Las montañas siempre favorecen

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LAS MONTAÑAS SIEMPRE FAVORECEN Los paisajes alpinos en las maquetas de tren, además de ser muy atractivos, ofrecen un gran realismo al conjunto. Las montañas sirven para cubrir los túneles o añadir un bonito decorado en los extremos de la maqueta, de forma que el panorama recuerde un paisaje serrano. Además, si añadimos bosques, ríos, lagos o cascadas de agua conseguiremos una gran espectacularidad en el conjunto. En un alarde de atrevimiento, podremos incluso poner un volcán con su lava y fumarolas, demostrando que somos muy creativos. La infraestructura básica de las montañas puede hacerse con corcho blanco o amasijos de papel de periódico atados con cinta de pintor, pero también podemos emplear los modernos sprays de poliestireno expandido empleados para sellar ventanas. Este material es autoadhesivo, ligero, muy moldeable y barato. Solo hay que tener la precaución de limpiar bien la cánula aplicadora ya que si se obtura, nos bloquea el spray en futuros usos.

Foto 1: Montaña de escayola decorada con pinos y nieve, por cuyo interior rueda el tren.

Si la montaña es hueca, por pasar los trenes a través de su interior, aconsejo usar planchas de cartulina con esqueleto de alambre, que nos permiten hacer una infraestructura firme y moldeable, sobre la que después aplicaremos la escayola o masilla. Son bastante económicas y fáciles de cortar y moldear. Las precauciones a tomar son, hacer muchas pruebas de rodadura de los trenes antes de poner la montaña, construirla de forma que se pueda manualmente acceder a todo su


interior y pensar en que hay que dejar altura y anchura suficiente para que los trenes puedan circular. Lo ideal es que la montaña pueda ser retirada de la maqueta, no fijándola de forma permanente. El proceso de construcción de la montaña hueca empieza por instalar las bocas de túnel, después pondremos el cartón de alambre dándole forma y pasaremos a continuación a poner la masilla o escayola.

Foto 2: Primero ponemos las bocas de túnel, después el cartón y por último la masilla

Usaremos aquaplast, masilla o escayola, al gusto, siendo esta última de muy rápida solidificación y rigidez respecto a las primeras pero por el contrario es más frágil. Al aplicar este material a la infraestructura, hemos de hacerlo con una pequeña espátula que a la vez ralle la superficie verticalmente formando los surcos naturales de las montañas. Una vez seco el material, pintaremos en tonos grises, marrones y verdes con pinturas diluidas y usando esponjas o brochas gordas. Las partes profundas de las grietas las pintaremos en tonos más oscuros para resaltar el relieve. Después añadiremos motas de pintura verde intenso en las partes bajas para simular el musgo. Al final, pintaremos con pincel seco (secando el pincel antes de aplicarlo) y color blanco, por todos los salientes de las superficies. Este último toque da el acabado perfecto.

Foto 3: Montaña hecha de escayola y pintada en tonos grises, pardos y verdes.

La nieve en las cumbres se hace espolvoreando bicarbonato sódico sobre las montañas, árboles y casas y después se fija con laca. Otros intentos con harina o yeso dan peor


resultado y llenan la casa de polvo. Representar la nieve con la escayola blanca sin pintar no da el realismo que se consigue con el bicarbonato. El agua de lagos o ríos, siempre son atractivas. Si añadimos cascadas, el efecto es muy bonito. Para emular el agua recomiendo emplear líquidos profesionales que se pueden adquirir en tiendas de maquetismo y que solidifican en unas horas, produciendo el efecto de agua real siempre que pintemos el fondo convenientemente.

Foto 4: Lago alpino. El color algo turbio representa el origen glaciar. Por ejemplo, un lago lo podemos hacer usando una bandeja de poliestireno (de las empleados en frutería) que pintaremos de azul oscuro en el centro, azul claro en los bordes y decoraremos con trocitos de corcho blanco pintados de verde luminoso de forma que se simulen las algas que viven en las orillas. Una vez seca toda la pintura echaremos el líquido simulador del agua de forma que tenga una profundidad de unos 2 mm y esperaremos 24 horas a que se seque. Repetiremos esta operación durante varios días hasta tener la profundidad requerida, que por cierto, no debe ser mucha. Si queremos añadir un glaciar, lo podemos realizar con corcho blanco que rascaremos para que muestre una superficie rugosa, después pintaremos con pincel seco en tono azul muy leve y el conjunto lo colocaremos sobre la montaña de forma que no haya fisuras con la roca, simplemente añadiendo finas hebras de algodón en su perímetro.


Foto 5: Lago, con cascada y rĂ­o de aguas bravas. Al fondo valla con grafitis.

Foto 6: MontaĂąas con glaciar que decoran el paso de un tren minero.


Las cascadas de agua se pueden hacer empleando las barras de silicona transparente que se emplean como adhesivo (Las empleadas con pistolas eléctricas que calientan dicha silicona). Verteremos tiras fundidas de este material sobre papel cebolla y las dejaremos secar. Después de quitar el papel cebolla con agua caliente, las tiras de silicona secas las moldearemos y pegaremos con cola de contacto sobre la superficie curva de una botella de plástico que cortaremos a la medida de la cascada de agua. A continuación pintaremos la espuma del agua simplemente con un pincel fino mojado con una mezcla de pintura acrílica blanca y cola blanca. Esta espuma se pintará sobre la cascada y también sobre la superficie del lago cercana al lugar de caída de la cascada. Ahora viene el toque de gracia, añadiendo hilos de algodón blanco desde la espuma del lago hacia arriba, simulamos el vapor de agua que se forma en la realidad. Como siempre la operación final será fijar todo con laca. Con esta misma técnica podemos hacer un río con aguas bravas y al que podremos circundar con corcho del que se emplean en la construcción de belenes para simular montañas como se puede ver en la foto 5. La silicona caliente la podemos usar también para hacer carámbanos de hielo colgando de las bocas de túnel en paisajes invernales.

Foto 7: Montaña con cascadas de agua que decoran el fondo de la maqueta.


Añadir vegetación a las montañas es bastante obvio y necesario, solo hay que considerar que debe responder a la ubicación que la Naturaleza otorga, es decir, más densa en las partes bajas que en las cumbres. También podemos dar un toque actual con alguna antena de radiodifusión, torres de alta tensión o elementos tecnológicos de los que odian los ecologistas pero que desgraciadamente están ahí. También podemos añadir rocas o piedras sueltas que aconsejo hacerlas con escayola pintada o poliestireno expandido pintado, aunque siempre hay la tentación de usar piedrecitas reales es mejor hacerlas con materiales más ligeros y fáciles de adherir. Las rocas en las partes bajas de la montaña y rodeando a los ríos dan mucho realismo.

Foto 8: Formación rocosa realizada con spray de poliestireno y pintada con esponja en tonos grises y verdes. El torreón en ruinas es un simple trozo de corcho blanco pintado en tonos pardos.


Un volcán en erupción es una singularidad muy atractiva y creativa. Los volcanes nos permiten emplear colores variopintos, para simular los minerales que afloran en las coladas y dan un aire misterioso. La lava líquida la podemos simular pintando con rojos oscuros rodeados de negro. Sobre la lava incandescente podemos añadir fumarolas realizadas con tenues hebras de algodón, pero el efecto estrella se consigue poniendo una bombilla incandescente en tonos suaves por dentro del volcán y raspando la escayola desde dentro en forma de ríos de lava. La incandescencia del magma se logra cuando encendemos la bombilla oculta en sus entrañas.

Foto 9: Volcán nevado con lava y fumarolas de gas. El cráter del primer plano a la izquierda, está realizado con spray de poliestireno expandido y pintado de gris. La nieve es bicarbonato sódico fijado con laca. El vapor blanco es algodón.

En la escala HO, la altura real de las montañas sería exagerada en una maqueta doméstica, por lo que sugiero hacer una pequeña concesión en las dimensiones pero nunca eliminarlas. Las montañas son muy agradecidas y fáciles de hacer. Si te quedan bien, son un bonito motivo de orgullo personal.


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