eSCAPaRATe LOS MALINCHES

vienen de Murcia. publican Planeta Náhuatl (Groovie Records/Lunar Discos). en la onda de Los York’s, Los Saicos, Tito Ramírez...

RR LOS MALINCHES SON EL PUENTE MÁS ROBUSTO QUE SE HA CONSTRUIDO ÚLTIMAMENTE ENTRE EL ROCK ESPAÑOL Y EL LATINOAMERICANO. Sobre todo, si hablamos del periodo 1969-1973. Nadie como ellos para unir lo mejor de dos continentes, tan lejanos y tan cercanos al mismo tiempo. Su nuevo disco, Planeta Náhuatl (Groovie Records/Lunar Discos, 2022), vuelve a reivindicar su singular propuesta, haciendo referencia a una lengua prehispánica que nació en algún lugar del México actual, alrededor del siglo V. ¿Es esto una locura de hippies garajeros? Va mucho más allá; es un sonido único, para un grupo único. Alberto Charro responde: “Somos una banda que, en sus inicios, se basaba en los últimos años sesenta. Siguiendo la lógica historia de aquellos grupos, ahora mismo nos encontramos en los primeros setenta, así que se podría decir que el primer hippismo, el bueno, vive dentro de nosotros un poco. Pero estamos convencidos de que lo que hace interesantes a las bandas actuales que nos gustan es su autenticidad cuando practican un estilo propio que nadie más hace. Y eso es algo que tenemos y guardamos como un tesoro”.

Este tercer álbum tiene, además, algo nuevo: es toda una oda a la naturaleza. Podría ser postureo, Agenda 2030… pero esto va en serio. El ecologismo y la solidaridad lo vertebran de principio a fin, con denuncia social incluida. Territorios inexplorados anteriormente, que lo convierten en un disco conceptual o una ópera rock, como ustedes lo quieran llamar. “Esta historia asomaba ya de alguna manera en nuestro anterior álbum (‘Piel de lince’, 2021), con temas como “Biónicos” o “Abrir la mente”. Y las composiciones que estaba presentando al resto de la banda parecían ir en la misma onda. Entonces fue cuando nuestro bajista, Juanma, propuso la idea de conceptuar el próximo trabajo. Estas canciones se crearon en un momento concreto en el que, influido por algunas ficciones, diversas razones ecológicas ocupaban gran parte de mis pensamientos y eran una preocupación principal. Muchas señales apuntan a que es complicada la permanencia en este planeta sin hacer un destrozo irreversible. Creo que intentan hacernos ver que el futuro será buscar salida en otro lugar”.

Mientras encontramos ese sitio donde ir, disfrutaremos de este disco: de ese principio tan “Hush” en “La nube negra”, de “En el bosque” y esas flautas mágicas, del aire Santana en “Todo Corre” (una de las dos versiones que han incluido), del garaje primitivo de “El árbol” y “No es tan difícil”, o de “Campamento espacial”, la cara más pop. Todo, gracias a una formación sólida, recién renovada y que ha situado a Alberto al frente, guitarra en mano, para que lo vea todo mejor desde ahí. “Una cosa que nos enorgullece es que, en los seis años que llevamos como Malinches, jamás hemos cancelado un concierto. Para conseguirlo, en los dos últimos años, hemos tenido que hacer auténticos malabares. Y en uno de esos intentos de salvar una gira por el norte de España este verano, en el que a última hora nuestro guitarrista Pablo tuvo que abandonar la banda, vimos más viable que yo pasara a la guitarra, puesto que conozco todas las canciones y sé perfectamente cómo tiene de ser nuestro sonido. Así, un baterista profesional se aprendería el repertorio y haría mi parte. Finalmente, vimos que el contacto con el público era más efectivo conmigo de pie y frente a la audiencia”.