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RAÚL BERNAL
viene de Granada. publica fig. 1 (Wild Punk, 2022) en la onda de Diego Vasallo, Fino Oyonarte, Rafael Berrio…
RR HASTA AHORA, LA FACETA MÁS ÍNTIMA DE RAÚL BERNAL SE ENCONTRABA EN LOS DISCOS DE JEAN PAUL, ALTER EGO QUE GUILLOTINÓ DEFINITIVAMENTE EN 2020. El músico murciano, que ha desarrollado su carrera en Granada durante casi veinte años, mantiene su actividad habitual como mano derecha de Lapido y miembro de la banda de Quique González. Pero entre tanto, escribe y compone, con rutina de artesano tempranero, en su Estudio Libertario, donde se ven de reojo la vega y la urbe desde la ladera de la montaña. Una perspectiva adecuada para empezar a sacar canciones con su nombre y apellido, con la madurez de quien ya cumplió los cuarenta y no perdió el tiempo.
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El hecho de hablar desde un yo poético tan nítido imprime carácter a las cuatro piezas que conforman fig. 1 (Wild Punk, 2022). “Es la primera vez que me siento con integridad artística suficiente para no parapetarme tras seudónimos o nombres colectivos. Decidí terminar con Jean Paul porque ya no me reconocía bajo ese techo. Dejé de creer en ese proyecto y yo ya era otro. Yo y mis circunstancias éramos otros. Me empezaba a sentir forzado a componer para Jean Paul y tuve que apartarme. De hecho, el último disco me costó mucho. Lo terminé porque no me gusta irme sin decir adiós, de lo contrario dudo que lo hubiese acabado. Esto es el principio de algo muy personal porque he decidido
NO PARAPETARME TRAS SEUDÓNIMOS O NOMBRES COLECTIVOS”.
enfrentarme solo a todo. Pero no estoy solo. Tengo cerca a amigos y amigas que han colaborado y han estado cerca. Menos músicos y más amigos”, explica.
Aquí, Raúl canta y lo toca todo: teclados, guitarras, bajo y batería. También lo ha grabado, producido y mezclado. Entre las aportaciones de sus aliados está el contrapunto vocal de Laura Fernández (en tres de los cuatro temas), la ilustración en la portada de Manu Quintero y la masterización de Marcos Muñiz. Y uno de los rasgos más llamativos es precisamente el sonido, las texturas, sus recursos como teclista. Se nota mucho en Al río o Me voy recuperando. “Quise componer como nunca antes, buscar otros giros melódicos, tocar de otra forma, sobre todo en cuanto a teclados se refiere; buscar procesos diferentes a los ya transitados sin perder lo que soy. Quise explorar en los sintes. Creo que conseguí un buen equilibrio entre lo acústico y lo, digamos, procesado”, detalla Bernal, responsable también de la producción del nuevo álbum de Lapido y uno de los artífices de La vida que amo. Un homenaje a Rafael Berrio, lanzamiento que ha tenido una excelente acogida. De momento, el epé de Raúl Bernal sale en formato digital: “Quiero seguir observando y creando canciones al margen de los tiempos del mercado. Si tengo unas canciones que me piden a gritos salir, no quiero esperar seis meses a que se fabrique un disco. Prefiero ir haciendo pequeños grupos de canciones, mimarlas y sacarlas por la ventana. Tengo la gran suerte de poder girar con grandes artistas, componer música para proyectos audiovisuales y producir algunos discos. Puedo sobrevivir dignamente con eso. Quizá en algún momento puede que recopile canciones en un disco físico, pero lo veo muy a largo plazo”.
EDUARDO TÉBAR