Guadalupe 836

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Revista del Real Monasterio de Guadalupe fundada en 1916. NÂş 836, AĂąo 2013

Guadalupe en la Guerra de Independencia/ 10 El acueducto de Zempoala/ 16 Visiones viajeras de Guadalupe/ 19


«Guadalupe no es para el mundo y para la historia un pequeño pueblo de Extremadura, sino símbolo y cifra de toda la Hispanidad, surgida al conjuro de este nombre por el amor y la gracia de una Virgen Morena. A esta valoración actual podemos unir un significado y un simbolismo diferentes que tuvo tal nombre hasta finales del siglo XV. Entonces, aun no surgidas las gestas americanas, Guadalupe fue compendio de los fervores marianos de los reinos de España».

Miguel Muñoz San Pedro (1950)

[Foto: GGL]


Nigra Sum*

Octubre-Diciembre

Núm. 836. 2013 --

Director:

Antonio Arévalo Sánchez, OFM Administrador:

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Luz sin ocaso

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e la gaditana Tarifa al Avilés asturiano, del mejicano Guanajuato a la Sechura peruana, San Salvador y Filipinas, la Candelaria ha prendido de luminarias la geografía española e iberoamericana. Luz para alumbrar las naciones… Virgen limpia de la Luz en nuestros extremeños Arroyo, Malpartida de Plasencia y Alconchel, Cabezón de Liébana, La Isleta, Guía de Isora, Lucena del Puerto, Jódar y Cuart de Poblet… Negra es la Luz de Cuenca, venerada en un templo rococó, dorado, esplendente, que fue conventual de san Antonio Abad en el siglo XIV, viendo a sus pies pasar el Júcar. No te extrañes, no te extrañes,/ siendo Luz el verme negra,/ Cuenca con fuego de besos/ requemó mi faz trigueña (1950). Fue Alfonso VIII, el de las Navas, quien devolvió la luz a Cuenca el 21 de septiembre de 1177. Dicen que las mesnadas de Castilla —que junto a las de Alfonso II de Aragón, del Temple y Santiago sitiaban la plaza inexpugnable durante ocho meses— vieron una luz despabilada en la ladera del cerro de la Majestad. Avisado el rey del suceso, que en sueños había tenido visitas de Santa María, se dirigió al lugar y supo de su inminente victoria sobre la media luna. Cumplido el anuncio de la Virgen, don Alfonso mandó construir allí una ermita para venerar en ella a Nuestra Señora con una lucerna en la mano. Por miedo a la morisma, la cubrieron tanto que perdieron el tino de dónde estaba, hasta que, entrado el siglo XIV, otra luz incendiando un hueco de muralla la devolvió a la cristiandad. El actual santuario, cercano al puente sobre el río, data de 1760, el periodo que arroja numerosos prodigios bajo la protección de María, patrona de la ciudad, cuya fiesta se celebra el 1 de junio. La imagen medieval —a la que infligieron el latrocinio desamortizador— era pétrea, morena y polícroma, con el Niño en el brazo izquierdo y una candileja en la mano diestra. De la infamia del año 36, entre tizones y escombros, sólo hallaron su cabeza. La remozada escultura venerada hoy fue coronada canónicamente el 1 de junio de 1950 por el nuncio Gaetano Cicognani; en el solemne rito participaron ochenta y tres imágenes patronales de la provincia: Cuenca con besos de fuego…

* «Nigra sum» [Soy morena…] es una expresión tomada del Cantar de los Cantares (1,5) que la Liturgia, desde la Edad Media, aplica a las Vírgenes Negras.

Índice

I. Nigra sum: Luz sin ocaso .................................................................. 1 II. Aires morenos [Noticias de la Virgen]............................................. 2 III. Aula capitular [Opinión] - Bitácora del Director................................................................. 5 - A las claras: María J. Flores, OSC................................................. 6 - De lo mundano a lo humano: Emmanuel Ramiro Fernández. 7 - Barrera del sol: Francisco de A. Oterino Villasante, OFM......... 8 - Pura y limpia: Inés de la Santísima Trinidad............................. 9 IV. Scriptorium guadalupense [Investigación y divulgación] - Una carta inédita del general Villatte Ángel Fuentes Ortiz ......................................................................... 10 - El acueducto de Zempoala Arturo Álvarez Álvarez .................................................................... 16

- Visiones viajeras de guadalupe Elisa Rovira López .......................................................................... 19 - San Pedro de Alcántara y Santa Teresa (V) José García Santos, OFM ................................................................. 22 V. Plaza Mayor [Noticias del Monasterio y la Puebla] - Miscelánea de Guadalupe........................................................ 24 - D. Marcelo y la Virgen de Guadalupe: Ángel Rubio Castro.. 31 - Música y tradiciones de Guadalupe: Enrique Cordero........ 33 - Breviario........................................................................................ 35 - Crónicas de la puebla: Antonio Ramiro Chico......................... 36 - Mirando atrás.............................................................................. 39 - Normas para la presentación de originales.................................... 40 Portada: Templete del claustro mudéjar, s. XV. (Archivo. AAS) Contraportada: Alberto Navalón Mateos, (Cáceres). [www.albertonavalon.com]

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Los Remedios de Fregenal Divulgada por la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, la advocación mariana de Los Remedios es una de las más extendidas por las iglesias del viejo y nuevo mundo, presentando seria competencia —si nos es permitido expresarnos tan impropiamente— a la de Guadalupe. Los Trinitarios, que forman una familia de frailes dedicados al rescate de cautivos, fueron fundados por el provenzal san Juan de Mata (1154-1213) y por san Félix de Valois, cuya regla sería aprobada en 1198 por Inocencio III, mediante la bula Operante divine dispositionis. Esta Orden, primera de las que luego se llamarían órdenes mendicantes o apostólicas, fue reformada por el español san Juan Bautista de la Concepción (1561-1613), natural de Almodóvar del Campo (Ciudad Real) y fallecido en Córdoba, donde se veneran sus reliquias. Dada la proximidad de su patria —compartida con san Juan de Ávila (1500-1569)— y la afinidad del carisma con este santuario, raro sería que el reformador descalzo no peregrinase a Guadalupe. Porque están muy probadas las relaciones de la Orden trinitaria con los Jerónimos guadalupenses, los cuales destinaban parte de las limosnas a la redención de cautivos. Como es sabido, fueron muchos los cristianos rescatados por la ilustre Orden trinitaria, entre los que descuella Miguel de Cervantes Saavedra, liberado el 19 de septiembre de 1580, y la devota imagen de un Nazareno que luego hiciera famosa la protección de la casa ducal de Medinaceli y los Reyes de España. La Patrona de Fregenal de la Sierra De toda la geografía de amor y devoción a la Virgen de los Remedios, con ser tan extensa, los andaluces y extremeños tenemos en Fregenal de la Sierra (Badajoz) el altar más hermoso de cuantos citamos más abajo. Situada en el cuadrante noroccidental de Sierra Morena, guarda las ruinas de Nertóbriga Concordia Julia y, aunque siempre estuvo sujeta al obispado de Badajoz, de 1312 a 1833 perteneció al reino de Sevilla. Patria de Benito Arias Montano, Juan Bravo Murillo y el pintor Eugenio Hermoso Martínez, la ciudad guarda un rico patrimonio histórico-artístico, declarado Bien de Interés Cultural el año 1992. Adosada al castillo templario (s. XIII) se alza la iglesia de santa María de la Plaza (que posee un lienzo de la Virgen de Guada-

FREGENAL. Santuario de la Virgen (s. XVI-XVIII) [Foto: Ayuntamiento]

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FREGENAL. Virgen de los Remedios (s. XV) ataviada con ricas telas

lupe del XVII), a los que se suman la iglesia de santa Ana (s. XIV) y la de santa Catalina (s. XV), conventos exclaustrados de franciscanos, jesuitas y agustinas, palacios y casas solariegas. A seis kilómetros de la ciudad se asienta el santuario de Los Remedios, de estilo barroco, iniciado hacia 1497, bendecido en 1501 y remodelado a lo largo de las centurias XVI y XVIII. El camarín está decorado con pinturas representativas de la vida de María, como ocurre en el nuestro. Como si de un viejo arca se tratara, el llamado Libro de los Milagros —copia de 1783 de otro escrito en 1570— conserva todo lo relacionado al culto, sucesos y milagros de esta Virgen. De sus orígenes se cuenta que un pastor halló casualmente una escultura femenina en el fondo de un pozo al que acudía con el rebaño; una y otra vez vuelve la imagen al pozo habiéndola sacado, metido en el zurrón y llevada a casa para solaz de su hija. J. M. Domínguez Moreno añade a la tradición el dato de que la imagen recibía culto junto al arroyo de la Parrilla antes del 711; re-


airesmorenos conquistado el territorio sería descubierta por el pastor. Cuando los clérigos y entendidos de la villa advierten el prodigio y deciden construirle la ermita en lo más alto del cerro del Rodeo, la obra se ve impedida misteriosamente hasta atinar con el suelo elegido por la Virgen, que era donde estaba el pozo y ahora se yergue el blanco santuario. La imagen de la Virgen y la del Niño, sobre su brazo izquierdo, son de madera policromada, aunque de traza tan simple que parece hecha para ser vestida. El rostro ovalado de María apunta a la imaginería de finales del siglo XV, aunque ni la antigüedad ni sus hechuras avalan la leyenda. Fiestas patronales Seis meses antes de verificar la mítica Peregrinación de los extremeños a Guadalupe para declararla su Patrona, el papa san Pío X otorgó los honores de la Coronación canónica a la bendita imagen de Los Remedios, rito que llevó a cabo, el 27 de abril de 1906, el segedano Félix Soto Mancera (1849-1910), obispo de Badajoz (1904-1910). Al cumplirse en 2006 el primer centenario de aquel acontecimiento y los cuatrocientos de la proclamación del patronazgo, otro 27 de abril tuvo lugar en Fregenal un magno pontifical presidido por el cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla, al que asistían el arzobispo metropolitano de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil; el arzobispo emérito Antonio Montero Moreno, y los sufragáneos Ciriaco Benavente Mateos, obispo de CoriaCáceres, y Amadeo Rodríguez Magro, obispo de Plasencia; el obispo emérito de Huelva, Ignacio Noguer Carmona y cientos de presbíteros, autoridades civiles

y militares, regionales y nacionales, pues la imagen de Fregenal de la Sierra ostenta el título de Capitana General de las Fuerzas Armadas Españolas desde el año 1956. Las fiestas patronales de Los Remedios coinciden con la octava de Pascua. Tiene solemne novenario, dos romerías y la multitudinaria función del Domingo de Milagros, el II de Pascua, en el que se renueva el voto realizado el año 1506. A oscurecidas, sale el Rosario del Domingo de Milagros, acompañado de artísticos faroles, saltos al compás del Rayo y grandes hogueras. Termina éste con un vals y el canto del himno de la Coronación, que mantiene la renombrada Coral Frexnense y el no menos célebre grupo folclórico Los Jateros, exponentes del rico y antiguo folclore bético-frexnense. El lunes de la II semana de Pascua, Lunes de la Virgen, y su octava tienen lugar las romerías. En la primera de ellas van todos en procesión desde la parroquia de Santa María y terminan en el Santuario, con la recepción de los Boni homines, representantes de los antiguos gremios municipales. Oficiada la misa por un buen número de presbíteros —hijos del pueblo o que se declaran servidores de Fregenal—,

hay bailes delante de la Virgen y comida campera bajo las encinas. Desde 1956, cada 25 años la sagrada imagen de la Virgen de los Remedios es traída a la población en el aniversario de la Coronación canónica. Antiguamente sólo venía en rogativas por seca u otras calamidades. Han sido muy sonadas las venidas de 1906, 1956, 1981 y 2006, dándose la circunstancia que para cada visita se estrenó un himno. La Virgen de los Remedios tiene, además, una hermandad gitana, que lleva celebradas XLIV romerías de esta etnia al santuario de Fregenal. Promovida por la Delegación de pastoral gitana de la CEE, la romería de la Majarí Calí tiene lugar el último domingo de octubre, atrayendo a multitud de gitanos de España, Portugal y otras naciones. Devoción universal Nuestra Señora de los Remedios, patrona de muchos lugares, tiene numerosos santuarios y ermitas dedicados en España y América, y es titular de varias iglesias parroquiales. Famosa es la imagen de Naucalpan (Méjico), que se tiene por la más antigua del Nuevo Mundo, y las del santuario de Colón (Honduras), San José de Costa Rica; Santiago de Cali (Colom-

FREGENAL. Rosario del Domingo de Milagros, al que acompañan con bellos faroles

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bia), Lima y Arequipa (Perú) o la de San Manuel de Tarlac (Filipinas). Por destacar algunas de España, mentamos las de Abades (Segovia), Aguilar del Río Alhama y Sotés (La Rioja), Albudeite (Murcia), Alicante, Petrer, Monóvar y Casas del Señor (Alicante), Aljaraque y Arroyomolinos de León (Huelva), Anglés, Bañolas, Camprodom y Castillo de Aro (Gerona), Antequera y Vélez (Málaga), Aviá, Cardona y Perafita (Barcelona); Belmez, Cabra y Villafranca (Córdoba), Cambrils, Santa Oliva (Tarragona), Campotéjar (Granada), Chiclana, Olvera y Ubrique (Cádiz), El Coronil y Mairena del Alcor (Sevilla), Fuensanta, Hoya-Gonzalo y La Roda (Albacete), Ibros y Jimena (Jaén), La Parrilla (Valladolid), Mondoñedo y O Sisto Ourol (Lugo), Ocaña (Toledo), Realejo Alto y San Cristóbal de la Laguna (Tenerife), Serón (Almería) y Sotillo de la Adrada (Ávila). [Información: http://es.wikipedia. org/wiki/Virgen_de_los_Remedios ; www. parroquiasfregenal.org]

Virgen de Guadalupe, La Gregoriana, venerada desde 1631 en el santuario de Koden (Polonia)

Koden, el robo del conde polaco La iconografía de la Virgen de Guadalupe en el Viejo Mundo se remonta, según su antigua leyenda, a los orígenes de la propia Iglesia, con san Lucas Evangelista. Así, desde Acaya (Asia Menor) pasa por Bizancio y llega a la Sede de Pedro en Roma, donde el papa san Gregorio Magno la sacó de su oratorio en rogativas por la peste que asolaba la Urbe. La amistad que ha nacido entre él y san Leandro, arzobispo de Sevilla, queda sella con la entrega de la imagen morena que llenará de milagros y prodigios la Hispania visigótica. El vacío que dejó en su oratorio, lo suple el Pontífice con una imagen de la Bienaventurada Virgen, copiada al vivo de la que envió a España por san Agustín de Canterbury, prefecto del monasterio san Andrés de Roma, apóstol después en Inglaterra y arzobispo de Canterbury, por lo cual esta imagen recibe el sobrenombre de La Gregoriana. En 1631, según recogen antiguas historias, el conde Nicolás Sapieha, vecino de Koden, viaja a Roma como embajador, llevando cartas del rey de Polonia, Segismundo III, para el papa Urbano VIII, gran amigo del monarca. Antes de que regresara el conde a su tierra natal, el Santo Padre lo invitó a oír misa en su oratorio particular, presidido por una bella pintura de Sancta María miraculosa de Guadalupe, de rostro afable y sereno. Al contemplar el conde la estampa, le infunde tal fervor aquel rostro virginal de María que implora su misericordia, obteniendo la curación de la grave dolencia que padecía. Su atrevimiento fue tal que no dudó en sobor-

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nar al doméstico del oratorio papal, a fin de apoderarse de la imagen Gregoriana y algunas reliquias para llevarlas a su palacio, junto a la ribera del Bug. Advertido Urbano VIII del sacrílego robo, mandó condenar al sacristán e impuso severas penas al conde: devolvería el lienzo milagroso, estaría un año de prisión en cárcel pública y levantaría un templo en Koden; además, debió peregrinar a pie a Roma, donde fue absuelto por el papa, obteniendo entonces la perpetua donación de las reliquias y de la milagrosa imagen Gregoriana, que fue colocada el 8 de enero de 1636 en la nueva basílica de santa Ana. La fama del icono atrajo pronto no sólo a católicos sino también a ortodoxos, acercando así a las dos iglesias cristianas. El templo ardió casi por completo en 1680, aunque el cuadro se salvó milagrosamente, siendo coronada canónicamente en 1723. La iglesia de Koden fue transformada en iglesia ortodoxa el año 1863 y la Virgen fue trasladada al monasterio de Czestochowa. Después de cincuenta y dos años de “exilio”, la Virgen de Guadalupe volvió a su iglesia de santa Ana. La custodia del santuario está hoy confiada a la congregación de los Oblatos de María Inmaculada. En los últimos años han tenido lugar allí los encuentros ecuménicos de la juventud bajo su maternal mirada y protección. El beato Juan Pablo II, ordenado en 1946 por el cardenal Adam Sapieha, arzobispo de Cracovia, donó algunos ornamentos y vasos litúrgicos al santuario mariano de Koden.


Bitácora del Director uraría haberle visto un día de julio pasear en pijama por La Corredera, cuando aún teníamos en la faldriquera ocho gordas para un helado de limón natural en Las Piñeras, y él frecuentaba su pueblo y el mío. Hurgando muy lejos en la memoria, paréceme verlo de luces en algún cartel de Santiago o del Cristo, para una plaza portátil que instalaban en El Palo la Jorca, no lejos del arruinado coso cuadrangular que los antitaurinos republicanos de La Fuente quisieron arrasar sin conseguirlo, y algo más allá de la era de su padre, Lagarto, a la que entrábamos a hurtadillas los de la calle Martianes a jugar después de la escuela. Puede que me engañe la memoria, porque yo era muy chico, y estas andanzas primeras de Diego Bardón Salamanca (La Fuente 1943) no sean más que infundio de vecindario oído a los mayores en la mesa. Aún así, nada haría tanta justicia al personaje. Pues ya entonces, Bardón, al socaire de sus tíos y mecenas, Los Bolla, apuntaba maneras (por seguir con la jerga taurina) de la leyenda que más tarde ha cuajado. l que hoy es conocido por correr de espaldas en la maratón de Nueva York (ha terminado 35 de ellas, 9 de espaldas), fue vigilado en España por contestatario y prohibido en Méjico al relacionarlo con trotskistas. Los trastes de matar toros no le llevaron a la alternativa, sino al cuartelillo, porque Bardón, en el último tercio de una tarde de feria, prefirió entrar al novillo con una lechuga en lugar del estoque y lidiar con dos muletas en Vistalegre. Ante la monumental bronca del respetable y la cerrada ovación de los antitaurinos, Diego, días después, remataría la faena retorciendo el gañote a un pollo en la sede de quienes le habían aplaudido. Se dice, además, que el año 72 se autolesionó en las ingles con asta de toro, en una sala de exposiciones parisina, y embadurnó con la sangre la jeta del pintor, escritor y cineasta de origen judeo-polaco Roland Topor (1938-1997) y la testa rapada del excéntrico Fernando Arrabal. Eran sus mitológicas La autocornada y Mi circuncisión (Teatro Palace, París 1972), engarzadas en el enjundioso teorema sobre corrida convexa y corrida submarina. Tanto estrambote sirvió para darle fama y permitirle seguir haciendo de su capote un sayo. En este caso, la fundación del movimiento Panique/Pánico (1962) —con Alejandro Jodorowsky Prullansky (Chile 1929) y los citados Arrabal y Topor—, postdadaísta y heredero del agonizante surrealismo de André Breton (1896-1966), y la difusión de la Patafísica, doctrina moral y estética donde lo anormal es la regla. ara confirmar uno de sus dichos más cabales («No puedo dedicarme exclusivamente a nada por ser polifacético y renacentista»), a principios de los años 80, afincado ya en Las Hurdes, Bardón apoderó a Luis Reina (Almendralejo), convirtiéndolo en el primer (y único) matador en llevar publicidad en la taleguilla. Fernando Botero le autorizaba, además, a usar su pintura taurina en los carteles de feria. Con Curro, Paula o Manzanares (padre) nacería la denominada corrida flamenca en el Festival Tagore de Badajoz, idea del fontanés heterodoxo. Periodista a rachas, Diego Bardón dejó rastro en el Cambio 16 que antaño devorábamos y en el Diario 16 de Pedro Jota y el entonces comunista de piqué, Raúl del Pozo, con el que firmó unas biografías alucinadas de El Cordobés: Un ataúd de terciopelo para un mito de papel y El ataúd de astracán. El regreso de El Cordobés. sta tarde, mientras leía que repiten en Pinofranqueado La Diego Bardón de espaldas, y refiriéndome Gajardo, a la puerta del bar de Diegui, cuánto intimó nuestro paisano con Luis Miguel Dominguín, se me han levantado como polvareda todos estos mementos oídos, leídos y olvidados. Diego Bardón Salamanca: genial, iconoclasta, aventurero, inquieto, célebre, rebelde y bohemio; de una ternura y bondad seráficas, me apuntan. Un buscavidas, en fin, como tantos de La Fuente.

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La jiguera

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Diego Bardón

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Antonio Arévalo Sánchez


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A las claras

Copiar y pegar, leer… ¡y aburrir! María de Jesús Flores, osc Monasterio de Santa Clara. Llerena

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unca lo han tenido tan fácil los más proclives a no mover un dedo, y mucho menos una neurona, que para eso ya hay otros y otras. Nada tan fácil, rápido, y aséptico como copiar y pegar a golpe de un clic, para encontrarte, casi como por arte de magia, frente a un texto impecable que pasará por tuyo sin serlo, pero que, por de pronto, viene divinamente, porque del apuro, seguro, te saca. Se oye decir que incluso los que pasan por espabilados —¡y mira que los hay!— suelen darse una vueltecita cibernética por una página de Internet, curiosamente llamada rincondelvago. com, una especie de almacén informático donde la gente va descargando vagones de apuntes, trabajos, monografías, informes… Uno de los creadores de esta página ha afirmado: «Muchos cientos de millones de visitas después, el Rincón del Vago sigue a pleno ritmo ofreciendo ayuda a estudiantes apurados y a políticos despistados». ¡No me extraña!, aunque yo diría que el colectivo de usuarios es mucho más amplio y variopinto… Llevo ya mucho tiempo percibiendo, con pena, por lo que significa de pobreza para la comunidad cristiana que acude a celebrar la eucaristía dominical, que algunos presbíteros transitan con bastante frecuencia (y urgencia) por páginas donde encuentran las homilías ya hechecitas, listas para tomar y servir a la feligresía que, por cierto, no traga. Un discurso leído, frío, impersonal, eso no vale, eso no engancha, eso aburre, eso, duerme… Y la gente lo expresa con gestos de evidente aburrimiento, impaciencia y nerviosismo: movimientos continuos en el banco, miradas hacia todas partes, menos hacia el lugar desde donde se habla. Algunos, si pudieran (me incluyo), acabarían «pidiendo la hora», como cuando el partido de tu equipo se pone muy cuesta arriba y no ves la hora en que el árbitro se acerque el silbato a la boca y pite el final, para terminar con el padecimiento.

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Cuenta Dolores Aleixandre algo que viene a colación con lo expresado: «En una asamblea numerosísima de religiosas en una casa en medio del campo, celebraba la eucaristía un obispo. Todo estaba resultando extremadamente solemne, las rúbricas eran escrupulosamente observadas, y la homilía versaba sobre la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica, a razón de diez minutos por nota. En el jardín había una algarabía de pájaros acomodándose en los árboles al atardecer, y me distraje pensando que si estuviera Jesús sentado entre los fieles, como laico que era, a lo mejor se habría levantado y le habría pedido con muchísimo respeto al obispo si no le importaba callarse un momentito para que todos pudiéramos escuchar a los pájaros. Eso me inundó de consolación, que llegó a su cumbre cuando, en el ofertorio, el que ayudaba a misa tropezó, empujó el cáliz, se derramó el vino, y la agitación que provocó hizo que aquello empezara a parecerse a una cena de verdad.» Pues eso, si Jesús, como laico que era, entrara en un domingo cualquiera, en una iglesia cualquiera y se sentara en un banco cualquiera a escuchar a un sacerdote cualquiera, tardaría segundos en quedarse frito. Si una tormenta de esas de padre y señor mío, en mitad del lago, con unas olas dispuestas a engullirse la barca, discípulos incluidos, fue incapaz de despertarlo, cuánto más un discurso inodoro, incoloro e insípido. De haber sido otro, por ejemplo, cierto monarca, no habría tenido reparo alguno en espetarle al monótono predicador: «¿Por qué no te callas?»


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De lo mundano a lo humano

Suenan Los Beatles Emmanuel Ramiro Fernández Periodista

Antes de Los Beatles, todo era distinto; después, nada fue igual. John Lennon

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ace 50 años el mundo asistió a un cambio de rumbo. De rumbo y de ritmo. Surgido desde las catacumbas de un desconocido pub de Liverpool, una caverna desde la que demostraron que otro camino era posible. Hamburgo terminó de curtirles. La historia de la música estaba a punto de conocer un nuevo escenario, un horizonte en tecnicolor en un ambiente de fans histéricas y enloquecidas por los ritmos endiablados de cuatro desconocidos. Cuatro escarabajos que fueron tomados a broma, cuatro veinteañeros que reinventaron el pop para dejar un legado que ya dura cinco décadas. Hace medio siglo cambió la banda sonora de nuestras vidas y en el tocador, de una manera u otra, aún hoy siguen sonando The Beatles. En una época excelsa en lo revolucionario, John, Paul, George y Ringo convirtieron la brisa fresca en huracán para lanzar al mundo un mensaje cargado de notas alegres, juveniles y comprometidas. Así se plantaron en Londres en la Navidad del 62 tras haber encontrado un nuevo batería para el grupo, con muchas horas de vuelos en los pub de Hamburgo y con un hit que había pegado con fuerza, Love me do. La oportunidad les llegó cuando menos se esperaba, cuando la industria discográfica entendía que los grupos músico-vocales pertenecían al pasado y cuando Liverpool solo producía humoristas. Quizá por ello se sentían solos contra el mundo y decidieron comérselo. Lo empezaron a hacer con su primer álbum: Please, Please me. El descaro y la enorme seguridad que desprendían se podía apreciar en sus canciones, Please, Please me, From me to you o She loves you, que alcanzaron el número uno de las listas de venta en el Reino Unido. Con su primer disco, publicado en marzo de 1963, se desató la beatlemanía. Please, Please me se mantuvo más de medio año (30 semanas) como el disco más vendido. Ese LP fue grabado en un solo día, en una única sesión maratoniana, como si de una actuación en directo se tratara, en los EMI estudios de Londres. El torrente creativo de Lennon y McCartney fluía en todo su esplendor con George Harrison como artista invitado entre esos dos colosos, alumbrando canciones sin detenerse todavía en la profundidad de las letras, buscando más todas las posibilidades del sonido, creando un estilo propio. A partir de entonces les tocó sobrevivir al éxito en una montaña rusa de histeria y euforia. Nadie levantaba tantas pasiones guitarra en mano, la multitud que luego desplazaron Queen, los Rolling o Springsteen la vimos primero con ellos, el uso de la amplificación del sonido lleva también su firma. Y es que su segundo disco, With The Beatles, publicado en noviembre del 63, apenas 8 meses después del primero sucedió a éste como número uno en la lista de ventas. Entre uno y otro los cuatro de Liverpool permanecieron un año en lo más alto de la música británica. Luego llegó la conquista de EE.UU. a inicios del 64. 3000 personas les esperaban en el aeropuerto John F. Kennedy. Su primera aparición en la televisión norteamericana congregó a 74 millones de espectadores

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(la mitad de la población del país). Más tarde llegarían a Hong Kong, Dinamarca, Australia e incluso España. La beatlemanía no entendía de fronteras. Ese ritmo frenético duró hasta 1966. En tres años habían conquistado el mundo y dejaron de dar vueltas alrededor de él. Se metieron en el estudio y cambiaron otro de los parámetros clásicos: los discos ya no serían un retrato del directo. Cada disco sería una creación autónoma como lo eran A Hard Day’s Night, Rubber Soul o Abbey Road. Entre medias su talento también invadió la gran pantalla al protagonizar varias películas a las que evidentemente pusieron la banda sonora. En ese tiempo ya coqueteaban con todo tipo de drogas y con su habitual superioridad y descaro no tuvieron problemas en reconocerlo. Como si eso les identificara más con toda una generación, con su tiempo. Solo fueron ocho años (1963-1970) en los que abarcaron un extenso territorio musical. El abanico se abre desde el rock & roll y blues, pop, baladas y psicodelia, hasta el folk-rock, country y soul. Aprovecharon los hallazgos de otros coetáneos en sus canciones, subieron el listón ante los nuevos vientos creativos de The Who, Stones o el mismísimo Bob Dylan, gran referente de la banda. Todo ello sirvió para crear el sonido Beatles, un sello único, porque alguien puede no haber visto nunca una pintura de El Greco, una escultura de Da Vinci o no conocer una canción de Los Beatles, pero necesita apenas un vistazo, un puñado de segundos para reconocer la mano de estos artistas. Los Beatles lo eran, buena muestra es que ellos ya tocaron todo lo que hoy escuchamos.


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Barrera del sol

TESTIGO DEL ALUMBRAMIENTO Francisco de Asís Oterino Villasante, OFM

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l verano aquél resultó tan fecundo para el patrimonio cultural del monasterio como complicado en su desenvolvimiento. Era la segunda campaña de la Cátedra de Restauración de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, actuando en la recuperación de las pinturas murales del Relicario. ICROA (Instituto Cultural de Restauración de Obras Artísticas) se brindó también para una actuación en la capilla de santa Ana y conservación, fijación y limpieza en el retablo Mayor. Por su parte, la Escuela de Restauraciones Artísticas, comandada a la sazón por Carrión Barcaiztegui, se ofreció también para una intervención en diversas piezas de pintura y escultura. Tengo que reconocer que las buenas formas y la altura universitaria se mantuvieron siempre. No obstante, la discreta vigilancia de unos a otros y los enfoques y soluciones diferentes afloraban, y yo era el destinatario de los pareceres encontrados. Hube de salir al paso, invitándoles a concentrarse cada equipo en su trabajo, dando por supuesto la diversidad de criterios. La capilla de santa Ana, una de las piezas más relevantes del monasterio, con el sepulcro de los Velasco de Egas, queda ignorada, aún hoy, para la casi totalidad de visitantes y, a veces, hasta camuflada para usos menos nobles. El retablo, con el cuadro de gran formato, dedicado a la titular, pintado en 1587 por Pablo de Céspedes, se encontraba en lamentable estado de deterioro, por una gran abrasión de murcielaguina en su envés, que se extendía en forma de uve sobre gran parte del mismo. Catalogado y estudiado en su día por Cea Bermúdez, igual que los diversos lienzos de la predela, aunque de menor categoría, merecían una especial atención. Creo poder afirmar que el trabajo del ICROA significó para esta obra, no sólo su resurrección, sino su misma salvación para la cultura. Tras esta intervención, acometieron la del retablo Mayor, en la forma que cabía y espacio de tiempo que contábamos. En la antigua Biblioteca (y espero que futura, de nuevo) se habilitó un taller para el Equipo de Carrión, entre cuyos componentes figuraban restauradores del Prado, además los profesores y algunos alumnos de fin de carrera. Diversas obras de pintura y escultura fueron acumulándose sobre diversos escenarios. Recuerdo en este momento, entre otras, la tabla mayor de Correa, a la que afectaba en la parte inferior una abrasión por efecto de lámparas y velas, la bellísima talla de san Diego de Alcalá, cuyo estofado mereció una delicadísima actuación por parte de un profesor, restaurador del Prado, y otras piezas de pintura y escultura que iban a formar el grueso del nuevo museo. En el entonces llamado museo de Miniados, pero que en realidad era un cajón de sastre, colgaba una cruz de madera, aparentemente iconografiada, pero que, en realidad, humos de lámparas de aceite y grumos de betún de Judea oscurecían casi por completo. A mitad de campaña se me ocurrió subirla al taller, para averiguar si merecía la pena un tratamiento. Tras la inspección

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con rayos infrarrojos y ultravioleta, se tuvo el convencimiento que nos hallábamos ante una pieza de primer orden. Excuso decir que a partir de estos datos, la atención de todo el Equipo estaba pendiente del resultado de las primeras catas. Éstas motivaron que Carrión, por su cuenta, invitase a Matías Díaz Padrón, conservador en El Prado de la pintura flamenca. Investigador eminente y profesor. Con la presencia de técnico de tal solvencia, prosiguieron los trabajos de desvelar el misterio, bajo la expectante mirada de todos, hasta que se hizo el milagro. Estábamos, sin lugar a duda, ante una de las más señaladas piezas artísticas del monasterio. Esto era, más interesante, cuanto escasas en nuestro patrimonio, este tipo de Cruces iconografiadas, al contrario de Italia. Fueron, aquellos, momentos de especial emoción, concentrando la mirada emocionada de todos sobre cada centímetro cuadrado de criatura que nacía. El más interesado: Matías D. Padrón, que buscaba cada detalle para sospechar paternidad. La emoción alcanzó clímax, al finalizar la limpieza. Estábamos ante una joya de primer orden. Matías habló al final sobre la posible autoría, y con la cautela con que se producen los verdaderos intelectuales, señalaba a Nicolás Francés (1434-1468) o su entorno. Cuando se fue a ubicar cada pieza en el nuevo museo, Álvarez Rojas le reservó un lugar de protagonismo, dentro de época y estilo, que ahora veo le han quitado con esta entrada a saco en la última desafortunada intervención. En una de sus visitas al monasterio, la Reina Sofía, al recorrer la sala, se interesó especialmente por esta obra y su autoría. Por la categoría de ésta y el mejor servicio al visitante, confío encuentre de nuevo una mejor situación en el museo. Yo guardaré, con especial cariño, la emoción de aquel alumbramiento.


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Pura y Limpia

“GOZA Y ALÉGRATE, VIRGEN MARÍA…” Sor Inês da Santíssima Trindade, OIC Monasterio de Campo Maior (Portugal)

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dentrados en el resplandeciente tiempo pascual que la Iglesia nos ofrece cada año, miremos a la Santísima Virgen María, pidámosle permiso y pasemos a su casa. La habitación interior de María, su corazón, ahí donde primero concibió por la fe el Hijo de Dios, fue el escenario particular de la verdadera alegría pascual. La joven pobre de Nazaret es ahora mujer madura, conocedora de los caminos de Dios, aunque siempre haya caminado de fe, en oscuridad y tantas veces sin comprender, como nos dice san Lucas en su Evangelio. No es tan joven pero sigue siendo pobre. Pobre en su corazón, pobre de sí misma; pobre, tan pobre, que el Viernes Santo se queda sin su única razón de vivir: su Hijo amado. Pobre la vemos el Sábado Santo esperando, despojada de todo, vaciada, con sus entrañas una vez más abiertas a la acción del Espíritu. Pobre la mañana del primer día de la semana cuando, con extremada alegría, habrá sentido en su corazón toda la fuerza de la Resurrección de Jesús. La paz del Resucitado tendrá inundada a la doncella Inmaculada, la alegría de la Buena Noticia habrá sonado a sus oídos interiores con tal ímpetu que todo su ser vibró y gozó. Su fe, largamente probada y nunca ensombrecida, le da la garantía de que su Dios nunca le ha fallado, de que su vida ha sido cauce de salvación para todo ser humano. Su seno inmaculado ha acogido la salvación de un Dios

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que desea manifestar su amor hasta el extremo, por eso, ese mismo seno purísimo, acoge ahora en todo su resplandor, la luz de la Resurrección. «Goza y alégrate, Virgen María, porque ha resucitado el Señor verdaderamente», repetimos todo el tiempo pascual, alabando a María, la pequeña sierva del Altísimo, tan pequeña que se hizo Reina del Cielo. Sólo los pobres de corazón pueden experimentar la alegría, la alegría verdadera, transparente, sencilla; la alegría en las tareas diarias más rutinarias, la alegría en la liturgia, en la comunión fraterna, en el compartir con los hermanos y, por qué no, la alegría en el dolor, en la enfermedad. Así cada cristiano, como María, es llamado a gozarse en su Señor, a rebosar en su Maestro y Redentor. Siguiendo los pasos de María, pobre y por eso verdaderamente alegre, cada creyente que abra su corazón se expone a la aventura imprevisible y maravillosa de contemplar y dejarse contemplar por Cristo, el Dios tan poderoso que se hace hombre y tan misericordioso que nos da la vida eterna está para siempre con nosotros. Este Año de la fe, en el que vemos la presencia de Jesús tan actuante en su amada Iglesia, tengamos la audacia de ser pobres, tan pobres como la Inmaculada, para poder experimentar la alegría de la Resurrección en nuestras vidas, de resucitar con Cristo para una vida nueva, de dejar las viejas costumbres y estar abiertos a la novedad constante del reino.


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Guadalupe en la Guerra de la Independencia Española

UNA CARTA INÉDITA DEL GENERAL VILLATTE Ángel Fuentes Ortiz

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pesar del impulso que ha experimentado la labor historiográfica sobre la Guerra de la Independencia Española en los últimos años, también en Extremadura, es relativamente poco lo que sabemos acerca de cómo afectó el conflicto a la histórica población de Guadalupe. Apenas se había escrito hasta ahora sobre algunos hechos aislados, la mayoría de ellos centrados en la figura del monasterio de Santa María o en los cercanos montes de las Villuercas, y nunca estudiados en su conjunto. En el presente estudio se pretende arrojar alguna luz sobre los hechos históricos que en Guadalupe acontecieron entre 1808 y 1813, sumando a éstos el reciente descubrimiento de una carta inédita del general EugèneCasimir Villatte (1770-1834). Guadalupe en la Guerra de la Independencia, 1808-1812 La primera referencia a Guadalupe en las fuentes relacionadas con la Guerra de la Independencia la encontramos al poco de constituirse la Junta Suprema de Extremadura, en junio de 1808. En un registro de donativos con destino al sufragio de la mencionada Junta

Defensa del Parque de Artillería de Monteleón, de Joaquín Sorolla (1863-1923).

aparece una contribución voluntaria de 111. 920 reales —una de las más elevadas de toda la región— procedente del Real Monasterio, y correspondiente a 13 arrobas, 24 libras y 12 onzas de plata vieja1. Sin embargo, es importante señalar que no sólo el monasterio contribuyó a la lucha contra el invasor desde los primeros momentos de la contienda. Ante el avance de las tropas francesas por la provincia comenzó a percibirse un clima de euforia prebelicista en Guadalupe, cuyas gentes apoyaban abiertamente la lucha armada. Además, los habitantes de la puebla —según se desprende de una carta fechada el 21 de enero de 1809—2, se encontraban bien preparados para combatir como guerrilleros en las sierras en cuanto la ocasión lo demandase. La siguiente noticia que nos ha llegado sobre la contienda es el famoso ataque al monasterio de los días 18 y 19 de febrero de 1809. Aunque tradicionalmente se ha considerado este acontecimiento como una de las principales ofensivas a la puebla durante la contienda peninsular, ciñéndonos a los datos conservados, no parece que se tratara más que

1.- Gómez Villafranca, Román: Extremadura en la Guerra de Independencia, memoria histórica y colección diplomática, Badajoz, 1908, p. 23. 2.- Ibídem, p. 139. 3.- Toreno, Conde de: Historia del levantamiento, guerra y revolución de España, Pamplona 2008, p.376

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scriptoriumguadalupense / 11 de un «amago»3�. Así, ante el inminente embate, el presidente de la Junta Suprema Provincial, Gregorio García de la Cuesta (17411811), acuartelado en Jaraicejo, destinó 1600 hombres a Guadalupe y al puerto de San Vicente4 con el objetivo de repeler el ataque. De esta manera el día 18 las tropas francesas, comandadas por el general Francisco de Trías, se encontraron con el paso bloqueado por los efectivos del coronel Ignacio Balanzat de Orvay (1773-1837) en el angosto desfiladero del Hospital del Obispo — conocido desde entonces como Cancho del Ataque—. Aunque algunos efectivos lograron sortear la barrera atajando por las montañas, parece ser que ningún destacamento francés alcanzó la puebla finalmente5. Sabemos que el monasterio de Guadalupe fue un objetivo primordial en la región al comienzo de la campaña francesa, por la creencia de que guardaba inmensas riquezas. Lo cierto es que a esas alturas los tesoros del monasterio, aún siendo notables, no eran sombra de lo que habían sido en el pasado. Hacia el 24 de marzo los batallones 4º y 9º del mariscal ClaudeVictor Perrin (1764-1841), en retirada tras la batalla de Medellín, se establecerán temporalmente en Zorita con motivo de vigilar la zona de Guadalupe y los pasos del alto Guadiana6. Para desgracia del santuario, la comunidad jerónima recibirá el 28 de marzo una carta

del ministro de Hacienda, Francisco Cabarrús Lalanne (1752-1810), manifestando la obligación que tenían de colaborar y entregar todo aquello que no necesitaran para el culto a sus comisionados el tesorero del ejército Francisco Borda y el oficial Villes, edecán del general Agustin-Daniel Belliard (1769-1832)7. No obstante, tras la visita e incautación de bienes que los comisionados realizan el 7 de abril, éstos escribirán un informe dando por suficiente la rapiña del bando francés y firmando una carta de seguro para que en lo sucesivo el monasteEugène Casimir Villatte rio no sufriese más expolios. Esto se debió en gran parte a la buena disposición que mostró la comunidad —cuyo prior no se encontraba entre los muros del monasterio— para con la comisión del tesorero Borda. A propósito de estos acontecimientos, el prior fray Francisco López Agudo enviará una carta al mariscal de campo Tomás de Zarain —comisionado de la Junta Suprema—, fechada el 9 de mayo8, enumerando las alhajas que las tropas francesas se habían llevado, entre ellas la famosa custodia grande de fray Juan de Segovia9. Escribe el prior además que, de no haber colaborado con las tropas francesas, éstas traían una segunda orden secreta con la que hubieran tomado todo lo que dispusiesen por la fuerza. La comunidad jerónima de Guadalupe, interesada en mantener la situación anterior al levantamiento, colaboró activamente contra la invasión francesa, incluso autorizando a los religiosos más jóvenes que así lo desearan a tomar las armas con motivo de la batalla de Talavera en julio de 180910. Precisamente a las represalias francesas producidas tras la victoria en Talavera, debemos la siguiente oleada de terribles desmanes y exigencias en la comarca. De mano de las tropas de Jean de Dieu Soult (1769-1851) el 12 de agosto, puebla y monasterio son saqueados11 de provisiones de primera necesidad e incendiados, esta vez sufriendo daños irreversibles archivos y edificios12. No conocemos con exactitud hasta donde llegaron los efectos de este asalto, pero se presuponen de esta fecha algunos destrozos en sepulcros del monasterio, y quizá daños en retablos de la Iglesia Nueva, por el recuento de éstos últimos en un inventario de 183513. Asimismo, de este saqueo probablemente debe datar el incendio que acabó con las techumbres mudéjares y parte del edificio del claustro gótico, según se desprende de un grabado de 1851 realizado por J. Puiggarí i Llobet (1821-1903)14.

4.- Gómez de Villafranca, R., p. 152. 5.- Gómez de Arteche y Moro, José: «La guerra de la Independencia en Extremadura: efemérides de enero; 1809, algarada de los franceses sobre Guadalupe; 1810, acción del puente de Almaraz; 1811, rendición de Olivenza, sitio de Badajoz», en Revista de Extremadura, Vol. 10 (1908) 4-5. 6.- Priego López, Juan, Guerra de Independencia 1808- 1814. Volumen cuarto, campaña de 1809, Madrid 1972, p.72 7.- AHN, Estado, 47/B. 8.- Ibídem. 9.- Fuentes Ortiz, Ángel: «Fray Juan de Segovia el platero», en Guadalupe 823 (abril de 2011) 33. 10.- AHN, Clero, 1549. 11.- Gómez Villafranca, R., p. 149 12.- Meléndez Teodoro, Álvaro, «Apuntes para una cronología de la Guerra de la Independencia en Extremadura, 1808-1812», en Actas de los XXXVII Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo 2008, p.222 13.- AHN, Clero, 1429/1e. 14.- Balaguer, Víctor, Los frailes y sus conventos, Tomo I, Barcelona 1851, p.302

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gimiento de infantería 1º provisional17. A finales de mes, Morillo y su división se encuentran todavía en la puebla, donde son informados de la lucha guerrillera en las inmediaciones de Badajoz18. Sin embargo, el 18 de febrero llegará a Guadalupe la división francesa del general Maximilien-Sebastien Foy (17751825), que con sus 1.500 hombres hará retroceder a las tropas del brigadier Morillo hasta Abertura, en las inmediaciones de Zorita19. El día 23 del mismo mes, ante el avance de las fuerzas inglesas hacia Montijo20con la intención de sitiar Badajoz, una parte de la división del Sevilla. Detalle de un azulejo de la plaza de España general Foy que se encontraba en En febrero de 1810, según los Guadalupe se desplaza hasta Logrosán, donde recibe la contraorden de replanes Antonio Malet (1776-1825), plegarse a Cañamero. Así permanecieron durante un tiempo indeterminado marqués de Coupigny, de cómo se mientras observaban con incertidumbre cómo las tropas inglesas bajaban ha de armar la provincia, se crea desde Castilla rumbo a Badajoz. Finalmente y tras la derrota francesa en la una división destinada a la región, batalla de Badajoz, el general Foy se retirará de la comarca por el puerto que llamarán División de Guadalu- de San Vicente, dejando algunas patrullas en Trujillo y Puerto de Santa Cruz pe, y que tendrá su retirada en las para el control de la zona. Alcanzó Torrecilla de la Jara el 28 de mayo21. sierras de las Villuercas15. El 14 de Sabemos gracias a una carta22, enviada por el prior fray Pedro de la marzo de 1811, tras el primer sitio Rambla al Consejo de Regencia, que al poco de la retirada de Foy volviede Badajoz, es destinado al frente ron a Guadalupe las tropas —en gran parte malheridas— del brigadier de la División de Guadalupe, Fruc- Morillo, donde fueron atendidas por los hospitales monásticos al menos tuoso Retamar y Olivas, con moti- hasta el 28 de noviembre. vo de reagrupar efectivos ante los intentos de los franceses de resta- Una carta inédita del general Villatte blecer su sistema de comunicacioLa aparición en Inglaterra de una carta inédita del general Villatte fenes16. Aprovechando la momentáchada en enero de 181323 —actualmente en una colección privada de nea estabilidad que provocaba esta presencia militar en la comarca, se Guadalupe—, viene a ofrecernos una perspectiva interesante de los últiconstituyó el 6 de agosto el primer mos días de la Guerra de la Independencia en Guadalupe y la región que ayuntamiento constitucional en la lo rodea, además de ser un valioso documento para conocer de primera puebla. El 16 de enero de 1812 el mano el modus operandi de las tropas francesas. Eugène Casimir Villatte, conde de Oultremont desde 1819, estuvo prebrigadier Pablo Morillo y Morillo sente como general de división durante toda la contienda peninsular, des(1775-1837) recibe la orden de desplazarse desde Agudo (Ciudad de sus inicios en 1808 hasta los últimos días de la retirada francesa. En Real) a Guadalupe, para hacerse el momento en que escribe la carta que nos ocupa, meses de cierta calcargo del segundo batallón del re- ma incómoda24, los franceses aún mantenían bajo su jurisdicción algunas 15.- Gómez Villafranca, R., p. 306 16.- Ibídem, p. 370. 17.- AHN, Diversos-colecciones, 114, N. 100. 18.- Ibídem, N. 17. 19.- Ibídem, N. 78. 20.- Ibídem, N. 80. 21.- Meléndez Teodoro, A., p. 251. 22.- AHN, Clero, 1549. 23.- Se trata de un folio doblado en su mitad y escrito por tres de sus caras. En la cuarta cara aparece escrita en inglés la referencia «A letter of General Villatte», en caligrafía de la época.

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scriptoriumguadalupense / 13 partes significativas de la península. Nos encontramos, pues, en una coyuntura, posterior a la batalla de Arapiles e inmediatamente anterior a la de Vitoria, en la que José Bonaparte —privado temporalmente de su capital en Madrid— se encuentra con la difícil decisión de retirar o no algunas tropas mientras trata de organizar otras expediciones para autoabastecer sus ejércitos. La campaña rusa en plena retirada, por otra parte, consumía la mayor parte de los efectivos de Napoleón al otro lado del continente, «Sabéis cuánto necesitamos el dinero para pagar las tropas…», le ruega Villatte en la carta al general Rignoux. Antoine Rignoux, que había participado sin éxito en la batalla de Jimena en noviembre de 181125 y acababa de ser nombrado gobernador de Sevilla por el mariscal Soult26, recibe en Talavera de la Reina el encargo de una expedición a la sierra de Toledo, reemplazando al general Bonnemains en situación de enfermedad. La orden, como era usual, venía del general en Jefe, el propio José Bonaparte. Lo cierto es que, enfermo o no, a los ojos de Napoleón, Pierre Bonnemains, militar y estratega que había destacado en las batallas de Burgos, Medellín y Talavera, hacía más falta en la campaña itálica que en la Guerra de España. De esta manera partió probablemente por las mismas fechas al norte de Italia, al servicio del príncipe Eugène Rose de Beauharnais (17811824) en la frontera lombarda, donde aún habría de obtener una poco decisiva victoria en la batalla del río Mincio contra el Imperio

Austriaco, en febrero de 181427. El propósito de la expedición que Villatte ordena a Rignoux no es otro que el de autofinanciar las tropas destinadas en España por dos medios principalmente; el primero, la toma de rehenes y saqueo de provisiones en una zona que los franceses creían almacén de los bandidos de El Médico. Juan Palarea y Blanes28, líder guerrillero de los autodenominados Escuadrones Francos Numantinos, había sido nombrado ya por estas fechas Gobernador de Toledo y posteriormente sería un importante colaborador dentro del Quinto Ejército hasta el fin de la contienda. Efectivamente, el territorio de la sierra de Toledo fue refugio para huidos de múltiples lugares, que recibían ayuda de los guerrilleros allí apostados. La segunda misión encomendada al general Rignoux, según las órdenes de la misiva, es la de recaudar allá por donde pase altas contribuciones monetarias y, con la supervisión de un comisario y un tesorero, traerlas de vuelta a Talavera. El general recibe, según se lee en la carta, la orden de partir hacia Orcajo [Horcajo de los Montes] vía Navalmoral de Pusa (Los Navalmorales29) donde le esperará el 63º batallón y un destacamento de dragones. Una vez en Horcajo se le insta, muy encarecidamente, a que vuelva por un camino alternativo, pasando por la puebla de Guadalupe donde deberá recauda no menos de 100.000 reales. En este ámbito es importante reseñar la magnitud del impuesto que se impone a Guadalupe, advirtiendo lo avanzado de la guerra y la escasa población de la villa a principios del siglo XIX. Si tenemos en cuenta que hacia 1791 la estimación de vecinos del municipio era de 75030, podemos suponer que, hacia el final de la contienda, el número de

Batalla del Hospital del Obispo

TALAVERA

Expedición de Rignoux

Los Navalmorales Hospital del Obispo

TRUJILLO

Pto. de San Vicente GUADALUPE Cañamero Logrosán

HORCAJO

Abertura

BADAJOZ 40 Km

Expedición de Rignoux y batalla del Hospital del Obispo (elaboración propia)

24.- Toreno, Conde de, p.1032. 25.- Ibídem, p. 820. 26.- Muñoz Maldonado, José: Historia política y militar de la guerra de la independencia de España contra Napoleón Bonaparte: desde 1808 á 1814, escrita sobre los documentos auténticos del Gobierno, Vol. 3, Madrid 1833, p. 217. 27.- Mullié, Charles, Biographie des célébrités militaires des armées de terre et de mer de 1789 à 1850. Tome Premier, París 1851, p. 208. 28.- Vid. Sancho Miñano, Leonor, El general D. Juan Palarea Blanes, Oviedo 1992. 29.- Los Navalmorales resultan de la unificación, en 1835, de dos localidades independientes: el referido Navalmoral de Pusa y Navalmoral de Toledo, pertenecientes cada uno a diferentes jurisdicciones.

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en apoyo a la misión de Rignoux debían acudir fuertes destacamentos enviados por los generales Soult y Conroux de Pepinville (1770-1813). El mariscal Soult, que ya había renunciado a Andalucía en agosto del año anterior por diferencias con el rey José33, se encontraba aún en la península, aunque poco después la abandonaría para participar en la campaña de Sajonia34 siguiendo órdenes del Emperador. Aunque desconocemos el resultado de la expedición, resulta factible pensar que se llevó a cabo, o al menos en parte. Se trataría, además, de una de las últimas, si no la última, incursión francesa en el territorio extremeño de la sierra de Guadalupe. Quizá por ello, con la intuición de que el final de la contienda estaba próximo, se apremia al general Rignoux a no tener reparos en la obtención de botines de todo tipo. De la carta se desprende también un cierto tono de desesperanza, con utilización constante de expresiones dubitativas o de frases como «si las Última cara escrita del folio y detalle de la rúbrica del general Villatte circunstancias os lo permiten…» o «Sahabitantes no debería ser superior béis cuánto necesitamos el dinero para pagar las tropas…», que subrayan a los 3. 000. Tras las donaciones el delicado momento por el que pasaba el Imperio de Bonaparte. voluntarias, los tributos de 1808, el saqueo de 1809 y otras vicisitudes Transcripción del documento35 propias de la guerra, el estado de [Folio 1] Mon cher Général36: las arcas municipales no podía ser Une expédition dans la sierra de Tolède ayant été ordonnée par le sino ruinoso. A esto habría que suGénéral en Chef et monsieur le général Bonnemains, qui avais été désimar las penosas circunstancias por gné par Son Excellence pour la commander, se trouvant malade et par las que pasaba el Real Monasterio conséquent hors d’état de la diriger. Vous voudrez bien, en conséquence, de Santa María, importante motor económico de Guadalupe desde la prendre le commandement des troupes que doivent ý être employées et Edad Media, y que ahora, tras las qui sont: un bataillon du 63ème régiment, un idem du 95ème idem, et deudas adquiridas con anterioridad 400 Dragons fournis par les 4ème et 26ème régiments. L’objet de cette al levantamiento y la pérdida de su expédition est de marcher d’abord sur Orcajo, repaire habituel de toutes riqueza pecuaria31, se encontraba les bandes de brigands qui ont infesté la sierra de Tolède et où on assure en un estado próximo a la ban- que le Médico a en ce moment tout le produit de ses rapines: immensécarrota. En cuanto a la vuelta, se ment de bestiaux et considérablement de grain. realizaría por el puerto de San ViVous devez enlever tout ce qui pourra être amené a Talavera et vous / cente, puerta de entrada natural a [folio 1vto.] devez prendre des otages partout où vous passerez, impola comarca por el este y que ape- sant dans les communes de très fortes contributions en argent, en mules, nas superaba los 200 habitantes en en chevaux, en bestiaux, en blé et en orge; le tout devant être également 184232. Es importante precisar que conduit à Talavera. Vous devez enlever tout le drap en pièces que vous 30.- Llopis Agelán, Enrique, Guadalupe 1752, según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, Madrid 1990, p. 29. 31.-Andrés, Patricia: Guadalupe un centro histórico de desarrollo artístico y cultural, Cáceres 2001, p. 19. 32.- Fuente: INE. 33.- Mullié, Ch., p. 536. 34.- Griswold, Rufus Wilmot, Napoleon and the marshals of the empire, Vol. II, Philadelphia 1858, pp. 54-55.

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scriptoriumguadalupense / 15 trouverez. Conformément aux ordres du Général en Chef, vous avrez avec vous un commissaire des guerres, et un receveur des contributions. J’ai l’honneur de vous prévenir que monsieurs les généraux Conroux et Soult ont reçu l’ordre d’envoyer de forts détachements dans la direction d’Orcajo pour faire diversion, et il été présumable que déjà les détachements sont en marche. Vous serez libre de vos mouvements, mon cher Général, mais si vous engage sort á mener rondement cette opérations et a revenir par Guadalupe et le puerto San Vicente, si les circonstances vous le permettent, et d’après les avis que vous pourrez avoir sus les mouvements de l’ennemi. Si vous allez à Guadalupe, imposez une forte contribution dans cette ville, qui ne pourra être moindre de cent mille réaux. Des ordres ont été donnés au Colonel du 26éme régiment de Dragons et au chef de bataillon du 95ème pour qu’ils soient rendus le 7 de ce mois à San Pablo, où vous leur donnerez les vôtres. Il est es-

Detalle del cuadro Escena de la Guerra de la Independencia, de Joseph-Bernard Flaugier (1760 - 1812)

sentiel, mon cher Général, que vous vous rendez demain à Navalmoral de Pusa, où vous emmènerez en même tems, et avec vous le bataillon du 63ème régiment. Vous trouverez le Colonel du 4ème de Dragons / [folio 2] prévenu de votre arrivée, et il recevra vos ordres. Vous savez combien nous avons besoin d’argent pour payer les troupes. Je vous invite à faire tout votre possible pour que cette opération nous en rapport beaucoup. Vous trouverez ci joint un chiffre pour notre correspondance, vous priant de me donner de vos nouvelles très fréquemment. J’espère avoir l’honneur de vous voir aujourd’hui; nous causerons plus amplement de l’expédition. Je vous fais part que j’ai déjà prévenu le Général en Chef que, monsieur le général Bonnemains étant malade, je vous avais conféré le commandement de l’expédition ordonnée par Son Excellence. Agréez, mon cher général, mes salutations affectueuses et amicales. Le Général de Division, Villatte [rúbrica]. Talavera de la Reyna, le 5 janvier 1813.

VILLAR DEL PEDROSO. Hospital del Obispo

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Huellas franciscanas en México

EL ACUEDUCTO DE ZEMPOALA Arturo Álvarez Álvarez

De la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras

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n un país de tantos contrastes en sus paisajes y tan vario en su extensa geografía, aquella jira dejó en mí un recuerdo lo más sugestivo. Acababa de llegar de España y una de mis primeras excursiones fue a las llanuras esteparias del estado de Hidalgo: tierras sólo buenas para el cultivo de grandes extensiones de magueyes pulqueros, cuyas aguzadas pencas añaden crudeza al, aún así, fascinante paisaje, que trasladó mi mente a los pedregosos campos de la Alta Extremadura, abundantes de jaras olorosas, retamas amargas y cantueso perfumado.

Por allí florecieron las culturas teotihuacana y tolteca, al ocaso del primer milenio de Cristo. Luego, en la segunda mitad del siglo XIII, invadieron la meseta central los bárbaros chichimecas. Y sería en 1345 cuando los mexicas, vencedores, fundaron la gran urbe de Tenochtitlán como capital de un imperio que duraría hasta que Hernán Cortés arrebató su cetro al último emperador, Cuauthémoc, el año 1520. Allí, en una impresionante soledad, el espíritu se sumerge en recuerdos de otros tiempos y la imaginación revive el paso del valeroso extremeño con un puñado de soldados, que acamparon en estos llanos donde se establecerían las primeras haciendas de los españoles, preludio de los posteriores ranchos mexicanos, con sus cortijos de sabor andaluz construidos de ladrillo, tapial y tezontle volcánico, con torres almenadas, patios floridos, capilla para la oración, caballerizas y tinacal; verdaderos centros de explotación agropecuaria en otros siglos y hoy pulquerías tan afamadas como las de Ometusco y Tecajete, en la que, invitado por sus dueños, pude contemplar la elaboración de esta bebida tan apreciada por el indígena, desde que se castra el cogollo de los magueyes adultos — ocho a diez años— para que rezume el aguamiel que, por succión, sacan

El acueducto de Zempoala, Hidalgo (Méjico), obra de un fraile toledano

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scriptoriumguadalupense / 17 con unas calabazas especiales, hasta su fuerte y desagradable fermentación en cueros de res sin curtir. En Zempoala —uno de los pueblos cercanos a la capital azteca del Anahuac— apresó Cortés a Pánfilo de Narváez que, por orden del envidioso gobernador de Cuba, Diego Velázquez, venía a su encuentro para obligarle a regresar a la isla de Cuba; pero fue vencido por el valiente y hábil hijo de Medellín, que con sus soldados engrosó el pequeño ejército con el que, ayuBADAJOZ [MBA]. La noche triste de Hernán Cortés (1890), óleo de Manuel Ramírez Ibáñez (1856-1925) dado por los tlaxcaltecas, lograría engarzar el imperio htemoc, obligando a los castellanos a huir de Tenochtitlán, bajo la lluvia azteca en la corona del empera- y protegidos por la oscuridad, tomando la angosta calzada de Azcapotzaldor Carlos I. Otro de los poblados co, convertida hoy en amplia avenida que nos trae a la memoria el salasentados en la meseta es Tepea- to de 18 pies —unos cinco metros— que dio Alvarado cuando el frágil pulco, que contaba con veinte mil puente portátil tendido sobre uno de los canales que rodeaban la capital habitantes, y fueron de los prime- se hundió, quedando diezmado el ejército de Cortés, ahogados casi todos ros indígenas catequizados en la fe sus caballos y perdidas las municiones, armas y el tesoro acumulado en de Jesucristo por los franciscanos sus victorias. Y allí contemplé, mudo y silencioso testigo, seco y casi olvidel convento fundado el año 1526; dado, el famoso ahuehuete en cuyo tronco dice la historia que se recostó uno de los primeros entre los se- Cortés para llorar su derrota. senta y siete cenobios con que los Pero si toda esta llanura fue escenario de interesante estampas prehijos de san Francisco contaban hispánicas y sus ciudades y campos están rodeados de historia colonial, en la Nueva España a finales del si- destaca, con orgullo, Zempoala; ciudad que, sentada a 2.532 metros soglo XVI. Pocos años más tarde, los bre el nivel del mar, se tiende, melancólica, entre extensos magüeyales y mismos frailes fundaron uno de tierras plantadas de ariscos nopales, destacándose la torre cincocentissus primeros conventos en el ve- ta de su templo, erguido entre esbeltos eucaliptos. En su término se encino poblado de Tepeapulco, don- cuentra la más colosal y armoniosa obra arquitectónica de la época code, a partir del año 1558, mora- lonial: un acueducto digno de parangonarse con los ciclópeos puentes ría el prestigioso historiador leo- de conductos de agua que Roma levantó en España y otros territorios de nés fray Bernardino de Sahagún, su extenso imperio. Conocido como acueducto del padre Tembleque — entregado en su retiro a la inves- por su patria en este pueblo toledano— su arquitecto fue fray Francisco: tigación de las tradiciones náhuat- un sencillo fraile de franciscano que en México supo de honores, rigienles, base fundamental para su va- do varios años el convento de Puebla de los Ángeles, y sufrió la envidia de liosísima Historia de las cosas de falsos hermanos, hasta el punto de que otro fraile intentó degollarle. DíNueva España. cenos la biografía que en su celda siempre le acompañaba un gato que, A poca distancia, Otumba me por la noche, salía a cazarle aves y conejos. Falleció, ciego, el año 1589. obligó a recordar la dramática No- Y fue él quien, con una valentía que no tuvieron arquitectos españoles enche Triste del primero de junio de viados a México, llevó a cabo —en los años 1543-156 y con la ayuda del 1520, cuando, prisionero el empe- maestro cantero Juan Correa de Agüero y el trabajo de cuatrocientos indírador Moctezuma, los aztecas se genas— la colosal tarea de construir un gigante acueducto para llevar el sublevaron, alentados por Cuau- agua desde las faldas del volcán Tecajete, en término de Zempoala, hasta

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negaban a retirar las maderas, temiendo que al hacerlo se desplomaría el arco; y sólo la autoridad del fraile y el amor y respeto que le tenían, lograron que le obedecieran. Eso sí: con un ojo puesto en los maderos y otro listo, por si acaso tenían que salir corriendo. A la vez que ofrecemos la impresionante, cuanto bella, estampa de un tramo de este acueducto —perfectamente conservado y declarado patrimonio de la Humanidad—, he aquí algunas de sus características: cuenta con setenta arcos, escalonados en anchura y elevación; el central tiene 38, 75 metros de alto y 17 de luz, con otro arco/contrafuerte inferior más pequeño y rematado por una hornacina que acoge la imagen de la Virgen. A su lado ZEMPOALA. Escultura de fray Francisco (¿Miguel?) de Tembleque (Toledo) podemos contemplar parte del tapial de adobe que sirvió de cimbra y bajo otro arco contiguo la ciudad de Otumba. En el curioso y la vía férrea que enlazó Pachuca con la capital mexicana, hoy en desuso. contrato, fechado el 7 de febrero También son notables varios jeroglíficos antiguos hechos con cal y arena de 1543 —y entre cuyos firman- en el intradós de algunos arcos; marca, tal vez, del maestro cantero que tes aparece fray Bernardino de Sa- labró las piedras. Una idea de la magnitud de este acueducto nos la da su hagún— Zempoala se comprome- comparación con el mundialmente famoso que los romanos construyete a dar agua y poner la mano de ron en Segovia hace más de dos mil años: obra a cambio de que el pueblo de Segovia Zempoala Otumba le enviase frailes francisRecorrido total del acueducto .................. 18 kms. 48 kms. canos que le administrasen los saLongitud de la arquería ............................ 728 m. 1.020 m. cramentos de la Iglesia católica. Altura máxima de los arcos ...................... 28,5 m. 38,75 m. El camino a recorrer, por terreno no siempre llano, con cerros y Tan maravillosa obra tardó diecisiete años en ser terminada y su genial tres hondas barrancas, eran los 48 constructor hubo de vencer mil dificultades; pero su constancia y saber le kilómetros que, en línea recta, se- dieron el triunfo. Y pese a que desde 1571 ha llovido mucho en la histoparan Zempoala de Otumba; pe- ria del México colonial y en los dos siglos desde su independencia de Esro el padre Tembleque no se arre- paña, ahí está esa obra que es joya de arte, alarde de tecnología, monudró ante la gigantesca obra. Para mento a los franciscanos y un canto a dos razas diferentes que se fundieen cañar el agua rajó peñas, ho- ron en un maravilloso mestizaje. radó montículos y abrió lechos en los campos sembrados de abrojos: y, para salvar los tres valles que halló en el camino, construyó 1.020 metros de arquería en tramos de 70, 46 y 13 arcos, lo que le obligó a remover muchos miles de tierra y rocas, utilizando 45.000 metros cúbicos de espumosa y rojiza piedra volcánica para el agarre. En el acarreo de madera para formar las cimbras, la piedra para moldurar los arcos y el tapial de adobe para sujetarlos, le ayudaron los cuatrocientos indios toltecas, quienes, desconocedores de la teoría geométrica del arco, se MÉJICO. Laguna de Zempoala, en el estado de Hidalgo

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Visiones viajeras de Guadalupe (II)

LOS ÁGRAFOS DEL SIGLO XVII: ENTRE LA EXCLUSIÓN Y EL MILAGRO Elisa Rovira López

Licenciada en Geografía e Historia. Investigadora

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unque sobre la multitud de forasteros que acude a Guadalupe descuellen próceres, eruditos y artistas, la mayoría de estos pasajeros la forma una heterogénea muchedumbre que sólo en contadas ocasiones ha dejado huellas personalizadas de su paso, casi siempre visibles a través de los libros de milagros. Por ello, adquiere singular relevancia un exiguo pero significativo grupo de desplazados, cuya voz encuentra cauce en las actas bautismales, particularmente durante el siglo XVII en el que son cristianados nueve adultos extranjeros. En efecto, de 1604 a 1668, se bautizan en Guadalupe un griego, seis africanos y dos turcos: - Manuel. Griego, 48 años de edad. - Juan de Mendoza. Africano, esclavo del marqués de San Germán.

- Juan de Santa María. Turco, ofrecido por el príncipe Manuel Filiberto de Saboya. - Juan de San Jerónimo. Natural de Marruecos. - Juan de Santa María de Guadalupe. Moro, 18 años de edad. - María Antonia de Guadalupe. Berberisca, de 26 años de edad, esclava de don Agustín del Hierro. - Jerónimo de Santa María. Turco. - Matías de Santa María. Nacido en Tetuán. Juan de Santa María. Moro. Todos tienen su origen en zonas de dominio musulmán y, con la dudosa excepción del griego, profesaban el Islam antes de ser bautizados. Varios de ellos son cautivos, provenientes de refriegas con los turcos o de razias costeras; y, de nuevo con la incierta exclusión del griego, ocho pertenecen al estrato social más desfavorecido, el de los esclavos.

GUADALUPE. Vista panorámica del monasterio, grabado para Alexandre de Laborde en Voyage pittoresque et Historique de l’Espagne (4 Vol.), (París 1806-1820)

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Juan de Santa María, oblato del duque de Saboya Las ceremonias bautismales de estos neófitos revisten gran solemnidad, porque sus conversiones se consideran milagros obrados por mediación de la Virgen de Guadalupe, aunque no consten en los libros dedicados al efecto ni en las crónicas del monasterio. Como consecuencia, las actas en que se registran poseen también una extensión inusual y promueven la idea de que la advocación de Guadalupe, tan vinculada a la redención material de Un mercado de esclavos en El Cairo, grabado de David Roberts (1796-1864) cautivos cristianos, actúa en estos casos como lima de dos hierros espirituales: ser cristiano; siendo padrinos suyos el doctor Gaspar el pecado original y la adhesión a un credo señalado León de Ribera, familiar y notario del Santo Oficio de como falsario y alevoso por el occidente cristiano, que la Inquisición y médico principal de esta santa casa, vive en perenne alerta contra el imperio turco y sus y doña Catalina de Ocampo, su mujer, naturales de la aliados berberiscos. Los asientos bautismales se trans- villa de Oropesa. Al cual, el licenciado Luis de Baños, forman, por tanto, en pequeñas crónicas que conden- cura teniente y capellán de esta santa casa, hizo los san una nutrida información sobre el rito sacramental catecismos y exorcismos prerrequisitos a la suscepy sobre la composición y usos sociales del momento. ción del santo bautismo y, consecuentemente, nuestro Así sucede en el que recoge la cristianización de Juan padre fray Juan de Guadalcanal, prior de esta santa casa de Guadalupe, bautizó y puso óleo y crisma en de Santa María, celebrada en 1613: «Hoy, sábado santo, a seis días de abril de mil y la pila; asistiendo a este solemne acto todo este santo seiscientos y trece años, en este santo convento de la convento; siendo de él testigos el padre fray Sebastián Puebla de Nuestra Señora Santa María de Guadalupe, de Villanueva, diácono, que se halló a este acto, y el habiendo precedido la catequización necesaria e ins- padre fray Laurencio de Bienvenida, subdiácono, y trucción en la fe y habiendo pedido con grande fervor ansimismo el padre fray Rodrigo de Llerena, al cual el santo bautismo, un turco de nación que antes se fue cometida la instrucción y catequización en la fe del llamaba Alí, ofrecido del príncipe Filiberto (hijo se- dicho Juan de Santa María. Fecha ut supra. 1Y en fe de gundo de los duques de Saboya, sobrino de nuestro ello lo firmó nuestro reverendísimo padre». Dos hechos afloran en el registro: señor el rey don Felipe Tercero), por primicias de sus - Uno, la estimación de los cautivos de guerra cobuenos sucesos, en cumplimiento de lo que a Nuestra Señora de Guadalupe había prometido, por ser el pri- mo botín y, por consiguiente, el derecho de sus captomer despojo que tuvo en la mar, cuyo príncipe es, se res a disponer libremente de ellos. El príncipe Manuel bautizó Juan de Santa María. Estimando y escogiendo Filiberto de Saboya había sido designado por su tío, este nombre desde que le ofreció a esta santa casa el Felipe III, para ocupar la Capitanía General de la Mar dicho príncipe, desde cuyo instante Dios le tocó para Océana y, en cumplimiento del voto hecho a la Virgen, 1.- AMG. Libro XI de bautismos [C – 25], f. 209vto. Cf. Rovira López, E., Las actas bautismales de Guadalupe: extranjeros bautizados en el siglo XVII, en GUADALUPE, 665 (1983) 173–178. 2.- Barreiros, G., Chorographia de alguns lugares que stam en un caminho, que fez Gaspar Barreiros ó anno de MDXXXXVI, começando na cidade de Badajoz, em Castella, te á Milam em Italia...Coimbra: por Joan Alvarez, 1561 f. 38.

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scriptoriumguadalupense / 21 dona al santuario la primera presa conseguida en el desempeño de su función; con lo cual, el bautismo de Juan de Santa María adquiere un marcado sentido oferente. - El segundo, la existencia de esclavos entre los familiares del monasterio. El dato, que recogen diversos documentos, es sobradamente conocido, como también lo es que se les trataba con un respeto y una dignidad que no recibían en otros lugares. Así lo apunta Gaspar Barreiros al hablar del comedor de compaña: «Todos estos oficiales y servidores, con los colegiales de que adelante haré mención, van a comer a un refectorio, junto al cual tienen su cocina y despensas, donde tienen mesas separadas con rótulos en las paredes que indican de quién es la mesa; en el que también los esclavos tienen la suya y otra los huéspedes que vienen de sus granjas con cosas necesarias para la casa».2 Juan de san Jerónimo, el esclavo moro Otras partidas narran las vicisitudes de los conversos hasta llegar a Guadalupe y evidencian la fascinación que despierta el santuario en estos desheredados, quienes, con toda probabilidad, buscan en su nueva fe tanto el alimento espiritual como la mejora de sus condiciones materiales. El acta de Juan de San Jerónimo relata con tintes tan vivos las miserias padecidas por el africano, la picaresca y la mala fe de algunos clérigos que parece extraída de una novela de la época. Indudablemente, para Juan, la Señora de Guadalupe fue redentora espiritual y física: «En veinte y dos días del mes de diciembre de mil y seiscientos y diez y nueve años, yo, fray Jerónimo de Llerena, vicario de esta santa casa, bauticé a Juan de San Jerónimo, adulto de nación moro, natural de la ciudad de Marruecos. El cual dijo que, habiéndole traído desde el Peñón a la ciudad de Málaga, cautivo de paz en compañía de veinte y dos moros y dos mujeres, estando en tierra en el Arenal, junto a la aduana, un clérigo valenciano que se llama Marcos Tirado le llamó y llevó por unas calles escondidamente y le metió en una posada y le vistió en hábito de cristiano. Y le trajo por el Andalucía, haciéndole trabajar a jornal y recibiendo el dinero que él ganaba. Y anduvo en su compañía más de tres años y, cuando tuvo juntos veinte y seis ducados y algunos vestidos del trabajo del dicho Juan, le dejó en Osuna y se fue, y no le vido más. Y, desde allí, se vino en busca de él hasta Guadalcanal, adonde enfermó y estuvo tres meses malo; y, luego que estuvo razonable, vino al Santo Cristo de Zalamea.

Y que, aunque el dicho clérigo le enseñó las oraciones y doctrina cristiana, nunca le persuadió a que se bautizase ni fuese cristiano, ni al dicho Juan le pasó por la imaginación en todo este tiempo y lugares que anduvo hasta que, llegando a esta santa casa en busca del dicho clérigo y en compañía de un peregrino el día de San Andrés de este presente año, habiendo visitado a Nuestra Señora y a las santas reliquias que hay en este santuario, le tocó Nuestra Señora y puso en el corazón que se bautizase y fuese cristiano. Lo cual consultó luego con el padre fray Juan de Pinto, confesor de las sillas de esta santa casa; el cual le interrogó y catequizó muchos días y, hallándole firme en su buen propósito, dio cuenta a nuestro reverendísimo padre fray Gabriel de Talavera, prior de esta santa casa; el cual, por ser obra tan pía y parecer cosa milagrosa, tuvo por bien que yo, el dicho padre fray Jerónimo de Llerena, vicario, le bautizase como queda dicho. Lo cual se hizo con mucha solemnidad y música, hallándose presentes otros muchos religiosos de esta dicha santa casa y siendo sus padrinos Antonio de Garau, familiar del Santo Oficio de la Santa Inquisición de Toledo, y Mari Bella, su mujer; y siendo testigos el licenciado padre Luis de Baños y el padre Zamora y el padre Juan Pizarro y el padre Escudero y la mayor parte del lugar y el licenciado Francisco de Villalobos, alcalde mayor, y el doctor Juan Sorapán de Rieros y el licenciado Alonso Nieto de Guevara, vecinos de Guadalupe».3

Un árabe en Tánger, dibujo de Eugène Delacroix (1798-1863)

3.- AMG.- Libro XI de bautismos [C -25]; f. 359vto.

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San Pedro de Alcántara y Santa Teresa de Jesús

V. EN el palacio episcopal pintan bastos Fray José García Santos, ofm Convento de El Palancar

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a tenemos a fray Pedro metido hasta las cejas con la fundación del nuevo monasterio carmelitano. Sigamos ahora los pasos concretos que nos llevarán a su fin. Había que acometer al enemigo en dos frentes: ante el concejo de la ciudad y ante el señor obispo, ambos reticentes a que el monasterio se fundase sin renta. Los ediles pensaban (no sin razón) que Ávila era una ciudad pequeña y ya tenía entre sus murallas varios conventos; admitir la fundación de uno nuevo sin renta era exponer a aquellas monjas a vivir en la miseria, lo que la conciencia cristiana de aquellos hombres no estaba dispuesta a consentir; porque los recursos de la ciudad eran tan escasos… Lo mismo pensaba el obispo, a cuya obediencia quedaba el monasterio; sólo que él debía poner el punto de mira más alto y reflexionar lo que el hipotético monasterio podría significar en la Iglesia. Por aquí atacó el de Alcántara con la carta que ahora comentaré. De convencer a los ediles se encargaría el «otro caballero muy siervo de Dios», que puede ser el ya conocido Francisco Salcedo o Juan Velázquez, gran amigo de fray Pedro. Para comenzar, el obispo estaba veraneando en su finca de El Tiemblo, que estamos en agosto; fray Pedro a su vez está en Ávila pero postrado en cama; así que muy a pesar suyo no puede hablar personalmente con el obispo don Álvaro de Mendoza, de la linajuda estirpe de los Mendoza, al que la carmelita tenía en alta estima. Ante esta situación pide recado de escribir y, valiéndose del Maestro Daza, hace llegar al obispo la siguiente carta. No lleva fecha, pero ciertamente está escrita en Ávila entre julio y mediados de agosto de 1562: «Al ilustrísimo y Reverendísimo Señor obispo de Ávila, que Dios haga santo. El Espíritu de Cristo hinche [llene] el alma de Vuestra Señoría, recibida su santa bendición. La enfermedad me ha agravado tanto, que me ha impedido tratar un negocio muy importante al servicio de nuestro Señor, y por ser tal y no quede por ha-

ÁVILA. Santa Teresa de Jesús saliendo de la Encarnación (1968), bronce de Fernando Cruz Solís (1923-2003)

cer lo que es de nuestra parte, en breve quise dar de él noticia a vuestra Señoría». Después de la respetuosa presentación y haciendo hincapié de que se halla muy enfermo, pasa a exponer el asunto de la carta: «Un negocio muy importante al servicio del Señor». Éste es el punto de mira. Se siente comprometido en este negocio; por eso quiere «hacer lo que es de nuestra parte», para que todo tenga feliz desenlace. Debo decir que, a estas alturas, el obis-

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scriptoriumguadalupense / 23 podrá fiar y tratar con el Maestro Daza, y po no conocía personalmente a Tereen esto recibiré mucha consolación y casa, si bien los rumores que corrían por ridad». Entre los posibles interlocutores la ciudad no quedarían a las puertas están Gonzalo de Aranda y Francisco Salde su palacio. La exposición comienza cedo, «que son personas que Vuestra Sepresentando a la fundadora: «Es una ñoría sabe y tendrán más particular copersona muy espiritual, con verdadero nocimiento que yo». celo». Le sobraba razón al santo para cuanto acaba de decir; pero era preDos últimos toques. Las personas ciso destacarlo, para no identificarque van a entrar en el futuro monasla con cualquier alumbrada o criptoterio le merecen toda confianza, «que protestante. Claro que tales afirmacioson gente aprobada y la más princines en boca de fray Pedro sólo podían pal». Como se ve, fray Pedro no destener sentido ante el obispo si éste tecuida el tema vocacional. Procura vinía en alta estima al alcantarino, como gilar el discernimiento («gente aproasí era. Pasa luego a decir que esa per- BOLIVIA. San Pedro aconseja a santa bada») y además regala dos hijas espiTeresa, óleo de Melchor Pérez de sona lleva algún tiempo pensando en rituales suyas: Antonia de Henao, que Holguín (c.1665-1724) volver a la primitiva Regla de la Orden se llamará Antonia del Espíritu Santo, carmelita: «Ha algunos días pretende hacer un mo- e Isabel Ortega, que adoptará el nombre de Isabel de nasterio religiosísimo y de entera perfección de mon- Santo Domingo. El elogio principal va para la fundajas de la primera Regla y Orden de nuestra Señora de dora: «Creo que mora el espíritu del Señor en ella». Monte Carmelo; para lo cual ha querido tomar por fin ¿Qué más puede decir? y remedio de la dicha primera Regla dar obediencia al Cualquiera pudiera pensar que la respuesta del Ordinario de este lugar». obispo sería la deseada. No fue así. Se limitó a transNo olvidemos el contexto histórico. Tanto Pío V co- mitirle oralmente lo que pensaba (que era, no) por mo Felipe II están muy interesados por la renovación medio del Maestro Daza. Y aquí viene la reacción del de la vida religiosa en los monasterios. Lo que fray Pe- alcantarino. Las cosas no pueden quedar así. Pide un dro presenta al obispo es un noble intento de esa re- jumento como cabalgadura y con fiebre y en plena novación. La novedad mayor está en que, dado que canícula de agosto se dirige a ver a su obispo en El el Provincial de los carmelitas (al que jurídicamente Tiemblo, a orillas del Alberche. No hay testigos del enpertenece la rama femenina) no está por la labor, se- cuentro. Lo que sí sabemos es que, con no poca admiguramente aconsejada por el mismo fray Pedro, Te- ración de su séquito, el obispo pide aderezar las coresa ha solicitado depender directamente del obispo sas y regresar a Ávila; tiene que hablar con esa mondiocesano, como pastor inmediato, de cuya «bondad y ja tan encarecidamente recomendada por fray Pedro. santidad»no hay duda alguna: «Y confiando en la bon- ¿Qué le diría? Lo podemos suponer por la respuesta dad y santidad grande de Vuestra Señoría (después de del obispo al salir del encuentro con Teresa: «Dios ha[que] nuestro Señor se lo dio por Prelado) han traí- bla en aquella mujer». Por supuesto, autorizó la fundo el negocio hasta ahora con gasto más de cinco mil dación. reales, para lo cual tienen Breve». ¿Siguió algunos días más en Ávila fray Pedro?; de Para fray Pedro el obispo no debe negarse, exponién- seguro, pero no hasta el 24 de agosto, fecha de la indole los motivos; es aumento del culto divino y bien de auguración oficial del nuevo monasterio. Se cuenta la ciudad: «Es negocio que me ha parecido bien; por lo que cuando vio terminado el minúsculo monasterio cual, por amor de nuestro Señor, pido a Vuestra Señoría de san José no pudo contener su entusiasmo y exclalo ampare y reciba, porque entiendo es aumento del cul- mó: «Verdaderamente ésta es propia casa de san José, to divino y bien de la ciudad». La seguridad que tiene el porque se me representa el pequeño hospicio de Besanto no quiebra para nada su humildad; y así está dis- lén». Teresa, siempre generosa, no quiere pasar por puesto a discutir el tema con el Maestro Daza (pues a él alto la inestimable aportación de fray Pedro; hasta el le es imposible, por estar postrado) o con otro cualquie- punto de decir: «Fue el que lo hizo todo» (cap. 36). Y ra; él acatará la decisión: «Y si a Vuestra Señoría parece ahondando más, como a ella le gustaba, entendió que (pues yo no puedo ir a tomar su santa bendición y tratar estaba por medio el designio divino, pues no podía enesto), recibiré mucha caridad mande Vuestra Señoría al tender «cómo pudiera hacerse» de otro modo (IbíMaestro Daza venga a que yo trate con él, o con quien a dem). Al bueno de fray Pedro la noticia de la aprobaVuestra Señoría parezca; mas, a lo que entiendo, esto se ción le rebajó la fiebre.

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La Virgen desfilando por el claustro de las procesiones (Foto: Hoy)

De la Feria a la Hispanidad Cuando aún se oían por las veredas los ecos de la Feria de septiembre —que abarca un novenario, la fiesta litúrgica de Santa María, el descendimiento de la sagrada imagen y la festividad popular del 8 de septiembre con su procesión claustral—, ya estaba el campanario del santuario tañendo por el aniversario de la coronación canónica, el 12 de octubre. Entre una y otra fecha, atezadas de soles de estío, miles de peregrinos visitaron a la Virgen Morena de las Villuercas. Manchegos o toledanos, madrileños, catalanes, andaluces, portugueses, gallegos, vascos y extremeños; muchos de ellos con tres jornadas a pie, otros a caballo, muchos en bicicletas y los más en autocares y utilitarios.

venario de 2013 ha congregado cada día en la basílica a numerosos fieles, ya fuera en el oficio matutino o para el canto de las vísperas y la Misa solemne. Encomendado éste a un arciprestazgo de Extremadura cada noche, por aquí desfilaron predicadores y peregrinos de los arciprestazgos de Miajadas (diócesis

Novenario 2013 Bajo el lema «María, estrella de la nueva evangelización» —meditación en clave mariana de los Lineamenta del XIII Sínodo de Obispos: La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana (Roma 2012) que inauguró este Año de la Fe—, el no-

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Desfile de la ofrenda floral del 6 de septiembre (Foto: Gabriel Sánchez)


plazamayor / 25 de Plasencia), Mérida (archidiócesis de Mérida-Badajoz), Puebla de Alcocer (archidiócesis de Toledo) y Cáceres (diócesis de Coria-Cáceres). A todos se les recibió afectuosamente al inicio de los cultos, entregándoles un piadoso recuerdo al besar el manto de la sagrada imagen. El día correspondiente a la Orden seráfica, que fue el 4 de septiembre, presidió la celebración el P. Joaquín Domínguez Serna —ministro de la Provincia Bética, a la que pertenece la fraternidad del santuario—, se usaron ornamentos azules y se distribuyeron recordatorios franciscanos. El resto del novenario fue predicado por los pastores de la Provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz y el guardián de la Fraternidad de Guadalupe.

Carroza de la Virgen recorriendo las naves de la basílica (Foto: Hoy)

Triduo final La misa de mediodía del 6 de septiembre, fiesta litúrgica, precedida por la gran ofrenda floral que viene organizando, desde hace décadas, la Ilustre Asociación de Damas de Santa María de Guadalupe, fue presidida por fray Antonio Arévalo, rector de la basílica. Destacamos como novedad una torre de hierro en la que se depositaron los ramos de flores ofrecidos. El descendimiento de la imagen de Nuestra Señora, en el que muchos clérigos quisieron acompañar a los frailes, se hizo con gran reverencia y recogimiento. Muy concurrida resultó también la Misa de peregrinos del día 7, la Ronda y corona musical, la XXXI Vigilia mariana y el Rosario de la aurora la mañana del día siguiente, que recorrió algunas calles del casco antiguo. A las 11 del domingo, día 8, principió el solemne pontifical de la fiesta Mayor de este santuario, oficiado por el señor arzobispo D. Braulio Rodríguez Plaza, a quien acompañaban D. Santiago García Aracil, arzobispo de Mérida-Badajoz; D. Amadeo Rodríguez Magro, obispo de Plasencia; D. Francisco Ce-

Cámara de la mora y trono de la Virgen, durante la feria de septiembre (Foto: GGL)

rro Chaves, obispo de Coria-Cáceres y D. Ángel Rubio Castro, obispo de Segovia; el ministro provincial, fray Joaquín, con el párroco de Guadalupe, fray Jesús María Tena González, y otros miembros de la casa y la Orden; los vicarios generales y varios presbíteros diocesanos. Asistieron, en medio de una gran muchedumbre, el Gobierno de Extremadura, presidentes de las Diputaciones y alcalde de Guadalupe, autoridades militares, judiciales, culturales y académicas. Cantó la coral del Real Monasterio dirigida por el maestro Tomás Sánchez; el guardián del monasterio, P. Arévalo, hizo las moniciones y dirigió el canto del pueblo. Al término del oficio litúrgico, la carroza de Nuestra Señora, escoltada por frailes y sacerdotes, desfiló por las naves del templo y las crujías claustrales, seguida de los prelados y muchos penitentes. El claustro, decorado con reposteros y altares en las cuatro estaciones, como dicen las crónicas jerónimas se hacía antaño, estaba abarrotado de gente. En cada estación, el padre rector recitó unas preces e incensó la imagen de la Virgen bendita. Dos de los cuatro altares se dedicaron a las imágenes de san Jerónimo, ataviado con las insignias cardenalicias, y de nuestro padre san Francisco.

Un momento de la misa pontifical (Foto: Taiga)

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El programa novendial anunciaba, además, tres recitales en el patio gótico o de la botica, que resultaron muy aplasudidos: Música del Archivo, por el Coro universitario que dirige F. Rodilla; Noche lírica en el monasterio, a cargo de la soprano Isabel Plaza Cordero acompañada al piano por Tomás Sánchez, y Vísperas de romería, a cargo de la Coral Santa María de Guadalupe. A ellos se sumó, para cerrar capítulo, otro de Enrique Cordero y Joaqui Baltasar.

Desfile de los Caballeros de Guadalupe el 12 de octubre (Foto: Hoy)

Entrega a un caballista de la credencial del peregrino guadalupense

A primeras horas de la tarde se recibió en la plaza Mayor, como Dios manda y abarrotada de curiosos, la Marcha ecuestre de la Hispanidad, a la que cada año concurren más caballistas, asociados o no al Honrado Concejo de los caminos de Guadalupe a caballo. El acto, de gran colorido, tuvo como preámbulo la Misa de vigilias —de inevitables aires rocieros y flamencos—, que a medianoche de la víspera celebró el P. Arévalo con los peregrinos en las Minas de Logrosán. Con orden y concierto, por más de dos horas, fueron desfilando las hermandades o poblaciones, casi setecientos peregrinos a caballo, a los que el guardián, acompañado del alcalde de la villa, fue entregando, después que hicieran la ofrenda floral, la nueva credencial del peregrino. Cabe destacarse el imponente trabajo efectuado en estas fechas por la Guardia Civil, más aún el día de su Patrona y de la fiesta Nacional de España. Vaya para ellos, sobre todo para nuestros amigos del puesto de Guadalupe, el reconocimiento más encendido.

Octogésimo quinto Aniversario de la Coronación Precedido de los actos culturales que, por estas fechas, organiza la Real Asociación de Caballeros, el santuario conmemoró, con mucha asistencia de fieles y visitantes, el Aniversario del Descubrimiento de América y la solemne Coronación canónica de nuestra Virgen, Hispaniarum Regina, verificada el 12 de octubre de 1928 por el legado pontificio, el cardenal Pedro Segura Sáez (1880-1957), ante Alfonso XIII, la nobleza y el clero. La Misa solemne, a la que no pudo asistir el cardenal Antonio Cañizares Llovera como estaba previsto (al tener que asistir el día 13 en Tarragona a la Beatificación del Año de la fe), fue presidida por el rector de la basílica. En el bullicio de la fiesta, los Caballeros desfilaron luego por la plaza con las insignias iberoamericanas. Los fieles, en gran número, pudieron subir al camarín a venerar la preciosa imagen de Santa María, que ceñía la misma presea de aquel glorioso día. Peregrinos a caballo ante la Reina de la Hispanidad (Foto: Hoy)

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Toledo y sus Vírgenes Coronadas Al igual que otras diócesis españolas en este Annus Fidei, la Archidiócesis Primada ha celebrado un multitudinario homenaje a la Madre del Señor en sus imágenes coronadas canónicamente. A las 9 de la mañana del sábado 29 de junio pasado salía del santuario de los Sagrados Corazones la primera de ellas, Nuestra Señora de la Antigua, que llegó desde Mora el día anterior. Empezaba así el desfile procesional por las calles de Toledo, llenas de fieles de la ciudad y de muchas parroquias de la archidiócesis. Tras la imagen de Mora, que salió la primera por ser la última coronada el pasado 31 de mayo, siguió la de Nuestra Señora de la Muela, de Corral de Almaguer, coronada el pasado 18 de mayo; le siguieron, la Virgen de la Piedad de Villanueva de Alcardete, coronada el 21de septiembre de 1986; la Virgen de la Salud, coronada el 31 de mayo de 1965, que partió de la iglesia de Santa Leocadia; la Virgen negra del Prado, de Talavera de la Reina, coronada el 30 de mayo de 1957; la Virgen de la Esperanza, coronada el 8 de junio de 1952, que salió de San Cipriano; la Virgen de la Piedad de Santa Olalla, coronada el 4 de mayo de 1986; la Virgen de los Remedios de Ocaña, coronada el 11 de junio de 1961 y, finalmente, la Virgen de la Caridad de Illescas, coronada el 12 de octubre de 1955. Faltaba, como era de temer, la venerada imagen de Santa María de Guadalupe, coronada por el cardenal Pedro Segura el 12 de octubre del año 28. La antigüedad de nuestra imagen y los amotinamientos populares producidos en los raros intentos de sacarla del santuario, desaconsejan cualquier traslado, lo que se paliaría si Guadalupe tuviese una imagen peregrina. Congregada una ingente multitud en la plaza del Ayuntamiento, las imágenes coronadas fueron recibidas por el arzobispo con una breve salutación, acompañándolas seguidamente al interior de la catedral, en cuya Puerta Llana esperaba la imagen de Nuestra Señora del Sagrario rodeada del Cabildo Primado. Ante ella pasaron las nueve imágenes coronadas y ocupaban su lugar en la girola del templo, junto a los miembros de las cofradías y hermandades titulares. La Virgen del Sagrario —cuyo hermoso trono procesional ha sido últimamente restaurado— fue situada delante de la reja del coro, ante el altar Mayor, donde el arzobispo Braulio presidió la santa misa en rito hispano-mozárabe. Finalizada la celebración, en medio de grandes aplausos y vítores, la Virgen del Sagrario recorrió de nuevo la girola, despidiendo a las otras imágenes y a sus cofradías. El día anterior, la iglesia de los Sagrados Corazones acogió una concurrida vigilia presidida por el señor arzobispo, que se cerró con un Concierto Mariano [Foto. F. Redondo, a cargo de la Coral Silíceo, de Toledo. en Padre nuestro].

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Ultreia diocesana en Guadalupe

El tercer domingo de junio, Cursillos de Cristiandad programó la «Ultreia» diocesana en Guadalupe, informa Eulogio Calvo Navarro. Asistieron cursillistas de toda la Archidiócesis Primada y de algunas diócesis vecinas. En número superior a ciento sesenta personas se compartieron ilusiones, esperanzas, afectos, dificultades, alegrías y propuestas de actuación. El Auditorio guadalupense se fue llenando de voces, saludos, abrazos y gozo de volver a encontrarse en Guadalupe, en este lugar tan especial, junto a la imagen venerada de Santa María. Las palabras de acogida de la coordinadora de «Ultreia» en Extremadura dieron comienzo a las actividades. La reunión de trabajo, posterior a la ponencia, en los diecisiete grupos formados, se hizo corta. Luego, el arzobispo don Braulio Rodríguez Plaza, que se unió a los participantes en la tarde, saludó a todos y presidió la Santa Misa, acompañado del vicario episcopal de Talavera, don Felipe García Díaz-Guerra, del consiliario y otros cinco sacerdotes. El arzobispo, en la homilía, animó a «volver los ojos a la Madre de Dios, la Virgen de Guadalupe». Recordó que «no está lejos de los hombres, es capaz de ver los sentimientos y ayuda a los cristianos a ser mejores cristianos». Dijo también que Guadalupe es «lugar de misioneros, lugar de evangelización», e invitó a que vivamos lo que el Señor nos ha dado y que eso sea visto por los que nos rodean. «Cristo nos hace mejores —dijo—; digámosle a ella lo que necesitamos para hacer lo que él nos diga»


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Fray Antonio Arévalo, nuevo Guardián de Guadalupe En el congreso capitular celebrado en Madrid durante los últimos días de junio, —meses después de que terminase el capítulo provincial en este Real Monasterio—, fue elegido para el oficio de guardián de la Fraternidad Santa María de Guadalupe nuestro hermano fray Antonio Arévalo Sánchez, que tenía a su cargo la parroquia de Guadalupe y la dirección del archivo, la biblioteca y la revista del Real Monasterio. Sucede en el cargo a fray Sebastián J. Ruiz Muñoz, destinado a la fraternidad de Santa Cruz de Tenerife. El nuevo guardián de Guadalupe nació en Fuente del Maestre (Badajoz) el año 1955, ingresó en nuestro Colegio Seráfico a los 12 años de edad e hizo el noviciado y la profesión simple en esta casa de la Virgen el curso 1973-1974. Realizados los estudios eclesiásticos y emitida la profesión solemne el 8 de octubre de 1978, fue ordenado presbítero por el arzobispo de Sevilla, el cardenal J. María Bueno Monreal, el 20 de abril de 1980, II domingo de Pascua. Tras un trienio en esta casa de Guadalupe (1980-1983), Arévalo inició sus estudios universitarios en Cáceres, donde obtendría la licenciatura y acabó los cursos de doctorado en Filosofía y Letras, sección Geografía e Historia (especialidad Historia Moderna). Por elección u oficio, ha participado ininterrumpidamente en el Capítulo provincial desde el año 1983, teniendo encomendada la secretaría capitular en los cinco últimos; ha sido miembro del Definitorio de la provincia Bética (1989-1995), guardián del convento San Antonio, en Cáceres (1989-1998), guardián del convento Santa María de Guadalupe, en Córdoba: (2001-2010), párroco de Santa María de Guadalupe, en Córdoba (2001-2010), párroco de Santa María de Guadalupe, en Guadalupe (2010-2013), director del Colegio San Antonio de Padua (1989-1998) y director del archivo, la biblioteca (1981-1983. 2010-…) y la revista de este monasterio (1980-1983. 2010-…). Además de cronista provincial (1989-…), intervino en congresos científicos y tiene publicados tres libros: Oracional de Santa María de Guadalupe (Madrid 1983), Guadalupe, siglo XX [El primer siglo

franciscano] (Sevilla 2004) y Las Clarisas de Montijo. Historia del Monasterio Santo Cristo del Pasmo (Cáceres 2007) y otros dos en preparación, más una docena de cuadernos dedicados a la pastoral litúrgica y numerosos artículos de investigación y divulgación histórica. Otros cambios Junto al oficio de guardián, han sido renovados en nuestra Fraternidad el cargo de párroco y un vicario parroquial. Presentados, según establece el Derecho canónico, por el ministro provincial, fray Joaquín Domínguez Serna, al señor arzobispo de Toledo, éste se ha dignado nombrar cura párroco a fray Jesús María Tena González, natural de Villanueva de la Serena (Badajoz), anterior vicario parroquial, y a fray Francisco Manuel González Ferrera, natural de Olivenza (Badajoz), nuevo vicario parroquial. Además del anterior guardián, fray Sebastián J. Ruiz Muñoz, ha sido trasladado de Guadalupe a la enfermería provincial fray Sebastián García Rodríguez, que en esta última etapa de su destino en Guadalupe fue vicario local (1986-1995), archivero, bibliotecario y director de la revista (1983-2010), cronista oficial de Guadalupe (1989), Bibliófilo de Oro (1995), Extremeño de HOY (1998), hijo adoptivo de la villa de Guadalupe (2002), hijo predilecto de Campanario (2003) y Premio Guadalupe-Hispanidad (2011).

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Ordenación de fray Francisco González

Órdenes Sagradas: 6 presbíteros, 12 diáconos La Santa Iglesia Catedral Primada acogió, el domingo 30 de junio, una de sus celebraciones más solemnes y esperadas del año: las sagradas órdenes, informa el semanario diocesano Padre Nuestro. La Archidiócesis sumó de esta manera otros nueve diáconos (de los doce ordenados), además de seis presbíteros, uno de ellos de Herrera del Duque (Badajoz). Se trató, como siempre, de un acto de gran solemnidad presidido por don Braulio Rodríguez Plaza, al que se adhirió una multitudinaria concurrencia: familiares, amigos y presbíteros acudieron desde todos los puntos de la geografía diocesana para acompañar a esta casi veintena de jóvenes en un paso tan definitivo de sus vidas. El señor arzobispo tomó como punto de partida para su exhortación la carta pastoral del cardenal Marcelo González Martín (19182004) «Un Seminario nuevo y libre» (septiembre de 1973), de la que se cumplen cuarenta años. Para el prelado se trata de «un escrito valiente y que apostaba por un Seminario Diocesano que viviera la novedad del Concilio Vaticano II, sin olvidar cuanto la Iglesia quiere sobre esta institución vital para la iglesia de Toledo». A cuantos celebran en estos días el aniversario de su ordenación y a los que recibían las órdenes sagradas, don Braulio invitó a «hacer una memoria agradecida al Señor, ya que con la sabiduría y el gobierno de don Marcelo habéis encontrado en nuestro Seminario el ámbito adecuado en el que ha crecido vuestra vocación para el ministerio sacerdotal». Para concluir de la emotiva celebración, el arzobispo animó a los ordenados con estas palabras: «Lo que hemos oído en el evangelio, acerca del seguimiento de Jesús, también exige que tengamos el valor de estar cerca del fuego de Jesús, que ha venido para incendiar la tierra. En el seguimiento se incluye el valor de dejarse abrasar por el fuego de Jesucristo, que es también, al mismo tiempo, el fuego salvador del Espíritu Santo».

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El domingo, 29 de septiembre, don Francisco Cerro Chaves, Obispo de Coria-Cáceres, consagró presbítero en la iglesia de santo Domingo (Cáceres) a nuestro hermano fray Francisco González Caballero, natural de Hornachos (Badajoz), administrador de la Fraternidad san Antonio de Padua. Acompañaron al neopresbítero su querida madre, hermanos y otros familiares y amigos, además del vicario general de la diócesis, el vicario episcopal para el clero y la vida consagrada, unos cuarenta y cinco presbíteros concelebrantes, la comunidad educativa del Colegio san Antonio, hermanas Clarisas de Cáceres, amigos venidos de Lucena, Sevilla, Cáceres, y muchos frailes llegados de los conventos béticos, además de los postulantes. El Obispo ordenante, que pertenece a la Orden Franciscana Seglar, destacó su alegría por el acontecimiento singular para la iglesia diocesana y la Orden, glosando las funciones del sacerdote de la Iglesia del Tercer Milenio, centrándose en el servicio de la Palabra, la Eucaristía y los pobres. Al término de la solemne celebración, cantada por el coro del Colegio San Antonio, el nuevo presbítero leyó unas emotivas palabras, en las que hizo un recorrido por su vida, destacando las personas que han sido significativas y le han ayudado a llegar a este momento. Posteriormente, la Fraternidad Franciscana ofreció un refresco en el claustro conventual, anexo a la Iglesia.


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Mérida-Badajoz: Bodas de Oro y Órdenes El pasado día 21 de septiembre, don Santiago García Aracil, arzobispo de Mérida-Badajoz, celebró sus Bodas de Oro sacerdotales en la Catedral metropolitana, acompañado de familiares, los obispos de Plasencia y Coria-Cáceres, más de ciento cincuenta curas, religiosos y religiosas y numerosos fieles laicos. En la celebración, y para coronar el gozo, ordenó presbíteros a los diáconos Anthony Kiely, Jesús Orellana y Domingo Sánchez. Antes de terminar la misa, tomó la palabra el vicario general, don Sebastián González, para agradecer al prelado su presencia y trabajo y hacerle entrega de un tríptico en plata con las imágenes de la Virgen de Guadalupe, san Juan Bautista y santa Eulalia de Mérida.

Don Santiago se manifestó agradecido y reconoció que le gustó tanto el regalo como la felicitación de la archidiócesis, al igual que la presencia de su familia y todos los demás invitados.

Guadalupe y la gran noche de la Adoración Nocturna Española La noche del día 5 de octubre de 2013 será recordada por la Noche Grande de la Adoración Nocturna Española (ANE). En Guadalupe, Padrón (Coruña) y Valencia se celebraron simultáneamente tres vigilias extraordinarias por motivos distintos y un mismo fin: adorar a Jesús Sacramentado. Informa Cayetano Medina Somosierra. Mientras en Padrón se conmemoraba el CXXV aniversario de la fundación de la Sección, en Valencia se oraba al Señor Sacramentado por las vocaciones sacerdotales y en el monasterio de Santa María de Guadalupe las diócesis extremeñas se unían para celebrar Solemne Vigilia Interdiocesana con motivo de la clausura del año de la Fe. Comenzó la Vigilia con la procesión de banderas, más de treinta, desde el Auditorium con adoradores de las distintas Secciones que entonaban cantos hasta la llegada al atrio del Monasterio. El acto en su integridad fue presidido por el obispo de Coria-Cáceres don Francisco Cerro Chaves acompañado los Di-

rectores Espirituales de la Adoración Nocturna Española de Plasencia y Navalmoral de la Mata. El guardián de los franciscanos, custodios del monasterio, P. Antonio Arévalo sirvió al altar como maestro de ceremonias. Por parte del Consejo nacional de ANE asistieron al acto, además del Delegado de Zona, el Presidente Diocesano de ANE Toledo, Delegado de la Zona Centro y el Vocal nacional de Zonas; el Presidente nacional justificó su ausencia al hallarse de viaje fuera de España. Tras la Vigilia nocturna se organizó la procesión con Su Divina Majestad por el claustro; el padre guardián hizo un breve comentario sobre la importancia de esta celebración entre los monjes que se reunían en oración, al igual que ahora los adoradores, si bien éstos inundaban el espacio cuya luz más resplandeciente era la custodia portada por el Obispo e incensada por el padre guardián del convento. De vuelta al templo que continuaba abarrotado de fieles, tras reservar en el sagrario la Sagrada Forma se entonó el canto de la Salve, continuado del himno a la Santísima Virgen de Guadalupe. A todos los adoradores y muy especialmente al delegado de zona y presidentes de los consejos diocesanos que prepararon con todo detalle la Vigilia, nuestra felicitación y deseos de gracias espirituales para todos.

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Don Marcelo y la Virgen de Guadalupe Ángel Rubio Castro Obispo de Segovia

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l pasado día 25 de agosto se cumplieron nueve años de la muerte del cardenal Marcelo González Martín (Villanubla, Valladolid 1918—Fuentes de Nava, Palencia, 2004), que durante 23 años fue arzobispo de la diócesis Primada de Toledo. Su recuerdo sigue vivo entre nosotros y su magisterio se actualiza con el estudio y reflexión continua. Desde 1972, cuando don Marcelo fue nombrado arzobispo de Toledo, acudió a Guadalupe todos los años en las fiestas marianas de septiembre y en otras muchas ocasiones. Siempre fue a rezar, a predicar, a fomentar el culto y la devoción a la Santísima Virgen, a bendecir y El cardenal recibiendo el nombramiento de Hijo Adoptivo en el Salón de Plenos (1982) La Orden Franciscana le concedió en 1978 Carta alentar a los peregrinos, y «a recibir fuerzas para seguir cumpliendo con mis deberes propios de sacerdote y de de hermandad, que don Marcelo agradeció profundaobispo». Hemos rezado muchas veces el rosario y las le- mente al padre general, y dejó plasmado en el libro de tanías a la Virgen por aquellas interminables curvas y pe- visitantes ilustres: «Siempre que he venido a Guadalupe sada carretera. Pasan de cincuenta las visitas del cardenal como arzobispo de Toledo (con ésta son ya 17 veces) a Guadalupe en sus veintitrés años de arzobispo primado. he salido con deseos de volver pronto. Volveré siempre Ha sido el mejor regalo que don Marcelo ha traído a la por amor a la Virgen María y por hermandad con los Virgen de Guadalupe, de tal manera que, superando en padres franciscanos, de los que acabo de recibir carta mucho a sus ilustres predecesores en la Sede Primada en de fraternidad...» El pueblo de Guadalupe le otorgó en sus relaciones con Guadalupe, su nombre ha entrado de 1982 el título de «Hijo adoptivo le la Villa y Puebla», lleno en la historia de la devoción a la Virgen extremeña. porque en nuestro pueblo le llaman «Piquito de oro» por lo bien que se explicaba, por su manera de ser, de decir y escribir, hablando de Dios y de la Virgen. Cuando don Marcelo llegó a Toledo había visitado casi todos los santuarios marianos de España más conocidos, pero estaba «intranquilo» porque no conocía Guadalupe y esperaba una ocasión oportuna, que Dios le preparó con creces al ser nombrado obispo de este territorio extremeño, donde se encuentra la catedral de las Villuercas con la bendita imagen de Guadalupe. Si un arzobispo de Toledo, en 1388, mandó construir un puente de piedra sobre el río Tajo para facilitar el paso a los peregrinos que venían a Guadalupe, don Marcelo, a las puertas del tercer milenio, edificó un largo puente con cincuenta ojos para multiplicar la peregrinación de grupos y de muchedumbres, como son las Jornadas dioDon Marcelo, en su despedida del santuario, es nombrado cesanas de la Juventud que se vienen celebrando todos Peregrino de Honor (1995)

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los años y mantener viva la llama de una amistad nacida de la fe entre los pueblos de España y el continente americano, como lo manifestó el Primado, el 12 de octubre de 1992 en el V Centenario del descubrimiento de América, en el atrio del monasterio con la asistencia destacada de dos mil quinientos jóvenes toledanos, a quienes se unieron cerca de un millar de madrileños, que también habían participado en la V Peregrinación diocesana de la Juventud. Guadalupe vivió este día una jornada histórica presidida por el cardenal Primado, quien al contemplar el caudaloso río de jóvenes que habían entrado en la plaza, exclamó con su voz potente: «Nunca ha habido en esta plaza tantos jóvenes unidos por un ideal, por una vida limpia y de sacrificio para ser testigos de los valores del Evangelio». Aquello era una ola humana, cuando los peregrinos veían realizados todos los deseos: postrarse ante la Virgen de Guadalupe. Don Marcelo llevó en su alma este nombre de Guadalupe y convocaba cada año a los sacerdotes de aquellos territorios pertenecientes a Toledo para celebrar un retiro espiritual bajo la mirada silenciosa de la Virgen. Don Marcelo respeta, acepta y orienta la religiosidad popular que se vive en Guadalupe, y así lo escribió en la Carta pastoral con motivo del cincuenta aniversario de la coronación canónica de la Virgen de Guadalupe: «Quiero lograr un centro de formación y acción litúrgica y pastoral, especialmente orientada al mundo rural, para impulsar y enriquecer esa religión del pueblo». En Guadalupe presidió don Marcelo el año 1973 la misa concelebrada y televisada en directo con motivo de la peregrinación del grupo de antiguos peregrinos de Santiago. Desde Guadalupe recorrió todo el arciprestazgo en 1975 para administrar el sacramento de la confirmación. A Guadalupe llegó don Marcelo en helicóptero acompañando al Santo Padre, el Papa Juan Pablo II, en la fecha inolvidable del 4 de noviembre de 1982. Como obispo propio del lugar, el Cardenal Primado ofreció al Papa el

Recién elegido cardenal, fue investido Caballero de Guadalupe por el entonces ministro provincial, P. Serafín Chamorro (1973)

En su primera visita a Guadalupe, lleva el Niño durante el descencimiento de la Virgen (1972)

homenaje de amor de Extremadura entera, pueblo marcado por la devoción filial a Santa María de Guadalupe. En el claustro mudéjar (el de los milagros) se ha dejado constancia pictórica de este acontecimiento del primer viaje del Papa a España, pasando por Guadalupe gracias a las gestiones de don Marcelo. Todo por la Morenita, que es la rosa mejor y principal de este jardín extremeño. Cuando en 1984 Guadalupe fue declarado por la Unesco patrimonio de la humanidad, allí estaba don Marcelo para hacer una súplica a la Virgen de Guadalupe, porque «el valor de la humanidad es el hombre y sus obras, cuando se hacen (como en este año), inspirados por la belleza arquitectónica y por la fe». Y en Guadalupe se celebró la VI Jornada diocesana del Catequista en el Año Mariano de 1988. Si el emperador Carlos V, al retirarse al monasterio de Yuste, todos los meses recibía del padre prior de Guadalupe unos corderitos criados y alimentados con pan y con los pastos de Guadalupe, porque eran los corderitos más tiernos y sabrosos que él, en su ancianidad enferma, podía tomar, también don Marcelo recibirá de Guadalupe el homenaje glorioso y agradecido, con el título de cardenal de Santa María de Guadalupe, en Extremadura y en la diócesis entera. Ahora se comprende e interpreta su última visita al monasterio de Guadalupe, siendo arzobispo emérito, el 6 de septiembre del año 2001; con dificultades y apoyado en su pequeño bastón, llegó para celebrar la Eucaristía en el altar de la Virgen, esta vez ayudándole a subir las escaleras pero todavía con su sensibilidad oratoria se despide de la Virgen enviándoles sus besos desde el altar al trono donde está la Imagen y terminado su homilía con estas palabras «Virgen de Guadalupe hasta el cielo».

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Música y Tradiciones de Guadalupe

La Feria de los burros de San Jerónimo Enrique Cordero Cordero Profesor y músico

“Yo no quiero mulas tordas, que son falsas y tiran coces. Ni conversación contigo, sí, sí, que tú a mí no me conoces y adiós” (Copla popular)

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usebio Hierónimo de Estridón (Dalmacia, c.340 –Belén, 30 de septiembre de 420), san Jerónimo para los cristianos, tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín. Es conside-

rado uno de los cuatro grandes Padres Latinos, junto a san Ambrosio de Milán, san Agustín de Hipona y san Gregorio Magno. La traducción al latín de la Biblia hecha por san Jerónimo, llamada la Vulgata (de vulgata editio: edición para el pueblo), ha sido, hasta la promulgación de la Neovulgata, en 1979, el texto bíblico oficial de la Iglesia católica romana. Este santo, humilde y penitente, fue el que dio nombre a la Orden Jerónima, orden monástica que estuvo en Guadalupe desde 1389 hasta 1835 y durante la cual, salvo períodos de decadencia, fue la custodia de un monasterio famoso en toda la cristiandad por su advocación mariana de Guadalupe, pero también por el saber y la cultura que encerraba y que la comunidad franciscana, nuevos guardianes desde 1908 del mismo, han sabido trasmitir y conservar con todos sus medios posibles para disfrute de todo aquél que se acerca a este bello lugar. El día de san Jerónimo, el 30 de septiembre, no sólo era un gran día festivo para el monasterio jerónimo sino también para el propio pueblo; de hecho, es el patrón de Guadalupe y, a pesar de que hoy ya no se celebra con el boato de entonces, los mayores lo recuerdan con cariño, sobre todo los hombres que se dedicaban al campo, pues este día se hacía la Feria de los burros, que hasta los años 80 estuvo vigente en nuestro pueblo. Gregorio Chico Oliva, de 82 años de edad, nos cuenta que acudían los hombres que tenían mulos y caballos y los llevaban a la “Cuerda de san Jerónimo”, cuerda o refilera donde se ataban las bestias en la calle Nueva (después se puso en la calle Corredera), y se juntaban los dueños y los posibles compradores de dichos animales y hacían los tratos. Si se entendían sellaban la mano, conformes y luego participaban de una curiosa tradición que era «echarse un alboroque». Éste consistía en beberse medio o

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un litro de vino los dos tratantes y acompañantes. De la palabra alboroque nos dice la RAE que es una especie de invitación o agasajo que se hacían dos partes intervinientes en una venta. En la Cuerda de san Jerónimo había burros, mulos, caballos y crías. A los animales se les inspeccionaba, mirándoles la dentadura para ver la edad que tenían y si los mulos eran falsos por las patadas que daban y si se espantaban y también si el animal tenía más de dos años, si no comía cebada, etc. Venían gentes de los pueblos aledaños, de la reciente Feria de Castilblanco (14 de septiembre, Exaltación de la Santa Cruz) y gitanos expertos en la compra-venta de los mismos. Algunas veces se engañaba a los compradores por los mismos vecinos del pueblo, por eso era conveniente que un amigo o conocido del comprador estuviera presente en el trato. El tratante hacía una obligación que firmaba con dos testigos y que le comprometía a pagar la cantidad acordada. Otras personas daban su palabra como signo del trato, pues entonces era muy respetado este gesto. En las compraventas de estos animales, la moneda utilizada era el duro. Las cantidades dadas figuraban siempre por duros. Las maneras de pagar podían ser del modo «encimeral», dinero pagado al contado encima de algo (normalmente en alguna parte encimera del animal (costumbre argentina) o «pelo a pelo»; por ejemplo: «Tú me das a mí un burro y yo a ti otro». Gregorio me ponía, como comparación de lo que es un trato, que «era como un guantazo, los había fuertes y no tan fuertes». Como día festivo había misa y procesión, puestos de artesanía y baile en Casa Amalia y en la del tío Magdaleno (baile desde las 5 hasta el anochecer, otro hasta las 9 (entre horas), y a partir de las 10 de la noche en el que las mujeres iban acompañadas. Como reseña final, quisiera incluir la descripción que de esta fiesta nos hace Juan José Rodríguez Gamino en esta revista correspondiente al año 1987 (julio-agosto), con el título «Así eran las fiestas de Guadalupe hace más de medio siglo»: «… Después de las fiestas de la Virgen, en el mismo mes de septiembre, se celebraba la feria de san Jerónimo, en el que primaban las transacciones de animales, y que tenía lugar en la calle Nueva a todo lo largo del muro del Corralón. Por tener carácter ganadero, acudían vendedores de los pueblos comarcales y en ella se especulaba también con aperos y útiles de labranza, albardas, campanillos, sogas, etc.; y por coincidir con san Miguel, terminación del año agrícola, venían numerosos renteros y cabreros para cumplir sus compromisos de pagos de aparcerías o herbajes en la administración de los marqueses del Riscal. En el aspecto religioso, se celebraba una misa solemne y una procesión por el claustro mudéjar con la imagen de san Jerónimo sobre la misma carroza que entonces se utilizaba para la Virgen. El santo vestía ropaje cardenalicio, incluido el gran capelo». Preguntando una vez a mi abuela Máxima, con segundas intenciones, que cuál santo le gustaba más, si san Francisco o san Jerónimo me dijo las siguientes palabras: «San Jerónimo fundó y San Francisco rehizo». De alguna forma así he vivido y sentido siempre lo que estas dos Órdenes han hecho por Guadalupe. Les doy las gracias por ello.

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Campanas Campanas ya repicando suben al cielo saltando, anuncian que ya es la hora en que baja la Señora. Campanas hechas clamores proclaman nuestra alegría, unión de tantos amores hacia vos, Madre María. Campanas como canciones, ruegos, plegarias y anhelos nuestros rezos y oraciones suban con vos a los cielos. Campanas como saludos, como voz en la garganta, que al veros a vos, Madre Santa quedamos tus siervos mudos. Aunque distantes estemos siempre su eco nos alcanza y unimos nuestra alabanza a los que allí puedan veros. Cuidad de todos, Señora, del pequeño y del mayor, vos, la mejor valedora ante Dios, nuestro Señor. Antonio J. Reinoso Peinado


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Breviario u El canónigo archivero emérito de la SIC de Plasencia, don Francisco González Cuesta (Tornavacas 1930), acaba de dar a luz un estudio en dos volúmenes titulado Los obispos de Plasencia, obra magna de gran interés que ha editado la obra social de Caja Extremadura. «Desde Bricio hasta Amadeo —afirma este último en el prólogo—, estamos todos los que a lo largo de más de ochocientos años hemos ido tejiendo la cadena ininterrumpida de la sucesión apostólica. Se trata, pues, de un hermoso y riguroso trabajo, en el que González Cuesta ha ido recogiendo, al hilo de la gestión de sus pastores, la historia de esta diócesis de Plasencia. En torno a cada obispo van apareciendo las instituciones y las personas que, con ellos, le iban dando contenido a esta original geografía y demografía espiritual y humana». Licenciado en Historia eclesiástica por la Gregoriana de Roma y en Sagrada Teología por el Angelicum (1964-1967), a los que añadió más tarde la licenciatura en Filosofía y letras por la Universidad Complutense de Madrid, el canónigo González Cuesta, gran amigo de esta casa, es autor de numerosas publicaciones sobre temas de la diócesis placentina, a la que pertenece desde su ingreso en el seminario el año 1941. Esta última, que tan amablemente nos ha dedicado para la Biblioteca, contiene cincuenta y tres capítulos agrupados en seis partes y un epílogo (el del pontificado de Amadeo Rodríguez Magro iniciado en 2003), cargados de sabiduría y notas que refrendan el estudio ex-

haustivo al que ha dedicado la mayor parte de sus años. Felicitamos al eximio autor loando la calidad de su obra.

u «Éramos un grupito de unas cuarenta personas del Centro Extremeño de La Plata, que en el Club Español festejábamos las fiestas de navideñas, el fin de año, siglo y milenio. Ante una cena suculenta, el diálogo fluye fácil […]. En este ámbito tan propicio el matrimonio formado por María Luisa [Camacho] y José [Delloruso] empezó a relatar la increíble historia de Gregorio Camacho (1886-1974), nacido en Guadalupe (Cáceres) y que en 1923 llegó a Argentina en el Río Paraná. Fue socio fundador número 36 y bibliotecario, hace medio siglo, del primer centro extremeño y progenitor de la relatante. Ya de jovencito era monaguillo del Monasterio. Pero un día, reclamado por la Patria, se lanzó a la ruta siguiendo el canto acariciante del aire moreno, hasta llegar a Melilla, el Marruecos español, con quien España estaba en guerra. Se incorporó a la Compañía de Ingenieros Zapadores en 1912, de la cual fue abanderado. Un día, el capitán pidió dos voluntarios para atravesar la línea enemiga y llegar a una colina desde donde observar el poder de guerra del otro contendiente. De inmediato, el joven Camacho se ofreció, y con la bandera dobladita entre sus ropas, pegada al corazón, entre rezos y abrazos de lanzó un oscuro anochecer bajo el

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fuego atronador de las espingardas y artillería moruna, con el riesgo de que algún jinete rifeño le diese caza. Por suerte, agotado y sangrante, alcanzó su objetivo. Prueba de ellos son las gotas de sangre que, aunque pálidas por la acción del tiempo, permanecen indelebles en la bandera de España, ahora en poder de los nietos y biznietos de Camacho, para honra de los héroes anónimos españoles y extremeños de la emigración del siglo XX. A raíz de tal hazaña, el Gobierno Español le concedió, entre otras, la Orden del Caballero Cubierto, lo cual significaba que ante las máximas autoridades, incluso los Reyes, podía permanecer sin descubrirse. Ante el asombro de todos nosotros, María Luisa desenvolvió un paquetito, y como si se tratase de un recién nacido fue desplegando muy cuidadosamente la heroica bandera roja y amarilla, rasgada en parte, tal cual quedó después de la hazaña de 1912.»Rafael García Díaz, en Sementera 37-38 (2001) 46-47. u Después del éxito obtenido por nuestro fray Juan L. Barrera con sus dos libros de cocina, otros maestros del arte culinario se han echado al ruedo de la edición de recetas. El caso que traemos es el de joven restaurador Pedro Galán Rebollo (Logrosán 1968), afincado en Guadalupe y discípulo de Antonio de Lamo, que es quien prologa el recetario «De cuchara, cuchillo y tenedor» (Cultivalibros S. L. Madrid 2012). Con una presentación ilustrada muy atractiva, Galán nos ofrece el interesante recetario del buen yantar de la cocina española, en el que la tradición se combina con los toques actuales, y los productos silvestres con los más elaborados y exquisitos guisos. Que aproveche.


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Crónica de la Puebla Antonio Ramiro Chico Pasado el solsticio de verano, nuestros valles comienzan a dorarse con la llegada del equinoccio de otoño, provocando unas paletas de ocres dentro de la variada y rica vegetación de las Sierras de Guadalupe, similar a esos bellos rompimientos de gloria que el propio Zurbarán inmortalizó en su obra pictórica de la sacristía. También, este cambio de estacionalidad y tonalidad nos anuncia la maduración de los frutos sazonados, que llegado su momento, se desprenden de su propia carne para saciar de esta forma, los más delicados paladares. También, durante estos meses de septiembre y octubre, el fruto de la fe que brota en este Santua-

rio Nacional de las Villuercas, exhala y perfuma con mayor intensidad cada uno de los caminos que conducen a este monte santo, proclamando los primeros días de septiembre la extremeñidad de Nuestra Señora como verdadera Patrona, así como el nacimiento de la Madre de Dios. Como verdadero rosario engarzado llega también, la celebración del aniversario de la Coronación de Santa María de Guadalupe, en la que cada 12 de octubre, se proclama su universalidad, como verdadera Reina de las Españas o de la Hispanidad, a la que sus Caballeros no han dejado de acudir desde 1929, buscando siempre ese hálito de fe que perfume sus hogares y alimente a sus familias, como harán igualmente las peregrinaciones de jóvenes de las distintas diócesis de España, que también en estas fechas, hollarán los caminos y plantas de su basílica. Festejos taurinos Después de varios experimentos, los festejos taurinos de Guadalupe volvieron por sus fueros agosteños, buscando el albero de la plaza Mayor, que durante los días 21, 22, 23 y 24 de agosto, se convirtió en verdadero coso medieval, gracias a la buena organización de la Comisión del Toro, 2013 y al Ayuntamiento. Organizada por la empresa Mar Toro S.L., la fiesta nacional comenzó con el tradicional chupinazo el día 21 en la puer-

[Foto: Gabriel Sánchez Olmeda]

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[Foto: J. Luis Cárdenas Carpente Txetxu]

ta del Ayuntamiento y posteriores palabras del alcalde de Guadalupe, Francisco José Rodríguez Muñiz. El día 22 de agosto se pudo disfrutar, en la mañana del jueves, de interesantes clases prácticas de tres novilleros de la Escuela de Tauromaquia de la Excma. Diputación de Badajoz: Alejandro Fermín, Luis Domínguez y Francisco Linares, quienes vestidos de luces, dieron debida cuenta de las distintas suertes de la Tauromaquia, arrancado aplausos y petición de oreja,

para alguno de ellos. Este mismo día por la tarde, comenzaron los tradicionales festejos taurinos con buenas reses de la ganadería Bernardino Píriz de Olivenza, que durante tres días animaron las tardes guadalupenses, acompañadas por los acordes de la Banda de Música de Guadalupe y donde la suelta de la Candelera y la recuperación de la calle Nueva fueron los atractivos de dichas fiestas, en la que los más jóvenes ponen a prueba su habilidad y condición física. Aunque, sin lugar a dudas, la máxima expectación y afluencia de público, la consiguió la suelta del novillo y toro de la madrugá del sábado. Concluyeron estos festejos, el viernes día 30, con la degustación de la carne del toro para todos los vecinos, donde no faltaron los compases de varias orquestas, un espectáculo infantil y el sorteo de varias papeletas para una corrida de toro en alguna de las plazas importantes de Extremadura. Año hidrológico Siguiendo el resumen del Año Hidrológico en Guadalupe 2012-2013 de la Agencia Estatal de Meteorología, facilitado generosamente por el observador José Luis Cárdenas Carpente, comprobamos que dicho año (31 de agosto-1 de septiembre) ha sido muy húmedo con 123 días de lluvia y un total de 1. 170,2 mm., superando la media nacional de 799 mm., lo que denota nuestra situación geográfica y relieve de montaña, siendo los meses de enero (217 mm.) y marzo (353’ 2 mm.) los más lluviosos, alcanzado este último unas cifras excepcionales de pluviosidad, valores todos ellos que no se alcanzaban desde 1947. La máxima se registró el día 19 de enero con 80 mm. y vientos de 76 km/h. En cambio el trimestre abril-junio resultó algo más seco de lo habitual, mientras los meses de estío recuperaron sus valores normales. Día de los Mayores Guadalupe celebró, el 1 de octubre, el Día Internacional de las Personas Mayores con una apretada jornada, en la que no faltó una exposición como homenaje a la mujer rural, inaugurada en el Centro Cultural por Fran-

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cisco José Rodríguez Muñiz, alcalde de Guadalupe; la lectura del Manifiesto, el homenaje al “Abuelo y Abuela” de Guadalupe, que este año recayó en Antonio Ramiro Soria y Paulina Gonzalo Cerezo, a los que se les entregó sendas placas; y una charla sobre el “Envejecimiento activo”, a cargo de Carmen Tavero, directora del Centro de Día. Por la tarde se ofreció una merienda a los mayores y se proyectó una película de animación bajo el título de «Arrugas». Concluyó la jornada con la celebración de una Eucaristía en acción de gracias a Santa María de Guadalupe, a la que se la hizo una ofrenda floral, en recuerdo de los mayores y de los pensionistas. IV Encuentro Nacional Hace cuatro años, el 29 de mayo de 2010, con motivo del Año Santo Guadalupense, los Caballeros y Damas organizaron el I Encuentro Nacional de Santuarios, Parroquias y Hermandades de Nuestra Señora de Guadalupe, para potenciar los caminos de peregrinación de este Santuario de las Villuercas y al mismo tiempo unir a todos aquellos que siente la devoción de la Virgen de Guadalupe. Por ello, en el 2011 enarboló esta antorcha de la fe la Chiquitilla del Gavellar, la dulce triguera, excelsa Patrona de Úbeda (Jaén), quizás el primer trasunto o copia de Nuestra Señora. Un año después, en el 2012,

fue su hermana menor, Señora y Patrona de la noble ciudad cordobesa de Baena, quien desplegó su bello manto entre azahares y verde oliva. Y en este año de gracia de 2013, le ha correspondido al pueblo gomero proclamar en este IV Encuentro Nacional la fe en Santa María de Guadalupe, con esa inolvidable bajada del día 7 de octubre, que treinta y seis Caballeros y Damas vivimos desde el Santuario de Puntallana a San Sebastián de la Gomera, cuando los barcos con sus sirenas roncas acallaron las olas del mar, los voladores surcaron los aires como estrellas, que anuncian la llegada de la nueva Eva y las chácaras y tambores unidos al silbo rompieron el corazón gomero ante esa hermosa Sirena, que sobre un campo de anturios blancos, salió de las aguas como verdadera Ninfa, cubierta por la gracia de Dios. Recibida con todos los honores de Patrona principal de la Isla, las autoridades eclesiásticas, civiles y militares insulares la dieron la bienvenida en el pórtico del Ayuntamiento, donde fue bendecida y aclamada por todo el pueblo. A continuación, cientos de gomeros con sus danzas y cantos la llevaron en procesión hasta el templo de Nuestra Señora de la Asunción. El día 8, gallegos, andaluces, castellanos, extremeños y canarios celebramos nuestro IV Encuentro Nacional con solemne Eucaristía, presidida por monseñor Bernardo Álvarez Afonso, obispo de San Cristóbal de la Laguna, en cuya ofrenda se ofrecieron productos de toda la geografía española, para posteriormente salir con todos los estandartes de las distintas hermandades en procesión con la Morenita de Puntallana por las calles de San Sebastián. A continuación, celebramos en el Auditorio Insular Infanta Cristina, el acto institucional del IV Encuentro, en el que las distintas hermandades proyectaron su historia y vivencias, correspondiéndome pronunciar la conferencia bajo el tema «Entre Villuercas y Puntallana, Santa María de Guadalupe, Reina de las Españas». Concluyó el acto con el calor y atenciones del pueblo gomero que durante dos días nos han agasajado con su calor humano, con su folklore y con su gastronomía, como verdaderos anfitriones. El castaño El día 9 de octubre, el Centro Cultural de Guadalupe acogió las Jornadas divulgadoras sobre «Las plagas y enfermedades del Castaño», organizadas por la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía del Gobierno de Extremadura, como una de las comarcas de mayor producción, superando los 300.000 kilogramos anuales. De ahí la importancia [Foto: Gabriel Sánchez Olmeda] en conocer los parásitos que afectan a la castaña, como la carpocapsa, sobre la que habló el técnico Luis Miguel Torres Vila o el balanino, ambos perforadores del fruto, del que disertó Juan de Dios del Pozo Quintanilla. También en esta jornada se trataron las enfermedades que mayormente afectan al castaño, como la tinta y el chancro, de la que dieron también rendida cuenta los técnicos del Servicio de Sanidad Vegetal del Gobierno de Extremadura, Remedios Santiago Merino y Carlos García Barreto. Como factor de desarrollo económico de esta comarca de las Villuercas, se ofrecerá igualmente, del 28 al 31 de octubre de 2013, un curso para la elaboración de productos derivados de la castaña, en la cooperativa «Las Villuercas» de Navezuelas, organizado por APRODERVI.

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Mirando atrás La feria de Guadalupe, año 1925 «Llegada de los romeros. Guadalupe, estos días se agita y se mueve ingenuamente como ciudad populosa; su soportales de rancia solera y sus calles y plazuelas antiquísimas vense llenas de rostros nuevos, que miran, embobados y absortos, las históricas reliquias que en este Guadalupe encantador se conservan. Las amplias escalinatas del grandioso templo cuajadas están de una heterogénea muchedumbre que, curiosa y anhelante, penetra en el suntuoso templo para saludar a la Virgen Morena, patrona de Extremadura. Por blanca carretera que refulge estos días de sol con metálicos destellos, un cordón no interrumpido de carros y cabalgaduras, a modo de cadena interminable, vese ya desde las primeras horas del día 6. Otros en vehículos más cómodos arriban a la plaza, arteria principal, y ante la fachada del Monasterio empiezan a desplegar familias y más familias de muy distintas y apartadas regiones, que con fervor místico van a prosternarse ante la Perla de Altamira. Y pronto forman un hormiguero infinito, un barullo atronador de gentes con hablas y ademanes peculiares, cuyos La señorita Pastora Rodríguez saludos, voces, gritos, vivas estruendosos, cantos ingenuos y sencillos, Moreno (Guadalupe, 15 de abril de llenos de belleza y candor forman un conjunto tan pintoresco y gracioso 1923) fotografiada a la puerta de la caque digno era de trasladarlo al lienzo. sa donde nació, el hospital de las muY ya en el templo, donde cumplieron el primer desahogo de su cora- jeres, por el célebre retratista Auguszón ferviente y apasionado, retíranse a observar la suntuosa sacristía, el to Vallmitjana, en una de sus escenas claustro de los milagros y tantos otros bellísimos sitios, o bien a recorrer típicas de Guadalupe. las calles del típico Guadalupe, llenas de gente ociosa. La bajada de la Virgen. A las siete de la tarde del día 6, un clamoreo de campanas, sonoro y metálico, anuncia al romero que es llegada la hora de celebrarse una de las más conmovedoras ceremonias, la de bajar a la Virgen de su trono habitual a uno, preparado de antemano al lado del presbiterio, conocido desde remotos tiempos por el de Cama de la Mora. […] Animación en el pueblo. Esta noche, víspera del feliz día de la Santísima Virgen, está el pueblo imponente, sus calles son ríos humanos; la plaza es un ascua de oro artísticamente iluminada con miles de luces de colores, los puestos de golosinas y tiendas de juguetes, en casetas artísticas y reverberantes de luz, realizan pingües negocios; en el atrio del Monasterio se levanta un adorado templete donde, bajo la batuta del P. Yuste, la banda de la localidad ejecuta música popular y selecta, en tanto que los cohetes luminosos hienden el espacio anunciando a los mundos la fe de Extremadura. La juventud mostró los primores de su corrección, no reñidos nunca con la expansión y alegría, en los bailes animadísimos, en donde se podían admirar hermosas y simpáticas señoritas de las dos provincias her[Foto: DAPRI. Archivo] manas, acogidas fraternalmente por las bellas y no menos simpáticas jóvenes guadalupenses. Hubo de estos bailes profusión, pues también las lindas aldeanitas de aquí y de allá, con recios muchachos, pletóricos de vida y de ilusiones, danzaban al son de músicas agradables. […] Plácemes ha merecido de todos el caprichoso espectáculo de fuegos artificiales, que nos hicieron pasar horas alegres y gratas. Durante esta función nocturna, llenó la plaza un inmenso gentío y estaban repletos los balcones y terrazas ce caras bonitas y ojos que fulgían en la noche cual brillantísimas estrellas. A más de estos festejos, todas las noches hubo cines modernos, sesiones de radio con altavoz, teatro por aficionados y profesionales de doña Talía» [Semanario de vida local Altamira 11 (octubre 1925) 1-2].

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Normas para la presentación de originales a esta Revista 1.- Los artículos que se envíen a esta Revista deben ser 5.- Las referencias o citas bibliográficas de Libros se ajusoriginales e inéditos. La revista Guadalupe admitirá tarán a este criterio: Nombre del autor (entero o iniciales) la publicación de cualquier tipo de trabajo, siempre que seguido de los apellidos, que irán en letras Versales, Título alcance el nivel de calidad suficiente y trate sobre temas y del Libro (en cursiva), Ciudad, año, páginas (p. o pp.). [Ejemplo: Germán Rubio, ofm, Historia de Ntra. Sra. de ámbitos propios. Guadalupe, Barcelona 1926, pp.13-22. Si la siguiente cita 2.- Los textos serán enviados en formato Word, tipo de va inmediata, basta poner Ibídem, y la página. Si la cita no letra Times New Roman, cuerpo 12. El original se remitirá, va seguida: G. Rubio, Historia…, p. o pp.] para su valoración, a: Redacción Revista Guadalupe, Real 6.- Las referencias o citas bibliográficas de Revistas o Monasterio, 10140 GUADALUPE (Cáceres), aunque no será Actas de Congresos se ajustarán a este criterio: Nombre del necesariamente objeto de correspondencia ni devolución. autor (entero o iniciales) seguido de los apellidos, que irán 3.- Los artículos de carácter científico no excederán en letras Versales, “Título del Artículo” (entre “comillas”), de cinco páginas, se presentarán en soporte informático en Título o cabecera de la Revista o Actas (en cursiva), (preferentemente por correo electrónico) y procesador número, (Año), (entre paréntesis), y número de página de textos Microsoft Word o, si no es posible, impresos (sólo números, sin p. o pp.). en papel a una cara, y precedidos de los datos del Autor [Ejemplo: Arcángel Barrado, ofm, “Las capellanías de En(nombre y apellidos, dirección, teléfono y correo elec- rique IV”, en Guadalupe 586 (1970) 88-90. Si la siguiente trónico si lo tuviere), con un breve currículum vitae cita va inmediata, basta poner Ibídem, y la página. Si la cita del autor o autores nuevos. Asimismo se podrán adjuntar no va seguida: A. Barrado, “Las capellanías…”, 90.] ilustraciones, cuadros y similares, originales de calidad 7.- Cada trabajo puede ir precedido de llamadas o frases suficiente, en blanco y negro o color. De no ser posible destacadas del contenido. los originales, también se admiten las fotografías digitaLa Dirección podrá requerir, si es imprescindible, la lizadas en formato jpg o Microsoft Excel si son gráficos. introducción de modificaciones en el texto original de un 4.- Las notas bibliográficas, siempre a pie de página artículo. (letra del cuerpo 10), se numerarán de forma correlativa La no aceptación de cualquiera de estas normas conlleva en caracteres árabes e irán voladas sobre el texto. que un trabajo no sea admitido. La Redacción

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Real Monasterio Santa María de Guadalupe Patrimonio de la Humanidad

Horario de Visitas guiadas en grupo Mañana: de 9.30 h. a 13 h. Tarde: de 15.30 h. a 18.30 h.

Horario de Misas en la Basílica Días Laborables: 9, 12 y 19 [ó 20]. Domingos y Preceptos: 9, 11, 12, 13 y 19 [ó 20]. Rezo del Santo Rosario Mariano: Media hora antes de la Misa vespertina.

Salutación a Nuestra Señora: Sábados, después de la Misa vespertina. La Basílica permanece abierta todo el día desde las 8.30h. hasta las 21.00h.

Web

http://www.monasterioguadalupe.com http://www.beticaofm.org http://www.guadalupe.es http://www.caballerosdeguadalupe.com http://www.damassantamariadeguadalupe.com http://www.nikanor.com/localizacion.htm http://www.puebladeguadalupe.net/mppal.htm


El Gasco, alquería hurdana (Cáceres)

Alberto Navalón Mateos [Cáceres, 1969]


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