Hay quienes dicen que los perros y gatos no se llevan bien, pero Maxi y yo somos buenos amigos, a pesar de que a ella le gusta comer y a mí jugar, tenemos algo en común: Jime, nuestra amiga y protectora, que nos demostró su amor desde el día que nos adoptó.
Esta es la historia del día más maravilloso de nuestras vidas.