Cegarra, Enrique Sarneguet y Miguel Hernandez. En estos años recogimos nuestras experiencias en unas publicaciones a los 25 y 50 Años. Recientemente fueron visitados los días 16-20 de julio de 2019 por nuestro Cardenal Arzobispo don Antonio Cañizares que en sus Cartas Semanales en Paraula y Aleluya manifiesta su satisfacción por la total entrega de nuestros misioneros, por la estima de la gente a cuantos valencianos han pasado por allí de forma que le pedían que les enviara más ayuda. Un Saludo al terminar este relato a los compañeros sacerdotes, religiosas y laicos con quienes hemos compartido trabajo e ilusión en Atacama-Copiapó. Y nuestro agradecimiento por la cordialidad con que hemos sido acogidos por aquel pueblo.

Juan Sanchis Misionero Valenciano

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Sec retariado Diocesano de

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Valencia


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