e n t r e v i s ta
Gustavo Santaolalla
“ Nunca hice nada por plata” Está de gira por el país con su banda, Bajo Fondo, que cumple una década de vida. Emprendedor como pocos, su última novedad es la creación de la música para un videojuego. “No soy un gurú sino una persona con experiencia”, dice. Por Melisa Miranda Castro
Veinte años no es nada, pero diez son suficientes para lograr consolidar un proyecto, una relación, una amistad. Hace una década muchas cosas empezaban a cambiar en la vida de Gustavo Santaolalla, cuyo nombre ya empezaba a ser conocido a nivel internacional gracias a los premios Grammy y los dos Oscars que se llevó a su casa, el Golden Globe que se ganó por la música del filme “El secreto de la montaña” y el haber producido discos de Juanes, Julieta Venegas, Bersuit Vergarabat, Divididos, Café Tacuba, Molotov y muchos artistas más. Hace diez años cerraba una etapa de poner su talento al servicio de otros para empezar a ponerse al frente de la escena y Bajofondo fue uno de los proyectos que lo situó en ese lugar. Muchas cosas pasaron desde el primer disco mezclado en computadora por Santaolalla y Juan Campodónico hasta “Presente”, el álbum que lanzaron este año y que presentaron en mayo en Buenos Aires y que durante estos meses seguirán presentando por todo el país. En una década logró consolidar al grupo. “Creemos que a partir de haber estados tocando tantos años juntos en los escenarios, hemos creado un lenguaje bajofondero de música. Por eso, este disco no lo podríamos haber hecho hace cinco años. Pudimos hacer algo más conceptual, a diferencia de los otros discos que eran colaboraciones, que parecían una colección de tracks. Este es una colección entera y muy personal, por el hecho de que cantemos nosotros y de que haya sonidos que hacen referencia al grupo”, explica Santaolalla.
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Cuando recién empezaron la formación, se los etiquetó dentro del género tango electrónico, cuestión de la que reniegan por considerar que su música es mucho más amplia. “Pensamos que tango electrónico es un tema muy reducido de lo que hacemos. Nosotros no hacemos tango ni música electrónica. Tiene una parte que está muy relacionada a lo que es la genética de esta parte del mundo, por eso está la milonga, el candombe, el tango, pero también hay 40 años de rock nacional. Hacemos hip hop, música clásica, jazz, música progresiva, hay tantas cosas y todo eso está en la música de Bajofondo. Por eso, decirle a todo eso tango electrónico nos parece errado. Es falaz. En el exterior nos dicen electro-alternative tango rock. Estuvimos en muchísimos lugares de Estados Unidos y varias de las críticas hacen referencia a la energía del rock en el grupo”, asegura el compositor de la banda sonora del filme “Diarios de motocicleta”.
-¿El lenguaje que crearon abrió un nuevo camino en la música? -No sé si abrió un nuevo camino, pero espero que lo abra. Cuando empezamos hace diez años había otros grupos que hacían tango electrónico o que tenían manifestaciones electrónicas, entonces, es algo que fue muy bastardeado. Porque un programita que te haga un ritmo y poner unas notas largas de bandoneón y decir que eso
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Entrevista
Reconocido en EE.UU. por sus dos Oscar, Santaolalla disfruta de su gran pasión: Bajofondo, banda con la que festeja diez años de vida.
es tango electrónico, bueno, qué se yo. Creo que la influencia de Bajofondo no se manifiesta todavía. No he visto algo que yo diga “esto es muy bajofondero”. Pero a nosotros nos llevó mucho llegar a esto, experimentando con cosas que no habíamos hecho antes. -¿Cómo se logra la identidad de un grupo viviendo en lugares separados y en medio de tantas otras ocupaciones? -Tiene que ver con la peculiar asociación de esta gente. A veces pasa y a veces no. Somos los mismos que estamos tocando hace diez años, somos argentinos y uruguayos. Somos muy parecidos porque somos rioplatenses pero a la vez somos muy distintos y eso le da un toque especial. Nos llevamos muy bien, somos muy buenos amigos y tenemos un talento musical que se complementa con el otro y engancha bien. Nos entendemos jugando. En los huecos que no estamos de gira estamos en proceso de enriquecernos de otra manera, que eso después termina volcado en Bajofondo. Por ejemplo, hoy más que antes, la música del grupo tiene una cuestión cinematográfica más fuerte que la que tenía. Y el trabajo de las películas tiene que ver con eso. - P: ¿Hubo algún lugar en el que le haya sorprendido la penetración que tuvo Bajofondo? - R: Siempre nos sorprende todo. Por ejemplo, somos muy populares en Grecia y nos conocen muchísimo. En Corea también nos va muy bien, en Latinoamérica y Estados Unidos. En Francia no hemos entrado todavía. Pero en Inglaterra hicimos gira por el país. Tenemos gente muy joven que consume temas como “El mareo” y también tenemos gente muy, muy grande. El otro día en Aeroparque se me acercó un señor de unos 80 años y me dijo: “Te quiero felicitar por el proyecto que estás haciendo con nuestra música”. Y yo pensé que lo decía por “El café de los Maestros” pero él me dijo que lo decía por Bajofondo. Esa es otra característica inusual del grupo, somos una orquesta atípica porque vivimos en ciudades distintas, tenemos edades distintas, backgrounds distintos y nos juntamos para grabar y tocar. -Produjo a varios artistas internacionales, ganó premios y lo llaman “el gurú de la música”, ¿se siente identificado con ese apodo? -No, para nada. Me considero una persona que tiene mucha experiencia, que ha hecho muchas cosas y que puede hablar a partir de eso, de los logros que he tenido a través de años y años de trabajar. Hablo desde mi experiencia que es mucha porque he hecho muchas cosas. Pero no soy un gurú sino una persona con experiencia. -¿Su bodega Cielo y Tierra fue un sueño cumplido?
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-Con mi mujer teníamos el sueño de poner un viñedo. Había cobrado un dinero por una renegociación y lo pusimos en marcha. Dejé de mudarme a una casa más grande para hacerlo. -Cuando empezó, ¿lo pensó como un negocio? -Nunca pensé nada en mi vida como un negocio, ni nunca hice nada en mi vida por plata, o por ganarme un premio. De todas maneras, se dio, y la plata me parece importante y me sirve como a todo el mundo. En mi caso, para mandar a mis hijos a las mejores escuelas que los puedo mandar, para viajar, para hacer proyectos y reinvertir el dinero en mi país. Y los premios me han venido también como fruto de mi trabajo, pero nunca dije voy a hacer este disco para ganarme un Grammy. Nunca dije voy a hacer la música de las películas para ganar un Oscar, y tengo dos. Entonces nunca lo pensé como un negocio. Siempre trato de tener una visión global de todo, y la sinergia entre las cosas. Si hacés las cosas con dedicación y amor, tarde o temprano es reconocido, y se convierte en algo redituable. -Últimamente también incursionó en la música de un videojuego, ¿es consumidor de esa industria, está familiarizado? - Yo no pero mi hijo sí. El juego es increíble, se llama “The last of us” y es de Sony Playstation. Fue una experiencia increíble. Empecé en 2011 y lo terminamos este año. Va a salir también un álbum con el sound track y es un juego que creo que va a ser una marca en el mundo de los videojuegos. Porque aparte de tener cosas que la gente que consume videojuegos espera de uno nuevo, también va a tener una parte que se relaciona con la historia y la narrativa y la forma que vos te relacionas con los personajes es muy emotiva, emocional. No soy un gamer pero creo que va a ser muy diferente a todos los otros juegos. -¿Cómo se es compositor sin saber leer ni escribir? -Mi forma de anotar la música es grabándola. La música puede nacer de distintas maneras, por ejemplo, puede surgir de los elementos que yo siempre toco que son la guitarra y el ronroco; a veces puede nacer de algo que programo o que trabajo más abstracto. También puede nacer de tocar un instrumento que no sé tocar, que es una cosa que me excita mucho, el hecho de confrontarme a eso, me gusta el elemento de inocencia y peligro que viene al enfrentar esa situación. -¿Considera que nació con su talento para la música? -No sé, algo de eso hay. Yo me siento músico. Creo que puedo encontrar sonido en casi todo, como en esta silla.
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