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Pep Gimeno “Botifarra” La voz del pueblo

Más de una decena de discos en su haber y toda una vida dedicada a no dejar que parte de nuestro patrimonio cultural inmaterial se pierda. Con la paciencia y meticulosidad de un coleccionista ha conseguido poner a salvo documentos sonoros que son parte de nuestra identidad. En Ja ve l’aire, su último disco, reúne los catorce últimos.

El bisabuelo por parte de padre de Josep Gimeno i Montell siempre pedía pan con morcilla cuando se dejaba caer por su taberna favorita de La Costera. Esta costumbre le valió un sobrenombre que, andando el tiempo, recuperaría para lucir con orgullo su bisnieto, funcionario de profesión y paleo-musicólogo por devoción: Pep Gimeno “Botifarra”. No es una rocanrol-star, tampoco es un indie (pese a que ha compartido con ellos público y escenarios)... por no ser no es (¡no se considera!) ni siquiera un músico, “sinó només ‘cantaor’ i ferrer orgullós de ser valencià.” (1)

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Con poco más de diez años empezó a ir de casa en casa en donde hubiera un “güelo” o una “güela” dispuestos a cantarle cualquiera de esas canciones que entonaban camino de la huerta o en el mis- mísimo tajo, para grabar, con un monstruoso radiocasete, todas aquellas piezas de museo sonoras que consideraba necesario conservar para que no se perdieran. “Si la música tradicional s’adorm, no queda vida”, puede leerse a día de hoy en su página web. ¿Pudo imaginar en algún momento Botifarra que su empeño iba a granjearle el respeto y la admiración que a día de hoy ostenta con sobrado merecimiento? “Pues la verdad es que no” nos dice. “Y tampoco fue ningún tipo de ambición o propósito personal lo que me hizo empezar, sólo quería conservar todo aquello que cantaban nuestros mayores, los versos, las coplas... que no se perdiera. Siempre me ha parecido de un valor inmenso, un patrimonio cultural en toda regla, parte de nosotros y de nuestra manera de ser. Y después... todo lo que ha venido lo he ido aceptando tal como llegaba, ¡hasta hoy!”. Su repertorio hunde sus raíces en la música tradicional valenciana y en él tienen cabida desde jotas y albaes a cants de batre, estilos que diríase no encajarían, a priori, en un festival de música pop. Sin embargo, Botifarra ha sido llamado a participar en infinidad de ellos. Preguntado el cantaor, si ha habido algún festival en el que tuviera sus dudas acerca de si su propuesta musical iba o no a encajar en el evento al que le invitaban, esto nos contesta: “¡Muchas veces! Uno nunca sabe qué se va encontrar enfrente cuando sale a un escenario, hasta el momento he tenido mucha suerte (Risas). Sin ir más lejos, el año pasado tocamos en el festival Parapanda Folk de Granada, algo que me tenía no preocupado, pero sí dudoso, porque como Pep Gimeno “Botifarra” nunca había actuado fuera del ámbito lingüís- tico. Pero para sorpresa de todos, y de mí el primero, todo el festival, en Granada, acabó cantando la Malaguenya de Barxeta Creo que si algo ha demostrado la música tradicional es su transversalidad, toca temas muy humanos y cotidianos, y además, muchas veces lo hace con humor, lo que siempre es una buena manera de acercarse a las personas”. En este sentido, y por solo mencionar uno de los que recordamos, Pep participó en el Festival Deleste 2015 (La Rambleta, junto a Low, La Habitación Roja, McEnroe, Tulsa, Perro...) de marcado estilo indie/Pop... ¿Recuerda cómo encajó la invitación y su paso por el escenario de este emblemático festival? “Pues en un primer momento te sorprende la propuesta, claro, pero luego dices ‘Tira-li!’, porque si los programadores consideran que encajas, sus razones tendrán. A mí me gusta mucho acercarme a públicos nuevos. Hay que salir de la zona de confort, dicen los modernos, no? (Risas)”. Conviene recordar que la trayectoria musical de Botifarra ha sido y es una carrera de fondo: si bien ya su primer disco en solitario Si em pose a cantar cançons (2006), fue galardonado con el Premio Ovidi 2007 al mejor disco de folk, es mediada la década de los 2010 cuando el fenómeno Pep Gimeno “Botifarra”, tiene una especial explosión mediática. ¿Recuerda también así el cantaor, esas fechas dentro de su trayectoria profesional? “Sí, de repente hay un momento en que lo que hago empieza a llegar a una mayor cantidad de gente y de repente crece todo mucho. Yo soy una persona sencilla, tengo mis rutinas, mi manera de vivir, y no he cambiado nada de todo eso, pero sí que es cierto que hay que encajarlo. Uno mismo se sorprende de la recepción, yo estoy muy agradecido por todo lo que ha ido pasando, la verdad”. Y llegamos a 2023 y en pleno estado de forma, Botifarra, reinventándose a si mismo, pero sin perder un ápice de autenticidad y con sacrosanto respeto a las señas de identidad de su repertorio, entrega un disco en

Mico Management, mi oficina de management, discográfica y mil cosas más, con Juan Diego Sanchis al frente. Me ayudan en todo y resulta muy fácil dejarse llevar”. En lo que respecta al contenido, es clara y evidente la intención reivindicativa del papel de la mujer en el entorno laboral en general y rural, en particular. Una vez más, la música y las canciones sirven de plataforma para seguir denunciando situaciones injustas, ¿no? “Totalmente. Ja ve l’aire está compuesto por canciones de trabajo, del campo, de las fábricas y los almacenes, en clave femenina. Todo lo que soy se lo debo a las mujeres y ellas son las responsables de haber mantenido vivas muchas cosas, entre ellas la lengua. Es imprescindible reconocer su papel, más aún si tenemos en cuenta la invisibilización que han sufrido y sufren en muchos ámbitos”. Nos da por pensar si, predicando con el ejemplo, esta puesta en valor del trabajo de la mujer que este disco tiene tan

Para finalizar, no podemos dejar pasar la oportunidad de pedirle a Botifarra que se pronuncie sobre toda aquella gente (musicólogos y prensa especializada incluida) que cuando hablan de folk, solo piensan en un muy particular coto musical americano, cuando nuestro auténtico y genuino folk es el que él con su trabajo está luchando para que no se pierda y caiga en el olvido. “Bueno, yo de folk americano no entiendo mucho” nos dice, “pero para mí nuestra música tradicional tiene una cercanía muy grande porque surge del pueblo, de la gente sencilla y de la expresión de sus emociones, de todo tipo, desde el duelo a la alegría o la sátira. Conecta muy fácil con las personas, porque al final, a la gente nos conmueven y preocupan las mismas cosas desde hace siglos. Las inquietudes son las mismas y nos hace reír lo mismo. Quizás lo que le fallaba para conectar con públicos más jóvenes era que el que respetada la idiosincrasia de unas canciones de hondo arraigo popular, consigue darle a las canciones una “sonoridad contemporánea”. Preguntado si ha sido esta una de las prioridades del sonido final del disco, esto es lo que nos responde: “Sí. Por supuesto partimos de música tradicional y no íbamos a alejarnos de ella, pero había que darle una vueltecita, un aire nuevo. I ja ve l’aire! (Risas). Es una sonoridad más fresca, actual, que hemos conseguido entre todos: músicos, productores… pero ese “ir todos a una” no hubiera sido posible sin el papel impagable de El en cuenta, se ha querido materializar en la abundancia de colaboraciones femeninas, cediendo incluso el grafismo del disco a un valor a reivindicar como es el de Belén Segarra... “Claro, en la portada pone mi nombre, pero en él todo está hecho por mujeres, que no os engañen (Risas). Desde Neus Albert, de El Mico, que vale para todo y que está en todo, Martina Sabariego y Míriam Albero en la banda, Belén Segarra con la imagen del álbum, todas las colaboraciones preciosas, las fotos promocionales de Claudia Marconell, Magda Simó a la comunicación… ¡hay que trabajar con mujeres, lo hacen todo mejor!”. se viera “moderna”, una cuestión de tendencias, pero esa barrera creo que ya se ha roto. Y de eso tenemos muchos ejemplos: Els Jóvens, Tanxugueiras, Rodrigo Cuevas, Los Hermanos Cubero, Marala… todos ellos han hecho de la música tradicional algo “cool”, es diu així o això també està passat? (Risas) Y yo que me alegro, la verdad. Nada que envidiar al folk americano, que muy bien todo, pero como referente cultural nos pilla un poco lejos (Risas). Nada que añadir: solo nos queda quitarnos el sombrero y decir “Respecte!”. javier pérez

(1) https://pepgimenobotifarra.com/ la-veu-de-la-memoria/

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