CURSO 2015-2016 INFANTIL y PRIMER CICLO de PRIMARIA Lunes, 6 de junio
CAMINAMOS DANDO GRACIAS Pasaje bíblico: 1 Corintios 1, 4 "Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús" Cuento-Lectura: Hace mucho tiempo una mamá oveja encontró un cachorro de león abandonado. Al verlo tan solito, la mamá oveja decidió acogerlo y criarlo con sus hijos corderos. El pequeño león estaba tan a gusto con los corderos que creció pensando que él también era uno de ellos. Cuando el león se hizo mayor siguió viviendo entre las ovejas y los corderos como uno más del rebaño, comportándose igual que lo hacían los demás. Las demás ovejas sabían que él era diferente, pero lo habían aceptado. El león pastaba con las ovejas, dormía con las ovejas e incluso emitía unos sonidos muy parecidos a los balidos de las ovejas. Un día apareció por allí un gran león, viejo y sabio, dispuesto a lanzarse sobre las ovejas para llevarse una para la cena. Mientras analizaba escondido en la distancia cuál era la oveja más lenta y, por lo tanto, la más fácil de cazar, el viejo león vio a un león joven pastando entre ellas. El viejo león no salía de su asombro. ¡Se le veía tan tranquilo entre las ovejas que no se lo podía creer! Después de pensarlo unos segundos, el viejo león decidió ir a por el león joven a ver qué pasaba.
Cuando las ovejas vieron llegar al león se asustaron y salieron corriendo. El joven león hizo lo mismo. El león viejo corrió tras él hasta que consiguió pararlo. -Por favor, no me hagas daño. No soy más que una débil oveja -dijo el joven león. El león viejo comprendió que aquel león no sabía lo que realmente era. -Si vienes conmigo hasta aquel estanque prometo no hacerte daño a ti ni a tus hermanas. El león joven aceptó el trato y fue hasta el estanque. -Acércate a mi lado y mira el agua -dijo el león viejo. El león joven hizo lo que le pidió el león viejo. -¿Qué ves en el agua? -preguntó el león viejo. El león joven se asustó. El león que se creía cordero: -¡Dos leones! -gritó- ¿Dónde estoy yo? -Mira bien -dijo el león viejo-. Somos tú y yo. El león joven se miró fijamente. Entonces, una especie de fuerza interior le recorrió todo el cuerpo y emitió un feroz rugido. -¡Soy un león! -dijo. En ese momento, toda la debilidad que el león había sentido por creerse oveja desapareció. Desde entonces, el león se sintió poderoso. Pero no abandonó a su familia de ovejas, sino que se quedó con ellas para cuidarlas y protegerlas, como hizo su mamá oveja con él cuando lo adoptó siendo un cachorro. Reflexión. Lo que hace el león joven con las ovejas es decir gracias sin necesidad de decirlo ya que el gesto de quedarse con ellas para protegerlas ya hace mucho más que cualquier otra cosa. Vamos a hacer gestos de agradecimiento a otros compañeros.
Video. https://www.youtube.com/watch?v=RxWn6vcGfwM Imagen
Oraciรณn Gracias Dios por darnos este curso. Gracias por ayudarnos a aprender. Gracias por los profes que hemos tenido, que han sido nuestros mejores ayudantes. Gracias por nuestro cole, donde nos lo pasamos bien y disfrutamos. Y gracias por nuestros amigos, con los que hemos compartido tantos buenos momentos.
Martes, 7 de junio
DAMOS GRACIAS POR TODO LO QUE RECIBIMOS Pasaje bíblico: 1 Timoteo 4, 4-5 "Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado." Cuento-Lectura Verónica era una niña muy caprichosa que pedía las cosas más extravagantes a sus padres, que se lo daban todo. Un día, Verónica pidió un cocodrilo de verdad. Y sus padres se lo compraron. La niña estaba muy contenta con su nueva mascota. Le habían preparado un estanque especial para él, con una cerca para que no se escapara. Verónica se encariñó con su cocodrilo como hacía con todo lo demás. Al principio le hacía mucho caso, pero enseguida se aburría y pedía otra cosa nueva. Y con el cocodrilo pasó exactamente lo mismo. Pero para el animal era diferente. No había conocido a nadie más que a Verónica. Para el cocodrilo esa niña era como su mamá. - Verónica, si no cuidas de tu cocodrilo llamaremos al zoológico para que se lo lleven -le dijo su papá, creyendo que de esa forma la niña reaccionaría. Lamentablemente, a la niña le pareció perfecta la idea de su padre. Al día siguiente, unos ladrones entraron en casa de Verónica mientras estaba ella sola en casa. - Llévanos hasta la caja fuerte de tu padre -dijo el ladrón jefe-. Si no, te llevaremos con nosotros y te raptaremos. Tu padre pagará una buena recompensa por ti. - ¿Qué más os da? ¡No podréis abrirla! -dijo Verónica, con su habitual impertinencia. Mientras tanto, el cocodrilo observaba.
- ¡Cállate! ¿No me has oído? ¡He dicho que nos lleves hasta ella! -dijo, cogiéndola del brazo. El cocodrilo, al ver que aquellos hombres hacían daño a la niña, destrozó de un dos mordiscos la cerca que lo mantenía aislado y se deslizó rápidamente hasta donde estaban los ladrones. Al verlo, los malhechores salieron corriendo, aunque todavía se llevaron un par de mordiscos. En ese momento, llegaron los padres de Verónica con la gente del zoológico. No sabían qué había pasado y, pensando que el cocodrilo iba a atacar a la niña, se apresuraron a cargar sus armas para dispararle. - ¡No, no! -gritó la pequeña -. No le hagáis daño. Verónica se tiró encima de su amigo el cocodrilo, que la había salvado. -A mi amigo el cocodrilo dejadlo en paz. Ya no quiero que os lo llevéis -dijo la niña. - Pero ha atacado a unos hombres -dijo uno de los hombres del zoológico-. Tenemos que sacrificarlo. - ¡Ni hablar! -dijo la niña-. Esos hombres eran unos ladrones y me estaban haciendo daño. Mi cocodrilo solo me ha salvado. A partir de ahora voy a cuidar de él. - Está bien, pero con una condición -dijo el padre-. Se acabaron los caprichos y las tonterías. - Si lo cumplo, ¿puedo quedarme con él? -preguntó la niña. - ¡Por supuesto! -dijo el padre. - Entonces… ¡trato hecho! -respondió ella. Desde entonces, Verónica cuida de su cocodrilo y son grandes amigos. Al final tuvo que llevarlo al zoo, porque era tan grande que apenas tenía sitio en su estanque, pero la niña va a verlo todos los días. Reflexión A veces creemos que no tenemos por qué dar las gracias… Hoy vamos a hacer una cosa. Vamos a pensar por qué tenemos que dar las gracias a mamá y a papá… y cuando salgamos del cole y les veamos, se lo tenemos que decir. Mamá gracias por…. Papá gracias por… Video: https://www.youtube.com/watch?v=xaEQlZHG1rk
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Oración
Gracias, Dios, por esta mañana. Que en este día haga cosas buenas y agradables a las personas que me rodean. Gracias por darme la oportunidad de ser mejor cada día.
Miércoles, 8 de junio
SABOREA LO QUE TE DA LA VIDA ¡DA LAS GRACIAS! Pasaje bíblico: 2 Tesalonicenses 1, 3 “Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios por todos, como es justo, porque su fe se acrecienta cada vez más, y en cada uno de vosotros sigue habiendo amor hacia los otros.” Cuento-Lectura Había una vez un perrito callejero al que todos llamaban Chuchín. Era un perro pequeñito, de color canela, bastante delgaducho. Tenía las orejas oscuras y un rabito largo que meneaba con mucho salero. Chuchín sobrevivía buscando comida entre la basura, bebiendo agua de los charcos y escondiéndose del frío entre cartones. Como era muy simpático y tranquilo, a veces recibía comida de la gente que lo veía por la calle a cambio de alguna gracia perruna o una miradita mimosa. Una noche Chuchín se despertó sobresaltado por el ruido de unos cristales rotos. Chuchín asomó el hocico entre los cartones y vio a una persona subida en una escalera muy alta entrando por una ventana en una casa. Nada más verlo Chuchín se puso alerta. No sabía qué estaba pasando, pero su instinto le decía que aquello no era normal. Sigilosamente, Chuchín se deslizó fuera de los cartones para ver mejor lo que pasaba. Poco después, Chuchín vio salir al hombre de la escalera por una puerta cargado con un saco lleno de cosas. El hombre, vestido de negro y con un antifaz, se acercó a un coche, abrió el maletero y dejó allí el saco. Sin cerrar el maletero, el hombre se acercó a recoger la escalera. Aprovechando que el hombre se alejaba, Chuchín se acercó al coche y olisqueó el saco. -Este olor me resulta familiar -pensó Chuchín-. Me huele a…. ¡la señora Pepa!
En ese momento llegó el hombre cargado con la escalera para dejarla en el maletero. Al ver al perro, el hombre gritó: -¡Quita, chucho! Chuchín se puso a ladrar como loco, porque justo en ese momento se había dado cuenta de que aquel hombre había robado en casa de la señora Pepa, una ancianita muy buena que siempre que le veía le daba de comer y le acariciaba la barriga. -¡Calla, perro sarnoso! ¡Vas a despertar a todo el vecindario! -gritó el ladrón. Pero Chuchín solo dejaba de ladrar para gruñir y enseñar los dientes al ladrón. Y así estuvo Chuchín un buen rato, hasta que llegó la policía. -¡Te hemos pillado con las manos en la masa, truhán! -dijo un policía-. Gracias Chuchín, te has ganado un buen premio. ¡Sube al coche! El policía dejó al ladrón en el calabozo y llamó al perrito -Ven Chuchín. Te voy a dar agua y un buen bocata. ¡Te lo has ganado! Pero Chuchín no contestaba. -¡Chuchín! ¿Dónde estás, perrito? -llamó el policía-. ¿Alguien ha visto a Chuchín? En ese momento, el policía vio cómo su gorra se movía sola por el suelo. El policía la levantó y descubrió a Chuchín debajo. -Vamos a tener que hacer una gorra de tu tamaño, amigo -dijo el policía. Desde ese día, Chuchín vive en la comisaría y se ha convertido en el primer agente de policía perruno de la ciudad. Reflexión -
¿Cómo qué personaje de la historia te gustaría ser?
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¿A quién te gustaría agradecerle hoy algo?
Tenemos que esforzarnos por intentar dar las gracias siempre que podamos ya que lo que hacen lo hacen por nosotros y para ayudarnos. Video. https://www.youtube.com/watch?v=jy0EFwNW40w Imagen En esta imagen aparecen varias manos agradeciendo todo el trabajo que han hecho por nosotros cada uno de los profesores y personas que han estado a nuestro lado en este aĂąo
OraciĂłn Gracias por el nuevo dĂa Y por la noche con su luz;
por el sueño, por tu cuidado, por el día con su sol de gracia y amor. Por dar alegría al corazón… Una y mil veces GRACIAS MI DIOS
Jueves, 9 de junio
CONTIGO PUEDO CONTAR ¡GRACIAS! Pasaje bíblico: 1 Tesalonicenses 5:16 “Estad siempre alegres, rezad sin cesar, dad gracias a Dios en toda situación” Cuento-Lectura: Hace muchos años, cuando aún existían los romanos, había tres tipos de personas. Por un lado estaban los patricios, que eran ricos y mandaban en todo. Después estaban los plebeyos, que eran la mayor parte de la población, y podían trabajar y tener sus propias casas o cultivos. Por último, estaban los esclavos, que pertenecían a sus dueños y no tenían ningún derecho. Marco y Lucio eran dos niños, hijos de patricios, que tenían un montón de esclavos que debían hacer todo lo que se les pedía. -¡Limpiad toda la casa y arreglad todo el jardín! ¡Y después, dad de comer a los caballos! -les decían los padres de Marco y Lucio a sus esclavos. Un día, Marco y Lucio preguntaron a sus padres si podían jugar con los hijos de los esclavos. -¡No! ¡No habléis con ellos! ¡Los esclavos no juegan, los esclavos trabajan, aunque sean niños! -contestó el padre muy enfadado.
Marco y Lucio hicieron caso a su padre y se fueron a dar un paseo. -¡Mira qué puente más grande están construyendo! -dijo Marco. -¡Sí! ¡Es gigante! ¡Mira cuánta gente está trabajando! -contestó Lucio. Los dos se quedaron embobados al ver aquella construcción y, de repente, Lucio cayó a un agujero muy hondo. -¡Ayuda! – gritó. -Lucio, ¿estás bien? -le preguntó Marco. -¡Me he hecho daño!¡Pide ayuda! -gritó Lucio, mientras lloraba de dolor. Marco salió corriendo y fue a buscar ayuda al puente. Cuando llegó, dos niños lo vieron muy angustiado y le preguntaron: -¿Qué te pasa? ¿Podemos ayudarte? Marco se quedó mudo, porque esos dos niños eran los dos niños esclavos de su casa y Marco recordó lo que su padre le había dicho, pero al final terminó contándoles lo ocurrido. Los niños esclavos y sus padres fueron a sacar a Lucio de allí rápidamente y se esforzaron un montón hasta conseguir salvarlo. -¡Menos mal que me habéis salvado! -dijo Lucio a los esclavos, muy agradecido. Marco y Lucio volvieron a casa a contar lo que había pasado y su padre se enfadó mucho porque se habían relacionado con los esclavos. -Papá, esos esclavos son muy buenos y me han ayudado -explicó Lucio. Finalmente, el padre se dio cuenta de que esos esclavos se habían portado muy bien y decidió hacer algo maravilloso: les concedió la libertad y les regaló un campo. Desde ese momento, dejaron de ser esclavos para ser una familia plebeya con su propia casa y su propio campo para cultivar. Reflexión -
¿Cómo nos podemos sentir si no damos las gracias y no nos las dan?
Esforzarse por ayudar a los demás es algo que nos lo agradecerá todas las personas y como Dios está dentro de cada una de ellas, Él también nos lo agradecerá Vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=m8pZvi_Jed8
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Oraciรณn
Querido Dios, quiero coger un minuto de tiempo, no para pedirte algo, sino simplemente para darte las gracias por todo lo que tengo: por mis amigos, por mis profesores, por mi familia, por todas las personas que estรกn a mi alrededor y me ayudan siempre.
Viernes, 10 de junio
¡GRACIAS, GRACIAS,…Y MIL GRACIAS! Evangelio: Lucas 10, 21 “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra!” Cuento-Lectura: Amador es un niño exigente, de esos que dicen: “quiero esto”, y se lo tienen que dar al momento. Es como si pensara que todo el mundo le debe algo. Si queréis comprobar lo que os digo, escondeos detrás de aquel árbol y escuchadlo vosotros mismos. -¡Oiga, señora! ¿Qué hora es? -Querrás decir: por favor-le responde la señora con una amable sonrisa. -No, quiero decir lo que he dicho-dice Amador malhumorado: Pero como ya veo que usted no me lo dice, se lo preguntaré a ese niño !Eh tú, chaval! ¿Qué hora es? -Querrás decir: por favor-le responde el niño con una amable sonrisa. -¡Moscas! Pero ¿Qué pasa en este lugar? ¿Estáis todos mal de la olla? ¡Pues que os zurzan! Cogeré el autobús y me iré a otra parte-gruñe Amador, enfadado, y le grita al conductor del autobús-: ¡Eh, pare, pare! Pero cuál será su sorpresa cuando ve que el autobús pasa de largo. -¡Moscas!, exclama, enfadado-.Pero… ¿por qué no para? Está bien me iré andando. -Gracias por haberme elegido para caminar Amador pega un respingo. ¿Quién habrá dicho eso? No hay nadie a la vista… -Por favor, mira hacia tus pies, yo estoy debajo. Amador mira debajo de sus pies y solo ve la acera. Entonces piensa: “¿Una acera que me da las gracias por pisarla? ¡Moscas!, esto ya es demasiado, me largo a otra parte”. Y echa a andar. A un lado y a otro. Va furioso, sin fijarse donde pisa. Finalmente llega al mismo parque de antes. En realidad, solo estaba dando vueltas en círculo. -¡Uf, que cansado estoy!, exclama. Me sentaré un rato en este banco.
Pero el banco se echa hacia atrás y Amador se pega un batacazo. -¡Moscas! ¿Qué le pasa a este banco? se ha movido. Y el árbol también se ha alejado de mí. Y las flores también se van. Y ahora el sol se esconde detrás de una nube ¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué se van todos?-grita y patalea. -Quizás te has olvidado de ser educado-le dice el hada Mandolina. -¡Que chorrada es esa?-responde Amador malhumorado. El hada Mandolina le pide al sol que le explique a Amador por qué se esconde. -Llevo toda la mañana calentándole y ni las gracias me ha dado. -Ni a mí por mi sombra-dice el árbol. -Ni a mí por el descanso-dice el banco-¿Lo ves?-dice el hada. Desde ahora no olvides que con gracias y “por favor” vivimos todos mucho mejor. Amador vuelve a casa cabizbajo y se acuesta pensando en las palabras del hada. Al día siguiente, antes de irse al colegio, le dice a su madre: -Adiós mamá, y muchas gracias por el desayuno tan rico que me has preparado. -Hijo de nada, me alegro de que te haya gustado. Luego le dice a su padre: -Por favor, papá ¿podrás comprarme una caja de colores en la papelería que está al lado de tu oficina? Y por cierto, dale las gracias a tu amigo Manolo por las chapas. ¿Qué le pasa a Amador que da las gracias y pide todo por favor?-dice su hermana. -Porque he comprendido que con “gracias” y “por favor” vivimos todos mucho mejor-le responde Amador. Reflexión -
¿Cómo nos sentimos cuando damos las gracias?
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¿Alguna vez nos hemos sentido mal cuando no nos han dado las gracias por algo bueno que hemos hecho?
Cuantas más cosas buenas hagamos, más veces nos van a dar las gracias, y cuantas más veces nos den las gracias más felices nos vamos a sentir. ¡Qué levanten la mano aquellos que quieran ser felices! ¡Pues todo el mundo a dar las gracias!
Video. https://www.youtube.com/watch?v=4k496elURlo Imagen
Oración Gracias Señor por estar conmigo en momentos de problemas. Te pido que abras puertas para que estas dificultades que hoy enfrento sean resueltas. Creo en tus palabras que dicen que cuando te llamo me respondes, que en momentos de angustia me librarás. Necesito tu ayuda, Señor.
Te agradezco tu amor que no cambia, porque puedo depender de ti en luchas y pruebas. Has preparado un buen futuro con larga vida para que disfrute contigo Señor. Sé que estos momentos difíciles pasarán y te glorificaremos a ti por todo lo que haces Eres maravilloso, eres el que nunca falla, eres mi salvador y mi Señor. Revélame en qué estoy fallando y lo que debo mejorar para servirte mejor, Señor, para vivir en tu voluntad, con sabiduría, fuerza y valor.