COMPRANDO VALORES Mona Herbe
Diseño Editorial: Mona Herbe Fotografías: Paul Fasel Bogotá, Colombia Noviembre, 2017 Editado por La Despensa info@ladespensamm.com
COMPRANDO VALORES
Mona Herbe
Comprando Valores es una serie de arte conceptual que
consiste en 40 palabras bordadas a mano, en punto de cruz modificado para obtener más relieve, sobre cheques originales peruanos. Las palabras aquí bordadas son una selección de valores personales y colectivos que a lo largo de los siglos hemos considerado importantes y que nos definen como humanos. Comprando Valores se mueve dentro del territorio de la semiótica, pues apela al cheque como símbolo de un sistema económico imperante y como una metáfora del mundo actual donde el dinero puede comprarlo todo. Las palabras bordadas sobre el título de valor, funcionan como una ironía y una invitación a reflexionar sobre qué ha pasado con los valores; cómo se mueven los límites y los territorios de la ética y cómo nuevos valores se instauran en un modelo de vida cada vez más materialista, individualista y utilitarista.
En la obra, además, se contraponen dos energías: por un lado, la energía masculina, que está representada en el cheque (papel moneda, título de valor, frío, metálico) y por otro lado, el hilo y el tejido, todo ello orgánico; representa la energía femenina que es receptiva y que cuida –en teoría– el orden y los valores. El contraste entre un oficio manual, visto por Occidente como una labor eminentemente femenina y reservada a la intimidad del hogar, y el título de valor, que habla del intercambio material humano, resulta, de cierta forma, inquietante y casi una broma de humor negro.
Comprando Valores • Belleza Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Claridad Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Compasión Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Conciencia Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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¿CUÁNTO DE NOSOTROS
ES VENDIBLE?
Comprando Valores • Dignidad Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Empatía Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Fortaleza Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Honestidad Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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¿CUÁNTO DE NOSOTROS ES COMPRABLE?
Comprando Valores • Honor Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Humor Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Paciencia Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Poder Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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LOS CHEQUES No sé por qué saqué los cheques cuando tuve que escapar de mi antigua vida. No son más que trozos de papel sin sentido, firmados por protagonistas de un pasado que parece ya, otra novela extinta. Fueron cargados como cábala de alguna predicción que no conocía. Quizás la premonición -el sueño- de una mejor vida. Sin tanto dinero, pero con más felicidad. Siempre conservados en maletas de diseñador con clave; maletas usadas como cajas fuertes de un papel moneda sin valor; ellos, como gemas preciosas, conservados en su chequera, también de diseñador. Solo rastros de una vida que ya no quería. Esos papeles verdes pálidos alargados, recorriendo a mi lado miles de km de aventuras, 4 países, innumerables ciudades, pueblos, barrios, casas, apartamentos, lenguas distintas. Luego estuvieron guardados en el primer escritorio que tuve cuando me establecí en un lugar. En la ciudad en la que crecí. Extrañas cosas depara el destino para unos sibaritas acostumbrados al lujo, como ellos: cheques de otro país durmiendo en cajones de un material que parece madera, pero no lo es. Siempre que habría el cajón me los topaba ahí. Ya sin su chequera de diseñador. Me parecían bonitos. Como objetos de otro tiempo. Y no me refiero a mi tiempo, sino al tiempo de todos. Muchas tardes y mañanas los sostuve en mis manos, apreciando su valor como objeto, ya no como papel moneda, pues era nulo. Valor semiótico, estético, valor emocional, porque no confesarlo. Ellos en sus diversidad me hacían pensar en la complejidad del cerebro humano, en todas las aristas de su humanidad. Mi especie había puesto en un trozo de papel un sinnúmero de significados, le había otorgado al papel un poder casi mágico. Cada vez que los veía tenía una sensación que me recorría el cuerpo y me hacía sentir vergüenza con ellos. Del cajón salía un quejido que después se volvió un alarido silente que reclamaba una sola cosa: querían ser usados. Le di vueltas a la situación. Los cambié de cajón. Terminaron en un mueble metálico rojo con aspecto de locker industrial, donde podía ponerlos bajo llave y ya no escucharlos. En el fondo sabía que algo haría con ellos. Algo que les diera sentido nuevamente. Un resignificado desde la vida nueva que estaba viviendo.
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Comprando Valores • Prudencia Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Pudor Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Valor Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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Comprando Valores • Visión Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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EL BORDADO
Los últimos años de aquella vida -que veía como otra que no me pertenecía- fueron años de mucha tensión y deseos apasionados, pero reprimidos. Uno de esos deseos del alma, soñaba con hacer cosas con las manos, pero de una manera silenciosa y casi meditativa. Había un halo conductor que atravesaba mis otras vidas, todos esos personajes míos, esas yo que en ese momento no reconocía como mi verdadero ser, fueron hendidos por ese halo o pulsión que irremediablemente nos llevaba al silencio: primero en la labor de escribir, pintar, escuchar música, luego el laboratorio fotográfico, doblar papel, esculpir. Hice más cosas: pinté fotos, escribí guiones, esculpí papel. También hice tapices, y tejí papel, pero me faltaba encontrarme con el silencio de la aguja y el hilo. Bordar es como dibujar. El peso de tu mano, la forma en la que perforas la materia, al final todo es un trazo particular. Antes de la serie de los cheques bordados (que antes de ser bordados fueron unos papelitos verdes palidos quejosos y alharaquientos) lo que quería era hacer una serie dibujada de máquinas que hacían sonidos. La situación del país en el que nací y al que volví a vivir, no estaba como para ponerse a pintar sintetizadores, aunque también. Por esa época había visto ya suficiente realidad y en vez de ponerme a hacer serigrafías coloridas decidí que lo que quería era agujerear a esos cheques sin valor con un hilo rojo como toda la maldita sangre que no para de escurrir por todas partes. No quería recurrir a lo figurativo. Durante dos años seguidos trabajé en territorio haciendo fotografía documental y detrás de tanto color enceguecedor, solo sentía el frío del negro que estaba detrás. Quería hacer una obra sin efectos: modesta, simple, que entendieran todos. Usando algo que he amado tanto como las palabras. Sin efectos. Cada una de esas palabras cobraron mucha fuerza al bordarlas. Verlas nacer, tener textura, recorrerlas con el punto de cruz, darles forma fue un acto muy valioso para mi. Las palabras tienen una fuerza inasible. Las palabras se volvieron un mantra. Es una pena que no les demos su lugar. Su poder es vasto y profundo.
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Todos esos conceptos que la ética y la moral decidió llamar “valores” me hicieron pensar mucho acerca de mi y el mundo que habito, que es el lugar de todos; ellas me llevaron a reflexionar en como las usamos para manipular o ser manipulados, en como se vuelven fuerzas de poder, a veces siniestras. Por ejemplo, el Honor. ¿Qué es el honor? ¿Es un valor? ¿Hoy tiene sentido? ¡Me gustaba tanto esa palabra! En su sentido más primario la entendía como una mezcla de valentía, mérito, virtud, heroísmo y no pude no pensar en esa bella película de Ridley Scott llamada “Los Duelistas” donde Harvey Keitel y Keith Carradine se pasan la vida en busca de un duelo final donde alguno de los dos debe morir. Hoy el honor solo me parece una cárcel. Atravesar el papel moneda con un hilo rojo para re-crear las palabras que alguna vez tuvieron un peso y un sentido para nuestra especie fue conmovedor. En ocasiones, me reí fuerte cuando terminaba y veía uno de esos cheques, tatuados con palabras como valor, honestidad, amor, justicia, libertad, honestidad, libertad. ¡Qué ironía!, pensé. Bordar fue hermoso y catártico. Silencioso y reflexivo. Fue un acto de liberación.
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Comprando Valores • Voluntad Técnica mixta • Edición 4/4 Cheques peruanos bordados a mano 17 cm x 25, 5 cm Bogotá, 2017.
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COMPRANDO VALORES Buying Values
Tamaño | size
17 x 25,5 cm
Técnica
Technique
Mixta | bordado a mano
Mixed | hand embroidery
Cheque
Check
tamaño | size
15,5 x 7,2 cm
Papel de seguridad | 90 g Papel de pulpa de celulosa No blanqueadores ópticos
Security paper | 90 g cellulose pulp paper no optical brighteners
Hilo
Thread 100% cotton
100 % algodón
4/4
Serie | Series
Producido por | Produced by
Hecho a mano en Colombia | Handmade in Colombia
Comprando Valores es uno de los 76 proyectos seleccionados por la Feria del Millón 2017 de entre casi 2 mil portafolios enviados. Exhibida en Bogotá el 28, 29 y 30 de Octubre de 2017 en el Centro Creativo Textura.
/mona.herbe