GALICIA
SEPTIEMBRE 2020 Nº286 mondosonoro.com
Música en Directo Dura reconversión La crisis sanitaria causada por la Covid-19 ha traído dolorosas consecuencias y cambios drásticos en la calidad de vida a los que no ha sido ajeno el sector de la música en directo. La organización MUTE (Movilización Unida de Trabajadores del Espectáculo) ha convocado para el 17 de septiembre una serie de actos reivindicativos en numerosas ciudades españolas.
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N un momento de efervescencia de citas musicales al aire libre y de espectáculos de gran formato, la llegada del coronavirus ha sido un jarro de agua helada para un sector en boga que ahora lucha por no hundirse. El pánico del público, las restricciones decretadas por las autoridades y la incertidumbre acerca de cuánto durará esta “nueva normalidad” atenazan a los profesionales de la música, así como a promotores y al resto de actores y operarios que hacen posible disfrutar de actuaciones en vivo. Muchas salas de conciertos pasaron los meses más duros de la cuarentena cerradas, sin poder obtener ingresos de ningún tipo y, tras el confinamiento, se enfrentan a una realidad –limitaciones horarias, reducciones de aforo- que complica más si cabe su viabilidad a corto y medio plazo. Antonio Borrazás, responsable de programación de
la Sala Capitol en Santiago de Compostela, explica que su actividad ha estado totalmente paralizada desde el mes de marzo. Desde entonces, han cancelado alrededor de 60 espectáculos en directo, una cifra que sigue aumentando cada día que pasa y que torna real el riesgo de echar por tierra la nueva temporada de conciertos que debería iniciarse este mes de septiembre. A su juicio, los aforos permitidos con las nuevas normas para prevenir la covid-19 –en torno al 15 y el 20 por ciento de la capacidad total de las salas“no son suficientes para hacer rentable casi ningún concierto” y obligan a la paralización completa de un sector que, en su caso además, se ve penalizado por las restricciones impuestas sobre el ocio nocturno, con el que comparten buena parte de legislación y normativa a pesar de las diferencias en el modelo de negocio. Algo más benévola, aunque también complicada,
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se presenta la situación para los festivales al aire libre. Con la práctica totalidad de eventos suspendidos hasta el año que viene o hasta nueva cita ha sido un año en perdido para el sector. La única nota positiva ha sido la celebración de pequeños ciclos de conciertos, en su mayoría gratuitos, adaptados a las nuevas condiciones. A este formato se han sumado gran parte de las marcas consolidadas de festivales de Galicia, aunque por el camino se han quedado citas como el Resurrection Fest XS o el Festival Noroeste, que ni de esta forma han podido contar con el visto bueno de las autoridades responsables ante el miedo a los rebrotes. La propia organización del primero de estos eventos se mostró muy crítica con la negativa del ayuntamiento de Viveiro a permitir los conciertos en el clásico recinto de O Celeiro al entender que presentaban la alternativa cultural “más segura que se
puede hacer hoy en día” y sujeta a de manera estricta a normativas y protocolos sanitarios. Para las entidades públicas este ha sido un verano a medio camino entre la iniciativa y la preocupación, puesto que a la necesidad de dinamizar la escena cultural local se ha opuesto el miedo al virus y a las críticas por escenas poco cautelosas como la vivida durante el concierto de Baiuca en las fiestas de A Peregrina en Pontevedra. Las medidas habilitadas para el interior pionera del recinto eran perfectamente seguras, aunque también frías por la distancia personal y la obligatoriedad de permanecer sentados. Sin embargo, la falta de control en el exterior del mismo provocó que, una vez la demanda desbordó el reducido aforo, se concentrara demasiada gente en los márgenes y tuviera que intervenir la policía. En vez de hacerlo de forma moderada, optaron por cortar el sonido del
concierto sin previo aviso a los artistas para entrar a todo trapo con las luces y sirenas por todo lo alto para disuadir a la multitud. Más allá de los reproches a determinados comportamientos individuales, es a las autoridades a quien corresponde poner las medidas para que los espectáculos culturales puedan celebrarse de forma segura, habida cuenta de las necesidades del sector y de la demanda del público. A pesar de las notas negativas, el patrón predominante de todas las pruebas realizadas en los últimos meses ha demostrado que se pueden realizar eventos musicales sin poner en riesgo la salud pública. Así lo propugnan también en redes etiquetas como #CulturaSegura, bajo la que no solo músicos, sino también personas de otras artes escénicas defienden la importancia de reanudar la actividad cultural. - JAVIER RAMOS
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