Postales

Page 1

Vivi

Alicia abrió la pequeña puerta: daba a un corredor diminuto, no mucho mayor que el de una ratonera. Se arrodilló para mirar dentro de él y vio que al fondo se abría el jardín más maravilloso que pudiera imaginarse… “Mi tía tenía en esa habitación millones de libros, de historietas acumuladas, que le habían llegado de las casas de sus sobrinos y de niños que había cuidado” (Alicia en el país de las maravillas)


Sandra

Me pregunto si habré cambiado de alguna manera durante la noche. Veamos: ¿Era yo la misma, esta mañana al levantarme? Casi creo recordar que me sentía algo diferente. Pero sí no soy la misma, la pregunta siguiente es ¿quién soy? ¡Ah eso sí que es un misterio! (Alicia en el país de las maravillas) “Había una historia que nos divertía mucho, era aquella que mi papá de chiquito era sonámbulo, bueno, parece que tomé algunas de estas mañas… En esa casa fantasma contaba mi tía las andanzas de mi papá sonámbulo, y sobre todo a la noche (…) mi papá se aparecía en calzoncillo y se apoyaba en la puerta, les pedía un vaso de agua, conversaba y se volvía a dormir, por supuesto, que nunca se acordaba de eso”


Eugenia

- ¿Has encontrado ya la solución a la adivinanza? -Pues no: me doy por vencida- replicó Alicia. ¿Cuál es la respuesta? -No tengo ni la menor idea, -dijo el Sombrero. (Alicia en el país de las maravillas) “No me atraían muchos los libros. Me atraían más los juegos de ingenio. (…) Cuando tenía 8 años, tuve hepatitis y durante ese mes y medio de estar en cama, me estudié en los diccionarios que tenía mi viejo, me estudié el alfabeto morse y cuando entraba mi vieja, le hablaba con ese idioma pidiéndole el té con una tostadita con queso mantecoso”


María José

“¡Qué raro!” se dijo Alicia, «esto de estar haciendo recados para un conejo. ¡Supongo que después de esto también Dina me mandará a hacer los suyos!» Y empezó a imaginar lo que ocurriría en ese caso: “ Señorita Alicia, ¡Venga aquí, ahora mismo para prepararse para salir de paseo!” (Alicia en el país de las maravillas)

“Mis hermanas me recuerdan tirada en la cama con un libro comiendo pan con mayonesa y en mi casa me llamaban “Ahí voy” porque mi mamá me llamaba a hacer cosas o mis hermanas y yo decía: “Ahí voy”. Estaba leyendo y podía pasar una hora y yo seguí diciendo “Ahí voy”.


Andrea

«La razón es» dijo el Grifo «que querían bailar con las langostas a toda costa; y, claro, las arrojaban con ellas al mar; y, claro, tenían que caer por eso a gran distancia; y, claro, se sujetaban la cola con la boca; y, claro, luego no sabían cómo soltarla de nuevo. Eso es todo…» Gracias dijo Alicia “¡Qué interesante!” “Nunca supe tantas cosas sobre las pescadillas!” (Alicia en el país de las maravillas)

En esa época mi madre vivía en Buenos Aires por su trabajo y yo estaba con mi padre en Jujuy, le conté el cuento con lujos de detalles por teléfono a mamá ¡jajajajaj! Fue la comunicación más cara de su vida, pero ella entendió que solo con ella podía compartir todas esas sensaciones.


Ana

«Hay quien dijo», murmuró Alicia, «que el mundo giraría mejor si la gente no se metiera en lo que no le importa» «¡Ah! Bueno, después de todo, viene a decir lo mismo, aclaró la Duquesa hundiendo la afilada punta de su barbilla un poco más en el hombro de Alicia: y añadió: «Y la moraleja de esto es…: “ Cuídate del sentido, que las rimas se cuidarán de sí mismas”» (Alicia en el país de las maravillas) En esa foto tengo 5 años y a esa edad ya sabía leer. Me enseñó mi hermana que tenía seis años más que yo. Me enseñó jugando y también trasgrediendo porque mi mamá no quería, tenía miedo que me aburriera en la escuela, cosa que no sucedió, por supuesto. (…) Yo aprendí a escondidas y jugando. Yo he sido una lectora voraz, en cambio mi hermana no, así que cada tanto nos reímos de esas cosas que nos han pasado en la vida.


Eli

Por último, pensó en cómo sería en el futuro esta pequeña hermana suya, cuando se convirtiera ya en una mujer, y encómo se conservaría a lo largo de sus años maduros el corazón sencillo y amante de su niñez: reuniría en torno suyo a otros pequeñuelos futuros y les alumbraría los ojos con las maravillas de otros muchos y curiosos cuentos. (Alicia en el país de las maravillas) Ahora cuando comencé a leer Alicia, seguí el conejo y me encontré en un rato en la página 20. Bello la verdad y hermoso poder compartir con ustedes estos recuerdos.


Mariana

«Pero sí sé»”, añadió esperanzada, «que en las lecciones de música marco el tiempo a palmadas» «¡Ah! ¡Ah! ¡Eso lo explica todo!, afirmó el Sombrerero, «el Tiempo no tolera que le den de palmadas. Sí, en cambio, te llevaras bien con él, haría cuanto quisieras con tu reloj; por ejemplo, supongamos que fueran las nueve de la mañana, la hora en que comienzan tus lecciones; pues bien, bastaría con que murmuraras tus deseos al oído del Tiempo para que éste se encargara de que las agujas del reloj corrieran veloces.» (Alicia en el país de las maravillas) Primero imagínense con mi cantidad de pelo, cada vez que me tenían que lavar (yo tenía el pelo muy largo) era toda una odisea, lloraba y hacía todo un escándalo. Entonces mi mamá me acostaba sobre dos sillas, ponía un lavatorio y me contaba cuentos, era el momento del cuento, si no, mi papá me iba leyendo.


Caro

«Tendré que enviárselas por correo» pensó ¡Qué gracioso va a ser mandar regalos a los propios pies de una! Y en cuanto a la dirección… ¡No digamos! / Al Ilustrísimo Señor Don pie Derecho de Alicia / Alfombra de la Chimenea Cerca del Guardafuegos (Remite, con mucho afecto, Alicia) (Alicia en el país de las maravillas) Mi papá era un gran narrador de historia, primero que tenía una memoria bendecida, mi papá te podía recitar poemas que había aprendido en la escuela de chico y se la sabía toda, por ejemplo, Martín Fierro. Era muy bueno contando historias. (…) entonces el momento de la siesta era ir a la cama grande con mi papá y que nos contara historias. Las historias eran de piratas, de terror, de aventura, en la selva, nos describía los lugares, los personajes, los detalles de cómo estaban vestidos.


Gaby G

Alicia estaba empezando ya a cansarse de estar sentada con su hermana a la orilla del río sin hacer nada: se había asomado una o dos veces al libro que estaba leyendo su hermana, pero no tenía ni dibujos ni diálogos, y ¿de qué sirve un libro si no tiene dibujos o diálogos? Se preguntaba Alicia. (Alicia en el país de las maravillas) Cuando tenía cuatro o cinco años mi mamá nos compró una colección que se llamaba Mi libro encantado, donde estaban todos, todos los cuentos que se les ocurra y todas las noches mi mamá nos leía (...) Con mis hermanos nos pasábamos horas, horas, mirando los dibujos de las hadas.


Liliana

«Despierta, querida Alicia», le dijo su hermana. «¿te has quedado dormida un buen rato!» «¡Ah! ¿no sabes qué sueño más raro he tenido!», dijo Alicia, y empezó a contarle a su hermana todo lo que pudo recordar de sus extrañas aventuras, que acabamos de leer; y cuando hubo acabado, su hermana la besó y le dijo «Un sueño ciertamente muy extraño, querida: pero ahora corre y ve a merendar, que se está haciendo tarde». (Alicia en el país de las maravillas) Alicia en el país de las maravillas ¡¡¡ es mi libro más recordado de la infancia y lo tengo en mi mesita de luz.... es una belleza...


Gaby C «Pues verá usted, intenté recitar: “Ved como la pequeña e industriosa abeja…” pero me salió todo diferente», replicó Alicia con melancolía. «A ver: recíteme “Sois viejo, padre Guillermo”» ordenó la Oruga. Alicia cruzó los brazos y empezó. (Alicia en el país de las maravillas) La que estaba más vinculada con la lectura era mi mamá, pero también recordemos que era directora de escuela y maestra en un turno. Entonces en los tiempos, no eran muchos, yo creo que lo resolvía reinventando las canciones (…) les agregaba letras, era una manera de leer.


Claudia

Primero soñó con la misma pequeña Alicia y de nuevo sintió sus manecitas cruzadas sobre sus rodillas, y vio esos ojitos brillantes y ardientes que la miraban curiosos: oía el timbre de su voz y la veía apartándose esos pelos que siempre estaban cayéndosele encima de los ojos. (Alicia en el país de las maravillas) Mi papá siempre fue un lector empedernido y siempre me incitó a la lectura, me compraba libros. Recuerdo la ventana de mi casa en donde nos sentábamos a leer. Mi papá además era muy buen narrador, seguramente los inventaba, recuerdo también, en el patio de la casa o en la cama, muchos cuentos que contaba sin leer, cosa que yo heredé un poco.


Analia

«Eso sí que no lo puedes evitar», repuso el Gato: «todos estamos locos por aquí. Yo estoy loco: tú también lo estás» «Y ¡Cómo sabes tú si yo estoy loca?» le preguntó Alicia. «Has de estarlo a la fuerza», le contesto el Gato: de lo contrario no habrías venido aquí» (Alicia en el país de las maravillas)

Mi viejo tiene un humor muy agrio, por eso yo también soy así, y cuando éramos chicas nos decía “sobaco ilustrado” porque andábamos con los libros abajo el brazo y no lo abríamos nunca.


Suty

Me pregunto ¿qué puede haberme sucedido? Cuando leía cuentos de hadas nunca imaginé que tales cosas pudieran ocurrir de veras, y ¡he aquí que me encuentro en medio de una aventura de esas! ¡Creo que debiera de escribirse un libro sobre mí! Alicia en el país de las maravillas) M prima, la hija de mi madrina, tenía toda la colección Mis animalitos, tenía un montón de cuentos, también me llevaba cinco años Beatriz a mí, y me encantaba ir a la casa de ella, nos poníamos a leer las dos, Yo no sabía leer, pero veía todos los dibujitos. Y siempre me venía con cinco o seis libros de ella, o sea, heredados, como yo era la más chica, me pasaba todos sus libros.


Lourdes No soy más que… una…, una niñita, dijo Alicia con cierta vacilación, pues se acordaba de las numerosas transformaciones por las que había pasado aquel día. (Alicia en el país de las maravillas)

Mis chicos dejaron huellas


Raquel «¡Vaya! ¡Por fin tengo la cabeza en libertad!» (Alicia en el país de las maravillas)

Con mi abuelo teníamos un ritual para mi cumpleaños, me llevaba a la librería La Morena, me ponía frente a la última pared repleta de la colección Robín Hood, y era estar horas eligiendo mi regalo, y obvio después un cafecito con él, en El Ruedo.


Marisa «Si no sabes a dónde vas, cualquier camino te llevará allí» (Alicia en el país de las maravillas) Después de revisar unas 6 horas con libros, lo encontré. En el mientras tanto les envío un regalito de María Luz..


Agus «Esto es imposible, solo sí tú crees que lo es» (Alicia en el país de las maravillas)


Gaby Carballo

¡Oh, es el amor, es el amor el que hace girar al mundo!» (Alicia en el país de las maravillas)


Mirtha “Nunca te imagines ser diferente de lo que a los demás pudieras parecer o hubieses parecido que fueras si les hubieras o hubieses parecido que no fueras lo que eres” «Creo que eso lo comprendería mejor » dijo Alicia con mucha delicadeza.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.