REFLEXIONES SOBRE EL DEPORTE ESCOLAR DEL SIGLO XXI A nadie se le escapa que EL DEPORTE juega un importante papel socializador en el ámbito escolar, representando un modelo anticipatorio de la sociedad, transmite habilidades sociales que contribuyen al desarrollo personal y fomenta valores como el esfuerzo personal, la convivencia, el trabajo en equipo, poniendo en juego afectividad y emociones. Desde esta plataforma escolar, el deporte federado se muestra insuficiente para canalizar las demandas deportivas de la sociedad actual, siendo necesaria la convivencia con otros modelos que favorezcan la práctica informal, no reglada y flexible, facilitando las experiencias deportivas tempranas, siendo necesario valorar más la constancia y el esfuerzo puestos en la tarea que los éxitos que se puedan alcanzar. Crear un espacio-tiempo para la educación deportiva es la tarea. Tratar de que el objetivo sea el disfrute de la práctica, creando un espacio vital que fomenta la amistad, la cooperación y la solidaridad con los compañeros de juego. Pensar en la competición deportiva tal y como la vivimos en la actualidad, presenta una serie de riesgos para los escolares, tales como el estrés que genera y la importancia sobredimensionada de la victoria y la presión para conseguir el éxito. La competición deportiva conlleva unos costes, en términos de relaciones humanas, causados por la excesiva importancia que se le otorga al hecho de ganar, sin olvidar que, generalmente, un exceso de presión suele desembocar en el abandono temprano de la práctica deportiva por parte de niños y jóvenes. Así, venimos observando que, a la par que se produce un fenómeno de “deportivización” de la sociedad, el deporte escolar permanece estancado, haciendo necesario que, frente al mercantilismo existente en deporte y deportistas, se lleve a cabo una intervención que reivindique y ponga al descubierto los verdaderos valores implícitos en la práctica del deporte para todos. Atendiendo a la diversidad y a la igualdad de oportunidades. Deporte y educación son conceptos inseparables en la etapa más importante del desarrollo y formación del ser humano, razón por la cual es necesario reflexionar sobre los modelos educativos en el deporte. El modelo educativo del deporte comprende todas y cada una de sus manifestaciones – APRENDIZAJE – RECREACIÓN – COMPETICIÓN – en una conceptualización ecléctica del fenómeno deportivo.
Para construir un HECHO EDUCATIVO, es necesario dotar al deporte de un carácter abierto, centrado en la mejora de las capacidades motrices, alejado de la finalidad única de obtener resultados en la actividad competitiva. Cuyo OBJETIVO PRINCIPAL debe ser educar a las nuevas generaciones para dar respuesta a los nuevos conceptos emergentes: LA SALUD, LA CALIDAD DE VIDA, LA RECREACIÓN, LA OCUPACIÓN CONSTRUCTIVA DEL OCIO, LA GLOBALIZACIÓN, LA POSTMODERNIDAD…
Educando en valores se contribuye al desarrollo y promoción de una sociedad que rechace toda forma de violencia, racismo e intolerancia en el deporte. También es imprescindible educar al alumnado como ESPECTADOR, CONSUMIDOR y practicante crítico y reflexivo, para que sea capaz de tener iniciativa y opinión propia ante el hecho cultural del deporte y sus diferentes manifestaciones.
Mar Lozano
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La mayoría de las motivaciones que los niños tienen para hacer deporte (Divertirse, hacer algo para lo que uno vale, aprender cosas nuevas, estar con amigos, conocer gente, ponerse en forma, experimentar el éxito) son intrínsecas por naturaleza. No hay duda de que la victoria no es la única ni la más habitual razón para la participación. Debemos hacer que niños y jóvenes se sientan VALIOSOS y COMPETENTES durante su práctica deportiva, potenciando la autogestión para motivar su participación y apropiación del alumnado en las funciones de la organización deportiva escolar. Muchos jóvenes abandonan la práctica deportiva en edades significativas debido a la falta de diversión o al exceso de presión, ya sea por parte de entrenadores o de las propias familias, es por ello que las ACTIVIDADES DEPORTIVAS ESCOLARES deben tener un alto componente recreativo, que potencie los elementos lúdicos por encima de los resultados, de las reglas, de las normas, de las dimensiones espaciales y temporales. La magnificación de la técnica como pilar del proceso de enseñanza elimina el placer que el juego genera y lo sustituye por la instrucción, esto transforma JUEGO en TRABAJO, creando una atmósfera ajena a los intereses del niño. Los entrenadores y docentes especialistas deben tener una VISIÓN HUMANISTA del DEPORTE, valorando más el proceso que el producto, se debe establecer un Marco Didáctico conformado por la salud, la recreación, la funcionalidad y la autonomía progresiva, considerando la competición como un elemento educativo y no como un fin. Una de las causas de la creciente demanda de actividades extraescolares deportivas, resulta de la necesidad de las familias de conciliar vida laboral y familiar, convirtiéndose así en “PROGRAMAS ESTRELLA” de los centros escolares. De ahí la necesidad de escolarizar el deporte, la escuela debe constituirse como el núcleo básico de la promoción del deporte y la actividad física, adaptándose a las necesidades de familias y alumnos. El centro escolar debe ser capaz de transmitir a sus alumnos la idea de que las Actividades Físicas y Deportivas son un hábito recomendable de vida e incluirlas en el Proyecto de Centro. Diversificar la oferta de manera que todos los escolares encuentren un espacio-tiempo en el que sentirse satisfechos, valiosos y competentes, provocando la implicación y el compromiso con la organización. Para que se produzca el éxito de los Programas de Actividades Físico- Deportivas en los Centros Escolares deberá regularse la participación, la seguridad, el asociacionismo, la implicación de los docentes y sus compensaciones o incentivos para ir más allá del simple hecho instructor. Deberán coordinarse las actividades extraescolares con las escolares, estableciendo una clara relación entre la Asignatura de Educación Física y las Actividades Físico-Deportivas extraescolares. Los responsables educativos deberán diseñar programas para combatir el abandono temprano, el sedentarismo y fomentar la “adherencia” a la práctica mediante planes de promoción, sobre todo en la Enseñanza Secundaria.
Mar Lozano
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Todos los programas de Deporte Escolar deberán: Facilitar el acceso a toda la población escolar. Integrar y facilitar la máxima participación, incluyendo a todos y a todas, incluyendo a los más dotados y a los menos dotados. Atender a la demanda deportiva de las chicas, reduciendo las barreras de género, potenciando la formación de equipos femeninos con independencia de las especialidades deportivas y de equipos mixtos. Controlar el estado físico de los participantes. Establecer itinerarios de continuidad, manteniendo relaciones abiertas con asociaciones juveniles, clubes y federaciones. Plantear estrategias de formación de todos los agentes implicados en la formación deportiva: Familias, Tutores, Profesores… Difundiendo el mensaje Deportivo-Educativo. Estar diseñados y dirigidos por técnicos o profesorado cualificado. Exigir y defender las titulaciones necesarias para ejercer, forma parte de las responsabilidades del centro, para poder exigir formación y rigor.
CONSIDERACIONES SOBRE EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO ESCOLAR Hay que adaptar el deporte a las posibilidades del niño, y no al revés. Adaptar el entrenamiento a la propia evolución del niño, aplicando cargas apropiadas. La edad suficiente no viene determinada por la edad cronológica, sino por la edad fisiológica y motriz, es decir por el grado de madurez alcanzado. La respuesta de adaptación del organismo, condicionará la aplicación de sistemas de entrenamiento, teniendo en cuenta las características del niño. El objetivo del entrenamiento condicionará la selección de cargas, junto con el propio proceso de maduración. El entrenamiento de jóvenes y niños debe ser general y variado. El ejercicio físico va a jugar un importante papel en la segunda etapa de crecimiento y hay que considerar que grandes y duraderas presiones sobre los huesos pueden dificultar el crecimiento. A pesar de considerar la rigurosidad que conlleva la sistematización del entrenamiento, debemos tener en cuenta que los niños están en una etapa de crecimiento, en la que socialización, juego y aprendizaje de nuevas experiencias, son importantes, debiendo ser tomadas en cuenta a la hora del diseño y organización de los entrenamientos. La perspectiva de Rendimiento Motor debería entenderse como un eje principal en el desarrollo curricular de la Educación Física Escolar. La escuela debería recuperar el PROTAGONISMO, recuperando espacios propios para la interacción entre el Deporte de Competición, la Asignatura de Educación Física y las Actividades Deportivas extraescolares.
“ABOGAMOS POR UNA ESCUELA MÁS DEPORTIVA Y UN DEPORTE MÁS EDUCATIVO”
Mar Lozano
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