PRT-ERP

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EN UNA REVOLUCION SE TRIUNFA

O SE MUERE, SI ES VERDADERA


EN UNA REVOLUCION SE TRIUNFA

O SE MUERE, SI ES VERDADERA

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INTRODUCCION

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DESARROLLO DEL TEMA

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CONCLUSION

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BIBLIOGRAFIA

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MATERIAL ANEXO

- En una revolución se triunfa o se muere, si es verdadera - El enemigo es uno: el Imperio - De la unidad de los revolucionarios al GAN -Gran Acuerdo Nacional- El triunfo de Héctor Cámpora, el “pacto social” y la tregua a la guerrilla - Patria o muerte, venceremos

- Entrevista a Guillermo Caviasca

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA FACULTAD DE PERIODISMO Y COMUNICACIÓN SOCIAL HITORIA ARGENTINA CONTEMPORANEA

Tema: Lucha armada en los 70. Grupo 2 Agustín Arzac (Leg. 21263/3), Antonella Rapetti (Leg. 23132/1), y Nicolás Sampedro (Leg. 16363/3).



En una revolución

se triunfa o se muere, si es verdadera

Acerca de la lucha armada en tiempos de democracia. La decisión del PRT-ERP frente al “pacto social” “La democracia actual fue abierta desde el terror, no desde el deseo. Es la nuestra, pues, una democracia aterrorizada: surgió de la derrota de una guerra (…) La ley que nos regula ahora fue una transacción que el más fuerte hizo con el más débil, los militares con el pueblo argentino” León Rozitchner

Las palabras de Rozitchner están dedicadas a este último proceso democrático que aún sostenemos los argentinos, pero bien pueden dar cuenta y reflejar, con igual nitidez y potencia, las anteriores transiciones democráticas que los distintos gobiernos de facto nos han otorgado a lo largo de nuestra historia. Fueron pocas las victorias del pueblo. Una de ellas, la cual elegimos para delimitar, como el inicio de un nuevo proceso revolucionario del pueblo argentino, fue el Cordobazo antidictatorial del 29 de mayo de 1969. Onganía quiso gobernar 30 años; pero las movilizaciones sociales y la insurrección en Córdoba le pusieron fin a la primer estrategia seria del imperialismo norteamericano de desplegar, de forma decidida y con las garantías de un gobierno genuflexo, las recetas neoliberales en los países de tercer mundo. Aquella insurrección popular significó no sólo un revés para el dictador y sus Fuerzas Armadas (FFAA), significó el despertar de una conciencia combativa en las clases trabajadoras, un nuevo impulso empoderador que sirvió para revitalizar a la heroica –pero desgastada- resistencia peronista. Nadie puede atribuirse, ninguna fuerza u organización política o militar, puede para sí, agenciarse, como vanguardia, los sucesos de Cordoba, como tampoco puede decirse que una organización encendió la insurrección popular del 19 y 20 de diciembre del 2001. Son momentos profundamente populares, de toda la clase trabajadora y pobre, que generan un quiebre en la forma en que se gobierna en el país. Y así sean militares en tiempos de dictadura, o partidos políticos en “democracias”, la gobernabilidad es puesta en jaque, y más temprano que tarde, se da un desplazamiento de fuerzas políticas en el mandato. Lamentablemente, antes y después de aquellas patriadas, el pueblo no tuvo una organización fuerte para ocupar el poder de forma directa y real. Entre el Cordobazo y el Gran Acuerdo Nacional (GAN), las FFAA, si bien continuaron siendo enemigos peligrosos del pueblo, se encontraron en franco retroceso político, al tiempo que


las organizaciones armadas revolucionarias, principalmente FAR, FAP, PRT-ERP y Montoneros, tuvieron un gran desarrollo y crecimiento, pero sobre todo, un enorme consenso popular: la violencia revolucionaria, en oposición a la violencia institucionalizada y contrarrevolucionaria, gozó de importante simpatía de parte de la población civil. Fue el GAN un detonante eficaz que generó una incipiente rispidez entre las organizaciones armadas en un momento propicio, en que éstas estaban dispuestas a dejar de lado ciertas diferencias en pos de la unidad revolucionaria. Y no es paradójico, tampoco casual, porque entendemos que estos desentendimientos fueron, en parte, consecuencia del cambio de estrategia que idearon los sectores concentrados de poder para poner un freno a la creciente movilización de masas y lucha armada revolucionaria. Proceso de pacificación consensuado entre la dictadura militar de Lanusse y los partidos políticos parlamentarios, en especial el peronista; y que logró su objetivo de dividir –y con ello, debilitar- a las organizaciones armadas del campo popular. Enfrentarse al GAN supuso, para las organizaciones peronistas, apostar a las elecciones para acceder al Estado y emprender un proceso revolucionario bajo la conducción de su líder Perón. Otras organizaciones entenderán que el cambio de sistema tendría que darse indefectiblemente por vías de un socialismo profundo y radical, que se proponga romper con todas las estructuras que sostienen el sistema capitalista. Es por eso que uno de los propósitos que persigue el siguiente trabajo es dar cuenta de lo consecuente del accionar del PRT-ERP durante todo el proceso revolucionario que lo tuvo como principal protagonista junto a Montoneros. Pero también desandar sobre el siempre recurrente juicio que aún se le continúa haciendo, 40 años después, consumada la derrota -aunque no asimilada completamente-, de continuar, con igual determinación, ejecutando acciones armadas durante el proceso democrático presidido por Héctor Cámpora en 1973. Los mayores detractores de las políticas de Mario Roberto Santucho insisten en

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marcar “errores de lectura de la coyuntura nacional”, el “enajenamiento del partido frente a una fuerte adhesión de las masas y la clase trabajadora al nuevo gobierno”, la “incapacidad de ordenar un repliegue aceptando el pedido de tregua”, entre otras muchas críticas, sin detenerse demasiado en el análisis de la compleja estructura de organización marxista-leninista, la caracterización que el partido hacía del momento histórico, en concreto, la concepciones respecto a las democracias occidentales “burguesas” y en particular la del FREJULI, y principalmente, sin estudiar en profundidad la línea teórica de una estrategia militar de lucha popular prolongada que –entendía Santucho- se encontraba en una fase de ofensiva final y no podía detenerse hasta alcanzar el poder y la victoria final. Sin ánimos de cerrar discusiones y con la intención de seguir problematizando, debatiendo y revisando nuestra historia, para de este modo, abonar con humildad en la construcción de un relato nuestro, intentaremos poner en cuestión algunos conceptos como “democracia”, “revolución”, “socialismo”, “lucha armada”, universales todos ellos, pero que al mismo tiempo, cambian su connotación dependiendo el tiempo, el contexto en que se utilizan, y también, las personas que las enuncian. No será este estudio definitivo, tampoco buscará justificar ninguna decisión tomada por las organizaciones. Menos nos detendremos en marcar errores. No estamos en el derecho de hacerlo, porque como decía Santucho: “Nadie podrá decir el día de mañana que los argentinos no supimos cumplir con nuestros deberes de patriotas y revolucionarios. Las nuevas generaciones, por cuya felicidad daremos todo de nosotros, recordarán con orgullo a sus mayores, como nosotros recordamos a los patriotas que fundaron la patria”.


El enemigo es uno: el Imperio

Políticas de dominación de los EEUU y resistencias de los pueblos Nuestroamericanos “Liberación nacional, renacimiento nacional, restitución de la nación al pueblo, Commonwealth, cualquiera que sean las rúbricas utilizadas o las nuevas formas introducidas, la descolonización es siempre un fenómeno violento […]. La importancia extraordinaria de ese cambio es que es deseado, reclamado, exigido. La necesidad de ese cambio existe en estado bruto, impetuoso y apremiante, en la conciencia y en la vida de los hombres y mujeres colonizados” Franz Fanon

Para comprender el fenómeno de las organizaciones político-militares en Argentina, debemos partir de la base de una historia común con el resto de Nuestra América, concepto introducido por el revolucionario cubano José Martí, en detrimento del término América Latina impulsado por los franceses para denominar a un continente que tiene raíces comunes en sus lenguas derivadas del latín. Martí nos habla de un territorio que va desde el Río Bravo en la frontera mejicana con EEUU, hasta el Estrecho de Magallanes, sacando del centro la cuestión idiomática para dar paso a una experiencia común de opresión y dominación de parte de fuerzas o países de otras regiones. Particularmente el concepto de éste revolucionario cubano, deviene como contraposición a las lógicas de EEUU el cual “desde principios del siglo XIX se expande territorialmente, adquiere grandes extensiones de tierra e invade y extermina antiguas naciones originarias”, y que “a través de la Doctrina Monroe, proclamada en 1823, y de la del Destino Manifiesto 1846” dará 1 paso a que colonos protestantes justifiquen su expansión continental, con la excusa de llevar la libertad y la civilización a los territorios invadidos. En la historia reciente, el surgimiento de la mayoría de las organizaciones político-militares se da en un mundo que estaba bajo las leyes de la Guerra Fría, devenir de la 2da Guerra Mundial, que dividió al mundo en dos: por un lado occidente, donde los EEUU eran los amos y señores; y por el otro oriente, donde el dominio era de la URSS. Con la intención de digitar los distintos gobiernos de América los norteamericanos crearán en Panamá (1946) la nefasta Escuela de las Américas, lugar elegido por Bolívar para gestar la unidad continental, y que convertirían en un centro de adoctrinamiento contrainsurgente para los militares del continente. 1

Vaca Narvaja, D., De Bolívar a Chávez, 2009, www.youtube.com, 23 de mayo de 2014 y https://www.youtube.com/watch?v=DncdpvMnF4w

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Es en este contexto donde aparecerán procesos que cuestionarán el orden establecido impuesto a punta de fusiles. Estos procesos buscarán mejores condiciones de vida para sus pueblos, pero pocos años después serán contrarrestados por los EEUU, la CIA y los militares formados en esta escuela: Jorge Eliécer Gaitán, es asesinado en 1948 en Colombia, generando el “Bogotazo” y el surgimiento de las guerrillas FARC-EP y ELN; el APRA en Perú que desde 1930 impulsaba políticas sociales por lo cual será destituido del gobierno y luego proscripto; Getulio Vargas en Brasil, que luego del acoso de las oligarquías locales se suicidará 1954; Jacobo Árbenz en Guatemala, el cual será destituido el mismo año por haber impulsado una reforma agraria que quitaba las tierras a la United Fruit Company (de capitales norteamericanos); y Juan Domingo Perón en Argentina, quien había industrializado al país, dando protagonismo a los trabajadores, y que había planteado una tercera posición ante el dominio de los EEUU y la URSS, deberá exiliarse luego de un brutal bombardeo el 16 de junio de 1955. El gobierno norteamericano implementará en su política exterior lo que se dará a conocer como Doctrina de Seguridad Nacional, la cual tenía por fin resguardar sus intereses en el hemisferio occidental. Con más de cuatro décadas de formación de militares nuestroamericanos y aliados con los poderes económicos locales, las FFAA de los países terminarán convirtiéndose en fuerzas de ocupación de sus propios países, defendiendo los intereses de las potencias extranjeras y las oligarquías locales. En líneas generales esta doctrina planteaba que toda acción que no favoreciera sus intereses, si lo haría con su enemigo planetario, la URSS. Bajo la propaganda del peligro comunista cientos de militares de toda Nuestra América viajarían a Panamá para formarse en técnicas de contrainsurgencia que iban desde interrogatorios mediante torturas hasta infiltración, inteligencia o combates militares. En Argentina no sólo serán los militares, sino que además se creará en 1946 lo que luego se conocerá como SIDE (Servicio de Inteligencia del Estado). La influencia de la Revolución Cubana y la Guerra de Vietnam llevarían al presidente Richard Nixon a replantear los alcances de esta doctrina y modificar su política exterior, insistiendo en que sus aliados nuestroamericanos -especialmente los militares que habían formado durante varias décadas- se hicieran cargo de la seguridad de sus países.


La violencia en manos del pueblo no es violencia, es justicia Partiendo de la base que la sociedad es “un conjunto conflictivo de intereses sociales y valóricos que buscan resolverse en el campo de lo político con políticas 2 de los distintos actores”, cuando un proceso político tiende a volverse rígido e impedir que las reivindicaciones de los sectores populares y/o marginados se concreten, suelen producirse salidas que van por fuera de la legalidad. Al analizar políticas en este sentido, “no se puede culpar a los actores sociales que sobrepasan las instituciones políticas tradicionales sin interrogarse por la pertinencia de éstas para resolver los problemas o demandas que aquellos expre3 4 san.” En tal sentido según Chantal Mouffe “lo ‘ilegítimo’, es un criterio históricoarbitrario que excluye a unos del juego institucional, generando las condiciones para una confrontación antidemocrática, pues no hay un reconocimiento de las bases en común; y la historia de lo que es legítimo en América Latina, ha sido parte de las luchas sociales por los derechos.” Será la violencia del Imperio, en complicidad con la opresión de las oligarquías nacionales y la influencia de la Revolución Cubana como camino y alternativa para la liberación, factores determinantes en la concreción de una nueva oleada antiimperialista en el continente. “La violencia revolucionaria como instrumento de la lucha contra las clases dominantes parte del supuesto, dado por otras experiencias internacionales, que ellas no dejarán que se les expropien sus grandes propiedades, sea el latifundio, la empresa financiera o industrial; que serían la causal de la pobreza en la que vive el pueblo, por lo que ante un proyecto de justicia social se requiere de la preparación frente a la respuesta violenta de la clase privilegiada. Es una idea ofensiva, en tanto el pueblo requiere tomar para sí esas 5 riquezas que ha ayudado a forjar y se vuelven en su contra”

En Nuestroamérica surgirán decenas de experiencias guerrilleras con propósitos comunes para los pueblos del sur: imponerse militarmente sobre la violencia del sistema capitalista. El Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua, el Frente Farabundo Martí en El Salvador, Omar Torrijos en Panamá, Juan Bosh en Dominicana, el M-19 en Colombia, Jaime Roldós en Ecuador, Velazco Alvarado en Perú, Joao Goulast en Brasil, Salvador Allende y el MIR en Chile, el MLN6 Tupamaros en Uruguay, Montoneros y el PRT-ERP en Argentina. 2

Torres Gutierrez, O. (2012). Democracia y lucha armada. MIR y MLN-Tupamaros. Santiago de Chile, Ed. Pehuén, p. 32. Ídem. 4 Mouffe C. (2007). En torno a lo político. Buenos Aires, Ed. FCE, pp. 21-28. 5 Torres Gutierrez, O. (2012). Democracia y lucha armada. MIR y MLN-Tupamaros. Santiago de Chile, Ed. Pehuén, p. 126 6 Vaca Narvaja, D., De Bolívar a Chávez, 2009, www.youtube.com, 23 de mayo de 2014 y https://www.youtube.com/watch?v=DncdpvMnF4w 3

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De la unidad de los revolucionarios al GAN -Gran Acuerdo Nacional“Pienso que la fuga de Rawson fue una operación de características especiales, perfectamente encuadrada dentro del momento político que se estaba viviendo” Alberto Miguel Camps (FAR), en La Patria fusilada, entrevista de Francisco Urondo

El penal de Rawson, situado en el desierto patagónico a 15 kilómetros de la capital provincial de Chubut, fue elegido por la Dictadura Militar Argentina como el principal sitio de reclusión de los mejores cuadros políticos de las organizaciones armadas. Dicha cárcel de máxima seguridad, no sólo impedía cualquier posibilidad de escape o fuga, servía principalmente para mantener aislados e incomunicados a los jefes guerrilleros con sus organizaciones. Pero como contrapartida, algo que los militares desestimaron, otorgaba el tiempo y el espacio para que los internos –referentes máximos de las distintas fuerzas- pudieran discutir, tener debates políticos, planificar acciones conjuntas; por lo tanto, colateralmente favorecía o fomentaba la unidad de la guerrilla. Roberto Santucho (PRT), Enrique Gorriarán Merlo (PRT), Marcos Osatinsky (FAR), Fernando Vaca Narvaja (Montoneros), Roberto Quieto (FAR) y Domingo Menna (PRT) integraban el denominado comité de fuga del penal y fueron finalmente los únicos que pudieron escapar a Chile en el avión secuestrado en el Aeropuerto de Trelew. Aquella fuga histórica fue un golpe muy duro para la Dictadura, que ya mostraba síntomas de debilidad política. Al mismo tiempo, se convirtió en un signo de unidad concreto; las posibilidades de las fuerzas revolucionarias en acción conjunta eran infinitamente mayores. Sin embargo, lo que sucedía muros adentro en el sur no se condecía con las políticas que adoptaban los buró-políticos en sus comités nacionales. No fue la misma actitud la que tuvo Montoneros, de la que tuvo el PRT-ERP o las FAR respecto a los presos en el ´72. Por eso, los comunicados de la fuga los firman el PRT-ERP, las FAR y el comando de presos de Montoneros. No lo firma Montoneros. Porque en ellos hay un debate en torno si es correcto arriesgarse a una fuga cuando ya evalúan que va a haber una salida electoral, que en ella va a ganar el peronismo, que en el peronismo ellos van a tener un peso importante, que el peronismo va a significar un proceso de transformación importante –todavía ellos creían que eso se iba a dar- y la libertad de los presos se va a imponer, plantean que no es necesario arriesgar. Estaban abocados a lo que se llamó “Luche y vuelve”. No es igual a la discusión que se da al interior de la 7 cárcel, donde los tres acuerdan llevar adelante la fuga.

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Guillermo Caviasca, entrevista de los autores


El GAN que había sido dado a conocer en las primeras semanas de julio de 1971 y que buscaba reestablecer las reglas del juego electoral, condicionaría los destinos machacando sobre las diferentes concepciones acerca de los procesos democráticos y las posibilidades de concretar una revolución socialista por esa vía. El PRT-ERP no concebía una democracia revolucionaria. Entendían que la verdadera democracia debía estar profundamente relacionada con la transformación económica de la sociedad, o sea, sólo podía existir democracia si también (o principalmente) la había en el plano económico, y en el plano económico la democracia era el socialismo. “La democracia burguesa no era concebida entonces como democracia sino como dictadura de la burguesía y como la mejor y más desarrollada forma de dominación política”.

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Hay una valorización general de la amplia mayoría de los revolucionarios, no sólo del PRT, negativa respecto de la Democracia Occidental en general. El peronismo en sí mismo tiene un cierto matiz respecto de la democracia occidental –hoy por ahí no se ve de forma tan clara-. Perón plantea otro tipo de generar políticas y consensos. Eso en los ´60, tanto en el campo intelectual como en el militante, se pretende romper. Todos se plantean cambiar el sistema republicano democrático, ya desde las reformas previas necesarias a la revolución. La diferencia está en que, para el PRT, el GAN genera un escenario que permite reconstruir la gobernabilidad burguesa. Y en ese sentido plantea un accionar consecuente: la fuga en Trelew, el 8 avance en la toma de los cuarteles (Sanidad y Azul), la “Carta al presidente Cámpora”

En este punto es preciso detenerse para entender la estrategia política y militar que perseguía el PRT-ERP para llevar al país al socialismo. La concepción de democracia del PRT se desarrolló en forma paralela a la del combate a la dictadura y la democracia burguesa ya que las consideraba 8

Guillermo Caviasca, entrevista de los autores


de la misma naturaleza, y fue así como el partido fue reelaborando la idea del doble poder para las condiciones argentinas. Guillermo Caviasca en Dos caminos. PRT-ERP y Montoneros, la guerrilla en una encrucijada analiza el poder dual del PRT, identificando conceptos desarrollados por Santucho en Poder burgués y Poder revolucionario: “En términos generales, significaba construir organismos populares paralelos a las instituciones del Estado, que ejercieran su propia democracia y gobernaran efectivamente en determinadas zonas, respaldadas por el poder militar del ERP. En el plano teórico, la estrategia de doble poder secundarizaba o dejaba de lado la construcción de espacios dentro de las instituciones democráticas del Estado (la idea era ir corroyendo su autoridad en diferentes zonas), al que se debía destruir y reemplazar por el nuevo Estado construido paralelamente con la guerra revolucionaria. Y aunque Santucho no renegaba de la posibilidad de dar la batalla en el terreno electoral, no consideraba ese terreno definitorio ni estratégico. La concepción de doble poder se distanciaba de la más tradicional y predominante en la teoría revolucionaria de “toma de poder”, que consideraba la construcción de nuevas relaciones sociales a la necesidad de acceder al Estado como herramienta estratégica de todas las transformaciones relevantes. El doble poder del PRT, plenamente desarrollado, implicaba la construcción de otro Estado durante la lucha y de instancias de poder popular que fueran generando nuevas relaciones sociales, conviviendo en el mismo espacio con las formas tradicionales todavía en funcionamiento y con un Estado burgués ejerciendo aún su control. La idea de Santucho del poder local se enmarca en una estrategia nacional y fue escrita en un contexto de varios años de luchas populares ascendentes. Por eso concebía la lucha desatada en Argentina como una ofensiva permanente. Así la práctica del PRT y del ERP estaba permanentemente orientada hacia los núcleos del poder central. Aquí emerge claramente la concepción leninista combinada con el procesamiento que Santucho hacia de la guerra de Vietnam, la experiencia del Che y las luchas populares de las décadas anteriores que sedimentaron en las tesis de guerra civil prolongada y doble poder.

El PRT ya en el 71 visualizaba una posible tentativa del gobierno militar de replegarse entendiendo que éste era consciente de su desprestigio y temeroso ante el avance de la guerra revolucionaria, por lo que se veía obligado a pactar con los políticos que antes repudiaba, para intentar junto con ellos la salida de las elecciones y así poner un freno a las movilizaciones de las masas, aislándolas de la vanguardia armada. El Partido tenía claro que los verdaderos actores que detentaban el poder eran los militares, aún cuando, con intermitencia, permitían gobernar a los partidos políticos. Para ellos, esto sólo se daba porque las estructuras de las FFAA se desgastaban y perdían todo tipo de gobernabilidad ante la movilización popular y la lucha. Los meses previos al GAN, coincidentes a los meses que Santucho estuvo preso en Rawson, el PRT-ERP estaba direccionando todos sus esfuerzos a acciones armadas, lo que le insumía todos sus recursos y militancia. Una desviación militarista que el propio Santucho criticó y quiso reen-

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cauzar en una propuesta política para las elecciones, más como una necesidad ante lo inevitable que como una salida democrática revolucionaria. Entendían que el GAN era una maniobra entre la dictadura y los partidos para salvar al capitalismo. Así lo expresaba el Comité Central, denominado Comité “Héroes de Trelew”, en noviembre de 1972: “(…) Los hechos recientes, la vuelta de Perón y el avance de los acuerdos preelectorales, entre los partidos burgueses, la complacencia del Partido Militar, la propaganda amplia de la burguesía a favor de la reconstrucción pacífica del país, son todos la confirmación absoluta de la corrección de los análisis y de la línea del Partido. Atendiéndonos a ella, que no precisa ser modificada en lo más mínimo, podemos ubicarnos en la perspectiva política y determinar más precisamente nuestros objetivos y movimientos tácticos en los próximos meses (…) (…) El último mes, con la participación activa de Perón en la escena, como primera figura de la farsa electoral, el enemigo ha logrado ciertos éxitos. Ha despertado expectativas en el pueblo y ha sumido en la confusión y el desconcierto al grueso de la pequeña burguesía y a sus organizaciones. Mas estos pequeños éxitos son efímeros y estratégicamente los pasos que vienen dando con buenos resultados tácticos son otros tantos pilares de su derrota estratégica (…) “(…) Ahora bien, faltan algunos meses hasta la concreción de la farsa, y deben esperarse nuevas intervenciones clasistas y revolucionarias. La clase obrera y el pueblo, con su vanguardia revolucionaria, harán oír aún su potente voz que presionará sobre la configuración final de la línea acuerdista. De todas formas las previsiones de nuestro Partido siguen vigentes, y a grandes rasgos, debemos basarnos en que las elecciones se concretarán y que se instalará un gobierno populista controlado 9 desde bambalinas por el ejército.

Este fragmento explicita con claridad la postura del PRT-ERP frente a las elecciones del ´73. Aunque ciertos autores y militantes del Partido –entre ellos el propio Mattini- analizan esta determinación, tiempo después, como una posible falta de precisión en la lectura política coyuntural, lo cierto es que mantiene total coherencia y refuerza el discurso que sostenía el accionar armado de la organización. Cierto es que las elecciones produjeron grandes discusiones en el seno del partido, a punto tal de producirse una fracción entre aquellos que sostenían la abstención y continuar con la lucha armada, y una minoría que pretendía acompañar el proceso electoral peronista, el ERP-22 de agosto. “La presión del hecho electoral provocó 2 escisiones en el seno del Partido. Por un lado un sector trosko que formó el ERP Facción Roja. Que directamente, a pesar de la extrema inflexibilidad y dogmatismo de las posiciones nuestras, nos consideraba todavía demasiado oportunistas y reformistas”. Pedro Cazes Camarero “Y otra fracción que pensaba que había que tener una política más cercana al peronismo y apoyar a Cámpora en las elecciones. Que se llamó ERP 22 de agosto”. Enrique Gorriarán Merlo 9

“Hombres y mujeres del PRT-ERP” De Tucumán a La Tablada. Mattini, Luis. Ed. Campana de Palo.


El triunfo de Héctor Cámpora, el “pacto social” y la tregua a la guerrilla Considerando que las luchas económicas y políticas continuarían, el PRT-ERP caracterizaba al gobierno de Cámpora como “un nuevo gobierno parlamentario que se verá a corto plazo enfrentado a insolubles problemas entre la movilización de masas y la presión burguesa y militar. Es decir, no era un gobierno popular sino un gobierno condicionado por la movilización popular, por eso el ERP no dejó de combatir a los militares y los monopolios, e hizo pública su voluntad de seguir con su accionar armado. El 11 de marzo de 1973 el pueblo asistió masivamente a los comicios –una participación del 85,86%- y le otorgó el triunfo a la fórmula Héctor Cámpora/Vicente Solano Lima con el 49,56% de los votos, y asume la presidencia el 25 de mayo de ese año. La segunda opción, Ricardo Balbín/Eduardo Gamond, por la Unión Cívica Radical, se bajó de la segunda vuelta. Se concretaba así la estrategia propuesta por Lanusse. La transición hacia la democracia consensuada entre la dictadura militar y los partidos político parlamentarios (principalmente el radicalismo y el peronismo) condicionaba fuertemente las aspiraciones de una democracia real. “El triunfo ya no pertenece a un sector sino a todos los argentinos, que ante el mundo, podemos exhibir con orgullo el ejemplo cívico de los comicios. De ahora en más se abren nuevas oportunidades para poner todos en evidencia nuestra vocación de servicio al país” Alejandro Agustín Lanusse “La satisfacción es mayor aun al comprobar que las fuerzas armadas han interpretado y han sido a su vez interpretadas por la población, que ha demostrado con su ejemplar comportamiento que es amante del orden, de la comprensión y de la concordia y ha dado una inequívoca muestra de repudio a los agentes del caos y la violencia… El pueblo ha votado, las Fuerzas Armadas han garantizado la pureza del comicio y seguirá respetando la voluntad soberana de la población, por ser el arma más efectiva para lograr el destino de grandeza que nuestra patria se merece” López Aufranc “Ha triunfado la alianza de clases y sectores sociales utilizando un instrumento ya histórico como el Frente” Arturo Frondizi

La asunción de la fórmula del FREJULI daría por concluida la posibilidad de unidad de las organizaciones revolucionarias peronistas con el PRT-ERP. En octubre de ese año FAR y Montoneros consolidarían su unidad, manteniendo el nombre de ésta última. Por su parte el PRT-ERP sostendría su posición respecto del gobierno electo y no dejaría de recordar a estas organizaciones sobre el proceso de derechización que se estaba produciendo al interior del movimiento peronista, y que más temprano que tarde terminaría por desplazarlos del gobierno.

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En el ejemplar N° 24 Estrella Roja, de la segunda quincena de septiembre de 1973 el ERP analizaba la situación nacional y el panorama pos elecciones: Las movilizaciones populares, el aumento constante de la conciencia revolucionaria de nuestro pueblo y el accionar de la guerrilla que muestra día a día los estrechos que son sus lazos con las masas populares, han demostrado a las clases dominantes como avanza la revolución socialista en nuestra patria. Esto ha provocado un hondo temor entre los opresores, que han intentado entonces, un nuevo recambio en su política de explotación: a la dictadura militar, abierta y franca; sucede el gobierno parlamentario, envoltura inmejorable para seguir disfrazando la explotación, el hambre y la miseria de nuestro pueblo. De esta manera el GAN de Lanusse es continuado por la “Unidad Nacional” de las clases dominantes y los partidos burgueses en un acuerdo “por arriba” que excluye y margina a la clase trabajadora y a las amplias masas populares. De esta manera, los Balbín, Lopez Rega, Perón, Lastiri, Frondizi, Rucci, Carcagno, Otero, etc., siguen montando la gran farsa, que tratará de dar la suficiente base de “legalidad” y “representatividad” al futuro gobierno, para hacer frente a las movilizaciones populares, los reclamos obreros y el accionar de la guerrilla, y asegurar de esta forma el mantenimiento del régimen de explotación existente. Sabemos que el futuro gobierno lanzará su ofensiva fundamentalmente sobre el sindicalismo combativo y clasista y sobre las organizaciones armadas del pueblo. Desprestigiar a la guerrilla, fraguando falsas acciones que nos desacrediten. (…) Hemos visto como a los fusilamientos de Trelew durante la dictadura le ha seguido la masacre de Ezeiza durante el nuevo gobierno. Los revolucionarios y la guerrilla debemos estar atentos para no caer en la provocación, saber desbaratarla, y por el contrario, golpear donde menos espera el enemigo. Esta vez el enfrentamiento será mucho más difícil porque ya no estaremos frente a una dictadura militar totalmente desacreditada y aislada del pueblo; esta vez el enemigo se nos presentará con un disfraz más “popular” y “democrático” y contará de su 10 lado a sectores engañados del radicalismo y el peronismo .

Para lograr la pacificación y la conciliación de clases, el FREJULI propuso una serie de medidas políticas y económicas enmarcadas en su plan “El Pacto Social”. Medidas que iban desde el aumento de salario en un 20% hasta el congelamiento de los precios, pasando por la reactivación de la productividad en la industria nacional, entre otras. El PRT analizaba estas acciones como reformas que intentaban salvar a un capitalismo en crisis. Dando por sentado que el proyecto del FREJULI no avanzaría con decisión en el cambio de la matriz económico-política dándole una orientación revolucionaria, pero respetando la voluntad popular ejercida en el voto, haría pública la carta en respuesta al pedido de tregua por parte de Cámpora, en el N°20 de la publicación Estrella Roja del 14 de mayo de 1973, cuyos fragmentos reproducimos a continuación: 10

La política de la burguesía y el accionar revolucionario, Estrella Roja N° 24, septiembre de 1973


Por qué el ERP no dejará de combatir Respuesta al Presidente Cámpora El gobierno que el Dr. Cámpora presidirá representa la voluntad popular. Respetuosos de esa voluntad, nuestra organización no atacará al nuevo gobierno mientras éste no ataque al pueblo ni a la guerrilla. Nuestra organización seguirá combatiendo militarmente a las empresas y a las fuerzas armadas contrarrevolucionarias. Pero no dirigirá sus ataques contra las instituciones gubernamentales ni contra ningún miembro del gobierno del Presidente Cámpora. En cuanto a la policía, que supuestamente depende del Poder Ejecutivo, aunque estos últimos años ha actuado como activo auxiliar del ejército opresor, el E.R.P. suspenderá los ataques contra ella a partir del 25 de mayo, y no la atacará mientras ella permanezca neutral, mientras no colabore con el ejército en la persecución de la guerrilla y en la represión a las manifestaciones populares. Tal es la posición de nuestra organización, que ahora anunciamos públicamente y que difiere de las expectativas del Presidente electo. En efecto, el Presidente Cámpora en recientes declaraciones ha pedido a la guerrilla una tregua para “comprobar o no si estamos en la senda de la liberación y vamos a lograr nuestros objetivos”. Este pedido surgió como consecuencia de varias acciones de la guerrilla, entre ellas el secuestro de Aleman y el ajusticiamiento de Iribarren. Se entiende entonces que el pedido del Presidente Cámpora implica la suspensión total del accionar guerrillero, incluidas las acciones contra el ejército y contra las grandes empresas explotadoras.

Algunos antecedentes históricos (…) Necesitamos recordar al Presidente Cámpora algunos antecedentes de la política nacional. En septiembre de 1955 la dirección del movimiento político que Usted representa aconsejó al pueblo “no derramar sangre”, “evitar la guerra civil”, “esperar”. Los militares aprovecharon la desorganización y desorientación de la clase obrera y el pueblo para golpear duro (…). La única sangre que no se derramó fue la de los oligarcas y capitalistas. (…) En 1958, la dirección aconsejó al pueblo votar a la fórmula radical de Frondizi. Este favoreció descaradamente la penetración imperialista, dio vía libre al ejército con el plan CONINTES para aplastar la heroica resistencia peronista, entregó las organizaciones obreras a la burocracia traidora de Vandor. En 1966, pidió “desensillar hasta que aclare”, dejar accionar al nuevo gobierno militar de Onganía. Este reprimió al pueblo, lo descabezó, liquidó la nueva dirección revolucionaria que empezaba a surgir. Hoy, de la misma manera, Ud. Presidente Cámpora, pide a la guerrilla una tregua. La experiencia nos indica que no puede haber tregua con los enemigos de la Patria (…). Que detener o disminuir la lucha es permitirles reorganizarse y pasar a la ofensiva.

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(…) Si usted quiere verdaderamente la liberación debería sumarse valientemente a la lucha popular: en el terreno militar armar el brazo del pueblo, favorecer el desarrollo del ejército popular revolucionario que está naciendo a partir de la guerrilla; en el terreno sindical debe enfrentar a los burócratas traidores que tiene a su lado y favorecer decididamente el desarrollo de la nueva dirección sindical clasista y combativa que surgió en estos años de heroica lucha antipatronal y antidictatorial; en el terreno económico realizar la reforma agraria, expropiar a la oligarquía terrateniente y poner las estancias en manos del Estado y de los trabajadores agrarios; expropiar para el Estado toda la gran industria, tanto la de capital norteamericano como europeo y también el gran capital argentino, estatizar todos los bancos de capital privado. Pero este programa está muy lejos de las intenciones y posibilidades de vuestro gobierno. Tanto por quienes lo integran, como por el programa y los métodos, vuestro gobierno no podrá dar ningún paso efectivo hacia la liberación nacional y social de nuestra Patria y de nuestro Pueblo. Eso lo sabe Ud. Tan bien como nosotros. Ud sabe que no entra en los propósitos del nuevo gobierno parlamentario ni desarmar el ejército opresor, ni terminar con la oligarquía terrateniente, ni con el gran capital extranjero. Al contrario. (…) En estas circunstancias llamar a la tregua a las fuerzas revolucionarias es, por lo menos, un gran error. Por el contrario, los verdaderos intereses de la clase obrera y el pueblo exigen redoblar la lucha en todos los terrenos. Dar tregua en estos momentos al enemigo es darle tiempo para preparar una contraofensiva que, entre otras cosas, cuando deje de convenirle, barrerá sin contemplaciones el nuevo gobierno parlamentario. (…) Los elementos antipopulares con Lopez Aufranc y Lanusse a la cabeza, incluidos dirigentes peronistas burgueses, pretenden confundir dando a la elección del 11 de marzo un carácter de culminación de un proceso y sostienen la mentira de que el pueblo votó por la pacificación. Todos sabemos que eso es falso, que el pueblo votó por la liberación de los combatientes, contra la Dictadura Militar opresora.

EJERCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO COMITÉ MILITAR NACIONAL


Patria o muerte, venceremos Ya para fines de 1973, el panorama a nivel internacional presentaba a un imperialismo norteamericano con una profunda ingerencia en la mayoría de los países de Nuestra América, teniendo en cuenta que estaba dentro de su zona de influencia y que ha nivel mundial venía en una clara avanzada sobre los soviéticos. Es en esta época que se verá plasmada la doctrina Nixon, que fomentaba la intervención de los ejércitos formados por la CIA en la Escuela de las Américas, dentro de sus propios países, para combatir la insurrección armada. De un proceso de democracias tuteladas y dictaduras militares aisladas, Norteamérica pasará a la planificación y la implementación de dictaduras a nivel regional: Esto será lo que combatirá el PRT-ERP. Ya en nuestro país, las empresas norteamericanas que se habían instalado de manera acelerada durante el modelo desarrollista de Frondizi eran en su mayoría monopólicas en sus sectores bajo la dictadura de Onganía, que las benefició obscenamente, sobre todo con las políticas económicas de Krieger Vasenna. El gobierno de facto mantenía una complicidad total con los empresarios yanquis, a tal punto de que muchos de los funcionarios compartían directorios ejecutivos en esas empresas. El factor de poder real no estaba representado en una embajada -o personificado en un Braden-; las presiones no provenían sólo desde fuera del país, sino que los grandes grupos económicos extranjeros presionaban desde dentro. La transición democrática acordada entre la dictadura de Lanusse y los partidos políticos “burgueses” encontrarán al PRT-ERP -y también a las organizaciones armadas peronistas- en una encrucijada: apoyar o no el gobierno de Cámpora. Ante esto, el PRT señalará en varias oportunidades que la decisión tomada por la tendencia revolucionaria de acompañar al FREJULI era un error político, por el proceso de derechización que avanzaba hacia el interior del movimiento peronista. De esta manera advertía a Montoneros en El Combatiente N°76 de la segunda quincena de marzo de 1973: “No es posible defender las ideas de la clase obrera en el seno de la confusión ideológica del nacionalismo burgués. No es posible organizarse en defensa de los intereses de la clase obrera mezclados con sus enemigos y subordinados a sus enemigos, aunque estos se encubran bajo rótulos como socialismo nacional. No es posible marchar en una alianza de clases contra el imperialismo con quienes han

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mostrado una y otra vez ser cobardes y mezquinos y temer más a la clase obrera que a los monopolios, es decir a los burgueses argentinos, representados por el ministro Gelbard, por la CGE por la Asamblea de la Unidad Nacional y por todo el aparato puesto en marcha por el FREJULI para asegurar la paz social sobre el hambre y la desmovilización.”

Lo central en la lucha del PRT-ERP será el enfrentamiento contra el imperalismo norteamericano, personificado en las FFAA, la oligarquía vendepatria y las empresas multinacionales. Y la conducción del moviemiento consideraba que las condiciones externas e internas estaban creadas. Hacia el interior de la organización se estaba dando un proceso muy acelerado de crecimiento. Sumado a la caracterización que se tenía de la lucha, en la fase de “ofensiva final” en la que se encontraba, a punto de conseguir el poder, no podía cesar la lucha armada. Para el PRT era claro que una situación de parálisis solo podía llevar al retroceso de las posiciones conquistadas y a una recuperación de autoridad por parte de la burguesía y su Estado. Por eso el sostenimiento de la guerra era fundamental para mantener la tensión entre las clases y con ello la posibilidad de doble poder. Por otra parte, la instauración de la paz social cuando las relaciones capitalistas son dominantes llevaría a la reinstalación de la hegemonía burguesa en todos los órdenes (aceptación del sistema político, valores culturales, etc.) y a la destrucción de la contra hegemonía construida.


CAVIASCA, G. (2013). Dos caminos. PRT-ERP y Montoneros en una encrucijada. La Plata, Ed. De la Campana y El Río Suena, 2da Edición. MATTINI, L. (2007). Hombres y mujeres del PRT-ERP. De Tucumán a La Tablada. La Plata, Ed. De la Campana. URONDO, F. (2011). La patria fusilada. Buenos Aires, Ed. Libros del náufrago. POZZI, P. (2012). Historias de perros. Entrevistas a militantes del PRT-ERP. Buenos Aires, Ed. Imago Mundi. CARNOVALE, V. (2011). Los combatientes. Historias del PRT-ERP. Buenos Aires, Ed Siglo XXI. TORRES GUTIERREZ, O. (2012). Democracia y lucha armada. MIR y MLN-Tupamaros. Santiago de Chile, Ed. Pehuén. ROZITCHNER, L. (2011). Acerca de la derrota y de los vencidos. Buenos Aires, Ed. Biblioteca Nacional. MOUFFE, C. (2007). En torno a lo político. Buenos Aires, Ed. FCE. SANTUCHO, M. R. (2007). Poder Burgués y poder revolucionario. Buenos Aires, Ed. Populibros. ERP. (1973). Varios. Estrella Roja. PRT. (1973). Varios. El Combatiente. Videografía Vaca Narvaja, D., De Bolívar a Chávez, 2009, www.youtube.com, 23 de mayo de 2014, https://www.youtube.com/watch?v=DncdpvMnF4w Mascaró cine americano. Gaviotas Blindadas, 2006, www.youtube.com, 24 de mayo de 2014, http://www.youtube.com/watch?v=HGciTxTxECw Corvi, G. y de Jesús, G. Errepé. Historias del PRT-ERP, 2004, www.youtube.com, 25 de mayo de 2014, http://www.youtube.com/watch?v=K0reG34XAbI

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EN UNA REVOLUCION SE TRIUNFA

O SE MUERE, SI ES VERDADERA


Entrevista a Guillermo Caviasca ¿Qué significó Trelew para el interior del PRT-ERP y Montoneros? Hay que tener en cuenta que no fue la misma actitud la que tuvo Montoneros, de la que tuvo el PRT-ERP o las FAR respecto a los presos en el ´72. Por eso, los comunicados de la fuga los firman el PRT-ERP, las FAR y el comando de presos de Montoneros. No lo firma Montoneros. Porque en Montoneros hay un debate en torno si es correcto arriesgarse a una fuga cuando ya evalúan que va a haber una salida electoral, que en ella va a ganar el peronismo, que en el peronismo ellos van a tener un peso importante, que el peronismo va a significar un proceso de transformación importante –todavía ellos creían que eso se iba a dar- y la libertad de los presos se va a imponer, plantean que no es necesario arriesgar. No es igual a la discusión que se da al interior de la cárcel, donde los tres acuerdan llevar adelante la fuga. Ya de por si eso habla de que hay una diferencia, que no es menor, respecto de que hacer en ese momento. Montoneros está abocado a lo que se llama “Lucha y vuelve”. No es que abandona la opción por la lucha armada, pero pone su mayor énfasis en la campaña electoral, en las tareas de organización al interior del movimiento peronista, mientras que el PRT no deposita ningún tipo de confianza. Cuando nosotros vemos el discurso en la conferencia de prensa que se desarrolló en el aeropuerto de Trelew, donde habla Pujadas, Bonnet y María Antonia Berger, la posición de las tres organizaciones es bastante similar salvo en lo que se refiere al tema de la valoración del peronismo, pero lo ponen entre paréntesis. Es más, Vaca Narvaja, posteriormente en una entrevista inmediata, también lo va a poner entre paréntesis. Sin embargo esa no es la posición que prima en la organización. La posición de la organización es apostar a la salida electoral. Que se de esa salida electoral y tener la hegemonía en esa salida electoral. Por lo tanto, la valoración que hacen sobre la fuga es distinta. Para el PRT-ERP la fuga es fundamental. Ellos piensan “estamos en un proceso revolucionario que va en ascenso, que no se debe interrumpir. El GAN es claramente una maniobra”. Eso te lo van a decir todos, pero Montoneros te va a decir que “Perón rompe la maniobra del GAN”, y el PRT te va a decir “Montoneros es parte de la maniobra del GAN”. El PRT va a insistir en que la forma en que se rompe esa maniobra es aumentando la actividad revolucionaria de las masas, y la actividad armada es la parte fundamental. La fuga le permite a Santucho estar en la calle y le permite plantear políticas de cara a la salida electoral, pero también políticas militares. El PRT realiza su primera acción de envergadura en el sentido


militar propiamente dicho, de enfrentamiento con el ejército directo, antes de la asunción de Cámpora. Y una acción de toma de un cuartel es algo que lleva un período prolongado de preparación, y va relacionado con una valoración de la etapa de hacia dónde va el enfrentamiento. No es sólo una acción destinada a presionar al ejército para que entregue el poder, si no una acción destinada a mostrar un camino en lo político y en lo militar. También es cierto que Santucho plantea que hay que tener una opción política, que no consigue estructurar por diversos motivos. Pero plantea que esa opción política debe ser acompañada de forma determinante con el increscendo de la acción militar. Y Montoneros, en ese sentido, pone un paréntesis. No abandona la opción militar, pero pone un paréntesis. ¿Qué caracterización hacía el PRT-ERP de la Democracia (Occidental), y particularmente de ésta, propuesta por la dictadura saliente en acuerdo con los partidos políticos? Hay una valorización general de la amplia mayoría de los revolucionarios, no sólo del PRT, negativa respecto de la Democracia Occidental en general. El peronismo en sí mismo tiene un cierto matiz respecto de la democracia occidental –hoy por ahí no se ve de forma tan clara-. Peron plantea otro tipo de generar políticas y consensos. Eso en los ´60, tanto en el campo intelectual como en el militante, se pretende romper. Todos se plantean cambiar el sistema republicano democrático, ya desde las reformas previas necesarias a la revolución. La diferencia está en que, para el PRT, el GAN genera un escenario que permite reconstruir la gobernabilidad burguesa. Y en ese sentido plantea un accionar consecuente: la fuga en Trelew, el avance en la toma de los cuarteles (Sanidad y Azul), la “Carta al presidente Cámpora”. En Septiembre del ´73 se da la toma al Comando de Sanidad. Cuenta Ruben Suarez, quien comandó la acción, que cuando el salió de Trelew luego de la amnistía, se entrevistó con Santucho y Gorriarán Merlo en Capital Federal y allí le dieron la dirección de una compañía del ERP de Capital y Zona Norte de Gran Bs.As. que iba a tomar el Comando de Sanidad. Esto da por tierra con la tesis de que la acción se produjo en respuesta a la caída de Cámpora en función de la derechización. El ERP consideraba que todo era un proceso que iba hacia la derecha, con Cámpora o sin Cámpora, con Carcagno en el ejército o sin él. Por lo cual podemos entender la concepción negativa de la apertura democrática del ´73 y la potencialidad que tenía. Por eso se continuó con la misma línea, porque para ellos esta salida electoral era un paso más en ese proceso de derechización. El proceso de masas, que no se relaciona con la apertura electoral, para que se sostenga, se profundice, no puede desviarse por el camino que propone la izquierda peronista.

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La “Carta al presidente Cámpora” plantea dos elementos: “nosotros no vamos a dar tregua ni al ejército ni a los monopolios”. Y ahí la contradicción aparece, porque el ejército es el que comanda el Presidente. Atacar al ejército es poner al gobierno en una situación comprometida, a la que no puede responder. Porque Cámpora no asume el gobierno mediante una lucha armada ni derrotando al ejército. Sube a gobernar al Estado con sus instituciones tal cual está. El PRT exitosamente logra radicalizar posiciones y definir fronteras. Lo que busca Santucho es que se definan claramente los campos: de este lado está la Revolución y de este otro está la Contrarrevolución… Cámpora no puede estar en el medio. Si estás en la Revolución, no podés adscribir al programa capitalista que requiere paz social. A tu entender… ¿Por qué el PRT-ERP insistió en la lucha armada en un momento en que el grueso de las masas le otorgaba al gobierno peronista su carta de confianza? Se tenía una sobreestimación de la capacidad militar, de derrotar al ejército; se simplificaban las concepciones del guevarismo, llevando la confrontación hasta sus últimas consecuencias; no se aceptaba bajo ningún aspecto ningún pacto de tregua o conspiración con ningún sector de la burguesía; todo esto, relacionado a la visión tan radical de lo que era la etapa. Ellos creían estar al borde de la revolución. Dar un paso atrás o abandonar podía ser la derrota, porque en una revolución cuando se está al borde tenés que avanzar, si negocias la revolución se pierde, porque es un momento, una oportunidad histórica donde vos tenés la fuerza y tenés que llevarla hasta el final. Esa concepción, pude haber sido demasiado optimista, desde mi punto de vista.




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